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‘VINAA Ns WaratHodd voisya NOIovonaa gq viuviauoas NOIOWN V7 30 NOIOVONGZ 3q O1ALSINIM | 2 8 2 S 8 8 g 3 2 z ‘SERIE EDUCACION OCTAEDRO PENSAR LA k [* FERNANDO HERNANDEZ EDUCACION Y CULTURA VISUAL MINISTER BTS -AN DE LA NACION OCTAEDRO, Coleccidn Repensar la educacin, 028 Sem reasons Coleccion dirigids por suana Marla Sancho y Fernando Hernandez Primera edicon: marzo de 2000 (© Fernando Hernandez, 2000 (© Derechos excusives de ecciom Ediciones Octaed'o, SL Bain, § - 08010 Barcelona “el: 93 246.40 02 ~ Fax 93 231 18.68, ‘emai octaecho@octaedro com ‘Guedan igurosamente prohibits, sina autorizacin ect de os tuaes ‘dl Copyngt. bo a ancons sable das en sees, reproduc total arsal ode esta obra por clue! edo 0 proceinento, compress io reno ye raat nico, Is6N: 4-8063-416-2 Deposito egal 8. 4.454-2000 Innpresion:Limperaaf, Imoreso en Espana Printed in Soain PROLOGO Una primera version de este libro se publicé en 1997 en la coleccion Cua- dernos de Cooperacién Educativa de Publicaciones M.C.EP En un corte plazo de tiempo (para lo que suele ser habitual entre los libros de educacién) la pri- mera edicién se agot6, prueba de que alguna sintoniz ha encontrado lo que entonces planteaba entre los educadores, no sdlo entre quienes estan proxi- ‘mos al campo de la cultura visual 0 de la educacion artistica, sino entre quie- nes compartimos la necesidad de ropensar la educacién. De hecho las refle- iones, sugerencias y criticas mas interesantes (porque me han servido para replantearme algunas cuestiones y considetar aspectos nuevos) han venido de «fuera» de la educaci6n artistica. Supongo que debido a que lo que el libro Plantea pone en cuestién algunas inercas, revisa muchos presupuestos y sugiere una diteccién en la que los limites de competencia disciplinar © de materia no estén fijados. Pero sobre todo, tengo la impresion de que el con- tenido de este libro aparece en un momento problemtico, pues no esta afian- ado el reconocimiento del lugar del arte en a educacién y de quienes han de impartrlo en la escuela. Ademés, lo que aqui se plantea choca de manera frontal con lo presentado por la reforma curicular, sobre todo en secundaria, donde la introduccién del lenguaje visual come eje articulador, todavia resulta luna novedad para la inmensa mayoria del profesorado. Y ya se sabe que los ‘cambios, sobre todo en educacién, ocurren de una manera lenta y 2 saltos Pero el libro que ahora se presenta, aunque toma como base aquella pri- mera edicién, ha sido revisado a fondo a ralz de su publicacién en portugues por la editorial Artes Médicas de Porto Alegre. En particular, he vuelto los pasos sobre algunos conceptos que no quedaban claros, revisado la biblio- gratia y ampliado nociones como la de cultura visual que resulta esencial para el hilo argumental que el texto trata de construir. Ademas de introdu- cir frecuentes referencias sobre Ia educacign brasilena para que el libro fuera as pr6ximo a los nuevos lectores. La presente edicion toma coma base el texto escrito para Brasil, privan- dolo ahora de las vinculaciones con aquella realidad miltiple y compleja, ‘demas, he incorporado algunas de las preguntas y matizaciones que Miriam Celeste, la responsable de la revision técnica en portugués, hizo de algunos aspectos del libra en los multiples correos electrénicos que inter- cambiamos, Experiencia que supuso para mi una rica fuente de reflexion sobre las muitipies formas de comprension que tiene un texto, que se escri- be sin un lector impiicito definido mas alla de la esfera de lo proximo y que se amplia y transforma cuando recibe una lectuta inteligente, Con estos antecedentes pretendo que quede fijado que este libro res- ponde a una trayectoria viva y que la presente version presenta cambios im- portantes respecto a la primera publicacién aparecida hace ahora dos aftos. Una de las novedades es el prélogo que viene a continuacién, en el que trato de precisar el contexto, el marco de influencias, ademas de algunas aclaraciones, sobre mi relacién con la culture visual y la educacién artstica, Sobre coyunturas biogréticas Si el lecior ene alguna referencia de mi trayectora vinculada a la educa- cion, de mis intentos por situarme en los margenes frente las propuestas aque tratan de homogeneizar y de elude todo debate crtico; de mis ever 205 por explorary compat lugares, como los proyectos de trabajo, desde los que repensar fa educacién; de m’ interés por la formacion del profesora- do desde una perspectva de construcci6n del conacimiento de manera compartda, este lector, digo, suele quedarse perpejo cuando me ve asacia do a un campo como el de la Educacion Artistica. Por eso no es de extraflar que, con frecuencia, me suelan plantear desde la sorpresa, como es que trabajo en una Facultad de Bellas Artes y no en una de Educacion, Suelo responder que la trayecora de cada uno est formada por lo que Seymur Teymur (un arauitecto de origen turca a quien conoci en Inglaterra y que me descubrié cdmo romper bareras al acercarns a os cis cursos sobre el entorno construida} denomina «coyunturase. Una de ellas es la boarafica que suele estar unida con la profesional y la politica. En este sentido, mi relacion con el conocimientovinculado a las artes visuales se remonta a 1s incios de la década de los aos ochenta, cuando trabaleba ‘como psicopedagogo en un municipio proximo a la ciudad de Barcelona, al tiempo que fralzaba mri tess dactoral sobre el contextohistrco dela «psi cologia exoldgica» Fue entonces cuando la que hasta entonces habia sido Escuele de Bellas {tes se transformaba en facultad de la uriversidad de Barcelona y donde, 8 rmucacny area ws debido a mi interés por la psicologia ambiental, pude optar por una plaza de profesor para impartir fundamentos de psicologia, Esto me llev6 a acer- carme a un campo de conocimientos, los que giran en torno al sistema del arte, repleto de rristfcaciones al tiempo que mediador de concepciones sobre la realidad y sobre los indviduos, que me parecié de un enorme atrac- tivo, No s6lo desde el punto de vista intelectual, puesto que me permitio ejemplificar lo que podia constituir una psicologia cultural, sino que me ‘acercaba, desde mi preacupacién continuada por incidir en la sociedad a partir de la educacion, a una materia siempre presente en el curriculum, aunque desde una posicion de relevante marginalidad. Esta marginalidad me iba a permitir explorar, desde la perspectiva edu cativa de los proyectos de trabajo, un campo de conocimientos que m0 esta excesivamente limitado por los intereses gremiales de los especiaistas, donde las relaciones entre ideologia, valores y practicas sociales, propuestas educativas y construcciones de la identidad (individual, grupal y nacional) estén presentes de manera meridiana. Un campo, digo, donde es posible organizar, sin excesivas presiones, propuestas transdisciplinares a partic de problemas que van més allé de una disciplina y que son un refljo constan- te de los cambios que se estan produxiendo en la sociedad y en los saberes. Pero que, sobre todo, permiten interpretar el presente a partir del conock rmiento del pasado y vincular las experiencias educativas con las representa- Ciones de la realidad que construyen de si mismos y del entomno, con la ore- sion de los medios y de la industria del consumo en la mayoria de los casos, tos ninos, las nitiasy los adolescents. De esta trayectoria procede mi interés por el conocimiento artstico y as preguntas que planteo sobre las concepciones que predominan sobre el Ar- te, los artistas y a relacién de todo ello con la educacion. Desde hace quin- 2 afios trato responder a este interés uniéndolo, en tareas de formacion y de asesoria a diferentes grupos de docentes, a mi preocupacién por mejo- rar las condiciones de la ensefianza, Sobre todo si fa escuela logta ser un lr gar de pensamiento abierto a lo emergente y no de reproduccién de lo existente, un espacio de intercambio y no de imposicién, En ambos espacios, en la facultad de Bellas Artes yen las insttuciones educativas, estoy tratan- cdo de explorar como relacionar lo que se ensefiay se aprende en la Escuela con los retos que tiene actuaimente la construccién del conacimiento en la sociedad del conocimiento. Sobre todo si tiene en mente poder contribuir a ‘que las personas sean cultas, es decir, capaces de tener criterios, interpre tar(se) y dar respuestascriticas (en cuanto favorecedoras de una democracia radical, basada en una nueva nocion de la ciudadan‘a, en la que fos indie roves 9 {duos puedan tener el «podere sobre sus propias vidas y escribir sus propias historias) a lo que acontece en el mundo en el que nos ha tocado viv. Fruto de estos intereses han sido una serie de libros que casi siempre he escrito con otros y que me han brindado la oportunidad de seguir apren- diendo. Son ejemplos de este tipo de colaboracion Para ensefiar no basta con saber fa asignatura (1992) (con J.M. Sancho); 2Qué es la Educacién Artistic? (1991) (con un amplio grupo de colegas); Para aprender de fas innovaciones en (os centros (1993) (con J.M. Sancho, J, Carbonell, T. Tot, IN. Sime y €, Sanchez), La aryanizacién de! curriculum por proyectos (1893) (con M, Ventura), Encuentras del Arte con la Antropologi, la Psicologia y la Pedagogia (1997) (con A. Lopez y J.M. Bartagan), Curriculum, Culture and Art Education. (1998) (con K. Freedman). Ademés de Transgreséo € Mudanca a Educacdo (1998) y Educacién y Cultura Visual (1997) que sive de base a este libro, Todos ellos hitos de un viaje por el conocimiento en el que lo importante, como nos recordaba Kavafis, no es el puerto de llegada sino la propia travesia, Esta trayectoria, que sigue teniendo como linea en el horizonte la de recupera la funcion de la Escuela como espacio citco para inci de mane ra transtormadora en la sociedad, restaurando su funcion educativa, es decir politica frente a la vision instruccional y en apariencia neutral de muchas de las actuales propuestas curriculares, ha sido realizada en compafia. En pri- ‘mer lugar de las colegas del grupo CUVINEA (Culture Visual y Nuevos Entornos de Aprendizaje) de la Facultad de Bellas Artes, Carla Padro, Marta Ricart, Montse Rif, Alda Sanchez y Laura Trafl con quienes comparto un recorrido que nos conduce, desde la investigacién, la docenca, la formacion y el debate, a colocar el campo del curriculum vinculado a la Educacion Artistica en la Grbita de los estudios culturales y de la cultura visual. También con Metcé Ventura y Silvia Montesinos que me brindan la oportunidad de pensar y compartir proyectos de trabajo cuyos «contenidos» rompen los limites no s6lo de la Educacién Antstica, sino que replantean el conoci- mmiemto que se puede legar a construir en la Escuela, Ademés, de los estu- diantes del programa de doctorado «Ensefianza y Aprendizaje de las Artes Visualese, del curso de formacién incial del profesorado de secundaria y del postgrado «Museos y Educacién» con quienes muchas de las ideas que apa- recen en el ibro ha sido discutidas y quienes con sus dudas y observaciones ime han ayudado a redefinitlas y problematizarlas, ‘A los que tendria que unir las conversaciones siempre ricas de sugeren-

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