INSTRUCCIONES PARA DESCUBRIR
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Si ustedes alguna vez quieren
descubrir a una bruja, les aconsejo
tener en cuenta lo siguiente:
Yo trabajo de boyero, es decir que soy el chico que
lleva a las vacas a pastar y las junta al atardecer.
Una noche, volvia al rancho después de una larga
jornada. Mi mama me esperaba con la cena lista.Iba cruzando el bosque de nogales y, ya cerca de]
rio, me salié al paso un atajacaminos que chocé contra
mi cabeza. Senti en la cara una pelusa himeda y as-
querosa.
Eso deberia haberme bastado para tomar por otra
senda, porque el atajacaminos es un pajaro que ade-
mas de tener esa humedad asquerosienta de pelusa, es
de mal agtiero.
Estaba por reanudar la marcha, cuando escuché un
murmullo de hojarasca algunos metros mas abajo. Me
puse en cuclillas y entre las sombras vi a una mucha-
cha joven que daba vueltas alrededor de un gran lapa-
cho.
Si ustedes se encuentran en una circunstancia pare-
cida, yo les sugiero que salgan corriendo. Es decir, de-
berian haber salido corriendo un rato antes, en cuanto
sintieron en su piel esa asquerosidad pelusienta y ht-
meda del atajacaminos. Pero en fin, si son medio sala-
mes y han decidido quedarse y hacerse los héroes co-
mo yo, aqui van las instrucciones:
26 —Atencion: muchacha joven dando vueltas alrededor
de un lapacho o cualquier otro Arbol en el monte pue-
de estar indicando que se hallan en presencia de una
bruja. Por lo tanto, hay que ocultarse y esperar hasta
que se defina la situacién.
Eso hice: me escondi entre los pastizales y escuché
el crujido de mis propias vértebras que se me ponian
de punta, como el lomo de un perro.
la muchacha se recost6 sobre la arena y se pas6 en
el cuello una especie de grasa con las manos. Esto es
casi la confirmaci6n de que se trata de una bruja.
ZQuién si no va a estar unténdose grasa en medio del
monte a esas horas de la noche? Peor: la cabeza se des-
prendié del cuerpo. Se
elev6 sola unos
metros y luego se
alej6 volando, se-
guida por su larga
y oscura cabellera
que flameaba como unabajo el mar. En este punto ustedes deben de.
cirse: basta para mi. Primero un atajacaminos, después
muchacha joven dando vueltas alrededor de Arbol, de
pronto untamiento de grasa en el cuello y por fin cae
beza que se separa y sale volando. Es definitivamente
una bruja. Si no salen volando ustedes también, es que
les falta un tornillo. Ese que me falta a mi, porque en
vez de huir gritando como un chancho, fui hacia el
cuerpo y me quedé mirandolo. Con mucho esfuerzo lo
di vuelta, para que la cabeza se colocara al revés cuan-
do regresara. Si la bruja vivia en el pueblo, al otro dia
todos podriamos reconocerla facilmente porque tendria
la cucuza mal puesta. Eso deben hacer ustedes en un
caso similar. Pero yo insisto en que lo mejor es cortar
la aventura en cuanto los choque el atajacaminos.
Si han llegado hasta aqui, atin queda algo. Yo corti,
tropezando con piedras y raices de Arboles, en la mis-
ma direccién de la cabeza.
La encontré un poco mas adelante, revoloteando so-
bre las aguas del rio.
Corté de una tusca la rama més espinosa y larga. Me
aproximé sigilosamente y le enredé en ella los cabellos.
La cabeza se vio prisionera y comenz6 a chillar y a in-
sultarme, pero yo saqué mi cuchillo de monte y le mar-
qué la frente de un planazo. Esto se lleva a cabo para
mayor seguridad: supongamos que al dia siguiente la
bruja, quien anda con la cabeza dada vuelta, se pone
una tdnica larga que le tape los pies y se las ingenia
para caminar hacia atras, sonriendo, fingiendo que no
pasa nada... ¢¢6mo nos arreglamos para reconocerla?
anguila
28sencillo: por la cicatriz en la frente que hemos tenido
la precaucion de marcarle.
Repasemos hasta aqui: ustedes son boyeros, vuelven
a sus casas por el monte, los choca un atajacaminos,
oyen murmullos, descubren muchacha girando en tor-
no a un 4rbol, muchacha se unta cuello con grasa, cue-
Ilo se corta, cabeza sale volando, ustedes siguen cabe-
za, enredan pelo con rama, cabeza empieza a insultar-
los, ustedes no le contestan, marcan frente con cuchi-
Ilo de monte que siempre llevan a la cintura. ¥ listo.
Hay que esperar hasta la mafiana para ver los resulta-
dos
Ahora, si han llegado hasta el final, hagan lo que yo
hice y lo que desde el principio tenemos ganas de ha-
cer todos: peguen un buen grito y escépense lo mas ra-
pido que puedan.
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