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La anatomía es el contexto (estructura) en que ocurren los fenómenos

(funciones)  vitales.

 
Anatomía macroscópica humana: examen   de las estructuras humanas que
pueden observarse sin la ayuda de un microscopio. Los tres métodos principales
para su estudio son la anatomía regional,  la anatomía por sistemas y la anatomía
clínica (o aplicada).
 

La anatomía regional (anatomía


topográfica) considera la organización
del cuerpo humano en función de sus
partes o segmentos principales: un
cuerpo principal, que se compone de la
cabeza, el cuello y el tronco (subdividido
en tórax, abdomen, dorso y
pelvis/periné), y las parejas de miembros
superiores e inferiores. Todas las partes
principales pueden subdividirse en áreas
y regiones. La anatomía regional es el
método para estudiar la estructura del
organismo centrando la atención en una
determinada parte (p. ej., la cabeza), área
(la cara) o región (orbitaria u ocular),
examinando la disposición y las
relaciones de las diversas estructuras
sistémicas (músculos, nervios, arterias,
etc.) que contienen, y luego
habitualmente con el estudio de las
regiones adyacentes en una secuencia
ordenada.

La anatomía regional reconoce también la organización corporal por capas: piel,


tejido subcutáneo y fascia profunda que cubren las estructuras más profundas de
músculos, huesos y cavidades que contienen vísceras (órganos internos).

Todas las descripciones anatómicas se expresan en relación con una posición


constante, para garantizar que no haya ambigüedad.
La posición anatómica se refiere a la posición del cuerpo con el individuo de pie,
con:

La cabeza, la mirada (ojos) y los dedos de los pies dirigidos hacia delante.
Los brazos adosados a los lados del cuerpo con las palmas hacia delante.
Los miembros inferiores juntos, con los pies paralelos.

Posiciones:
1. Decúbito supino (tendido boca arriba).
2. Decúbito prono (tendido boca abajo).

Las descripciones anatómicas se basan en cuatro planos imaginarios (medio,


sagital, frontal y transverso) que cruzan el organismo en la posición anatómica.

• El plano medio sagital es


un plano vertical sagital que
atraviesa longitudinalmente
el cuerpo y lo divide en dos
mitades, derecha e
izquierda. En su
intersección con la
superficie del cuerpo, el
plano define la línea media
de la cabeza, el cuello y el
tronco.
• Los planos parasagitales
son planos verticales que
atraviesan el cuerpo
paralelamente al plano
medio.
• Los planos frontales
(coronales) son planos
verticales que atraviesan el
cuerpo en ángulo recto con
el plano medio y lo dividen
en dos partes: anterior
(frontal) y posterior (dorsal).
• Los planos transversos
son planos horizontales que
atraviesan el cuerpo en
ángulo recto con los planos
medio y frontal, y lo dividen en dos partes: superior e inferior. 
El uso principal de los planos anatómicos es para describir secciones

 Las secciones longitudinales discurren a lo largo o paralelamente al eje


largo del cuerpo o cualquiera de sus partes, y el término se aplica con
independencia de la posición del cuerpo. Aunque los planos medio, sagital
y frontal son las secciones longitudinales estándar (utilizadas más
habitualmente), existe una gama de 180° de posibles secciones
longitudinales.
 Las secciones transversas son cortes del cuerpo o sus partes en ángulo
recto con el eje longitudinal del cuerpo o de cualquiera de sus partes.
 Las secciones oblicuas son cortes del cuerpo o sus partes que no siguen
los planos anatómicos antes mencionados. En la práctica, muchas imágenes
radiográficas y secciones anatómicas no están situadas con precisión en los
planos sagital, frontal o transverso, sino que a menudo son ligeramente
oblicuas.

     

 Bilaterales: estructuras pares con componentes derecho e izquierdo (Ej.


Riñes).
 Unilaterales: Estructuras que se encuentran en un solo lado
 Ipsilateral u homolateral: Algo que ocurre en el mismo lado que otra
estructura del cuerpo, por ejemplo, el pulgar y el dedo gordo del pie
derechos son homolaterales.
 Contralateral: significa que ocurre en el lado opuesto del cuerpo en relación
con otra estructura: la mano derecha es contralateral a la mano izquierda.
 La flexión indica doblamiento o disminución del ángulo entre los huesos o
partes del cuerpo. En la mayoría de las articulaciones (p. ej., el codo), la
flexión indica movimiento en una dirección anterior.
 La extensión indica enderezamiento o aumento del ángulo entre los huesos
o partes del cuerpo. La extensión suele producirse en una dirección posterior
 La flexión dorsal (dorsiflexión) describe la flexión en la articulación
talocrural, que se produce al subir una cuesta o al levantar del suelo la parte
anterior del pie y los dedos
 La flexión plantar dobla el pie y los dedos hacia el suelo, como al ponerse
de puntillas.
 Abducción significa alejamiento del plano medio (p. ej., al separar el brazo
lateralmente del cuerpo).
 Aducción indica el movimiento opuesto, de acercamiento hacia el cuerpo.
 La circunducción es un movimiento circular en una secuencia de flexión,
abducción, extensión y aducción (o en el sentido opuesto), de tal modo que
el extremo distal de la parte se desplaza en círculo.
 La rotación indica el giro de una parte del cuerpo en torno a su eje
longitudinal, como al girar la cabeza hacia un lado. La rotación medial
(rotación interna) acerca la superficie anterior de un miembro al plano medio,
mientras que la rotación lateral (rotación externa) aleja la superficie anterior
del plano medio.
 La pronación gira el radio medialmente, de modo que la palma de la mano
mira posteriormente y el dorso anteriormente.
 La supinación es el movimiento rotatorio opuesto: el radio rota lateralmente
y se descruza de la ulna, y el antebrazo pronado vuelve a la posición
anatómica.
 La eversión aleja la planta del pie del plano medio y la gira lateralmente.
Cuando el pie está en eversión total, también se halla en dorsiflexión.
 La inversión acerca la planta del pie hacia el plano medio (la planta mira
medialmente). Cuando el pie está en inversión total, también se halla en
flexión plantar.
 La oposición es el movimiento que pone en contacto el pulpejo del 1. er
dedo (pulgar) con el de otro dedo.
 La reposición describe el movimiento del pulgar desde la oposición hasta
su posición anatómica.
 La protrusión es un movimiento hacia delante.
 La retrusión es un movimiento hacia atrás
 Protracción y retracción se utilizan más habitualmente para los
movimientos anterolaterales y posteromediales de la escápula sobre la pared
torácica, cuya consecuencia es el desplazamiento de la región del hombro
anteriormente y posteriormente
 La elevación asciende o mueve una parte hacia arriba
 La depresión desciende o mueve una parte hacia abajo
La piel, el mayor órgano del cuerpo, se compone de la epidermis, o capa
superficial, y la dermis, una capa de tejido conectivo más profunda

1. La epidermis es un epitelio queratinizado, es decir, con una capa superficial


córnea y fuerte que cubre y protege la capa basal profunda, regenerativa y
pigmentada. La epidermis carece de vasos sanguíneos y linfáticos. La
epidermis avascular se nutre a través de la dermis vascularizada subyacente.
La dermis recibe irrigación de arterias que penetran en su cara profunda y
forman un plexo cutáneo de anastomosis arteriales.
2. La dermis es una densa capa de colágeno entrelazado y fibras elásticas.
Estas fibras proporcionan tono a la piel y le confieren su fortaleza y
resistencia.

La piel proporciona:

 Protección del cuerpo frente a los efectos ambientales, como erosiones,


pérdida de líquidos, sustancias nocivas, radiación ultravioleta y
microorganismos invasores.
 Contención de las estructuras corporales (p. ej., tejidos y órganos) y de las
sustancias vitales (especialmente los líquidos extracelulares), lo que previene
la deshidratación, que puede ser grave en las lesiones cutáneas extensas (p.
ej., quemaduras).
 Regulación térmica, mediante la evaporación del sudor y/o la dilatación o
constricción de los vasos sanguíneos superficiales.
 Sensibilidad (p. ej., al dolor) mediante los nervios superficiales y sus
terminaciones sensitivas.
 Síntesis y almacenamiento de vitamina D.
El sistema esquelético puede dividirse en dos partes funcionales:

1. El esqueleto axial está compuesto por los huesos de la cabeza (cráneo), el


cuello (hueso hioides y vértebras cervicales) y el tronco (costillas, esternón,
vértebras y sacro).
2. El esqueleto apendicular se compone de los huesos de los miembros,
incluidos los que constituyen las cinturas escapular (pectoral) y pélvica.

El esqueleto se compone de
cartílagos y huesos. (La
proporción de cartílago y
hueso en el esqueleto cambia
a medida que la persona
crece; cuanto más joven, más
cantidad de cartílago posee).
Un tejido conectivo fibroso
cubre como una funda todos
los elementos del esqueleto,
excepto donde hay cartílago
articular; el que rodea los
huesos es el periostio,
mientras que el que existe en
torno al cartílago es el
pericondrio. Estos nutren
caras externas del tejido
esquelético.

El cartílago es un tipo de tejido conectivo semirrígido que forma las partes del
esqueleto donde se requiere más flexibilidad; por ejemplo, donde los cartílagos
costales unen las costillas al esternón.

Los vasos sanguíneos no penetran en el cartílago (es decir, es avascular); por lo


tanto, sus células obtienen el oxígeno y los nutrientes por difusión

Las superficies articulares de los huesos que intervienen en una articulación


sinovial están recubiertas por un cartílago articular que les proporciona
superficies lisas, de baja fricción y deslizantes para efectuar libremente los
movimientos. 
El hueso, un tejido vivo, es un tipo de tejido conectivo duro, altamente
especializado, que compone la mayor parte del esqueleto. Los huesos del adulto
proporcionan:

 Soporte para el cuerpo y sus cavidades vitales; es el principal tejido de sostén


del organismo.
 Protección para las estructuras vitales (corazón).
 Base mecánica para el movimiento (acción de palanca).
 Almacenamiento de sales (calcio).
 Aporte continuo de nuevas células sanguíneas (producidas por la médula
ósea en la cavidad medular de muchos huesos).
Los dos tipos de hueso son el
hueso compacto y el hueso
esponjoso (trabecular). Se
diferencian por la cantidad relativa
de materia sólida y por el número
y el tamaño de los espacios que
contienen.

Todos los huesos poseen una


delgada capa superficial de hueso
compacto en torno a una masa
central de hueso esponjoso,
excepto donde este último queda
reemplazado por la cavidad
medular.

Dentro de la cavidad medular de


los huesos del adulto, y entre las
espículas (trabéculas) del hueso esponjoso, hay médula ósea amarilla (grasa) o roja
(que forma las células sanguíneas y las plaquetas), o una combinación de ambas.

El hueso compacto aporta fuerza para soportar el peso. En los huesos largos,
diseñados para ser rígidos y proporcionar inserción a los músculos y ligamentos, la
cantidad de hueso compacto es mayor cerca de la mitad de la diáfisis o cuerpo,
donde los huesos son más propensos a arquearse. Además, los huesos largos
presentan elevaciones (protuberancias, crestas y tubérculos) que sirven de apoyo
en el lugar de inserción de los músculos grandes.
Clasificación de los huesos:

Los huesos se clasifican según su forma:

 Los huesos largos son tubulares (p. ej., el húmero en el brazo) (Más largos
que anchos). Poseen en sus extremos ensanchamientos (Epífisis), un cuerpo
(diáfisis), y entre estos dos una metáfisis.
 Los huesos cortos son cuboideos y se hallan sólo en el tarso (tobillo) y el
carpo (muñeca). (Sus lados son más o menos iguales).
 Los huesos planos cumplen habitualmente una función protectora (p. ej.,
los huesos planos del cráneo protegen el encéfalo) (Más anchos que largos).
 Los huesos irregulares tienen formas diferentes a las de los huesos largos,
cortos y planos (p. ej., los huesos de la cara). (No se puede determinar su
forma).
 Los huesos sesamoideos (p. ej., la rótula de la rodilla) se desarrollan en
ciertos tendones y se hallan donde éstos cruzan los extremos de los huesos
largos de los miembros; protegen los tendones frente a un excesivo
desgaste, y a menudo modifican el ángulo de inserción tendinosa. (Parecen
una semilla de sésamo).
Los detalles óseos aparecen donde se insertan los tendones, ligamentos y fascias,
o donde las arterias se hallan adyacentes a los huesos o penetran en ellos.

• Capítulo: pequeña cabeza articular redondeada (p. ej., el capítulo del


húmero).
• Cóndilo: área articular redondeada, semejante a un nudillo; con frecuencia
es una estructura par (p. ej., los cóndilos lateral y medial del fémur).
• Cresta: reborde óseo (p. ej., la cresta ilíaca).
• Epicóndilo: eminencia superior a un cóndilo (p. ej., el epicóndilo lateral del
húmero).
• Cara, carilla o fosita: área plana y lisa, habitualmente cubierta de cartílago,
donde un hueso se articula con otro (p. ej., la fosita costal superior sobre el
cuerpo de una vértebra para articularse con una costilla).
• Foramen (agujero): paso a través de un hueso (p. ej., el foramen obturado).
• Fosa: hueco o área deprimida (p. ej., la fosa infraespinosa de la escápula).
• Surco: depresión alargada (p. ej., el surco del nervio radial del húmero).
• Cabeza: extremo articular grande y redondeado (p. ej., la cabeza del
húmero).
• Línea: elevación lineal (p. ej., la línea del músculo sóleo de la tibia).
• Maléolo: proceso (apófisis) redondeado (p. ej., el maléolo lateral de la fíbula
[peroné]).
• Incisura: muesca en el borde de un hueso (p. ej., la incisura isquiática
mayor).
• Protuberancia: prominencia ósea (p. ej., la protuberancia occipital externa).
• Espina: proceso semejante a una espina (p. ej., la espina de la escápula).
• Proceso espinoso: parte que se proyecta como una espina (p. ej., los
procesos espinosos de las vértebras).
• Trocánter: gran elevación roma (p. ej., el trocánter mayor del fémur).
• Tróclea: proceso articular semejante a un carrete que actúa como una polea
(p. ej., la tróclea del húmero).
• Tubérculo: pequeña eminencia elevada (p. ej., el tubérculo mayor del
húmero).
• Tuberosidad: gran elevación redondeada (p. ej., la tuberosidad isquiática).
La mayoría de los huesos tarda muchos años en crecer y madurar. El húmero (hueso
del brazo), por ejemplo, comienza a osificarse al final del período embrionario (8
semanas); sin embargo, la osificación no se completa hasta los 20 años.

Todos los huesos derivan del mesénquima (tejido conectivo embrionario) por dos
procesos diferentes: osificación intramembranosa (directamente desde el
mesénquima) y osificación endocondral (a partir del cartílago derivado del
mesénquima).

En la osificación intramembranosa (formación de hueso membranoso), los


moldes de los huesos mesenquimatosos se forman en el período
embrionario, y la osificación directa del mesénquima se inicia en período
fetal.
En la osificación endocondral (formación de hueso cartilaginoso), los
moldes de los huesos cartilaginosos se forman a partir del mesénquima
durante el período fetal, y el hueso reemplaza posteriormente la mayor parte
del cartílago.
A) Formación de los centros de osificación
primario y secundarios. B) El crecimiento
longitudinal se produce a ambos lados de las
láminas (placas) epifisarias cartilaginosas. El
hueso formado en el centro primario de la
diáfisis no se fusiona con el formado en los
centros secundarios epifisarios hasta que el
hueso ha alcanzado su talla adulta. Cuando el
crecimiento cesa, la lámina epifisaria agotada
es reemplazada por una sinostosis (fusión de
hueso con hueso) que podemos observar, en
las radiografías y en las secciones de hueso,
como una línea en la epífisis.

• El cuerpo de un hueso osificado a partir del centro de osificación primario es


la diáfisis, que crece a medida que el hueso se desarrolla.
• La mayoría de los centros de osificación secundarios aparecen después del
nacimiento en otras partes del hueso en desarrollo; las partes de un hueso
osificado desde estos centros son las epífisis.
• La parte ensanchada de la diáfisis que se halla junto a la epífisis es la
metáfisis.

Los huesos poseen una rica irrigación sanguínea.

Los vasos sanguíneos más aparentes son las arterias nutricias (una o más
para cada hueso), que surgen como ramas independientes de arterias
adyacentes extraperiósticas y pasan oblicuamente a través del hueso
compacto de la diáfisis de un hueso largo a través de los forámenes
(agujeros) nutricios.

La arteria nutricia se divide en la cavidad medular en ramas longitudinales que se


dirigen hacia ambos extremos e irrigan la médula ósea, el hueso esponjoso y las
porciones más profundas del hueso compacto, aunque la mayor parte de éste se
nutre a partir de muchas ramas pequeñas de las arterias periósticas.

La sangre llega a los osteocitos (células óseas) en el hueso compacto por medio de
los sistemas haversianos u osteonas, que albergan pequeños vasos sanguíneos.
Los extremos óseos reciben su irrigación de arterias metafisarias y epifisarias,
que se originan principalmente en las arterias que nutren las articulaciones. En los
miembros, estas arterias típicamente forman parte de un plexo arterial periarticular
que rodea la articulación, lo que garantiza el flujo sanguíneo distal a la articulación.
Las venas acompañan a las arterias a su paso por los forámenes nutricios.
Muchas venas gruesas salen también a través de forámenes cercanos a los
extremos articulares de los huesos.
Los nervios acompañan a los vasos sanguíneos óseos. El periostio está
ricamente inervado por nervios sensitivos — nervios periósticos—
portadores de fibras de la sensibilidad dolorosa. El periostio es
especialmente sensible al desgarro y a la tensión, lo que explica el dolor
agudo que producen las fracturas óseas. El hueso recibe un número escaso
de terminaciones sensitivas. Dentro del hueso, los nervios vasomotores
causan constricción o dilatación de los vasos sanguíneos, lo que regula el
flujo sanguíneo a través de la médula.

Las articulaciones son las uniones entre dos o más huesos o partes rígidas del
esqueleto.

Se describen tres tipos de articulaciones, según el modo en que se articulan los


huesos o el tipo de material que los une:
Los huesos que se articulan con articulaciones fibrosas se unen mediante tejido
fibroso. La amplitud de los movimientos que se producen en una articulación
fibrosa depende, en la mayoría de los casos, de la longitud de las fibras que unen
los huesos articulados. Las suturas del cráneo son ejemplos de articulaciones
fibrosas. Estos huesos se unen entre sí, ya sea entrelazados a lo largo de una línea
sinuosa o bien por solapamiento.

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Las estructuras articulares de las articulaciones cartilaginosas se unen mediante


cartílago hialino o fibrocartílago. En las articulaciones cartilaginosas primarias, o
sincondrosis, los huesos están unidos por cartílago hialino, el cual permite que se
doblen ligeramente en las primeras etapas de la vida. Las articulaciones
cartilaginosas primarias suelen ser uniones temporales, como las que están
presentes durante el desarrollo de un hueso largo, en las cuales las epífisis y la
diáfisis óseas están unidas por una lámina epifisaria. Las articulaciones
cartilaginosas primarias permiten el crecimiento longitudinal del hueso. Cuando
finaliza el crecimiento, la lámina epifisaria se convierte en hueso y las epífisis se
fusionan con la diáfisis.

Las articulaciones cartilaginosas secundarias, o sínfisis, son articulaciones fuertes,


ligeramente móviles, unidas por fibrocartílago.

Los discos intervertebrales fibrocartilaginosos, situados entre las vértebras, están


formados por tejido conectivo que une las vértebras entre sí. Colectivamente, estas
articulaciones aportan potencia y absorben los choques; además, confieren una
notable flexibilidad a la columna vertebral.

Los huesos que se articulan con articulaciones sinoviales se unen mediante una
cápsula articular (compuesta por una membrana fibrosa externa tapizada por una
membrana sinovial serosa) que abarca y engloba una cavidad articular. La cavidad
articular de una articulación sinovial, como la rodilla, es un espacio potencial que
contiene una pequeña cantidad de líquido sinovial lubrificante, secretado por la
membrana sinovial. Dentro de la cápsula, el cartílago articular cubre las superficies
articulares de los huesos; todas las demás superficies internas están revestidas por
la membrana sinovial.
El periostio que reviste la parte extraarticular de los huesos participantes se une
con la membrana fibrosa de la cápsula articular.

Los seis tipos principales de articulaciones sinoviales se clasifican según la


morfología de las superficies articulares y/o el tipo de movimientos que permiten:

1. Las articulaciones planas permiten movimientos de deslizamiento en el plano


de las superficies articulares. Las superficies opuestas de los huesos son planas o
casi planas, y los movimientos están limitados por unas cápsulas articulares firmes.
Las articulaciones planas son numerosas y casi siempre de pequeño tamaño. Un
ejemplo es la articulación acromioclavicular entre el acromion de la escápula y la
clavícula.

2. Los gínglimos (articulaciones trocleares) sólo permiten la flexión y la


extensión, movimientos que se producen en un plano (sagital) alrededor de un
único eje que cursa transversalmente; por lo tanto, los gínglimos son uniaxiales. La
cápsula articular es delgada y laxa anterior y posteriormente, donde se producen
los movimientos; sin embargo, los huesos están unidos por potentes ligamentos
colaterales. La articulación del codo es un gínglimo.

3. Las articulaciones en silla de montar permiten la abducción y la aducción, así


como la flexión y la extensión, movimientos que se producen en torno a dos ejes
situados en ángulo recto entre sí; por lo tanto, las articulaciones en silla de montar
son articulaciones biaxiales que permiten movimientos en dos planos, sagital y
frontal. También es posible realizar estos movimientos en una secuencia circular
(circunducción). Las superficies articulares opuestas tienen una forma parecida a la
de una silla de montar (es decir, son recíprocamente cóncavas y convexas). La
articulación carpometacarpiana en la base del 1er dedo (pulgar) es una articulación
en silla de montar.

4. Las articulaciones elipsoideas permiten la flexión y la extensión, además de la


abducción y la aducción; por lo tanto, son también biaxiales. Sin embargo, el
movimiento en un plano (sagital) suele ser mayor (más libre) que en el otro.
También es posible la circunducción, aunque más restringida que en las
articulaciones en silla de montar. Las articulaciones metacarpofalángicas (de los
nudillos) son articulaciones elipsoideas.

5. Las articulaciones esferoideas permiten los movimientos en múltiples ejes y


planos: flexión y extensión, abducción y aducción, rotación medial y lateral, y
circunducción; por lo tanto, se trata de articulaciones multiaxiales. En estas
articulaciones, muy móviles, la superficie esferoidal de un hueso se mueve dentro
de una concavidad de otro. La articulación coxal es una articulación esferoidea: la
cabeza del fémur, esférica, rota dentro de la concavidad formada por el acetábulo
del coxal.

6. Las articulaciones trocoides permiten la rotación en torno a un eje central; por


lo tanto, son uniaxiales. En estas articulaciones, un proceso óseo redondeado gira
dentro de un anillo. La articulación atlanto-axial media es una articulación trocoide:
el atlas (vértebra C1) gira alrededor de un proceso digitiforme, el diente del axis
(vértebra C2), durante la rotación de la cabeza.

Las articulaciones sinoviales son las más habituales y permiten movimientos libres
entre los huesos que unen. Son articulaciones de locomoción, típicas en casi todas
las articulaciones de los miembros. Las articulaciones sinoviales suelen estar
reforzadas por ligamentos accesorios, que son externos a la articulación
(extrínsecos) o constituyen un engrosamiento de una parte de la cápsula articular
(intrínsecos).
El sistema nervioso permite al organismo reaccionar frente a los continuos cambios
que se producen en el medio ambiente y en el medio interno. Además, controla e
integra las diversas actividades del organismo, como la circulación y la respiración.

El sistema nervioso se divide:

 Estructuralmente, en sistema nervioso central (SNC), compuesto por el


encéfalo y la médula espinal, y sistema nervioso periférico (SNP), es decir, el
resto del sistema nervioso que no pertenece al SNC.
 Funcionalmente, en sistema nervioso somático (SNS) y sistema nervioso
autónomo (SNA).

El tejido nervioso se compone de dos tipos principales de células: neuronas (células


nerviosas) y neuroglia (células de la glía), que sirven de soporte a las neuronas.

Las neuronas son las unidades estructurales y funcionales del sistema nervioso,
especializadas para una rápida comunicación. Una neurona se compone del cuerpo
celular, con prolongaciones (extensiones) denominadas dendritas y un axón, que
llevan los impulsos hacia y desde el cuerpo celular, respectivamente. La mielina,
capas de sustancias lipídicas y proteicas, forma una vaina de mielina en torno a
algunos axones, lo que aumenta considerablemente la velocidad de conducción de
los impulsos. Dos tipos de neuronas constituyen la mayoría de las existentes en el
SNC (y en particular en el SNP).

1. Las neuronas motoras multipolares poseen dos o más dendritas y un solo


axón, que puede tener uno o más ramos colaterales. Son el tipo más habitual de
neurona en el sistema nervioso (SNC y SNP). Todas las neuronas motoras que
controlan los músculos esqueléticos y las que componen el SNA son neuronas
multipolares.

2. Las neuronas sensitivas seudomonopolares poseen una corta prolongación,


aparentemente única (pero en realidad doble), que se extiende desde el cuerpo
celular. Esta prolongación común se separa en una prolongación periférica, que
conduce los impulsos desde el órgano receptor (p. ej., sensores del tacto, el dolor
o la temperatura en la piel) hacia el cuerpo celular, y una prolongación central, que
continúa desde el cuerpo celular hasta el SNC. Los cuerpos celulares de las
neuronas seudomonopolares están localizados fuera del SNC, en los ganglios
sensitivos; por lo tanto, forman parte del SNP.

Las neuronas se comunican unas con otras en las sinapsis, o puntos de contacto
interneuronales. La comunicación se produce por medio de neurotransmisores,
sustancias químicas liberadas o secretadas por una neurona que pueden excitar o
inhibir a otra.

Células no neuronales ni excitables que apoyan, aíslan y nutren neuronas. En el


SNC, incluye la oligodendroglia, astrocitos, células ependimarias y microglía. En el
SNP, comprende las células satélites en torno a las neuronas de los ganglios
sensitivos de los nervios espinales y del SNA y las células de Schwann.

Se compone por el encéfalo y la médula espinal (llega hasta L1L2). Principalmente


integra y coordina las señales nerviosas de entrada y salida, y lleva a cabo funciones
mentales superiores, como el aprendizaje y el pensamiento.

Contenido en el neurocráneo, compuesto por cerebro, cerebelo y tronco del


encéfalo.

 En la corteza cerebral son visibles, los giros (circunvoluciones), los surcos y


las cisuras (surcos más profundos).
 El cerebro incluye los hemisferios cerebrales y los núcleos (ganglios) basales,
los hemisferios cerebrales están separados por la hoz del cerebro. El surco
central separa los lóbulos frontales de los lóbulos parietales, por debajo del
surco lateral transverso se encuentra el lóbulo temporal, el surco
parietooccipital separa los lóbulos occipitales de los parietales y temporales.

Tronco del encéfalo: Compuesto por:

1. Mesencéfalo: situado en la unión de las fosas craneales media y posterior.


2. Puente/ protuberancia anular: situado en la porción anterior de la fosa
craneal posterior.
3. Médula oblonga/bulbo raquídeo: Se continúa con la médula espinal y se sitúa
en la fosa craneal posterior.

Ventrículos del encéfalo: Cavidades ocupadas por líquido. Son 2 ventrículos


laterales (1er y 2do ventrículo), un 3er y 4to ventrículos que están conectados
mediante un acueducto mesencefálico (cerebral). El 4to ventrículo tiene forma
piramidal, se sitúa en la porción posterior del puente y la médula oblongada

 Es el principal centro reflejo y vía de conducción entre el cuerpo y el encéfalo.


 Protegida por las vértebras, sus ligamentos y músculos asociados, las
meninges espinales y el LCR.
 Origen: Agujero occipital/ Foramen magno del hueso occipital.
 Fin: L1.
 Presenta dos abultamientos (intumescencias), una cervical que se extiende
desde el segmento medular C4 hasta T1 y la lumbar o lumbosacra que se
extiende desde el segmento medular T11 hasta S1, por debajo de este nivel
la médula se adelgaza y constituye el cono medular.
 Las raíces nerviosas espinales que surgen del abultamiento lumbar y el cono
medular reciben el nombre de cola de caballo o cauda equina.
 A partir de la punta del cono medular, el filum terminal desciende entre las
raíces de los nervios espinales en la cola de caballo. El filum terminal es un
elemento de fijación del extremo inferior de la médula espinal y las meninges
espinales.
 Nervios raquídeos: 8 nervios cervicales, 12 nervios torácicos, 5 nervios
lumbares, 5 nervios sacros, 1 o 2 nervios coccígeos.
En los cortes transversales de la médula espinal, la sustancia gris presenta una
forma parecida a una H, los soportes de esa H, son los cuernos o astas, por lo tanto,
hay cuernos grises posteriores y anteriores derechos e izquierdos, a partir de estas
astas salen raíces anteriores y posteriores que forman los nervios raquídeos. La
sustancia blanca forma cordones laterales, posteriores y anteriores.

 Los cuerpos de las neuronas constituyen la sustancia gris (Estructura más


avanzada, que procesa toda la información, se encuentra en el tálamo,
médula espinal, corteza cerebral y núcleos basales), los sistemas de
tractos de fibras de interconexión forman la sustancia blanca.
Tractos: Asociación (unen zonas del mismo hemisferio), comisurales (Ej. Cuerpo
calloso, unen los dos hemisferios), y de proyección (unen zonas superiores e
inferiores).

Tres capas membranosas constituyen conjuntamente las meninges:


1. Piamadre: El encéfalo y la médula espinal se hallan íntimamente recubiertos
en su superficie externa por la capa meníngea más interna, una fina cubierta
transparente, la piamadre (Ingresa a los surcos)
2. Aracnoides: No ingresa a los surcos. El LCR se halla entre la piamadre y la
aracnoides. (Los surcos dividen las circunvoluciones).
3. Duramadre: Por fuera de la piamadre y la aracnoides se encuentra la
duramadre, firme y gruesa. La duramadre del encéfalo está íntimamente
relacionada con la cara interna de los huesos del neurocráneo circundante;
la duramadre de la médula espinal está separada de los huesos de la columna
vertebral por el espacio epidural, lleno de tejido adiposo.

Las meninges y el líquido cefalorraquídeo (LCR) rodean al SNC y lo protegen.


El sistema nervioso periférico (SNP) se compone de fibras nerviosas y cuerpos
celulares, situados fuera del SNC, que conducen los impulsos hacia o desde éste. El
SNP está organizado en nervios que conectan el SNC con las estructuras periféricas.

Una fibra nerviosa consta de un axón, su neurilema y el tejido conectivo endoneural


circundante. El neurilema está formado por la membrana de las células de Schwann,
que rodea inmediatamente el axón y lo separa de otros axones. En el SNP, el
neurilema puede adoptar dos formas, lo que crea dos clases de fibras nerviosas:
1. El neurilema de las fibras nerviosas mielinizadas consiste en células de
Schwann específicas para un determinado axón, organizadas en una serie
continua de células envolventes formadoras de mielina.
2. El neurilema de las fibras nerviosas amielínicas está formado por células de
Schwann que no componen una serie aparente; hay múltiples axones
incluidos por separado en el citoplasma de cada célula. Estas células de
Schwann no producen mielina.
Un nervio consta de:

 Un haz de fibras nerviosas situadas


fuera del SNC.
 Las coberturas de tejido conectivo que
rodean y unen las fibras nerviosas y los
fascículos.
 Los vasos sanguíneos que nutren las
fibras nerviosas y sus cubiertas.

Los nervios son bastante fuertes y


resistentes, porque sus fibras reciben
soporte y protección de tres coberturas de
tejido conectivo:

1. Endoneuro, tejido conectivo fino que rodea íntimamente las células del
neurilema y los axones.
2. Perineuro, una capa de tejido conectivo denso que engloba un fascículo de
fibras nerviosas y constituye una eficaz barrera contra las sustancias
extrañas que pudieran penetrar en dichas fibras.
3. Epineuro, una lámina gruesa de tejido conectivo que rodea y engloba un haz
de fascículos, y forma la cobertura más externa del nervio; incluye tejido
adiposo, vasos sanguíneos y linfáticos.

Las fibras aferentes (sensitivas) llevan los impulsos procedentes de los órganos de
los sentidos al SNC, las fibras eferentes (motoras) conducen los impulsos nerviosos
desde el SNC a los órganos efectores.

1. Nervios craneales: 11 de los 12 pares se originan en el encéfalo, el par


restante (NC XI) surge de la parte superior de la médula espinal. Al surgir del
SNC, algunos nervios craneales llevan solamente fibras sensitivas, otros sólo
llevan fibras motoras y otros son portadores de una mezcla de ambos tipos
de fibras.
2. Nervios espinales o raquídeos (segmentarios): Salen de la columna
vertebral a través de los forámenes intervertebrales. Se inician en la médula
espinal en forma de raicillas o filetes radiculares que convergen para formar
2 raíces:
 Raíz nerviosa anterior
(ventral): Compuesta por
fibras motoras (eferentes) que
van desde el cuerno anterior
de la sustancia gris medular
hasta los órganos efectores
periféricos.
 Raíz nerviosa posterior
(dorsal): Compuesta por
fibras sensitivas (aferentes)
que van desde los ganglios
sensitivos de los nervios
espinales hasta las
terminaciones nerviosas y el
cuerno posterior de la
sustancia gris.

Las raíces nerviosas anterior y posterior se unen, dentro del foramen


intervertebral o en sus inmediaciones proximales, para formar un nervio
espinal mixto (motor y sensitivo) que se divide enseguida en dos ramos: un
ramo posterior (dorsal) y un ramo anterior (ventral).
El área unilateral de piel inervada por las fibras sensitivas de un nervio
espinal se denomina dermatoma; el área unilateral de masa muscular que
recibe inervación de las fibras de un nervio espinal es un miotoma.

Al salir de los forámenes intervertebrales, los nervios espinales se dividen


en dos ramos:
1. Los ramos posteriores (primarios) de los nervios espinales aportan
fibras nerviosas a las articulaciones sinoviales de la columna vertebral, a
los músculos profundos del dorso y a la piel suprayacente, en un patrón
segmentario. Como regla general, los ramos posteriores permanecen
separados entre sí (no se unen para formar plexos nerviosos somáticos
importantes).
2. Los ramos anteriores (primarios) de los nervios espinales aportan
fibras nerviosas al área restante, mucho más amplia, formada por las
regiones anterior y lateral del tronco y los miembros superiores e
inferiores. Los ramos anteriores que se distribuyen exclusivamente por
el tronco permanecen en general separados entre sí e inervan también
los músculos y la piel en un patrón segmentario. En cambio, sobre todo
en cuanto a la inervación de los miembros, la mayoría de los ramos
anteriores emergen con uno o más ramos anteriores adyacentes y forman
los plexos (redes) nerviosos somáticos principales, en los cuales se
entremezclan sus fibras y de los que emerge una nueva serie de nervios
periféricos multisegmentarios.

Los tipos de fibras transportadas por los nervios craneales o espinales son los
siguientes:

• Fibras somáticas:
1. Fibras sensitivas generales (fibras aferentes somáticas generales):
transmiten las sensaciones corporales al SNC; pueden ser sensaciones
exteroceptivas de la piel (dolor, temperatura, tacto y presión) o dolorosas, y
sensaciones propioceptivas de los músculos, tendones y articulaciones. Las
sensaciones propioceptivas suelen ser subconscientes y proporcionan
información sobre la posición de las articulaciones y la tensión de los
tendones y músculos.
2. Fibras motoras somáticas (fibras eferentes somáticas generales):
transmiten impulsos a los músculos esqueléticos (voluntarios).
• Fibras viscerales:
1. Fibras sensitivas viscerales (fibras aferentes viscerales generales):
transmiten las sensaciones reflejas viscerales dolorosas o subconscientes (p.
ej., información sobre distensión, gases en sangre y presión arterial) de los
órganos huecos y los vasos sanguíneos, que llegan al SNC.
2. Fibras motoras viscerales (fibras eferentes viscerales generales):
transmiten impulsos a los músculos lisos (involuntarios) y a los tejidos
glandulares. Dos tipos de fibras, presinápticas y postsinápticas, actúan
conjuntamente para conducir los impulsos del SNC a los músculos lisos o a
las glándulas.
El sistema nervioso somático está compuesto por las porciones somáticas del SNC
y el SNP. Proporciona inervación sensitiva y motora a todas las partes del cuerpo,
excepto a las vísceras de las cavidades corporales, el músculo liso y las glándulas.
El sistema somático sensitivo transmite las sensaciones de dolor, temperatura y
posición desde los receptores sensitivos. La mayoría de estas sensaciones alcanzan
niveles conscientes (las notamos). El sistema somático motor inerva sólo los
músculos esqueléticos, con estimulación de los movimientos voluntarios y reflejos,
mediante una contracción muscular.

Se compone de fibras motoras que estimulan el músculo liso (involuntario), el


músculo cardíaco modificado (estimulación intrínseca y tejido de conducción
cardíaco) y las células glandulares (secretoras). Sin embargo, las fibras eferentes
viscerales del SNA van acompañadas de fibras aferentes viscerales.
Las fibras nerviosas eferentes y los ganglios del SNA están organizados en dos
sistemas o divisiones: la división simpática (toracolumbar) y la división
parasimpática (craneosacra), en ambas divisiones del SNA interviene una serie de
dos neuronas multipolares para conducir los impulsos desde el SNC al órgano
efector.

El cuerpo celular de la primera neurona presináptica (preganglionar) está localizado


en la sustancia gris del SNC. Su fibra (axón) establece sinapsis sólo en el cuerpo
celular de una neurona postsináptica (posganglionar), la segunda neurona de la
serie. Los cuerpos celulares de estas segundas neuronas se hallan fuera del SNC,
en los ganglios autónomos, con fibras que finalizan en el órgano efector (músculo
liso, músculo cardíaco modificado o glándulas).

 Las divisiones simpática y parasimpática ejercen en general efectos


opuestos, aunque coordinados. El sistema simpático facilita las respuestas
de urgencia (lucha o fuga).
 El sistema parasimpático, que se distribuye únicamente en las vísceras de la
cabeza, el cuello, las cavidades del tronco y los tejidos eréctiles de los
genitales, interviene sobre todo en la conservación del cuerpo, y a menudo
contrarresta los efectos de la estimulación simpática.
 Algunos nervios que distribuyen fibras nerviosas autónomas a las cavidades
corporales llevan también fibras nerviosas de la sensibilidad visceral desde
las vísceras, que conducen los impulsos dolorosos o reflejos

El sistema circulatorio se compone de los sistemas cardiovascular y linfático.

El corazón y los vasos sanguíneos componen la red de transporte de la sangre, o


sistema cardiovascular, a través del cual el corazón bombea la sangre por todo el
vasto sistema de vasos sanguíneos del cuerpo. La sangre lleva nutrientes, oxígeno
y productos de desecho hacia y desde las células.

El corazón se compone de dos bombas musculares: circuitos pulmonar y


sistémico.

1. Circulación pulmonar: Un circuito que va desde el ventrículo derecho a


través de los pulmones hasta el atrio izquierdo.
Mecanismo: El ventrículo derecho impulsa la sangre pobre en oxígeno
que procede de la circulación sistémica y la lleva a los pulmones a través
de las arterias pulmonares.
El dióxido de carbono se intercambia por oxígeno en los capilares
pulmonares, y luego la sangre rica en oxígeno vuelve por las venas
pulmonares al atrio (aurícula) izquierdo del corazón.
2. Circulación sistémica: Un circuito que va desde el ventrículo izquierdo al atrio 
derecho.
Mecanismo: El ventrículo izquierdo impulsa la sangre rica en oxígeno,
que vuelve al corazón desde la circulación pulmonar, a través del sistema
arterial (la aorta y sus ramas), con intercambio de oxígeno y nutrientes
por dióxido de carbono en los capilares del resto del cuerpo. La sangre
pobre en oxígeno vuelve al atrio derecho del corazón por las venas
sistémicas (tributarias de las venas cavas superior e inferior).

• Hay tres clases de vasos sanguíneos: arterias, venas y capilares.


La sangre sale del corazón y se distribuye por todo el cuerpo mediante las arterias,
los vasos de distribución final son las arteriolas, que aportan sangre rica en oxígeno
a los capilares. Estos forman un lecho capilar, la sangre de este lecho pasa a vénulas
de paredes delgadas, estas drenan en venas pequeñas que desembocan en otras
mayores.

La mayoría de los vasos del sistema circulatorio tienen tres capas o túnicas:
• Túnica íntima, un revestimiento interno compuesto por una sola capa de
células epiteliales extremadamente aplanadas, o endotelio, que reciben
soporte de un delicado tejido conectivo. Los capilares se componen sólo de
esta túnica.
• Túnica media, una capa media compuesta principalmente por músculo liso.
• Túnica adventicia, una capa o lámina más externa de tejido conectivo.

Vasos sanguíneos que transportan la sangre a una presión relativamente elevada


desde el corazón y la distribuyen hacia todo el organismo. Hay tres tipos de arterias.

A. Grandes arterias elásticas (arterias de conducción): Poseen láminas de


fibras elásticas en sus paredes, reciben inicialmente el gasto cardíaco. Su
elasticidad les permite expandirse cuando reciben la sangre de los
ventrículos, minimizar el cambio de presión y volver a su tamaño inicial, ej:
aorta, subclavia, carótidas.
B. Arterias musculares de calibre mediano (arterias de distribución):
Paredes con fibras musculares lisas, regulan el flujo de sangre a diferentes
partes del organismo. Ej: braquial o femoral.
C. Arterias de calibre pequeño y ateriolas: Estrechas y paredes musculares
gruesas.

Anastomosis: Son las comunicaciones intervasculares. Hay dos tipos:

Arterioarterial: Constituye una circulación colateral que regula la


distribución de la sangre. Hay tres subtipos de anastomosis arterioarteriales:
la anastomosis por inosculación arterias que se unen en su terminación (p.
ej., los arcos palmares); la anastomosis transversal unión entre dos arterias
paralelas y la anastomosis por convergencia en la cual las dos arterias se
fusionan en una (p. ej., la arteria basilar).
Arteriovenosas.

Generalmente devuelven la sangre pobre en oxígeno desde los lechos capilares


hasta el corazón. Las paredes son más delgadas. Son más abundantes que las
arterias. Hay tres tipos:

A. Vénulas: Menor tamaño, drenan los lechos capilares y se unen con otras
similares para constituir las venas pequeñas.
B. Venas medias: Drenan los plexos venosos y acompañan a las arterias de
mediano calibre. Ej: vena cefálica, basílica, safenas mayor y menor.
C. Venas grandes: Poseen anchos fascículos de musculo liso y una túnica
adventicia bien desarrollada, ej: vena cava superior.
Las paredes delgadas de las venas les permiten tener una gran capacidad de
expansión, lo que utilizan cuando el retorno de sangre al corazón queda dificultado
por compresión o presiones internas.

El 20 % de la sangre se encuentra en las arterias y el 80 % en las venas.

Los capilares son simples tubos endoteliales que conectan los lados arterial y
venoso de la circulación y permiten el intercambio de materiales con el líquido
extracelular (LEC) o intersticial. Los capilares se disponen generalmente en forma
de lechos capilares, o redes que conectan las arteriolas y las vénulas. La sangre
entra en los lechos capilares procedente de las arteriolas, que controlan el flujo, y
drena en las vénulas.
La sangre pasa a través de dos lechos capilares antes de llegar al corazón: un
sistema venoso que conecte dos lechos capilares constituye un sistema venoso
porta. Ejemplo el sistema porta hepático, donde la sangre intestinal es drenada
por la vena mesentérica inferior, la del intestino delgado por la vena mesentérica
superior y la del estómago, bazo y páncreas por la vena esplénica, todo esto
constituye la vena porta, la cual lleva al hígado toda esta sangre, del hígado
mediante la vena hepática se devuelve esa sangre a la circulación general llegando
hasta la vena cava inferior.
Permite drenar el exceso de líquido hístico y de proteínas plasmáticas al torrente
sanguíneo, así como eliminar los desechos procedentes de la descomposición
celular y la infección.
Los principales componentes del sistema linfoide son:

 Plexos linfáticos, o redes de capilares linfáticos: Se originan en un fondo


ciego en los espacios extracelulares (intercelulares) de la mayoría de los
tejidos, pueden penetrar fácilmente en ellos el líquido hístico sobrante, las
proteínas plasmáticas, las bacterias, los desechos celulares e incluso células
enteras (específicamente los linfocitos).
 Los vasos linfáticos: constituyen una amplia red distribuida por casi todo el
cuerpo, compuesta por vasos de paredes delgadas con abundantes válvulas
linfáticas. Hay capilares y vasos linfáticos en casi todos los lugares donde
hay capilares sanguíneos, a excepción, por ejemplo, de los dientes, el hueso,
la médula ósea y todo el sistema nervioso central.
 La linfa: es el líquido hístico que penetra en los capilares linfáticos y circula
por los vasos linfáticos. Suele ser transparente, acuosa y ligeramente
amarillenta, y tiene una composición similar a la del plasma sanguíneo.
 Los nódulos (ganglios) linfáticos: son pequeñas masas de tejido linfático
que se localizan a lo largo de los vasos linfáticos; a través de ellos se filtra
la linfa a su paso hacia el sistema venoso.
 Los linfocitos: células circulantes del sistema inmunitario que reaccionan
frente a los materiales extraños.
 Los órganos linfoides: son las partes del cuerpo que producen linfocitos: el
timo, la médula ósea roja, el bazo, las tonsilas y los nodulillos linfáticos
solitarios y agregados en las paredes del tubo digestivo y del apéndice.

Los vasos linfáticos superficiales se anastomosan y siguen al drenaje venoso,


finalizan en vasos linfáticos profundos, que acompañan a las arterias y reciben el
drenaje de los órganos internos. Ambos atraviesan los nódulos linfáticos, aumentan
de calibre y se constituyen los vasos linfáticos grandes que desembocan en vasos
colectores denominados troncos linfáticos que se unen para formar el conducto
linfático derecho o el conducto torácico.

 El conducto linfático derecho drena la


linfa que procede del cuadrante
superior derecho del cuerpo (lado
derecho de la cabeza, del cuello y del
tórax, además del miembro superior
derecho). En la base del cuello penetra
la unión de las venas yugular interna y
subclavia derechas, o ángulo venoso
derecho.
• El conducto torácico drena la linfa del
resto del cuerpo. Los troncos linfáticos
que drenan la mitad inferior del cuerpo
se unen en el abdomen, donde a veces
forman un saco colector dilatado, o
cisterna del quilo. Desde este saco (si
está presente) o desde la unión de los
troncos, el conducto torácico asciende hasta el tórax, lo atraviesa y penetra
en el ángulo venoso izquierdo.
 
Articulación de la rodilla:
Se trata en gran medida de una articulación sinovial de tipo gínglimo que permite
movimientos de flexión y extensión; no obstante, estos movimientos se combinan
con otros de deslizamiento, rodamiento y rotación alrededor de un eje vertical.
Consta de 3 articulaciones:

• Dos articulaciones femorotibiales (lateral y medial), entre los cóndilos


femorales y tibiales laterales y mediales.
• Una articulación femororrotuliana (femoropatelar) intermedia, entre la rótula
y el fémur.

La estabilidad de la articulación de la rodilla depende de:


1. La potencia y las acciones de los músculos circundantes y sus tendones
2. Los ligamentos que conectan el fémur con la tibia.

El músculo más importante en la estabilización de la rodilla es el gran cuádriceps


femoral, en especial las fibras inferiores de los vastos medial y lateral.

La cápsula articular de la articulación de la rodilla es típica, ya que consta de una


membrana fibrosa externa y una membrana sinovial interna que reviste todas
las superficies internas de la cavidad articular que no están recubiertas de cartílago
articular

• La membrana fibrosa está dotada de unas cuantas partes engrosadas que


forman ligamentos intrínsecos, pero su mayor parte es delgada. Se inserta
en el fémur superiormente, justo en situación proximal a los bordes
articulares de los cóndilos. Posteriormente, engloba los cóndilos y la fosa
intercondílea.
• La extensa membrana sinovial de la cápsula reviste todas las superficies
que rodean la cavidad articular (el espacio que contiene líquido sinovial) y no
están recubiertas por cartílago articular.

• El ligamento colateral fibular es resistente, extracapsular y similar a un


cordón. Se extiende inferiormente desde el epicóndilo lateral del fémur hasta
la cara lateral de la cabeza de la fíbula. El tendón del poplíteo pasa profundo
al ligamento colateral fibular y lo separa del menisco lateral. El tendón del
bíceps femoral queda dividido en dos partes por este ligamento.
• El ligamento colateral tibial es una banda intrínseca (capsular), resistente
y aplanada, que se extiende desde el epicóndilo medial del fémur hasta el
cóndilo medial y la parte superior de la cara medial de la tibia. En la mitad
de su recorrido, sus fibras profundas se insertan firmemente en el menisco
medial. El ligamento colateral tibial no es tan resistente como el fibular, y
por ello se lesiona con mayor frecuencia.
• El ligamento poplíteo oblicuo es una expansión refleja del tendón del
semimembranoso que refuerza la cápsula articular posteriormente cuando
se extiende por la fosa intercondílea. Se origina posterior al cóndilo medial
de la tibia y discurre superolateralmente hacia el cóndilo lateral del fémur
para fusionarse con la porción central de la cara posterior de la cápsula
articular
• El ligamento poplíteo arqueado también refuerza la cápsula articular
posterolateralmente. Se origina en la cara posterior de la cabeza de la fíbula,
pasa superomedialmente sobre el tendón del poplíteo y se expande por
encima de la cara posterior de la articulación de la rodilla

• Los ligamentos cruzados se entrecruzan dentro de la cápsula articular, pero


fuera de la cavidad sinovial. Se localizan en el centro de la articulación y se
entrecruzan oblicuamente en forma de X. Durante la rotación medial de la
tibia sobre el fémur, los ligamentos cruzados se enrollan uno sobre otro, y
por ello el grado de rotación medial posible está limitado a unos 10°. Por
contra, durante la rotación lateral se vuelven a desenrollar y permiten que
este movimiento alcance una amplitud de casi 60° cuando la rodilla está
flexionada aproximadamente a 90°, siendo el ligamento colateral tibial la
estructura que lo limita en última instancia.
o El ligamento cruzado anterior: evita el desplazamiento posterior del
fémur sobre la tibia y la hiperextensión de la rodilla
o El ligamento cruzado posterior: evita el desplazamiento anterior del
fémur sobre la tibia o el desplazamiento posterior de la tibia sobre el
fémur, y se opone a la hiperflexión de la articulación de la rodilla.
• Los meniscos de la articulación de la rodilla: placas («obleas») semilunares
de fibrocartílago que se sitúan sobre la cara articular de la tibia para
aumentar su profundidad y absorber impactos. Los meniscos son gruesos
en sus bordes externos y su grosor disminuye progresivamente hasta llegar
a sus delgados bordes internos libres

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