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Rosa Luxemburgo

Sobre los mandatos polacos


en el congreso socialista
internacional de París
 

Escrito:14 de septiembre 1900

Fuente de esta edición: Traducción tomada del MIA.org francés

Traduccion: Carlos Guerrero, con cuyo permiso aparece aqui.

Transcripcion/html: Rodrigo Cisterna, abril de 2014.

Es con profundo pesar que tengo que seguir presentando las quejas de mis
camaradas en contra de la mayoría de los delegados polacos. No es, de hecho, la
primera vez que vamos a escandalizar un Congreso de la Internacional Socialista,
por el espectáculo de la discordia y la animadversión que existe dentro de la
delegación polaca. Por supuesto que todos los ciudadanos recuerdan las disputas
que surgieron con los mandatos de Polonia del Congreso Internacional en Zurich
en 1893, las del Congreso de Londres en 1896, y hoy en día, la mayoría de los
delegados polacos quiere abusar sus derechos de monopolio y tratar de degradar
la Polonia socialista ante el mundo entero.
No se trata aquí de formalidades o irregularidades, o incluso ni dudas sobre la
validez de los mandatos en disputa, se trata en el fondo de controversias de
programa, de táctica de la política socialistas.

Ustedes saben todos que hay en el movimiento socialista polaco dos corrientes.
Por un lado, los socialistas puramente internacionalistas que acepten la anexión,
y quieren caminar de la mano con sus hermanos en todos los países, sin tener en
cuenta la lamentable división que tuvo lugar entre Rusia, Alemania y Austria
estos son mis amigos y yo que tienen el honor de representar a esta fracción. Por
otro lado los socialistas más o menos nacionalistas que siguen con todo el plan de
utópico y fantasioso de la reconstitución de Polonia. Es precisamente contra esta
utopía dañina en contra de esta tendencia nacionalista, estamos luchando con
fuerza, creemos que el proletariado no es capaz de cambiar la geografía política y
capitalista, ni restaurar Estados burgueses, sino ellos están obligados a
organizarse sobre las bases políticas existentes, creadas históricamente para
lograr la conquista del poder socialista y la República Socialista y
Social (Aplausos) , que solo puede librar al proletariado del mundo entero.

En todas nuestras reencuentros en campo de los principios y teorías, son siempre


ellos, los socialistas nacionalistas, quienes ven obligados a capitular son ellos
mismos quienes pusieron en fuga, batidos, y no se atreven a reencontrarnos en
pleno día y no les queda como un medio para luchar contra nosotros que la
intriga y la calumnia. Fiel al principio de la política de los jesuitas, los fines
legitiman los medios, tratan de atacarnos por la espalda, tratan de calumniarnos,
diciendo que estamos al servicio de la policía, como portavoces de la política
germanizadora del gobierno, ellos buscan llegar al Congreso socialista en
número bastante grande para formar la mayoría y echar a la calle, de la manera
más simple y más cómoda, a sus oponentes políticos.

Por otra parte, ciudadanos, no se trata aquí más que de dar la oportunidad a mis
dos amigos y a mí, cuyos mandatos fueron cuestionados de asistir a las
deliberaciones del Congreso. Yo, fiel a mis principios del socialismo
internacional, yo pertenezco también a la delegación alemana, aquí estoy y aquí
permaneceré (Aplausos) Pero se trata de los proletarios polacos desposeídos de
delegados de la Alta Silesia y Varsovia que desean participar en las
deliberaciones de sus hermanos en todo el mundo y que tienen derecho, se trata
entonces de los principios de la justicia y el honor socialistas. Créanme,
ciudadanos, tengo la garganta llena de lágrimas por verme obligada a denunciar
aquí el vergonzoso proceso de mis camaradas polacos. ¡Cómo! nos reunimos
aquí para deliberar sobre las vías y los medios para luchar, ¡y cómo! ¡No hemos
reunido aquí para liberar a la humanidad de la moral burguesa y las mentiras
dogmáticas, y utilizamos los mismos procesos entre nosotros! Ellos sienten
avergonzados, se ruborizan, ellos vienen a las deliberaciones sobre las cuestiones
más puras, las más nobles de la humanidad, con la moral de la burguesía y con la
mala fe de los jesuitas! (Grandes aplausos). Yo les aseguro mi más profundo
desprecio, y denuncio a todo el mundo socialista como indignos del nombre
honorable de polacos y socialistas! En cuanto a ustedes, ciudadanos, les solcito,
por unanimidad validar todos los cinco mandatos impugnados, que están en
manos de los socialistas sinceros. (Más aplausos) Ustedes mostraran a estos
socialistas que el ideal de nuestra causa no es sólo la igualdad económica y la
libertad política, sino que está basada en los principios esenciales de la buena fe,
la justicia y la hermandad (aplausos) ●

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