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Camila Jiménez Osorio

EXPERIMENTOS EN PSICOLOGÍA CUESTIONADOS ÉTICAMENTE

1. Experimento de Albert
Este experimento conocido como Little Albert es un clásico de la psicología, especial del
enfoque conductista. Este buscaba comprobar la posibilidad de adquirir los miedos a través
de condicionamiento. John B. Watson y Rosalie Rayner desarrollaron estos trabajos
buscando dar respuesta las siguientes preguntas: ¿puede condicionarse a un niño para que
desarrolle miedo hacia a un animal que aparece paralelamente a un estruendo fuerte? ¿Se
desplazaría y generalizaría dicho temor a otros animales u objetos inanimados? ¿Cuánto
duraría el temor?

Este estudio comenzó cuando el pequeño Albert tenía 9 meses y se llevó a cabo durante tres
meses. Para lograr el consentimiento de la participación del niño se ofreció dinero a su
madre, ya que esta era una mujer de escasos recursos económicos. (Polti & Ignacio, 2013)

En cuanto al experimento, en primer lugar Albert fue sometido a una serie de pruebas que
dieran cuenta de que no mostraba temor hacia animales y objetos peludos tales como; una
rata blanca, un conejo, un perro, un mono, máscaras, algodón, etc. De esta manera, se
procedió ubicando al niño en un colchón en medio de un cuarto. En primer lugar, una rata
blanca de laboratorio fue puesta alrededor de Albert, logrando que el niño juagara con ella,
claramente hasta este momento no se evidenciaba temor hacia el animal. Posteriormente,
Watson y Rayner, justo detrás de Albert, generaban un ruido fuerte golpeando una barra de
acero con un martillo en el momento en que el bebé tocaba la rata. Ante esto, la respuesta
del pequeño fue de angustia, lloraba y temía al escuchar el ruido. Este ruido fue repetido en
diferentes sesiones, emparejando diferentes estímulos, provocando así que el niño asociara
estos elementos peludos a la angustia que producía tal ruido. De esta manera, aún sin
presentarse el ruido, el niño temía a la rata, colocándose angustiado y tratando de huir de
esta. Posterior a ello, se evidenció como esta respuesta de aversión se generalizó a otros
objetos peludos, incluso hasta un abrigo de piel y mascara que contenía pelos. Luego de
esto, Watson y su colaboradora intentaron proceder a una desensibilización para extinguir
esta respuesta fóbica, sin embargo esto no fue posible, nunca lograron eliminar la respuesta
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emocional condicionada. Años más tarde, el pequeño empleado en este experimento murió,
al parecer debido a una condición de hidrocefalia.

Ahora bien, este experimento ha sido sumamente cuestionado en el ámbito de la psicología,


en especial cuando surgen las preocupaciones éticas que no se tenían en cuenta en esa
época. En primer lugar, el hecho de haber experimentado con niños ya deja lugar a la
crítica, pues actualmente en la investigación esta población se considera vulnerable y por
tanto debería estar exenta de este tipo de experimentos. En segundo lugar, es claro las
secuelas a nivel emocional y psicológico que quedaron en el niño, sin reparo alguno.

2. Monster Study

El estudio Monstruo se llevó a cabo con niños huérfanos en Daveport, lowa, su tema central
era la tartamudez. Fue realizado por Wendell Johnson y su asistente María Tudor en 1939.
Este experimento buscaba saber si los comentarios positivos o negativos afectaban o
generaban trastornos del habla. El procedimiento llevado a cabo consistió en dividir los
niños en distintos grupos. Tudor procedió a dar terapia de lenguaje positivo a la mitad de
los niños, reforzando a través de halagos su fluidez verbal, mientras que a la otra mitad les
impartió terapia de lenguaje negativo haciendo comentarios negativos a los niños y
menospreciándolos por cada error del habla diciéndoles y rotulándolos de tartamudos.
Muchos de los niños huérfanos que no tenían problemas con el habla pero que recibieron
tratamiento negativo en el experimento padecieron secuelas psicológicas adversas,
inclusivo mucho de ellos mantenían sus problemas en el habla por el resto de sus vidas.

Según lo anterior, las secuelas con las que quedaron estos niños fue motivo de múltiples
críticas por los colegas de Johnson y ha sido cuestionado por su falta de ética. En primer
lugar, y al igual que el primer experimento señalado (Little Albert) se emplearon niños, lo
cual según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los grupos que se consideran
vulnerables para la realización de experimentos son; las embarazadas y lactantes, enfermos
mentales, los pobres y los niños. Es por esta razón, que sería el primer error cometido en
este estudio, en especial porque se trasgrede uno de los principios bioéticos de beneficencia
y no maleficiencia, ya que los sujetos de estudio eran incapaces de generar su
consentimiento informado, y además que el riesgo de dicha intervención haya sido alto,
produciéndose poco o nulo beneficio directo para el participante del estudio. En segundo
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lugar, y como se reiteró, la metodología empleada fue cruel al someter a los niños a estrés
psicológico, sintiéndose estos frustrados, fracasados y angustiados, llevando estos efectos
negativos a largo plazos, y evidenciándose así daños irreparables. Y por último, violando el
principio de Justicia, se observa una inequidad, debido a que un grupo recibía palabras
halagadoras y motivantes, mientras que el otro recibía castigos y desprecios aunque su
lenguaje fuera adecuado como el otro grupo. (Polti & Ignacio, 2013)

3. Experimento de Milgram

La razón que llevó a Stanley Milgram a realizar este experimento es porque quería
comprender mejor el por qué tantas personas fueron participes de actos tan crueles
generados durante el Holocausto Nazi. Para esto se hizo varias preguntas, entre esas:
¿Podría ser que Eichmann y su millón de cómplices en el Holocausto sólo cumplían
órdenes?

Inicialmente los participantes no sabían exactamente de qué trataba el experimento, pues se


les dijo que era un estudio de la memoria. Para cada ensayo se requería de dos personas,
una que iba adoptar el rol de “maestro” y otro de “alumno”. Uno de esas dos personas era
un actor, parte del experimento, que siempre hacía las veces de “alumno”. Por tanto el
participante “maestro” debía ir dándole instrucciones en salas separadas. Estas
instrucciones consistían en preguntas que si no eran bien respondidas, se veían “obligados”
a pulsar un botón que penalizaba al alumno con una descarga eléctrica cada vez que
cometían un error. La potencia de las descargas iba aumentado a medida que el alumno se
equivocara. El actor lanzaba quejas desde el otro lado de la habitación y aun así la mayoría
de los participantes cumplieron las órdenes al continuar aplicando las descargas sin
importar el supuesto sufrimiento del “estudiante”. (Mora, R, 2018 citado en Buendía &
Panizza)

En cuanto a los cuestionamientos éticos de este experimento, se evidencia que los


participantes fueron convocados a través de engaños, haciéndoles creer que estaban siendo
participes de un estudio sobre memoria y aprendizaje, cuando claramente no era así. De
esta manera, se incurría en una violación de derechos, pues los participantes dieron su aval,
su consentimiento para otro experimento y no al que fueron sometidos en realidad, por lo
que se puede decir no fueron autónomos al decidir participar. Asimismo, se considera que
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los participantes estuvieron sometidos a una angustia emocional severa al creer que estaban
causándole sufrimiento a la otra persona.

4- Aversion Project

En la década de los 70 y 80, el psiquiatra canadiense Dr. Aubrey Levin llevó a cabo en
Sudáfrica el proyecto Aversión, el cual consistía en terapias de reconversión practicadas a
soldados para convertirlos en heterosexuales. Estas terapias se daban mediante el uso de
medicamente a base de hormonas, electroshocks, castración con químicos o simplemente
obligándolos a cambiar sus gustos sexuales. La postura teórica de estas prácticas era basada
en el condicionamiento clásico, creyendo así que la homosexualidad era una enfermedad
que debía ser tratada. De esta manera, los soldados eran enviados a unos cuartos donde se
les hacía ver imágenes de hombres desnudos simultáneamente a las descargas recibidas por
los electrodos instalados en el brazo superior del sujeto. Posteriormente Levin fue acusado
por cometer varios delitos de abusos sexuales contra sus pacientes masculinos (Peña, 2015)

Evidentemente se evidencia una violación a los derechos humanos de estas personas, lo


cual fue cuestionado desde la ética por las múltiples torturas que recibían, su trasgresión a
la autonomía y voluntad de participar en el experimento al no tenerse en cuenta su
consentimiento. Y por supuesto, a los daños físicos y psicológicos que quedaron en los
participantes que fueron maltratados y vulnerados.

5- El experimento de la prisión de Stanford


Este experimento fue llevado a cabo por Philip Zimbardo en 1971 con el objetivo de
examinar la conducta del grupo y el papel que jugaban los roles. En el sótano del
departamento de psicología de Stanford fue instalada una prisión que se había
acondicionado como una cárcel ficticia pero muy realista. Para esto fueron seleccionados
24 individuos entre estudiantes universitarios para participar en este estudio por dos
semanas. Al azar se escogió quien haría el papel de preso y quién el de guarda. Al
comienzo no se evidenció comportamiento extraño, sin embargo a la segunda mañana los
prisioneros se revelaron, y los guardas ante esto respondieron con violencia y abuso. Este
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experimento debió ser suspendido al sexto día por las conductas humillantes que se estaban
cometiendo contra los estudiantes que hacían las veces de prisioneros.

En este estudio se evidencia que se rebasó los límites que se tenían, no se planificó
adecuadamente, lo cual dio lugar a violación de derechos de los participantes contra su
libertad e integridad, causándoles estrés y angustia a los que hacían las veces de
prisioneros. Igualmente, en el consentimiento de estos estudiantes no se les advirtió sobre
los riesgos que se podían tener. Por último, quedaron secuelas en los participantes
“prisioneros” a nivel psicológico que hicieron que incluso algunos de estos abandonaran el
estudio.

Referencias

 Buendía Romero, C., & Panizza Richero, L. M. (2018). Actas del II Congreso
Latinoamericano por la Paz.
 Peña, F. Y. (2015). Introducción a la ética en investigación: Conceptos básicos y
revisión de la literatura. Revista Med, 23(2), 78-86.
 Polti, Ignacio (2013). Ética en la investigación: análisis desde una perspectiva actual
sobre casos paradigmáticos de investigación en psicología. V Congreso
Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XX Jornadas de
Investigación Noveno Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR.
Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

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