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Reino de Dios.

Se refiere al reinado o soberanía de Dios que está sobre todas las cosas, y no es


parecido al reinado de los poderes terrenales.

Dios nos esta llamando a buscar el Reino de Dios, pero sino buscamos y encontramos el
verdadero reino de Dios, jamas lo podremos establecer aca en la tierra. Simple y
llanamente porque no hemos estado ocupando mas en las cosas terrenales que en las
celestiales.

ALGO EN QUE PENSAR


Al dar inicio a Su ministerio aquí en la tierra, Jesús tenía la certeza que venía a este
mundo con la misión específica de establecer el Reino de Dios en cada lugar y en
cada corazón. Este mes, nos uniremos a una sola voz para pedir Su reino en nuestras
vidas, ministerios, familias y naciones, siendo revestidos del poder de lo Alto. Toma un
tiempo con tu equipo y juntos decreten con fe que cada célula de la Misión
Carismática Internacional verá el Reino de Dios manifestarse con poder.

Este es el tiempo que Dios estableció para desatar un avivamiento sin igual y Él
quiere usarnos para este gran propósito ¡Él desea que florezcamos como iglesia para
que podamos ser influencia! Este es el tiempo donde aprenderemos que el Reino de
Dios no consiste en palabras sino en poder y seremos testigos de cómo milagros
ocurrirán, cómo cadenas se romperán y cómo los cielos se abrirán para poder
conquistar todo lo que anhelamos por medio de la Sangre de Jesús.

“Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas
y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. Y acampando contra ellos
destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel,
ni ovejas, ni bueyes, ni asnos. Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus
tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus camellos eran innumerables;
así venían a la tierra para devastarla”
Jueces 6:3-5

Debemos entender que al hablar de reino, hablamos también de una guerra y un


enemigo espiritual. A la luz de la Palabra, podemos ver en la época de Gedeón, que
aunque los campos estaban sembrados y el ganado prosperaba, fueron devastados
por el ejército enemigo, destruyendo el fruto de la tierra y acabando con la comida. El
propósito del enemigo contra la iglesia es impedir que prospere, es robar la palabra
fresca de Dios y que las semillas que se han sembrado en el corazón de cada
creyente, se sequen y no den fruto, oponiéndose al avivamiento.

Es vital que al igual que el pueblo de Israel, podamos levantar un clamor genuino y
como nunca antes podamos levantar nuestra voz en intercesión, de tal manera que
venga el Reino de Dios con redención y victoria para nuestras naciones.

1. EL REINO DE DIOS SE ESTABLECE A TRAVÉS DE UN CLAMOR


GENUINO
“De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel
clamaron a Jehová”. Jueces 6:6
¿Has sentido que el fruto en algún área de tu vida ha sido robado? ¿Ha venido el
enemigo a destruir lo que te ha costado trabajo, a robar tu espíritu de conquista? Al
igual que el pueblo de Israel, Dios permitió esta circunstancia para llevarlo a una sola
cosa: “Clamar”

Cuando clamamos al Señor:

Efectos que se producen en la vida del creyente cuando buscamos el Reino


de Dios
1.Somos revestidos del poder del Espíritu Santo lo cual nos lleva a
desenmascarar al enemigo, quitándole así su influencia sobre nuestras vidas,
familias, negocios, finanzas, ciudades y naciones.

2.Nuestro corazón se hace más sensible y obediente a la Palabra de Dios.


Cuando determinamos vivir de acuerdo a Su palabra, podemos resistir al
enemigo ya que estamos sujetos a la guía del Espíritu Santo.

3.Se despierta en nosotros el llamado por la intercesión.

4.Rompemos con el conformismo, la monotonía y somos llenos de una


verdadera pasión que nos lleva a actuar para extender el Reino de Dios.

5.Recibimos nuevas fuerzas para afrontar el tiempo de angustia.

2. RECIBIMOS LA LLUVIA DEL ESPÍRITU SANTO


“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y
vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”.Joel 2:28
Cuando nuestra vida de intercesión es permanente y nuestro clamor es genuino, ésto
es como olor fragante que sube delante de Dios haciendo que la lluvia del Espíritu
Santo sea desatada trayendo:

La revelación de Su palabra y Su dirección, necesarias para recibir así sabiduría,


entendimiento, discernimiento y estrategias para conquistar.

Señales del cielo. Uno de los mayores milagros que el Señor anhela hacer en
nosotros, es abrir nuestros ojos y oídos para movernos en la dimensión de lo
sobrenatural, para poder experimentar milagros extraordinarios.

Sueños de Dios. Cuando clamamos al Señor, Su Espíritu viene a nosotros para


llevarnos a concebir aquellas imágenes de multiplicación, sanidad, liberación y
restauración que necesitamos ver. Podremos ver con claridad el cumplimiento de
todas las promesas que nos ha dado.

3. EL REINO DE DIOS ES SINÓNIMO DE PODER


“Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino el poder de
los que andan envanecidos. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder”. 1
Corintios 4:19-20
Establecer el Reino de Dios no consiste en transmitir nuestras propias palabras ni
mensajes, se trata de transmitir el mensaje de la Cruz.

Si como líderes creemos al temor, confesaremos temor; si nuestros pensamientos


están atados al pasado, ese será nuestro mundo y siempre confesaremos el pasado;
si nuestro corazón no está ligado a la Palabra de Dios, se verá reflejado en un fruto de
labios lleno de ociosidad, sin significado ni poder, sin enfoque e inútil para el propósito
de Dios.

Cuando el Espíritu de Dios viene sobre nosotros no podemos callar; nuestro idioma
cambia, nuestras palabras son transformadas y nuestros labios ungidos para
proclamar la palabra de Dios con autoridad, la cual está cargada de vida y poder para
crear

El Evangelio es el Reino de Dios.


RESPONDA
 En Mateo 6.33, Jesús les dijo a sus discípulos que buscaran primero el reino de
Dios y su justicia. ¿Qué significa eso según el contexto de los versículos Mateo
6.25-34?

 Mientras estamos en la tierra, vivimos en el reino de este mundo. Por eso, 1 Pedro
2.11 se refiere a los cristianos como “extranjeros y peregrinos” que deben
“[abstenerse] de los deseos carnales que batallan contra el alma”. ¿Cómo nos
alienta 2 Pedro 1.3-11 a vivir de una manera digna del reino de Dios?

 Lea ahora Apocalipsis 5.6-10. En su reino futuro, ¿qué maravilloso privilegio da el


Señor a su pueblo redimido?

¿Qué es el Reino de Dios?

La respuesta que da la Biblia

El Reino de Dios es un gobierno establecido por Jehová Dios. Puesto que su sede está en el


cielo, la Biblia también lo llama “el reino de los cielos” (Marcos 1:14, 15; Mateo 4:17).
Aunque tiene muchas cosas en común con los gobiernos humanos, los supera en todos los
sentidos.

 Gobernantes. Dios ha elegido a Jesucristo para ser el Rey de su Reino y le ha dado


más autoridad que la que jamás podrá tener cualquier rey terrestre (Mateo
28:18). Jesús utiliza su poder solo para el bien. De hecho, ha demostrado ser un líder
confiable y compasivo (Mateo 4:23; Marcos 1:40, 41; 6:31-34; Lucas 7:11-17). Bajo la
dirección de Dios, Jesús ha seleccionado a personas de todas las naciones para que vayan
al cielo y reinen con él sobre la tierra (Revelación 5:9, 10).
 Duración. A diferencia de los gobiernos del hombre, que vienen y van, el Reino de
Dios “nunca será reducido a ruinas” (Daniel 2:44).
 Súbditos. Cualquier persona que haga la voluntad de Dios puede ser súbdito de su
Reino, sin importar dónde haya nacido o cuál sea su origen familiar (Hechos 10:34, 35).
 Leyes. Las leyes (o mandamientos) del Reino de Dios no solo prohíben la mala
conducta; también elevan los valores morales de sus súbditos. Por ejemplo, la Biblia
declara: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con
toda tu mente’. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a
él, es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’” (Mateo 22:37-39). El amor a
Dios y al prójimo impulsa a los súbditos del Reino a tratar a todos con bondad.
 Educación. Además de dictarles a sus súbditos leyes que elevan sus valores
morales, el Reino de Dios los educa para que puedan cumplirlas (Isaías 48:17, 18).
 Misión. El Reino de Dios no es un medio para que sus gobernantes se enriquezcan
a expensas de los súbditos; sino un medio para cumplir la voluntad de Dios. Esto incluye
hacer realidad la promesa de conceder a quienes lo aman vida eterna en un paraíso
terrestre (Isaías 35:1, 5, 6; Mateo 6:10; Revelación 21:1-4)

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