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V EI S LT AA CDEEP AL LA 7C6 E •P A A
L B 7R6I L 2002 7

La transformación de
la acción colectiva
en América Latina

Manuel Antonio Garretón M.

Departamento de Sociología
Universidad de Chile Asistimos al desaparecimiento del paradigma clásico que veía
magarret@uchile.cl
en la posición estructural el elemento determinante en la con-

formación de la acción colectiva y de los actores sociales. Pro-

ducto de los cambios estructurales y culturales en el mundo y

la región —la transformación de la débil sociedad industrial de

Estado nacional en Latinoamérica y la desarticulación de las

relaciones clásicas entre Estado y sociedad— la acción colec-

tiva tiende a configurarse principalmente a través de cuatro

ejes: la democratización política; la democratización social o

lucha contra la exclusión y por la ciudadanía; la reconstruc-

ción y reinserción de las economías nacionales o la refor-

mulación del modelo de desarrollo económico, y la redefi-

nición de un modelo de modernidad. Ello da origen a actores

sociales más fluctuantes, más ligados a lo sociocultural que a

lo político-económico y más centrados en reivindicaciones por

calidades de vida y por inclusión que en proyectos de cambio

social global.

A B REN
LA TRANSFORMACION DE LA ACCION COLECTIVA I L AMERICA
2002 LATINA • MANUEL ANTONIO GARRETON M.
8 REVISTA DE LA CEPAL 76 • ABRIL 2002

I
Las orientaciones analíticas

Durante décadas predominó un paradigma teórico y distancia con el paradigma de acción colectiva que he-
práctico de la acción colectiva y los actores sociales mos denominado clásico, aunque incorporan y
en la región, concordante con los paradigmas predo- redefinen muchos de sus elementos, lo que es más claro
minantes de las ciencias sociales a escala mundial. Este aún en el Movimiento de los Sin Tierra de Brasil.
afirmaba, primero, una unidad o correspondencia en- En lo que sigue intentaremos una esquematización
tre estructura y actor; segundo, el predomino de la de algunas de las orientaciones analíticas que contri-
estructura sobre el actor, y tercero, la existencia de un buyen a configurar un posible paradigma en ciernes
eje central provisto por las estructuras y los procesos sobre actores y acción colectiva en América Latina.2
emanados de ellas, que actuaba como principio cons- Se trata de ir más allá de un determinismo estructural
titutivo de toda acción colectiva y de la conformación de tipo universal y de superar la visión de una corre-
de actores sociales. lación esencialista y abstracta, definida de una vez para
Es decir, el paradigma clásico, téorico y prácti- siempre, entre economía, política, cultura y sociedad,
co, en relación a los actores sociales y a la acción es decir, la idea de que a un sistema económico dado
colectiva privilegiaba la dimensión estructural. Este era corresponde necesariamente una determinada forma
el componente “duro” de la sociedad, en tanto el actor política o cultural o viceversa.
y la acción colectiva eran el componente “blando”. Así, en una sociedad determinada es posible dis-
Existe la convicción generalizada que este para- cernir niveles o dimensiones y esferas o ámbitos de la
digma ya no da cuenta de la realidad actual. Ello por- acción social. Respecto de los primeros, imbricados
que, por un lado, en el mundo de hoy se han produci- entre sí aunque con autonomía unos de otros, ellos son:
do enormes transformaciones estructurales y cultura- los comportamientos individuales y las relaciones
les que nos enfrentan a un tipo societal distinto. Por interpersonales que definen los llamados “mundos de
otro lado, han aparecido nuevas formas de acción so- la vida”, los niveles organizacional e institucional que
cial y nuevos actores, al mismo tiempo que se trans- corresponden al mundo de las instrumentalidades, y la
formaban las pautas de acción de los actores sociales dimensión histórico-estructural, de proyectos y contra-
clásicos. Si desde el análisis de los actores y las for- proyectos, que definen lo que algunos llaman la
mas de acción colectiva el vuelco del paradigma clá- “historicidad”.3 Respecto de las esferas o ámbitos de
sico tiene varios hitos,1 desde el punto de vista de los acción, ellas corresponden al modo de satisfacer las
fenómenos sociales mismos, los movimientos de de- necesidades materiales de la sociedad, lo que se llama
rechos humanos y los movimientos democráticos bajo economía; a las fórmulas e instituciones de conviven-
las dictaduras, movimientos étnicos como los de cia, conflictos, estratificación o jerarquización que de-
Chiapas o las redes de organizaciones sociales y ex- finen la estructura u organización social en un sentido
periencias de barriales de ciudadanía en Perú, por ci- amplio; a la configuración de las relaciones de poder
tar ejemplos emblemáticos, nos parecen marcar una referidas a la conducción general de la sociedad, lo que
se denomina política; y a los modelos éticos y de co-
nocimiento y su aplicación, las visiones del tiempo y
la naturaleza, la representación simbólica y la socia-
Este artículo está basado en Cambios sociales, actores y acción lización, que es lo que llamamos cultura. El esquema
colectiva (Garretón, 2001b). En él hemos hecho uso abundante de
materiales elaborados en otras publicaciones, especialmente “So-
cial movements and the process of democratization. A general
framework” (Garretón, 1995b). En dos libros recientemente publi- 2 Estas ideas se encuentran dispersas en diversos trabajos del autor,

cados (Garretón, 2000a y 2000b) se condensan muchos de los tra- en especial “A new socio-historical ‘problématique’ and sociological
bajos que hemos retomado aquí. perspective” (Garretón, 1998), Hacia una nueva era política. Estu-
1 El más importante y decisorio es el trabajo de Alain Touraine dio sobre las democratizaciones (Garretón, 1995a) y “¿En qué so-
sobre actores sociales y sistema político. La primera formulación ciedad vivi(re)mos? Tipos societales y desarrollo en el cambio de
sistemática en Actores sociales y sistemas políticos en América siglo” (Garretón, 1997a). La más reciente formulación, de la que
Latina (Touraine, 1987) fue luego desarrollada en Política y socie- tomamos aquí algunos elementos, fue Política y sociedad entre dos
dad en América Latina (Touraine, 1989). En esta misma línea, una épocas. América Latina en el cambio de siglo (Garretón, 2000a).
década antes, Zermeño (1987) publicó México: una democracia 3 Hemos reelaborado el esquema propuesto hace casi tres décadas

utópica. El movimiento estudiantil del 68. por Touraine (1973).

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de determinaciones entre estas esferas y dimensiones De modo que puede definirse una doble matriz de
es flexible, cambiante e histórico. actores en una sociedad determinada. Una es la matriz
Asimismo, una sociedad determinada se define a sociopolítica o constituyente o gestatriz de sujetos y
partir de la particular configuración de las relaciones que se refiere a las relaciones mediadas por el régimen
entre i) Estado, ii) régimen y partidos políticos, y político entre Estado, representación y base socioeco-
iii) sociedad civil o base social. Esta relación históri- nómica y cultural. La otra es la matriz configurativa de
camente acotada es lo que permite hablar de una ma- actores sociales en la que cada uno de ellos ocupa una
triz sociopolítica. El concepto de matriz sociopolítica posición en las dimensiones o niveles y en las esferas
o matriz de constitución de la sociedad alude a la rela- o ámbitos mencionados más arriba.
ción entre Estado, o momento de la unidad y dirección Al referirnos a procesos políticos de lucha y cam-
de la sociedad; sistema de representación o estructura bio social, el tema de los actores sociales se recubre con
político-partidaria, que es el momento de agregación de el de los movimientos sociales, definidos como accio-
demandas globales y de reivindicaciones políticas de los nes colectivas con alguna estabilidad en el tiempo y
sujetos y actores sociales, y la base socioeconómica y
algún nivel de organización, orientados al cambio o
cultural de éstos, que constituye el momento de parti-
conservación de la sociedad o de alguna esfera de ella.
cipación y diversidad de la sociedad civil. La media-
La idea de Movimiento Social tiende a oscilar entre dos
ción institucional entre estos elementos es lo que lla-
polos: la respuesta coyuntural a una determinada situa-
mamos el régimen político.
La perspectiva indicada hace recaer el peso del ción o problema y la encarnación del sentido de la his-
análisis en los actores, su constitución e interacción. toria y el cambio social. Desde nuestra perspectiva,
Cuando hablamos de actor sujeto,4 nos referimos a los ambos polos pueden ser vistos como dos dimensiones
portadores, con base material o cultural, de acción de los movimientos sociales. Por un lado, el Movimiento
individual o colectiva que apelan a principios de Social (mayúsculas, singular) orientado al nivel históri-
estructuración, conservación o cambio de la sociedad, co-estructural de una determinada sociedad y definien-
que tienen una cierta densidad histórica, que se defi- do su conflicto central. Por otro lado, movimientos so-
nen en términos de identidad, alteridad y contexto, que ciales (plural, minúsculas), que son actores concretos que
se involucran en los proyectos y contraproyectos, y en se mueven en los campos de los mundos de la vida y
los que hay una tensión nunca resuelta entre el sujeto de las instrumentalidades, organizacional o institucional,
o principio constitutivo y trascendente de una determi- orientados hacia metas específicas y con relaciones pro-
nada acción histórica y la particularidad y materiali- blemáticas, que se definen en cada sociedad y momento,
dad del actor que lo invoca. No todo lo que se mueve con el Movimiento Social Central. Los movimientos
o actúa en una sociedad es un actor en el sentido so- sociales son un tipo de acción colectiva y no el único, y
ciológico del término, podríamos llamarlo simplemente deben ser distinguidos al menos de otras dos formas de
agente. Tampoco todo lo que llamamos actor es siem- acción colectiva importantes en sociedades en cambio,
pre portador de una alta densidad histórica. como son las demandas y las movilizaciones.5

II
La acción colectiva en la matriz clásica

En términos generales, podemos decir que la matriz pular,6 y que prevaleció desde la década de los treinta
sociopolítica latinoamericana, que denominaremos in- hasta los setenta, con variaciones acordes con los perío-
distintamente clásica, político-céntrica o nacional po- dos y los países, se constituyó por la fusión de diferentes

4 Sobre la problemática del actor sujeto, véase Touraine (1984 y

2000). También Dubet y Wieworka (1995). 6 Sobre la denominación nacional-popular, véase Germani (1965) y
5 Véase una definición y clasificación de los movimientos sociales Touraine (1989). De esta última tomaremos algunas de sus carac-
en Touraine (1997). Otras visiones en Gohn (1997) y Touraine terizaciones. La denominación de matriz Estado-céntrica se encuentra
(1989). Una concepción alejada de la que se plantea aquí es la de en Cavarozzi (1996) y mi propia definición en, entre otros, Garretón
McAdam, McCarthy y Zald (1998). (1995 a y b).

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procesos: desarrollo, modernización, integración social sociopolítica existía un actor social central que puede
y autonomía nacional. Toda acción colectiva estaba cru- ser definido como el Movimiento Nacional Popular, y
zada por estas cuatro dimensiones y todos los diferen- que abarcaba los diferentes movimientos sociales, a
tes conflictos reflejaban estas fusiones. pesar de sus particularidades. Esto significa que cada
La principal característica de la matriz nacional uno de los movimientos sociales particulares era al
popular, en términos típico-ideales, era la fusión entre mismo tiempo, y en grados diversos, desarrollista, mo-
sus componentes, es decir, el Estado, los partidos políti- dernizador, nacionalista, orientado hacia el cambio
cos y los actores sociales. Esto significaba una débil social y se identificaba como parte del “pueblo”. Este
autonomía de cada uno de estos componentes y una último era considerado como el único sujeto de la his-
mezcla entre dos o tres de ellos, con subordinación o toria. El movimiento o actor social paradigmático del
supresión de los otros. La combinación particular en- Movimiento Nacional Popular fue generalmente el
tre ellos dependía de factores históricos y variaba de movimiento obrero, pero en diferentes períodos este
país en país. En cualquier caso, la forma privilegiada liderazgo fue cuestionado, por lo que se le reemplaza-
de acción colectiva era la política y la parte más débil ba por la apelación a otros actores, como los campesi-
de la matriz era el vínculo institucional entre sus com- nos o los estudiantes o las vanguardias partidarias.
ponentes, es decir, el régimen político; de ahí sus fluc- Así, las características principales de este actor
tuaciones o ciclos reiterativos entre democracia y au- social o Movimiento Social Central fueron, en primer
toritarismo. lugar, la combinación de una dimensión simbólica muy
En esta matriz clásica el Estado desempeñaba un fuerte orientada al cambio social global con una dimen-
rol referencial para todas las acciones colectivas, ya sión de demandas muy concretas. Esto significa la
fueran el desarrollo, la movilidad y movilización so- asunción implícita o explícita de la orientación revo-
ciales, la redistribución, la integración de los sectores lucionaria aun cuando los movimientos concretos fue-
populares. Pero era un Estado con débil autonomía de ran muy “reformistas”. En segundo lugar, la referen-
la sociedad y sobre el que pesaban todas las presiones cia al Estado como el interlocutor de las demandas
y demandas tanto internas como externas. Esta interpe- sociales y como el locus de poder sobre la sociedad.
netración entre Estado y sociedad le daba a la política Esto significa una omnipresente y compleja relación
un papel central; pero salvo casos excepcionales, se del movimiento social con la política, pudiendo ser ésta
trataba de una política más movilizadora que represen- la subordinación completa a los partidos, la instrumen-
tativa y las instituciones de representación eran, en tación de éstos o un estilo de acción más independien-
general, la parte más débil de la matriz. te. En consecuencia, la debilidad de la base estructu-
Siempre en términos esquemáticos y típico-idea- ral de los movimientos sociales se compensaba con la
les, es posible afirmar que junto con la clásica matriz apelación ideológica y política.

III
La desarticulación de la matriz
nacional popular

El intento de desmantelar la matriz clásica o políti- das para los actores sociales y formas de acción co-
co-céntrica por parte de los regímenes militares de los lectiva.
años sesenta y setenta, y algunas transformaciones Por un lado, hay dos significados entrelazados en
institucionales o estructurales que también ocurrieron la acción de cualquiera de los movimientos y actores
en otros países sin este tipo de autoritarismo, en los
ochenta,7 implicaron algunas consecuencias profun-
los trabajos de O’Donnell (1999) en su antología Contrapuntos. Una
discusión general de las transformaciones socioeconómicas bajo el
7 Sobre los autoritarismos y regímenes militares, véase el ya clásico sello del neoliberalismo se encuentra en Smith, Acuña y Gamarra
The New Authoritarianism in Latin America (Collier, ed., 1979) y (1994).

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sociales particulares bajo los autoritarismos. Uno es la social que hacia lo económico o político. Finalmente,
reconstrucción del tejido social destruido por el auto- cuando el régimen comenzó a descomponerse y su
ritarismo y las reformas económicas.8 El otro es la término fue visto como una posibilidad real, los acto-
orientación de las acciones, en el caso de regímenes res sociales tendieron a orientarse hacia la política y
autoritarios, hacia el término de éste, lo que politiza hacia una fórmula institucional de transición que asu-
todas las demandas sectoriales no específicamente mía e involucraba todas las diferentes expresiones pre-
políticas. vias de acción colectiva.
Por otro lado, debido a la naturaleza represiva de Respecto de los movimientos sociales particula-
los regímenes autoritarios o militares, y al intento de res, el intento del autoritarismo por cambiar el rol del
desmantelamiento general del Estado desarrollista, que Estado, así como los cambios en la economía y la
también se dio en los casos en que no hubo régimen sociedad, transformaron los espacios de constitución de
militar, la referencia al Estado y los vínculos con la aquéllos, principalmente debilitando sus bases institu-
política cambian dramáticamente para los actores so- cionales y estructurales a través de la represión, la
ciales particulares, llegando a ser más autónomos, más marginalización y la informalización de la economía.
simbólicos y más orientados hacia la identidad y En lugar de los movimientos organizados, la principal
autorreferencia que a lo instrumental o reivindicativo.9 acción colectiva durante las dictaduras fueron las
Durante el momento represivo más intenso en los movilizaciones sociales que tendían a enfatizar su di-
inicios del autoritarismo, la orientación principal de mensión simbólica por sobre la orientación reivin-
cualquier acción colectiva tiende a ser la autodefensa dicativa o instrumental. Es significativo, en este senti-
y sobrevivencia; es decir, el tema central es la vida y do, el rol de liderazgo simbólico alcanzado por el Mo-
los derechos humanos.10 Cuando el régimen autorita- vimiento de Derechos Humanos. El fue el germen de
rio o militar mostró su dimensión más fundacional, los lo que podríamos llamar el Movimiento Social Central
movimientos se diversificaron en variadas esferas de del período de ruptura de la matriz nacional popular bajo
la sociedad y se orientaron más hacia lo cultural y los autoritarismos: el Movimiento Democrático.

IV
La globalización y la transformación
de la sociedad moderna

Dos fenómenos han cambiado significativamente la ella y atraviesa las decisiones autónomas de los Esta-
problemática de la acción colectiva en el mundo de dos nacionales,11 ha tenido varias consecuencias. Una
hoy. es la desarticulación de los actores clásicos ligados al
Por un lado, la llamada globalización, en cuanto modelo de sociedad industrial de Estado nacional. Otra,
interpenetra económicamente (mercados) y comunica- con sus propias dinámicas más allá de la globalización,
cionalmente (mediática, información, redes reales y es la explosión de identidades adscriptivas o comunita-
virtuales, informática) a las sociedades o segmentos de ristas basadas en el sexo, la edad, la religión como ver-
dad revelada y no como opción, la nación no estatal,
la etnia, la región, etc. Una tercera son las nuevas for-
8 Acerca del resurgimiento de la sociedad civil bajo el autoritaris-
mas de exclusión que expulsan masas de gente estable-
mo, véase Nun (1989). También las obras colectivas: Eckstein,
coord. (2001c), Escobar y Alvarez, eds. (1992) y Slater, ed. (1985).
ciendo un vínculo puramente pasivo y mediático entre
9 Sobre el significado y evolución de los movimientos sociales bajo ellas y la globalización. Finalmente, la conformación
los regímenes militares, véase Garretón (2001a). Ver también en el
mismo volumen los artículos de Eckstein (2001b), Moreira Alves
(2001), Navarro (2001) y Levine y Mainwaring (2001). Respecto a
movimientos de derechos humanos y otro tipo de resistencia al 11 El trabajo más amplio sobre el tema es Castells (1997). Desde
autoritarismo, véase la tercera parte de Corradi, Weiss y Garretón, una perspectiva crítica latinoamericana, véase Chonchol (2000),
eds. (1992). Flores Olea y Mariña (1999), García Canclini (1999) y Garretón,
10 Jelin y Herschberg, eds. (1995).
ed. (1999).

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de actores a nivel globalizado que enfrentan a su vez formados. Por un lado, los públicos y redes de diversa
a los poderes fácticos transnacionales, los movimien- naturaleza, que pueden ser más o menos estructurados,
tos antiglobalización. específicos o generales, pero que tienen como carac-
Por otro lado, lo que está ocurriendo en todas par- terísticas el no tener una densidad organizacional fuer-
tes del mundo, y en América Latina con algunas ca- te y estable. En segundo lugar, actores con mayor
racterísticas particulares que indicaremos, es un cam- densidad organizacional como las organizaciones no
bio fundamental del tipo societal predominante en los gubernamentales (ONG), que constituyen también redes
últimos siglos. Este puede resumirse en el fenómeno nacionales y transnacionales. En tercer lugar, los ac-
de amalgamación entre el tipo societal básico que ac- tores identitarios, sobre todo aquéllos en que el prin-
tuó como referencia desde el siglo XIX, la sociedad cipio fundamental de construcción de identidad tiende
industrial de Estado Nacional, y otro tipo societal, la a ser adscriptivo y no adquisitivo. Finalmente, los
sociedad post-industrial globalizada.12 poderes fácticos, es decir, entidades o actores que pro-
El tipo societal referencial, frente al cual los paí- cesan las decisiones propias de un régimen político, al
ses podían estar más atrasados o más avanzados, la margen de las reglas del juego democrático. Ellos
sociedad industrial de Estado Nacional, tenía dos ejes pueden ser extrainstitucionales como los grupos eco-
fundamentales: uno era el eje trabajo y producción, el nómicos locales o transnacionales, la corrupción y el
otro era el eje Estado Nacional, es decir, la política. narcotráfico, grupos insurreccionales y paramilitares,
Por lo tanto, los actores sociales en este tipo societal poderes extranjeros, organizaciones corporativas
eran predominantemente actores que se vinculaban al transnacionales, medios de comunicación. Pero tam-
mundo del trabajo o de la producción, es decir, alguna bién existen poderes fácticos de jure, actores institucio-
relación con las clases sociales y, por otro lado, al nales que se autonomizan y asumen poderes políticos
mundo de la política, es decir alguna relación con los más allá de sus atribuciones legítimas, como pueden
partidos o liderazgos políticos. La combinación de serlo los organismos internacionales, presidentes
ambos es lo que llamábamos movimientos sociales. (hiperpresidencialismo), poderes judiciales, parlamen-
En el caso de América Latina, definida menos por tos, tribunales constitucionales y las mismas Fuerzas
una estructura industrial y un Estado nacional conso- Armadas en muchos casos.
lidados, que por procesos de industrialización y de Consecuencia de lo señalado es la transformación
construcción de Estados nacionales y de integración de los principios de acción colectiva e individual. Los
social, la organización de la sociedad, y así también la principios de referencia de los actores de la sociedad
conformación de actores sociales, estaba basada más clásica que hemos conocido y a la cual pertenece nues-
en la política —caudillista, clientelista o partidaria— tra generación en América Latina, pese a la debilidad
que en el trabajo o producción. de la estructura económica industrial, son el Estado y
El nuevo tipo societal, que podríamos llamar post- la polis estructurada en Estado. Los principios de re-
industrial globalizado y que sólo existe como princi- ferencia de los actores de la sociedad post-industrial
pio o como tipo societal combinado con el anterior, globalizada son problemáticas que desbordan la polis
tiene como ejes centrales el consumo y la información o el Estado nacional (paz, medio ambiente, ideologías
y comunicación. No tiene en su definición misma, a globalistas u holísticas, género). Para los actores
diferencia del tipo societal industrial-estatal, un siste- identitarios la referencia principal es a la categoría
ma político. social a la cual pertenecen (se sienten jóvenes o muje-
En torno a los ejes básicos de este modelo societal res, indios, viejos, paisanos de tal región, etc., más que
—consumo e información y comunicación— se cons- nacionales de un país o seguidores de una ideología o
tituyen nuevos tipos de actores sociales, por supuesto realizadores de alguna función o miembros de una
que intermezclados o coexistiendo con los actores pro- profesión).
venientes del modelo societal industrial-estatal trans- Es cierto que América Latina siempre vivió en
forma desgarrada la modernidad occidental industrial
de carácter estatal-nacional y que ésta nunca logró
12 Existe una abundante literatura sobre el carácter de la sociedad y consolidarse como la racionalidad organizadora de
su impacto en las formas de acción colectiva. Vale la pena desta- estas sociedades. Pero también es cierto que esta mo-
car, para los fines de este trabajo, a Castells (1997), Touraine (1997), dernidad fue un elemento referencial en la historia de
Dubet y Martucelli (1998) y Melucci (1996). Para la perspectiva
más clásica de clases sociales, véase Wright (1997). Mi propia vi- nuestros países en el siglo pasado y que se la vivió en
sión se halla en Garretón (2000b). forma ambigua e hibridada con otros modelos de

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modernidad. Todo ello hace más problemática la irrup- movimientos étnicos y de género, las movilizaciones
ción del nuevo tipo societal en nuestras sociedades. de protesta contra el modelo económico, las nuevas
Si se examinan las nuevas manifestaciones de la expresiones de los movimientos estudiantiles, entre
acción colectiva desde Chiapas o Villa El Salvador de otros, se verá que todas ellas comparten rasgos de am-
Perú, los movimientos campesinos ligados al narcotrá- bos modelos de modernidad combinados con las pro-
fico o los más tradicionales de lucha por la tierra, los pias memorias colectivas.

V
El cambio de matriz sociopolítica
en América Latina

Junto con las transformaciones provenientes de los lucionarios de los años sesenta, criticando su aspecto
procesos de globalización, en los que las sociedades mesocrático y su incapacidad de satisfacer los intere-
latinoamericanas se insertan dificultosamente de una ses populares, como los regímenes militares que se
manera dependiente, y como objetos de estrategias inician en esos años en América Latina. El momento
externas de dominación y de las dinámicas de un nue- de las transiciones democráticas de los ochenta y no-
vo tipo societal que se amalgama con el preexistente, venta, a su vez, coincide con la constatación del vacío
ambos mal enraizados en estas sociedades, éstas han dejado por la antigua matriz que los autoritarismos
vivido, en grados y circunstancias diferentes, cambios militares habían desarticulado, sin lograr reemplazar-
profundos en diversas dimensiones.13 la por otra configuración estable y coherente de las
El primero es el advenimiento y relativa consoli- relaciones entre Estado y sociedad. En este vacío tien-
dación de sistemas político-institucionales que tienden den a instalarse diferentes sustitutos que impiden el
a sustituir a las dictaduras, guerras civiles y modalida- fortalecimiento, la autonomía y la complementariedad
des revolucionarias de décadas precedentes. El segun- entre los componentes de la matriz (Estado, régimen
do es el agotamiento del modelo de “desarrollo hacia y actores políticos, actores sociales y sociedad civil) y
adentro” —industrialización con rol dirigente del Es- que buscan sustituir o eliminar alguno.
tado— y su reemplazo por fórmulas que asignan prio- Tres grandes tendencias, a veces superpuestas,
ridad al papel del sector privado y buscan insertarse otras entremezcladas, otras en tensión y con luchas por
en la economía globalizada y dominada por las fuer- hegemonías parciales entre ellas, intentan reemplazar
zas transnacionales del mercado. El tercero es la trans- la matriz en disolución. Por un lado, el neoliberalismo,
formación de la estructura social, con el aumento de la como intento de negar la política a partir de una vi-
pobreza, las desigualdades, la marginalidad y la preca- sión distorsionada y unilateral de la modernización
riedad de los sistemas laborales. Y por último, el cuarto expresada en una política instrumental que sustituye la
es la crisis de las formas clásicas de modernización y acción colectiva por la razón tecnocrática y donde la
de cultura de masas norteamericana predominantes en lógica de mercado parece aplastar cualquier otra di-
las elites dirigentes, y el reconocimiento y desarrollo mensión de la sociedad. Esta tendencia se acompaña
de fórmulas propias e híbridas de modernidad. en los últimos tiempos con una visión de la política que
Todos estos procesos han significado la ruptura contribuye a despolitizar aún más la sociedad al plan-
y desarticulación de la matriz clásica o nacional po- tearse como su único contenido el “resolver los pro-
pular. Recordemos que es contra esta matriz y su tipo blemas concretos de la gente”.
de Estado que se dirigen tanto los movimientos revo- Por otro lado, y como reacción frente a la pri-
mera tendencia y a los fenómenos de globalización,
surge una visión también crítica del Estado y la po-
13 Sobre la problemática general de América Latina en los años
lítica, pero desde la sociedad civil, apelando a su
noventa véanse, entre otros, Reyna, comp. (1995) y Smith (1995).
reforzamiento, ya sea a través de los principios de
Desde otra perspectiva, Sosa (1996). ciudadanía, participación, empoderamiento o de las

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diversas concepciones del capital social, ya sea a tra- zadores, y en algunos casos delictuales, como el
vés de la invocación a principos identitarios y comu- narcotráfico y la corrupción.
nitario.14 Así, la cuestión fundamental es si, más allá de las
Entre estos dos polos contradictorios, pero que en transiciones democráticas o del paso a un modelo eco-
conjunto tienden a debilitar desde ángulos distintos la nómico basado en las fuerzas de mercado transnaciona-
legitimidad del Estado y de la política, en un caso por lizadas, asistimos o no a la emergencia de un nuevo tipo
considerarlos innecesarios e ineficientes, en el otro por societal, es decir, de una nueva matriz sociopolítica. Lo
ser elitistas y cupulares y no dar cuenta de las nuevas más probable es que los países sigan diversos caminos
demandas y campos de acción sociales, se halla la en esta materia, moviéndose de una u otra manera en
visión más institucionalista del refuerzo del papel del las tres grandes tendencias anotadas. Si bien existe el
Estado y de la democracia representativa, para evitar riesgo de la permanente descomposición o inestabilidad
la destrucción de la sociedad por el mercado, los po- y crisis sin una pauta nueva y clara de relaciones entre
deres fácticos o el particularismo de las reivindicacio- Estado, política y sociedad, también puede irse abrien-
nes identitarias y corporativas. do paso dificultosamente la tendencia a una nueva ma-
En los vacíos que dejan estas tres tendencias, in- triz de tipo abierto, es decir, caracterizada por la auto-
capaces cada una de reconstituir una nueva matriz nomía y la tensión complementaria de sus componen-
sociopolítica, pueden resurgir también nostalgias po- tes, combinada con elementos subordinados de la ma-
pulistas, clientelistas, corporativistas o partidistas y, en triz clásica en descomposición y que redefine la políti-
caso de extrema descomposición, caudillismos neopo- ca clásica y las orientaciones culturales.
pulistas, pero ya sin la convocatoria de grandes pro- No es posible predecir aún el resultado de estos
yectos ideológicos o de movilizaciones de fuerte ca- procesos. Pareciera que el marco político será formal-
pacidad integrativa. Estas nostalgias aparecen más bien mente democrático, sin que pueda asegurarse su rele-
como formas fragmentarias, muchas veces en forma vancia frente a los poderes fácticos transnacionales y
paralela a elementos anómicos, apáticos o atomi- locales.

VI
Los nuevos ejes de la acción colectiva

Los cambios estructurales y culturales que afectan tanto dinámica y define actores que no necesariamente son
al tipo societal latinoamericano como al modo clásico los mismos que en los otros ejes, como ocurría con la
de relación entre Estado y sociedad significan, en tér- fusión de las diversas orientaciones en el movimiento
minos de la acción colectiva, un cambio de paradigma nacional popular o en el movimiento democrático que
en un doble sentido. En primer lugar, la organización le siguió.
de la acción colectiva y la conformación de actores
sociales se hace menos en términos de la posición 1. La democratización política
estructural de los individuos y grupos y más en térmi-
nos de ejes de sentido de esa acción. En segundo lu- En las últimas décadas se han dado tres tipos de pro-
gar, los cuatro ejes de acción que definiremos no es- cesos de democratización desde diversas situaciones de
tán imbricados en un proyecto societal único que los autoritarismo. El primero corresponde a las fundacio-
ordena entre sí y fija sus relaciones, prioridades y de- nes democráticas, es decir, la creación de un régimen
terminaciones en términos estructurales, sino que cada democrático en países donde nunca existió antes pro-
uno de ellos es igualmente prioritario, tiene su propia piamente una democracia, partiendo de regímenes
oligárquicos o patrimoniales o desde situaciones de
guerra civil, insurrecciones o revoluciones, como es,
14 Sobre ciudadanía y participación véase CEPAL (2000b). Sobre ca-
principalmente, el caso centroamericano. El segundo
pital social, Portes (1998) y Durston (2000). Sobre identidades, corresponde a las transiciones, el paso a regímenes
ILADES (1996). democráticos desde regímenes de dictadura militar o

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REVISTA DE LA CEPAL 76 • ABRIL 2002 15

civil formales, caso principalmente de los países del meta principal de la acción colectiva. Con este cam-
Cono Sur. El tercero corresponde a las reformas, es bio, el Movimiento Social gana en términos instrumen-
decir, procesos de extensión de instituciones democrá- tales, pero se paga el precio de la subordinación de las
ticas desde el poder mismo, presionado por la socie- demandas particulares a las metas políticas. A la vez,
dad y la oposición política, como es el caso mexica- esto otorga el rol de liderazgo a los actores políticos,
no.15 principalmente los partidos. Las negociaciones y
Las fundaciones exigen, por su naturaleza, la pre- concertaciones en el nivel de las cúpulas y de las elites
sencia de actores e instituciones mediadoras, naciona- tienden a reemplazar las movilizaciones sociales du-
les o externas, entre los sectores combatientes y la con- rante la transición democrática y los procesos de con-
versión de éstos en actores políticos. Las transiciones solidación.
no operan por derrocamiento, sino que por negociacio- En este sentido, los procesos de democratización
nes dentro de marcos institucionales, pero se definen política tienden a separar la acción colectiva en tres
por el cambio de los titulares del poder y privilegian a lógicas que penetran a todos los actores sociales par-
los partidos políticos como actores centrales y a los ticulares. Una es la lógica política orientada hacia el
grupos corporativos que presionan por salvaguardar sus establecimiento de una democracia consolidada como
intereses en el proceso de término de las dictaduras y condición para cualquier otro tipo de demanda. La otra
en el régimen que les seguirá, subordinando a los es la lógica particular de cada uno de los actores orien-
movimientos sociales que fueron importantes en el tada hacia beneficios concretos en la democratización
desencadenamiento de la transición. Las reformas no social como condición para apoyar activamente al
implican cambio necesario en los titulares del poder y nuevo régimen democrático. La última lógica critica
es difícil decir en qué momento realmente están ter- la insuficiencia de los cambios institucionales y con-
minadas. En ellas el juego cupular de los partidos y cibe la democracia como un cambio social más pro-
actores políticos es central, aunque los movimientos de fundo y extensivo a otras dimensiones de la sociedad.
la sociedad civil son los que mantienen la presión para Esta lógica, subordinada durante las democratizacio-
evitar que las reformas se empantanen. nes políticas, se expresará luego a través de los otros
Si bien es cierto que cada forma de democratiza- ejes de la acción colectiva que examinaremos.
ción tiene implicancias distintas para las formas de La existencia de cuestiones éticas no resueltas
acción social y privilegia determinados actores socia- durante las transiciones o democratizaciones, especial-
les, es posible trazar una línea general en esta materia, mente la violación de los Derechos Humanos bajo las
en la que cada caso y subcaso aporta sus rasgos espe- dictaduras, mantuvo la importancia de los movimien-
cíficos. tos de Derechos Humanos al comienzo de las nuevas
Si habíamos definido como el sujeto o principio democracias. Pero éstos se vieron severamente limita-
constitutivo central de la matriz político-céntrica o dos por las restricciones de otros enclaves autoritarios,
clásica al Movimiento Nacional Popular, puede decir- de tipo institucional o constituidos por poderes fácticos
se que la construcción de democracias políticas impli- (militares, empresarios, grupos para-militares), y espe-
có un giro de éste hacia el Movimiento Democrático, cialmente por el riesgo de regresión autoritaria y cri-
es decir, hacia un actor o movimiento central que, por sis económicas. Ello confirió a los actores políticos, en
vez primera, no se orienta ni hacia intereses específi- el gobierno y la oposición, roles claves en la acción
cos de un sector social ni hacia el cambio social radi- social, subordinando de esta manera los principios de
cal y global, sino hacia el cambio de régimen político. acción de otros actores a su propia lógica. A su vez,
Los gobiernos autoritarios se convierten en el princi- las tareas relacionadas con el proceso de consolidación
pio más importante de oposición y el término del ré- privilegiaron, al comienzo, las necesidades y requeri-
gimen y la instalación de la democracia llegan a ser la mientos del ajuste y la estabilidad económicos, desin-
centivando la acción colectiva que se pensaba ponía en
riesgo tales procesos. Como resultado se produjo un
15 Sobre transiciones y democratizaciones véanse, entre otros mu-
cierto grado de desarticulación y desactivación de los
chos, Barba, Barros y Hurtado, comps. (1991) y para un balance y movimientos sociales. Pero más importante aún es que,
revisión actualizados, Hartlyn (2000). Mis propios planteamientos al establecerse los regímenes post-dictatoriales, los
están en Garretón (1995a y 1997b) y en “Política y sociedad entre movimientos sociales quedaron sin un principio cen-
dos épocas” (Garretón, 2000a). En este último nos basamos para el
balance presentado aquí. tral de proyección.

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El balance de las democratizaciones políticas no redefinición de la ciudadanía. El segundo a la supera-


puede dejar de ser positivo en cuanto a la transición y ción de la pobreza y la exclusión.16
consolidación de regímenes post-autoritarios, y, en Se asiste hoy en día a una expansión valorativa
general, crítico respecto de la calidad y profundidad inédita de la dimensión ciudadana, lo que se expresa
democrática de tales regímenes. en que casi todas las demandas y reivindicaciones se
En efecto, los regímenes democráticos que suce- hacen a nombre de la ciudadanía o de los derechos ciu-
den a las dictaduras militares o civiles, si bien conso- dadanos. Es cierto que muchas de ellas se confunden
lidados, son democracias o incompletas o débiles. Es con simples demandas sociales, de modo que el uso
decir, en algunos casos se trata de regímenes que si del concepto por parte de las ONG y los organismos in-
bien son básicamente democráticos mantienen cierta ternacionales es a veces equívoco y a veces pierde su
impronta del régimen anterior, lo que hemos denomi- contenido específico referido a derechos iguales de las
nado los enclaves autoritarios. Estos son institucionales personas individuales (citizenship) frente al poder po-
(constituciones, sistemas legislativos amarrados, etc.); lítico-estatal garantizados por instituciones determina-
ético-simbólicos (problemas pendientes de verdad y das y en torno a cuya reivindicación se organiza un
justicia en torno a crímenes y violaciones de derechos cuerpo de ciudadanos portadores de tales derechos
humanos desde el Estado); actorales (grupos que in- (citizenry).
tentan volver al régimen anterior o no juegan cabal- La valorización de la ciudadanía contrasta, sin
mente el juego democrático) y culturales (actitudes y embargo, con el debilitamiento de las instituciones
comportamientos heredados que impiden la participa- clásicas que sirvieron para expresarla: sobre todo en
ción ciudadana y democrática). En otros casos, la re- el campo los derechos civiles.
composición del sistema de representación en el régi- Hay actores que se ubican en este campo de rei-
men democrático está aún en curso. Por último, hay vindicaciones clásicas, es decir, amenazados por lo que
un grupo de países que vive una cierta descomposición ven como pérdida de los derechos conquistados en sus
del conjunto del sistema político o en los cuales los luchas históricas al debilitarse el papel del Estado y de
poderes fácticos no se someten a las reglas del juego la institucionalidad que los garantizaban. Hay otros
institucional o la ciudadanía no logra constituirse como cuyas luchas se organizan contra la discriminación, es
tal, lo que hace a sus democracias relativamente irre- decir, están orientadas a que se reconozcan derechos
levantes para el cumplimiento de las tareas propias de de los que gozan los ciudadanos ya integrados a los
todo régimen. miembros de determinadas categorías (género, nivel
Es evidente que en torno a la profundización y socioeconómico, etnia, región, etc.). Pero, además, en
calidad del régimen democrático se producirá una con- aquellos campos de ciudadanía clásica donde existen
figuración de actores, con una tensión entre los más instituciones, ya no se trata sólo del acceso o cobertu-
orientados a lo político-estatal, preocupados de las ra de determinados derechos ciudadanos, sino de la ca-
reformas institucionales y de la modernización del lidad del bien a que se aspira, la que obviamente de-
Estado, y aquellos que ligan demandas sociales y ciu- pende de la naturaleza del grupo que la reivindica, por
dadanas propias del segundo eje al que nos referire- lo cual un derecho universal no puede ser de igual con-
mos. Recordemos al respecto que en México el Ejér- tenido para todos (por ejemplo, la demanda educacio-
cito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ponía nal o de salud). Esto limita la capacidad de acción al
entre sus primeras reivindicaciones la celebración de particularizarse la dimensión de sujeto colectivo (citi-
elecciones limpias junto a sus propias demandas de zenry).
integración social, y que el movimiento indígena en Por otro lado, si la ciudadanía es el lugar del re-
Ecuador también vinculó sus demandas particulares al conocimiento y la reivindicación de un sujeto de de-
cambio de gobierno. recho frente a un determinado poder, y ese poder fue

2. La democratización social
16 Excelentes análisis de estos aspectos, especialmente sobre exclu-
El segundo eje en torno al cual se constituyen accio-
siones, se encuentran en Filgueira (2001) y en CEPAL (2000 a y b).
nes colectivas y actores sociales es lo que puede de- Sobre ciudadanías, además de CEPAL (2000b), están Hengstenberg,
nominarse la democratización social. Entre los varios Kohut y Maihold, eds. (1999) y Jelin y Herschberg, eds. (1995).
significados que tiene este concepto dos son pertinen- Un muy buen estudio de un caso nacional es el de López (1997).
Sobre el debilitamiento de la ciudadanía civil, que mencionaremos
tes para nuestros efectos. El primero se refiere a la más adelante, véase O’Donnell (2001).

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normalmente el Estado, hoy día se generan campos o sin vinculación entre ellos, lo que dificulta enormemen-
espacios en que la gente hace el equivalente o la ana- te cualquier acción colectiva. Así, además de darse la
logía con la ciudadanía. Quiere ejercer derechos pero desestructuración de las comunidades políticas, produc-
ese poder frente al que hay que conquistarlos ya no es to de los fenómenos de globalización y de explosión
necesariamente el Estado o lo es sólo parcialmente. Por de identidades que no son nacional-estatales, una enor-
ejemplo, derechos relacionados con los medios de me masa es expulsada de lo poco que queda de esa
comunicación, donde la gente no quiere que en la gran comunidad política. La cuestión no es sólo qué mode-
cantidad del tiempo de su vida útil que está dedicada lo económico puede integrar en el espacio de una ge-
a la televisión le fijen los marcos en que debe elegir, neración al sector excluido, sino qué tipo de sistema
y quisiera tener alguna forma de ciudadanía. El medio político es capaz de darle participación efectiva y prota-
ambiente es otra esfera en que se expresan relaciones gónica sin estallar y sin caer en prácticas manipulado-
de poder, derechos y campo de ciudadanía que no se ras o populistas.
refieren exclusivamente al Estado. También la perte- La incorporación de la parte excluida de la socie-
nencia a más de una comunidad nacional, como ocu- dad, que en algunos países puede ser más del 60% de
rre en zonas fronterizas o con procesos masivos de mi- la población, se plantea hoy en términos nuevos: el
gración. sector excluido no es más un actor que se sitúa en un
Por último, en estos procesos de redefinición de contexto de conflicto con otros actores sociales sino,
la ciudadanía surgen demandas y luchas por derechos simple y trágicamente, un sector que se considera des-
que implican una revolución en el principio clásico de echable de la sociedad, al que ni siquiera se necesita
los derechos humanos, ciudadanos o del modelo repu- explotar.
blicano. Hay aquí dos dimensiones distintas involu- El panorama de las acciones colectivas de los años
cradas. Una corresponde a los derechos que se recla- noventa muestra que el eje ciudadanía-exclusión ha
man en nombre de una identidad y que no son exten- sido uno de los principales elementos constitutivos de
sibles a otras categorías (derechos de la mujer, de los la acción de los actores sociales de la región, atrave-
jóvenes, de los discapacitados), pero cuyos titulares sando tanto los movimientos étnicos como los nuevos
siguen siendo los individuos. La otra dimensión se rasgos de los movimientos de pobladores, las reivin-
refiere a derechos cuyos titulares no son los individuos dicaciones de sectores pobres urbanos, las organizacio-
sino que las colectividades como en el caso de dere- nes vecinales y de movimientos barriales o regionales,
chos de pueblos indígenas, y eso es una reinvención los movimientos juveniles y las movilizaciones contra
del concepto de ciudadanía (Stavenhagen, 2000). los cierres de empresas.
Para todos estos nuevos campos de ciudadanía no En general, es en torno a estas cuestiones de la
existen instituciones, o sólo existen embrionaria y par- democratización social que se resignifican los actores
cialmente. Entonces, lo que hay en vez de institucio- más políticos, como los partidos que giran hacia lo que
nes que regulan deberes y derechos de los involucra- denominan “preocupaciones de la gente”, o los más
dos, es precisamente una demanda genérica donde el económicos, como los sectores afectados por crisis
adversario y el referente son difusos. económicas y pérdidas de empleo.17
La otra cara de la democratización social se re-
fiere a la superación de las nuevas formas de exclu- 3. La reconstrucción de la economía nacional y
sión social del actual modelo socioeconómico. su reinserción
En el período previo a los autoritarismos milita-
res y a los llamados “ajustes estructurales”, las formas El tercer eje de acción colectiva se refiere a las conse-
de integración estuvieron asociadas a la industrializa- cuencias de la transformación del modelo de desarro-
ción y urbanización, a la expansión de los servicios del llo.18 La transformación del antiguo modelo de desa-
Estado y a la movilización política. En cada uno de rrollo “hacia adentro”, basado en la acción del Estado
estos campos se podía detectar una dialéctica inclusión- como agente de desarrollo, y la reinserción de la eco-
exclusión y un proceso de organización de sectores nomía nacional en el proceso de globalización de la
excluidos con el propósito de integrarse.
Hoy los sectores excluidos están separados de la
17 Escobar y Alvarez, eds. (1992), Eckstein, coord. (2001c), Calde-
sociedad, manteniendo con ella alguna forma de rela-
rón y Reyna (1995).
ción puramente simbólica que parece no pasar por la 18 Respecto de las transformaciones económicas, véanse Smith, Acu-

economía y la política. A la vez, están fragmentados y ña y Gamarra, eds. (1994), Ffrench-Davis (2000) y CEPAL (1992).

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18 REVISTA DE LA CEPAL 76 • ABRIL 2002

economía mundial, a partir de las fuerzas transnacio- das a paliar los efectos del modelo en el nivel de vida,
nales de mercado, significó una mayor autonomía de el empleo y la calidad de los trabajos, demandando
la economía respecto de la política en relación al mo- siempre la intervención del Estado, más que a posicio-
delo de desarrollo hacia adentro, pero dejó a la socie- nes propiamente anticapitalistas. Por otra parte, se
dad enteramente a merced de los poderes económicos aprecia un doble movimiento en el actor empresarial,
nacionales y, sobre todo, transnacionales. escindido entre los favorecidos y los perdedores de las
El modo predominante como se hizo tal transfor- aperturas y la globalización: en estos últimos se pro-
mación fue mediante el ajuste o las reformas estructu- duce la corporativización defensiva de tipo nacionalista
rales de tipo neoliberal. Pero las modalidades neolibe- y, en los primeros, la internacionalización de las pau-
rales han significado sólo la inserción parcial y una tas de acción y una dinámica interna más agresiva, pero
nueva dependencia de ciertos sectores, con lo que se sin lograr convertirse en clase dirigente.
vuelve a configurar un tipo de sociedad dual y queda
planteada la cuestión de un modelo alternativo de de- 4. La reformulación de la modernidad
sarrollo. Dicho de otra manera, el modelo neoliberal
operó sólo como ruptura y mostró su total fracaso para El cuarto eje, que puede ser visto como una síntesis
transformarse en un desarrollo estable y autosusten- de los otros, pero que posee su propia dinámica y es-
table. pecificidad como fuente de acción colectiva, se refie-
En términos de las cuestiones ligadas a los acto- re a las luchas en torno al modelo de modernidad, las
res sociales, el nuevo esquema económico que se im- identidades y la diversidad cultural, y, obviamente,
pone a nivel mundial tiene varias consecuencias.19 como todos los otros, se recubre también de luchas por
Por un lado, el esquema económico prevalecien- la ciudadanía.20
te tiende a ser intrínsecamente desintegrativo a nivel La modernidad es el modo como una sociedad
nacional y parcialmente integrativo, aunque obviamen- constituye sus sujetos individuales y colectivos. La
te asimétrico, a nivel supranacional. Ello implica la ausencia de modernidad es la ausencia de sujetos. Es
desarticulación de los actores sociales clásicos ligados necesario recordar que sociológicamente no se puede
al mundo del trabajo y al Estado y hace muy difícil la hablar de “la” modernidad, sino que hay que hablar de
transformación de los nuevos temas mencionados (me- “las” modernidades. Cada sociedad tiene su propia
dio ambiente, género, seguridad urbana, democracia modernidad. Los diferentes modelos de modernidad
local y regional dentro del país, etc.) y de las nuevas son siempre una combinación problemática entre la
categorías sociales (etarias, de género, étnicas, diver- racionalidad científico-tecnológica, la dimensión expre-
sos públicos ligados al consumo y a la comunicación) siva y subjetiva (afectos, emociones, pulsiones), las
en actores sociales políticamente representables. Esta identidades y la memoria histórica colectiva.
desarticulación de actores sociales es coincidente con La forma particular de la modernidad latinoame-
el debilitamiento de la capacidad de acción del Esta- ricana, en torno a lo que hemos denominado la matriz
do, referente básico para la acción colectiva en la so- nacional popular, ha entrado en crisis y frente a ella
ciedad latinoamericana. se alza como propuesta la simple copia del modelo de
Se produce, así, una preeminencia de luchas de- modernidad identificado con procesos específicos de
fensivas, a veces en la forma de revueltas salvajes, otras modernización de los países desarrollados, pero con un
a través de la movilización de actores clásicos ligados énfasis especial en el modelo de consumo y cultura de
al Estado en defensa de sus conquistas previas (emplea- masas norteamericano. El neoliberalismo y los llama-
dos públicos, profesores o trabajadores de antiguas em- dos “nuevos autoritarismos”, básicamente militares,
presas del Estado). Los estudiantes se orientan más a identificaron su propio proyecto histórico con la mo-
la defensa de sus intereses de carrera amenazados por dernidad. Las transiciones democráticas de los últimos
la privatización de la educación superior, que a la re- años rectificaron sólo la dimensión política, dándole un
forma más profunda del sistema educacional y univer- sello democrático.
sitario. Los trabajadores orientan sus luchas y deman-

20 Para un análisis general del tema de la modernidad, véanse


19 Respecto a las bases estructurales de las transformaciones socia- Touraine (1993), ILADES (1996), García Canclini (1980), Garretón,
les, véase Filgueira (2001). Sobre su impacto en los movimientos ed. (1999) y Bayardo y Lacarrieu (1999). Mi propia visión aparece
sociales en los años ochenta y noventa, Calderón, ed. (1986), Co- en Garretón (1994) y, más recientemente, en “La sociedad en que
legio de México (1994), Eckstein (2001a) y Stavenhagen (1995). vivi(re)mos” (Garretón, 2000b).

LA TRANSFORMACION DE LA ACCION COLECTIVA EN AMERICA LATINA • MANUEL ANTONIO GARRETON M.


REVISTA DE LA CEPAL 76 • ABRIL 2002 19

En oposición a ese modelo surgieron visiones de tre confusa y creativa— la vertiente racional-científi-
la modernidad latinoamericana identificadas ya sea con ca, la vertiente expresivo-comunicativa y la memoria
una América Latina “profunda” de raíz indígena, ya sea histórica colectiva.
con una base social única y homogénea como el mes- Probablemente éste es el eje más novedoso de la
tizaje, o con un cemento cultural-religioso de prove- acción colectiva de los últimos años en América Lati-
niencia católica. Todas ellas tienden a definir la mo- na, siendo especialmente visible en las nuevas moda-
dernidad o su alternativa ya sea desde la externalidad lidades de las acciones indígenas, en la sociabilidad y
del sujeto, ya sea desde una esencialidad trascendente, redefinición ante la política de los jóvenes, y en movi-
con lo que no dan cuenta de las formas de conviven- mientos que combinan diversas dimensiones —étnica,
cia latinoamericanas que combinan —de manera en- socioeconómica y política— como el de Chiapas.21

VII
Acción colectiva y política

Cuando hablamos de actores y de la sociedad civil, Los actores clásicos han perdido parte de su sig-
enfrentamos hoy una realidad bastante compleja, pues nificación social y tienden a corporativizarse. Los
pareciera asistirse a un debilitamiento general de la emergentes, a partir de las nuevas temáticas post-au-
acción colectiva y de los actores y movimientos socia- toritarias, no logran constituirse en actores estables o
les y a una modificación del panorama de los actores cuerpo de ciudadanos, sino que aparecen más en cali-
sociales. dad de públicos o en movilizaciones eventuales. En
El panorama actual muestra a este respecto: una situaciones como éstas, los actores sociales propiamen-
mayor individualización en las conductas y estrategias te tales tienden a ser reemplazados por movilizaciones
del movimiento campesino, ligadas a migraciones y esporádicas y acciones fragmentarias y defensivas, a
narcotráfico en algunos casos, con excepción probable- veces en forma de redes y entramados sociales signi-
mente del Movimiento de los Sin Tierras del Brasil; ficativos pero con baja institucionalización y represen-
una legitimación e institucionalización estatal de los tación políticas, o por reacciones individuales de tipo
movimientos de mujeres; una orientación de los mo- consumista o de retraimiento. Por otro lado, también
vimientos de pobladores, anteriormente ligados a las toma la escena la agregación de individuos a través del
tomas de terrenos, hacia las cuestiones de seguridad fenómeno de la opinión pública, medida a través de
urbana; luchas de trabajadores contra políticas econó- encuestas y mediatizada no por organizaciones movili-
micas y laborales y por una reintervención estatal, más zadoras o representativas, sino por los medios de co-
que contra el capital; movimientos guerrilleros menos municación masiva.
orientados a la toma del poder que a la negociación de Es evidente que en los procesos descritos hay
espacios en el ámbito institucional; estudiantes más elementos que dañan la calidad de la vida democráti-
defensores de sus conquistas e intereses que preocu-
ca, al erosionar los incentivos para la acción colectiva
pados de la transformación del sistema educativo;
y política, por un lado, y someter el juego político a
movimientos de derechos humanos más esporádicos o
presiones y negociaciones cupulares de actores corpo-
circunstanciales; un reforzamiento de las acciones
rativos o al chantaje de los grandes públicos, de los
político-electorales y de participación ciudadana más
poderes fácticos o de los medios de comunicación
que grandes movimientos de cambio social radical. Por
masivos, por otro. Pero también es cierto que se abren
último, lo más significativo pareciera ser la transfor-
mación de los actores étnicos hacia luchas por princi- oportunidades para acciones colectivas y actores socia-
pios identitarios y de autonomía respecto del Estado les más autónomos.
nacional.22 Ya no puede pensarse en la conformación de
actores al estilo del pasado. Es improbable que haya un
solo sujeto o Movimiento Social central o actor social
21
Escobar y Alvarez, eds. (1992), Eckstein (2001a) y Reyna (1995).
22Para un panorama general, véase Eckstein (2001a). Sobre los
o político en torno al cual se genere un campo de tensio-
movimientos étnicos, Stavenhagen (2001). nes y contradicciones único que articule los diferentes

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principios y orientaciones de acción que surgen de los ta como una manera de acceder a los recursos del
ejes de democratización política, democratización Estado. Por otra parte, la política desempeñaba un
social, reestructuración económica e identidad y mo- papel fundamental en el otorgamiento de sentido a la
dernidad. vida social y en la constitución de identidades, a tra-
Si bien es cierto que termina quizás una época vés de los proyectos e ideologías de cambio. De ahí
caracterizada principalmente por procesos de desarro- su carácter más movilizador, abarcante, ideológico y
llo nacionales “hacia adentro” en los que el Estado mo- confrontacional que en otros contextos socioculturales.
vilizador era el agente indiscutible e incontrarrestado En el nuevo escenario generado por las transfor-
y asistimos a la emergencia de procesos de desarrollo maciones sociales, estructurales y culturales a que nos
insertos en las fuerzas de mercado transnacionalizado, hemos referido y que descomponen la unidad de la
ello no significa la pérdida de significación de la ac- sociedad-polis, de la sociedad-Estado nacional, tiende
ción estatal, sino la modificación de sus formas de a desaparecer la centralidad exclusiva de la política
organización e intervención y la redefinición de sus como expresión de la acción colectiva. Pero ella ad-
relaciones con los otros actores de la sociedad. quiere una nueva centralidad más abstracta, por cuan-
Así, y contrariando las versiones optimistas o to le corresponde abordar y articular las diversas esfe-
catastrofistas de la globalización, el imperialismo del ras de la vida social, sin destruir su autonomía. Así,
mercado o el resurgimiento de la sociedad civil, hay hay menos espacio para políticas altamente ideologi-
una paradoja en relación con la función del Estado en zadas, voluntaristas o globalizantes, pero hay una de-
un nuevo modelo sociopolítico. Si ya no se puede manda que se hace a la política, la demanda de “sen-
pensar en un Estado que sea el unificador exclusivo de tido”, lo que las puras fuerzas del mercado, el univer-
la vida social, tampoco puede prescindirse de una inter- so mediático, los particularismos o los meros cálculos
vención del Estado dirigida precisamente a la constitu- de interés individual o corporativos no son capaces de
ción de los espacios y de las instituciones que permi- dar.
tan el surgimiento de actores significativos y autónomos Si el riesgo de la política clásica fue el ideologis-
de él y a la protección de los individuos. Si el Estado y, mo, la polarización y hasta el fanatismo, el riesgo de
en ciertos casos, los partidos y la clase política no hoy es la banalidad, el cinismo y la corrupción. Al
cumplen esta función de recrear las bases de constitu- agotarse tanto la política clásica como los intentos
ción de actores sociales, el vacío social y la crisis de autoritarios y neoliberales de lograr su eliminación
representación se mantendrán indefinidamente. radical, y al hacerse evidentes las insuficiencias tanto
Todo ello implica la redefinición del sentido de del pragmatismo y tecnocratismo actuales como de la
la política en democracia. Porque muchas de las críti- mera apelación a la sociedad civil, la gran tarea del
cas que se les hacen a las democracias recientes tie- futuro es la reconstrucción del espacio institucional, la
nen que ver con un cuestionamiento más profundo a polis, en que la política vuelve a tener sentido como
las formas clásicas de la política. Esta tenía un doble articulación entre actores sociales autónomos y fuer-
sentido en la vida social de nuestros países. Por una tes y un Estado que recobra su papel de agente de
parte, dado el papel del Estado como motor central del desarrollo en un mundo que amenaza con destruir las
desarrollo y la integración sociales, la política era vis- comunidades nacionales.

VIII
Partidos y actores sociales

Los autoritarismos militares intentaron destruir toda pendiente. En algunos casos en que el sistema parti-
forma de acción política y tuvieron como objeto de dario fue pulverizado, se trata de construir partidos; en
ataque central a los partidos y organizaciones políti- otros, de establecer sistemas de partidos, rompiendo el
cas. Si bien no lograron su propósito y éstos fueron una monopolio del partido hegemónico o del bipartidismo
pieza clave en las democratizaciones, la construcción tradicional y, en otros, de reconstruir la relación entre
de sistemas fuertes de partidos quedó como otra tarea la sociedad, sus actores y el sistema partidario. En

LA TRANSFORMACION DE LA ACCION COLECTIVA EN AMERICA LATINA • MANUEL ANTONIO GARRETON M.


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suma, habrá países que tendrán que cubrir todas estas Entre ellas, el llamado “tercer sector”, conforma-
tareas o alguna de ellas. Cada país tiene un problema do por las ONG, cuyo papel principal en la reconstruc-
distinto, pero todos están de algún modo en un proce- ción de la sociedad consiste en ligar las elites demo-
so complejo que apunta al fortalecimiento de un siste- cráticas de tipo profesional, tecnocrático, político o
ma de partidos que pueda controlar un Estado que, por religioso con los sectores populares, especialmente en
su lado, debería reforzarse. momentos en que la política es reprimida por el auto-
En términos generales, hay al menos tres aspec- ritarismo o la sociedad se atomiza por las transforma-
tos que deberán ser revisados respecto de los partidos, ciones económicas impuestas por la lógica del merca-
para asegurarles sus tareas de conducción política y de do. Este tipo de actor desempeña distintos papeles en
intermediación entre el mundo de los actores sociales esta materia. En primer lugar, le dan apoyo material y
y el Estado. espacio organizacional a los sectores pobres o débiles
El primero es la necesidad de una legislación so- de la sociedad, en especial a los más militantes, cuan-
bre los partidos que los dignifique, los financie y al do no pueden actuar en política directamente. En se-
mismo tiempo establezca adecuados controles públi- gundo lugar, ellas ligan estos sectores con las institu-
cos sobre ellos. El segundo es la representación de los ciones nacionales e internacionales de derechos huma-
nuevos tipos de fraccionamientos y conflictos de la so- nos, económicas, religiosas y políticas, a través de una
ciedad: para que los sistemas partidarios sean efectiva- franja de dirigentes sociales y activistas que pertene-
mente una expresión reelaborada de la demanda social cen al mundo social y político, proveyendo así un es-
y su diversidad, hay que innovar en la constitución de pacio de participación más amplio que los partidos. En
espacios institucionales donde se encuentren con otras tercer lugar, al menos algunas de ellas, son espacios
manifestaciones de la vida social, como puede ilustrarlo de conocimiento de lo que ocurre en la sociedad y de
la legislación sobre participación popular boliviana, por elaboración de ideas y proyectos sociales y políticos
citar un ejemplo. Un tercer aspecto, que definirá tam- de transformación, convirtiéndose en centros de pen-
bién el futuro de los partidos políticos, será la capaci- samiento o en líderes de opinión pública.
dad de formar coaliciones mayoritarias de gobierno. En Pero es necesario evitar una visión ingenua o
la medida que se constituyan sistemas multipartidarios exageradamente optimista de las relaciones entre las
competitivos, lo más probable es que no haya ningún ONG y otro tipo de organizaciones o instituciones como
partido que pueda convertirse en mayoría por sí mis- los partidos políticos. En efecto, las ONG tienden, a
mo y asegurar un gobierno eficaz y representativo. Este veces, a sustituir a los actores políticos, promoviendo
ya es el tema central de la política partidaria en Amé- sus propios intereses particulares y, otras, a radicalizar
rica Latina y lo será en las próximas décadas. la acción social y política reclamando una democracia
Si el liderazgo partidario aparece desafiado “des- directa que puede dejar de lado las condicionantes
de arriba” por el debilitamiento del Estado como refe- institucionales. A su vez, los partidos políticos no siem-
rente de la acción social, y “desde el medio” por los pre son capaces de evitar la manipulación de estas
propios problemas de reorganización del sistema par- organizaciones y tienden a descartar acciones que no
tidario, puede decirse que, “desde abajo”, nuevas or- lleven a ganancias políticas inmediatas. Así, el proce-
ganizaciones sociales parecen menoscabar su papel en so de aprendizaje y entendimiento mutuo toma un lar-
la sociedad. go tiempo.

IX
Conclusión: Las nuevas matrices de
la acción social

Lo que hemos tratado de plantear en este trabajo es rica que del posicionamiento estructural, lo que no
que estamos frente a otras formas de acción colectiva quita la existencia de importantes movimientos de
que dependen más de ejes y procesos de acción histó- resistencia y defensivos que se asemejan a las formas

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más clásicas propias de la matriz nacional popular. cia e identidades sociales, se ubican más bien en la
Pero, incluso en estos últimos, hay una mezcla signi- dimensión de lo que se ha denominado “mundos de la
ficativa con los nuevos principios y formas de acción vida” o de la intersubjetividad y no pueden ser susti-
colectiva. tuidos por los viejos principios. Ya no pertenecen ex-
Respecto a la matriz constituyente de actores so- clusivamente al reino de lo privado y ejercen sus de-
ciales (relación entre Estado, representación, régimen mandas en la esfera pública. Por supuesto que esta
y base socioeconómica y cultural), al desarticularse una nueva dimensión no reemplaza a las anteriores, sino que
determinada relación entre Estado y sociedad que lla- agrega más diversidad y complejidad a la acción social.
mamos nacional-popular y que privilegiaba la dimen- El principal cambio que esta dimensión introdu-
sión política en la constitución de actores sociales, ce en la acción colectiva, además de que las viejas
asistimos al desaparecimiento de un principio eje o formas de organizaciones parecen ser insuficientes para
estructurador del conjunto de estos actores. Estos pa- estos propósitos particulares (sindicatos, partidos), es
san a definirse menos en torno a un proyecto o movi- que define un principio muy difuso de oposición y se
miento social central y más en torno a diversos ejes basa no sólo en la confrontación sino también en la
constituidos por procesos de democratización política cooperación. Por consiguiente, no se dirige a un opo-
y social, reestructuración económica y afirmación de nente o antagonista claro, como solía suceder con las
identidades y modelos de modernidad. clásicas luchas sociales.
Respecto de la matriz configurativa (combinación Mientras que en el pasado fuimos testigos de un
de niveles y dimensiones y de esferas y ámbitos en que sujeto central en búsqueda de movimientos y actores
se ubica la acción o el actor), pasaríamos tentativa y sociales que lo encarnaran, el escenario actual parece
ambiguamente de actores básicamente económico-po- acercarse más a actores y movimientos particulares en
líticos y centrados en el nivel histórico-estructural de búsqueda de un sujeto o principio constitutivo central.
las sociedades a actores definidos socioculturalmente En efecto, lo que pareciera ser más predecible
y por referencia a los mundos de la vida (subjetividad) para el futuro próximo es una variedad de formas de
y a las instrumentalidades organizacionales e institu- lucha y movilizaciones más autónomas, más cortas,
cionales. menos políticamente orientadas, relacionadas con las
No cabe aquí el análisis de expresiones de acción instituciones en lugar de ser comportamientos extra-
colectiva recientes que, por su complejidad, parecerían institucionales, más orientadas hacia las inclusiones
desmentir este esquema analítico. Sin embargo, todas sectoriales, las modernizaciones parciales y la demo-
ellas (explosiones urbanas como las de Caracas o Ecua- cratización e integración social gradual que hacia los
dor y Bolivia, movimientos con fuerte componente cambios globales radicales. El contenido de tales
étnico, como el de Chiapas, de participación ciudada- movilizaciones estará probablemente desgarrado entre
na como los de Perú, “piqueteros” en Argentina, huel- las demandas concretas de inclusión, y la búsqueda de
gas de trabajadores contra cierres de empresas, movi- sentido y de identidad propios frente a la universali-
mientos de profesores y empleados públicos, los Sin zación de una “modernidad” identificada con las fuer-
Tierra de Brasil, movimientos de derechos humanos en zas del mercado y sus agentes. Si no se satisfacen ta-
países centroamericanos y Cono Sur, estudiantes en les demandas, es muy probable que haya algunas ex-
México y Chile, guerrilleros en Colombia, por citar plosiones y rebeliones abruptas o una retirada a través
sólo algunas muy conocidas), pese a sus enormes dife- de la apatía, el refugio individualista o comunitarista,
rencias, pueden ser estudiados desde la perspectiva aquí o alguna combinación de estas fórmulas, más que la
esbozada, es decir, como expresiones de sobrevivencia, generación de actores coherentes y estables.
descomposición y recomposición de esta doble matriz En síntesis, si bien es cierto que ya no podrá vol-
en un contexto de globalización y transformación del verse a la acción colectiva tradicional, aunque puedan
modelo de desarrollo y de los marcos institucionales. rescatarse muchos de sus elementos, hay potencialida-
Los cambios en la sociedad civil han ocasionado des en la nueva situación como las que hemos indicado
nuevos tipos de demandas y principios de acción que en otras secciones, que permiten la redefinición ciuda-
no pueden ser capturados por las viejas luchas por dana y una nueva manera de concebir la acción colec-
igualdad, libertad e independencia nacional. Los nue- tiva. Lo que queda pendiente es la relación de estas
vos temas referidos a la vida diaria, relaciones interper- manifestaciones con la vida política, por lo que pare-
sonales, logro personal y de grupo, aspiración de dig- ce indispensable la institucionalización de espacios en
nidad y de reconocimiento social, sentido de pertenen- que se expresen formas clásicas con formas emergen-

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tes. Como hemos dicho, la paradoja estriba en que esto ca y sus actores, por problemático que ello sea y aun-
sólo puede realizarse si hay iniciativa desde la políti- que parezca que se navega contra la corriente.

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