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La sorprendente noticia fue recogida también por periódicos como The New York
Times, mientras que Dan Price comentaba lo siguiente: “Pienso sencillamente que
esto es lo merecen todos. Yo lo veo como una inversión a largo plazo”.
Han sido diversas las consecuencias que ha generado la decisión como, por
ejemplo, la rotación del personal de la compañía se ha reducido drásticamente; ha
aumentado el índice de felicidad que la compañía mide a través de encuestas; ha
aumentado la productividad, ya que muchos trabajadores se han mudado a zonas
más cercanas a la oficina; ha aumentado el beneficio prácticamente al doble de
ejercicios anteriores y, aunque suene irónico, ha tenido lugar un baby boom en la
oficina desde que se comunicó la noticia.
Dan Price así mismo comentó: “Pienso que resulta sencillo centrase en el dinero
porque es fácil de entender y hablar sobre ello en los periódicos, pero no es sólo
una cuestión de dinero, lo que se ha proporcionado a los trabajadores ha sido una
sensación de autonomía y libertad, lo cual ha revertido de manera positiva en el
día a día de la compañía”.
El caso particular más conocido es el Alyssa O’Neal, empleada de Gravity
Payments, de 21 años y madre soltera, que iba casi a doblar su sueldo, el cual
emplearía en comprar una casa más cercana a la oficina y podría despreocuparse
de los costes de educación de su hijo.
Con la información anteriormente proporcionada, se solicita que el alumno
responda a las siguientes cuestiones:
Considero que las compensaciones económicas no lo son todo. Por supuesto, una
remuneración económica justa es importante para que todo empleado se sienta
motivado para dar lo mejor de sí en el trabajo… pero ésta es sólo la base.
¿Han hecho un buen trabajo? Haz que lo sepan. Todos necesitamos una
palmadita en la espalda de vez en cuando para tener ánimos de seguir
adelante. Y no, hacerlo no te volverá débil frente a los demás.
Trátalos con respeto. Las personas que se sienten felices con su empleo
permanecen en el por más tiempo, y además, dan mucho más de lo que se
espera de ellas. Reúnete con tus empleados con frecuencia
para asegurarte de que se sienten contentos con lo que hacen. Asimismo,
ten una política de “puerta abierta” para que se sientan cómodos de hablar
contigo de lo que sea que les incomode.
Dales autonomía. Diles qué es lo que deben hacer y ¡deja que lo hagan!
Pedirles reportes diarios o tener reuniones a cada rato reducirá
drásticamente sus ganas de trabajar,
Respeta su tiempo. Nada puede ser más frustrante que sentir que tu
tiempo no es valorado. Respeta sus horarios, así como tú esperarías que
respeten los tuyos.