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esis: 

VII.2o.C.219 C Gaceta del Semanario Décima


2021480        256 de 19284
(10a.) Judicial de la Federación Época
Tribunales Colegiados Libro 74, Enero de 2020, Tesis Aislada(Constitucional,
Pag. 2593
de Circuito Tomo III Civil)

INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. DICHO PRINCIPIO NO PUEDE SERVIR DE MEDIDA


IDÓNEA PARA RESTRINGIR A LA MADRE LA GUARDA Y CUSTODIA, POR
DEDICARSE COMO FORMA DE TRABAJO A LA PROSTITUCIÓN.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 4o. y la


Convención Americana sobre Derechos Humanos, establecen como principio el
interés superior del menor. Asimismo, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos resaltó en el caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile, que el objetivo general de
proteger el principio del interés superior del niño es, en sí mismo, un fin legítimo y
es, además, imperativo. En ese mismo sentido, indicó que para asegurar en la
mayor medida posible, la prevalencia del interés superior del menor, el preámbulo
de la Convención sobre los Derechos del Niño establece que éste requiere
"cuidados especiales" y el artículo 19 de la Convención Americana citada, señala
que debe recibir "medidas especiales de protección". Igualmente, la Corte
Interamericana constató que la determinación del interés superior del menor, en
casos de cuidados y custodia de menores de edad debe hacerse a partir de la
evaluación de los comportamientos parentales específicos y su impacto negativo
en el bienestar y desarrollo del niño según el caso, los daños o riesgos reales o
probados y no especulativos o imaginarios. Por tanto, no pueden ser admisibles las
especulaciones, presunciones, estereotipos o consideraciones generalizadas sobre
características personales de los padres o preferencias culturales o labores lícitas
respecto a ciertos conceptos tradicionales de la familia. En esa medida, dicho
tribunal observó que al ser, en abstracto, el "interés superior del niño" un fin
legítimo, la sola referencia al mismo sin probar, en concreto, los riesgos o daños
que podrían conllevar la orientación sexual de la madre para las niñas, no puede
servir de medida idónea para la restricción de un derecho protegido como el de
poder ejercer todos los derechos humanos sin discriminación alguna en contra de
la madre por la orientación de la persona. Así, el interés superior del menor no
puede ser utilizado para amparar la discriminación en contra de la madre o el
padre por la orientación sexual de cualquiera de ellos. De este modo, el juzgador
no puede tomar en consideración esa condición social como elemento para decidir
sobre una tuición o custodia. Por ende, bajo un argumento por analogía, el de que
la madre se dedique como forma de trabajo a la prostitución, no puede ser
considerado como un factor para excluirla de la custodia de sus hijos.

Opinión:

Esta jurisprudencia en mi punto de vista la encuadro en la escuela de la


jurisprudencia de intereses ya que es claro que desde el momento de velar
por el interés del menor siempre fue en base a su sano desarrollo y este
estima que será con sus progenitores y la prostitución no es factor para que
la madre le excluyan a su hijo.

Tesis: PC.II.C. Gaceta del Semanario 2020510        10 de


Décima Época
J/10 C (10a.) Judicial de la Federación 349
Libro 69, Agosto de 2019,
Plenos de Circuito Pag. 3699 Jurisprudencia(Civil)
Tomo IV

DIVORCIO INCAUSADO. A LAS MEDIDAS PROVISIONALES QUE SE DICTAN EN LA


SENTENCIA QUE LO DECRETA, LES ES APLICABLE LA MISMA REGLA DE
IRRECURRIBILIDAD ESTABLECIDA PARA LA RESOLUCIÓN DE AQUÉL (LEGISLACIÓN
DEL ESTADO DE MÉXICO).

De conformidad con el numeral 2.377 del Código de Procedimientos Civiles del


Estado de México, en un procedimiento de divorcio incausado, cuando los
cónyuges no concilian todos sus intereses mediante el o los convenios propuestos
el Juez emitirá por regla general, los siguientes pronunciamientos: a) Decretará el
divorcio; b) Ordenará girar oficio al Registro Civil; c) Fijará la aprobación de los
puntos del convenio respecto de los cuales hubo acuerdo y no transgreden la
ley; d) Hará pronunciamiento en torno a las medidas precautorias y provisionales; y
e) Otorgará a las partes un plazo común de cinco días para que conforme a los
requisitos de una demanda, formulen sus pretensiones y ofrezcan medios de
prueba, respecto de los puntos que no hayan sido objeto de consenso y los demás
que estimen convenientes; además, la resolución que decreta el divorcio será
irrecurrible en términos del artículo 2.379 del mismo ordenamiento. Asimismo, en
la práctica judicial se ha suscitado que los Jueces familiares al dictar formal
sentencia de divorcio incausado, que resuelve en definitiva ese aspecto, suelen
emitir también pronunciamientos sobre medidas provisionales, que no constituyen
propiamente una decisión definitiva sobre los temas que incluyen, lo que imprime
a ese documento el carácter de acto compuesto por generar una diversidad de
consecuencias jurídicas; el cual, se estima también con la cualidad de indivisible
para efectos de su impugnación, atento a la dependencia que los
pronunciamientos provisionales tienen con la declaración de divorcio, pues
requieren de su emisión para nacer a la vida jurídica. En ese sentido, atendiendo al
principio de continencia de la causa, en cuanto a no escindir los actos jurídicos
compuestos para su impugnación y evitar la posibilidad de que se emitan
resoluciones contradictorias o imposibles de ejecutar, se estima que para ambos
tipos de determinaciones resulta aplicable la misma norma de irrecurribilidad
prevista en el citado artículo 2.379 del Código de Procedimientos Civiles del Estado
de México, lo que no genera que las partes queden en estado de indefensión,
habida cuenta que para el caso de que consideren violados sus derechos, tienen
plena aptitud para promover el juicio constitucional de amparo, que constituye un
recurso rápido y sencillo.

Opinión:

Primero que nada esta jurisprudencia la considero que es interpretada de


acuerdo a lo establecido por la escuela de la exegesis ya que nos establece
que el juzgador debe aplicar lo establecido por las leyes oficiales para los
casos en concreto como lo es en este caso de divorcio incausado llevando
acabo el procedimiento hasta la resolución del mismo.

Tesis: XIII.1o.P.T. J/9 Gaceta del Semanario


Décima Época 2019547        17 de 349
(10a.) Judicial de la Federación
Tribunales Colegiados Libro 64, Marzo de 2019, Jurisprudencia(Común,
Pag. 2523
de Circuito Tomo III Penal)

PERSONA PRIVADA DE SU LIBERTAD PERSONAL RECLUIDA EN UN CENTRO


PENITENCIARIO. SI PROMOVIÓ AMPARO INDIRECTO POR PROPIO DERECHO Y
SOLICITA QUE SE LE TENGA DESIGNADO COMO SU AUTORIZADO EN TÉRMINOS
DEL ARTÍCULO 12 DE LA LEY DE LA MATERIA, AL DEFENSOR DE OFICIO ADSCRITO
AL JUZGADO, EL JUEZ DE DISTRITO, EN ARAS DE TUTELAR LOS DERECHOS DE
ACCESO A LA JUSTICIA Y DEFENSA ADECUADA, DEBE ACORDAR
FAVORABLEMENTE ESA PETICIÓN.

Si una persona privada de su libertad personal y recluida en un centro penitenciario


promueve el juicio de amparo indirecto por propio derecho, y solicita que se le
tenga designando como autorizado, en términos del artículo 12 de la Ley de
Amparo, al defensor de oficio adscrito al juzgado de amparo, al formar parte de un
grupo vulnerable, conforme a la Sección 2a. "Beneficiarios de las Reglas", punto 10,
"Privación de libertad", reglas 22 y 23 de las 100 Reglas de Brasilia sobre Acceso a
la Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad, pues la calidad de
interno en un centro de reclusión implica, por lo general, un impedimento para
enfrentar directamente el juicio constitucional; entonces, el Juez de Distrito, de
conformidad con los artículos 1o. y 17 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; 8, numeral 2, incisos d) y e) y 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y 14, numeral 3, incisos b) y d), del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, así como los normativos 1, 2, 4, fracción II y 15,
fracción VI, de la Ley Federal de Defensoría Pública, en aras de tutelar los derechos
humanos de acceso a la justicia y defensa adecuada, debe tenerle por hecha esa
designación. Lo anterior, sin que obste que el artículo 29 de las Bases Generales de
Organización y Funcionamiento del instituto de esa defensoría, no establezca
expresamente el supuesto de prestar ese servicio de asesoría jurídica en materia
de amparo a una persona privada de su libertad, pues dicho dispositivo debe
interpretarse en armonía con los citados, para garantizar que el juicio de amparo
cumpla con las características de un recurso judicial efectivo.

Opinión:

El análisis de esta jurisprudencia me parece que se relaciona con dos


escuelas de interpretación primero que nada a la escuela de la exegesis por
que establece que normas deben de considerarse para llevar a cabo el
proceso a seguir y de otra manera la escuela de la jurisprudencia de
intereses ya que de igual manera se puede entender el interés inicial del
juicio de amparo que es velar por los derechos y garantías del gobernado.
COMPETENCIA PARA CONOCER DE UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. SE SURTE
EN FAVOR DEL JUEZ ELEGIDO POR EL TENEDOR DEL TÍTULO, DE ENTRE LOS
LUGARES SEÑALADOS –IDENTIFICADOS Y UBICADOS DENTRO DEL TERRITORIO
NACIONAL–, PARA REQUERIR JUDICIALMENTE AL DEUDOR O PARA EL
CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN CAMBIARIA DE ACUERDO CON LA
PRELACIÓN ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO 1104 DEL CÓDIGO DE COMERCIO.

De la interpretación gramatical y sistemática del precepto referido, se advierten los


elementos para determinar cuál es el Juez competente por razón de territorio,
cuando no se configura la sumisión expresa consignada en el artículo 1093 del
Código de Comercio, a saber: a) Debe estarse al supuesto normativo contemplado
en alguna de sus tres fracciones, en el orden de preferencia en el que se
encuentran establecidas, es decir, en el caso de configurarse la hipótesis prevista
en su fracción I, automáticamente quedan descartadas las diversas contempladas
en las fracciones II y III; b) De acuerdo con la fracción I del numeral en cuestión,
debe observarse si se designó algún lugar específico para requerir judicialmente al
suscriptor; c) Conforme a la fracción II, en la hipótesis de no haberse pactado el
lugar donde sería exigido judicialmente el pago, será competente el Juez del lugar
señalado para el cumplimiento de la obligación; y d) Sólo en el caso de no haberse
establecido algún lugar para requerir judicialmente el pago, ni para el
cumplimiento de la obligación cambiaria, será competente el Juez con jurisdicción
en el domicilio del suscriptor, y en el supuesto de tener varios, el que elija el actor;
empero, en la hipótesis de que se hubiere designado más de un lugar para requerir
judicialmente al deudor (fracción I del artículo 1104 citado), o para el cumplimiento
de la obligación cambiaria (fracción II del propio artículo), deberá estarse al
numeral 77, segundo párrafo, de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito (que resulta aplicable a los pagarés, de conformidad con lo dispuesto en el
numeral 174 de la propia legislación), conforme al cual, si se consignan varios
lugares para el pago, se entenderá que el tenedor podrá exigirlo en cualquiera de
los lugares señalados.

Opinión:
Esta jurisprudencia tiende a una interpretación de la escuela dogmática
jurídica ya que nos resuelve una laguna en la ley en base a la competencia
territorial de los juzgados especificando el caso en concreto de un cobro de
pagare señalando cual sería la adecuada si es que no lo establecieron en el
acto jurídico del cual surge esta controversia.

AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. TEST DE RACIONALIDAD QUE PROCEDE


APLICAR PARA EL ESTUDIO DE LOS DATOS DE PRUEBA, A PARTIR DE LOS CUALES
PUEDE ESTABLECERSE QUE SE HA COMETIDO UN HECHO IMPUTADO COMO
DELITO [MODIFICACIÓN DE LA TESIS XVII.1o.P.A.31 P (10a.)].

Este Tribunal Colegiado de Circuito, en la tesis aislada XVII.1o.P.A.31 P (10a.),


estableció el test de racionalidad que procede aplicar por el tribunal de amparo, en
relación con los antecedentes de investigación como canon de control de la
legalidad del auto de vinculación a proceso. Ahora bien, una nueva reflexión sobre
el tema, lleva a este órgano jurisdiccional a modificar dicho criterio, para ahora
definir el test que procede aplicar para el estudio de los datos de prueba a partir de
los cuales puede establecerse que se ha cometido un hecho imputado como delito,
el cual tiene como objetivo diferenciar el nivel de exigencia probatoria que es
aplicable en las resoluciones susceptibles de ser dictadas en la audiencia inicial,
frente a la sentencia definitiva dictada en el juicio oral. En la premisa fáctica se
requiere para la aceptación o rechazo de una teoría: a) Una hipótesis (teoría del
caso): Es una proposición que tiene como sustento un hecho captado por medio de
los sentidos. b) Los enunciados que integran la hipótesis; razonamientos con cierta
probabilidad o verosimilitud. c) La verificabilidad de los enunciados, mediante la
existencia de datos que establezcan que se ha cometido un hecho que la ley señala
como delito y la probabilidad de que el imputado lo cometió o participó en su
comisión y, la valoración debe ser racional, es decir, aquella que en su práctica
emplea elementos o reglas racionales, lógicas, máximas de experiencia, método
científico y pensar reflexivo, para valorar e interpretar los resultados de la
aportación de datos de prueba en conjunción con lo alegado para determinar qué
puede dar o considerar como probado, que en última instancia no es más que
evaluar el grado de probabilidad, con fundamento en los medios disponibles, si
puede considerarse como verdadera una hipótesis sobre los hechos. d) La
aceptación o rechazo de la hipótesis, mediante la argumentación de la hipótesis
aceptada y la refutación, por contrastabilidad, de la rechazada. La aceptabilidad de
una hipótesis es un juicio sobre su confirmación y no refutación. Una vez
confirmada debe someterse aún a la refutación examinando los posibles hechos
que -de existir- invalidarán o reducirán el grado de probabilidad de la hipótesis, es
decir, el Juez contrasta unas afirmaciones -hipótesis- poniendo a prueba su valor
explicativo. Una hipótesis se considera confirmada por un dato o medio de prueba
si existe un nexo causal o lógico entre ambas, de modo que se configure una razón
para su aceptación. La confirmación corresponde a una inferencia en virtud de la
cual, a partir de unos datos de prueba y de una regla que conecta a esos datos de
prueba con la hipótesis, se concluye aceptando la veracidad de esta última.

Opinión:

Primero que nada me parece muy interesante esta jurisprudencia, la cual la


señalo que es interpretada de acuerdo a la escuela de la jurisprudencia
dogmática ya que consiste en que el juzgador lleve a cabo un estudio entre
los hechos que dan origen a un hecho delictivo y estos tengan relación con
los datos de pruebas, y para que este hecho se tenga como cierto se
necesita tener un nexo causal con la prueba.

DERECHO DE LOS MENORES DE EDAD A PARTICIPAR EN LOS PROCEDIMIENTOS


JURISDICCIONALES QUE AFECTEN SU ESFERA JURÍDICA. LINEAMIENTOS PARA SU
EJERCICIO.

Las niñas y los niños, como titulares de derechos humanos, ejercen sus derechos
progresivamente, a medida que desarrollan un mayor nivel de autonomía, lo que
se denomina "adquisición progresiva de la autonomía de los niños", lo cual conlleva
que actúen durante su primera infancia por conducto de otras personas
-idealmente, de sus familiares-. Así, el derecho de las niñas y los niños a participar
en procedimientos jurisdiccionales que puedan afectar su esfera jurídica se ejerce,
también, progresivamente, sin que su ejercicio dependa de una edad que pueda
predeterminarse en una regla fija, incluso de índole legal, ni aplicarse en forma
generalizada a todos los menores de edad, sino que el grado de autonomía debe
analizarse en cada caso. Ahora bien, la participación de los niños en
procedimientos jurisdiccionales reviste una doble finalidad, pues, al reconocerlos
como sujetos de derecho, logra el efectivo ejercicio de sus derechos y, a la vez, se
permite que el juzgador se allegue de todos los elementos que necesite para forjar
su convicción respecto de un determinado asunto, lo que resulta fundamental para
una debida tutela del interés superior de la infancia. En este sentido, los
lineamientos que deben observarse para la participación de niñas y niños dentro de
cualquier procedimiento jurisdiccional que pueda afectar su esfera jurídica son: (1)
para la admisión de la prueba debe considerarse que: (a) la edad biológica de los
niños no es el criterio determinante para llegar a una decisión respecto a su
participación dentro de un procedimiento jurisdiccional, sino su madurez, es decir,
su capacidad de comprender el asunto, sus consecuencias y de formarse un juicio o
criterio propio; (b) debe evitarse la práctica desconsiderada del ejercicio de este
derecho; y, (c) debe evitarse entrevistar a los niños en más ocasiones de las
necesarias; (2) para preparar la entrevista en la que participarán, se requiere que
sean informados en un lenguaje accesible y amigable sobre el procedimiento y su
derecho a participar, y que se garantice que su participación es voluntaria; (3) para
el desahogo de la prueba, la declaración o testimonio del niño debe llevarse a cabo
en una diligencia seguida en forma de entrevista o conversación, la cual debe
cumplir con los siguientes requisitos: (a) es conveniente que previamente a la
entrevista el juzgador se reúna con un especialista en temas de niñez, ya sea
psiquiatra o psicólogo, para aclarar los términos de lo que se pretende conversar
con el niño, para que a éste le resulte más sencillo de comprender y continuar la
conversación; (b) la entrevista debe desarrollarse, en la medida de lo posible, en un
lugar que no represente un ambiente hostil para los intereses del niño, esto es,
donde pueda sentirse respetado y seguro para expresar libremente sus opiniones;
(c) además de estar presentes el juzgador o funcionario que tome la decisión,
durante la diligencia deben comparecer el especialista en temas de niñez que se
haya reunido con el juzgador y, siempre que el niño lo solicite o se estime
conveniente para proteger su superior interés, una persona de su confianza,
siempre que ello no genere un conflicto de intereses; (d) en la medida de lo
posible, debe registrarse la declaración o testimonio de las niñas y niños
íntegramente, ya sea mediante la transcripción de toda la diligencia o con los
medios tecnológicos al alcance del juzgado o tribunal que permitan el registro del
audio; (4) los niños deben intervenir directamente en las entrevistas, sin que ello
implique que no puedan tener representación durante el juicio, la cual recaerá en
quienes legalmente estén llamados a ejercerla, salvo que se genere un conflicto de
intereses, en cuyo caso debe analizarse la necesidad de nombrar un tutor interino;
y (5) debe consultarse a los niños sobre la confidencialidad de sus declaraciones,
aunque la decisión final sea del juzgador, para evitarles algún conflicto que pueda
afectar su salud mental o, en general, su bienestar. Finalmente, es importante
enfatizar que en cada una de estas medidas siempre debe tenerse en cuenta el
interés superior de la infancia por lo que no debe adoptarse alguna determinación
que implique perjuicio para los niños, más allá de los efectos normales inherentes a
su participación dentro del procedimiento jurisdiccional.

Opinión:

Esta jurisprudencia en mi punto de vista la considero que es interpretada en


base a los criterios de la escuela de la jurisprudencias de intereses ya que
establece que para que los menores de edad puedan participar dentro de un
juicio deben de considerar diversos puntos específicos y tomando en cuenta
siempre el interés superior del menor, es por ello que se estudia que tal
estudio es proteger al menor. Es por ello que pueden participar pero no
generalizando sino mediante un estudio al menor donde se pueda observar
su madures y entendimiento del tema en específico.

NOTIFICACIÓN DEL JUICIO DE AMPARO AL AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO EN


SU CALIDAD DE TERCERO INTERESADO. BASTA CON REALIZARLA AL QUE
PARTICIPÓ EN EL PROCEDIMIENTO DE DONDE EMANA EL ACTO RECLAMADO.

De conformidad con el artículo 5o., fracción III, inciso e), de la Ley de Amparo, tiene
el carácter de tercero interesado el Ministerio Público que haya intervenido en el
procedimiento penal del cual emana el acto reclamado, siempre y cuando no tenga
el carácter de autoridad responsable. Por otra parte, los procedimientos penales
del sistema tradicional son: a) averiguación previa a la consignación a los
tribunales, b) preinstrucción, c) instrucción, d) primera instancia o juicio, e)
segunda instancia, f) ejecución y, g) procedimientos especiales. En cada uno de
ellos, la ley prevé la participación de la institución ministerial federal como
representante de la sociedad (parte acusadora de carácter público), empero,
materialmente no es un solo agente quien participa en cada etapa del proceso,
sino que la propia institución, con base en su organización interna, designa
mediante adscripción, a los encargados de solventar las facultades que
corresponden al Ministerio Público en cada procedimiento mencionado. Así, es
claro que esa intervención está acotada en atención al procedimiento en que se
genera el acto reclamado; por tanto, la calidad de tercero interesado se actualiza
para el Ministerio Público de la Federación que intervino en el procedimiento
respectivo. De ahí que, si el acto reclamado es la sentencia de segunda instancia,
tendrá el carácter de tercero interesado el Ministerio Público adscrito al tribunal de
alzada (Tribunal Unitario o Sala Penal) señalado como responsable, al ser el
representante social que intervino en la fase del proceso penal de la que deriva el
acto reclamado y, además, no tener la calidad de autoridad responsable en el juicio
de amparo. Por consiguiente, basta con la notificación que la autoridad
responsable practique al agente del Ministerio Público de su adscripción, para
tener por satisfecho el emplazamiento en su carácter de parte tercero interesada,
sin que sea necesario notificar también al agente ministerial que fungió en otros
procedimientos, como el de primera instancia.

Opinión:

Esta jurisprudencia tiene características de una interpretación basada a la


escuela de la jurisprudencia dogmática ya que nos resuelve la calidad del
ministerio público en un juicio de amparo cuando se actualiza como tercero
interesado y no como autoridad responsable.

SUPLETORIEDAD DE LAS LEYES. REQUISITOS PARA QUE OPERE.

La aplicación supletoria de una ley respecto de otra procede para integrar una
omisión en la ley o para interpretar sus disposiciones y que se integren con otras
normas o principios generales contenidos en otras leyes. Así, para que opere la
supletoriedad es necesario que: a) El ordenamiento legal a suplir establezca
expresamente esa posibilidad, indicando la ley o normas que pueden aplicarse
supletoriamente, o que un ordenamiento establezca que aplica, total o
parcialmente, de manera supletoria a otros ordenamientos; b) La ley a suplir no
contemple la institución o las cuestiones jurídicas que pretenden aplicarse
supletoriamente o, aun estableciéndolas, no las desarrolle o las regule
deficientemente; c) Esa omisión o vacío legislativo haga necesaria la aplicación
supletoria de normas para solucionar la controversia o el problema jurídico
planteado, sin que sea válido atender a cuestiones jurídicas que el legislador no
tuvo intención de establecer en la ley a suplir; y, d) Las normas aplicables
supletoriamente no contraríen el ordenamiento legal a suplir, sino que sean
congruentes con sus principios y con las bases que rigen específicamente la
institución de que se trate.

Opinión:

Me llama mucho la atención esta jurisprudencia ya que en mi punto de vista


encuadro su interpretación en dos escuelas primero que nada en la exegesis
en la jurisprudencias de intereses ya que bien es cierto que nos establece
que un procedimiento se tiene que llevar a cabo bajo ciertos preceptos
normativos pero considerando el interés de proteger y garantizar la justicia
nos establecen normas supletoria y viéndolo desde este punto de vista me
atrevo a decir que también puede tener aspectos de la escuela científica
francesa por no encontrar solución en una norma toma supletoriedad en
otra.

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