Dialogos Bio eticos
? Como tomar
una Decision
etica?
“La ética no es lo mismo que los valores,
la buena educación, ni la deontología”.
Por: Dra. Beatriz Vanda Cantón
E n la cultura occidental se tiene la costumbre
de valorar los actos y situaciones como
favorables o desfavorables, dependiendo
cómo afectan nuestros intereses particulares
o los de nuestra especie; pensando que nada tiene
sentido ni valor en sí mismo, a no ser que el ser
humano se lo otorgue. 1 Pero la bioética nos hace
mirar hacia los otros, para recordarnos que no
estamos solos como individuos, ni como especie en
este planeta.
La ética es la reflexión crítica de los principios que
guían nuestras decisiones y nuestro comportamien-
to, 2 para hacer del mundo un lugar mejor, reduciendo
los sufrimientos y aumentando la felicidad, a través
de la práctica de la equidad y el respeto por los
demás. 3 Aunque ética y moral están relacionadas y
en ocasiones los términos se emplean indistintamente,
no son lo mismo. La moral se refiere a las conductas
que por acuerdo o consenso de cierta sociedad, se
consideradan como correctas o incorrectas, 4 y
comprende las normas y reglas sociales o religiosas -
vigentes en un grupo social determinado, en un
momento dado, por lo que puede ser arbitraria-;
mientras que la ética, se apoya en un análisis racional
de la conducta, exigiendo su fundamentación. Podría
decirse que la moral se pregunta qué conducta es
correcta o incorrecta, mientras que la ética va más
allá, al preguntarse por qué cierta
conducta puede ser considerada como
correcta o incorrecta; 5 es decir, ¿por
qué deben hacerse o no, ciertas
cosas?, ¿para qué se hacen? y ¿cómo
se hacen? La ética pues, valora los
medios tanto como los fines, por lo que
el fin no justifica los medios.
Dicho de otra forma, la moral se
refiere a la manera de comportarse,
mientras que la ética es una reflexión
para poder decidir libre y respon-
sablemente por lo que es mejor. 6 La
ética no es lo mismo que los valores, la
buena educación, ni la deontología.
Ésta última determina obligaciones
que han de cumplirse en circunstancias
específicas, y plasma estos deberes en
leyes, normas, reglamentos y códigos
de carácter obligatorio, por lo que a
diferencia de la ética, tiene facultad
de sancionar. En condiciones ideales,
las leyes no deben elaborarse por
consensos, ni por simples opiniones,
sino deben estar sustentadas en
reflexiones éticas.
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¿Cómo hacer una valoración ética?
Los dilemas y problemas bioéticos a los que se
enfrentan los profesionales de la medicina y las
ciencias de la salud en su práctica cotidiana, pueden
ser resueltos de diversas maneras, pero en ocasiones,
cuando se trata de la vida y la salud de otros, no es
tan claro decidir, ni valorar si estamos haciendo lo
mejor. La bioética ha heredado de la ética sus bases
teóricas, y su metodología, por lo que se apoya en
diversas corrientes filosóficas como son: el utilitarismo
o consecuencialismo, la ética kantiana de los deberes,
la principialista, la de la virtud o la del cuidado, entre
otras; las cuales nos pueden orientar para abordar
los conflictos, valorar nuestras acciones y tomar las
mejores decisiones.
No hay que perder de vista lo siguiente:
Para que un acto pueda ser sometido a juicio ético,
debe ser consciente y libre.
Ninguna acción puede imponerse a nadie, en contra
de lo que le dicta su propia conciencia (objeción de
conciencia).
Lo que se valora en un juicio ético son básicamente
tres aspectos, y a cada uno puede corresponder una
pregunta:
a) La intención, que es la finalidad u objetivo del acto
(¿para qué lo hago?).
b) La acción propiamente, así como los medios y las
circunstancias en las que se lleva a cabo (¿cómo lo
hago?); los cuales pueden ser atenuantes o
agravantes.
c) Las consecuencias de la acción, ya sean inten-
cionales o imprevisibles (¿alguien puede resultar
perjudicado con dicha acción?).
Pero las valoraciones éticas no se hacen únicamente
sobre los actos, sino que se debe analizar en conjunto
la finalidad de la acción, o sea la intencionalidad, así
como los medios que se emplean para alcanzar los
fines.
Primero hay que preguntarse: ¿el
fin que se persigue es éticamente
aceptable? Si fuera inaceptable o
cuestionable, lo más probable es
que los medios y el acto en sí,
también sean incorrectos. Por otro
lado, si los medios son éticamente
correctos y aceptables, pero no
están encaminados a un buen fin, la
acción se vuelve éticamente
inaceptable; y entonces habrá que
responder a la pregunta: ¿qué tan
necesario es obtener ese fin? y ¿a
quiénes beneficiaría?
Si no hay objeción ética en el fin
que se busca, entonces se procede
a evaluar los medios.
Cuando el fin de la acción esté
éticamente justificado y los medios
para lograrlo también, no habrá
problema ético. Pero si los medios
que van a emplearse no son
aceptables, porque pueden
perjudicar a alguien, debemos
preguntarnos: ¿existen alternativas
para lograr el fin deseado?,
¿cuáles? Si existen se tiene la
obligación de considerarlas, ya
que de lo contrario, se incurre en
una irresponsabilidad; en cambio,
si se consideran las alternativas y
se opta por alguna de ellas para
aminorar el daño, esto puede ser
un atenuante al momento de
valorar los medios utilizados.
Algunas consideraciones para la
toma de decisiones éticas son:
1) “No hacer a los otros lo que no
queremos que nos hicieran a
nosotros”.
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Vanda Canton B. ¿Como tomar una decision etica?
2) El bien común debe estar por encima del bien
individual. Hay que elegir el bien mayor y lo que más
conviene para el mayor número posible de individuos,
sin perjudicar a los demás.
3) Aplicar simultáneamente los cuatro principios
bioéticos, y en caso de conflicto entre ellos,
jerarquizarlos, dando preferencia al de no maleficencia,
sobre los de justicia, autonomía y beneficencia. 7
4) Cuidar de no incurrir en la “Ley del doble efecto”; es
decir, evitar hacer algo con buena intención, pero que
pueda tener una consecuencia indeseable o perjudicial.
5) Una decisión responsable siempre será inteligente,
pero no todas las decisiones inteligentes son
necesariamente responsables, ni éticas.
6) Evaluar el costo-beneficio de la acción, no en términos
económicos, sino de sufrimiento provocado contra
bienestar, conocimiento o beneficio obtenido;8 ésto
aplica también cuando se trata de animales destinados
a la enseñanza, investigación o producción de alimentos.
7) En un conflicto de intereses, aquéllos que sean vitales
o primarios, deben tener prioridad sobre los intereses
secundarios.
Conflictos de intereses entre individuos o entre
diferentes especies.
Los intereses o necesidades, pueden clasificarse como
primarios, o vitales, o secundarios. Dentro de los primeros
están el conservar la vida, la salud, tener alimento, un lugar
donde habitar y guarecerse, estar libre de sufrimiento,
dolor y miedo. Se consideran intereses secundarios, los que
no son indispensables para sobrevivir, como aquellos
bienes materiales de los que podríamos prescindir porque
nuestra vida no depende de ellos, como los objetos de lujo,
ornamentos, alimentos exóticos y ciertas comodidades; así
como satisfactores que nos brindan placer, como las
diversiones, el prestigio o el poder, por mencionar algunos
ejemplos. Cuando entran en conflicto estos dos tipos
Dialogos Bio eticos
de intereses entre seres humanos,
suena lógico que tendrán prioridad los
intereses vitales sobre los secundarios,
no importando de quién se trate, a
esto Paul Taylor lo ha llamado "prin-
cipio de proporcionalidad". 9
Este principio se apoya a su vez, en la
justicia y en la equidad, entendida
como la igual consideración de los
intereses de todos. Sin embargo,
cuando los intereses de otros animales
vertebrados, no humanos, se contra-
ponen con los de los humanos, también
debería aplicarse el mismo principio;
la balanza no debiera inclinarse con
base en la especie, sino en favor del
tipo o jerarquía de los intereses que
estén en juego. De lo contrario, incurri-
ríamos en “especismo”, que es una
actitud contraria a la ética, porque
consiste en discriminar negativamente
a un individuo, por el simple hecho de
pertenecer a una especie diferente de
la nuestra. 10, 11
Si el conflicto es entre intereses vitales
o que tengan el mismo nivel de
importancia para humanos y animales,
se da prioridad a los intereses
humanos, por solidaridad con nuestra
especie; pero entonces, debe
aplicarse simultáneamente el principio
de no maleficencia o mínimo daño,
para los animales cuyos intereses se
verán subordinados a los de los seres
humanos.12
Pero si el conflicto es entre intereses
vitales de los animales, frente a
intereses secundarios de los humanos,
deben tener prioridad los intereses
vitales de los animales. 9
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1 Kwiatkowska T: Vindicación del

humanismo tradicional. En: Kwiatkowska
T. e Issa J. (comps). Los caminos de la ética
ambiental. Plaza y Valdés-Conacyt,
México, p.163-164, 1998.

2 Sánchez-Vázquez A. Ética. Grijalbo,

México, 1969.

3 Sapontzis S.F. Imitando a las personas:

pros y contras. En: Cavalieri P. y Singer P.
(eds.). El proyecto “Gran simio”. La
igualdad más allá de la humanidad.
Madrid: Trotta, p. 336-337, 1998.

4 Beauchamp T.L., Childress J.F: Principios

de ética biomédica. Masson, S.A., 4ª ed.,
Barcelona, 1999.

5 Dolan K: Ethics, animals and science.

London: Blackwell Science, 1999.

6 Rivero P. Apología de la inmoralidad.

Este País, (agosto):46–50, 2004.

Datos de la autora: 7 Ross W.D. The Right and the Good.

Oxford, Clarendon Press, 1930.

8 Bateson P. Do animals feel pain? New

Scient 134:30–33, 1992.
Dra. Beatriz Vanda Cantón
9 Taylor PW. Respect for Nature. A theory
of environmental ethics. 2nd ed.
Princeton, U.S.A: Princeton University
Departamento de Patología. Facultad de Medicina Press, 1989.
Veterinaria y Zootecnia. Universidad Nacional
10 Singer P: Liberación animal. 2ª ed.,
Autónoma de México. Trotta: Valladolid, 1999.

Circuito Exterior, Ciudad Universitaria, Coyoacán, 11 Häyry H, Häyry M. ¿Quién es cómo

nosotros? En: Cavalieri P y Singer P (eds.).
México, D.F. 04510 Op. cit. p. 218-229, 1998.
Tel. (55) 5622-5888 12 Vanda B. Los principios bioéticos en
nuestras relaciones con los animales.
Fax. (55) 5616-6795 Perspect Bioét. 12: 77-88, 2007.

correo-e: daktari@unam.mx