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"La Esperanza Dulce"

La stevia está cada vez más cerca de convertirse en un boom, según un grupo de
productores...

APARECIERON LOS GRANDES jugadores internacionales y la stevia puede ahora


dar el salto al que apostó la Cooperativa Entrerriana de Productores Orgánicos y Stevia
(Cepos). Nombres como Coca Cola, Cargill o Merck iniciaron el camino para el
desarrollo de este endulzante natural y, si bien no es tan fácil imaginar el efecto que
provocaría, por ejemplo, que la compañía de bebidas más difundidas del mundo
comience a utilizar stevia para endulzar sus gaseosas, se puede predecir que va a ser
impactante.

En tanto, a los socios de Cepos, con sede en Concepción del Uruguay, la posibilidad los
encuentra bien asentados con la experiencia de un lustro de perseverancia e insistencia,
pero prudentes, sin alimentar expectativas en exceso. "Este es un cultivo para realizar en
forma complementaria a otros", advierten. Eso sí, no dejan de proclamar las bondades
de una planta que tiene como mejor carta de presentación que es 300 veces más dulce
que el azúcar y que no trae perjuicio para la diabetes o la obesidad. O que se reproduce
a sí misma y en dos años permite duplicar su superficie.

Atentos a esta situación los productores de esta cooperativa están abocados a la


producción de plantines para conseguir nuevos aficionados a la stevia y de paso avanzar
en el mejoramiento de las variedades. De hecho, la especie lograda en esta zona de
Entre Ríos tuvo una adaptación poco menos que milagrosa y resultó más rendidora que
la stevia paraguaya, de donde es originaria la planta.

"Estamos buscando un crecimiento distinto porque parece que se acabaron las barreras y
todos van a empezar a ocuparse de esto", analiza Juan Palli, presidente de Cepos. La
idea la completa Guillermo Dus, a quien todos llaman ingeniero por sus años en los
claustros y porque es el encargado de los ensayos que realiza la cooperativa para
mejorar las variedades. "Apuntamos a desarrollar un cultivo más homogéneo, de mayor
altura para la cosecha mecánica y lo más erecto posible para que no dañe el mulching.
También a una variedad con hojas más grandes y que tenga rebrotes en menor tiempo y
que estén sobre una sola espiga (raquis) para facilitar el deshojado".

La stevia es un edulcorante natural del que se extrae un principio activo, el steviósido,


que en estado puro es mucho más dulce que el azúcar. Ya la hoja es 20 veces más dulce
y al ser una hierba tiene también propiedades terapéuticas: es reguladora de la cantidad
de glucosa en sangre, es decir, que puede ser ingerida por los diabéticos. Eso ayuda a
combatir la obesidad, y también sirve para regular los niveles de insulina.

ECONOMÍA
Desde Cepos enfatizan que para comenzar a producir stevia no hace falta más que una
hectárea, pero incluso se recomienda arrancar en un lote menor. "La persona que se
inicia debe cultivar entre 10 y 20 mil plantines, que ocupan un tercio de hectárea",
apunta Palli. La densidad por hectárea es de 60 mil plantas que producen 6 mil kilos de
materia verde (100 gramos por planta). Esa producción se puede conseguir con una sola
cosecha o hasta en tres o cuatro cortes en el año. Los 60 mil plantines se transforman en
6 mil kilos de planta seca lista para su comercialización como hojas dulces.

La cantidad de materia verde para mandar a secado es bastante considerable y puede


representar un problema. Justamente por esto se busca que la producción esté en manos
de productores hortícolas que destinen solo una parte de sus quintas y que, al cabo,
puedan obtener un interesante ingreso anual a modo de "plus" económico. "No creo que
se pueda vivir de la stevia solamente. No es la idea. Pero para cualquier horticultor es
más fácil de manejar que cualquier otro cultivo. Y no es un producto perecedero",
marcó Palli.

El mercado paga por el kilo de hoja entre 5 y 6 pesos (1,70 a 2 dólares). En las
herboristerías de Buenos Aires se venden en paquetes de 50 gramos a un valor que
ronda los $6,50 (130 pesos el kilo).

En la composición del precio tiene una fuerte incidencia el flete a los centros de secado,
que ronda el 10% del cultivo. "Se transporta mucho volumen y poco peso: una bolsa de
té grande lleva 10 kilos de hoja", explicó Palli.

La producción anual estimada es de 150 mil kilos, colocada casi en su totalidad en


herboristerías mayoristas, que demandan anualmente unos 400 mil kilos; el déficit se
cubre con la importación.

Guillermo Dus señaló que la unidad económica -la explotación mínima para producir
stevia- dependerá si se trata de un emprendimiento familiar o de uno comercial. "Con
una hectárea, una familia vive tranquilamente. Si se sacan 100 gramos por planta, en 60
mil plantas son 6 mil kilos que se venden a 6 pesos. Representan entonces un ingreso
bruto anual de 36 mil pesos. Pero si hay que hablar de contratar empleados -advirtió
Dus- se necesita un ingreso mayor", en ese caso la unidad económica está en el orden de
las 2 hectáreas.

La inversión inicial la calculan entre 7.500 y 8.000 pesos. Se trata principalmente de


conseguir las plantas (60 centavos el plantin, 6 mil pesos los 10 mil), la cobertura de
plástico para proteger las plantas (mulching) y el sistema de riego (1.500 pesos más).

VARIEDADES.
"La stevia da la posibilidad de concretar hasta 4 cortes (cosechas) en un año, decisión
que depende de las condiciones climáticas y del crecimiento de la planta", indicó Palli.
En este sentido es importante tener en cuenta que los cortes intermedios brindan
cosechas más pequeñas, por lo cual se debe evaluar cuánto incidirá la carga de trabajo.
"Tres cortes insumen 120 jornales al año, si pudiéramos hacer menos, sería mejor", dijo
el presidente de la cooperativa.

Cepos brinda el apoyo inicial a los productores, proveyendo de plantines y


asesoramiento para comenzar. "En nuestros cultivos hay 7 variedades que tienen el
mismo nivel de rendimientos a pesar de todas las mezclas. La ventaja que tenemos es la
amplitud térmica, las horas de luz, el buen tratamiento el riego por goteo y la colocación
del muching, siendo que fuimos los primeros que lo pusimos", dijo Dus. Palli agregó
que "en el mundo cada planta de stevia deja una o dos mudas -hijos o clones- por año.
En nuestra zona tenemos un mínimo de 5 o 6 de promedio y en algunos casos llegamos
a tener 55 mudas por planta''.

El aumento de una explotación individual, y previsiblemente de la cantidad de


productores y volúmenes de producción -si ocurre el boom-, traerán la necesidad de
mecanizar cosecha y poscosecha (sacar las hojas del tallo o despalillado). "Si no se
mecaniza se hace muy onerosa la parte de la mano de obra", adviertió Palli. El proceso
de tecnificación ya comenzó con la preparación del suelo, con la colocación de
coberturas plásticas y cintas de riego. "Pero hoy no tenemos grandes extensiones como
para pensar en una mecanización total. Es todo manual, como el control de malezas",
para lo cual se apoyan en la aplicación de herbicidas entre surcos.

Las intenciones hacia la stevia por parte de las grandes marcas implica dedicarse a una
planta que, hasta hace poco, se combatió con fuerte lobby. "Era un problema razonable
porque son instituciones que defienden sus patentes", atemperó uno de los
cooperativistas, con una conveniente visión de mercado.

UN CASO COMERCIAL
El emprendimiento de Julio Camaño es ejemplo de una explotación comercial. En su
quinta de 4 hectáreas, en las afueras de Concepción del Uruguay, empleó a dos personas
para cuidar unas 100 mil plantas en dos hectáreas, que producen 12 mil kilos de hoja
seca al final de la temporada, y proyecta llegar a las 6 has plantadas. El emprendedor
tiene una iniciativa comercial propia: un té saborizado con stevia que lanzará
próximamente, con la intención de colocarlo en el exterior. Camaño patentó la marca
para tres desarrollos: el té, la stevia en polvo (edulcorante) y como bebida.

"Empecé con 20 mil plantas hace 2 años. En mi caso realicé una inversión bastante alta,
de entre 15 y 20 mil pesos, para el sistema de riego y los rizomas. Y la respuesta fue
muy favorable", cuenta Julio. A una parte del lote la destinó a la producción de
plantines. "Hay 25 mil plantas que tienen entre 8 y 10 hijos. Para el año que viene va a
estar rizomado y se va a expandir: si de 25 mil plantas pueden sacarse aunque sea 5
hijos son 100 mil plantas nuevas. Pero ya la primera plantación se puede duplicar",
describió.

Respecto del cuidado, el productor apunta que "es una planta que necesita luz y mucho
sol". Desde septiembre hasta marzo o abril se riega dos veces por día "depende del
calor", bien temprano y a última hora, durante unos 20 minutos. "En invierno, la planta
está muerta por arriba, pero crece hacia abajo, haciendo los rizomas", ilustró. Las hileras
están realizadas a 80 centímetros con las mismas máquinas que hacen los surcos en las
plantaciones de frutillas

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