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Cada municipio o distrito, por ser una entidad territorial autónoma, tiene derecho a
gobernarse por autoridades propias, entre ellas el alcalde y el concejo municipal o
distrital. El alcalde es jefe de la administración local, primera autoridad de policía y
representante legal del municipio o distrito. Es un empleado público elegido por
votación popular para un período de tres años, no reelegible para el siguiente. Los
alcaldes de distrito se denominan “alcaldes mayores”. Para ser elegido alcalde se
requiere ser ciudadano en ejercicio y haber nacido o ser residente en el respectivo
municipio o en la correspondiente área metropolitana durante un año antes a la
fecha de la inscripción o durante un período mínimo de tres años consecutivos en
cualquier época. La Constitución defiere a la ley la regulación de las calidades, las
inhabilidades, las incompatibilidades, las prohibiciones, el régimen para la
elección y desempeño de funciones, las causales de falta temporal o absoluta, las
causales de suspensión y de destitución de los alcaldes y la forma de llenar la
vacante. Los alcaldes mayores o de distrito están sometidos a las disposiciones
constitucionales, a las leyes especiales que organizan el respectivo distrito y, en
cuanto no pugnen con estas, a la Ley 136 de 1994.
El artículo 105 de la Ley 136 de 1994, está motivada en una sabia consideración
del legislador sobre el origen popular de la elección del alcalde municipal. Al
colocar la petición de suspensión del Alcalde en una instancia superior, optó por
rodearla de mayor imparcialidad, ponderación y autoridad, dada la gravedad de la
medida, origen de la elección y elevada posición dentro de la respectiva
comunidad, del sujeto que la padece. Está claro que no es lo mismo pedir la
suspensión de un funcionario que tiene como nominador a un superior jerárquico,
que solicitarla respecto de quien fue elegido por votación popular. La disposición
es taxativa, conforme lo ordena la Carta Política, y por ende debe interpretarse
con alcance restrictivo, riguroso. Es una norma especial que desarrolla lo
ordenado por el artículo 314 de la Constitución. Ella no contradice el numeral 8º
del artículo 268 ibídem; sino, que, por el contrario, establece el procedimiento
legal para aplicarlo a los alcaldes municipales. La atribución de pedir la
suspensión es del Contralor General de la República, porque la Constitución en su
artículo 268 le asigna, también, las demás atribuciones que señale la ley y esta se
le otorga, de manera directa e inequívoca, la Ley 136 de 1994. La suspensión de
un alcalde municipal, en virtud de lo dispuesto en el numeral 5º del artículo 105 de
la Ley 136 de 1994, sólo es procedente cuando la petición proviene del Contralor
General de la República. En consecuencia los gobernadores no pueden
suspender a los alcaldes municipales por solicitud de los contralores
departamentales.
CONSEJO DE ESTADO
El señor Ministro del Interior, doctor Horacio Serpa Uribe, a solicitud del
gobernador de Santander formula a la Sala la siguiente consulta:
“Teniendo como base que el artículo 314 de la Constitución Nacional consagra la
suspensión de los alcaldes por parte del Presidente de la República o por los
gobernadores en los casos taxativamente señalados por la ley; y esta ha
contemplado expresamente en el numeral 5 del artículo 105 de la Ley 136 de
1994 la suspensión de los alcaldes por parte del Presidente de la República y los
Gobernadores pero solamente cuando la solicitud provenga de la Contraloría
General de la República, solicitud cuyo origen pareciere tener como fuente el
inciso 3º del artículo 267 de la Constitución Nacional, como consecuencia de
investigaciones que realice en un momento determinado al ejercer el control
posterior sobre cuentas de cualquier entidad territorial; se consulta:
Deben los gobernadores suspender a los alcaldes por solicitud de los contralores
departamentales en aplicación del numeral 5 del artículo 105 de la Ley 136 de
1994, ¿o sólo es procedente cuando la solicitud de suspensión proviene de la
Contraloría General de la República como expresamente lo consagra dicha
norma?”.
1. CONSIDERACIONES
Cada municipio o distrito, por ser una entidad territorial autónoma, tiene derecho a
gobernarse por autoridades propias, entre ellas el alcalde y el concejo municipal o
distrital. El alcalde es jefe de la administración local, primera autoridad de policía y
representante legal del municipio o distrito. Es un empleado público elegido por
votación popular para un período de tres años, no reelegible para el siguiente. Los
alcaldes de distrito se denominan “alcaldes mayores”. Para ser elegido alcalde se
requiere ser ciudadano en ejercicio y haber nacido o ser residente en el respectivo
municipio o en la correspondiente área metropolitana durante un año antes a la
fecha de la inscripción o durante un período mínimo de tres años consecutivos en
cualquier época.
La Constitución defiere a la ley la regulación de las calidades, las inhabilidades,
las incompatibilidades, las prohibiciones, el régimen para la elección y desempeño
de funciones, las causales de falta temporal o absoluta, las causales de
suspensión y de destitución de los alcaldes y la forma de llenar la vacante.
Los alcaldes mayores o de distrito están sometidos a las disposiciones
constitucionales, a las leyes especiales que organizan el respectivo distrito y, en
cuanto no pugnen con estas, a la Ley 136 de 1994. Como la consulta versa sobre
los alcaldes municipales, el análisis y respuesta se limitan a estos.
2. LA SALA RESPONDE: