Todos los días recibimos diferentes pensamientos, ideas, opiniones, acciones,
ejemplos que sin darnos cuenta afectan en nosotros y en nuestro actuar a futuro. Quizá en la mayoría de estos, se nos mostraban como la verdad, lo bueno o lo real y por ello tomábamos ese conocimiento. Pero, ¿por qué no dudamos de ello? Al ser humanos, tenemos la capacidad de pensar, razonar, filosofar, dudar, ¿Por qué no utilizarlo en el día a día? Como mencione anteriormente, todos los días somos atacados con diferentes fuentes de información y simplemente lo aceptamos, no nos preguntamos si esto puede ser de otra manera, si lo que se dice es cierto, si aquello termina siendo realmente bueno para mí o para un grupo de personas; lo más usual es que damos una opinión luego de solo leer una noticia o haber escuchado una opinión, repitiéndola, sin dar una verdadera opinión personal y crítica. En la actualidad hay muchas ideologías y pensamientos que seguimos porque se nos presentan de una manera a favor, claros ejemplos de estos son las religiones, que todas nos dicen que son la verdadera iglesia de Dios, los colectivos pro-vida y pro- aborto, que defienden sus pensamientos a través del extremismo, la implementación de educación sexual en los colegios o dejar ese trabajo a los padres, se dejan llevar por ideologías extremas sin evaluar al otro lado, el colectivo LGBT, que busca el liberalismo e individualización de derechos, entre muchos otros casos que podemos ver en nuestra realidad nacional e internacional. Si vamos a una realidad más cercana a nosotros, las influencias vienen por parte de programas de entretenimiento, redes sociales, la música, profesores, padres y amigos. De estos últimos, en la mayoría de los casos buscan nuestro bienestar,