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Esta frase, dicha por una persona millonaria, famoso, si de esos a los que admiran
hoy por hoy el futuro de nuestro planeta, Will Smith.
Así es nuestra sociedad, una en la cual se le da más valor a lo que cuesta más o a
lo que más bonito se ve.
Y tú, ¿te has puesto a analizar a que le das más valor? Fíjate bien en tu cantante
favorito, te gusta su música… ¿no?... Y, ¿qué pasaría si tuviera un defecto físico?,
¿crees que tu gusto sería el mismo?, tus amigas o amigos… ¿serían tus amigas si
tuvieran labio leporino o alguna cicatriz gigante en la cara? Y es que hoy por hoy
el bombardeo mediático es de tal magnitud, que es muy difícil permanecer al
margen, internet, televisión, radio, revistas, redes sociales, canales de YouTube,
todos compartiendo mensajes con una misma premisa: “Como te ves, te tratan”,
“Eres lo que comes”, “La belleza cuesta”, y el mensaje implícito de que si no eres
guapo o guapo, estas “out”.
¿Por qué nuestra sociedad le da más valor a lo que conocemos como belleza?,
¿Quién decide qué es bello y qué no lo es?, ¿Por qué somos tan crueles con
nuestros semejantes?, ¿cómo ha cambiado el estándar de belleza a lo largo del
tiempo?, ¿Cuanto se gasta en belleza?. Estas y otras preguntas serán
respondidas en este reportaje.
Es increíble que los mexicanos con todos los problemas sociales que tenemos,
ocupemos el 12 lugar en compra de estos productos, los cuales realmente no son
para nada parte de nuestras necesidades básicas.
“No hay mujeres feas, sólo perezosas”, podría ser un eslogan poco feliz de una
marca que apunta al universo femenino, y puede prestarse a debates
interminables. La frase le pertenece a Helena Rubinstein, una de las primeras
empresarias y visionarias de la industria de la cosmética, que hace más de 110
años creó un imperio que lleva su nombre, y no le fue nada mal.
Para mi tu eres bello, pero para ella eres feo: La belleza, algo muy subjetivo
Dentro de la filosofía, determinar qué es bello y que no consiste en uno de los
problemas centrales de la estética y diversos pensadores a lo largo de los siglos
han abordado esta problemática. Una de las primeras discusiones de este tema
data del siglo V a.C. en Jenofonte, donde se establecieron tres conceptos de
belleza que diferían entre sí: la belleza ideal (que se basaba en la composición de
las partes), la belleza espiritual (el reflejo del alma y que puede verse a través de
la mirada) y la belleza funcional (de acuerdo a su funcionalidad las cosas pueden
ser o no bellas).
Platón fue el primero en elaborar un tratado sobre el concepto de belleza que
tendría un gran impacto en occidente, tomando ciertas ideas plasmadas por
Pitágoras sobre el sentido de la belleza como armonía y proporción y fusionándolo
con la idea de esplendor. Para él la belleza proviene de una realidad ajena al
mundo que el ser humano no es capaz de percibir completamente. Dijo:
“De la justicia, pues, y de la sensatez y de cuanto hay valioso en las almas no
queda resplandor alguno en las imitación de aquí abajo, y solo con esfuerzo y a
través de órganos poco claros, les es dado a unos pocos, apoyándose en las
imágenes, intuir el género de lo representado.”
Posiblemente al día de hoy una de las teorías más aceptadas respecto a este
tema es la propuesta por el relativismo, que dice que las cosas son bellas o feas
según el fin que persigan.
El ideal de delgadez ha sido construido por la sociedad y por los medios, y parece
que todos debemos ajustarnos a él. Esta conexión es muy grave ya que una
imagen corporal baja puede conducir a trastornos de la alimentación como la
anorexia o la bulimia que pueden desembocar en finales trágicos. En Estados
Unidos, por ejemplo, mueren cada año 1000 mujeres debido a trastornos
alimentarios, la segunda tasa de mortalidad más alta relacionada con trastornos
psicológicos. Una muestra clara de que la exposición de las personas a las
imágenes de los medios de comunicación afecta negativamente a la percepción
de la imagen corporal.
Las mujeres no pueden alejarse del ideal de belleza que venden los medios. De
acuerdo con un estudio realizado por Silverstein, Perdue, Peterson, y Kelly, las
mujeres están más expuestas a los mensajes de los medios sobre sus cuerpos
que los hombres. En su investigación analizaron cuarenta y ocho números de
revistas encontrando sesenta y tres anuncios relacionados con la belleza y la
alimentación de las mujeres y solo uno para hombres. Las mujeres delgadas son
vistas como gente glamurosa, que consigue ventajas tanto sociales como
laborales, mientras que las personas con un físico diferente a los estándares
marcados son vistas como gente infeliz, perezosa, que no es digna o capaz de
llevar una vida de glamour.