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Br.

Ángel Leonardo Reyes Zuarce


C.I. 26854354
Sección D412

ACCESO A LA ADOPCION DE LAS PAREJAS HOMOPARENTALES

Considero que es factible y es necesaria la aplicación de un convenio o

tratado donde las parejas homoparentales tengan acceso a la adopción

debido a que la misma no debe ser vista como una exigencia al Estado, sino

como una medida de eficacia que permitirá la posibilidad de que muchos de

los menores que se encuentran a la espera de una familia adoptiva, puedan

ser parte de un núcleo familiar convincente, prevaleciendo así el principio del

interés superior del niño niña y adolescente, sujetos de especial protección

tanto en las comunidades nacionales como internacionales, por su situación

de vulnerabilidad al no tener la capacidad de sobrevivir por sí mismos, si no

por el acompañamiento de un grupo determinado de personas que se

encargará de su cuidado y correcta educación propendiendo por su máximo

bienestar, conocido como familia, que cuide y promueva su desarrollo físico,

intelectual y psíquico.

Asimismo, el Estado como garante de derechos, no debe desconocer la

existencia de otros núcleos familiares, como las familias homoparentales,

limitando así la aplicación de una medida restauradora de derechos, a un

prospecto de familia exclusivamente heterosexual, ya que se daría una


desprotección a los derechos de los niños que están a la espera de un hogar

o que ya se encuentran bajo el cuidado de una familia homoparental.

Además, la viabilidad de la adopción igualitaria no es una medida de

reconocimiento de derecho de una comunidad específica, sino una

ampliación de la medida proteccionista del derecho a la familia del menor, al

aumentar el volumen de personas habilitadas para solicitar la adopción,

amplificando el número de probabilidades del infante de ser adoptado.

De allí, que la adopción homoparental ostenta la calidad, y desarrolla de

forma correcta y eficaz, la garantía constitucional y obligación internacional,

de mantener a los menores dentro del mínimo de sus derechos; pues al

permitir a toda persona idónea y capaz, sin importar su orientación sexual, el

cuidado y crecimiento de un menor, se amplía la posibilidad de brindarle a

más menores de edad, regresar al entorno social y poder desenvolverse

como personas criadas bajo principios y valores de una familia que bien no

es la natural, es la que le brindó el cuidado y protección bajo lazos de amor y

unión.

Para finaliza, es preciso hacer énfasis que la figura originaria de la familia

conformada por un hombre y una mujer ha cambiado, mutado adaptándose a

la realidad social del mundo actual y que ni la procreación ni la

heterosexualidad son requisitos indispensables para la constitución del

núcleo familiar

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