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Juan Quintero Iglesias

Trabajo sobre el presidencialismo en Chile Sociología 1.2

1. Historia constitucional Chile:

La historia constitucional de chile cuenta con diez textos constitucionales (1811, 1812,
1814, 1818, 1822, 1823, 1828, 1833, 1925 y 1980), todos de carácter unitario a expensas
de uno federativo en 1826, el cual no fue muy bien aventurado.
Los tres primeros textos constitucionales pertenecen a la patria vieja (1811), con un golpe
de estado, y conflictos entre federalistas y unitarios.
La patria nueva contiene dos textos constitucionales, uno provisional, y la constitución de
1822.
Tras la llegada de la república, el carácter de los textos empezaron a tener un tono más
sobrio y madurez política señalando la constitución de 1828.
Las últimas tres constituciones tienen un sistema republicano y presidencialista (Chile es
considerado un país de sistema político de presidencialismo puro, a pesar de ello, se están
empezando a promover reformas al semipresidencialismo).
En estas últimas se ven reflejados los conceptos más maduros de la política constitucional
liberal y democrática mundial, teniendo ya un sentido ciudadano-estado, unas leyes
fundamentales y derechos y fijando los poderes del estado y sus funciones.
La última constitución original es de 1980, la cual ha tenido multitud de reformas desde el
año 1989 a 2020. La constitución fue aprobada por un referéndum (plebiscito). Y sus
reformas continuadas se deben al origen de la constitución, en un primer momento del
sistema dictatorial, cuestión que abarca estas últimas tres décadas una muy marcada
crítica a la propia constitución y al sistema político por parte del pueblo Chileno en una
gran parte de su porcentaje demográfico activo en política.

En Chile han surgido varias dictaduras, en 1891 a cargo de los congresistas, en 1923 hubo
un golpe de estado que hizo desaparecer la república parlamentaria,  en el 1932, se
proclamó a Chile como república socialsta mediante otro golpe de estado y la de Pinochet
tras otro golpe de estado en 1973 en manos de los intereses de EEUU, el siglo XX en
general, se vivió de forma tensa en el tema político social de Chile, este último golpe de
estado hizo llaga e historia en la política mundial, acompañado del suicidio de Allende en
su fracaso por un intento de nacionalización del cobre y su producción y demás reformas
agrarias.

La transición a la democracia desde entonces ha sido criticada y calificada de insuficiente


e incompleta, ya que descansa bajo el control legal de una constitución dictatorial a pesar
de las reformas, que en algunos términos son de grandes impactos políticos necesarios.
Desde la patria vieja Chile partió con monarquías y rápido se asumieron conflictos propios
de liberales como colectivos de apoyo a los federalistas, congresistas, parlamentarios o
presidencialistas.

2. Política y democracia en Chile:

La República de Chile es un estado unitario. Su administración es funcional y


territorialmente descentralizada, o desconcentrada en su caso, en conformidad con la ley.
Para el gobierno y administración interior del Estado, el territorio de la República se divide
en 15 regiones y 54 provincias, y es reconocido como un presidencialismo puro.

En el ámbito político actual, el presidente y jefe de estado de la república de Chile, es


elegido cada 4 años sin posibilidad de reelección inmediata.
El congreso nacional tiene carácter bicameral contando con la cámara de diputados y el
senado.
En cuanto a las elecciones, es un sistema de sufragio universal directo y se hacen las
regionales a la vez de las presidenciales.
El Senado está formado por 50 miembros directamente elegidos, quienes son nombrados
por 8 años, pero la mitad de sus miembros van renovándose cada 4 años
En la cámara de diputados se elige en voto secreto y privado por parte de los diputados al
presidente de la cámara, y su periodo de presidencia es igual al periodo de gobierno, los
diputados en congregación son elegidos en representación de los 28 distritos que dividen
el país.
Adquiriendo este sistema y dejando obsoleto al sistema binominal (sistema el cual llevaba
en función desde la dictadura hasta 2018).

El sistema de partidos es característico por las 3 corrientes ideológicas, izquierda, centro y


derecha. Existen 25 partidos políticos activos.
En la política Chilena los partidos se reparten en 43 senadores y 155 diputados.
El sistema electoral es mayoritario simple, de listas abiertas y desbloqueadas.

3. Sistema presidencial chileno:

En materia del poder ejecutivo, radica plenamente en la figura del jefe de gobierno y jefe
de estado, siendo la misma persona, y habiendo un vicepresidente, como anteriormente
mencionado, elegidos de forma directa y con listas abiertas y desbloqueadas (en el caso
del congreso nacional), en la autoridad misma, se le han otorgado más capacidades; la
iniciativa exclusiva en diversas materias de ley, la imposición de estados de excepción
constitucional, la posibilidad de dictar Decretos con Fuerza de Ley, la convocación de
plebiscitos y el nombramiento de los ministros de Estado y su gabinete.
Las elecciones se hacen cada 4 años, como ya se ha señalado anteriormente y no hay
capacidad de reelección inmediata.

En cuanto al proceso general de tramitación, dependiendo de la naturaleza de la moción o


el mensaje (iniciativa presidencial), irá a revisión de una de las dos cámaras, tras haberse
debatido en la cámara de origen y votado, lo que le elimina la omnipotencia política desde
este momento al presidente.
Como en otros regímenes constitucionales, el proceso legislativo chileno está
condicionado por dos decisiones ajenas a la disciplina jurídica y que pertenecen por
completo al ámbito de la política: un marco temporal que, mediante la programación de
sesiones y su duración, acota o limita la posibilidad de estudio y debate de las iniciativas
de ley y una manifiesta tendencia a la primacía cuantitativa de los mensajes sobre las
mociones como origen de la ley.
Según Alan Bronfman Vargas, en su artículo PRESIDENCIALISMO Y EL PODER
PRESIDENCIAL EN EL PROCESO LEGISLATIVO CHILENO, en chile es destacable “no
sólo la primacía presidencial, sino también que un número importante de mociones
parlamentarias no reciben debate ni pronunciamiento de las cámaras o sus comisiones”,
puesto que partimos de 3 importantes elementos: la iniciativa legislativa impera puramente
en la figura ejecutiva, es decir el presidente, y los proyectos de ley, han de pasar si son de
iniciativas externas al presidente, por el filtro y las exigencias legales a priori, como
segundo factor, es la existencia de periodos de tramitación, recaídos en general en el
parlamento y por último, ha de pasar por el procedimiento de debate, y votación en la
cámara legislativa.
Respecto a la conformidad de la posibilidad de veto como facultad del presidente En Chile,
la Constitución establece que el Presidente cuenta con poderes de veto absoluto y
modificatorio. Cuando el Presidente recibe un proyecto de ley aprobado por el Congreso
nacional, puede vetarlo en su totalidad u ofrecer un proyecto de ley modificado.
Los poderes reactivos incluyen la iniciativa legislativa exclusiva, los poderes de veto, y la
iniciativa de llamar a plebiscito. Cristobal A. 
Es necesario incluir en esta información que la exclusividad de iniciativa legislativa es en
un  marco legal, ya que los miembros del congreso nacional (diputados y senadores)
tienen la capacidad de iniciativa (se denomina “moción”).
En Chile, existe la posibilidad de moción de censura por parte de los diputados, es de
naturaleza poco habitual, la última moción de censura en Chile fue en 2011, por parte de la
“bancada” socialista contra la mesa directiva, y fracasó.
Chile no cuenta con moción o cuestión de confianza entre sus sistemas políticos.
4. Comentario y conclusiones:
La inestabilidad política y democrática de Latinoamérica es latente, el presidencialismo en
concreto de Chile, es un claro ejemplo de emergencia dictatorial, no de otro modo podía
surgir la democracia sin una personalidad más legítima y competente. El presidencialismo
en Chile, en comparación con otros países de regímenes presidencialistas, emana de
empoderamiento en la figura presidencial, de ahí que se le adjudique un presidencialismo
muy puro, e incluso en muchos casos criticado por una gran parte de los ciudadanos
activos chilenos.
A ello le sumamos la herencia de Pinochet con la propia constitución actual chilena, nacida
también en su periodo de gobierno, la cual ha sido reformada numerosas veces, y a pesar
de ello, un gran porcentaje de Chile, solicita la necesidad de una nueva constitución.
Algunos artículos que defienden el presidencialismo en Chile, afirman que la única forma
de entender la política en la versión cultural chilena, es la relación entre el congreso y el
presidente, la cual se puede reforzar o igualar en poderes mediante reformas, pero no
optar por el cambio de sistema general.
Este tipo de reformas son apreciables en iniciativas actuales, las cuales tienen
pretensiones de llevar a cabo un semi-presidencialismo, o al menos, otorgar más poderes
a las cámaras en temas de iniciativa de ley.
Un punto favorable del presidencialismo chileno es la fluidez con la que se ejecutan
decretos y leyes, claramente como la mayoría de presidencialismos, teniendo en cuenta el
dato de que casi un 75% de los probados, tienen origen en el gabinete del jefe de estado y
gobierno.
La cooperación en boca de algunos politólogos originarios, es deficiente, y es necesaria
una posición más dual y legítima.
Un ejemplo de crítica de un abogado chileno: “no puede haber una iniciativa de ley de

origen parlamentario sobre negociación colectiva, porque le corresponde al presidente. Lo

mismo que el nombramiento de embajadores, que no deben ser ratificados por el Senado.

“Pinochet, como comandante en jefe y director supremo, quiso una Constitución que

definió como ‘protegida y autoritaria’. ¿Protegida de quién? De la ciudadanía. Y autoritaria

por la concentración del poder en el presidente de la República. Es lo que tenemos a pesar

de los cambios que hemos hecho en los últimos 30 años, que no son menores.”

Tras estas críticas continuas a la legitimidad de la constitución y del sistema presidencial

“fuerte” de Chile, el 25 de octubre de 2020 hubo un plebiscito, en el cual se votaría si se


acepta cambiar o se rechaza cambiar la constitución. Los resultados fueron positivos y la

Convención Constitucional será la encargada de redactar la nueva constitución.

Lo que indica de un modo o de otro que la transición a la democracia chilena ha sido un

arduo camino y que a pesar de haber llegado a la democracia, el germen dictatorial aún

tenía presencia hasta hace escasos meses.


5. Bibliografía:

https://www.bcn.cl/leyfacil/recurso/nuevo-sistema-electoral-para-elecciones-parlamentarias-
%28fin-del-sistema-binominal%29

https://oig.cepal.org/es/paises/8/system

Manuel Antonio G. (2010) ” La democracia incompleta en Chile: La realidad tras los


rankings internacionales”. REVISTA DE CIENCIA POLÍTICA / VOLUMEN 30 / N° 1 / 2010 /
115 -148

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-090X2010000100007

file:///C:/Users/cex/Downloads/Dialnet-DemocratizacionInicialEnAmericaLatina-5075972.pdf

https://elpais.com/internacional/2020-10-21/chile-se-distancia-de-latinoamerica-y-enjuicia-su-
modelo-presidencialista-de-gobierno.html

https://www.camara.cl/camara/historia_camara_de_diputados.aspx

Cristobal. A. (2006) Balance de poderes legislativos en Chile. ¿Presidencialismo exagerado o


base de un sistema político cooperativo? Revista política uChile

https://es.wikipedia.org/wiki/Plebiscito_nacional_de_Chile_de_2020#Resultados

https://edition.cnn.com/pais/bancada-oficialista-criticas-mocion-censura-mesa-
camara_20201103/

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