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INTRODUCCION:

“DESPUES DE HABERLO EVALUADO”

Fue como un golpe en el pecho, pero de esos que vienen desde adentro. Pequeñas luces
azules se encendían a los costados de mis ojos. El golpe fue violento, agotador, silencioso,
inesperado. A simple vista, nada había cambiado; nada se veía debilitado, pero el dolor hizo
que todo se detuviera. Seguí tocando y terminé la canción. El público no sabía que mi
corazón se había detenido por un instante justo antes del “solo”. Mi cuerpo me había
enviado todo su karma, recordándome, en el escenario frente al público, la cantidad de
veces que yo lo había colmado de vicios.

El sacudón rápidamente se transformo en una leve molestia. Hasta podría decirse que volví
a sentirme bien. De todas maneras, me sentía más vivo que hasta hace un momento, porque
estaba más vivo. La máquina en mi corazón me recordó lo preciosa que es la vida, el
sentido del tiempo; cómo todo sucede en el momento justo: frente a una multitud y
mientras tocaba la guitarra. El mensaje fue fuerte y claro. Lo recordé varias veces esa
noche, y cada vez que salíamos a escena, el tiempo que duró esa gira. Pero nunca sabía bien
cuando iba a recibir el golpe.

Un doctor me implantó un desfibrilador cardíaco en el corazón cuando tenía 35 años. Es un


aparato de unos 8 cm. Lo insertaron por la axila. Monitorea constantemente el ritmo
cardíaco y produce electroshocks cuando el corazón late peligrosamente rápido o
demasiado lento. Quince años de alcohol y drogas han inflado mi corazón al punto de
explotar. Cuando finalmente me internaron, me dijeron que tenía seis semanas de vida. Han
pasado seis años desde entonces y esta pequeña máquina ha salvado mi vida más de una
vez.

He disfrutado de los efectos colaterales prácticos que el doctor no había previsto: cuando
mis indulgencias hacían que mi corazón lata peligrosamente lento, el desfibrilador se
apagaba, salvándome de la muerte una vez más; porque también relajaba el corazón cuando
latía lo suficientemente rápido como para tener un paro cardíaco.
Es bueno que lo hayan ajustado justo antes de la primera gira con Velvet Revolver. Me
mantuve sobrio la mayor parte de la gira. Estaba tan lúcido que el entusiasmo de tocar con
la banda en la que creía, para los fans que creían en nosotros, me movilizó. Hacía años que
no me inspiraba de esa manera. Recorrí todo el escenario y me deje llevar por nuestra
energía. Por la emoción, mi corazón se aceleró tanto que puso en marcha el aparato cada
noche que subí al escenario. 

No era algo agradable, pero comencé a agradecer haber tenido esta advertencia. Entonces vi
las cosas como realmente eran: momentos ajenos de incomoda lucidez, que resumían la
sabiduría adquirida con dificultad a lo largo de la vida.
CAPITULO 1
MI VIDA EN STOKE

Nací el 23 de Julio de 1965, en Stoke On Trent, Inglaterra, la ciudad donde Lemmy


Klimister de Motorhead había nacido 20 años antes. Fue en ese año, cuando el rock
and roll se convirtió en algo más que la suma de sus partes, también fue en ese año
cuando un par de bandas aisladas cambiaron el pop para siempre. Los Beatles
lanzaron Rubber Soul y los Stones lanzaron Rolling Stones Nº2, el mejor disco de
cover de blues de la banda.
Había una revolución creativa en marcha que nunca fue igualada y estoy orgulloso de
ser producto de aquellos tiempos.
Mi madre es afro-americana y mi padre es inglés, y es blanco. Se conocieron en París
en los sesenta, se enamoraron y me tuvieron. No era normal la unión interracial,
intercontinental pero tampoco era normal su ilimitada creatividad. Les agradezco por
ser quienes son. Me expusieron a ambientes únicos, tan ricos y coloridos que todo lo
que viví, aún siendo muy joven, dejo su huella en mí.
Mis padres me trataron de igual a igual desde que pude mantenerme en pie, y me
enseñaron –sobre la marcha- como lidiar con lo que sea que la vida ponga en mi
camino; la única forma de vida que conozco.

Mi mamá Ola tenía 17 años y mi papá Anthony (Tony) tenía 20 cuando se conocieron.
Había nacido para ser artista; y como todos los artistas, dejó su pueblo natal para ir a París.
Mi mamá era precoz, exuberante, joven y hermosa. Había dejado Los Angeles para conocer
el mundo y sumar contactos en el negocio de la moda.
Cuando sus caminos se cruzaron, se enamoraron y luego se casaron en Inglaterra. Después
llegué al mundo y decidieron armar una vida juntos.
La carrera de mi mamá como diseñadora comenzó alrededor de 1966 y con el tiempo sumo
clientes como Flip Wilson, Ringo Starr y John Lennon. También trabajo para Pointer
Sisters, Helen Reddy, Linda Rondstadt y James Taylor. Sylvester era también su cliente; no
esta más con nosotros pero era cantante de música disco, era la versión gay de Sly Stone.
Tenía una gran voz y para mí era una persona estupenda; él me regaló un ratón blanco y
negro que llamé Mickey. Mickey era un despreciable malnacido. No se achicaba ni siquiera
cuando alimentaba mis serpientes con ratas. Sobrevivió a una caída por la ventana de mi
dormitorio después que mi hermano menor lo empujara; tres días después apareció en la
puerta de mi casa en muy malas condiciones. También se recuperó de la “remoción
accidental” de un trozo de su cola cuando la parte interna del sofá se la corto. Sin olvidar
que estuvo casi un año sin agua ni comida. Nos lo olvidamos sin darnos cuenta en un
departamento que usábamos para guardar cosas, y cuando finalmente regresamos allí,
Mickey apareció muy contento como si solo me hubiera ido un día; como diciendo “Hey,
dónde has estado?”.
Mickey fue una mascota inolvidable. Tuve muchas: tuve un león, Curtis, hasta cientos de
serpientes. Básicamente soy un cuidador de zoológico, pero autodidacta; y me relaciono
con los animales con los que convivo mucho mejor que con gran parte de los seres
humanos que conozco. Mis animales y yo compartimos un punto de vista que la mayoría de
la gente olvida: que al final del día, la vida es supervivencia; sobrevivir día a día. Cuando
esa lección está aprendida, ganar la confianza de un animal salvaje que podría matarte es
definitivamente una experiencia gratificante.

Poco tiempo después de que yo naciera, mi madre volvió a L.A para expandir su negocio y
fijar una base financiera sobre la cual construir la familia. Mi papá me crió en Inglaterra.
Pasamos cuatro años en la casa de sus padres, Charles y Sybil Hudson, pero esto no fue
fácil para él. Yo era bastante intuitivo pero no podía discernir cuán tenso era el ambiente.
Mi padre y su padre, Charles tenían una buena relación. Tony era el segundo de tres hijos.
Tanto su hermano menor, Ian como el mayor, David estaban de acuerdo con los valores de
la familia. Mi padre fue a una escuela de arte, él era todo lo que su padre no era. Tony era
los ’60: se reveló y defendió sus ideales tan incondicionalmente como su padre los
condenaba.
Mi abuelo Charles era bombero en Stoke, una comunidad que no ha cambiado
absolutamente nada a lo largo de la historia. Muchos habitantes de Stoke nunca la dejan;
hay muchos como mis abuelos, que nunca se atrevieron a ir 100 millas al sur, desde Stoke
hasta Londres.
La idea implacable de Tony de ir a una escuela de arte, trabajar y vivir de sus cuadros era
algo que Charles no podía digerir. Esa diferencia de opiniones provocaba grandes
discusiones que muy a menudo se transformaban en violentas peleas. Tony cuenta que
Charles lo maltrataba sin razón, habitualmente durante gran parte de su juventud.
Mi abuelo era un representante declarado de la Gran Bretaña de 1950, y su hijo era un
representante declarado de los años 60. Charles quería ver cada cosa en el lugar correcto,
mientras que Tony quería cambiar los muebles de lugar y repintar la casa.
Creo que mi abuelo se horrorizó cuando su hijo volvió de París enamorado de una
desenfadada negra americana. Me pregunto qué habrá dicho cuando Tony le conto que
pensaban casarse y criar a su hijo recién nacido en su casa hasta que ellos (mi mamá y mi
papá) pudieran poner sus asuntos en orden.
Tomando todo en cuenta, estoy conmovido por la diplomacia que mostraban en las fiestas.

Mi padre me llevó a Londres tan pronto como pudo viajar conmigo en tren. Creo que yo
tenía dos o tres años, pero sabía lo lejos que estaba Londres de Stoke, con un sinfín de casas
de ladrillos marrones y raras familias, porque mi padre estaba metido en la movida
bohemia. Podíamos dormir en un sofá y no regresar por unos días. Había lámparas de lava
y luz negra, ferias y artistas por la calle Portobello Road. Mi padre nunca se consideró un
Beat, pero absorbió esa forma de vida por osmosis. Era como si hubiese elegido a dedo lo
más importante, lo más destacado de ese estilo: el amor por la aventura, tomar la ruta nada
mas que con la ropa que llevas puesta, buscar asilo en diferentes lugares repleto de gente
muy interesante.
Mis padres me enseñaron muchas cosas, pero la mejor lección la aprendí muy
tempranamente: no hay nada como la vida en la ruta.
Tengo buenos recuerdos de Inglaterra. Era el centro de atención de mis padres. Iba al
colegio, actuaba en obras: “The twelve days of Christmas”; e hice el personaje principal en
“The Drummer Boy”. Dibujaba todo el tiempo y una vez por semana miraba “The
Avengers” y “The Thunderbirds” porque la televisión de fines de los ’60 era muy limitada
y reflejaba la post-segunda guerra mundial; la idea del mundo según Churchill era la de la
generación de mis abuelos. Había sólo 3 canales de televisión, y dejando de lado las dos
horas semanales que cualquiera sea el canal que emitiera esos dos programas, después sólo
daban las noticias.
Es lógico que la generación de mis padres haya formado parte del movimiento cultural que
se había puesto en marcha.
Cuando Tony y yo pudimos viajar a Los Angeles para encontrarnos con Ola, él nunca
volvió a hablar de sus padres. Desaparecieron de mi vida rápidamente y a menudo los
extrañaba. Mi madre le insistía a mi padre para que no perdiera contacto con ellos, pero no
había caso; simplemente no le interesaba la idea. No volví a ver a mis familiares ingleses
hasta que Guns n’ Roses se volvió bien conocido. Cuando tocamos en el estadio de
Wembley en 1992, el clan Hudson apareció en gran número: entre bastidores justo antes de
comenzar el show vi a uno de mis tíos, mi primo y mi abuelo. Era su primer viaje a
Londres. En los camarines se tomaron todo el licor que teníamos. Se habían tomado hasta
la última gota. Era una cantidad de alcohol que habría matado a cualquier persona excepto a
nosotros.

Lo primero que recuerdo de Los Angeles es la canción de The Doors “Light my fire” en el
tocadiscos de mis padres, todo el día, todos los días. A finales de los ’60 y principios de los
’70 Los Angeles era el lugar indicado para los jóvenes británicos involucrados con la
música o el arte. Había mucho trabajo creativo en comparación con el indigesto sistema
inglés; y si hablamos del clima, era el paraíso comparado con el lluvioso y nebuloso clima
de Londres.
Además dejar Inglaterra por la costa yanqui era una de las mejores maneras de romper con
el sistema y con su educación –y mi papá estaba feliz por haberlo hecho-.
Mi madre siguió con su trabajo como diseñadora de moda y mi padre capitalizó su innato
talento artístico y se convirtió en diseñador gráfico. Mi madre tenía contactos en el negocio
de la música, así que poco después su marido se convirtió en el diseñador de las tapas de
los discos. Vivíamos en Laurel Canyon Boulevard; en una comunidad muy sesentona, en la
cima de Lookout Mountain Road. Esa zona de Los Angeles siempre fue refugio muy
creativo porque el paisaje era muy bohemio. Las casas se ubicaban en la montaña entre el
abundante follaje. Eran pequeñas casas que ofrecían un lugar donde dormir y desayuno:
Recibían una amplia gama de personalidades; lo que hacía del lugar, un lugar especial:
simple, público, compartido, muy conectado con la naturaleza. Una zona muy concurrida,
un ambiente cálido, amigable; había músicos y artistas viviendo allí cuando yo era chico:
Joni Mitchell vivía un par de casas de distancia, Jim Morrison vivía detrás de Canyon Store
en ese momento, Glen Frey también estaba ahí. Gley Frey había formado “The Eagles”
recientemente.
Era un lugar donde todo estaba relacionado: mi mamá diseñaba ropa para Joni Mitchel y mi
papá se encargaba de la tapa de su disco.
David Geffen era muy amigo de la familia; tengo un buen recuerdo de él.
David contrató a Guns n’ Roses años más tarde, pero no sabía quién era yo –y yo tampoco
le dije nada-. Para la navidad de 1987, la llamó a Ola para saludar y le pregunto por mí, le
preguntó en qué andaba; ella le dijo “Deberías saber bien en qué anda, vos le estas
produciendo el disco”

Después de uno o dos años, nos mudamos al sur a un departamento en Doheny. Me


cambiaron de colegio y fue ahí cuando me di cuenta cuán diferente era del resto de los
chicos. Yo no tuve una habitación tradicional de un chico; llena de juguetes y pintada en
colores primarios. Nuestra casa nunca estuvo pintada de tonos neutros. En mi casa se sentía
olor a comida e incienso; comíamos guisos. Tenia buena vibra pero el ambiente era muy
oscuro. Para mí estaba bien porque nunca me interesó relacionarme con los chicos de mi
edad. Prefería la compañía de adultos, porque los amigos de mis padres siguen siendo las
personas más interesantes que conozco.
Escuchaba la radio KHJ, en AM, las 24 horas, durante los siete días de la semana y dormía
con la radio prendida. Hacía la tarea del colegio y sacaba buenas notas aunque mi maestra
decía que prestaba atención un rato y después me distraía el resto de la clase. La verdad es
que a mí me apasionaba el arte; admiraba profundamente al pintor impresionista francés
Henri Rousseau y como él, dibujaba selvas repletas de mis animales favoritos. Mi obsesión
por las serpientes comenzó desde chico. La primera vez que mi madre me llevo a Big Sur,
California a visitar a una amiga que vivía ahí. Tenía seis años y recuerdo que me pase horas
en el bosque atrapando serpientes; hurgué en los matorrales y en los árboles, y no paré
hasta que complete una pecera. Después, las liberé.
Esa no es la única anécdota emocionante de ese paseo: tanto mi madre como su amiga eran
jóvenes alocadas que les gustaba correr con el VW escarabajo que tenía mi mamá por las
carreteras zigzagueantes de los acantilados. Me acuerdo que iba en el asiento de atrás
muerto de miedo mirando por la ventana al océano y las rocas que estaban debajo a sólo
unos centímetros de mi puerta.

La colección de discos de mis padres era perfecta. Escuchaban de todo: desde Beethoven
hasta Led Zeppelin y yo continué buscando pequeños tesoros no descubiertos en esa
biblioteca hasta la adolescencia. 
Conocía a todos los artistas, conocidos o no, porque mis padres me llevaban a sus
conciertos todo el tiempo además que mi mamá me llevaba al trabajo.
Desde muy chico conocí las internas del negocio; los estudios de grabación, las salas de
ensayo, y también estudios de cine y TV. Presencié los ensayos y grabaciones de Joni
Mitchell, también estuve en las grabaciones del programa de Flip Wilson (un cómico muy
famoso en ese entonces y que ha sido olvidado). Estuve en los ensayos y en el show de una
cantante pop australiana Helen Reddy, y también de Linda Ronstadt en Troubadour. 
Mi mamá también me llevo cuando le tocó vestir a Bill Cosby para su shows, y también le
confeccionó algunas prendas a su esposa. 
También recuerdo ir con ella a ver a Pointed Sisters.
Obviamente, todo esto sucedió en el transcurso de su carrera; pero cuando nos mudamos al
departamento de Doheny, el negocio “despegó”: Carly Simon venía a casa, también Minnie
Ripperton, que era cantante de soul.
Conocí a Stevie Wonder y Diana Ross. Mi madre me cuenta que también conocí a John
Lennon pero desafortunadamente no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es haber conocido a
Ringo Starr: mi madre diseñó el traje que usa en la tapa de su álbum “Goodnight Viena”, en
1974. Era un traje de talle alto –a la cintura-, color gris metálico con una estrella blanca en
el medio del pecho.
Cada prueba de sonido, cada “detrás de escena” que presencié junto con mi mamá me
provocaba algo mágico. No sabía bien qué pasaba pero mi fascinaba en ese momento y
todavía me fascina ver cómo se monta un show; el escenario lleno de instrumentos
esperando a la banda, es muy emocionante. El sólo hecho de ver una guitarra todavía me
emociona. Tienen algo maravilloso, tácito: tienen el don de trascender la realidad si “caen”
en las manos correctas.
Mi hermano Albion nació en Diciembre de 1972, lo que modificó un poco la dinámica de la
familia; de pronto había una nueva personalidad entre nosotros. Era divertido tener un
hermano menor y me alegraba ocuparme de él: me encantaba que mis padres me pidieran
cuidarlo.
Pero no paso mucho tiempo cuando empecé a notar un gran cambio en la familia. Mis
padres no se comportaban de la misma manera cuando estaban juntos y muy a menudo
estaban separados. Las cosas se pusieron feas cuando mi mamá empezó a tener éxito en su
negocio y nos mudamos a Doheny. La dirección era 710 North Doheny; ahora es un terreno
vacío donde venden los arbolitos de navidad en Diciembre. También me gustaría nombrar a
nuestro vecino de al lado: el auténtico, autoproclamado Elvis negro, a quien pueden
contratar para fiestas en Las Vegas (por si a alguien le interesa)
Ahora que soy grande puedo entender cuáles eran los problemas (obvios) que devoraron la
relación de mis padres. A mi padre no le gustaba la idea que mi madre y mi abuela
(materna) sean tan unidas; lastimaba su orgullo saber que mi abuela nos ayudaba con la
plata, tampoco quería que ella esté tan involucrada con la familia. Mi padre también tenía
problemas: le gustaba beber demasiado. Era un mal bebedor. Nunca fue violento porque es
demasiado inteligente y rebuscado como para expresarse a través de la fuerza bruta, pero el
alcohol despertaba su mal genio. Cuando estaba borracho hacía comentarios inapropiados a
expensas de quienes estaban a su alrededor. No hace falta decirlo, ahí era cuando la
conversación se terminaba: nos levantábamos y nos íbamos.
Tenía sólo ocho años, pero debí haberme dado cuenta que algo estaba realmente mal. Mis
padres siempre se habían tratado con mucho respeto pero unos meses antes que se
separaran, se evadían totalmente. Mi madre pasaba la mayoría de las noches fuera de casa y
mi padre, las pasaba en la cocina, solo, deprimido, bebiendo vino y escuchando al pianista
Erik Satie. Cuando mi mamá se quedaba en casa, mi papá y yo salíamos a caminar por
bastante tiempo. Él caminaba por todos lados, en Inglaterra y en Los Angeles.
Antes de Charles Manson (el clan Manson asesinó a Sharon Tate y a sus amigos) solíamos
hacer dedo; Los Angeles era una ciudad “inocente” antes de los asesinatos. Esas muertes
significaron el fin de la utopía de los ’60, de sus ideales, del ‘Flower Power’.
Los recuerdos de mi infancia con Tony son como los de una película: siempre caminando a
su lado, con mucho respeto. Un día de esos, que habíamos salido a caminar, me llevó a
Fatburger y me contó que él y mamá se iban a separar. Quedé devastado: lo único “estable”
que tenía, que conocía, se había roto. No pregunté nada, sólo miré mi hamburguesa. Esa
misma noche, mi mamá y yo nos sentamos a hablar y me explicó la situación. Ella destacó
los “beneficios”: Yo tendría dos casas para vivir. Lo medité por un instante; de alguna
manera, eso tenía sentido pero sonaba más como una mentira; yo asentí con la cabeza
mientras hablaba pero no escuchaba lo que me estaba diciendo.
La separación de mis padres fue difícil pero cordial ya que no se divorciaron hasta pasados
unos años. Vivían cerca uno del otro, y tenían el mismo grupo de amigos. Cuando se
separaron, mi hermano tenía dos años y obviamente debía vivir con mi madre pero a mí me
dieron la oportunidad de elegir con quién quería estar, y yo elegí vivir con mi mamá.
Ola nos crió lo mejor que pudo, viajando constantemente por el trabajo. Sin necesidad, mi
hermano y yo vivíamos yendo y viniendo de la casa de mamá a la casa de la abuela. La casa
de mis padres era poco convencional, interesante, siempre llena de gente –pero siempre fue
estable-. Pero cuando el lazo que los unía se rompió; los cambios constantes se
transformaron en algo normal para mí.
La separación fue muy dura para mi padre y no lo vi por un tiempo. Fue dura para todos
nosotros. Para mí, se transformó en algo real cuando vi a mi mamá en compañía de otro
hombre. Ese hombre era David Bowie.

En 1975, mi mamá empezó a trabajar con David Bowie mientras grababa “Station To
Station”; ella diseñaba su ropa desde “Young Americans”. Entonces, cuando el fue
contratado para protagonizar la película “The man who fell to Earth”, mi mamá fue también
contratada como vestuarista. La película se rodó en Nuevo México. Durante el rodaje ellos
tuvieron un affaire. Hoy, mirando atrás, pienso que no debe haber sido gran cosa pero en
ese momento era como ver un extraterrestre aterrizar en fondo de tu casa.
Cuando mis padres se divorciaron, mi mamá, mi hermano, y yo nos mudamos a una casa en
Rangely Drive. Era una casa muy linda: las paredes del living eran celeste cielo con nubes.
Había un piano; y la colección de discos de mi madre ocupaba toda una pared. Era una casa
atractiva, agradable, cálida. Bowie venía de vez en cuando con su esposa Angie y su hijo
Zowie.
Los setenta fueron únicos: para Bowie era algo totalmente natural traer a su esposa e hijo a
la casa de su amante para estar todos juntos. En ese entonces, mi madre y David
practicaban meditación transcendental. Ellos cantaban delante del santuario que estaba en
su cuarto.
A David lo acepté cuando lo conocí. Es inteligente, gracioso y tremendamente creativo. La
imagen de David debajo del escenario enriqueció la imagen que tenía arriba de él. Fui a
verlo con mi mamá cuando tocó en L.A Forum en 1975 y muchas veces más; me encantaba
el momento en el que él salía al escenario, en su personaje; realmente quedaba cautivado.
Como artista, dio todo en el escenario, dejó su esencia. También conocí al hombre muy
bien, como era con su familia. Resumió lo que es ser famoso: “Ser una estrella de rock es la
unión de lo que sos con lo que querés ser”
CAPITULO 2:
BANDIDOS EN BICICLETA

Nadie piensa que te van a arrancar la alfombra mientras uno camina sobre ella; los cambios
no se anuncian.
Mientras que el instinto y la intuición pueden proporcionarte señales de advertencia, poco
pueden hacer para prepararte para el sentimiento de desarraigo que se siente después de que
el destino ponga tu mundo al revés. Ira, confusión, tristeza y frustración. Todo mezclado
dentro de ti creciendo como una bola de nieve. Te lleva años asentar toda esa polvareda de
emociones, mientras tenés que poner lo mejor de vos para poder ver a través de la tormenta.
La separación de mis padres fue lo que se llama “una separación de común acuerdo”. No
hubo peleas, malos comportamientos; no hubo abogados ni juzgados. Pero así y todo, me
tomó años aceptar la situación y lidiar con ese dolor. Perdí parte de mí y tuve que
reinventarme a mi tiempo. Aprendí muchas cosas, pero esas lecciones no me ayudaron
después cuando mi otra familia, la única que tenía se desintegro. Pude divisar las
advertencias esa vez, cuando Guns n’ Roses empezó a desmoronarse. Y aunque aquella vez
fui yo el que me fui, volví a tener la misma sensación, la mezcla de sentimientos. Fue
igualmente difícil volver a encontrar el camino de nuevo

La separación de mis padres fue un gran cambio para mí y yo también cambié.


Internamente seguía siendo un buen chico pero externamente me volví bastante
problemático. Expresar las emociones sigue siendo una de mis debilidades, y lo que sentí
en ese momento fue inenarrable, así que me dejé llevar por mis instintos- me volví violento
y tuve problemas en el colegio.
En casa, la promesa de mis padres acerca de “tener dos casas para vivir” no hubiera
cambiado nada de lo que estaba sucediendo. Casi no vi a mi padre durante el primer año
que estuvieron separados, y cuando sí lo vi me parecía algo extraño, intenso. Como dije, el
divorcio le afectó muchísimo, le costó mucho adaptarse a esa situación y para mí era muy
duro verlo así. Estuvo un tiempo sin trabajar; no podía. Vivía precariamente y visitaba
amigos. Cuando lo visitaba, salía con él y con sus amigos: tomaban vino tinto, hablaban de
arte –de Picasso especialmente; el artista preferido de mi padre- y literatura. También
íbamos a la biblioteca o al museo de arte, donde solíamos quedarnos a dibujar.
Mi madre no tenía un lugar fijo. Trabajaba constantemente, viajaba bastante para poder
mantenernos. Pasábamos mucho tiempo en la casa de mi abuela Ola –madre-, que era
nuestra salvadora cuando el dinero no alcanzaba. También pasaba bastante tiempo con mi
tía y mis primos que vivían al sur de L.A en una zona llamada South Central L.A. Su casa
era ruidosa, llena de niños; había mucha energía.
Nuestras visitas allí sirvieron para poner en orden la idea de “tener una familia”.Tomando
en cuenta todo, tenía el tiempo en mis manos y saqué ventaja de eso.
Crecí demasiado rápido. A los doce tuve sexo, empecé a tomar, a fumar, a drogarme, robé,
me echaron del colegio, y en ocasiones hubiese terminado preso si no hubiese sido menor
de edad. Actuaba de acuerdo con lo que sentía, tenía una vida intensa e inestable. Un rasgo
importante de mi personalidad surgió en este período: el ahínco con el cual perseguí mis
intereses.
A los doce mis gustos habían cambiado: de amar el dibujo a amar el bicicrós…
En 1977, las carreras de bicicrós era el nuevo deporte extremo. También estaban de moda
el surf y el skate. Ya tenía algunos corredores famosos como Stu Thompson y Scout
Breithaupt, había revistas como “Bicycle Motocross Action” y “American Freestyler” y se
organizaban competiciones constantemente. Mi abuela me compró una WebCo y quedé
fascinado. Comencé a ganar carreras, y salí en algunas revistas como futuro corredor en la
categoría de 13 y 14 años. Realmente me encantaba. Estaba preparado para competencias
más grandes, y había conseguido sponsor. Pero algo faltaba. Sentía que por alguna razón, el
BMX no me satisfacía del todo. La respuesta llegaría años mas tarde.
Después del colegio solía ir a una tienda de bicicletas, y me sumé a un grupo que corría
para una tienda llamada “Spokes and Stuff”, donde conocí a gran parte de mis viejos
amigos, y otros trabajaban en “Schwinn” en Santa Mónica. Éramos más o menos 10 chicos
que recorríamos Hollywood todas las noches. Todos nosotros (excepto dos hermanos)
teníamos historias familiares similares. Uno encontraba consuelo en compañía de otro: ellos
eran los únicos compañeros con los que podía contar habitualmente.
Nos encontrábamos todas las tardes en Hollywood e íbamos desde Culver City hasta La
Brea Tar Pits, ocupando las veredas como si fuesen carreteras. Saltábamos hacia cualquier
pendiente que encontrásemos y sin importar si era medianoche u hora pico, siempre
quitábamos del camino a los peatones. Sólo éramos chicos traviesos en pequeñas bicicletas,
pero si lo multiplicás por 10, considerás que pasábamos todos juntos por la vereda
corriendo a máxima velocidad, éramos una fuerza para tener en cuenta. Nos subíamos a los
bancos de las paradas del bus, muchas veces cuando había gente sentada, también nos
subíamos a las bocas de incendio, y competíamos constantemente para superar al otro.
Éramos adolescentes desilusionados tratando de pasar un mal momento en nuestras vidas,
lo pasamos saltando por las calles de Los Angeles.
Corríamos por un camino de tierra en Valley hasta Reseda (cerca del juzgado de menores).
Esto estaba más o menos a 15 millas de Hollywood, que es una meta bastante ambiciosa.
Solíamos atar las bicicletas a algún paragolpes en Laurel Canyon Boulevard, para reducir el
tiempo de viaje; veíamos pasar los autos como los asientos de una aerosilla, esperábamos
un rato y después cada uno elegía un auto y volvíamos a la cima de la montaña. 
Mantener el equilibrio en una bicicleta, incluso una con un muy bajo centro de gravedad,
mientras esta amarrada a un auto que va a 30 o 40 millas por hora es emocionante pero
peligroso en un suelo normal; ahora, intentar hacer eso en una montaña con curvas y
contra-curvas muy cerradas, cuesta arriba, como era Laurel Canyon es totalmente diferente.
Todavía me pregunto como es que nunca ninguno rodo por la montaña. Me sorprende más
recordar que hacía este recorrido (subir y bajar de la montaña) sin tener frenos la mayoría
de las veces. Ser el más joven del grupo para mi significaba que siempre tenía algo que
demostrar a mis amigos cuando corríamos; y a juzgar por la cara que ponían luego de
alguna de mis acrobacias, lo lograba. Pueden haber sido sólo adolescentes, pero mis amigos
no eran fáciles de cautivar.
A decir verdad, éramos una pandilla de chicos “difíciles”; pequeños criminales.
Uno de ellos era Danny Mc Cracken. Tenía 16 años, era fuerte, callado, “pesado”, con el no
se jodía. Una noche Dany y yo robamos una bicicleta con suspensión y mientras que él
deliberadamente trataba de romper las horquillas, saltándoles encima, para divertir al resto,
tropezó con el manubrio y se cortó la muñeca; fue un corte profundo. Vi venir el accidente
y observé todo como en “cámara lenta” mientras que la sangre brotaba a chorros.
Danny gritó AHHHH!!!! Con dolor y todo, su voz era suave considerando que era del
tamaño de Mike Tyson.
“A la mierda!”
“Carajo!”
“Danny se lastimó!”
Danny vivía a la vuelta de la esquina, así que dos de nosotros lo acompañamos hasta la
casa.
Llegamos a la casa, tocamos el timbre, la madre abrió la puerta y miró la muñeca de Danny.
Luego nos miro despreocupada, como descreyendo lo que había sucedido con su hijo. “Y
qué carajo quieren que haga yo?!”, nos contestó; luego pegó un portazo.
No sabíamos qué hacer; Danny estaba pálido y no sabíamos para qué lado estaba el hospital
y la sangre seguía brotando. Bajamos a la calle y paramos el primer auto que pasó. Acerqué
mi cara a la ventanilla y dije: “Hey, mi amigo se está desangrando; nos llevás al hospital?”.
“Se va a morir!”, grité histérico. Por suerte la mujer que conducía era enfermera.
Cargó a Danny en el asiento delantero y nosotros seguimos al auto en bicicleta. Cuando
llegó al hospital no esperó un instante; la sangre le brotaba a chorros y lo hicieron pasar
inmediatamente, mientras toda la gente miraba enfurecida.
Los doctores cosieron la herida pero ése no es el final de la historia: cuando salió del
consultorio hacia la sala de espera donde estábamos nosotros, se le soltó uno de los puntos;
la sangre brotó de tal manera que dejó manchas en el techo, lo que enloqueció y disgustó a
los que estaban presentes. No es necesario decirlo: lo llevaron nuevamente al consultorio y
suturaron por segunda vez la herida. Finalmente se solucionó el problema.

Los únicos seres “emocionalmente estables” de la pandilla eran John y Mike. Los
llamábamos ‘los hermanos Cowabunga’. Eran estables por varias razones: vivían en Valley
-una próspera zona suburbana-, sus padres no estaban separados, tenían hermanas, y vivían
todos juntos en una bella casa tradicional. Pero no eran los únicos hermanos del grupo;
también estaban Jeff y Chris Griffin. Jeff trabajaba en Schwinn y Chris era su hermano
menor. Jeff era el más grande el grupo, tenía 18 años y un trabajo que tomaba en serio.
John y Mike eran bastante parecidos en su forma de ser; no puedo decir lo mismo que Jeff y
Chris. Chris siempre trataba de imitar a su hermano mayor y fallaba invariablemente.
Tenían una hermana muy linda, muy atractiva; se llamaba Tracey. Ella se había teñido el
cabello de color negro por el solo hecho que toda su familia era naturalmente rubia. Tracey
tenía un aire gótico incluso antes que ese estilo estuviese de moda.
También estaba Jonathan Watts. Era el más loco de todos nosotros, estaba realmente
insano. Era capaz de hacer cualquier cosa sin importar lo que pudiera pasarle: ya sea
lastimar su cuerpo o terminar preso. Yo tenía solo doce años pero así y todo sabía bastante
de música y gente como para que me pareciera extraño que Jonathan y su padre fueran
fieles admiradores de Jethro Tull. Mejor dicho, adoraban a Jethro Tull. Me da pena decir
esto, pero Jonathan no esta más con nosotros; murió trágicamente de sobredosis después de
haber pasado años tanto como alcohólico empedernido como abanderado de Alcohólicos
Anónimos. Habíamos perdido contacto hace tiempo, pero lo volví a ver en una reunión de
A.A a la que me ordenaron ir (para poner un poco las cosas en orden) luego de ser arrestado
por una noche a finales de los ’80. No lo podía creer; llegué a la reunión, escuché lo que
hablaban y después de un rato me di cuenta que el moderador la reunión (alguien tan
partidario de la sobriedad como el teniente Hill Kilgore –el personaje de Robert Duvall en
“Apocalipsis Now”-) no era otro que Jonathan Watts. El tiempo es un gran catalizador para
los cambios; nunca sabes dónde van a ir a parar dos “almas gemelas”- o dónde nos
volveremos a ver.
En ese momento, esos chicos y yo pasábamos muchas tardes en el Colegio Primario Laurel,
haciendo uso del patio. Era un punto de encuentro; para andar en bicicleta o en skate, para
juntarse a tomar alcohol o a fumar marihuana. El patio tenía dos niveles conectados por
largas rampas de cemento; pedían por favor ser utilizadas por ciclistas o skaters.
Aprovechábamos todo: desarmábamos las mesas de picnic y las usábamos de obstáculos
que nos llevaban al otro nivel. No estoy orgulloso de haber destruido de a poco un edificio
público, pero subir y bajar por las rampas, o saltar sobre los obstáculos, era muy
emocionante; valía la pena. Nosotros éramos pequeños delincuentes, pero tipos creativos
que iban a hacer cosas buenas también se reunían ahí. Me acuerdo de Mike Balzary, más
conocido como ‘la pulga’, tocando la trompeta y los artistas vendiendo cuadros. Quizá no
era el lugar perfecto pero todos nos sentíamos orgullosos de la escena que habíamos creado.
Desafortunadamente, los que pagaban las consecuencias eran los maestros y alumnos, que
tenían que limpiar y acomodar todo el desorden.
El director del colegio, torpemente, decidió tomar el toro por las astas: se sentó a
esperarnos para enfrentarnos. Esto no terminó bien. Nos burlamos bastante de él, se puso
loco y mis amigos y yo tuvimos una discusión. Todo se fue de las manos muy rápido, y una
persona que pasaba por ahí llamó a la policía. Nada asusta mas a los chicos que el sonido
de la sirena, así que muchos de mis amigos huyeron. Desafortunadamente, yo no era uno de
ellos. Otro chico y yo fuimos los únicos que detuvieron; nos esposaron a la baranda del
frente del colegio, justo en la calle para que todos vieran. Éramos como animales
enjaulados, privados de la libertad y no muy felices con eso. Nos negamos a cooperar: nos
burlamos, les dimos nombres falsos, nos comportamos muy mal, los llamamos ‘cerdos’.
Los policías siguieron preguntando, y trataron de asustarnos, pero nosotros nos negamos a
dar nuestros nombres y direcciones; así que como teníamos 12 años y no teníamos
necesidad de llevar documentos, no les quedó otra alternativa que dejarnos ir.

La pubertad se inició en mí a los trece, cuando cursaba la secundaria en el Bancroft Junior


High en Hollywood. Sea lo que sea que sentía con respecto al divorcio de mis padres, paso
a un segundo plano para dar lugar a la invasión de hormonas. Pasar todo el día en la escuela
no tenía sentido, así que la dejé. Empecé a fumar marihuana frecuentemente y andar mucho
más en bicicleta. Me resulto difícil controlarme: Quería hacer lo que quisiera, al instante.
Una noche, mientras mis amigos y yo planeábamos la forma de entrar a robar en Spokes
and Stuff (la tienda de bicicletas donde nos reuníamos) por alguna razón que no recuerdo,
divisé a un chico que estaba espiándonos por la ventana de un departamento que quedaba
cruzando el callejón. Que estás mirando?! No me mires?! -grité y le tiré un ladrillo a la
ventana.
Los padres llamaron a la policía, por supuesto, y los oficiales que respondieron el llamado
nos persiguieron por todo Hollywood y West Hollywood. Nos metimos de contramano,
entre medio del tráfico, cortamos camino por callejones, tomamos los parques; ellos eran
tan perseverantes como Jimmy “Popeye” Doyle, el personaje de Gene Hackman en “The
French Connection”. Dábamos vuelta a la esquina y ellos estaban ahí. Eventualmente
huíamos hacia Hollywood Hills y nos escondíamos en los cañones más alejados como si
fuéramos bandidos del Lejano Oeste; y como sucede en las películas de cowboys, cuando
creíamos que era seguro dejar la guarida para volver al rancho, éramos interceptados por
los mismos policías.
Pienso que la razón por la cual me persiguieron a mi y no al resto de mis amigos cuando
nos separamos, fue porque yo era el mas pequeño.
Pedaleé rápido por todo el vecindario, pero no podía eludirlos hasta que busque refugio en
un estacionamiento subterráneo, baje un par de niveles, me metí entre los autos, me escondí
en un rincón y me tire al piso, rogando que no me encontraran. Entraron al garage a pie y
cuando finalmente llegaron al lugar donde yo estaba escondido, ya habían dado por
terminada la “cacería” –creo-, buscaron entre los autos con las linternas; y cuando los tenía
más o menos a dos metros de distancia, retrocedieron. Debo decir que tuve suerte.
Esta batalla entre mis amigos y la policía continuó durante todo el verano y desde luego no
era una forma constructiva de pasar el tiempo, pero en mi cabeza, a esa altura, era algo muy
divertido.
Era muy bueno manteniendo mis asuntos en privado, pero cuando me equivoque, mi mama
y mi abuela fueron muy comprensivas.
Para la mitad de la secundaria, estaba en casa el menor tiempo posible.
En el verano de 1978, no tenia ni idea que mi abuela se iba a mudar a un nuevo complejo
en la intersección de Kings Road y Santa Mónica Boulevard. Conocía el lugar porque
pasaba en bicicleta cuando lo estaban construyendo; era gigantesco, ocupaba toda la
manzana.
Mis amigos y yo iríamos a drogarnos y correr carreras por los pasillos y por la escalera, a
cerrarle la puerta en la cara a la gente, a saltar sobre los barandales y dejar las marcas del
derrape sobre las paredes recién pintadas.
Una vez, cuando estábamos haciendo esto, doblé en la esquina gritando y casi derribo a mi
mama y a mi abuela que venían con los brazos cargados con las pertenencias de Ola madre
y que las llevaban hacia el departamento nuevo. Nunca me voy a olvidar la cara de mi
abuela en ese momento: la expresión era una mezcla de susto y horror. Me contuve, pude
frenar. Pero al mirar por arriba del hombro vi al último de mis amigos girar muy rápido y
perderse de vista. Yo tenía un pie en el suelo y otro en el pedal, pensando que podría
escaparme.
“¿Saúl?”; dijo Ola madre con una voz muy dulce y aguda, “eres tu?”
“Si abuela, soy yo” le respondí “¿como estas? Mis amigos y yo pasamos a visitarte”
La mentira no resulto con mi mama, pero Ola madre estaba tan contenta de verme, que Ola
hija me dejo continuar. De hecho, funciono tan bien que al final termine viviendo con mi
abuela unas semanas mas tarde.
En ese momento es cuando empieza la hazaña en Hollywood. Pero llegaremos ahí en un
rato.

No voy a ponerme a analizar como fue que la cleptomanía se volvió “mi otro nuevo
interés”; pero debo aclarar que fui un adolescente “difícil de tratar” desde muy chico. Robe
lo que pensé que necesitaba y no me podía comprar; robe lo que pensé que me haría feliz
tener; y a veces robe solo por robar.
Robe muchos libros porque siempre me gusto leer; robe muchísimos cassetes porque amaba
la música. Los cassetes –para los más jóvenes que no saben qué son- tenían ciertas
desventajas: la calidad de sonido se desgastaba, la cinta se enredaba en la casetera y se
derretían si los dejabas al rayo del sol, pero era muy fácil llevárselos. Eran del tamaño de
un paquete de cigarrillos chico, así que un ratero ambicioso podía llevarse la colección
completa de su banda escondida entre la ropa y salir caminando sin que nadie se de cuenta
de nada.
En mi peor momento, podía llegar a robar tantas cosas como pudiera esconder entre mi
ropa, luego salía, las dejaba en los arbustos y volvía a robar más, muchas veces en la misma
tienda.
Una tarde me robe un par serpientes de Aquarium Stock Company, una tienda de mascotas
a la que solía ir bastante seguido; los dueños se habían acostumbrado a mi presencia y no
creo que pensaran que yo podría robarles. No eran mala gente, simplemente me gustaban
mucho las serpientes que vendía, no respete lo suficiente la tienda y me lleve algunas a
casa. Las enrosque en las muñecas y me puse la campera encima teniendo cuidado que las
serpientes no sobrepasaran el antebrazo.
Un día fui a la ciudad y agarre un montón de serpientes, me dirigí a la calle, las escondí y
volví al local a tomar un libro que me enseñara como cuidar las serpientes que me había
robado.
Una vez, me robe un camaleón Jackson. Robar un camaleón no es algo sutil; tienen astas,
miden 10 pulgadas y se alimentan de moscas, tienen el tamaño de pequeñas iguanas y ojos
protuberantes piramidales, extraños. Tenía muchas agallas cuando era chico: Salí
caminando de la tienda. Era un animal muy caro y exótico. Me fui a casa con él, pero no
podía inventar una historia que explique adecuadamente su presencia en la casa, así que no
me quedo otra que dejarlo vivir en el fondo de mi casa que tenia un alambrado cubierto por
una enredadera, al lado del cesto de basura. Me había robado un libro de camaleones
Jackson, así que sabia que les gustaba comer moscas y el mejor lugar que encontré es cerca
del cesto de basura, ya que es común encontrar moscas ahí. Todos los días era una aventura
buscarlo porque era muy habilidoso para esconderse y mezclarse con el medio en el que
estaba; como todos sabemos los camaleones tienen esa capacidad, se mimetizan. Siempre
me llevaba un tiempo localizarla y adoraba ese desafío. El jueguito duro más o menos 5
meses; después de un tiempo mejoro tanto su habilidad que nunca mas pude encontrarla. La
busque durante dos meses, todas las tardes, pero fue inútil. No se que le sucedió, pero
considerando las miles de posibilidades de lo que pudo haberle ocurrido espero que haya
tenido un buen fin.
Tuve mucha suerte de no ser atrapado las veces que robé, que fueron realmente muchas. Se
me hacia tan fácil hacerlo que un día me atreví a llevarme de un local de artículos
deportivos, un bote inflable... inflado. Necesitó cierta planificación pero lo hice, me lo robe.
No sé cómo no me atraparon.
No fue gran cosa; te voy a contar el método: el bote estaba colgado en una pared cercana a
una puerta lateral que conducía a un pasillo que tenia salida al callejón. Una vez que pude
abrir esa puerta sin que nadie sospechara, descolgar el bote fue fácil; luego lo oculte de la
vista de la gente en una muestra de productos de camping. Después espere el momento para
sacarlo de la tienda y llevarlo hasta la esquina donde me esperaban mis amigos. Ni siquiera
me lo quede; una vez logrado el objetivo, lo deje en el jardín de una casa, una cuadra más
adelante. 
No estoy orgulloso de eso, pero a fin de cuentas, cuando estaba a 10 millas de mi casa, sin
plata y con la rueda de la bicicleta pinchada, me alegra que se me hiciera fácil robar una
nueva de Toy”R”Us. De otra manera, si hubiera tenido que hacer dedo para volver a casa,
vaya a saber Dios en qué situaciones me hubiese involucrado.
De todas maneras, como alguien que repetidamente tienta la suerte, debo admitir que
cuantas veces trates de convencerte de que tus acciones son “necesarias” o que haces eso
“porque no tenés otra alternativa” y vos sabés que no es tan así y que lo que haces esta mal,
tenés que saber que al final siempre te descubren. 
En mi caso, en tanto estamos hablando de “robar”, al final me atraparon en Tower Records,
en Sunset Boulevard, la disquería preferida de mis padres. Recuerdo muy bien ese día: era
uno de esos momentos en los que uno sabe que algo no esta bien pero de todas maneras se
prende en la aventura.
Tenia 15 años, creo y recuerdo que estacione la bicicleta y pensé ‘debes ser cuidadoso con
este lugar’. Esa revelación no me ayudo para nada: Fui muy avaro. Entre al lugar, rellené de
cassetes la campera, los pantalones; toda mi ropa estaba abarrotada de cassetes, eran tantos
que pensé ‘quizá debería comprar algunos sólo para confundir a los cajeros’; creo que elegí
uno del Cheap Trick, “Dream Police” y uno de Led Zeppelin, “Houses of the Holy”. Los
tome y fui hacia el mostrador, me los cobraron y me dirigí a la salida.
En ese momento pensé `ya pasó, estoy fuera de peligro’.
Estaba en la calle, junto con mi bicicleta, ya preparado para ‘volar’ de ahí cuando siento
una mano en el hombro. Negué todo pero me habían agarrado: me llevaron arriba a una
oficina desde la cual me habían visto robar, luego me mostraron la cinta.
Llamaron a mi madre; y devolví todos los casettes que había guardado entre la ropa. Ellos
los acomodaron todos sobre una mesa para que mi madre los viera cuando llegara. Supere
muchas cosas cuando era chico, pero ser atrapado por robar casetes en la disquería a la que
mis padres habían ido por tanto tiempo era una ofensa que era más importante para la
familia que para la ley. Nunca me voy a olvidar de la cara de Ola cuando llego a esa oficina
y me encontró sentado junto a todo lo que había querido robar. No dijo demasiado, porque
no era necesario: estaba claro que ella pensaba que no podría haber hecho eso.
Al final, Tower no presento ningún cargo porque toda la mercancía fue recuperada. Me
dejaron ir con la condición de que nunca mas vuelva a poner un pie en el local, también
porque el dueño reconoció que mi mama era una clienta frecuente.
Por supuesto, cuando me contrataron para trabajar en la misma tienda 6 años mas tarde en
la parte de videos, todo el tiempo estaba convencido de que alguien recordaría ese incidente
y que me iban a despedir. Pensaba que un día cualquiera se darían cuenta que mentí
descaradamente en la solicitud de empleo y que suponían algo que yo sabia que era verdad:
todo lo que había logrado robar hasta que me atraparon valía bastante más que un par de
meses de sueldo.

Todas las permutas se resolverían en los 8 años subsiguientes, pero solo cuando había
encontrado una familia estable de mi propia autoría.
En el vacio que dejo la disolución de mi familia, yo construí mi propio mundo. Tuve suerte
que a pesar de mi edad, durante el periodo de prueba de mis límites, hice un amigo que
siempre se ha estado conmigo, incluso cuando estuvimos lejos. Todavía es uno de mis
confidentes y al que después de 30 años todavía sigo molestando.
Se llama Marc Canter; su familia es la dueña del complejo Canter´s Deli en North Fairfax.
Los Canter se mudaron a New Jersey y abrieron un restaurante en los ’40 y desde entonces
ha sido un punto neurálgico para los tipos del show business, porque la comida es buena y
además esta abierto las 24 horas. Esta a media milla de Sunset Strip, y en los ’60 ha sido el
refugio de muchos músicos y sigue siéndolo hasta hoy. En los ’80, los Guns han ido a
comer allí de madrugada. “The Kibbitz Room” es el bar y también hay shows en vivo;
queda justo al lado del restaurant y pertenece a él.
Los Canters han sido maravillosos conmigo; me dieron trabajo y refugio. Nunca dejaré de
agradecerles todo lo que hicieron por mí.
Conocí a Marc cuando estaba en el colegio primario, en Third Street Elementary School,
pero nos hicimos realmente amigos cuando le robe la bicicleta en quinto grado.
Nuestra amistad fue sólida desde el principio. Nos juntábamos en el parque Hancock que
quedaba al lado de un barrio opulento donde él vivía. Solíamos ir al viejo teatro “Pan
Pacific” –hoy es el “Grove Shopping Center”-. El Pan Pacific era una reliquia; había sido
un glamoroso cine-teatro en los ’40; tenía arcos en el techo y una gran pantalla en la que
pasaban películas y que definió una generación con respecto a la cultura y el cine. En esos
días, el teatro seguía siendo hermoso, los arcos verdes estilo Art Deco estaban intactos pero
el resto, estaba en ruinas. Al lado estaban la biblioteca pública y un parque que tenia una
cancha de basketball y una pileta. Al igual que el Laurel Elementary también era el punto
de reunión para chicos de 12 a 18 años que alguna razón u otra, se sienten cómodos en la
noche.
Mis amigos y yo éramos los jóvenes del grupo. Las chicas estaban tan fuera de nuestro
alcance que no podíamos invitarlas a salir, pero lo hacíamos igual. Había algunos
fracasados y marginales, muchos de ellos Vivian en el viejo teatro y subsistían gracias a la
comida que robaban en la verdulería de al lado, dos veces por semana. Marc y yo
estábamos fascinados; nos aceptaron en el grupo porque casi siempre teníamos marihuana,
que era muy requerida allí. Conocer a Marc promovió un gran cambio en mí; era mi primer
gran amigo, el que me entendía cuando me sentía solo. Ninguno de los dos ha tenido lo que
se llama “una vida normal”, pero estoy orgulloso de que hoy estemos tan unidos como en
aquel entonces. Esa es mi definición de “familia”. Podes no haberlo visto en años pero
cuando se encuentran, se tratan como el primer día. Un verdadero amigo es el que está
presente cuando se lo necesita; no solo en las vacaciones o los fines de semana.
Me di cuenta de eso, unos años mas tarde. Cuando no me importaba no tener plata para
comer, porque lo poco que tenia lo guardaba para promocionar Guns n’ roses. O cuando no
tenía un mango, ni para los afiches ni para las cuerdas de la guitarra. En esos momentos
Marc estuvo a mi lado. Afronto mis gastos; para lo que sea que necesitara dinero, lo tenía.
Le devolví la plata cuando pude hacerlo; cuando empezaron a contratar a Guns. Pero nunca
me olvide que Canter estuvo conmigo cuando estaba deprimido y sin un peso.

CAPITULO 3:
CÓMO TOCAR LA GUITARRA.
CÓMO TOCAR ROCK AND ROLL.

Verte a vos mismo fuera de contexto, alejado de tu propio punto de vista, te hace
ver las cosas de otra manera. Es como escuchar tu voz en un contestador. Es como
conocer a un extraño o descubrir un talento que no sabias que tenias.
La primera vez que hice el punteo de una melodía lo suficientemente bien como
para sonar como la original, tuve esa sensación.
Cuanto más aprendía a tocar, más me sentía ventrílocuo: podía reconocer mi lado
creativo a través que esas seis cuerdas, pero era algo más que eso. Las notas y los
acordes se han vuelto mi segunda lengua y la mayoría de las veces, ese vocabulario
expresa lo que siento cuando las palabras no me alcanzan. La guitarra es mi
conciencia también: cuando perdí el rumbo, me hizo volver a encontrarlo; cuando
se me olvido, me hizo recordar por qué estoy aquí.

Todo se lo debo a Steven Adler, él fue el responsable. Por él, yo toco la guitarra.
Nos conocimos una noche en Laurel Elementary a los 13 años de edad, mientras yo
andaba en bicicleta y él andaba en skate –muy mal-. Una vez se pego un golpe muy feo
y yo me acerqué a ayudarlo; desde ese momento fuimos inseparables.
Steven se crio en Valley con su mamá, su padrastro y dos hermanos hasta que su mamá
no soporto mas su mal comportamiento y lo mando a casa de su abuela, que vivía en
Hollywood. Vivió allí pero el resto de la primaria incluyendo los veranos. Luego volvió
a su casa para ir a la secundaria.
Steven es un tipo especial, un maleducado que solo los abuelos pueden amar, pero
jamás podrían convivir con él.
Steven y yo nos conocimos en el verano antes de empezar 8º grado y seguí
reuniéndome con él hasta la secundaria, desde que yo me mude de Hancock, donde
vivía mi madre a la casa de mi abuela, en Hollywood.
Ambos íbamos al mismo colegio, al Bancroft Junior High, y vivíamos en el mismo
vecindario.
Por lo que sé, nunca pasó una semana completa en el colegio, siempre estaba ausente.
Yo pasaba de grado porque me iba bastante bien en dibujo, música, lengua; mi
promedio era lo suficientemente alto como para aprobarlas; sacaba buenas notas porque
eran las únicas que me interesaban. Excepto esas materias, el resto no me gustaban y
faltaba a las clases. Pasaba en Dirección mucho tiempo, ya sea porque me robaba las
planillas de asistencia o porque me olvidaba de hacerle firmar a mi mamá las notas. La
única razón por la cual terminé la primaria fue porque las maestras se declararon en
huelga durante el año, y fueron reemplazadas por suplentes, a las cuales se me hacia
muy fácil mentirles y conquistarlas. No voy a entrar en detalles, pero recuerdo clases
enteras tocando en la guitarra la canción preferida de la maestra. Y BASTA!! Ya conté
suficiente.
Honestamente, la escuela no estuvo tan mal: tenía muchos amigos, una novia (en breve
llegaremos ahí) y participe libremente en todo lo que hiciese del colegio, un lugar
divertido para los adictos.
A la mañana temprano, antes de entrar al aula, nuestro grupo se reunía en el vestuario
para inhalar “Amyl nitrito”, -un gas que dilata los vasos y baja la presión arterial,
mientras brinda una breve sensación de euforia-, luego un par de cigarrillos y a la hora
del almuerzo nos volvíamos a juntar en la plaza para fumar un par de porros. Hacíamos
lo que podíamos para que los días en la escuela fueran un poco más agradables.
Cuando no íbamos a la escuela, Steven y yo nos pasábamos el día vagando por
Hollywood con la cabeza en las nubes hablando de música y tratando de conseguir
dinero de cualquier forma: haciendo trabajos esporádicos para gente que conocíamos
ocasionalmente (ayudar a mover muebles por ejemplo), pidiéndolo haciéndonos pasar
por mendigos, o robándolo.
Hollywood siempre ha sido un lugar extraño que atrae gente extraña pero al final de los
’70, todos los cambios que hubo a nivel cultural: el fin de la revolución de los ’60, el
uso generalizado de drogas y la libertad sexual, habían creado una nueva especie de
personajes realmente raros.
No recuerdo cómo lo conocimos, pero había un tipo que solía darnos dinero por nada,
sólo nos sentábamos a charlar un rato con él. Creo que un par de veces también nos
pidió que le hiciéramos las compras. Definitivamente era extraño pero él no era lo
suficiente peligroso como para hacer algo de lo cual dos chicos de 13 años no se
pudieran defender. Además, el dinero extra valía la pena.
Steven era absolutamente desinhibido, así que se las arreglaba para conseguir dinero
habitualmente de muchas maneras. Una de ellas era Clarissa, una vecina tenía
aproximadamente 25 años y que vivía cerca de mi casa. Un día la vimos sentada en la
puerta; cuando pasamos por ahí, Steven la saludo. Luego se pusieron a hablar y nos
invito a pasar a su casa; después de un tiempo yo decidí irme pero Steven me dijo que él
iba a quedarse un rato más. Resulta que tuvo sexo con ella esa noche y para rematar
consiguió que ella le diera algo de plata. No tengo idea como hizo, pero sé que se
vieron unas cuatro o cinco veces más, y cada vez le dio dinero. Era increíble. Lo
envidiaba muchísimo.
Una y otra vez, Steven siempre estaba metido en situaciones similares y frecuentemente
no tenían un final feliz. En este caso, Steven estaba teniendo sexo con Clarissa, su
compañera de piso –que era gay- entró a la habitación y los sorprendió juntos. Ella se lo
sacó de encima de un empujón y él cayó al piso...boca abajo. Ese fue el final de la
historia.
Steven y yo nos las arreglábamos bien. Yo robaba los casetes y las revistas de rock que
necesitábamos. Había muchas otras cosas en las que nos interesaba gastarnos la plata
aparte de gaseosas y cigarrillos, así que estábamos en forma. Recorríamos Sunset
Boulevard de punta a punta, luego Hollywood Boulevard desde Sunset hasta Doheny,
buscando posters de rock en los negocios, zambulléndonos en ellos cuando
encontrábamos algo que nos gustaba. Deambulábamos por el lugar, formábamos parte
de ese osado y divertido microclima. Solíamos juntarnos en un lugar llamado “Piece O’
Pizza” y quedarnos por horas escuchando a Van Halen en la rocola una y otra vez. Era
como un ritual. Steven me había hecho escuchar su primer disco unos meses atrás. Fue
uno de esos momentos en los que me sentí abrumado.
“Tenés que escuchar esto,” me dijo, con los ojos bien abiertos, “la banda se llama Van
Halen, son bárbaros!”; yo tenia mis grandes dudas porque Steven y yo no compartíamos
la misma idea de “buena música”. Puso el disco y el ‘solo’ de Eddie en Eruption
exploto en los parlantes. “JESUCRISTO!” le conteste, “que diablos es eso?!”

Ese año, vi mi primer gran concierto de rock. Fue en el California World Music Festival
en el coliseo L.A Memorial, el 8 de abril de 1979. Había 110.000 personas y los
músicos que participaban eran una locura: había cientos de bandas invitadas. Los
principales eran Ted Nugent, Cheap Trick, Aerosmith y Van Halen. Sin duda, Van
Halen aplasto al resto de las bandas que tocaban ese día, incluso a Aerosmith. Creo que
eso no era difícil: Aerosmith estaba tan mal en esa época que se me hizo imposible
diferenciar una canción de la otra en su show. Yo era su fan y la única canción que pude
reconocer fue “Season of Wither”.
Finalmente cuando llegamos a las puertas de “Rainbow” y “Starwood”, Steve y yo
sentimos que habíamos llegado a la cima, que nos habíamos graduado; estábamos en el
centro de la escena del ‘pre-glam metal’, formabamos parte de ella. Van Halen
comenzó allí y Motley Crew estaba por entrar también. Además de esas bandas, el punk
rock estaba dando los primeros pasos.
Siempre había un montón de gente en la puerta de esos clubs y desde que tenia acceso a
las drogas, se las vendía no sólo por el dinero sino porque nos acercaba a esa escena.
Había tanta actividad en Hollywood y West Hollywood a la noche; la escena
homosexual que se desarrollaba alrededor de “The French Quarter”, un pituquísimo
restaurante gay y Rusty Nail, un bar también para gays, entre otros; estaba justo
enfrente de la escena del rock que era mayoritariamente hetero. Esa yuxtaposición nos
parecía muy bizarra. Todo era muy extraño y absurdo, encontrabas freaks por todas
partes pero nosotros aceptábamos a todos.
Steve y yo nos metimos en toda clase de problemas que aparentemente eran
inofensivos. Una noche mi papa nos llevo a una fiesta organizada por un grupo de
amigos artistas que Vivian a lo largo del callejón en Laurel Canyon. El anfitrión de la
fiesta, Alexis, era amigo de mi papa. Él había preparado un barril de ponche
terriblemente letal, que mantenía a todo el mundo completamente borracho. Steven se
había criado en Valley y nunca había visto una escena tan divertida: esto era un grupo
de artistas excéntricos post-hippies; así que la combinación de la gente y el ponche le
voló la cabeza completamente. El y yo podíamos aguantar el licor pero esto era
demasiado avanzado para nosotros. Yo estaba tan borracho que no me di cuenta que
Steven se había ido con la chica que vivía en el cuarto de huéspedes del piso de abajo.
Terminó acostándose con ella, lo que no fue del todo bueno: era casada y tenía
aproximadamente 30 años.
Para un chico de trece años, una persona de 30 es casi de la tercera edad. Para mi,
Steven se había acostado con una abuelita, con una `mujer mayor’ que resulto siendo la
‘mujer mayor’ de otra persona.
A la mañana siguiente, desperté en el piso con el sabor del ponche en la boca; me sentía
como si me hubieran clavado un clavo en la cabeza, así que me fui a dormir a la casa de
mi abuela; Steven opto por quedarse un rato más en la cama de abajo. Hacia mas o
menos 10 minutos que había llegado a casa cuando mi papa me llamo por teléfono para
decirme que Steven debería temer por su vida. La mujer con la que había pasado la
noche se lo había confesado a su marido y éste estaba muy disgustado al respecto. El
hombre, según mi padre, tenia pensado ahorcar a Steven, y Tony me aseguró lo había
amenazado de verdad. Esto no lo tome en serio, pero mi papa me conto que el tipo
había prometido que iba a matar a Steven. Al final no paso nada, Steven pudo zafar del
tipo; pero era sólo una advertencia de las cosas por venir. A los trece, Steven resumió
sus objetivos a solo dos cosas: estar con chicas y formar una banda de rock.
No puedo culparlo por su profecía. 
Ya a los trece años su conocimiento sobre música, al que (probablemente por su
habilidad con las mujeres) siempre considere superior al mío, Steve había llegado a la
conclusión que había sólo tres bandas importantes de rock and roll: Kiss, Boston y
Queen. Él les rendía tributo todo el día, todos los días, cuando debería haber estado en
el colegio. Su abuela trabajaba en una panadería y se iba de la casa a las cinco de la
mañana; no tenia ni idea que Steven faltaba casi siempre a la escuela. Su día consistía
en escuchar cassetes de Kiss a todo volumen en Wall-mart mientras rasgaba la guitarra
que había tomado prestada allí, que estaba conectada a un amplificador y que también
ambos estaban a todo volumen. Yo lo acompañaba y me decía gritando sobre todo ese
ruido “hey, nosotros deberíamos formar una banda, no?”
Steven es un ser de alma libre, desenfadada, de mente abierta. Su entusiasmo es
tremendamente contagioso. 
No dudó en absoluto y fue para adelante: él estaba convencido de que eso sucedería de
un momento a otro. Se autoproclamo guitarrista y decidimos que yo tocaría el bajo.
Cuando escucho música hoy, después de estar tocando por 20 años, puedo aislar todos
los instrumentos, escuchar sólo la guitarra, descubrir el tono e inmediatamente decir
muchas maneras de tocar la misma canción. Pero cuando tenía 13, había escuchado
mucho rock, había visto muchos conciertos y sabia qué instrumentos necesitaba para
formar una banda pero no tenia ni idea cuál de todos ellos producía tal o cual sonido en
la canción. Sabia lo que era una guitarra pero no sabia en qué se diferenciaba del bajo, y
Steven con su forma de tocar no era demasiado aclarador al respecto.
Cuando salíamos a caminar por la ciudad, solíamos pasar por una escuela de música
que quedaba en Fairfax y Santa Mónica; se llamaba Fairfax Music School, así que
pensé que era un buen lugar para ir a aprender a tocar el bajo. 
Un día entre a la escuela, me acerque a la recepcionista y le dije “quiero tocar bajo”,
luego me presento a uno de los profesores. Su nombre era Robert Wolin. Cuando se
acerco a hablar conmigo me di cuenta que no era lo que yo esperaba: era un tipo blanco,
de estatura mediana, vestido de jeans Levi’s y la camisa escocesa metida en el pantalón.
Tenía bigotes tupidos, barba de unos pocos días y pelo largo enmarañado y despeinado
–quizá alguna vez se lo había cortado pero ya le había crecido-. No hace falta decirlo:
Robert no se parecía para nada a una estrella de rock.
Con mucha paciencia me informo que para tomar lecciones necesitaba tener mi propio
bajo -algo que yo no había considerado. Le pedí ayuda a mi abuela y me dio una vieja
guitarra flamenca que solo tenia una cuerda, que ella tenia archivada en un ropero.
Cuando me encontré con Robert en la escuela, miro la guitarra y entendió que seria
mejor empezar por el principio; yo no sabia que lo que estaba sosteniendo no era un
bajo.
Robert puso “Brown Sugar” de los Stones, tomo su guitarra y acompaño el riff y la
guitarra principal. Recien ahí fue cuando escuché el sonido. Sea lo que sea que estaba
haciendo Robert, eso era lo que yo estaba buscando. Mire fijo la guitarra de Robert,
estaba asombrado, maravillado.
“Eso es lo quiero hacer” le dije, “Eso” y le señale con el dedo su guitarra.
Él fue muy alentador: me dibujo algunos acordes, me marco la posición de los dedos en
su guitarra y afinó la única cuerda de mi guitarra. Tambien me dijo que debia conseguir
las otras cinco en un futuro muy cercano. 
La guitarra entro en mi vida de repente e inocentemente. No hubo intencion ni
premeditacion; no era parte de un gran plan, solo tocar con Steven. Diez años despues
estaria gozando de las ventajas con las que había soñado Steven: viajar por el mundo,
tocar a sala llena y tener muchas chicas ‘a nuestro disposicion’ –incluso mas de las que
podiamos manejar-… todo gracias a ese maltratado pedazo de madera que mi abuela
habia desempolvado del ropero.
Mi obsesion habia cambiado: La guitarra reemplazo al bicicross literalmente de la
noche a la mañana.
Era algo que no conocia: una forma de expresión tan satisfactoria y personal como lo
era el arte o el dibujo, pero un poco mas profundo. Tener la capacidad de crear el
sonido que me ha hablado a traves de la musica desde siempre es algo que recuerdo
como lo más poderoso que habia hecho. El cambio fue instantaneo, como prender y
apagar la luz y fue absolutamente revelador. Sali de la escuela de musica, fui a casa y
copie los metodos de Robert: puse mi cancion preferida y trate de acompañarla. La
verdad que puse lo mejor de mí, e hice lo que pude: te recuerdo que la guitarra tenía una
sola cuerda.
Luego de algunas horas podia seguir los cambios de clave e imitar la melodía de
algunas canciones muy básicamente: “Smoke on the water” de Deep Purple, “25 or 6 to
4” de Chicago, “Dazed and confused” de Led Zeppelin, “Hey Joe” de Jimmy Hendrix,
se pueden tocar sobre la 6º cuerda, Mi. Me contentaba con ellas, una y otra vez.
Simplemente el saber que podia imitar la melodía de las canciones que escuchaba en mi
stereo era suficiente para que la guitarra se meta en mi vida para siempre.
Tome lecciones con Robert con la vieja guitarra durante todo el verano anterior a
noveno grado; ya le habia puesto el resto de las cuerdas que por supuesto Robert me
enseño a afinar. Me asombraba ver cómo aprendia los acordes de una cancion que no
conocia en cuestion de minutos, ahí en vivo y en directo. Me propuse obtener esa
habilidad: como todo alumno ansioso trate de saltar directamente a ese nivel y como
todo buen maestro, Robert, me obligo a dominar las cosas esenciales. Me enseño las
escalas mayor, menor, la escala de blues y todos los acordes basicos. Tambien me
apunto los acordes de mis canciones favoritas “Jumping Jack Flash” y “Whole Lotta
Love”, que podria tocar como “premio” despues de hacer ejercicios durante toda una
semana. 
Usualmente los eludia e iba directamente a los premios y cuando volvia a la escuela de
musica al dia siguiente, era obvio para Robert que yo ni habia tocado la tarea; que no
habia hecho un solo ejercicio.
A veces me gustaba tocar como si la guitarra tuviera una sola cuerda. Cada cancion que
me gustaba tenía el riff en ella, asi que tocar sobre una sola cuerda era mas divertido
hasta que mis dedos se acostumbraran a la forma correcta.
Tanto los equipos de carrera como mi BMX juntaron polvo en el ropero. Mis amigos se
preguntaban dónde estaba. Un dia me encontre con Danny McCracken en el camino de
la escuela a casa con mi gutarra colgada sobre los hombros. Me pregunto cómo estaba y
si habia ganado alguna carrera recientemente. Le dije ‘ahora soy guitarrista’. Hechó un
vistazo a la vieja guitarra y me miro a los ojos, como tanteandome. Ah, si?, me
contesto. Danny lucia confundido, no sabía qué pensar de lo que yo le habia contado.
Nos quedamos en silencio por un momento, incómodos; despues nos despedimos. Esa
fue la ultima vez que lo ví.
Respeté mucho a mi profesor, Robert, pero ingenua e impacientemente no podia
encontrar la conexión entre la teoria que él me enseñaba y Los Rolling Stones y Led
Zeppelin. Asi que mis clases con profesor terminaron bastante rapido. Luego me hice
autodidacta: encontre un libro usado, en oferta en una casa de música; se llamaba “How
to Play Rock Guitar”. Este libro tenia todos los esquemas de acordes, tablaturas y
ejemplos de ‘solos’ de grandes como Eric Clapton, Johnny Winter y Jimmy Hendrix y
tambien venia con un casete que mostraba la manera correcta de tocar lo que tenias en
el libro. Me lleve el libro a casa y me lo ‘devoré’. Cuando fui capaz de imitar los
sonidos del cassete, pronto empecé a improvisar. Estaba fuera de mi: cuando escuche lo
que estaba tocando me di cuenta que era la guitarra principal. Para mí, fue como haber
encontrado el Santo Grial. Ese libro cambio mi vida; todavía lo tengo, destruido por
supuesto, guardado en un baúl en algun lugar. Nunca más volvi a ver uno desde
entonces; lo busque muchas veces pero fue en vano. Siento que esa era la ultima copia
que quedaba en el mundo y que estaba alli esperandome específicamente a mí. Ese libro
me enseño las tecnicas que buscaba, y una vez que pude dominarlas abandoné la
escuela de musica para siempre.
Me habia convertido en guitarrista de rock sin intencion alguna. Entonces le pedí
prestado a mi abuela 100 dolares y me compre mi primera guitarra electrica. Era una
copia de Les Paul (una muy mala copia) fabricada por una compañía llamada Memphis
Guitars. Me gusto este modelo porque la mayoria de mis artistas favoritos tocaban Les
Paul; para mi una Les Paul era como la personificación del rock.
Dicho esto, yo no sabia siquiera quien era Les Paul; no estaba familiarizado con su
toque jazzero y no tenia idea que había promovido el desarrollo de instrumentos
musicales, efectos y tecnicas de grabacion. No sabia que su gama de guitarras de cuerpo
solido pronto se convertiria en mi eleccion primordial en instrumentos.
Y no tenía ni idea que años mas tarde, tendria el honor de compartir el escenario con él
muchas veces. Ese dia fue algo mas basico; en mi cabeza, la forma de la Les Paul
visualmente representaba el sonido que yo queria producir.
Encontrar la guitarra fue como encontrarme a mi mismo, me definió, me dio una razon.
Era como un outlet creativo que me permitio conocerme a mi mismo. La confusion de
mi adolescencia paso a un segundo lugar; tocar la guitarra me dio una meta. No escribia
un diario, no podia volcar mis sentimientos alli, no podia ponerlos en palabras ni
expresarlos de manera constructiva, pero la guitarra me brindo claridad. Amaba dibujar,
esa era una actividad que ponia mi mente en blanco, pero no me permitia reflejar
totalmente mis sentimientos. Siempre envidie a los artistas que pueden expresar lo que
sienten por medio del arte. Hallé en la guitarra el vehículo que me permitia exteriorizar
mis emociones, lo que es un sentimiento maravilloso.
Pasar horas practicando sea cual sea el lugar donde me encontrara era algo liberador,
hacia catarsis, aliviaba mi alma: tener mis manos ocupadas, estar enfocado en mi
guitarra, me daba mucha paz.
Cuando formé la banda me di cuenta que tambien era agotador estar tocando durante un
show, asi que el cansancio se sumaba a todo el otro caudal de emociones; pero cuando
estoy tocando, en el escenario tengo los sentimientos a flor de piel, ahi surge “mi otro
yo”. Hay algo inconsciente, emocional que me indica qué nota tocar y de qué manera; y
como soy una persona a la que “la procesión le va por dentro”, esto me ayudo a hurgar
dentro de mí, a conocerme un poco más.
El poder expresarme a traves de la guitarra a los 15 años para mí fue revolucionario.
Marcó un cambio rotundo. Creo que nada fue más determinante en mi vida. Sólo fue
comparable a mi primera experiencia con el sexo opuesto, que habia sido dos años
antes. En aquel momento pense que nada podria igualar ese sentimiento, hasta que
toque la guitarra. Cuando finalmente me di cuenta, ambos ítems no pudieron coexistir
en paz en mi mundo.
Mi primera novia se llamaba Melissa. Era medio regordeta, pechugona. Hermosa. Era
un año menor que yo. Ella tenía 12 y yo 13 cuando estuvimos juntos. Hoy por hoy no es
algo tan raro. Hoy es comun ver a chicos hacer cosas de grandes pero en 1978 eramos
dos chicos “audaces”, la gente se daba vuelta a mirarnos si nos besábamos en público.
Nos miraban con atención.
“No arruinar los buenos momentos”, esa era nuestra ley primera. No debíamos
desperdiciar la relacion que teniamos, que estaba buena; asi que fuimos novios, con idas
y vueltas por supuesto, por un par de años.
La primera vez que estuvimos juntos fue en la casa de ella. Comenzo en el lavadero y
termino en la habitación (el departamento tenia una sola que compartia con su madre,
Carolyn). Desafortunadamente, Carolyn llegó a casa antes de lo previsto asi que me
tuve que escapar por la ventana con los pantalones por los tobillos. Por suerte, pude
esconderme en los arbustos.
Las cosas se pusieron hot y heavy entre nosotros bastante rapido: cuando su mamá no
estaba en la casa, usabamos la cama y cuando sí estaba en la casa, usabamos el sillon
despues de que Carolyn se quedara dormida debido al Valium y rogando que no se
despertara y nos descubriera. Esperar que el Valum hiciera efecto sobre Carolyn, no era
tan facil. Luego ellas se mudaron al departamento de arriba que tenia dos habitaciones:
una para ella y otra para su hija y se resigno a pensar que la usariamos los dos…
Carolyn penso que seria mejor que estemos en la casa que en cualquier otro lugar y nos
lo comunicó. Para nosotros, Carolyn era una divina!!!
Carolyn fumaba toneladas de marihuana, nos armaba cigarros perfectos y me permitia
quedarme con ellas, dormir en el cuarto con Melissa por un tiempo. Desde que
empezamos a salir, durante el verano a mi mama no le importó. Su madre no trabajaba;
ella tenía un novio bastante mayor, muy buena onda, que era dealer y vendia todo tipo
de drogas. Nosotros la obteniamos gratuitamente ya que venia a la casa y tambien se
quedaba. El edificio estaba en Edinburgh y Willoughby, a dos cuadras de Fairfax y a
media de Santa Monica Boulevard. La ubicación era perfecta: estaba cerca de Laurel
Elementary School donde mis amigos y yo nos juntabamos a menudo; de hecho, con
Melissa nos conocimos allí. El L.E.S era mas poblado que la calle donde vivia Melissa.
Su vecindario era un lugar muy interesante, un revoltijo cultural: jóvenes gays, familias
judias, rusos, armenios y personas de medio oriente vivian en esa calle uno al lado de
otro. Habia un estilo ‘Leave it to Beaver’, la gente saludaba diciendo hola o
simplemente con la mano pero habia mucha tension tambien en ese lugar.
Por las noches, nos quedabamos Melisa, su madre y yo escuchando musica mientras
nos drogabamos, despues ibamos a visitar a Wes y Nate, dos gays que vivian en la
unica casa que habia en 6 cuadras a la redonda (en el vecindarios predominaban los
edificios). Tenía un jardin enorme, más o menos 4000 m2, y un roble muy alto del cual
colgaba una hamaca. Entonces íbamos ahí, nos fumabamos unos porros y despues nos
quedabamos en el jardin, tendidos en la hamaca, mirando las estrellas. 
Descubrí muchisima musica contemporanea en ese momento tambien. Ya te conté que
mis padres escuchaban música todo el tiempo; es el mejor recuerdo de mi infancia.
Todavía escucho todo: desde piezas clasicas que mi padre adoraba hasta el rock de los
‘60 y ’70 de bandas legendarias que ambos amaban. Los 60 y los 70 fueron un periodo
muy creativo para el rock, creo que fue el más creativo de todos. Constantemente busco
algo mejor; raras veces lo encuentro. Y cuando creo haberlo encontrado, una mirada un
poco más cercana revela que es más de lo mismo: malas copias del orginal, un refrito de
aquellas viejas ideas. Es ahí cuando decido no buscar más y elijo escuchar Aerosmith o
los Stones.
A los trece, ya no me satisfacia escuchar los discos de mis padres, asi que empece a
buscar nueva musica, que encontré en casa de Melissa: por primera vez escuche a
Supertramp, Journey, Styx, April Wine, Foghat, y Genesis –que no eran de mi gusto- y
tambien Pink Floyd (que lo conocia porque tambien lo escuchaba mi mamá). Quiza era
la marihuana que hacia que toda esa musica tenga un nuevo significado,
repentinamente.
Ese departamento era el paraíso para un guitarrista en ascenso como yo: conseguia
droga gratis, descubria nueva musica y tenia sexo con mi novia todas las noches. Esto
siguió hasta terminar la secundaria.
Lo que quedaba del 8º y todo 9º grado, me la pase recorriendo Hollywood con Steven
todos los dias, tocando la guitarra en mi habitación y durmiendo con Melissa. Me robe
un pequeño grabador Panasonic, en algun lugar, que llevaba a todos lados para escuchar
a Ted Nugent, Cheap Trick, Queen, Cream y Edgar y Johnny Winters. Robaba casetes
todos los dias y escuchaba una banda por dia para absorber su musica. Comenzaba
escuchando recitales en vivo porque creo que es la unica forma de evaluar si una banda
vale la pena o no, si merece prestarle atención o no. Si sonaban lo suficientemente bien,
me llevaria la colección completa o si no, un “grandes exitos” – Era bastante discreto.
Todavía me encantan los discos en vivo; como a todo fan del rock –me sigo sintiendo
un fan del rock- pienso que no hay nada mas lindo que escuchar tu banda preferida en
vivo. Me parece que lo mejor de la banda, de sus representaciones estan capturadas en
los discos en vivo; sea “Live Bootleg, the Who’s Live at Leeds” de Aerosmith, o “Get
your Ya Ya’s Out” de Rolling Stones, o “Give the people what they want” de The
Kinks. Tiempo despues estuve orgulloso cuando Guns N’ Roses edito Live Era; ese
disco capturo muchos de los tantos buenos momentos de la banda.

Salvo por Melissa y Steven, el resto de mis amigos eran mayores que yo. A muchos de
ellos los conoci haciendo bicicross e hice muchos otros por la calle porque yo siempre
conseguia marihuana de uno o de otro. Mi madre tambien fumaba marihuana y era muy
liberal en la crianza de sus hijos: preferia que fume bajo su supervisión a que
experimentara con cualquier otra cosa fuera de casa. Pero con el debido respeto, sé que
lo hizo con la mejor intencion, pero no se cómo no se daba cuenta que yo no sólo
fumaba en casa bajo su ojo previsor sino que tambien sacaba un poco de su planta (a
veces sólo las hojas) para fumar o vender cuando salía. Era sin ninguna duda, la mejor
forma de integrarme a un grupo.
Estos tipos tenian su departamento, vendían drogas, organizaban fiestas y no
precisamente para chicos menores de edad. Me juntaba con ellos y más alla de los
“beneficios” obvios, estar en ese ambiente me permitió descubrir pequeñas bandas
anonimas –no famosas-, que de otra manera no hubiese podido conocer.
Habia un grupo de surfers y skaters. Ellos me hicieron escuchar a Devo y The Police,
999, y algunas bandas más. Eran muy marketineras, del estilo New Wave. Habia un
pibe de 20 años mas o menos en otro grupo; muy flaco y negro. Se llamaba Kevin. Él
me hizo escuchar a The Cars en una de esas fiestas. Kevin era el hermano mayor de uno
de mis amigos de bicicross, su nombre era Keith. Me habia apodado Solomon Grundy.
Me juntaba con el porque siempre tenia alrededor las chicas mas lindas del Fairfax High
School. Durante mis trece y catorce años, cuando todavía practicaba bicicross, él era
muy popular; siempre parecia estar un paso más adelante que el resto de nosotros; en
busca de otro tipo de cosas, más adultas, sofisticadas. Nunca supe por qué Keith me
llamaba Solomon Grundy.
De todas maneras, el gusto musical de Kevin era bastante cuestionable. Le gustaba la
musica Disco; interes que yo no compartía aunque ahora me doy cuenta que elegia esa
musica porque le daba la oportunidad de mantenerse delgado y atractivo- lo respeto más
ahora. Debo decir que su método funcionaba: se relacionaba con chicas muy lindas,
muy lanzadas, para nada tímidas; lo que me parecia fascinante, pero no esperaba formar
parte de ese grupo.
Kevin me hizo escuchar The Cars en una de sus fiestas. Cambie de opinión al
promediar la primera cancion, y al finalizar la segunda ya me habia convertido en fan
de Elliot Easton. 
Elliot Easton era el alma de The Cars, y su primer disco me cautivo.
En mi opinión, The Cars fue uno de los pocos grupos que causaron sensación cuando
surgio el estilo New Wave.
Justo antes de irme de la fiesta esa noche, escuche algo que realmente capto mi
atención. Alguien habia puesto el disco “Rocks” de Aerosmith; sólo llegué a escuchar
dos canciones pero fue suficiente: sonaban como gatos callejeros desagradables; nunca
habia escuchado algo así. Si la guitarra era mi voz interna, ese era el disco que estaba
esperando escuchar. Memorice la tapa del album porque ya conocia el grupo. Me
acuerdo de haber escuchado “Walk this way” en la radio cuatro años antes, en 1975. En
ese momento era su único hit. Una o dos semanas más tarde, volvi a tildarme con
“Rocks”... pero en el momento menos oportuno.
Debo presentar la siguiente anécdota diciendo que las relaciones nunca son fáciles,
especialmente cuando las dos personas son jóvenes, divertidas, inexpertas, y cuyo
comportamiento esta totalmente controlado por las hormonas.
Melissa y yo nos queriamos mucho, pero asi y todo nuestra relación tuvo muchas idas y
vueltas. El motivo de nuestras peleas era que yo dedicaba mucho tiempo a tocar la
guitarra y estaba poco tiempo con ella. Una de las veces que estuvimos separados, posé
mis ojos en una chica a la que llamaremos Laurie. Ella era significativamente mayor y
obviamente no formaba parte de mi círculo de amigos. Laurie tenía unos senos
increíbles, cabello largo de color castaño claro y usaba tops muy escotados, gastados
-de tanto uso-; eran tan transparentes y holgados que era muy facil ver su pecho a traves
de ellos.
Tal como yo, Laurie era recientemente soltera: se habia peleado con Ricky, su novio
surfer. Estaba empecinado en salir con ella; no me importaba que fuera cuatro años
mayor y que no me diera ni la hora, yo sabia que lograría mi cometido. Le hablé, le dije
piropos y finalmente entablamos un dialogo; bajó la guardia y accedió a conocerme.
Minutos despues parecia haber olvidado que unas semanas antes, yo era sólo un nenito
que ella ignoraba totalmente. Finalmente me invito a la casa una noche que su madre
estaba de viaje. 
Deje mi bicicleta en el jardin y la acompañe a su habitación, que estaba en la planta
superior. 
Su habitación distaba mucho de lo que yo llamaba “agradable” y “prolijo” en esa epoca:
tenía pañuelos sobre las luces, estaba repleto de posters de rock, un monton de discos y
tenía un stereo alli; su propio stereo. Nos drogamos e intenté ser agradable asi que miré
entre sus discos buscando algo para impresionarla. Reconocí “Rocks”, el disco que
habia descubierto en la fiesta de Kevin unas semanas atrás. Lo tome y lo puse en el
stereo, ignorando el hecho que habia estado sonando en mi subconsciente desde aquel
momento, cuando escuche las primeras dos canciones.
“Back in the Saddle” inundo la habitación y yo me paralicé; me arrodillé cerca de los
parlantes y escuché el disco una y otra vez. Ignoré completamente a Laurie. Me olvide
de ella y de todo lo que habia planeado hacer esa tarde. Despues de un par de horas, me
toco suavemente el hombro.
“Hey”, me dijo
“Hey”, le contesté. ¿Qué pasa?
“Creo que deberias irte a casa”
“Bueno...O.K”
“Rocks” es tan poderoso para mí como era en ese entonces: las letras gritadas en vez de
cantadas, las guitarras bien heavy, el ritmo acelerado. Es rock and roll. Es blues. Es así
como debe interpretarse la musica.
La banda tenía un aire crudo, descarnado en sus comienzos que estaba perfectamente a
tono con mi crecimiento personal en esa epoca. El disco sonaba de la misma forma en
la que yo me sentia.
Luego de desperdiciar mi oportunidad con Laurie, me dediqué a aprender a tocar “Back
in the Saddle”: robe un casete y un cancionero de Aerosmith. Escuche la cancion hasta
que me supe los riffs. Aprendí algo muy valioso en el proceso: los cancioneros y los
libros de musica no pueden enseñarte cómo tocar. Sabía leer musica, pude darme cuenta
que las notas del cancionero no eran las mismas que las que escuchaba en el disco. Y
tenia sentido: estuve horas intentando y aun no podia tocar correctamente. Asi que deje
de lado el libro y aprendí la cancion ‘de oido’. Desde entonces, todas las canciones que
quise tocar las aprendí de esa manera.
En el proceso de aprendizaje de cada uno de los licks de “Back in the Saddle” noté cuán
particulares eran las interpretaciones de Joe (Perry) y Brad (Whitford), y que nadie mas
podria tocar como ellos. La imitación puede ser de gran ayuda para que los artistas
encuentren su propio estilo pero nunca debe convertirse en tu estilo: nadie deberia
emular a sus idolos al punto de copiarlo ‘nota por nota’. La guitarra es una forma de
expresión demasiado personal como para utilizarla para imitar a otra persona; deberia
ser lo que es: la extensión especial, particular y original del guitarrista.

Para cuando termine la secundaria, habia creado mi propio mundo, que era consecuente
con lo era mi hogar. Irregular. 
Durante ese tiempo, luego de su separacion tanto mi madre como mi padre tuvieron
parejas ocasionales; fueron relaciones irregulares. 
Viví con uno y con otro por un tiempo relativamente corto porque no me sentia cómodo
en esa situación. Luego me fui a vivir con mi abuela a Hollywood, mientras que mi
hermano vivia con mi mamá. Pero la mayor parte del tiempo viví con Melissa.
Luego de su relacion con David Bowie, mi mamá empezo a salir con un talentoso
fotografo, a quien llamaremos ‘Novio’. Estuvieron juntos aproximadamente tres años y
eventualmente se mudaron a un departamento en Cochran off Third, cerca de La Brea,
donde viví con ellos por un tiempo. El novio era diez años menor que Ola; cuando se
conocieron él era una estrella en ascenso: recuerdo haber visto en la casa a Herb Ritts,
Moshe Brakha, y otros fotografos famosos y modelos.
Ola dejo su carrera de lado para transformarse en su asistente.
Mi mama y su novio tenian una relacion bastante tumultuosa. Él tenía en su baño, su
cuarto oscuro. Hacia el final de la relacion, descubri que él se inyectaba cocaina allí
mientras trabajaba por las noches.
Las cosas no siempre estuvieron mal, pero cuando la cocaina surgio en la vida de su
novio, se estanco su carrera como fotografo y hundió la relacion de él con mi madre.
Estaba atormentado, abatido, miserable, infeliz; y a la gente infeliz le gusta hacer infeliz
a los otros. Yo no le tenia mucho carino –y él lo sabía-, asi que decidio arrastrarme con
él.
Nos inyectabamos los dos, y luego vagabamos por el barrio buscando muebles usados,
viejos juguetes y cualquier chuchería que la gente pareciera haber descartado. Una de
esas cosas fue un sofá rojo que arrastramos por el camino hasta mi casa, luego lo
pintamos con aerosol negro y lo pusimos en la sala de estar. No imagino lo que penso
Ola cuando se desperto la mañana siguiente; de hecho no lo sé porque nunca se refirio
al respecto. De todos modos, despues de nuestras aventuras, él se quedaba despierto,
seguía picándose toda la mañana (y supongo que todo el día) y yo me iba a mi cuarto a
las 7:30 para intentar dormir una hora, luego me levantaba, decia buen día a mi madre y
me iba al colegio como no hubiera pasado nada, como si hubiera dormido toda la
noche.
Mi mamá insistio en que yo viviera con ella y su novio porque no le gustaba las
condiciones en las que vivía mi padre.
Cuando mi papá se adapto a la separación, se mudo a un departamento donde vivia un
amigo y varias personas más. Parece que a todos alli les gustaba beber bastante, mi
padre salía con varias mujeres, por eso mi mamá pensaba que ese no era un buen
ambiente para mí.
Mi papá salía con una mujer llamada Sonny. Se veian casi todos los dias. La vida no
habia sido buena con ella: habia perdido un hijo en un accidente horrible y aunque era
realmente una persona muy dulce, no habia quedado bien de la cabeza. 
Ella y mi padre pasaban la mayor parte del tiempo bebiendo y teniendo relaciones
sexuales. Asi que mientras mi padre vivió allí, yo vivia con mi madre y estaba con mi
padre sólo los fines de semana. Cuando lo visitaba, él siempre tenía algo interesante
para darme: un modelo de dinosaurio, o sino algo más técnico como por ejemplo un
avion a control remoto al que tenías que armar desde cero.
Un tiempo despues se mudo a un departamento-estudio. Éste estaba ubicado en Sunset
y Gardner. Era un ambiente con baño compartido. Su amigo Steve Douglas (también
artista) vivia alli, cruzando el pasillo. En el primer piso habia una tienda de guitarras,
aunque en ese tiempo todavía yo no tenia el hábito. 
El estudio de arte de mi padre ocupaba casi todo el ambiente, asi que guardó un
pequeño espacio para dormir, al fondo del lugar.
Viví ahí con él mientras cursaba septimo grado, despues de que me expulsaran del
“John Burroughs Junior High School” por robar un monton de bicicletas, de las que se
utilizan para bicicross –pero esa historia no vale la pena contarla-. De todos modos,
durante un tiempo fui al La Conte Junior High y como mi padre no sabia manejar, yo
tenia que caminar 5 millas de ida y vuelta todos los dias.
No estoy seguro si trabajaban o qué hacian para conseguir dinero. Steve tambien era
artista y por lo que recuerdo, lo único que hacian era beber, pintar -porque les gustaba
hacerlo- y hablar de arte.
Un recuerdo divertido de esa epoca es cuando Steve me sorprendio mirando unas
antiguas revistas porno que tenia guardadas en un maletin. 
Su espacio y nuestro espacio (de mi papá y mio) era básicamente un espacio
compartido: era normal para mí entrar y salir de su estudio cuando quisiera.
Un día entro a su casa y me encontro con su cofre porno.
“Haremos un trato, Saul”, me dijo, “si logras robarme este maletín delante de mis
narices, te lo quedas. Cree estar a la altura de la situación? Soy bastante listo; asi que
vas a tener que hacer bien el trabajo”. Yo sólo le sonreí; ya tenía pensado en un plan
para hacer mío el cofre mucho antes de que él me desafiara. Vivía cruzando el pasillo –
comparado con lo que venia haciendo por la calle –en terminos de ‘robos’- esto no era
gran cosa.
Un par de dias despues, fui a lo de Steve en busca de mi padre. En ese momento estaban
tan entretenidos charlando que no se dieron cuenta siquiera que estaba allí. Era la
oportunidad perfecta; tomé el maletín, salí del lugar y lo escondí. Desafortunadamente,
canté victoria por poco tiempo: mi papá me ordenó devolvérselo una vez que Steve se
dio cuenta que le faltaba. Es una lástima: esas revistas eran un clásico.
Hubo momentos durante mi niñez en los que les insistía a mis padres en que ellos no
eran mis padres, porque honestamente creia que ellos me habian secuestrado. Me fui de
mi casa muchas veces. Una vez, cuando estaba preparandome para irme y mi padre me
ayudo a hacer mi bolso, que era un pequeño bolso de tela escocesa que él me habia
comprado en Inglaterra. Fue tan comprensivo, servicial y amable que haciendo eso me
convenció de quedarme. Esa perspicaz psicología inversa es un rasgo suyo que espero
haber heredado, porque me gustaria utilizarlo con mis hijos.

Diria que mi aventura más grande fue el dia que me fui de mi casa en mi Big Wheel
cuando tenia 6 años. En ese momento viviamos en la cima de Lookout Mountain Road.
Fui de allí a Laurel Canyon y despues de Laurel Canyon hasta Sunset Boulevard, que en
total eran mas o menos 2 millas. No me habia perdido, tenía un plan: me queria mudar a
una juguetería y quedarme a vivir ahí por el resto de mi vida. Creo que siempre estuve
decidido. Por supuesto, hubo muchas veces que me quise ir de mi casa siendo muy
chico pero no guardo remordimientos por cómo fui criado. Si hubiese sido diferente, si
hubiese nacido un minuto despues o en el lugar equivocado en el momento justo o
viceversa, la vida que he vivido y que amo no existiria. Y esa es una situación que no
quiero considerar de ninguna manera.
CAPITULO 4: 
EDUCACION SUPERIOR

Los halls de entrada de los institutos son siempre lo mismo, sólo están pintados de
colores diferentes. He pasado por muchos centros de rehabilitación, algunos más
exclusivos que otros, pero la sobriedad de sus paredes fue siempre identica.
Absolutamente todas eran mayormente blancas y plastificadas con slogans optimistas
como “Es un viaje, no un destino”, o “Un día a la vez”. Esta última me parece un poco
ironica considerando la historia de Mackenzie Phillips.
Las habitaciones parecian decorados de teatro pensados para inspirar esperanza en
todo tipo de gente, porque como todos los que han estado allí saben, los centros de
rehabilitacion son lugares donde encontras una gran diversidad de personalidades,
incluso más que en los jurados publicos. Nunca aprendi demasiado de los “grupos”;
tampoco hice amigos durante mi estadia y no saqué ventaja de las multiples
oportunidades de hacer nuevas conexiones para conseguir drogas.
Luego de haber pasado días enteros en cama, atado, sin poder comer, hablar o pensar,
no estaba preparado ni siquiera para hablar de tonterías. Para mi, tener que ir a las
charlas y participar de las actividades del centro de rehabilitacion era una situacion
forzada – como el secundario y tal como me sucedió en la escuela, nunca encajé. No
aprendí nada de lo que me intentaron enseñar, pero aprendí algo de cada uno de ellos,
tanto del colegio como de los centros de rehabilitación: Cuando me retiraba, al cruzar
el hall hacia la salida, estaba seguro que me iba sabiendo exactamente quién era yo.

Entré al Fairfax High en 1979. Era una escuela pública modelo: pisos de linóleo, filas de
lockers, un patio, y un monton de recovecos donde muchos chicos habrán ido durante
muchos años a fumar o a drogarse.
Estaba pintado en tonos neutros, el color gris claro caracteristico de todas las instituciones
públicas. 
Tenia un buen lugar para ir a drogarse cerca del campo de futbol, tambien habia otro
edificio al lado el complejo, pero que formaba parte de éste. Se llamaba Walt Whitman.
Allí asistian los chicos que estaban realmente arruinados, sólo porque tenían que hacerlo.
Ese parecia ser el limite. Aunque era mucho más interesante, incluso a la distancia, que el
colegio normal, traté de estar lo más lejos posible de ahí.
A mi mejor amigo, Steven Adler, lo habian mandado de vuelta a Valley para cursar la
secundaria allí. En mi mente, Valley quedaba tan lejos de donde yo estaba como lo está
España de aquí. Lo visité un par de veces y siempre fue decepcionante: era un lugar
aburrido, sin gracia; el clima era más caluroso y más seco que el del lugar donde yo vivía.
Era exactamente como los vecindarios de las sitcoms: con su césped bien cortado e idéntico
estilo de vida. Aun a muy temprana edad, siempre supe que algo no estaba bien ahí; debajo
de toda esa ‘normalidad’ podía presentir que esa gente estaba mas jodida que cualquier otra
de Hollywood.
Me sentí mal por Steven, pero cuando se fue, me encerré en mi mundo con la guitarra.
Iba al colegio todos los dias, pero en realidad sólo tomaba las primeras tres clases y despues
pasaba el resto del dia sentado en las gradas tocando la guitarra.
Habia solo una clase que me interesaba, por consiguiente, es la única que tenia aprobada.
Era un curso de teoria de la musica que tome durante el primer año con el profesor
Hummel. Las clases reducían los elementos de la composición musical a la base,
definiendolos en términos matemáticos. Aprendi a escribir las figuras, los acordes y su
estructura, a traves de entender la logica que guardan entre ellos. Nunca tocamos ningun
instrumento: el profesor solia usar un piano como herramienta para ilustrar la teoria pero
nada más, eso era todo. Mientras que con la matemática me llevaba bastante mal, en esto
era realmente bueno, asi que nunca faltaba a las clases. Pero cuando iba, sentia que lo que
aprendia ya lo sabía. Nunca aplique nada de eso a la guitarra, por lo menos no
conscientemente, pero no puedo evitar pensar que los conocimientos que adquirí se
filtraron en mi cabeza y mejoraron mi interpretación de alguna manera.
Habia muchos personajes en esta clase: entre otros estaba Sam, el virtuoso pianista, un
chico judío de cabello enrulado y que siempre lo llevaba atado y Randy que tenia pelo
largo, era chino y metalero.
Randy siempre usaba un saco de satén al estilo Aerosmith y era de la idea de que Keith
Richards y Pete Townshend eran horribles y que Eddie Van Halen era Dios. 
Nos hicimos amigos y disfrutabamos de los debates diarios tanto como de las clases porque
eramos un grupo de ‘casi musicos’ discutiendo nada más que de música.
Mientras tanto, en las otras clases no me iba bien. Un maestro una vez me eligió para dar un
ejemplo cuando me quede dormido en el pupitre. En ese entonces, trabajaba en un cine por
las tardes, asi que pude haber estado cansado, pero simplemente estaba aburrido porque la
clase era de ciencias sociales. Según mi entender, el maestro paró la clase para discutir el
concepto de ‘estereotipo’ con el resto de los alumnos. Él destaco mi cabello largo y el
hecho de que yo estaba dormido y, para ilustrar el significado de la palabra ‘estereotipo’,
concluyo con que yo era un roquero que probablemente no tenia otra aspiracion en la vida
que tocar musica ruidosa. Luego me despertó y me hizo algunas preguntas.
“Deduzco que usted probablemente es músico, no?” me preguntó. “Qué toca?”
“Toco la guitarra”, le dije
“Qué tipo de musica toca?”
“Rock and roll, creo.”
“Es ruidosa?”
“Sí, es bastante ruidosa.”
“Se dan cuenta alumnos?, este joven es un ejemplo perfecto de ‘estereotipo’” 
Siempre me despierto de mal humor, asi que eso era más de lo que estaba dispuesto a
soportar: me paré, caminé hacia el frente de la clase, le pegué un empujón a su escritorio y
me fui. Ese incidente, sumado a un problema previo con unos porros supuso el fin de mi
carrera en el Fairfax High.

Aprendí más acerca de mis compañeros en el receso no oficial del colegio donde los de
primer año hasta los de quinto año del Fairfax se juntaban en el final de una larga y sucia
calle en la cima de Fuller Drive, en Hollywood Hills. Se llamaba Fuller Estates, ya no
existe más -ahora es sólo una curva en el camino de montaña en Runyon Canyon. Era un
terreno baldío a finales de los ’70 y principios de los ’80, pero fue mucho más interesante
en 1920, cuando era la mansión de Errol Flynn; ocupaba un par de acres en la cima de esa
gran montaña desde la cual se ve Los Angeles. Desde ese momento hasta cuando yo era
chico, decayó muchísimo y para 1979 era sólo ruinas; un gran bloque de concreto y una
piscina vacia. Para el tiempo que yo conoci el lugar, de la casa sólo quedaban vestigios
esculturales pero la vista que tenías desde alli era maravillosa.
Las paredes a medio caer se transformaron en un laberinto de dos pisos; un lugar lejano,
perfecto para drogadictos de todas las edades. Por las noches estaba completamente oscuro,
no llegaba ni un resplandor de las luces de la calle. Siempre alguien traía un stereo. Allí
conocí nuevas drogas y tambien escuche por primera vez Black Sabbath. Estaba con la
mente en otro lado, mirando el cielo muy oscuro, trazando lineas entre las estrellas e
imaginando figuras cuando alguien puso “Iron Man”. No puedo señalar con exactitud cómo
me sentí; el riff recargado, grandilocuente, pomposo, oscuro casi apocaliptico de esa
cancion invadió absolutamente todo mi cuerpo.
Tanto el lugar como los chicos que iban ahí ya estaban fuera de la movida de los 70.
La situación fue muy bien capturada en el film “Over the Edge” (1979) que protagonizó
Matt Dillon: trata de un grupo de adolescentes reprimidos, adictos y fuera de control que
son ignorados por los padres y que toman a la ciudad de rehen. Puedo apostar que los
personajes estaban inspirados en los chicos que frecuentaban Fuller. En la película, los
padres de los personajes no tenían ni idea qué andaban haciendo sus hijos. En los pasajes
mas agresivos y más realistas, el film es la representación real de la cultura adolescente de
esa epoca: la mayoria de los padres o no se preocupaban demasiado en saber si sus hijos
estaba haciendo las cosas bien o pensaban -inocentemente- que sí porque confiaban en sus
hijos y simplemente miraban para otro lado. 

Cuando estaba en la secundaria, los chicos lucían de manera diferente. La influencia de la


Lycra se infiltró gracias a Pat Benatar y David Lee Roth, y esa moda dejo una marca: las
chicas vestían ‘bodies’ muy ajustados, escotados y de colores fluorescentes y los chicos no
se quedaban atrás. Recuerdo haber visto ‘Capezios’ cuando estaba en la primaria pero
gracias a Dios, no se usaban más cuando empecé la secundaria, aunque el estilo
desplumado en el cabello todavía era moda para ambos sexos. Era demasiado común y para
nada ‘cool’.
Otra gran influencia fue “American Gigoló” protagonizada por Richard Gere: Era una
crónica de la caída del gigoló al estilo Beverly Hills.
Fue lo peor que pudo haberles pasado a los adolescentes de Hollywood, porque cada chica
que vió esa película se esforzaba para recrear su versión personal de ese mundo. De pronto,
chicas de 13, 14, o 15 años trataban de vestirse como si tuvieran 25 y aspiraban a tener citas
con tipos bien vestidos y mucho mayores que ellas. Nunca me enfoqué en su psicología,
pero he visto más de una chica de 15 empezar a usar mucho maquillaje, prostituirse y salir
con chicos de veintipico. Era patético y tambien triste. Varias de ellas se convirtieron en
victimas de esa situación mucho antes de alcanzar la mayoria de edad. Despues de todo,
tuvieron un aprendizaje temprano, de modo que las tomó de sorpresa antes que pudieran
salir del cascarón.

No lucia igual a los otros chicos de mi colegio y tenia otros intereses. Es casi seguro que
ambas eran las causas de mi aislamiento. Usé jeans, remeras y zapatillas de lona (de la
marca Vans o Converse –Chuck Tailors-) desde que pude decidir cómo vestirme. En la
secundaria, mi interes se centraba en la musica y en tocar la guitarra; nunca acaté la moda
que predominaba entre mis compañeros, asi que yo era un anticuado. Era paradójico en mí,
estaba aislado pero no me interesaba, nunca pedí estar integrado. De todas maneras, estaba
acostumbrado a no encajar en el grupo y a no estar cómodo con el entorno: habia cambiado
tantas veces de colegio que era el eterno “chico nuevo” y probablemente para mis
compañeros, el “‘extraño’ chico nuevo”.
Tampoco ayudaba mucho el hecho de que yo no era ni de clase alta, ni media ni baja; ni
blanco, ni negro. 
A medida que vine más grande y seguí cambiando de casas, me dí cuenta y entendí porqué
mi madre ponderaba tanto la forma en la que era registrado en el colegio, chequeando una
casilla o la otra: si era catalogado como negro en algunos distritos podría ser trasladado a
una escuela lejana, de nivel académico inferior; cuando de otra manera podría acceder a un
‘mejor’ colegio, cerca de mi casa, si era inscripto como caucásico. 
En la secundaria nunca me ‘encasillaron’ por la raza y estuve consciente de mi raza sólo
cuando ésta se volvía un problema para los otros. He pasado por situaciones, en aquel
entonces y desde siempre -creo- en las que gente sin prejuicios y de mente abierta ajustaba
su comportamiento porque no estaban seguros si yo era blanco o negro. Como músico
siempre me causó gracia el ser inglés y negro; particularmente porque hay muchos músicos
americanos que aspiran ser ingleses mientras que muchos músicos ingleses, especialmente
en los ’60, la han pasado muy mal por el hecho de ser negros. Ese era otro aspecto más en
el que no era igual al resto, pero puedo contar con los dedos de una mano las
confrontaciones que tuve por motivos de raza; ocurrieron cuando me metí en el ambiente
‘metal’ de los ’80; que era un universo de blancos. Una vez en Rainbow, me metí en una
pelea con Chris Holmes de “W.A.S.P”. Duff escuchó a Chris diciendo que ‘los negros no
deberían tocar la guitarra’, no me lo dijo mirándome a los ojos pero obviamente lo decía
por mí. Lo que recuerdo es que Duff me lo contó más tarde y la proxima vez que vi a Chris
fui a enfrentarlo y se fue corriendo. Mas alla de haberme insultado, es una de las cosas más
ridiculas y mentirosas que una persona (músico o no) puede haber dicho. 

Arme mi propio grupo de amigos en la secundaria con gente única, diferente al resto del
alumnado. Mis mejores amigos, Matt y Mark definieron ese período de mi vida. Matt
Cassel es hijo de Seymour Cassel, uno de los más grandes actores de los últimos 50 años.
Seymour participo en casi 200 films desde los ’60, la mayoria de ellos junto a su gran
amigo John Cassavetes. Ha estado en muchas películas y programas de T.V; en los últimos
años el director Wes Anderson lo ha convocado para formar parte de “Rushmore”, “The
Royal Tenenbaums” y “The Life Aquatic with Steve Zissou”. Seymour es una leyenda de
Hollywood; ha apoyado el cine independiente mucho antes que éste se transformara en una
‘institucion’ (su filosofia era: interpretar a un personaje con el que se sintiera identificado
aunque lo que ganara por ese trabajo le alcanzara solo para el viático). Tambien estuvo en
películas multiestelares que incluyeron a Cassavetes, Ben Gazzara, Roman Polanski entre
otros.
Podía aparecer en la casa de Matt, sentarme en su habitación a tocar la guitarra por horas, y
aprender cosas de los discos que él tenia: Pat Travers’s Live y “Back in black” de AC/DC
proveían muchos riff para aprender. Vivia en Sunset y Kings Road, justo detrás del “Riot
Hyatt”, al lado de una casa con techo a dos aguas, que todavía sigue allí. En esa casa se
filmaban películas porno todo el tiempo mientras que Seymour tenía plantas de marihuana
en el jardín de su casa. La casa de al lado era una buena razon para ir a la casa de Matt: nos
entrometíamos y nos enredábamos con las actrices porno. No era apropiado pero les
gustaba estar con adolescentes en llamas como nosotros.
Seymour hacia las mejores fiestas y habia criado bien a sus hijos como para confiar en ellos
cuando salían. Mi madre conocía a Seymour pero nunca hubiera aprobado lo que sucedía
en esa casa. En las fiestas habia mucha libertad y todos estaban al límite. Sus hijos, Matt y
Dilynn eran tan inteligentes e independientes que él no tenía de qué preocuparse: en medio
de esa forma de vida alocada, ellos sabían bien quienes eran.
La esposa de Seymour, Betty, jamás salia de su habitación, para mi era un gran misterio lo
que sucedia en la planta superior; sumado al hecho que Seymour llevaba las riendas de la
casa con mano de hierro, Matt dejaba entrar a su casa (su mundo) a un selecto grupo de
amigos, entre los cuales estaba yo.
Un dia Seymour me miró y me confirió el apodo que resonó mucho más que mi verdadero
nombre. En una fiesta en su casa, mientras iba de una habitación a la otra buscando no se
qué cosa, me tomó por el hombro, me miró fijo un momento (cordialmente, como es su
costumbre) y me dijo “Hey, Slash adonde vas? Adonde vas, Slash, eh?”
Obviamente el apodo pegó y mis amigos que frecuentaban la casa de Seymour me
empezaron a llamar así en la escuela y poco despues pasó a ser el nombre por el que todos
me conocían. En ese momento, mis amigos y yo pensamos que era sólo un apodo ‘cool’
pero años mas tarde me encontré nuevamente con Seymour y me explico por qué me llamó
asi. Fue durante la gira de Use your Illusion. Yo estaba con mi madre cuando ambos
coincidimos en Paris. Fuimos a almorzar los tres y alli me explicó que el apodo expresaba
mi forma de ser agitada y vertiginosa en el sentido mismo de la palabra. Estaba orgulloso
de que yo lo haya transformado en ‘mi nombre’ de alguna manera y que haya sido él quien
me diera ese alias.
La razon por la cual me llamó ‘Slash’ fue porque no me quedaba quieto por mas de cinco
minutos, él me veia como alguien que estaba haciendo algo y pensando en lo que iba a
hacer después. Seymour estaba en lo cierto: siempre estaba más tiempo yendo y viniendo
del que estaba quieto y tranquilo; continuamente en movimiento. Seymour lo expreso
diciendo que yo estaba diciendo ‘adios’ cuando el resto estaba diciendo ‘hola’.
Conocí muchisima gente en casa de Seymour, incluidos los Stones. Luego del concierto en
el L.A Coliseum fueron a una fiesta allí. Habia visto el show esa noche; tocaron “You can´t
always get what you want” con tanto sentimiento que nunca lo olvidaré. Logre darle la
mano a Ronnie Wood; tenia 15 años y no sabia que él, con el tiempo se transformaría en
uno de mis mejores amigos en la vida. De hecho, mi primer hijo London fue concebido en
su casa.
Mi otro mejor amigo, Mark Mansfield ha aparecido y desaparecido de mi vida desde que
nos conocimos en la secundaria. El padre de Mark era productor musical y su madrastra era
cantante –su verdadera madre vivia en Santa Barbara, donde solía ir cada vez que se metia
en líos; y estaba constantemente metido en líos-.
La familia de Mark vivia en una bonita casa en Sunset, y Mark era James Dean y Dennis
Hooper juntos; haria todo lo que los otros lo desafiaban a hacer y lo haria con total
entusiasmo y una sonrisa en la cara. Lentamente su actitud lo llevó por mal camino:
reformatorios, institutos de rehabilitacion, y demás.
Mark era la clase de chico que una vez me llamo a las 10 a.m. para decirme que él y un
amigo habian chocado el auto de su madre en algun lugar sobre la calle Mulholland: Lo
habian tomado del garage de la casa de su amigo ya que su madre estaba de viaje. El auto
inevitablemente se salio de la calzada y fue directo al cañón; se estrello contra un árbol. Por
suerte no les paso nada, luego pudieron salir del auto y volver a la ruta. De más esta decir
que la siguiente llamada de Mark fue desde el exilio en la casa de su madre en Santa
Barbara.

Tan pronto como pude tocar tres acordes sistemáticamente e improvisar un solo, quise
formar una banda. Steven no estaba, lo habian mandado a Valley, asi que emprendí el
camino yo solo.
Traté de iniciar una banda cuando terminé la secundaria pero no me fue bien. Encontré un
bajista y un baterista cuya madre era profesora de frances en el Fairfax High School. Esa
iba a ser mi primera experiencia con personas temperamentales, arrebatadas, propensas a
tener berrinches. El baterista tenia esa personalidad; si cometia un error empezaba patear el
kit hasta desarmarlo todo. Entonces teniamos que esperar que lo acomode todo de vuelta. El
bajista era asombroso. Su nombre era Albert. Haciamos covers de Rainbow como
“Stargazer”. Desafortunadamente, Albert tuvo un accidente con una moto en Mullholland
Drive y estuvo en coma por un mes o más, le hicieron terapia de tracción; tenia clavos en el
cuello y en ambas piernas y unas abrazaderas que mantenían sus piernas separadas, todo
eso. Volvió a la escuela y dijo que no tenía deseos de seguir tocando el bajo.
Mi primera presentacion a nivel profesional fue en Al’s Bar, cuando toqué con la banda de
unos amigos de mi papá. Él estuvo orgulloso de mi predileccion por la guitarra y siempre
hacia alarde de eso frente a sus amigos. No se bien qué, pero algo debe haberle sucedido al
guitarrista de la banda y Tony hablo para que yo tocara con ellos. Estoy seguro que estaban
preocupados porque no sabian si podía tocar o no. Pero subi al escenario y me las arreglé:
eran cover de los Stones, blues de 12 compases y bases simples de blues de las que me
gustan a mí. Conseguí cerveza gratis a cambio, eso fue lo que hizo que el show fuese
‘profesional’.
Habia varios guitarristas en mi círculo de amigos en la secundaria. Conoci un pibe llamado
Adam Greenberg, baterista y otro que se llamaba Ron Schneider que tocaba el bajo.
Formamos un trio llamado “Tidus Sloan”. Todavía desconozco el significado del nombre,
pero estoy seguro que surgió por medio de Phillip Davidson (ya llegaremos a él en un
momento). Una vez Phillip estaba balbuceando incoherencias, pero recuerdo haberme
sentido curioso por lo que sea que estaba diciendo:
“Tifus ally sloan te go home” dijo Phillip, o eso es lo que escuché.
“qué!?” le pregunté
“Tifus all de sloans to ghos hum” dijo, o eso pensé que dijo
“Hey Phillip, qué estás tratando de decir?
“I’m telling you to tifus these sloans ta grow fome”, me respondió. “Tidus sloans to go
home”
“Okay” le dije. “Entendido”.
Creo que lo que queria decirme era que les dijera a las chicas que estaban ahí con él que se
fueran a su casa. Evité esa situación asi que me fui pensando que “Tidus Sloan”, cualquiera
sea su significado, era un lindo nombre para una banda.

“Tidus Sloan” era una banda instrumental porque nunca encontramos un cantante y yo no
iba a cantar de ninguna manera. Básicamente no tengo personalidad de lider, no puedo ser
lider en nada: es un gran esfuerzo para mí salir a escena y tener que hablar con la gente.
Todo lo que quiero es tocar la guitarra y estar solo. De todas maneras Tidus Sloan tocaba
los primeros temas de Black Sabbath, Rush, de Led Zeppelin, y Deep Purple sin letra.
Eramos ‘retro’ antes que existiera el ‘retro’.
Ensayabamos en el garage de Adam, lo que volvía loca a su madre. Tanto ella como los
vecinos vivían quejándose. Era entendible porque tocabamos a todo volumen, haciamos
mucho ruido y ese era un barrio residencial. Su madre se llamaba Shirley; le hice un dibujo
en su honor: era una mujer en la puerta de una habitación gritando con toda su fuerza “Está
muy fuerte, no puedo soportar tanto ruido!!!!”. En el dibujo, el piso esta cubierto de latitas
de cerveza y sobre la cama hay un chico de pelo largo tocando la guitarra. Es bastante
obvio.
La caricatura de Shirley fue la inspiración para mi primer tatuaje, aunque el dibujo que
tengo en mi brazo no se parece para nada a ella –mi versión tiene el cabello de Nikki Sixx,
y pechos grandes y Shirley tenia el cabello rizado, era vieja y gorda. Me lo hice a los 16 en
el brazo derecho y dice “Slash” debajo.
Adam luego me explico que los ataques de su madre eran por mi culpa: me habia comprado
un Talkbox (la madrastra de Mark me lo vendió). Es un amplificador que permite al músico
modificar el sonido de cualquier instrumento que se le conecte, con sólo mover su boca
contra un tubo o manguera que sale de él. Aparentemente le hacia recordar a su último
marido, que habia muerto de cáncer en la garganta unos años antes. Él tenía que hablar a
través de un aparato y el sonido que producia el Talkbox era similar a aquél y no podía
soportarlo. No hace falta decirlo, tuve que dejar de usar el Talkbox en su casa.
Habia otros guitarristas y bandas en la secundaria como Tracii Guns y su banda Pyrhus.
Sentí envidia por un momento cuando empecé a tocar la guitarra y todavía no me habia
comprado mi elétrica: Tracii tenía un Les Paul negra (una verdadera) y un amplificador
Peavy. Nunca olvidaré lo cerca que estábamos; coincidiamos en las fiestas donde ibamos a
tocar cada uno con su banda. Definitivamente era una competencia.
En la secundaria empecé a juntarme con cuanto músico encontraba. Habia unos pibes de mi
edad y algunos mas grandes tambien. Estaban descerebrados; ya se le habia pasado la fecha
de vencimiento como para seguir tocando con adolescentes. El mejor de ellos era Phillip
Davidson, a quien mencióne antes. Él no sólo le dio nombre a mi primera banda sino que
tambien tenia una Stratocaster, que no era poco. Sus padres parecian no estar nunca en su
casa. Él vivia en una casa humilde en Hancock Park; habia marihuana por todos lados y
nosotros pasabamos todo el dia y muchas noches ahí: mucha cerveza, marihuana, nada de
padres. Sólo Phillip, sus dos hermanos y yo.
Siempre me pregunté dónde estaban sus padres; era como el dibujo animado “Peanuts”:
todos niños, ninguna persona mayor como autoridad. Era un gran misterio para mí, siempre
pensé que quizá sus padres podían llegar de un momento a otro, pero eso nunca sucedió.
Sentía que yo era el único que se preocupaba por él: Phillip hablaba de sus padres, que eran
los dueños de la casa, pero nunca los conocí, nunca los vi allí. Tampoco podian estar
escondidos porque la casa tenía una sala de estar y tres habitaciones; podrían estar
enterrados en el fondo de la casa, y si lo estaban nadie los hubiera encontrado porque éste
estaba lleno de basura y escombros.
Phillips solia ir de una habitación a otra, siempre con su cigarrillo (de tabaco, de marihuana
o de la combinación de ambas) mientras contaba historias que se hacian realmente extensas
porque él hablaba muy pausado. Era alto, desgarbado, tenía barba de chivo y cabello largo
castaño rojizo y muchas pecas; estaba siempre drogado, pero realmente drogado. Me refiero
a que a veces se reía solo y otras estaba totalmente inexpresivo, parecia tener los ojos
cerrados.
Teóricamente Phillip sabía tocar canciones de Hendrix y otros artistas en su Strato, pero
nunca lo escuché tocar nada de nada. Cuando iba a su casa recuerdo que Phillip ponia
canciones de Deep Purple en el stereo. Estaba tan ‘quemado’ que era doloroso,
simplemente desagradable juntarse con él. Yo siempre veo lo bueno de la gente sin
importar sus defectos. Pero con Phillip… espere que sucediera algo extraordinario, que su
chispa interior encienda la llama interna que los otros no podian ver, pero fue en vano;
espere los dos años que restaban de mi secundaria pero nunca la vi. Pero sí tenia una
Stratocaster.

Tomando todo en cuenta, Tidus Sloan era funcional, servia en la escuela secundaria.
Tocabamos en la sala de actos y en muchas de las fiestas que se hacian en el colegio,
incluído mi cumpleaños.
Cuando cumplí 16, Mark Mansfield armó una fiesta para mí, en la casa de sus padres en
Hollywood Hills y mi banda iba a tocar allí. 
Mi novia Melissa, como regalo de cumpleaños me dio un gramo de cocaína y esa noche
aprendí algo muy valioso: No se puede mezclar la guitarra con cocaina. Tome unas lineas
antes de salir a escena y cuando quise tocar, simplemente no pude. Fue una situación
vergonzosa, incómoda. Me ha pasado lo mismo todas las veces que cometí ese error: nada
sonaba bien, no podia encontrar el ritmo. No queria estar alli tocando. Estaba como si
nunca hubiera tocado la guitarra en mi vida. Me sentí tan torpe como la primera vez que
traté de esquiar.
Hicimos tres canciones y no pude seguir. Renuncié. Me fui. Aprendí que tengo que dejar
esas cosas (ciertos hábitos) para después de los shows. Puedo beber y tocar, pero tambien
conozco mi límite, y con respecto a la heroína, despues te cuento porque es una historia
aparte, totalmente diferente.
De todas maneras, esta experiencia me basto para darme cuenta que nunca debo llevar esta
clase de vicios de gira.
El show más extravagante de Tidus Sloan fue en un bat mitzvah en un lugar en el medio de
la nada. Adam, Ron y yo estabamos en La Brea Tar Pits drogándonos cuando una chica se
acercó a nosotros para ofrecernos 500 dolares por tocar en la fiesta de su hermana. Cuando
vio que estabamos poco interesados en el tema, empezó a dar nombres de gente famosa,
que eran amigos de la familia y que estaban invitados a la fiesta, entre ellos Mick Jagger.
No le creimos demasiado pero despues de una par de horas, nos pinto la fiesta como el
mayor acontecimiento en Los Angeles; asi que tomamos los equipos, los cargamos en una
camioneta, llamamos un par de amigos y nos fuimos a hacer nuestro show.
La fiesta era en la casa de la familia, que quedaba a dos horas de L. A. (1:45 hs mas de lo
que esperabamos). El viaje fue tan largo que cuando llegamos no teniamos ni idea dónde
estabamos. Nos paramos en la puerta de la casa y me parecia directamente imposible que
ahí fuera a tener lugar el evento más importante de Los Angeles, que iba a estar repleto de
estrellas de Hollywood: era un lugar pequeño, antiguo, parecido a la casa de mis abuelos.
Los sillones tenian tapizado vinilico, una alfombra de pelo largo en la sala, portarretratos
con fotos familiares y adornos de porcelana colgados en las paredes. Con respecto al
espacio… habia muchos muebles.
Llegamos la noche anterior y dormimos en el sector de huéspedes. Era un gesto amistoso
pero la idea en sí era horrible. A decir verdad, era una familia judia tradicional y se
quedaron ‘frios’ cuando llegamos. Armamos los equipos esa noche en la galeria donde
habian puesto las mesas y las sillas, y habian dejado un espacio a modo de escenario para
nuestra performance al dia siguiente. Despues nos dedicamos a aniquilarnos con las
cantidades industriales de alcohol que llevamos; lo consumimos en privado y nos
esforzamos por mantenernos en el sector de huéspedes donde nos habian mandado pero
desafortunadamente agotamos nuestros recursos y nos vimos obligados a ir hacia la casa de
la familia para sacar cualquier botella que estuviera a mano. Fue lo peor que nos pudo
haber pasado, esas botellas no tendrian que haber caido en nuestras manos. El hecho de
mezclar nuestra vodka y whisky con Manischewitz y un monton de otros licores que
bebimos directamente de la botella predijo el comienzo de un fin de semana realmente muy
especial para nosotros, para los anfitriones y para los invitados que vendrian a la fiesta al
dia siguiente.
Durante la noche, nuestros amigos y nosotros destruímos la casa de huéspedes al punto de
sobrepasar cualquier episodio descontrolado vivido en la epoca de Guns. Habia vómito por
todos lados. Estaba en el baño con la chica, sentado en la pileta y la canilla se salío de la
pared, el agua regó todo alrededor hasta que pudimos cerrar la válvula. Parecía que lo
habiamos hecho a proposito pero la mayoria habian sido efectos colaterales.
Estoy feliz de poder decir que no fui yo el autor de la ofensa más grande de todas: vomitar
dentro de una olla de guiso.
Este guiso era un plato tradicional que se sirvía en todos los bar y bat mitzva de la familia;
lo habian dejado cocinando a fuego lento en el sector de huéspedes donde estabamos
nosotros, para que esté listo para comer al dia siguiente. En algun momento, uno de mis
amigos rompio la tapa de la olla, vomitó en ella, reemplazó la tapa sin decir nada a nadie, o
por lo menos apagar el fuego. No puedo explicarte lo que fue despertarse a la mañana,
despues de haber dormido en el suelo, con un dolor de cabeza tremendo, trozos de vasos
rotos adheridos en mi cara y con el olor del vomito caliente infusionado con el guiso
flotando en el aire.
Desafortunadamente, la película de terror continuó para esta pobre gente. Nos habiamos
tomado todo el alcohol que llevamos nosotros y todo el que encontramos en la casa la
noche anterior, asi que, a la mañana, robamos las botellas del bar de al lado de la casa ni
bien comenzamos a ensayar. Despues empezaron a llegar los invitados a la fiesta.
Estabamos tocando a todo volumen, nadie sabía qué hacer o qué decir, pero hicieron
algunas sugerencias.
Una viejita, petisa, muy vital, se acerco a dar su crítica constructiva.
“Hey, jovencito, es muy chillon!” dijo mirándonos bizco. “Crees que puedes bajar el
volumen un poco? Estamos tratando de conversar!”
La abuela era muy habil, tenía mucha labia. Sostenia una botella de Coca-Cola. Usaba
lentes y un trajecito que a pesar de ser corto imponía mucha autoridad. Nos pregunto si
conocíamos alguna cancion ‘familiar’ y pusimos lo mejor de nosotros para complacerla.
Hicimos todos los temas de Deep Purple y Black Sabbath que conociamos. Nos habian
armado una especie de escenario y puesto sillas enfrente, era muy claro que excepto por
unos chicos de 6 u 8 años, el resto de los invitados estaban pegados a la pared lo más lejos
posible del escenario. De hecho, muchos se comportaron como si se hubiese largado a
llover, porque cuando mire para arriba me di cuenta que se habian encerrado todos dentro
de la sala de estar sin razón alguna sólo para alejar el sonido de nuestra música.
Enloquecimos a los invitados asi que intentamos atraerlos tranquilizandonos un poco y
tocando algo mas lento: hicimos una versión heavy-metal de “Message in a Bottle”. No
funcionó; asi que tratamos de tocar algo más popular; tocamos “Start me up” una y otra vez
sin cantante, sin letras. No hubo caso. Media hora de la versión intrumental de los Stones
tampoco acercó a la gente al escenario. Con toda tranquilidad tocamos la cancion de Morris
Albert “Feelings” pero la versión de Jimmy Hendrix. Nada funcionó. Asi que tocamos
nuestra última cancion y nos largamos de ahí.

Podrá sorprender a muchos, pero empecé a trabajar desde muy joven para tener dinero para
afrontar los gastos que implicaba aprender a tocar la guitarra, incluso antes de poder formar
la banda.
Fui canillita desde noveno grado. El recorrido era bastante extenso: cubría desde Wilshire y
La Brea hasta Fairfax y Beverly. Era sólo los domingos. Me levantaba a las 6 a.m. salvo
que combinara con mi abuela para que me llevara. Me esperaban dos bolsos enormes de
diarios y revistas, que colgaba a cada lado del manubrio de la bicicleta; inclinarme mucho
hacia un lado o hacia el otro predecía un accidente. Luego ascendí y conseguí otro trabajo
en el Cine-teatro Fairfax.
Fue una revelacion para mí darme cuenta cuánto tiempo pasaba trabajando y cuánto tiempo
invertía en tocar la guitarra: finalmente comprendí por qué me mataba trabajando. Mis
padres me influenciaron en este sentido: la mezcla de la creatividad de mi padre y el
instinto ‘triunfar en la vida’ de mi madre era la razón. Yo podia elegir el camino más largo
y más duro para conseguir lo que quería pero siempre estaba decidido a tener aquello que
deseara.
Fue ese instinto lo que me ha ayudado a sobrevivir en momentos en que todo estaba en
contra, cuando me encontraba solo, pasando un mal momento y tenia que seguir adelante.
El trabajo era algo en lo que siempre estaba concentrado. Hacia las cosas bien, me gustara o
no la actividad que me tocase realizar. Estaba decidido a trabajar dia y noche para
conseguir dinero para bancar mi vocación, mi pasión.
Conseguí trabajo en ‘Business Card Clocks’, una pequeña fabrica de relojes. Me pasaba
desde Septiembre hasta Diciembre armando relojes para un monton de empresas; eran
relojes personalizados que los entregaban como regalos de fin de año. 
Se hacia una gran producción de logos de la empresas sobre Masonite (un material parecido
al carton, pero más resistente), entonces yo tenia que insertar la maquina del reloj en el
centro, enmarcar el objeto en madera y ponerlo en cajas. Eso era todo. Hice miles de estos
relojes.
Nos pagaban por horas asi que yo era el único loco que llegaba a las seis de la mañana,
trabajaba todo el día, toda la noche y muchas veces me quedaba a dormir allí. No creo que
fuera legal hacerlo pero no me importaba: yo sólo queria juntar la mayor cantidad posible
de dinero durante la temporada.
Era un muy buen trabajo, y lo mantuve por unos años. Luego se me volvió en contra. Mi
jefe, Larry, me pagaba con cheques personales, de manera que no me tenía registrado como
empleado, no informó mi salario a la Agencia de Recaudación. Como no estuve registrado
como empleado no ví ninguna necesidad de pagar impuestos sobre lo que me habian
pagado por trabajar allí, pero en cuanto empecé a ganar dinero con Guns, unos años
después, la Agencia de Recaudación me llamó para reclamarme el pago de impuestos sobre
aquel trabajo más los intereses. Todavía no puedo creer, despues de todo lo que hice, cómo
el gobierno me apuntó por el trabajo en la fábrica de relojes. Luego me enteré lo que pasó:
Larry tuvo una auditoria de la Agencia de Recaudación; le cuestionaron un dinero que no
figuraba en sus registros pero que él habia percibido durante unos años. Entonces Larry se
vió obligado a confesar que ese dinero se habia usado para pagarle a un empleado suyo, o
sea… yo. La Agencia de Recaudación me rastreó y trabó un embargo sobre mi dinero, mis
bienes, mis cuentas; cualquier depósito que yo hiciera sería contabilizado para cubrir mi
deuda de impuestos.
Y a esa altura, había pasado mucho tiempo sin dinero; mejor dicho “en bancarrota” como
para rendirme a pagarla. Entonces, cuando conseguí la plata, en vez de usarla para saldar la
deuda, pedi que me dieran mi parte del contrato de Guns –mi parte del adelanto- en cheques
de viajero que siempre llevaba conmigo. Pero ya llegaremos ahí.
Otro trabajo que tuve fue en Hollywood Music Store, una casa de música ubicada en
Fairfax y Melrose. Mientras trabajaba para ahorrar dinero y pagar mis gastos, trataba de
hacer lo que realmente me gustaba; asi que tuve que pasar por momentos en los que uno
piensa “Y bueno… Qué mas da?!!!” Este es uno de ellos: habia un chico que solia venir
todos los dias, se paraba en el sector de guitarras, siempre tomaba una distinta, la afinaba y
procedia a tocar por horas. Más bien venia a pasar un rato allí y tocar la guitarra. Estoy
seguro que hay uno de esos en todas las casas de musica.

Cuando empecé el colegio primario habia muchos discos buenos de rock para escuchar y
para aprender de ellos: Cheap Trick, Van Halen, Ted Nugent, AC/DC, Aerosmith y Queen
estaban en su mejor momento. Al contrario del resto de mis compañeros guitarristas, nunca
procuré imitar a Eddie Van Halen. Era el ícono de los guitarristas principales, asi que todos
trataban de tocar como él pero nadie tenia su ‘feeling’, y no se daban cuenta de eso. Su
estilo era tan personal que no podría haberlo imitado, ni sonar parecido (no traté, ni quise
hacerlo). Saque de oido algunos licks de blues de Eddie, licks que nadie resaltaba como
‘estilo propio’ porque no creo que él fuera correctamente valorado por su sentido del ritmo
y la melodía. Asi que mientras el resto practicaba sus ligados y escuchaba “Eruption”, yo
sólo escuchaba a Van Halen.
Siempre me gustaron los guitarristas personales como Stevie Ray Vaughan, Jeff Beck,
Johnny Winter, Albert King y mientras aprendía al observar su técnica, tambien absorbía la
pasion que ponian al tocar la guitarra. Esto último me ayudó y enseñó mucho más que la
técnica.
De todos modos, las cosas habian cambiado para cuando llegue a la secundaria. Para 1980
el punk ingles habia encontrado su rumbo en L.A y se habia convertido en algo
completamente ridículo que nada tenia que ver con sus orígenes. Era una imposición de la
moda repentina pero difícil de ignorar: de pronto cada pibe que conocia empezó a usar
remeras rasgadas, mocasines con plataforma, y cadenas de cartera hechas con clips de papel
o con alfileres de gancho. No era gran cosa; sólo era una moda más en la escena de West
Hollywood que se desarrollaba en the Rainbow, The Whiskey, Club Lingere, y Starwood.
Siempre pense que no valia la pena escuchar a las bandas punk que rondaban por Los
Angeles porque nunca las considere reales, originales. “Germs” era la más famosa, la gran
banda y muchas otras la imitaban. Creo que ninguno de sus integrantes sabía tocar y
realmente eran horribles, daban vergüenza. Pienso que las unicas bandas que se podían
escuchar eran “X” y “Fear” y ninguna otra más.
Respeto el hecho de que la escencia del punk, desde el punto de vista del músico, se basaba
en no saber tocar bien y que te importe un carajo eso. Pero tenía un problema con el hecho
de que todos explotaban la estetica por las razones incorrectas. Hay una pequeña diferencia
entre tocar mal porque no sabes tocar, y tocar mal sabiendo tocar y hacerlo por alguna
razon en especial. 
El punk rock que provenía de Londres y New York causó una impresión que, si bien fue
malinterpretada en Los Angeles, le dio vida a un monton de clubs fabulosos. “Café de
Grand” es el mejor de todos. Era uno de los mejores lugares donde se podían ir a ver shows
de verdadero punk, pero ése no era el único; “Palladium” tambien organizaba buenos shows
de punk. Fui a ver a los Ramones ahí y nunca lo olvidaré: fue un show tan intenso como
surfear las enormes olas. Con algunas excepciones, la versión punk de Los Angeles eran tan
patetica como la gente que se juntaba en la puerta de Starwood los fines de semana: un
montón de estúpidos, huecos que estaban siempre en pose.
En esa epoca, finalmente tenía la edad con la que me transformaba en ‘grande’. Habia
pasado mi vida siendo el chiquito del grupo que andaba con los pibes más grandes, me
interesaba lo que a ellos les interesaba, y siempre queria formar parte su grupo y de todas
las cosas buenas que estaban sucediendo. Ahora yo era grande y por lo que podía ver, el
movimiento punk y la moda horrible que traía con él, habian hechado todo a perder. Había
crecido lo suficiente como para valorar y disfrutar de lo que venia sucediendo antes del
punk y justo en ese momento todo empezo a transformarse en una verdadera porqueria.
Desde 1965 hasta 1980, las cosas se mantuvieron bastante estables: la musica se basaba en
el rock and roll a pesar de algunas bandas de ‘rock diluido’ que andaban por ahí, como
“Foghat”, “Styx”, “Journey”, “REO Speedwagon” y muchas más.
En el ’79 y ’80, con excepcion de Van Halen, el resto tomó una direccion diferente, lo que
trajo aparejado el nacimiento de una nueva clase de rebelión en la que yo estaba
involucrado y fue desplazada de a poco por algo que tenia que ver mas con la moda que con
la música.

Despues de que me expulsaran de Fairfax High School por aquel incidente en la clase de
ciencias sociales, me encontré en el limbo.
La educación siempre fue una prioridad para mi madre; ella me dejaba vivir donde quisiera,
como quisiera, por todo el verano, mientras que yo aceptara ir con ella, fuera donde fuera.
Necesitaba estar bien segura que yo estaba yendo a la escuela, asi que la mejor manera de
controlarme era viviendo con ella. 
En las vacaciones del año en el que me expulsaron me anotó en una escuela de verano en el
Hollywood High School para prepararme para ir a la otra escuela, la Beverly Hills Unified
High School y comenzar segundo año junto con el resto de los alumnos. Pero tambien
intenté escaparme totalmente de la escuela, preparándome y dando examenes de nivel, de
aptitud. No me fue bien: tomé la primera media hora de clase, luego sali a fumar un
cigarrillo y nunca más volví.
Durante este período, mi mamá se separó de su novio fotógrafo. Cuando se entero que él se
inyectaba, mi mama tomo a mi hermano, empacó sus cosas y se fue de la casa. El fotografo
termino en bancarrota: el vicio le hizo perder todo, hasta su casa. En ese momento, yo no
pasaba mucho tiempo en casa, de manera que no fui testigo de su caida, pero cuando me
enteré, me senti aliviado.
Mi madre, mi hermano y mi abuela se mudaron juntos a un departamento en Wilshire y La
Cienaga, y a pedido de mi madre, me sumé a ellos en el otoño.
Mi mamá queria que terminara el secundario antes de dejarme decidir qué camino tomar,
cualquiera sea mi decisión; pero no le dejé alternativa: mis notas, asistencia y
comportamiento dejaba bastante que desear asi que hizo lo que creyó que era mejor: me
anotó en el Beverly Hills High en el sector de chicos especiales.
Mandan a este sector del colegio a los chicos con problemas de adaptación, aprendizaje,
conducta y a todos aquellos que no son aceptados por razones diversas en los colegios
tradicionales. Mientras que el Fairfax era para mi algo que debia evitar, esta escuela me
parecia perfecta: me permitian trabajar a mi ritmo y podia elegir los horarios de cursada y
combinarlos con el trabajo.
Llegaba a las 8 y me iba al mediodia porque en ese momento tenia dos trabajos, en el
Fairfax movie theater y en la fabrica de relojes.
Mis compañeros de ese colegio eran verdaderos personajes. Habia una pareja de chicas
fanaticas de Harley Davidson, una de ellas era un dinosaurio cuyo novio cuarenton,
tambien fanatico de Harley la pasaba a buscar todos los dias. Él llegaba temprano y se
sentaba y admiraba su ‘máquina’, la otra chica tenía su propia Harley Davidson. Habia
tambien tres chicas roqueras de Sunset Strip en la clase, usaban Aqua Net en el cabello para
sostener el peinado en el que cada mecha iba en diferente direccion, remeras rasgadas y
zapatos de taco aguja.
Su estilo hablaba por sí solo. Las tres eran atractivas a su manera… sabian utilizar el rouge
y sombras, por decirlo de alguna manera. Conocia a otra chica de la clase; se llamaba
Desiree, era la hija de Norman Seiff, un amigo de mi padre y muy conocido fotografo de
bandas de rock. Jugabamos juntos cuando eramos chicos, haciamos travesuras; ella me
gustaba en aquel momento y cuando la volví a ver me dí cuenta que tenía razones de sobra
para que me gustara en ‘ese’ momento: se sentaba en la fila de enfrente, se vestia con
remeras sin mangas muy sueltas, sin soutien. Se habia convertido en una chica punk, con
mucho busto y muy sexy, que seguia siendo, a mis ojos, tan bonita como cuando tenia siete
años.
Habia también otras personas en la clase, eramos tan diversos y extravagantes que
podriamos haber sido personajes de figuritas coleccionables: estaba el surfer drogadicto
estilo Jeff Spicoli, la prostituta adolescente madre, el gordito gótico melancólico, la triste
chica india que trabajaba en el turno noche en el “7-Eleven” de sus padres. Todos nosotros
juntos al lado –casi pegados- al resto de la población estudiantil, pero al margen de ella.
Mirando un poco para atrás, me gustaria saber cómo cada uno de ellos fue a parar allí, al
‘de otra manera lujoso’ Beverly Hills High School; no ‘menos lujoso’. Estabamos aislados
todos juntos en beneficio de nuestra propia educación ‘progresiva’ en un aula con un solo
baño para chicas y chicos que tambien hacia de sala de espera y recreo. Alli fue donde
descubrí por qué las tres chicas roqueras de Sunset Strip lucían de esa manera: eran del fan
club no oficial de Mötley Crüe. Tambien hacian relaciones públicas: Me hicieron conocer
la banda la primera vez que me junté con ellas en un recreo mientras me fumaba un
cigarrillo… 
Conocía a Nikki Sixx, el bajista y creador de Mötley Crüe desde su primera banda
“London”, porque Steven y yo, habiamos visto su show en Starwood una noche que
entramos sin que nadie se diera cuenta. “Londo”n tenía una gran presencia escénica,
combinada con un buen dinero gastado en pirotecnia y la vestimenta; era una banda que
tenia lo necesario para volarle la cabeza a cualquier adolescente.
No sabia que Nikki habia conocido a Tommy y que luego ellos dos buscaron a los otros
miembros de la banda; tampoco sabía que encabezaban un movimiento que desplazaría al
punk de Los Angeles de la noche a la mañana. Mötley no se parecia a Quiet Riot, Y&T, o a
cualquier otra banda de Sunset Strip: todas estaban en la cima pero no era como ninguna
otra.
Estaban tan interesadas en la banda que no creo que hubiera alguien (excepto yo) que las
confundiera con algo más que con fan de Mötley Crüe.
Hay momentos en la vida que sólo el tiempo puede enmarcar: a lo sumo sabés que la foto
es especial cuando la sacas, pero la mayoria de las veces sólo la distancia y la perspectiva te
da la razón. Pase un momento así justo antes de abandonar totalmente la escuela: fue el dia
que Nikki Sixx y Tommy Lee en el estacionamiento de mi colegio. Seis años despues
estaría inhalando cocaína en su jet privado pero verlos perder el tiempo a mi colegio es algo
más memorable para mí. Estaban vestidos con pantalones elastizados y botas con taco, con
el cabello batido, maquillados; fumando un cigarrillo, charlando con las chicas de mi
colegio. Fue casi surrealista. Observé a mis nuevas amigas –las tres chicas que lucian como
ellos- mirar fijo a Tommy y Nikki como si fueran rosquillas glaceadas, mientras que ellos,
indiferentes, les repartían gráficas para colgar por las calles y folletos para repartir en
Sunset Strip, anunciando el próximo show de la banda.
Me quedé asombrado: estas chicas no sólo les gustaba tanto la banda como para elegir
vestirse como ellos sino que tambien estaban dispuestas a ser sus promotoras voluntarias.
Nikki les habia dado copias de su nuevo EP “Too Fast for Love” y su trabajo era convertir a
todos sus amigos en fans de Motlëy Crüe. Fue como ver a Drácula liberar a sus discipulos
en Beverly Hills para ir a chuparles la sangre a las mujeres.
Me impresionó y sentí mucha envidia: yo nunca podría estar en una banda que luciera o
sonara como Mötley Crüe, pero quería lo que ellos tenían. Queria tocar la guitarra en una
banda que inspirara tal grado de devocion y entusiasmo y alboroto. Fui a ver Mötley Crüe
ese fin de semana en The Whisky… musicalmente, estuvo bien pero el show en sí fue
altamente efectivo. Fue memorable por su producción: Vince prendió fuego las botas de
Nikki y ahí arrancó la pirotecnia. Tommy toco como si quisiera a romper la bateria en dos,
mientras Mick Mars arrastraba los pies como los muertos vivos. Aunque lo que más me
impacto fue el público: eran incansables; cantaban cada cancion y vivaban a la banda como
si fuera un gran show en el L.A. Forum.
Era obvio, por lo menos para mi, que muy pronto Mötley Crüe estaria tocando allí.
Entonces pensé: Si ellos pueden hacerlo a su manera, por qué yo no puedo?

CAPITULO 5
DISPUESTO A TRIUNFAR

Cuando hayas vivido un poco te daras cuenta que lo que le hayas dado al mundo, el
mundo te lo devuelve, de una manera u otra. Eso puede suceder hoy, mañana o en
años pero sucede; en general, cuando uno menos lo espera, de una forma muy
diferente a la original. Esos hechos fortuitos, esos momentos casuales que te cambian
la vida parecen obra del azar en ese momento, pero yo no creo que lo sean. Por lo
menos eso es lo que deduje a lo largo de mi vida. Y sé que no soy el único…

No habia visto a Marc Canter durante un año porque ambos habiamos estado muy ocupados
haciendo otras cosas. En el ínterin, él habia pasado por una metamorfosis.
La ultima vez que lo vi, era sólo un fan de la musica y recien estaba empezando a dirigir el
negocio familiar, el restaurant Canter´s Deli. No era para nada un roquero (es mi punto de
vista, a grandes rasgos). Cuando nos volvimos a ver, Marc era otra persona: un excelente
modelo de ‘fan de rock’ obsesivo e incansable. No lo hubiera imaginado ni en un millon de
años, pero Marc había dedicado su vida entera a Aerosmith. Transformó su cuarto en un
santuario: habia empapelado las paredes con posters, tenia un catalogo de absolutamente
todas las revistas donde habia salido la banda, y guardaba un monton de fotos
autografiadas, todas ordenadas en un album con recubrimiento plastico, y la suficiente
cantidad de discos en versiones extranjeras y casetes piratas como para abrir una disqueria.
Marc no parecia tener esta pasion por Aerosmith, era más bien un fan del rock que usaba
remeras de Aerosmith porque nunca dejo que su fanatismo llegara al punto de vestirse
como Steven o Joe como un homenaje hacia la banda. De todas maneras, en su nombre se
ha involucrado en muchas actividades medianamente ilegales: acecho, entrar sin
autorización a la propiedad privada; tambien se infiltraba en cuanto evento estén invitados.
No se cómo, pero tambien se metió en el negocio de la reventa de entradas: compraba
muchos tickets para un show y luego las intercambiaba por un par de plateas bajas con la
mejor ubicación. Era un juego para él, paracía un chico intercambiando figuritas; pero en
los shows, Marc era el chico que se quedaba con la figurita difícil.
Pero el intercambio de entradas era una pequeña parte del plan que recien estaba
empezando. Luego desarmaba su camara de fotos profesional y escondía las piezas en los
pantalones, en las mangas de la campera o en cualquier otro lugar donde cupieran. Lo
mismo hacia con las lentes de la camara.
Nunca lo engancharon. Tiene fotos muy buenas de los shows de Aerosmith. El único
problema fue que Marc llegó un poco tarde: cuando él empezo a investigar acerca de ellos,
la banda se separó.
Lo más importante en la colección de objetos significativos de Aerosmith era un paquete
vacío de Doritos y una pequeña bolsa Ziploc llena de colillas de cigarrillos que Marc habia
secuestrado en la habitación de Joe Perry en el hotel Sunset Marquis. Aparentemente pudo
ingresar al lugar sin que nadie se diera cuenta y se las arreglo para entrar a la habitación
despues que Joe abandonara el hotel y antes que llegara la persona de Servicio Doméstico.
Joe no habia tenido show ni actividad alguna la noche anterior, ya que en ese momento, él
habia renunciado a la banda. Me parecio un poco raro; Aerosmith ya se habia separado;
pero Marc vivia para ellos las 24 horas, los siete dias de la semana.
Marc ha sido uno de mis mejores amigos en la vida desde el dia en que nos conocimos, asi
que tenia que alentarlo y colaborar con su colección: le hice un dibujo a mano alzada de
Aerosmith y se lo regale para su cumpleaños; lo hice con lapiz y despues le dí luces y
sombras con biromes de colores y quedo bastante bien.
Ese dibujo me enseño la leccion que he indicado de una forma u otra a lo largo de la
historia: cualquier cosa que brindes al mundo, vuelve de alguna u otra manera. En esa
oportunidad, el dibujo regresó (literalmente) y trajo con él lo que tanto habia estado
buscando.
La otra vez que lo ví, yo estaba en un punto muerto; esforzandome en vano para formar una
banda en el ambiente musical que no me respondía para nada. Queria el botín que habia
visto disfrutar a guitarristas poco capacitados para tocar, pero si para conseguir el botin
tenia que cambiar tanto como debia, entonces nunca iba a tener ese botín –lo intenté pero
descubri que era incapaz de comprometerme a ese punto, era ceder demasiado. No te voy a
mentir diciendo que mirando hacia atrás, estaba en lo cierto y afirmar que muy en el fondo
de mí sabía que todo terminaría bien. No parecia que iba a ser así, de ninguna manera; pero
esto no me impidió hacer lo único que podia hacer: lo que creia correcto y de alguna
manera tuve suerte: encontre a cuatro almas disfuncionales con ideas similares a las mías.
Estaba trabajando en Hollywood Music Store el dia que un pibe vestido como Johnny
Thunders, muy callado, cauteloso se acercó a mí. Llevaba jean negros ajustados,
mocasines, medias rosadas y el cabello teñído de negro. Tenia en su mano una copia del
dibujo de Aersomith que un amigo en comun le habia dado: aparentemente se habian hecho
varias copias y andaban circulando por ahí. El pibe estaba lo suficientemente convencido
como para buscarme, especialmente cuando escuchó que yo era guitarrista principal.
“Hey, fuiste vos el que dibujó esto?” me pregunto, un tanto impaciente. “Me gusta, es
buenisimo!”
“Sí, fui yo”, le dije. “Gracias”
“Cuál es tu nombre?”
“Me llamo Slash”
“Hey, Soy Izzy Stradlin”
No hablamos por un rato; Izzy siempre fue esa clase de chico que tenia compromisos
previos, pero luego quedamos en juntarnos más tarde y cuando vino a mi casa esa noche me
trajo un casete de su banda. No podian sonar peor: el casete era el más barato que habia y el
ensayo habia sido grabado en un grabador portátil ubicado en el suelo. Se escuchaba como
si hubieran estado tocando dentro del motor de un avion. Pero a traves del ruido de la
estatica y del fondo escuché algo interesante que creí que era la voz del cantante; era difícil
de distinguir, con un chillido tan agudo que pensé que era un defecto en la grabación; era
similar al crujido que hacen los casetes antes que la cinta empiece a correr, excepto que era
afinada, estaba en el tono correcto.

Luego de mi incompleto período en la secundaria, viví con mi madre y mi abuela en la casa


de Melrose y La Cienega, en el sótano debajo del garage. Era el lugar perfecto para mi; me
podia escapar por la ventana de respiración que daba a la calle sin ser detectado tanto de día
como de noche, si era necesario. Tenía mis serpientes y gatos allí, y tambien podía tocar la
guitarra cuando quisiera sin molestar a nadie. Tan pronto como abandoné la escuela, acordé
con mi madre pagarle un alquiler por el lugar.
Como dije antes, yo tenia varios trabajos por día mientras trataba de formar una banda o
sumarme a otra en la que confiase en el pantano de la escena ‘metal’ de Los Angeles.
En ese tiempo, trabajé un tiempo en Canter´s Deli. Marc inventó ese puesto para mí. Estaba
solo en una habitación arriba del local donde guardaban toda clase de porquerías que no
necesitaban. En ese momento no entendí el chiste…
Lo que tenia que hacer era comparar las cuentas de los camareros con el recibo
correspondiente de la caja. De esta manera Marc podia saber rapidamente quién lo estaba
robando. Era un trabajo tan facil que cualquier idiota lo podía hacer y tenia sus ventajas:
comía sándwiches de pastrami y bebía cola-cola todo el dia, mientras ponia los papeles en
dos pilas, básicamente. Mi trabajo encontró un sentido: Marc atrapo a varios camareros que
probablemente le habian estado robando por años.
Luego renuncié y dejé en mi lugar a Ron Schneider, mi bajista en Tidus Sloan. Nuestra
banda todavía se juntaba a tocar de vez en cuando pero no ibamos a ir más alla de ninguna
manera –sin cantante, jamás ibamos a llegar a actuar en Sunset Strip.
Mi trabajo en Hollywood Music Store fue uno de los pocos trabajos que yo consideré como
un gran escalon para progresar y empezar a tocar la guitarra profesionalmente, todo el
tiempo. No por la fama y las chicas, sino porque no habia otra cosa en el mundo que yo
disfrutara más. En la tienda de musica era asistente; vendía y tocaba todas las guitarras del
local, pero no era sólo esa mi area de trabajo: tambien vendía toda clase de artículos de los
que no sabía absolutamente nada. Fingía saber los pro y los contra de los amplificadores
para bajo, pero si se trataba de sets de baterias, parches, palillos y una extensísima gama de
instrumentos de percusión que vendí, todavía me impresiona mi habilidad para el embuste.
Me gustaba mi trabajo en la casa de música pero era el purgatorio, sufría muchisimo: en
mis ratos libres, me pasaba mirando por la ventana el estudio de enfrente, que se llamaba
Cherokee Studios. Era un estudio de grabacion a principio de los ’80: no te voy a decir que
era un gran admirador pero cada vez que veia a los Dobbie Brothers llegar allí para grabar
una cancion, no puedo decirte que no sentía mucha envidia. Me quedé anonadado el día que
miré por la ventana y ví a Ric Ocasek caminando por la calle, dirigiendose a Cherokee
Studios.
Para ese tiempo, Steven Adler volvio de su exilio en Valley y retomamos precisamente
desde dónde dejamos. Cada uno tenia una chica en su vida y los cuatro nos convertimos en
un grupo inseparable. Mi novia Ivonne estaba cursando el último año de secundaria cuando
nos conocimos. De día era una estudiante aplicada y disciplinada, y de noche se
transformaba en una chica roquera. Ella sabia muy bien cómo sobrellevar su doble
identidad. Yvone era una chica increíble: muy astuta, muy sexy, muy extrovertida, y muy
ambiciosa. Hoy es una abogada de alto nivel en Los Angeles.
Despues de graduarse, fue a UCLA para estudiar psicología. Desde ese momento
empezamos a -más o menos- vivir juntos. En mis días libres ella de alguna manera me
convencia para que la acompañara a la escuela a las 8 de la mañana. Pasaba toda la mañana
en la puerta de UCLA, fumando cigarrillos y viendo a los chicos ricos universitarios de
buena educación ir y venir. Algunas veces, cuando me parecia interesante el profesor o el
tema, me sentaba en el aula y escuchaba la clase.
Ya no recuerdo su nombre, pero la novia de Steven e Ivone rapidamente se volvieron
grandes amigas ya que los cuatro saliamos todas las noches; muchas veces yo no queria
pero ahí estabamos, todos juntos por Sunset Strip, tampoco me gustaba la musica que
pasaban en aquel entonces pero trataba de ser positivo. El tiro de gracia vino del lado de un
novedoso, superpromocionado, sobrevaluado proyecto conocido como MTV, el dia que el
canal salio al aire por primera vez: Yo esperaba que fuera como “Don Kirshner´s Rock
Concerts”, el extenso programa que se emitia en vivo los sabados a la noche desde 1973
hasta 1981 y que presentaba un artista por semana; todos han pasado por ahí, desde los
Stones, The Eagles y Sex Pistols y Sly and the family Stone hasta comediantes como Steve
Martin. MTV era todo lo contrario; mostraba “she blinded me with Science” de Thomas
Dolby, The Police, y Pat Benatar una y otra vez. Espere ‘horas’ –literalmente- para ver una
buena cancion de Prince o Van Halen. Lo mismo sentia al recorrer Sunset de noche; veia un
monton de cosas, muy pocas me gustaban y me aburria la mayor parte del tiempo. Por otro
lado, Steven estaba “en su salsa”; andaba por todos lados, sabía todo lo que sucedia en
Sunset; esto le daba la posibilidad de hacer realidad sus sueños de RockStar, nunca se habia
mostrado tan ambicioso: hacia lo que fuera para entrar al club, conocer gente, establecer
conexiones o relaciones de cualquier grado. Steven llevaba el registro de todas las bandas
que tocaban en Rainbow los viernes y sabados a la noche, asi que se paraba en el
estacionamiento y trataba de hacer cualquier cosa para poder entrar al lugar. Muy rara vez
lo seguí, porque nunca pude hacer lo que era necesario hacer la mayoria de las veces; yo era
incapaz de humillarme a mi mismo para ir un tanto más allá. No se por qué, pero siempre
tuve un problema con esa situación –de estar esperando en los estacionamientos o en las
puertas laterales, buscando el momento justo para ingresar a un club- y como resultado casi
nunca estuve presente las noches en las que Steven se reunia con bandas increíbles y chicas
hermosas (esas eran las historias que él me contaba) y las veces que decidi acompañarlo –
muy a mi pesar- no vi tales criaturas, solo participe de un par de noches que –en mi
opinion- no llegaron a ser ‘epicas’. 
Pero una se destaca. La historia empieza cuando con Steven decidimos ir a Rainbow a
divertirnos un rato. Le pedi prestado a mamá su auto, conduje hasta Hollywood y despues
caminamos hasta llegar al club, y nos enteramos que era ‘noche de chicas’ –ladies’ night-.
‘Buenisimo!!’ grito Steven.
Yo habia ingresado a Rainbow muchas veces años atrás gracias a un documento falso y a
Steady, el patovica de la puerta –todavia sigue alli, y todavia me reconoce-. Por alguna
razon, Steady dejo pasar a Steven y a mí me rebotó.
‘No, vos no’ me dijo. ‘Esta noche no, andate a tu casa’
Qué?!, le contesté. -No tenia razón para estar indignado pero lo estaba de todos modos-
‘Qué me estas diciendo? Siempre vengo a este lugar!’
‘Si?, me importa un carajo!’ me respondio; ‘Andate de acá, esta noche no vas a entrar’.
Estaba furioso y no tenia dónde ir; asi que segui las órdenes de Steady y me fui a casa.
Ahogue la vergüenza en alcohol y estando bien borracho se me ocurrio una idea: volver a
Raibow vestido como una chica. En mi estado el plan tenia sentido: le demostraria a Steady
que sí podia entrar al club, y gratis gracias a la ‘noche de chicas’ y luego me acostaria con
Steven, ya que Adler encaraba a cuanta chica pasara a su lado, asi que estaba seguro que él
lo haria conmigo antes de darse cuenta quién era yo.
Mi madre penso que mi plan era divertido y que seria comico verme en esa situacion,
entonces me vistio con una pollera y medias de red, me peinó, me puso una boina y me
maquilló; no pude usar sus zapatos pero sí su ropa –que si lucia como una chica.?.. No,
lucia como una chica de Rainbow!
Tome el auto nuevamente y volvi a West Hollywood disfrazado. Estacioné unas cuadras
antes, sobre Doheny, y camine hasta llegar al club. Estaba borracho y en una mision
-enfocado con un objetivo- ambas cosas, asi que mis inhibiciones eran inexistentes. Me
paseé por delante de Steady y casi me rio en su cara cuando me hizo señas para que entrara
sin siquiera pedirme documentos.
Estaba en la cima del universo: habia ganado –hasta que me di cuenta que Steven ya se
habia ido. Fue como llegar al final de la montaña rusa antes de alcanzar la primera subida.
Ahí ví cual era mi situacion real: estaba en Rainbow, en medio de un monton de gente,
vestido como una chica. Cuando ententí la situación e hice algo decente... me fui. Recuerdo
que iba camino al auto y pensaba que todos los gritos eran para mí, que todos estaban
riendose de mí; entonces pense hacia adentro: Qué dificil debe ser, ser una chica!

La novia de Steven y Tommy Lee se conocieron por casualidad, una noche en la ciudad, y
Tommy la invito a ir a los estudios Cherokee para ver las grabaciones de “Theatre of Pain”,
que le seguia a su disco debut “Shout at the devil”. Ella penso que no habia razon para no
invitarnos a Steven, Ivonne y a mi; quizá creyo que la invitacion incluia un “plus x 3”.
Steven y yo nos tendriamos que haber dado cuenta que no era así.
Fuimos a los estudios, para pasar un buen rato y ver el procedimiento de grabacion pero
cuando llegamos nos informaron muy claramente que las chicas podian ingresar –de hecho,
lo hicieron- pero Steven y yo no podiamos y nos ‘sugirieron’ que nos vayamos a casa.
Estabamos los dos enfurecidos. Vimos a nuestras novias entrar al estudio para pasar la
noche divirtiendose en los sillones del lobby mientras nosotros nos preguntabamos qué
estarian haciendo ellas. No fue un buen momento.
No se cómo, pero esa experiencia no me marco lo suficiente como para desertar de la idea
de conseguir un trabajo en Cherokee. Habia estado un año hostigando al gerente tratando de
convencerlo de contratarme. Todos los dias estaba ahí, como un reloj, durante el intervalo
que tenía para almorzar mientras trabajaba en Hollywood Music Store que quedaba
enfrente de los estudios. Unas semanas más tarde, finalmente se rindio y me ofrecio el
trabajo. Para mí, esto era un hecho significativo, un hito, estaba a sólo un paso de
convertirme en un musico profesional. 
Estaba muy equivocado, pero mi plan era trabajar en el estudio y asi poder establecer
conexiones con productores y musicos. Para mi, un estudio era ‘el’ lugar para conocer otros
interpretes que tomaran las cosas un poco más en serio y trabajando ahí con ellos por lo
menos obtendria una sesion de grabacion gratis cuando finalmente formara una banda. Con
esa idea tonta en mi cabeza, renuncié a Hollywood Music sientiendome como si hubiera
ganado la loteria.
En Cherokee me contrataron como cadete de los tecnicos ingenieros, ni más ni menos. No
me importaba. Me presenté el primer dia listo para hacer los mandados, sacar la basura,
cualquier cosa, en todo momento. Eso es lo que yo pense: casi me muero cuando descubri
que el trabajo de esa semana era conseguir todo lo que Motley Crüe fuera a necesitar,
cualquier cosa, de dia o de noche. La semana anterior, estos mismos tipos me habian
prohibido la entrada al estudio y probablemente se habian acostado con mi novia (yo le crei
cuando ella me dijo que nada habia pasado pero asi y todo…), y ahora yo tendria que pasar
las proximas semanas siendo “el chico de los mandados” de Motley Crüe. Estupendo!!!...
El gerente me dio 100 dolares para el primer pedido de la banda (estaba seguro que seria el
primero de muchos más); una botella grande de Jack Daniels, una botella grande de vodka,
varios paquetes de papas fritas y un par de cartones de cigarrillos.
Baje la cabeza, miré el dinero que tenia en la mano mientras me retiraba del lugar hacia la
calle debatiendo entre mí los pro y los contra de tener que tragarme mi orgullo. Era un dia
soleado, realmente un muy lindo día. Me detuve un instante a pensar en todo eso cuando
llegué a la licorería; miré al cielo, mire la calle y luego empece a caminar de nuevo –hacia
mi casa. Eso es todo; ahí se termina la historia. Considerando que desde entonces he pasado
muchas horas en salas de grabacion profesionales a traves de los años, es casi ridiculo que
nunca haya vuelto a poner un pie en Cherokee. Y a esta altura tampoco tengo intencion de
hacerlo; les debo a estos tipos 100 dolares. El primer y unico dia que pasé alli me ensañaron
algo invaluable: que yo debia abrirme camino en la musica, sólo. No me importaba perder
el empleo; cualquier idiota podia complacer a Motley Crüe o a quien quiera que sea; en
realidad ése era un trabajo que yo me resistia a hacer por cuestion de principios. Estoy
orgulloso de no haber aceptado ser un perrito faldero; luego fue todo más facil cuando
Motley Crue convoco a Guns n Roses como su banda soporte un par de años más tarde.

Ahora bien, habia renunciado a Hollywood Music pensando que el trabajo en los estudios
Cherokee seria el ultimo que tendria antes de lograr mi cometido. De ninguna manera! Las
cosas no estaban bien a este punto: no habia terminado la secundaria, no estaba estudiando
tampoco, y aparentemente habia abandonado el único trabajo que podria haberme ayudado
en algun modo.
Estaba desempleado y sin rumbo. Estuve así durante un tiempo. Era la oportunidad perfecta
para que mi mamá me mandara de nuevo al colegio; a cualquier colegio. Dios bendiga a mi
madre y su incansable labor y el eterno esmero que puso en educarme. Esta vez, Ola hizo lo
unico que tenía sentido hacer: ella sabia que amaba la música, entonces me anotó en una
escuela de musica bastante extraña. Una escuela tecnica.
Lamento muchisimo no recordar el nombre de ese lugar, aunque sí recuerdo que los
maestros eran muy dispersos. Hoy llego a la conclusion que mi madre se habra enterado de
la existencia de esta escuela por folletos que habrá encontrado en el Laundromat. De todos
modos, me anoté, asistí a las clases y unas semanas despues estaba ayudando a tirar cables
y poniendo filtros (tambien se conocen como ‘geles’) a las luces para varias presentaciones
en vivo. 
En este lugar se les enseñaba a los alumnos las tecnicas de iluminacion y sonido para shows
en vivo. Se los instruia en forma practica. 
Eramos 6 chicos en la clase, y casi inmediatamente empezamos a ser asistentes de los
tecnicos en Country Club, FM Station, y otros lugares de Los Angeles. En realidad era todo
una farsa: la escuela estaba financiada o ‘explotada’ por la compañía de productores que
montaban esos shows, asi que nosotros, los estudiantes, no sólo estabamos trabajando para
ellos gratis sino que teniamos que pagar matricula y cuota. Era todo bastante turbio pero allí
aprendi a manejar luces y sonido de shows en vivo. Lo disfruté mucho, hasta que una noche
me toco organizar la iluminacion del show de un grupo que intentaba parecerse a Duran
Duran; se llamaba “Bang Bang”. En ese momento me di cuenta de dos cosas: la primera,
que el show no podia ser más ridiculo, y la segunda era que, este trabajo de iluminador-
sonidista no me conducía a ningun lado.

Ansiaba tanto estar en una banda que urgaba una y otra vez en los avisos de “The
Recycler”, un diario de libre distribucion para músicos de L.A, todas las semanas, buscando
una propuesta que me atrajera. Muchas veces la busqueda fue en vano; solo pedian
guitarristas que dominen el ‘shred’. Hasta que vi uno que me intereso: era de un cantante y
un guitarrista que solicitaban otro guitarrista del estilo Aerosmith y Hanoi Rocks. Y lo más
importante; el aviso decia expresamente “sin barba, sin bigotes”.
Llame al numero de telefono que figuraba en el anuncio y fijamos una reunion en la
pension que alquilaban en Laurel Canyon. Mi novia y yo fuimos para alla; cuando llegamos
alli reconoci a Izzy inmediatamente como aquel chico que habia ido a la tienda de musica
con mi dibujo de Aerosmith en su mano; luego me di cuenta que el cantante que estaba a su
lado debia ser el que escuche aquella vez en el demo; que tenia un registro muy alto. Pensé
‘Ok! Esto puede llegar a estar bueno’.
La pension era una casucha tan pequeña que parecia un ropero; solo tenia espacio para una
cama y una TV (la unica fuente de luz que tenia el lugar) y un pequeño espacio para
sentarte –en el piso-.
Izzy y yo nos pusimos a charlar un rato pero Axl nunca dejo el telefono, aunque asintio con
la cabeza cuando entramos a la sala. En ese momento pense que era un maleducado, pero
ahora que lo conozco sé que no es así. Cuando Axl entabla una conversacion, despues no
hay forma de callarlo.
En Guns soliamos apodarlo Twain Wreck: cuando empezaba a contar una historia, se ponia
tan denso como Mark Twain.
Sin embargo, la reunion fue bastante tranquila: no se si decidieron que no necesitaban una
segunda guitarra o simplemente no les agradé yo. De cualquier modo, nuestro primer
encuentro fue irrelevante.

En cuanto Steven regreso a Hollywood, nos informó, orgulloso, que habia aprendido a tocar
la bateria en la casa de su madre en Valley, y estoy seguro que eso contribuyo para que su
madre lo echara de la casa una vez más.
Steven estaba listo para formar una banda conmigo, aunque yo todavia seguía tocando con
Tidus Sloan y respondiendo los pedidos de guitarristas de “The Recycler”. La verdad, tomé
a la ligera lo de Steven ya que a mi entender, él era un director social –tambien era un poco
pesado: empezo a venir conmigo a los ensayos con Tidus Sloan y siempre insitia con que él
era mejor baterista que Adam Greenberg.
Cuando finalmente me habia quedado sin banda, Steve me habia colmado tanto la paciencia
que no queria ni escucharlo tocar y mucho menos tocar con él.
La abuela de Steven le habia regalado su viejo Gremlin azul –el auto anda como suena su
nombre-, tenía forma cuadrada y era fuerte, robusto. Aparentemente como no podia ensayar
en la casa de su abuela, cargaba la bateria en el Gremlin todos los dias para ir a un parque
en Pico Boulevard, justo enfrente de los estudios de la Twentieth Century Fox. Este parque
tambien contaba con una pileta de natacion y un campo de golf; yo lo conocía
perfectamente ya que solia ir a jugar al futbol allí cuando tenia 9 años. Es una locura, pero
Steven armaba la bateria ahí, al lado de los paseos del parque y practicaba toda la tarde.
Seguramente los abuelos, deportistas, patos y perros estaban encantados con la situacion;
un rockero de cabello rubio batido tocando la bateria con todas sus fuerzas es lo
suficientemente ruidoso e inquietante como para ser agradable para la gente.
Una vez decidi ir a verlo, aunque seguia preguntandome por qué mientras iba en el auto
camino al parque. Estaba completamente oscuro cuando llegué. Estacioné detrás de su auto
y comencé a deambular por los caminos del parque hasta que lo encontre. Y ahí estaba
Steven; tocando la bateria en penumbras –solo iluminado por lejanos reflectores-, con el
extenso parque y el campo de golf de fondo. Era una situacion muy extraña, que me
impacto incluso antes de prestarle atencion a Steven; pero cuando lo hice automaticamente
me olvide del decorado. Me sente en la oscuridad y escuché tocar a Steven; y aunque no
estaba convencido de sus habilidades como interprete, estaba satisfecho. Ademas, no me
quedaba otra opcion.

Steven y yo estabamos en una situacion que ya nos parecia familiar pero igualmente
desagradable: estabamos buscando un cantante y ahora tambien un bajista. En este caso, la
presencia de Steven era importante, ya que él conocia a muchos músicos; había ido a ver a
todas las bandas que se presentaban en los bares de Los Angeles por aquellos dias y
tambien sabia todos los rumores: cuando Motley Crue ‘despegó’, Steve se entero que Lizzy
Grey (que habia formado London junto con Nikki Sixx –que ahora formaba parte de
Motley Crue-) tenia intenciones de volver con una segunda version de la banda. Eso sí era
una gran noticia. Steven y yo habiamos ido a ver a London un par de años antes y nos
volvimos locos. Izzy Stradlin fue parte de la segunda formacion de London, pero cuando se
fue, las cosas se vinieron abajo un poco y quedo vacante el puesto de guitarrista y baterista.
Steve y yo audicionamos para London donde el legendario grupo funk WAR solia ensayar
y grabar sus discos; quedaba en Sunset Blvd, cerca de Denny’s. En aquel entonces, ese
lugar no era más que un rancho que se caia a pedazos; hoy es donde está Guitar Center
Hollywood, por cierto.
Ensayamos alli con London durante cuatro dias; aprendimos un monton de sus canciones y
aunque estabamos un escalon más arriba que antes (la nada total), tampoco sirvio
demasiado. Pero la experiencia fue interesante porque ahí me di cuenta cuán extravagantes
pueden ser las estrellas de rock, o mas bien, aquellos que se creen estrellas de rock. 
Los integrantes de London se comportaban como si fueran seres imponentes, sobrenaturales
y como si Steven, yo y el resto del mundo fuesemos invisibles (casi inexistentes). En ese
momento me acorde de cuando era chico, de todos los artistas que habia conocido a traves
de mis padres; habia crecido rodeado de gente así. Lo habia visto todo; y aprendí lo que se
debe hacer y lo que no se debe hacer: habia visto verdaderas estrellas de rock realmente
enojados y a mamá lidiando con ellos. Aprendi mediante la observacion, cuán delicado y
paciente tenés que ser con tipos con esa personalidad. 
En ese momento, pensaba que London era grandioso y yo estaba impresionado e
intimidado. Ahora ni pienso tal cosa, ni me siento así. Me crucé con quien era el cantante
de London en ese momento, a principios de 2007 cuando manejaba mi auto camino al
estudio para grabar con Velvet Revolver; ahí estaba él, recorriendo Sunset, con el mismo
look, todavia buscando un lugar donde actuar.
Luego de intentar una y otra vez, inutilmente, Steven y yo decidimos emprender nuestro
propio camino: necesitabamos un bajista y un cantante, pero resolvimos que debiamos
seguir un orden logico y conseguir primero un bajista antes de seleccionar un cantante ya
que tendriamos una banda completa para tomar las pruebas.
Publicamos un aviso en la seccion de busqueda de “The Recycler” que decia así: 
SE NECESITA BAJISTA.
INFLUENCIAS: AEROSMITH, ALICE COOPER.
LLAMAR A SLASH

Recibimos varias llamadas, pero al único que quisimos conocer era a un pibe llamado
“Duff” que recien habia llegado de Seattle y que, por telefono, parecia ‘copado’.
Acordamos juntarnos en Canter’s Deli a las 8 de la noche.
Steven y yo elegimos una mesa cerca de la entrada, al frente del local; fuimos cada uno con
su novia. Recuerdo que ese dia, mi novia Ivonne llevaba una botella de vodka escondida en
una bolsa de papel madera guardada en su cartera -empecé a beber vodka por ella; incluso
antes de conocer a Ivonne sólo tomaba whiskey-.
Esperamos un rato largo, vimos pasar mucha gente pero ninguno de ellos parecia músico;
de hecho, las chicas estaban bastante borrachas cuando Duff finalmente llegó a Canter’s
Deli. Nosotros estabamos charlando y preguntándonos como luciría nuestro bajista cuando
se nos presentó un flaco –extremadamente flaco- rubio con pelos parados y jopo. Usaba
borcegos, una cadena con un candado en el cuello –al estilo Sid Vicious- y un tapado
impermeable de cuero rojo y negro –a pesar de los 42 grados de temperatura. Ninguno de
nosotros hubiera predicho algo así.
Codeé a Steven, callé a las chicas y murmuré -“Hey, miren. Este sí, este tiene que ser él”.
Duff habia estado en una serie de bandas de punk-rock en Seattle. En “Fartz” habia sido
sido guitarrista, en “The Fastbacks” (un cuarteto pre-grunge) habia tocado la bateria, entre
otras. Justo antes de mudarse a Los Angeles habia empezado a tocar el bajo. Duff nunca
perdia de vista su objetivo, era obstinado, perseverante y musicalmente muy versatil. Él no
habia abandonado Seattle por considerarlo un lugar poco creativo sino porque, al menos en
aquel tiempo, no habia propuestas que le atrayeran; y él queria ser músico. Duff sabia que
Los Angeles era la capital de la musica, asi que, sin planes y sin amigos que lo convocaran
para tocar, armo la valija, se subio a su viejo Chevy Nova rojo y tomo la ruta a Los Angeles
para ser famoso.
Desde el primer momento lo respete por su devoción: él y yo compartiamos una etica
laboral similar. Inmediatamente se establecio cierto parentezco entre nosotros (por llamarlo
de alguna manera); un lazo que mantenemos intacto desde entonces. 
“Conque vos sos Slash!” dijo y se sento a mi lado, “no eres como pensé”
“No me digas…” dije “ Y cómo esperabas que fuera?”
“Con ese nombre… Slash!, pense que serias amenazante, temible” me respondio. 
Steven y las chicas se rieron. 
“De verdad!... esperaba encontrarme con una especie de punk loco psicopata, con un
nombre como ese”
“Ah, si?!” dije haciendo muecas. Luego nos reimos en conjunto.
Si esto no habia roto el hielo, mi novia Ivonne se ocupo de hacerlo trizas unos minutos
despues. 
Habiamos entablado una charla; Duff nos estaba conociendo a nosotros y viceversa cuando,
sin razon alguna, Ivonne pasa por encima mío y apoya su mano en el hombro de Duff…
“Te puedo hacer una pregunta muy personal?” dijo con un tono de voz más elevado que de
costumbre.
“Sí, claro” contesto Duff.
“Sos gay?... Es sólo por curiosidad...
Por primera vez en horas habia silencio en la mesa. Qué queres que te diga?... siempre me
gustaron las mujeres francas y directas.
“No, claro que no” dijo Duff “No soy gay. Estoy seguro de eso”
Cuando esa conversacion se diluyo, las chicas, Steven, Duff, y yo fuimos hacia el primer
piso, nos metimos todos en un baño, destapamos una botella de vodka y comenzamos a ser
una banda en ese mismo momento, alli en Canter’s Deli. Luego empezamos a buscar al
cantante.
Durante un mes estuvimos con las audiciones. Probamos a Ron Reyes, mas conocido como
Chavo Pederast (era su apodo mientras lideró Black Flag por unos meses en 1979), entre
otros. Como de costumbre no pudimos hallar al hombre que buscabamos, pero surgieron
muy buenas ideas: en ese momento compusimos el riff de una cancion que poco despues se
convirtió en Rocket Queen, entre otras cosas.
A pesar de la creatividad que fluia entre nosotros tres, comence a sentirme un tanto
frustrado con Steven. Él nunca compartio la etica laboral que Duff y yo sí compartimos;
nosotros nos dedicabamos a la banda y él se dedicaba a irse de joda. Era irritante verlo
gastar su energia de esa manera cuando teniamos tantas cosas para hacer. A esa altura era
obvio que debiamos encontrar al tipo correcto y tendriamos una banda que realmente
valiera la pena. El problema era que no teniamos cantante, pero Steven se comportaba
como si ya hubiesemos sido contratados por una compañía discografica.
Al final, fui yo quien cortó con la banda: le dije a Duff que esto así no iba a funcionar;
tambien deje de ver a Steven por un tiempo.
Duff fue en busca de algo mejor: Casualmente, cuando se mudo a Los Angeles, consiguió
un departamento en Orange Avenue, justo enfrente de la pension donde se alojaba Izzy.
Tan pronto como se conocieron, se hicieron amigos y asi fue como Duff termino tocando
en L.A.Guns/Hollywood Rose.

Esas eran las unicas dos bandas destacables despues de Motley Crue. LA Guns y
Hollywood Rose. Ambas bandas eran una especie de puerta giratoria, sin una formacion
estable ya que compartian los musicos a un punto casi incestuoso.
El ‘fundador’ de LA Guns fue Tracii Guns. Él y yo fuimos compañeros en el Fairfax High.
LA Guns era una version mas dura y pesada de la precaria banda de la cual Tracii formaba
parte siendo adolescente, y que tocaba en fiestitas de mala muerte.
Hollywood Rose tenia ese ‘algo’ mas. Me encontre con Steven justo despues de una
presentacion de la banda; y definió al agudo cantante como un tipo que podia derribar los
techos, ahi me di cuenta que, por primera vez, Steven no estaba exagerando. En ese
momento no lo relacione con el tipo del demo quizá porque la cinta y la grabacion eran de
muy mala calidad.
Steve y yo fuimos a ver el show de Hollywood Rose en Gazzarri’s, y por primera vez
contemple al mejor cantante que habia en Hollywood en ese entonces: W. Axl Rose.
Similar al demo, el show no era mas que un grupo de principiantes poniendo lo mejor de sí;
lo que se llamaria una ‘banda de garage’, pero tenian una cosa muy energica y
desenfrenada, muy loca; un gran sentido del caos. O por lo menos dos de ellos tenian ese
‘no se qué’: Izzy y Axl; los demas integrantes eran bastante insulsos y aburridos; pasaban
desapercibidos, pero esos dos amigos de Lafayette, Indiana tenian un aire siniestro y
diabolico: Izzy siempre estaba de rodillas, no hacia mas que arrastrarse por el escenario y
Axl gritaba tanto que su corazon era capaz de salirse por su boca. El show fue abrasador,
devastador, maravilloso. La voz de Axl me impacto al instante. Era tan versatil; y detrás de
esos agudos imposibles se escondia una esencia blusera fascinante.
Como te dije, Hollywood Rose (y tambien LA Guns) era una ‘puerta giratoria’. Sus
integrantes se conocian todos y estaban siempre yendo y viniendo. El bajista Steve Darrow
trabajo con Izzy repartiendo el diario LA Weekly todas las tardes, de manera que eran
amigos, pero a Axl nunca le cayó del todo bien el guitarrista Chris Weber. No se por qué.
El hecho es que aparentemente Axl lo habia hechado de la banda sin decirle nada a sus
compañeros y Steve se entero que estarian audicionando guitarristas al dia siguiente.
Todavia hoy me suena tan confuso e incoherente como en aquel entonces, pero Steven me
convenció de ir al lugar donde ensayaban; era una casucha ubicada en Selma y Highland; a
la que llamaban La Fortaleza pero este lugar era el símbolo del harapiento estilo punk
hollywoodense porque sólo ellos podrian haberlo dejado en un estado tan desastroso. 
Los rockeros no descartamos ni rompemos las cosas salvo que hayan cumplido su funcion y
esten viejas, pero los punks arruinan todo sin criterio alguno.
No puedo decir de qué color era originalmente la alfombra de ‘La Fortaleza’ pero en ese
momento era una mezcla de amarillo y marrón; cubria el piso y las paredes, ya que tambien
la habian usado para islar el sonido. El lugar era realmente desagradable, un juntadero de
piojos.
Empece a ensayar con ellos y todo funcionaba bien, hasta que Izzy decidió irse del lugar
durante la segunda cancion -ahora sé que esa actitud es un mecanismo de defensa. Cuando
él cree que algo no anda del todo bien, no arma ninguna escena, simplemente se va, sin
rever la situacion.
Aparentemente Izzy no sabia qué hacía yo ahí y estaba justificadamente disgustado con Axl
por haber despedido a Chris Weber sin consutarle ni informarle absolutamente nada.
Al final, despues nos hicimos amigos y hablamos del hecho. 
Izzy siempre fue un tipo tranquilo, siempre mantuvo la calma; nunca se alteraba pero
siempre estaba atento a todo, nada se le pasaba por alto, nunca bajaba la guardia. Pero
cuando le pregunte acerca de aquella situacion, me lanzo una mirada seria, casi temeraria; y
no tuve dudas que su actitud era sincera.
“Es muy simple”, me respondio. “No me gusta que me digan lo que tengo que hacer. No
me gusta que me impongan las cosas; bajo ningun concepto”
De todos modos, Izzy se fue. Yo habia tenido que presenciar esta escena sin tener
absolutamente nada que ver y sin tener la menor idea de lo que estaba sucediendo. Fue un
momento bastante incomodo pero despues de un rato comenzamos a tocar de nuevo.
No sabia que yo estaba en el medio de la situacion; que todo lo que habia pasado era
consecuencia directa de mi presencia allí. 
Resulta que Tracii Guns habia peleado mucho por ese show, se habia esforzado mucho para
llegar hasta ahí; él habia contratado a Izzy y Axl para estar en la banda. Me imagino cómo
se habra sentido al saber que ellos lo habian reemplazado por mí.
Yo no sabia nada de eso; y si lo hubiera sabido tampoco me hubiera hecho cargo en
absoluto.
Finalmente, despues de tanto insistir, estaba en una banda que tenia un gran cantante. O por
lo menos, una banda que tenía cantante.
Axl empezo a tirar ideas de cómo armar la banda y pensó que Izzy y yo hariamos un buen
dueto -la verdad es que nunca discutimos ese tema, Axl decidio todo- pero he aquí otro
problema: yo estaba con ellos pero Izzy se habia ido. A mi entender, Hollywood Rose
estaba formado por Axl, Steve Darrow, Steven Adler y yo.
Tocamos un par de veces en Madame Wong’s East and West, y ensayabamos en un estudio
llamado Shamrock en Santa Monica Boulevard, entre Western y Gower. Ese lugar era
increible; nada prodría suceder allí, considerando que estaba muy lejos de Hollywood, no
podria pasar nada sin llamar la atencion de las autoridades. Habia tres estudios en el
complejo y los dueños armaban fiestas loquísimas todos los fines de semana. Eran fiestas al
limite.
Axl y yo nos hicimos muy amigos durante este periodo porque por un tiempo, él vivió en
mi casa con mi familia; no porque fueramos almas gemelas sino porque en aquel momento
Axl no tenia lugar donde estar, entonces se quedaba donde podía. Mientras vivio con
nosotros, yo me iba a trabajar y él se quedaba durmiendo en la habitacion del sótano,
rodeado de mis serpientes y mis gatos; cuando llegaba a casa, lo despertaba y los dos nos
ibamos a ensayar.
De todos modos, aprendi mucho de Axl, en esos dias. Hablabamos mucho de música y de
las cosas que nos parecían buenas, escuchabamos una cancion y luego la analizábamos, y
estaba clarisimo que, en teminos musicales, teníamos mucho en comun, éramos muy
parecidos. Teniamos mutuo respeto por las influencias de cada uno.
Tambien le interesaba hablar de la vida. De la suya, y de la vida en un sentido más amplio.
Yo no tenia mucho que decir, pero siempre supe escuchar. Asi que me contaba de su
familia y los malos momentos por los que habia tenido que pasar en Indiana. No lo podia
creer; simplemente su historia de vida iba mucho mas alla de lo que yo era capaz de
comprender.
Axl me impacto en aquel entonces -como sigue haciendolo hoy-, en este sentido: no le
importa lo que la gente pueda decir o pensar, él es brutalmente honesto. Su version de los
hechos puede parecer un tanto ‘particular’ –por llamarlo de alguna manera- pero la verdad
es que él dice lo que piensa y relamente cree con todo su corazon en aquello que dice. No
creo haber conocido otra persona tan sincera. 
No me escandalicé cuando Axl me contaba que la vida con su familia no fue un cuento de
hadas. Como dije, mi habitacion estaba en un sótano, dos pisos abajo del garage de casa y
cuando yo no estaba, Axl pasaba allí la mayor parte del día. Pero una vez, luego de
haberme ido a trabajar a la mañana, aparentemente subio a mi casa y se tiro en el sillon del
living. Para otras familias, esto no debia ser gran cosa, pero para mi familia sí lo era. Mi
abuela era nuestra ‘directora’, ella tomaba las decisiones; y ese sofá era su trono, alli se
sentaba todas las tardes a mirar la tele. Cuando llegó, puntualmente para disfrutar de sus
programas favoritos, y encontró a Axl cómodamente recostado sobre su sillon, Ola madre
trato de despertarlo muy amablemente. Con un tono de voz dulce y suave le pidio si por
favor podria levantarse del sofa y volver a mi habitacion donde podria seguir durmiendo
todo el tiempo que quisiera. De cualquier manera, esto no termino bien: por lo que yo sé,
Axl la mando al carajo y se fue para el sotano –al menos eso es lo que mi mamá me dijo.
Mi madre es una persona de trato facil, para nada complicada; pero ese día me llamó aparte
y me aclaró que si Axl queria seguir viviendo allí, debia disculparse con la abuela y
prometer que nunca más se comportaria de esa manera; y que era mi deber hablar con Axl y
convencerlo de ello –cosa que en primer momento me parecio bastante facil-.
Ola solia prestarnos su auto, un Datsun 510. Esa tarde, trate de hablar con él al respecto,
camino a la fortaleza. Le dije –de la mejor manera posible- que “quiza deberia pedirle
disculpas a mi abuela por mandarla al carajo”.
No conocía mucho a Axl, pero sabia que era una persona muy sensible y retraida que solia
tener ese tipo de arranques; asi que elegí con cuidado mis palabras y expuse el problema
objetivamente, sin juzgar a nadie. Mientras le hablaba, Axl miraba fijamente por la ventana
y despues comenzo a hamacarse en el asiento del copiloto. Ibamos por Santa Monica
Boulevard a 70 km/h cuando de repente abrió la puerta y saltó del auto sin pronunciar
palabra. Tropezó, pego un salto y llego a la vereda sin caerse; recobro el equilibrio y se fue
caminando sin mirar atrás.
Quedé shockeado. Doble en U –para retomar en sentido contrario- y recorri los alrededores
por una hora aproximadamente pero no pude encontrarlo. No fue a casa esa noche y falto a
los ensayos durante 4 dias. Al quinto dia, aparecio en el estudio como si nada hubiera
pasado: habia encontrado otro lugar para estar y nunca mas hablo del tema.
A este punto, estaba claro que Axl era un ser ‘especial’, con rasgos de personalidad muy
diferentes a los del resto de las personas que conocía.

El último show de Hollywood Rose tuvo lugar en Troubadour y termino siendo memorable.
Era una noche fuera de lo común, basicamente una sucesion de casi buenos momentos. El
show empezo más tarde y el sonido era muy feo, el público estaba alborotado y queria
retirarse. No habia forma de cambiar el ambiente; lo intentamos todo, pero no pudimos.
Habia un tipo en la primera fila que empezo a insultar a Axl. No paso mucho tiempo hasta
que Axl finalmente perdió la paciencia y reacciono; no recuerdo bien si le arrojo un vaso o
le rompio una botella en la cabeza –si fue una cosa u otra, es poco importante- pero esa fue
la forma de expresar la frustracion que sentía la banda y que venia reprimiendo hace rato. 
Mientras observaba la pelea que este tipo habia armado en el escenario, la banda seguia
tocando. Habia una desantecion total. Yo sabia que iba a renunciar una vez terminado el
show. La imagen de Axl persiguiendo a esta persona fue como una revelacion del universo.
No es que no lo haya visto venir, sino que yo no estaba satisfecho y la situacion de la banda
en general no parecia ser algo estable.
En los meses que estuvimos juntos, solo hicimos un par de shows –los cuento con los dedos
de una mano- y la banda nunca llego a sentirse del todo bien.
En este punto, no se necesitaba mucho: la escena de la botella fue innecesaria; desvio la
atencion de lo que era relamente importante, la musica. Pero así estabamos: eramos una
banda incipiente con un monton de problemas internos tratando de ser famosa, y que
todavia teniamos que lidiar con situaciones como esas. Para Axl, la actitud de este
individuo fue ofensiva, pero no todos pensamos lo mismo: Él lo sintió asi y lo hizo, y si
realmente era necesario, bienvenido; pero la verdad es que hay veces que tienes que dejar
pasar ciertas cosas y saber cómo reaccionar frente a diversas situaciones: parar el show y
aclarar los tantos hubiese sido mucho mejor.
Si vamos a hablar de rock and roll, me gustaba la postura tajante e impulsiva de mandar al
carajo a todos y terminar a las piñas, pero si nosotros queriamos ser famosos y formar una
banda de rock, debiamos ser profesionales, y esa conducta podia llegar a ser problema.
Axl es una persona dramatica. Todo lo que hace o dice tiene un significado teatral,
grandioso, escenico; las pequeñas cosas se vuelven descomunales en su cabeza, por lo tanto
un ‘intercambio de opiniones’ podia transfromarse en una discusion, y las discusiones
podian tornarse grandes peleas. En fin, Axl tiene su propio modo de ver las cosas. 
Yo soy un tipo bastante facil de tratar –por lo menos eso es lo que me dicen-, pero cuando
Axl perdia los estribos, nunca le seguí el juego, nunca reaccione de la misma manera.
Nuestro enfrentamiento no pasaba del “QUE?!...qué me estas diciendo, vos?!” y nada mas,
porque luego me iba volando de ahí. Tenia tantos altibajos y reacciones extremas que estar
cerca de él te hacia sentir como si estuvieras subido a una montaña rusa. Lo que todavia no
sabia que este comportamiento en Axl era algo recurrente.
De cualquier manera, cuando termino el show les dije a los integrantes de Hollywood Rose
que renunciaba y la banda se separó. Axl y yo tomamos caminos diferentes, sólo por un
tiempo: él se reencontró con Tracci Guns y se sumó a LA Guns -que luego se transformaría
en la primera version de Guns n’ Roses-; y yo me uní a Black Sheep, la banda de Willie
Bass, en la cual se han iniciado musicos muy talentosos.
Willie es un gran lider. Negro y de gran estatura, él canta y toca el bajo y ha lanzado a
grandes guitarristas y shredders, uno atrás de otro: Paul Gibert, Yngwie Malmsteen, Mitch
Perry (que ha tocado con Michael Schenker) han pasado por Black Sheep y yo tambien
forme parte de la banda por un corto periodo.
El shredding no era mi fuerte; -podia tocar rápido pero preferia más el estilo de Chuck
Berry al alarde del heavy metal- pero de todas maneras me metí en el grupo porque despues
de Hollywood Rose me di cuenta que estar en el circuito, y que te conozcan era esencial:
me daba la posibilidad de conocer otros musicos, tocar y aprender de ellos. En fin, ganar
experiencia, que era algo que no podria conseguir tratando de hacer contactos vagando por
Sunset Strip.
Hicimos una presentacion ante 800 personas aproximadamente en el Country Club, en
Valley. Debo decir que fue un show bastante bueno; fue la primera vez que toqué ante tanta
gente. Disfrute el estar en el escenario pero recuerdo haber tenido la sensacion de haber
tocado horrible. Despues supe que Axl habia estado allí; en ese momento no lo sabía
porque no se hizo ver ni se acerco a saludar.
Black Sheep no estaba dando muchos shows; de hecho, luego de ése no tuvimos otros; solo
nos juntabamos a ensayar. Mi paso fugaz por Black Sheep no fue como imaginé pero me
hizo más conocido; si a mi me parecia que tocar en una banda popular iba a encauzar mi
carrera, tocar con la “banda del día” en el club más famoso de Los Angeles no era una mala
idea.
El guitarrista de Poison, Matt Smith, me llamo por telefono cuando decidio que iba a dejar
la banda. Su esposa estaba embarazada y habian resuelto volver a Pennsylvania para formar
una familia. Matt y yo teniamos amigos en comun y él me habia invitado a un par de fiestas
de Poison. Matt era un muy buen tipo, con los pies en la tierra –el menos ‘Poison’ de
todos-. Él sabia que Poison no era mi estilo, pero me dijo que seria un buen espectaculo,
que pagaban bien y de antemano yo sabía que la banda era muy solicitada. Los integrantes
de Poison y yo eramos polos opuestos pero Matt me convencio de intentarlo.
La banda ensayaba en un departamento en Venice Blvd, -en la interseccion de Washington
y La Brea, o cerca de ahí-. El lugar estaba empapelado con posters… de ellos. Me presente
a la audicion con el uniforme: jeans, una remera y un par de mocasines de cuero marron
con flecos alrededor del tobillo, que me habia robado de la feria.
Me aprendi 4 o 5 canciones del disco que ellos me habian dado; se quedaron ‘muertos’ con
mi interpretacion cuando las ensayamos. Me llamaron para una segunda prueba; recuerdo al
bajista Bobby Dall mirandome mientras tocaba ya que esta vez la cosa era diferente:
estaban enfocados en la imagen.
“Que es eso?!” me preguntó. “Vos no usarás esos zapatos en el escenario... o sí?”
“A decir verdad, no habia pensado en eso”, le respondi. Él parecia preocupado y
confundido.
Poison habia decidido volver a convocar a tres gutiarristas. Ese dia habia otro tipo tambien;
tenia el cabello rubio platinado, una reluciente campera blanca de cuero, y el rostro
maquillado -con la boca color rosa perlado-. Cuando lo ví, supe que lo elegirian a él.
Efectivamente lo hicieron; el tipo era C.C Deville.
Toqué las canciones perfectamente; ese era el unico punto a favor que tenia ya que si
hablamos de cuestiones esteticas y de puestas en escena, definitivamente yo no era lo que
ellos estaban buscando.

En 1984, Axl me ayudo a conseguir un trabajo en Tower Video. Fue raro volver a verlo;
esa situacion me dejo un sabor amargo. Al disolverse Hollywood Rose, Axl y yo no nos
llevabamos mal pero luego surgieron ciertos problemas de índole un poco mas ‘personal’:
él se habia acostado con mi novia –y en breve, ex novia- Ivonne.
Conocí a Ivonne a traves de Marc Canter, en el recital de Ratt –donde tocaba Yngwie
Malmsteen- en Hollywood Palladium. Ella, anteriormente, habia salido con el lider de Ratt,
Stephen Pearcy.
Despues del show, fuimos a cenar al Beverly Hills Café (uno de los lugares preferidos de
Marc); allí nos enamoramos y luego empezamos a salir.
Yvonne era una persona increible; sociable y muy divertida. Empecé a escuchar a Hanoi
Rocks, por ella. Tambien conoci al cantante, Mike Monroe.
Hanoi Rocks era una banda que yo apreciaba mucho; que fue una gran influencia para Guns
n Roses y que todavia siguen siendo una ‘institucion del rock and roll’.
Ivonne y yo fuimos novios por un tiempo hasta que, en una de las tantas pausas que nos
tomamos luego de las peleas, Axl se acosto con ella. La situacion no me causo gracia pero
tampoco puedo decir que me sorprendió, porque a Axl siempre le gusto Ivonne
Cuando ella y yo nos reconciliamos, con el pretexto de querer ser sincera conmigo, me
conto de su ‘romance’ –por llamarlo de alguna manera- con Axl, cuando el motivo real de
blanquear la situacion era, quizá, vengarse de mi por haberla dejado.
Lo fui a buscar a Tower Records, donde trabajaba para enfrentarme con él cara a cara.
Estaba furioso.
-Te acostaste con mi novia!!!, le dije. Como pudiste comportarte así conmigo?!!!!!
En esto tengo que darle credito a Axl y decir que lejos de escaparle al problema, él fue muy
honesto conmigo: Me dijo que sí; que Ivonne y él habian pasado la noche juntos.
“Cuál es el problema? Eso sucedió mientras ustedes estaban separados” me respondió.
Yo no veía las cosas de esa manera, asi que la discusión fue subiendo de tono hasta que me
invito a solucionar el tema de otra manera…a los golpes. Por un momento pense en aceptar
la invitacion y romperle la cara pero recapacité y desistí de la idea. No hace falta decirlo,
pasó un tiempo hasta que se me fuera el enojo.
Un día, Axl se entero que yo estaba buscando trabajo y, con intencion de hacer las paces,
me comento que habia un puesto disponible en Tower. Me pareció un buen gesto de su
parte. Axl siempre elige grandes gestos para resolver los problemas.
Tower video estaba ubicado justo enfrente de Tower Records, donde años antes me habian
descubierto robando cassettes.
Axl se estaba hospedando en casa de uno de los gerentes y una vez que me sume al staff de
empleados, no tardé en darme cuenta de dos cosas: la primera, que mis compañeros tenian
una personalidad muy particular; eran seres pintorezcos, originales, y estaban totalmente
chiflados; y la segunda, que yo tambien era de la partida. 
Eramos los empleados mas ridiculos de toda la empresa: descuidados, haraganes y
totalmente inconscientes. No creo que Tower haya contratado nunca seres más negligentes
que nosotros. Tower Classical, que estaba situado al lado de Tower Video, tambien contaba
con un selecto clan de viejitos alcoholicos muy divertidos. 
Todas las noches, cuando el gerente general se retiraba –a las 8 p.m-, mis compañeros y yo
ibamos a la licoreria, comprabamos muchas bebidas, regresabamos y poniamos peliculas
porno en el video y el disco de nuestras bandas favoritas en el stereo. Luego nos
dedicabamos a beber y a ignorar totalmente a los clientes que deambulaban por el local.
Las camaras de seguridad no eran un problema ya que no teniamos las botellas en el sector
de cajas, asi que todo paso desapercibido por mucho tiempo –imagino que si esos videos
fueran vistos, nos mostrarian perezosos y poco serviciales-. Haciamos las mezclas en la
oficina del fondo y las poniamos en vasos de plastico para poder caminar por el local con el
trago sin despertar sospechas. Con una mano, registrabamos las compras y con la otra,
sosteniamos un “destornillador”.
Estoy seguro que los compradores se daban cuenta de lo que estaba sucediendo en cuanto
les hablabamos -por el aliento-, pero nadie nunca se quejó porque quedaban asombrados, y
sin palabras al ver la situacion.
En fin, nuestra imagen era terrorifica, y nuestro comportamiento provocaba miedo en gran
parte de los clientes, asi que entraban, compraban y se retiraban los más rapido posible.
Desafortundamente, uno de los gerentes nos descubrio y cuando lo hizo, Axl se llevo la
peor parte: fue despedido por las travesuras que habiamos hecho todos. Aún así, yo sabía
por qué: Axl es un lider nato, su presencia tiene ‘peso’ y cuenta con la capacidad de saber
influenciar a la gente; definitivamente es una amenaza para cualquier persona que tenga un
poco de poder. En ese momento, lo señalaron como el cabecilla de todos nosotros, y por
eso lo echaron.

Se nubla mi memoria muchas veces al tratar de recordar con exactitud cómo se formo Guns
n’ Roses porque, honestamente, en gran parte de esa historia no estuve presente. No escribi
este libro para presentar una cronologia de la banda, qué ocurrio primero y que ocurrio
despues o para aclarar algun malentendido acerca de quien llego antes o quien inventó tal o
cual cosa; sino para contar mi experiencia. Yo sólo puedo hablar por mí.
De cualquier manera, a principios de 1985, Axl y Tracii Guns empezaron a armar una
banda; convocaron a Ole Bench y Rob Gardner que habian tocado bateria y bajo,
respectivamente, en LA Guns. Izzy se suma al grupo, poco despues y es, en ese momento,
cuando Axl decide cambiar el nombre por el de Guns n’ Roses, por razones obvias.
Finalmente Tracii habia conseguido lo que tantas veces habia soñado –como dije
anteriormente, él habia estado ‘persiguiendo’ a Axl y a Izzy para formar una banda los
tres-. Tocaron un par de veces, y escribieron un par de canciones. En ese orden.
Todavia yo seguia trabajando en Tower y no estaba haciendo nada mas alla de eso. Sentí un
poco de envidia cuando Izzy me trajo el folleto del show de Guns n’ Roses en Orange
County. 
En algun momento, Duff reemplazó a Ole. Tambien hicieron un par de shows y escribieron
algunas canciones más. 
Yo creo que, durante los shows en Orange County, Tracii y Axl tuvieron una gran pelea
que hizo que Tracii renunciara a la banda.
Una noche, Axl aparecio en Tower y me pregunto si estaba interesado en juntarme con Izzy
a escribir algunas canciones y tocar con ellos en un show. Me detuve por un instante a
pensar en el significado real de lo que me habia dicho: Axl y Izzy eran una unidad,
entonces los otros integrantes de la banda debian llevarse bien con ambos. Izzy se habia ido
muy rapido de Hollywood Rose como para llegar a conocerme bien. A mi me agradaba
Izzy; despues de todo, fue al primero que conoci y admire ademas de compartir su estilo; y
si él se llevaba bien con Axl y yo me llevaba bien con él, en poco tiempo yo me llevaria
bien con Axl, y ante cualquier discusion entre nosotros, Izzy seria una especie de mediador.
Axl y yo coincidiamos en un monton de cosas pero teniamos personalidades muy
diferentes; la pasabamos bien juntos y tambien formamos un excelente equipo de trabajo
aunque fueramos polos opuestos. Izzy (y mas tarde, Duff) serian de gran ayuda en esta
relacion, pero en ese momento, la presencia de Izzy bastaba para calmar las aguas.
Unos dias despues, fui al departamento de Izzy; me comento que estaba trabajando en una
cancion llamada Don’t Cry, que me gusto mucho –me cerro inmediatamente-. Escribi
algunas melodias para esa cancion y en el transcurso de la tarde, terminamos de darle
forma. 
Fue una buena sesion; parecia como si huebieramos estado zapando por años.
Encontramos un lugar para ensayar en Silverlake: Duff, Izzy, Axl, Rob Gardner y yo. 
Como ya nos conociamos todos, esa misma tarde empezamos a tocar algunas canciones.
Todo se afirmo rapidamente: fue uno de esos momentos mágicos donde la musica habla por
sí sola y donde las habilidades de un intérprete complementan las del otro y la banda se
transforma en una unidad, en algo colectivo. Nunca sentí algo tan intenso en mi vida. Y
todo lo hizo ese estilo de musica, el rock and roll andrajoso de Aerosmith en sus inicios,
AC/DC, Humble Pie y Alice Cooper. Cada uno de nosotros utilizo sus influencias
musicales al maximo. Habia algo en el aire que me decia que no eramos como las otras
bandas, que vienen a Los Angeles con la unica intencion de conseguir un contrato
discografico. No nos interesaban las poses o hacer canciones estupidas, aunque estas se
convirtieran en exitos rotundos y garantizaran un interminable desfile de chicas hermosas
alrededor nuestro. No haciamos esas especulaciones. Eramos un par de ratas de albañal a
las que les gustaba la misma musica. Nos apasionaba tocar, y teniamos un objetivo común
y un sentido de la integridad bien marcado. Esa era la diferencia entre nosotros y el resto de
las bandas de rock.
CAPITULO 6:
APRENDIENDO A VIVIR COMO ANIMALES

No eramos esa clase de gente que aceptan un ‘no’ por respuesta, pero a nosotros sí nos
gustaba dar un ‘no’ por respuesta. Como personas, eramos pibes con calle,
independientes, que nos gustaba hacer las cosas a su manera: antes de ceder,
preferiamos estar muertos. Cuando formamos la banda, esa cualidad se multiplico
por cinco ya que respaldabamos y defendiamos al otro, tan ferozmente como lo
haciamos individualmente.
Las tres acepciones de la palabra “pandilla” eran totalmente aplicables a nosotros: 1)
eramos un grupo de personas que tenian un comportamiento criminal; 2) eramos un
grupo de personas con gustos similares e intereses mutuos que se asociaban para
trabajar juntos; y 3) eramos un grupo de personas que se reunian con el fin de
cometer delitos o tener otras conductas antisociales. 
Tambien teniamos el sentido de lealtad -un tanto mafioso-, propio de las pandillas:
solo confiabamos en el mayor de nosotros y todos protegiamos al grupo.
Fuimos exitosos por nuestros propios medios, por nuestra garra, por nuestra fuerza
de voluntad, pero el camino tampoco se nos hizo facil. 
Nuestra banda era diferente a las otras; no aceptabamos criticas de nadie –ni de los
pares, ni de los charlatanes que se ofrecian a representarnos para llenarse de oro a
costilla nuestra, ni de los ‘caza-talentos’ que venian en nombre de tal o cual
discografica y se peleaban para contratarnos-. No hicimos nada para ganar espacio y
rechazamos el ‘éxito rapido’. Esperamos a que nuestra popularidad hablara por sí
sola, y que las discograficas se percataran de ello. Y cuando lo hicieron; nosotros se la
hicimos pagar.

Ensayabamos todos los dias, tocabamos canciones de otras bandas que nos gustaran como
‘Move to the city’ y ‘Reckless Life’, que eran de Hollywood Rose. Teniamos muy malos
equipos de sonido, asi que muchas canciones las compusimos sin que Axl pudiera cantarlas
como Dios manda; sólo las cantaba por lo bajo, escuchaba las melodias sobre las que
estabamos trabajando, daba su opinion al respecto y aportaba ideas. 
Despues de tres dias de trabajo, ya teniamos una lista de canciones que incluía ‘Don`t Cry’
y ‘Shadow of your love’; asi que, por unanimidad, decidimos que estabamos listos para
mostrarnos al público. 
Podríamos haber empezado por un club local, porque conociamos a la gente indicada, pero
no; concluímos en que despues de tres ensayos, hariamos un tour que no sólo no durara
solamente un fin de semana por los clubes de Los Angeles sino que aceptamos la oferta de
Duff y nos fuimos de gira: luego de tocar en L.A, pasamos por Sacramento y llegamos
hasta Seattle. Era altamente improbable que esto nos saliera bien pero para nosotros, era la
mejor idea que se nos podia haber ocurrido, una meta logica, una decisión sabia.
Planeabamos apilar los equipos y partir en un par de días, pero nuestro coraje asustó tanto
al baterista, que renuncio inmediatamente. Esto no sorprendio a nadie porque Rob podia
tocar muy bien pero desde un principio, no ‘encajo’ en la banda: no era de la misma
especie, no era uno de nosotros, no era un tipo que venderia su alma por tocar rock and roll.
Fue una salida agradable, educada –no podiamos creer que alguien haya ensayado durante
tres dias para despues no aceptar recorrer la costa con una banda desconocida que sólo
llevaba los equipos y la ropa que tenía puesta; de todos modos, aceptamos su decisión. No
obstante, no nos detendríamos; asi que llamé al único baterista que sabía que aceptaria,
instantaneamente, viajar con nosotros si se lo pidieramos: Steven Adler. 
Observamos a Steven armar una bateria de doble bombo e improvisar algunos ‘fills’ en los
ensayos del dia siguiente. El toque estético estaba ausente en su interpretacion pero eso no
era un problema que nos quitara el sueño; ya que pronto se corregiría. Resolveríamos el
dilema de un modo ‘muy Guns’:
En uno de los ensayos, una vez Steven se retiro de la sala para ir al baño. En ese momento,
Izzy y Duff escondieron algunas piezas de la bateria: uno de los bombos, el tom de piso y
uno de aire. Cuando Steven regreso, tomo asiento y comenzó el conteo de la proxima
canción sin percatarse de que su equipo estaba incompleto.
“Hey, donde esta el otro bombo?”, pregunto mientras miraba alrededor como si lo hubiera
perdido en camino al baño. Yo vine con dos… donde esta el resto de mi bateria?
“No te preocupes. No la necesitas, sólo marcá la cancion”, le respondió Izzy.
Steven nunca más recupero sus bombos, y es lo mejor que le pudo pasar. 
De los cinco, él era el más contemporaneo de todos, lo que proveia un elemento clave a
nuestro sonido –pero no lo dejariamos insistir en ese tema. Debia ser un baterista de rock:
sólo tenia que tocar cuatro negras por compas; que era un ritmo que ‘encajaba’ con Duff y
nos daba a Izzy y a mí cierta libertad para crear nuevos sonidos. Queriamos adicionarle al
rock/blues ese aire obsesivo, neurotico y descontrolado del estilo punk de la primera hora;
sin mencionar lo que aportó Axl con sus letras y forma de cantar, que tambien fue muy
importante. Axl tenía una voz ‘unica’; brillante en rango y tono pero a pesar de que, a
menudo era potente, aguda y agresiva, en otros momentos, era sentimental y melancólica
porque él habia formado parte del coro de la iglesia cuando era chico; entonces tenia esa
formacion vocal.
Luego de esta prueba, Steven se sumó al grupo y así quedo formada la primera version de
Guns n’ Roses.
Teniamos un tour por delante, asi que lo unico que necesitabamos eran ‘ruedas’.
La gente que conoce a un musico, exitoso o no, sabe bien que ellos son adeptos a pedir
cosas prestadas a sus amigos.
Sólo basto una llamada por telefono y una breve charla con nosotros, para covencer a
Danny y Joe de acompañarnos. Danny y Joe eran fieles amigos y ademas tenian un auto, el
cual usariamos con regularidad de ahora en más. Para hacer un poco más atractiva la
propuesta, nombramos a Danny como director de la gira y a Joe como ‘plomo’.
A la mañana siguiente, Danny condujo su viejo Odsmobile 1975 de color verde hasta
Valley, le enganchamos un trailer, donde cargamos los amplificadores, las guitarras y la
bateria, nos subimos al auto y emprendimos el viaje. Ninguno de nosotros –excepto Duff-
calculo que recorreríamos casi 1600 Km y llegando a Fresno, entre Los Angeles y
Sacramento –aproximadamente a 300 km cada ciudad-, el auto se averió -Danny no era la
clase de tipo que derrochaba dinero en compañías de seguro y asistencia mecanica “AAA”-
pero afortunadamente esto sucedió a pocos metros de una estacion de servicio, asi que lo
empujamos hasta llegar allí. 
Al llegar a la estacion nos informaron que tardarian cuatro dias en conseguir los repuestos
de un auto tan viejo. A este paso, no podriamos hacer ninguno de los shows.
Estabamos muy entusiasmados como para permitirnos tal demora y ponernos a pensar en el
sentido practico de contar con el Oldsmobile, entonces les pedimos a Danny y a Joe que se
quedaran ahí con los equipos hasta que arreglaran el auto y que luego fueran a Portland (a
1200 km de distancia) donde teniamos una presentacion. Alli nos volveriamos a encontrar y
luego continuar el viaje todos juntos hasta Seattle (unos 300 km. más), la parada final de la
gira para hacer el último show con nuestros equipos.
Ellos trataron de persuadirnos de permanecer en Fresno hasta que el auto fuera reparado,
pero no pudieron hacerlo; no tomamos en cuenta ninguna de las dos propuestas, ni la suya,
ni la otra que, obviamente, era suspender los shows y regresar a Los Angeles.
No pensamos en cómo nos trasladariamos de un show a otro, y mucho menos en que quiza
podriamos no encontrar quien nos preste los amplificadores y la bateria. Nos importaba un
carajo todo eso; asi que no lo dudamos: volvimos a la ruta y empezamos a hacer dedo.
Le dimos a Danny y Joe todo el dinero que teníamos –veinte dolares aproximadamente-
para pagar el arreglo del auto, tomamos las guitarras comenzamos a caminar por la ruta.
Luego de un par de horas, sólo un vehiculo aminoró la marcha, nos miro de arriba abajo y
siguio de largo. Esto no nos amedrentó; seguimos intentando y probando diferentes
configuraciones: los cinco sin equipaje; dos en la ruta y los otros tres escondidos en los
arbustos; sólo uno con la guitarra; sólo Axl y Izzy; sólo Izzy y yo; sólo Axl y yo; sólo
Steven haciendo señas y sonriendo de oreja a oreja, sólo Duff. Nada parecia funcionar; no
podriamos hacer el show en Fresno, de ninguna manera.
Pasaron seis horas hasta que un camionero nos levantó: algunos fuimos adelante y otros en
la cabina: mas de una vez, nos encontramos cara a cara con el otro por la falta de espacio –
que se redujo aún mas cuando ubicamos las guitarras- y porque el tipo que conducia era un
apasionado por la velocidad.
Compartió sus provisiones con nosotros, lo que hizo un poco mas ‘digerible’ el relato de la
lista interminable de anecdotas de su vida en la ruta. Nosotros eramos bastante cínicos y
sarcasticos, y el tipo estaba totalmente insano; asi que en un principio, nos divertimos
mucho pero luego de escucharlo gritar por el parabrisas durante esa noche, el dia siguiente
y el dia siguiente a ese dia, ese camion era el ultimo lugar en el que preferia estar.
El tipo se detenía en los paradores, al costado del camino, para dormir en la cabina; dormia
de una a doce horas. Durante ese tiempo, nos entreteníamos dándole de comer a las ardillas,
o caminando por ahí; tambien escribiamos canciones o simplemente nos dormiamos en los
bancos hasta que saliera el sol.
Luego de un par de dias de hacer siempre lo mismo, el chofer comenzo a oler
particularmente mal y sus charlas, que anteriormente nos parecian amenas y divertidas se
tornaron extrañamente siniestras. Nos desilucionamos totalmente. Nos informó que
planeaba tomar un atajo y desviarse del camino para encontrarse con su mujer:
aparentemente acordaban reunirse en ciertos puntos a lo largo de la ruta a fin de mantener
viva la relacion –sabes a lo que me refiero…
Nuestra situacion, lejos de mejorar, empeoraba cada vez mas.
La última vez que se detuvo en un parador para tomar su interminable siesta, estabamos
demasiado aburridos y cansados de esa situacion como para seguir soportando a este
hombre. Decidimos tentar la suerte y volver al camino para buscar otra persona que nos
llevara hasta Portland, pensando que lo peor que nos podia pasar, a esa altura, era que el
chofer loco nos volviera a encontrar en la ruta y nos subiera nuevamente al camion sin
pensar que lo habiamos abandonado. No teniamos muchas posibilidades ya que nosotros no
eramos lo que se consideraba ‘atractivo’ para la mayoria de la gente: Duff vestia un
impermeable rojo y negro y nosotros camperas de cuero, usabamos el pelo largo y
estabamos todos mugrientos despues de varios dias en la ruta.
No sé cuánto tiempo esperamos, pero al final, unas chicas que venian en una camioneta con
armazon nos llevaron hasta la entrada de Portland y cuando llegamos a la ciudad, estuvo
todo bien –Donner, un amigo de Duff –se conocian de Seatle-, mando a alguien a buscarnos
que nos informo que Danny y Joe se habian comunicado con él: aparentemente no era
seguro hacer semejante viaje con ese auto y se volvieron a Los Angeles. No nos
preocupamos en lo más minimo; seguiriamos intentandolo. No nos importaba perder los
shows que teniamos programados en otras ciudades, siempre y cuando llegaramos a tiempo
para hacer el último-.
Ese ultimo show de la gira, en Seattle, se convirtio en el primero para Guns n’ Roses.
Llegamos victoriosos, porque a pesar de todo lo sucedido, al fin estabamos en Seattle y
porque la casa de Donner, era similar a la de Animal House; no creo haber visto nunca algo
más parecido. El dia que llegamos, hicieron un asado en nuestro honor, y hasta donde yo
sé; la fiesta no terminaba nunca –estaban tan embravecidos cuando nos fuimos como lo
estaban cuando cruzamos la puerta y recibieron a esos cinco extraños que venian de Los
Angeles-. Habia provision constante de marihuana, toneladas de alcohol, y gente tirada por
los rincones; durmiendo, teniendo sexo, alucinando. Era la tipica fiesta post-show de Guns
n’ Roses… pero que habia empezado antes del show.
Arribamos a la casa de Donner varias horas antes de tener que subir al escenario. Solo
teniamos las guitarras, asi que era prioritario conseguir el resto de los instrumentos y
equipos. Como dije, Duff habia tocado en muchas bandas de Seattle, antes de mudarse a
Los Angeles, asi que podria cobrar algunos favores: se comunico con Lulu Gargiulo,
integrante de Fastbacks y le pidio ayuda. Inmediatamente, ella puso a nuestra disposcion
sus amplificadores y su set de bateria. 
Lulu Gargiulo, personalmente, hizo posible el primer show de Guns n Roses. Le agradezco
por eso, una vez más.
El club se llamaba Gorila Gardens, y era la materializacion del estilo punk-rock: frio,
humedo, sucio y olia a cerveza rancia. Estaba ubicado sobre el agua, en un muelle industrial
que le daba un ligero toque marítimo, pero no en el sentido pintoresco del puerto con
darsenas de madera; ese lugar se encontraba en el extremo final de un bloque de cemento;
se parecia más al escenario que usaban para filmar las escenas de la peliculas de pandillas
de la costa este; las del pacto entre mafiosos. Como si todo esto fuera poco, hacia mucho
frio y llovia, la noche que tocamos alli.
Salimos a escena e hicimos el show pero el público no fui ni hostil ni gentil con nosotros:
Tocamos siete u ocho canciones entre las que estaban “Move to the City”, “Reckless Life”,
“Heartbreak Hotel”, “Shadow of Your Love”, y “Anything Goes”. Fue un concierto
bastante breve; y esa noche nos dimos cuenta de lo que realmente eramos: una banda de
novatos sin experiencia. Estabamos muy nerviosos y nos equivocamos un par de veces;
pero considerando que fue el primero, puede decirse que fue un buen show… hasta que
tuvimos que ir a buscar nuestro dinero. Entonces, todo se volvio un camino cuesta arriba;
algo que seria comun para nosotros en los dias por venir.
El dueño del lugar se rehusó a pagarnos los 150 dolares que habiamos acordado. Entonces
enfrentamos este obstaculo como lo hicimos durante todo viaje: en grupo. Desarmamos los
equipos y los retiramos del club y luego acorralamos al tipo en su oficina. Mientras Duff
hablaba con él, nosotros lo teniamos arrinconado contra la pared, y lanzabamos amenazas
de alto rango. Eramos temibles. Trabamos la puerta y lo tomamos de rehen hasta que, por
fin, nos solto $100. Nos dio una excusa acerca de por qué nos habia rebajado los $50 pero
no nos interesaba llegar al fondo de la cuestion, asi que tomamos los $100 y nos fuimos de
ahí.

Hay una imagen que tengo de nuestros dias en Seattle; una imagen que lo resume todo: una
TV dada vuelta. Recuerdo estar recostado con la mitad de mi cuerpo en la cama, y mi
cabeza colgando hacia atras al final del sofa al punto de tocar el piso con la parte superior
de ella. A ambos lados, habia dos personas que no conocia, en la misma posicion y yo
estaba tan drogado que pense que habia descubierto la mejor postura en la que mi cuerpo
podia estar. La sangre fluia de prisa en mi cerebro mientras estaba colgado mirando “The
Abominable Dr. Phibes”, la pelicula protagonizada por Vincent Price; siendo eso lo único
que queria hacer.
Despues de un par de dias de fiesta en la casa de Donner, nos subimos nuevamente al auto
con una amiga suya, a quien llamaremos Jane. Debía estar loca o simplemente le caimos lo
suficientemente bien como para llevarnos de vuelta a Los Angeles. Todavia no estoy seguro
cual de las dos fue la razon por la cual lo hizo.
Llegamos a Sacramento, que esta a 1200 km., donde hicimos nuestra primera parada. En
este punto tuvimos que deternernos: Jane no era la clase de persona que tendría un auto con
aire acondicionado y considerando las altas temperaturas del verano, hubiese sido letal
continuar con el viaje.
Estacionamos y pasamos la tarde vagando por los alrededores del capitolio estatal y
pidiendo dinero para comer. Luego de unas horas, tomamos lo que habiamos juntado,
fuimos a Mc Donalds y apenas pudimos comprar algo de comida para compartir entre
nosotros. Despues de eso, nos recostamos a la sombra de un roble en el parque frente al
capitolio, en busca de un poco de alivio, pero el calor era tan insoportable que saltamos la
valla y buscamos refugio en la pileta de una de las casas. No nos importaba que
estuvieramos metiendonos en una propiedad privada: si nos arrestaban, era un avance –por
lo menos tendriamos comida y un mejor lugar para estar que el auto de Jane-.
Cuando bajo el sol y el clima refrescó, volvimos al auto y retomamos la ruta.
No me di cuenta hasta pasados unos años, pero durante esa gira nos afirmamos como banda
más de lo que creimos; nuestro compromiso y dedicacion fueron puestos a prueba en ese
viaje. Nos divertimos, hicimos el show, lo soportamos todo, sobrevivimos y compartimos
un monton de historias super valiosas en solo dos semanas. O en una?... creo que fue sólo
una semana... bueno, no lo se!

Es logico que el primer show de Guns n Roses haya sido en Seattle porque mas alla que
nosotros viviamos en Los Angeles; como banda teniamos tanto en comun con las otras
bandas de Los Angeles como el clima de Seattle con el del sur de California.
Nuestras influencias eran Aerosmith –especialmente para mi-, T. Rex, Hanoi Rocks y New
York Dolls. Hasta podria decirse que Axl era una especie de Michael Monroe.
Volvimos a Los Angeles con la experiencia de haber hecho nuestra primera presentacion a
cuestas.
Estabamos listos para volver a trabajar; habia que enfocarse y poner toda nuestra energía en
los ensayos. Nos juntabamos en esta sala de Silverlake.
Un dia ibamos todos en el Toyota Celica de Duff; desde Silverlake a mi casa y al pasar por
un cruce de calles con la intencion de doblar a la izquierda fuimos sorprendidos y chocados
por otro auto que venia a 100 km/h. Steven se rompio el tobillo porque sus piernas
quedaron atascadas entre los dos asientos delanteros; todos resultaron bastante golpeados,
excepto yo, que no tuve ni un rasguño. Fue un pequeño accidente, muy desagrable que
causo grandes daños; el auto de Duff quedo destruido y podríamos habernos matado.
Hubiera sido una mala jugada del destino: la banda que muere poco despues de haberse
formado.

Empezamos a juntarnos con personas relacionadas con el rock and roll pero completamente
desconocidas en LA, que pasaban desapercibidas para gran parte de la gente que
frecuentaba Sunset Strip y que eran fans de rock. Una de esas personas fue Nicky Beat, que
fue baterista de LA Guns por un breve periodo, pero que habia pasado su vida tocando con
bandas glam poco conocidas como The Joneses. Nicky no era un desconocido
-literalmente- pero tenía un monton de amigos desconocidos. Tambien tenia una sala de
ensayos en su casa en Silverlake donde los Guns iriamos, armariamos los equipos y
zapariamos. Ese lugar se convertiría en nuestro punto de reunion.
Izzy tenia algo llamado “Think about you” que nos gustó mucho y tambien repasamos
“Don’t Cry”, que fue la primera cancion en la que trabajé con Izzy, y tambien tenia un riff
para una cancion llamada “Out to get me” que me gusto desde la primera vez que la
escuché. Axl me recordó un riff que yo le habia mostrado cuando él vivia en mi casa –ya
habia pasado bastante tiempo de eso-: era la introduccion y el riff principal de “Welcome to
the jungle”. Fue la primera cancion que compusimos todos juntos: Estabamos sentados en
la sala, tratando de escribir algo nuevo, cuando el riff le vino a la mente.
“Hey, que te parece si usamos el riff que me mostraste hace un tiempo?”, me preguntó. 
“Mientras vivias en casa?”, le pregunté
“Si, ese riff estaba bueno. Escuchémoslo”, me respondió.
Comence a tocarlo y enseguida Steve se sumo con la bateria y Duff, con el bajo; sobre esa
base, empece a improvisar las melodias sobre las cuales despues, se construyeron el
estribillo y el ‘solo’; y Axl escribió la letra.
Duff aporto el ‘breakdown’, esa linea de bajo salvaje y resonante, que unifico la cancion.
Izzy proveyó la textura.
En tres horas, mas o menos, “Welcome to the Jungle” estaba terminada y los arreglos de la
version final son casi iguales a los de esta primera version.
Sólo nos faltaba la intro: Se me ocurrio un dia, usando el digital delay de una pedalera
marca Boss, que a pesar de ser barata y de muy mala calidad, valio cada centavo pagado; ya
que le dio el eco tenso e inquieto que le da el clima y que marcó el comienzo de la cancion
y finalmente el comienzo de nuestro disco debut. 
Varias de las primeras canciones surgieron asi de facil. “Out to get me” se hizo en una
tarde, incluso mas rapido que “Welcome to the Jungle”: Izzy aparecio con el riff y la idea
basica de la cancion. Cuando la interpretó, escuche las notas y simplemente, me inspire.
Fue algo bastante rapido: creo que la parte más complicada -cuando tocan las dos
guitarras-, sólo tomó 20 minutos.
Nunca habia estado en una banda donde la musica me provocara tanta inspiracion y las
canciones fluyeran de esa manera. No puedo hablar por el resto de los integrantes, pero a
juzgar por la velocidad con la que se amalgamaba nuestra creatividad, pienso que sentian
algo similar. Pareciamos compartir un conocimiento mutuo y una especie de lenguaje
secreto, en ese momento; era como si supieramos de antemano con qué idea iba a venir el
otro y ya hubieramos escrito nuestra parte para luego en los ensayos, completar la cancion.
Cuando todos estabamos en la misma sintonia, las cosas eran así de faciles. 

Le pediamos cosas prestadas a las chicas que conocíamos y en un principio tuvimos ese
look barato caracteristico del estilo glam, aunque un poco mas tosco y desalineado. Pero
muy pronto nos pusimos vagos y nos cansamos de tanta ‘produccion’ y maquillaje, asi que
nuestra fase glam tuvo poca vida. Ademas, la vestimenta se volvio un problema porque
cambiabamos constantemente de novia, entonces nunca podias saber qué ropa iba a tener la
proxima chica en el placard o qué atuendo usarias la proximas vez. No creo que ese look
haya sido alguna vez para mi; no era blanco, ni flaco esqualido, ni tenía pelo largo.
Haber abandonado ese look, nos jugo a favor al final: eramos valientes, con un estilo mas
clasico, mas genuino; mas un producto de Hollywood que de la movida glam de Los
Angeles.
Tambien eramos la banda de rock marginal y loca. Nos gustaba ser ‘desubicados’ y
haciamos todos los shows que nos ofrecian. Practicabamos todos los dias, y rapidamente
sumamos las nuevas canciones; las probamos frente a un publico indecente, obsceno y
vulgar en lugares como Madame Wong´s West, Troubador y The Whisky. Todo lo que
haciamos dia a dia, era un paso mas en el camino, donde todo podia pasar; ese era mi punto
de vista. A mi entender las cosas eran simples: sin nos enfocabamos sólo en sortear los
obstaculos más cercanos, pasariamos del punto A al C rapidamente sin importar cuán lejos
estuviera un punto del otro.
Cada vez que tocabamos, ganabamos más fans y casi siempre nuevos enemigos, pero eso
no importaba; cuanta más gente arrastrabamos, más facil se nos hacia conseguir shows.
Nuestros fans, desde el principio, fue un grupo heterogeneo: habia punks, metaleros,
drogadictos, psicoticos, gente muy extraña, un par de almas perdidas. No eran muchos, pero
tampoco eran un sector facil de cautivar; de hecho, despues de todo este tiempo, todavia me
pregunto qué habremos dicho o hecho para provocar tal devocion –pero no me quejo de
eso. Supongo que los fans de Guns eran como almas gemelas, se sentian identificados:
eramos un grupo de inadaptados que hicimos de su forma de vida de paria, una postura.
Cuando nuestra popularidad empezo a crecer dentro del circuito, conocimos a Vicky
Hamilton; una manager que habia ayudado a Motley Crue y Poison en sus comienzos.
Vicky era una rubia platinada, de 1.50 mts de estatura, con un sobrepeso importante y una
voz muy molesta, que simplemente confió en nosotros y se ofrecio ayudarnos
gratuitamente. Me caia muy bien; era una persona sincera, con buenas intenciones. Ella
costeo la impresión de los panfletos, publico avisos en L.A Weekly y nos consiguió más
shows y mejores propuestas. Ambos trabajamos a la par, haciendo todo lo posible para
promover nuestra causa; con su ayuda todo empezo a mejorar.
Tocabamos, por los menos, una vez a la semana y a medida que se incrementaba nuestra
exposicion, tambien lo hacia la necesidad de tener nueva vestimenta: tres remeras, un jean,
el pantalon y la campera de cuero ya no era suficientes -esta vez, encabezabamos en The
Wiskey y era la primera vez que tocabamos un sabado a la noche-; entonces decidi que
tenia que hacer algo al respecto: Como no contaba con el dinero necesario para cambiar mi
atuendo significativamente, fui hasta Hollywood y comence a vagar por las tiendas de
ofertas, saldos y remanentes: Me robe un cinturon de caracolas de un lugar llamado
“Leathers and Treasures”. Era negro y plateado, como el que usaba Jim Morrison; y
planeaba usarlo con los jeans o con el pantalon de cuero que habia encontrado en el
contenedor de basura del complejo de departamentos donde vivia mi abuela. Continué con
mi busqueda y al pasar por un negocio llamado “Retail Slur”, vi algo interesante; no habia
ninguna posibilidad de que pudiera comprarlo y, por primera vez en mi vida, no sabía cómo
robarmelo; pero sabía que tenía que tenerlo.
Un sombrero de copa no es algo que puedes esconder bajo la remera, aunque me han
robado tantos sombreros a lo largo de estos años, que creo que alguien ha desarrollado una
tecnica realmente efectiva que aún no conozco. De cualquier modo, entré, descaradamente
arranqué la galera del maniquí, salí del lugar y nunca más volví. No se bien qué era, pero el
sombrero me llamaba…
Cuando regresé al departamento donde estaba viviendo en ese momento, deduje que mis
adquisiciones se verian mejor juntas; entonces tome la tijera y corte el cinturon a la medida
del sombrero. Estaba feliz con el resultado final; me gustaba cómo habia quedado. Y me
puse más contento al descubrir que con ese accesorio en mi cabeza, podia ver todo pero
nadie podia verme realmente a mí
Muchos dicen que el guitarrista se esconde detrás de su instrumento; la galera cumplia esta
funcion y ademas era muy comoda. Nunca pense que fuera algo original, pero era mio; ese
sombrero de copa con caracolas alrededor se convirtió en una marca registrada e indeleble
de mi imagen.

Cuando Guns empezo a ‘despegar’, yo estaba trabajando en un puesto de diarios en


Melrose y Fairfax y viviendo nuevamente con Ivonne hasta que se hartó de mí y nos
separamos una vez más, dejandome sin un lugar donde vivir. La encargada del puesto de
diarios, Alison, me permitió vivir en el living con la condicion de pagar la renta a medias.
Era una chica muy linda, con estilo reggae, que vivia en un departamento en Fairfax y
Olympic y que iba a la escuela nocturna. Era muy atractiva, pero siempre pensé que ella era
muy grande para mi; o que yo era muy joven para ella; de cualquier modo, nunca tuvimos
esa clase de relacion. Nos llevabamos muy bien y cuando ella renuncio a su puesto en el
stand, en busca de un trabajo mejor, yo fui lo suficientemente afortunado para heredar su
posicion.
Allison siempre me trato como un perro al cual habia recogido de la calle, y yo no hice
nada para demostrarle que estaba equivocada. Como inquilino, no ocupaba mucho espacio.
Mis mas valiosas pertenencias eran: mi guitarra, un baul de color negro repleto de revistas
de rock, cassettes, un reloj despertador, algunas fotos y algo de ropa –la mayoria prestada-.
Y tambien estaba Clyde, mi serpiente, en su jaula.
De todos modos, el trabajo en el puesto de diarios tuvo un final abrupto en el verano de
1985, cuando una radio de rock local, KNEC, organizó una fiesta en Griffith Park. Los
micros que levaban a la gente en forma gratuita hasta ese lugar salian de la puerta del hotel
Hyatt en Sunset Strip. 
Despues del trabajo, fui para alla, con una botella de un litro de Jack Daniels escondida en
los jeans, sin importarme que al dia siguiente debia abrir el puesto de diarios a las cinco de
la mañana. 
La recuerdo como una noche de verano bastante descontrolada: la gente se pasaba las
botellas y los porros mientras estabamos en el micro. Habia mucha gente conocida de la
zona y musicos a bordo. Cuando llegamos al lugar, habia musica y un asado. El parque
estaba colmado de gente haciendo de todo.
Estaba tan dado vuelta esa noche que lleve a una chica al departamento de Alison. Cuando
llegó, nos encontró a los dos ahí en el living. No necesitó decir nada; por su expresion, me
di cuenta que no estaba muy contenta, no le cayo nada bien la situacion.
Me quede con la chica hasta que se hizo la hora de irme a trabajar. Para cuando se vistio y
se fue, mi jefe, Jake, habia llamado por telefono porque yo estaba llegando tarde al trabajo.
Estaba en capilla porque solia usar mucho el telefono del negocio -lo ponia como número
de contacto para todo lo relacionado con la banda-, entonces mi jefe empezo a llamarme
durante mis turnos para agarrarme con las manos en la masa, algo que resulto muy dificil
porque estaba muy atento a las llamadas de Jake.
Pero esos dias se habian terminado: la banda estaba tomando vuelo y yo estaba
constantemente hablando por telefono, asi que Jake estuvo horas tratando de comunicarse
conmigo para regañarme.
De más esta decirlo, Jake estaba furioso conmigo por tener que haber ido él a abrir el
puesto por mí, ese dia.
“Si, Jake, lo siento”, balbuceé estando todavia bajo los efectos del alcohol, cuando llamó
por segunda vez. “Ya sé que es tarde, me retrasé, pero ya voy para alla”
“Oh, asi que ya venis para aca?” me pregunto
“Si, Jake, en unos minutos estoy allá”, le respondí.
“No, no vengas”, me dijo, “No te preocupes. No vengas ni hoy, ni mañana; nunca más”
Me quede callado un instante. “Esa es una buena idea, Jake. Está bien”

En ese tiempo, Izzy y Duff todavia vivian en Orange Avenue, uno enfrente del otro. Duff y
yo compartiamos la misma mentalidad: hasta que la banda empezara realmente a progresar,
no se sentía bien si no tenía un trabajo. No importaba que el trabajo fuese moralmente
sospechoso.
Hacia las ventas telefonicas o las estafas telefonicas, depende del punto desde donde se lo
mire: Duff trabajaba como telemarketer para una de esas compañías que prometen premios
a la gente y luego le piden una suma de dinero en concepto de ‘cargos de envio’. Tuve un
trabajo similar antes de entrar a trabajar en la relojeria: llamaba a gente todo el dia, les
ofrecia un Jacuzzi o vacaciones tropicales y ellos sólo tenian que brindar el numero de
tarjeta de credito para abonar su “entrada” al concurso. Era una puesta en escena
despiadada y desagradable; una farsa. Renuncié el día anterior a que la empresa fuera
allanada por la policia.
Axl y Steven eran capaces de hacer cualquier cosa, menos tener un trabajo estable, asi que
pedian dinero en la calle o le pedian prestado a sus novias. Aunque recuerdo una vez que
Axl y yo trabajamos juntos de extras; eramos parte del publico en el LA Sports Arena en
una pelicula llamada “Touch and Go”, donde Michael Keaton interpretaba a un jugador de
hockey. No nos importaban los minutos de camara mientras nos den de comer y nos paguen
por no hacer nada: nos presentabamos en el set a la mañana, conseguiamos el ticket para la
comida y luego buscabamos un lugar discreto detrás de las tribunas para dormir. Nos
despertabamos, almorzábamos con el resto de la gente y nos volviamos a dormir hasta que
se hiciese la hora de ir a buscar nuestro cheque.
Me gustaba ser extra, y hacer este trabajo tan regularmente como fuera posible; no
encontraba nada malo en comer gratis y que te paguen por dormir toda la tarde. Iba en
busca de algo similar cuando me eligieron para el film “Sid y Nancy”. Sin saberlo, cada
uno de nosotros se presentó al casting en distintos puntos de la ciudad, y sin saberlo, el
director selecciono a los cinco miembros de Guns n Roses individualmente. El primer día
de trabajo, cuando nos encontramos todos allí, decíamos “Hey, que haces vos aca?”! 
Pero no fue divertido; era como trabajar de jurado: estabamos en un lugar lleno de extras,
pero nosotros cinco habiamos sido elegidos para estar en la escena del concierto, donde Sex
Pistols aparece tocando en un pequeño club nocturno. La toma requeria que nos levantemos
temprano por tres dias consecutivos y obtendriamos nuestra consumision y 100 dolares por
dia.
Tal compromiso era demasiado para el resto de mis compañeros. Al final, yo fui el unico
que hizo el esfuerzo y se presento a trabajar.
Que se jodan!, yo la pasé barbaro; por tres días filmaron a estos “Sex Pistols” tocando en
Starwood, un club que yo conocia por dentro y por fuera. 
Iba a la mañana, daba el presente, conseguia mi ticket, y luego me perdía en las entrañas del
lugar para emborracharme con Jim Beam sin que nadie me molestara. Mientras el resto de
los extras participaban de la escena, yo observaba la filmacion escondido en la platea. Lo
mejor de todo: me pagaron lo acordado.

A medida que Guns se volvia más popular, y eramos verdaderamente tomados en cuenta
por los dueños de los clubes por la gente que arrastrabamos a los shows, comenzaron a
aparecer unos personajes bastante ridiculos: los managers angelinos. Los tipos te rodeaban
como si fueran tiburones, clamando tener ‘todo lo necesario’ para transformarnos en
estrellas.
En ese entonces, la banda se habia separado temporaria y amigablemente de Vicky y ambos
habian tomado caminos diferentes, asi que estabamos abiertos a nuevas propuestas, pero la
gran mayoria eran muy malas.
Uno de los ejemplos más convincentes de cuán bajo pueden caer esos tipos y de lo que nos
hubiera esperado si hubieramos cometido ese error es cortesía de Kim Fowley, el infame
que dirigio a Runaways, o la forma en la que Phil Spector condujo a Ronettes; basicamente
era un contrato para ser sus esclavos a sueldo.
Kim nos dio su mejor discurso, pero en cuanto se refirio a llevarse un porcentaje de la
publicidad y de tener un compromiso ‘creativo’ a largo plazo, estaba claro lo que tenía en
mente. Sus mentiras y su comportamiento hablaron por sí solas; Kim era un tipo demasiado
extraño, no podia esconderlo.
Sin embargo, me caia bien; me gustaba juntarme con él y salir a divertirnos -siempre y
cuando mantuviera su distancia. Nosotros eramos parecidos a él, la misma clase de
animales: siempre queriendo sacar ventaja de cualquier cosa que la otra persona pudiera
ofrecerte; sin promesas que cumplir ni tratos que mantener. Axl ocupaba su tiempo, si la
charla valia la pena porque Axl es muy locuaz; Steven se sumaba, si habia chicas
incolucradas; y yo sólo queria consumir todo lo que me fuese posible –viandas de Dennys,
cigarrillos, tragos, drogas. Todo.- a cambio de entablar una conversación con alguien. Una
vez que los factores que nos mantenian unidos con la otra persona se agotaban, uno a uno,
nos ibamos retirando.
Kim nos presentó a un tipo llamado Dave Liebert, que habia sido por un tiempo el manager
de Alice Cooper durante las giras y habia trabajado con Parliament y Funkadelic -sólo Dios
sabe cuándo-. Estos dos intentaban contratarnos como un equipo, porque nos valoraban.
Una noche, Kim me llevo a la casa de Dave. Recuerdo a Dave señalando sus discos de oro;
su actitud era como: “Ves nene, éste podrías ser vos”. Supongo que intentaba seducirme -o
comprarme- presentandome a dos chicas tan jovenes que podrian ser sus hijas, y que se
pasaron la noche en el baño inyectandose speed. Dave me arrastro hasta ahí y en cierto
punto parecia que las chicas no tenian idea de lo que estaban haciendo. Eran tan inutiles
que me daban ganas de agarrar las agujas e inyectarlas yo mismo. Dave tambien se
inyectaba; y bajo la luz fluorescente del baño, se desnudó hasta quedarse en ropa interior y
empezo a jugar con las chicas –que como mucho, tenian 19 años-, y despues me invito a
sumarme a la situacion.
En ese momento pensaba que, de todas las razones por las cuales la escena era tan
asquerosa, la iluminacion era la peor de todas. El sólo pensar en este tipo dirigiendo la
banda y a Kim Fowley con su colección de discos de oro prehistoricos hacia casi imposible
no reirse a carcajadas en su cara. Y hubiera sido un suicidio profesional incluso antes de
tener algo para perder. De todos modos, no hubiesemos tenido ninguna oportunidad si el
manager era tan descontrolado como la banda.

Mientras que Guns continuó ensayando, escribiendo y haciendo shows; trabajando para
definir quiénes eramos, empecé a salir más. De repente habia bandas que queria ver porque
al fin la escena estaba cambiando; habia bandas como Red Cross, que era una banda glam
pero tosca, y en el otro extremo, estaban las bandas como Jane’s Addiction, que eran muy
buenas y me sentia identificado con ellas pero no estabamos en la misma pagina. 
Tocamos con muchas bandas poco conocidas, mas ‘artisticas’ –recuerdo una presentacion
en Stardust Ballroom- pero nunca resulto algo bueno. No eramos aclamados por esas
bandas, porque pensaban que eramos una banda glam que venia del otro lado de la ciudad,
del lado de ‘Troubadour’ de la ciudad; y jamas fuimos eso. Lo que esas bandas no sabian
era que probablemente eramos mucho mas ‘oscuros’ y siniestros que ellos y tampoco
sabían que no soportabamos a los colegas del otro lado de la ciudad.
De hecho, cuando nos volvimos populares, entramos en guerra con las bandas del ‘lado
Troubadour’ de la ciudad. No hicimos ningun esfuerzo especial para tener problemas con
ellos pero un tiempo despues, todas las bandas con las que tocamos nos tenian miedo
porque Axl tenia reputacion de ser volátil y de perder los estribos con facilidad. Él y yo
salimos un par de noches y nos metimos en grandes peleas con desconocidos sin tener
razon alguna, si mal no recuerdo. Para Axl, definitivamente había una buena razon para
pelear pero para mí, solo eramos gente peleando en la calle –literalmente en la calle- porque
alguien lo habia mirado mal o le habia dicho algo malo. Aunque debo admitir que nos
divertiamos mucho.
Diria que mi vida perdio todo indicio de estabilidad, de existencia ‘regular’ una vez que me
echaron del puesto de diarios. Como ya mencioné, había estado viviendo en el living de
Alison, mi jefa en ese trabajo, y compartiendo el alquiler, pero cuando me despidió, su
caridad y mi dinero se acabaron. Sin un lugar donde vivir, tome mi serpiente, la guitarra y
mi baul y me mude a la sala de ensayos de Guns, donde Axl y yo rapidamente nos
volvimos residentes permanentes. Izzy, Steven, y Duff tenian novias y se quedaban con
ellas; Axl y yo eramos los unicos que no teniamos otro lugar donde ir.
Nuestro ‘estudio’ era bastante salvaje, despojado; era una de las tres unidades de un edificio
en Sunset y Gardner que fueron pensadas para almacenar cajas o autos, no para albergar
personas. La puerta era de aluminio corrugado como las cortinas de enrollar que uno
encuentra en los garages, el piso era de cemento, y nosotros eramos los unicos arrendatarios
que elegimos convertir esta habitación de 4.5 por 6 mts en nuestra mansion. El edificio
tenia un solo baño a mas de 10 metros de allí pero la mayoria de las veces, preferí orinar en
los arbustos que estaban cruzando el pasillo de nuestro hall recibidor. Llamabamos al lugar
“Sunset and Gardner Hotel & Villas”.
Este lugar no era una sala de ensayos a la cual queriamos hacer pasar por departamento
porque ni siquiera fue ideado para ser una sala de ensayos –era apenas un depósito bastante
aceptable, casi decente.
Finalmente, Izzy decidio que por lo menos Axl y yo deberiamos tener una cama apropiada
asi que un dia él y Steven encontraron unas en una barata y armaron provisoriamente una
“queen size” sobre el kit de baterias. Fue tan bien recibida como fueron los inodoros en la
Inglaterra del siglo XVIII. Teniamos tambien otro artefacto que convertia al departamento
de la banda más en un hogar: una parrilla de carbon marca Hibachi que uno de nosotros
compro o robo. Nunca la use; en tanto aprecio la buena cocina nunca intente hacer nada
alli, pero Izzy y Steven pudieron comer dignamente gracias a esa cosa.
Eramos aplicados como grupo: escribiamos las canciones y ensayabamos todos los dias,
pero al vivir alli Axl y yo, nuestra sala de ensayos pronto se convirtió en un lugar perfecto
donde ir a parar entrada la madrugada: aislado, apartado del foco de atención de Hollywood
y sin reglas de comportamiento a seguir. En una noche normal, uno de nosotros estaria
teniendo sexo en la sala o en la puerta; otra noche caeriamos dormidos entre el amplificador
y el kit de bateria casi siempre mientras varios amigos se emborraban y drogaban en el
pasillo hasta que saliera el sol. Escribimos un monton de canciones muy buenas en ese
garage, inspirados por este ambiente: “Nightrain”, “My Michelle” y “Rocket Queen” entre
otras.
“Nightrain” surgio de la mezcla de varios momentos muy diferentes. Recuerdo haber
empezado a trabajar en el riff principal junto a Izzy, sentados el frio y humedo piso de la
sala, justo antes de irme de la casa de Alison. No sabiamos bien para dónde iba la canción y
tampoco teniamos ningun tema en mente pero la onda era muy buena asi que nos
encerramos alli y dejamos que fluya. Tambien recuerdo que no me sentia bien y al otro dia
cai con faringitis. Estuve dos dias haciendo reposo en el sillon de Alison pero en el interin
Izzy le mostro a Duff lo que habiamos estado componiendo y Duff trabajo sobre ello
completando la melodía y transformando un par de riffs en una verdadera base
instrumental.
Ninguno de nosotros tenia en mente la letra para esta pieza, pero la musica nos entusiasmo
y nos quedo rondando en la cabeza hasta que encontraramos algo apropiado para completar
la cancion, lo que resulto ser la fiesta de nuestra bebida favorita, Night Train.
Una noche estabamos caminando por Palm Avenue, que era una calle tristemente célebre
en nuestro mundo porque alli vivian chicas de mal aspecto, adictas, allí tambien vivia Lizzy
Grey, el guitarrista de London. Pasabamos mucho tiempo en Palm Avenue en aquellos dias
porque conociamos a mucha gente ahi, asi que cada vez que nos encontrabamos transitando
esa calle sabiamos que era el principio de una gran historia. Esa noche, estabamos
compartiendo una botella de Night Train, un vino con una graduación alcoholica del 18 por
ciento y en ese momento lo podias comprar por menos de dos dolares la botella. Es el vino
mas barato que podrias comprar y lo bebiamos como locos cuando no habia nadie más que
pudiera pagarnos un trago. Puede no sonar como una ‘gran cosa’ pero definitivamente el
‘Night Train’ es un ‘super viaje’; si no lo probas, probablemente no comprendas por qué
terminamos improvisando la letra en honor a este vino mientras deambulabamos por Palm
Avenue.
No recuerdo quién empezó, pero de pronto alguien grito lo que termino siendo el coro: “I’m
on the Night Train!’; despues nos sumamos nosotros mientras que Axl inventaba el resto:
‘Bottoms up!’, ‘Fill my cup!’, ‘Love that Stuff!’ y ‘I’m ready to crash and burn!’
Se nos ocurrio en uno de esos momentos asombrosos, como en ‘Paradise City’.
‘Nightrain’ fue un himno que surgio casi instantáneamente, ni siquiera sabiamos cuánto
contaba acerca de nosotros en ese entonces, cuánto hablaba del momento que estabamos
viviendo.
Al igual que ‘Paradise City’, hay algo inocente en esa cancion: la rima es casi propia de una
cancion infantil, una linda melodía cantada por chicos en el patio, en un recreo… en este
caso, unos chicos un tanto siniestros cuyo patio es un sordido callejón, despreciable e
indecente.
Esa cancion realemente nos encendió. No recuerdo si nos pusimos a trabajar en ella esa
misma noche cuando volvimos a la sala o a la mañana siguiente pero en el término de un
día, la teniamos completa. Axl escribio la letra, y nosotros pulimos ciertos detalles de la
musica y eso fue todo. La probamos con el publico en un show que teniamos y funciono;
realmente funciono. El ritmo de esa cancion en la parte de la letra, me volvio loco desde el
primer momento. La primera vez que la tocamos empece a saltar, no pude evitarlo. Cuando
tuvimos un escenario mas grande, un tiempo despues, corria de una punta a la otra, saltaba
de los amplificadores. Me volvió loco cada vez que la tocamos. No se bien porqué, pero
ninguna otra cancion me movilizo como lo hizo Nightrain.
En ese garage, tambien se escribio otro clásico: “My Michelle”. La musica se originó allí,
creo que en unas pocas tardes. Izzy y yo armamos la estructura basica, y luego como de
costumbre Duff le confirió exactamente lo necesario para que la cancion se desarrollara,
para que evolucionara. De cualquier modo, yo no escribi la letra pero definitivamente sé de
qué se trata. “Michelle” es Michelle Young, una amiga de mi primera novia, Melissa. Las
conoci a ambas en el colegio, mucho antes que Guns fuera siquiera una idea, y mucho
menos una realidad.
El tema es que a causa de Mark Mansfield y Ron Scheneider, quienes eran amigos cercanos
y tambien eran parte de la escena musical de ese momento en cierto grado, muchos de mis
viejos amigos se involucraron en el universo Guns n Roses, cuando la banda empezo a
funcionar. Por amigos en comun, volvi a estar en contacto con gente que no veia desde que
habia dejado el colegio y muchos de ellos fueron arrastrados hacia nuestro mundo, algunos
para bien; la mayoria para mal. Michelle fue una de esas personas; incluso desde chica le
faltaban un par de tornillos. Cuando empezo a frecuentar nuestros circulos, termino
saliendo con Axl y tuvieron un breve romance. Èl escribió la cancion pensando en
Michelle, en situaciones de su vida, su educación, al pie de la letra: su padre metido en el
negocio de la pornografia, su madre adicta a las pastillas y otras drogas que finalmente
termino suicidandose. Michelle y yo eramos amigos en el colegio y habiamos compartido
cigarrillos en el baño mas de una vez, pero que su historia sirviera de fuente de inspiración
para una de las canciones más duras de Guns n Roses, era otra cosa. Lo hablamos con Axl
un dia, porque imagine que Michelle no estaria contenta con que su vida privada y familiar
se hiciera pública de esta manera.
“Hey, Axl,” le dije mientras ensayabamos la cancion, “no crees que quiza Michelle puede
ofenderse por esto?”
“Por qué se ofenderia?, me dijo “Es la pura verdad”.
“Si, ya se; pero no se si esta bien decir todas esas cosas... No podes modificarla un poco?”
“No”, me contesto. “Es la verdad. Y si no le gusta, no me importa. Yo la voy cantar igual”.
Esperé lo peor; aunque no tuviera razon para demandarnos, esperaba que Michelle viniera a
quejarse o a cuestionarnos algo. Lo minimo que esperaba de ella era que odiara la cancion y
que se sintiera mortificada por haber hecho publicas ciertas cosas. Debo decir que estaba
muy, muy equivocado: desde el momento que tocamos “Mi Michelle” en vivo hasta que
resolvimos incluirla en el album, ella amó esa cancion y destacó que la volvio ‘popular’. En
ese momento, fue lo mejor que pudiera haberle sucedido. Pero como tantos otros amigos
que fueron arrastrados hacia es obscuro circulo de Guns n Roses, Michelle llegó de una
manera y salio de otra muy diferente. Muchos de ellos terminaron presos o en
rehabilitacion; o ambas o incluso terminaron peor, pero estoy feliz de poder decir que ella
fue una de las pocas personas integrantes de ese grupo que pudo darle un giro a su historia
antes de que fuera demasiado tarde. Muchos de ellos al final se mudaron a Minneapolis;
quiza eso tuvo algo que ver con el cambio en sus vidas.
“Roquet Queen” se origino a partir de un riff que compuse cuando Duff y yo nos
conocimos. Los arreglos eran muy complicados; era la cancion más complicada del album,
sobre todo porque teniamos que integrar ese riff al estribillo que habia traido Axl, que era
más melodico. La canción esta inspirada en una amiga en comun: Barbie; quien ya a los 18
años tenia una cierta reputacion: adicta a las drogas y reina de la escena underground en
aquel entonces que al final se convirtió en madama. Axl estaba encaprichado con ella. Me
enteré que ha sobrevivido a esos años y que ahora ella está muy bien.

Fue durante este periodo de ensayos y composición en “Sunset and Gardner Hotel &
Villas” que comencé a notar algo diferente en Steven. Venia a los ensayos un tanto
“distendido”; parecia estar borracho pero no habia estado bebiendo nada. No pudimos saber
el por qué de tal conducta debido a que su interpretación era buena, podía tocar; asi que yo
estaba bastante intrigado. Steven estaba viendo a una chica que vivia con una compañera, a
una cuadra del estudio; sobre Gardner. Empece a ir ahí con él despues de cada prática y me
encontré con algo muy extraño, bastante obscuro: era como si al cruzar esa puerta el tiempo
se detuviera; y todo empezara a moverse muy, muy lentamente.
Conoci a la novia de Steven y tambien a la compañera de cuarto; esta chica estaba tan
desquiciada que me rompió el corazon pero tambien me pareció muy linda, asi que empecé
a verla más seguido y aunque de antemano sabia que andaba en algo, no sabía bien qué era.
Iría con Steven despues de ensayar y los cuatro escuchabamos el disco “Goats Head Soup”
de los Rolling Stones, durante toda la noche mientras los veia cabecear por los rincones. Se
quedaban dormidos. Al final caí en la cuenta de cuál era el catalizador de semejante estado
de abstracción: la heroína. Al principio, ni Steven ni su novia consumieron delante de mí,
asi que lo descubrí tarde; pero mas vale tarde que nunca. Incluso si hubieran consumido
delante mio, yo no me hubiera sumado porque en ese momento la heroína simplemente no
me interesaba. No sabía mucho de ella y lo que conoci, a partir de Steven y su
comportamiento, no me hizo dar antojo de probar. Entonces, por qué habría de hacerlo?
Su amiga era una niña rica de 18 o 19 años que habia tomado todo el dinero de su familia y
habia hecho todo lo que estaba a su alcance por lanzarlo en sus caras. En este proceso, se
habia metido en grandes problemas y vivia quejandose y culpando a su familia por tener
una vida tan desastrosa. La solucion a este dilema era enfadarse y protestar hasta más no
poder, para luego drogarse y buscar consuelo en ese estado de letargo que, no hace falta
decirlo, interferia en su ánimo de mejorar la situación. La historia se completa con una
escena en la cual la madre irrumpió inesperadamente en la casa, a la mañana temprano para
enfrentar a su hija y por supuesto, cometí el gran error de meterme en la pelea.
No dije demasiado, pero la madre estaba convencida que yo era el culpable de que su hija
esté en tales condiciones. La verdad era que yo era la unica persona alli que no se daba con
heroína. La señora se retiro del lugar odiandome a mi y abandonando a su hija, pero al final
ganó la batalla: la chica desaparecio, un tiempo despues. Luego la novia de Steven se mudó
y ninguno de nosotros volvio a saber de ellas.
Hasta que pude ver a Steven y su novia consumir, y hasta que luego comencé a hacerlo yo,
todo lo que conocia acerca de la heroína era lo que reflejaban las propagandas de las
campañas antidrogas que nos mostraban en el colegio y el argumento de “The French
Connection” que se centraba en Popeye Doyle y su esfuerzo maniaco por detener la
importación de cargamentos de esa sustancia por parte del cartel francés. Pero averiguaria
todo de ella en muy poco tiempo y se introduciria en mi vida tan lenta y sigilosamente
como una hiedra trepa y cubre una pared.
Izzy y yo estabamos en el estudio de Nicky Beat´s en 1984, cuando por primera vez
‘cazamos al dragon’-con esta expresión me refiero a aspirar por un tubito el humo que
resulta de quemar la heroína sobre papel metalizado-; recuerdo que la sensación era como
de un mareo pero nada mas alla de eso. No obtuve, instantáneamente, el zumbido
caracteristico, asi que rapidamente perdi el interes en ese compuesto ya que el sentirme
‘enfermo’ no se condecia con mi concepto de ‘diversión’, de ‘pasar un buen rato’. Izzy
estaba bastante bien; pudo fumarlo y quedar satisfecho con esa sensación.
Unos meses más tarde, me injecté por primera vez y eso fue todo, nunca lo hice de otra
manera que no fuera directamente al torrente sanguíneo. Como cualquier otra persona, que
busca lo facil, bueno y barato; yo queria un efecto rapido, casi instantaneo. Nunca fui capaz
de drogarme de otra manera que no fuera con agujas. Y si no puedo, no me tomo la
molestia de hacerlo de otro modo; directamente no lo hago: se pierde tiempo y se pierde
droga y es una buena decisión si ese modo resulta ser ineficaz. He tratado de hacerlo del
modo que se supone: el antiguo metodo civilizado de cazar al dragon de acuerdo con las
costumbres chinas, pero simplemente no funciono conmigo. Los chinos fueron lentos,
serenos, tranquilos con la heroína como lo fueron con el opio. La injección intravenosa se
desarrollo bastante más tarde, en occidente, cuando la gente comenzó a usar morfina de
modo ‘recreativo’. Se empezó con las agujas por el inmediato factor gratificante, que era lo
que la gente de la calle estaba buscando. En America, en la epoca de los cowbows del
Lejano Oeste, las mujeres se drogaban más que los hombres, y todas ellas utilizaban agujas,
la mayoria eran meseras y prostitutas.
Una sola noche realmente puede cambiar tu vida y ésta fue la que cambio la mía. He tratado
de recordar muchas veces este episodio pero no pude retener detalles; puede ser por la
cantidad de Jim Beam que bebí esa noche. Estabamos en el departamento de una chica
junto con Izzy, de alguna manera fuimos a parar alli. Yo me encontraba en el tocador de su
baño, que tenia una luz tenue, muy especial y extraña al mismo tiempo. Ella anudo la goma
en mi brazo, cargo la jeringa y me picó… y de repente tuve una sensación que nacia del
estómago, muy profundamente; como si una ola me tragara. Fue algo muy repentino; y es
lo último que recuerdo. Me arrastraron, me desmayé, me caí de la silla y desperté tendido
en el suelo unas horas mas tarde, al amanecer. Solo me tomo un segundo descubrir qué
habia pasado: a mi lado encontre la botella de Jim Beam que habia estado bebiendo y por
un momento olvide completamente que tambien habia consumido heroína.
Miré hacia la puerta y vi a Izzy que dormia junto a la chica en la cama y ahí fue cuando me
di cuenta que se sentía diferente –de alguna manera-. No podía identificar qué era, mas alla
que lo que me estaba pasando no me era familiar. Estaba todo bien, porque estaba de muy
buen humor –de verdad-. Cuando Izzy y la chica se despertaron, pasamos un rato todos
juntos y me sentia muy feliz y totalmente ‘en paz’ con todo. Izzy se sentia de la misma
manera. 
El departamento donde nos encontrabamos estaba en Wilshire, cerca del centro de Los
Angeles. Nos despedimos de la chica y nos fuimos de alli, sin tener preocupación alguna.
El futuro era brillante aunque no teniamos una posibilidad concreta en ese entonces. 
Durante toda la mañana vagamos por Melrose y Hollywood y fue ahí cuando tuve la gran
idea de ir a visitar a una chica que conocia del Fairfax High que era muy atractiva y estaba
enamorada de mí. Aunque no la conocia tan bien, sabia que su madre trabajaba todo el dia,
asi que fuimos a su casa a pasar un rato y escuchamos a los Beatles durante toda la tarde.
Tenía una cama digna de una adolescente con un edredón muy suave y sedoso, y la luz
entraba a la habitación de tal manera que hacia que todo se viera muy espacioso, aireado,
luminoso, rosado y agradable. Izzy y yo entramos alli, nos recostamos y escuchamos
musica. Me encantaba la cancion “Dear Prudence”. “Revolution” y “Dear Prudence”
parecian ser lo unico que importaba en el mundo. “Norwegian Word” tambien era buena.
Pasamos en su casa la mayor parte del día y luego nos fuimos. Camino a casa, cuando
parabamos de caminar, me daba la dichosa sensación de adormecimiento, caracteristico de
la heroína. En ese instante me dí cuenta que el efecto me habia durado el dia entero.
‘Esto es lo mejor que hice’ pensé entre mí, ‘nada de lo que he hecho fue como esto’
Tenía sólo 19 años.

Nuestro departamento -mio y de Axl-, que tambien oficiaba de sala de ensayos, era el lugar
donde la banda se dirigia a la madrugada; llegabamos todos en muy mal estado, podria
decirse que nos ‘remolcabamos’ unos a otros. A medida que fuimos teniendo más fans, el ir
alli despues de tocar, se volvio una decisión poco intelingente y aunque sabíamos que no
terminaria bien, continuamos haciendolo.
“Sunset and Gardner Hotel & Villas” estaba entre Hollywood y el centro de la ciudad, lo
suficientemente alejado de ambos como para que ninguna persona, excepto drogadictos y
prostitutas, se animara a caminar sola despues de cierta hora. Los negocios de la zona
trabajaban de 9 a 5 de la tarde a excepcion del “Gardner Elementary School” que quedaba
atrás de nuesta casa, y cuyo horario era de 8 a 3 dela tarde. Asi que se nos hacia muy facil
organizar fiestas de 50 o más personas y hacer lo que quisieramos, desde usar drogas como
heroína o hachis hasta arrojanos botellas o romperlas contra la pared, sin tenes problemas
con la policia. Al principio, esta escena se limitaba al departamento pero luego tomó el
pasillo y estacionamiento de al lado del edificio. Podias encontrar gente con botellas de
licor en bolsas de papel madera, envueltas en cuanta actividad ilegal te imagines y en
extrañas situaciones tambien a menos de 50 mts. de Sunset Blvd durante toda la noche. Nos
despertabamos ya entrada la mañana cuando los chicos empezaban a llegar al colegio, para
reacondicionar el lugar. Por suerte, los niños no veian nada de esto, aunque el patio del
colegio era lindante con el fondo de la casa.
Al lado del estudio solia ensayar otra grupo cuyo nombre nunca podiamos recordar; creo
que se llamaba “Wild”, y Dizzy Reed era el tecladista; asi fue como Axl y él se conocieron
y volvieron amigos. “The Wild” era la tipica ‘banda del dia’ que jamas fui a ver ni tampoco
presté mucha atención a cómo sonaban, pero de todas maneras, ambas participaban de las
fiestas. Nuestra vida se desarrollaba en este ambiente: una fiesta constante en un lúgubre y
sucio rincón de la ciudad. 
Nuestras fiestas eran un aquelarre. Nuestro comportamiento, vergonzoso casi intolerable.
Una vez, despues de un show, Izzy y yo llevamos a una chica al estudio y nos turnamos
para tener sexo con ella, sin ninguna protección. Fue una noche muy fuera de control para
los tres; la noche más loca que habiamos tenido hasta el momento. Recuerdo haberlo
mirado a Izzy, luego de mirar alrededor y decirle: Hey, Izzy! Creo que tendriamos que
conseguir otro departamento un poco más grande... 
Este microclima de festejo, desenfreno y caos no duraría demasiado, y cuando finalizó, lo
hizo de manera dramatica. Luego de un show, nuestros amigos y quienquiera que estuviera
en el club esa noche fueron al estudio, como de costumbre a seguir de juerga hasta bien
entrada la mañana. Ahora bien, las chicas que elegian venir con nosotros hasta las 6 o 7 de
la mañana, no eran la punta más afilada del lapiz; pero esa noche en particular una de ellas
derrapó totalmente. Se me nubla la memoria al intentar recordar los detalles pero lo que sí
sé es que Axl tuvo relaciones sexuales con ella en el loft.
Casi al final de la noche, quiza porque las drogas y el alcohol se habian agotado, la chica se
volvio loca y le dio un ataque de ira. Axl le dijo que se retirara de la casa y la empujó.
Intenté mediar en la situación y calmar las cosas para que se fuera tranquilamente pero fue
imposible solucionar las cosas con serenidad.
Mas o menos una semana más tarde, Steven estaba en la sala cuando cayó la policia. Los
oficiales dieron vuelta el lugar en busca de elementos de contrabando, de hecho rompieron
gran parte de los equipos en el proceso ademas de hostigar a todas las personas que tenian
alguna conexión con nosotros y amenazaron a Steven diciendole que lo llevarian detenido
si no les decía donde podian encontrarnos ya que tanto Axl como yo estabamos acusados de
abuso contra esa chica. Steven se puso en contacto con nosotros y nos advirtió de la
situación asi que durante ese dia, nos mantuvimos alejados de la casa.
A la mañana siguiente volvi al lugar. Estaba lloviendo y hacia un frio inusual para esa
epoca del año. Encontré a Izzy, abriendose paso en el desorden que la policia habia dejado
el dia anterior. Me quedé perplejo al ver cómo habia quedado el estudio y senti un gran
desconcierto porque ni Axl, ni yo -ni nadie- habiamos hecho tal cosa. Yo sólo habia
cruzado un par de palabras con ella y nada más.
La situación era complicada asi que acepté el consejo y me fui de ahí. Tomé un par de
cosas y me mude con Steven al departamento de su nueva novia, Monica que quedaba a
unas cuadras del “Sunset and Gardner Hotel & Villas”. Monica era una estrella porno
sueca. Steven vivia con ella, y yo no podria haber ido a parar a un mejor lugar. Eramos un
gran trio –en todo sentido-. Monica era maravillosa y aparte tenia teléfono; lo que era muy
util para recibir las novedades acerca de nuestra situación legal. En general, las noticias no
eran buenas: estabamos imputados por violación que es un delito muy grave.
El futuro lucía bastante desalentador y el progreso de la banda se detuvo inmediatamente.
Los padres de la chica tenian contactos en el Departamento de Policia de Los Angeles e
intentaron llevar el caso hasta las ultimas consecuencias. Axl se refugió en Orange county
por un par de semanas, en el departamento de otra chica que conocia y yo me quede con
Monica y Steven. Por temor a ser arrestados, no tomamos fechas para shows y mantuvimos
un perfil bajo.
La verdad era que si bien Axl tuvo sexo con la chica, la relación fue consensuada, fue de
comun acuerdo, con el consentimiento de la chica. No existio abuso por parte de ninguno
de nosotros. Por mi parte, ni siquiera la toqué!.
Luego de estar recluidos durante estas pocas semanas, juntamos coraje y resolvimos la
situación como es debido.
Axl volvio a Los Angeles y ambos nos mudamos con Vicky Hamilton y su amiga Jennifer
Perry. Vicky contrato un abogado para que se hiciera cargo del caso. Estoy segurisimo que
Vicky inmediatamente se arrepintió de habernos hospedado: Axl y yo nos apoderamos del
living de su departamento de un ambiente. Habia botellas de licor vacias por todos lados y
un sinfín de personajes yendo y viniendo constantemente, que nos seguian dondequiera que
fuesemos. De noche, este lugar era un desorden total, un verdadero desastre. Axl dormia en
el sillon y yo en el piso y el living daba el aspecto de haber sido blanco de una bomba. La
cocina era un chiquero, tenía los platos sucios de toda la semana apilados en un rincón y
tambien la basura. Por suerte, mi serpiente, Clyde estaba al cuidado de mi ex novia, Ivonne.
El caso llego a la Corte, pero sobre la marcha, los cargos contra mi fueron retirados; pero
Axl tuvo que afrontar un juicio. Afortunadamente, luego de prestar testimonio de lo
sucedido, los cargos contra él tambien fueron retirados; y ese es el final de la historia.
Desde que todo esto empezó hasta que finalmente se aclaro, las actividades de la banda se
detuvieron y los pocos dias que perdimos nos parecian años, porque nos atormentaba
mucho el estar metidos en esta situación sin haber hecho nada. Realmente este tema nos
tenia muy preocupados.
Luego del incidente, desocupamos nuestro garage devenido en sala de ensayos, volvimos
con los shows y empezamos a trabajar en nuevas canciones. Nuestros amigos, Danny y Joe
seguian en escena y el viejo Odsmobile de Danny seguia siendo el medio de transporte de
la banda. Danny era un tipo barbaro, de muy buen carácter y seguro de si mismo; tenia el
cabello al estilo James Dean. Nos hicimos muy amigos y me acompañaba en el uso de
drogas: cuando empece a consumir heroína, él era capaz de recorrer Los Angeles de punta a
punta por conseguir una pequeña cantidad.
Joe era quien nos ayudaba con los equipos y tambien mi técnico de guitarras en ese
entonces, pero era bastante vago.
Me acuerdo de un show en The Roxy. Guns n Roses era la banda principal esa noche. El
trabajo de Joe abarcaba muchas actividades: una de ella era alcanzarme un slide para poder
tocar el ‘solo’ de Rocket Queen”, pero cuando finalmente esa herramienta llego a mis
manos, la cancion ya se habia terminado. Me enoje muchisimo con él y lo bajé del
escenario de una patada –literalmente-, despues fue perdonado porque era una persona con
codigos, muy leal; la clase de tipo que a cualquiera de nosotros nos gustaria tener cerca. Él
era quien salia a defendernos o a respaldarnos en los momentos difíciles; y esa actitud de
compromiso y dedicacion es algo que no se puede comprar con dinero.
No nos pareciamos en nada a las otras bandas que tocaban en Sunset Strip; en general, no
nos importaba qué hacian. Pero, al igual que ellas, despreciabamos a Poison porque era la
banda del momento; eran muy famosos y personificaban todo lo que odiabamos de la
escena musical de Los Angeles. Compartimos el escenario con ellos, en varias ocasiones, al
principio de nuestra carrera pero siempre algo pasaba, y esto hacia que las cosas no resulten
bien. Una vez, ni siquiera se presentaron a tocar y los organizadores nos obligaron a hacer
dos sets para cubrirlos; y en otra oportunidad, nos cancelaron un show por una turbia
maniobra por parte de su agente. 
Una de las presentaciones más memorables de este periodo fue en un festival llamado
“Street Scene” que se desarrollaba en seis o siete escenarios, en diferentes puntos del centro
de Los Angeles. Era la primera vez que participabamos. Fue en 1983. Fuimos la banda
soporte de Fear, que era la única banda punk angelina que realmente valia la pena.
Llegamos al lugar en el Oldsmobile y cuando estabamos descargando los equipos en una
zona predeterminada para cada una de las bandas, notamos que una gran cantidad de gente
se dirigia hacia nosotros; pero continuamos bajando los instrumentos mientras la gente
pasaba corriendo entre nosotros a toda velocidad. No teniamos la menor idea por qué
corrian. Era como si Godzilla los persiguiera o alguien hubiera desenfundado un arma y
empezado a disparar hacia ellos.
No sabiamos cuál era el problema hasta que nos acercamos lo suficiente al escenario. Y nos
dimos cuenta que no habia escenario. Los fanaticos de Fear lo habian destruido incluso
antes de que la banda pudiera subirse en él.
Vicky y yo deambulamos en medio de este tremendo lío en pos de encontrar un lugarcito en
la extensa lista de presentaciones ya programadas para ese dia. Recorrimos todos los puntos
de la ciudad donde estaban armados los escenarios; fuimos uno por uno y hablamos con los
organizadores en busca de un lugar donde hacer nuestro show. Buscamos y encontramos
uno: ibamos a tocar despues de ‘Social Distortion’. Quiza no sonaba como una buena idea
tocar despues de una banda punk, local, y tan fielmente adorada, pero resulto ser uno de los
shows mas grandes que hicimos.
El público era 100% punk. Estaba muy entusiamado y todavia sediento de musica, incluso
luego de haber visto a Social Distortion. Asi que salimos a escena, a tocar nuestras
canciones y en el termino de 30 segundos, el show se conviritió en un concurso de
escupitajos cuyos participantes eramos nosotros y la gente de las primeras cinco filas: ellos
nos escupian y nosotros los escupiamos a ellos. Recuerdo haberme acercado a Izzy, estar a
su lado expulsando y recibiendo escupidas una y otra vez. Y llegamos a esta situación
porque eramos muy tercos, testarudos y perseverantes; no importaba qué nos hiciera la
gente; siempre habría un respuesta por parte de GNR. 
Al finalizar nuestro set, esta batalla realmente repugnante que ambas partes estaban decidas
a ganar resulto ser muy divertida.
Terminamos cubiertos de flemas de color verde; y si consideramos que hacia mucho calor,
razon por la cual yo estaba sin remera y que el calor cocinaba las flemas; tambien
empezamos a oler muy pero muy mal. No me importaba. Era inquebrantable, nada hacia
mella en mi: en ese momento habia una energia muy grande, que se apodero de nosotros.
La proxima experiencia en “Street Scene” tambien fue memorable pero a otro nivel. En esta
ocasión, habiamos arreglado ser banda soporte de Poison, que era la banda principal y
tocaba en uno de escenarios mas grandes. Era un show de primera linea, y el más
importante que habiamos ellos a la fecha. Ibamos preparados para expulsar a Poison del
escenario.
Al final, no hubo necesidad de hacer nada extraño para lograr nuestro objetivo; sólo
salimos a escena, hicimos las canciones y la audiencia enloquecio y empezo a trepar la
estructura del escenario y a sacudir parte de los cimientos sobre los cuales éste estaba
construido. Cuando terminamos la presentacion, el jefe de bomberos decidio clausurar el
lugar. Recuerdo haber visto a Poison, envueltos en purpurina –como siempre-, listos para
subir a escena y no pudiendo hacerlo a causa de lo que habia sucedido. Debo decir que me
encanto verlos con esos atuendos brillantes, ya preparados para salir a tocar, y sin un lugar
donde poder brindar su show.

Volviendo al tema de la heroína. En las semanas siguientes a la primera vez que Izzy y yo
habiamos pasado toda la tarde en casa de mi compañera del Fairfax High, desarrollé un
nuevo interés. Y estaba decidido a disfrutar de ese periodo de felicidad con mi nuevo
amor...
Ivonne fue la única que demostro estar preocupada por mi bienestar en ese momento,
porque ella no era de este mundo. Desde su perspectiva era facil ver que yo estaba
recorriendo un camino directo al abismo.
Hubo muchas idas y vueltas en nuestra relacion, pero un dia me llamó y me pidio
encontrarnos a almorzar en Mel`s, un restaurante que esta en Sunset. Pude percibir cierta
sospecha en ella. Tan pronto como tomamos asiento en el lugar, empezo a interrogarme de
manera muy sutil; me pregunto donde estaba viviendo, en qué andaba, con quiénes me
estaba juntando, qué estaba haciendo. La banda estaba muy bien, pero para ella todavía no
eramos más que una pequeña banda de bares –no coincidíamos para nada en este punto-.
Por otro lado, Ivonne me conocia muy bien, y sabia cuán ambicioso era y estoy seguro que
confiaba en lo que yo habia planeado para la banda, pero no podia distinguir por qué no me
comportaba como solia hacerlo usualmente; y por más obvia que fuera la respuesta a esa
pregunta, no estaba dispuesto a hablar de ello.
Recuerdo que me dejó en la esquina de Clark y Sunset, cerca del departamento de Vicky,
donde todavía seguía durmiendo en el suelo. No me dí vuelta pero podia sentir que me
miraba mientras me alejaba; tenía la sensación de que ella se habia dado cuenta que algo
estaba sucediendo.
Unos días despues, me visito en el departamento de Vicky, que estaba muy desordenado.
Me dijo que era por algo importante; porque su abuelo habia muerto y estaba angustiada, y
necesitaba verme. Yo era la clase de ex novio compasivo, entonces no lo pensé dos veces.
Hablamos de su recientemente fallecido abuelo durante todo el trayecto hasta su casa.
Cuando llegamos alli, serian las seis de la tarde aproximandamente. Fuimos a su habitación
y me sente en un rincón de la cama; vimos televisión y escuche sus consejos. De pronto
sonó el timbre.
‘Probablemente sea mi mamá’, me dijo; abrio la puerta y se retiro de la habitación. Luego
de 10 minutos, la puerta volvio a abrirse y vi a dos personas que hacia casi diez años que no
veia juntas, en un mismo ambiente: mis padres. Esto me llamo mucho la atención.
Ivonne entro en la habitación y empezo a contarles a mama y papa, su interpretacion del
por qué de mi comportamiento un tanto extraño. Lo hizo de forma tan dramática que
parecia el locutor de los spot antidrogas que habia visto en el colegio o el personaje
principal de una serie para adolescentes, cuyo mejor amigo esta fuera de control.
Mis padres escuchaban a mi ex novia y al mismo tiempo me miraban como estudiándome,
intentando encontrar en mí alguna pizca del Slash que ella les estaba describiendo. Ellos
eran muy liberales y como no vieron nada raro en mi actitud, asumieron que estaba todo en
orden y que yo estaba bien: la verdad es que si ellos no vieron nada, fue porque yo no me
distraje ni un segundo en esa situación y fingí estar bien sentado, erguido.
“Saul, esto es verdad?”, me dijo mi papá, mirandome a los ojos. Estas consumiendo
heroína? Ivonne tiene razon en lo que dice? 
No dije que no, pero tampoco dije que si. No estaba lúcido pero lo disimule bastante bien,
en tanto mis padres no encontraron evidencia alguna que diera credito a la historia de
Ivonne.
Que bueno verlos a los dos compartir un mismo lugar”, dije sarcásticamente, “ha pasado
tanto tiempo...”
Me acerque a mi mamá y de di un beso. Ahí fue cuando el clima cambió. De pronto, esta
especie de ‘intervencion terapeutica’ que Ivonne habia planeado estratégicamente se
transformó en un reencuentro familiar.
Podia sentir a mi ex novia hechando humo de la furia que le provocaba ver cómo nosotros
charlabamos animadamente y nos poniamos al tanto de las ultimas novedades. La
conversación con mis padres duró más de media hora y segui guardando las apariencias
mientras estuvieron allí, pero al minuto que se fueron le exigí a Ivonne que me llevara a mi
casa. A mitad de camino, cambie de opinión y le pedi que me dejara en The Wisky; no dije
una sola palabra durante todo el viaje.
Si bien, Ivonne hizo todo esto con la mejor intencion y yo sabia que era así; luego de este
episodio nos distanciamos y no volvimos a hablar por un tiempo.

Este periodo fue muy intenso. La banda comenzo a ser reconocida y comenzamos a
recorrer un camino en el cual era muy trabajoso dar un paso adelante, hacerse notar o
llamar la atencion entre toda la fauna del ecosistema de Sunset Strip; y especialmente era
dificil porque te retenian; habia un monton de gente evitando que el otro se hiciera
conocido porque, en realidad, estaban todos en la misma situación, tras el mismo objetivo:
Surgir y hacerse famosos.
En el proceso, conocimos a Bridget, una persona con la cual podriamos contar de aquí en
adelante. Podria decirse que era como Vicky Hamilton pero con mucho mas poder
adquisitivo. Bridget queria contratarnos y ser nuestra representante pero como nunca
firmamos con nadie, se conformó con trabajar con nosotros ‘en conjunto’. Ella tambien
representaba a “Jetboy”, un grupo bastante popular en el circuito, originario de San
Francisco, asi que alquilamos una camioneta y fuimos a tocar con ellos. Nos hospedamos
en su casa por unos dias y pudimos ver cómo vivia, en realidad, una banda que contaba con
departamento propio y un tecnico de sonido de verdad. Tenian shows continuamente y
aunque no llegamos a conocer en profundidad a la banda, respetabamos y admirabamos su
profesionalismo.
Todd Crew era el bajista de “Jetboy” y por muy lejos, el mas simpatico de todos sus
integrantes. Nos hicimos muy amigos y tambien fue amigo de la banda por muchos años –a
menudo, para disgusto de sus compañeros-. Su estilo era muy especial: media mas de 1.80
mts, tenia el cabello oscuro, largo y despeinado; su expresión era de desconcierto,
ofuscación, y perturbacion constante. Tenía ambos brazos completamente tatuados y usaba
chalecos de cuero, jeans rotos y botas tejanas por encima de ellos. Y siempre llevaba un
cigarrillo en la boca. Todd se alejo de la banda porque su estilo era de rock & roll clásico y
los Jetboys era la tipica banda glam. El cantante lucia una cresta verde; eso ayudaba a no
prarecer tan diafanos como Poison.
Fue una gran experiencia para nosotros; el show que brindamos en “Stone”-un bar que está
en Hollywood Blvd.- fue barbaro. Una de las tantas personas con las que compartian el
departamento, colleccionaba reptiles, asi que yo me entretuve bastante. Envidiaba mucho su
colección: tenia serpientes, unos cuantas lagartijas monitor exóticas y varios cocodrilos. En
este viaje vimos lo que era posible hacer a nivel local y nos dimos cuenta que, sin duda,
estaba a nuestro alcance.
La vuelta a casa tambien fue memorable: estabamos en la camioneta, bebiendo y tocando la
guitarra cuando empece a arpegiar una melodia bastante inarmonica, la cual terminaria
siendo la introducción de “Paradise City”. A Izzy y Duff les gusto; la aprendieron y
continuaron tocandola mientras hacia los cambios de acorde; yo tarareaba una melodía
mientras ellos tocaban una y otra vez la primera. Ahí fue cuando Axl dijo: “Take down to
the paradise city” –llevame a la ciudad paraíso-. Segui tocando y empezamos a inventar la
letra la cancion. Agregué “where the grass is green and the girls are pretty” –donde la
hierba es verde y las chicas son bonitas-; pero despues pensé que sonaba demasiado gay.
“Take me down to the paradise city”, repitio Axl y grité “where the girls are fat and they’ve
got big titties!” –donde las chicas son gordas y tienen buenas tetas-
“Take... me... home!” -llevame a casa- reiteró Axl.
Se decidió que la parte de “la hierba es verde...” quedaba mejor con la cancion; yo no
pensaba lo mismo, preferia la versión libre, pero rechazaron mi opinión. 
Seguí improvisando sobre esa base musical mientras que ellos hicieron lo propio con la
letra, todos en una ronda, como si fuesemos chicos yendo a un campamento de verano, y
creo que lo eramos si comparamos nuestro comportamiento al ver la silueta de los edificios
de la ciudad de Los Angeles.
Cuando ya tuvimos todo el coro resuelto, pasamos directamente al riff. En ese momento
empece a tocar esa melodia super heavy que presenta la cancion. Y asi fue como “Paradise
City” se convirtió en mi favorita.
Por más atipico y gay que sonara para Guns n Roses, la cancion terminó grabandose así; y
fue toda una experiencia.

Bridget, la nueva manager, nos ayudo a progresar en tanto llevo nuestros shows al proximo
nivel, pero siempre en el circuito de Los Angeles. El hecho de haber tocado en San
Francisco genero comentarios y el haber podido tocar alli, queria decir que la gente habia
empezado a hablar de nosotros y que contabamos con un grupo de fans. 
Despues pudimos empezar a tocar con más continuidad. GNR se volvio una de las bandas
más comentadas del momento en Los Angeles, y esto llamó la atencion de las disqueras.
Se hablaba tanto de nosotros que, cuando Tom Zutaut de Geffen Records nos vio por
primera vez en Troubadour, le basto escuchar dos canciones para ir y decirles a cada uno de
los representantes de las compañias discograficas que eramos horribles y que la banda
sonaba muy mal –un plan deliberadamente llevado a cabo-, sólo para poder contratarnos él.
Tom se habia vuelto una legenda despues de que Motley Crüe se sumara a Geffen Records;
era muy observado por sus pares, ya que sus instintos generalmente llevaban a hallar oro en
la mina que, en ese momento, era la escena de Sunset. 
La proxima vez que tocamos en Troubadour, Tom se acerco entre bastidores, se presentó y
recuerdo que todos pensamos que era alguien que realmente merecia nuestro respeto, ya
que sus logros hablaban por si mísmos; y su entusiasmo era real. Nos dijo que eramos la
mejor banda que habia visto desde AC/DC y cuando nos hablo de la musica, pudimos notar
que estaba muy comprometido y relacionado sinceramente con las canciones; más que
cualquier otro. En todos estos años hemos tenido idas y vueltas, pero Tom todavía sabe
cómo captar mi atención; cuando quiere que vaya a ver una banda que tiene pensado
contratar, todo lo que tiene que decir es : ‘No he visto una banda de rock así desde que vi a
Guns n Roses por primera vez’. 
Esa noche, en los camarines, habia algo profundamente sincero en Tom que, aunque no se
lo dijimos en su momento, hizo que no quisieramos firmar con nadie más.
Tom quiso engañar a la competencia pero no tuvo éxito; se corrio la voz que estaba
interesado en la banda y, de la noche a la mañana, todas las disqueras de la ciudad andaban
buscandonos. 
Si bien Bridget seguia siendo nuestra manager, Vicky Hamilton tenia los mejores contactos
en Los Angeles, y todos los representantes de las compañias discograficas se comunicaban
con ella para reunirse con nostros; y eso era suficiente para que quisiesemos reavivar la
relacion con Vicky. 
Aquel, fue muy lindo tiempo: disfrutamos a más no poder que cuantos almuerzos, cenas,
tragos y todo lo demás que viniera gratis de parte de las disqueras, antes de decidirnos a
firmar con alguna de ellas.
Por los siguientes dos meses, fuimos cortejados por Chrysalis, Electra, Warner Bros., entre
otras. Iriamos a restaurants bonitos y ordenariamos extravagantes aperitivos y elegiríamos
una mesa para luego hacer nuestro juego. Antes de acordar cualquier otra cosa, lo unico que
sabíamos con seguridad, era que nos tendriamos que volver a encontrar para almorzar y
seguir charlando algunas cosas. 
Este circo continuo hasta el dia que decidimos juntarnos con David Geffen y Ed Rosenblatt,
y firmar con Geffen Records. Tomé asiento en su oficina, y mientras el resto de la banda
negociaba el contrato, me quedé mirando a David, a quien no veia desde que yo tenia 8
años, y recordando todas las veces que habia ido allí con mi papa a dejar sus dibujos y
preguntandome si David tenia idea que quién era yo –luego mi madre descubrió que,
efectivamente, David no me habia reconocido-. Me hice unos minutos para visitar los baños
de la productora, y seguian tal como los recordaba de pequeño, con las paredes cubiertas de
fotos de viejas revistas de rock, como un collage hippy, muy propio de los ’60. Estaba muy
feliz de ver que seguian igual.
La negociación fue rapida: pedimos un contrato de seis cifras, entre otras cosas, entre las
cuales estaba una parte del dinero en concepto de adelanto –un pedido realmente insolito
para un artista nuevo o poco conocido como nosotros en 1986-. Geffen aceptó; Vicky
Hamilton intervino como nuestra manager y por medio de ella conocimos a Peter Paterno,
quien se convirtió en el abogado de la banda. Peter hizo los papeles y fue trato hecho.
Finalmente habiamos conseguido un contrato discografico, pero Geffen no queria que
siguieramos haciendo shows; queria que mantengamos perfil bajo, construir cierta mistica
alrededor de la banda y poner las cosas en orden: insistieron en que deberiamos buscar una
manager de verdad y un productor; y que deberiamos enfocarnos en hacer un disco.
Querian que vivieramos con el adelanto que nos habian dado y que no nos distrajiesemos
en la rutina de tocar todos los fines de semana mientras estabamos por dar los pasos
necesarios para avanzar en nuestra carrera.
Poco sabian ellos o alguno de nosotros que darnos dinero era una mala idea; nos estaban
dando un grado de libertad que no conociamos y que nunca antes habiamos tenido. De
todos los miembros de la banda, yo era el más aprensivo al mandato de no hacer más
shows. Qué, nos ibamos a quedar sentados como tontos teniendo unos cuantos miles de
dolares para gastar?! Esto no iba a terminar bien.
Los cinco nos las arreglamos para hacer que cada dia fuera epico, inolvidable; el
presupuesto estaba definido por la cantidad de dolares que hallaramos en los bolsillos cada
mañana. Con dinero en las manos y una disquera detrás, muchas pero muchas más cosas
eran posibles.
Tal como pudimos comprobar en aquel entonces, y una vez y otra vez, lo peor que puede
haberle sucedido a esta banda es: no tener nada que hacer y tener dinero para gastar. 
CAPITULO 7:
HAMBRIENTOS DE DESCONTROL

El desasosiego es un catalizador versátil y caprichoso; puede llevarte al éxito o puede


llevarte de a poco a la muerte y a veces no esta en vos elegir entre ambas
posibilidades. Esta cualidad de estar siempre en movimiento es la que me ha hecho
tener el apodo de ‘Slash’ y es lo que me mantiene en busca de riesgos, del proximo
show, o de nuevos desafios desde que tengo memoria. No es una perdida de tiempo.
Antes de que firmaramos con Geffen, estaba desempleado y viviendo en un garage
que era tan acogedor como lo es una carcel en Sudamérica.
Ponia toda mi energia en vivir al dia y promocionar a la banda show a show. Pero al
obtener Guns el contrato, no tuve que preocuparme más por el dinero, por la comida
o por buscar refugio. Esa sensación de estabilidad no me era familiar. No tenia ningun
interes en conseguir todos los dotes de la vida normal; asi que lo que parecia ser una
una bendicion terminó siendo casi una maldición.
El contrato y el adelanto fueron por unos 250.000 y 37.000 dolares, respectivamente;
lo que da 7.500 dolares para cada uno de nosotros.
Cambié esa suma en cheques de viajero de American Express por mi problemita con
la Hacienda Pública, que mantuve en mis bolsillos.
Ahorrar este dinero no era una opción para mí, pero tampoco lo invertí en una nueva
guitarra; me lo gasté todo en heroína. Cada uno de nosotros aprendió la leccion a su
manera, antes de volver a poner nuestras vidas en orden y empezar a hacer lo que se
nos habia pedido. 
Esta no seria la última vez que tendriamos que huir de nuestros instintos: cuando
quiera que encontrasemos algo de tranquilidad, la misma sensación de inquietud, de
impaciencia, la misma revolución que impulsó nuestro éxito, amenazaba con
destruirlo todo.

Era obvio para todos que Vicky Hamilton no iba a poder estar a la altura de las
circunstancias cuando nuestro operativo creciera en escala. Tambien ya era tiempo de
formar un equipo de verdad: Joe no era para nada un tecnico de sonido, y Danny era un
amigote con quien compartia drogas (seguí teniendo esa relacion por años), no un asistente
de giras. No estabamos felices de hacer estos cambios pero sabíamos que era necesario
hacerlos. Era el fin de una etapa; ya no eramos una banda primitiva, elemental que no tenía
nada que perder: ahora eramos una banda primitiva, elemental con respaldo corporativo.
Tom Zutaut arregló unas reuniones con potenciales managers. Los primeros de la lista eran
Cliff Bernstein y Peter Mensch de Q Prime, que en aquel entonces trabajaban con
Metallica, Deff Leppard, entre otros; y continuan haciendolo actualmente.
Fui a la oficina de Tom, y ellos se habian retrasado, asi que me heché a dormir en el sofá de
la oficina a la espera de los señores. Quiero que conste que no estoy seguro si estaba lúcido
o no; lo que si recuerdo es que no fue una buena reunión. 
‘Guns n Roses no es lo suficientemente musical. No es una banda que consideremos
representar’, dijo uno de ellos –no recuerdo cuál-
Me incorpore en el sillón; me quede estupefacto por lo que acababa de escuchar. Eh?!, debo
haber murmurado.
Básicamente, escuche el comentario, entre sueños; porque lo dijeron mientras estaba
recostado en el sofá; no dije nada pero mi cara debe haber reflejado mi sensación de
desdén, o por lo menos de confusión y descreimiento.
‘Te sabes los solos de guitarra que interpretas?’, dijo el otro –nuevamente no sé cuál de los
dos fue-
‘Si’ le respondí por lo bajo.
‘A mi entender, eso es ‘ruido’, mientras que Metallica suena bastante más melodico’
‘Está bien’ dije; ‘Como tu digas, Jack’, pensé
Tom puso lo mejor de sí para mediar en esta situación potencialmente explosiva; estuvo
todo el tiempo tratando de calmar los animos, poner buena onda y ver los aspectos
positivos.
‘Bueno, en realidad, el demo no representa su música en todo su esplendor, chicos’, Tom
les dijo. ‘Quizá deberian escuchar las canciones nuevamente, cuando estén debidamente
producidas’
Tom sabía tan bien como yo, que la musica estaba perfectamente representada en el demo-
sólo que estos muchachos, no captaban la idea. 
Nos rechazaron y por supuesto, se arrepintieron. Todas las personas que Tom nos presentó
por esos días, nos rechazaron y se arrepintieron; que a fin de cuentas, era mucha gente.
En ese momento Izzy todavía vivia en su departamento y Duff estaba viviendo con una
chica hungara llamada Katerina (con quien contraeria matrimonio, más tarde) en un
departamento de Hollywood Boulevard; casualmente al lado de Sly Stone. Creo que podria
decirse que ellos tenian una relacion cercana de vecinos: Sly solia ir a visitar a su vecino,
sin previo aviso a fumar PCP, crack o una mezcla de ambas, solo, en su baño y luego se
retiraba. Eso nos volvia locos.
Aparentemente, lo hizo todo el tiempo pero nosotros no lo veiamos porque no nos
juntabamos en el departamento de Duff –simplemente su novia no era la clase de chica que
podia recibir a un monton de muchachos en el living. Pero pasaba por ahí con Duff,
despues de los ensayos, y en una oportunidad fui testigo de esta escena.
Golpean la puerta. Duff abre, y era Sly.
‘Hola, nene’le dijo, ya que nunca recordaba el nombre de Duff. ‘Puedo usar tu baño? No te
molesta, no??
‘Si. No, para nada’ respondio Duff.
Eso fue todo. Despues dijo que Sly podia llegar a estar horas encerrado alli.
Duff tambien conocia a West Arkeen, ya que por un tiempo, tambien vivió en el mismo
sitio. El unico lugar donde sabía que West vivia regularmente era en su viejo Chevrolet El
camino; y creo que en ese momento, lo tenia estacionado en la puerta del edificio donde
vivia Duff. Asi que era un inquilino más –por decirlo de alguna manera-.
Conocí a West Arkeen a traves de Duff, pero West se volvió mas amigo de Duff que de la
banda, o de Axl, o mio, en un primer momento.
Durante este tiempo, especialmente, yo estaba un poco reacio a conocer gente nueva e
incorporarla a nuestro círculo por toda una serie de personajes de baja calaña que habian
empezado a rondarnos, asi que mantuve un trato bastante distante con los nuevos amigos de
la banda. 
Me cuesta mucho confiar en la gente, pero más tarde, West y yo nos hicimos amigos. 
West venia de San Diego, era guitarrista y un gran amante de las fiestas. Se convirtió casi
en un integrante más de Guns n Roses, mas que un amigo de sus miembros: incluso es co-
autor de algunas canciones como “it’s so easy” y “Yesterday” (junto a Duff) y “Bad
Obsesión” y “The Garden” (junto con Axl). Duff y West se juntaban a componer y yo me
sumaba a veces, pero con Axl trabaron muy buena relacion y se volvieron muy unidos. 
Ademas de escribir para Guns n Roses, West participo en los proyectos solistas de Duff y
de Izzy, y todos nosotros participamos en el suyo: “Outpatience”, a finales de los ’90, justo
antes de morir de sobredosis.
West bebia alcohol en exceso y llevaba una vida desenfrenada de manera que encajaba muy
bien con nosotros. Era un personaje tan seguro de sí mismo y contento con su modo de
vivir que si no eras amable con él, de todas maneras él lo seria contigo; probablemente sea
por eso que finalmente se gano mi corazón. Para bien o para mal, West nos inició en el
consumo de lo que en aquel entonces se conocia como ‘speed’ y lo que hoy llaman
‘metanfetaminas’ o ‘crystal meth’. Esta sustancia era su especialidad, siempre contaba con
grandes cantidades, tenia importantes contactos en San Diego para conseguirla y
absolutamente todo su entorno la utilizaba. 
En determinado momento, West, de alguna forma consiguió dinero para alquilar una linda
casa en Hollywood Hills. Ésta era una de las tres casas del lugar, al borde del acantilado,
escondidas entre los arboles. Alli vivia con Laurie y Patricia, dos grandes consumidoras de
speed que vivian voladas, con la cabeza en las nubes; si no, hubieran sido muy atractivas.
Laurie, de algun modo, trabajaba en la industria cinematografica y conducia un bonito jeep
Suzuki, mientras que Patricia parecia no trabajar nunca, pero siempre contaba con dinero.
Nunca pude entender como era que aparentaban tener una vida normal, una casa, dinero en
el banco y todo lo demas; todo esto, mientras consumian speed con total desparpajo. Pero
por segunda vez, debo decir que no sabia mucho acerca del ‘speed’ en ese entonces.
Solia hospedarme en esa casa cuando no tenia otro lugar donde ir, y cuanto mas nos
acercabamos a West y a su mundo, hubo algo que nunca pude descubrir: como era que él,
tambien, siempre tenia dinero. Especialmente cuando las cosas cambiaron y empezamos a
volvernos un poco locos, West se convirtió en la unica persona en nuestro circulo, que
podiamos llamar ‘amigo’; el único en el mundo. Era quien aparecia cuando cualquiera de
nosotros necesitaba algo; y por mucho tiempo, él era –literalmente- la unica persona en la
que podiamos confiar.

Tan pronto como pudimos disponer del dinero del adelanto, nos pusimos de acuerdo para
hacer algo práctico: alquilar un departamento. Nos acercamos a muchas administraciones
pero todas nos rechazaron porque no eramos lo suficientemente solventes o directamente no
eramos para nada solventes. Pero, al final, encontramos un departamento al sudeste de La
Cienaga y Fountain; estaba en una planta baja, tenía dos habitaciones y dos baños. Despues
nos pusimos un tanto domesticos y arrendamos algunos muebles –dos camas y un juego de
comedor. Y para redondear, agregamos un sofá que encontramos en la calle, detrás del
edificio y un televisor que fue una donacion de la madre de Steven. Cuando nos mudamos,
ella tambien colaboró con algunos alimentos –esa fue la unica vez que tuvimos algo en la
heladera- por una semana, mas o menos, nuestro refrigerador lució como si alguien
estuviera habitando el lugar.
Izzy y Steve compartian una de las habitaciones, Axl y yo compartiamos la otra. Ese
departamento sigue allí; paso con el auto todo el tiempo –tiene un gran ventanal en el
primer piso que da a la intersección de las calles.
Cuando lo alquilamos, Izzy todavía vivia con Dezi –su novia- en Orange Avenue y Duff
con Katrina en Hollywood Boulevard, pero ciertos intereses en comun hicieron que Izzy
pasara mucho más tiempo en nuestra casa. Luego de una pelea con Dezi, Izzy se transformó
en un residente más del lugar por un tiempo. 
Para mi, nuestro departamento era de lujo; incluso pude reubicar allí a mi anaconda, Clyde,
que hasta ese momento estaba al cuidado de Ivonne. Desafortunadamente, el hecho de
mudarse del garage hacia un lugar aparentemete más lindo no redujo nuestro nivel de
indecencia, vandalismo y transgresion.
Pasados los tres meses que habian sido pagados por adelantado, nos desalojaron y nunca
nos devolvieron el depósito de garantía.
No funciono tan eficientemente como estaba planeado, pero el haber estado todos juntos en
un mismo lugar fue el primer paso hacia la transformación de Guns n Roses en una banda
organizada.
Por mi parte, todo iba bien hasta que nos desalojaron. Se nos dio dinero y si hablamos de
heroina, fui lo más mesurado que pude, la hice durar mucho más; pero a pesar de mis
esfuerzos, el lugar se transformó en un galeria de pinchazos, parecia que habia un
suministro constante en la calle. Mark Mansfield aparecio alli una noche, ambos pasamos
desapercibidos para el otro, los dos eramos adictos, pero fue bueno volver a verlo. Formaba
parte de una banda de Texas llamada “Tex and the Horseheads”, cuyos integrantes tambien
vivian con la cabeza en las nubes, asi que todos fueron a parar a nuestra casa.
Antes de todo esto, consumia cuando podia conseguirla, un poco aquí y un poco alla, pero
nunca pude obtener heroína con continuidad simplemente porque no podia pagarla.
A esta altura, podia costear mis vicios, un dia a la vez; estaba tan enamorado de las drogas
que no sabía en lo que me estaba metiendo, o simplemente no me importaban las
consecuencias.
La disquera habia arrendado una sala de ensayo llamada Dean Chamberlain’s en
Hollywood, donde tambien ensayaba Jane’s Addiction. Soliamos ir a las 2 o 3 de la tarde y
tocar por 4 horas aproximadamente. La sala era una pequeña caja de 1.80 por 6 mts.,
realmente muy angosta y larga, iluminada por una luz blanca, brillante, muy desagradable;
como las de los hospitales. Básicamente era como ensayar en 7-Eleven.
Ironicamente, una de las primeras canciones en las que trabajamos fue “Mr. Brownstone”,
una pista que fue concebida en circunstancias bastante más obscuras. Una noche, Izzy, Dezi
y yo estabamos en su departamento y se me ocurrió. Estabamos sentados en la mesa del
comedor, calentando y dosificando heroina para luego inyectarnosla. Hecho esto, ya
estabamos preparados para zapar. Andabamos esparcidos por todo el ambiente,
protestando, como lo hacen todos los drogadictos: nos quejabamos de nuestros dealers y
tambien nos lamentabamos por ser adictos y de ahí surgio la cancion. “Mr. Brownstone”
contaba cómo era un dia en nuestras vidas, en ese entonces. Izzy tuvo una buena idea y
compuso el riff, y despues empezamos probar distintas frases. Dezi se considera coautora,
pero quiero que conste que ella aportó un sustantivo acá y una conjuncion allá, asi que mas
bien, corrigió la cancion.
Cuando ya teniamos la idea de la letra, procedimos a escribirla en la bolsa de papel del
almacén. Luego la llevamos al departamento de Fountain St. y la interpretamos para Axl; y
el trabajò un poco más en la letra antes de que la banda la ensayara la proxima vez.
Axl podia tomar una simple melodía de Izzy y transformarla en algo realmente fantastico;
este es uno de los casos.
Tom Zutaut estaba ansioso por encontrar un productor y empezar a trabajar en el disco; lo
que él no sabia era que ésta seria una tarea muy difícil de realizar. El primer candidato fue
Tom Werman, un tipo muy importante pero insoportable para nosotros. Werman acababa
de producir “Shout at the devil”, de Motley Crüe, que habia vendido unos cuantos millones
de copias, en 1985, pero antes de eso habia ganado fama produciendo a Cheap Trick, Ted
Nugent y Molly Hatcher. Tambien trabajo con Poison, Twisted Sister, L.A Guns, Stryper,
Krokus y Dokken. En pocas palabras, Werman se transformo en un representante del metal
de los años 80.
Pero simplemente no pudo manejarnos. De hecho, nunca llegamos a tener una reunion con
él, de forma adecuada. Un dia vino a la sala de ensayos y estabamos tocando “Mr.
Brownstone” a un decibel propio de un motor de avion: sucede que Izzy y yo habiamos
adquirido un nuevo amplificador –un Mesa Boggie- y yo estaba tocando una guitarra nueva
–una Les Paul que habia pertenecido a Steve Hunter, un guitarrista de blues de los ’70.
Habia cambiado mi BC Rich por esta Les Paul en “Guitars R Us”, una tienda de guitarras
perteneciente a Albert y Howie Huberman. Este lugar era casi una institución para los
musicos de L.A que no podian comprar sus instrumentos en Guitar Center; éste era como
una casa de empeños para musicos. Ahí fue donde me deshice de todos mis antiguos
instrumentos y obtuve nuevos; o cuando el dinero se terminaba, alli liquidaba mis equipos
para costear mi vicio-; de cualquier modo, estabamos tocando Mr. Brownstone a tal
volumen que Werman entro a la sala y se retiro inmediatamente. Vino con su asistente,
frenó por un instante en la puerta del lugar, luego giro y desapareció. Al terminar la
cancion, me asome para ver si estaban afuera pero ya se habian ido. 
‘Creo que fue demasiado ruidoso’, les dije a mis compañeros.
No le hicimos mucho caso pero debo decir que me deprimí un poco porque yo pensaba que
sonabamos barbaro, pero tambien estaba acostumbrado a que la gente no entendiese el
mensaje.
La persona más conocida que consideró trabajar con nosotros fue Paul Stanley de Kiss, que
andaba en busca de la banda adecuada para un proyecto paralelo; pero esta vez, él se
ubicaría del otro lado de la consola. Izzy, Duff y yo no podiamos haber estado más
desinteresados; le dijimos a Zutaut que no teniamos ni idea qué podia aportar Paul Stanley
a Guns n Roses. Steven, por supuesto, estaba fuera de sí –Kiss era su banda favorita, asi
que pensamos que quiza deberiamos dejar que Steven cumpla su sueño y acceder a
reunirnos con Paul-.
El proceso comienza con Paul arribando a la casa para ‘hablar de la musica’. A esta altura,
el uso de heroína se habia vuelto una practica diaria, asi que cuando Paul llegó, Izzy y yo
hicimos todo lo posible por evitar quedarnos dormidos; apenas mantuvimos la compostura
para que no fuera tan obvio nuestro estado... o por lo menos, eso pensamos nosotros.
Izzy y yo tomamos el sillon, y como no teniamos sillas en el living, Paul tuvo que sentarse
en el piso, justo al lado de Steven y Axl.
“Primero lo primero” dijo. “Quiero reescribir ‘Welcome to the Jungle’”
Según Paul, la cancion tenia potencial pero carecia de una estructura mas impactante; lo
que necesitaba era un coro que fuera memorable, más coreable; casi como un himno. En
pocas palabras, que se pareciera a una cancion de Kiss.
“Ugh”, gruní por lo bajo. Para mi, éste era el final de la relación. Paul era el ejemplo del
tipo que viste bien, su esposa es bellísima –y la exhibe cual trofeo- y conduce un auto
carisimo, que baja a tu nivel para decirte lo que debes hacer. Así era Paul, y no me caia para
nada bien. Tambien era muy persistente, por eso lo volvimos a ver nuevamente poco
tiempo despues cuando participamos de una muestra que Geffen –Tom Zutaut para ser
exactos- organizo para nosotros ya que necesitabamos hacer un show- y a la cual sólo los
invitados y la gente de la industria discografica podia asistir. Este concierto fue en
“Gazzari’s” (hoy es el “Key Club”), que era un lugar en el nunca habriamos ido a tocar
porque iba en contra de todo lo que defendíamos nosotros. Era un club muy glam, muy gay,
que tenia promociones en radio, en las cuales su dueño, Bill Gazzari, con un acento bien
marcado, propio de la costa este, decia ‘Todas las bandas que tocan en mi club tienen
integrantes sexies! Si no tienen integrantes sexies, no se suben a mi escenario”. Gazarri era
el lugar donde podias encontrar esas bandas de glam metal realmente malas. Y
definitivamente no eramos sexies ni bellos, y tampoco queriamos serlo. Incluso, la unica
vez que fui a ese lugar, fue para ver a Hollywood Rose, aquella noche.
En fin, Paul Stanley asistio a la muestra, y hasta obligo al ingeniero de sonido a dejarlo
encargarse de la consola y tomar el control de la mezcla. No nos dimos cuenta al principio,
pero cuando lo hicimos, nos dio cierta vergüenza ajena: Paul Stanley habia hecho la mezcla
de Guns n Roses... en Gazzari’s. Era algo trillado, cliché, poco original o como quieras
llamarlo; qué mas podia pasarnos?! Recuerdo, cuando nos pagaron, estar contando y
dividiendo el dinero y decirle a Izzy: “necesito ir a comprar droga!”. Era todo lo que me
interesaba en aquel momento –y es lo que hice: inmediatamente me fui a encontrar con mi
dealer.
Paul queria ganarnos por cansancio, de manera que insistió en volver a vernos en el
proximo show, donde sabíamos que, de una vez por todas, le mostrariamos quiénes eramos
en realidad, y qué era lo que queriamos que nuestro productor tomara de nosotros.
Una semana despues, tocamos en Raji’s. Era un antro de 6 mts. por 6 mts que apestaba del
olor a cerveza y meadas, con muy mala amplificación -los parlantes sonaban como una
radio mal sintonizada-, el escenario tenia 30 cm de alto y estaba contra la pared mas alejada
de la puerta; los baños eran más desagradables que los de CBGB. En otras palabras, era el
habitat natural de Guns n Roses. 
Creo que Paul pensaba que debia probarnos, de una vez por todas, que comprendía de
dónde veniamos; entonces iba a visitar, a pisar nuestro terreno, porque despues de todo, él
junto a Kiss tambien habia tocado en esta clase de lugares, en su momento. Sus intenciones
eran buenas, pero no puedo evitar pensar que, rapidamente, comprendió que de dónde
veniamos nosotros era un lugar que él no habia visto por mucho, mucho tiempo. GNR era
una bestia furiosa que habia crecido en cuevas como esa.
Ese show estuvo espectacular: fue grosero, confuso, oscuro, peligroso, mezquino, de muy
mala calidad, constantemente al borde del caos, como nunca antes, porque me inyecté
mucha heroína antes de subir al escenario; y si a eso le sumás que habia esta bebiendo
alcohol, todo esto hizo que mi estomago quedara en ruinas y me sintiera fatal; al punto
darme vuelta y vomitar detrás de mi amplificador entre cancion y cancion. Jason, el nuevo
tecnico de guitarras estuvo todo el show saliendose de mi camino para evitar ser salpicado.
La temperatura en ese lugar era insoportable; hacia muchisimo calor y eso empeoró la
situación. El show fue muy agitado y el publico tan rebelde, revoltoso, indisciplinado,
incontrolable, intransigente, que Axl termino peleandose con un tipo de las primera fila –
porque quizá lo habia golpeado con la base del soporte del micrófono. Todo el concierto
fue casi un motin; habia demasiada energía encerrada en la pequeña caja recalentada, que
era este club. Fue un show im-pre-sio-nan-te. Hay una foto de ese show en la parte interna
de la caratula del disco Appetite for Destruction. 
No sé donde estuvo mientras tocabamos, pero Paul finalmente aparecio cuando terminamos
el set con su super sexy y blonda novia/esposa, ambos con vestimentas que probablemente
costarian más que el edificio entero según la valuación del mercado. No habia vestidores en
Raji’s; habia un pasillo entre uno de los laterales del escenario y la puerta trasera y
separado por un par de escalones, donde la banda se sentó despues de tocar.
Paul y su novia/esposa desentonaban con el entorno, pero de todas maneras, tambien
tomaron asiento en los escalones. Estabamos transpirados y en muy mal estado, y luego de
haber vomitado 8 veces mas o menos en el escenario, estaba poniendo lo mejor de mi para
no volver a hacerlo sobre Paul al decirme, con su mujer –que era parecida a Ivanna Trump-
tomada del brazo, ‘Hmm, bueno, eso fue interesante...?
Al dia siguiente, lo hicimos oficial: le dije a Tom que le dijera a Paul que, muchisimas
gracias pero que ibamos a seguir buscando productor. Siento mucho decirlo, pero poco
despues, conté esta historia al L.A Weekly con un excesivo grado de mala onda hacia Paul.
No fue mi intención; estaba tan entusiasmado por todo lo que estabamos haciendo que, para
mi, el que no lo entendia, estaba totalmente equivocado. Ni siquiera me acordaba que lo
habia insultado públicamente, y por lo tanto no tuve ningun problema en llamarlo uno o dos
meses despues para pedirle un favor.
A este momento, ya habiamos empezado a grabar, pero habia vendido mis mejores
guitarras para comprar drogas y esperaba que Paul pudiera proveerme de algun instrumento
digno de usar en el estudio ya que él era un artista estaba patrocinado por “BC Rich”
‘Hola Paul, soy Slash’, le dije ‘ha pasado un tiempo... como estas?
‘Bien’, me contesto.
‘Escuchame, me entere que tenes un acuerdo con BC Rich. No podrias conseguirme
algunas guitarras?’
‘Si, podria, no tendria ningun problema’, me dijo seguido de un gran silencio. ‘Podria, pero
no lo haré. Dejame darte un consejo: debes tener más cuidado; no debes ventilar tus
problemas en público. Te deseo buena suerte.’ 
Y cortó el telefono.
Tomo bastante tiempo, pero en 2006, tuve la oportunidad de disculparme con Paul.
Coincidimos en el evento Vh1’s Rock Honors, del que formé parte para rendirle tributo a
Kiss, junto con Tommy Lee, Ace Frehley, entre otros. Estuvo todo bien; habia pasado
mucho agua debajo del puente. Viendolo a la distancia, entiendo por qué me comporte de
esa manera: era muy arrogante y altanero, en ese entonces, y cuando eres así, sin importar
quién seas como persona, el hecho de que no te guste tu banda de algun tipo es suficiente
para convertirte en un tarado.

Ensayabamos todos los dias, escribiamos nuevas canciones, y organizabamos fiestas todas
las noches. Como dije antes, la heroína era facil de hallar asi que no llevaba un control de
cuantas veces consumía. En mi mente, era una droga recreativa –se suponia que no sería el
centro del universo.
La primera vez que me di cuenta que tenia un problema fue cuando me faltó. No me puse a
pensar mucho en eso –dicen que en la ignorancia esta la felicidad.
El dia que me agarro por primera vez fue cuando Izzy y yo decidimos ir a Tijuana con el
fotografo Robert John, que capturo imagenes de GNR desde el comienzo y se transformo
en un buen amigo de la banda y en el fotografo oficial en las giras hasta 1993.
En fin, fue una gran travesía: bebimos unas cuantas botellas de tequila, vagamos por las
calles, vimos a norteamericanos borrachos siendo robados por prostitutas en todos los bares
y burdeles de la franja. Casi al final del dia, estaba borracho y cansado y pense que estaba
por resfriarme; no tenia ni idea lo que estaba sucediendo en mi cuerpo. Cuando regresamos
a Los Angeles, recuerdo haberme quedado dormido inmediatamente. Me desperté mas
tarde a la noche, y todavía me sentia enfermo y pense que tomar un par de whiskeys en
Barney’s Beanery, aliviarian mi malestar. Me dirigí al bar a las 10 p.m, y luego de un par
de copas, los síntomas no mejoraron; de hecho, empeoraron. Volvi al departamento y tomé
la posición de ‘ataque aereo’: me arrodillé, puse mi cabeza en mis rodillas y mis manos
detrás de mi cabeza; simplemente porque no habia otra posición en la que me sintiera
cómodo. Recuerdo patente esa noche porque Marc Canter apareció en el departamento sin
previo aviso. El estaba bien lejos de este ambiente de las drogas. Me miró fijamente, con
curiosidad.
“No te ves nada bien”, me dijo “Te sentis mal?”
“No. Estoy bien. Es sólo un resfrio”, le dije 
La verdad era que me habia enfermado por estar un solo dia sin heroína. Me fue difícil
admitirlo. Esa noche, estaba solo, recostado en mi cama, sudando como loco, y todavia no
estaba dispuesto a contemplar la idea de que algo más que un fuerte resfrio pudiera estar
afectandome.
Si bien reduje su uso, no lo hice del todo y continué comportandome así hasta la proxima
vez que me vi obligado a aceptar que tenia un vicio y a enfrentar el problema, gracias al
extenso brazo de la ley.
Una noche, con Danny recorrimos en auto la zona en busca de heroína y la conseguimos:
era muy poco; casi nada. La llevamos a casa de Ron Schneider (el bajista de Tidus Sloan),
la consumimos y nos quedamos un rato a escuchar a Iron Maiden; y luego,
aproximadamente a las 4 a.m, nos volvimos a nuestro departamento. En el camino, cerca de
La Cienaga, nos dimos cuenta, por las luces rojas y azules, que el patrullero nos seguía.
Bajamos la velocidad hasta detenernos; justo enfrente del departamento, a sólo unos pasos
de la puerta.
Estos dos oficiales estaban buscando, claramente, completar su cuota nocturna o mensual,
porque no nos habiamos excedido de velocidad, ni habiamos hecho nada sospechoso. Ya no
contabamos con la droga, pero Danny todavía conservaba las agujas en el bolsillo de su
camisa, lo que les daria a los policias, luz verde para hacer lo que quisieran.
Comenzaron con apuntar sus linternas directo a los ojos.
‘Han tomado drogas esta noche, señores?’, me pregunto uno de ellos
‘No’, le respondí, tratando de mirarlo a traves de mi cabello.
“Estas seguro? A mi me parece que sí; sus pupilas estan contraidas”, me dijo.
“Si, es porque la luz me da directo en los ojos”
No obtendrían nada por ese lado: incautaron el auto de Danny y lo arrestaron por posesión
de parafernalia; tambien me llevaron a mi, pero no me dijeron bajo qué cargos. Y todo esto
sucedió a tres metros de la puerta del edificio. Nos subieron en el asiento trasero de la
patrulla y siguieron la recorrida en busca de algun vagabundo pelilargo a quien molestar.
En camino a la estacion de policia, tambien levantaron a Mike Levine, el bajista de
Triumph, saliendo de un 7-Eleven hacia su auto con una botella de cerveza bajo el brazo,
porque quizá tendria intenciones de beber y luego conducir el vehículo. Tambien termino
acompañandonos en el asiento trasero de la patrulla, y asi continuaron el circuito. Un poco
más adelante, en Santa Monica Boulevard, arrestaron a una chica por estar ‘hebria en la via
publica’ -literalmente- a 10 mts de la comisaria. No parecia que la chica hubiera bebido;
solo andaba caminando por la calle. Como ya no habia más espacio en el auto, uno de los
agentes optó por acompañarla a pie a la seccional de policia que quedaba enfrente.
Nos encerraron a todos los varones juntos en la misma celda; sólo nos quedaba tomar
asiento y esperar un par de horas. Mike Levine fue dejado en libertad bajo fianza, y Danny
quedo registrado por guardar las agujas, se le dio una fecha para juicio y todo eso. Yo era el
único que quedaba, y como pensaba que no habia hecho nada malo, pense que tambien me
dejarian ir de un momento a otro. Eran las 8 a.m del Sabado, y al pasar las horas, traté –sin
éxito- de llamar la atencion de los guardias para preguntar por qué yo todavía seguia
detenido. Solo logre que me pasaran de la pequeña celda donde habia pasado la noche
anterior a una más grande, con techos altos, una alfombrita de goma en el piso, un solo
inodoro en la esquina, un monton de presos a mi lado, y mucho pero mucho olor a meos.
No podia imaginar qué podía venir despues de esto. 
El efecto de la heroína comenzo a bajar; sólo faltaban un par de horas para el bajon total.
Un rato despues, nos cargaron en esos horribles micros blancos y negros. Pusieron esposas
en mis muñecas y tobillos y las encadenaron a las de mi compañero de al lado. Seguia sin
saber porqué estaba ahí, pero advertí que nos llevaban a la carcel del condado, asi que
inmediatamente empecé a quitarme con los dientes el esmalte negro de las uñas. De
ninguna manera iba a ir a la carcel con las uñas pintadas.
Llevo horas llegar allí porque el micro hizo paradas en el camino en diversas carceles para
recoger más gente; mientras yo me sentia cada vez peor. En cada carcel, nos bajaban, nos
metian en otra celda a esperar que los nuevos internos fuesen debidamente esposados y
encadenados. La carcel del condado quedaba mas o menos a 20 millas, pero llegar alli, con
todas esas paradas más la burocracia, tomó casi todo el día. Recorrimos seis pequeñas
carceles y arribamos a la carcel del condado casi a la noche. Pero el proceso no termino ahí,
de ninguna manera: tomaron mis pertenencias, y me llevaron en unos cuartos de
contencion, solo, hasta completar mis papeles.
Nunca habia visto tanta burocracia. Fue muy tedioso, y no ayudo para nada el sentirme
enfermo por la falta de heroína.
Hasta ese momento, sabia de la abstinencia en el sentido abstracto; habia oido historias, y
aun despues de haber experimentado ese malestar aquel dia en Tijuana; lo tomé con la
misma soltura y altanería con que lo hice la primera vez. Cuando me topé con la realidad,
con el síndrome de abstinencia, me di cuenta que la mejor forma de evitar pasar por esa
situación era siempre saber dónde conseguir más droga. Esto no habia sido un problema en
Hollywood. Pero estar encerrado por varios dias, sin poder acceder a ella era algo
totalmente diferente: era una rehabilitacion forzada, en el peor lugar de todos.
Me alojaron en uno de esos grandes pabellones con varias filas de catres, donde sudé, tuve
nauseas, me sentí enfermo, exhausto. No sabría decir cuánto tiempo estuve ahí en total;
supongo que cerca de tres dias; despues me liberaron en forma repentina, nuevamente sin
dar explicaciones, y tuve que hacer todo lo mismo que cuando entré pero al revés.
Axl pagó la fianza y Dany me paso a buscar por el lugar, pero no sabía que mientras
cumplia con todos los procedimientos de salida vestido con mi enterito, hice largas filas,
esperé sentado en los cuartos de contención sudando, tosiendo, llorisqueando, moviendome
inquitamente, oliendo realmente mal y, luciendo y sintiendome mucho peor; cuando me
devolvieron mis cosas y mi ropa, finalmente me informaron por qué habia tenido que estar
allí: la razón era una boleta por cruzar mal la calle que me habian hecho hacia seis años.
Habian librado una orden de arresto luego de no concurrir a la corte o pagar el valor de la
sancion. Despues de todo lo que habia hecho, me apresaron por ser mal peaton. Pero bueno,
por lo menos cumpli mi condena y pagué mi deuda con la sociedad.
Caminé un rato por el condado, devorando cigarrillos por casi una hora, y preguntandome
quien habria pagado la fianza, hasta que Danny aparecio de repente y fuimos con el auto
directo hasta Melrose y Western a comprar drogas. Cuando regrese al departamento, Axl
dormia, tambien Steven e Izzy. Duff no estaba allí. Me piqué, tomé una ducha y cuando
ellos se despertaron, cai en la cuenta de que ni habian notado mi ausencia. No esperaba
demasiado, pero hubiera estado bueno recibir alguna clase de bienvenida o fanfarria.
Cuando me enteré, despues, que Axl habia sido quien juntó el dinero para la fianza; me
conmovio. Fue muy bueno de su parte.

A pesar de nuestro estilo de vida y de una lista poco convencional de prioridades, logramos
resolver muchas cosas en ese departamento. Escribimos “You’re Crazy”. Se hicieron dos
versiones de ese tema: la acustica –y original- se incluyo en Lies, y despues la electrica que
termino formando parte de Apetite. Trabajamos en el estudio Dean Chamberlain’s y le
dimos a la cancion un toque nervioso y peligroso –por llamarlo de alguna manera-,
aumentando el tempo de la versión original en 20 bpm. Axl, Izzy y yo tuvimos grandes
momentos creativos en ese departamento. Pero nuestra evolucion habia disminuído, tanto
colectiva como individualmente, asi que de repente la búsqueda de un manager se volvió
importante: nos habian desalojado y dos de nosotros habiamos involucionado en dos
drogadictos que necesitaban un lugar para vivir.
Tom Zutaut nos presentó a Arnold Stiefel, un agente cuyos más grandes artistas eran Rod
Stewart (a quien creo que todavía representa) y el actor Matthew Broderick, que estaba por
dar el gran salto a la fama luego de “Ferris Bueller’s Day Off”; esto no nos impactó, pero
luego de varias reuniones muy buenas con Arnold y su grupo, llegamos a un acuerdo ideal
para nosotros, no imaginamos nunca estar en mejor situación: no habian firmado
totalmente; se compromentieron a darnos una casa hasta que encontraramos un productor y
grabaramos un disco y, en este punto, ellos decidirian si querian representarnos o no. No sé
qué tipo de arreglo habrá hecho Tom con ellos para lograr esto, pero para nostros fue
perfecto: un acuerdo a corto plazo en el cual ellos nos dejarian desarrollar ciertos objetivos
y evolucionar como banda, pero dentro de su campo de accion.
Senti lastima por Tom en ese momento: GNR era una banda autodestructiva en la que Tom
confiaba ciegamente y en retribución recibia de nuestra parte una actitud poco
comprometida (o nada comprometida) de cumplir con lo pedido.
Nos parecia gracioso que ninguno de los productores o managers esten dispuestos a trabajar
con nosotros, pero Tom era consciente que, de a poco, estabamos achicando el espacio de
interes de la industria en GNR, entre ‘todos’ y ‘ninguno’ –puedo asegurar que Tom estaba
aterrado: si despues de dos años no cumplia su objetivo, podia perder su trabajo.
Lo unico bueno que Tom obtuvo de todo esto, como cazatalentos, es que nos eligio y nos
contrató; ya contábamos con varias canciones muy buenas, pero este periodo nos permitió
escribir otro tanto más.
Quizá, en el fondo, habia cierta logica en su locura; quizá sabia que necesitabamos este
tiempo y Tom hizo todo para conseguirlo, porque al final él saco lo mejor de cada uno;
nunca se lo planteó como un proposito, pero estoy seguro que pudo ver el lado bueno de
nosotros.
Tom dedico la mayor parte del tiempo a la banda desde que Geffen nos contrato hasta que
tuvimos el disco y empezamos la gira que debe haberlo vuelto loco. No habia nada que él
pudiera hacer para modelar nuestra personalidad o avanzar en este proyecto; todo lo que
intento, falló. Nuestra actitud, en general; nuestro comportamiento, y las ‘actividades
extracurriculares’; atentaban contra el progreso de Guns n Roses; si Tom nos mostraba un
camino a seguir, nosotros ibamos para el lado contrario.
Sin desesperarse, Tom se las arregló para meternos en el estudio junto con Manny Charlton,
el guitarrista de Nazareth. El estudio se llamaba Sound City Studio y estaba situado en
Whitsett y Moorpark, en Valley. Trabajamos en los demos de “November Rain”, que
originalmente duraba casi 18 minutos y que, no es necesario decirlo, tuvimos que estar muy
concentrados para lograr los arreglos de esa cancion. Tambien trabajamos con “Don’t Cry”
y con casi todas las canciones que se editaron en Apetite, excepto “Sweet child o mine”,
porque no estaba escrita todavía. Pasamos un dia estupendo; todos juntos grabando en vivo
todas las canciones en esta gran sala. Desafortunadamente, Manny no se sentía bien. Los
demos sonaban barbaro, pero eran sólo eso: un par de demos con buen sonido. Nos
conociamos lo suficiente como interpretes y sabíamos que no estaban del todo bien.

Poco despues nos mudamos a la casa de Stiefel –una casona nuevisima en un barrio cerrado
llamado Laughlin Park, situado en el Griffith Park, cerca del Observatorio, el Greek
Theater y el zoologico de Los Angeles-. Estaba en el este de Hollywood, a 20 minutos de
auto del departamento anterior. No era muy lejos, pero como ninguno de nosotros tenía
vehículo, èste se convirtió en el periodo menos ‘social’ que jamas tuvimos.
Estabamos allí, varados en una nueva casa, en un nuevo complejo, fuera del centro de la
ciudad. Tenia dos habitaciones en la planta alta –una de Axl y otra de Steven- y una abajo –
que yo compartia con Izzy, debido a nuestros intereses en comun-. Pasamos en esa casa
aproximadamente 4 o 5 meses pero teniamos muy pocos muebles, asi que no tengo mucho
que hablar acerca de eso: teniamos las camas, una mesa y un par de sillas en toda la casa.
Axl, no se de qué manera se ingenió para tener una cama apropiada, una lampara y un
vestidor; su habitación era la mejor equipada de todas, un pequeño oasis resguardado con
candados, pero el resto del lugar estaba casi vacio. La iluminación era igualemente escasa y
precaria: una lampara en el cuarto de Izzy y mío; otra lamparita de techo en el comedor y
nada más; no habia luz ni en el living, ni en las escaleras ni en los corredores. Todo el
tiempo que estuvimos ahí, paracia que alguien estaba por mudarse a la casa.
Teniamos una chimenea, y como no nos preocupabamos por comprar lamparitas, cuando
caia el sol, prendiamos el fuego y tratabamos de quedarnos en el living o en la cocina, que
tambien tenia una lampara de techo. Nos sentiamos descolocados en ese lugar; no era el
ambiente al cual estabamos habituados: por primera vez viviamos en un barrio donde no
habia articulos del hogar en las calles, que pudieras recoger de la basura, reciclar y volver a
utilizar. Lo bueno era que la casa estaba situada en una zona residencial donde las casas
estaban tan distantes unas de otras que cuando no tuvieramos ganas de tocar con acusticas,
podriamos zapar toda la noche con guitarras electricas y, si hubieramos contado con
amplificadores de practica, probablemente lo hubiesemos hecho.
La droga dominaba nuestras vidas y jugó un rol más que importante en todo lo que hicimos
en aquel momento. Cuando empezaba a hacer efecto, ahí definitivamente hallabamos una
luz al final del tunel... nos gustase o no, así era. Era obvio que los dias de uso y abuso, facil
obtención y libre consumo de heroína que pasamos en West Hollywood se habian acabado:
no teniamos dinero ni nada más para vender, y debido a nuestra nueva ubicación,
estabamos a merced del unico dealer dispuesto a viajar. Esto no era del todo bueno: lo que
habia sido muy divertido en algun otro tiempo ahora se habia transformado en un problema.
Desafortunadamente, no estabamos acostumbrados a rendirnos, renunciar y olvidar el tema.
Nos vimos obligados a ser cuidadosos y mesurados mientras procurabamos limitar el
consumo.
A fin de cuentas, Izzy y yo escribimos muchas canciones en esa epoca porque la heroína
era un gran catalizador para nosotros. Pense que era la mejor de todas las drogas porque me
hacia sentir en paz con absolutamente todo; hacia desaparecer mis inhibiciones e
inseguridades. Bajo su influencia, era un tipo cool y seguro de sí mismo, asi que colaborar
con Izzy era muy facil. Tan pronto como nos hacia efecto, podriamos sentarnos a zapar y
discutir nuestras ideas, e ir probando distintos riff y acordes una y otra vez. Siempre salia
algo bueno eso, surgia naturalmente pero parecia muy trabajado, parecia ser fruto de una
gran inspiración.

Siempre tuve la facilidad que sentarme con mi guitarra e idear estos riffs tan difíciles de
interpretar. Sólo son patrones poco comunes de melodías muy simples. Es mi forma de
empezar a tocar, de precalentar; de ahí parto para encontrar algo interesante que hacer y no
solo practicar escalas. Hoy en dia, todavía lo sigo haciendo. Mas que los ejercicios de
precalentamiento obvios y necesarios, prefiero inventar y diseñar mis propias corridas
porque aflojan mis dedos y mantienen los oidos atentos, ya que si las practicas no suenan
bien, por que habriamos de hacerlas?
Una noche, estaba concentrado en estos ‘esquemas’ cuando Izzy se acerco y se sento a mi
lado.
“Hey, qué es eso que estas tocando?”, me preguntó
“No sé”, le respondi. “No es nada en particular; sólo un juego”
“Seguí haciendolo”, me dijo.
Izzy sumo unos acordes y como Duff tambien estaba con nosotros, hizo lo propio con el
bajo, mientras que Steven le dio el ritmo con la bateria. En el termino de una hora, mi
pequeño ejercicio se habia convertido en algo mas.
Axl no bajo de su habitación esa noche, pero en el proceso creativo de esta cancion, estuvo
tan involucrado como nosotros. Escucho con atencion la musica y empezo a escribir la
letra. A la mañana siguiente, ésta ya estaba completa; era una oda a su novia y futura
primera esposa, Erin Everly, la hija de Don Everly, un integrante de los Everly Brothers.
Encontramos una sala de ensayos en Burbank, llamada Burbank Studios, que no era más
que un gran deposito, propiedad de una pareja de ancianos de origen asiatico. Alli fue
donde comenzamos con la pre-producción de Apetite, perfeccionando las canciones que ya
habiamos grabado en el demo. En la proxima sesion, terminamos de darle forma a esta
nueva cancion: escribimos el puente y el ‘solo’. Se llamó “Sweet child o mine”.
Todo esto estaba muy bien; teniamos las canciones, el estudio, un contrato con Geffen pero
todavía no habiamos encontrado productor. Tom penso en intentar con Spencer Proffer,
quien habia trabajado con Tina Turner, Quiet Riot y W.A.S.P, un grupo que a Axl le
gustaba mucho por aquellos dias, asi que, llevamos los equipos a los estudios Pasha, donde
operaba Spencer en ese entonces y acordamos trabajar con “Sweet Child” a modo de
prueba.
Spencer era un gran tipo; de hecho fue quien sugirió que la cancion necesitaba un quiebre
dramatico antes del final. Tenia mucha razon... pero no sabiamos bien qué queriamos hacer
ahí. Nos sentamos todos en la sala de control y escuchamos la cancion milesde veces, pero
nada nos venia a la mente.
“Where do we go?” –Hacia dónde vamos?- dijo Axl, más como una pregunta a sí mismo
que para el resto de los presentes. “Where do we go now?... Where do we go” –Adonde
vamos ahora?... Adonde vamos?-
“Hey”, dijo Spencer mientras bajaba el volumen de la cancion. “Por qué no intentas cantar
eso?”
Y ese fue el quiebre dramatico.
Hicimos un sólido demo de “Sweet child” y tambien trabajamos con los demos de, por lo
menos, la mitad de las canciones de “Apetite”, pero al final del proceso, no sentiamos que
Spencer fuera ‘el’ productor para nosotros; razon por la cual, continuamos con la búsqueda.

Esto no iba bien –Puedo asegurar que Tom estaba empezando a exasperarse, pero justo
antes de quebrarse y rendirse, hallamos un manager. Técnicamente, nos estaba
representando Stifield y compañía, quien nos habia brindado la casa donde viviamos, pero
como ni Tom ni nosotros volvimos a tener contacto con él, seguiamos entrevistando a
potenciales managers.
El unico que parecia ‘encajar’ con lo que buscabamos fue Alan Niven, un tipo que supo de
inmediato, en qué se metia al trabajar con nosotros.
Izzy y yo conocimos a Alan en la barra de un bar; un día que yo apenas podía mantener los
ojos abiertos pero esto no parecia molestarle en absoluto. Desde un principio él se sintió
identificado con la banda, y con su alocada energía; y estaba muy contento de poder
ayudarnos a superar este obstáculo que nos tenía atascados en el camino a grabar, hacer
giras y transformarnos en un grupo musical profesional.
Yo estaba muy cansado, rendido y como ya mencioné, muy paranoico por cualquier
persona con intenciones de meterse en nuestro círculo, pero respeté a Alan incluso antes de
conocerlo: fue el “arquitecto” del acuerdo entre Sex Pistols y la disquera EMI; asi que sabia
de su habilidad.
Alan era un neozelandés encantador con un estilo de vida acelerado que le tomó cariño a
Izzy y supo que valía la pena su esfuerzo en ayudarnos. Èl no trató de ejercer su voluntad
en el ámbito creativo –de eso nos encargábamos nosotros-, él sólo hizo lo que mejor sabía
hacer: dirigir y vender; ése era su fuerte.
Alan conoció al resto de los miembros de la banda mientras seguíamos trabajando con
Spencer en Pasha Records y escucho todos los demos que habíamos hecho y decidió que
debíamos tomar dichos demos, agregar unos temas en vivo y hacer un disco EP.
Pensó que era esencial lanzar una muestra de Guns n Roses al mercado en ese momento,
cuando todavía la industria hablaba por lo bajo de nosotros. Esto mantendría el entusiasmo
mientras grabáramos el verdadero disco. Se le ocurrió que el EP saliera bajo nuestro propio
sello, en el que insistimos para que estuviera financiado por Geffen: parecería un EP
grabado en vivo por una compañía ‘indie’ pero a decir verdad, no era ni una cosa ni la otra;
el disco no era ‘en vivo’ y tampoco existía tal compañía.
El sello se llamo “Uzi Suicide” y el EP, “Live like a Suicide”; y era un disco ‘crudo’,
carente de retoques y recopilaba las canciones que habíamos estado interpretando desde la
primera práctica: “Mama Kin” de Aerosmith, “Nice Boys” de Rose Tattoo y, “Move to the
City” y “Reckless life”, ambos de GNR. Son versiones bastante desprolijas, creo; pero si
me preguntas, asi y todo me encantan, suenan barbaro.
De modo que ya teníamos manager; teníamos la mitad de un álbum con canciones en vivo;
y a Zutaut contento -él creía que este EP atraería a los productores adecuados para trabajar
con nosotros-. Definitivamente “Live like a Suicide” nos volvió reconocidos: Recuerdo
estar saliendo de la casa de Alan, en Redondo Beach, junto a Duff y escuchar “Move to the
City” en KNEC, una radio de Long Beach especializada en heavy metal. El demo era un
claro indicador de nuestra estética y ni hablar de nuestro estilo de vida y como de
costumbre, era muy fácil encontrar gente que se sintiera identificada con ello.
Lo menos que puedo decir es que nos tomó un tiempo, pero encontramos al tipo correcto.

Se dicidio hacer un par de presentaciones, para permanecer visibles y no perder el espacio


ganado anteriormente.
Yo, particularmente, sabía que sin propuestas serias de trabajo en un horizonte cercano,
viviría todos los días como si fueran vacaciones.
Volvimos de San Francisco y tocamos en “The Stone” junto a Jetboy y dos días después
abrimos el show de Ted Nugent en el “Santa Monica Civic Center”
Hasta ese momento todavía vivíamos en la casona que nos había prestado Stiefel
oficialmente, aunque después de haber elegido a Alan como manager, comenzamos a
mudarnos esperando que Stiefel dedujera la mala noticia: Axl se fue a la casa de Erin, no
sabia dónde se estaba hospedando Steven, y Duff seguía donde siempre estaba; asi que Izzy
y yo nos transformamos en residentes de tiempo completo que ocupábamos una sucia
habitación en el fondo de su casa, en la planta baja. Parecíamos gitanos. Dany, nuestro
amigo también solía quedarse allí en medio del disperso y poco equipado espacio.
De repente se hizo más difícil encontrar drogas en Los Angeles, asi que Danny y yo
recorrimos las calles; fuimos por todas partes buscando alguien a quien comprarle aunque
sea una pequeña cantidad. Esto lo hicimos regularmente sin éxito hasta que una de esas
noches; lo logramos. Nos las arreglamos para conseguir una cantidad bastante aceptable;
estábamos locos de contentos. 
Volvimos a la casa y la escondimos en un encendedor mio que tiene la forma de un
revolver y guardamos éste en mi cajón porque a la mañana siguiente viajábamos a San
Francisco.
No consideré llevar nada de eso conmigo, ya que nunca había tenido problemas allí en lo
que concierne a obtener heroína china –la de mejor calidad-.
Cargamos los instrumentos y equipos en una camioneta de alquiler y Danny, Izzy y yo
fuimos en el viejo Oldsmobile.
Cuando llegamos a San Fancisco, nos dirigimos a un departamento donde podríamos
conseguir un poco de dicha sustancia, pero el dealer no llego a tiempo, asi que tuvimos que
irnos a hacer el show con las manos vacias. 
La presentación fue bastante aburrida ya que no podía pensar en otra cosa que no fuera
terminar el set y obtener mi dosis.
El resto de la banda y Danny viajaron junto con los equipos mientras que Izzy y yo
preferimos ir en auto ya que antes de regresar deberíamos volver al departamento del dealer
a esperar que éste apareciera con la droga. Esperamos un rato, y otro rato, y otro rato más...
y nada.
A este punto ya nos estábamos poniendo nerviosos; finalmente se hizo la entrega: la droga
era muy mala, no servia, era basura. Ahí fue cuando nos miramos uno al otro y nos dimos
cuenta que estábamos muy lejos de casa y que el tiempo nos jugaba en contra ya que no
faltaba mucho para que se acabara el hechizo y nuestra carroza se convirtiera en calabaza.
Estaba todo bien para la mañana siguiente. Salimos a la ruta sabiendo que en casa
contábamos con mi encendedor. Como ya dije, todo iba bien... hasta que nos quedamos sin
combustible. Perdimos una hora, más o menos, entre ir y volver a la gasolinería;
considerando que tuvimos que hacer dedo.
Cuando retomamos la ruta -a gran velocidad ya que necesitamos recuperar el tiempo
perdido y la resaca nos pisaba los talones- pinchamos una goma y tuvimos que detenernos
por segunda vez. Cambiar la rueda de un auto nunca es divertido y no le causa gracia a
nadie; a nosotros tampoco; y cuando tu reloj interno descuenta los ultimos segundos de tu
vida es aún menos divertido.
Llegamos a casa a la noche pensando que estábamos bien y que todo estaba bien –hay
cierta camaradería entre dos adictos que van a a consumir juntos- y mientras nos dirigíamos
a la casa, Izzy y yo eramos los mejores amigos que cada uno podría tener; codo a codo,
riéndonos de todo lo que nos había pasado en el camino.
Fuimos a mi habitación y abrí el cajón donde habíamos escondido las drogas... y nos dimos
cuenta que había desaparecido.
Entonces llamé a Danny.
-Hola!, le dije, yo no había guardado las drogas en el encendedor?
-Si. Me dijo, inocentemente
-No está allí
-No me digas!
-No la encuentro
-Uh! Qué mal!
-Veni para aca y ayudame!
Izzy, Danny y yo procedimos a dar vuelta la habitacion y luego la casa entera, en busca del
bendito encendedor con forma de revolver.
Sabia que lo habia puesto en el cajón y tambien sabía que Danny era el único que estaba allí
conmigo cuando lo hice, pero estaba dispuesto a otorgarle el beneficio de la duda.
-Sabés qué?, me dijo Danny, despues de que estabamos exhaustos de buscar en todos los
rincones, luego movio la cabeza; -la escondí. La escondí mientras estaba drogado. Voy a
tratar de recordar dónde la puse... sólo dejame pensar.
Luego de pensar largo y tendido, buscó en algunos rincones que a nosotros se nos habían
pasado por alto -lugares realmente disparatados-; despues se fue a su casa, dejandonos a
Izzy y a mi con la imposible tarea de contactar a Sammy, un traficante persa y nuestro
único dealer en ese momento.
Esto no lucía para nada bien: lo llamamos a su pager cada diez minutos pero nunca
respondió. 
A la mañana siguiente, Dezi, la novia de Izzy, vino al departamento y denotó que la
situacion era horrenda: habiamos estado despiertos toda la noche; habiamos conducido de
San Francisco a Los Angeles; habiamos tratado de contactar dealers todo el dia y en un par
de horas teniamos que ir a tocar para Ted Nugent.
Estabamos muy deprimidos; no sucederia nada mas, no teniamos a nadie más a quien
llamar y estabamos arruinados. Nos sentiamos extremadamente ansiosos, necesitabamos la
droga, la deseabamos intensamente; eramos como los vampiros de Blackula; ibamos
cayendo y reptando por el suelo hasta llegar al baño para vomitar cada 5 minutos.
La presentacion de Ted Nugent era en Santa Monica a las siete y media de la tarde. Sammy
no nos contestaba los llamados, asi que teniamos que pensar cómo podiamos suministrar
algo a nuestro cuerpo –cualquier cosa- que nos volviera seres humanos para poder ir a
hacer el show. No estabamos en condiciones de tocar y mucho menos de conducir hasta el
Civic Center.
Dezi llamo desesperada a su amiga Melissa, que vivia en Hollywood en el antiguo
departamento de Izzy. Ella conocia a Sammy, y se encontraría con él en pocas horas. Esto
era bastante motivador para nosotros. Fuimos hasta su casa y esperamos a que Melissa
volviera con nuestras drogas. Aparentemente habiamos resuelto un problema, pero a esta
altura de los acontecimientos, eran las cinco de la tarde y quedaba poco más de una hora
para el show. 
Cuando Melissa regresó, Izzy y yo, la tomamos, la preparamos, la inyectamos y fue un gran
alivio; por suerte eramos funcionales de nuevo. Estabamos con los minutos contados para
llegar al Santa Monica Civic Center y reunirmos con el resto de la banda, que estaria
esperándonos para poder tocar por primera vez en un estadio frente a 3000 personas.
Nos fuimos volando para allá, no teniamos las acreditaciones de artistas, ni lugares para
estacionar reservados para GNR y despues del dia habiamos vivido, luciamos como
pordioseros roñosos.
Dejamos que Dezi estacionara el auto y nosotros trepamos las vallas que estaban detrás del
escenario, porque no tuvimos una idea mejor. En ese proceso, me enganche con las cadenas
y el alambrado y el boton del jean se salió, asi que pase toda la noche asegurandome de que
el cierre no se bajara porque nunca usé ropa interior.
De alguna manera nos escabullimos en el area de carga y llegamos a bambalinas, y
mientras nos dirigiamos al escenario, ví a Gene Simmons que estaba al otro lado del
pasillo, tambien detrás del escenario. Gene nos miro de una forma extraña, como
presagiando algo –él es muy bueno en eso-; yo no sabía el por qué de su presencia pero se
agrego a la lista de sucesos surrealistas de esas ultimas 24 horas.
Con Izzy llegamos a los vestidores diez minutos antes de salir a escena. Al principio, los
otros estaban muy molestos pero despues se tranquilizaron. Habiendo dejado de lado la
discusion, nos miramos un instante al espejo y salimos al escenario.
Esa fue la primera vez que tocamos “Sweet child o mine” en vivo. No tenia bien aprendido
el riff principal como para puntearlo a la perfeccion pero saqué adelante la cancion y la
banda en general, la interpreto realmente muy bien. 
Todo el set fue muy bueno. Todos nuestros amigos estaban presentes: Yvonne, Marc
Canter, entre otros amigos normales que tenia.
Para mejor, justo cuando bajamos del escenario, Izzy por fin contactó a Sammy y
quedamos en juntarnos en la casa de Stiefel.
Ivonne y sus amigos estaban detrás de escena y en ese momento ella y yo habiamos vuelto
a estar juntos, y todo aquel incidente de mis padres y mis vicios habia sido dejado atrás.
Ella no sabía con exactitud en qué andaba yo, en terminos de drogas; y yo no sentí
necesidad alguna de contarle nada. Yvonne estuvo allí dandome su apoyo, y alentándome
en mi primer show en un estadio, como toda buena novia. Tomando todo en cuenta, estaba
dejandome hacer mi trabajo. Por supuesto, despues queria celebrar el acontecimiento, lo
que fue un problema; estaba ansioso por ir a casa a consumir drogas pero no queria que ella
lo supiera; entonces le dije que la llamaria para encontrarnos despues de dejar las guitarras,
pero no captó la idea –Yvonne y sus amigas irian a nuestra casa.
Izzy y Danny y yo pensabamos que la mejor forma de celebrar luego del show era consumir
un poco de heroína; asi que fuimos hasta Griffith Park a comprarla. Era muy temprano;
todavia no habia amanecido cuando cruzamos Fairfax St. y nos detuvimos al ver una luz
roja en Fountain St. –era muy facil ver el auto de Sammy en el carril contiguo al nuestro.
Esto tambien se sumó a la atmosfera euforica y épica de este día y modificó la rutina de
Sammy. A esta altura, sentía que tenia chances de consumir antes que Ivonne llegara al
departamento.
Hicimos la compra, nos fuimos a toda velocidad, y entramos a la casa como lunaticos: Izzy
fue la habitacion y pegó un portazo; y yo me encerré en el baño de Steven, que estaba
iluminado con una lamparita roja que él mismo habia instalado. Estaba ahí tratando de
inyectarme bajo esta luz, temblando y casi sin aliento por los nervios, cuando de pronto
alguien tocó la puerta.
“Hey, amor” dijo Yvonne. “estas ahí?”
“Eh, si.. Aca estoy” le dije. “Estoy en la ducha; llegué muy transpirado del show”. Luego
abri las canillas.
“Dejame entrar, amor”, insistió.
“Pero me estoy duchando”, le respondí. “Enseguida salgo”.
Cuando terminé lo que estaba haciendo, heché un poco de agua en mi cara y en mi cabello
y salí del baño. Estoy seguro que ella se dio cuenta de todo. Yvonne no quiso quedarse allí
–no puedo imaginar por qué- asi que acordamos ir a su casa. Esa noche decidí mandar todo
al carajo y dejar de consumir. Me inyecté a la tarde; el viaje duro hasta la una de la mañana
aproximadamente y no volvi a hacerlo; pasé los proximos dias en la cama de Yvonne,
bancandome el malestar. No seria la ultima vez que haria esto; volveria hacerlo nuevamente
antes de juntarnos a grabar Appetite, pero nunca le dije a Yvonne qué me sucedia
realmente. Actué como si tuviera una fuerte gripe y le resté importancia. Yvonne estaba
muy ocupada; iba a la escuela y yo me quedaba solo en su casa, en su cama, en mi propio
infierno. La verdad era que ella estaba feliz con que yo estuviera ahí cuando ella se fuera y
cuando volviera, yo siguiera allí, recostado en su cama; aunque fuera sólo una sombra del
Slash que solia ser.
En esta oportunidad, me quede con Ivonne toda esa semana, y a pesar de todo lo que paso
entorno a ese concierto, para bien o para mal, absolutamente todos los miembros de la
banda y demas presentes en la casona se habian metido tanta droga despues del show que
nadie se percato de mi ausencia. Lo unico que lamento es no haber podido conocer esa
noche a Ted Nugent; ya que él habia sido una gran influencia para mí cuando era chico.
Al final, Danny admitió haber tomado la droga que habiamos escondido en el encendedor
con forma de revolver, y nunca le perdonaré eso. Fue muy cruel de su parte haberlo hecho,
y casi nos arruina a Izzy y a mi frente al resto de los integrantes de la banda. Si todo
hubiera salido mal, habria causado el mayor bochorno profesional de la banda en un
momento crucial para nosotros. Pero eso es lo que tiene la heroína: es el demonio. Es tan
tentadora, excitante, y seductora que transforma a las personas en seres malvados,
deshonestos, y traicioneros. Ser adicto es similar a ser un vampiro: es muy atractivo al
principio pero se vuelve un deseo incontrolable, un hambre feroz que necesitas saciar a
cualquier precio. La heroína te posee, te controla, te domina, te hechiza y finalmente te
atrapa. Empezas probando un poco aquí, y un poco allá y terminas haciendolo todo el
tiempo; pensás que es tu decision consumir, que vos elegis hacerlo pero pronto te das
cuenta que necesitas hacerlo, todo el tiempo.
Cuando mordes el anzuelo, entras en un circulo vicioso incluso antes de estar conciente de
que te has convertido en adicto e ingresado en la estadistica.
Creo que nunca informamos, formalmente, a Stiefel y compañía que no ibamos a firmar
con ellos –simplemente dejamos la casa... en ruinas, junto a ‘montañas’ de basura. Este era
un comportamiento usual para Guns n Roses. Nuestro paso por esa casa dejo una estela de
destruccion, y Tom Zutaut tuvo que hacerse cargo de los daños ocasionados.
Alan era nuestro nuevo manager y eso era todo.
Lanzar el EP “Live like a Suicide”, significo un pequeño avance: Izzy y Steven pudieron
alquilar un pequeño departamento cerca de Sunset Blvd. justo al lado de Rock n’ Roll
Ralph’s –un supermercado de West Hollywood donde todos los musicos locales van a
comprar cerveza y todo aquello que necesiten para subsistir-. Duff seguia viviendo con
Katerina y Axl con Erin. Yo era el único vagabundo de la banda; descaradamente
vagabundo: me quedaba con Yvonne o con otras chicas o simplemente dormia en cualquier
otro lugar donde me encontrara esa noche.
A esa altura, habia varias strippers en nuestro entorno. Todo lo que puedo decir es: Dios las
bendiga! Muchas bandas antes y despues de GNR han tenido strippers en su entorno
tambien. Las strippers que viven juntas son virtualmente como una banda, y teniamos
afinidad una por otra. Ellas eran muy generosas y pensaban que eramos guapos, siniestros,
músicos misteriosos o simplemente, atractivos cachorritos perdidos a los que tenian que
cuidar y dar asilo. Y quiza ellas tambien se sentían protegidas cerca nuestro. El hecho de
que habitualmente tuvieran esa desenfadada y desinhibida energia sexual no nos molestaba
en absoluto. Despues de todo, eran las mujeres perfectas para los tipos como yo.
Una de ellas se llamaba Christina y vivia con otra chica. Yo aparecía en su casa y pasaba la
noche con una u otra. Viví con ellas un tiempo y dormiria en la habitacion de una o de la
otra; o dormiría con las dos, dependiendo de cómo se dieran las cosas. Estas chicas vivian
en un edificio repleto de strippers en La Cienaga, a pocos metros del departamento de Izzy
y Steven. Se podria decir que ellas me albergaron allí, y que este fue mi nuevo hogar
mientras la banda atravesaba otro periodo de espera que, como siempre, auguraba sólo
problemas.
Steven, Izzy y yo nos divertiamos mucho en la casa de Christina, realmente la pasabamos
muy bien: la droga era más facil de conseguir ahora que estabamos de vuelta en
Hollywood, pero no en forma tan abundante como cuando vivimos allí la última vez.
Despues de haberme desintoxicado por propia voluntad, puse lo mejor de mí para
mantenerme limpio. Recuerdo estar junto a Izzy y Axl, en la casa de Christina, tratando con
todas mis fuerzas de abstenerme. No tenia nada de dinero esa noche: el volumen de droga
era escaso, podias conseguirla sin mayor esfuerzo pero no tan facilmente como para que la
gente quisiera compartirla gratuitamente. Pense que podria juntarme con ellos y no
consumir; pero no pude –necesitaba irme de ahí. Al poco tiempo, volví a usar heroína –no
hubo caso.
Pasaba la noche donde podía, y hacia cualquier cosa que me viniera a la mente. En un
momento, estuve parando en la casa de Dave Mustaine de Megadeth. Nos hicimos amigos;
él era adicto a la heroína y al crack y vivía en el mismo vecindario, asi que nos juntabamos
en su casa y escribíamos canciones. David era un maniatico loco y un genial compositor de
riffs.
Nos reuniriamos allí, fumariamos crack, terminariamos tocando riffs de heavy metal
realmente estupendos: obscuros, pesados, infernales. A veces se sumaba Dave Ellfson; nos
llevabamos muy bien, y con él tambien compusimos cosas buenísimas. Por un momento, en
medio de una atmosfera creativa impulsada por drogas, empezamos seriamente a considerar
la idea de sumarme a Megadeth. Guns seguia en pausa, y despues de todo yo estaba lo
suficientemente drogado como para contemplar todo tipo de malas decisiones. Dave
Mustaine es todavia uno de los musicos mas geniales con los que he zapado, pero asi y
todo, en el fondo de mi corazon sabia que no podria dejar Guns n Roses.
Otro lugar que frecuenté, tal como lo hicieron los otros tambien, fue la Hell House, una
cueva que plasmaba nuestra vision del mundo en ese momento. Era una especie de test de
Roschach para todo el que considerara conocernos o trabajar con nosotros. Hell House era
un producto de West Arkeen, y el lugar, basicamente era una casa que él rentó junto a
varios amigos motociclistas de Harley Davidson, que venían de la costa este de EEUU.
Tenia tres habitaciones sobre uno de los laterales: la del fondo estaba ocupada por Red Ed y
su novia/esposa y estaba totalmente prohibido entrar allí porque Ed era el motoquero más
peligroso del grupo y su novia era tambien de temer –sabias a primera vista que no debias
joder con ellos- pero ambos eran un encanto de personas. Nunca nadie los molestaba en su
habitacion; de hecho, no creo que alguien haya entrado jamas allí. La habitacion del medio
la ocupaban otros dos motoqueros, Paul y Del James, y habia sido pensada para ser un
pequeño estudio de grabacion, y West Arkeen ocupaba la habitacion de adelante, a la cual
nadie queria entrar debido a que era un chiquero: lo unico que podias hacer era recostarte
en la cama; era tan desordenada que no podias estar de pie, tampoco podias sentarte en
ningun lado; era algo realmente insoportable.
Me enteré que la Hell House tambien contaba con un jardin trasero... Me hubiera encantado
saber cómo era. En el tiempo que pasé ahí, incluyendo mi periodo como residente, nunca
fui más alla de la cocina. Esa era una de las areas, junto con el living, donde solian reunirse
los huespedes transitorios como yo para brindar privacidad y dejar a los temibles
motoqueros y sus novias tranquilos en sus habitaciones. Los invitados eran recibidos en el
living, la cocina y otro ambiente más... creo que era la sala de estar, tambien tenia una
antecocina, donde West a veces solia quedarse dormido.
En medio del caos total que reinaba en la Hell House, se aplicaba una ley tácita que todos
cumplian: No debias, por nada del mundo, molestar a los ‘residentes legales’ de la casa, los
motociclistas de Harley Davidson; mientras que las areas comunes eran de libre transito, y
zona liberada para cualquier cosa: podias romper todo lo que tenias alrededor o prenderlo
fuego y no habia ningun problema.
No imagino quién pudo haber decidido alquilarles la propiedad a esos inadaptados que la
transformaron en el antro mas espantoso que haya visto en un pais desarrollado. Era la
antepenultima casa en esa calle, estaba rodeada de edificios, y el pequeño jardin de la
entrada iba en declive, lo que le daba a la casa el aspecto de estar sobre las colinas. La Hell
House estaba ubicada en Poinsettia, cerca de Sunset Blvd, y se destacaba del resto, como la
casa de la pelicula “Psycho”. Habia varias cosas que podias aprender con sólo pasar una
noche allí; la mas importante era que si te sentabas en algun lugar tenias la posibilidad dos
a uno de irte con piojos de todo tipo. Todavia no encuentro explicacion a por qué muchos
de nosotros no fuimos apresados por la policia cualquiera de esas noches. Habia autos y
motos estacionadas en la entrada y basura por todos lados; gente que entraba y salia
constantemente del lugar y musica a todo volumen hasta altas horas de la madrugada. La
Hell House era tan estridente, ruidosa y escandalosa que a lo lejos lucía excitante.
Uno de los habitantes regulares era Del James, un verdadero oxímoron: un motoquero con
tatuajes y todo lo demas pero tambien, escritor. Del era una persona cercana a todos
nosotros en un principio pero al pasar el tiempo se volvio más cercana a Axl. Axl le tomo
cariño y apreció su intelecto; ademas Del sabia escuchar a Axl –lo escuchaba
pacientemente expresarse en profundidad-. Escribieron muchas cosas juntos y creo que
todavia lo siguen haciendo. Él aporto muchas ideas en cuanto al concepto de nuestros
videos, asi como tambien es el autor del cuento que inspiro a Axl a componer “November
Rain”.
Durante este periodo de inactividad de Guns n Roses, mientras buscabamos un productor,
fuimos bastante a la Hell House –demasiado, creo-, pero yo era el único indigente de la
banda que vivia allí, de a ratos. Incluso dí varias entrevistas en esa casa y cuando las leo,
recuerdo que los periodistas quedaban horrorizados al ver el lugar; para mí, era algo
normal, natural, y no entendía el por qué de su reaccion.

Otro lugar que solia frecuentar ademas de la Hell House y el complejo de strippers donde
vivia Christina, giraba entorno a un club nocturno de Sunset llamado “Seventh Veil” que
todavia funciona. Me gustaba pasar la noche con un par de chicas que trabajaban ahí y que
compartian un departamento en Hollywood Blvd, donde nos emborrachabamos todas las
noches hasta quedar inconscientes. Una de esas chicas se llamaba Cameron; todos tuvimos
sexo con ella en uno u otro momento y Steven termino saliendo con ella durante un tiempo.
En el curso de la historia con Cameron, nos transmitió ladillas a todos y cada uno de
nosotros. Era ridiculo; comenzamos a llamarla Craberon –en su presencia. Le otorgué el
beneficio de la duda; pensé que quizá me las pegué en la Hell House o en alguno de los
tantos otros lugares dudosos donde habia elegido dormir en aquel entonces; sólo que éste
no era el caso. Craberon era propietaria de un lindo departamento en West Hollywood y la
única vez que dormí con ella allí, tambien contraje ladillas.
Otra stripper que vale la pena mencionar es Adrianna Smith, una chica que fue novia de
Axl y Steven, y que Axl inmortalizo en nuestro disco debut... pero llegaremos ahí en unos
instantes. Mi pequeño universo en Seventh Veil era bárbaro: aparecia por ahí a las once de
la noche, les pedia el dinero de las propinas a las chicas, iba a la licoreria a comprar Jim
Beam (la opcion economica del Jack Daniel’s), para luego regresar al lugar y sumarme a la
fiesta que se daba cuando las chicas terminaban de trabajar. Para alguien que no tenia un
lugar propio ni fijo dónde estar, ésta era la mejor escena que podia imaginar: un sitio
confortable, placentero, audaz y alocado, repleto de chicas; donde podia beber hasta morir o
hacer lo que quisiera sin que nadie viniera a cuestionarte nada.
En mi subconsiente sabía que no estabamos ni cerca de tener un productor y esa inercia, ese
estado de pasividad nos estaba destruyendo a todos. Yo estaba arruinado, tomaba mucho y
consumia drogas cuando podia, contaba con muy poco dinero; y el resto de los integrantes
de la banda no estaban mucho mejor. Volvi a depender economicamente de mis amigos, a
dormir en sillones ajenos y a vivir como un pordiosero –como en los viejos tiempos, pero
mucho peor. En aquel momento era divertido porque tanto los otros miembros de la banda
como yo estabamos trabajando y teniamos un objetivo claro; ahora parecia que estabamos
demasiado desorganizados y jodidos como para aspirar a ser algo mas que viciosos
indigentes y lo logramos. En el fondo sabia que necesitaba rearmarme, que no iba a poder
estar en el abismo mucho tiempo más.
En esta epoca, nuestro dealer Sammy fue arrestado y ése fue un verdero punto de quiebre.
Yo estaba en la casa de Izzy y Steven; y Dezi se habia ido a encontrar con Sammy en uno
de los puntos de venta habituales donde todos sus clientes iban a comprar luego del largo
letargo. La policia habia planeado un operativo y nos preocupamos mucho al darnos cuenta
que Dezi demoraba más de lo esperado. Unas cuantas horas mas tarde nos llamo por
telefono desde la carcel: resulta que habian detenido a todos los clientes de Sammy e iban a
dejarla en libertad, pero no volveriamos a ver a Sammy por mucho, mucho tiempo. Esto
nos hizo ver la realidad. Recuerdo haber ido con Izzy a recorrer las calles buscando drogas,
desesperadamente; y fue un desastre. Terminé recluyendome en la casa de Yvonne, por
tercera vez: me pase un par de días allí, fuera de la cama pero sintiendome muy pero muy
mal y alegando que la causa de mis dolencias era, de nuevo, una fuerte gripe.
Mientras tanto, Tom Zutaut estaba al borde la locura. Un dia nos pidio que fueramos a
Geffen, y nosotros pensamos que era para hablar con otro manojo de productores que él
queria que conocieramos. Entramos a su oficina y nos miro fijamente un instante: yo
continuaba en mi proceso de desintoxicacion, y me la pasaba cabeceando; estaba destruido
y los otros tambien, en plena resaca.
“Qué carajo puedo hacer por ustedes?!” nos dijo, “ustedes se vieron cómo estan?. De veras
piensan que son capaces de grabar un disco en estas condiciones?!... chicos, ustedes tienen
que rearmarse, mejorarse!; tienen que concentrarse y ponerse a trabajar!! Se les esta
acabando el tiempo!!”
Sus palabras quedaron en el aire, pero hicieron efecto: de a poco, a paso lento pero seguro,
sin hacer problemas y casi sin saberlo, pudimos mejorar, y recuperar el rumbo.

Alan Niven y Tom Zutaut nos reunieron con todos los productores de la ciudad, y justo
cuando comenzamos a perder las esperanzas, uno nos llamo la atencion: Mike Clink.
Compartimos una sesion con él y grabamos “Shadow of your love”, la mejor cancion que vi
interpretar a Hollywood Rose, la primera vez que vi su show. Si bien nuestra version no
formó parte del disco, se incluyó en un EP que se editó en Japón.
De todos modos, cuando escuchamos el set nos dimos cuenta que todo estaba allí: por fin
pudimos sonar exactamente como queriamos. Eramos nosotros mismos, era nuestro sonido;
pero refinado. Clink habia logrado reflejar la esencia de Guns n Roses en esa cinta.
Finalmente, habiamos reunido todas las piezas. Siete meses pasaron. Durante siete meses
estuvimos en el limbo, tocando de vez en cuando y grabando esporadicamente con
diferentes productores que no encajaban con nosotros. La espera se nos hizo eterna; y por el
modo en que viviamos, unos pocos meses mas habrian atentado seriamente contra nosotros
y arrasado con los objetivos del grupo.
Mike Clink tenía lo que estabamos buscando; él sabía como dirigir nuestra energía y
transformarla en algo productivo. Supo capturar nuestro sonido sin perder la esencia, el
sello personal de GNR y, por su personalidad, supo guiarnos y llevarse bien con todos. Su
secreto era muy simple: no buscaba cambiar nuestro estilo o improvisar; se dedicó a
capturarlo tal como era; y lo hizo de un modo perfecto. Es increible que nadie haya pensado
en eso antes. Clink habia trabajado con ‘Heart’ y ‘Jefferson Starship’, pero lo que terminó
de convencernos fue su participacion en el disco de UFO, “Lights Out”, que era
significativo para todos nosotros porque Michael Schenker estaba en esa banda, y su
interpretacion en él, era asombrosa, impresionante.
Siempre pense que los productores eran la clase de personas que tienen las respuestas para
todo lo que otra gente pregunta, pero nunca logran responder las propias. Son los primeros
en decirte qué hacer, cómo tocar, cómo sonar –absolutamente todo. Casi siempre no tienen
identidad, se los conoce a traves de la banda, lo que hace que sea un tanto dificil
respetarlos. Mike era diferente; era amable, facil de tratar, tranquilo, muy observador y para
nada entrometido. Sabia muy bien quién era. Preferia tomar todo lo que ofreciamos y
trasladarlo a la cinta; en vez de hacer sugerencias como si lo supiera todo. Desde un
principio, todos los miembros lo respetamos muchisimo.
Reservamos los estudios S.I.R y con Mike al mando de la consola, la banda se sintió libre
para expresarse y desplego todo de una vez, en nuestra primera sesion de preproduccion, y
comenzamos a componer lo que mas tarde seria “You could be mine”. En otra sesion,
trabajamos sobre “Perfect Crime”, que fue un aporte de Izzy. No estabamos ahí para hacer
nuevas canciones, pero nos sentiamos tan comodos que simplemente nos nació hacerlo.
Empezamos a escuchar los demos de los temas que pensabamos incluir en Apetite, los
analizamos con Mike y los grabamos con muy pocas modificaciones. El cambio más
significativo a nivel creativo lo hicimos en “Welcome to the Jungle”, donde originalmente
se repetia la frase “when you’re high, you never want to come down” y Alan sugirió
cantarla sólo una vez; y tuvo razón. Pero solo la volvió más corta. Luego, todas las
canciones se grabaron tal como eran en una o dos tomas. Esto denotaba que las cosas iban
bien en el estudio, que nos llevabamos bien con la gente con la que trabajabamos y
tambien, que nosotros estabamos motivados y de muy buen humor. Nunca aceptamos
consejos de nadie. Pero estabamos dispuestos a darles una oportunidad, y nos dimos cuenta
que todo realmente funciono muy bien. Alan, en ese entonces tambien estaba representando
a ‘Great White’, ademas era su productor e incluso coautor de sus canciones. Fue muy
bueno que nadie estuviera al tanto de esto porque sino esa reunion en S.I.R no habria tenido
un buen fin y “Welcome to the Jungle” hubiera sido muy diferente. A mi nunca me molesto
su conexión con ‘Great White’; pero provoco un efecto ‘bola de nieve’ en el resto de mis
compañeros.
Imagino lo feliz que estaria Tom al ver que Guns n Roses habia conseguido un manager de
verdad y un productor que nos agradara y con el cual estuvieramos dispuestos a trabajar.
Nos tomo un par de años pero al fin, nos habiamos convertido en el grupo que Tom advirtió
e hizo creer a la discografica que seriamos; todo sucedió tal cual como Tom presagió.
Alan nos llevó a Rumbo Studios en Canoga Park. Allí grabamos los temas en vivo; a Mike
le gustaba mucho trabajar ahí. Canoga Park esta ubicado en Valley, cerca de dónde creció
Steven; y estar allí era como estar otro pais, era una atmósfera totalmente diferente. Creo
que la razón por la cual fuimos a Canoga Park fue porque ellos pensaron que mantenernos
lejos del ambiente de Hollywood nos ayudaria a concentrarnos y enfocarnos en la
grabacion del disco.
Alan alquilo un departamento en Oakwoods, un complejo de propiedades totalmente
amobladas que tiene franquicias en todas partes del mundo; tambien nos consiguio una
camioneta para trasladarnos y fui designado chofer por alguna razon –que desconozco-.
Mike contrató un grupo de verdaderos profesionales para ayudar a sus pequeñas ratitas:
Porky, un famoso tecnico de guitarras, y Jame-O, un tecnico en percusion. Ambos habian
participado en cientos de discos, eran tipos con mucha experiencia y ademas, muy
divertidos, les encantaban las fiestas. Eran invalorables para nosotros; los apreciabamos
muchisimo.
Grabar un disco de verdad, en un estudio de verdad, era algo nuevo para nosotros:
habiamos hecho demos en varios lugares de Los Angeles, muchos de ellos épicos y
guardaban grandes historias: grabamos las primeras versiones de “Don´t Cry” y “Welcome
to the Jungle” en Hollywood Sound, donde Led Zeppelin habia grabado su segundo disco;
nuestra experiencia fue épica en otro sentido, como cuando discutimos con el dueño de un
estudio mediocre de Hollywood, por cuestiones de dinero; resulta que el tipo estaba tan
pasado de coca que termino amenazandonos con un arma.
“Van a tener que pagarme, carajo!” nos dijo, con los ojos tan abiertos que estaban a punto
de salirse de sus orbitas. “me van a pagar... ahora!! YA!!”
“Bueno, esta bien” dijimos “Si...en realidad, nos equivocamos nosotros. Tenes razón. Justo
ibamos a darte tu dinero”.
Alguien agarró los demos mientras saliamos del lugar y afortunadamente nadie resultó
herido.
Comenzamos nuestro primer dia de grabacion con “Out to Get me”, haciendo lo mismo de
siempre pero en otra locacion: nos acomodamos en una enorme sala para grabaciones en
vivo y zapamos. Cuando escuche la cinta, me di cuenta que tenia un gran problema: mi
guitarra sonaba horrible a traves de una consola de sonido profesional de un verdadero
estudio de grabacion.
En la epoca de descontrol, habia empeñado casi todos mis equipos, incluyendo la Les Paul
que habia pertenecido a Steve Hunter; arreglé con Marshall para que me enviara unos
amplificadores a la sala de ensayos que teniamos en Burbank pero como nunca los pagué,
vinieron a retirarlos. Basicamente no tenia nada; sólo tres guitarras: dos eran marca Jackson
-una de ellas habia sido customizada: era una Firebird negra con el dibujo de Shirley (el
mismo de mi tatuaje) pintado en el cuerpo, y que sonaba muy mal; la otra era un prototipo
de Stratocaster con tapa arqueada que la empresa me habia prestado y que tampoco devolví
(era una de las unicas dos que se fabricaron)-, y la tercera era una Warlock roja, marca BC
Rich. Ninguna de las tres tenian buen sonido con los equipos del estudio.
Me puse muy nervioso y me frustre muchisimo. Nos habia costado mucho llegar hasta ahí y
estaba decidido a hacer que mi guitarra sonara perfecto en el disco, pero no sabía cómo
lograria esto ya que estaba quebrado, en terminos de dinero. Trate de disimular lo que senti
durante esas primeras sesiones; me emborrachaba o empezaba a saltar mientras tocaba con
la banda, teniendo claro que debia encontrar la manera de resolver el problema y regrabar
mi parte de los temas. Izzy, Duff y Steve no necesitaban hacer nada de esto porque, desde
un principio, se enfocaron en cada una de las canciones, y su interpretacion fue perfecta,
inmejorable.
La grabacion iba barbaro pero la vida en Valley, apestaba. Cada noche al finalizar nuestro
trabajo en Rumbo, Tom Zutaut, Axl, Duff y Mike se iban a su casa a descansar.
Teoricamente, Izzy, Steven y yo deberiamos ir a Oakwoods y hacer lo mismo. Estabamos
muy entusiasmados y a menudo quedabamos alborotados luego de las sesiones y queriamos
salir a divertirnos y rapidamente nos transformamos en los vecinos problematicos de
Canoga Park. Pensamos que habria vida nocturna en algun lugar del complejo, asi que
buscamos por todos lados cualquier sitio parecido a un pub o bar; ingresabamos y resutaba
ser una disco propia de un barrio muy conservador, -si es que de verdad existen discotecas
en los barrios conservadores-, o el tipico bar con musica country de las zonas suburbanas.
Un tipo desalineado, de pelo largo y con aspecto de criminal, desentonaba en esos
ambientes.
Para ese entonces, Alan habia contratado a Lewis como guardia de seguridad, para
cuidarnos. Lewis pesaba entre 130 y 180 kilos, y manejaba un sedan de finales de los ’70,
con el asiento del piloto tirado totalmente hacia atrás, para poder acomodar su voluminoso
cuerpo. Lewis venia de Houston y era un tipo realmente encantador; yo lo queria mucho.
Pero se la pasaba comiendo cuando se suponia que debia ocuparse de nuestra seguridad y
estar en todos los detalles referentes a ella. Tenia su propio metodo –no sé cuál era- para
obtener enormes raciones de comida por la puerta de servicio de la cocina en los lugares
donde solia acompañarnos a nosotros. La gente literalmente le daba una caja de cartón
repleta de envases plasticos -de comida para llevar- que contenia absolutamente todo el
menu de la carta –que no eran burritos ni tacos; estos eran platos elaborados. Lewis ingería
cuatro de cada uno; nunca vi nada igual. Él arrastraba esta caja hasta el auto y se sentaba a
comer.
Mientras tanto, en el interior de estos lugares, normalmente, los tres nos involucrabamos en
grandes peleas –o no las eludiamos demasiado-. En la mayoria de los casos, nosotros
intimidabamos al resto con nuestro comportamiento pero a veces, se ponia muy fea la cosa.
Por suerte, ningun maton mafioso nos llevo a la rastra hacia el estacionamiento –si esto
hubiera sucedido, habriamos interrumpido la cena de Lewis.
La vida nocturna en Valley era tan aburrida que una noche despues de un dia estupendo en
el estudio, y luego de haber bebido bastante, hicimos lo unico que creimos tenia sentido
hacer: destruir el departamento de Oakwoods al estilo Keith Moon. Hicimos trizas todo
aquello que no estuviera agarrado a la pared y aplastamos el resto de las cosas hasta
dejarlas inservibles e irreconocibles. Dimos vuelta las camas, aplastamos las mesitas de luz,
y arrancamos de la pared la mesada de la cocina. Rompimos las puertas corredizas de
vidrio, rompimos ventanas, espejos, vasos, copas, platos. Todo. Destruimos el televisor y el
mueble que lo contenía. Habia pedazos de vidrio y astillas por todas partes. Desperté en el
sofa, que tambien estaba roto, con una resaca tremenda e inspeccioné el lugar como pude
ya que tenia los ojos medios bizcos y entrecerrados.
“Uh-Oh” balbuceé.
Cuando todos nos despabilamos, nos pusimos de acuerdo en mentir: acordamos decir que
alguien habia entrado al departamento cuando nosotros no estabamos; que volvimos muy
tarde a la noche y nos quedamos dormidos, y optamos por arreglar el desorden a la mañana
siguiente. Ese dia le contamos a Alan esta historia, que en ese momento era como nuestra
madre. Alan era para nosotros lo que Malcom McLaren era para Sex Pistols.
Tratamos de ceñirnos a la version falsa de los hechos, pero Alan empezo a hacer preguntas,
la historia se torno cada vez más confusa, y quedamos expuestos y antes del careo,
admitimos la verdad. Lo más gracioso fue que, luego de considerar las posibilidades, Alan
volvió al complejo Oakwoods y les contó a los administradores nuestra historieta; tampoco
ellos la creyeron –la verdad no sé por qué- asi que los daños nos los cargaron a la cuenta.
Por un tiempo estuvimos baneados de todos los complejos Oakwooods alrededor del
mundo pero aparentemente levantaron la prohibicion el algun momento, ya que vivi un
tiempo en una de sus locaciones cinco años más tarde. Me lalas arreglé para ser el
problemático, una vez más; pero esta vez fue por error: mi serpiente –no recuerdo cuál de
todas era la que llevaba conmigo en ese momento- se puso aventurera y se fue por el caño
del inodoro; apareció en la casa de un vecino y casi se mueren del susto. Les pido disculpas
por este incidente...

Terminamos las grabaciones en vivo en pocas semanas y todo sonaba barbaro –excepto mi
guitarra. Alan reservo por un tiempo un estudio llamado Take 1 para que pudiera regrabar
mi parte, pero todavia no habia encontrado una guitarra decente; no sabía qué hacer. Traté
de tranquilizarme y no mostrar signos de stress, pero el tiempo pasaba y no habia solucion a
la vista. En nuestro ultimo dia en Rumbo, Alan aparecio en el cuarto de control y apoyo un
estuche de guitarra sobre el sillón que estaba detrás de las consolas –el cuarto de control era
muy pequeño; el sillón encajaba perfecto allí y estaba iluminado por una luz focal que
perfectamente iluminó la guitarra cuando Alan abrió el estuche.
“Se la compre a un tipo en Redondo Beach”, me dijo. “Las hace a mano. Por qué no la
probás?”
Era muy linda: era una replica de Les Paul ‘flame-top’ 1959 sin pickguard y con
microfonos Seymour Duncan. La tuve en mis manos y me gustó pero no la conecté hasta
que fui a grabar a Take 1.
Tengo muy buenos recuerdos de mis dias en Take 1 -los guardo en mi memoria con mucho
cariño-. De principio a fin, todo el proceso fue mágico para mi. El lugar era de dimensiones
pequeñas, nada extravagante, sin lujos –basicamente, era un estudio casero bien equipado;
pero era mi primera sesion seria de grabacion y lo que sucedió allí jamas podra ser
igualado.
Apenas conecté mi nueva guitarra, pude notar que sonaba realmente bien; sólo restaba
encontrar el amplificador correcto. Probe muchos tipos de cabezales Marshall –muchos, de
verdad- y fue un proceso arduo. Recuerdo haberlos rentado, llevado al estudio; setearlos,
encenderlos, enchufar la guitarra; tocar un par de acordes, ajustar los controles junto con
Mike Clink y el tecnico en guitarras, tocar un par de acordes más, Mike iba al control hacia
algunas modificaciones, luego salia y movia los microfonos. Luego volvia a tocar y todo
empezaba de vuelta. Fue trabajoso pero valió la pena. Mike es un tipo muy gentil, tranquilo
y relajado que me dejo hacer todo lo que yo necesitaba, aunque no fuera necesario. Segui
rentando y devolviendo amplificadores; probamos ocho, mas o menos, antes de encontrar el
que sonaba exactamente como yo queria. Creo que me lo mando Dios, porque ese aparato
no se fabricaba más; era un Marshall usado que habia sido customizado.
Lo utilicé en todo el proceso de grabacion e intenté quedarmelo cuando las sesiones se
terminaron: fui a la compañía que me lo habia alquilado y les dije que lo habian robado del
estudio. Desafortunadamente, el tecnico lo devolvio sin decirme nada. Cuando S.I.R recibio
el equipo que yo habia reportado como robado, no estaban dispuesto a volvermelo a prestar
asi que cuando llamé, me dijeron que habia sido rentado por otra persona.
De todas maneras, al escuchar mi guitarra a traves de ese aparato, supe inmediatamente,
que ése era el correcto; fue un momento verdaderamente mágico. Conecte la guitarra a él,
tal como lo habia hecho con los otros, toqué algunos acordes al azar, y eso fue todo. Fue la
combinacion correcta de Les Paul y Marshall; la profundidad del tono de la guitarra encaja
perfectamente con el sonido crujiente del amplificador. Fue asombroso, estupendo.
“Espera”, dijo Mike. “No te muevas. No hagas nada!”
Movio un poco los controles y sonó aún mejor. Y asi fue: en toda la sesion no se volvio a
ajustar nada –ni los microfonos de lugar, ni los controles del amplificador; absolutamente
nada. Cuando encontramos el sonido que habiamos estado buscando, no estabamos
dispuestos a perderlo.
Desde ese momento, esta guitarra ha estado siempre conmigo. Fue construida por el ultimo
de los Jim Foot, que era dueño de Music Works en Redondo Beach: hizo aproximadamente
cincuenta unidades de esa Les Paul, todas hechas a mano. Eran replicas realmente
identicas; ningun detalle fue pasado por alto.
Por mucho tiempo fue la única guitarra que tuve, y la única que siempre use en el estudio.
Sonó diferente en cada disco que hice, pero es la misma guitarra; lo que pone en evidencia
cuán volatil es el proceso de grabacion y la importancia que tiene el estudio donde uno
graba: el tamaño y la forma de la sala, la consola de sonido utilizada y hasta la composicion
molecular del aire en el momento de la grabacion –la temperatura y los valores de humedad
en el ambiente pueden estropear todo tu trabajo-. Tambien es importante dónde se ubican
los microfonos y dónde, los amplificadores. Todos estos factores tienen gran influencia en
el resultado final. 
En ese momento no sabia todo esto, pero estoy feliz de no haber modificado el amplificador
o la guitarra durante las sesiones de Appetite –estaba bien así nomas. Pero ahora entiendo
por qué nunca más pude recrear exactamente el sonido de ese disco. Se requiere algo más
que el mismo equipo seteado de la misma manera en la misma sala porque –creeme- que lo
he intentado muchas veces. Hubo mucho interes en los instrumentos y los aspectos tecnicos
del amplificador que se utilizó para Appetite, pero nunca se volvio a repetir. De hecho,
intenté tocar con un Marshall modificado –identico a aquel- con la misma guitarra, pero no
obtuve el mismo sonido. No podria haberlo hecho nunca, porque no estaba en el mismo
estudio bajo las mismas condiciones. Esas sesiones fueron únicas e irrepetibles.

Hice una cancion por dia. Llegaba al estudio, me preparaba un café y luego un Jack Daniels
–O era un Jack Daniels y luego un café?- y me ponia a trabajar. La parte de Izzy se grabó
de una sola vez –de ninguna manera vendría a grabarla de nuevo y aparte, no era necesario:
su interpretacion es tan sutil y precisa –simplemente es la escencia de una buena guitarra
ritmica-, que perder tiempo en eso, o grabar encima de las canciones en vivo, es algo tonto.
Basicamente, Izzy interpretaba la base, el corazon de la cancion, sin importar quien era el
autor; si tomaras una de nuestras canciones y quitaras todos los demas instrumentos,
escucharías lo simple y grandiosa que es la guitarra de Izzy, y apreciarias su talento y estilo
al tocar.
En conjunto, toda la banda tenia un modo simple –pero efectivo- de tocar todos juntos.
Steven miraría mi pie izquierdo para determinar el tempo y a Duff para que acoplara el bajo
-esos dos tenian una relacion verdaderamente cohesiva: se comunicaban mutuamente los
cambios y sutilezas de cada cancion con sólo una mirada-, mientras que Izzy zapaba sobre
los riffs que yo tocaba junto a Duff de la siguiente manera: Duff y yo interpretabamos
diferentes riffs, nota a nota, al estilo Led Zeppelin en tanto Izzy probaba difentes esquemas
de acordes simples que no cayeran sobre la primera nota o la nota fuerte del compas, que
rellenaban y completaban la cancion. Izzy marcaba las partes debiles y el resto, las fuertes.
Eso hacia que los temas de la banda tuvieran un sonido complejo y parecieran dificiles de
tocar, pero en el fondo eran de muy facil ejecución.
La primera cancion con la que trabajé con mi nueva dupla Les Paul/Marshall fue “Think
About You” y la ultima fue “Paradise City”. Duff estuvo conmigo allí todos los dias,
porque como no consumia drogas, rebrotó mi amor por la bebida y podria decirse que me
entregué sinceramente al alcohol con total desenfreno, asi que Duff era mi nuevo
‘compañero de copas’. Lo pasaba a buscar por el departamento que compartia con Katerina,
que estaba ubicado en Crescent Heights; y llegabamos al estudio al mediodia. Él se
quedaba escuchando la sesion y al finalizar mi tarea, al anochecer, salíamos a buscar
problemas en Hollywood y divertirnos todas las noches. En ese entonces, Cathouse era el
lugar indicado para ir a buscar problemas... y encontrarlos muy facilmente.
Cathouse funcionaba en lo que antes era Oscos’s, la ridicula discoteca que aparece en la
pelicula “Thank God, It’s Friday”. Cuando era chico, recuerdo a ‘Osco’s’ como el punto de
encuentro para gente que estaba muy loca; pero nada más porque nunca fui allí; me bastaba
con observar desde la vereda de enfrente a los hombres vestidos con pantalon sport y saco
haciendo juego, camisas de seda, cinturones angostos, y zapatos lustrados; y a las chicas
luciendo impactantes vestidos de seda rojos, azules, o amarillos; todos ellos desparramados,
entrando y saliendo de la disco.
En ese entonces, el aspecto del lugar era diferente, pero ahora era nuestro. Cathouse se
convirtió casi en nuestro club, aunque al principio nadie se percató de eso. Fue como si ya
hubieramos tenido una mesa reservada en el Vip, pero nadie nos aviso.
Eramos timidos, mansos y callados cuando empezamos a ir a Cathouse hasta que nos dimos
cuenta que su dueño, Riki Rachtman, queria realmente que estemos allí. Cuando
descubrimos que nos bancaban cualquier cosa en ese lugar, cambiamos nuestra actitud y
nos transformamos en un par de locos descontrolados; fue como si tuviesemos via libre
para hacer lo que quisieramos. Era popular por romper botellas de cerveza sobre mi cabeza
sin razon aparente, o sólo porque tenia ganas; y tambien me gustaba bajar las escaleras de
la entrada parado de manos mientras estaba repleta de gente queriendo entrar al lugar.
Mirar el programa “Jackass” me pone nervioso, nunca me atravesé la mejilla con un
anzuelo pero definitivamente tenia esa mentalidad en aquel entonces.
Me acuerdo cuando una noche Mike Clink de una forma muy educada nos pregunto si
podia sumarse al grupo y pasar un rato con nosotros allí: Resulto ser una especie de cita o
primera salida con la chica que más adelante se convertiria en su esposa. Puse lo mejor de
mí para portarme bien y entablar una conversacion, pero al retirarme, mientras me alejaba
con un andar similar a Sid Vicious tropezé y caí sobre un ventanal con un enorme panel de
vidrio que se hizo trizas encima de mí.
Cathouse se transformo en nuestro refugio en las instancias finales de la grabacion de
Appetite. Pude conocer a Nikki Sixx porque él tambien era un cliente asiduo. Tambien me
encontré con Yvonne allí. Era tan relevante para nosotros que hasta Axl fue, lo que logro
atraer la atencion un poco mas- y nos pusimos muy contentos porque él no solia ir con
nosotros a clubes o bares. Duff, Izzy y yo eramos ratas de albañal; Axl era mas sofisticado,
y tenia otra forma de proceder, otros limites; o por lo menos no terminaba desmayado e
inconsciente como nosotros.
Casi todas las noches, salia de Cathouse y terminaba en la casa de alguien; y casi siempre
era alguien que no conocia. Muy frecuentemente, chicas, que con suerte me dejarian
ducharme alli a la mañana siguiente antes de pasar a buscar a Duff e ir al estudio en nuestra
camioneta alquilada y ponerme a trabajan en la proxima cancion. Así era mi vida; no tenia
dinero en ese momento y tenia que arreglarmelas de alguna manera. Almorzaba en Taco
Bell a cargo de Take 1. Duff y yo estabamos en bancarrota, asi que antes de ir a Cathouse y
engañar a alguien para obtener canilla libre de alcohol durante toda la noche, pasabamos
por Mc Donals a canjear los cupones -con la compra te daban unas raspaditas con las que
ganabas una ración de papas fritas, una Coca, o una hamburguesa- y entre todos armar un
menu. El McRib estaba en promoción, asi que empece a preferir ese combo –la publicidad
decia “Mac The Knife”-. Juntabamos nuestros recursos –los pocos que teniamos- y
planeabamos una comida medianamente decente; luego regresabamos rapidamente a
Hollywood.
Otro de mis pasatiempos era volcar todas mis frustraciones en la camioneta que Alan nos
proveyo. Sin ton ni son, rompia las ventanas, los espejos –cualquier elemento de vidrio
estaba en peligro cerca mio. Me estrellé contra una cerca sumamente resitente y destruí las
dos cosas: la cerca y el tren delantero del vehiculo. Trataba a esas cosas como si fueran
arietes. Si nos conseguian una camioneta nueva, yo romperia los focos delanteros incluso
antes de haberme sentado al volante.
Una noche alcancé a una chica hasta su casa en Edinburgh y Santa Monica, pensando que
quizá obtendria algo más. Lo proximo que supe fue que eran las ocho de la mañana, que
estaba estacionado en doble fila, que habia palmado al volante, que las luces estaban
encendidas y la puerta del copiloto, abierta de par en par. Aparentemente me quede
dormido ahí sentado y ella me dejo seguir durmiendo y se fue. Fue divertido sólo porque no
me atraparon. Recuerdo haberme despertado, mirar alrededor, tomar conciencia de la
situacion y salir corriendo de ahí. No sé cómo carajo pude salir impune de esa situacion.
Una de esas camionetas aparece en una foto que Robert John me tomó; tambien ahí aparece
la otra guitarra que utilice en Appetite: una Gibson SG 1960 que le pedi prestada a Howie,
de “Guitars R Us”, que sonaba barbaro en el estudio y que la use en “My Michelle”. De
todos modos, decidi arrojarla por el agujero que habia hecho previamente en el parabrisas
de la camioneta –le pegué una patada desde adentro-, solamente para divertir a Robert.
Mi forma de uso –o abuso- de vehiculos, nos hizo familiarizar con diferentes empresas de
alquiler, en diferentes lugares: Hertz, Budget, Avis. Conociamos todas compañías en un
radio de 8 km. Lo que haciamos era esto: retirabamos la camioneta, la destruiamos en un
termino de 2 dias o un poco mas, y despues la devolviamos de madrugada –la dejaba en la
playa de estacionamiento, con las llaves puestas. Luego, ibamos a otro lugar y elegiamos
una nueva. 
En un momento, Alan tuvo que apartarme del puesto de chofer.
“Me terminan de llamar de Budget”, me dijo muy enojado. “El gerente me pidio que fuera
para allá. Le pregunté por qué y me dijo que necesitaba ver el estado del vehiculo para
poder entender la magnitud del problema. Y tuve que darle la razon”.
“Ah... si?”, respondi con cierto orgullo. “Estaba muy rota?”
“Sí!, pero eso no era todo”, me respondio. “El gerente me sermoneó durante una hora
mientras me mostraba uno por uno los daños producidos a la camioneta y luego me
pregunto si tenia idea con qué gente clase estaba tratando, con qué clase de psicopatas
delincuentes esta involucrado; y despues de ver cómo quedo esa camioneta, no estoy seguro
de saberlo.”
Qué queres que te diga?! Las camionetas eran como hoteles moviles –tenian mucho uso y
desgaste. En ese entonces, ni conocia una habitacion de hotel: Todas mis pertenencias
estaban guardadas en un cuarto del estudio. Todos los dias iba allí despues de haber
deambulado por Hollywood la noche anterior, a cambiarme la ropa; y trataba de ducharme
en el lugar donde habia ido a dormir. Ese lugar fue el armario más grande que tuve; y es
donde tomamos la foto que aparece en el interior de Appetite. Me encantaba quedarme ahí;
era un sitio lindo y tranquilo, como un santuario para mí; y el único lugar con el que
contaba. Desafortunadamente, la gente de Take 1 no me dejaba dormir allí, porque decia
que no era seguro, pero sabes qué?; nunca les creí.
Sólo dos cosas fueron dificiles para mi, en todo el proceso de grabacion del disco: Una fue
el ‘solo’ del final de “Paradise City”, que siempre fue facil en vivo, pero en la version final
debia durar 30 segundos exactamente, asi que no se me hizo facil empaquetar toda la
emocion en tan poco tiempo, y cuando se encendio la luz roja, permanecí inmovil y
asustado como si me hubieran amenazado con un arma. Recuerdo que trate y fallé tantas
veces que me sentí totalmente frustrado y terminé retirandome del estudio muy
decepcionado. A la mañana siguiente, más despabilado, volvi a intentarlo y finalmente lo
hice. La otra fue “Sweet Child o mine”: Steven miraba mi pie para determinar el tempo,
pero en esta cancion yo tendria que que seguir el suyo y contar para no perder el ritmo
porque el riff precede a la bateria. No habia ningun golpe de platillos al principio y no
habiamos grabado la pista con el sonido de los pulsos, asi que tuve que adivinarlos: trate de
anticipar el comienzo de la cancion, rogando haber contado bien los pasos de manera que,
al iniciar el punteo, el tiempo fuera el correcto. Esto fue anterior al proceso digital de
grabacion, de modo que no habia nada que me guiara. Tomo un tiempo, se hicieron muchas
tomas, pero finalmente lo logramos. Aparte de eso, el album se armo muy rapido y todo
surgio muy naturalmente; asi tenia que ser...y asi fue.
Una vez terminado mi trabajo en Take 1, tuve que encontrar otro lugar para guardar mis
pertenencias y, en teoria, a mi mísmo; de modo que me fui con mi amigo Todd Crew de
“Jetboy”, que se habia mudado de San Francisco a Los Angeles. Él vivia con su novia,
“Girl” y una compañera, Samantha, quien tenía los senos más grandes que vi en mi vida en
un cuerpo muy pequeñito; eso era suficiente para pensar, por un instante, transformarme en
hombre de una sola mujer. Nos divertiamos mucho; eramos cuatro payasos ridiculos:
visitabamos Cathouse todas las noches, bebiamos en demasia, quedabamos completamente
borrachos y nuestro comportamiento extremadamente animado y festivo, a menudo,
resultaba ser muy molesto para el resto de los clientes.
El circuito se repitio por semanas; mientras Axl ponia su voz a las canciones.
Cuando el proceso de grabacion finalizó, llego el momento de las mezclas. Tom Zutaut me
llevo a New York –era mi primera visita- para presentarme algunos candidatos al puesto y
gente popular de la industria en la Costa Este. Tom amaba la ostentacion: le gustaba
mostrar a sus elegidos, los lujos de la primera clase, le gustaba mostrar cuán importante era
en el negocio de la musica –creo que éste fue el móvil del viaje, mas que encontrar un
equipo de tecnicos de sonido. Conoci a Rick Rubin, a quien le estaba yendo muy bien con
Run-DMC, con su discografica Def Jam y con su nueva adquisicion, los Beastie Boys. Rick
nos invitó a comer a su restorant favorito, “White Castle” en Queens. Era una persona
increible; hablamos mucho de musica, de los discos que nos gustaban y un monton de cosas
más porque previamente habia rechazado nuestra propuesta. Mucha gente lo hizo y una vez
mas...se lamentaron despues.
En ese viaje tambien conocí a Steve Thompson y Michael Barbiero, quienes finalemente
aceptaron trabajar con nosotros. Hicieron la mezcla de “Mr Brownstone” mientras
estabamos con ellos en New York y luego la reenviamos al resto de la banda. Al mismo
tiempo, Alan Niven tambien mezclo “Mr. Brownstone” porque queria intentarlo; su versión
no era mala –me acuerdo que a Izzy le gustaba mucho, pero la del duo Thompson-Barbiero
era mucho más provocadora y desafiante. El uso de tonos medios encajo perfectamente con
el sonido del grupo. Su version fuera mas dura, corajuda, mezquina; tenia una buena
interaccion en las guitarras, mientras que la version de Alan era mas lineal, bidimensional y
vacia.
Nos tomamos dos semanas para hacer la mezcla del disco; entonces Axl, Izzy y yo, junto
con Alan Niven y Tom Zutaut volvimos a New York y nos quedamos allí hasta que se
terminara el proceso. Nos hospedamos en el hotel Meridien, que estaba ubicado cerca del
centro de la ciudad. Tom tenia su propio cuarto, Izzy compartía otro con Alan y Axl
compartia otro conmigo. En ese momento, tenia una muñeca rota y un brazo enyesado
-heridas obtenidas en un viaje reciente a Seattle: Estabamos en una fiesta en casa de
Donner, un amigo de Duff. La fiesta era un descontrol. En un momento, en medio del
alboroto, conocí una chica y mientras estaba teniendo sexo con ella, el tocadiscos empezo a
saltar; me estaba arruinando el momento!, asi que lo derribe de una trompada –se ve que
pegue demasiado fuerte-, para que se detuviera. 
De todos modos, el yeso no me prohibiria trenzarme con Alan a las piñas y destruir la
habitacion del hotel en su totalidad durante los primeros dias en New York. Ni siquiera me
acuerdo qué inicio la pelea –estoy seguro que fue porque estaba enojado y borracho; y
porque Alan era como un gran oso al que queria enfrentar y hacer un tackle. Luego desperté
con moretones en la cara y en el pecho –aparentemente perdí la contienda.
Nuestra amiga stripper Adrianna Smith, coincidio con nosotros en ese viaje. Ella estaba en
la Costa Este visitando unos amigos que vivian en Alphabet City. Fue bueno que estuviera
allí, porque Adrianna era una persona muy alegre, amante de las fiestas, pero cuando Axl
logro meterla en su cama tuve que soportar escucharlos tener sexo durante toda la noche –él
y yo compartiamos la habitacion-. Adrianna es muy expresiva, verborragica, ruidosa; asi
que opté por pasar las noches fuera del hotel y regresar lo más tarde posible.
Una de esas noches, Steve Thompson me llevo a China Club, que era el arquetipo de la
vida nocturna de New York en los años ’80: Mucha cocaina, no de muy buena calidad, y
demasiado costosa. Estaba ahí vestido con pantalones de cuero, campera de cuero, botas
tejanas y galera; en medio de un monton de los tipicos neoyorquinos que te dicen “Iou,
como estas?” todo el tiempo y tratan de impresionase unos a otros con sus caros blazers
italianos y la bolsita de coca que tienen en el bolsillo. Steve, por supuesto estaba bastante
conectado con esa escena –despues de todo, él estaba en el negocio de la musica. 
Cuando me cansé de ese lugar, me fui sin decir nada a nadie como muchas veces suelo
hacer. Este comportamiento me trajo problemas antes –por ejemplo cuando opté por pasear
por la zona rural de Canada- porque generalmente terminé perdido, como en este caso: este
club estaba en los alrededores del centro de New York, a menos de 10 cuadras del hotel,
pero a las cuatro de la madrugada tomé por el camino equivocado y deambulé por una
ciudad que no me era familiar. Fue surrealista: recorri Broadway, Houston Street, hasta
Avenue C. y mas o menos a las 9 de la mañana, no sé cómo, llegué al hotel. New York no
es “la ciudad que nunca duerme”; en el camino encontré calles totalmente a oscuras, sin
nadie alrededor excepto algunos vagabundos. A medida que me alejaba del bullicio, y la
ciudad se tranquilizaba, me sentía más, y más sólo. Muchas escenas de peliculas venian a
mi mente mientras observaba el entorno, los edificios, las calles; me parecian conocidas y a
la vez, desconocidas. Cuando al final, admití que no tenia ni idea adonde iba, pude
ubicarme y empecé a reconocer ciertas señales y carteles y, sin darme cuenta, encontré el
hotel. Como de costumbre, no habia ninguna fiesta de bienvenida: cuando entré a la
habitacion, Axl y Adrianna estaban dormidos.
La mezcla del disco fue una experiencia increíble. Por primera vez ví cómo se hacia y
aprendí el proceso de manipulacion de sonido; y hoy, mirando atrás, puedo decir que esa
tecnologia digital cambio la industria discografica para siempre y me siento privilegiado de
haber hecho un disco y participado en el proceso de mezcla antes que todo evolucionara.
No habia interfaces automaticas en ese entonces; Thompson y Barbiero trabajaban los
fundidos de forma manual, haciendo pequeños ajustes en los diferentes canales, de acuerdo
a nuestros requerimientos, cada vez que escuchabamos las pistas. Los dos eran estupendos;
tenían un sistema, un método de trabajo; habia casi un lenguaje secreto entre ellos. Steve
era una persona energica y espontanea; Michael era más resevado, analitico y mesurado. Se
sacaban de quicio mutuamente, lo que potenciaba su creatividad, de alguna manera. Su
modo de trabajo era: Barbiero preparaba la parte basica de la mezcla –bajo, percusion, etc;
y las equalizaciones de cada uno de ellos-, luego Steve los pasaba al mismo tiempo que
nivelaba las guitarras y la voz en cada fragmento de la cancion. Él se encargó de la parte
dinamica del disco, mientras que Barbiero le dio solidez y calidad sonora. 
Como el procedimiento era totalmente manual y se hacia sobre la marcha, mientras se
reproducia la cancion, todo tenia que hacerse de una sola vez: Se iniciaba el pasaje,
empezaba la cancion, y ellos comenzaban su trabajo a cuatro manos sobre las consolas,
saltando de un lado a otro de la mesa de mezclas, ajustando los diferentes controles y
supervisando el fundido en tiempo real, mientras sonaba la canción. Si cometían algún
error, tenían que volver a hacer todo de nuevo. Y lo mejor de todo, nos tenían a todos
nosotros sentados en la sala de control, a la espera de los resultados.
Uno de los episodios mas graciosos fue cuando Izzy se levantó de buen humor, muy
temprano a la mañana, y pasó por el estudio a revisar la mezcla de “Sweet child o mine”.
Nos embauco a todos. Normalmente empezaban a trabajar al mediodía y tendrian el tema
terminado a las cuatro de la tarde. Ese día, Izzy nos llamó alrededor de una de la tarde y nos
pidio que fueramos al estudio inmediatamente porque la cancion ya estaba terminada y
sonaba barbaro. Cuando llegué allí, lo primero que vi fue la expresion en cara de Mike
Barbiero: estaba desorbitado; parecía un preso al que habrian interrogado la noche entera.
Nos mostro la cancion, y era ridicula: se escuchaba la guitarra de Izzy y la voz de Axl; lo
demas era casi insignificante. Apenas se eschuchaban las baterias, el bajo era inexistente, y
mi guitarra aparecia sólo al principio y en el ‘solo’. Digamos que Izzy tenia un modo más
relajado de ver las cosas y esto demostraba su punto de vista. Obviamente, nosotros
volvimos a hacerlo.
Cuando mezclamos “Rocket Queen”, Axl sintio que algo faltaba; que el puente necesitaba
algo más para elevar el drama. Sugirió que él y Adrianna Smith, -que ese dia se encontraba
con nosotros en el estudio-, tuvieran sexo en la sala asi podriamos grabar su
‘interpretacion’, para luego incluirla en el quiebre de la canción. Habiamos estado bebiendo
mucho Jack Daniels durante todo el tia, por lo que esto nos parecia lo más natural del
mundo. Yo estaba a favor de la idea; sabia que ella era capaz de hacerlo –vocalmente
capaz- ya que habia pasado tres noches sin dormir por culpa de su extrema expresividad.
Asi que encendimos unas velas para crear cierto ambiente, y dejamos que Axl y Adrianna
se pusieran comodos en la sala, sobre la tarima de la bateria; nosotros grabamos a Adrianna
en todo su esplendor. Que lo disfrutes! –todo esta allí, en la version final. El quiebre de esa
cancion lo dijo todo; no habia otra cancion mejor para cerrar el album; era el testimonio
más revelador de nuestra vida que, en ese momento, pudieramos regalar a nuestros fans.

Alan Niven siempre estaba pensando como sacar provecho a nuestro favor de cada
situacion. Corria la voz, generaba alboroto, espectativa –era excelente en este area-.
Mientras el album era masterizado y preparado para salir a la venta, Alan nos puso a
ensayar y nos consiguio tres fechas para shows, en Marquee, en Londres; y tambien algunas
entrevistas. Hizo todo lo posible para que GNR fuese conocido en Inglaterra, previo a los
shows; lo que fue una movida muy inteligente de su parte. De todos modos, antes de que
pudieramos viajar, tenia que conseguir una nueva tarjeta de residencia permanente, porque
la habia perdido recientemente: Dejé mi agenda negra, donde guardaba todos mis papeles
importantes, apoyada sobre la camioneta, una noche que sali con Duff, luego de los
ensayos; la apoyé en el techo, me subi a la camioneta, arranque el motor, y todos mis
papeles terminaron esparcidos por Santa Monica Boulevard. Pude recuperar la gran
mayoria de ellos pero lo unico que no encontre fue mi tarjeta de residencia –posiblemente
haya algun inmigrante ilegal caminando por Los Angeles con el nombre Saul Hudson. Si es
así, espero que mi nombre le haya sido útil.
Cometi un error al ir con Todd Crew y West Arkeen a la oficina de inmigracion, cuando fui
a pedir mi tarjeta. Te atienden por orden de llegada asi que despues de tres dias de esperar y
no lograr ser atendido, necesitaba compañía. Llegamos a las cuatro de la mañana para
asegurarme un lugar entre los primeros y estabamos tan borrachos que perdiamos el
equilibrio al caminar como los Keystone Kops. Habiamos llevado bebidas alcoholicas para
el camino y por supuesto, cuando abrio la oficina eramos un desastre de personas. Todd
casi va preso por ponerse a jugar con un planta artificial en el pasillo mientras me guardaba
un lugar en la fila, y esto puso muy fastidiosa al resto de la gente.
Llegamos a Inglaterra y nos alojamos en dos departamentos: Axl, Izzy y Alan ocuparon
uno de ellos, y Duff, Steven y yo, el otro. Conseguimos un manager de gira, Colin y
arribamos allí una semana antes de los shows para ensayar y hacer prensa. El departamento
estaba ubicado en Kensington Hight Street, muy lejos del Soho. No era del todo un barrio
de rock-and-roll, lo unico que podias hacer allí era ir a embriagarte al pub de la esquina;
cosa que por supuesto, hicimos. Me hizo acordar a nuestro periodo en Canoga Park;
buscamos por todos lados pero no encontramos un lugar adecuado a nosotros. Excepto que,
en Londres, nadie nos presto demasiada atencion.
En Londres nos encontramos con Todd Crew y Del James, lo que acelero el ritmo
considerablemente. 
Todd Crew tenia pasajes a Paris que sus padres le habian dado como regalo por haber
terminado sus estudios. La apariencias engañan: a simple vista, estaba quemado, pero Todd
tenia titulo universitario y muy buenas calificaciones; simplemente tomo otro camino. Él y
Del James usaron esos pasajes: eran dos pelilargos rockeros extranjeros, totalmente
perdidos en Francia, viviendo su propia version de “European Vacation”. Luego de un par
de días, se tomaron el ferry y luego el tren, y se quedaron con nosotros. Ellos eran dos
norteamericanos rebeldes tratando de ir de Paris a Londres, en taxi, tren o ferry. Del solia
llamar a los tipos como él y como yo, “trotamundos”. Ni siquiera sé como esos dos
trotamundos pudieron hallar la forma de regresar de Paris a Londres, sin conocer el pais.
Un dia “normal” para nosotros, en Londres consistia en juntarnos a ensayar y luego ir a
cualquier negocio de ropa del lugar, porque eso era lo unico que habia para hacer allí. En
una oportunidad, Johnny, mi tecnico de guitarras, me llevo a una casa de musica realmente
buena. Me presentó de tal manera que me hizo parecer importante: Yo era Slash, el
guitarrista de Guns n’ Roses, la gran banda de rock proveniente de Los Angeles. Mientras
él hablaba con el dueño de la tienda y trataba de convercerlo de la popularidad de la banda,
yo me senté en el suelo para estar más comodo y me quede dormido ahí no más, y ellos
tuvieron que cargarme. Aparentemente esta situacion causo impacto en la prensa inglesa y
dio pie a que me apodaran de mil maneras diferentes: “Slash Crash” y “Slashed”, entre
otros; en el sentido de estar abatido, o al borde del colapso, o flagelado por mi borrachera.
Gané cierta reputacion en Londres por esto; la legendaria reputacion que poseo –y no se por
qué. 
Cuando regresaron nuestros amigos, empezamos a divertirnos más intensamente. Bebíamos
en todos los bares que encontrabamos, nos juntabamos a practicar un par de horas y luego
volviamos a los bares para seguir bebiendo hasta que éste cerrara sus puertas. No armamos
tanto alboroto ni destruimos tanto como en otras oportunidades; por ejemplo en Valley,
porque no habia nada que pudieramos hacer para ponerle un poco mas de vida a la
Kensington High Street. Sòlo podias caminar por las calles y observar sus parques y
jardines meticulosamente arreglados. Todo el dia era así; este comportamiento era
ejemplificador para nosotros.
La sala de ensayo tenia la misma atmosfera de Londres. En un lugar tan pulcro como ese,
en un barrio tan perfecto y ordenado como ese, no te sentís bien destrozando cosas; el
entorno hace que te comportes diferente: de alguna manera, te obliga a beber
responsablemente y a ser amable y respetuoso.
Al llegar a Soho y más alla, nos sentimos más a gusto. Una noche Duff y yo vimos tocar a
un grupo (no me acuerdo su nombre) en “Town and Country”; el lugar era una especie de
garage reformado ubicado en un punto lejano del este de Londres.
Estabamos borrachos cuando llegamos al lugar y salimos de él, aun más borrachos y nunca
nos tomamos un momento para pensar que tendriamos problemas para regresar a casa al
terminar el recital. Por el horario, ya no habia trenes y estoy seguro que, habria buses pero
nosotros no sabiamos nada al respecto. Empezamos a caminar tratando simplemente de
orientarnos, buscando, infructuosamente, un taxi. Y por supuesto, comenzo a llover.
No me agradaba para nada la situacion y aparentemente me puse tan agresivo, que ahí
nomas, a una pocas cuadras de nuestro destino final, Duff creyo que era necesario ‘ponerme
los puntos’. No fue -exactamente- una pelea a las piñas pero sí hubo un intercambio de
palabras. No sé cómo fue que llegamos a casa, no recuerdo haberme dormido luego de
nuestro altercado; no recuerdo nada. De alguna manera volvimos al departamento donde
Del nos estaba esperando. A Del le gustaba sacar fotos a sus amigos en situaciones
comprometidas, asi que me enteré por fotografias que dormi durante gran parte de la
mañana siguiente, sobre mis manos y rodillas, con las botas puestas y la cabeza hundida en
el extremo del sillon. Mi galera se habia empapado con la lluvia, pero me aferré a ella –
quedo allí, amontonada a mi lado- y durante el resto del viaje, fui como un cachorrito
maltratado: “Que?!.. Sin galera?!”
Una de las excursiones mas extrañas de las semanas anteriores a los shows, fue un domingo
que nadie se ocupo de decirnos que era ‘off-license’, lo que quiere decir que ni las
licorerias, ni los pubs, ni los almacenes estaban habilitados a vender bebidas alcoholicas.
Por supuesto siempre hay excepciones; siempre encontrás a alguien que no cumple con la
ley, pero ese día se cortó todo para nosotros porque nadie se congració con nuestra causa en
el recatado ambiente de Kensington High Street. En nuestra recorrida en busca de un pub
que estuviese abierto, acumulamos varios disidentes rezagados: una extraña joven fan de
rock, muy timida y de alguna manera, ausente. Ella se entendio con nosotros y comenzo a
seguirnos dondequiera que fueramos. Ninguno estaba hablando mucho o interactuando con
ella; simplemente se nos prendió. No estabamos seguros si era una fugitiva, una
desamparada, una groupie, o si era emocionalemente inestable, pero al llegar la noche
estaba claro que intentaria quedarse donde estuvieramos nosotros, porque parecia no tener
otro lugar adonde ir. Era inofensiva, asi que dejamos que nos acompañara. Entre Del, Todd
y todos nosotros habia un monton de gente durmiendo en el piso del departamento,
recostados por todos lados. Yo tambien dormi en el piso y recuerdo que esta chica estaba
presente en la misma habitacion, antes de dormirme profundamente hasta perder la
conciencia. En algun punto de la noche, me desperté y me di cuenta que me habia
desabrochado el pantalon y estaba practicandome sexo oral. Actué como si siguiera
durmiendo; pero debo decir que no la detuve porque era muy buena. A la mañana siguiente,
ya se habia ido del departamento y nunca más volví a verla.
Ensayamos en “John Henry’s”, un famoso estudio donde tambien ensayaban todos los han
hecho un nombre de sí mismos. Es el equivalente al “S.I.R” de Los Angeles, pero con la
sensibilidad inglesa, es un poco más ‘apropiado’, por decirlo de alguna manera. Era un sitio
muy ameno, con muy buena vibra; los pasillos estaban llenos de racks de viaje que decian
MOTÖRHEAD, IRON MAIDEN, y THIN LIZZY. Decidimos gastar el escaso dinero con
el que contabamos (unos pocos pesos por persona) en el pub, entonces atacariamos la
cafeteria del estudio y pediriamos la mayor cantidad cantidad de cafes, masas danesas y
sandwiches que pudieramos ingerir. Luego comprabamos algunas bolsas de papas fritas en
el negocio de la esquina y comiamos eso antes de invertir el resto del dinero en tragos en el
pub de la otra cuadra.
Los tres recitales fueron en el “Marquee Club”; el mismo lugar donde anteriormente habian
tocado The Who, David Bowie y Sex Pistols. El dia de la presentacion; llegabamos,
haciamos la prueba de sonido, y luego pasabamos el resto de la tarde bebiendo con Duff en
la puerta junto a los curiosos ingleses que se habian quedado a ver. Despues de pasar una
semana en Kensington High Street, estabamos hambrientos de un poco de la cultura de rock
a la que estabamos acostumbrados. No estoy seguro si fue esa misma tarde o al final del
primer show que conoci a Sally, una chica muy atractiva que, en ese entonces, habia salido
en “Page Three”.
“Page Three” es una seccion del periodico ingles “The Sun” que publica chicas –aspirantes
a modelos- en traje de baño o ropa interior porque, despues de todo, son dignas de salir en
las noticias.
Estaba embelesado con Sally; me enamore inmediatamente. Ella hizo que el resto de
nuestra estadía fuera un poco mas divertido, porque tambien conocia diferentes lugares
donde podriamos ir. Visitamos un par de sitios de rock en Soho: uno de ellos fue “Intrepid
Fox” donde herí a Phill Magg, el lider de UFO, con un vaso pero no recuerdo por qué;
tambien pasamos un rato con rato con mi heroe, Lemmy Kilmister. Toda la banda conoció
a Motörhead en ese viaje y esto hizo que fuera perfecto.
Los shows en “Marquee Club” fueron ruidosos, alocados, energicos, y llamativos. Tengo
muy gratos recuerdos de esos shows: Hicimos ‘Whole lotta Rosie’ de AC/DC y “Mama
Kin” de Aerosmith, ademas de nuestro repertorio original. En uno de esos shows tambien
tocamos por primera vez ‘Knocking on Heaven’s Door’ –la habiamos armado a nuestro
antojo en la prueba de sonido y muy rapidamente-. Siempre me encantó esa cancion, y
tambien me encantaba la version en vivo porque no era tan refinada como la de “Use Your
Illusion”.
Los show fueron lo suficiente buenos como para que, desde un principio, no nos hayan
considerado nunca de la misma liga de bandas glam de Los Angeles que venian a
Inglaterra; nos vieron como ‘algo más’, que era lo que siempre dijimos. Al final, creo que
justificamos lo dicho..
Luego, regresamos a Los Angeles para dar los toques finales al album. Axl nos habia traido
la copia de una pintura de Robert Williams y acordamos que ésa fuera la cubierta del disco:
muestra la maniaca escena de un robot a punto de vengar a una chica que habia sido
violada, comiendose a su atacante. Pensamos que era perfecta; tambien adoptamos el
nombre de esa pintura como titulo del disco: Appetite for Destruction.
Todo iba bien, el album salío como lo planeamos: con la pintura de Williams en la tapa, y
nadie tuvo problemas con eso. Como dije, todo estaba bien hasta que Tipper Gore y su
grupo de alcahuetes, PMRC comenzo a llamarnos y presionarnos. Eran realmente efectivos,
en aquel momento, censurando musica pero a nosotros no nos importó; recibimos con los
brazos abiertos toda la controversia que Tipper pudiera desparramar.
El deseo nos fue concedido: Geffen recibio tantas quejas que el album fue censurado
incluso antes de ser reservado por las cadenas nacionales de disquerias. 
Nos dijeron que la mayoria de las disquerias no lo comercializarian, y muchas otras
pidieron que envolvamos el disco en una bolsa de papel marron a menos que
modificaramos el arte de tapa.
Frente a esta situacion de no poder vender nada, justo cuando teniamos algo para vender, en
un rapto de sentido comun –verdaderamente extraño en nosotros-, decidimos
comprometernos a rediseñar la cubierta: la pintura de Williams formo parte del cancionero
del album.
Un tipo que conociamos de la Hell House hizo un dibujo de todos nosotros, cual calaveras,
sobre una cruz: era increible; nos gusto tanto que lo usamos para la tapa de Appetite y Axl
se lo tatuó en uno de sus brazos. Era un diseño lo suficientemente bueno en tanto no
estabamos contentos con aceptar la derrota y hacer lo que se nos pidio, pero terminamos
con algo nuevo y que, realmente, nos encanto. De paso, te cuento que la primera edicion del
disco con la tapa original es un elemento de colección.
Como tengo cierta habilidad para el dibujo, siempre estuve muy involucrado en el diseño
de arte de la banda y sus posters. Recuerdo el dia en el que tome unas cuantas revistas del
tipo “Guns & Amno”, cuando trabajaba en el puesto de diarios, me puse a buscar en ellas y
encontre el arma perfecta para copiar y armar nuestro logo. Me lleve el dibujo a casa pero,
al principio, no sabía como enlazar todo. Estaba viviendo con Ivonne en ese momento. Una
noche, despues de que ella y su madre se fueran a descansar, estaba sentado en la mesa de
la cocina cuando tuve la idea: tome la foto del arma y la dibuje a mano alzada; luego dibuje
otra, atravesada; y le enrosque rosas alrededor. Este simple dibujo gustó y se convirtió en el
logo de la banda.
En cuanto nos pusimos de acuerdo con la nueva cubierta, quise ir a New York a supervisar
el arte del disco en su totalidad, como asi tambien conocer a las personas encargadas de
promocionar y comercializar las remeras y a nuestro nuevo gerente de contrataciones, Bill
Elson en ICM. Iba a ser un viaje agitado... 
En ese momento estaba saliendo con la actriz porno Lois Ayres, cuyo trabajo apreciaba
mucho y mientras que la shockeante naturaleza de su performance disuadia a sus
pretendientes, yo me sentia intrigado por él. De un modo u otro, nos encontramos en L.A y
estuve viviendo con ella un tiempo. Cuando yo tenia programado un viaje a New York,
justo sucedia que ella tambien tenia que viajar ya que debia cumplir con algunas
presentaciones como invitada en un par de clubs de desnudistas en Square Garden. Tenia
reservas en el Milford Plaza en Eight Avenue y Forty-fifth Street, asi que yo me quedé con
ella cuando arribé a la ciudad.
Al segundo día, Louis me despertó a las 7 a.m.
Ring! Ring!
Ring! Ring!
Levanté el telefono y luego volví a colgarlo
Ring! Ring!
Ring! Ring!
Obviamente el telefono no iba a deternerse.
“Sí? Que?!”, grité
“Buenos dias, señor. Aquí hay un tal Todd Crew que necesita verlo”, dijo la voz. Está bien
si lo envio a su habitación?
“Uh...si, claro...seguro”, dije de un modo titubeante. No tenia idea qué podría querer Todd a
las siete de la mañana; nada menos que en New York.
Aparentemente un amigo actor lo habia invitado a ir, a ultimo momento, ya que necesitaba
salir de Los Angeles, por su propio bien: Todd y su novia, Girl se habian separado, lo que
era un gran dilema –esos dos habian estado juntos muchos años y eran, mas o menos, como
un mismo ser. Tambien sus compañeros, no sólo lo habian echado de la banda, porque
odiaban la idea que Todd pasara tanto tiempo con nosotros -pronto fue reemplazado por
Sam Yaffa –de Hanoi Rocks- sin mayor discusion- sino que se habian quedado con todos
sus instrumentos y equipos, y se negaban a devolverselo.
Lo menos que puedo decir es que Todd no se sentia para nada bien. Aparecio en la puerta
de la habitacion, muy borracho, sosteniendo litro de vodka mezclado con jugo de naranja,
disimulado en una botella de ‘Seven-Up’ –soliamos llamar a esta bebida ‘Toad Venom’-.
Ese dia, yo tenia un monton de reuniones programadas, a partir de las 10 de la mañana, en
diferentes puntos de la ciudad; pero notaba que tambien Todd necesitaba cierta atención:
Girl no respondia sus llamadas, se habia quedado sin banda, y de ninguna manera iba a
dejarlo solo.
No tuve opcion; lo llevé a todas las reuniones, lo que fue un esfuerzo extra. Unas pocas
cuadras de distancia habia entre los puntos de encuentro de una y otra reunion y planeé ir a
pie a cada una de ellas –era un largo camino para recorrer pero para mí, estaba bien-
Era un dia propio del mes de Julio; el calor era agobiante. Bajo estas condiciones, Todd
insistio en que antes de ir a las reuniones, lo acompañara hasta Western Union –a diez
cuadras de distancia del primer destino- para conseguir algo de dinero; él estaba tan
angustiado que acepté su propuesta y hasta el dia de hoy, hubiera preferido no haberlo
hecho: si me hubiera rehusado a ir a Western Union con él, todo hubiese terminado de otra
manera porque Todd no habria contado con dinero para gastar.
Salimos a la calle y tomamos el camino a Western Union; y como recien te dije, Todd ya
estaba desvastado en ese momento: se desmayaba en cada parada que debimos hacer para
dar paso a los autos; yo trate de sostenerlo pero Todd era mas alto y mas grandote que yo,
traté de guiarlo para cruzar pero se caia en el medio de la calle, mientras un monton de
gente queria irse rápidamente a trabajar, ya que eran las ocho de la mañana; él yacia en el
suelo y la gente le pasaba por al lado, esquivándolo. De esta manera, paso a paso, llegamos
a Western Union y Todd tomó su dinero; luego fuimos a mi primera reunion en Geffen;
arribamos 10 minutos tarde.
Deje a Todd en el palier del edificio y estoy seguro que la secretaria en ese momento,
todavia lo recuerda. Se quedo dormido en el sillón a los 10 minutos de estar bajo el aire
acondicionado, asi que deje este grandulon pelilargo, con tatuajes roncando allí y asustando
a todos lo que, desafortunadamente, tuvieron que esperar en ese lugar, ese dia, junto a él.
Cuando la reunion termino y era hora de irme, dos asistentes tuvieron que cargar a Todd
hasta el ascensor. Este pequeño descanso mejoro un poco su estado; sólo un poco. Fue
trabajoso transitar con él por la calle –era un tipo dificil de maniobrar- pero asi y todo, lo
lleve a todas mis reuniones: una en Brokum para discutir el tema de las remeras y la otra en
ICM, mientras arrastraba un bajista borracho conmigo, actuando como si fuera un elefante
invisible en la oficina y nadie hacia mención a él; era como el policia de “Up in Smoke”,
que en el medio de la ruta trataba de dar instrucciones a uno de los personajes mientras el
otro se drogaba alevosamente, en su cara.
Casi al mediodia, las reuniones ya habian terminado. Todd habia recuperado un poco más
la coherencia, pero definitivamente necesitaba dormir una siesta, asi que pense llevarlo a
Central Park y resolver el problema –al menos podria dormir la mona en el pasto, bajo el
sol-. Me las arregle para ayudarlo a llegar hasta ahí y justo cuando estabamos por entrar al
parque nos encontramos con tres musicos de Los Angeles que ambos conociamos. No
recuerdo por qué estaban en New York pero querian que los acompañaramos hasta el barrio
Alphabet City a comprar heroína. Todd estaba dispuesto a ir con ellos, pero yo no lo
dejaria; ya habia pasado un tiempo en ese infierno y no queria volver allí, de modo que la
idea no me interesaba en lo más minimo; ademas, ya tenia antecedentes y correr el riego de
que me arrestaran de nuevo, simplemente no valia la pena.
Logre mantener mis demonios a raya sugiriendo comprar una botella de Jim Beam y dar un
paseo en carruaje por el parque; y eso fue lo que hicimos. Era una escena por demas
extraña: Todd, estos tres rockeros con aire gotico, tatuajes y piercings, y yo haciendo
turismo por Central Park en temporada de verano. Lo completamos con un par de pizzas y
luego, una ronda de bebidas el Dive Bar de la zona. En la segunda ronda, resurgió el tema
de la heroína; hice todo lo que pude para poner frenos al asunto pero fue inutil; no me
hicieron caso. En este punto, mis problemas personales pasaron a un segundo plano; sólo
me preocupaba por el bienestar de Todd: No me gusto cómo lo vi esa tarde e hice todo lo
posible para evitar que empeorara. Todd consumia heroína pero no era tan experimentado;
incluso si lo hubiera sido, él no estaba en condiciones de andar jodiendo con drogas. Como
dije, perdi por unanimidad: Todd arregló que ellos fueran a comprar la droga por nosotros
asi yo no corria riesgos de ser arrestado. A decir verdad, yo tambien queria consumir. Nos
fuimos a un bar del centro de la ciudad, ubicado en East Village, sobre St. Mark’s Place, y
aguardamos mientras ellos fueron por las drogas.
Terminamos todos juntos en la casa de un amigo de nuestros amigos, llamado Chosei
Funahara, que era el bajista de Plasmatics. Estreché su mano pero no tuve oportunidad de
hablar con él porque Todd estaba tan desesperado por obtener su parte, que pasó al baño a
los dos minutos de haber llegado al departamento. Yo era bastante cauteloso con este tipo
de cosas, porque nunca sabés qué obtendrás cuando compras drogas en la calle –siempre
tenes que ser muy cuidadoso. En realidad, no queria consumir eso pero probé un poco y
despues de notar que era muy suave, preparé una dosis para Todd y para mi.
Nos quedamos un rato allí y armamos planes para encontrarnos más tarde en mi hotel;
luego Todd y yo nos retiramos. Era el atardecer cuando llegamos al Times Square, y
mientras recorriamos la calle de los cines, y miraba las marquesinas, decidi ir a ver “Jaws”
en 3D. Todd acepto acompañarme, despues de todo, lo único que él queria hacer realmente
era beber mas y mas alcohol. Compramos un pack de cervezas y las ingresamos a
escondidas en el teatro –esto puede sonar extraño en estos dias, pero en 1987, el Times
Square de New York era un lugar muy particular: era el único cine que no mostraba
pornografia y el único cine que no le hubiera negado la entrada a dos muchachos que traian
su propia cerveza.
“Jaws” en 3D no fue una buena pelicula; y tampoco lo fue esa dosis de heroína. Casi en la
mitad de la pelicula, pude notar que no me sentia ‘drogado’ y que habia bebido dos o tres
botellas de cerveza, y que Todd se habia tomado todas las demás, una detrás de otra. Luego,
abandono la sala para llamar por telefono a su novia; estuvo afuera por un largo tiempo y
creí que era una buena señal –quiza estaban arreglando sus cosas-. Desafortunadamente,
éste no era el caso: cuando termino la pelicula encontre a Todd junto a la cabina telefonica,
totalmente deprimido porque Girl lo habia rechazado, aparentemente, de una muy mala
manera.
Lo lleve a cuestas hasta mi hotel, haciendo todo lo que pude para que mejorara y esperando
que se calmara. Todd estaba muy angustiado pero despues, logre tranquilizarlo; se recostó y
poco a poco fue quedandose dormido. Ahí fue cuando golpearon la puerta nuestros amigos
de Central Park, que tenian todo preparado para consumir heroína y pasar un par de horas
con nosotros. De repente, Todd mejoro y estaba ansioso por aceptar la idea. Fue otra batalla
perdida, porque yo tambien me sumé a la reunion y me inyecté casi la totalidad de mi
porcion porque tardaba en hacer efecto. Al mismo tiempo estaba vigilando a Todd para
asegurarme que no se diera de más, porque habia estado bebiendo en exceso por casi 18
horas. No puedo decir con seguridad qué paso despues pero estoy casi seguro que alguien
más lo inyecto mientras yo no estaba observando; alguien más de los que estuvieron allí esa
noche. Lo que yo le dí no era lo suficientemente fuerte para causar lo que sucedió.
Una hora despues –mas o menos- de que llegaron estos tipos, Todd se paró en el medio de
la habitacion, como apoyandose en uno de sus lados y luego, colapsó. Respiraba muy
despacio, no respondía, asi que lo lleve a la bañera y lo mojé con agua muy fria. Lo sacudí,
lo abofeteé; hice todo lo posible para que se despertara; todo esto mientras los otros se
rearmaron y se retiraron de la habitacion sin pronunciar palabra.
Ahí estaba yo, con mi mejor amigo, Todd en mis brazos, en la bañera. Estaba deseperado,
al borde de la locura. Anteriormente habia tenido sobredosis pero nunca habia visto a
alguien con sobredosis, mucho menos lo habia tenido arriba mio como en ese momento;
nunca habia lidiado con una cosa así. Hice todo lo que pude para que se mantuviera
consciente. Estaba confundido porque habia consumido casi el doble de sustancia que
Todd,-por lo que me enteré- y ni siquiera me sentia ‘drogado’; entonces comencé a
preguntarme qué otra cosa tendría en su cuerpo, que yo no sabía. 
No sabía que carajo hacer. De pronto, Todd volvio en sí: no estaba del todo consciente,
pero respiraba y por un instante sus ojos parecian hacer foco; me miro y luego obsevó
alrededor. Su respiracion se normalizó y volvi a sentirme bien. Lo sequé y lo lleve hasta la
cama.
Me quedé a su lado, mirandolo respirar y despues llamé a nuestros amigos en comun para
contarles lo que estaba pasando, y tambien como una forma de calmarme un poco. Tambien
me comuniqué con la unica persona que conocia en New York y en la que confiaba lo
suficiente como para confiarle esto: una chica llamada Shelley que trabajaba con Bill Elson
en ICM. Estaba dialogando con Shelley y observando con atencion a Todd, cuando de
repente dejo de respirar. Solté el telefono, lo sacudí nuevamente, lo abofeteé mientras lo
sostenia, golpeé su pecho -de la desesperacion-, pero no respondía. Llamé al 911, luego
eche un poco de agua sobre él pero nada funcionó. No lo pude salvar: Todd murio en mis
brazos, a los 21 años de edad. Estaba emocionalmente desbordado: miedo, panico,
ansiedad. Todo. Y donde carajo estaban los paramedicos?
Cuando llegaron al hotel, despues de 40 minutos, ya no tenian nada qué hacer. Subieron a
la habitacion y observaron a Todd como si fuera una bolsa de basura.
“A la mierda!” dijo uno de ellos, con un tono de voz demasiado elevado para mi gusto.
“Que es esto?!”
“Sí, ya sé” el otro respondio. Esto es estupido; este tipo lleva un rato muerto”
“No se para qué nos molestamos en venir hasta aca...menos mal que no nos apuramos en
llegar”
Se llevaron el cuerpo y me dejaron en la habitacion junto a su billetera, las botas de cowboy
y demas pertenencias de Todd. Cuando estaba empezando a captar lo que habia pasado,
llego la policia. Me interrogaron, jugaron el rol de policia bueno – policia malo. Me
preguntaron dónde consiguió la droga, y dónde estaba la jeringa. Se acomodaron en dos
habitaciones del hotel, separada una de otra y me tuvieron de aquí para allá por casi 3
horas. Cuando terminaron el interrogatorio y estaban satisfechos con mi declaración, me
dijeron que tenia que presentarme al otro dia, las ocho de la mañana, en la estacion de
policia para firmar unos papeles y así poder retirar el cuerpo.
Ese testimonio solamente, era demasiado para mí; en cuanto se retiraron los policias, salí a
la calle y me sente en la vereda con la espalda apoyada en la pared del hotel. Pasé horas
preguntandome qué habia pasado, cómo habia sucedido todo esto y vi salir el sol antes de
encontrar respuesta a mis preguntas. Era hora de despegarme de la vereda y volver al hotel.
Nunca en mi vida habia estado tan desorientado. 
La estacion de policia estaba tan destartalada y desorganizada como la de “Barney Miller”:
Me presenté allí y firme lo que fuera que tuviera que firmar -papeles y fichas tan
impersonales como los formularios de equipaje perdido-; luego, volví al hotel, muy
aturdido.
Lois todavia no habia regresado desde la noche anterior; asi que me recosté. Mientras
estaba en la cama, escucho un golpe muy fuerte en mi puerta -no era la mucama; esto era
algo serio-: el gerente y el guardía de seguridad del hotel aguardaban detrás de ella, para
decirme no sólo que Lois no regresaria sino que se habia excedido en la cuenta y que el
hotel no tenía intencion alguna de seguir contandome entre sus huepedes y necesitaba dejar
la habitacion.
Volví a mi lugar en la calle, y despues de un rato, sin saber a quién mas llamar, llamé a
Alan. Él arregló con Shelley para que fuera a su casa a descansar un poco. Estaba exhausto,
asi que apenas llegué allí, me quedé dormido. Acto seguido, supe que Alan fue a la casa de
Shelley para asegurarse que estuviera bien y que regresara a Los Angeles sano y salvo. Le
estoy tremendamente agradecido por esto, porque realmente no me encontraba en el mejor
de los momentos; estaba como anesteciado, aturdido, paralizado.
Fue lo peor que me habia pasado hasta ese momento; o lo peor que me paso en toda mi
vida. Todd era mi mejor amigo y habia muerto. Pero esto no terminó ahí. Cuando fui a San
Francisco para el funeral tuve que soportar ser señalado por su familia y amigos integrantes
de la banda –obviamente estaban muy angustiados- como el responsable de su muerte. El
hermanastro de Todd y Del James eran amigos –él me conocia y tambien pensaba que yo
era culpable. Todo se puso realmente feo. Incluso la familia de Todd contrato un
investigador privado para que me vigilara por un tiempo. Asi que, mientras todos haciamos
nuestro duelo, tuve que luchar con una enorme nube de acusaciones injustas porque, al final
yo fui el único que hizo todo lo posible por mantener vivo a Todd. 
Fue un gran llamado de atencion: No sólo estuve cara a cara con la realidad del estilo de
vida voraz que tenia, sino que tambien aprendí que vivir tan abiertamente y abrirte a las
personas –incluso a las que más confias- y ser sincero con ellas, te vuelve vulnerable y te
convertis en un blanco fácil para todos, hasta para los que mejor te conocen.

CAPITULO 8:
UN BUEN COMIENZO
Puedo decir una cosa acerca de lo más destacado de 1987, en terminos musicales: ese
año tuvo el estereotipo de los 80 más que el resto de las decadas, todas juntas.
En 1987, “Livin on a Prayer” de Bon Jovi paso desde el 14 de febrero hasta el 7 de
marzo en el puesto numero uno en los charts –estuvo allí más semanas que cualquier
otro single en el año.
En 1987, Whitney Houston se convirtio en la primera artista solista femenina en tener
un album debut en el puesto numero uno. Robert Palmer gano el Grammy en el rubro
‘Mejor interpretacion masculina de Rock’ por “Addicted to love” y ‘Eurythmics’, en
el rubro ‘Mejor interpretacion de un grupo de Pop’ por “Missionary Man”.
“Dirty Dancing” y “Three Men and a Baby” fueron las peliculas del año y todas las
canciones que se escuchaban en la radio eran empalagosas y super producidas: Who`s
that girl? de Madonna, “Big Time” de Peter Gabriel, “Back in the High Life Again”
de Steve Wirwood. La industria discografica estaba plagada de malas ideas en 1987;
ya se utilizaban CDs pero los poderosos decidieron que los cassetes ‘single’ serian el
futuro, entonces lanzaron en este formato ‘Heart of the Night’ de Bryan Adams, que
resistió el paso del tiempo de la misma manera que lo hicieron los cassetes ‘singles’.
Y si hablamos de Hard Rock en 1987, “Permanent Vacation” marco el regreso de
Aerosmith a los escenarios, pero “Rag Doll” y “Dude (looks like a lady)”, las
canciones más reproducidas en las radios, eran debiles; les faltaba fuerza. Tambien
estaba “Here I go again” de Whitesnake, “Alone” de Heart, “Once Bitten” de Great
White, y Billy Idol con el cover de “Mony, Mony”.
En el medio de todo esto aparecimos nosotros. Ni Guns n Roses, ni Appetite for
Destruction encajaba en los moldes preexistentes, en el paisaje musical de 1987. Por
mas que tuvieramos un disco en la calle; esto era como síempre lo fue: teniamos que
hacer nuestro propio espacio.

Appetite for Destruction fue lanzado al mercado el 21 de Julio de 1987, con muy pocos
bombos y platillos. Para ser amable, dire que era un hit en el circuito underground; tuvo
muy pocos seguidores y todo se fue transmitiendo de boca en boca, como el disco de
Metallica “Kill ’em All”. Ganamos nuestros primeros fans a partir de The Cult, luego que
su lider, Ian Astbury –que nos habia visto tocar en Marquee, en Londres; y que luego de
unos años me dijo que él supo desde un primer momento que seriamos una banda
importante- nos contratara como banda soporte durante los dos meses que duraba la parte
norteamericana de la gira de promocion de su disco ‘Electric’.
Ese album fue producido por Rick Rubin y significó para la banda, el alejamiento de sus
raices goticas. Tenia sentido que quisieran una banda de hard-rock como Guns n Roses en
su gira porque ‘Electric’ sonaba como si hubiera sido grabado en 1973. The Cult tenia
muchos seguidores alrededor del mundo en ese entonces y, aunque ‘Electric’ seria el album
que los llevaria a la fama, no pegaron tanto en America. Habia escuchado el disco por la
chica con la que dormía en ese tiempo –las chicas eran buenas averiguando qué era ‘cool’
en ese momento porque parecian estar al tanto de los nuevos discos de cada día-.
Antes de irnos de gira con The Cult, filmamos el video de “Welcome to the Jungle”, que
era primero que haciamos. Se filmó en dos dias. El primer dia hicimos las tomas
individuales: Axl bajando del bus, Izzy y Duff en la calle, etc. Si pestañeas, probablemente
te pierdas mi actuacion: Soy el borracho sentado en la vereda que sostiene una botella de
Jack Daniels escondida en una bolsa de papel madera. La locacion elegida para esas
escenas fue La Brea, en el frente de un pequeño local que el director, Nigel Dick habia
encontrado. Yo estaba acostumbrado al largo y arduo proceso de filmar videos: fui extra en
un video de Michael Schenker, de una cancion de su album ‘Assault Attack” en 1982.
En el curso de la tarde, mientras esperaba mi señal para grabar, me agarré tremenda
borrachera. Me parecía tan aburrido el constante ciclo de ‘apresurarse y esperar’-que es
comun en cualquier fimacion, ya sea un video o una pelicula- que cuando finalmente ellos
estaban preparados para rodar mis escenas, no tuve que actuarlas, ni posar; ese video
capturó el estado real en el que me encontraba en ese instante. Pasado un minuto del
‘corten!’ del director, me peleé con nuestro manager, Alan Niven: el por qué, no lo
recuerdo; tampoco él. Me enojé con Alan y discutimos; luego terminé vagando por la
ciudad, a la noche y haciendo dedo quién sabe hasta cuándo.
La noche siguiente, filmamos en el Park Plaza Hotel, donde estaba situado el Dale Gloria’s
Scream Club. Dale es una celebridad en la noche de Los Angeles que ha sido dueña de gran
variedad de clubs; Scream es el más legendario. Este segundo día sería, nuevamente, un
largo proceso, pero al menos, hicimos las tomas de la banda tocando en vivo. Fue todo un
acontecimiento: primero tocamos en el set a puertas cerradas, luego hicimos ingresar al
publico y volvimos a interpretar la cancion tres veces más, sin parar; fue muy divertido. Y
eso es todo; asi fue como filmamos nuestro primer video.
Uno o dos dias despues –quiza, una semana-, empezamos la gira con The Cult: Duro dos
meses, Agosto y Septiembre, y recorrimos Canadá, la costa oeste y el sur de los Estados
Unidos. Esa gira estuvo buenisima; no paso nada de lo que usualmente sucede cuando la
banda principal, premeditadamente, sabotea a la banda soporte, perjudicando su sonido asi
cuando fuera su turno de subir al escenario, la banda principal causara mayor impacto. Creo
que The Cult esquivó este problema al elegir una banda de Los Angeles, de la que nadie
sabia demasiado. Fuera lo que fuera, hubo gran camaradería entre ambas bandas. Ian y Axl
se llevaron muy bien, y Duff y yo salimos bastante con Stephen “Hagus” Harris. Asi y
todo, no estoy seguro que supieran en que se estaba metiendo cuando nos contrataron. Pero,
con certeza, puedo decir que esta pequeña excursión confirmo mi pasion por las giras. Fue
un comienzo bastante pobre pero inició mi perdurable historia de amor con la ruta –todavia
sigo siendo un irremediable perro callejero-.
Otro patron que se mantuvo a lo largo de mi vida se asento tambien en esta epoca:
abandoné la heroína como un habito diario y comencé una lenta transicion hacia la bebida.
Ahora que estabamos trabajando, previsiblemente reemplacé una adicción por otra; asi que
deje las drogas y empece a empinar el codo. Fue inocente de mi parte el pensar que era muy
valiente por haberme desintoxicado por mis propios medios y que no tenia ningun
problema de adiccion; la realidad era que yo no habia cambiado en lo más minimo; sólo
reemplacé una sustancia ilegal por otra legal, ya que el alcohol era aceptado por todos. Se
esperaba una faceta como ésta en la vida cotidiana, en el ambito del rock, porque si bebía
mucho pero no me picaba, todos aquellos que formaban parte de mi entorno lo aceptarian
sin problemas. Como iban a saberlo ellos?!
De ahí en adelante, exceptuando algunos incidentes aislados, pasaron varios años antes de
volver a tener problemas serios con la heroína. Lo más interesante es que en ese interin, mi
punto de vista con respecto a esta sustancia cambio drasticamente: poco tiempo despues fue
como si no la hubiese probado nunca. De alguna manera, me olvide totalmente y perdí todo
interes en ella, incluso cuando la gente a mi alrededor consumia en mi presencia. Aún hoy
no lo entiendo. Tóme la bebida como una forma de estar constantemente drogado –si vale
el término- aunque siempre estuve muy atento a no exceder mis limites antes de salir a
tocar. 
Hace mucho tiempo, alguien me dijo que el mejor remedio para la resaca es otro poco de
alcohol –es como aplicar sobre tu herida, el pelo del perro que te ha mordido y dejado la
herida. Esa se volvio mi filosofia de vida, porque realmente funcionaba; el unico problema
era que durante este periodo, estabamos siempre de fiesta y esto se volvio un ciclo que se
repetia una y otra vez: cada dia me despertaba con resaca, entonces me preparaba un trago,
y luego bebia en la fiesta de esa noche. En un santiamen, las fiestas se volvieron turbias:
bebia toda la noche hasta la mañana, luego de la mañana a la noche siguiente, y luego de la
noche siguiente a la mañana del otro dia. No habia un solo día en el que no bebiera porque
generalmente teniamos fiestas todos los dias; y se volvio parte de mi rutina diaria.

Durante la gira con The Cult, nos hopedamos en hoteles más baratos que ellos, pero esto no
nos impidio causar estragos en los suyos. Bastante seguido, la noche terminaba con Duff y
yo siendo echados, ya sea por el personal del hotel o por la mismisima banda, y ambos
teniamos que enfrentar el desafio de volver a nuestro hotel, dondequiera que estuviera.
Una noche, estaba tan borracho que me dormí en el sofá del salon principal del hotel donde
se hospedaba The Cult y Duff me dejo allí. Me desperté como a las cinco de la mañana,
luego haberme orinado encima mientras dormía. Para peor, no llevaba conmigo las llaves
de mi habitacion y no tenia idea dónde quedaba nuestro hotel. El personal de ese hotel no
me ayudo en lo más minimo, probablemente porque estaba empapado en meos y olía muy
mal. Me dirigí al exterior del hotel a resistir el invierno canadiense. Hacia mucho frio y
empecé a deambular, esperando encontrar el camino. El unico hotel que vi al salir a la calle
estaba bastante lejos, pero afortunadamente para mí, ése resulto ser nuestro hotel; y aún
tuve más suerte de haber estado usando mis pantalones de cuero, porque sino me hubiese
congelado más de lo que realmente lo hice. Es un beneficioso efecto colateral de los
pantalones de cuero: si te haces pis encima mientras los usas, resultan ser más ductiles y
confortables que los jeans. 
Estaba tan contento de estar de gira por cualquier lugar con un motor home de verdad, sin
importar cuan feo o poco confiable que fuera. Como banda, eramos como el equipo de las
peliculas de deportes: los subestimados, los menospreciados que estaban en desventaja:
teniamos equipos precarios de menor calidad, y algo de ropa en un bolso, pero suficiente
valor como para ganar el campeonato- eramos la version rockera de “Slap Shot”. Incluso
tocamos en canchas de hockey sobre patines en Canada: El tour empezo en las provincias
del este y siguió por la costa oeste de Canadá; despues recorrimos el noroeste de los
Estados Unidos hasta el sur, pasando por California; luego Arizona y Texas hasta Louisiana
y la region del Delta del Mississippi. Fue un largo camino, una verdadera expedicion.
En Canada, nada nos impactó, pero nosotros impactamos a todos los canadienses. Muy a
menudo, me sentia como si fueramos los Blues Brothers en esa escena en la que van a tocar
al ‘Country Bunker’ y el publico les arroja botellas de cerveza. Nosotros teniamos la misma
actitud que ellos frente al ‘no respaldo’ de la gente cuando nos encontrabamos
inesperadamente en un ambiente hostil; lo cual estuvo bueno...porque lo hicimos varias
veces.
Incluso cuando no lo hicimos, los canadienses nos miraban de manera extraña en cualquier
lugar donde nos presentaramos. Nosotros pensabamos que eramos normales, pero puede
notar claramente que para esta gente –y para otra gente tambien-, nuestra forma de proceder
no era normal, en absoluto. Eramos un par de maleducados que pensaban que lo sabian
todo y que en realidad, no sabian nada. Imagino que The Cult nos veia como una maquina
inestable e imprevisible: eramos interesantes para algunos de ellos porque teniamos un
timbre único; pero tambien eramos una maquina que podria derrapar en cualquier
momento.
El cantante y lider de The Cult, Ian Astbury se divertía mucho al ver lo explosivos que
eramos; el disfrutaba eso; para él, eramos como fieras voraces y todas las demas cualidades
que los rockeros experimentados anhelan o envidian. Ian tenia razon: eramos eso y mucho
más –eramos como una M80 en una lata de Coca-cola.
El guitarrista de The Cult, Billy Duffy, por otro lado, era indiferente: no le interesabamos o
simplemente no creía en nuestra postura. De todos modos, la mayoria de las veces, pasaban
un rato a ver el numerito que montabamos.

Nos subimos al escenario cada noche e hicimos nuestro show, pero la verdad es que nunca
me sentí satisfecho con esas presentaciones. Todavia no teniamos entidad suficiente como
para hacer giras; todavia no eramos profesionales experimentados en el tema y eso me
mortificaba. Quizá eso nos hizo entretenidos, porque nos sentiamos muy perdidos. Salimos
a afrontar una gira sin tener experiencia; sólo contabamos con lo basico: algunos equipos,
los instrumentos y un manojo de canciones para tocar frente a un público que jamas habia
oido de nosotros. Creo que sólo nosotros sabíamos que Guns n Roses habia grabado un
disco y que ya estaba a la venta.
Tocamos en canchas de hockey sobre patines, teatros y varios festivales pequeños –como
una banda más de la lista-. Y por mas feliz que estuviese por estar de gira y pensar que era
lo mejor que nos pudiera suceder, no pude superar el hecho que no fue tan bueno como
debió ser. Nunca lo fue porque nuestra presencia en un escenario tan extenso no era
adecuada; no estabamos a la par algo asi; esto nos quedaba grande. Quizá estoy siendo
demasiado critico, pero soy asi. Definitivamente, ser critico es parte de mi carácter.
No pude cancelar esos shows como –me imagino- lo hubiera hecho Sex Pistols.
Me sentí como ‘de vuelta en casa’ cuando llegamos al Long Beach Arena. Recuerdo haber
ido muy tarde la noche anterior y mirar el edificio y quedar deslumbrado. Habia visto a
Ozzy, AC/DC, Black Sabbath, Judas Priest, Billy Idol, y muchos más; y por mucho tiempo
he pensado que tocar allí, significaba que finalmente habias llegado a la cima.
Incluso vi a Ratt contra mi voluntad: como ya te dije, Yvonne habia salido con el cantante
de la banda, Stephen Pearcy, un tiempo atrás, cuando todavia la banda se llamaba “Mickey
Ratt”. Cuando ella y yo estabamos juntos, este grupo era el principal, encabezaba la lista y
ella estaba tan orgullosa por esto, que nosotros teniamos que ir a toda costa, aunque él fuera
un tremendo idiota. Estaba encantada con que Ratt hubiese llegado allí; Ratt paso de vivir
todos juntos en un departamento barato a encabezar en el Long Beach Arena. Y ahora era
mi turno, y no puedo mentir; cuando conseguimos ese show, senti una tremenda sensacion
de ‘tarea cumplida’ o ‘ser exitoso’. 
Para una banda grande, famosa, acostumbrada a las giras, desde una perspectiva amplia,
tocar para aproximadamente 5.000 personas en Long Beach Arena, no significa nada –pero
para nosotros era muy importante; ese concierto era todo.
Hubo una bienvenida tambien. Ingresamos al estadio y estacionamos el bus en la calle del
hotel. De alguna manera, pudimos elegir dos chicas que estaban en la vereda y unos chicos
las subieron a la parte trasera del bus. Luego nos registramos en el hotel y recuerdo que
estaba tomando un trago, de a sorbos, mientras miraba en frente, al estacionamiento del
estadio donde se erijia el tremendo Long Beach Arena, de proporciones titanicas.
Al dia siguiente, llegaron nuestros amigos desde Los Angeles y cuando subimos al
escenario, nos prestaron mucha más atencion que todo el publico canadiense junto.
Fue barbaro el recital. Tambien fue bueno estar en casa de nuevo...

Tomamos bastante naturalmente la rutina de la gira. Nos adaptamos rapido y pasamos la


prueba sin demasiado esfuerzo. 
Cuando llegamos a Arizona –creo que era Arizona-, tuvimos nuestra primera experiencia
con ‘groupies’, pero no de la clase que quieren acostarse con vos porque eran tus fans –ya
habiamos tenido nuestra racion de ellas cuando pasamos por Los Angeles. Éstas eran
groupies de bandas en general –de la tuya, de la otra, de todas-, siempre dispuestas y a tu
servicio, o al de cualquiera de sus integrantes, en igual medida. 
En general, las groupies tenían entre 17 y 22 años de edad; si rondaban los 25, ya tenian
bastante experiencia –quizá demasiada- y tambien estaban las mayorcitas que –por más
bizarro que suene- incluian a sus hijas en el combo. Pero de algun modo, era más
comprensible ser groupie en las afueras de la ciudad que en Los Angeles; porque donde
vivian estas chicas, la cultura era minima (o habia muy poca cultura) y dedicaban su vida a
obtener la mayor cantidad posible de ella, cuando pasaba por el pueblo. Era casi respetable
su actitud.
Cuando no estabamos actuando, Axl se recluía en el sofá del motor home, para descansar la
voz y dormir. Cuando a veces teniamos dias libres, él tambien se quedaba allí durmiendo en
vez de registrarse en el hotel; pero así y todo, frecuentemente salia con nosotros, y esto
siempre era bueno.
Todo estaba realmente muy bien en este punto de la historia; veamoslo de esta manera:
saliamos al escenario a horario, y habia gran camaraderia –como la de cualquier grupo de
jovenes que viajan juntos-... no era gran cosa pero estabamos todos bastante contentos hasta
que el compresor del vehiculo se rompio y nos quedamos sin aire acondicionado, en el
medio de Texas. Mientras estabamos sentados allí, sudando como locos, se nos ocurrió que
debia haber un curso de cómo viajar de la forma que lo haciamos nootros; a ese nivel.
West Arkeen vino a Texas por unos dias, lo que llevo a nuestras fiestas al siguiente nivel, a
pesar de las condiciones climaticas en el bus –similares a las del desierto de Sahara-. Luego
de los tres o cuatro dias que paso con nosotros, West parecia la sombra de aquel que habia
llegado dias antes. Calculo que habría adelgazado mas de tres kilos de tanto sudar. Luego
tuvimos tres dias libres en Texas, en un Resort hotel en el medio de la nada; ahí fue cuando
despedimos al chofer y al manager de giras, a quien llamaremos “Cooper”.
Cooper era todo un personaje: siempre usaba boina y conducia un Lotus amarillo. Era
ingles, extremadamente delgado y fornido. Su comportamiento era algo nervioso o alterado
–creo que era por la cantidad de cocaina que tomaba-. El problema con Cooper fue que se
volvio tan egocentrico como una estrella de rock y se olvido que era nuestro manager de
giras.
Nos hartamos de que Cooper llevara a las chicas que seleccionabamos para nosotros a su
cuarto usando cocaina como anzuelo y las mantuviera ilusionadas con la idea de que
alguien se acostaria con ellas. Incluso nos mentiría cuando llamabamos a su habitacion para
saber dónde estaban, y él diria que ya se habian ido y le creimos hasta el dia que entramos
todos juntos, como una tromba, a su habitacion y lo agarramos con las manos en la masa.
Tambien tenia la mala costumbre de prometernos a Izzy y a mi, un gramo de coca si nos
levantabamos temprano a hacer entrevistas; primero nos daria un poquito para probar, pero
en cuanto terminabamos la entrevista en la radio o por via telefonica, y le pediamos el resto,
casi siempre intentaba retractarse de la promesa. Eso era una estupidez; algo que no debias
hacer con nosotros porque si nos prometias droga y despues no la dabas, eramos la clase de
personas que te dariamos una paliza, te moleriamos a palos, te partiriamos la cabeza.
El colmo fue cuando Alan le pidio a Cooper que se ocupara de la banda y simplemente se
atrasó y llegamos al show demasiado tarde. Se mandó una gran cagada y fue la última de él
siendo manager de giras de Guns n Roses: Alan despidio a Cooper y al chofer de una sola
vez. Ambos se fueron. Lo proximo que supimos fue que Cooper andaba vendiendo guias
telefonicas puerta a puerta.
Me impresiono la forma en la que Alan echo a Cooper; asi no mas, sin dar demasiada
explicacion –ahí me di cuenta que él era alguien serio. Ese fue un ejemplo de la postura
dominante, posesiva, sumamente protectora y paternal que tenia para con nosotros. Era
reconfortante tener cerca a alguien así, porque nosotros eramos tan rebeldes, conflictivos, y
descuidados que alguien tenia que preocuparse por las cosas importantes.
Alan estuvo bien al hacer estos recortes; pero la realidad era que despues de varios dias,
necesitabamos ir a hacer el proximo show a Houston y no teniamos ni manager de giras ni
chofer; asi que debiamos buscar inmediatamente algun medio de locomocion. No recuerdo
qué hicieron los demas, pero Duff y yo viajamos con una de las chicas elegidas que tenia un
‘Trans Am’. Todo iba bien hasta que empezó a llover torrencialemente. El auto no tenia
limpiaparabrisas y la lluvia era tan fuerte que tuve que asomarme por la ventana del
copiloto y usar parte de mi cuerpo como escudo y mantener sin agua una de las mitades del
parabrisas mientras escurría con mi brazo la otra mitad para que, al menos, pudiera ver lo
suficiente para conducir en la ruta. 
El concierto en Houston fue buenisimo, y luego recorrimos el Sur. Louisiana era mi
especialidad, tambien New Orleans, con todo su aire voodoo, la religion africana y la magia
negra. Fuimos a un restaurant de comida tipica de la zona de Louisiana donde comí
serpientes cascabel y lagarto especiado. La pase muy bien; he llegado a darme cuenta que
no hay otro lugar donde preferiría estar que en la ruta, haciendo giras y que no me
equivoqué al elegir esta carrera.

En este tour tambien formamos un equipo de trabajo estable que nos acompañaria en las
giras por años: antes del tour habiamos ensayado con Mike ‘McBob’ Mayhew como el
tecnico que guitarra ritmica y bajo. ‘McBob utilizaba su agudo sentido del humor para
recordarnos cual era nuestro lugar en la cadena alimentaria, señalando lo vulgares y
ordinarios que eran los lugares donde nos alojabamos. Tenia mucha experiencia en giras, y
el minimo comentario aquí o allá era todo lo que necesitabamos para que el ‘Shangri-la’ de
nuestra gira fuera un espejismo.
McBob ha estado con Duff y conmigo hasta hoy –él trabaja con nosotros en Velvet
Revolver- y luego de todo este tiempo puedo decir que lo más entretenido de tenerlo cerca
es su todavia interminable provision de anecdotas de ruta. Muchas terminan con Mike en el
hospital debido a toda clase de dolencias y heridas que, casi siempre, son autoinfligidas o
un efecto imprevisto de la juerga. Una de las más memorables de su arsenal es cuando se
emborracho a tal punto que cayo de un auto, y quedo arrastrando su cabeza en el pavimento
y despertó en el hospital con una placa metalica en el craneo. A veces acciona los
detectores de metales en los aeropuertos. McBob era como Robert Shaw –Capitan Quint en
‘Jaws’-; allí sentado en la proa de su embarcacion llamada ‘The Orca’, contandonos esas
historias traumaticas de la guerra, como quien arroja una bomba atomica.
Nuestro equipo de trabajo estaba formado por Bill Smith, mi tecnico de guitarras, quien
luego me di cuenta, estaba allí sólo por la cerveza. Era un tipo encantador, le encantaban las
fiestas y solia sentarse a un costado del escenario a mirar el show más que ayudarnos a
hacerlo, detrás de escena. Yo diria que habrá cambiado cinco cuerdas en toda la gira; él
sabia cambiarlas; solo que no lo hacia en el tiempo que debia hacerlo. Gracias a Bill,
aprendí a tocar con más cuidado –trataba de no romper las cuerdas porque si lo hacia, no
sabia cuando recuperaria mi guitarra. Sólo llevaba dos guitarras a la gira, asi que no sabía
qué era lo que le llevaba tanto tiempo. No es necesario decirlo: tuve que reemplazar a Bill.
Pero tomando todo en cuenta, con este equipo de trabajo sumado a nuestra inexperiencia en
la ruta a nivel profesional, este operativo resulto como la pelicula “Bad News Bears”

Existe un motivo esencial para salir de gira, en el que nunca habiamos pensado en aquel
entonces: ignorabamos completamente que la gira se habia planeado para promocionar el
disco; pensabamos que tocabamos por el solo hecho de tocar. Para mí, era trabajar por
trabajar, por tener algo para hacer, porque si no hacia giras, no tenia otro lugar donde estar. 
Estabamos muy metidos en esta nueva experiencia como para pensar en promocionar el
disco cada dia que subimos al escenario pero Alan trato de ver cómo promocionar esto,
quiza tanto, para luego jactarse de ello, como para que dé resultado. 
Alan no estaba haciendo un buen trabajo; tampoco Geffen. Cada noche que tocamos, me di
cuenta –con todo el dolor del mundo- que nadie conocia nuestras canciones, que nadie se
habia percatado del disco en absoluto. Sentiamos que nadie nos escuchaba, que nadie
reparaba en nosotros; pero seguimos adelante con la gira, mas alla de la actitud del publico
y Alan y Tom Zutaut continuaron apoyando “Appetite”. La otra opcion hubiera sido volver
a casa, y no queriamos hacerlo si podiamos evitarlo.
Por casi todo un año, desde Agosto de 1987 hasta cierto punto de 1988, no vimos Los
Angeles por más de un par dias; estabamos de gira en gira. Dias despues de terminar la gira
con The Cult, Alan nos apunto otra por toda Europa, como banda soporte de Aeromith,
junto con Faster Pussycat. 
Esta gira marcaba el regreso de Aerosmith a los escenarios y no habia otra banda que nos
hubiese gustado mas acompañar que Aerosmith; pero no sería esta vez, ya que a ultimo
momento, Aerosmith cancelo sus shows. Entonces, en vez de volver a casa, Alan mantuvo
su postura, y nos subio al bus junto a “Faster Pussycat” y una banda japonesa fenomenal
llamada “EZO”.
Fue el primer tour de “Guns n Roses” como banda principal. Arrancó en Alemania, el 29 de
Septiembre de 1987 en el Markthalle de Hamburgo. Estuvo bueno encabezar, pero tuvimos
algunos problemitas. Una de las bandas que más odiabamos era “Faster Pussycat”; eran la
clase de personas que tratabamos de evitar. El tour tambien fue como un choque cultural:
En Hamburgo todavia se siente la herida de la Segunda Guerra Mundial; en ese lugar tienen
un estrecho punto de vista con respecto a este tema. Era una ciudad industrial oscura; la
sociedad parecia amargada, disgustada; como si hubieran preferido que no estemos allí; si
hubiesen podido, lo habrian evitado.
Ese tipo de ambientes siempre nos inspiró a mostrar la hilacha más de lo normal. Y estos
episodios no tuvieron un final feliz.
Cada vez que entrabamos a un restaurant, todos se daban vuelta a mirarnos y paraban de
hablar. Frente a esta situacion, nos mostrabamos aún más decididos a pedir tragos, fumar, y
comportarnos aún peor que si nos encontraramos en otro ambiente menos hostil.
En esta gira tambien experimentamos con Doug Goldstein como nuevo manager de giras.
Alan lo contrato para cuidar de nosotros.
Recuerdo que llegamos muy tarde a la noche –el dia que tocamos despues de “Faster
Pussycatt”- y a la mañana siguiente, me levanté y fui a la habitacion de Doug a buscar
nuestro pago del dia antes de salir a hacer turismo. En Alemania, y especialmente en
Hamburgo, hay sitios extremadamente explicitos en cuanto al sexo, la pornografia, y la
prostitucion, usualmente en lugares muy faciles de encontrar, en puntos centrales de la
ciudad; y alli fue donde nos dirigimos. No habia visto en mi vida, algo más obsceno. Estaba
muy entusiasmado, alborotado -parecia un niño en una tienda de golosinas-, mostrando a
mis compañeros y al publico en general, revistas con fotos o dibujos dignos de enfermos
mentales –gente con animales, mujeres embarazadas y todo las cosas más depravadas que
puedas imaginarte-; las tomaba con los brazos en alto y decia: “Hey, chicos... Vieron
esto?!. Alguna vez vieron algo semejante?!!!”
Nos alojabamos en el mismo hotel que “Faster Pussycat” y nos encontramos con ellos en el
lobby antes de irnos de paseo ese dia. Diria que fuimos educados, cordiales pero no lo que
yo llamaria ‘amigables’ o ‘simpaticos’. A pesar de nuestra actitud, cuando les informamos
que ibamos a ir a recorrer la ciudad, Mark Michals –el baterista de FP- insistio en venir con
nosotros.
Su banda lucia algo nerviosa. 
‘No, no. Quedate aca con nosotros’, dijo uno de ellos
‘No, esta todo bien... Voy con ellos’, respondio Mark.
‘Francamente, creo que deberias, de verdad, quedarte aca. Nosotros vamos a salir despues,
más tarde’, dijo otro de sus compañeros
‘Si. No, pero esta todo más que bien...de verdad quiero ir con ellos’, replico Mark.
No hicimos nada para alentarlo a venir y mucho menos, invitarlo. Incluso recuerdo a uno de
nosotros decir de repente ‘No...Quedate con ellos’, pero ahí estaba Mark, prendido de paseo
de ese dia con nosotros.
La primera parada fue en McDonalds: Me habia convertido en fan del McRib durante las
grabaciones de Appetite, asi que, para mí, el McRib era ‘alta cocina’. Me alegró verlo en el
menu de Hambugo y, a simple vista, parecian auténticos pero no lo eran: en vez de salsa
barbacoa tenian una extraña salsa marrón. Fue la única comida del día. La razon por la cual
estabamos tan delgados en aquel entonces era porque nunca comiamos, verdaderamente.
En cualquier caso, vagamos durante toda la tarde y al anochecer recorrimos el
‘Reeperbahn’, que abarca linealmente cinco calles y donde puedes encontrar gran cantidad
de burdeles exclusivos para hombres –las mujeres no ingresan allí-, en los cuales, tal como
en el ‘Distrito Rojo’ de Amsterdam, todas y cada una de las mujeres estan ‘disponibles’. 
Estabamos casi en el paraiso: nunca habiamos visto nada igual hasta el momento, teniamos
amigos de otras bandas que hubieran viajado más que nosotros, y tampoco nuestros
experimentados colaboradores nos habian contado nada acerca de este lugar. Estaba loco de
felicidad. Creo que Steven gasto todo su dinero en prostitutas en los primeros 15 minutos.
Estabamos caminando cuando de pronto lo perdimos en un garage subterraneo, donde
varias chicas aguardaban apoyadas en la columna debajo del cartel fluorescente.
Ya era bastante tarde y este tipo, Mark, todavia andaba pegado a nosotros. Dejamos el
‘Reeperbahn’ y fuimos a un bar donde los Beatles habian tocado en sus comienzos. Una
vez más, al entrar allí recibimos la misma actitud por parte de los presentes; eramos el mal
sobre la tierra, pero no nos importó; bebimos Jack Daniels con hielo (un cubito de hielo es
la cantidad que ponen por cada vaso) hasta que el bar cerró sus puertas. 
Volvimos al hotel y Mark todavia seguia con nosotros -esta altura, ya dejamos de hablarle
totalmente.
Habia sido un largo dia, asi que me acoste y me dormí; mientras Mark hizo lo mismo en la
otra cama –que era la de Duff. Ahora bien, Izzy siempre fue un gran instigador; el podia
armar el lio sin quedar involucrado, de modo que no dejo pasar esta oportunidad.
“Hey, Duff” dijo, “Este pibe esta durmiendo en tu cama”
“Si...” dijo Duff.
“Y vas a dejar que lo haga?” le respondio Izzy. Que se vaya a la mierda! No puede
quedarse aca”
“No...de ninguna manera! Carajo! Replico Duff
“De todos modos, quién carajo es este pibe? dijo Izzy
“Si...quien carajo se cree que es?” contesto Duff, un poco más furioso.
Al carajo con este pibe!” 
Trataron de despertarlo bruscamente pero no pudieron, Mark dormia profundamente.
“Ya se lo que deberiamos hacer”, dijo Izzy, “lo encintamos y lo dejamos en el hueco del
ascensor”
“Uh...Dale!” respondio Duff.
“Lo pondremos en el hueco del ascensor. Puede seguir durmiendo en el techo del ascensor”
Encintaron a Mark bastante bien: sujetaron sus brazos, las manos, los tobillos y tambien
taparon su boca. Mark era un tipo de talla media, y 70 kilos aproximadamente, asi que lo
cargaron hasta el ascensor; ahí fue cuando Mark despertó y empezo a chillar como un cerdo
atascado. Inmediatamente, Izzy y Duff dieron marcha atrás con su plan y decidieron subirlo
al ascensor y enviarlo a la planta baja del hotel. El staff del hotel lidio con él de ahí en más:
le quitaron las cintas y en cuanto les dijo quién era, los empleados siguieron la cadena de
comandos hasta dar con su banda, que tuvo que venir a salvarlo porque él no tenia las llaves
de la habitacion, ni documentos, ni dinero ni nada. Esa fue la última noche que hablé con
él; sólo le hice señas con la cabeza por el resto de la gira. Ahora que lo pienso, eso fue lo
úlitmo que supimos de todos ellos.
A la noche siguiente, hicimos el show; el primero del tour, y el primero como banda
principal, y es bueno que no haya sentado precedentes. El predio donde debiamos tocar
estaba sobre el agua; era una salon oscuro con largas mesas en los laterales y bancos
flanqueando las mesas. Todo allí estaba pintado de negro –fue el club más oscuro que ví
jamas, y tenia un olor apestoso a cerveza rancia. Sobre las paredes se veian las firmas y
graffitis de todas las bandas de heavy metal y trash que habian pasado por ahí, que parecian
ser muchas.
El publico fue, sin dudas, el más mediocre que enfrentamos en toda nuestra carrera:
recuerdo que eran tan frios y deprimentes como el clima, y tambien recuerdo que antes de
empezar el show y al finalizar, el club solo pasaba canciones de Metallica, una detrás de
otra, sin parar. Era obvio que cualquier banda, americana o no, que no sonara como
Metallica, no iba a ser bien recibida. Y tenia razón. Hicimos el show y cuando terminamos,
lo único que pensaba era que ‘odiaria tener que volver a hacer esto mañana’.
Estaba muy inquieto por como iba a ser el resto de la gira, particularmente porque teniamos
más fechas programadas en Alemania. Nos quedaban un par de dias libres antes del
proximo show; días en los que mi preocupacion se intensifico. Pero cuando llegamos a
Düsseldorf, una ciudad más aereada, con más arboles y menos refugios antibombas, era una
escena tan diferente que me di cuenta lo grande y diverso que es ese pais: la vibra de cada
ciudad es particular, propia, diferente y única.
Mientras recorriamos Europa, la banda se empezo a unir cada vez más; nuestra interacción
espontanea tenia sus ventajas y salir a tocar era divertido. Hicimos el tour por Europa en un
micro para turismo que transformamos en una guarida colectiva, quitando algunos asientos
y cubriendo el piso con almohadones.
Izzy habia conocido una chica alemana en el camino y ella habia traido una amiga con la
que tuve un corto affair. Me gustaba tener una chica en cada lugar que visitaba; y como ya
tenia a Sally esperandome en Inglaterra, tuve que terminar abruptamente mi romance con la
alemana, al cruzar el Canal de la Mancha. Le dije a mi chica alemana, literalmente, justo
antes de entrar a la habitacion donde Sally aguardaba por mí, que tenia que volver a EEUU
de inmediato.
Cuando pienso en Europa, ademas de los shows, recuerdo los dias que pasé yendo y
viniendo a varias clinicas especializadas en enfermedades venereas. En Los Angeles, estaba
saliendo con una actriz porno y tambien con otra chica muy joven, dulce y adicta.
Luego de filmar el video de “Welcome to the Jungle”, recuerdo que me desperté al otro dia
y descubrí unas pequeñas marcas rojizas al lado izquierdo del estomago. En ese momento,
surgio el Sida y se empezo a hablar del virus, se transformo en un gran problema social.
Habia cierta histeria entre los musicos de rock; todos estaban muy asustados pero la gran
mayoria, todavia se sentia inmune a ella. Pensabamos que no habia de qué preocuparse
hasta que supimos que David Lee Roth tenia HIV.
De todo modos, habia leido la portada de la revista ‘Time’ que hablaba del Sida y las fotos
de las lesiones relacionadas con la enfermedad eran casi identicas a las marcas en mi
estómago. Probablemente era psoriasis o alguna irritacion, pero yo estaba convencido que
me habia contagiado o de la actriz porno o de la joven adicta, porque no me habia cuidado
con ninguna de las dos. Recuerdo estar caminando por Melrose, cerca de San Vicente,
despues de despedirme de mi novia adicta, e ir a una clinica para hacerme los analisis de
HIV. Pense que estaba deshauciado, en las diez de ultima; estaba convencido que esa gira
por Europa seria la unica gira internacional que haria antes de morir. Afortunadamente, el
analisis me dio negativo.
Tampoco ayudo que, encima, me habia agarrado verrugas venereas –quiza me las contagio
la actriz porno- lo que intensificó mi miedo al Sida. Habia sido bastante promiscuo en esa
etapa de mi vida y nunca usé protección; pensé que podria contraer ladillas pero nada más
serio que eso. Cuando aparecieron estas cosas, pensé: Qué carajo es esto? Fui a una clinica
antes de viajar y para que deshacerme de ellas, varias veces, pero nada funcionó; volvieron
una y otra vez. Cuando empezamos la gira, se habian vuelto tan dolorosas que no podia
dormir boca abajo. Me pase todo el tiempo entrando y saliendo de varias clinicas en todos
los paises que visitamos, y las mantuve a raya. Queria deshacerme de ellas antes de
encontrarme con Sally. En un momento, se fueron y no volvieron a aparecer; justo antes de
llegar al Reino Unido. Sally nunca supo nada de esto.
Si tuviera que elegir mi show favorito de esa gira, eligiria el de Paradiso en Amsterdam. El
lugar de la actuacion es espectacular; es un edificio algo oscuro, con un aire siniestro y
perturbador; solia ser una iglesia. El hall central tiene techos altos y arcos; ademas de una
gran acustica. Muchas figuras legendarias han tocado allí, desde Sex Pistols hasta los
Rolling Stones, asi que estaba muy feliz de poder hacerlo yo tambien. Me acuerdo que esa
noche, Axl empezo a hablar de los viejos rockeros –por decirlo de alguna manera- durante
el concierto; no recuerdo las palabras exactas pero la escencia de su discurso fue que todas
aquellas estrellas de rock de las generaciones anteriores que sentían que los estabamos
parodiando, tenian razón, los estabamos imitando pero lo estabamos haciendo mejor que el
original. Remato el monologo diciendole a Paul Stanley...“Such my dick”
Ese show fue estupendo, por lo que Izzy y yo decidimos festejar tal como era nuestra
costumbre: con un poco de drogas. Despues de todo, estabamos en Amsterdam, donde las
drogas livianas son casi legales y las pesadas, bastante faciles de conseguir -o por lo menos
eso pensamos. Pasamos la mitad de la noche buscando dealers y finalmente logramos
comprar un poco, pero estaba tan cortada y el efecto era tan suave que tanto esfuerzo no
valio la pena. Obviamente, nos hicimos pasar por turistas.
Tomamos el ferry para ir de Holanda a Inglaterra. Para la gente del equipo, que tenia vasta
experiencia en giras, esto no era gran cosa; pero para nosotros este pequeño viaje era algo
realmente importante. Podias fumar tanta marihuana como quisieras hasta llegar a destino.
Fue muy desaforado: todo nuestro equipo y la banda fumando hasta morir, y tratando de
consumir el resto de lo que sea que hubieran comprado en Amsterdam en el bar principal
del transbordador. Axl estaba tan drogado que se durmió en uno de los sillones del bar; solo
nosotros estabamos alli cuando lo hizo, pero pronto el lugar se empezo a poblar y los
pasajeros se sentaban alrededor de Axl y casi se apoyaban sobre él. Recuerdo abrir las
puertas de las cabinas de uno u otro miembro del equipo, por ejemplo de Bill, mi tecnico de
guitarras, que estaria fumando hasta el última migaja de marihuana para no tener que tirarla
por la borda antes de llegar a Inglaterra.
El tour finalizo en Londres, el 8 de Octubre de 1987. El concierto allí fue impresionante. La
banda estaba empezando a establecerse como tal, las actuaciones fueron cada vez mas
solidas, artisticamente, y para ese entonces habiamos estado en la ruta el tiempo suficiente
como para saber qué estabamos haciendo. Nos sentimos más comodos como musicos o
interpretes, porque ya nos conociamos bastante bien y no teniamos que pensar demasiado lo
que hariamos al subir al escenario. Cuando logras tener ese nivel de confianza, podes
empezar a improvisar y crear a partir de allí, y hacer que cada show sea unico.
La presentacion en el Hammersmith Odeon fue explosivo; muchos fans incondicionales,
con los que me encuentro hasta el dia de hoy, me dicen que ése fue el mejor show de ellos
hayan visto jamas.
Cuando el circulo se completa, cuando cierra perfectamente -con cada cosa en el lugar
indicado-, el show se vuelve increible y pega en el publico y en la banda. Esto fue lo que
sucedió esa noche en Londres: interactuamos muy bien con Izzy y nuestras guitarras
sonaron espectaculares porque tuvimos esa relacion indescriptible a nivel musical
instrumental, o simplemente porque pude estar en sincronia con las partes ritmicas, Duff y
Steven; o hubo una gran interaccion entre Axl, con su energia, y yo con el toque emotivo en
la guitarra. Hubo muy buena vibra, entre nosotros en general y de la banda con el publico –
pusimos todo en el show, lo entregamos a la gente y la gente nos lo devolvia. No pudo
haber sucedido en un mejor lugar: el Hammersmith Odeon es la famosa sala donde tocaron
desde Motörhead hasta Johnny Cash, pasando por The Who, Black Sabbath y hasta los
Beatles; y tambien David Bowie hizo su ultimo show como “Ziggy Stardust” en 1973.

Volvimos a los Estados Unidos. Aterrizamos en New York y fuimos directamente a MTV
para participar del programa “Headbangers Ball”. Acto seguido, nos subimos nuevamente
al bus y viajamos durante toda la noche para unirnos a Motlëy Crue y comenzar nuestro
periodo de trabajo con ellos, y donde Guns n Roses seria banda soporte.
Habiamos bajado del avion momentos antes, luego de haber volado toda la noche, y no nos
habiamos duchado; obviamente no estabamos de humor para ir a MTV. Llegamos al
edificio a las diez de la mañana; y desde el primer momento sentimos el choque entre
nosotros, unos sudorosos rockeros con resaca, que habian estado usando la misma ropa por
más de una semana, y el mundo corporativo de MTV.
En la recepcion del lugar estaba esperandonos un representante de Geffen en su postura
sonriente y gentil. Tomamos las acreditaciones que tenian nuestros nombres, pasamos por
el molinete rumbo al ascensor hasta llegar a una sala a esperar salir al aire.
La sala estaba pintada de verde y tenia dos sillones y una mesita: no habia lista de
exigencias, ni grandes comodidades, ni tampoco gran atencion por parte del canal; no habia
nada de nada. De todas maneras, yo estaba bien, ya que habia llevado mi botella de Jack
Daniels.
Fue obvio que no estábamos contentos con esta situacion, asi que alguien envio a la Vj
Downtown Julie Brown a saludar y a mantenernos ocupados por un rato. Tuve la sensacion
que no surgio de ella la idea y que tampoco queria estar en esa sala con nosotros. Pasó la
prueba; hizo su trabajo pero no estaba para nada alegre y chispeante como solia ser
habitualmente y en vez de mostrar esas cualidades tan caracteristicas en ella, lucia nerviosa
y aprensiva. Claramente, tenia el peor preconcepto de la banda para ser alguien que vivía en
New York, supuestamente en el centro de la ciudad. Me molesto mucho su actitud, me dio
vuelta el estomago; si hubiese tenido algunas copas más de whisky encima, probablemente
le hubiera gritado lo que estaba pensando: “Callate! Cerra la boca! No hables más! Yo
tampoco quiero estar aca, pero hoy vamos a tener que pasar todo el dia aca, con vos!”
Cuando fuimos al estudio, conocimos a JJ Jackson, el presentador; un tipo barbaro.
Era un set muy grande, y en algun momento, dijimos en chiste que deberiamos destrozarlo
en camara, en el aire; parecio una buena idea y entre nosotros establecimos que ibamos a
hacer solo eso, destruir el set. Entonces, salimos al aire, empezo la entrevista y Axl
respondió todas las preguntas que JJ Jackson le formuló. Yo me senté a un lado y me
mantuve en siencio, los otros tambien se quedaron callados. Esperamos hasta casi el final
del programa y luego, en diez segundos, arruinamos todo el decorado.
No lo pense en ese momento, ni despues, hasta que ví el episodio en la television, unas
semanas más tarde: pareciamos un par de zombies salvajes, sacados de la pelicula “28 Days
Later”. Esa fue nuestra primera presentacion real, un paso más cerca de tener nuestro video
en MTV; esos eramos nosotros, avanzando lentamente hacia el conocimiento publico.
Al salir del canal, nos subimos al bus y al dia siguiente arrancamos con Motley Crue. Fue
surrealista que luego de pasar una semana viajando en un bus de turismo modificado por
toda Europa encabezando una gira, tuvieramos que ser teloneros de Motley Crue en una
gira por la region central de los Estados Unidos. Estaban promocionando “Girls, girls,
girls”, estaban en la cuspide de su popularidad y eran una banda que no se fijaba en gastos.
Tommy me agradó desde el dia en que lo conocí –es probablemente el más sincero, leal que
emergió de esa escena; tiene un gran corazon. Tambien me agrado Nikki, porque él era el
cerebro, el marketing, y las ideas de la banda. Siempre respeté su pasion y dedicacion a su
vision y cómo ésta se fue haciendo realidad. Motley Crue fue la única banda de Glam Metal
en Los Angeles que era totalmente genuina. Puede ser que no haya sido la más original –
despues de todo, Nikki desvergonzadamente tomo partes enteras de otras bandas. Pero si
las tomo de Kiss o de alguna otra banda -de las tantas que formaban parte de sus
influencias, Motley las mostro abiertamente y fueron tan sinceros y devotos a ellas que no
podrias culparlos por eso- y en mi mente, Nikki personificaba todo eso.
En ese tour, Duff y yo usualmente nos encontrabamos en las cercanias a Nikki debido a que
sabiamos que siempre llevaba su bolsita con gran cantidad de drogas. 
Esos tipos fueron muy generosos con nosotros; nos trataron cual padres orgullosos, y como
tales, nos mostraron la casa que construyeron con mucho trabajo y esfuerzo.
Este era la tercer gran gira mundial que la banda hacia, asi que tenian todo un show
armado: un completo arsenal de pirotecnia, un equipo de trabajo enorme, y muchos shows
estipulados en grandes estadios con entradas agotadas; en fin, el sueño de cualquier banda
de rock-.
Habian desarrollado un sistema de comunicación que consitia en walkie-talkies y codigos
numericos: cada integrante del equipo de trabajo contaba con un aparato que tenia adherido
al dorso, un papel con la clave para cada uno de estos numeros. Habia codigos
estrictamente para los colaboradores, relacionados con los equipos, iluminacion, montaje,
etc. Tambien habia codigos para la banda, vinculados con las necesidades diarias. Por
ejemplo: “1” era drogas, pero aparecia en la lista con un apodo; usaban “2” para chicas, “3”
para bebidas alcoholicas, y asi sucesivamente. Estaba barbaro; en cualquier momento,
cuando la situacion lo requeria, sólo tenian que tomar el aparato, apretar un boton y decir
‘Hey, soy Tommy, necesito un numero uno, un numero tres, y si ves algunos buenos dos,
traélos a mi camarin. Ehh, y por favor, que sea rápido. Muchisimas gracias!’
Nos reunimos y salimos mucho con ellos durante la gira, pero Nikki siempre estaba muy
consciente de lo mucho que él se jactaba del éxito de la banda, de su fama y de su status. Él
y Tommy eran los unicos que nos invitaban a compartir su botin; nunca vimos a Vince en
toda la gira, y tampoco conoci a Mick Mars. Incluso, al dia de hoy, no lo conozco.
Por mas que pareciera que Nikki compartia cosas con nosotros, para mi estaba claro que lo
hacia para alardear un poco; especialmente porque sólo lo vimos y disfrutamos de sus
privilegios cuando Nikki tenia ganas de salir y pasar tiempo con nosotros. Siempre llevaba
su agenda; cuando estaba de gira, nunca perdió el control; y si alguna vez lo perdió,
siempre estuvo muy cuidado. Respeté eso; a Nikki no le gustaba mostrarse vulnerable. Y
salir con gente como nosotros no era lo indicado para mantener el control.
Motley viajaba en avion privado, practicamente a todos lados, muy a menudo, en este
momento, y en uno de los viajes más largos que tuvimos en la gira, Nikki nos invitó a viajar
con ellos: esto era mucho más de los que muchas bandas principales hubieran hecho;
ademas, viajar en ‘Motley Air’ era placentero; el vuelo incluyo tragos, lineas, y ‘aisle
surfing’ durante el despegue y aterrizaje –‘aisle surfing’ es un deporte que requiere estar
parado de costado en el pasillo y recorrerlo manteniendo el equilibrio –como en el mar-
mientras que el avion se inclina y va adquiriendo velocidad. Si tenes la oportunidad, hacelo;
te lo recomiendo!
En ese entonces no habia par más descontrolado que Guns y Motley; y como estabamos a la
altura de esta forma de vida, esa realidad se convirtió rapidamente en rutina.
Esa presentacion significo mi primer contacto con profesionales de primera clase, y vi
cómo se trabajaba en ese nivel, cómo se organizaba una gira; lo cual, al contrario de
Steven, habia sido algo que nunca codicié, aunque las giras se hayan vuelto parte de mi
vida cotidiana: para mi, sólo se trata de subir al escenario y tocar la guitarra frente a una
multitud. Eso es lo que siempre me importó; eso es lo que hizo que todo el aburrimiento y
el drama que trae aparejado una gira con tu banda de rock, valgan la pena.
Aunque habia estado relacionado con este negocio toda mi vida, en el tour con Motley me
di cuenta, desde un primer momento que, cada momento especial del show requeria un
tedioso trabajo, en igual medida; que el espectaculo llevaba magia, trabajo, y hastío en
partes iguales; que demandaba compromiso. Incluso en la mejor situacion, la vida en la ruta
es monótona: te despertas a cierta hora; pasas el tiempo antes del show; haces el show; y
luego festejas, a menudo mientras viajas al proximo destino, donde todo vuelve a empezar.
La rutina, opaca los grandes momentos intensos de la gira; éstos se van desdibujando y
pierden color y brillo a medida que pasa el tiempo. 
Dicho esto, las giras nunca fueron un cliché para mi; al dia de hoy, no lo son. Siempre he
sabido donde estoy; cada sala es diferente. Tanto en aquel entonces como ahora, en estos
dias, siempre me he ocupado de hacer una prueba de sonido para conocer la vibracion del
lugar donde tocamos. No siempre pude hacerlo porque eramos la banda soporte, pero lo que
sí pude hacer es conocer y aprender un poco de la ciudad donde estábamos. Nunca me
preocupé de lo que sucedia a nivel cultural en cada ciudad que visité pero si aprendí lo que
pude acerca del publico y cómo era la gente, en general.
Desortunadamente, cualquier conclusion que hubiera sacado acerca de la gente que
concurría a nuestros shows, cualquiera sea el lugar que visitasemos, muy a menudo la
olvidaba en los bares a los que iba despues de cada show.
Tengo momentos de Ilustracion, en los que me pongo intelectual y aprendo un monton de
cosas, que luego son totalmente olvidadas al tomar la ruta hacia la ciudad siguiente y sólo
las repaso cuando vuelvo al lugar en alguna otra gira.
Mi memoria es finita, dado que espero ansioso los momentos por venir, el pasado se
desvanece muy rapido. Los viajes para mi son como la historia de Stephen King “The
Tommyknockers”, en la que el pasado te va mordiendo ansiosamente los talones mientras
tratas desesperadamente de estar siempre un paso adelante.
Cuando sos tan obstinado y pones tanto empeño y entusiasmo por alcanzar tus objetivos –
como un Gung ho-, 24 horas no son suficientes. No recuerdo haber dormido o descansado
siquiera durante ese periodo; el estado de agitacion y excitación era extremo, habia mucho
fervor y entusiasmo por todo y no queria perderme nada. Era como que si me tranquilizaba,
si aminoraba la marcha; el tiempo me alcanzaría, me atraparía y haria que todo lo demás se
detuviera.
Hice todo lo posible por poner cierta distancia entre el ayer y hoy. Siempre he sido así; aun
hoy sigo actuando de la misma manera. Es por eso que no tengo guardo ningun objeto
conmemorativo de aquel tiempo del que te pueda hablar: no tengo discos de oro, tampoco
de platino; sólo tengo las guitarras que son significativas para mí. Mi esposa, Perla, se
sorprendio tanto por esto que recientemente consiguió que la disquera me hiciera copias del
platino de todos mis discos y los colgó en la pared a lo largo de la escalera, en nuestra casa.
Creo que duraron una semana; me volvia loco verlos allí, me cansaron tanto que una noche
los descolgué y los puse en el deposito. Yo no necesito galardones colgando de la pared
para recordar quien soy.

El unico lazo real al pasado es, quitando los recuerdos y anectdotas, son los meticulosos
organizadores de actividades que he tenido la mayor parte de mi vida –hasta que me rendí,
luego de perder muchos y que me robaran tantos otros. Pero los que sobrevivieron, los
guardé y varios de estos han venido bastante bien para recordar especificamente algunas
cosas; cosas puntuales para hacer este libro o cuando surgió alguna situacion legal
desagradable. Así era cómo yo mantenia el registro de mi vida, y allí anoté todos los
sucesos importantes. Dicho esto, desafortunadamente, este tour con Motley es un gran
agujero negro porque, por primera vez en mi vida, alguien robó esa agenda junto con la
poca ropa que llevaba conmigo para la gira. No fue muy complicado hacerlo; todo estaba
amontonado dentro de una funda de almohada, la cual cumplia doble funcion: almohada y
equipaje. Nuestro guardia de seguridad, Ron Stalnaker, era quien se encargaba de los bolsos
–era uno de esos tipos que sin ton ni son tenia la necesidad de cargar cosas y hacer
ejercicio. Su pensamiento era robotico: “debo levantar las cosas y cargarlas...’. Estaba bien
para nosotros porque nunca les pediamos ayuda al portero o al botones del hotel, porque no
teniamos dinero para las propinas.
Entones Ronnie habia puesto nuestros bolsos contra uno de los lados del bus y habia vuelto
al lobby del hotel para buscar más bolsos. Algun chico que habia estado esperando allí,
manoteó los primeros que Ronnie apoyo –que eran: las cosas de Duff y mis fundas de
almohada-. Apenas lavabamos la ropa; no teniamos a nadie que se ocupara de esas cosas.
De vez en cuando –y sólo de vez en cuando- iriamos a la lavanderia y pondriamos unas
fichas para lavar nuestra ropa. Usabamos lo que teniamos y nos comprabamos remeras
nuevas cuando era posible. Basicamente cuando mis jeans se gastaron de tanto uso, segui
usando mis pantalones de cuero por el resto de la gira. Definitivamente Duff, Izzy y yo
viviamos improvisando con la vestimenta; luego pondriamos toda la ropa junta, la sucia y
la limpia dentro del bolso o de mi funda de almohada.
Esa bolsa que me robaron contenía todo lo que necesitaba ese día: medias, una remera
nueva, y mi diario, sumado a todo lo demas que debia usar para vestirme. 
En ese punto de la historia ya eramos lo suficientemente importantes como para que alguien
quiera llevarse mi ‘equipaje’ como trofeo. Creo que estuvo bien. En ese momento fue todo
un problema porque no tenia otra ropa que pudiera usar y llegué tarde a una entrevista en
una radio, que debia hacer en persona, en vivo, y cubierto con una toalla dado que le habia
dicho a Ronnie que llevara toda mi ropa al bus mientras tomaba una ducha porque planeaba
vestirme en el camino. Por lo menos, la gente de la radio me regalo una remera.

Motley fue la unica banda de la escena de Los Angeles con la que nos juntamos para
trabajar a nivel profesional y nacional. Esto tenia sentido: era la única banda que
respetábamos y con quienes compartiamos cierta camaraderia. Asi y todo estaba
convencido que nadie sabia quiénes eramos nosotros, pero aparentemente sí, debido a que
se vendian muchas entradas y los shows eran asombrosos. Era el encuentro supremo de dos
bandas de ‘chicos malos’ y nos comportabamos de manera acorde al termino. 
Hubo una noche en la que Nikky y yo armamos una competencia de bebedores.
Dependiendo a quien preguntes, te diran que todo lo empecé yo, clamando que podría beber
más que lo que Tommy y Nikki juntos bebian cualquier día de la semana; o que Nikki
empezo al desafiarme a tomar más que él. En cualquier caso, él y yo terminamos sentados
en el bar del hotel de algun lugar de Estados Unidos, participando de la competencia de
tragos.
Nikki tenia su sistema: pedia cuatro vasos y yo me tomaria 2 de ellos mientras él solo
tomaba uno y dejaba el otro, que yo tambien terminaria tomando solo porque estaba allí.
Me habia dado cuenta lo que Nikki estaba haciendo, pero asi y todo, yo bebia mis tragos
rapidamente, y ya sea en la conversacion o en lo que fuere, comence a perder la nocion de
cuántos habia tomado. Rapidamente, mas tragos me traian, mas tragos bebía. Y en el fragor
del momento, yo beberia mis tragos mientras él disfrutaria lentamente los suyos; mas uno
extra que tambien me lo tomé. Nunca habia bebido tanto y seguia alerta: estaba totalmente
al tanto de lo que estaba haciendo... hasta cierto punto.
Teoricamente, ibamos trago a trago, pero dado que yo me estaba tomando la mitad de los
tragos de Nikki, diria que al final, bebí 20 medidas de Jack Daniels contra diez que tomo
Nikki. Me emborrache a tal punto que me contaron que vomité, ahí nomas, en el bar, entre
mis piernas, y trate de disimularlo. No recuerdo nada de eso, pero si recuerdo haber hecho
lo que siempre me gusto hacer cuando me emborrachaba: pelearme con alguien más grande
que yo. En este caso fue Nikki; lo ataqué sin razon, de la nada; le hice un tackle y la pelea
incluyo los taburetes del bar...todo. Nikki es bastante alto, y en ese tiempo tambien era
bastante corpulento; asi que la gresca se termino dando vuelta: me devolvio la gentileza, caí
de espaldas y se sentó encima de mí. Cuando me calmé, me llevó hasta la habitacion del
tecnico de percusion de Tommy, Spidy. Me quede dormido ahí, y me desperté a la mañana
siguiente con tal resaca que no podía voltear la cabeza –fue el peor dolor que experimenté
en toda mi vida-. Me las arregle para ir hasta mi habitacion –a los tumbos- y llamé a Doug,
nuestro manager de giras, para decirle que necesitaba urgente un doctor. Aparentemente me
habia dislocado cuatro vertebras cervicales.
Apenas podia tocar, porque soportar el peso de la guitarra sobre los hombros me producia
un dolor atroz. Durante los shows, tuve que quedarme de pie en un lugar fijo del escenario,
con mi galera lo más ajustada posible; me mantuve así un par de semanas. Las vertebras
que me habia lesionado estaban muy cerca de la base del craneo como para que un
quiropractico pudiera ponerlas de vuelta en su lugar, asi que probé con acupuntura, por
primera vez en mi vida, y debo decir que resulto ser muy util y beneficioso. Tenia una
sesion antes de cada show, y luego varias veces por semanas durante los meses siguientes;
pero hasta que cedio la hinchazon, mi andar se parecia al de Tin Man, pero oxidado.
Esa no fue la unica experiencia dolorosa de esa noche. Aparentemente, despues de
quedarme dormido, Tommy y Nikki me tomaron varias fotografias: una de ellas era un
primer plano de mi cara con las bolas de Nikki colgando encima, en plano; a la mañana
siguiente hicieron copias, las plastificaron y las mostraron a todos lo que viajaban con
nosotros en la gira. Incluso creo que pusieron esa foto en las acreditaciones del tour –que
dicen ‘All Access’-. Fui ridiculizado frente al mundo.
Nunca antes habia tenido Guns este tipo de relacion con otra banda en las giras y nunca
más la tuvo; y no hubo mayor nivel de descontrol que en esa gira. Motley era la única
banda que tenia la misma mentalidad autodestructiva que nosotros, combinada con un
furioso sentido de la competencia para colocarse en un nivel de superioridad con respecto al
otro. Durante toda la gira tratamos de superar uno al otro en todos aspectos y eso hizo que
los shows fueran mejores.
La unica experiencia semejante fue una gira de Guns con Skid Row como banda soporte,
unos años más tarde, y por mas que odie tener que decir esto, creo que fue con Sebastian
Bach que llevamos las cosas al proximo nivel.
Motley se reservaba un gran final para nosotros: le hicieron honor a la vieja tradicion de
hacerle bromas a la banda soporte en la noche de cierre de la gira. Su grupo de trabajo lo
mantuvo en secreto y nosotros nunca supimos lo que iba a suceder. Cuando estabamos por
arrancar la ultima cancion del show, diez kilos de harina cayeron de las vigas del escenario,
y por mas cool que pensamos que fue, creo que lucimos ridiculos por un instante. Me llevo
varias semanas quitar los restos de harina de los trastes y de cada recoveco de mi guitarra.
Toda la gira fue una gran experiencia de aprendizaje. Motley estaba en la cresta de ola y
tenian mucha experiencia, pero nunca olvidare la expresion de terror en los ojos de su
manager, Doc McGee, cuando me acercaba a él por cualquier consulta. Doc estaba tratando
con una banda que vivia al limite: en esa gira, al final de cada noche, Tommy quedaba tan
mal que uno creia que estaba a un paso de la muerte. El ultimo recuerdo que tengo de esa
gira es ver a Doug trasladar a Tommy por el aeropuerto en un carrito de los que se usan
para el equipaje, para poder subirlo al avion junto al resto de la banda; Tommy iba apilado
en el carrito, sus largos brazos y piernas colgaban de uno de sus lados, llevaba la cabeza
totalmente inclinada hacia delante de modo que el menton tocaba el pecho.

Cuando terminamos el “Girls Girls Girls Tour” con Motley, tuvimos muy pocas
presentaciones porque no habia muchos lugares apropiados para una actuacion como la
nuestra. Pero existia la pareja perfecta para Guns n’ Roses: Alice Cooper. Eran el uno para
el otro. Habiamos participado en un show de Alice Cooper en 1986, en Santa Barbara; en el
cual, cualquier otro artista de su talla, en su lugar, nos habría descalificado inmediatamente.
Ese show debia tener una hora de duracion, pero Axl insistio en traer a su novia, Erin, a
ultimo momento. Todos los integrantes de la banda nos opusimos a esto, al igual que Alan,
pero Axl lo convencio y le dijo que no habia nada de qué preocuparse. Llegamos al predio
donde teniamos que tocar, y no encontramos a Axl por ningun lado pero, aparentemente,
estaba en camino al lugar. Habia llegado el momento de subir a escena y todavia él no
aparecía, asi que salimos Izzy, Duff, Steven y yo y empezamos a tocar sin Axl. Izzy y Duff
cantaron “Whole lotta Rosie” de AC/DC entre otros covers. Eramos teloneros de Alice
Cooper pero basicamente ese set fue como una sesion improvisada, una zapada de
borrachos de bar, que era adecuada para un bar pero no para un estadio. Las situacion era
tan fea que llego un momento que le pedimos al publico que cantara y luego preguntamos si
no habia ningun cantante en la sala. Fuimos amigos del publico por unos minutos pero
rapidamente cambiamos de parecer y terminamos insultandolos y tirandoles cosas. Fue
realmente ridiculo.
Nos quedamos allí el tiempo estipulado y luego nos retiramos en medio del vergonzoso
desastre. Salímos de inmediato y volvimos a Hollywood, tan enojados que, esa noche,
hablamos de separar a Axl de la banda y buscar otro cantante. Junto con Izzy fuimos hasta
la casa de West y yo estaba lo suficientemente disgustado y alterado como para volver a la
heroína. Mientras consumíamos en el baño, Izzy y yo hablamos del show de mierda que
acababamos de dar y de qué podiamos hacer al respecto. No era la primera vez que
tocabamos este tema; diria que la idea de despedir a Axl rondó aproximadamente 6 veces,
muy seriamente, en el ciclo de vida de Guns n Roses. Izzy y yo estabamos realmente
planeando una estrategia acerca de qué hacer cuando Axl apareciera. Resulta que vino al
baño, se apoyo sobre la bañera y empezó a hablar.
Lo asombroso de Axl es que él no entendió, en situaciones como éstas, que había hecho
algo mal, que se había equivocado; no desde su marco de referencia. Entro al baño
creyendo que no tenia razón alguna por qué disculparse, por lo que pude notar. De todas
maneras hablamos largo y tendido y cuando la conversacion se alejo del tema de su
ausencia en el show, él intento ofrecer, vagamente, algun tipo de disculpas. Y cuando lo
hizo, tambien explico, bastante más apasionadamente, por qué hizo lo que hizo. Sus
razones eran tan enroscadas y complicadas que me quede con la impresión de que ignoraba
totalmente las repercusiones -o consecuencias- de su no aparicion en el escenario esa noche
y lo que habia sucedido en su ausencia y que tampoco lo entendía.
Hay ciertos protocolos que Axl, simplemente no acata; dado que su mente no funciona de la
misma manera que la de los demas y los valores morales y las reglas comunmente
aceptadas no existen para él, explicar esas normas podria o no hacer la diferencia; nunca se
sabe. Axl es super inteligente pero al mismo tiempo vive en un mundo donde no se aplica la
misma logica por la cual se rige el resto de la gente. Nunca jamas llega a entender
realmente los incovenientes que otros pueden tener a raiz de sus decisiones; no lo hace con
mala intencion, simplemente es su forma de ser. Es muy dificil explicarlo. No hay ser más
sincero que él, pero resulta que Axl, independientemente del mundo que lo rodea, insiste en
vivir acorde a las reglas que son validas y se cumplen sólo en ese universo que él mismo ha
creado a su alrededor. El show de Alice Cooper fue un claro ejemplo de esto: recuerdo que
tanto Izzy como yo estabamos furiosos esa noche. Pero por más enojados que
estuviesemos, estar sentados allí, en el baño, hablando de cuán decididos estabamos a hallar
otro cantante; así y todo, cuando Axl aparecio, nos convencio; paulatinamente, se aplaco
nuestra ira y Axl nos toco el corazón, asi que decidimos perdonarlo y olvidar el tema. No
nos costo mucho... habiamos consumido tanta heroína que luego de un rato, le habiamos
quitado el dramatismo a la situacion, y la discusion ya no tenia sentido.
En todo caso, así fue entonces y ciertamente es ahora. Aparentemente, Alice habia
disfrutado de nuestra performance; creo que vio un poco de sí mismo en su juventud, en
nosotros. El tour promocionaba su disco “Raise your fist and yell” y Alice no habia tenido
un buen año: casi muere en el escenario cuando su famosa guillotina de utileria no funciono
bien y casi lo decapita; se habia desintoxicado y se mantuvo limpio en la gira, de modo que
exceptuando algunos miembros de la banda que eran un tanto pendencieros y escandalosos,
nosotros eramos las manzanas podridas que podias encontrar en ese viaje.
Compartimos con Alice la etapa estadounidense de su gira. Nuestro chofer era un
principiante y tenia la cabeza quemada. Fue inolvidable: era un musico pelilargo que le
gustaba siempre andar hablando de los temas que componía, y como tambien era alguien
muy divertido para salir, constantemente hacia cosas que hacian nuestra vida un tanto más
dificil. El gran problema era que siempre queria salir con nosotros, asi que en vez de
estacionar el bus en un lugar determinado y luego dejarnos ir donde quisiesemos, se ofrecia
a llevarnos hasta el lugar propiamente dicho, lo que inevitablemente hacia que terminemos
perdidos por las calles laterales. No hace falta decirlo: no duro mucho en su puesto.
Al unirnos al tour, Alice fue super amable y nos apoyo mucho. Nos dio la bienvenida sin
protocolos, no hubo jerarquias, ni nada de eso; nos trato de igual a igual. Sinceramente le
gustaba nuestra banda y lo que haciamos –y nosotros lo admirabamos muchisimo.
Digamoslo así: Nos tomamos todos muchas fotos con Alice. Fue una transcision
interesante: al trabajar con Motley, habiamos visto una produccion a gran escala y una
actuacion predecible cada noche. Con Alice, sucedió lo mismo pero a otro nivel totalmente
diferente. Dado que hemos sido sus fans por años, ha influenciado nuestra musica y letras y
lo hemos tomado como un modelo a seguir; salir de gira con él era algo completamente
distinto. Alice contaba con un tecladista, un guitarrista del tamaño de un behemoth que le
gustaba levantar pesas, tambien a Kip Winger en el bajo, otro guitarrista más y un baterista.
Estaba respaldado por un monton de gente contratada para cada uno de los shows, todo tipo
de escenografía y utileria; y era muy interesante ver cómo Alice interactuaba con todo eso.
Tenia ocho musicos, coristas, actores, varios cambios de vestimenta...Definitivamente, un
show con todas las letras.
Tambien tenia un serpiente, la cual estaba muy contento por ver. Pero Alice no era un
coleccionista; no tenia una en su casa, sino que era una pieza más de la utileria de sus
shows. Un chico cuidaba de ella, pero no estaba muy instruido en cómo cuidar y proteger a
esta pobre ‘Boa Constrictor’ de las bajas temperaturas de la region norcentral de los
Estados Unidos, asi que tuve que darle algunos consejos. De todas formas, la rompimos en
esa gira.
Por la produccion, teniamos que ubicarnos contra el frente del escenario, contra el publico,
y esto era un catalizador. Los shows eran dinamicos, con minima iluminacion y los predios
del concierto mucho más pequeños que los que habiamos visto con Motley; a fin de
cuentas, habia enormes diferencias entre Motley y Alice, e hicimos este cambio muy
velozmente. Esa epoca estuvo caracterizada por los cambios rapidos y drasticos;
cambiabamos los equipos constantemente, y estos cambios nos forzaron a aprender mucho
en poco tiempo. Si nos nos adaptabamos, cometeriamos errores; asi de simple, ni más ni
menos. Para una banda que estaba empecinada en hacer las cosas a su manera, y
mantenerse en esa postura; fue bueno estar expuestos a estas diferentes situaciones sin
previo aviso.
Estabamos en Central Michigan en un pueblo en medio de la nada; yo estaba tomando un
trago en el bar del hotel cuando nuestro manager me dijo que el show se habia cancelado
porque le habia ocurrido algo a Alice. Un par de horas más tarde, supimos que su padre
habia muerto; pasamos varios dias en el hotel esperando y preguntandonos, en el bar, si la
gira continuaria. Durante la segunda noche de vigilia, Steven Adler perdio completamente
los estribos. Steven podia volverse sensible, de un momento a otro, con cualquier pretexto y
su forma de exteriorizarlo era mediante actos de rebeldia total y absoluta. En ese pequeño
pueblo, habia un bar de tematica deportiva, donde la gente iba a ver los partidos de su
equipo favorito, uno o dos restaurants, un hotel y nada mas; ninguna otra atraccion por
millas. Duff estaba con él esa noche, habian salido juntos a tomar una copas y por alguna
razon Steven se exaltó de más y le pego una trompada a un farol de la calle. Se rompio la
mano y no pudo tocar por seis semanas, aproximadamente.
Alan nos habia arreglado algunas fechas para tocar como banda principal en Los Angeles;
éstas seguirian a la gira con Alice pero nos dimos cuenta que Steven no iba a poder librarse
del yeso a tiempo, asi que corrimos la voz acerca de que necesitabamos un baterista sólo
por algunos shows. En el término de 24 horas, nos encontramos con Fred Curry, integrante
de Cinderella. Fue barbaro para sacarnos del apuro. Aprendio rapidamente todas las
canciones y ensayamos con él, en el lobby del hotel, en Michigan; Izzy, Duff y yo, cada
uno con su instrumento mientras Fred tocaba la bateria.
Unos dias despues, nos enteramos que Alice habia cancelado la gira, entonces volvimos a
Los Angeles y nos preparamos para los shows en el Perkins Palace.
Todos estabamos muy ofendidos y resentidos con Steve en ese momento; no nos agradaba
que despertara a la mañana siguiente, luego de haberle pegado una trompada a un farol, con
un yeso en el brazo; sabiendo que eso habia sido una estupidez producto de una tremenda
borrachera. Se habia equivocado, habia metido la pata -y ahora tendria que enfrentar las
consecuencias.
De vuelta en Los Angeles, Steven y yo nos mudamos a ‘Franklin Apartments’, en
Hollywood y Franklin. Las unidades estaban totalmente amuebladas y podias alquilarlas
por poco tiempo. Estuvimos allí unas noches antes y despues de los show en el Perkins
Palace, en Pasadena.
Basto registrarme, para tener a Sally a cuestas. Se estaba hospedando en el Drury Hotel de
Missouri –al cual soliamos llamar ‘Dreary Hotel in Misery’ (‘el lugubre hotel de la
miseria’)-; aparecio con una credencial de residencia y lista para quedarse conmigo un
tiempo. Proveniente de Sheffield, es una chica verdaderamente inglesa que cambio todo su
ambito rapidamente, empezo a salir de gira con nosotros y debo decir que sobrevivió. Ella
vino a vivir conmigo a Franklin Apartments, justo al lado de Steven.
Faltaban algunas semanas para los cuatro shows en Perkins Palace, en Pasadena, y como de
costumbre, al tener varios dias de libertad en Los Angeles me sumergi nuevamente en el
circuito nocturno. Una de esas noches, Lars Ulrich y James Hetfield, de Metallica, vinieron
al departamento y armamos una fiesta excepcional. Sally estaba allí y recuerdo que habia
una chica con la James queria tener sexo y los deje usar mi habitación. Estuvieron allí un
rato y en un momento tuve que ir a buscar algo, entonces entre sigilosamente y vi la escena:
James de pie sobre la cama, la chica contra la pared, James la tomaba firmemente del
cuello, hacia lo suyo mientras gritaba con esa voz de trueno: Asi esta bien! Si! Asi esta
bien!...
Las fiestas se repetian noche a noche. En una oportunidad, fuimos a Cathouse, ahora
ubicado en Highland y Melrose, donde nos cruzamos con el tristemente celebre Mark
Mansfield y con Nikki Sixx y ambos grupos nos juntamos. Estaba en el bando anti-heroína
en ese entonces y no me interesaba consumir, pero Mark tenia un poco, y él, Steve y Nikki,
sí querian. Yo no estaba al tanto de esto –se retiraron del pub hacia el departamento de
Steven para hacerlo.
Mas tarde, Sally y yo volvimos a casa; tomamos algunas copas más en la habitacion y yo
me quede dormido pero Sally se mantuvo despierta. Creo que sabia lo que estaba
sucediendo en la casa de Steven. No sé cronologicamente cómo fueron los hechos porque
no estaba presente, pero todos habian hecho lo que tenian que hacer y en algun momento
Nikki entro a mi casa sin golpear, ni pedir permiso; como si tal cosa. Aparentemente, se
habia picado de más, porque sufrio un cuadro de sobredosis en mi departamento.
Sally trato de despertarme cuando encontro a Nikki, desmayado en un rincon. Yo estaba tan
ebrio y cansado que tuvo que arrastrasme hasta la ducha para hacerme volver en mí.
Apenas funciono: estaba muy borracho y me puse agresivo; resultado: rompí la mampara
de la ducha.
Mientras tanto, los paramedicos atendian a Nikki en la habitacion. Steven estaba allí
tambien; muy drogado, por supuesto.
Gracias Dios por Sally. Ella fue quien llamo al 911, de lo contrario Nikki ya no estaria
entre nosotros.
Un par de horas mas tarde, Christine, la asistente de Doc McGee, vino a buscar sus
pertenencias, y nos enteramos que lo habian llevado a Cedars-Sinai, lo habian reanimado,
estuvo unas horas allí y luego salio de alta por voluntad propia y bajo su responsabilidad.
No se sabe qué hizo despues, pero la leyenda cuenta que siguió consumiendo e inmortalizó
esa experiencia en la cancion “Kickstart my heart”. En cualquier caso, si las miradas
pudieran matar, Christine me hubiese matado, esa vez; me trato como si la sobredosis de
Nikki hubiera sido culpa mia, como si hubiera sido mi droga, mi idea y como si yo lo
hubiera forzado a él a hacer lo que hizo. Christine siempre habia sido muy buena conmigo,
pero ahora me lanzaba miradas fulminantes, cual dagas. Nunca más hable con ella. 
A pesar de todo esto, los shows en el Perkins Palace estan entre los mejores que hemos
hecho...con Fred Curry en baterias. Esto fue tremendo para Steve; estaba allí parado, a un
lado del escenario; llevaba puesto su pañuelo al estilo Clint Eastwood, y con un casco en la
cabeza, como los que usan los jugadores de baseball, cuyas tiras habian sido transformadas
en sostenes de dos latas de cerveza, y con el brazo enyesado. Me dio pena. Tuvo que tocar
la pandereta; estaba furioso. Fue amable con Fred, correcto; pero nada más. Era entendible;
Steve tenia que estar ahí sentado viendonos tocar tan bien –sin él-, para un publico
agradable que nos recibia con los brazos abiertos; la clase de publico que no conociamos
hasta el momento.
No tuve nada que ver con la sobredosis de Nikki, pero el hecho que haya sucedido en mi
departamento, era razon suficiente para exiliarme de Hollywood junto con Sally y Steven,
por consejo de los que saben. Nos quedamos en el Holiday Inn en Hermosa Beach. Esta fue
la primera de varias veces que la compañía tuvo que buscar la forma de sacarme de Los
Angeles y llevarme a lugares con menos actividad para mantenerme bajo control.
La intencion fue buena; el modo, no. Hermosa Beach estaba efectivamente muy lejos de
Los Angeles y una cosa era segura: estaba varado allí –porque no tenia auto-. El cuarto
tenia una sola cama, una pequeña television y dos sillas. No tenia una cocina adecuada, no
tenia nada adecuado, y estaba lo suficientemente lejos de la ciudad como para satisfacer
mis necesidades. Ni siquiera tenia servicio al cuarto.
Sally y yo compartiamos uno de ellos, Steven estaba al lado nuestro. Debo decir que este
fue el comienzo de su caida. Varias veces vi que tenia todo tipo de drogas en su cuarto;
consumia mucho y siempre estaba acompañado con una u otra chica. Solo puedo decirlo en
retrospectiva, porque en ese momento, él parecia estar feliz. Yo tambien bebia una botella
tras otra de Jack, al mismo tiempo que mi relacion –o lo que haya sido- con Sally llegaba a
un punto critico, y alcanzaba limites casi dramaticos.
Mientras vivimos en Hermosa Beach, no podiamos parar de pelearnos. Poco a poco fue
volviendose agresiva, y cuando finalmente perdi la paciencia, la mande de vuelta a Los
Angeles. En los años siguientes, me volveria a encontrar con Sally; una vez, hasta se me
apareció a los pies de mi cama… pero llegaremos ahí, en instantes...
Hicimos “Lies” durante este periodo; ya contabamos con la base acustica y yo agregué mis
guitarras. Eso me mantuvo ocupado un momento, lo que fue barbaro, porque todos los dias
que pase en Hermosa Beach, estuve a punto de explotar. Poner mi guitarra en “Lies” me
llevo exactamente dos dias; en todo caso, estaba tan ansioso por volver a Los Angeles que
las hice muy rapidamente –desearia que todo me hubiera llevado más tiempo.
Mi exiilio parecia durar una eternidad; cada dia pasaba como si fuera un año. Tampoco era
alguien popular allí; bajaria a la piscina del lugar y no habria nada divertido para hacer, y el
ambiente no era acogedor debido a que la actitud y la energia de la gente no era la mejor. 
En Hermosa Beach todo giraba en torno a playa y surf, cuando una ciudad adopta eso como
identidad cultural, deja de ser un sitio interesante –al menos para alguien como yo, que
tenia la sensibilidad de una rata de albañal, en ese momento.

Dejamos pasar el tiempo y luego nos dirijimos a New York City para hacer un par de
shows. “Zodiac”, “Mindwarp” y “EZO” eran las bandas soporte en forma intercalada, pero
recuerdo el show en “Limelight”. No lo tomamos muy en serio; nuestro plan era aparecer
allí y usar los equipos de las otras bandas. Tome tranquilizantes antes de volar a L.A. y
cuando perdimos el avion porque Axl se demoraba, no se cómo hice para mantenerme
despierto.
Siempre viajamos todos juntos en las giras, y mientras esperabamos a Axl y que se hiciera
la hora del proximo vuelo, empecé a tomar whisky -tome varios Jacks-. Arribamos en New
York y nos fuimos directamente a hacer el show. La mezcla de pastillas y alcohol habian
hecho efecto realmente. Luego de haber dormido no más de una hora en el avion,
basicamente era un zombie, un muerto vivo.
Subimos al escenario sin anunciarnos, y tomando todo en cuenta fue una noche bastante
buena. El unico problema surgio cuando tuvimos que tocar “Sweet child o mine”; fue un
momento de terror: me tomo 10 minutos encontrar esas ocho primeras notas. Empezaria y
me detendría una y otra vez hasta que finalmente lo resolvi. Me dio vergüenza y risa al
mismo tiempo. Creo que tambien fue esa misma noche que me tire del escenario, y el
publico en vez de sostenerme, se apartó como el Mar Rojo y me dejo caer al suelo. Estuve
allí por un instante, evaluando si me habia roto -o no- algun hueso. Luego volvi al escenario
y traté de mantener un buen semblante.
En esta ocasión, tambien tocamos en The Ritz y este show fue tremendamente popular en
MTV. No fue el mejor show que dimos, de ninguna manera: Axl tenia problemas vocales y
aunque no tocamos mal, habiamos tocado mejor en los ultimos tiempos. En todo caso, fue
desorganizado, desafinado; demasiado punk rock y solo por esta razon, es digno de
reconocimiento. Esa secuencia es importante porque capturo la escencia de la banda. El
publico fue espectacular y como sucede con todos los momentos memorables, paso muy
rapido y se terminó, incluso antes de percatarme de ello.
Hicimos gran cantidad de presentaciones en la Costa Este, despues; en el auge de Guns.
Recuerdo una noche en particular; en “L’Amour” en Brooklyn.
L’Amour era un clasico en New York City; era el mejor lugar donde cualquier banda de
hard-rock o metal pudiera tocar jamas. Izzy se emborracho de tantas cervezas que tomo
antes de subir al escenario pero se mantuvo agradable, tranquilo, a su modo –Izzy siempre
fue gracioso estando borracho. Esa noche hizo el show como si nada sucediera, sentado en
el angosto borde del rack de sonido. Era muy divertido de ver.
Esos shows fueron barbaros –todos los fans que estuvieron allí lo saben tan bien como yo.
Durante este periodo, cuando encabezabamos, teniamos cierta presencia majestuosa. Algo
sucedió en esos meses en los que pasamos de ser teloneros a ser banda principal; ya en ese
entonces, sabiamos como hacer de un show de 45 minutos, un ‘vale todo’ donde no habia
limites, ni restricciones. Fuimos una gran banda soporte, y cuando empezaron a
contratarnos más y nosotros, a tocar con continuidad, incluso ofreciamos más por el mismo
precio.
Encabezar sumaba algo particular a la buena vibra del lugar, una sensacion de libertad de
accion, apoyo, comodidad, control; en esos shows, nosotros teniamos las riendas del lugar,
del publico; todos ellos habian venido a ver a su banda, Guns n Roses.
De regreso en Los Angeles, filmamos el video de “Sweet Child o mine”, lo que nos
mantuvo ocupados hasta que Alan pudiera ponernos de vuelta en la ruta. Fue un buen
video: sólo tomo dos dias de trabajo. Mientras hubiera una sesion en vivo, yo estaba
contento. En particular, este video muestra a cada una de nuestras chicas de ese momento;
algo que hoy, a la distancia, resulta entretenido ver.
En ese tiempo, Alan le habia asignado a Ronnie, el guardia de seguridad, la dificil tarea de
cuidarme. Ronnie era muy leal y comprometido con su trabajo. Estos aspectos de su
personalidad resultaron ser muy divertidos para mi. Alan tenia las mejores intenciones pero
me metí en muchos más problemas mientras Ronnie estuvo cerca; si no hubiera tenido a
mano a Ronnie seguramente me hubiera portado mejor. Me dediqué a volverlo loco; ese fue
mi nuevo pasatiempo. Llegaria a encerrarme en mi habitacion y esconderse, en caso de que
quisiera escaparme –porque lo haria.
Ronnie era barbaro, siempre me siguio el juego, nunca perdio los estribos, incluso en los
momentos en que enfoque toda mi energia en tratar de escaparme sigilosamente.
Tomando todo en cuenta, fue un gran recurso, fue bueno tenerlo cerca hasta que
obviamente, todo se fue a pique. Pero llegaremos ahí mas adelante...

El siguiente trabajo nos produjo cierta aprehension, incluso antes de aceptar la propuesta.
Debiamos abrir los shows de “Iron Maiden”, empezando en Canada, en Mayo de 1988, en
la gira de promocion de su album “Seventh Son of a Seventh Son”. No estabamos muy
entusiasmados, porque no creiamos combinar bien con Iron Maiden. No tenia nada en
contra de la banda; la habia conocido a traves de Ron Schneider de ‘Tidus Sloan’, que
amaba a “Maiden”, “Rush”, “Armageddon” y “Black Sabbath”; asi que estaba bastante
familiarizado con su musica. Pasaria mas de una tarde, al salir del colegio, viendo a Ron
tocar su bajo Rickenbacker junto con los discos de Maiden. Sobre todo me gustaba el
album “Killers”; despues perdi contacto.
La tematica de la gira y el concepto del album era una especie de holocausto polar: el set
era un enorme glaciar del cual surgia Eddie, la mascota de la banda, decongelado de su
tumba de hielo, o lo que fuera; no sé. Aparentemente, el album tuvo muchisimo éxito en el
Reino Unido y es considerado uno de los mejores. Para nosotros, todo era muy ridiculo;
odiamos el escenario en cuanto lo vimos, y la pasamos mal tocando con esa escena de
fondo. El primer dia de show, fuimos al lugar con el fin de hacer una prueba de sonido y no
pudimos porque los asistentes de Maiden no habian armado todavia el glaciar, ni hablar del
Yeti.
En ese momento, no teniamos reservaciones de hotel, asi que nos quedaba pasar el tiempo
hasta la hora del show, en el predio donde tocariamos, o en el bus. Esos shows fueron
interesantes, porque nos sentiamos tan fuera de lugar, -estabamos tan fuera de lugar- que
subir al escenario era todo un desafio. Pusimos lo mejor de nosotros para brindar un buen
show y fuimos bien recibidos la mayoria de las veces: no nos odiaban, tampoco nos
amaban; en algunos existio buena conexión con el publico, y en algunos otros, no. 
Duff y yo, por nuestra parte, tratamos de establecer cierta conexión con los integrantes de
Maiden. La banda era una institucion, lo sabiamos; estaban en este ambiente hace años,
tenian un grupo de trabajo y lo que hacian es lo que venian haciendo, tambien, hace años.
Nosotros eramos una banda nueva y poco disciplinada -cuyos integrantes vestian jeans
rotos y viviamos con los nervios de punta- burlandose de Iron Maiden y de su sistema
establecido. Duff y yo respetabamos todo eso y decidimos salir con ellos una noche, a jugar
a los dardos, y forjar momentaneamente cierto parentezco. La pasamos muy bien. Ellos
jugaban muy bien, nosotros no; no hirio nuestro orgullo perder con ellos.
Por unos instantes, nos parecio tener ciertas cosas en comun con Maiden. Unas fechas más
tarde, Axl se dirigio a la antesala, que estaba repleta de asistentes de ambas bandas, e hizo
una escena.
La antesala es sagrada para las bandas en gira; es la zona neutral, un area compartida; es
como el comedor de las carceles, por decirte algo. Ese el ‘el’ lugar donde todos debemos
aguantar todo del resto.
Estabamos casi en la mitad de la gira y Axl entro allí y perdió los estribos: volteo una mesa
y se fue enfurecido. Estaba descontento con la gira; su paciencia y resistencia llegaron al
limite.
Ya habia tension y molestia entre Guns y Maiden. Esto, obviamente, elevó el nivel y
decreto el alerta naranja, siendo el rojo sinonimo de ‘ataque nuclear’. Se corrio la voz entre
los asistentes, acerca de este episodio y de ahí en más, se perdio el contacto entre ambas
bandas. Fue una situacion incomoda, pero estabamos dispuestos a preserverar, pasar por
este mal momento y terminar nuestra labor.
El tour recorrio Canada, luego Seattle y el norte de California. No estoy seguro pero creo
que tambien tocamos en la zona de la bahia de San Francisco, y fue ahí cuando Axl se
rehuso a dejar el hotel para ir a hacer el show. Si mal no recuerdo, todavia seguia en su
habitacion cuando el resto de la banda partio hacia la sede del show; Alan estaba con él.
Poco despues, recibimos una llamada diciendo que Axl no se sentia bien y que no iba a
poder hacer su presentacion.
Una multitud aguardaba ver tocar a Iron Maiden. Alan insistio en que Duff y yo subieramos
al escenario y le hicieramos saber al publico que Axl no iba a venir porque se sentia mal.
Subimos al escenario y hubo un discreto aplauso y entusiasmo, hasta que oyeron lo que
teniamos para decirles. Fue otro momento incomodo, horrible; desearia no haber tenido que
hacer eso, desearia que esto no huebiese pasado. Para bien o para mal, cuando les dimos la
noticia; ésta no fue bien recibida: la gente se exaspero muchisimo, lo que saco a relucir su
interes en nosotros; y sólo eramos la banda soporte. No esperabamos tanto de los fans de
Iron Maiden; no sabiamos que les gustabamos tanto. Evidentemente habiamos cruzado la
linea. Fue la primera vez que recibimos esa respuesta del publico, fue una linda sorpresa.
Quedaban unos pocos shows por hacer en California para terminar la gira, aunque ninguno
de nosotros queria realmente hacerlos, eramos profesionales y nos habiamos
comprometido. Dos presentaciones estaban estipuladas en Irvine Meadows, pero la
garganta de Axl no soportaba más, no podia cantar, de ninguna manera; asi que tampoco
pudo hacer esos dos shows. No se bien cómo termino esa historia, pero Axl aviso con la
suficiente anticipacion como para que Alan pudiera resolver –con dificultad y cierto apuro-
el problema y cumplir el contrato. Al final, L.A Guns fue contratado para tocar, mientras
que nosotros –Duff, Izzy, Steven y yo- nos sumamos para de una zapada y para tocar –a
regañadientes-, a lo sumo algunas canciones.
Al bajar del escenario, un asistente de nuestro equipo me dijo que LA Guns habia intentado
boicotear nuestra actuacion; habian apagado los amplificadores para que sonasemos mal.
Creo que a Tracii le preocupaba que yo fuera a tocar mejor que él. Fuere lo que fuere,
trataron de cortarnos de raiz, pero nuestro equipo se percató de esto y lo arregló. En
cualquier caso, ese show descartó cualquier tipo de relacion civilizada entre Tracii Guns y
yo.

Esos dos fueron los ultimos shows que teniamos estipulados con Iron Maiden. 
De vuelta en Los Angeles, me volvi a juntar con West Arkeen y se corrio el rumor que yo
habia vuelto a consumir heroína; esto preocupaba a todo el entorno de la banda. La verdad
es que, en ese periodo, sólo consumí una vez y nada más; eso fue todo. Pero la intencion
era buena: estaban preocupados en que yo volviera a hacerlo, al tener tiempo libre. No se
equivocaron del todo: yo tendia a ser un tipo revoltoso, rebelde, dificil de controlar y nunca
pudieron dominarme. Sabiendo eso, Alan decidio que Doug debia llevarme a Hawaii para
estar un poco más tranquilo.
Doug y yo fuimos a Maui. Doug ama el golf, y estaba encantado de ir allí; eligió un Resort
de primera linea por esa única y sencilla razón.
Yo debia empaparme de sol y relajarme...fue una pesadilla total!
Este lugar era un complejo de bungalows; habiamos alquilado un auto para la semana y
llenamos la casucha de comida. Era tan caro como un hotel pero no se parecia en nada a un
hotel. Debiamos permanecer en Hawaii durante dos semanas pero al quinto día, ya estaba
preparado para irme. Empece a llamar a Doug para que me mandara pasajes de avion a
cualquier otro lado más interesante.
“Puedo viajar a cualquier lado, Doug!, qué lugar de mierda!”, grite. Por qué estoy aca?!”
“Slash, calmate!”, respondió Doug. “Estas mas tranquilo?. Ok, dónde queres ir?”
“Ya te dije!! ... a cualquier lado!!. New York!
Finalmente, en vez de sacarme de ahí, Doug decidio mandarme a una stripper muy hot que
yo habia conocido en Toronto. Él se encargo de todo, hizo todos los planes y me dejo
contento. Supuestamente, en este viaje, debia relajarme, bajar un cambio. Pero debo decir
que aún allí, me agarre tremendas borracheras. Una noche, en particular, bebimos tanto con
Rose que por alguna razon –estupida-, crei necesario romper todas las partes vidriadas del
frente de la casa. Ni siquiera lo pensé; en ese momento me parecio algo totalmente natural.
De pronto oimos que alguien llamó a la puerta, mientras Rose y yo estabamos sentados en
el sofá. Afuera aguardaba un enorme samoano, guardia de seguridad del Resort. Pude notar
que no estaba muy contento...
“Vos rompiste todo este vidrio?” me preguntó.
“Si...Y qué?!, le constesté
“Vas a tener que limpiarlo”, me dijo, endemoniado. “Vas a tener que limpiar este desastre”.
Tenia razon; moralmente, sí. Deberia haber limpiado los vidrios rotos. Pero estaba pagando
cerca de mil dolares por noche, de hospedaje; y por ese dinero, no pensaba limpiar
absolutamente nada.
“Y por qué no lo limpias vos?, le dije.
El tipo me miro fijamente un instante, luego me tomó del cuello, y me sostuvo contra la
pared. No sé que tenia planeado hacer; todo lo que se es que apenas podia respirar y mi
espalda desnuda estaba sintiendo seriamente el estuco de la pared.
Mi chica se volvio loca, y salto sobre la espalda del samoano, recreando a Cain. No tuvo
mucho efecto; él estaba prendido a mi cuello como un pitbull: se libero de ella de un solo
golpe, con un solo brazo; porque el otro se mantuvo presionando mi garganta y nunca
aflojo su tension.
Toda la escena fue muy ruidosa y luego de unos minutos esto atrajo a los otros huespedes.
La pareja de la casa de al lado se acercó y cuando el samoano los vio, fue como si hubiera
visto kriptonita: de pronto se tranquilizó y se retiro de mi casa. Al dia siguiente, lo busqué
pero no tuve éxito; desaparecio y nunca mas regresó; renuncio a su trabajo, aparentemente.
Hicimos un mini-tour, poco despues. Era algo que Alan habia arreglado para mantener el
impulso, para no perder lo que habiamos logrado. Tocamos en un teatro en Phoenix con
TSOL, y recuerdo que cuando llegué allí, todos se sintieron aliviados de verme. Estaba
super bronceado y Doug esta orgulloso de eso; según él, su plan habia funcionado: me
habia llevado a Hawaii y habia logrado enderezarme. Me causaba mucha gracia.
El primer show estuvo bien, pero la segunda noche, Axl no aparecio; nuevamente se rehusó
a salir de su habitacion. No sé cuanto insistieron Doug y Alan para que subiera a escena, y
aún hoy no entiendo por que no habra querido hacer el show, pero creo que fue un duro
golpe a la moral.
Nosotros como banda, estabamos fuera de sí; estabamos encabezando esos show y no
podiamos perdonarle esto. Son muy pocas las razones por las cuales podes cancelar una
presentacion: si muere alguien en la familia, si te moris vos, o te enfermas o estas enfermo
y a punto de morir; sino tenes que hacer el show como sea, arrastrandote si es necesario,
pero tenes que subir al escenario.
Esta actitud de Axl, desató una reaccion en cadena y desde ese momento se le abrieron las
puertas a la disfuncion.
Steven encontro a alguien vendiendo drogas en Phoenix; el resultado: yo me inyecté y
tambien él; no estoy seguro qué estaban haciendo Izzy y Duff, pero Steve y yo andabamos
agarrandonos de las paredes. Todo lo que recuerdo de esa noche es que el hotel parecia una
caverna; mi cuarto y el de Steven parecian estar a 6 millas de distancia. El hotel estaba
oscuro, lugubre; un gran numero de personas habian reservado cuartos, estrictamente para
poder festejar despues del show y estaban en plena marcha. Parecia siniestro y avieso; se
percibia cierta perversion y toxicidad en el ambiente.
Al amanecer, Doug y Alan pidieron una reunion de la banda despues del desayuno. Duff,
Izzy, Steven y yo nos sentamos algun restaurant junto a Alan, y realizo su exposicion. Nos
dijo que estabamos a punto de arruinar todo lo que nos habia costado tanto conseguir. Puse
todas mis fuerzas por mantener mi cabeza erguida por dos segundos, mientras Alan seguia
diciendonos que no podiamos continuar viviendo así. Hicimos una pausa para expresar
nuestra decepcion por la indiferencia de Axl y el hecho de que tampoco estuviera
participando de la reunion. Pero tambien sabiamos que no podiamos salir a buscar otro
cantante. Parecia que Alan estaba de acuerdo con nosotros y que iba a hablar con él. No
marco ninguna diferencia, por supuesto.
Volvimos a Los Angeles, y cancelamos el resto de las presentaciones. Acto seguido: abrir
para Aerosmith. El entorno controlado de ser banda soporte parecia ser bueno para nosotros
en ese momento. El manager de Aerosmith, Tim Collins habia conseguido reordenar a la
banda, y era responsable de su sobriedad; y la banda habia invertido millones de dolares en
tratar de desintoxicarse y mantenerse limpios. Y habian contratado a Guns n Roses como
banda soporte, cuyos cimientos habian empezado a ceder y mostraba sus primeras grietas.
Imagino las mentiras que Alan habra dicho acerca de lo bien que nos llevabamos, para
cerrar el contrato.
Tom Zutaut, Alan Niven, y Doug Goldstein fueron advertidos. Tim Collins les leyo la
cartilla acerca de poner en peligro a su banda, en referencia a nuestras adicciones y la
sobriedad de Aerosmith. Luego, nosotros nos reunimos con él. Lo fuimos a ver a su hotel
en Los Angeles; la reunion tuvo lugar en su habitacion; ordenamos por ‘servicio al cuarto’
bebidas alcoholicas por un valor de mil dolares cuando él fue al baño. Tom se quedó
callado al ver llegar a la sala esta enorme cantidad de comida y bebida; no dijo ni una
palabra, sólo nos sonrio.
“Lo siento, pero teniamos hambre... y sed” le dije.
Era nuestra forma de mostrarle a Tim que no estabamos dispuestos a renunciar a nuestro
estilo de vida, pero sí podriamos seguir ciertos lineamientos: todos los tragos serian
servidos en vasos comunes y todas las botellas debian no estar a la vista y, por supuesto, no
hacer mencion a la heroína o cocaina. Eso no era un problema para nosotros; no fue dificil
ocultar que teniamos drogas porque siempre fuimos muy reservados en ese sentido.
El tour comenzó en Julio y duro dos meses; y yo no podia estar más feliz de compartir la
gira con una de mis bandas preferidas. “Permanent Vacation” era su noveno album, el
primero con canciones de autores ajenos a la banda, y el que contenia muchos de los hits
que el mundo ha disfrutado por años; pero dado que creia que interpretar canciones que
fueran escritas por otra gente y no por la banda, no estaba del todo bien; me alegro verlos
resucitar entre los muertos.
La primera noche fue tumultuosa: el primer show tuvo lugar en Illinois y mientras que la
banda arribo al predio lo suficientemente temprano para verlos probar sonido, Axl estuvo
desaparecido en acción hasta media hora antes tocar. Recuerdo que Steven Tyler se acerco
y me dijo: “Hey, donde esta el cantante?”; ésta se ha convertido en una frase recurrente, el
remate del chiste, y la linea obligada cada vez que nos vemos con Tyler –siempre me dice
eso cuando me saluda-. Axl aparecio con los minutos contados, lo que obviamente hizo que
la tension aumentara entre nosotros pero tocamos lo suficientemente bien como para hacer
las paces y dejar pasar el incidente.
Durante esa gira tocamos en el Giants Stadium, con Deep Purple. Ese estadio es tan grande
que teniamos suficiente espacio para correr alrededor de él; siempre fuimos buenos en eso.
El set duro 45 minutos y tocamos “Paradise City” dos veces para filmar el video. El publico
enloquecio. Ese estadio tiene una capacidad de 80.000 personas, y aunque no estaba
completamente lleno, nunca habiamos tocado frente a tal multitud. La energia de ese show
fue increible. Fue uno de esos momentos en lo que realmente me dí cuenta cuán popular era
Guns n Roses. Fue un momento de ‘claridad’.
Recuerdo la prueba de sonido de ese día: baje del escenario, caminé hacia el centro del
campo –de gran extension- y toqué la guitarra desde allí durante un tiempo, para tomar
dimensión de la situacion y disfrutar. Habiamos pasado por muchas cosas desde el primer
show en Seattle y todavia la quimica y energia entre nosotros seguia igual. Guns n Roses
era un grupo digno de un estadio desde el principio. Teniamos un modo irrefutable de hacer
las cosas, y sólo requirio algunos ajustes una vez que dimos el gran salto y pasamos de los
clubes a los estadios.
Al bajar del escenario, me senti como si estuviera en la novena nube, asi que subi al bus y
celebré con cinco lineas de coca aproximadamente y varios vasos de trago largo de Jack
Daniels. Literalmente un minuto despues de terminar mi ultima linea aparecio Gene
Kirkland, un fotografo conocido mío, y dijo que estaba allí para fotografiar a Joe Perry para
‘Rip Magazine’ y que Joe habia pedido que yo fuera parte de ella. La coca estaba haciendo
efecto y el Jack tampoco ayudaba mucho; en definitiva parecia “Frosty”, el muñeco de
nieve.
Le dije a Gene que iria enseguida; luego ingerí tanto Jack Daniels como mi estomago
pudiera soportar, y despues di vuelta todo el bus en busca de mis anteojos oscuros. Me miré
al espejo, respire hondo varias veces y bajé del bus, aparentando despreocupacion y
tranquilidad. Caminamos unos minutos con Joe mientras yo trataba de no mostrar los tics o
moverme nerviosamente, y que mi sonrisa luciera más relajada que lo que en realidad era.
La cocaina te vuelve paranoico y particularmente esta receta –por llamarlo de alguna
manera- era una especie de Coca de The Sopranos asi que era dificil disimular los efectos.
Me habia encontrado antes con Joe pero no queria rondarle en ese estado. Cada vez que veo
la fotografia resultante de esa escena, debo reirme porque todos lo que me conocen
realmente saben que nunca sonrio de esa manera o tengo esa postura tan rigida. De alguna
manera me las arregle para mantener mi mandibula en linea porque tendia a oscilar como
una puerta azotada por el viento.
Trabajamos mucho para portarnos bien durante esa gira, pero Steven Tyler estaba
convencido que viviamos drogados y con la cabeza en las nubes todo el tiempo. Era muy
curioso; siempre queria saber en qué andabamos y qué habiamos hecho la noche anterior.
Vendria todas las tardes y nos diria, con su tono rapido y casi ritmico: Que hiciste anoche?
Tomaste drogas? Te acostaste con alguna chica?.
Se hizo dificil cumplir con sus espectativas.
El unico episodio cercano al desastre que tuvimos con Aerosmith fue en algun lugar en los
estados centrales de los Estados Unidos, en un predio donde teniamos que tocar. Teniamos
bastante tiempo de viaje desde el hotel hasta allí y Axl estaba demorando mucho, el primer
vehiculo estaba lleno y decidi esperarlo. Los otros llegaron bien, pero nosotros nos
quedamos atascados en el camino, en una carretera de dos carriles, por la cantidad de autos
que iban hacia el estadio. Estabamos jodidos, avanzabamos muy lentamente y transcurrian
los minutos. Axl estaba tranquilo, pero yo no; yo estaba muy nervioso y ansioso.
Terminamos pidiendo escolta policial y pudimos llegar cinco minutos antes de salir a tocar.
Recuerdo ir a mi vestidor, cambiarme la remera y salir corriendo al escenario. Cruce a Joe
Perry en el pasillo; estaba en esa postura tan caracteristica de él –parado sobre una pierna-,
me vio pasar y me dio una sonrisa burlona como diciendo: ‘Aha, esta vez lo lograste!’.
Hoy, mirando atrás, puedo decir que estaba claro que a pesar de los hits de Aerosmith,
pronto seriamos la principal atraccion. Sucedió muy rapido, gracias a MTV y a la repeticion
cronica de “Sweet child o mine”: a las pocas semanas del estreno en los primeros dias de
Junio, llegó al numero uno y GNR se convirtio en la banda mas popular del pais. Los
empresarios nos contaron la noticia pero yo no me lo crei hasta que ví gente de ‘Rolling
Stone’ en la gira: habian enviado un escritor para cubrir la gira de Aerosmith pero despues
de unos dias de ver la reaccion del publico y vernos tocar en vivo, la revista opto por
ponernos a nosotros en la tapa. Al final de la gira, GNR era, absolutamente, una banda
grande, enorme, gigantezca; y generabamos la clase de entusiasmo y alboroto que me dejo
perplejo noche tras noche.
Dicho esto, los miembros de GNR todavia eramos un par de rudimentarios gitanos que no
tenian la menor idea de nada, entonces el manager de Aerosmith, Tim Collins, a modo de
felicitación, se despacho con un regalo que realmente necesitabamos: Maletas. Nos dio a
cada uno de nosotros una valija de aluminio marca Halliburton que todavia conservo. Tim
se dio cuenta que eramos el tipo de personas que podrian haber estado en la ruta por diez
años más sin el equipaje apropiado –y no estaba tan equivocado.
Me acuerdo lo agradecido y contento que estaba de contar con ella. Fui corriendo hacia el
vestidor de Joe y Steven y les agradecí desde el fondo de mi corazon. Ellos me miraron
como si estuviera loco; ahora me doy cuenta que, probablemente, no tenian ni idea que los
organizadores nos habian hecho ese obsequio.

Filmamos la mitad de nuestro tercer video durante la gira con Aerosmith. La secuencia en
vivo que se ve en ‘Paradise City’ contiene escenas tomadas en dos locaciones: en el Giants
Stadium en New Jersey –en dicha gira- y en el ‘Monsters of Rock Festival’ en Castle
Donnington en el area central de Inglaterra, un mes despues, el 20 de agosto de 1988.
Cuando llegamos a Donnington, ‘Sweet Child o mine’ y ‘Welcome to the Jungle’ habia
entrado al ranking mundial y el album, al Top Ten. 
En ese show fuimos testigos de la frenetica reaccion del publico; nunca habiamos visto algo
así. El festival batió records de asistencia ese año, sobrepasando las 100.000 personas. No
pudo haber sido mejor lugar para filmar una secuencia en vivo...excepto por el hecho de
que dos personas murieron aplastadas cerca del escenario durante nuestro set.
El publico enloqueció; era una oleada constante de gente. Axl paró el espectaculo varias
veces para controlar la situacion pero fue inutil, no habia forma de calmar a la multitud. No
teniamos idea que alguien habia resultado herido, y mucho menos que alguien habia
muerto; despues del show fuimos a celebrar a un pub de la zona y Alan vino totalmente
angustiado y nos dio la noticia. Fue horrible; ninguno de nosotros sabía qué hacer: algo que
habia sido motivo de celebracion minutos antes, se habia transformado en una tragedia.
Este fue el primero de muchos momentos extraños, contradictorios y surrealistas.

Casi al mes siguiente, Guns se presento en los MTV Video Music Awards; tocamos
‘Welcome to the Jungle’ y nos llevamos el premio al ‘Mejor Artista Nuevo’. Me gustaria
saber qué fue de esa estatuilla; dónde se encuentra hoy; creo que me la olvidé en un taxi
que, ahora que lo pienso, es lo minimo que se merece. Luego, el 24 de Septiembre de 1988
–casi un año y un mes despues de salir a la venta, ‘Appetite for Destruction’ llego al puesto
numero uno en el ranking Billboard de los albums más vendidos, y se mantendría alli por
tres semanas. Y ahí fue cuando comenzó nuestro reino de terror.
La verdad es que, todo lo que queriamos hacer era poner un tope a todas esas bandas de
porqueria de ‘Hair Metal’ que gozaban de excesivo éxito para lo mediocres que eran. Por lo
menos nosotros nunca quisimos ser Madonna; el estilo de vida de las estrellas pop no tenia
nada que ver con lo que era GNR, al menos desde mi punto de vista. Pero habiamos
arribado allí de la noche a la mañana, incluso antes de saberlo.
Luego de haber cuidado de nosotros mientras haciamos el disco, y luego de haber esperado
un año para que éste ‘despegara’, Tom Zutaut no iba a dejar que su ‘avion’ perdiera altura y
velocidad; entonces nos convenció para que incluyeramos el material acustico en el que
habiamos estado trabajando al de ‘Live like a Suicide’ en un nuevo disco, y que lo
lanzaramos inmediatamente. Lo llamamos “GNR Lies” y salio a la venta el 29 de
noviembre de 1988; una semana despues estaba en el puesto cinco en los charts y de
pronto, la banda que casi rechaza Geffen estaba batiendo records, ya que sólo GNR tuvo
dos discos en el Top Five al mismo tiempo en la decada del ’80.
Ya eramos conocidos en America y el Reino Unido, asi que Alan nos arreglo una gira por
Japón, Australia y Nueva Zelanda, donde el disco todavia no era tan conocido, y recien
estaba empezando a ‘despegar’.
Japon fue especial; un gran choque cultural. Cuando me desperté a la mañana y miré por la
ventana, todos los juguetes japoneses y las peliculas de Godzilla que tanto me gustaban, de
pronto adquirieron un nuevo significado para mí. La experiencia de Izzy fue peor que la
mía: la semana antes de viajar Izzy estaba tan nervioso, ansioso, tenso que para soportar las
10 horas de vuelo sin problemas, tomó un varios comprimidos de Valium -de liberacion
controlada- minutos antes de subir al avion. Durmio profundamente durante todo el viaje;
tan profundamente que tuvimos que cargarlo y guiarlo a traves de Migraciones en el
aeropuerto. Hicimos lo mejor para mantenerlo despierto durante el proceso, pero parecia
que no iba a lograrlo.
Despertó en el hotel, en su habitacion, pero no tenia la menor idea dónde estaba asi que
llamó a Recepción, y preguntó, inseguro, si alguno de nosotros estaba hospedándose en ese
mismo hotel; desde Recepcion, transfirieron el llamado a la habitacion de Steven.
“Hola...Soy Izzy”, dijo. “Eh... donde estoy?”
“Hola!”, dijo Steven. “Estas en Japón!”
“No”
“Sí, Izzy!... Estamos en Japón!
“Salí de acá!” Izzy respondió. “No jodas...mira si vamos a estar en Japón!”
“Si!... estamos en Japón!”, replico Steven, “...mira por la ventana!”
Tal como las demas bandas de hard-rock o heavy metal que tocan en Japon, nos quedamos
en Roppongi, en el Roppongi Prince Hotel, para ser exacto.
Entre los tragos rebajados con agua y la mala droga, me aburri casi inmediatamente, porque
no tenia otro lugar donde ir. Me la pase encerrado en mi habitacion la mayor parte del
tiempo que estuve allí; ésta tenía sólo 9 m2, pero era increiblemente comoda. Estaba la
barrera idiomática, por supuesto pero más alla de eso, no soportaba el comportamiento
beatlemaníaco de los fans japoneses: Nos esperaron en el aeropuerto, nos siguieron al hotel,
esperaban en el lobby o en los pasillos de éste, por si acaso alguno de nosotros pensaba
salir. Me sentía halagado, pero pensaba que todo era muy extraño. Las pocas veces que
intenté salir, fui con escolta hasta el Hard Rock y algunos clubs más, y no encontre razón
para hacer nuevamente el esfuerzo: la escena pseudo dance/rock adquirida del modelo
americano, no me bastó. Afortunadamente, me encontré con una chica que conocia de Los
Angeles, y eso hizo más llevadera la estadía. Por lo demás, mis memorias de esa gira se
reducen a tres cosas: arroz pegajoso, Sake, y Jack Daniel´s
En total hicimos cinco shows allí y tomamos el tren bala para llegar a los otros, fuera de
Tokio. El organizador de dichos shows era el Sr. Udo, famoso por llevar a cabo esta clase
de espectaculos con grandes bandas de hard-rock en aquel tiempo; acompañó a las bandas
más descontroladas desde Van Halen a Motley Crue, y los mantuvo sanos y salvos. Como
es costumbre, el Sr. Udo organizo una cena para nosotros, en la que tambien estaban
presentes los ejecutivos de la discografica japonesa que editaba nuestros discos y otros
empresarios importantes –que nos contaron que pertenecian a ‘Yakuza’, la mafia japonesa-.
Esa noche nos ordenaron no mostrar los tatuajes porque los miembros de Yakuza se
ofenderían: en Japon, los tatuajes tienen mucho más peso que en cualquier otro lugar, y
éstos son fundamentales dentro de la cultura Yakuza. Por supuesto, no hicimos caso: Axl
uso mangas cortas y yo me quité la campera y tambien subí las mangas de la remera, sin
siquiera pensarlo. La cena terminó siendo agradable y el Sr. Udo nos obsequió cámaras al
finalizar la reunion. Las camaras fueron un lindo gesto que terminó convirtiendose en un
problema: a ninguno de nosotros se nos ocurrió declararlas como ‘regalos’ cuando pasamos
por la aduana, asi que las autoridades japonesas nos detuvieron cuando las encontraron. Por
lo menos a alguno de nosotros: Yo ya habia perdido la mía al momento de llegar al
aeropuerto, y creo que Steven tambien. Duff logró pasar pero los otros fueron demorados.
Luego de una hora de interrogatorio, Izzy se rindió; le parecio irrelevante el problema, y
termino haciendola pedazos en frente de los guardias; Axl, sin embargo, no lo hizo; y fue
inspeccionado al maximo nivel; creo que hasta lo desnudaron y todo. En cualquier caso,
perdimos el avion esperandolo a él.
La proxima parada era Australia; hicimos una pequeña gira que incluyo Sidney y
Melbourne, y como el album apenas era conocido allí, decidimos resucitar algunos covers
como “Marseilles” de Angels y “Nice boys don´t play rock n’ roll” de Rose Tattoo, una
gran banda australiana. Hicimos una pausa para ponernos en contacto con ellos y
conocerlos; y debo decir que su lider, Angry Anderson, era tal como lo imagine: jamás
habia visto alguien con tantos tatuajes como él, y era tan autentico y honesto como pensé
que seria. 
A esta altura, ya mostrabamos los primeros signos de desgaste fisico debido al exceso de
giras. El cuerpo nos estaba pasando factura. Tambien habiamos sido muy mimados por el
entusiasmo que mostro el publico americano, asi que Australia fue un poco decepcionante,
cuando necesitamos que nos levantaran el animo. Las chicas eran distantes, ‘estiradas’ e
independientes; no se nos tiraban encima, ni nos perseguian para conocernos personalmente
como lo hacian las demas, en todos los lugares que habiamos visitado.
En este punto, la heroína comenzaba a mostrar su fea cara nuevamente: Izzy y yo nos
encontramos con alguien que tenia, y le compramos un poco. Pronto descubrimos la
antigua cultura de la heroína en Australia. Mantuvimos el control; consumimos poca
cantidad y esporadicamente, de modo que este comportamiento no evoluciono en un habito
constante o vicio.
Tratamos de sacar provecho y compusimos muy buen material en el transcurso de la gira.
El arreglo instrumental de ‘Civil War’ lo compuse antes de irnos de Japon. Axl comenzó a
escribir la letra y ensamblamos todo durante la prueba de sonido en Melbourne; primero el
comienzo, luego la seccion más fuerte. Esa cancion se armó muy rapidamente.
Pasadas las cinco fechas en Australia, finalmente llegamos a Nueva Zelanda. Ahí fue
cuando me di cuenta que no daba más, que estaba completamente agotado; habiamos
pasado dos años en la ruta, pero al mismo tiempo no queria volver, porque no tenia dónde
ir.
Cuando regresamos a Los Angeles, decidi mimarme un poco y me compre una guitarra. De
alguna manera, un coleccionista se puso en contacto con nuestro manager porque queria
venderme la Les Paul 1959 que habia pertenecido a Joe Perry; la guitarra tiene acabado
Sunburst color tabaco y he sido fotografiado con ella infinidad de veces. La ex esposa de
Joe la habia vendido cuando él todavia tenia problemas con drogas y ambos estaban
atravesando momentos dificiles. Y asi fue; este tipo tenia fotos y toda la documentacion.
Yo conocia muy bien esa guitarra: cuando era chico tenia un poster de Aerosmith en la
pared, en el que Joe sostenia esa Les Paul. Ademas la guitarra tenía marcado su apodo; era
100% autentica.
El tipo queria 8.000 dolares por ella, y aunque nunca habia gastado tal cantidad en ninguna
otra cosa en mi vida, tenia que tenerla. Fue una sensacion increible la que senti al tener esa
guitarra en mis manos; el mismo instrumento que habia tenido un rol esencial en mi vida,
en cuanto a la profesion que elegí, estaba ahora en mis manos, era mío; y la usaria en el
video de ‘November Rain’. De verdad, sentí que era exitoso.
Si mal no recuerdo, fue para el tiempo que mande a guardar la guitarra que habia usado
para Appetite y para el video de ‘Welcome to the Jungle’, mi vieja replica de Les Paul -y la
de repuesto tambien. Hago uso y abuso de mis guitarras cuando toco en vivo; y a esta
altura, luego de la gira, estaba en muy mal estado.
En cualquier caso, necesitaba nuevas guitarras para la gira, asi que le pedí a Gibson dos Les
Paul Standards. Ellos apreciaron mi dedicacion, pero como no era un personaje destacado
en ese momento, no me las darian gratis, sino que me las cobrarian a precio mayorista. Eso
estaba bien: conseguí dos modelos con acabado Sunburst rojo y naranja e inmediatamente
las hice repintar para que lucieran menos ‘nuevas’ y los colores no fueran tan brillantes; al
contrario, las queria mate y que parecieran desgastadas del uso. Utilicé una para el resto de
la gira de Appetite, la totalidad de la gira de Use Your Illusion y en las dos giras de
Snakepit. Tambien aparece en los videos de “Sweet child o mine” y “Paradise City”. La
otra la guardé de repuesto.
Duraron bastante, por lo menos. Cuando armamos Velvet Revolver esas guitarras estaban
en muy mal estado; y aunque no las guarde en un armario, decidi no usarlas en vivo o
usarlas minimamente –sólo recurro a ellas para tocar ‘Fall to pieces’-. Para llenar este
espacio, le pedi a Gibson un par de guitarras mas y esta vez me las dieron sin cuestionarme;
aparentemente mi nombre ya habia adquirido notoriedad. De hecho, fueron mas allá y me
hicieron mi propia guitarra: la Les Paul Slash Model, que es una replica exacta de la Gibson
Les Paul 1988 que me habian dado en aquel momento.
Ahora uso esas en el escenario y son replicas tan exactas que la primera vez que abri el
estuche y miré al prototipo numero 001, pensé que estaba mirando la original que me
habian devuelto. La replica tenia los rayones, las muescas y las quemaduras de cigarrillo
que tenia la original; incluso una grieta en el diapason de la vez que me exploto en la cara y
la hice reparar –enseguida te contaré esa historia. En cualquier caso, se llama ‘Slash
Signature Model’ y es exactamente igual a aquella mia. Considerando que Gibson hizo lo
mismo para Jimmy Page –replico la guitarra que él uso para ‘The Song Remains the Same’
y todos los albums exitosos de Led Zeppelin-, me honra que lo hayan hecho por mí
tambien.
CAPITULO 9
NO INTENTEN ESTO EN SUS CASAS

Una vez que terminó la última parte de la gira de ‘Appetite’, volví a Los Angeles,
bastante haragán y molesto con esa situacion; por primera vez en dos años no tenia un
lugar predeterminado donde estar, o una tarea que hacer cuando despertara. Habia
estado lejos tanto tiempo que nada era gratificante y la rutina de la vida normal me
resultaba ajena: no sabía cómo se suponia que iba a ir al supermercado despues de
haber tocado en un campo de deportes en Japon, la semana anterior. La gira habia
sido tan extensa que me habia olvidado que alguna vez salí a comprar whisky y
cigarrillos por mi cuenta. No pude concebir la idea de renunciar a la emocion y el
entusiasmo de tocar todas las noches y cada dia esperaba volver a sentir esa sensacion
de vértigo. Tuve que llenar ese vacio. Con la banda en pausa y sin actividades a la
vista, me embarqué en una expedicion solitaria que nunca fue más alla de Los Angeles
y fui más decadente que nunca; porque cuando las cosas se terminan y todo se
tranquiliza; cuando no se qué hacer conmigo mismo, me convierto en la persona más
autodestructiva que conozco.
No me siento culpable; más lo veo como un efecto colateral natural, normal de esta
actividad. Despues de dos años en la ruta, nos tomo bastante tiempo a todos, bajar a
tierra nuevamente. Siempre habia vivido todo a una velocidad suicida, no sabía qué
me estaba sucediendo ahora; no habia hecho nada para modificar mi ritmo o mi estilo
de vida pero de lo que sí estaba seguro es que no estaba preparado para permanecer
en un mismo lugar, tranquilo. En nuestra carrera siempre habiamos estado
trabajando constantemente para hacernos conocidos, luego siguió de la misma
manera. Habian sido cinco años...ocho años; comencé a los 18 y ahora tenia 23. Habia
logrado lo que queria; lo habiamos logrado. Y ahora estaba solo, impaciente,
dandome la cabeza contra la pared y sentia que la casa se me venia encima.

En un punto de mi vida, estaba tan obsesionado con la heroína, el opio y todo lo que
derivase de las amapolas que iba a la biblioteca todos los dias a estudiar el cultivo y la
ciencia de cada una de ellas. Leia cualquier cosa que encontrara: desde libros de texto que
explicaban el proceso quimico de las drogas hasta libros de historia que contaban
cronologicamente la evolución de las Triadas y otras organizaciones chinas que controlaban
el tráfico y contrabando de ellas. Tambien leí acerca de mis estrellas de rock favoritas, mis
idolos...todos adictos. Tomando todo en cuenta, me las arreglé para ingresar en ese area, sin
un modelo a seguir; no traté de imitar a nadie. La simple contradiccion tenia sentido para
mí: todos en la ciudad consumian heroína y por esa sencilla razón, yo no estaba interesado
en ella. Pero cuando sí lo estuve, lo estuve realmente... simplemente no senti la necesidad
de demostrarlo.
El primer y último libro que leí estaba cargado de heroína y abuso de drogas, y era
demasiado sensacionalista. Leí “Hammer of the Gods” (El Martillo de los Dioses) y “No
One Here Gets Out Alive” (Ninguno de nosotros saldrá vivo de aquí), ambas historias de
Led Zeppelin y The Doors respectivamente. Mencionan la droga a lo largo de los libros y
yo estaba tan obsesionado que los leía sólo por esa razón; no tenia el más mínimo interés
por las otras cosas que contaban. Para mí, esos libros habían sido escritos, básicamente,
para diversión de los propios autores; me parecían imprecisos, inexactos y llenos de
mentiras. Después, no volví a leer nunca más otra biografía de estrellas de rock.
En este sentido, nunca ‘hice los deberes’; nunca estudié la vida de otros adictos en el
mundo del rock; pero, al mismo tiempo, no tuve que hacerlo ya que más adelante, entraría
en el círculo de Keith Richards, Eric Clapton y Ray Charles. Creo que quien es
verdaderamente adicto siente cierto parentezco con otros adictos. De alguna manera, supe
que compartimos ciertos intereses, en términos de preferencia por tal o cual droga. Es la
adicción que determina este comportamiento; sin saberlo, terminás acercándote a otros que
eligen lo mismo que vos.
En ese entonces, la heroína era como una novela para mí, una aventura, un refugio personal
dentro de mi propio cuerpo y mente. Luego de haber abandonado el consumo y haberme
desintoxicado más de una vez, la innegable incomodidad nunca me desalentó. Pude
haberme dado cuenta de la discapacidad que provoca la droga cuando estuve limpio, pero
luego de no consumir por un tiempo, recordaría lo mucho que amaba utilizarla.

Había pasado un tiempo y estaba a punto de redescubrir todo nuevamente. Era 1989.
Habíamos girado por la mayor parte de América, Canadá, Europa, Japón y Australia.
Habíamos esperado un año que el album llegara al Top Ten y tener una canción en el
puesto número uno de los rankings; habíamos filmado tres videos que eran reproducidos
una y otra vez por MTV, un canal que nos ha ayudado mucho y que nunca nos importó
demasiado. Nos habíamos presentado en los American Music Awards e intrepretado
“Patience” con Don Henley en baterías. Habíamos compartido giras con nuestros amigos y
con nuestros ídolos. Al final y de repente, nos habíamos convertido en la banda que
siempre supimos que seríamos...pero mejores. 
Al arribar a Los Angeles, al término de la gira de Appetite, cada uno de nosotros, uno por
uno, volvió a su vida habitual y retomó lo que sea que habíamos dejado atrás: Duff volvió a
su casa con Mandy (con quien se había casado en 1988), Steven se fue a vivir con su chica
de turno -quien quiera que fuese a ese entonces-; Axl volvió con Erin; Doug retornó a San
Diego; y Alan, a Redondo Beach. Pronto, Izzy y yo nos quedamos sentados en el
Aeropuerto Internacional de Los Angeles, con nuestras flamantes maletas Halliburton y sin
un lugar en particular adonde ir. Durante este período cada uno vivió en su burbuja.
Habíamos recaudado bastante dinero en la gira y se sumaba el de las ventas de Appetite, asi
que la necesidad de supervivencia ya no era una motivación. Todos estaban, supongo,
‘tomándose un tiempo para oler las rosas’ –como dicen-, o mejor dicho, disfrutando de las
cosas buenas que la vida les había dado; pero simplemente no estoy seguro que ninguno de
nosotros supiera cómo hacerlo.
Izzy hizo una llamada y fuimos a la casa de un amigo de Seymour Cassel, a quien
llamaremos ‘Bill’. Habíamos probado un poco de heroína en Australia y el antojo volvió a
aparecer cuando volvimos a casa. Aparte, después de dos años de giras,
subconscientemente, ambos sentíamos que merecíamos darnos el gusto. De todos modos,
Bill tenía preferencia por las drogas; siempre tenía bastante cantidad y variedad, y también
era muy generoso.
Cuando empezás a hacerte famoso, suceden ciertas cosas tipicas: en Hollywood, si vas a un
bar, todo el mundo quiere pagarte un trago, tenés libre entrada a todos los clubes y, te guste
o no, de repente te convertís en toda una figura en el circuito de la noche. Cuando eso
empezó a sucedernos a nosotros, nunca me hubiera imaginado hacer algo menos interesante
en mi tiempo libre. La escena en Hollywood, en ese entonces, seguía siendo tan mala como
antes, y cuanto más conocido se hacía mi nombre, menos me gustaba.
El número de desconocidos que se acercaban a mí para salir de juerga se había
cuadruplicado, asi que me volví completamente distante y solitario. Incluso, en raras
ocasiones cuando quería salir, me encontraba con que la escena de Hollywood que nosotros
conocíamos estaba muerta: ‘Cathouse’ había cerrado y no había nada más que me pareciera
interesante en Los Angeles. Toda la banda necesitaba tiempo para descomprimir; mirando
atrás, tiene sentido que me haya permitido un desliz con la seductora heroína; era una zona
confortable para mí. Éste era el único aspecto del éxito y la fama que no me parecía
insípido; realmente no había nada más. No quería salir a los clubs de strippers a buscar
chicas sexies y demás para disfrutar de mi nuevo ‘status social’; sólo quería juntarme con
Bill a consumir drogas.
La única ‘estabilidad’ que había conocido en mi vida hasta ese momento, era el viajar
constantemente; puede sonar contradictorio pero es la verdad y es algo que no he perdido.
Tenía 23 años y no había tenido un domicilio estable ni una vida estable, desde que tenía
13. El hogar para mí se reducía a la casa de mis novias, o al bus en el que viajábamos con la
banda. Es simple y sencillo: viví para tocar la guitarra o estar en la ruta.
Como dije, Bill no era realmente un dealer, sólo le gustaba consumir de manera informal.
Siempre fumaba heroína y tenía muchísimo control sobre eso, mientras que yo estaba en el
otro extremo: era obsesivo/compulsivo con respecto a la heroína; estaba endemoniado,
siempre ansioso de tenerla cerca y siempre queriendo un poco más.
La primera noche en la casa de Bill, todos fumamos, ya que no contaba con los elementos
para inyectarla. Pero estaba ansioso por tomar un poco y salir corriendo a conseguir
jeringas y agujas. 
Así fue que comenzó una larga obsesión con la heroína; una pesadilla que duró desde 1989
hasta 1991.

La casa de Bill estaba ubicada en Franklin y Western, en East Hollywood pero bastante
alejado de la zona por la que todos transitaban. Él, su esposa y sus amigos eran todos muy
buenos. Izzy y yo frecuentabamos la casa diariamente y nos llevabamos muy bien con ellos.
Bill no permitía el uso de agujas en su casa, asi que yo fumaría un poco allí y guardaría otro
poco para inyectarla en mis ratos libres, cuando terminara mis actividades o luego de
cumplir con los compromisos asumidos.
Uno de ellos era una sesión de fotos para la revista ‘Guitar World’ con Glen La Ferman en
la que Izzy y yo estabamos muy drogados. Habíamos pasado por lo menos una semana en
la casa de Bill y recuerdo que fuimos a la cita con nuestras guitarras y nos quedamos
dormidos en el piso...no mucho más que eso. Obviamente no era ése el objetivo pero creo
que ni nos dimos cuenta lo que hicimos. Sólo recuerdo que después, volvimos a lo de Bill. 
Quiero que conste que esa sesión incluye la famosa foto en Rainbow, en la que estoy tirado
en el suelo con mi galera, y a mi lado está la guitarra, una botella de Stoli y todo lo demás.
Si tenés una visión decente y nos mirás detenidamente a los dos, fácilmente verás que
estaba en otro mundo.
Estaba gastándome en drogas todo el dinero que habíamos recaudado en la gira, y ambos
íbamos en busca de esa excitación, la clase de alboroto que nunca encontrarás caminando
por Hollywood jugando a la estrella de rock. Buscábamos un lugar un tanto más oscuro.
Finalmente, Bill fue arrestado y sentenciado a 30 años por haberlo agarrado tres veces con
drogas ilegales en cantidad suficiente para ser calificado como ‘intento de venta’. Al final,
Bill pasó 11 años en la cárcel y luego, salió. Pero antes de su arresto, su casa y su teléfono
fueron vigilados; cada movimiento fue monitoreado. Entre todas las personas que
concurrían con regularidad a la casa, estábamos Izzy y yo; y después me contó Bill que los
policías se mostraron particularmente interesados en nosotros. Teóricamente, estaban
dispuestos a negociar con Bill si nos delataba ya que, en ese entonces, ya teníamos cierto
grado de fama. Pero Bill se negó a hacerlo...Dios lo bendiga!

Finalmente, decidí que, a la luz del éxito de la banda, quizá debería alquilar un lugar
propio. El departamento de Larrabee fue el primero que tuve en toda mi vida; a mi nombre
y estaba orgulloso de eso. Era un ambiente totalmente amoblado, un estudio perfecto,
exactamente diseñado como un cuarto de hotel –y fue exactamente eso lo que me gustó de
él. Desafortunadamente, como en todos los otros departamentos en los que viví
anteriormente, me desalojaron bastante rápidamente.
Lo mantuve un tiempo; bueno, en realidad, Ronnie Stalnaker lo hizo –una de sus tareas era
mantener a las drogas y los problemas lejos de mí y a mí lejos de ellos. Regularmente venía
y limpiaba el lugar, probablemente para ver si me estaba portando bien; la verdad, nunca lo
hice: era un desafío demasiado divertido ingeniármelas para hacer entrar al departamento a
escondidas a mis amigos adictos sin que Ronnie se diera cuenta de ello. Siempre era una
gran hazaña porque Ronnie vivía en el departamento de al lado.
Las cosas no terminaron bien con Ronnie –era un tanto obsesivo con su trabajo y se volvió
un poco acosador- pero a esta altura él no había hecho más que demostrar su lealtad y ser
muy buen guardaespaldas, a pesar de mis esfuerzos por volverlo loco. Por ejemplo, una
noche, mientras estábamos de gira por algún lugar, decidí terminar la tarde tirando una
botella de Jack Daniels a la televisión de mi habitación en el hotel antes de quedarme
dormido. Por supuesto, explotó todo, y Ronnie se acercó a la habitación. Estábamos en un
piso alto pero Ronnie decretó que no pagaríamos por esa TV, entonces, fue hacia la
ventana, salió al exterior, caminó por la cornisa del edificio hasta la habitación contigua,
donde robó un televisor y lo reemplazó por el que yo había roto. ‘Eso’ es dedicación.
Otra vez, durante la estadía en Dallas, Duff y yo teníamos cuartos contiguos conectados por
una puerta, donde invitábamos gran cantidad de amigos que traían cocaína a montones. La
fiesta duró toda esa noche hasta bien entrada la mañana siguiente. Las cosas nuevamente se
nos fueron de las manos: rompimos una pequeña mesa de café de vidrio. Yo estaba
descalzo y caminé sobre ella; obviamente me corté los pies y todo el lugar quedó
ensangrentado. En un momento alguien pateó la puerta divisoria, volcaron las camas e
hicieron trizas la totalidad de las lámparas. Éramos demasiadas personas portándose mal
como para que Ronnie pudiera lidiar con nosotros, asi que planeó sacarnos del hotel sin que
nadie supiera: nos guió hacia un ascensor de servicio, por el sector interno, hacia la zona de
carga y descarga del hotel, hasta el bus. En el hotel se habían escuchado los ruidos y se
percataron que había una fiesta allí, pero Ronnie, de alguna manera, había logrado ‘distraer’
al personal de seguridad por una hora, más o menos. Pensamos que habíamos zafado hasta
que la policía nos detuvo, a unas cuadras del lugar, en un pequeño almacén donde, si mi
memoria no falla, me había robado un manojo de caramelos.
Nos pusieron en fila contra uno de los laterales del bus y luego nos llevaron detenidos por
destruir el hotel. Fue realmente costoso y puedo decir con total honestidad que esa fue la
última vez que causé un desastre semejante en un hotel. Por supuesto, rompí algunos
televisores y fui responsable de alguna otra estupidez más, pero fue la última vez que me
prendí en tal destrozo porque yo fui el que pagó la cuenta por los daños.
Claramente, Ronnie era muy dedicado a su trabajo pero a pesar de esto, no le fue fácil
mantener mi departamento en orden. El primer choque fue cuando mi hermano Albion o
“Ash” se quedó allí mientras yo estaba de gira. Ash es un gran artista de graffitis, y cuando
regresé, encontré todas las paredes cubiertas de asombrosos murales –pero no tenía el más
mínimo interés en tenerlos en mi casa. Estaba muy enojado pero sólo le dije que habia sido
‘desconsiderado’ al actuar de esa manera; después de todo, sólo tenía 16 años. Desde
entonces, Ash es parte de “Conart”, una empresa vanguardista de remeras cuyos diseños se
basan en su arte.
Ronnie repintó las paredes, limpió el lugar e hizo todo lo demás para que sigamos viviendo
allí. Era un departamento muy simple: tenía un microondas y un refrigerador repleto de lo
que, usualmente, un hombre soltero puede guardar en él, además de condimentos y
aderezos. No era gran cosa, pero lo arruiné en muy poco tiempo ya que West Arkeen venía
casi todos los días y ambos fumaríamos crack. Cuando la pipa empezaba a hacer efecto,
escucharíamos música y lentamente treparíamos por las paredes. En los días que pasé con
West, me di cuenta que era un tipo bárbaro pero que también era un desastre de persona. Y
para completar, yo tenía otro amigo músico, Jay, a cuya casa fui muchas veces a consumir
heroína. Tomando todo en cuenta, poco a poco y a pesar de mi solvencia económica,
terminé viviendo en las mismas condiciones andrajosas que cuando vivía en el garage.

Tuve muchisimas novias durante este período; las veía en mi departamento en diferentes
días –o noches, mejor dicho-. En el curso de estos meses, el manager tuvo la brillante idea
de hacerme participar de los MTV Video Music Awards como presentador de una de las
ternas; ni siquiera recuerdo quién se llevo la estatuilla, pero sí recuerdo que Traci Lords era
co-presentadora de esa terna.
Traci Lords era una actriz porno y a Alan pensó que sería divertido que yo apareciera ahí
con ella. Obviamente vió las ventajas desde el aspecto sensacionalista, pero no fue -para
nada- una mala idea.
Traci y yo nos conocimos detrás del escenario, comenzamos a hablar; y a salir, casi
inmediatamente. Ella era realmente muy linda y pronto descubrí que también era un tanto
dicotómica.
Me encontraba en un lugar extraño; era ligeramente famoso, tenía triste fama, pero todavía
seguía teniendo la misma mentalidad y seguía viviendo igual que siempre: de un modo
rebelde, salvaje y harapiento. 
En ese momento, podría haber tenido 15.000.000 de dólares en el banco y no hubiera
cambiado el más mínimo detalle acerca de mi estilo de vida: No tenía auto, y estaba feliz de
contar con un departamento de un ambiente idéntico a una habitación de hotel; no
necesitaba nada más. Así pensaba. Pero al mismo tiempo, sabía como ser un ‘caballero’,
que es todo lo que Traci Lords esperaba de mí en una cita. Asi que, de alguna manera, nos
entendimos bien.
Traci no quería ser vista en público conmigo, bajo ningún concepto; si alguna vez fuimos a
algún lado donde otros estarían pendientes de nosotros, fue toda una epopeya: yo debía
llegar después de ella, y reunirme con ella en el interior del lugar pero actuar como si nos
hubiésemos encontrado por accidente. Obviamente, no era difícil reconocerme; asi que ella
siempre insistía en que nos retiráramos enseguida por alguna puerta lateral, para que nadie
nos viera. Personalmente, pienso que a la gente que nos vió, les importaba un carajo que
estuviéramos juntos. Esto provocó que salir con Traci –en público- se tranformara un
verdadero fastidio. Llamame ‘inocente’ pero no lo entendía; no sabía de quíen podría estar
escondiéndose. Por lo que yo entendí, quería mantener un perfil bajo porque no quería
quedar como ‘la puta groupie’ o la clase de actriz porno que, los tipos como yo elegían
como novias. Nunca fui crítico con ese tema y nunca comprendí a los que sí lo fueron: de
hecho, sólo la conocía por una película en la que esta inclinada agarrándose los tobillos, y
era divina. Apreciaba eso, de verdad; y me imagino que los otros también lo apreciaban.
Asi que nunca entendí el por qué de toda esa farsa.
A esa altura, Traci ya no participaba en películas porno; estaba lanzándose como cantante y
tratando de cruzar la barrera hacia la cinematografía tradicional. Esa era la razón por la cual
no quería ser considerada como ‘la estrella porno que se acostaba con el rockero’; quería
hacer un cambio en su carrera. Me había propuesto participar en una de sus canciones, y
viajar a Vancouver, donde ella estaba grabando su disco. Todo lo que puedo decir es que
estaba involucrada con uno de los productores más turbios y menos talentosos que jamás he
visto... y se lo advertí. No obstante, hice con ella algunos temas, pero estaba claro que ese
disco era poco serio.
Absolutamente todo lo que hacíamos juntos estaba teñido de formalidad; todo muy
apropiado. Era como que ella tenía una idea de sí, que no se condecía para nada con la
imagen real, con quien realmente era. Honestamente, yo sólo quería tener sexo con ella.
Por supuesto, cuando empecé a salir con Traci, West trajo una copia de “New Wave
Hookers” para ver. Fue entretenido pero también fue como un ‘adelanto’ ya que luego de
un mes de noviazgo, todavía no habíamos dormido juntos. Nuestra relación estaba
empezando a convertirse en una molestia en vez de algo que valiera la pena.
Un día, Traci me llamó para planear algo juntos; ese mismo día, West apareció en mi
departamento con una enorme cantidad de crack. No dormimos por dos días y para cuando
Traci pasó a buscarme para salir, West y yo andábamos reptando en busca de más rocas. Yo
sabía que vendría, pero no pude evitarlo; estábamos hechos un desastre. La única persona
que habría apañado esa situación hubiera sido una prostituta adicta al crack.
El lugar parecía un chiquero en todo sentido, y que West se estuviera quedando allí como
un pigmeo residente; sólo medía 1.55 mts, tenía poco pelo, rubio y realmente grasoso
después de fumar crack durante dos días. West siempre mostraba una amplia sonrisa; pero
más drogado estaba, más perturbadora parecía su sonrisa. Esa tarde, en particular, estaba
tan arruinado que miraba lascivamente a Traci; tan arruinado que tampoco le importó ir a
mi biblioteca, tomar “New Wave Hookers”, y señalar la cubierta, diciendo: “Ésta sos vos,
no?!, Sos Traci Lords!”, mientras continuaba sonriéndole.
Ahora bien, Traci era la clase de chica que buscaba el hombre que la proveyera de todas las
cosas que ella había querido desde siempre: buena ropa, lindos autos, linda vida. Y
mientras yo podría haberlo hecho, no era lo suficiente maduro como para darme cuenta que
eso es lo que buscaban la mayoría de las chicas –especialmente las chicas como Traci. No
lo veía de esa manera en ese entonces, por la forma en la que había estado viviendo, apenas
podía prestar atención a esos pequeños detalles. Pero allí estaba ella, a media tarde, en el
departamento, en un ambiente totalmente oscuro que olía a llantas quemadas después de
nuestras 48 horas de fiesta fumando crack; allí estaba West, petisito, super feliz,
babeándose; y también estaba yo.
Traci miró detenidamente alrededor. “Enseguida vuelvo” dijo con su particular tono de voz.
“Creo que me olvidé algo en el auto”.
“Bueno...si, esta bien”, le respondí. “Luego nos vemos!”. Estaba tan drogado que perdí el
sentido del tiempo, pero pronto me di cuenta que se había ido para nunca regresar.

El siguiente hogar fue la casa que Izzy y yo alquilamos en Hollywood Hills durante un mes.
Estaba parcialmente amoblada con todos lo básico que uno puede necesitar: camas,
microondas, todo. Nos divertimos mucho allí y también compusimos buenas cosas; yo
compuse “Coma”, y ambos, “Locomotive”. Había un gran flujo creativo en esa casa.
Adam Day también venía a dormir. Él ha estado soportándome por 19 años; es mi técnico
de guitarras. Alan se mudó con nosotros pero, al prosperar nuestra relación laboral
profesional, esa fue la última vez que intentó vivir cerca de mí.
Fue para ese tiempo que filmamos los videos del album ‘Lies’, que lideraba los charts junto
a ‘Appetite’. Las tomas del video de ‘Patience’ las rodamos en dos lugares: los estudios
‘Record Plant’, donde también se grabaron las canciones; y el Hotel Ambassador, donde
mataron a Bobby Kennedy y que en ese momento estaba cerrado al público pero lo usaban
para videos o películas. En el estudio filmamos la escena donde tocamos todos en vivo y el
resto en el hotel.
Tenía dos serpientes que me habían regalado mientras vivía en Larrabee: una boa
constrictor de cola roja de 1.80 mts de largo llamada Pandora que había sido un obsequio
de Lisa Flynt, la hija de Larry; la otra era una hembra pitón burmés llamada Adrianna.
Ambas vivían en el placard de mi habitación y ambas aparecen en el video. Las había
trasladado a la casa nueva y recuerdo que ese día, Adam fue a buscarlas y regreso
enloquecido –y sin las serpientes.
“Mmm, si...bueno, traté de agarrarlas” dijo, un poco nervioso. “Pero se habían salido de la
pecera, y andaban sueltas, por arriba de tu cama”. Asi que tuve que ir yo a buscarlas –nadie
más pudo traerlas.
Recuerdo muy bien ese día; estaba empezando a convertirme en esos músicos drogadictos
que piensan que lo que hacen es común y corriente, y ‘aceptado’ por los demás, que casi lo
hacen en público, abiertamente.
Llegué al lugar de la filmación, entré lo más campante saludando a todos camarógrafos e
iluminadores que se habían agrupado para preparar esa escena, y me encerré en el baño.
Ahora era un guitarrista cuya reputación le precedía, y estaba a la altura de eso: Me quede
allí durante 8 minutos, me inyecté, salí y me recosté en la cama junto a mi boa. No hice
mucho más; eso es lo que querían, y eso fue lo que filmaron. No creo haber pronunciado
palabra. Fue muy surrealista: ya no estabamos en los ’60; de hecho, esto era a finales de los
’80. En los años 60, los músicos viajaban con todo un sequito de personas para hacer este
tipo de cosas. Y yo me econtraba ahí, solo, con mi serpiente, haciendo lo mío, filmando mi
escena.

Después de alquilar por un tiempo, hice lo que cualquier persona con dinero debería hacer:
compre una casa, tal como me aconsejó mi manager. Todavía no pensaba en el futuro ni
sabía manejar mis finanzas; no tenía aspiraciones materiales y tampoco gastaba demasiado
dinero en ninguna otra cosa en ese momento; el dinero era un concepto abstracto para mí.
Los bienes materiales nunca me interesaron aunque, de repente, todos a mi alrededor se
mostraron preocupados por ellos.
Encontré una casa en Laurel Canyon, que era el área de Los Angeles que tuve en mente
desde un principio: me recordaba los mejores momentos de mi adolescencia. Me compré mi
primera casa en Walnut Drive, bastante alejado de Kirkwood Dr., que esta bastante alejado
de Laurel Canyon. Siempre fue conocida como la ‘Walnut House’.
Walnut Drive quedaba cerca de donde Steven había sufrido el incidente con la señora de 30
años y su marido en la fiesta de Alexis, muchos años atrás.
La ‘Walnut House’ era una casita rara con dos habitaciones, -y bastante escondida- que
necesitaba cierta ambientación, asi que me pareció de lo más normal contratar al equipo de
diseñadores que había trabajado en ‘Patience’ para recrear el entorno gitano del video.
Buscaron y encontraron todos los muebles en tiendas de antigüedades y de segunda mano.
Mientras conseguían todo lo necesario y redecoraban el lugar, me mudé con nuestra
publicista internacional, Arlette, que trabajaba con nosotros desde aquellos primeros tres
show en Inglaterra, en Marquee. Fue como una madre para mí; quizá por mi condición de
‘perro callejero’ en ese entonces. Me dejó llevar a Clyde, mi serpiente que había estado
viviendo con Del James por un tiempo, asi como también a Pandora y Adrianna. De hecho,
llevé varias de mis serpientes allí, las dejaba en la sala de estar de su casa de dos ambientes
ubicada en Cynthia y San Vicente en West Hollywood; Arlette todavía vive allí. Ella ha
sido muy generosa conmigo al dejar ingresar mis mascotas a la casa; desafortundamente,
también tuvo que lidiar con mi adicción desmedida a la heroína. Cada noche, algún
personaje de carácter dudoso se asomaba y golpeaba mi ventana...o mejor dicho, su
ventana. Sabía que no le gustaban mis reptiles pero menos le gustaba que anduviera
despierto toda la noche, metiéndome drogas y tener indeseables visitas a altas horas de la
madrugada.
Sucedió algo muy gracioso con las serpientes. Al principio, Arlette les tenía miedo pero de
a poco se convirtió, por sí sola –sin aliento de mi parte- en una loca por las serpientes. Una
vez, le regalé una pitón burmes macho -un bebé que creció hasta tener más de tres metros
de largo. Se hicieron amigas; la llevaba a nadar, se bañaba con ella y le hablaba como si
fuera un perro. Arlette estaba convencida que esa serpiente era casi un ser humano y
entendía todo lo que ella le decía; y debo decir que actuaba como si verdaderamente
entendiera.
Arlette se interesó mucho por mi bienestar mientras estuve viviendo con ella y remarcaba lo
que era obvio: había pasado de ser un alcohólico despreocupado a ser un desalmado
monstruo drogadicto que no se asemejaba en nada al tipo que ella habia conocido años
antes. Sabía que tenía razón, sabía que no lucía saludable y tampoco me sentía saludable.
Me quedé en su casa durante tres o cuatro meses pero hice muy poco para cambiar mis
hábitos.
En cambio, ocupé mi tiempo en supervisar las reformas en mi casa. Se había convertido en
un fumadero de opio con aire gitano; tal cual como lo quería: cambiaron el aspecto de las
molduras y las maderas, y pintaron las paredes de colores oscuros. La cocina era verde
pino; mi baño favorito, completamente negro –allí iba a inyectarme-, otro ambiente estaba
pintado de azul noche y la sala de estar, color púrpura. También había un cuarto sepia como
si estuvieras en una película del lejano oeste. También me compre un auto, en conjunto con
la casa; era un Honda CRX, y como todos los autos que tuve en mi vida, era negro por
dentro y por fuera. 
Estaba bastante fuera de control, en ese tiempo. Recuerdo reunirme con el contratista para
hablar de remodelar el baño y pensar que, quizá, tomar algunas líneas de coca sería una
buena forma de romper el hielo.
Ambos estábamos parados en el baño, mientras él me contaba cómo iba a ser el trabajo.
“Si, esta bien. Esta todo bien” le dije. Luego bajé la tapa del inodoro y corté allí cuatro
gruesas líneas de cocaína. “Querés una?”
No parecía estar muy cómodo. “No, gracias. Estoy trabajando” me respondió
“O.K, esta bien” respondí. “Entonces, también me tomaré la tuya”
“No es sólo eso...son las ocho de la mañana”, me dijo sonriendo como gesto de disculpas. 
En ese momento, me convertí en su peor pesadilla. Yo reunía todos y cada uno de los
estereotipos que el tipo podía haber oído mencionar sobre las estrellas de rock; todos
encerrados en una misma persona, y aún peor porque él había sido contratado para
transformar uno de los baños con un enorme jacuzzi en un gigantezco terrario para mis
serpientes que ocupaba un cuarto del baño. Tenía que construir paredes de vidrio que iban
del piso al techo para cerrar esa bañera, que estaba elevada y ademas agregar varios
escalones de Plexiglas para que uno pudiera ver mis mascotas donde quiera que se
encontraran. Estaba ansioso por rellenar el terrario con árboles y todo lo que les agrada a
las serpientes. En la ‘Walnut House’ tuve casi 90 serpientes y reptiles: tuve lagartos,
lagartijas, caimanes, todo tipo de animales.
Cuando el trabajo estaba terminado, finalmente me mudé a la Walnut House; y en
conmemoración, dedidí consumir mucha, mucha droga. Tenía una mesa redonda
espectacular de madera oriental tallada con un vidrio encima de ella; iba a ser testigo y
partícipe de muchos cortes de todas clases a lo largo de los años, pero esa primera noche,
Izzy y yo nos sentamos alrededor, en un sillón de terciopelo rojo oscuro. Sólo una lamparita
iluminaba el lugar. No es necesario decirlo; el efecto duró mucho tiempo. 
Poco después de mudarme, volví a ver a mi ex novia Sally. La cama en esa casa estaba en
una especie de entrepiso o tarima en el segundo piso y el ambiente en sí era bastante oscuro
ya que la única luz provenía de un velador. Tenía cajas llenas de revistas al final de la cama
que tenían controles remoto montados en ellas para la TV que emergía de la cómoda
ubicada a los pies de la cama.
El velador era una verdadera antigüedad; tenía una pantalla de vidrio color salmón y daba
una luz muy tenue. La amaba.
Recuerdo esa primera noche muy bien: me había ido a dormir más temprano de lo habitual
y de pronto, me despierto con un extraño presentimiento. Prendí el velador para orientarme
y ahí la ví. Allí estaba Sally, de pie al final de la cama; al principio me asusté porque ví la
silueta en el techo y en la pared y no sabía quién era. En ese momento de mi vida, contaba
con algunas armas pero no las guardaba yo y agradezco no haberlas tenido conmigo, sino le
hubiera disparado y la habría herido; me asustó mucho.
Entrar a la casa no era fácil; había tenido que saltar una cerca, pasado por una cantidad
considerable de escaleras, y había tenido la suficiente suerte para encontrar el juego extra
de llaves que yo escondía bajo el felpudo de la puerta –una vez develado el misterio, no
volví a poner allí las llaves.
No estaba bien, asi que dejé que se quedara a dormir esa noche y a la mañana siguiente la
llevé con el auto por Laurel Canyon y la dejé en la esquina de Sunset. Esa no fue la última
vez que la ví pero fue la última que entro a mi casa de ese modo. Por lo que oí, andaba por
Los Angeles y se metió en problemas. La última vez que la ví fue en New York, donde se
estaba juntando con Michael Alig y la gente de Limelight; después de eso, me enteré que
regresó a Inglaterra. Ahora ella es mucho más feliz allá.
Es duro ser la persona que vive al límite y totalmente al margen de la sociedad si no sos
músico y alguien que tiene una razón lo suficientemente importante para estar allí. El resto
de los actores en la escena son descartables y quedan perdidos en el vacío. La mayoría de
las chicas con las que salíamos eran seres inocentes cuya vida cambiaba radicalmente luego
de cruzarse con alguno de nosotros, no importa cuán larga fuera la relación. En aquel
entonces, eramos como una aspiradora: atraíamos gente hacia nosotros y luego las
descartábamos. Toneladas de gente hemos atraído y descartado; algunos murieron, no
porque les hayamos hecho nada malo, sino por los efectos colaterales que causa acercarte
demasiado a la llama cuando estas jugando con fuego. La gente se sentía atraída por nuestra
extraña y podrida existencia; luego, no entendía el juego, se equivocaba y terminaba
ahogándose en nuestro mar de aguas revueltas.

Steven y Duff compraron casas cerca de la mía, sobre Mullholland Drive en Valley, justo al
lado de Laurel Canyon. Sus casas estaban ubicadas en las esquinas opuestas de una misma
calle. Como ya mencioné, Steven estaba llevando –a su manera- los asuntos domésticos
junto a una chica y Duff y su futura esposa, Mandy, se asentaban más como pareja al
compartir un hogar, juntos. Duff siempre tuvo una casa, un lugar; y siempre fue bueno
manteniendo su hogar. Él nunca disfrutó de mi estilo de vida, nunca le gustó ser ‘residente
transitorio de diferentes lugares’. Pude haber vivido a menos de 3 kms. de sus casas, pero
no los veía muy a menudo; pero si hubieran sido dealers, estoy seguro que lo hubiera hecho
todo el tiempo.
Tomando todo en cuenta, me di cuenta que necesitaba limpiarme un poco antes de
comenzar con los ensayos de la banda. Duff no se quería juntar conmigo a componer
cuando yo estaba drogado y no puedo culparlo por eso. Cuando hubo sequía de drogas en
Los Angeles y todo se convirtió en un problema, me encerré en mi casa por propia voluntad
y con la ayuda del Dr. Stoli y sus asistentes, pude transitar mi período de desintoxicación.
Cuando dejé la heroína, Duff y yo volvimos a vernos y programamos los ensayos –a esta
altura, lo hicimos sin la confirmación de Axl-. Los únicos mensajes que recibí de Axl
fueron a través de Doug Goldstein, quien hablaba regularmente con él.
No importaba que no estuviésemos todos ahí; Steven, Duff y yo empezamos a zapar en
‘Mates’, nuestro punto de reunión elegido para absolutamente todo. Izzy no estaba como
para unirse a nosotros: había pasado demasiado tiempo en la casa de Bill y había
emprendido un camino mucho más oscuro que el mío. Cada tanto aparecía en las prácticas
pero nunca lo esperamos, no contábamos con que vendría. Por lo menos, estábamos
tratando de ser productivos; no tenía ni idea en qué andaba Axl, en ese entonces, porque no
hablabamos, probablemente porque varios de nosotros estaba, químicamente, fuera de
control.
Beber en exceso volvio a ser ‘lo mío’ de nuevo. Volvería de los ensayos, totalmente
borracho, adelantando a los otros autos por el lado equivocado, mientras transitaba Laurel
Canyon, a 140 kms. por hora en mi Honda CRX; habría muerto fácilmente si hubiera
rosado algo con mi auto o chocado. Agradezco no haber lastimado a nadie, no haber sido
arrestado, o no haber muerto –alguien debe estar protegiéndome, dada la gran cantidad de
veces que estuve cerca de morir y no lo hice.
Una noche en particular –una extraordinaria noche-, al abandonar Laurel Canyon y entrar
en Kirkwood, la calle que llevaba a la calle de mi casa, Walnut Drive, encuentro un auto
parado, preparado para doblar a la izquierda y tomar Kirkwood. Ese auto estaba lo
suficientemente alejado del mío, pero en mi carril; y en mi mente, ese auto se había metido
en mi camino. En vez de parar o aminorar la marcha, fui directo al auto y estrellé el mío
contra él –a propósito.
Luego traté de retroceder y desaparecer inmediatamente, pero los autos se quedaron
trabados. Lo golpeé sobre el lado del conductor, cerca de la rueda de atrás, y la trompa de
mi auto quedó estancada allí. Ahí fue cuando caí en la cuenta que quizá no debería haber
hecho eso.
Me quede sentado, tratando de dar marcha atrás y largarme de ahí; rompí el paragolpes
porque estaba severamente metido dentro del otro auto. Mientras hacía esto, el conductor
salió y se acercó a mi ventanilla.
-“Que te pasa?!”, le pregunté y lo miré fijo un instante, con los ojos entrecerrados, casi
bizcos.
El tipo tenía un olor a alcohol que apestaba –prácticamente derramaba alcohol-; estaba
super borracho y ahora, totalmente confundido por mí.
“Estas muy borracho!” me dijo, arrastrando las palabras.
“Borracho yo?. No, no estoy borracho. Vos estás muy borracho”, le respondí.
Encendí un cigarrillo mientras él y yo nos fuimos dando cuenta que ambos estábamos
bastante arruinados y que avisar a la policía no era una buena idea.
“Tenés seguro?”, me preguntó el tipo. “Yo no tengo”.
“Escuchame...no me puedo dar el lujo de tener problemas con la ley”, le dije.
“Hagamos como que esto nunca sucedió”, dijo
“Ok, esta bien.”
De alguna manera, separamos nuestros autos; el tipo salió casi disparado y yo conduje hasta
mi casa lo más rapido que pude. Puse el auto en el garage y me quedé allí sentado un
momento. Mi corazón latía rápidamente mientras tomaba consciencia de lo que podría
haber sucedido. Tuve un momento de claridad que era altamente necesario: las
repercusiones de una desgracia tal, habrían detenido todo para mí.
No se necesitaba un clarividente para ver que, si alguna vez volveríamos a ser una banda de
rock, Izzy, Duff, Steven y yo, necesitaríamos escribir nuevas canciones y que Axl se
interese por ellas y se una a nosotros. Estábamos trabajando en varias canciones pero
teníamos que seguir haciéndolo, mantener el ritmo de trabajo y concentrarnos en eso. Ya
casi lo lograbamos: esto volvía a ser excitante; el ansia original seguía allí, el fuego seguía
vivo. Queríamos hacer de Guns n Roses, la prioridad número uno.
Seguimos ensayando, y una vez que tuvimos las bases de un par de canciones, fuimos a
verlo a Izzy a su casa de Valley Vista y Sepulveda para hacer las letras, además de ver ‘por
dónde andaba su cabeza’. No me llevó mucho tiempo averiguarlo: fui al baño a orinar y vi
una gruesa capa de polvo en las canillas y la bañera: esas cosas llevaban semanas sin usarse
–así de perdido estaba Izzy. Incluso Axl vino ese día y más allá de que comenzamos a
trabajar en la canción que resultaría “Pretty Tied Up”, recuerdo que Izzy tomó un címbalo,
un palo de escoba y algunas cuerdas, y armó una sítara con todo eso. No es necesario
decirlo... Izzy esta super drogado.
No tuvimos que enfrentarnos con él; una noche tuvo un gran susto que lo hizo
recomponerse. Fuere lo que fuere, Izzy quedó tan conmocionado que nunca dijo nada al
respecto. Él se comunicó con su papá, que viajó desde Indiana y lo llevó para allá un
tiempo. Asi fue como Izzy logró desintoxicarse y ha estado limpio desde entonces.
Todos nosotros continuamos trabajando y una vez que tuvimos bastante material y nos
hablabamos directamente con Axl, él nos dijo que Izzy y él querían escribrir las canciones
del album en Indiana. No sabía bien por qué; ambos habían dejado Indiana muy jóvenes
para venir a Los Angeles, y no parecía que vieran con buenos ojos la idea de regresar allí
alguna vez. En cualquier caso, nuestra situación era tan impredecible que no me iba a meter
en un trigal sin tener garantías que haríamos algo, de que había un proyecto. 
El objetivo era escaparse de las distracciones de Los Angeles y yo respeté eso. Axl quería
que fuéramos a un lugar donde tuviéramos más privacidad y para poder enfocarnos más en
la composición; yo quería hacer lo mismo pero estar en un área más poblada, asi que al
final, decidimos ir a Chicago.
Estaba lo suficientemente cerca de Indiana para que Izzy pudiera sumarse a nosotros
cuando se sintiera mejor y preparado para volver a trabajar o volver allí cuando viera que su
sobriedad corría peligro.
Doug Goldstein y yo fuimos a Chicago para buscar un lugar donde quedarnos y ensayar.
Elegimos el ‘Cabaret Metro’, el famoso club de rock al norte de la ciudad: es un espacio
para conciertos en cuyo subsuelo se ubica otro club llamado ‘Smart Bar’; y en la planta
superior, un teatro. Era perfecto; llegaríamos al teatro, haríamos nuestro trabajo y al fin del
día, el mejor pub de la ciudad estaría esperando por nosotros al bajar las escaleras.
Alquilamos para vivir, un edificio de dos departamentos de ladrillos marrones a metros de
Clark Street, junto a la subida del subte.
Nos mudamos todos allí, también vino Adam Day, Tom Mayhew, nuestro jefe de
producción, y el nuevo guardia de seguridad, Earl. 
Duff, Steven y la gente del equipo ocuparon la planta baja; Axl, Izzy, Earl y yo, la planta
alta. Estaba bien para mí porque tuve todo el espacio para mí solo la mayor parte del
tiempo, ya que Izzy no paso allí más de una hora y Axl tardó más de un mes en venir. Le
toma mucho tiempo a Axl decidir qué hacer, desde la concepción hasta la puesta en práctica
de una idea; lo que siempre mantiene la espectativa. Después de todo, no acostumbrábamos
a trabajar de esa manera, pero era un comienzo.
Por un tiempo, no me importó que hubiéramos trasladado a toda la banda y a la gente para
satisfacer a los únicos dos integrantes de que no estaban allí presentes porque, en ese
entonces, Duff y yo eramos dos borrachines entusiasmados por la North Clark Street –era
un sitio nuevo para nosotros- con su gran cantidad de bares, todos ellos ubicados a pocos
metros entre uno y otro. En ese momento, yo consumía casi dos litros de Stoli por día, más
todo lo demás que bebía cuando salía de noche. Me despertaba a la mañana y llenaba a más
de ¾ un vaso de plástico ‘Solo’ con vodka, hielo y un poco de jugo de arándanos; lo
llamaba ‘el desayuno de lo campeones’. Duff estaba en la misma liga, aunque creo que él
preparaba el trago, lo rodeaba de hielo antes de irse a dormir y lo dejaba junto a su cama; de
esa manera, el trago se mantenía frío mientras dormía para luego beberlo a la mañana
siguiente.
Yo me sentaría en el piso a beber de a sorbos mi desayuno y a mirar TV, todos los días
hasta que el resto de la banda estuviera lista para empezar a ensayar. Zapábamos en el
Metro casi toda la tarde, a veces hasta el anochecer, y luego pasábamos la noche entrando y
saliendo de bares.
En realidad lo que hacíamos ahí era juntarnos, componer algunos riffs y escribir pedacitos
de canciones; cuando trabajábamos, nos concentrábamos; pero nunca podríamos completar
las ideas si no estábamos todos presentes.
He aprendido que es esencial que siempre esté presente toda la banda, todo el tiempo –
nuestro productor insistió en eso durante el período de composición del último album de
Velvet Revolver, ‘Libertad’-.
A esta altura, todos los integrantes de Guns n Roses estaban enfocados en el proceso –
incluso Axl- pero no sabíamos cómo trabajar en grupo, no teníamos una guía de trabajo.
Teníamos voluntad, pero necesitábamos cierta ‘regulación’. Si uno de nosotros no venía,
trabajaríamos igual; y eso fue una de las tantas cosas que impedían hacer las canciones de
la manera apropiada. Primero que todo, Duff y yo estabamos abstraídos en el alcohol y lo
considerábamos algo normal porque nunca interfirió en nuestro trabajo, pero fuera de él,
eramos feroces bebedores. Esta era una situación desagradable para Izzy: No podía estar
con gente que se comportara así, en ese entonces; y aún hoy, sigue siendo del mismo modo.
No lo sabíamos en aquel momento; incluso si lo hubiéramos sabido, tampoco nos hubiera
importado demasiado –todo lo que sabíamos era que Izzy no se presentaba a trabajar y no
podíamos aceptar eso. Estoy seguro que Axl también tenía sus razones para hacer las cosas
a su manera. Pero no teníamos una comunicación fluída entre nosotros para hablar de estos
problemas, asi que el resultado final fue un gran malentendido.
Porque esos ‘puntos’ nunca se discutieron, porque nunca tuvimos una conversación acerca
de cómo modificar el método de trabajo o generar una estrategia que tomara en cuenta las
necesidades de cada uno; fue por todo esto que continuamos haciendo las cosas de la
misma forma que las habíamos hecho en el pasado y, considerando que todos habíamos
cambiado, que ya no eramos los mismos, causó una gran tensión interna en el grupo.
En vez de proponer un nuevo método para dirimir nuestras cuestiones, todos los problemas
crecieron como una bola de nieve. Acá es cuando un buen manager podría haber dado
vuelta las cosas, pero no teníamos uno. En este proceso, Doug y los empresarios no servían
para nada; parecía que no querían tomarse el tiempo para conciliar. Alan todavía era
nuestro manager, y Doug era con quien tratábamos a diario, y él no estaba haciendo nada
más que dejar fluir esto. Su posición era que se suponía que debíamos saber cómo resolver
los problemas por sí mismos. Y asi lo hicimos; logramos arreglárnoslas por nosotros
mismos, con creatividad... excepto cuando viviamos todos juntos como grupo; ahí sí
viviamos cinco vidas similares. Ahora que Guns n Roses había logrado establecerse como
banda; ahora que veíamos las cosas desde una perspectiva diferente, la dinámica del grupo
se había perdido. No podemos culpar a nadie, lo hicimos lo mejor que pudimos.
Tuvimos que seguir trabajando sin Axl, y tomamos su ausencia como una falta de respeto,
que luego se transformó en tal animosidad que cuando, al final, apareció, todos nosotros
nos mostramos bastante ofendidos. Eramos una banda fuera de control que aparentaba estar
medianamente íntegra, que había perdido la capacidad de canalizar y encauzar las cosas: no
podríamos estar en la misma sintonía, aunque nos fuera la vida en ello. Tampoco nos
esforzamos mucho por buscar una manera adulta de manejar la situación. Mirando atrás, yo
no lo llamaría ‘inocencia’ o ‘ingenuidad’, pero todos aportamos nuestro granito de arena
para llegar a este punto, todos somos –en parte- responsables. Ninguno de nosotros se
detuvo a preguntar o preguntarse ‘cómo podemos hacer esto?’, cómo podemos hacer para
reunirnos todos, trabajar y estar satisfechos? Necesitábamos ser lúcidos en esto; si algo no
funcionaba, necesitaríamos seguir intentándolo; pero no hicimos eso. Dejando de lado el
hecho que al manager no le interesaba tomar las riendas de la situaciónn; lo que provocó el
deceso de la banda fue la falta de comunicación entre sus miembros.
La verdad es que yo era muy terco; no quería sentir que siempre yo era el que quedaba de
rodillas. Yo consideraba que eramos todos iguales, y era yo el que estaba haciendo un gran
esfuerzo tratando de ser aplicado y concienzudo para sacar adelante la banda, pero no tenia
los medios para saber qué era lo que esperaba Axl de nosotros, o la paciencia para sentarme
y hablarlo con él. Como sucede en todas las relaciones, cuando alguien despierta tu ‘lado
malo’ se vuelve difícil ser amable. En ese entonces, tenía la guardia alta, muy alta. En
medio de esta situación, con todos estos problemas, fue mucho más fácil disfrutar del
verano en Chicago porque los bares eran altamente tentadores, te invitaban a pasar.
En nuestro abundante tiempo libre, Duff y yo también pusimos lo mejor de nosotros por
mantenernos en forma. Habia llevado una de mis bicicletas de bicicross y solía usarla para
ir del departamento al Cabaret Metro, saltando sobre cualquier cosa que encontrara en el
camino, o andando por la vereda. Era un buen ejercicio. A veces Duff y yo incluso ibamos
al gimnasio, casi siempre despues de tomar nuestro vaso de vodka por las mañanas. Ibamos
a uno de esos grandes centros publicos de ‘YMCA’ (Young Men’s Christian Association –
Asociación de Jovenes Cristianos-), con Earl, nuestro guardia de seguridad, a levantar
pesas. Caíamos ahí, vestidos con jeans, e intercalábamos series de ejercicio con pequeñas
pausas para fumar un cigarrillo –era algo muy estimulante. Y casi siempre, después del
entrenamiento nos relajábamos en un bar temático deportivo, cocktails por medio. No
importaba cuán grandes eramos en Los Angeles o cuántos discos vendiéramos o cuántos
shows hiciéramos; en Chicago, eramos completamente desconocidos. Eramos dos tipos
comunes y corrientes, dos clientes más del montón en los bares; y en América, no hay
mejor refugio para los tipos comunes que los bares temáticos deportivos de la North Clark
Street.
Todas las noches, nos juntábamos en el Smart Bar, que era un muy buen lugar, pero muy
diferente a los de la escena musical de Los Angeles. Era 1990, y en ese lugar sólo se
escuchaba Tecno y música industrial como “Ministry” y “Nine inch Nails”. No
encajábamos con la gente allí porque, claramente, eramos una variedad diferente; pero así y
todo, hicimos muchos amigos. En este círculo había docenas de chicas; parecía que había
una galería de tiro al blanco en ese lugar; pero, en su momento, apunté a una de ellas. Se
llamaba Megan y tenía 19 años; vivía con su madre y su hermano menor en un barrio
cercano; tenía un estilo exótico, una personalidad esfervescente, era muy dulce y tenía muy
buenas tetas.
Comencé una relación muy linda con ella; me estaba acostumbrando a la rutina de
juntarnos con la banda a zapar mucho tiempo durante el día y quedarme o salir con ella
toda las noches. Ahí fue cuando apareció Axl, y cambió la dinamica, inmediatamente. A
pesar del resentimiento que todos sentíamos, estábamos tan contentos de volver a verlo, que
nadie quería enfrentarse con él por su ‘tardanza’, y agravar la situación.
Empezamos a trabajar con Axl, los días que vino a ensayar, pero nunca estábamos seguros
qué días vendría. Si acordábamos ensayar de cuatro a seis de la tarde; él puede que llegara a
las siete u ocho de la noche o que ni se dignara a aparecer por allí.
Cuando sí se presentaba en los ensayos, generalmente, se sentaba al piano y empezaba a
juguetear o se sentaba a escuchar alguna de las ideas que habíamos elaborado nosotros.
Tomando todo en cuenta, nos las arreglamos para producir algunas buenas melodías;
“Estranged”, “Bad Apples” y “Garden of Eden” surgieron en este período.
En general, para mí, la estadía en Chicago significó una gran pérdida de tiempo, que
siempre será un tema controversial entre Axl y yo. Al parecer, Axl pensaba que residir en
Chicago, realmente nos llevaría a algún lado y que yo era quien arruinaría todo. Quizá me
hubiera sentido diferente, si él hubiera estado con nosotros todo el tiempo, pero después de
ocho semanas –seis de ellas, sin Axl-, sentí que no teníamos suficiente material para
mostrar, me sentí frustrado y poco dispuesto a esperar ver si podríamos sacar la banda
adelante, consistentemente.
Había una vibra demasiado obscura entre nosotros que, de ninguna manera, nos llevaría a
ser creativos. También estábamos siendo frívolos con el dinero, no podía ignorar eso: nos
habíamos tenido que trasladar con un montón de gente a otro lugar para volver con nada
más que algunas canciones completas y un manojo de ideas bastante rudimentarias -muchas
de las cuales ya teníamos en mente desde antes de llegar allí.
Me mantuve en el mismo camino cuando Axl llegó, pero dos incidentes pusieron fin a la
estadía en la ‘La Ciudad del Viento’. 
El primero fue la noche que volviamos a casa después de tomar unos tragos y había una
fiesta, un banquete de comida italiana en la calle –o mejor dicho, en la vereda- de enfrente
del departamento. Tengo un ojo clínico para el desastre porque, según recuerdo, insití en
pasar toda la noche tendido sobre el techo del auto mientras viajábamos de bar en bar.
Nuestro lugar favorito de comida italiana quedaba en la esquina y aparentemente, Axl les
tiró la comida de todos nosotros a un grupo de gente que había averiguado que estábamos
viviendo allí y que nos abucheaba desde la calle (por cierto, esto no fue lo que inspiró el
titulo “The Spaguetti Incident” para el disco; eso vino a raíz de una demanda contra la
banda que Steven incluyó en el juicio, después de ser expulsado del grupo –ya te contaré
también esa historia-. No sé bien cuál era el reclamo... algo relacionado con Axl lanzándole
spaguettis a Steven, creo. En su momento, esto fue todo un tema.
En cualquier caso, después de tirarle a esta gente nuestra cena, procedió a arruinar la cocina
y romper todos los elementos de vidrio del departamento. Y, tal como nos enteramos días
mas tarde; Izzy llegó durante el berrinche de Axl. Resulta que Izzy había manejado su auto
desde Indiana hasta Chicago, pero luego de divisar la situación desde la calle, se dio cuenta
de lo que estaba sucediendo, pegó la vuelta y se fue inmediatamente de ahí, sin siquiera
ingresar al edificio. 
Supongo que alguno de nosotros debería haber notado que Axl estaba molesto y que lo
exteriorizó luego de ese primer incidente, pero a esa altura, habíamos llegado al punto de
dejarlo hacer lo que quisiera sin prestarle demasiada atención. Quién sabe?... quizá, si
escuchábamos lo que quería hacer y cumpliamos con sus pedidos –sólo un poco más-, no
hubiese ‘estallado’ de esa manera. Asi y todo, quién podría descifrar por qué estaba tan
disgustado? Llegaba con una actitud tan amargada que parecía que venía de un lugar
totalmente deprimente. Pero, para ser honesto, yo estaba más preocupado por Steven que
por Axl, en ese momento: se volvió un gran problema; Steven estaba consumiendo
toneladas de droga y su performance ya no era estable. No lo noté, al principio, ya que la
cocaína la tenía escondida en la heladera del departamento de abajo, donde él vivía.
Andábamos juntos y también compartíamos algo de drogas, pero no me dí cuenta como era
que Steve siempre quedaba tan arruinado. En cuanto le brillaban los ojos, decía “Si...es la
mantequera”, y señalaba el refrigerador.
“Si, esta bien...por supuesto, Steve” le respondía. Iba al refrigerador, me preparaba un trago
y volvía donde estaba, sin tener nada extraordinario que decir. No pensé que, en realidad, lo
que él quería era que mirara la bandeja de manteca. Estaba tan ‘colgado’ que no tomé en
serio lo que me dijo.
Viste?, me preguntó, mientras sonreía abiertamente –de oreja a oreja- y seguía señalando
con el dedo la heladera y diciendo “...la mantequera”
“Sí, Steve. Ya la ví” le dije. “La heladera que tenés es buenisima y también tenés una muy
linda mantequera”
“La mantequera”
“Bueno, Steven...qué estas tratando de decirme?”
A la larga, Tom Mayhem descubrió el secreto: Steven tenía gran cantidad de coca,
amontonada en su bandeja de manteca
En este punto, realmente no tuve otra alternativa que confirmar lo que todos pensábamos.
No importaba cuán fuera de control me sentía que estaba yo o los otros; pero comprendí
que Steve era irrecuperable. Casi al final de nuestra estadía en Chicago, Steven y yo
teníamos cada vez menos trato; y al momento de volver a Los Angeles, él estaba
completamente aislado.
Como banda, eramos muy unidos, pero durante los dos años de gira, Steve y yo nos
distanciamos individualmente, y esa distancia creció cada vez más.
Una de las pocas cosas que teníamos en común, como banda, por lo menos en Chicago, era
el interés compartido por el album “Real Thing” de Faith No More, ya que fue la música de
fondo durante todo el viaje; sonaría todo el tiempo en diferentes stereos en ambos
departamentos. 
Aca esta el trasfondo de la historia y, al final, ésta fue la razón por la cual me fui.
El otro incidente involucró a unas chicas que vinieron a nuestro domicilio una noche. Mi
novia, Megan, habia salido y yo me quedé en casa, en la cama. Tarde a la noche, habia
mucho alboroto en el edificio; escuché que varias personas haciendo fila, desde mi cuarto
hasta el de Axl. Hasta ese momento, Axl habia pasado la mayor parte del tiempo ahí
adentro, solo, constantemente hablando por telefono. Esta noche, era todo un
acontecimiento.
Mi habitacion estaba al frente del departamento, separada de la habitacion de Axl por la
sala de estar y un largo pasillo. Me acerqué para ver qué sucedía y encontré a Earl, Tom
Mayhem, Steven y Axl junto a dos chicas super desestructuradas que frecuentaban esa zona
y que ellos habian traido al departamento.
Yo me sumé a la reunión, y en el curso de la noche, les sugerimos a las chicas que tengan
sexo con todos nosotros. Accederian a practicarnos sexo oral a todos los presentes –lo que
me parecio bastante razonable-, pero no querian acostarse con nosotros. Por alguna razón,
esto enfureció a Axl. Las chicas tenian sus razones –muy inteligentes- para pensar así y
adoptar esa postura pero Axl se permitió disentir con ellas. Luego de debatir un rato, de
forma tranquila, Axl ‘explotó’ repentinamente: las echo de la habitacion con tal ira que nos
impactó a todos. No era necesario que las cosas terminaran de esa manera. El tiro de gracia
fue que el padre de una de las chicas era un destacado oficial en la policia de Chicago, o por
lo menos, eso fue lo que me contaron. Posteriormente ese dia, armé las valijas y me volví a
L.A. Unos dias despues, Megan se sumo a nosotros.
Guns n Roses era una banda que podia desmoronarse en cualquier momento; éso era, en
parte, lo excitante de la experiencia. Cuando teniamos un objetivo comun que lograr, esa
posibilidad se alejaba. Cuanto más tiempo pasabamos separados, cada uno por su lado; la
idea de ‘grupo’, la corriente creativa que teniamos como banda, más se asemejaba a un
recuerdo que a una realidad; la falta de comunicación y el consiguiente resultado de no
saber qué era lo que estaba sucediendo realmente con cada uno de nosotros, agotó cualquier
posibilidad que pudieramos tener de cambiar y mejorar la situacion.
A nivel creativo, las cosas habian cambiado drásticamente. Hasta Use Your Illusion I y II,
Guns componía las canciones de esta manera: se empezaba con una idea que cualquiera de
nosotros les comunicaba al resto y luego, los otros colaboraban, aportaban lo suyo. Axl es
muy creativo con respecto las letras, y tambien tiene un innato oido musical que, si lo
combinas con la habilidad de Izzy como compositor y le sumás nuestra habilidad –de Duff
y mía-, como musicos, creando estupendas partes de guitarra, era muy facil tener un
montón de canciones buenisimas en muy poco tiempo. Izzy y Axl tenian mucha quimica:
Axl sabía como transformar la estructura basica de la poesia de Izzy en canciones perfectas,
redonditas, muy ricas tanto en letras como en musica. “Patience” es un gran ejemplo de
esto: Axl llevó la composicion de Izzy al proximo nivel, la transformó en ‘algo mas’.
Tengo un gran sentido de la melodía y de los riffs, por eso pude vincular todo. Muchas
veces, empezariamos a escribir una cancion partiendo de una base de guitarra a la que Duff
sumaria el bajo; o yo propondría la seccion del puente o los coros en los que Axl se
inspiraría para componer la letra y darle su estilo.
Cuando Izzy y yo llevabamos una canción, casi siempre, estaba todo allí; pero cuando Axl
la cantaba, le daba su ‘toque’ personal y la cancion tomaba forma -realmente-. En ese
momento, era así de facil; pero en 1990, habiamos perdido la conexión grupal, que era el
disparador de tal creatividad. El deseo de juntarse a escribir canciones, es una cosa; es lo
que siempre se hace, es parte del trabajo; que la cancion surja a partir de la inspiracion
grupal, basada en los aportes de cada uno, en la colaboracion mutua, es otra cosa. Esto era
lo peor que no podia pasar, y nos costaba aceptar esta dura realidad. Por primera vez,
tuvimos que esforzarnos; de todas maneras, cuando por fin pusimos manos a la obra, lo
hicimos bien y todo fue muy rápido, pero todo el proceso fue muy tedioso, una tarea muy
estresante.

Estaba bastante desilusionado con respecto a la banda cuando volvimos de Chicago.


Cuando llegamos a Los Angeles, Megan se mudo conmigo a la Walnut House. No sé qué
estaba pensando en ese momento, porque no la conocia demasiado; pero allí estaba,
viviendo conmigo. Todos los miembros de la banda, -excepto Izzy- todavia estaban en
Chicago, y se dieron cuenta que me habia ido, despues de uno o dos días. Uno a uno
volvieron a Los Angeles, pero Axl se quedó en Chicago casi dos semanas más, despues de
que yo me fui. Considerando que él estaba furioso conmigo por haber terminado nuestro
“retiro creativo” allí, no ocupo ese tiempo en componer canciones en la sala de ensayos que
habiamos alquilado y pagado por adelantado. Por lo que tengo entendido, se la paso
durmiendo y mandándome, regularmente, mensajes reprochantes via Doug; tambien tuvo
algunos berrinches más. Doug me regañaba como si fuera el hijo de Axl, y no puedo decir
que le creí automaticamente todo lo que me dijo, pero respondería con la mayor honestidad
posible, y esperaba que él le hiciera llegar a Axl las razones de mi partida. Igualmente, se
quedo en Chicago y creo que les mando mensajes a todos los integrantes de la banda por un
tiempo.
Axl y yo tuvimos desde siempre una especie de relacion amor-odio bastante interesante. La
mayor parte del tiempo, él y yo eramos como compañeros de pesca; que no tenian
demasiado de qué hablar a menos que estén pescando. Entonces habia momentos en los que
teniamos una comunicación estupenda, cuando se acercaría a hablarme acerca de las
muchas cosas que tenia en mente. Por todos estos momentos buenos, tambien habia otros
(bastante extensos) en los que estabamos, claramente, en polos opuestos; separados por una
barrera invisible, y no cruzabamos palabra. Durante los meses previos a que volvieramos a
componer, Axl y Erin estaban teniendo problemas muy serios en su relación; y él y yo
tuvimos largas charlas, muy profundas al respecto. Estaban atravesando momentos
dificiles: de hecho, una vez, despues de volver de Chicago, tuve que ir a la casa de Erin
para interceder en una discusión que estaban teniendo. Cada pareja es un mundo, y tiene su
propia dinamica y si hay algo que nunca afirmaria es que comprendía las suyas. Aun así,
era amigo de ambos y podia mediar en las peleas. A pesar de la situacion en Guns,
seguiamos siendo compañeros y amigos. Si Axl me necesitaba para algo, siempre estaría
ahí para él.

Me volvia autodestructivo con las drogas, en represalia a mi frustración creativa. Esa es mi


excusa para transitar el camino. Es un fenomeno comun entre los adictos. Asi que, poco
despues de volver a Los Angeles, considerando el estado de los asuntos con la banda,
cuando se presentó la oportunidad, estuve deseoso de sacar ventaja.
Megan y yo habiamos sentado cabeza; eramos felices en nuestro nuevo hogar; Megan era
una persona muy ‘casera’, se ocupaba de ordenar, cocinar; era toda una ama de casa. Se
acostaría temprano y se levantaría para ir al gimnasio, luego limpiaría la casa y prepararía
la cena. Una semanas despues, su amiga Karen llegó de Chicago y las dos se pasaron una
semana ‘de shopping’. El primer dia que tuve libre, me topé con una amiga que hacia años
no veía; desde cuando iba a “El Compadre”, un restaurant mexicano ubicado en Sunset y
Gardner. Es barbaro: Duff y yo eramos asiduos clientes; soliamos frecuentar ese restaurant
cuando Guns recien estaba surgiendo. Eramos el centro de atencion y nos comportabamos
como si fueramos los dueños del lugar: Iriamos con chicas, tendriamos sexo con ellas o
ellas nos practicarian sexo oral debajo de la mesa; o simplemente actuabamos de manera
inapropiada.
Esta vieja amiga con la que me encontré, solía ser peluquera en aquel entonces –incluso
mía- y mencionó que todavia se dedicaba a ello, pero que tambien vendia drogas aquí y allá
–esto fue estímulo suficiente para mi-. Vino a mi casa más tarde con todos los elementos
necesarios y antes de darme cuenta; antes de que Axl volviera a Los Angeles, y Megan y
Karen llegaran a casa despues de su paseo por Melrose y Beverly Hills, yo estaba
nuevamente involucrado con las drogas; consumiendo heroína otra vez, con muchas ganas. 
Megan fue una chica que se encontró con el tipo equivocado y la ha pasado muy mal por
esto. Era muy inocente; pudo haber pensado que se habia enamorado, pero no creo que
tuviera la menor idea; no creo que supiera en qué se estaba metiendo o que me estaba
sucediendo a mí, despues de volver de Chicago. Me habia conocido completamente
borracho y, como ya te dije, a simple vista, un heroinomano no actua de un modo muy
diferente, a menos que cuentes cuántas copas ha tomado. Megan era tan inocente que no
reparó en el hecho que, de repente, habia dejado de beber mi medio galón de Vodka por
dia, y así y todo, seguia actuando como si estuviera borracho (peor que si hubiera bebido el
medio galon de vodka).
Mantuvimos una relacion muy dulce y muy retorcida, al mismo tiempo; como las de los
años ’50. Ella se ocuparia de la casa, luego se iria a dormir a las diez u once, y yo me
quedaría despierto toda la noche, en el living, inyectandome a cada rato en el baño que
habia hecho pintar íntegramente de negro. Algunas noches, me quedaba escribiendo
canciones en el sofá; y otras, solo observaría mis serpientes. Antes de notarlo, se haria de
día: Megan se despertaba y pasabamos un rato juntos; nos divertiamos hasta que yo me
cansaba. Megan nunca hizo preguntas y nos llevamos muy bien por un tiempo, fuimos muy
felices. Teniamos un nombre para todo; todo tenia su apodo. Todo para ella era “bonito”,
“agradable”; y casi siempre yo era “cariño”. Hoy, mirando atrás, Megan sonaba como
Jennifer Tilly.
Megan tambien era una gran ama de casa. Acomodaba la casa, especialmente la cocina y
hacía de la Walnut House, un lugar más habitable. Le encantaba invitar gente a cenar, si se
presentaba la ocasión. Recuerdo que una vez vino Mark Mansfield; en realidad no vino a
comer, sino a consumir drogas y charlar un rato –para ponernos al dia- pero Megan preparó
un banquete: nos sirvió pollo con distintas guarniciones, pan de ajo y una ensalada
exquisita; todo presentado en la mesa, con manteles individuales...todo. Ella estaba muy
contenta, no parecia darse cuenta en el estado en que estabamos Mark y yo; estabamos tan
drogados que creo que nos pusimos a jugar con la comida. Eso no importaba; al finalizar la
velada, Megan me dijo que Mark le parecia un tipo encantador. Megan era una mujer
interesante en otros aspectos; por lo general, más que tener sexo, le gustaba tocarme y
mirar...Creo que la nuestra era, de verdad, una relacion extraña, bastante particular.

La tendencia de Axl de comunicarse a traves del manager continuó cuando volvimos de


Chicago hasta mis ultimos dias en la banda. Pero el comienzo de esto, quiza despabilo un
poco a Doug y Alan porque, de pronto, ambos parecian desesperados por volver a reunirnos
a todos regularmente. El éxito de GNR Lies habia generado una gran demanda por parte del
publico, y no habiamos lanzado ningun disco más desde entonces. Podriamos haber armado
una gira entera, y agotar las entradas de cuanto estadio nos presentaramos sobre la base de
un disco debut que ya tenia 3 años y un EP con sólo 4 temas nuevos. Supongo que la
mayoria de las bandas, no disfrutan de esa situacion, cuando la gente empieza a ‘exigirte’
cosas –por decirlo de alguna manera-, pero no ibamos a apurar el proximo disco,
probablemente porque no lograbamos aplicarnos a escribir las canciones.
Por mi parte, debo decir que ésta fue mi epoca más oscura, en la cual conocí el ‘speedball’.
Empecé a inyectarme fuertemente y a disfrutar de las alucinaciones y la paranoia asociada a
su uso. Nadie me inició en el tema del ‘speedball’; sólo pensé que seria la version narcotica
de los bocaditos “Reese” (bocaditos de chocolate rellenos con mantequilla de maní);
‘Cocaina’ y ‘Heroína’ eran dos sabores diferentes que sabía que irian muy bien juntos.
Me tomo mucho tiempo encontrar la proporcion que debia mezclar de cada una para lograr
el efecto deseado y me divertí infinitamente en cada experiencia. Tenia diferentes tecnicas,
pero a menudo inyectaba primero la coca y despues la heroína; tambien estaba bueno
mezclarlas y luego inyectarlas pero yo lo hacía por separado porque amaba el ritual de las
agujas; siempre me resultaba excitante picarme. 
El ‘speedball’ fue la mayor montaña rusa a la que he subido jamas: la coca me provocaba
euforia y luego, entraria en juego la heroína y el viaje daria un giro inesperado, asombroso:
se volveria un ida y vuelta de diferentes sensaciones hasta el final. Siempre terminaba
inyectandome toda la heroína antes de acribillarme con coca, asi que a menudo me ponia
nervioso y ansioso al punto de ser inminente el paro cardiaco. Al final de cada una de esas
noches, terminaba con una marcada sensacion de estar siendo observado, asi que empecé a
considerar la idea de recorrer mi casa armado hasta los dientes. Compré varias armas: una
escopeta, una calibre .38 especial, una Magnum calibre .44 y varios revólveres. Solia tener
mi .38 siempre guardada en la parte de atrás de mi pantalon y despues de que Megan se
fuera a dormir, y luego de picarme con suficiente cocaina y heroína caminaria por toda la
casa pensando en diferentes cosas y observando las pequeñas figuras que se asomaban a los
costados de mis ojos (producto de las alucinaciones). Las veía caer y rodar por la barra de
las cortinas o correr por los zócalos; todo en mi vision periferica, pero cada vez intentaba
mirarlas de frente, con vision central, las figuras desaparecian. Por ese entonces, me volví
callado, hermitaño, y empecé a dibujar mucho. A lo largo de mi vida, los dibujos reflejaron
lo me interesaba en cada momento. Durante este periodo, sólo dibujaba dinosaurios, y gran
variedad de logos.
Deberia haber dibujado al pequeño demonio que nunca pude ver -realmente- o capturar en
un video –de veras, he tratado de hacerlo-. Tan pronto como empecé a usar ‘Speedball’ en
forma regular, estos hombrecitos aparecian por todos lados. Eran pequeños seres
translucidos, extremadamente delgados pero fornidos; los veia a lo lejos y de repente, los
veia trepar por mi campera, mientras estaba drogado. De alguna manera, queria conocerlos
más de cerca. Me recostaba en el suelo, y mientras esperaba que mi corazon se relajara y
bajaran las pulsaciones, observaria el pequeño show, al estilo “Cirque du Soleil”, que estos
personajes montaban para mi, a mi alrededor. Mas de una vez pense en despertar a Megan
para que pudiera verlos. Tambien me tomé fotos en el espejo con uno de ellos sentado en el
hombro, o hurgando en mi cabello. Empece a hablar de estos hombrecitos y a verlos tan
claramente que creo que enloquecí a mi dealer. Las pocas veces que he dejado mi casa fue
para ir a comprar drogas a su casa. Casi siempre me inyectaba allí y enseguida empezaba a
ver a estos pequeños personajes trepando por mi brazo.
“Hey, mira...no lo ves?” preguntaría, extendiendo el brazo. “Ves a ese pequeño
hombrecito...no? Esta justo allí”
El dealer me miraba fijamente con rostro inexpresivo. Este tipo estaba bastante
acostumbrado al comportamiento extraño de los adictos. “Sera mejor que te vayas” me
diría, “Estas muy mal, muy ido. Deberias irte a casa”. Aparentemente, era malo para el
negocio.
Una noche, estaba patrullando mi casa con la escopeta: bajé por las escaleras desde el
dormitorio hasta el living, y luego subí hasta el descanso del dormitorio y al entrepiso,
donde Megan dormía. Mientras subía, la escopeta se disparó, haciendo volar parte del techo
delante del entrepiso. Es asombroso que Megan haya seguido durmiendo.
Todavia estaba despierto para los fuegos artificiales: estaba recostado allí, bastante alterado
cuando escuché las sirenas; me quedé quieto un instante y pensé: “Ah, carajo! Lo que
faltaba...”
Mi casa estaba ubicada sobre la colina, asi que la pequeña y cuadrada ventana de la
habitación, que estaba en el segundo piso, tambien quedaba bastante elevada del nivel de la
calle. Escuché el bullicio e imaginé que alguien vendría por mí; entonces tomé mi .45 y la
guardé en la cintura, en la parte de atrás de mi pantalon; fui hacia la ventana, corrí las
cortinas y observé a los bomberos preparados para derribar la puerta de mi casa. Les
pregunté cuál era el problema y me dijeron que la alarma de incendios habia estado
sonando por 30 minutos. 
Evité que rompieran la puerta asegurándoles que no habia ningun incendio, y Megan no se
dio cuenta de nada.
En otra oportunidad, ella pudo haberme ‘atrapado’ y descubierto mis ‘actividades
nocturnas’, pero tampoco lo hizo. Aparentemente me habia quedado dormido en el sillón
del living con las agujas justó ahí, al lado mio. A la mañana siguiente, me despertó y me
dijo: 
“Cariño, creo que el gato esta jugando con algo...”
Mire hacia abajo y ví al gato azotando mi aguja como si fuera un ratón.
No mucho despues de eso, Duff empezó a pasar por mi casa porque estaba preocupado por
mí. No sé bien por qué; todas las conversaciones que tuvimos fueron a traves de la ventana
de mi habitación: yo, reclinado sobre la ventana y él, parado en medio de la calle. Siempre
tenia un arma guardada en el cinturón y, por supuesto, nunca lo invité a pasar a mi casa;
pero estaba todo bien, porque Duff tampoco parecia querer entrar.
“Hola Duff!... Cómo estas?” le preguntaría
“Bien”, me respondería. “Que andabas haciendo?”
“Nada importante”
“Ah, bueno...OK!” me diria, mientras me miraba como evaluándome. “Te veo más tarde”.
“Hey Duff...Queres pasar?”
“No”.
“OK, esta bien...Te veo mas tarde”

Mi abuela habia estado enferma del corazón, desde que tengo memoria, hasta sus ultimos
dias. Cuando murió, estuve completamente angustiado. Nunca pensé que moriría tan joven
–no llegaba a los 70 años-. La fui a ver al hospital, antes de morir: fue la unica vez que
recuerdo haberme quebrado emocionalmente. 
La noche siguiente a ver a mi abuela morir en la cama del hospital, fui a “Rainbow Bar &
Grill” y pedí prestado algunos cientos de dolares a Mario, el dueño del lugar. Aunque tenía
dinero, nunca andaba con billetes en el bolsillo. El manager era reacio a darme dinero, por
obvias razones. Mario no sabía para qué era la plata y ésa fue la primera vez que he pedido
dinero a alguien. Fui hasta el este de Los Angeles a comprar drogas y luego volví a
Hollywood, y la consumí en el asiento delantero del auto, en una calle lateral. Por alguna
razon, llamé a Izzy -él recientemente habia alquilado un departamento en Santa Monica- y
le pregunté si podia quedarme esa noche en su casa. Dijo que sí, y entonces conduje super
drogado mi Honda CRX por la Pacific Coast Highway. Antes de ir a lo de Izzy, pase varias
horas corriendo con el auto por las calles laterales de Santa Monica como un maniatico. De
hecho, recuerdo haber saltado montones de tierra con el coche, en una obra en
construcción. Como fue que sobrevivió el Honda CRX...no lo sé; tampoco sé cómo fue que
nunca me arrestaron, ya que estaba super volado, con la cabeza en las nubes. Cuando al
final, llegué a la casa de Izzy, me preparó el sofá para pasar allí el resto de la noche.
Recuerdo que mientras él dormía, miré una pelicula “Performance” que Izzy habia
alquilado...Despues, me quedé dormido.
Ahora bien, a esta altura de 1990, Izzy estaba en libertad condicional por haber tenido un
altercado con una azafata en un vuelo comercial, lo que constituye un delito federal, asi que
él estaba manteniendo su nariz bien limpia –por decirlo de alguna manera-. Tenia una
reunión con su agente de libertad vigilada, muy temprano a la mañana siguiente, y me dejo
solo en el departamento. Me levanté y fui al baño a darme una ducha y prepararme para el
velatorio de mi abuela, que era media mañana. Traté de picarme –todavia me duraba el
efecto de la dosis de la noche anterior, pero creí que era absolutamente necesario hacerlo
nuevamente- y no podia encontrar la vena; el resultado: sangre en todo el baño, en las
toallas, las paredes, la pileta... por todos lados. Seguí buscando hasta que encontré una
arteria. Luego escondí todos mis ‘utensillos’ en un armario que Izzy tenia en el living y me
fui al velorio de mi abuela, dejando todo el departamento desordenado y con manchas de
sangre.
Cuando llegué al velatorio, estaba hecho un desastre. Saludé a mi mamá y a mi hermano,
pero por alguna razon, no estaba preparado para ver al resto de mi familia, parado al lado
de mi mamá, y que todos se dieran cuenta. Presenté mis respetos a la abuela y huí al baño a
picarme otra vez –era un momento muy duro para mi. Esa clase de monstruo era yo.
Cuando salí del baño, mi mamá pensó que no era adecuado que me mostrase en ese estado,
en publico y sugirio que me fuera a casa. Me fui con mi antigua novia, Yvonne, que estaba
presente en el velatorio y pasé en su casa la mayor parte de la tarde, pero estaba demasiado
volado para que ella pudiera tolerarme, asi que paré un taxi y me fui a mi casa. Cuando
llegué, habia un mensaje en el constestador: Era Izzy Stradlin... extremadamente furioso.
Resulta que había encontrado la jeringa y la cuchara que yo habia escondido en el armario;
de más esta decir que no le hizo gracia. Entendiendo que estaba en libertad condicional y
que su agente podria requisar su casa sin previo aviso ni orden alguna, tenia toda la razón
para estar furioso.
Mirando atrás, y evaluando los hechos, me doy cuenta lo autodestructivo que era, y lo
enfermo que estaba; pero en ese momento no lo sabía. Hoy, me parece terrible, pero en esa
epoca no era gran cosa –por lo menos, para mi. 
Mi abuela fue la persona mas desinteresada, y generosa que conoci en mi vida. Ella te daría
hasta el ultimo centavo, sin importar cuanto prostestaras; tambien me ha apoyado mucho en
todo lo que hice, pero en especial con la musica. Habia estudiado piano cuando era joven y
tenia formacion musical. Tuve la sensacion que fue un gran alivio para ella que yo
empezara a tocar la guitarra; ella financio los primeros instrumentos que tuve;
problablemente pensó que era la musica era mejor que andar aterrorizando gente inocente
montado en una bicicleta; que era más seguro para mí. No sabía cuán equivocada estaba. Su
hijo, mi tio Jacques, vivia con ella. Era 12 años mayor que yo, tenia Sindrome de Down y
tambien le gustaba mucho la música. Sus preferencias musicales eran eclécticas porque era
un persona muy alegre e inocente y tenia una personalidad bastante aniñada; escuchaba a
Village People, ABBA, Partridge Family; y tambien me hizo escuchar a James Brown y
The Runaways –Quien lo hubiera dicho?!
Mi abuela murio de complicaciones cardiacas en 1990 y mi tio Jacques quedo al cuidado de
mi mamá. Pero antes de morir, estaba orgullosa de que yo haya hecho carrera en la musica.
Mi tio Jacques, murio en 2004.

Posiblemente la inercia hubiera matado a Guns n Roses antes de arrancar, si no hubiese


sido por los Rolling Stones. A esta altura de la historia, yo estaba abusando del speedball
como Belushi, y todos nosotros necesitabamos realmente una buena razón para juntarse
mas que al principio, cuando sólo teniamos ganas y ningun objetivo. Recuerdo el dia que
recibí la llamada de Alan:
“Hey, Slasher, los Stones se comunicaron con nosotros. Quieren a Guns como banda
soporte”, me dijo. “Son cuatro shows en el L.A Coliseum”.
“De verdad?” le dije. “Me parece una buena idea”
“Pronto comienzarán la gira y estan con los ensayos de produccion en Pittsburg”, me
respondió.
“Bueno, hagamoslo! Vayamos a Pittsburg, entonces”, le respondí.
Se hicieron las reservaciones y Alan, Doug y yo volamos para allá a ver los ensayos de los
Stones. Empaqué un par de jeringas y suficiente droga para varios dias, y ya estaba listo
para viajar. Hay algo que no habia tomado en cuenta, y eso fue un problema para la banda
desde el principio: en el camino a Pittsburg, Alan habia programado parar en Ohio a ver a
“Great White”... no habia ninguna otra banda –aparte de “Poison”- que reuniera todo lo que
nosotros odiabamos más que “Great White”; y nuestro manager, Alan Niven, tambien
manejaba su carrera. Esto enfureció a Axl casi todos los dias, particularmente despues de
que Alan obligara a Guns a cubrir a “Great White” en The Ritz en New York en un
concierto para MTV en 1988; por alguna razón, la banda no pudo hacer el show y nosotros
subimos al escenario en su lugar. Cuando la banda ‘despegó’, Alan comenzó a utilizar
nuestra popularidad para favorecer la carrera de sus otros representados; hubo muchos
problemas con a raiz de esto, asi que hacer una pausa en el camino a Pittsburg, donde nos
esperaban los “Stones”, para ver un show de Great White”, no fue una buena movida; fue
estúpido de su parte.
No tenia ningun interés interés en verlos tocar, asi que me quede en mi habitacion
inyectadome drogas hasta que pudieramos retomar el viaje, a la mañana siguiente. Era
bastante bueno escondiendo las jeringas y la droga, en ese entonces: el forro de la campera
era siempre un buen lugar, y en el interior de una lapicera pasarian desapercibidas
facilmente las pequeñas capsulas. Habia muchas tecnicas mas, pero esas deben seguir
siendo un secreto. Durante este viaje, fui bastante descuidado y, de alguna manera, rompí
una jeringa. No habia ningun problema... asi que llamé a Recepcion:
“Eh... hola...hablo con Recepcion?”
“Si, señor. Ha llamado a Recepcion. En que puedo ayudarlo?”
“Mi situacion es un tanto urgente...Soy el guitarrista de ‘Great White’, soy diabetico y me
robaron las jeringas de insulina; tengo que subir al escenario en una hora y necesito obtener
mi dosis antes del show. No hay una farmacia en la zona a la cual puedas mandar a alguien
por mí?”
“Si, señor. Qué pena! Por supuesto podemos encargarnos de eso; enseguida conseguiremos
sus jeringas”
“Muchisimas gracias. De veras, se lo agradezco” 
Estaba loco de contento, cuando me trajeron las jeringas a la habitacion. Los adictos pueden
ser muy manipuladores y utilizar argumentos muy convincentes para conseguir drogas y
lograr consumirlas.
En cualquier caso, en un abrir y cerrar de ojos, se habia solucionado el problema, podría
volver a ‘lo mio’, y pasarla bomba, solo, en mi habitacion de hotel. En el transcurso de la
noche, no se bien si, de hecho, perdí una de mis capsulas de heroína, pero revolví mi
habitacion como si lo hubiera hecho: di vuelta los muebles y busqué debajo de todas las
superficies; básicamente, parecia que un chico habia armado un pequeño fuerte con todos
los elementos que habia allí.
Mi divertí tanto y el desorden fue tal, que no pudimos llegar a tiempo a Pittsburg. Habia
usado la mayor parte de las drogas la noche anterior, y necesitaba tanto una dosis extra que,
cuando llegamos allí, le pedí a Alan que me dejara dormir un rato antes del show. Consumi
una dosis más, y me dormí durante todo el show de los Stones. Alan y Doug me llamaron
numerosas veces pero nunca escuché el telefono. Los dos vieron el show y a la mañana
siguiente me contaron lo estupendo que fue.
Alan me miró directo a los ojos y me dijo: “Slasher, voy a rechazar la propuesta. De
ninguna manera podrian abrir los shows de los Stones. No estan preparados para cumplir
con esto”.
“Si que podemos, te lo juro”, le dije. Conseguinos las fechas...
A pesar de que no estaba de acuerdo, Alan nos arreglo los shows.
Estaba totalmente ‘desatado’ con las drogas, era realmente una bestia; pero los otros
parecian más preocupados que yo, al respecto. La mayoria de mis dealers comenzaron a
evadirme y los pocos que me vendían, eran amables conmigo pero se limitaban a dejarme el
paquete en la puerta trasera de la Walnut House; nunca querian pasar a mi casa, no querian
tenerme cerca.
Mas o menos en ese tiempo, vi a mi mamá y ella tambien estaba preocupada. Me sugirió
que lo llamara por telefono a David Bowie, porque pensaba que una charla o un consejo
suyo me ayudaria más que obligarme a ingresar en rehabilitacion.
David era agradable, y muy sabio con respecto al abuso de sustancias quimicas. Me
preguntó qué andaba haciendo –en referencia a las drogas-, cómo estaba fisica y
emocionalmente, y cómo iban las cosas con la banda. Luego de divagar un rato, comencé a
hablarle de mis pequeños amigos translucidos y David me interrumpio. La conversacion
fue muy complicada, considerando que él no me veia desde que yo tenia 8 años; pero a ese
punto, ya habia escuchado suficiente.
“Escuchame...” me dijo. “No vas por buen camino. Si estas viendo cosas extrañas todos los
dias, lo que estas haciendo no te hace bien. Y si eso sucede significa que estas muy débil de
espíritu”. Hizo una pausa y continuó. “Te estás exponiendo al lado más oscuro de tu
subconsciente; y eso te hace más vulnerable a todo tipo de malas energías”
No estaba de acuerdo con esto: veia las alucinaciones como parte de un divertido
entretenimiento.
“OK, esta bien”, le dije. “Si, supongo que eso es malo... Quedo debidamente notificado,
entonces”

Proximos a tocar para los Stones, todos nos volvimos muy responsables y puntuales con los
ensayos; parecia que nuevamente teniamos un incentivo. En este tiempo, Duff era el más
responsable de todos: pasaba a buscar a Steven todos los dias y lo esperaba que tomara
todas las lineas necesarias para poder rendir; luego, pasaba por mi casa y ambos esperaban
a que yo me picara mi dosis pre-ensayo.
El dia antes de tocar con los Stones, para ir calentando motores, hicimos una presentacion
en Cathouse. Fue espectacular. No habiamos tocado en un tiempo y teniamos mucha
energia para liberar. Sonamos barbaro; fue un clasico show de Guns n Roses. Aunque no le
faltaron momentos desagradables: Axl insulto tanto a David Bowie desde arriba del
escenario, que él terminó retirandose en la mitad del concierto.
David estaba allí, acompañando a mi mamá, en una mesa cercana al escenario.
Aparentemente, Axl estaba convencido que David habia estado coqueteando con Erin
Everly, en bambalinas, antes del show. Era una ocurrencia tan ridicula que, despues del
incidente, mi mamá me pregunto qué carajos le pasaba a Axl. Fue una situacion incomoda,
pero no le di demasiada importancia y traté de concentrarme en las cosas positivas. El show
de esa noche, quedo capturado para la posteridad en el video de “It’s so Easy”, que nunca
fue aceptado por MTV, ni tuvo aire en los Estados Unidos, porque nos negamos a editarlo y
quitar los pasajes groseros y las malas palabras. 
Nos registramos en el “Hotel Bonaventure” por cuatro dias correspondientes a las cuatro
noches de shows con los Rolling Stones. Era la mañana de primer dia y me encontraba en el
hotel cuando recibí una llamada de Axl diciendo que no se presentaria a hacer los shows;
las razones eran que Steven y yo estabamos consumiendo drogas; tenia razon... pero ése no
era el punto; ibamos a tocar nada menos que con los Rolling Stones. De alguna manera, lo
obligamos a hacer el primer show...y fue un verdadero desastre.
“Disfruten el show”, dijo Axl cuando salimos a escena “...porque será el último. Muchos de
nosotros estan bailando con Mr. Brownstone”.
Estaba tan enojado con Axl por haber dicho eso y Axl estaba tan enojado conmigo por ser
adicto que pasé más de medio show, de espaldas al publico.
Esa noche no nos conectamos como banda, y sonamos horrible. Asi de enojado, bajé del
escenario, me subi a la limo; fui directo al hotel, y me encerré en mi habitacion a consumir
drogas.
Al dia siguiente, Doug me dijo que Axl haria los tres shows restantes con la condicion que
yo, sobre el escenario, le pidiera disculpas a la audiencia por ser drogadicto. Ese fue un
trago amargo. En retrospectiva, entiendo porqué Axl apunto hacia mi en vez de Steven. Yo
soy el más fuerte de los dos y Axl confiaba más en mi. Mi presencia era importante para él;
Axl sentía que yo era un eslabón en la banda y no podia darme el lujo de perder el control.
Asi y todo, no crei que fuesen necesarias las disculpas publicas. Cuando estas drogado, te
volves arrogante y por nada del mundo iba a asumir la culpa de esa forma. No pensaba que
fueran las drogas las que estaban causando problemas en la banda, aún si así fuere, ése no
era el momento de poner bajo la lupa el tema.
Pero tenia que hacer algo. Asi que cuando llegó el momento, subí al escenario y más que
disculparme, empecé a hacer bromas acerca de la heroína, y qué es lo que puede sucederte
si la consumes, de que nosotros ya habiamos estado ahí y que yo ya habia cumplido mi
condena con la seductora bestia. Fue mas un entretenimiento, porque no queria aplacar
demasiado a la gente. De todos modos, tengo la costumbre de hablar entre dientes, asi que
mencionar “la realidad de las drogas” mas todas las otras cosas que dije, fueron disculpas
suficientes. Hicimos una larga intro de “Mr. Brownstone” mientras hablaba, asi que para el
publico, mi discurso fue una especie de presentacion improvisada de la cancion.
Fuere lo que fuere, en cuanto Doug le avisó a Axl que yo ya habia hecho lo que él me habia
pedido (porque se negaba a salir del camarin hasta que yo le pidiera disculpas al publico),
Axl se quedo contento y la vibra de toda la banda cambio cuando él piso el escenario y
lanzamos “Mr Brownstone”. De repente, habia retornado nuestra camaraderia; una vez
solucionadas las cuestiones personales, pudimos concentrarnos en la musica. Ese segundo
show estuvo bien, el tercero estuvo aún mejor (a esa altura, ya habiamos pulido ciertas
imperfecciones), y el cuarto fue realmente asombroso; estabamos al 100%. Esos shows
fueron toda una experiencia, por decirte algo. Son renombrados en el circuito pirata y
quienes estuvieron presentes, los recuerdan muy bien; no obstante, las noches que tuvimos
libres fueron divertidas.
Los Stones vieron nuestro show las cuatro noches, según me contaron, porque les haciamos
acordar a ellos en otra epoca. No pasé ni un minuto con ellos; estaba demasiado agotado. A
pesar de todo lo que habia dicho en el escenario, lo unico que me importaba era darme un
pinchazo los mas pronto posible, despues de tocar el ultimo acorde. Casi siempre lo hacia
en el estacionamiento porque no podia esperar a llegar al hotel. Por mas inspirado que haya
estado en esos shows, comencé a ver a la banda y a la composicion de los temas de
proximo album como algo de lo que ocuparia ‘cuando estuviera limpio’. Es el famoso lema
de todos los drogadictos: ‘Lo hare cuando esté limpio’.
Para conseguir las drogas que necesité durante esas cuatro noches, una vez tuve que salir
del hotel, ir con el auto hasta Hollywood, esperar mi heroína y luego volver al centro para
la presentacion. Podes estar en un alto nivel –tocar en el L.A Coliseum- pero si sos adicto,
tambien eres parte de la otra realidad; en la que vivis como un pordiosero, y tenes recorrer
las calles en busca de droga. Lo haces, y luego volves a tu otra realidad.
No queria que esto volviese a suceder, asi que para el tercer show, le di a a mi dealer –a
quien llamaremos “Bobby”- las tarjetas para ingresar al backstage así podria traerme mi
‘paquete’ y ver el show. Estaba en bambalinas esperando que llegara y a medida que se
acercaba la hora de subir al escenario, empecé a sentirme mal. Los minutos pasaban y a este
punto, mi estado no me permitiria tocar; estaba super ansioso, porque si Bobby no llegaba a
tiempo, no podria salir a hacer el show. Esperaba, le dejaba mensajes en su pager, mientras
trataba de mantener las apariencias. Lo llamaba y no respondía. Literalmente, 10 minutos
antes de empezar el concierto, Bobby aparecio. Me encerré en el baño del trailer, al que
llamabamos ‘camarin’, y me piqué. Recien ahí respiré con tranquilidad. Eso no estaba bien.
Axl tenia toda la razón al protestar como lo hizo; no podria llevar esta vida en el nivel que
estabamos ahora. Cuando estas tan metido con la heroína; la música ya no te importa. Yo
me habia olvidado de la musica. Steven estaba tan mal como yo, pero hasta que me
desintoxiqué, no tuve ni idea de lo que realmente estaba sucediendo con él.

Donde estabamos nosotros, habia drogas; y adonde ibamos, las llevabamos con nosotros.
Como a partir de los shows con los Stones se habia establecido una buena comunicación
con la banda, creativa, funcional; tratamos de manejar la cuestion lo mejor que pudimos.
Doug penso que podria intervenir con Steven: lo llevaria de vacaciones a un exclusivo Golf
Resort en Arizona. Steven estaba muy contento con lo que la banda habia hecho
recientemente, asi que, por lo menos en teoria, queria reponerse. Acordó que sólo
necesitaba una semana lejos de Los Angeles para relajarse junto a la piscina, en el desierto.
Yo era una fiera más complicada: sugerirme ingresar en rehabilitacion no iba a terminar
bien; tampoco, tener un acompañante terapeutico. De hecho, en ese momento, nadie podria
darme lecciones; tenian que confiar en mi, en que yo me desintoxicaria por mis propios
medios. Y lo tenia todo planeado; pensé cómo abordar el proceso durante muchas noches
que pasé totalmente drogado en la Walnut House. Conseguí que un doctor me recetara
Buprinex, que es un bloqueador de narcoticos. Él me daria varias botellas de ese
medicamento y las jeringas. Era un tratamiento muy costoso, pero este tipo era una especie
de Dr. Feegood (Dr. Mesientobien); el tipo ejercia la medicina de forma ilegal.
Llevé todo conmigo la noche que, espontaneamente, decidí sumarme a Doug y Steven en
Arizona. Tenia mucho sentido en ese entonces: el sol de Arizona me ayudaria a aplacar mis
malos habitos. Le dije a Megan que tenia cosas que hacer con la banda y que volvería en
cuatro dias. Reservé mi pasaje, pedí una limo, llamé a mi dealer -sabía que su ubicación me
quedaba de paso al aeropuerto-. Habia previsto todo: compré suficiente cocaína y heroína,
junto con las botellas de Buprinex, para pasar un largo y tranquilo fin de semana en el Golf
Resort.
No les habia avisado a Doug o Steven que iria para allá, asi que cuando aterrizo el avion
esa noche, estaba completamente solo. No habia demasiado para hacer en la ciudad, pero
no me importaba.
“Hey, queda muy lejos este lugar? Le pregunté al chofer de la limo.
“A 45 minutos de aquí, señor”, me dijo.
“OK. Escuchame...podrias pasar por un lugar y conseguirme algunos cubiertos?” le
pregunté. “Me gustaria comer la comida que tengo acá”
El chofer condujo la limo por casi 20 minutos y se detuvo en Denny’s. Descendió del auto
y me alcanzó un tenedor y un cuchillo envueltos en una servilleta. “Estupendo...” pensé.
“Hey!” le dije. “Escuchame, no hay otro lugar por donde podamos pasar? Necesito un
juego completo de cubiertos”.
Luego de 15 minutos más paramos nuevamente y esta vez sí me consiguió una cuchara.
Inmediatamente puse el separador entre el chofer y yo, saqué las drogas e hice el ritual.
Me di el pinchazo y me tranquilicé mientras ibamos al hotel. El paisaje de Arizona, y su
rudimentarios matorrales, de pronto, lucían más atractivos y los vidrios polarizados hacia
que la vegetacion pareciera más exuberante todavia.
Cuando llegamos al Resort, el “Venetian”, asistí a mi fiesta individual en la habitacion. No
estaba acostumbrado al entorno, porque ese lugar no parecia un hotel; más bien era una
colección de bungalows ubicados a lo largo del prolijamente cortado cesped del campo de
golf; ahora que lo pienso, era muy parecido a aquel resort en Hawaii donde Doug me habia
llevado anteriormente. 
Mi habitacion era divina: tenia suaves cortinados blancos alrededor de la cama, una
pequeño hogar –similar a los de adobe-, y el baño tenia ducha con cerramiento de vidrio.
Parecía un spa; todo estaba muy bien decorado. Era un sitio tan relajado que no hallé mejor
terapia para aliviar mi alma que picarme toda la noche con heroína y coca.
Pronto se me olvido que la droga que habia traido debia durar cuatro dias. Actuaba como si
tuviera algo para celebrar, entonces, en cuestion de horas, me habia quedado sin heroína. Es
muy comun entre los adictos: Si estas drogado, estas conforme; todo esta bien y reina la
calma. Ahí es cuando haces los planes; ahí es cuando calculás cuánta droga necesitas.
Despues, empezas a consumirla y todo cambia: rearmas tus planes a medida que ésta se va
agotando; vas encontrando diferentes razones por la cuales puedes o debes tomar otro poco
más. Luego, encontras una buena razón para terminar con todo lo que tenes
porque...mmm... eh, no lo necesitarás despues.
Por qué haces todas estas locuras?... Todo se reduce al primer dia que consumiste heroína,
cuando lo hiciste y te gustó, cuando tu cuerpo no habia sido adulterado, cuando estaba
limpio, puro; esa vez fue la mejor. Entonces, pasas el resto de tu ‘carrera’ como adicto
tratando de obtener la misma sensación; eso que jamas volverás a sentir; pero te convencés
a vos mismo que sí lo harás, y seguis intentandolo...y seguis consumiendo. Probas
diferentes métodos, pero estás persiguiendo un fantasma. Terminas necesitando la heroína
para sentirte bien: tomas lo suficiente como para no sentirte mal, tomás lo suficiente para
estar bien. Pero cuando ya tomaste una buena cantidad, nuevamente intentaras sentirte
como la primera vez –y antes de que te des cuenta, en sólo una noche, habrás consumido
todo lo que habias planeado racionar para cuatro dias...y lo que tan cuidadosamente
planeaste se habrá ido al carajo.
No habia por qué terminar la fiesta; todavia me quedaba mucha cocaina.
No importa cuán meticuloso seas con la heroína, siempre se termina antes que la coca. Y
cuando empezas a picarte con coca, las alucinaciones se vuelven tan reales, que no te das
cuenta que eso que ves, lo ves porque estas drogado; que sólo es tu imaginacion. Es como
el acido, pero con otra actitud totalmente diferente. Lo que ves es real y da miedo; y no es
para nada psicodelico. En mi caso, fue violento y aterrador. Habia disfrutado de mis
alucinaciones en el pasado, pero ahora estaba al borde de la locura.
Esa noche, segui picandome coca por el sólo hecho de seguirme pinchando; ya te dije que
me gustaba sentir la aguja ingresar en las venas a traves de mi piel, y la sensación de las
drogas entrando en mi cuerpo y apoderandose de él. Tambien me encantaba el ritual previo:
la disolucion, el filtrado, el torniquete...Todo esto me gustaba tanto como sus efectos. Me
contentaba bastante con hacerlo una y otra vez, por varias horas.
Y luego, todo se volvia raro. Empezaba a boxear a los monstruos que veia al otro lado de
las cortinas que enmarcaban la enorme cama King Size; hacia esquivas y desplazamientos
como si estuviera entrenando en el gimnasio. El boxeo con los monstruos continuó durante
toda la noche. Cuando salio el sol, las sombras desaparecieron (los monstruos tambien) y dí
por finalizada mi actividad.
Cuando salí del trance, pensé que quizá deberia ir en busca de Steven y Doug. Decidí tomar
una ducha para despabilarme un poco, pero antes opté por una dosis de coca, la ultima. Me
sentia barbaro cuando entré a la lujosa ducha. Mientras estaba bajo la lluvia de agua
caliente, la coca me pego mas fuerte que la noche anterior y tuve alucinaciones como nunca
antes: era pleno dia, y la luz del sol entraba por la claraboya; pero ví surgir nuevamente las
sombras, que se acercaban a mí, reptando, trepando por la mampara y adoptaban la forma
del monstruo con el que habia estado peleando a las piñas, horas antes. Estaban ahí frente a
mi, cubriendo la puerta de la ducha y no iba a dejar que me atrapen, asi que empecé a
lanzar golpes de puño lo más fuerte que pude, haciendo trizas el gran panel de vidrio –
cuyos trozos quedaron desparramados por el piso-. Me corté la mano, me quedé ahí parado
debajo del agua, paralizado, paranoico, registrando cuidadosamente el baño en busca de
otros agresores. Ahí fue cuando aparecieron mis pequeños amiguitos. A mis ojos, eran
parecidos a la criatura de “Predator” (“Depredador”) pero mucho más chiquitos, y eran
translucidos de color azul grisáceo; delgados pero fornidos; con la cabeza punteaguda y
rastas que parecian de goma.
Siempre habian sido un grato entretenimiento, pero esta vez estas pequeñas figuras
alucinantes eran siniestras. Podia verlas agruparse en el pasillo; eran casi un ejercito y
sostenian todo tipo de armas y lanzas.
Estaba aterrorizado; corrí por encima de los vidrios y cerre la puerta de un portazo. Habia
un charco de sangre alrededor que salia de mis pies, pero no sentía nada; sólo miraba
horrorizado las diminutas criaturas que asomaban sus miembros entre la puerta y su marco,
y comenzaban a abrirla. Puse todo el peso de mi cuerpo contra ella para mantenerla cerrada,
pero fue inutil; ellos estaban ganando la batalla y yo perdia el equilibrio al caminar sobre
los vidrios rotos. Decidí huir: traspasé la puerta corrediza de vidrio, lastimándome aún más
y esparciendo restos de vidrio por todo el ambiente. Cuando salí corriendo del bungalow,
noté que la luz del sol era más brillante, el verde cesped era aún más verde y los colores del
cielo eran abrumadores; todo era muy estridente y efusivo para mí. Todo lo de mi
habitacion habia sido tan real que no estaba preparado, en mi condicion, para pasar tan
repentinamente de la oscuridad a la luz.
Sali corriendo...totalmente desnudo y sangrando. Corri por los senderos del cesped para
escaparme de los ‘mini depredadores’ que veia sobre mis hombros cada vez que miraba
hacia atrás. Necesitaba refugiarme de la luz del sol -era insoportable, en mi estado-, asi que
esquivando la puerta entreabierta, me metí en otro bungalow. Me escondí detrás de la
puerta, detrás de la silla, mientras que las criaturas tomaban la unidad. La mucama estaba
allí, haciendo la cama, y empezó a gritar cuando me vió. Y gritó aún más fuerte cuando
corrí hacia ella y traté de usarla como escudo humano para protegerme de los minusculos
personajes que me acosaban.
Huí nuevamente. Empecé a correr a toda velocidad por el Resort con un ejercito de
translucidos soldaditos pisandome los talones; los colores y el paisaje sólo aumentaban mi
demencia. Llegué a la parte de atrás de la sala de reuniones del lugar, y entré a la cocina;
los cocineros estaban en plena actividad, iban de aquí para alla y me mareaban, asi que
tambien me fui de ahí e ingresé en salón. Habia huespedes y personal de hotel por todos
lados, y recuerdo haber tomado a un señor muy bien vestido que estaba parado ahí con su
equipaje, y usarlo como escudo humano –una vez más-. Parecia tan fuerte, que creí que él
podría mantener los hombrecitos a raya, pero estaba equivocado. De hecho, me atraparon
allí y empezaron a trepar por mis piernas, y a cargar las armas. Este señor no queria tener
nada que ver conmigo; se liberó de mí y entonces corrí hacia un armario que estaba cerca
de la cocina. Cuando la gente comenzó a agolparse, salí corriendo nuevamente hacia el
exterior y al fin, encontré refugio y oscuridad en un cobertizo del campo, donde me escondí
detrás de la cortadora de cesped, hasta que cedieron las alucinaciones.
Fue un gran escándalo: había venido la policía, que junto a una multitud de mirones, fueron
a enfrentarme a mi escondite. Ya no veía a los hombrecitos, pero mi declaración ante la
policía incluyó una detallada teatralización de cómo me habían perseguido por todo el
Resort con la intención de matarme. Todavía me duraba el efecto de las drogas, asi que
conté la historia sin una pizca de autoconciencia. Para mí, todo el entorno aún lucia
bastante estrambótico; incluso cuando Steven surgió de entre el gentío para alcanzarme un
jogging. Los policías me llevaron a mi bungalow y allí encontraron un monton de jeringas,
pero nada de drogas; y como tenía una receta de Buprinex -que no te droga-, estaba
permitido tener jeringas. 
Asi y todo, la policía no se lo creía: en un momento abandonaron la habitación para discutir
qué iban a hacer conmigo. Yo todavía estaba convencido que lo que les había contado,
había sucedido realmente –lo que no ayudaba para nada a exonerarme-. Seguian
observando mi comportamiento. Al final me llevaron detenido cuando encontraron
vestigios de coca en una cuchara que estaba tirada en el piso. Doug entro al lugar, se
comunico con Danny Zelisko, un poderoso empresario en Phoenix, quien se las arregló
para que no me llevaran a la cárcel. Doug y Danny me sacaron rápidamente de ahí, con un
solo zapato, porque el otro pie estaba muy lastimado. Me metieron en un avión privado y
me mandaron de vuelta a L.A. 
Sin la ayuda de Danny, habria pasado cierto tiempo en la cárcel. Gracias de nuevo.
Cuando aterricé en Los Angeles, me fueron a buscar y me llevaron al “Sunset Marquis”, al
cual entre a escondidas. Habia quedado exhausto después de mi excursión por Arizona, y la
aventura en el ‘Venetian’ con los hombrecitos azul-grisaceos, asi que me fui directamente a
dormir.
Me desperté cuando Duff se acercó.
“Hey...estas despierto?” me dijo
“Si”, le dije mientras trataba de darme cuenta dónde estaba.
“Vestite, te espero en la sala”, me respondió, “tengo algo que hablar con vos”
“Ok... esta bien”.
Cuando entré, vi que todas las sillas de la sala estaban ocupadas: el manager, mi mamá, mis
compañeros de la banda (excepto Izzy y Axl) –dejando de lado a mi dealer, toda la gente
que conocía estaba ahí. Esto era una intervención oficial. Todavía desorientado, me pareció
ridícula la presencia de Steven, porque él necesitaba ir a rehabilitación tanto como yo (o
más). Me lo quedé mirando y pensé ‘hipócrita!’. Que todos los demás estén presentes,
significo algo para mí; no se bien qué, pero definitivamente, algo. Casi todos también
tenían algo para decir.
El guardia de seguridad, Earl, dijo “Slash, estabas vivo y vibrante en Chicago; eras una
persona fuerte allí. No soporto verte así, en esta condición de tanta debilidad”.
Mi mamá, estupefacta, guardó silencio la mayor parte de la reunión.
Alan Niven siempre fue rimbombante. “Slash, tenés que ingresar en rehabilitación” dijo.
“Ya hicimos los arreglos”.
Todos ellos dijeron que me amaban, y Dios bendiga sus corazones; estoy seguro que eran
sinceros, pero venir a ‘enfrentarme’ de esa manera, hizo que perdiera un poco el
significado. Estaba completamente acorralado; el discurso de siempre de ‘no pasa nada’ o
‘estoy bien’ no iba a funcionar. Estaba atrapado sin defensa; me habían declarado culpable
sin haber sido juzgado; no había nada que pudiera hacer. Como cualquier persona en esa
situación, mi mentira había sido rigurosamente analizada.
Nunca culpé a mi mamá por aquello; en ningún momento pensé que esto fuere idea suya;
ese día parecía tan confundida como yo. Por mi parte, los otros eran una banda de
conspiradores hijos de puta. De todos modos, si quería hacer las cosas bien con la banda,
tendría que ir a una clínica en Tucson llamada “Sierra Tucson”; asi que ingresé a
rehabilitación por primera vez. 
Lo más importante en el tratamiento de rehabilitación es que tenés que estar dispuesto. Si
queres hacerlo, funciona de maravillas; pero si no, sólo limpiará tu cuerpo, pero no
cambiará tu cabeza. Precisamente eso sucedió conmigo la primera vez: pasé por la etapa de
desintoxicación, en un ambiente seguro, estable, esteril; pero de ninguna manera, tenia la
intención de participar en ningún grupo, ni integrarme a la comunidad de la vida saludable;
que es la fase 2 del tratamiento.
Pero antes de llegar allí, hice lo que todo buen adicto hace: les dije a todos que estaba de
acuerdo con ellos, que iba a hacer lo que ellos querían, con la condición que me dejaran
pasar una última noche en mi cama, antes de partir hacia el centro de rehabilitación, la
mañana siguiente. Aceptaron mi propuesta; mis argucias habían hecho mella en ellos.
Volví a mi casa, saqué los utensillos del escondite, me dí un pinchazo, y salí con Megan –
que ignoraba completamente lo que iba a suceder-; le dije que me iria unos días, porque
tenia cosas que hacer con la banda, y a la mañana siguiente me levanté bien temprano, me
inyecté nuevamente y me fui a Tucson con Doug, en la limo. 
“Sierra Tucson” estaba en el medio del desierto –literalmente-; no había supermercados, ni
casas, ni centros comerciales a la vista...el progreso no había llegado allí. Era un pequeño y
sobrio oasis.
Me mandaron a una habitación compartida pero, afortunadamente, la cama de al lado nunca
fue ocupada durante mi estadía. Los primeros 3 o 4 dias de desintoxicación fueron, como
siempre, horribles; pero mucho menos drásticos gracias a la combinación de medicamentos
que me dieron. Nunca lo había hecho de esa manera, asi que las medicaciones fueron
bienvenidas y muy beneficiosas pero no del todo confortables como para poder comer de
todo o dormir profundamente por mas de una o dos horas.
Despues de un par de días, cuando la sudoración, la ansiedad y la ineludible incomodidad
cedieron, me sentía lo suficientemente bien físicamente como para levantarme de la cama e
ir a caminar un poco; era lo único que podía hacer; todavía no estaba preparado para
interactuar con otras personas. Pero en cuanto salí de mi habitación, tenia encima a todo el
personal del lugar insistiéndome para que concurriera a las terapias de grupo. Ese tema
estaba fuera de discusión: el hecho de que pudiera caminar no quería decir que tuviera
ganas de hablar. Queria evitar el contacto con la gente a tal punto que esperaba a estar
muerto de hambre para ir a buscar comida, porque no hacerlo de esa manera, significaba
encontrarme con extraños en la cafetería. 
Luego supe que debería haber ingresado una semana antes; hubiera conocido a Steve Clark,
el guitarrista original de Deff Leppard. Él estaba allí por abuso de drogas, pero como es
costumbre en lugares como esos, una vez que te sometés a sus métodos, ellos te encuentran
incontables diferentes “aflicciones” que te perjudican. En este marco, el sexo y casi todo lo
demás, en algún punto, son considerados como una adicción que domina tu vida. En el caso
de Steve, me enteré que lo habían catalogado como ‘sexoadicto’ y le habían pegado un
cartelito con la leyenda “No Female Contact” (“Prohibido el contacto con mujeres”)
después de que transgrediera las reglas al hablar con la misma chica, más de una vez, en
privado. Esto no le cayó muy bien a Steve y se fue de la clínica. Steve murió de sobredosis,
dos años después.
Cuando no estaba en mi habitación, pasaba la mayoría del tiempo sentado en una gran mesa
con un gigantezco cenicero en el centro. Puse lo mejor de mí para evitar dialogar con otros
residentes; pero a veces no pude hacerlo.
Generalmente las conversaciones empezaban así: Alguien se sentaría cerca de ti a fumar y
te preguntaría...
“Hey...por que estas aca?” 
“Heroína”.
Casi siempre, al mencionar la palabra, por lo menos uno o más pacientes presentes en la
mesa, o los que estaban a cierta distancia y alcanzaban a escuchar, empezarían a rascarse o
moverse nerviosamente.
“Ah, esta bien. Pero eso no es nada...dejame que te cuente mi historia...”
Gran parte de la gente que conocí allí tenia multiples adicciones y personalidades tan
complejas que desafiaban todos los conceptos pre-establecidos. Eran un grupo de extraños
individuos de todos los estratos sociales. El ambiente era parecido al de la película “One
flew over the Cuckoo’s Nest” y el personaje de Jack Nicholson. Yo estaba convencido que
era el menos jodido de todos. Me daba la impresión que yo sabía qué era lo que estaba
haciendo cuando lo hacia, sin importar lo que fuera; mientras que esta gente no parecía
saber lo que hacia en ningún momento y no tenia ni idea lo que habían hecho para estar en
“Tucson Sierra”. 
Pasados otros tres o cuatro días, decidí irme de ahí. Me dije: “Al carajo con todo esto”.
Estaba harto de todo: del personal tratando de convencerme de ir a los grupos, y de la gente
que conocí mientras fumaba sentado en la gran mesa, que quería encontrarse conmigo
afuera y juntarse a consumir droga, en algunas semanas cuando salieran de la clínica.
En ese momento, no estaba para nada preparado para rendirme ante nadie, bajo ningún
concepto. Me hallaba en el medio del desierto, hacia un calor infernal, y no creia que fuera
productivo pasar los próximos 21 dias allí. Le dije a la jefa de enfermeras que necesitaba
salir inmediatamente, y ella hizo todo lo posible para detenerme; hasta el fundador del lugar
vino a hablar conmigo y convencerme de que me quedara. El tipo era una especie de
cowboy moderno, de esos que solo existen en el sudoeste de los Estados Unidos; usaba los
sombreros típicos, mucha adornos de piedra turquesa y botas de cowboy. Me hablo largo y
tendido de su experiencia personal, su largo viaje hacia la sobriedad; fue categorico e
insistió en que yo todavía no había empezado a transitar el camino –estaba en lo cierto,
pero me importaba y tampoco quería acompañarlo en ese camino-.
“Escuchame”, le dije bastante disgustado, “no podes tenerme encerrado aca; no podes. Asi
que dame un teléfono, dame mis cosas, porque me voy de aca; me voy ahora mismo!”
“Estas cometiendo un grave error”, me dijo. “Te estas rindiendo, estas siendo débil;
necesitas pensar todo esto. Solo vení a una de las reuniones conmigo”
“No voy a ir con vos a ningún lado”, le dije. “No voy a ir. Eso no va a suceder... Muchas
gracias por tu ayuda. Pero me voy de aca!
Me pedí una enorme limousine para ir al aeropuerto, mientras que este tipo seguía tratando
que me quedara hasta último momento, cuando entré al automóvil. Luego baje la ventanilla
y lo miré directo a los ojos.
“No puedo impedir que te vayas pero quiero que sepas que estas cometiendo un gran error”,
me dijo
“Chau...nos vemos!”
En el camino, a un par de millas, divisé una licorería.
“Deténgase”, le dije al chofer.
Compre una botella de un litro de Stoli; la abrí y arrojé la tapa por la ventanilla. La furia
por todo lo que había pasado, crecia mientras bajaba el contenido de la botella, camino al
aeropuerto. Me ofendía pensar que la gente de mi entorno hubiera pensado que en ese circo,
en ese sitio ridiculo al que me habían enviado, me enseñarían a controlarme más de lo yo ya
sabía. Era muy desagradable. No me imagino qué habrá pensado el chofer de la limo esa
tarde: me había pasado a buscar por un centro de rehabilitación y luego me había observado
beber medio litro de vodka en menos de una hora.
Ya en el aeropuerto, mientras esperaba mi avión, me comuniqué con un dealer que era
amigo de Mark Mansfield y Matt Cassel, mis compañeros de secundaria. El tipo era muy
sofisticado, de alta gama; ofrecia un servicio muy completo. Quedamos en que se reuniría
conmigo en el aeropuerto, cuando llegara a destino. Sabía que la primera dosis de heroína
después de la desintoxicación seria la mejor, asi que compré heroina de la mejor calidad.
Después de la ‘transacción’, fui a mi casa, la consumí y luego llamé a Doug Goldstein.
“Hola?”
“Hola, Doug. Habla Slash”, le dije. “Volviiiiii”. Luego colgué.

Volví con Megan y todo estaba muy bien. También volví a mis fiestas unipersonales por las
noches, después de que Megan se fuera a dormir. Ella no tenía ni idea que estaba recién
salido de rehabilitacion –o que había entrado siquiera-. La cosa era que como fui obligado a
ese lugar, me rehusé a seguir el tratamiento...aunque sabía que tenía que limpiarme. Mi
intención no era volver a consumir, solo que no iba a dejarla bajo los términos de “Tucson
Sierra”.
Planeé un viaje a Hawaii con Megan, y conseguí suficiente droga para permitirme consumir
hasta cierto punto; luego empezaría a dejarla ‘a mi modo’. Estuvimos en una villa en Kauai.
Al llegar allí, inicié el proceso de desintoxicación. Tuve fiebre, sudoración, temblores. Mi
estado general era lamentable; me sentía enfermo y deprimido. Le dije a Megan que tenia
gripe y me creyó; ella era feliz saliendo sola; yendo de shopping y visitando lugares de
interés.
No esperaba que esta vez fuera tan brava como aquella; pensé que lo peor lo había pasado
allá, en la clínica Tucson Sierra. Bueno...lo peor no había pasado. No fue para nada fácil.
Tenía esperanzas de poder soportarlo, pero no pude: todo sabía mal, nada estaba bien. Los
síntomas eran mucho mas violentos que de costumbre: tenia nauseas pero no vomitaba
nada, tenia puntadas en el estomago, retorcijones, abundante sudoración, ansiedad, y una
sensación de hormigueo espeluznante. Fue muy desagradable, horrible. No podía mirar la
tele, no podía relajarme, no podía comer, no podía dormir. Estoy seguro que Megan se
ausentaba mucho tiempo, a propósito.
En pocas palabras, mi estado era deplorable; y seguí asi por mas o menos una semana del
viaje a Kauai. La cuestión es que, asi como me esforcé para conseguir drogas para saciar mi
‘deseo’, cada vez que las dejé, nunca invertí el tiempo necesario para obtener las
medicaciones apropiadas para aliviar los síntomas del proceso. Siempre me molestaba
muchísimo tener que ir al medico a pedirle las recetas; había que hacer muchos planes
cuando tenia que hacerlo. Ademas, siempre tengo que hacer las cosas del modo mas difícil;
asi que siempre fui drástico para desintoxicarme; dejé de consumir y punto...y me banqué la
abstinencia.
Despues de una semana, llegue al punto de poder moverme libremente y salir; y empecé a
sentirme mejor; casi recuperado. Comencé a planear salidas con Megan y hacer lo que
todos los turistas hacen en Hawaii. Al mismo tiempo, también tuve la feliz idea de llamar a
mi dealer y pedirle que me enviara por “FedEx” un poco de heroína.
En conclusión, fue muy tonto de mi parte, porque a esta altura, estaba a mitad de camino en
el proceso de desintoxicación, y hubiera llegado al final si hubiese podido mantenerme sin
consumir unos dias más. Pero me negué a hacerlo; lisa y llanamente. En cualquier caso, mi
dealer podría enviarme muy poca cantidad, asi que esto no era más que una solución a corto
plazo. Hoy, re-evaluándolo, debo decir que fue una decisión particularmente estúpida.
Este dealer era el más sofisticado de todos los que alguna vez me vendieron drogas. Él me
convenció que podría satisfacer mis ansias, en forma segura, por servicio postal certificado,
con infimas posibilidades de ser descubierto.
Acepté su propuesta, y luego me acordé de algo: Mark, uno de los integrantes de “Faster
Pussycat”, el mismo que habíamos encintado y mandado a la planta baja del hotel en
Alemania, había sido atrapado por recibir drogas de alguien por encomienda. Que carajos
estaba pensando cuando acepté?!
A la mañana siguiente, estaba super ansioso, como todos los adictos que esperan recibir sus
drogas. Todavía me preocupaba ser descubierto al retirarlas. Puse en la balanza los pro y
los contra, una y otra vez, durante toda la mañana, hasta que sonó el teléfono.
“Buenos días, señor, lo llamamos de ‘Recepcion’; tenemos un paquete para usted”
“Que?”, le dije. “…que hay un paquete para mí?... Yo no espero ningún paquete”.
“Sí, señor...hay un paquete para usted. Viene de los Estados Unidos...de Los Angeles,
California.”
Decidí tomar algunas precauciones más: tomé el ascensor de servicio hasta el primer piso.
El ascensor estaba escondido en una de las esquinas, y desde ahí tenia un amplio campo de
visión –como el de los francotiradores-; podría entrar llegar a la planta baja, con disimulo y
sin perder la perspectiva. Nadie alrededor parecía visiblemente sospechoso, pero no sabía si
alguno de los que rondaban por el lobby eran o no policías.
De lo que sí estaba seguro era que, sea lo que sea que estuviera vistiendo en ese momento,
era totalmente impresentable. Caminé sigilosamente por el pasillo que daba al ascensor, en
dirección al sector ‘Recepcion’. Me acerqué al escritorio, sin perder de vista el entorno, y lo
hice...Retiré mi paquete.
“Sabes...acabo de recibir una llamada diciendo que alguien me envio un paquete”, le dije a
la recepcionista. Parecia inocente, pero quizá estaba al tanto de la situación. “Lo gracioso es
que yo no estaba esperando absolutamente nada”, continué y luego, sonreí –o por lo menos
creo que lo hice-.
La chica me alcanzó el “paquete”, que resultó ser un sobre con CDs –que escondían droga-.
Cuando lo apoyó en el escritorio, frente a mi, me quedé frio, duro, inmóvil; lo miré pero no
lo toqué.
“Aquí esta su paquete, señor”
“Esto es todo?”, pregunté. “Es muy loco todo esto. No tenia previsto recibir absolutamente
nada”. Mire alrededor, especialmente las esquinas, los rincones, en busca de policías o
gente del FBI listos para atacar. “Es muy extraño; estoy totalmente sorprendido. De veras,
no esperaba para nada, recibir un paquete aquí” 
“Bueno, señor...este paquete llego aquí esta mañana; y es para usted”. Me dijo, mirándome
de rara manera. Luego tomó una lapicera. “Firme aca, por favor”
Mire fijamente la hoja que papel que estaba en la mesa, entre ella y yo. Me di cuenta que si
todo esto era una trampa y había alguna autoridad competente (policía, FBI...quien fuere)
observando esta transacción, seria el final; que una vez que firmara ese papel, habrían
conseguido toda la evidencia que necesitaban.
Mire a la chica, mire el papel, mire alrededor –ya sin disimulo-. No hice nada, guardé
silencio; fue una pausa cargada de suspenso. Luego pensé: Al carajo con esto!”. Agarré el
sobre, firmé el papel, le agradecí a la recepcionista y enfilé rápidamente al ascensor de
servicio, y a mi habitación.
Megan había salido y todavía no había vuelto, en ese momento. Pero cuando llegó, yo ya
me había drogado, me sentía bien, feliz; de ahí en adelante, el resto de las vacaciones en
Hawaii fueron maravillosas.
Llamame como quieras, pero ese viaje con Megan dio un giro de 180 grados cuando obtuve
mis drogas; mejoro muchísimo. A partir de entonces, Megan y yo pudimos empezar a hacer
cosas: fuimos de shopping, alquilamos un Jeep y recorrimos el lugar, además de visitar los
sitios de interés turístico.
Desde Hawaii, Megan y yo volamos a Chicago, para pasar el “Dia de Acción de Gracias”
con su madre, a quien vería por primera vez. Terminé mi última dosis de heroína en
Hawaii, y al momento de llegar a Chicago, estaba comenzando a experimentar picazón y
ansiedad, debido al ‘bajon’. Conocía poca gente en Chicago, y me encontré con uno de
ellos en el Smart Bar, la primera noche que pasamos allí; era uno de los ingenieros que
había adecuado el lugar para ser nuestra sala de ensayos. Él no conocía a nadie que
vendiera heroína pero siempre contaba con toneladas de coca, asi que me enganchó,
dandome una cantidad considerable de ella. Cuando volví a la casa de la madre de Megan,
empecé a inyectarme cocaína, para lograr sentirme un poco mejor.
Megan no lo sabía, pero pude notar que su madre sí sabía que algo no andaba del todo bien
conmigo, que algo me sucedía; simplemente no estoy seguro que supiera ‘exactamente’ qué
era. 
Fue muy difícil mantener las apariencias y todo bajo control durante ese fin de semana
festivo porque Megan y su madre vivian una frente a la otra. Sus dormitorios estaban
divididos por un placard compartido; de modo que, si las puertas corredizas de ambos lados
estaban abiertas, podias pasar de una a otra habitación sin problemas. A la noche, después
de que Megan se durmiera, me quedaba mirando tele y pinchándome con coca. Cuando esta
empezaba a hacer efecto, comenzaría mi ‘viaje’ y pasaría toda la noche convencido que la
madre de Megan me observaba desde la otra habitación. Asi pasaron varias noches. No sé
qué estaba pensado mientras lo hacia! Estaba inyectándome cocaína al lado de Megan! A
un lado, su cuerpo y al otro, la pared!... Era ridículo! 
En el Dia de Acción de Gracias, tomé una ducha y me preparé para conocer a la familia y
los amigos de Megan. Mientras bajaba las escaleras, noté que la heroína, de alguna manera,
se había ido de mi cuerpo –suena ilógico, pero la única explicación que encuentro es que la
cocaína había aplacado los efectos del bajon, desde el comienzo. Igualmente estuve ‘de
viaje’ con la cabeza en las nubes durante toda la reunión, y esa cena del Dia de Accion de
Gracias fue una de las fiestas más desagradables que tuve jamás, pero debo decir que tuvo
algunos buenos momentos: había bastante bebida y, de a ratos, la pasamos muy bien.
Luego, Megan y yo retornamos a Los Angeles. A esa altura, yo ya estaba bastante ‘limpito’
–por decirlo de alguna manera-: nada de drogas y muy poco alcohol. Por lo menos, por un
tiempo.
Sin darme cuenta, casi era Navidad y Megan comenzó con los preparativos para una
fastuosa fiesta: estaba muy entusiasmada decorando la casa, compró una olla para hacer
fondue, e invitó a todos nuestros amigos a casa (que parecia “Winter Wonderland”). Es la
situación mas ridícula y extravagante en la que estuve involucrado, en mucho tiempo; y el
hecho de que estuviera lúcido hizo que esa sensación fuera más difícil de ignorar. El dia
anterior a Navidad, Megan llegó a casa con un monton de porquerias para decorar la casa.
Habia gastado más de 400 dolares en adornitos –cosas realmente inservibles-; ése fue el
punto límite.
La observé decorar la casa, pero todo el tiempo pensaba: Quien sos?... No te reconozco.
Pasamos la Navidad, nos reunimos con amigos en la casa; pero en cuanto ellos se fueron y
nos quedamos solos, decidí comunicarle a Megan que también ella se tenía que ir. Mi
declaración fue desagradable y bastante ‘explicita’; me sacó de las casillas que haya ido al
supermercado, pero ése no era el verdadero problema: No quería estar más con ella; ya lo
había decidido, y necesitaba que se fuera de mi casa lo más pronto posible. No importaba
cómo es que habíamos llegado a este punto, simplemente se tenia que
terminar...inmediatamente. Fue horrible: la miré a los ojos y le dije: “Andate!”. Y se fue. Su
amiga Karen, que me odiaba desde siempre, la vino a buscar.
Mirando atrás, pienso que, estando sobrio, miré a Megan con otros ojos. Era muy dulce, era
divina...pero seguía allí, en mi casa. De pronto, la ví como un mueble que no recordaba
haber comprado, y me preguntaba a diario qué teníamos en común. Sin nada que opacara
mi visión, sentí que Megan era una desconocida. Una pareja implica atención, deberes y
responsabilidades; y yo no tenia tiempo para esas cosas. Ella no era el problema...YO era el
problema. Estaba volviendo a ser el de antes; estaba volviendo al trabajo y actué
consecuentemente. Lo único que pensaba cuando la miraba era “Que estas haciendo aca?
Tenes que irte...Yo tengo cosas que hacer! Tengo que sacar un nuevo disco con la banda!
Creo que fue -más o menos- lo que le dije. Fui muy duro con ella, la traté muy mal. No
suelo tratar así a la gente; no es mi estilo; pero no soportaba más esa situación. No volvi a
ver a Megan, desde entonces.
Siempre he hecho las cosas ‘a mi manera’: me he drogado y desintoxicado a mi manera, he
comenzado y terminado relaciones a mi manera, he llevado mi vida a limites inimaginados
a mi manera... Y aún sigo aquí. Si lo merezco o no; eso ya es otra historia.

CAPITULO 10:
HUMPTY-DUMPTY

Cuando formamos Guns n Roses, el futuro de la banda dependía nuestro compromiso


mutuo, de nuestra unidad a nivel grupal. Nuestra actitud fomento una sincera
relación de compañerismo –de las que ya no quedan. 
El éxito fragmentó la banda: nos dio todo lo que queríamos y mucho de lo que no
necesitábamos...todo de una vez. Nos ganamos el éxito de la forma convencional y la
banda se fragmentó del modo que es usual. Teníamos éxito, eramos famosos; la fama
significo más dinero, y más dinero significó más libertad. De pronto, teníamos la
libertad de emprender cada uno su propio camino. Nos alejamos tanto, que casi
olvidamos cómo era estar todos juntos en un mismo sitio; casi se nos olvida cómo fue
que ganamos esa libertad, en un primer momento.
Al final, pudimos hacerlo, justo a tiempo...pero hubo algunas bajas y los problemas
fueron creciendo. Es algo que no pudimos evitar. Para volver a empezar, tuvimos que
volver a presentarnos y conocernos; tuvimos que separar la paja del trigo; tuvimos
que redescubrir Guns n Roses. Solo habían pasado unos años, pero parecía que nos
habíamos olvidado cuan divertido era ser nosotros mismos. Te sorprendería saber lo
rápido que uno se olvida qué es lo importante cuando, de repente, lo tenés todo;
incluso aquello que nunca pensaste que podrías tener.

Una vez que deje de heroína y me separé de Megan, empecé a pasar más tiempo con Duff,
escuchando música, tomando algunos tragos y consumiendo alguna línea de coca,
ocasionalmente. Todo se fue dando de a poco. No era gran cosa; tal como lo había hecho
anteriormente, reemplacé la heroína por alcohol, y estaba preparado para volver a trabajar.
Y eso era muy bueno.
Izzy todavía no había regresado de Indiana –no estaba preparado para soportar las
tentaciones de L.A-, asi que Duff y yo fuimos quienes empezamos a ir a “Mates” a
componer. Esperabamos volver a poner la pelota en movimiento mediante, por ejemplo,
mantener una rutina regular durante la etapa de composición. Estábamos esbozando algunas
nuevas canciones y trabajando sobre las ya existentes. Tal como en Chicago, nuestro
objetivo era hacer que Izzy y Axl pudieran regresar y reunirnos todos en un mismo lugar,
pero sabíamos que antes de que pudiéramos hacer eso, necesitábamos ocuparnos de Steven.
Nuestro amigo Steve se habia metido en un lindo lío; sufria una pesada adicción a las
drogas y estaba en la etapa de negación. 
Steve nunca maduró, nunca dejó atrás todas esas fantasias relacionadas con el mundo del
rock, que tenia cuando era un adolescente, aún frente a la amenaza de perderlo todo. Asi
que esto nos iba a costar trabajo... 
Duff y yo dividíamos el tiempo entre zapar en ‘Mates’ y supervisar a Steven, que vivía muy
cerca de la casa de Duff; y que ocultaba -y disimulaba- su problema.
Ya en Chicago todos habíamos empezado a notar ciertos cambios: estaba un tanto nervioso
y frágil; pero cuando volvimos a Los Angeles, yo también estaba muy mal y mi propia
nube narcótica me impidió ver cuál era su situación real, pero ahora sí podía ver que él
estaba física y psicológicamente afectado. En esas circunstancias, se la perdonamos, pero
creo que en el transcurso de la historia, nos olvidamos que Steven era un tipo de esos que
siempre necesitan que alguien esté pendiente de ellos, que los cuiden. Steven era como un
chico curioso al que no podías dejar solo en la casa, mientras que nosotros teníamos una
forma más adulta de proceder: Podés hacer lo que quieras con tu vida, pero tenés que
hacerte cargo de aquello que hacés; podés cometer errores, pero tenés que asumir las
consecuencias. Ese era nuestro pensamiento.
Hasta el final de la gira de Appetite, y durante los años anteriores, las drogas eran algo
casual; las consumíamos con fines recreativos o por diversión. Le restábamos importancia
al asunto, pero a esta altura nos estaba pasando factura: cuando me dí cuenta que las cosas
se estaban poniendo feas, que estaban pasando de castaño a oscuro, decidí aislarme. Steve
no pudo hacerlo, entonces tampoco pudo hacer nada para cambiarlo. No quería reconocer
su problema, y fue muy difícil para nosotros enrostrárselo; más para Duff, que todavía
consumía cocaína. Simplemente, no gozaba de todas sus facultades; no podía mantener un
equilibrio entre sus excesos y su rendimiento a nivel laboral. 
Hicimos lo que habia que hacer para que pudiera reincorporarse, pero no podías cruzar
palabra con él; te discutía todo y luego te lo echaba en cara –de hecho, hoy todavía sigue
quejándose y preguntando por qué lo echamos de la banda-. A veces, pensaría que la
conversación habia llegado a buen puerto, y que habia razonado y recapacitado... luego,
hacia tonterías como no presentarse a ensayar. Era imposible hacerlo entrar en razón a
Steven –o a cualquier otra persona en la misma situación, creo-. Su madurez emocional era
la de un chico de entre ocho a once años.
Tratar de que Steven reduzca o restringa su consumo de drogas, por lo menos para mí, era
una situación ‘incomoda’ (si vale el término); es una situación en la que podría decirse que
‘el muerto se asustaba del degollado’: Ahí estaba yo, “Mr. RecentlyClean” (Sr.
RecienRehabilitado), que todavía bebía en demasía, dándole órdenes a Steven. En realidad,
no estaba haciendo más que criticando mi propio reflejo, del otro lado del espejo. Sabía que
hacer eso implicaba cierta hipocresía, pero no importaba –la diferencia entre Steven y yo,
era que yo sabía cuál era mi límite; desaforunadamente, Steve no. Y Guns n Roses
necesitaba seguir adelante...a toda costa.
Al igual que Izzy y yo, Steven habia tropezado, caído y perdido el paso en una pila de
cocaína y heroína, pero al contrario de nosotros, el no pudo recuperar el equilibrio.
Iriamos hasta su casa por las tardes y trataríamos de hacerlo venir a ensayar, pero sus ojos
nos decían todo lo que necesitábamos saber: sus pupilas lucian visiblemente contraídas;
eran tan diminutas como la cabeza de un alfiler y se hacia aún más notorio debido al iris
azul de sus ojos. Él solo se sentaría allí y desmentiría una y otra vez, estar utilizando
heroína, sólo asumiría estar bebiendo alcohol y consumiendo alguna que otra línea de coca,
pero nosotros sabíamos que eso no era verdad y no lo ayudó para nada que Duff y yo
encontrásemos sus drogas escondidas en la casa –generalmente las guardaba detras de su
cama o del inodoro-. No habia nadie que lo controlara, sólo nosotros. Steve habia estado en
pareja pero se habia separado, asi que estaba viviendo solo cuando toco fondo.
Hicimos varios intentos de enviarlo a Rehabilitacion, y lo llevamos a “Exodus” más de una
vez. Aunque cada vez que ingresaba, recibiríamos una llamada diciendo que habia trepado
una pared o salido por alguna puerta lateral. Por supuesto, siempre que lo hacia, seria
irrecuperable por varios días. Debe existir algún registro: en total, durante este periodo,
Steven escapo de los centros de rehabilitación 22 veces. Duff y yo nos mantuvimos a su
lado, pero sabíamos que era cuestión de tiempo, que Steven agotara toda la buena voluntad
que la banda tenia para con él.
Mientras tanto, de alguna manera Axl y yo habíamos vuelto a tener una relación ‘cordial’, y
los dos estábamos muy contentos y ansiosos por volver a trabajar en un nuevo disco –
aparentemente, ya se habia terminado la veda. Axl sabia que yo habia dejado las drogas y
que me habia comprometido a mantenerme así. Después de muchos intentos fallidos, Axl,
Duff y yo estábamos empezando a recuperar el sentido de ‘unidad’. Izzy no se quedaba
atrás: Nos encantó volver a verlo cuando apareció en ‘Mates’; no venía todos los días –
quiza dos sí y uno no-, pero eso no interfirió en el trabajo. Izzy es una persona muy tratable;
es muy fácil llevarse bien con él.
Duff, Steven, y yo zapamos con Izzy en un par de canciones, y en esos momentos, aquella
vieja energía regreso; y todo se volvió muy excitante y eléctrico.
Nos juntamos todos en mi casa y compusimos más de la mitad de los dos “Illusion” con
guitarras acústicas, literalmente, en dos noches. Empezamos trabajando sobre las canciones
que teníamos guardadas de los viejos tiempos y que nunca habíamos hecho nada con ellas.
Modificamos la intro de ‘Back off Bitch’ y de ‘Don’t Cry’; también contábamos con ‘The
Garden’, una canción que Axl e Izzy habían escrito junto a West Arkeen. ‘Estranged’, era
una pieza que Axl habia estado trabajando en piano durante mucho tiempo –habia estado
tocando las mismas secuencias una y otra vez, en Chicago y después también; estaba claro
que estaba elaborando la canción en su cabeza; asimismo, yo habia empezado a componer
las guitarras en Chicago, asi que ‘Estranged’ se armó en un abrir y se cerrar de ojos, una
vez que nos enfocamos en ella.
‘November Rain’ también estaba en la lista: Habíamos planeado incluirla en ‘Appetite’
pero como teníamos ‘Sweet Child o mine’, se decidió por mayoria que no necesitábamos
otra balada. Además, el demo original de la canción duraba 18 minutos, más o menos, y
ninguno de nosotros se preocupó en interpretarla en el estudio, en aquel momento. Habia
sido una canción con la que Axl habia estado jugueteando por años, desde que sumamos el
piano al resto de los instrumentos; habia estado rondando desde siempre y finalmente
ibamos a darle su espacio. Axl se molestó bastante cuando Tom Zutaut nos sugirió que
dejaramos ‘November Rain’ para un próximo disco, porque esa canción significaba mucho
para él; en ese momento, Axl aceptó y calló, pero no le gusto nada la desición, y estuvo
ofendido por eso mucho tiempo.Teníamos el esquema básico de ‘Civil War’ desde nuestro
primer tour por Australia: yo escribí la música y Axl, la letra –y la revisó, muchísimas
veces, pero todo se acomodó correctamente cuando resurgió esta vez. ‘You could be mine’,
tampoco era un tema nuevo: la compusimos durante los ensayos de ‘Appetite’ y siempre
sentí que debería haber sido incluida en ese álbum, porque guarda más semejanzas con las
canciones de aquel, que con cualquiera de las que terminaron en los ‘Use your Illusion”.
Habiamos perdido mucho tiempo, pero durante esas noches en la Walnut House, la química
y la conexión sobre la cual se habia construido Guns n Roses, revivió. Izzy y yo tiramos
algunas ideas básicas, y antes de que pudiéramos darnos cuenta, todos habíamos
contribuído en transformar esas ideas en canciones completas.
Yo habia traído de Chicago una canción que se llamaba ‘Bad Apples’, y Duff habia escrito
allí la música para ‘Get in the Ring’. Esas dos canciones fueron seleccionadas
inmediatamente, junto a otro ‘mantra’ que habia escrito mientras estaba viviendo con Izzy;
era una sucesión de riffs bien heavy, y que terminó transformándose en ‘Coma’: la pieza
duraba 8 minutos y se basaba en la repetición de un esquema que se hacia cada vez mas
preciso y complejo en su precisión a medida que avanzaba la canción. A Axl le gustó desde
un primer momento, pero fue la única canción a la que no pudo ponerle letra de la forma
que él lo hacia habitualmente –escuchaba la música y la letra le surgía, casi
espontáneamente-; estaba muy orgulloso de tener ese don, asi que se frustro bastante por no
poder hacerlo con ‘Coma’...hasta que una noche –varios meses después- la letra,
simplemente, vino a él. Terminamos de darle forma a ‘Locomotive’, que la habia empezado
a componer con Izzy; y también teníamos ‘Dead Horse’, una pieza que Axl habia
compuesto íntegramente (letra y música) hace muchos años, incluso antes de que nos
conociéramos. Duff también aportó ‘So Fine’ cuya letra y música son de su autoría.
En poco tiempo, nos dimos cuenta que teníamos material mas que suficiente para un álbum,
y en algunas sesiones, nos las arreglamos para ultimar los detalles, y entregar el proyecto de
manera rápida y relativamente sin problemas. 
Todavía no tengo idea por qué nos habíamos demorado tanto tiempo, pero estaba claro que,
en cuanto nos tomamos un segundo, apartamos los dilemas y nos juntamos sin
animosidades, la buena vibra a nivel grupal resurgió.
Lo comico es que, los ‘Illusion’ -excepto alguna que otra canción- no cuentan con
pomposos arreglos, porque se armó realmente muy rápido. Pistas como ‘Locomotive’ o
‘Coma’ tienen muchos arreglos pero fueron pensadas así desde el principio, cuando Axl
escribió las letras. Apartando las canciones épicas que incluyen piano, el resto son piezas
muy simples y no necesitan tanto desarrollo. No nos pasamos tardes debatiendo cuantas
veces tocábamos el puente de una cancion, o complicándonos con acordes difíciles para el
‘quiebre’. Cuando volvimos a juntarnos, estábamos todos de muy buen ánimo, nos
llevábamos realmente bien como banda; volvimos a salir todos juntos por primera vez en
mucho tiempo y todo volvia a ser divertido de nuevo.
Por supuesto, nada es perfecto. Lo curioso es que cuando todo iba bien, Axl siempre hacia
las cosas un poco más interesantes...Uno de los puntos escabrosos en la reformulación de la
banda fue que cuando, de una vez por todas, nos habíamos puesto en marcha, Axl quiso
agregar otro instrumento más: teclados. Quería contratar a Dizzy Reed, el tecladista de
‘Wild’, una banda genérica de Los Angeles, que solia practicar al lado de nuestra
casa/estudio en Sunset y Gardner. Dizzy era un buen tipo; pero simplemente no encontraba
una buena razón para que Guns n Roses necesitara un tecladista.
Yo estaba totalmente en contra de la idea; y en esto era inflexible. Sentia que adulteraba el
sonido de la que ya era una gran banda de rock. Agregar un piano tradicional o eléctrico,
esta bien; pero pertenezco a la vieja escuela, y jamás me gustaron los sintetizadores porque
no me gustan los sonidos falsificados.
Axl, por otro lado, se mostraba apasionado por la evolución artística que la banda
necesitaba realizar. Nuestras conversaciones no eran tan ‘acaloradas’ porque estabamos
haciendo un gran esfuerzo, asi que a veces, sólo diríamos algún chiste ironico y Axl sabría
que no estábamos de acuerdo. Asi y todo, él defendía su idea tan firmemente como yo la
rechazaba.
En aras de mantener la buena onda, a lo último y muy a mi pesar, cedí; y también cedieron
los otros. No valia la pena ir hacia atrás, no valia la pena retroceder sobre nuestros pasos,
no valia la pena pelear.
Dizzy se convirtió en un miembro más y nosotros procedimos a agarrárnosla con él,
implacablemente. Era como el Ronnie Wood de Guns n Roses.
Realmente, ese fue la única falla a nivel creativo. Componer las canciones para ‘Use your
Illusion’, la situación era como siempre imaginé que serian las primeras sesiones de los
Stones, en aquel momento: todos juntos en una casa en Hollywood Hills, pasando el rato y
expresando cada uno sus ideas. Era bueno que Izzy, Axl, Duff y yo estuviéramos en un
mismo lugar, y más o menos, sobrios. Digo... nunca me faltaba mi trago pero no estaba tan
vicioso como para andar bebiendo directamente del pico de la botella. Aunque era triste que
Steven no estuviese realmente ‘allí’ para nada de esto.
Tal como temía, Steven se habia convertido en la ‘persona que sobraba’. Durante los
ensayos, Duff y yo teníamos la tediosa tarea de lidiar con él. Mientras que Axl estaba
consciente de la situación, no estaba obligado –como nosotros- a proteger a Steven las 24
horas, los siete días de la semana, y en cuanto a Izzy… él no tendría absolutamente nada
que ver con esto. Steven se estaba convirtiendo en una carga más pesada, día tras día.
Al empezar los ensayos del nuevo material; ahí fue cuando la casita de naipes de Steven se
derrumbó. Era completamente incapaz de tocar cuando fue puesto a prueba; simplemente
no podía: la mayoría de las veces, se iria de tempo en algún momento de la canción o se
nublaría y olvidaría qué estaba haciendo. No podía mantener el ritmo, ni tampoco enfocarse
en Duff o en mí, y seguirnos a nosotros, como solía hacerlo. Era una situación
desesperante; teníamos que hacer algo. Ahora que la banda, por fin, habia tomado impulso,
habiamos escrito nuevas canciones y necesitábamos empezar las grabaciones; no podíamos
estancarnos. No podíamos permitir que ensayar una canción fuera un calvario.
Eso no quiere decir que no le tuviéramos paciencia a Steven. Intentamos todo lo que se nos
cruzó por la cabeza, aunque probablemente deberíamos haber hecho más cosas por él...no
sé qué mas podríamos haber hecho por él; hasta llegamos a contactar a Bob Timmons -un
consejero en adicciones que habia ayudado a rehabilitarse a Motley Crûe-, y otros
especialistas con experiencia en casos extremos. Todo fue en vano.
Nos propusieron tocar en el Farm Aid, en Indiana, el 7 de abril de 1990. Ese show nos
entusiasmo, en el mismo sentido que lo hizo aquel con los Stones, no mucho tiempo atrás.
Estos shows servirían de ‘envión’ para poner la banda en marcha y dejar todo fluir
nuevamente, porque cuando trabajábamos, todos los cilindros entraban en combustión.
Preparamos algunas nuevas canciones sólo para el show, también un cover de “Down on
the farm”, el clásico de “U.K. Subs”, y le hicimos pequeños ajustes a “Civil War”.
Yo estaba muy ansioso por subir al escenario nuevamente a tocar todos juntos, pero todo se
desmoronó rápidamente. Al subir al escenario, Steven tomo carrera y salto de la tarima que
eleva las baterías, -que es una plataforma bastante grande y difícil de errarle-, y tómo vuelo.
Pensaba caer cerca del set de baterías, pero su percepción de la profundidad del escenario
con respecto a la tarima y sus reflejos no funcionaban bien, asi que no pudo lograrlo y
terminó a cuatro pies de distancia. Observé la situación como ‘en cámara lenta’... era más
que bochornoso: Steven toco con dificultad, y nuestra performance fue, a lo sumo,
‘cuestionable’ y dudosa, aunque bien recibida por el público. Todos sabíamos por qué no
estábamos contentos: el ritmo no era el correcto; Steven estaba disperso. Hay algo que
Steven y Guns tenían, cierto ‘groove’ y ritmo, que cuando se perdió, la banda también
perdió confianza; porque teníamos que recurrir a la intuición para interpretar las canciones.
Esta banda jamás se trató de eso, Guns n Roses estaba basada en toneladas de engreimiento.
No pudo haber mejor manera para Steven, de revelarnos que habia mentido acerca de su
desintoxicación. Ni una confesión directa hubiera sido mas honesta que su interpretación en
ese show. Era obvio que estábamos en grandes problemas. Steven seguia consumiendo, y
probablemente habia estado consumiendo en su habitación hasta minutos antes de partir
hacia el “Indiana Housier Dome”. Despues, todavía seguía negando su problema, y estaba
tan abierto y social como nunca antes. Era muy difícil y molesto hablar con un tipo que vos
sabes que en su interior piensa exactamente lo contrario a lo que esta diciendo... 
Toda su actuación estaba rodeada de mentiras.
En este punto, la verdad era que si su interpretación hubiera sido buena, creo que a nadie le
hubiera importado qué estaba haciendo –por lo menos a mí no me hubiera importado. Si
puedes manejar ambas -la música y las drogas-, mejor para vos.
No estábamos realmente preocupados por la salud de Steven, en tanto estábamos muy
enojados porque su adicción estaba limitando su interpretación y por consiguiente, la de
todos nosotros.
Ya que el bajo y la batería son los pilares sobre los cuales se construye cualquier banda de
rock, la situación de Guns n Roses era absolutamente desconcertante.
“Farm Aid” fue el último show que tocamos con Steven. Volvimos a Los Angeles y Steven
empeoró aún más –no sé por qué; quizá porque sabía que el final estaba cerca, o porque la
heroína es un demonio muy hábil.
Estuvo en rehabilitación varias veces más, pero por muy cortos periodos –quiza 24 o 48
horas, cada vez. La gota que rebasó el vaso fue cuando nos propusieron donar una canción
para un álbum a beneficio de “Nobody’s Child”, una organización que asiste a niños
rumanos que quedaron huérfanos durante la Revolución Rumana en 1989. Pensamos que
“Civil War” seria una buena opción. En ese entonces, estábamos totalmente distanciados de
Steven. En esa sesión de grabación, estábamos nosotros acá y él, allá. Despues de terminar
de grabar la canción, antes de que Mike Clink pudiera realizar la mezcla, se dio cuenta que
tenia que editar toda la pista de baterías -esto es anterior a la grabación digital, asi que Mike
trabajaba sobre cintas- y estuvo varias horas abocado a esta tarea en la isla de edición para
que estuviera acorde al ritmo.
Estaba escrito, era algo inevitable; la situación rapidamente llegó a un punto critico. Axl
habia perdido la paciencia hacia rato con respecto a Steve; asi que, inevitablemente tuvimos
que juntarnos a discutir la situación; con el apoyo de Alan, Axl propuso que le diéramos a
Steven un ‘ultimatum’ por escrito: era un contrato que él estaba obligado a firmar; nosotros
esperábamos asustarlo para que ingrese a rehabilitación, en el mejor de los casos; o lo
desvincularíamos de la banda, en el peor. Los papeles eran claros; decían que si Steven se
presentaba drogado a las sesiones de grabación, seria sancionado; si lo hacia 3 veces, seria
despedido. Decia algo así. 
Steven firmo y acepto estos términos, y como cualquier persona sumida en su adicción a la
heroína, ignoró el pacto; se presento drogado a trabajar y siguió viviendo de la manera que
lo venia haciendo hacia tiempo. Hizo el esfuerzo una vez: probó con Buprinex, pero era
muy débil para dejar totalmente la heroína.
A mis ojos, parecía que a Axl no le caia bien Steven. 
Steven tenia un entusiasmo desenfrenado por tocar la batería, por el rock and roll y por la
vida en general. Era hiperactivo y muy divertido. Pero también era descaradamente honesto
y expresaba libremente sus opiniones a Axl o a cualquiera de nosotros. Muy a menudo,
Steven era –quizá- demasiado ‘frontal’ con Axl; pero Axl no operaba de esa manera, no
solia a proceder así. Steven no tenia filtro, decía exactamente lo que sentía, sin dar vueltas;
decia lo que pensaba ahí, en la cara, sin tapujos. Duff y yo estábamos acostumbrados a su
estilo, y tomabamos sus comentarios con soda, no le dabamos demasiada importancia. Pero
Axl era un tanto más ‘sensible’ que nosotros, y también Duff y yo entendíamos que no le
cayera bien su actitud. 
Con Axl, yo no quería perder el ritmo o la rutina de ensayos o de grabación, asi que preferí
no enfrentarme con él por su ‘tardanza’ –o como quieras llamarlo-. Pero Steven haría
comentarios o se lo diría en la cara; y eso es algo que nunca ‘funcionó’ con Axl. De todas
maneras, Steven no podría ser ‘medido’ al hablar, y no podrías juzgarlo ni reprocharle nada
porque todo lo que salía de su boca –por decirlo de alguna manera- era verdad; esa era su
parte inocente, un efecto colateral de su personalidad. Desafortunadamente, contra el alto
nivel de susceptibilidad de Axl, puedo asegurar que fueron más la veces que Steven ofendió
a Axl, que las que no lo hizo, pero Steven ni siquiera se daba cuenta de ello.
Yo podía notar la manera en que Steven tocaba las fibras sensibles de Axl; pero dicho esto,
no creo que Axl jamás le haya dado –realmente- a Steven el merecido crédito por el
dinámica que él aportó a Guns n Roses, musicalmente; y creo que esto lo hirió mucho….
Pero yo qué se?! Probablemente hay muchas más cosas entre ellos, de las que no puedo
hablarte.
Axl habia dejado claros sus sentimientos hacia Steven, cuando estábamos preproduciendo
‘Appetite’. Faltaba poco para finalizar con el disco y era hora de ponerse a charlar de los
derechos de autor y difusión de las canciones. Estabamos hablando del tema, en una de las
salas de los estudios Burbank, y alguien propuso que, como eramos una banda, deberíamos
dividir el total en cinco partes iguales (20% para cada uno de los miembros). Axl frunció el
ceño…
“De ninguna manera Steven obtendrá el 20% igual que yo. Uh-uh”, dijo. “Yo quiero un
25%, y que Steven perciba 15%. Él es baterista; no aporta a la composición de las
canciones del mismo modo que nosotros”.
Ese fue el pacto que hicimos: Axl se quedó con un 25%; Izzy, Duff y yo, percibimos un
20%; y Steven, 15%. 
Creo que Steven quedo herido por eso, y la cicatriz nunca cerró.
No estoy seguro de cuánto tiempo pasó hasta que Steven violó los términos de su contrato o
‘acuerdo de sobriedad’, pero no fue mucho; como ya dije, la verdad es que él nunca tuvo la
fortaleza suficiente para dejar las drogas fácilmente –si algún día se empeña en dejarlas
definitivamente.. Pero a esta altura, todos habíamos tratado de ayudarlo –novias, amigos,
especialistas- y nada parecía hacer mella en él para que pusiera ganas de solucionar su
problema. En este punto, en particular, Steven era como “Catch-22” por lo mucho que yo
habría estado acompañándolo -por un largo tiempo-, hasta que se recuperara. Si la banda
perdía este impulso, seria el final para todos nosotros. Todos teníamos personalidades
complejas, y un carácter variable; y ahora habíamos arrancado nuevamente, y nos
estábamos llevando bien, y teníamos una nueva oportunidad –aunque probablemente esta
situación no duraría mucho tiempo. No puedo negar que el hecho de haber echado a Steven
de la banda por abuso de drogas fue algo ridículo, excesivamente violento, y muy hipócrita.
Pensalo… suena como un chiste: “Fue despedido de Guns n Roses por abuso de drogas?!...
Me estas jodiendo?! Como pudo suceder eso?!
Todo lo que recuerdo es que la próxima vez que ví a Steven fue en la Corte, porque nos
habia demandado, lo que me parecía una tremenda estupidez. Estaba tan desmojorado que
yo sabía perfectamente para qué iba al baño en el medio del juicio. Nos habia demandado
por un par de millones de dólares por el no-cumplimiento de su ‘acuerdo de sobriedad’ y su
consiguiente despido. Necesitábamos un abogado presente al momento de firmar ese papel,
pero no hubo ningun abogado. Por supuesto, gracias a nuestros letrados, nosotros no lo
sabíamos. Me shokeó enterarme que Steven habia ganado el juicio y que le teníamos que
pagar dos millones de dólares. 
Fue difícil, pero por lo menos se habia terminado. Ahora debíamos encontrar un nuevo
baterista…

Duff, Izzy y yo estuvimos a cargo de esta ardua tarea. Nos establecimos en una pequeña
sala de ensayos, cercana a la oficina de Alan Niven, en Redondo Beach. Luego del primer
dia de audiciones, me dí cuenta lo difícil que iba a ser esto. En el fondo pensaba: “Oh…
nadie sabe tocar la batería”.
Ahora bien, nosotros tres pensamos que encontrar un reemplazo seria algo fácil,
considerando que nuestras canciones eran simples, ritmos de 4/4 –cuatro negras por
compás- con pocos cambios y algunos toques ‘decorativos’; qué tan difícil podía llegar a
ser? Despues de todo, si pudimos salir del paso con Fred Curry aquella vez que Steven se
accidentó con el farol en la calle, el pronóstico era bueno. Despues de varios días horribles
de tratar de tocar con diferentes candidatos, notamos que todo lo que hacíamos era en vano
y que ninguno de los aspirantes era idóneo para la tarea. Ahí fue cuando nos dimos cuenta
lo ingenuos que eramos.
La forma en que toca un baterista involucra el sentimiento personal de cada uno con
respecto al ritmo y afecta los golpes de tal manera, que puede modificar significativamente
la energía de la canción –y de la banda entera que está siguiendo ese ritmo.
Abandonamos Redondo Beach para volver a ‘Mates’ y seguir con la búsqueda. Probamos
con Martin Chambers, baterista de “The Pretenders”, un gran músico y una gran persona,
pero deberíamos haber sabido que no funcionaria con él, en el momento que aprareció con
un kit enorme, un gran pulpo, el mismo que usaba con “The Pretenders”. El kit era un tanto
más…-por falta de una palabra mejor- ‘fantastico’ que cualquier otro instrumento del
montón. Esa cosa tenia postes circulares de los cuales colgaban címbalos –era ridículo! Se
puso a armar todo mientras Duff y yo afinábamos los instrumentos y nos preparábamos
para tocar un poco.
Duff era el que más sabía de esto. Primero que nada, el bajista y el baterista tenian que
congeniar; si no lo hacían, no habia razón alguna para que Izzy y yo nos molestemos a
tomar las guitarras.
Estaba en el baño, sentado en el inodoro, leyendo una revista, cuando Martin y Duff
empezaron a tocar. Yo escuché a través de la puerta y pensé: Ay Dios! Lo que estaba
haciendo en el baño era más atractivo que lo estaba escuchando en ese momento; esto viene
a demostrar que poner a muchos buenos músicos a tocar en un mismo lugar, no quiere decir
que vayan a sonar bien. Hacer buena música es mucho más complicado: se trata de química
y combinación perfecta de estilos. La buena música no es para nada igual a la suma de unos
cuantos buenos músicos tocando en conjunto; no es tan simple; es más, dista mucho de eso.
Hacer buena música es como crear a Frankenstein: necesitás ingenio… y un rayo.
Cuando salí del baño, Duff aún seguía tocando, pero me miró fijo un instante y no fue
necesario decir más nada: Martin no era el indicado. 
Estabamos realmente jodidos porque Martin era el último de una corta lista de candidatos
que ya habíamos agotado, así que habíamos puesto todas las fichas en él.
En favor de Steven, debo decir que gran parte del sentimiento y la energía de “Appetite for
Destruction” se la debemos a él; es un dato desconocido por muchos pero hay que
reconocerle que tenía un estilo inimitable, y que no pudo ser ‘reemplazado’ –realmente-; su
ligereza y gracia adolescente fue lo que le dio esa ‘chispa’a la banda.
De buenas a primeras, el impulso que habíamos tomado en los últimos meses, se paralizó; y
aunque no lo demostraba, estaba aterrado. Pensaba “Bueno…esto es todo…estamos fritos”.
Estaba convencido que la banda se rompería si no podíamos hallar un baterista. Y estaba
preocupado; qué seria de mí si esto sucedía?!

Durante este periodo, Duff y yo eramos casi inseparables. Duff se habia separado de
Mandy, asi que nosotros saldríamos por ahí cuando la banda no estaba trabajando. Casi
siempre íbamos a “Bordello’s”, un club cuyo dueño era Ricky Ratchman, que también era
dueño de ‘Cathouse’. “Bordello” era un lugar barbaro, habia una pequeña sala de zapadas,
al fondo, y donde una banda de blues, iría allí y empezaría a tocar, y usualmente, yo iria a
verlos -sin participar-. Ese lugar era muy divertido: nos juntaríamos allí a tomar algo y
zapar un rato. Pero la verdad es que, aún si eres famoso y la gente te ama y bla, bla, bla,
esta escena o cualquier escena se vuelve lamentable, tonta, y monótona; y después de que
lo hiciste dos o tres veces, es simplemente aburrida. Incluso hoy, la movida de Hollywood,
de rock y clubs, no me atrae para nada. No ha cambiado; mientras que los tiempos y los
estilos sí lo hicieron, la escena sigue siendo siempre la misma. Si terminas de hacer un
show y necesitas relajarte, está buenísimo, pero si sólo saliste a ‘despejarte’ y pasar un rato,
a cualquier lado de la ciudad, es como caer en lugares comunes: desde las chicas y todo lo
demás; es un cliché muy gastado, y así es como los chicos piensan que será su vida si se
convierten en estrellas de rock. Todo eso es un espejismo, una ilusión; y no quiero formar
parte de él.
A qué voy con todo esto… a que generalmente prefería quedarme en casa, beber todo el
día, escuchar música, tocar la guitarra y escribir canciones. No me recluí como cuando
consumía heroína, pero mentalmente, me habia ‘programado’ –si vale el término- en ‘modo
trabajo’, asi que andar por ahí y socializar era lo último que se me cruzaba por la cabeza.
Estaba abocado a trabajar y llevar a la banda al próximo nivel. 
Una noche en la que Duff me convenció de acompañarlo a “Peanuts” a zapar con una
pequeña banda de blues, terminamos pasando un rato con una chica que Duff habia
seleccionado; se llamaba Pilar, era muy sexy, pero no recuerdo si era Latina o de Medio
Oriente. Pilar estaba con una amiga con quien casi ni hablé, su nombre era Reneé.
Reneé se creia mejor que nadie, llevaba la cabeza en alto, y esa pose de prepotencia. Era
muy bonita…y lo sabía, y toda su imagen me abdujo. Me sentí totalmente atraído por ella,
porque posaría mi mirada en cualquier chica que hiciera mi vida un tanto más complicada,
cualquier chica que fuera difícil de conquistar. Tomando las palabras de Lemmy Kilmister,
“la caza es mejor que la presa” (“the chase is better than the catch”). Reneé no mostró
ningun interés en lo que yo hacía y tampoco en la notoriedad que traía aparejada; no
frecuentaba el ambiente del rock.
Reneé era modelo y aspiraba a ser actriz, también era muy independiente. Pocas semanas
más tarde habia dejado la Walnut House para ir a vivir con ella, full-time. Tenia un
departamento muy lindo en Valley Vista, que su padre le habia regalado antes de morir;
contaba con un juego de comedor, una cama, y un sillón… nada más. Asi pasábamos el
tiempo allí: me despertaba a la mañana, y me sentaba en el piso a tomar vodka y fumar un
cigarrillo hasta que ella se levantaba. Luego se iba y hacia todo lo que tenia que hacer ese
dia y yo también hacia lo mismo. Esa era nuestra vida. Yo miraba muchos programas de
cocina: “The Galloping Gourmet”, “Great Chefs of the East and West” y el canal “The
Food Network”; este fue el comienzo de una larga obsesion por los programas de cocina;
aunque al dia de hoy, no sé cocinar. Por las noches, Reneé y yo pediríamos comida por
delivery. Esta era mi vida domestica, familiar o privada –como quieras llamarlo-. Mientras
tanto, con la banda seguíamos buscando un baterista.

Una vez que agotamos todas las posibilidades ‘logicas’, yo, por mi parte, no iba a dejar que
esta búsqueda termine con la banda. Duff Izzy y yo nos rompimos la cabeza!. Discutimos
los mejores aspirantes que habíamos visto últimamente, pero ninguno era apropiado…
hasta que una noche, tuve una epifanía. Recordé haber visto a The Cult, unos meses atrás
en el Universal Amphitheater y quedar anonadado con su baterista. Era asombroso. Yo
estaba cerca de las consolas de sonido y su interpretación me cautivó completamente. No le
presté atención al resto de la banda durante toda esa noche. Era un sonido muy duro, tenia
gran presencia; era grande, ampuloso; el baterista tocaba con enorme autoridad.
Cuando lo recordé, no podía creer haber estado sentado tanto tiempo soportando las
horribles audiciones, sin darme cuenta que ya sabía quién era el indicado para el puesto.
Mike Clink, nuestro productor, habia trabajado anteriormente con Matt Sorum, el hombre
en cuestión, asi que lo llamé inmediatamente y le dejé un mensaje. Poco después, mientras
estaba un poco borracho, recostado boca arriba y con la cabeza colgando hacia afuera de
uno de los bordes de la cama de Reneé, mirando el teléfono que estaba en piso y esperando
que sonara; al final, sonó, y levanté el tubo casi instantáneamente…
“Hola!” dijo Mike, con su suave tono de voz
“Hola… Slash habla…” dije. “Ehh…escuchame, conocés al baterista de The Cult?
Necesitamos un baterista; ví a este tipo y es fabuloso; quisiera averiguar si él está
disponible”
“Bueno… no sé” dijo Mike. “Dejame llamarlo por teléfono”
“Ok… Esta bien”
Mas tarde, el teléfono volvió a sonar...”Slash”, Mike dijo, “esto es lo que pude averiguar;
Matt posiblemente esté disponible. Tenés para anotar?; te dicto su teléfono”
No habia salido mucho ese día; habia estado esperando el llamado, enfocado en el teléfono;
porque sabía que esto estaba bien, que era algo bueno. 
Escribí su número; no recuerdo dónde, si fue en una hoja, en la pared o en la palma de mi
mano. Luego corté con Mike; disqué el número que él me habia dado y esperé…luego Matt
respondió:
“Hola!”
“Hola, habla Matt? Soy Slash…de Guns n Roses”, le dije “necesitamos un baterista. Te
interesaría formar parte de la banda?
Dos días después, Matt vino a las prácticas y, en el curso de dos o tres canciones, Duff, Izzy
y yo nos dimos cuenta que habíamos encontrado el tipo indicado. Era un interprete con un
sentido innato, muy suyo, que estaba acorde con nosotros y a la vez tenia su estilo propio.
Tenia la fuerza, el golpe y la vibra para ocupar el lugar –
Creo que Duff y yo nos encontramos con él –no me acuerdo dónde pero es muy probable
fuera en Rainbow- y le preguntamos si queria integrarse a la banda. Lo citamos allí,
tomamos unos tragos y algunas líneas de coca, ese tipo de cosas. Matt encajo con nosotros
perfectamente. Estaba loco; era la situación con la que sueñan todos los grandes músicos.
No hay un show más fácil de involucrarse que éste, para un verdadero rockero. Despues de
salir con Duff y conmigo, quedaba claro que Matt pensaba que Guns n Roses era la banda
más grande del planeta y sus integrantes, un grupo de fiesteros incesantes. El dinero era
bueno y no habia reglas, excepto una: todo lo que tenías que hacer era tocar bien.
Pero Matt tenia que aprenderse una pila de canciones muy rápido. Teníamos los demos de
36 canciones que planeábamos grabar para los discos. Y como éstos no eran suficientes
para poder seguir adelante, Duff, Izzy y yo tuvimos que enseñarle a Matt absolutamente
todo en un corto lapso de tiempo y debido a eso, el resto de nosotros tuvo que volverse muy
profesional muy pronto. Habia mucho remordimiento, por lo menos de mi parte -y
seguramente de parte de los otros también- por haber dejado ir a Steven; pero cuando Matt
se sumó, le dio otra vida al proceso. Era una luz al final del túnel cuando todo parecía que
podía oscurecerse para siempre.
Pasaron varias cosas más durante este periodo, mientras Guns se rearmaba para volver a
emerger. Hicimos varias apariciones que son dignas de contar: Una de ellas fue la noche en
la que Duff y yo concurrimos a los “American Music Awards” en nombre de la banda;
‘Appetite’ estaba nominado como “Mejor Álbum de Rock”.
Nunca le habia prestado demasiada atención a los premios “Grammys” o a los “American
Music Awards” ni a cualquiera de los otros; nunca miré los shows en la televisión y nunca
me interesó participar activamente de ellos.
Duff y yo asistimos a la entrega –más que nada por los tragos- y no teníamos noción del
hecho de que estar nominados significaba que tenias grandes posiblidades de ‘ganar’ algo,
y si lo hacias, se suponía que debias subir al escenario y decir unas palabras –al público
presente y a quienes estaban viendo el show desde sus casas.
En ese momento, yo estaba saliendo con Renee y Duff estaba saliendo con Pilar; y los
AMAs era un acontencimiento apropiado para llevar a las chicas. Lo único que servían era
vino, y por lo menos nos habíamos tomado 8 copas cada uno. Toda la ceremonia fue
‘acartonada’ y aburridísima. Estabamos sentados charlando cuando de pronto anuncian que
Guns n Roses habia ganado el premio al “Mejor álbum de Rock” por “Apettite for
destruction”. Nos quedamos anonadados, mudos del asombro. Subimos al escenario a los
tumbos, sosteniéndonos uno al otro. Cuando nos dimos cuenta que habíamos ganado, quise
agradecer a un montón de gente; nombré a Zutaut, a Niven y a toda la gente de Geffen,
mientras no podía parar de decir ‘Fuck’ entre palabra y palabra, producto de los nervios y
del vino. No conocía el protocolo de estas ceremonias. De todas maneras, pude nombrar a
varios antes de que cerraran el microfóno; segui hablando por un instante, hasta que me dí
cuenta que éste habia sido cortado. Nos acompañaron hacia otro lugar para hacer algunas
fotos y hablar con la prensa. Estaba un poco mareadito por el vino, estaba feliz, la estaba
pasando bien, y les regalé a la prensa mi dedo mayor -y me fotografiaron haciéndoles ‘fuck
you’ a todos.
Al dia siguiente, sólo se hablaba de los ‘American Music Awards’. Estaba abrumado por la
controversia, porque ese incidente, incluso al día de hoy, no es gran cosa para mí. De todos
modos, fui el responsable de que se establecieran los siete segundos de delay para todas las
futuras entregas de premios que se emitieran en directo; sumado a que Dick Clark dejaría
de dirigirme la palabra por ocho años. No me permitieron la entrada en los AMAs hasta
más o menos un año atrás, cuando me llamaron para proponerme participar de la entrega,
presentando una de las ternas.
No fue intencional; no obstante, dejó un mensaje: el espíritu de Guns estaba vivito y
coleando.

Volvamos al estudio… Entonces teníamos 36 canciones, que eran más que suficientes para
llenar un álbum doble. Queria seleccionar las 12 mejores y perfeccionarlas –en el sentido
literal de la palabra: queria que queden perfectas-, pero no lo hice porque mientras que el
proyecto avanzara, y nosotros fueramos hacia adelante, yo estaba feliz.
Axl queria grabar las 36 piezas y hacer un disco doble; no queria relegar ninguna de las
canciones. Yo lo entendía: muchas de ellas las teníamos desde hace bastante tiempo, a este
punto de la historia –algunas habian sido excluidas del último álbum y otras eran aún más
antiguas-. Tambien habia otro manojo de temas que reflejaban nuestro momento, en ese
entonces. Hoy, evaluándolo, quizá la idea general era ‘hacer borrón y cuenta nueva’; quizá
por eso sacamos un disco con todo el material con el que contábamos. En sí, representaba
algo importante: el pasado y el presente de la banda. Habia sido una experiencia increíble, y
la única manera que teníamos de expresarlo era en esa cantidad de canciones.
Matt era un tipo barbaro; siempre andaba con Duff y conmigo; Izzy estaba siempre
alrededor pero no como solia hacerlo; no sólo que estaba 100% sobrio sino que también era
muy ‘anti-alcohol / anti-drogas’, en ese entonces. Cuando Izzy y Matt se conocieron se
llevaron muy bien, pero bajo la condición de que ya había tomado la desición: Estaba todo
bien, pero creo que Izzy sintió que le estaban imponiendo cosas –y él odiaba que le dieran
órdenes. Izzy se volvió frágil desde su regreso hasta sus últimos días en la banda; mirando
atrás, quizá el giro que habia dado la banda no le sentaba del todo bien. Cuando teníamos
que ensayar, estábamos todos, y todo estaba bien, pero faltaba ‘algo’. Izzy no estaba
contento… pero no decía nada, y Axl se habia distanciado tanto de la rutina diaria del
grupo que, mientras que tuviéramos un baterista y estuviéramos todos nosotros ahí para
tocar, él pensaba que estaba todo bien y que estábamos listos para seguir adelante.
El primer tema que grabamos con Matt fue “Knocking on Heaven’s Door” para la película
‘Days of Thunder’ (que también se incluyó en el disco “Use Your Illusion”). Recuerdo
estar escribiendo el ‘solo’ para esa canción en el camino a algún lugar –no me acuerdo
dónde- y que usé una Gibson Explorer ’58. Fue una gran pista; sólo fui al estudio con mi
novia y algunos amigos, tomé la guitarra y dejé que el ‘solo’ fluyera. Bajé el tono del
micrófono del mástil, me encerré en la sala y deje que la guitarra grite. Me encanta como
salió: es un solo muy emotivo se surgió sin esfuerzo.
“Knockin on Heaven’s Door” también fue la primera canción que pudimos escuchar para
darnos una idea de cómo sonaba la banda con el nuevo baterista. Sonaba barbaro, pero
definitivamente habia una gran diferencia en el sentimiento de esta nueva versión de Guns
con respecto a la antigua (con Steven en Baterias). Habiamos perdido un poco esa cosa
caotica o de punk rock, ese sentimiento de crudeza, descontrol, y espontaneidad. En
cambio, ahora sonabamos más épicos, sólidos y grandes. Si eso era bueno o malo… bueno,
depende a quien preguntaras. En mi opinión… estaba bueno, simplemente, poder seguir
adelante.
Despues, nos metimos en el estudio y Matt aprendió las 36 canciones a una velocidad
asombrosa, básicamente, tocándolas una y otra vez con nosotros –no habia otra forma
porque no habia otro material para tomar como referencia-. Reservamos los estudios de
A&M en Hollywood y grabamos las 36 canciones en 36 días. Entre pista y pista, iriamos a
“Crazy Girls”, un bar de strippers, ubicado al cruzar la calle, que me apena decir que ya no
existe más. Por las noches, saldríamos a divertirnos y a la mañana siguiente, volveríamos a
‘A&M’ para empezar todo de nuevo con una nueva canción. Esos 36 dias fueron
espectaculares, en los que Duff y yo descubrimos que Matt, además de ser un gran
baterista, era nuestro nuevo amigote a la hora de salir de joda. Antes de que el asunto
‘drogas’ se nos fuera de las manos, y antes del incidente con Steven, hubo algunas épocas
oscuras, pero habíamos podido superar todo eso: ahora eramos alcoholicos funcionales, y
ocasionales consumidores de cocaina. De hecho, dudo que fuese algo ocasional para Matt y
Duff porque consumían mucho; yo, no tanto como ellos, pero eso no importaba porque, tal
como ellos, yo habia desarrollado tolerancia a todo, al punto que todos eramos una banda
perfectamente productiva, dominada por sustancias químicas y muy profesional.

A esta altura, empecé a salir más. Duff y yo nos encontramos, por casualidad, con Iggy Pop
una vez, cuando salimos en los intervalos de grabación y nos propuso tocar algunos temas
en “Brick by Brick”, el disco que Iggy estaba grabando en aquel momento. Nos
encontramos en Rainbow y nos llevó al auto para escuchar los demos –que eran muy
buenos. Iggy es el artista favorito de Duff y también habia cierta ‘conexión’ conmigo a
través de Bowie (él y mi mamá habían ido a visitar a Iggy durante su estadia en Cedars-
Sinai. Fuimos a Hollywood y colaboramos en algunos temas como “Home Boy”, “Pussy
Power” y también Iggy y yo compusimos “My Baby Wants to Rock n’ Roll”. Fue una de
las sesiones más divertidas en la que participé. Poco después, Iggy nos llamó para filmar el
video de “Home Boy”.
Fue un gran honor para nosotros; y ese era otro signo de que Guns estaba volviendo a la
escena musical, y que nos estaban empezando a tomar en serio como músicos. Era simple:
la gente queria vernos. En este punto de la historia, en 1990, tanto “Appetite” como “Lies”
eran discos tremendamente exitosos. Este éxito, o esta ‘atencion’ también hizo foco en mí
como guitarrista; y esto se tradujo en nuevas llamadas a nuestro manager, de parte de otros
artistas. Me halagaba descubrir que otros músicos empezaban a prestarme atención y a
reconocerme como “un muy buen guitarrista”.
En esa época también hice una colaboración con Lenny Kravitz. Yo ya lo conocía, porque
los dos íbamos al mismo colegio, el Beverly Hills High, en el mismo horario; yo como
alumno libre y él como alumno regular; y eramos los únicos dos músicos ‘ni blancos, ni
negros’ de todo el colegio.
Duff y yo eramos fanáticos de Lenny, y en ese momento, nuestro disco favorito era “Let
Love Rule”. Nos presentaron en una entrega de premios, y me quedé frío cuando me
propuso tocar en su próximo disco, “Mama Said”, para el cual estaba escribiendo las
canciones. Poco después nos reunimos en un pequeño estudio de la calle Robertson en Los
Angeles, para hacer el ‘solo’ de “Fields of Joy”. Mientras hacia mis ejercicios de
precalentamiento en la sala de estar del estudio, ese día, empecé a tocar un riff muy ‘funky’
que habia compuesto recientemente para el disco de Guns y que no habia podido
ensamblarlo en ninguna de las canciones. Al momento de grabar con Lenny, ese riff se
habia convertido en otro más de mis ejercicios.
“Hey Slash! Qué es eso que estas tocando? Me preguntó Lenny.
“No se…algo… no tiene nombre” le dije. “Es demasiado ‘funky’ para Guns n Roses, pero
me gusta. Está bueno”
“Si! No lo deseches! Podemos hacer algo con eso”, me dijo. “Una canción… Yo voy a
escribir la letra.”
Cuando llego la hora de componer y grabar la canción, viajé a New York. Lenny vivía en
Manhattan pero estaba trabajando en un estudio cerca del rio, en Hoboken. Alli habia
grabado su primer disco y allí también estaba grabando las bases de las canciones de
“Mama Said”. Desde Manhattan tomabamos el tren a Hoboken. Él tocaba la batería
mientras yo sumaba las guitarras a lo que luego se llamaría “Always on the run”. Fue muy
divertido, despojado y desestructurado. Asi deberían ser siempre las grabaciones. No es una
canción difícil, pero sonaba muy bien; luego Lenny adicionó el bajo y después, por
supuesto, la voz. El estudio era como su castillo; todo estaba muy ordenado y los
instrumentos cada uno en su lugar asi podría ir saltando de la guitarra al bajo, del bajo a las
baterias, y tener todo a mano de acuerdo a lo que le dictaba su inspiración.
Habia viajado con Renee esta vez y estábamos hospedándonos en los alrededores del centro
de la ciudad, en un hotel cercano al departamento de Lenny y la noche anterior, un sábado,
la habíamos pasado de maravillas. Era verano, hacia muchísimo calor y cuando llegamos a
la casa de Lenny, ese domingo a la mañana, descubrí que no habia ni bares ni licorerías
abiertas porque regía una antigua norma llamada “Blue Law” por la que estas actividades
quedan prohibidas los días domingos.
No era ‘exactamente’ así como me imaginaba que terminaría esta historia y estuvo a punto
de transformarse en un problema. Recuerdo estar pasando un rato en el departamento de
Lenny, esperándolo a que estuviera listo. El lugar estaba repleto de ropa vintage, parecía un
gran ropero; el más grande del mundo: habia ropa por donde miraras. Eran las 10 de la
mañana, y mientras miraba todo, moria por un trago…
“Hey, no tenes nada para tomar?”, pregunté
“No, creo que no” dijo Lenny. “No querés fumarte un porro?”
“Bueno…preferiría un trago” le dije. “Podemos parar por el camino, en un bar o en una
licorería?
“Mmm, no sé” me dijo. “No creo… es Domingo y todos los negocios están cerrados”
“Ah… si??, respondí y comencé a ponerme nervioso. “Y los vecinos?? Ellos no tendrán
algo con alcohol para tomar? De veras necesito un trago, Lenny”
Lenny hizo todo lo que pudo; me consiguió un dedal de vodka de un vecino. Me lo tomé
todo, pero era como querer curar una herida de bala con una Band-Aid. Al subir al tren
PATH, que nos llevaría a Hoboken, comencé a experimentar la resaca del alcohol: mis
manos temblaban, estaba mareado, irritable y ansioso. No era un gran misterio; sólo
necesitaba un trago… inmediatamente. Mis reservas de civismo y educación también se
habían agotado.
“Hey, Lenny… Necesito vodka enseguida” le dije. “No puedo tocar si no bebo”
Lenny se sentía identificado, supongo; me comprendía porque él también necesitaba su
dosis de marihuana para componer canciones, con la pequeña diferencia que su cuerpo
seguía funcionando normalmente si ésta alguna vez le faltaba. Todos los bares que vimos
en los 20 minutos de viaje de New York a New Jersey, parecían que habían estado cerrados
desde 1955. Cuando llegamos al estudio, Lenny mando a su gente a conseguir un poco de
alguna bebida alcoholica. No sé como la consiguió, pero volvió con bastante vodka
alrededor de las doce del mediodía; y cuando lo hicieron, recién ahí pudimos concentrarnos
en la grabación. Grabamos “Always on the Run” en más o menos una hora; esa energía
cruda, directa, espontánea se plasmó en el corte final de la canción, presente en el disco.

Las pistas de guitarra y voces que escuchas en el disco Illusion se grabaron en Record
Plant, en Los Angeles. Fue un gran momento para mí como guitarrista; teníamos tantas
canciones como posibilidades de sonidos y técnicas diferentes en ese nuevo material.
Estaba verdaderamente en la cúspide, en ese momento; logrando fácilmente el sonido que
queria. Todo vino a mí durante esas sesiones de grabación, de manera natural, fluída. Tenia
un par de guitarras muy buenas a las cuales recurrir porque, por primera vez en mi vida,
tenia el dinero para reunir un verdadero arsenal.
Por ese entonces, tenia una Gibson Flying V 1958, una Gibson Explorer 1958, algunas
Travis Beans, y acústicas de varias marcas –Martin, Gibson, Taylor, etc- también tenia una
gran guitarra acústica con estilo español-flamenco, varias Dobros y un manojo de Les Pauls
vintage… más la infaltable copia de Les Paul con micrófonos Seymour Duncan.
Habia alquilado otro monton, pero para la mayoría de las canciones usé ‘Les Pauls’; cuando
tuve que hacer ‘slides’ extensos usé una Travis Beans (“The Garden”) o una Dobro (“You
ain’t the First”), y también tuve que usar plancas de tremolo (“You could be mine”).
Fui glotón para las guitarras esta vez; incluso llevé 20 en las giras; estaba decidido a
llevarlas a todos lados, y a incluir todos esos diferentes sonidos en el nuevo álbum, de
alguna forma u otra. Tenia 36 canciones para tocar y eso significaba muchas semanas de
grabación. Me sentía en el paraiso, abstraído en mis guitarras; estaba en mi hábitat natural.
Record Plant era un estudio maravilloso; la sala era barbara y su gente tambien.
Durante la grabación de “Use your Illusion” (I y II), sucedió un hecho del que hablaron
todos: era un dia de gran conmocion en la calle. Resulta que la policía habia encontrado un
brazo y una cabeza en el contenedor de basura ubicado detrás del estudio. Todo lo que sé es
que no fuimos nosotros… Pero Izzy transformó este episodio en canción y la llamó
“Double Talking Jive”, para la que tuve que componer una melodía flamenco-española y
fue grandiosa… Esa canción tambien tiene un solo de guitarra eléctrica realmente bueno
que va mutando hasta convertirse en una melodía medio flamenca con guitarra acústica.
Hubo algunas canciones bastante complicadas en el álbum, en lo que respecta a la
interpretación con la guitarra. “Estranged” era una canción ‘colosal’ y muy larga para la
cual usé una Les Paul GoldTop: grabé todas la melodías con el micrófono del mástil y el
tono bien bajo. “November Rain” y “Breakdown” (que era otra canción de Axl) también
fueron difíciles de tocar; debido a que el instrumento principal de aquellas era el piano -que
impulsaba la canción- y necesitaban ‘acompañamiento’; los otros instrumentos de alguna
manera ‘seguían’ al piano y entonces las partes de guitarra y bajo tenían que ser precisas e
interpretadas a conciencia. Todas esas canciones eran buenísimas -realmente estupendas-
pero debo decir que nos costaron bastante trabajo.
“November Rain” se grabo en un dia, pero nos tomo varias horas más perfeccionar los
arreglos. Lo gracioso es que el ‘solo’ que escuchas en el disco es exactamente el mismo que
toqué la primera vez que escuché la canción, años antes. Es algo recurrente en Guns n
Roses: casi todos los ‘solos’ del disco son exactamente iguales a los que interpreté la
primera vez. Tiene que ver la manera en que la canción me ‘pega’ cada vez que llegamos a
esa parte. A lo largo de la historia de la banda, ya sea cuando tocamos en vivo o cuando
grabamos, mis ‘solos’ se asemejan más a una melodía y no son notas desarticuladas
punteadas a toda velocidad. Notas más, notas menos, mis solos se han compuesto siempre
de la misma serie de notas que forman parte de la canción -o de la música- desde siempre.
El resultado final era que siempre habia una relación que me gustaba cuando habia que
tocar esas canciones y llegar al ‘solo’.
De todos modos, “Breakdown” era muy complicada, en cuanto a poder interpretar bien las
partes de guitarra y batería en A&M, también la parte del piano era bastante intrincada.
Es una canción compleja y si bien suena como que la grabamos por separado, a través del
proceso de grabación, tuvimos que concentrarnos mucho a la hora de interpretarla. La
canción fue difícil para Matt especialmente –le costó bastante que su parte quedara
perfecta-. Te repito: hicimos una canción por dia; sólo que unos días fueron más largos que
otros.
Algunas canciones eran intrincadas; otras, complejas; creo que sólo bandas como Metallica
estaban haciendo algo similar a lo nuestro. Ellos, en “The Black Album” se enfocaron
seriamente en los cambios de métrica y todo eso, y yo no sé cómo lo hizó Metallica; pero
nosotros armamos las bases y luego simplemente improvisamos. Si cometíamos un error o
hacíamos un desastre, parábamos y volvíamos a empezar de cero; pero casi siempre las
cosas nos salian rápido y bastante bien.
Todos los integrantes de la banda, en ese momento sufrían cierto déficit de atención y nadie
queria dar demasiadas vueltas sobre algo en particular. Nos tomamos unos días para los
arreglos y después vino la grabación que se haría de la siguiente manera: primero haríamos
una pasada de la canción (a modo de ensayo) y después se encendería la luz roja y se
grabaria. Se sabía que algunas cosas tendríamos que hacerlas después, como por ejemplo,
agregados de guitarras y voces, pero cuando llegó el momento de grabar las bases (de
guitarra, bajo, batería) sabíamos que esas pistas tenían que ser ‘definitivas’. Nadie queria
pasar vergüenza y hacer que todos tuvieran que tocar una y otra vez la canción mientras los
otros esperaban a que vos hicieras las cosas bien. Eso sucede cuando tenes buenos músicos,
y hay química entre todos… solo necesitas a la gente apropiada para armar una muy buena
banda de rock.
Guns se instaló en Record Plant. Fue indulgente, definitivamente; pero teníamos mucho que
hacer y estábamos muy contentos de ser ‘Guns n Roses’ de nuevo. Yo tocaba la guitarra en
uno de los estudios y Axl transformó el otro, en una especie de departamento porque él
habia decidido vivir allí para poder trabajar más: llevó al estudio sus aparatos de gimnasia,
la cama y un par de sillones –era similar a una ‘sala de estar’ bastante bien equipada-; en
ese lugar, Axl y su séquito podrían ‘ponerse cómodos’. Definitivamente, Record Plant fue
muy transitada por esos días… Yo creo que nada de eso iba a hacer que el disco se
terminara más rápido. De todas maneras, el ambiente durante las grabaciones de ‘Use Your
Illusion’ fue muy bohemio, muy sesentón: se mezclaron los amigos -músicos y de los
otros-, con mucha gente que conocíamos y esto hizo que se creara una buena atmósfera.
Una noche cualquiera, yo estaría ensamblando las guitarras en un estudio; mientras que Axl
estaría grabando las voces, en el otro; y mientras, una serie de interesantes personajes
presenciaban y participaban de un modo u otro. Shanoon Hoon, el cantante de Blind Melon,
venía mucho al estudio porque era un viejo amigo de Axl –se conocían de Indiana-;
participó en los coros de ‘Don`t cry’ y su estilo hizo la canción mucho más conmovedora.
El cambio más grande que hizo la banda, mas allá de haber reemplazado a Steven por Matt,
fue que el teclado y los sintetizadores adquirieron gran importancia. Axl habia usado algo
de esto para añadir gritos a ‘Paradise City’ en la época de Appetite; supongo que ahí se
inició, y en ese entonces yo tambien me opuse. Como ya te dije, Axl queria que el piano y
las máquinas estuvieran más presentes en ‘Use your Illusion’. Después de que la banda
grabó las bases; yo, las partes de guitarra; Axl agregó las voces y después se pasó un
monton de tiempo con los sintetizadores: era como un chico en una tienda de golosinas,
jugueteando con todos los teclados que habia ubicado en el estudio. Se sentaría allí por
horas en busca del sonido correcto para una sección de la canción –te recuerdo que este tipo
no estaba drogado ni echado a perder por drogas; aunque consumía bastante marihuana (lo
que pude haber acrecentado su obsesión en este tema)-. Axl estaba totalmente concentrado
en la superproducción del disco que, por un lado, no era bueno; pero por el otro, tenia tanta
integridad en lo que hacia que pasaría el tiempo que fuese necesario para estar seguro que
el tono dramático del disco fuese perfecto. Cual era el resultado de todo ese trabajo al final
del dia?… Algo absolutamente brillante; a mi entender, no sé si ese sonido representaba a
Guns n Roses, pero sonaba espectacular. Para “Live and let Die” usamos todos
sintetizadores…las trompetas no son trompetas: lo que hizo con la canción fue realmente
complejo: tardó horas ajustando todo, encontrando los matices, y tengo que darle el justo
reconocimiento. Hizo lo mismo con “November Rain”: todo ese arreglo de cuerdas…
también se logro con los sintetizadores. He escuchado canciones que contienen secciones
de cuerdas ‘reales’ que no suenan tan autenticas como las de ‘November Rain’. Las únicas
veces que acudimos a músicos ‘ajenos’ a la banda para esos dos discos fueron cuando
convocamos a cantantes de Gospel para “Knockin on Heaven’s Door” y para la harmónica
en “Bad Obsession”. El único efecto que no fue creado por un sintetizador fue el
desfibrilador que se escucha al principio de “Coma”. Si...eso fue real.

Despues de terminar mi parte del trabajo, abandoné el Estudio B y lo ocupó Axl; y


transformó todo el lugar, todo Record Plant, en un complejo donde sus amigos pudieran
visitarlo mientras él pasaba las próximas semanas, terminando con las voces y agregando
los benditos sintetizadores. El resto de la banda (nosotros) no estábamos muy felices con
esta situación, ya que cada día allí, con ese equipamiento, nos costó muchísimo dinero.
Hubiera estado bien si se hubiera trabajado todo el día, pero ninguno de nosotros notaba
que Axl lo hiciera en forma constante. Al final, Axl terminó su trabajo, pero carajo!! esos
discos nos costaron una verdadera fortuna… y estoy hablando sólo del tiempo que
estuvimos en el estudio.
A partir de este momento, Axl comienza a desarrollar esa obsesión por los detalles y todo
lo que tiene que ver con GNR, empezando por la participación en la composición de las
canciones del disco “Use Your Illusion” (I y II) y los porcentajes y los derechos de autor y
todo eso. Los días en los que los cinco integrantes de la banda se llevaban un 20% cada uno
se habían acabado debido a que ahora habia muchos autores ajenos a la banda,
especialmente con las canciones que eran anteriores a Guns n Roses, como por ejemplo
“Back off Bitch”; otro factor importante era Matt, ya que él no era un integrante ‘hecho y
derecho’ –como suele decirse-: no habia formado parte de la composición de las canciones
pero sí habia interpretado todas ellas. Al final, gracias a la contribución de Paul Huge, West
Arkeen, y Del James, Axl decidió repartir un 22.75 % o 32.2% por cada canción entre
nosotros, los miembros de Guns y parte importante en la banda. Matematicamente,
beneficiaba a quien habia escrito la letra de las canciones, lo que facilitó las cosas, en cierto
modo, ya que nosotros –la banda- no hemos tenido jamás nada por qué pelear, pero al
mismo tiempo, fue algo estudiado minuciosamente y que complicó las cosas desde el punto
de vista colectivo, corporativo o empresarial.
Las canciones en las que trabajamos durante la estadia en Chicago también fueron un
problema porque en ese momento habia mucha desunión entre nosotros y la mayor parte de
esos meses Axl no estuvo allí, asi que la división que hizo de “Garden of Eden”, “Don’t
Damn Me” y “Get in the Ring” fue totalmente arbitraria; Duff y yo las compusimos de
forma instrumental cuando Axl ni siquiera estaba compartiendo el mismo espacio con
nosotros. Hubo canciones que si bien estaban ‘comandadas’ por el piano, tenían melodías
en guitarra muy complejas que habia tenido que escribir y arreglar, y en las que no se me ha
reconocido autoria alguna. Lo mismo pasó con “November Rain” y “Estranged”,
específicamente. Todo este tema me preocupaba –es lo menos que puedo decir-; porque yo
formaba parte de la banda y de las canciones, pero estas cuestiones decidí pasarlas por alto.

Cuando llego la hora de las mezclas del álbum tuvimos que tomar una decisión. Thompson
y Barbiero, quienes habían mezclado ‘Appetite’ ya no eran un ‘equipo’. El temperamento
de la banda en ese momento no se adaptaba a ellos o su temperamento no se adaptaba a
nosotros –no recuerdo cuál de las dos posibilidades era-. Entonces decidimos contratar a
Bob Clearmountain, un tipo cuyo historial hablaba por sí solo: habia trabajado con todos;
desde ‘Kinks’ hasta David Bowie y desde los ‘Stones’ hasta Bruce Springsteen. Teniamos
un montón de material para que él empiece a mezclar mientras que Axl continuaba
trabajando en lo que todavía le faltaba terminar. Clearmountain se reunió con nosotros y
nos habló infinitamente acerca del ‘Q Sound 5.1’, una tecnología que estaba en la fase
inicial. Él estaba muy informado y recuerdo que Axl estaba muy ansioso también. Estaba
todo bien, pero yo no llegaba a entender la totalidad de lo que estaba diciendo Bob; ‘Q
Sound’ a mis oídos sonaba irrelevante, no me importaba que Bob dijera que era el sonido
del futuro; para percibir ese sonido como es debido necesitabas 5 parlantes, y especialmente
en aquel tiempo, a principios de los ’90, la gran mayoría de la gente sólo contaba con dos.
Y si escuchabas alguna canción que habia sido mezclada con esa tecnología, a través de dos
parlantes, sonaba como algo poco claro, confuso y desordenado. Fue como tantas otras
cosas que han sido super promocionadas y que el tiempo ha probado que no son más que
meras tecnologías de transición a corto plazo; otros ejemplos son el minidisc o el Laserdisc;
el ‘Q Sound’ era inestable; una versión transitoria de lo que estaba por venir.
Dicho esto, en vez de armar una escena, enardecer a la banda e ir al choque, que hubiera
terminado con Axl y yo peleando al discutir los pro y los contra del ‘Q Sound’ hasta
ponernos azules de bronca, me mordí la lengua y esperé que esto funcionara… y funcionó;
Clearmountain cavó su propia fosa casi inmediatamente: una tarde, descubrimos su
anotador donde tenia apuntadas las grabaciones que tenia pensado aplicar sobre las pistas
de Matt. Yo no soy baterista asi que no puedo explicar técnicamente los detalles, pero
habría incorporado cosas que modificarían drásticamente el sonido de Matt, su estilo. Se lo
mostramos a Matt, que no estaba al tanto y no le cayo para nada bien –y esa fue la excusa
que necesitábamos para despedir a Bob Clearmountain.
Terminamos contratando a Bill Price para las mezclas. Respetábamos su curriculum, por
decirte algo: habia mezclado el primer disco de “The Pretenders”, y ‘Never Mind the
Bollocks’ de los “Sex Pistols”, y en lo que a mí respecta, eso era todo lo que necesitaba
saber para contratarlo. Bill se puso a trabajar en un estudio en Larchmont, California, y fue
mi misión personal estar ahí todos los días para ver su trabajo, contribuir en lo que podía y
asegurar que las mezclas que iba haciendo dia a dia fueran enviadas a Axl, a su casa en
Malibú, de inmediato.
Fue un largo y tedioso proceso: me presentaba allí, muy temprano a la mañana y escuchaba
lo que Bill iba haciendo. Cuando se llegaba al punto en el que yo estaba satisfecho,
pasaríamos eso a una cinta y se lo enviaríamos a Axl. Nos quedaríamos en el estudio sin
hacer nada en particular o nos pondríamos a trabajar en la próxima canción, mientras el
cartero llegaba a Malibú, y cuando lo hacia, debo decir que Axl lo escuchaba
inmediatamente y llamaba por teléfono para dar su opinión y hacer comentarios, los que
casi siempre fueron de mucha ayuda. Entonces, hacíamos los cambios necesarios,
volvíamos a mezclar la canción y le enviábamos la copia nuevamente. Asi sucesivamente,
con cada canción; una por una. Tomo una eternidad lograr que todo quedara bien, pero
valió la pena.

Durante todo este tiempo, la animosidad entre nuestro manager, Alan Niven y Axl, llegó a
un punto límite. Nosotros habíamos tratado de calmar los animos por un tiempo, pero los
problemas de Axl con Alan venían desde años atrás –desde que Axl se enteró que Alan
también representaba, producía y colaboraba en las composiciones de Great White.
También por el hecho de que Alan opinaba de un montón de cosas y Axl no siempre estaba
de acuerdo con su punto de vista; asi que, muchas veces, Axl se sentía forzado a hacer
ciertas cosas que no queria hacer y que no le parecían necesarias. Axl pensaba que Alan
habia desarrollado mucho su ego; de ser Malcolm Mc Laren a ser Peter Grant. Y te digo la
verdad, el ego de Alan estaba tan inflado como el nuestro.
Yo habia defendido a Alan más de una vez, hasta que un incidente hizo que tomara
distancia de él: Una noche Reneé y yo estábamos en su casa con él y su esposa, Camilla. En
un momento, Alan le dijo algo inapropiado a Reneé; no recuerdo exactamente sus palabras,
pero fue lo suficientemente asqueroso para retirarnos de su casa. En realidad, nunca lo
olvidé pero no lo voy a mencionar aca. Yo lo apreciaba a Alan ya que habia hecho mucho
por la banda, pero no protesté cuando Axl lo derrocó. Sabia que sucedería algún día pero no
pensé que este sería el punto de inflexión. Reevaluando la historia, siento que ese cambio
desencadenó todo, que fue ‘ese’ el momento; la pausa en la cima de la montaña, el punto
más alto de nuestra carrera, y el comienzo del descenso, de la caída, del ocaso de la banda.
De todas maneras, presentí lo que sucedería; ví venir a Doug –como suele decirse-: Doug se
habia abierto camino en la vida de Axl y ocupaba un lugar en ella, y una vez que Axl dejo
claro su opinión sobre Alan, no creo que haya sido casual que Doug estuviera justo ahí,
dispuesto a tomar las riendas. Doug habia estado preparando estratégicamente todo esto,
trepando poco a poco; similar a un depredador que ha tendido una emboscada. Aunque a fin
de cuentas, el responsable del desenlace de Guns n Roses es Guns n Roses, y que nadie es
más responsable de lo que pasó que nosotros mismos, Doug Goldstein fue el catalizador del
proceso. “Divide y reinarás”: esa fue su filosofía y la técnica que utilizó Doug para lograr
terminar con la banda.
Si revisas la historia de las grandes bandas de rock que se han disuelto a lo largo de los
años descubrirás que, en la mayoría de los casos, muchas de ellas han despedido al manager
original con el objeto de ‘sacarse la sortija’ o ‘quedarse con el premio mayor’ que es tomar
el control de una banda exitosa; y cuando lo hicieron, se pudrió todo y empezaron a
desmoronarse. Me molesta muchísimo que hayamos seguido la tradición.
Es probable que hayamos sido autodestructivos –o no-, y a pesar de las barreras
comunicativas entre los miembros, GNR era una banda que tenia ganas de tocar, de hacer
música y de seguir adelante a toda costa. Es una lastima que esto se haya interrumpido
completamente por influencias externas, ajenas a la banda.

Creo que le tomó sólo dos días a Doug Goldstein ser elegido como el nuevo manager
oficial de Guns n Roses. A esta altura, todavía no habíamos terminado de mezclar el disco,
pero Doug, desde el principio, queria hacerse un nombre en la industria musical y ganar
dinero; y nosotros fuimos el medio para lograr su objetivo. Teníamos algunos shows por
delante, y en los días de descanso, nos meteríamos en el estudio a terminar ‘Illusion’. Por
un tiempo, la grilla de la gira hizo que se retrasara la salida de los discos indefinidamente.
Tambien teníamos nuestros momentos de diversión. Doug nos saco del estudio para
participar de ‘Rock in Rio’ en Brazil, en 1991: ese fue el primer show para Matt y Dizzy
como integrantes de Guns. Fue INCREIBLE: tocamos dos noches seguidas para 180.000
fans en el Estadio Maracaná. El festival duraba algunas semanas, y formaron parte de él,
desde Megadeth a Faith no More, INXS, Run-DMC y Prince. Era algo importante. No
recuerdo haber estado frente a una multitud más ‘loca’ que esa, por decirlo de alguna
manera. Cuando llegamos al puente de “Paradise City” la gente comenzó a arrojarse desde
los sectores más altos del estadio –como si quisieran suicidarse. No tengo palabras para
explicar cuán intensos eran: habia gente agolpada en la puerta del hotel; estaban por todos
lados; no podíamos salir a la calle, tampoco bajar a la piscina, porque si lo hacíamos, de
alguna manera, la gente treparía las paredes que tenían más de 4 metros de altura y se
arrojaría desde ahí, y empezaría a correr para ‘atacarnos’ -no querían lastimarnos sino
arrancar algun pedacito nuestro para guardarlo de recuerdo. Era rarísimo. No podíamos
salir de las habitaciones, y nuestras esposas, o novias, o cualquier mujer que vieran a
nuestro alrededor eran insultadas por las fans –basicamente les decían que las iban a matar
y todo eso...
Hicimos algunos shows más. Teníamos fechas en teatros de Los Angeles, San Francisco y
New York con diferentes bandas como teloneras (Blind Melon, Faith No More y Raging
Slab). Filmamos la presentación en New York, y ésta se utilizó para el video de la banda
sonora de “Terminator 2”, en el que también aparece Arnold Schwarzenegger, en el
personaje de ‘Terminator’, en ‘Rainbow’.
Después comenzamos una gira por los Estados Unidos, junto a Skid Row, que incluyó dos
shows en el ‘Inglewood Forum’ de Los Angeles. Te digo: formar parte de una banda asi de
grande fue espectacular; viajar con Skid Row fue muy divertido. Esa fue una gira bien a mi
estilo… En dos palabras: descontrol total.
Mucho antes ya habíamos terminado de mezclar y masterizar ambos ‘Illusion’. Ahora Axl
se estaba ocupando del arte de tapa: le confiamos este tema porque él fue quien habia
propuesto la pintura de Robert Williams para Appetite. Su idea fue brillante para aquella
vez y volvió a serlo ésta: la imagen que representaba esa mezcla extraña de canciones, de
estilos, de sonidos era una joven figura con aire holandés en pose de ‘pensativo’ que estaba
inspirada en una pintura renacentista. En ese momento, Axl queria que los dos discos
llevaran la misma imagen; al final, uno tuvo la imagen en color rojo y el otro, en azul;
nosotros respondimos, “bueno, esta bien… me parece bien”. Esto ratificaba la idea del
álbum doble.
Esa fue una de las que se pueden considerar ‘grandes decisiones’, que como banda nos
apresuramos a dejarselas a Axl. Pero no me arrepiento en lo más minimo: si ahí Axl queria
arrojar los guantes, estaba todo bien. A mi me preocupaba más que los discos se lanzaran
por separado; de esta manera, nuestros fans no tendrían que gastar 30 o 40 dolares para
tener el nuevo material y podrían decidir cuál comprar; con un poco de suerte, quizá
comprarían ambos. A fin de cuentas, ‘Use Your Illusion I’ vendió más copias que ‘Use
Your Illusion II’.
Cuando los discos salieron a la venta, los fans hacían fila en la puerta de las disquerías; esta
situación se repetía en todo el país. Yo puedo responder por el hecho que habia una fila de
personas esperando afuera de Tower Records en Sunset porque esa noche pasé por ahí con
Reneé, camino al aeropuerto. Detuve mi limo y nos metimos a escondidas por la puerta
trasera del local; luego nos llevaron a una oficina ubicada arriba del salón de ventas -a la
misma que me habían llevado luego de descubrirme robando cuando era adolescente- y
observé a todos esos chicos haciendo fila para comprar los discos a través de la misma
pequeña pantalla por la que el tipo de seguridad me habia observado a mí, aquel día. La
situación fue surrealista.
Los discos se posicionaron numero uno y dos en ventas la misma semana del lanzamiento;
esto era todo un record! y continuaron así. Habia mucho alboroto y entusiasmo en todos
lados, y nosotros teníamos que empezar a organizar la gira -que iba a ser mucho más
grande que las que habíamos hecho hasta ese momento.
Las canciones del nuevo material eran mucho mas complicadas, asi que trasladarlas al
escenario, requería el agregado de nuevos músicos. Yo fui elegido ‘el nuevo director
musical no oficial’ de la banda, y quien se encargó de encontrar más cantantes (para los
coros) e interpretes de instrumentos de viento. Me costaba incorporar la idea tener tres tipos
vestidos de smoking soplando bronces asi que, en su lugar, contraté chicas. Por supuesto,
era una necesidad tener un par de coristas bellas también. De alguna manera, lo hice todo
en tono de broma. También incorporé a Teddy Zigzag, un gran músico de blues con quien
habia zapado muchísimas veces, para que tocara piano -ocasionalmente- y harmónica. De
hecho, le confié a Ted las audiciones de las chicas e hizo un trabajo asombroso.
Mientras nos preparábamos para la gira, yo tenía mucho que hacer con respecto al diseño
del escenario. Ayudé a diseñar un escenario eficiente en términos de espacio y bonito a la
vista; ya que pasaríamos sobre él, los próximos dos años y medio: tenia rampas, pequeñas
plataformas sobre los amplificadores para que se ubiquen las chicas, un sector para el
teclado y otro para el piano de Axl, que se elevaba desde abajo del escenario; otro detalle
era que el piso era de rejillas para que las luces pudiesen enfocar y brillar desde abajo –esa
fue una muy buena idea-.
Habíamos puesto manos a la obra para el desarrollo de este gran escenario. También
teníamos el logo de Guns n Roses en el piso...eso tambien estaba bueno. Era increíble para
nosotros tener el dinero y la demanda por parte del público para diseñar el medio en que
ofreceríamos nuestro shows. Era un sueño hecho realidad...pero mientras preparábamos
este monstruoso tour, no pensábamos en que debíamos ser cuiadosos con lo que
deseábamos.

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