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MI VIDA DESDE CASA

ANGELICA URBANO CRIOLLO

ID 000395443

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LUMEN GENTIUM

FACULTAD DE DERECHO

PROGRAMA DE CIENCIAS SOCIALES Y POLITICAS.

CALI-COLOMBIA

2020
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INTRODUCCION

El tema más impactante del siglo XXI ha sido la crisis de la pandemia del COVID-19, un

tema que llego a cambiar toda la humanidad, todo el mundo; desde su visión hasta su

pensamiento. Un problema, una crisis que llego para invitarnos a reflexionar y para

concientizarnos sobre la forma en la que estamos llevando nuestras vidas, un estado de

cuarentena mundial que ha obligado a las personas a permanecer en casa, este hecho ha ayudado

a que varios hogares vuelvan a encontrarse y, que de alguna manera, se puedan volver a

reconstruir los valores de familias: madres, padres e hijos. Una crisis mundial que llega para

pararnos, para frenar, para que nos detengamos a mirar; a pensar; a reflexionar como esta o como

estamos como humanidad, como personas, como familia, como amigos. Una pandemia a la que

aún no se le encuentra cura y que la OMS coordina esfuerzos para encontrar la cura contra este

nuevo coronavirus que ha acabado con la vida de miles de personas, y aunque nada es seguro me

atrevería a decirles que la única manera de salir, es la reciprocidad; el sentido de pertenencia; la

comunidad; el sentimiento de ser parte de algo más; la responsabilidad compartida; la sensación

de que el destino depende no solo del tuyo sino también de todos los que te rodean y que

dependes de ellos. Un aislamiento preventivo que nos hace preguntarnos ¿Cómo será después de

que la crisis termine?, ¿qué podemos aprender de esto. ? Esos y muchos más interrogantes nos

invaden y como bien detalla la especialista Francesca Morelli en su artículo en relación al

coronavirus: “Y si mejor dejamos de cazar brujas, de preguntamos quién es el culpable o por

qué sucedió todo esto, y pasar a cuestionarnos internamente de qué podemos aprender de ello.

Creo que todos tenemos mucho en qué pensar y comprometernos.” En las siguientes líneas se

expondrá los efectos que puede causar el aislamiento desde la experiencia personal y lo positivo

que ha sido el mismo, el parar por un momento.


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MI VIDA DESDE CASA

Y de repente, despertamos un día y todo cambio. En Disney se apagó la magia; a Paris no llegan

los enamorados; la muralla China no era tan fuerte; Nueva York si duerme y ningún camino

quiere conducir a Roma, a causa de esto nos dimos cuenta de nuestra fragilidad. No sabemos si

el daño fue a propósito o si fue irresponsabilidad nuestra, pero la amenaza está ahí cada día más

fuerte. Nos reímos con los diferentes memes para no llorar porque nos han quitado los apretones

de manos. Los abrazos y los besos se transformaron en armas peligrosas, incluso la escasez de

productos nos demuestran una vez más lo egoístas que somos, tan egoístas que decimos: “No hay

problema, esto solo mata a los viejitos” como si no tuviéramos a nuestros padres o como si nunca

fuéramos a llegar ahí. Sumando, queremos hacer valer nuestros “derechos” de decidir si dejar

vivir o no al otro, y ahora nos damos cuenta que no podemos ni decidir por nuestra vida.

Sí, hay miedo; si, hay aislamiento; si, hay compras de pánico; si, hay enfermedad; si, incluso hay

muerte. Pero dicen que en Italia después de tantos años de ruido, hoy puedes escuchar los pájaros

cantar de nuevo. Dicen que después de unas pocas semanas de silencio en la India el cielo ya no

está lleno de humo, esta azul y claro. Dicen que en las calles vacías de Bogotá la gente está

cantando desde sus casas y sus balcones, manteniendo sus ventanas abiertas para que los que

estén solos puedan escuchar las voces de las familias a su alrededor. Dicen que un hotel en

Irlanda, ofrece comida gratis y entrega a domicilio. Hoy, señoras que conozco están repartiendo

mercados y ayudas económicas a las personas. Hoy, iglesias; Sinagogas; mezquitas y templos se

están preparando para dar la bienvenida y proteger a los desamparados, enfermos y cansados. Por

esta razón, en todo el mundo, la gente se está desacelerando y reflexionando, en todo el mundo

las personas miran a sus vecinos de una manera nueva, en todo el mundo la gente está
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despertando a una nueva realidad, a lo grande que somos, a entender el poco control que

tenemos realmente y despertando a lo que realmente importa: a amar.

Sí, hay miedo pero no tiene que haber odio; si, hay aislamiento pero no tiene que haber soledad;

si, hay compras de pánico pero no tiene que haber egoísmo; si, hay enfermedad pero no tiene que

haber enfermedad en el alma; si, incluso hay muerte pero siempre podemos renacer en el amor.

Por consiguiente, darnos cuenta que antes el tiempo no alcanzaba para nada y que hoy los

minutos se nos hacen eternos. Po lo cual, que importante es parar, mirar, observar, admirar la

belleza de la naturaleza, de los demás. Que importante es el silencio del tiempo cuando se

detiene en pequeñas cosas. ¡Qué paz! que tranquilidad en medio del caos que puede traer el ruido

de la calle. Hoy escuchamos los pájaros cantar como lo he mencionado antes. Por lo tanto, es

momento de analizarnos, de mirarnos frente a un espejo, y de saber que es lo único que tenemos,

yo con yo en la soledad. Es momento de autoanalizarnos, de parar.

Por el contrario, también el aislamiento puede producir efectos negativos, y como vimos

anteriormente positivos, pero, hablando desde una perspectiva científica, médica y psiquiátrica,

la situación actual que comenzó como una emergencia, que iba a requerir medidas

extraordinarias para evitar el peor escenario y lo que iba a ser confinamiento temporal, sea

extendido provocando consecuencias, aparte de las consecuencias económicas, el aislamiento

afectan nuestra salud física y mental, afectan nuestra capacidad para relacionarnos con los demás

de manera pacífica y prospera y afectan o eliminan nuestras libertades esenciales. A causa de

esto, la salud entra en juego a medida que sentimos tristeza y ansiedad que pueden devenir en

depresión, aumentando los niveles de miedos y desconfianza, reducen nuestras capacidades

mentales, afectando nuestro sistema inmunológico que a su vez hacen que aumenten las
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posibilidades de que enfermemos y dependamos de los fármacos, ya que somos seres sociales y

las relaciones forman parte de nuestra identidad.

Como voz y experiencia personal, el confinamiento en los primeros días, me hizo sentir

horrorizada, cansada mental y físicamente. El estar lejos de mi familia y de mis amigos me hizo

sentir triste, sin esperanza, ahogada en un charco de negatividad alguna, afectando mi

rendimiento académico, viéndome atrapada entre insomnios noche a noche, insomnios llenos de

estrés, de miedos, de incertidumbres, de angustias y eso, afectaron mi estado de ánimo. Sin

embargo, día a día fui entendiendo lo seguro que era estar en casa, el no poder visitar a mi

familia por un largo tiempo, entendí que era por nuestro bien, por nuestra vida. Empecé a

mejorar y a cambiar mis pensamientos negativos por positivos, deje de sobre informarme con

noticias falsas. Comencé a buscar la compañía de mi madre, a compartir más con ella, a jugar, a

reír a escucharnos todos los días. Eso, nos hacía falta ya que en el diario vivir, no teníamos

espacio ni tiempo, mi madre corría al trabajo y yo a la universidad, nos veíamos por segundos y

era solo para avisarme que en la nevera me dejaba el almuerzo. Después de todo, el aislamiento

hizo que mi relación con mi madre se fortaleciera, y que el mismo se hiciera más pleno tanto

para ella como para mí, de hecho, no solo nos unimos ella y yo, también lo hicimos con nuestros

vecinos. Vimos la crisis económica por la que estaban pasando, y creamos una estrategia para

ayudarnos mutuamente y consta de que entre familias una vez a la semana demos ya se una libra

de arroz o una libra de frijol y así hasta recoger un mercado para brindárselos a una sola familia

y esto se repite hasta que todos los hogares o vecinos hayan recibido el mercado.

Después de todo, tú como lector te estarás preguntando porque describí mi experiencia con el

aislamiento, y es: porque quiero que veas que no todo es oscuro, que si hay luz. Así que,

despierta, aleja tus pensamientos negativos, deja de pensar que no hay solución, porque si la hay.
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Despierta tu manera de elegir como vivir hoy. Respira, haz una pausa y escucha detrás del

tormento de tus miedos. Los pájaros cantan de nuevo, el cielo se está despejando y siempre

estaremos rodeados de amor. Así que, abre las ventanas de tu alma y aunque no puedas pisar las

calles vacías corre, corre de tus miedos o corre de tu lado el miedo y canta, vive, extraña mucho,

que cuando todo esto termine no habrá tiempo para estar solos de nuevo.
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CONCLUSION

En conclusión, el texto invita a reflexionar y a cambiar todo pensamiento negativo, a dejar de

lado los miedos. Al igual que nos cuenta una historia personal para aprender a vivir plenamente

desde casa, y que el pánico, la angustia, la desesperación no nos toque a la puerta de nuestra

mente. Más aun nos invita a no ser esas personas que no ayudan a los demás. Seamos positivos,

quedemos en casa y seamos solidarios. Además que el mundo abrumado de la velocidad en la

que corríamos la carrera de nuestra vida, nos pidió parar. Ahora debemos levantar la cara y dejar

de ser el caballo con anteojeras que corre a toda prisa, debemos parar y mirar cada una de las

personas que nos rodean, pensar en tus vecinos, en tus amigos que no puedes ver, en tu familia

que está a kilómetros de distancia. Debemos pensar en que ahora dejo de ser una carrera

individual, en donde todos peleábamos por llegar de primeros y que ahora es un viaje en el que

vamos todos y si no llega a la meta el de al lado, tampoco llegas tú. Del mismo modo, la actriz,

presentadora de televisión y modelo colombiana María Laura Quintero Dangond (María Laura

1988) expresa lo siguiente: “El Covid-19 es una batalla que tenemos que ganar TODOS. Por

ende, pensemos en el otro como un TODO.”

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