CARRERA
Derecho
MATERIA
Historia y Sociedad (Propedéutica)
TEMA
El Siglo de la Miseria y los Efectos de la política Europea hasta la
Paz de Westfalia.
PRESENTADO POR
Glenny AlmonteST201900165
FACILITADOR
Puerto Rico y Cuba, las últimas naciones coloniales de España que luego
fueron tomadas por Estados Unidos, declararon la libertad de sus
esclavos en 1873 y 1886, respectivamente. Y así cerraron el ciclo.
La primera etapa está dominada por los españoles y los portugueses, se inicia
en el siglo XVI. Los primeros se establecieron a lo largo de casi tres siglos en
un vasto territorio, que va desde la alta California y Florida, (actualmente
Estados Unidos), hasta el extremo sur de América. Los segundos ocuparon las
costas de Brasil y empezaron la penetración al interior de esa región. También
cambiaron poco a poco las formas de vida y las costumbres. La mezcla de
influencias culturales produjo algo nuevo, que ya tenía rasgos propios. Aun
quienes descendían de europeos, pero habían nacido y crecido en estas
tierras, se sentían más americanos que españoles o portugueses.
Los españoles y los portugueses impusieron en las nuevas tierras la religión
católica, el idioma y las leyes de sus países de origen. Los territorios
colonizados eran considerados un dominio de los reyes de España y de
Portugal, quienes designaban a las autoridades que debían gobernar las
colonias. Muy pronto se inició en esas tierras un lento proceso de cambio racial
y cultural. Los europeos, los pueblos indios y los africanos traídos a América se
fueron mezclando, hasta que a finales del siglo XV los descendientes de esas
uniones -los mestizos- ya eran tan numerosos o más que los indígenas en
Iberoamérica.
Lo
s sajones de Transilvania se asentaron allí alrededor del siglo XIII, donde
constituían una comunidad de 250.000 personas a principios del siglo XX. La
colonización se produjo por expresa invitación del rey magiar Géza II. Con esta
colonización, Hungría pretendía repoblar zonas que habían quedado
despobladas con las invasiones tártaras, establecer un cojín defensivo en la
frontera con el Imperio bizantino y, sobre todo, valerse de la laboriosidad de los
germanos en la colonización de una zona de alto valor estratégico, que por
entonces era prácticamente una selva impenetrable y que podía haber sido
objeto de deseo por parte de grupos de eslavos, los grandes colonizadores del
este de Europa. La migración sajona sobrevivió como mito en cuentos como El
flautista de Hamelín, que trata, de forma muy distorsionada, la gran migración
germana a Transilvania del medievo.
Los edictos que se produjeron con la Paz de Westfalia ayudaron a sentar los
fundamentos de las ideas centrales de la nación/estado soberana, donde se
acordó que los ciudadanos respetaran las leyes y designios de sus propios
soberanos, al igual que sentaron la bases de la disposición territorial de Europa
que se mantendría básicamente igual hasta que nacieron las
campañas napoleónicas que volvieron a cambiar el reparto de territorios en el
viejo continente de forma importante.
La Paz de Westfalia en 1648 finalizó la Guerra de los Treinta Años, que asoló
Europa desde 1618. Fue la que creó el primer sistema internacional como tal,
defendiendo la secularización de la política, ayudando a que se acabara con
las guerras de religión que se sucedían desde la reforma de Lutero a principios
del siglo XVI. Esta paz fue el primer paso para destruir la sociedad corporativa
y abrir nuevos tiempos para el individualismo que ya esbozó el Leviatán de
Hobbes. La paz fue firmada con dos tratados, el de Osnabrück el 15 de octubre
de 1648 y el de Münster el 24 de octubre de 1648.
El sistema de Westfalia tras la Guerra de los Treinta Años
El Tratado del 21 de Enero de 1929 entre los presidentes Vásquez y Bornó (de
la República Dominicana y Haití, respectivamente), fijó los límites entre los dos
países. Una Comisión de Límites nombrada por ambas naciones fue encargada
de materializar sobre el terreno la línea divisoria convenida en el Tratado,
mediante la colocación de hitos de concreto.
El trabajo de esta comisión terminó después de una ardua labor y los acuerdos
finales fueron ratificados el 14 de Abril de 1936. Se estableció como línea
fronteriza partiendo desde el Norte; el río Dajabón o Masacre en casi toda su
extensión, sigue en dirección Sur un trazo más o menos onduloso; entre las
poblaciones de Bánica y Restauración la frontera está constituida por el eje de
la Carretera internacional, hasta terminar con el río Pedernales.
En pocos días, todas las plantaciones del noroeste de la isla fueron presa de
las llamas. Los esclavistas respondieron declarando una guerra sin cuartel
contra todos los negros, insurrectos o no. La virulenta represión hizo que la
mayoría de la población esclava se uniera a los rebeldes, generalizando de
este modo un movimiento inicialmente minoritario. Los insurrectos se
organizaron en tropas al mando de líderes como Jean François o Biassou. Este
último se refugió en la zona oriental, en la frontera con la parte española. Su
lugarteniente era el liberto Toussaint Louverture, quien, tras lograr algunas
victorias sobre los colonos, adquirió gran fama entre los rebeldes. En agosto de
1793 Toussaint lanzó una proclama en la que se presentaba como líder de la
revolución: "Hermanos y amigos. Soy Toussaint Louverture. He emprendido la
venganza de mi raza. Quiero que la libertad y la igualdad reinen en Santo
Domingo. Uníos y combatid conmigo por la misma causa. Arrancad conmigo el
árbol de la esclavitud".
Esta situación se prolongó hasta que Ramón Matías Mella disparó el trabucazo
en la Puerta del Conde, proclamando la República Dominicana como país
independiente y soberano el 27 de febrero de 1844. Por tanto, en esa fecha, el
pueblo dominicano recuperó su soberanía tras el intenso y fructífero trabajo
proselitista efectuado por el glorioso movimiento patriótico trinitario, fundado e
inspirado por Juan Pablo Duarte e impulsado por Francisco del Rosario
Sánchez, Ramón Matías Mella y otros numerosos patriotas.
Pero la declaratoria de independencia propulsada por los padres de la patria
fue solo la primera fase de un largo y cruento proceso de guerras para la
preservación de la soberanía de la República Dominicana.
En la Europa de finales del siglo XIX iniciaba con la revolución procuraba evitar
una de esas cristianizaciones de las masas a las interpelaban entonces los
distintos anarquistas y socialistas. Los discursos socialistas, con muy, distinto
carácter, habían surgido en la transición entre los siglos XVIII y XIX.
Acompañado a los cambios en las mentalidades y en la producción res saltaron
asimismo desafíos políticos modernos: el del Estado de derecho y su vínculo
con el régimen democrático de gobierno, derechos humanos y el de una
existencia social orientada a la felicidad del mayor número utilitarismo, cuestión
esta última que, de alguna manera, trasladaba el cielo medieval haz esta tierra.
Estas ideas provienen del siglo XVIII y habían sido propagar Europa por las
guerras de Napoleón Bonaparte.
Significativo en particular para América latina es que la consolidación europea y
Stauber y estadounidense como centro con nómico y político cultural del
mundo transforma cinismo las prácticas geopolíticas imperiales modernas.
Desde su condición de factor de la acumulación original de capital transita,
hacia finales del siglo XIX A desplazar capitales hacia sus entornos periferias
ya que para comprar materiales primos baratas o como salida de capitales
excedentes. Su tarea Es mantener o aumentar las tasas de ganancias en los
centros y esta tarea no puede cumplirse sin establecer alianzas políticas en las
periferias. Aparece un tipo de sistema mundo una sola división del trabajo en
múltiples culturas que, para la situación latinoamericana, se resuelve tanto en
migraciones forzadas de población sobrante como en camisa de fuerza
económico políticas que impiden dialogar sobre fiscal.