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DELITOS DE DROGAS Y MUJERES EN COLOMBIA

PAULA ANDREA PUERTA DIOSA


JHON SEBASTIAN CARDENAS
Resumen

El contenido del presente ensayo cubre el período de la última década en Colombia; desde
1991, se evidencia según estadísticas del INPEC, que el número de mujeres
privadas de la libertad por delitos relacionados con las drogas va en aumento en
relación con los hombres, dónde se identifica que el 93% de esta población
femenina corresponde a madres y el 52% son mujeres cabeza de hogar. De esta
manera, las mujeres se convierten en el eslabón más bajo de esta cadena de
producción, tráfico y comercialización de drogas ilícitas, para generar recursos
económicos que les ayuda hacer frente a su precaria situación económica.

Palabra Claves

Narcotráfico, drogas ilícitas, caracterización socioeconómica, mujeres privadas de la


libertad, población carcelaria Colombia, políticas de drogas en Colombia.

Introducción

En Colombia se da un alto porcentaje de mujeres que son privadas de su libertad por


cometer injustos penales relacionados con el tráfico, fabricación o porte de
estupefacientes, este problema social, revela los problemas socioeconómicos que
deben afrontar las mujeres en su vida cotidiana. 
Las políticas de drogas en Colombia, se ha caracterizado por destacar una adopción del
enfoque punitivo de la guerra en contra de las drogas, el cual, ha afectado de una
manera desproporcional a las poblaciones más vulnerables de nuestro territorio,
dónde las mujeres son altamente sensibles a este problema debido que son las
responsables y cuidadoras de sus familias.
El encarcelamiento de mujeres vinculadas por delitos de drogas va en aumentado, al igual
que los años de cárcel a los que son condenadas. Desde 1991, el número de mujeres
encarceladas en Colombia se ha multiplicado 5.5 veces frente a un 2.9 en el caso de
los hombres y, de ese porcentaje, casi cinco de cada diez mujeres están en prisión
por delitos relacionados con drogas y solo una lo está por haber cometido una
conducta violenta o por pertenecer a una empresa criminal.

1. Caracterización de las mujeres privadas de la libertad por delitos de drogas


Colombia.
Las mujeres condenadas por delitos de drogas tienen unas características en las que
se destacan: mujeres cabeza de hogar en situación de pobreza, mujeres que
se encargan del cuidado de sus hijos, madres solteras y madres adolescentes.
Además, de ser las que se encargan del cuidado del hogar, también son
mujeres que deben de proveer el recurso económico para satisfacer las
necesidades básicas de sus hijos y de las personas que dependen
económicamente de ellas.
Se destaca también, que son mujeres que no cuentan con buenas oportunidades
laborales, debido a su falta de educación y a su nivel social; les resultan
trabajos con malas condiciones laborales y cada vez se agudizan las
dificultades para encontrar un empleo digno; un gran número de ellas se
encontraban trabajando en actividades ilícitas, en una menor tasa se
encontraban trabajando en la informalidad, antes de ser capturadas.
La edad juega un papel importante, oscilando entre los 19 y 36 años de edad, un alto
número de la población carcelaria femenina por delitos de drogas tuvo su
primer embarazo antes de los 18 años de edad.
Otras características no menos importantes son: un alto porcentaje de estas mujeres
provienen de ciudades intermedias y de diferentes municipios del país, en
cuanto a su estado civil, la mayoría son mujeres solteras, seguido por
mujeres que viven en unión libre o casadas y tienen entre 1 a 5 hijos; en
relación a la etnia, la mayoría se consideran que no pertenecen a ningún
grupo étnico; en relación a la orientación sexual, un alto porcentaje son
heterosexuales. En relación con el estrato socioeconómico, una gran tasa
vivía en estratos bajos (0,1,2); en temas de violencia de género, un alto
porcentaje de mujeres informaron haber sido víctimas de violencia física,
seguida por la violencia psicológica, en menor grado la violencia sexual y la
violencia económica.
Realizando el estudio socioeconómico, se evidencia que las anteriores situaciones
descritas, las mujeres las vivieron antes de sus 15 años de edad, como
resultado de situaciones tales como: ausencia de los padres, separación de
los padres, haberse emancipado del hogar o en su defecto, haber crecido en
el contexto dónde las actividades relacionadas a las drogas eran comunes.
Esa situación descrita es importante para que, las organizaciones criminales de
drogas ilícitas, puedan captar mujeres de una manera muy fácil y a montón,
siendo éstas un blanco fácil para ingresar a estas organizaciones donde
realizarán actividades con un alto riesgo y muy poca remuneración.
Además, que si estas mujeres con capturadas, son reemplazadas fácilmente
dentro de la organización, quedando sus familiares al desamparo absoluto, y
sin peligro que los altos mandos de la organización, puedan llegar a ser
identificados.
2. La vida de las mujeres en la cárcel
En la última década, el sistema penitenciario se ha visto en crisis, desde que se
adoptó una política de drogas agresiva en Colombia, influenciada por los
Estados Unidos de América; impactando de tal manera la vida de las
mujeres en la cárcel.
La Corte Constitucional, se ha pronunciado en varias sentencias, sobre la
vulneración de derechos de las personas en la cárcel y en sentido estricto en
relación a las mujeres; declarando un estado de cosas inconstitucional en las
cárceles del país, dice la corte:
Dice la Corte: “[…] En el sistema penitenciario y carcelario vigente se violan, entre
otros, los derechos a la vida, a la integridad personal (física y psíquica), a la
dignidad humana, a no ser sometido a tratos crueles, inhumanos o
degradantes, a la seguridad personal, a la igualdad, a la no discriminación, a
la intimidad, a la familia, a la libertad (en general y en especial la libertad
sexual y reproductiva y la libertad de oficio), a la salud, a la reinserción
social, a la especial protección de sujetos de especial protección
constitucional (niñas, niños, minorías étnicas y culturales, personas con
discapacidad, mujeres, personas de edad avanzada, jóvenes, personas en
situación de desplazamiento, personas de orientación o identidad sexual
diversa o en relaciones de sujeción, por mencionar los principales sujetos), a
la educación, al trabajo, a la recreación y al deporte, a la expresión, a la
información, al derecho de petición, al debido proceso y al acceso a la
justicia -se reitera-, sólo por mencionar los principales derechos
constitucionales violados o amenazados” (Sentencia T-388 de 2013, numeral
7.2.1)
El rol de mujeres cabezas de hogar, de encargadas de la economía del hogar, la
relación con la pobreza, son situaciones que se empeoran, cuando la mujer
es privada de la libertad.
La privación de la libertad, como pena, máxima del sistema pungitivo, es un castigo
que no solo enfrenta la mujer, si no, que se hace extensivo a su grupo
familiar, ya que, los dependientes de ellas, quedan desamparados y máxime
a esta situación, muchas deben de enfrentarse solas a esta realidad, ya que,
no son apoyadas por sus familiares, enfrentándose al olvido de éstos y hasta
de, sus hijos, teniendo presente, que para las madres gestantes, aunque,
tienen el beneficio de tener por algún tiempo a sus hijos junto con ellas en la
cárcel, luego de este tiempo deben de entregarlo a un cuidador, perdiendo así
la esperanza de volverlos a ver, y de perder la custodia, cuando se enfrentan
a varios años de pena.
Es así, como la política de drogas y el sistema penitenciario, no han sido reflexivos
frente a la situación socioecómica que enfrenta la mujer en la sociedad,
dónde son madres cabeza de hogar, los núcleos familiares dependen ellas y
las situaciones económicas y laborales tan difíciles que se viven en el
contexto de Colombia, antes y después del encarcelamiento; incluso, dentro
de la misma cárcel, deben de seguir generando ingresos en el “rebusque”,
para poder seguir sosteniendo a su familia.
La Corte Constitucional en la Sentencia T-815 de 2013, concluye que la cárcel no
está diseñada para las necesidades básicas de las mujeres; generando de esta
manera impactos en la integridad física de ellas; la salud en las mujeres, en
especial de las embarazadas es precaria, teniendo incluso, que acudir a la
acción de tutela para que el Estado les pueda garantizar este derecho
fundamental a ellas y a sus hijos en la etapa postparto. En cuanto al cuidado
de sus hijos, existen guarderías al interior de centro penitenciario, las cuales
no han cumplido el objeto con el cual han sido creadas, las madres, tienen
muy poco tiempo para estar con sus hijos en estos lugares, incluso, no les
permiten hacer parte de la crianza de sus hijos, estando totalmente en el
desconocimiento de cómo sus hijos se están desarrollando. Cuando los hijos
llegan a su tercer año de vida, la madre debe de decidir entre; entregar a su
hijo al cuidado de un familiar, o, en el peor de los casos, deben de entregarlo
a una institución, para que se hagan cargo de su hijo. Generando esta
situación, grandes traumas desde el aspecto psicológico, emocional, que no
serán atendidos desde el mejor equipo interdisciplinario.

El Gobierno debe de hacerle frente a la vinculación de las mujeres a las actividades ilegales
de drogas, creando estrategias que involucren las políticas productivas, inclusión
social, salud pública, los servicios de justicia y seguridad ciudadana, abastecimiento
de servicios y bienes para el desarrollo económico y una política criminal más
eficiente y efectiva. En el ámbito rural, se deben desarrollar estrategias en un marco
territorial participativo, dónde se puedan generar alternativas productivas desde la
legalidad y de esta manera poder llegar a desmantelar las estructuras criminales.
Conclusiones

La investigación de este problema, evidencia que en Colombia las políticas de drogas deben
someterse a una revisión en sus fundamentos, ya que, se están atacando los síntomas y no
las causas generadoras del problema, generando de esta manera, daños sociales que se
podrían evitar.

Se debe analizar el problema desde su estructura y de esta manera poder atacar a los eslabones
altos, los que realmente, se lucran de esta actividad ilícita, y proteger a los eslabones más
débiles, que son los que terminan pagando, sin causar un efecto alguno en la problemática
general, ya que, estas personas son reemplazadas fácilmente.
Se debe sustituirse la situación actual punitiva en relación con los delitos por drogas que no sean
violentos por una mirada integral de salud pública y en pro del desarrollo humano, dónde
se tenga como objetivo principal, el bienestar de la población y reducir la violencia que se
genera por las actividades ilícita de las drogas.

Bibliografía

Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito, Ministerio de Justicia y del
derecho (2019), Bogotá, Corcas Editores SAS.

Uprimny, Yepes. (2016), Bogotá, Ediciones Antropos Ltda.

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