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Cada año, millones de personas de todo el mundo, incluso muchos de nuestros

hermanos, sufren por terremotos, tsunamis, monzones, huracanes, tornados e


inundaciones. Ya que estos desastres ocurren inesperadamente y cualquiera de
nosotros pudiera verse afectado, lo prudente es que nos preparemos de antemano
como dice (Pro. 22:3). Que les parece si lo leemos
ANTES: PREPÁRESE
TODOS estamos expuestos a sufrir un desastre. Por eso, la preparación es la clave para
sobrevivir. ¿Qué hay que tener en cuenta?
Mentalícese. Acepte el hecho de que los desastres ocurren y de que usted y su familia
pueden sufrir uno algún día. Si se prepara después de que el desastre haya sucedido,
será demasiado tarde.
Infórmese sobre los desastres que pueden ocurrir en su zona. Localice los refugios.
Analice si la estructura y la ubicación de su casa son lo más seguras posible. Elimine los
riesgos de incendio. Instale detectores de humo y cámbieles las pilas al menos una vez al
año.
Prepare suministros de emergencia. Los servicios de electricidad, agua, teléfono y
transporte pueden fallar. Si tiene un vehículo, procure que el tanque de gasolina esté
por lo menos a la mitad. En su hogar tenga siempre alimentos, agua y una mochila de
emergencia (vea el recuadro “¿Tiene todo lo necesario?”)
Tenga a mano los números de teléfono de amigos que vivan tanto cerca como lejos.
Elabore un plan de escape y ensáyelo. Sepa cuáles son las salidas de emergencia más
cercanas del lugar donde esté y conozca el plan de emergencia de la escuela de sus hijos.
Defina con su familia un lugar de encuentro cerca de casa y otro fuera del vecindario,
como una escuela o una biblioteca pública. Los expertos recomiendan tener sesiones de
práctica con la familia para llegar caminando a esos sitios.
Prepárese para ayudar a otras personas, por ejemplo, ancianos y enfermos.
¿Lo sabía? Los mensajes de texto pueden funcionar mejor que los servicios de llamadas
telefónicas.
Además, algunas familias han preparado mochilas de emergencia con artículos como los
siguientes:*

 Mantas, una muda completa de ropa de abrigo y calzado resistente.

 Linterna, radio (a pilas o manivela) y pilas de repuesto.

 Botiquín de primeros auxilios y un silbato para pedir ayuda.


 Cubiertos, abrelatas, herramienta multiusos de bolsillo y fósforos a prueba de
agua.

 Mascarillas, cinta adhesiva a prueba de agua y lona plástica para cubrirse.

 Cepillos de dientes, jabón, toallas y papel higiénico.

 Artículos para el cuidado de niños y de personas mayores o enfermas.

 Un recipiente impermeable con medicamentos, copias de recetas médicas y


documentos importantes.

 Los números de teléfono de sus contactos de emergencia, lugares de encuentro y


un mapa de la zona.

 Tarjetas bancarias y dinero en efectivo.

 Un juego extra de las llaves de la casa y del automóvil.

 Papel, lápices, libros y juegos para los niños.

 Una Biblia.
Es probable que no todos los elementos de esta lista sean necesarios en su caso o donde
vive. Quizás quiera agregar algunos que no estén incluidos.
Es cierto que la amenaza de desastres causa mucha inquietud en el mundo, pero
nosotros los cristianos confiamos en que pronto todos los desastres serán cosa del
pasado 

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