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LOS ESTADOS DEL YO

El tema de hoy es otro ingrediente para que yo me conozca, para saber


quien soy y, así, cómo puedo mejorar y a la vez para conocer al otro y así pueda
entenderlo.

Como ustedes saben todo este Ciclo está destinado al conocimiento


personal y al trabajo que debo efectuar para ir perfeccionándome.

Los temas que vamos viendo están vinculados o se complementan para


lograr el objetivo mencionado. Hasta ahora hemos visto tres temas:

El primero: La “Preacta de Fundación” del 27 de octubre de 1912.


Recordemos su parte medular: “Bajo la protección de María, queremos aprender a
educarnos a nosotros mismos, para llegar a ser personalidades recias, libres y
sacerdotales.”

La segunda: La “Inmaculada”. Habíamos concluido que “la lucha por reconquistar


la integridad, trabajo que Dios dejó para nosotros, aunque con su ayuda, es lo que
Schoenstatt llama el espíritu de Inmaculada. El que aspira al espíritu de inmaculada,
deja a su alrededor una atmósfera de Paraíso”. Habíamos dicho, además, que “El P.K. ve
a María Inmaculada como modelo del “hombre nuevo”. Esto está ligado íntimamente con
la meta de Schoenstatt: formar un “hombre nuevo” en una “comunidad nueva”. O sea,
que es nuestra tarea la de reconquistar la armonía interior, la integración, el orden de la
naturaleza humana, la belleza (lo que en latín se expresa como esplendor del orden).
Esto es totalmente aplicable a nuestro hogar, a nuestra familia. El espíritu de inmaculada
vivido es santidad, ideal que se manifiesta en la vida cotidiana (santidad de la vida diaria).
Como medios para la conquista del espíritu de inmaculada debemos educarnos en la
filialidad y en la pureza”.

La tercera: “El hombre armónico – La integración de la personalidad”. Donde


recordábamos lo que el P.K. nos dice de la integración. “Es el recto desarrollo de las
potencias fundamentales del hombre.” Es la armonía de las tres facultades:
SENTIMIENTO – INTELIGENCIA – VOLUNTAD.

Y, por último vamos a recordar las premisas que mencionamos, las que no
debemos olvidar ya nunca o, al menos, mientras estemos en la Federación:

* Estamos en Federación para mejorar nuestra vida y la de los que estén en


nuestro medio: cónyuge, hijos, Curso, hermanos, trabajo, sociales, etc.
* Nuestro objetivo no es llenar el intelecto, sino aplicar el conocimiento a la vida en
pos de mejorar y de esa forma ascender por el camino de la santificación.
* CONOCER – AMAR – VIVIR. Debemos tener el conocimiento de lo bueno. Amar
lo bueno. Bajarlo a la vida. Si hay un conocimiento que no se transforma en amor y que
no se hace vida, no es un conocimiento schoenstattiano, no es un conocimiento orgánico,
NO SIRVE.

Comenzamos ahora con el tema de hoy: LOS ESTADOS DEL YO. También se lo
llama ANÁLISIS TRANSACCIONAL, o bien ANÁLISIS DE LAS TRANSACCIONES.
Recordemos al Padre en sus comienzos en su afán de forjar en los jóvenes una
personalidad libre, firme y sacerdotal, lo que más tarde se llamará también apostólica. Y,
en esta etapa, es imprescindible conocerse a sí mismo, aceptarse a sí mismo y
conquistarse a sí mismo. Yo no me puedo aceptar si primero no me conozco y no me
puedo conquistar si primero no me acepto. De esta forma llegamos a esa personalidad
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conquistada y armónica, lo que Schoenstatt llama “el hombre nuevo en la comunidad
nueva”. Este hombre nuevo es un hombre armónico e integrado. Los estados del Yo, son
otra forma, otra variante para conocerse a sí mismo.
En nosotros es como si existiera en la mente una cinta grabada, no un cassete,
con dos bandas. En una de las bandas están grabadas órdenes, ciertas indicaciones,
ciertas programaciones. Estas órdenes pueden ser de tinte cultural: Ejemplo: no se come
con la mano, no hay que meterse el dedo en la nariz, no se le contesta a los mayores. De
tinte moral: Ejemplo: no darse un beso delante de la gente, no decir palabrotas. De tinte
religioso: Ejemplo: hay que ir a misa todos los domingos, antes de acostarse hay que
rezar, confesarse una vez al año. Son programaciones para cosas que debo hacer y para
cosas que no debo hacer. A estas órdenes o programaciones que tenemos grabadas en
una de las bandas de la mente, las vamos a llamar EL PARENTAL. Se le llama parental
porque se grabaron con enseñanzas de los padres, abuelos, tíos que nos criaron, o sea,
por lo de pariente. Esto, que se nos grabó en los primeros años de vida, lo vamos a ir
repitiendo cuando seamos grandes, sin que nos demos cuenta. Son comportamientos,
palabras, acciones, que están grabadas en mi parental.

En la otra banda, están grabados elementos emotivos: sensaciones, sentimientos,


alegrías, gozos, tristezas, angustias. También elementos lúdicros: juegos, un buen chiste,
el deporte, todo aquello que me distiende y me permite escaparme de la aceleración del
día, incluye la creatividad, pintar un cuadro, componer una canción o mirar un atardecer.
Y, por último, todo lo que hace a lo instintivo: el hambre, el comer, lo sexual, la
conservación de la vida, la subsistencia, el prosperar en la vida. Todo esto se registra en
la etapa de la infancia, por eso se lo llama EL INFANTIL. También se lo llama EL NIÑO,
en el sentido evolutivo de la persona, no en el sentido del ser niño ante Dios, tema que se
verá más adelante.

De tal forma la persona entre los cinco y seis años ya tiene formado su
PARENTAL y su INFANTIL. Estos estados tienen algunas características:

1. Ambos son arcaicos. O sea, no son elementos racionales. Es algo que


está puesto en mí desde hace mucho tiempo. No es un desarrollo de mi raciocinio.
No es algo que yo lo haya elaborado. Desde los primeros años de mi vida yo vivo del
Parental y vivo del Infantil.

2. Ambos son imborrables. Por ejemplo siento un “cuidado”, y recuerdo la


imagen de mi padre o de mi madre. O veo un perro, y de chico me mordió uno, y
entonces siento miedo, tenga la edad que tenga. Me voy a desarrollar y crecer con
este elemento infantil y con este elemento parental.

3. Son neutros, desde un punto de vista moral. No son buenos ni malos.


Va a depender del contenido concreto que esté grabado. Ejemplo: no metas la mano
en el enchufe; no juegues con fuego; debes hacer deportes. Pero también pueden
haber algunas órdenes o sensaciones negativas, que se gravaron merced a una
mentira o a un error del transmisor, como por ejemplo no comenzar un trabajo o a
estudiar una materia un día martes, porque trae mala suerte. También depende que
sea bueno o malo según la oportunidad: reírse es bueno, pero no largar una
carcajada en un velorio; comerse un lomito es bueno, pero no sacarlo del bolsillo en
medio de la Misa.

4. Son increíblemente influyentes. Ello es porque condicionan mi vida.


Voy actuar muchas veces según mi parental y voy actuar muchas veces según mi
infantil, sin siquiera darme cuenta. Voy a actuar o decir cosas igual a mi papá o a mi
mamá sin darme cuenta. Y del mismo modo pasará con nuestros hijos, para bien o
para mal.
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Ya conocemos qué es EL PARENTAL y qué es el INFANTIL. Veremos ahora un
tercer elemento. L persona, ya a los diez meses de su vida empieza a distinguir las
cosas. Va descubriendo que éste es papá, que ésta es mamá. Va descubriendo qué es
bueno y qué no es bueno. Advierte que si le hace falta algo y llora, lo van a asistir.
Empieza a formarse en él el tercer elemento, que se lo ha dado en llamar EL ADULTO.
El ADULTO es como un banco de datos. Este banco de datos surge de la “confrontación”
con la realidad. Es una confrontación, no con lo que me dijeron, no con lo que siento, sino
con la realidad. Va sabiendo qué es real y qué no es real. Más adelante, el Adulto captará
las órdenes que vienen del Parental, los deseos, sensaciones, instintos, que vienen del
Infantil, hará un proceso de elaboración, un juicio y llegará a la conclusión de un Sí, un
No o un más tarde. Éste es el trabajo del Adulto. En el ejemplo de recién, si tengo ganas
de reírme, salgo afuera, me voy lo suficientemente lejos y entonces sí largo la carcajada.
O bien, espero salir de la Misa y entonces sí me como el lomito. Me entran las ganas de
hacer un deporte, no voy a salir del trabajo para ir a jugar a la pelota; cuando termine mi
jornada de trabajo me voy a jugar un rato. Tengo ganas de ver a mis hijos, dejo todo y
salgo corriendo. No, mi Adulto me dirá “más tarde” cuando termines tus compromisos. El
Adulto es entonces el control remoto para manejar las órdenes del Parental o los
requerimientos del Infantil.

Hasta aquí la teoría de la mente humana. Pero la práctica nos muestra que no
existe un solo parental, sino que pueden haber hasta tres parentales: a) Un Parental
DOMINANTE. Así me educaron y así educo; y lo proyecto en la casa. La casa es como
un cuartel. De noche no se sale. No se sientan a la mesa sino se han lavado las manos.
b) Un Parental NUTRICIO. Siempre protegiendo, nutriendo, alimentando, cuidando. Ponte
el saco para salir. No hay que cruzar la calle. Auque tengas quince años yo te llevo a la
escuela porque te puede pasar algo. c) Un Parental RESPONSABLE. Se caracteriza
porque en vez de dar órdenes o proteger, da razones. Ponte el saco porque hace frío y te
puedes enfermar. No cruces la calle sin mirar para ambos lados porque puede venir un
vehículo y te puede atropellar. De noche no se sale porque la calle está muy peligrosa.

También podemos decir que hay tres Infantiles: a) Un Infantil SUMISO en


contraposición a un Infantil REBELDE. 1) Un Infantil SUMISO. Me someto por miedo, por
temor. Mi papá es tan grande y sabe todo, que qué puedo hacer yo tan indefenso.
También puede ser por especulación; miedo a perder ciertos privilegios. Si obedezco,
sigo siendo el preferido y me otorgan todo lo que pido. 2) Un Infantil REBELDE. Según el
temperamento de la persona puede que no tolere las órdenes y se transforma en un
rebelde, un contra. El que posee un Infantil Rebelde, siempre está protestando,
agrediendo, defendiéndose. b) Un Infantil PROFESOR. Sabe, y usa, que si llora le dan lo
que quiere. Más tarde usará artimañas en la escuela para aprobar sus materias, copiando
en sus exámenes o conquistando al maestro o profesor para que le mejore las notas. La
esposa que quiere algo del marido y cuando llega le dice “hola mi amor, que cansado te
ves, siéntate que te preparo unos mates”, y después viene el pechazo. Prácticamente
toda la propaganda se basa en el niño profesor. Usan mentiras, argucias, artificios, para
lograr el objetivo. c) Un Infantil NATURAL. Es el del placer, el canto, le gusta jugar, le
gusta dormir, le gusta satisfacer sus instintos.

Existen ciertos indicios que nos permiten detectar un determinado Parental o


Infantil: a) Palabras: “Nunca”, “Jamás”, un parental dominante o un “como vos digas” un
infantil sumiso; b) Tonos: El tono con que se expresan denota un determinado parental o
infantil; c) Gestos: Orden señalando con el dedo índice, un seño fruncido (parental
dominante), un puchero cuando me dicen algo (infantil sumiso o profesor); palmear la
espalda del otro (un parental nutricio o bien un niño profesor, según la circunstancia). Si
la persona mima, tiene una parental nutricio grande; si se deja mimar, tiene un infantil
sumiso grande.
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También el Adulto se advierte por palabras o gestos. Ejemplo: no te preocupes
vamos a buscar la forma de solucionarlo o bien un gesto de escucha empática. El marido
llega a la casa y su esposa le dice: he tenido un día terrible. Vos siempre con problemas,
deja ya de quejarte: un parental dominante; o bien, venga mi amor que aquí está su
maridito para cuidarla: un parental nutricio; o bien, y yo también, no te imaginas lo mal
que lo he pasado: un Infantil Sumiso; o bien, cuéntame que te ha pasado y le
buscaremos una solución: el Adulto.

Cuando estoy buscando información o aclaración, se manifiesta el Adulto; cuando


grito o mando, se manifiesta el Parental y cuando salto, juego o todo me lo tomo a chiste,
se manifiesta el Infantil.

CONTAMINACIONES

Existen Contaminaciones en el Parental o en el Infantil que oprimen o no dejan


actuar bien al Adulto. Las contaminaciones son mentiras vendidas por verdad, son
prejuicios. Los prejuicios pueden ir en contra de personas, de razas, de la religión, de la
educación, de la cultura. Los ricos son explotadores; los negros son malos; hacerse cura
es porque no consiguió novia o porque es aburrido.

Están los estilos de vida rígidos, llenos de tradiciones que nacen por
contaminaciones del Parental. Por ejemplo el puritanismo; la intransigencia: no aceptar a
la persona que miente. Lo que no se debe aceptar es la mentira. También el Infantil tiene
contaminaciones que a la vez contaminan al Adulto y no lo dejan actuar con libertad: el
subjetivismo, complejos de inferioridad, libertinaje, rebeldía, estados de ánimo, necesidad
de reconocimiento como algo imprescindible.

Se dan casos que el Parental está contaminando al Adulto y también el Infantil


está contaminando al Adulto. En consecuencia el Adulto queda muy reducido con lo que
entra en un estado de confusión, de incoherencia y la persona entra casi en un estado de
depresión. La depresión, desde un punto de vista psíquico, es que el Parental le está
pegando fuertemente al Infantil: Me dijo mi padre que debo ser el mejor y no me da la
inteligencia y tengo ganas de jugar un rato o de salir con mis amigos y, como no lo logro,
me siento mal, me frustra y me deprime. Esto se repite en la vida y me pasará en la
profesión, en mi casa, en el trabajo y, porqué no, en el Curso.

Hay otra contaminación más rara pero que se advierte en algunas personas. Es la
contaminación del Adulto hacia lo Parental y lo Infantil. El adulto es muy grande y oprime
al Parental y al Infantil. Todo está en base a la razón, no existen gestos de amor, no hay
un Parental nutricio para el hijo, ni experiencias que sirvan, nada me alegra, nunca me
río, no siento placer por nada. Se transforma en una computadora, en un ser aburrido y
amargado. Es necesario descontaminar, porque si no, tarde o temprano explota y se
arma una catástrofe, porque la naturaleza humana no lo tolera.

Ustedes estarán pensando, bueno y entonces que tenemos que hacer: el Parental
es malo, el Infantil es malo y, como si fuera poco ahora también el Adulto es malo.
Recuerdan cuando hablamos de la Inteligencia, una Inteligencia no contaminada sería el
Adulto no contaminado. También dijimos en esta charla que estos estados son neutros, ni
malos ni buenos. Según los momentos debemos permitir actuar a uno o a otro. Por
ejemplo, yo les he hablado desde un Parental Responsable y ustedes me han escuchado
desde el Adulto. Ahora terminamos y sacamos a pasear el Niño o el Infantil, preparamos
la comida porque tenemos hambre y si hay que contar un chiste, lo contamos y nos
reiremos. Si se está incendiando la casa, tengo que usar el Parental Dominante: traigan
agua, rápido. Si tengo un hijo enfermo, además del Adulto para solucionar el problema,
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usaré el Parental nutricio para hacer sentir bien al niño. Si estamos en la reunión de
Curso, tenemos que usar el Adulto, para resolver las cosas, informarnos y sacar
conclusiones.

Todo esto nos sirve para analizarnos a nosotros mismos, buscar cuales son
nuestras tendencias naturales y donde están las contaminaciones. Una vez que
conocemos esto, tenemos la oportunidad de trabajarnos e ir forjando una personalidad
mucho más armónica.

CAMINOS PARA DESCONTAMINAR EL ADULTO

1) Darse cuenta: Descubrir que existe una contaminación. Puede ser a través del
diálogo interno. Ejemplo: Siempre que hablo con alguien, quedo mal; cuando me
dicen algo, me pongo molesto; dicen un chiste y me cae gordo; me siento triste,
realmente hay alguna razón. También puedo darme cuenta a través de lo que me
dicen: ¿Qué pasa que estás nervioso?; te noto triste; no reaccionas bien cuando
te hablan. Nosotros, matrimonios, ahora que conocemos estos estados, es bueno
que nos ayudemos al cónyuge a percibir que algo pasa. Y en lugar de pensar que
soy una porquería, diré: ¿Qué estado del yo tengo lastimado? Es el adulto que se
siente invadido por el Niño o el Parental? Es el Parental, porque le está pisando
su terreno? Es el Niño que tiene una necesidad y no puede satisfacerla? Todo
análisis se hace con el Adulto. Sólo el Adulto analiza la realidad.

2) Percibir el detonante: Una vez que nos damos cuenta que existe una
contaminación, debo analizar qué es lo que me lleva a esto. La orden del Jefe que
no me cayó bien; la forma en que se dirigió mi cónyuge al hablarme; quería
lucirme en mi charla y no me consideraron.

3) Detenerse a pensar: Los problemas o se resuelven pensando o se resuelven


mal. Hay que trabajar con el Adulto. Para ello es necesario eliminar la ansiedad.
La ansiedad me produce nerviosismo, miedo, atropellamiento. La ansiedad no
corresponde al Adulto y si no la hago a un lado, no permitirá que el Adulto actúe
con libertad. Los problemas de nerviosismo, miedo, atropello, inseguridad, son
provocados por programaciones no trabajadas o no depuradas.

4) Hablar: El hablar tiene dos ventajas: Una que me desahogo; mientras voy
hablando, estoy pensando; me sereno, organizo la confusión, y la segunda es que
va a primar el objetivismo del que me escucha a mi subjetivismo y de esta forma
me puede aconsejar. Al hablar bajo las cosas a la realidad. No hay que tener
miedo ni vergüenza de hablar, de preguntar. Esta es la ventaja que tienen los que
saben hacer un buen diálogo conyugal. Es hermoso usar el diálogo para contarle
a mi cónyuge qué problemas tengo. Con mi cónyuge puedo hablar de todo, pero
no siempre el cónyuge estará en condiciones de aconsejarme. Cuando se trata de
situaciones específicas, hay que hablar con la persona indicada. Si tengo una
dolencia física, tendré que hablar con un médico. Si el vehículo me anda mal,
tendré que hablar con el mecánico.

5) Tomar opciones: Hay que tomar opciones serias y ponderadas. Ellas se toman
con el Adulto. Si quiero estar alegre, no tengo que ponerme a pensar en cosas
tristes. Si quiero ser fiel a mi cónyuge, no tengo que andar tirándome lances con
otras mujeres o en el caso de las mujeres, coqueteando con otros hombres. El
Adulto tiene que enfrentar al Padre y al Niño. El Parental me dice: tengo que
adelgazar. El Niño: qué bueno, tenemos una fiesta donde habrán ricas tortas. El
Adulto toma una decisión ponderada: No voy a la fiesta.

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6) Relativizar: Relativizar las órdenes que vienen del Padre y las que vienen del
Niño. No porque venga del Parental, lo voy a descartar y lo mismo pasa con el
Infantil. Las normas morales vienen del Parental, luego las analizo y si
corresponden las adopto. Igual pasa con el Niño. Si me dice que tiene ganas de
comer un chivito y puedo hacerlo, bien, de última espero al domingo y satisfago
ese deseo. Si he contraído un compromiso, el Parental me dice que debo
cumplirlo y eso está bien. Relativizar es encausar al Parental y al Infantil.
Lógicamente, quien lo hace, el Adulto.

7) Sacar experiencias: Todos tenemos un lado vulnerable. Si duermo poco al otro


día estoy mal, contesto mal y estoy muy negativo. Eso me debe servir como
experiencia y lo debo tener en cuenta. Las situaciones senos van a repetir
muchas veces en la vida. Entonces utilizo esa experiencia: ante tal circunstancia,
obré de tal forma y no me fue bien o tal proceder me resultó perfecto. De igual
forma, todos tenemos nuestro lado fuerte. Aquello que me ayuda, me resulta y me
hace sentir bien. Debemos aprovechar el lado fuerte que tenemos. Debemos
cuidar de no azuzar el Parental del otro. Si yo sé que si llego tarde el otro se
molesta, bueno, trato de no llegar tarde y todo andará mejor.

La contaminación es una esclavitud. El proceso de descontaminación es la


liberación. Es muy hermoso permanecer bien. Para ello quizás debo adoptar una actitud
diferente. No será ni el Padre ni el Niño quienes manejen mi vida, sino el Adulto, quien
luego de un claro análisis, dará permiso, cuando corresponda y convenga, al Padre y al
Niño.

TIPOS DE TRANSACCIONES

Hay que buscar aquellas transacciones que no ocasionen problemas o


malestares, para ello debemos conocer que tipos de transacciones se pueden dar.

1. Transacciones paralelas o complementarias: Son las que se producen en trazos o


vínculos paralelos. El análisis transaccional las llama también complementarias porque
ambas partes se complementan.

a) Las que se dirigen de Parental a Parental y retornan de Parental a Parental:


Tenemos un gobierno corrupto. Contesta: Tienen que irse todos. Los jóvenes de
hoy son unos maleducados. Contesta: No son como éramos nosotros. Y así se
entretienen largo rato criticando situaciones.

b) Las que se dirigen de Adulto a Adulto y retornan de Adulto a Adulto: Hoy es un


hermoso día. Contesta: El sol ayuda a vivir. Buena charla la de los Reitano.
Contesta: Estaba muy interesante. Si este tipo de transacción se estira por mucho
tiempo, la cosa se pone aburrida.

c) Las que se dirigen de Niño a Niño y retornan de Niño a Niño: A mí, al truco no me
gana nadie. Contesta: Porque todavía no te has topado conmigo.

d) Las que se dirigen de Padre a Niño y retornan de Niño a Padre: Estás cansado,
ve a dormir. Contesta: Sí, no doy más de sueño.

e) Las que se dirigen de Niño a Padre y retornan de Padre a Niño: estoy muy
cansado, me puedo ir a dormir. Contesta: Por supuesto, eso te hará bien.

f) Las que se dirigen de Adulto a Padre y retornan de Padre a Adulto: Necesitaría el


auto en este fin de semana. Contesta: Si en realidad te hace falta, podés usarlo.
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Este tipo de transacciones brindan satisfacción, aprobación. Pero se pueden
tornar aburridas.

2. Transacciones cruzadas: Estas transacciones son conflictivas y se llaman así porque


se produce un cruce las líneas o vínculos. Las expectativas no son satisfechas. No me
responden de acuerdo a lo que yo esperaba. Podemos mencionar cinco tipos:

a) La transferencia: Se dirigen de Adulto a Adulto y retornan de Niño a Padre: Se


produce una transferencia del Niño a la figura paterna del que hizo la pregunta.
No has visto mi reloj. Contesta: Qué pensás que yo te lo escondí.

b) La contra transferencia: Se dirigen de Adulto a Adulto y retornan de Padre a Niño:


Origina prejuicios. No has visto mi reloj. Contesta: Siempre andás perdiendo todo.

c) Insolencia: Se dirigen de Padre a Niño y retornan de Adulto a Adulto: Andá a


dormir, estás cansado. Contesta: Estoy lúcido, voy a seguir trabajando. También
la bofetada a Jesús: Contesta: Si he hablado mal, dime qué y si he hablado bien,
porqué me pegas.

d) Exasperante: Se dirigen de Niño a Padre y retornan de Adulto a Adulto: Estoy


cansado, vamos a dar una vuelta. Contesta: De acuerdo, pero primero
terminemos la tarea.

e) Transacciones cruzadas radicales: 1) Se dirigen de Niño a Padre y retornan de


Niño a Padre: Estoy muy cansado, no podré ayudarte. Contesta: Yo estoy tan
casado como vos. 2) Se dirigen de Padre a Niño y retornan de Padre a Niño:
Nunca ordenás tu ropa. Contesta: Para qué, si vos nunca limpiás la pieza. Suele
darse en algunos matrimonio. No hay posibilidad de diálogo. No hay que
continuar, es conveniente cambiar el diálogo.

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