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Guía 5 Básico

Educación Musical
EJERCICIOS DE ELONGACION ANTES DE TRABAJAR CON EL INSTRUMENTO

Cogemos la guitarra, ya sea para aprender a tocar algo nuevo o para deleitarnos con algo de nuestro
repertorio, pisamos las cuerdas con la mano izquierda y empezamos a mover la derecha sin pensar en que, al
igual que un deportista, los músculos y articulaciones que estamos poniendo en juego necesitan calentarse y
ponerse a punto.

¿Por qué? Por dos razones: primero, porque al tocar se genera una tensión que, según el grado de dificultad
de la música, puede llevarnos a la fatiga muscular e incluso a una lesión (tendinitis, etc.) que a veces puede
volverse crónica y acompañarnos por el resto de nuestros días. Segundo, porque en algunas ocasiones
nuestros dedos deben aprender habilidades nuevas que suponen un trabajo progresivo, y esto, sin calentar ni
preparar la musculatura y las articulaciones, resultaría imposible.

Es decir, que para exigirnos y avanzar o sencillamente para mantenernos en buena forma, necesitamos cuidar
nuestras manos ya que no se pueden reemplazar como las cuerdas cuando se ponen viejas.
¿En qué consiste ese cuidado? En una rutina de ejercicios destinados a calentar los músculos y articulaciones
progresivamente, y compensar las deformaciones posturales que surgen como consecuencia de la ejecución.
Para tal fin se utiliza una serie de ejercicios que varía en cantidad y calidad dependiendo del nivel exigido y el
tiempo de estudio. Si eres principiante seguramente deberás calentar mucho más suavemente que alguien
con nivel avanzado ya que tocarás cosas de baja dificultad. Por otra parte, si estudias media hora al día, con
que calientes durante dos o tres minutos te bastará, pero si tocas ocho horas diarias deberás tomártelo más
en serio y destinar un tiempo mayor al calentamiento.

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