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Años atrás, la lealtad a la familia hizo que Fain Hauk dejara todo lo que
amaba: Su carrera militar. Su planeta. Su prometida. Incluso su nombre.
Ahora décadas más tarde, todo ha cambiado. Ha construido una nueva
vida fuera de sus antiguas cenizas, y ha jurado que nunca nada amenazará
nuevamente a sus seres queridos.
Pero cuando viejos enemigos se juntan con los nuevos, es atrapado en
medio de una guerra brutal. Y cuando el destino lanza a su ex novia de vuelta a
su mundo, quien tiene su propia agenda que incluye quitarle la cabeza por lo
que le hizo años atrás, más que sólo su vida está en juego. El destino del
universo Ichidian y el de sus hermanos de armas están en la balanza. El ganador
se lo lleva todo.
Es asesinar o ser asesinado, y nunca ha sido una batalla más feroz…
O más divertida.
La Liga: Nemesis Rising # 10
―¿Dónde está mi ropa? ¿Y qué hiciste con mi toalla?
Furiosa y desafiante, Galene Batur levantó la barbilla con una dignidad que
definitivamente no sentía cuando enfrentó a Fain Hauk en el vestuario masculino de su
escuela.
Su peor enemigo. Bastardo mentiroso.
¡Perro infiel!
Hirviendo, pasó una mirada sobre su perfecto cuerpo desnudo. Un cuerpo que hoy
temprano la habría dejado jadeante de excitación.
Pero ahora…
Ahora quería cada centímetro de esa exuberante piel caramelo desollada desde sus
huesos. Más que nada, quería su corazón traicionero en su puño.
―Es cierto, ¿verdad? ―preguntó ella jadeante.
Fain frunció el ceño hacia ella.
―¿Qué es verdad? 4
―¿Estás enamorado de una humana?
―¿Disculpa?
―¡No te atrevas a negarlo! ¡Merrell Anatole me acaba de contar que te vio a ti y a
Omira Antaxas teniendo sexo ayer! ¡Ayer! ¡Después de que te dejé y fui a prepararme para
la fiesta! ¿Cómo pudiste?
El color desapareció de su rostro, confirmando su peor miedo mientras él
tartamudeaba, sin duda en busca de una mentira creíble.
Durante un minuto, pensó que enfermaría. Las lágrimas llenaron sus ojos mientras
luchaba por respirar. No es de extrañar que Fain le hubiese pedido que lo dejara hace unos
minutos cuando ella había estado tratando de darle lo que pensaba estúpidamente era una
feliz noticia. Él ya no la amaba. Merrell había tenido razón. A Fain no le importaba. Lo
había perdido por completo.
¡Por una humana!
―¡Estabas prometido a mí, Fain!
Un tic le palpitó en la mandíbula.
―Por nuestros padres. Incluso antes de empezar la escuela. Ninguno de nosotros tuvo
algo que decir sobre eso.
¿Como si eso importara? Una promesa era una promesa. Para un Andarion, era tan
vinculante como el matrimonio. Y se suponía que él debía honrar su palabra.
Honrarla a ella. No le extrañaba que se hubiera negado a tocarla otra vez en todas
estas semanas desde su cumpleaños. Apenas se le había acercado, después de que ella le
había dado todo lo que tenía de sí misma. Su corazón y su cuerpo.
Hasta su propia alma.
Ahora sabía por qué. Y aquí había pensado estúpidamente que él podría haber pasado
a tener el Stralen. Con eso, podría haber vivido. Pero esto… esto nunca lo habría creído. No
de su adorado Fain. Le había prometido amarla para siempre.
Sólo estás tú para mí, Stormy1.
Aparentemente no.
La agonía la asfixió.
―¡Me has traicionado!
Él apartó la mirada.
―Lo siento, Galene.
Furiosa, se arrancó el anillo de compromiso de su dedo y se lo arrojó a la cara.
Él no reaccionó en lo más mínimo cuando golpeó su pecho y rebotó. ¡Maldita su
mala puntería! ¡Lo menos que podría haberle hecho era sacarle el ojo!
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¿Cómo pudo hacerle esto después de todos estos años? Las lágrimas la ahogaron
mucho más mientras sus palabras rompían su corazón.
Peor aún, ellas destrozaron sus sueños. Había venido aquí para compartir con él la
noticia más dichosa. Se suponía que este iba a ser el día más feliz de su vida.
En cambio, era el más miserable.
No, ¡él era el más miserable!
Desde que sus padres los habían prometido hace más de una década, había vivido
sólo para el día en que se casaran. Había soñado solamente con una vida en pareja con Fain
Hauk.
Ahora él no sólo la había deshonrado, lo había hecho con una humana. ¡Una humana!
―¿Dónde está mi ropa? ―preguntó otra vez―. ¿Qué has hecho con las toallas?
Las había escondido, pero maldita sea si se lo diría.
―¿Por qué no se lo preguntas a tu mujer? ―Ella se dirigió a las puertas.
Fain la atrapó.
―¡Galene! Esto no es gracioso.

1 Stormy: Tormentoso, turbulento, apasionado.


Arrancó el brazo de su agarre y le enseñó los colmillos.
―No, no lo es. ¡En absoluto! Me has avergonzado y te maldigo por ello, Fain Hauk.
¡Espero que pases la eternidad en completa agonía!
Antes de que pudiera recuperarse, ella empujó su desnudo culo por las puertas, a un
auditorio lleno de criaturas; padres, estudiantes y profesores, y bloqueó las puertas detrás
de él.
Esta era su graduación.
En más de un sentido.
Un poquito de arrepentimiento la atravesó por lo que acababa de hacerle, pero se
negó a dejar que se arraigara. Se merecía eso, y más.
Esto era sobre la venganza.
Después de esto, todo el mundo se reiría de ella, justo como se reían de Fain ahora.
Una vez que se supiera que Fain había elegido a una humana sobre ella, estaría
contaminada por el resto de su vida. Ninguna familia decente aceptaría jamás un
compromiso con ella otra vez.
Con sus acciones, los había condenado a los dos.
Que así sea. No necesitaba un marido. De seguro no necesitaba aquel cuyo
corazón pertenecía a alguna hembra humana.
Y aun así la agonía de perderlo estaba allí. Una agonía que sólo empeoraría 6
una vez que sus padres se enteraran de esto. Estarían tan decepcionados de ella.
Galene se quitó su adornado velo del cabello y lo dejó caer. Olvida la graduación. No
había nada aquí para ella, excepto más humillación, y había tenido suficiente de eso en su
vida. No saldría allí y se burlaría o se compadecería.
Fain deseaba a una humana. Ella deseaba dignidad.
Y por los dioses, lo tendría. Desde este día en adelante, nunca confiaría de nuevo en
cualquiera. No era tan inocente.
Humano. Andarion. No importaba. Las criaturas utilizaban y mentían. Y ya estaba
harta de todos ellos.
―Mejor reza para que nunca ponga los ojos en ti de nuevo, Fain Hauk. ―Porque la
próxima vez que lo hiciera, lo mataría.
Era una guerra sin cuartel.
La primer comandante Galene Batur se quedó mirando el informe del ataque de La
Liga a un puesto de avanzada Andarion donde casi dos centenares de civiles habían sido
masacrados despiadadamente.
¿Y por qué?
¿La vanidad humana? Cómo odiaba sus especies inferiores. Los seres humanos nunca
habían traído otra cosa además de absoluta miseria. Ahora le habían traído toda una nueva
guerra sangrienta que costaría innumerables vidas Andarion. Costaría la vida de sus leales
soldados, quienes se verían obligados a proteger a su repugnante especie.
Cómo deseaba poder bombardearlos al olvido.
―¿Comandante?
Ella miró sobre su hombro al oír a su teniente comandante. Vestido con el
uniforme de comando rojo y negro estándar Andarion, Talyn no era sólo su
segundo al mando y ayudante, era el único macho en el que confiaría alguna vez a
su espalda. 7

A los veintinueve años, su cabeza y hombros se alzaban muy por encima de los suyos,
y de casi todos los demás. Musculoso e increíblemente guapo, llevaba el cabello largo y
negro en el típico estilo guerrero Andarion, pequeñas trenzas lo mantenían apartado de su
rostro por una banda roja. Su única queja con él era el bigote y barba de chivo bien
recortada que había empezado a llevar últimamente. Era una tendencia de la moda actual
que la tenía sin cuidado. En lo más mínimo. Pero él pensaba que le daba un aspecto más
masculino y sexy.
Como si necesitara ayuda en cualquiera de esos departamentos.
Sin embargo, su presencia hizo que su corazón se ablandara. Le costó todo lo que
tenía para no extender la mano, ahuecar su adorable mejilla y besarlo tiernamente. Pero él
no aprobaría tal abierto afecto ante el resto de sus tropas.
Su Talyn siempre era correcto y formal. Siempre cauteloso.
―¿Sí?
Talyn la saludó.
―Tengo un mensaje urgente para usted de la casa real.
Galene se obligó a no hacer una mueca. Debía ser la Tadara queriendo información
que ella aún tenía que reunir sobre el ataque.
Suspirando porque no tenía más que ofrecer, se dirigió a la línea segura. Colocó el
enlace en su oído antes de abrir el canal.
En lugar de la Tadara Cairistiona eton Anatole, fue el Tahrs Nykyrian quien apareció
en su monitor. A diferencia de su hermano gemelo que había sido removido de la línea de
sucesión, Nykyrian parecía humano, con su cabello blanco platino y sus ojos verdes. La
única parte que traicionaba sus raíces Andarion era el conjunto de colmillos… junto con la
altura y destreza militar. Aunque ella no apreciaba su mitad humana, definitivamente
respetaba su historial ejemplar de records de guerra y sus habilidades de combate.
Ella le dio una breve reverencia.
―Su alteza, ¿a qué debo este honor?
―Sé que está ocupada, comandante, y no me gusta apartar su atención de nuestras
tropas ni por un segundo, pero tengo que discutir con usted un asunto de suma
importancia. La Alianza ha decidido que necesitamos un único líder militar en quien
podamos confiar para supervisar la combinación de nuestras fuerzas y ejércitos mientras
luchamos contra La Liga. Su nombre fue el primero en venir a nuestras mentes, y estamos
todos de acuerdo. Nos gustaría ofrecerle la posición.
Aturdida, se le quedó mirando, sorprendida por la oferta.
―Sería un honor, alteza.
―Si usted necesita tiempo para pensarlo…
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¿Hablaba en serio? ¿Quién en su sano juicio podría rechazar algo semejante? Era un
puesto soñado por el que cualquiera mataría por conseguir. Una oportunidad única-en-la-
vida.
Galene dirigiría la única y mayor avanzada militar de la historia del Sistema de los
Planetas Unidos.
―No, alteza. Me encantaría dirigir las fuerzas de la Alianza. Sólo tengo una
preocupación. Sé que parte de nuestras fuerzas son Phrixian y Caronese. ―Tropas y
armadas misóginas que se resistirían con fuerza a seguir las órdenes de una comandante
hembra.
―Se le asignará un ayudante masculino para manejarlos… un muy respetado
comandante Tavali. A su vez, usted será la responsable de tratar con los Qillaq
directamente ya que no aceptan órdenes de un macho.
Eso era indudablemente cierto.
Era extraño para cualquier ejército ser integrado equitativamente con ambos sexos
como lo hacían los Andarions. Macho o hembra no importaba. Sólo lo hacía la competencia
y la habilidad de matar.
―¿Cuándo le gustaría que empezara? ―preguntó.
―Inmediatamente. Los Tavali ya están en camino en este momento, con un transporte
y su nuevo ayudante. Los dos volarán a su base situada más al norte, donde La Liga ha
estado lanzando los peores ataques. Todo lo que necesitaremos es que nombre a su sucesor
para la armada Andarion, hasta que la guerra haya terminado.
Galene gesticuló hacia Talyn.
―Veremos que se haga.
Nykyrian inclinó la cabeza hacia ella.
―Bienvenida a bordo, comandante. Que los dioses le sonrían. Siempre.
―Gracias, su alteza. Le doy mi palabra, haré que usted, su madre, y Andaria estén
orgullosos.
―Sé que lo hará. ―Él cortó la transmisión.
Galene se quedó mirando la pantalla en blanco mientras consideraba este último giro
del destino.
Vaya. Ella, la hija que sus padres habían echado cruelmente de su casa cuando era
apenas una niña, iba a dirigir las fuerzas combinadas en la guerra contra La Liga. Si
ganaban, sería eternamente famosa. Reverenciada y reconocida. Una heroína de guerra
venerada al mismo nivel que los War Hauks que una vez salvaron a toda su raza de
ser conquistados y esclavizados.
Si perdían, sería ejecutada por traición.
Un infernal juego de azar. Pero por otro lado, como la primera comandante de
la armada Andarion, de todos modos moriría si perdían. Al menos, como su líder 9
militar aliado, todo estaría en sus manos, y si fracasaban, la culpa sería solamente de ella.
Emocionada y un poco aterrada, se volvió hacia Talyn.
Sus hermosos ojos blancos brillaban con cariño y orgullo.
―Felicidades, comandante.
Ella le sonrió.
―Te nombraré el nuevo primer comandante de la armada.
Él sacudió la cabeza.
―Iré con usted a la base Tavali.
―No… perteneces aquí.
―Pertenezco a su espalda, comandante. Protegiéndola. Siempre.
―Talyn…
―Mamá ―enfatizó la palabra para que se diera cuenta de que ella había sido la
primera en abandonar el rígido comportamiento militar al llamarle por su nombre de
pila―. No me quedaré aquí mientras interactúas con otros que podrían traicionarte.
Necesitarás personal de apoyo que sepas que es leal a ti y por encima de todo reproche.
Ahora más que nunca. Si piensas por un momento que me quedaré atrás mientras arriesgas
tu vida por todos nosotros, no me conoces en absoluto. ―Su mirada quemó en la de ella―.
Tú vas. Yo voy.
Quería golpearle. Pero, ¿cómo podría?
―Siempre eres mi orgullo.
―Y tú siempre mi querida madre.
Sonriendo, ella le bajó la cabeza para que pudiera presionar su mejilla contra la suya.
―Te amo, mi tana.
―Y yo a ti.
Ella empuñó su mano en su cabello.
―Debería ordenarte que te quedes.
―Sólo si quieres verme en una corte marcial.
Le tiró de su cabello.
―No me tientes, diablillo. ―Liberándolo, se apartó con el ceño fruncido―. Llama al
comandante Ilkin. Podemos promoverlo a él.
―Sí, ma'am. Y personalmente reuniré a un equipo de seguridad Andarion
para usted.
Galene rodó los ojos ante su paranoia; como si no pudiera protegerse a sí
misma. También hubiera discutido esa decisión, pero era mucho más terco que ella 10
cuando hablaban de ese tipo de cosas. Años de lucha contra su voluntad de acero se lo
habían enseñado.
―Que sea rápido.
Él la saludó.
―Sí, ma'am.
Con el corazón hinchándose de amor y orgullo, Galene lo vio salir para cumplir sus
órdenes. En todo el universo, él era la única familia que tenía. La única familia que
necesitaba.
Deberías haber sido cirujano, Talyn. Le había machacado eso desde la cuna. Pero su
muchacho siempre desafiante se había negado, y la siguió al ejército tan pronto como se
graduó de la escuela primaria.
Pequeño fastidio malvado. Terco y testarudo…
Justo como su padre.
Nadie podía decirle qué hacer. Los dioses sabían que lo había intentado. Muchas
veces.
Ahora él la seguiría a la guerra. Lo último que jamás habría deseado para él. Pero no
había manera de mantenerlo alejado de ella. Había llegado el momento de que todos
eligieran un bando.
Al menos así podría mantener un ojo sobre él.
Y destrozaría a cualquiera que amenazara a su bebé.
Suspirando, Galene se tomó un momento para observar el centro de mando Andarion
que había sido su hogar desde que Cairistiona derrocó a su propia madre y asumió el
trono. Talyn había estado allí, a su lado, casi todo el tiempo que había liderado su armada.
Sería extraño adaptarse a un nuevo ejército. Una nueva forma de hacer las cosas.
Pero ella era más que adaptable.
Bueno, en realidad no. Odiaba el cambio apasionadamente. Pero le gustaba mentirse a
sí misma sobre su inflexible flexibilidad.
Aun así, un nuevo capítulo estaba a punto de comenzar para Talyn y ella. No sabía lo
que traería, pero no podía esperar para ver hacia dónde la llevaba.
Un buen viento sopla para todas las cosas malas.
Un escalofrío le recorrió la espalda al recordar el viejo dicho de su padre. Sólo rezó
para que esta vez, estuviera equivocado.

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Fain sintió su estómago encogerse de miedo cuando dejaron caer el ancla y fueron
bienvenidos por la contingencia Andarion a la que habían ido a recoger.
Te odio endiabladamente, Jayne. Esta era la razón del porqué no tenía amigos. Del porqué
no los quería. Porque invariablemente le hacían mierdas como esta.
Su hermano, Dancer, y la amiga de Dancer, Jayne, pensaron que era divertido
ofrecerlo de voluntario para ser el ayudante de una mujer que le odiaba con la intensidad
del fuego de un millón de soles.
No lo era.
La última vez que había visto a Galene, había empujado su culo en un área pública
con todos sus asuntos colgando, y había cerrado la puerta detrás de él. Algo por lo que
había sido golpeado, y no solamente por sus padres, quienes habían quedado
horrorizados por la exhibición indecente.
No podía esperar para ver lo que Galene le haría esta vez.
Probablemente dispararme.
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Si era afortunado.
Si era realmente afortunado, no sería en sus bolas.
Suspirando irritadamente, se levantó para sacárselo de encima de una vez. No había
necesidad de retrasar lo inevitable. Podría ser un montón de cosas, pero un cobarde nunca
había sido una de ellas.
Y no era como si no hubiera recibido un disparo antes. Al menos esta vez, tenía puesta
la armadura de combate. Mientras que no apuntara a la cabeza o a la ingle, sobreviviría el
encuentro.
Físicamente, de todos modos.
Dignamente… podría ser un problema. Iban cero a siete en este asunto.
Dudó en la puerta y bajó el casco para que pudiera añadir una capa extra de
protección entre su ingle y cualquier cosa que pudiera ir volando a una parte de su
anatomía que le gustaría conservar. Aunque, para ser honesto, no estaba seguro de porqué,
en este punto. No es como si tuviera muchas oportunidades de usarlo ahora.
No vayas allí.
Chayden le dio una palmada en la espalda.
―¿Estás bien, Hauk? Parece como si estuvieras a punto de vomitar.
Fain lanzó una mirada cortante a su amigo. ¿Vomitar? No…
Morir. Definitivamente.
―Estoy bien.
El hermano pequeño de Fain salió de la zona de espera para ponerse a su lado.
―Estoy con Chay. Te ves un poco verde, drey.
Fain esquivó la mano de Dancer cuando su hermano la extendió para tocar su frente,
y apenas resistió el impulso de darle una bofetada.
―Sé que eras solamente un niño cuando me escapé con Omira. Pero, ¿recuerdas el
hecho de que estaba comprometido con una hembra Andarion antes de que me casara con
ella?
La mandíbula de Dancer cayó.
―No. No tengo ningún recuerdo de eso en absoluto. ¿Con quién estabas
comprometido?
Fain se enfrentó a la rampa que descendía delante de ellos.
―La primera comandante Galene Batur.
Las maldiciones de Dancer resonaron en sus oídos mientras Fain bajaba por la
rampa hacia la única mujer que estaba seguro lo destriparía en el acto. Cuando
examinó a los soldados Andarion reunidos, mantuvo el casco cuidadosamente
colocado.
13
Por si acaso.
Su mirada se dirigió directamente a ella, como si hubiera sido atraída hacia allí por
arte de magia. Maldición, fue el primer pensamiento que pasó por su cabeza. Como todas
las hembras Andarion, Galene había sido una hermosa adolescente. Pero la guerrera adulta
esperándolos tenía que ser una de las más sexys y hermosas de su especie. Puesto que los
Andarions envejecían mucho más lento que sus homólogos humanos, no aparentaba nada
más que treinta.
Alta, esbelta, y exquisita, estaba vestida con un traje estándar Andarion de combate
rojo y negro. Uno que se ajustaba a un cuerpo hecho para ser adorado en privado en
actividades desnudas.
Y a menudo.
Aspiró bruscamente cuando una imagen involuntaria de ella envolviendo esas largas
piernas en torno a él, pasaron por su mente. No había estado así de atraído por una hembra
en mucho tiempo. No desde la última vez que la había visto.
Cada parte de él estaba en alerta y jadeando.
Y estaba el doble de agradecido ahora por el casco en su entrepierna. Debería haber
llevado pantalones más holgados. Que los dioses le ayudaran si tenía que sentarse con una
erección tan feroz. Ese dolor por si solo podría matarle.
Céntrate.
Algo mucho más fácil decir que hacer.
¿En qué demonios había estado pensando cuando me alejé de eso?
Joven y estúpido no acababa de cubrirlo. Pero por otra parte, había habido
circunstancias atenuantes que habían forzado su mano. Cosas que habían hecho el
quedarse con ella completamente imposible. Tal vez debería haber luchado más fuerte para
quedarse.
Sí, claro. No había sido así de simple.
Una pelea, podría haberla ganado. Lo que ellos sostuvieron sobre su cabeza había
estado totalmente fuera de su control y más allá de sus jóvenes capacidades para detenerlo.
Ella levantó la vista y se encontró con su mirada. Su garganta se secó mientras su
cuerpo se endurecía aún más y recordó la forma en que solía mirarlo.
Como si fuera su amado héroe.
Y la defraudé. Estrepitosamente.
Sí, se había ganado el infierno que había sido su vida. Cómo deseaba que las cosas
pudieran haber sido diferentes. Especialmente entre ellos dos. Aunque había estado
enamorado de Omira, no era nada comparado con lo que había sentido por Galene
cuando eran niños. Fue su primer y único verdadero amor.
Del que se había apartado y le había perseguido cada minuto de su vida.
Su único y verdadero arrepentimiento. 14

Las peores decisiones de la vida siempre son las que hacemos por miedo. Odiaba admitir
cuánta razón había tenido su padre cada vez que el viejo bastardo había citado eso. Pero la
vida le había mostrado lo sabio que era du padre.
En un primer momento, su mirada pasó de largo a Fain, al otro Tavali arrastrándose a
su estela. Ella no tenía idea de quién era él.
No hasta que bajó su máscara Tavali y expuso su rostro.

***

Galene quedó impresionada por la formación militar y la disciplina de la tripulación


Tavali; algo que nunca había esperado de los piratas fuera de la ley que eran tan famosos
por su flagrante desprecio por las normas y convenciones sociales como por su salvajismo.
Aunque cada uno de ellos vestía uniformes y estilos de trajes de batalla diferentes, se
organizaban como cualquier ejército disciplinado.
Le habían dicho que tenían su propio conjunto de leyes a las que se adherían, pero ella
no lo había creído.
Hasta ahora.
Era impresionante. Y el que los lideraba era un guerrero gigante. Uno del mismo
tamaño que Talyn, lo que era toda una hazaña para cualquier especie. Alto y ancho de
hombros con el cabello trenzado y atado, con franjas rubias blanqueadas, era aún más
musculoso que la media de un macho Andarion.
Y esa arrogancia…
Era masculino y hacia la boca agua. Confiado. No tenía ni idea de su especie, pero
fuera cual fuera, sin duda le daba crédito a la misma.
Ese fue su pensamiento hasta que él se detuvo y se quedó quieto apoyando todo su
peso sobre la pierna izquierda. Casi sonrió ante una postura que era idéntica a una de las
preferidas de Talyn, especialmente cuando estaba incómodo en su entorno.
La mirada del Tavali sostuvo la suya de rehén mientras lentamente levantó una mano
para bajar la máscara negra y roja que ocultaba su rostro pintado con el maquillaje de
combate.
Andarion. Eso explicaba sus ojos blancos.
Justo cuando estaba aspirando bruscamente en apreciación de su generoso atractivo,
el reconocimiento se estrelló contra ella. Sí, él era mayor y ahora lucía una barba de
tres días, pero conocía esa mandíbula orgullosa. Conocía esos magníficos y
perfectos rasgos que una vez la habían hecho arder.
En realidad, todavía lo hacían. Sólo que en vez de lujuria, la llenaban de cruda
y absoluta rabia. 15

Reaccionando por puro instinto, sacó su blaster y disparó. Aterrizó directo en su


pecho donde su ausente corazón debería haber estado.
El caos total estalló cuando cayó al suelo y los otros Tavali sacaron sus blasters y
apuntaron. Como lo hicieron los soldados Andarion con ella.
Arrojándose delante de ella, Talyn retiró el arma de su mano. Él y los seis Andarions
que había elegido como su guardia formaron un muro entre ella y los otros.
―¡Un médico! ―gritó un Tavali humano en Andarion.
―¡Arréstenlos! ―exigió un soldado de la Sentella.
Galene miró más allá del hombro de Talyn para ver a Dancer Hauk, el hermano
pequeño de Fain, llamando a los soldados para detenerlos a ella y a su equipo.
Talyn se acercó más para protegerla.
―¡No! ―Agarró el brazo de su hijo para que no hiciera algo aún más imprudente que
la estupidez de ella―. ¡Déjalo!
Talyn lo hizo, hasta que un soldado fue a esposar sus muñecas.
―¡Aparta tus manos de ella!
Antes de que pudiera atraparlo de nuevo, Talyn tuvo a ocho Tavalis y dos de los
suyos sangrando en el suelo a sus pies. Con un blaster en cada mano, Talyn mantuvo a los
demás a raya mientras se mantenía frente a ella.
―¿Alguien más quiere un viaje gratis al hospital y vacaciones pagadas?
―¡Talyn! ―dijo bruscamente, colocando su mano sobre su hombro―. ¡Suficiente! Que
todo el mundo se calme.
Dancer mantuvo su blaster apuntando a la cabeza de Talyn.
―Yo creo que usted comenzó esto, comandante, cuando le disparó a mi hermano.
―Y ahora lo termino. ¡Todos, bajen sus armas!
Todos ellos dudaron.
―¡Dancer! ―gruñó Fain mientras se ponía de pie―. Suelta el arma. ―Mordiéndose el
labio, hizo una mueca y la taladró con una mirada fulminante―. Me lo merecía.
Sólo entonces Dancer bajó su blaster.
―Talyn ―dijo ella suavemente mientras pasaba la mano por su brazo y empujó para
que apuntara al suelo―. Todo está bien.
Ella sintió sus músculos flexionándose mientras se debatía antes de mirarla y
dejar caer sus armas al suelo. Los Tavali se lanzaron hacia delante para esposarlo.
Algo por lo que él no protestó hasta que fueron a esposarla de nuevo.
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Más rápido de lo que cualquiera podría parpadear, Talyn noqueó a los dos guardias
más cercanos a él y utilizó su pie para patear su blaster de vuelta a su mano. Se puso entre
ella y los demás.
―Una mano sobre la comandante, y que Dios me ayude, ¡los mataré a cada uno de
ustedes, cabrones!
La mirada de Fain se oscureció cuando el arma de Talyn volvió hacia Dancer, quien se
movía lentamente hacia ellos. A una velocidad increíble, Fain atacó a Talyn.
La cabeza de Galene dio vueltas cuando un frío terror la consumió. Tanto Fain como
Talyn eran ex combatientes titulados del Ring Andarion. Y ahora mismo, luchaban con la
muerte en sus ojos. Si no hacía algo rápido, se desgarrarían entre sí.
Esquivando sus golpes, se forzó a interponerse entre ellos, y les empujó hacia lados
opuestos.
―¡Suficiente! ―rugió.
Dancer se adelantó para agarrar a Fain por el brazo.
Sujetándose el pecho donde ella le había disparado, Fain escupió al suelo la sangre de
los labios. Lanzó una mirada de odio a Talyn.
―Le apuntas a mi hermano otra vez, ¡y te arrancaré la maldita columna vertebral,
mocoso!
Talyn no se inmutó ante la amenaza.
―Una mano sobra la comandante de nuevo, y despedazaré cada culo aquí,
incluyendo el tuyo y el de él, viejo.
Ella contuvo el aliento bruscamente ante el insulto de doble sentido. No simplemente
que Fain fuera mayor, sino que insinuaba que no era Andarion… era el peor tipo de
bofetada para su especie.
Fain se lamió el labio roto mientras observaba a Galene colocar la mano sobre el
corazón del soldado frente a él.
―Todo está bien, mi courani ―dijo en un tono suave, usando un apelativo cariñoso
que llamaba al soldado macho su precioso corazón―. Déjalo.
Los ojos del soldado se suavizaron cuando la miró y le cubrió la mano con la suya.
Bajando su cabeza, llevó la mano a sus labios y la besó antes de dar un paso atrás.
Pero no tan lejos como para no poder protegerla con su cuerpo de nuevo si se
necesitaba.
Disgustado, Fain se encontró con la mirada de Dancer y sacudió la cabeza.
Galene había elegido bien a su juguetito. El chico era grande, incluso para un
Andarion. Y por mucho que Fain odiara admitirlo, el bastardo podía luchar. Era
realmente impresionante lo que había hecho.
Y la facilidad con la que lo había logrado. 17
―¿No es un poco joven para ti? ―le preguntó Fain sarcásticamente.
Galene le inmovilizó con una sonrisa burlona.
―No creo que sea asunto tuyo con quien vivo.
La mandíbula de Fain quedó colgando al oírla admitir abiertamente una relación tan
escandalosa enfrente de todos. Si bien no era algo inaudito que los comandantes durmieran
con su personal, eran por lo general muy discretos. Raramente hacían alarde de ello.
Él le frunció el ceño.
―Bueno, ¿no eres una caja de sorpresas?
Ella le envió una mueca mordaz.
―Aprendí muy pronto… del mejor.
Él dio un paso hacia adelante.
Lo mismo hizo Talyn.
Galene les empujó para apartarlos otra vez.
―¡Muchachos! ¡Suficiente!
Fain frunció los labios antes de dejar caer una poderosa bomba sobre ellos.
―¿Te das cuenta que acaban de atacar a un miembro de la familia real Andarion?
Galene se quedó boquiabierta.
―¿Disculpa?
Dancer sonrió presumidamente.
―La Tadara adoptó a mi hermano hace una semana.
Fain esperó quitar algo del fuego en los ojos de su juguetito. No fue así. Desafiante y
temerario, resopló con desdén por la noticia.
―¡Talyn! ―dijo bruscamente Galene antes de que el niño pudiera hablar―. Ni una
palabra.
Él inclinó la cabeza respetuosamente.
―Sí, comandante. ―Pero su mirada decía que estaba luchando por contener su
opinión.
Y no era una feliz.
Fain le devolvió la sonrisa burlona con una propia.
―Debería hacer que los arresten a los dos.
―Inténtalo ―dijo el macho con una arrogante sonrisa burlona―. Estarás
muerto antes de que me esposen… Si voy a la cárcel de nuevo, viejo, haré que valga
la pena.
―¡Talyn!
Un tic empezó a palpitar en su mandíbula cuando Galene estiró el brazo y 18
hundió la mano en sus trenzas, y obligó al chico a encontrar su mirada. Sólo entonces el
fuego se apagó en sus ojos.
Ella presionó la mejilla en la suya y susurró en su oído antes de besarle la frente. Su
mano se demoró en su barbilla mientras su mirada sostenía la de él un momento más.
Finalmente sofocado, el soldado dio un paso atrás.
Fain pasó su mirada en torno a los otros Andarions aquí. El hecho de que ninguno de
sus soldados encontrara esta exhibición extraña le dijo todo sobre el abierto amorío de
Galene con su segundo al mando.
Normalmente, los Andarions nunca se tocaban el uno al otro en público. Ni siquiera
las parejas casadas. A menos que estuvieran luchando, era su costumbre mantener una
distancia respetuosa entre sí en todo momento.
Un feroz odio injustificado por el muchacho le consumió. No tenía ni idea de porqué
le importaba o sentía celos dentro de su corazón, pero era así. Y quería la cabeza de ese
niño en una pica.
Mientras que toda la vida de Fain se había ido directamente al infierno después de su
último encuentro, era obvio que Galene había estado viviendo completamente el sueño con
su amante mocoso.
Galene retrocedió cuando los médicos llegaron para atender las heridas de Fain.
Ella se encontró con la mirada asesina de Dancer.
―Nos retiraremos a mi oficina donde me pondré en contacto con la tadara Cairistiona
inmediatamente y le informaré de lo que ha sucedido. Si todavía quiere mi arresto, me
entregaré a su autoridad. Hasta entonces… ―Curvó su labio hacia Fain―. Espero que
mueras dolorosamente de tus heridas.
Y con eso, se alejó.
Una vez más Talyn lanzó una mirada asesina y llena de odio hacia él antes de
seguirla. Al igual que un perrito obediente.
Pequeño maldito bastardo.
Sí, está bien, enorme maldito bastardo, pero aun así…
El médico dejó escapar una baja y malvada risa al ver las heridas de Fain. Y
especialmente la del ojo que ya se estaba hinchando, y ardiendo como una madre.
―Veo que ha conocido al guardaespaldas de la comandante. ¿Qué ha hecho?
¿Hablarle en un tono de voz inadecuado?
Fain le dirigió a la hembra Andarion una ceja arqueada.
―¿Él hace este tipo de cosas a menudo?
Ella resopló mientras examinaba su ojo.
―En realidad, debe caerle bien.
19
―¿Cómo es eso?
―Todavía estás respirando. Normalmente mata a cualquiera que tan siquiera haga
una mueca en dirección general de la comandante.
Dancer suspiró mientras Fain se sentaba en la camilla y les permitía retirar la cubierta
de su pecho para inspeccionar la herida de la explosión.
―Lo siento, Fain. Cuando dijiste que era todo un personaje desagradable, debería
haberte escuchado. No tenía idea que te odiaría tanto así. Creía que yo era el único al que
motivabas a este nivel de violencia.
Fain bajo la mirada a la herida que sangraba en el centro de su pecho. Si hubiera
estado llevando nada más que su armadura Tavali, ese disparo le habría matado al instante.
Así las cosas, le dolía infernalmente y estaría amoratado por unos días, pero viviría.
―Me imaginé que no estaría feliz de verme de nuevo. Sin embargo, realmente
subestimé su nivel exacto de odio hacia mí.
―¿Qué le hiciste? ―Chayden recogió el casco que Fain había estado sosteniendo
contra su ingle.
Fain tragó saliva mientras se encontraba con la mirada de Dancer antes de contestar a
la pregunta de Chay.
―Rompí nuestro compromiso para casarme con una humana.
La doctora inhaló bruscamente ante sus palabras.
Como un humano, Chayden no tenía ni idea de lo que era una bofetada como esa, y lo
que le habría costado a Galene en su sociedad.
―¿Sí? ¿Y qué?
La doctora resopló.
―Debe hacerte querido de verdad en cierta época.
―¿Por qué?
―No te disparó entre los ojos.

***

Galene tragó saliva cuando la puerta de su oficina se cerró, y se preparó para llamar a
la Tadara. Acababa de sentarse delante del teclado antes de que Talyn finalmente hablara.
―Así que ese es mi padre.
―¿Disculpa?
Él suspiró pesadamente.
―No hay otro macho al que atacarías así. Solamente Fain Hauk.
20
Las lágrimas la ahogaron ante su tono de voz sin emociones.
―Si lo sabías, ¿por qué lo has atacado?
―Se metió con mi madre. Nadie hace eso. No me importa quién o qué eres.
Podría matar a Talyn por su propia imprudencia… eso lo había heredado de Fain.
―No deberías haberte puesto en peligro por mí. Lo sabes.
Se encogió de hombros con indiferencia.
―Tú no hubieras dudado en protegerme.
―Yo soy tu madre.
―Y yo soy tu hijo… como me has educado.
Se debatía entre el deseo de abrazarlo por eso, y azotar su trasero como lo había hecho
cuando era un niño.
―Te dije que fueras médico, ¿no?
Él le dio una sonrisa impertinente.
―Me educaste para ser feroz. Igual que tú. No para ponerme una bata de médico y
servir a los demás.
―Ten cuidado ―le advirtió―, no eres tan grande o tan mayor como para no poder
todavía ponerte sobre mis rodillas.
Se echó a reír alegremente ante su amenaza.
―Me gustaría verte intentarlo.
Ella le palmeó el trasero.
―Chico insolente.
Su sonrisa se desvaneció cuando su enlace zumbó.
―¿Es la Tadara?
―Lo más probable.
Talyn le dirigió una mirada sincera que le dijo que él estaría más que dispuesto a
morir por ella.
―No les voy a permitir que te hagan daño, Matarra. No por ese inútil pedazo de
mierda.
―Es tu padre, Talyn. No te permito que lo insultes.
El tic volvió a palpitar en su mandíbula mientras retiraba la mirada.
Ella se trasladó a responder su enlace. Como predijo, era la Tadara Cairistiona.
―¿Qué ha pasado? ―preguntó sin preámbulos.
Galene inclinó la cabeza respetuosamente.
―Perdóname, mu Tadara. Fui atrapada con la guardia baja y dejé que mis
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emociones me traicionaran. No tenía ni idea de que había adoptado a un nuevo hijo.
Debería haberme dicho que teníamos un nuevo miembro de la familia real al que proteger,
y que vendría con La Tavali.
La expresión del rostro de la reina fue severa y letal.
―Solamente somos nosotras, Galene. Quiero tu versión de este asunto antes de rendir
veredicto. Y quiero toda la historia.
La mirada de Galene fue a Talyn.
―Antes de que su alteza fuera repudiado por su madre biológica, estaba
comprometida con él.
Cairistiona inhaló bruscamente.
―¿Fain te dejó por la humana con la que se casó?
Ella asintió.
―Debido a sus acciones, fui abandonada por mi propia familia y acabé en desgracia.
―No digas más, comandante. Entiendo. Le habría disparado yo misma en tu lugar.
Gracias a los dioses que la Tadara era tan comprensiva. Pero por otro lado tenían
décadas de historia juntas. Y una lealtad irrompible entre sí.
―Lo siento, Tadara. Si hubiera recibido alguna advertencia sobre la identidad de Fain,
lo habría manejado mejor. Pero esta es la primera vez que lo veo desde el día en que me
dijo que fallé en complacerle.
La mirada especulativa de Cairistiona pasó de Galene a Talyn.
―¿Él es el padre de Talyn?
Galene apretó los dientes. Sólo dos seres vivos, además de ella, conocían la identidad
del padre de Talyn. Talyn y su bisabuela, quien la había acogido años atrás, cuando había
estado viviendo en la calle, embarazada de él.
Pero era una sentencia de muerte mentirle a su reina.
―Sí, majestad.
―¿Él lo sabe?
―Nunca he mantenido tales secretos de mi hijo. Talyn lo sabe. Su padre no.
Cairistiona dejó escapar una risa amarga.
―¿Talyn?
Él lanzó una mirada preocupada a su madre antes de adelantarse e inclinarse
ante ella.
―¿Mu Tadara?
―Parece que ahora tienes investidura real, muchacho. Mi nieto. Un Tiziran de 22
Andaria.
Su mandíbula cayó. Hasta ahora, había carecido de un linaje completo. Como tal, no
había sido apto para muchos beneficios Andarion, incluyendo el matrimonio. Era algo que
ambos habían aceptado hace mucho tiempo como un hecho muy amargo.
Ahora…
―¿Qué tienes que decir, tiziran Talyn?
Él tragó saliva antes de hablar.
―No lo sé, majestad.
―Yaya ―le corrigió Cairistiona en broma, usando el término Andarion para abuela.
Ella se echó a reír al ver la expresión de asombro en su apuesto rostro―. Respira, chico.
Recuerda, una vez te sentaste en mi regazo para colorear y dibujar sobre papel, e hiciste tu
tarea para la escuela… Sé que va a tomar algún tiempo acostumbrarse. Tu padre está
teniendo el mismo problema en adaptarse al título. Pero lo harás, con el tiempo. ―Volvió
su atención hacia Galene―. Parece que no puedo castigar a mi nieto por proteger a su
madre biológica. Incluso de su padre biológico. Y mientras normalmente tendría tu cabeza
por este asalto, las circunstancias son atenuantes. Por lo tanto, y dado el hecho de que Fain
vivirá y es notablemente comprendida tu motivación, dejaré que este evento pase impune.
Pero no permitas que se repita, ¿de acuerdo?
―Nunca, majestad.
―Cairistiona o Matarra, Galene. Tú eres la madre de mi nieto, después de todo. Como
tal, enviaré un contingente de guardias reales para los dos. Y mientras Talyn, como Tiziran,
puede ser excusado del servicio militar, voy a asumir que no tiene intención de dejar tu
lado desde que estamos en guerra. ―Pasó una mirada inquisitiva a él.
―Mi lugar está con mi madre.
Cairistiona sonrió con orgullo.
―Hablas como un verdadero Andarion. ―Su mirada volvió a Galene―. Si puedes
abstenerte de sacrificar al padre de tu hijo, procederemos como si nada de esto hubiera
sucedido. ¿Eso es aceptable?
―Sí, majestad.
―Cairistiona.
Galene vaciló antes de hablar de nuevo.
―Cairistiona… asumo que querrás que renuncie mientras…
―No. Me gustaría verte continuar como la comandante de nuestras fuerzas
combinadas. Sigues siendo la más calificada para guiarnos. Y me siento mucho más
segura contigo a la cabeza que con un comandante de una de las otras naciones.
―Será un honor, ma… ¿Matarra?
Cairistiona sonrió en señal de aprobación.
23
―Muy bien. Y no tengas miedo de que vaya a decirle a Fain sobre su hijo. Eso te
corresponde a ti. ―Suspiró pesadamente―. Por ahora, diré que la guardia adicional es para
asegurarse de que no lo ataques. Sin embargo, hay ciertas ventajas que nuestro preciado y
pequeño lorina tendrá como Tiziran. Estoy segura que los dos las querrán para él. Cuando
los dos estén listos, háganmelo saber y haré un anuncio público para Talyn.
Galene inclinó la cabeza hacia ella.
―Gracias. Por todo.
―No me des las gracias todavía, Lena. Esto tiene toda la pinta de acabar en desastre.
Estamos ante una guerra con La Liga. Si perdemos, todos vamos a pagar con nuestras
vidas. Hemos cometido traición contra la organización que ha reinado sobre todos nuestros
mundos por los últimos mil quinientos años. Que los dioses estén con nosotros. ―Luego,
cortó su transmisión.
En efecto. Galene se volvió hacia su hijo.
―Es gracioso, así no fue como vi que iba a resultar el día cuando me desperté esta
mañana.
Talyn se rió.
―Ni yo.
Su mirada se suavizó mientras digería el nuevo lugar de él en su mundo. Era más que
merecido y no podría haber deseado algo mejor para él.
―Tiziran Talyn. Tiene un hermoso sonido.
Él se burló de sus palabras.
―No soy un Tiziran, matarra. Esto no cambia nada.
―Lo cambia todo. Eso silencia a todos esos bastardos quienes se han burlado de ti por
ser un falta de Dote. Todas esas perras maliciosas que han alzado sus narices cuando has
echado un vistazo en su dirección y se enteraron de que solamente llevas mi linaje. No
puedo esperar para verlas ahogarse en su propia bilis cuando escuchen esta noticia.
Y todavía él negó con la cabeza en flagrante desprecio.
―Nunca me ha importado lo que pensaban ellas de mí.
Eso era tristemente cierto y ella lo sabía. Pero a él le había importado lo que pensaban
de ella. Ella había secado demasiadas lágrimas de su hermoso rostro cuando era un
pequeño niño. Había atendido demasiadas narices ensangrentadas de las peleas en las que
había estado con esos quienes la habían llamado furcia y peor.
Y había visto el dolor silencioso en sus ojos cuando las hembras le habían rechazado
maliciosamente porque no tenía linaje paterno. Sólo el roto de su madre. Habían
sido horriblemente crueles con él.
Incluso había sido brutalmente despojado de su rango militar una vez debido
a la enemistad de Fain y su familia con los Anatoles.
Él había sufrido tanto a causa de las acciones directas que su padre había 24
hecho. Porque Fain los había abandonado. Eso, más que nada, era por lo que ella odiaba a
Fain. Podía manejar su propia humillación.
Era lo que injustamente se le había dado a Talyn lo que quemaba amargamente.
Lo que su hijo había sido obligado a soportar lo que le hizo ansiar vengarse de su
padre. Su orgulloso y precioso bebé no se merecía nada de eso.
Las lágrimas la ahogaron.
―Siempre has sido mi valiente campeón. ―Cuando todos los demás la habían
abandonado, Talyn se había quedado a su lado. Siempre el hijo obediente.
Tal vez no de manera verbal. Él tenía una mecha corta como su padre, y una boca
descarada capaz del sarcasmo letal que había puesto a prueba su temperamento y control
en muchas ocasiones.
Pero su corazón siempre había sido leal. Siempre cariñoso.
Siempre feroz. Su pequeño y feroz lorina.
―Te mereces ser un Tiziran.
―Los títulos no significan nada para mí. Sabes eso.
Solamente el rango como su ayudante le había importado alguna vez. Había trabajado
descabelladamente duro para lograr su rango lo más rápido posible para que pudiera estar
con ella y cuidarla. Algo que había sido el doble de duro para él al carecer del prestigioso
linaje militar de su padre y había estado bajo las órdenes directas de un comandante que
había sido el enemigo de su padre desde su más tierna infancia.
Fue por eso que se había convertido en un luchador profesional del Ring como un
mero muchacho. Con cada título que había ganado, su rango militar supuestamente había
avanzado para ponerse a la par con sus probadas habilidades marciales. Sin embargo, había
recibido tantas pedradas que a diferencia de otros Andarions, no resultó de la forma en que
debería.
Pero incluso sin el linaje de su padre, incluso con ella siendo más dura con él de lo que
era con sus otros soldados, él había llegado a convertirse en uno de los oficiales más jóvenes
del ejército Andarion. Había alcanzado su rango actual a una edad en que la mayoría sólo
estaban comenzando su servicio obligatorio. Había arriesgado, literalmente, su vida e
integridad física para mantenerlos a todos a salvo.
La había hecho sentirse orgullosa.
―Puedes no pensar nada de ellos, Talyn. Sin embargo, eso no es verdad en el otro
caso, y sé lo mucho que quieres casarte y formar tu propia familia.
Él apartó la mirada, pero no antes de ver el amargo anhelo que vivía en su
interior por algo que le había sido negado.
―Exactamente. Te conozco, hijo mío. Como Tiziran, ahora tendrás la opción de
elegir a cualquier hembra que cumpla con tus expectativas.
Él se burló de sus palabras. 25

―Si no era lo suficientemente bueno para ellas sin un título real, estoy malditamente
seguro que no las quiero a causa de ello. Además, amo a mi Felicia. Estoy agradecido y soy
afortunado de tenerla en mi vida.
Galene reprimió una burla ante sus palabras. Aunque adoraba a Felicia por cuidar de
Talyn cada vez que se le permitió la libertad, ella sabía la verdad.
Felicia era una dama de compañía, una amante contratada que también carecía de
linaje. Una por la que Talyn se había visto obligado a pagar mucho dinero para mantenerla
en un estilo que era desconocido para otros en similares circunstancias a las de Felicia. Y las
cláusulas abusivas de los contratos originales de Felicia aún enfermaban a Galene. Ningún
otro macho Andarion se habría visto obligado a firmar esa farsa, o gastar los créditos que
Talyn hizo por sus servicios.
O para comprar su contrato a su agencia como había sido forzado a hacer. Galene se
estremeció al recordar esa pesadilla en particular, y lo que le había costado a Talyn.
Pero por culpa de Fain y ella, la posición social de Talyn estaba por debajo incluso que
la de un esclavo. No importaba cuántos títulos de lucha había ganado. Cuántas distinciones
y premios había obtenido como un héroe militar. Todavía no podía casarse legalmente.
Incluso con una dama de compañía.
¿Lo peor? Sólo una compañía de arrendamiento en toda Andaria había estado
dispuesta a hacerle un contratarlo en lo más mínimo. El resto le había cerrado rudamente
las puertas en la cara, dejándole sin otras opciones para una hembra en su vida.
El título y el linaje eran todo lo que importaba para su raza. Cuanto más puro el linaje,
mejor, y mejores opciones tenía un Andarion.
Si Fain se hubiese casado con ella como se suponía, Talyn habría tenido todo el
orgullo y la dignidad de un príncipe militar. En cambio, Fain les había abandonado y se
había llevado su linaje con él.
Pero ahora que Fain tenía un nuevo linaje familiar, Talyn podría ser capaz de salvar el
resto de su futuro.
―La sangre de tu padre te da todo lo que yo nunca pude.
―Me has dado las únicas cosas que importan.
Ahuecando su mejilla, ella negó con la cabeza.
―Deberías haberte casado hace mucho tiempo. Deberíamos estar planeando la
Resistencia de tu hijo mayor a estas alturas
Él rodó los ojos.
―No necesito una esposa gruñéndome. Tengo una madre brutalmente
sobreprotectora para eso.
Antes de que pudiera responder, la puerta de su oficina vibró al abrirse. Miró 26
por encima del hombro de Talyn para ver a la bestia arrogante entrar sin ser anunciado. Sus
labios se curvaron involuntariamente.
Talyn la apretó contra su pecho y la sostuvo para que ella no pudiera atacar a Fain de
nuevo.
―No lo mates ―le susurró él al oído―. Cairistiona no te va a perdonar eso.
Riendo, ella le abrazó.
―Está bien. ―Lo besó en la mejilla antes de soltarlo.
―Estaré justo afuera. ―Talyn lanzó una mirada amenazadora a Fain―. Llámeme si
necesita algo, comandante.
―Lo haré, Talyn. Gracias. ―Forzándose a mantener la calma, se enfrentó a Fain―.
¿Qué estás haciendo tú aquí?
Haciendo una mueca de disgusto, Fain observó a Talyn hasta que la puerta se cerró
detrás él.
―Simplemente no puedes mantener tus manos lejos de él, ¿verdad?
Ella arqueó una ceja ante los celos que escuchó en ese profundo y sexy tono suyo, y no
pudo resistirse a incitarlo.
―Deberías haber estado aquí hace unos minutos cuando estaba físicamente dándole
nalgadas a su pequeño culo. Creo que lo habrías disfrutado. Sé que yo lo hice.
Él torció sus labios con disgusto.
―¿De verdad vives con él?
―Sí. Desde hace años.
―¿Y qué? ¿También tienes que hacerlo eructar después de darle de comer?
―Lo hice cuando tuve que hacerlo.
Fain se quedó boquiabierto. Aunque siempre se esforzaba por no juzgar a los demás,
estaba repugnado de ella y sus elecciones de estilo de vida. ¿Cómo podía estar tan flagrante
con un niño de casi la mitad de su edad? ¿No tenía dignidad alguna?
―¿Qué te pasó, Galene?
―Fui despojada de mi familia y obligada a vivir en la calle. ¿Y tú?
Eso se llevó algo del fuego de él.
―Nunca tuve la intención de hacerte daño.
Ella le dirigió una mirada divertida.
―Vaya. Si el daño que me hiciste fue sin esfuerzo, me estremezco por lo que
podrías hacer si realmente te hubieras aplicado. ¿Qué creíste que pasaría cuando me
dejaste por una humana? ¿Que mis padres me harían un desfile? ¿Me enviarían 27
flores y celebrarían?
―Supuse que te habías prometido a otro macho. Merren o Chrisen Anatole. En
realidad.
Temblando ante dos nombres que le revolvían el estómago, Galene apartó la mirada
cuando los viejos recuerdos resplandecieron. Si no hubiera estado embarazada… si Fain no
la hubiera repudiado debido a una humana… podría haber sobrevivido al escándalo. Pero
una vez que se notó su embarazo y la madre de Fain le hubo repudiado públicamente como
una traidora a su reza, ninguna familia la aceptó. No mientras ella llevara un bebé sin linaje
de un padre paria.
E independientemente de cuánto su vida hubiera sido mejor, no se atrevió a destruir a
su hijo. Tampoco pudo abandonarlo. No con lo que pasaba con los niños Andarion
abandonados. Se había negado a salvarse sacrificando a Talyn. Su concepción había sido su
error.
No el de él.
Aunque lamentaba cada minuto que había conocido a Fain Hauk, ni una sola vez se
había arrepentido de tener a Talyn en su vida. No importa lo difícil o terrible que había
sido, una mirada a su preciosa cara había hecho que todo valiera la pena.
―¿Y bien? ―preguntó Fain―. ¿Por qué no te casaste con Merrell?
―Aparte del hecho de que era cruel y psicópata, Merrell no quiso tener nada que ver
conmigo después de que te fuiste. Yo era una paria para todos, Fain. Tan deforme, como
todos ellos afirmaron, que hice que el macho de alta-casta al que estaba prometida se
lanzara a los brazos de una patética hembra humana… En lugar de empujarte a ese
auditorio, debería haberte matado dónde estabas. Eso habría salvado mi condición social, y
ese es mi único lamento en la vida.
―¿En serio? ¿Eso es lo único de lo que te arrepientes?
Ella se rió con amargura.
―Tienes razón. Tengo uno más.
―¿Y eso es?
―Que no apunté a la cabeza cuando llegaste.

28
Talyn se detuvo en seco cuando salía de la oficina de su madre al encontrar a su “tío”
esperando en el salón de la secretaria. Unos centímetros más bajo que él, Dancer se parecía
mucho a su padre. Los suficiente como para darle ganas de derribar al bastardo a
puñetazos.
Pero a diferencia de su padre, su tío tenía brillantes ojos rojos, en lugar del típico
blanco Andarion.
Era un raro defecto genético lo que causaba que los ojos de Dancer brillaran rojos de
esa forma. Uno que significaba que su tío era demasiado posesivo y fiel a su hembra y a su
familia. Un rasgo que también tenía Talyn. Irónico, de verdad, ya que era una mutación
genética por la que la mayoría de las hembras Andarion venderían sus almas para que la
tuvieran sus machos.
Y aquí todas excepto Felicia le habían rechazado groseramente.
Si solamente supieran su verdadera herencia…
Dancer le repasó con una mirada menos que cortés. Una que se convirtió en un
ceño fruncido cuando finalmente se centró en las características de Talyn, las cuales 29
eran muy similares a las de Fain y las suyas.
Justo cuando Dancer abría la boca para hablar, una alta hembra Hyshian entró en la
oficina con una sonrisa deslumbrante.
Una que Talyn devolvió inmediatamente cuando ella lo agarró en un feroz abrazo de
oso. Al menos ella mejoró su día al ser como una segunda madre para él.
―¿Jaynie? ¿Qué estás haciendo aquí?
Con su espalda hacia Dancer, ella ahuecó su cara entre las manos.
―Escuché que Lena le disparó a Fain a su llegada y tuve que teletransportar mi
trasero de inmediato para verlo por mí misma. ―Ella frunció el ceño al ver el moretón en
su ojo, cortesía de su padre―. ¿Qué le ha pasado a mi bebé sexy?
Talyn se encogió de hombros.
―Lo de siempre. Me topé con un puño.
Chasqueando la lengua, continuó examinándolo.
―¿No te habías retirado de la lucha en el Ring?
―Lo hice. Pero no de la lucha con idiotas… Así que, ¿cómo están Hadrian y los niños?
Ella resopló.
―Todos bien. Sway me ha estado molestando para dejarlo ir de campamento contigo
otra vez. No sé qué es lo que hicieron los dos la última vez, pero lo disfrutó mucho.
―Intercambio de porno sobre todo. Ya sabes… típica cosa de chicos. El muchacho se
cansa de nadar en la piscina de estrógeno.
Pellizcándole en el brazo, ella se echó a reír.
―¿Ustedes se conocen?
Dándose la vuelta, Jayne finalmente vio a Dancer en la habitación.
―¡Hola amorcito! No te había visto allí. ¿Por qué te escondes en una esquina?
Él hizo un gesto con la barbilla en Talyn.
―Manteniendo un ojo sobre él.
Ella se echó a reír.
―Debo haberme perdido una fiesta infernal.
―Lo hiciste ―dijo Hauk secamente―. Fain falló en explicarnos exactamente lo
explosiva que sería la comandante. Estábamos muy mal preparados para su
calurosa recepción.
Ella se volvió hacia Talyn.
―Entonces, tengo que saber. Fain se negó a contármelo. ¿Cuál es esta broma
que tu madre supuestamente le gastó en la escuela? 30
―¿Madre? ―preguntó Dancer con incredulidad.
Talyn lo ignoró.
―El día de su graduación, lo lanzó desnudo a un auditorio lleno de testigos.
Ella se cubrió la boca con la mano.
―No, no lo hizo.
Él asintió.
―¿Por qué lo odia tanto?
―Estaban comprometidos ―respondió Dancer―. Ella es a la que Fain dejó por
Omira.
Jayne aspiró bruscamente.
―Maldita sea, Hauk. ¿Por qué no me lo dijiste antes de que los volviera a juntar?
―No tenía ni idea hasta que Fain abrió la puerta al llegar aquí. Era sólo un niño
cuando él fue desheredado. No sabía nada acerca de un compromiso anterior… pero, en
retrospectiva, que avergonzara a un Batur y rompiera su compromiso con ese linaje
prestigioso explica mucho de la implacable hostilidad de mi madre hacia él. ―Dancer
estrechó su mirada sospechosa en Talyn―. Me sorprende que tu padre se casara con tu
madre, ya puestos.
Talyn tuvo que esforzarse para no rodar los ojos ante la densa estupidez de su tío.
―Lena no está casada ―dijo Jayne antes de que Talyn pudiera detenerla―. Nunca se
ha casado, que yo sepa.
Dancer se puso pálido cuando hizo mentalmente los cálculos y se dio cuenta de quién
tenía que ser el padre de Talyn.
―Sí ―dijo Talyn mordazmente―. Siento un gran alivio por haber heredado la
inteligencia por parte de la familia de mi madre.
Al ver la expresión en el rostro de Dancer, Jayne frunció el ceño.
―¿Qué?
Dancer parecía enfermo mientras luchaba por aceptar esa pequeña verdad.
―¿Por qué ella no dijo algo?
―¿A quién? ―preguntó Talyn defensivamente―. ¿Quién en tu familia le habría dado
una sola mierda?
Dancer se pasó una mano por las trenzas.
―¿Lo sabe mi madre?
―¿Saber qué? ―preguntó Jayne―. ¿Qué es lo que ustedes saben que yo no?
Cruzando los brazos sobre su pecho, Dancer hizo un gesto con la barbilla hacia
Talyn. 31
―Que es mi sobrino.
Ella resopló burlonamente.
―Imposible. Keris habría sido… ―Su voz se apagó cuando finalmente juntó las
cosas―. Oh, Dios mío, no me extraña que le disparara. Solamente me sorprende que no
fuera por su cabeza.
Talyn se burló.
―Me sorprende que no fuera por su entrepierna. Eso explica por qué estaba
sosteniendo un casco allí cuando salió de la nave. Ella no debe haber cambiado mucho
desde su juventud.
Dancer se le acercó lentamente.
―Sabía que te parecías a Fain. Pero, maldición… simplemente pensé que esa era la
razón de que te hubiera elegido como amante.
Él arrugó la cara en doloroso disgusto.
―Es mi madre de quien estás hablando. ¿Te importa?
Dancer se rió.
―No. No me extraña que nos atacaras como lo hiciste. Estabas protegiendo a tu
madre. ―Trató de tirar de él en un abrazo, pero Talyn lo empujó hacia atrás.
Su tío tomó el rechazo con calma.
―Fain va a cagarse cuando se entere. No puedo creer que tenga un hijo.
La risa malvada de Jayne se unió a la suya.
―¿Quién se lo va a decir?
Dando un paso atrás, Dancer negó con la cabeza.
―Yo no. ―Él ahuecó la mejilla de Talyn en su mano para poder examinar sus
características.
Talyn quitó su mano de una palmada.
―Yo no soy tu puta, giakon. Quítame las manos de encima.
Una vez más, Dancer se encogió de hombros ante el insulto.
―La culpa va a destruir a Fain.
―Bien. ―Talyn dio un paso fuera del alcance de su tío―. Espero que se ahogue en
ella.
―Cuidado. Es mi hermano de quien estás hablando, y es un buen macho. Ha
estado a mi lado cuando nadie más lo hizo
―Es bueno saber que puede ser leal a alguien. Los dioses saben, que nunca le
mostró ese lado de su persona a mi madre.
Jayne se interpuso entre ellos. 32

―Sooo, alto ahí, chicos. Respiren y deténganse antes de decir algo de lo que vayan a
arrepentirse. Los dos tienen derechos a sus sentimientos. Pero Dancer, tú no sabes lo dura
que han sido sus vidas. Los adoro a cada uno de ustedes. Son mi familia. Dicho esto, Fain
les lastimó. Malamente. Y Talyn… no tienes ni idea de lo que tu padre ha pasado. Confía en
mí. El destino se la devolvió. Con intereses. Él tampoco ha vivido un cuento de hadas. Hay
una razón de que esté en un uniforme Tavali.
―Y realmente me importa una mierda, tía Jayne.
La puerta de la oficina de su madre se abrió. Su padre salió hecho una furia.
Fain frunció los labios hacia Talyn, luego volvió su atención a Jayne y Dancer.
―No puedo trabajar con esa… ―Su voz se apagó en un sonido ahogado mientras
hacía un gesto hacia la puerta―. ¡Ella es imposible!
Talyn le agarró.
―¿Has herido sus sentimientos? ¿Qué le has dicho?
Cuando su padre fue a darle un puñetazo, Dancer se interpuso entre ellos.
―¡Basta! ¡Los dos!
―¡Talyn!
Él se congeló ante el tono agudo de su madre y se retiró de la pelea.
―Sí, es mejor que sigas caminando, cachorrito.
―¡Fain! ―dijo Dancer bruscamente entre sus dientes apretados―. Trágatelo.
Él levantó las manos en señal de rendición.
―Llama a Nyk. Estoy fuera de esto. ―Con pasos largos y furiosos, dejó la oficina.
Dancer dejó escapar un largo suspiro y se giró a Galene.
―Sé que odias a mi hermano y estoy seguro que tienes derecho. Pero ambos deberían
saber que mientras ustedes se tenían el uno al otro, él no tenía absolutamente a nadie. Ni
siquiera un país al que llamar hogar.
Galene frunció los labios.
―¿Y su humana?
La mirada de Dancer se volvió afilada y mordaz.
―Simplemente digamos que de los dos años que estuvieron juntos, su recuerdo más
feliz es probablemente el de ti empujándolo desnudo en un auditorio lleno de familiares y
amigos, y cerrando la puerta detrás de él. ―Y con eso, siguió a Fain.
Galene no podía respirar mientras esas palabras hicieron eco en sus oídos.
¿Dos años?
¿Qué?
Ella miró a Jayne por una explicación. 33

―¿Qué pasó con su esposa?


―¿Antes o después de que la atrapara revolcándose con un macho humano en su
cama?
La bilis subió por su garganta.
―¿Hablas en serio?
Jayne asintió, luego le dio un abrazo reconfortante.
―No tenía idea que Fain fue el que te dejó.
―No tenía ni idea que fueras amiga de su hermano. ―Debido a sus menos que
legales actividades y asociados, Jayne nunca hablaba de sus amigos o familiares en algo
más que el más abstracto de los términos o apodos. Nunca mencionaba a nadie, que no
fueran su esposo e hijos, por sus nombres verdaderos. Y solamente si eras realmente
cercano a Jayne conseguías tanto.
Sin comentar sobre eso, Jayne miró a Talyn.
―¿Cómo lo estás tomando, chico?
Él se encogió de hombros.
―Soy un Andarion.
―Eso no es realmente una respuesta.
―Para él lo es. ―Galene frotó su brazo―. Notifica al equipo que trataremos esto de
nuevo mañana con los Tavali. Necesito el día para reagruparme mentalmente.
―Sí, ma'am. ―Él le dio un saludo cortante antes de dar media vuelta y dejarlas para
cumplir sus órdenes.
Jayne resopló.
―Estoy tan acostumbrada a verlo como un civil que se me olvida lo militar que es en
realidad nuestro chico cuando se pone ese uniforme.
Galen sonrió con orgullo.
―Yo soy mucho más propensa a romper el protocolo que él.
Jayne dejó escapar un suspiro alargado.
―Siento mucho esto, Lena. Yo soy quien te sugirió para el puesto. No tenía ni idea de
en qué te estaba metiendo.
La tristeza la ahogó al pensar en aquel día en que se había enterado que estaba
embarazada del hijo de Fain. Había sido uno del pequeño puñado de momentos perfectos
en su vida. Ellos habían sido comprometidos en su sexto cumpleaños. Sólo con
pocos días de diferencia en edad, habían sido criados juntos y habían ido a la misma
escuela. Puesto que iba a ser su marido, ella ni siquiera había mirado a otros
machos.
En aquel entonces, Fain había sido todo su mundo. Un renombrado y 34
agasajado atleta y campeón, había sido destinado a convertirse en un héroe de guerra como
su padre, y ella había planeado entrar en la escuela de medicina como sus padres. Su boda
se había fijado para el otoño, después de su graduación.
Y Talyn había sido concebido en el cumpleaños de Fain. Su virginidad un regalo para
su prometido.
En lugar de convertirse en el padre entusiasta y devoto esposo como ella había
esperado, Fain había destrozado su corazón y desechado su amor como si careciera de
sentido. Nunca se había recuperado de su traición.
Él había sido el único para ella.
Y ella no había sido nada para él… sólo basura desechada que había dejado en el
pasado y nunca miró hacia atrás.
―Le odio tanto ―susurró―. Pero él me dio el regalo más grande de mi vida. No
podría pedir un mejor hijo.
―Es igual que su padre.
Ella arqueó una ceja ante el comentario de Jayne.
―Lo es ―dijo Jayne defensivamente, con una risa nerviosa―. Ahora que lo sé, lo veo
claramente. No sé cómo pude haberlo pasado por alto todos estos años. Talyn no es el hijo
de Fain tanto como su clon. Determinado. Feroz. Solitario. Intenso. Terco. Leal.
―Voy a discutir esa última parte.
Jayne negó con la cabeza en desacuerdo.
―Algo pasó, Lena. Algo muy malo. Conozco a Fain y lo he hecho desde hace años. Si
rompió el compromiso contigo y no sabes por qué, debió ser algo horrible. Él simplemente
no se habría alejado sin razón. Ese no es el macho que he conocido. No hay nadie más
honorable o leal que Fain Hauk.
―Estaba enamorado ―escupió la palabra.
De una humana.
Jayne arrugó la cara.
―Tal vez, pero aquí está una pregunta para ti, y eres de una familia de médicos así
que sabrías la respuesta mejor que yo. Tanto Keris como Dancer tienen permanentemente el
stralen. ¿Cuáles son las probabilidades de que el gen fallara en Fain por completo?
Ella se encogió de hombros.
―Los genes son cosas extrañas.
―Sí, lo son. Y es un rasgo extremadamente raro, pero… piensa en ello. ―Jayne
se alejó.
―Es posible que nunca amara a ninguna de nosotras ―susurró en voz baja.
Sin embargo, si eso fuera cierto, ¿por qué habría dejado atrás su herencia Andarion
para casarse con una humana? 35

Él no era tan estúpido.


Por mucho que le doliera admitirlo, la vida de Fain habría apestado tanto como la de
ella sin su prestigioso linaje. Había sido de la realeza militar antes del escándalo. Uno de los
originales doce clanes guerreros de Andaria.
El primero de los clanes guerreros. Su familia de War Hauks había establecido y fijado
el estándar para todos los guerreros que habían seguido después de ellos. Había sido su
antepasado directo y homónimo del hermano mayor que había fundado La Liga contra la
que estaban actualmente luchando.
En un abrir y cerrar de ojos, como ella, lo había perdido todo. Y Jayne tenía razón. Tan
raro como era el gen del stralen, si dos hermanos, Talyn, y otros miembros directos de la
familia lo tenían, sería muy poco probable que no estuviera en Fain también.
Por supuesto, no había una manera de saberlo a ciencia cierta.
Dile que tiene un hijo.
Independientemente de sus sentimientos hacia ella, la química de su cuerpo golpearía
ese gen en una sobremarcha si pensara que su hijo era amenazado.
No es que importara. Ella no arriesgaría la vida de Talyn para averiguarlo. Fain no
valía la pena.
Aun así… eso le dio algo en que pensar.
―Te necesitamos a ti para hacer esto.
Fain maldijo a Nykyrian Quiakides, príncipe de la realeza Andarion y un dolor en su
culo, que estaba sentado detrás de un ornamentado escritorio negro enfrente de él.
―Ryn es el embajador Tavali…
―Cuya madre está a cargo del Wasturnum; cuarta generación para gobernar esa rama
armada, y su pequeño y amado hermano es el emperador Caronese. La CUT no lo verá
como imparcial, y tú lo sabes.
Aun así, Fain argumentó en contra de su nombramiento de servir con Galene.
―Ahora soy un tiziran Andarion. ¿No tienen problemas con eso?
―No es lo mismo, y lo sabes. No fuiste criado por mi madre y no tienes verdadera
lealtad por ella. No estás relacionado por sangre con el trono y no lo puedes
heredar. Al final del día, aún eres uno de los piratas. Al igual que ellos.
Desheredados. Repudiados. Un esclavo liberado. Alguien que no tiene ningún uso
para las leyes y tradiciones de cualquier nación. En ti, el Consejo Universal Tavali
confiará. 36

En ese momento, Fain odiaba seriamente al CUT.


―¿Qué pasa con Chayden? ―le preguntó a Nykyrian―. ¿No puede hacerlo?
―Un príncipe Qillaq cuya hermana de sangre es la próxima reina del imperio
Exeterian y cuyo padre era un príncipe Gondarion y comandante. Sí… eso también es un,
no-va. ―Nyk se inclinó hacia delante para inmovilizarlo con una intensa mirada―. Tú no
tienes lazos políticos reales a ningún trono y ninguna lealtad de sangre a alguna nación
Tavali o grupo. Ni siquiera diriges tu propia tripulación. Tu único lazo de sangre es para La
Sentella y en eso, confía la Tavali. Lo mejor de todo, nosotros confiamos en ti. Porque eres
un macho Andarion con fuertes lazos militares, los Phrixians te seguirán. No hay nadie más
que pueda hacer esto, Fain. Tú estás en una posición única para ello.
Malditamente estupendo.
La ironía de esto le disgustaba. Las mismas cosas que habían arruinado su vida eran
ahora las mismas que le encerraban en una posición de poder que nunca había ansiado. A
pesar de que no era un seguidor, y siempre se había negado rotundamente a ser uno,
tampoco era un líder.
Ambas posiciones apestaban. Por eso no tenía tripulación propia.
Solamente quería que le dejaran en paz para vivir lo que quedaba de su miserable
vida.
―No puedo trabajar con ella. Odia mis pelotas, cada una de ellas. ―Hizo un gesto a
la marca de la explosión de su traje de batalla―. Me disparó, Nik. A quemarropa. Sin
advertencia. ¡En el corazón!
―Bueno… todos hemos tenido el deseo de dispararte, Fain. Ella simplemente ha
tenido el gusto de hacerlo.
Se burló del humor fuera de lugar de Nykyrian.
―¿Y tú quieres que ella dirija tu ejército?
Nykyrian asintió.
―Además, me has dicho que eres el único al que odia a este grado. Todos los demás
deben estar a salvo de su objetivo.
―No eres gracioso.
―Soy un poco gracioso.
Fain le gruñó.
―Eres un idiota.
―¿Ese es el peor insulto que puedes lanzarme? ¿En serio? Estás decayendo en
tu vejez.
Fain le mostró los colmillos. Pero como eran viejos amigos, no perturbó al
bastardo en lo más mínimo.
37
―¿Está dispuesta a trabajar conmigo? ¿O tengo que comprar armaduras más gruesas?
―Me han asegurado que no te volverá a disparar.
―¿Qué hay de cortarme la garganta?
―No fuimos tan específicos. ¿Te gustaría que elabore un contrato, donde ella
enumere todas y cada una de las posibles formas en que pudiera asesinarte y diga que no lo
hará?
―Te odio. ―Fain suspiró pesadamente―. Bien. Voy a buscarla y a llevarlos al
Posturnum. Pero si muero haciendo esto, tengo la intención de perseguirte todos los días de
la eternidad.
―Bien. Entonces no te echaré de menos.

***

Fain llamó a la puerta del apartamento de Galene. A sólo una manzana del palacio,
era uno de los edificios más bonitos de la bulliciosa metrópolis de Eris, la ciudad capital
Andarion. El portero había estado un poco nervioso a su llegada, pero ya que Fain había
entrado con un guardia real Andarion, le había dejado pasar con nada más que una mirada
irritada.
Entonces, ¿qué diablos le estaba llevando tanto tiempo abrir la puerta de todos
modos? Su apartamento no podía ser tan grande.
Lo está haciendo estrictamente para enojarte.
Era lo más probable.
Volvió a llamar.
La puerta se abrió para mostrar a su juguetito en nada más que una simple toalla
blanca. Tenía un blaster en una mano mientras les miraba con recelo.
La ira hirvió dentro de Fain ante la vista, especialmente teniendo en cuenta todas las
cicatrices en el cuerpo del pequeño bastardo, incluyendo marcas en los hombros que
parecían ser las de un macho desheredado. Pero lo que realmente irritaba su culo era el
tatuaje en la garganta del chico que lo marcaba como un delincuente Andarion que había
pasado tiempo en una de sus prisiones ultra secretas. Teniendo en cuenta todo eso, Galene
debía haber pedido un montón de favores para mantener al pequeño bastardo en el ejército
con el rango de comandante.
Peor aún, no había estado mintiendo. Realmente vivían juntos. Y debía amar
entrañablemente al muchacho para pasar por alto semejante grado de cicatrización.
En su cultura, esas marcas eran consideradas una deformidad, y explicaban por qué
un hombre de tan alto rango de la armada Andarion permanecía soltero.
Ninguna mujer, que no fuera Galene, sería capaz de mirar a Talyn con nada
excepto desprecio y desdén. 38

Este día se pone cada vez mejor y mejor.


Fain frunció los labios.
―Estoy aquí por la comandante.
Su juguetito lo miró con desprecio.
―Deberías haber llamado primero.
―Se le dijo que me esperara.
―No a primera hora de la mañana. ―Haciendo una mueca ante el grupo, el juguetito
permitió que Fain entrara al elegante condominio, pero no a los otros. Les cerró la puerta en
las narices, y se dirigió hacia la cocina, donde había un juego de tazones de cereal caliente
sobre el mostrador. Colocó su blaster al lado de uno antes de sentarse en un taburete y
volvió a comer―. Tiene compañía, comandante.
Ante sus palabras descontentas, Galene se inclinó sobre el mostrador para ver a Fain.
Vestida con un corto camisón de encaje, jadeó, luego tiró de la bata cerrándola y
amarrándola. Pero no antes de que una imagen de su esbelto cuerpo atlético y los
exuberantes pechos quedara firmemente implantada en su mente.
―¿Qué estás haciendo aquí?
Morir de excitación, al parecer.
Y conteniendo la rabia.
Fain apretó los dientes ante la violenta reacción de su cuerpo traicionero. ¡Maldita sea!
¿Por qué no podía estar cerca de ella sin conseguir una erección del infierno?
―Se supone que debo escoltarte a la Sede del Posturnum. ¿Recuerdas?
―En una hora ―gruñó ella.
―¿Qué puedo decir? No podía esperar a verte de nuevo.
Ella rodó los ojos ante su sarcasmo.
Su juguetito se puso de pie y se inclinó sobre el mostrador para colocar el tazón en el
fregadero. Él se encontró con la fija mirada de ella y arqueó una ceja inquisitiva.
―¿Quieres que yo le dispare esta vez?
Ella tuvo el descaro de sonreír.
―No me tientes, diablillo. ―Ella movió su blaster lejos de su mano―. Deberías
terminar de vestirte.
―Sí, ma'am. ―Él se dirigió hacia el pasillo. Por primera vez, Fain se dio
cuenta de que él tenía una cojera pronunciada mientras caminaba.
―Y no dejes tu toalla húmeda en el suelo otra vez. Cuélgala.
Sin decir una palabra, el juguetito se quitó de un tirón la toalla de sus caderas
y la lanzó hacia ella. Completamente desnudo, dedicó una petulante sonrisa 39
burlona a Fain antes de dirigirse a la parte trasera del condominio.
Disgustado por su flagrante exhibición y la cantidad de horribles cicatrices sobre la
espalda del muchacho, Fain quiso sangre. Le tomó todo lo que tenía no ir tras el mocoso y
darle una valiosa lección de modales.
Riéndose de las acciones del muchacho, Galene llevó la toalla a lo que debía ser el
cuarto de lavado. Salió para añadir su propia mirada hacia Fain.
―Desearía que no le provocaras.
―¿Yo le provoco a él? ¿Hablas en serio?
―Sí. Creería que eres lo suficientemente mayor como para ser más sensato.
―Pero él no, ¿eh? ―Fain frunció los labios―. Tal vez deberías dormir con alguien
más cercano a tu edad.
Ella no respondió mientras se dirigía hacia el pasillo.
―Saldremos en un minuto.
Mordiéndose el labio, Fain nunca había estado tan furioso en toda su vida. Fue
realmente doloroso.
Mientras esperaba y contemplaba el asesinato de los dos, vagó a la amplia sala de
estar que tenía una increíble vista de la ciudad. Algo que habría apreciado más si hubiera
estado en un mejor estado de ánimo.
Pero en ese momento, solamente el derramamiento de sangre lo aplacaría.
Tratando de sacarlo de su mente, pasó la mirada sobre el mobiliario contemporáneo y
notó el número de fotos en el lugar. Más que eso, se dio cuenta que las fotos eran todas de
su mascota.
Condenado pequeño bastardo…
Se detuvo en una de ella con el juguetito cuando el chico era mucho más joven…
Mucho más joven. Como de alrededor de seis o siete años, y vestía un traje de lorina
para una obra.
Frunciendo el ceño, Fain se acercó más a los marcos que contenían el certificado de
graduación del muchacho, y un artículo de una revista deportiva sobre él. Su ceño se
convirtió en una boca abierta al ver el nombre del niño en la portada y se dio cuenta de
quién era el muchacho.
Talyn Batur.
Oh queridos dioses, es el hijo de ella.
¡Mierda! Talyn Batur.
Talyn B-a-t-u-r, el luchador del Ring del siglo, era su único hijo. Su chico era
una leyenda Andarion. Ese pequeño bastardo también había batido cada registro
que Fain había fijado en el Ring. Cada uno de ellos. Los registros que nadie había
pensado jamás que serían derrotados por otro luchador. 40
Y es el hijo de ella. Figúrate eso. Probablemente ella le había hecho superar los registros
de Fain solamente por despecho.
Sintiéndose como un idiota, se frotó la dolorida mandíbula. No se extrañaba que
llamaran al chico el Martillo de Hierro. Definitivamente golpeaba como uno.
Disgustado consigo mismo por cómo se había comportado con ellos, suspiró ante su
propia actitud infantil. Debería haber reconocido al Martillo. ¿Cómo podía haber sido tan
estúpido que no se había dado cuenta quién era Talyn?
Pero ese pensamiento se esfumó cuando vio la fecha en el certificado de graduación
del muchacho.
Si eso era correcto…
Echó un vistazo más de cerca al certificado. Solamente era un certificado parcial
debido a que faltaba el linaje paterno de Talyn.
Todo el linaje de su padre.
Para el asunto, Batur era el apellido de la familia de ella. Y ahora que veía más de cerca
las fotos de Talyn de niño, Fain se dio cuenta de lo mucho que Talyn se parecía a su sobrino
Darice. Cuánto se parecía Talyn a Dancer y a él.
Luego su mirada se dirigió al código de castas de Talyn que aparecía en sus
certificados. -12-6. El hijo bastardo de un macho desheredado. Eso se estrelló contra él como
una patada barata en sus bolas.
Oh, mierda.
Se tensó cuando sintió una presencia detrás de él. Al volverse, vio a Talyn allí en su
traje de batalla Andarion. Talyn, quien era de la misma altura exacta y constitución que él.
La mirada del muchacho pasó de Fain al certificado antes de gritar.
―¡Oye, ma! Pa acaba de averiguar cómo hacer las matemáticas para calcular mi edad
y fecha de la concepción. Está teniendo algún tipo de apoplejía por eso. Creo que tienes que
venir aquí antes de que se mee en tu piso. Y si lo hace, yo no lo provoqué, así que no me
grites por ello. Y no pienso limpiarlo
Fain no pudo respirar cuando Talyn confirmo sus temores.
Tengo un hijo.
Un hermoso, fuerte, crecido hijo.
Aturdido, asombrado, y sintiéndose como un completo imbécil, estiró la mano
para tocar el moretón que le había hacho a Talyn ayer durante su pelea.
Sus blancos ojos se llenaron de odio, Talyn se apartó y lamió la costra de su
labio de otro golpe que Fain le había dado.
―No me toques. 41

Vestida con el uniforme, Galene vaciló en el umbral. Ya no le sorprendía que le


hubiera disparado. Ahora todo tenía incluso más sentido.
Completamente horrorizado, Fain la miró fijamente.
―¿Por qué no me lo dijiste?
―Lo intenté y me dijiste que me callara… que no tenías tiempo para mí. Estabas
ocupado.
Fain se estremeció ante el recuerdo de su expresión de dolor ese día en el vestuario
antes de que ella saliera hecha una furia, solamente para volver minutos después para
enfrentarle por las mentiras de Merrell.
―¿Eso era lo que venías a decirme? ―le preguntó.
―Sí. Felicidades, Fain. Eres padre.
¿Y cómo le había dado las gracias por ese precioso regalo? Le había permitido creer
que estaba enamorado de otra hembra. Avergonzándola con su amante humana.
―No me extraña que me empujaras a ese auditorio. ―Él sacudió su cabeza―.
Deberías habérmelo dicho de todos modos.
―¿Por qué? ¿Así me vería obligada a casarme con un macho enamorado de alguien
más? Una humana, nada menos. Llámame pueblerina, pero quería más que eso.
Fain giró un poco el anillo en su dedo meñique con el pulgar. El destino le había
jodido en serio otra vez.
No, el destino los había jodido a todos ellos otra vez.
―Lo siento mucho, Galene.
―No es a mí a quien tienes que pedirle disculpas. ―Su mirada fue hacia Talyn.
Sus rasgos eran de piedra absoluta.
Fain quería abrazarlo. Era un dolor físico en su interior por tocar al hijo que nunca
había pensado tener, pero era dolorosamente obvio que Talyn le quería muerto en el acto.
―Lo siento, Talyn.
―Hay algunas cosas que con sentirlas no se solucionan, viejo. Esta es definitivamente
una de ellas.
―Lo sé. Créeme, lo sé. ―Con su corazón rompiéndose, Fain parpadeó contra las
lágrimas que le ahogaban mientras pensaba en todo de lo que habían sido privados. Los
años en que los tres deberían haber sido una familia.
Tengo un hijo…
Un niño que nunca había sido capaz de sostener y consolar. Un hijo al que
nunca había enseñado a luchar o protegerse. Uno del que no sabía absolutamente
nada. Un amargo lamento doloroso lo atragantó con fuerza.
42
Talyn encontró la mirada con su madre.
―Les dejaré a los dos la habitación.
Cuando pasó por su lado, Galene tocó su brazo.
―¿Estás bien, bebé?
―Siempre estoy bien, Matarra.
Galene hizo una mueca. Eso no era cierto y ella lo sabía. Pero era lo mejor que lograría
sacarle. Talyn jamás le mostraba a nadie sus emociones. Su infancia había sido demasiado
brutal por eso.
Sin decir una palabra, su hijo se dirigió a su habitación.
Con su corazón martillando, vio que Fain revisaba las otras fotos de Talyn a lo largo
de los años. Su hijo había sido un niño hermoso. Sobresaliente al extremo.
Pero por otra parte, Talyn se había visto obligado a ser tres veces mejor en todo lo que
hacía para ser visto incluso la mitad de bueno que los demás.
Él encontró su mirada de nuevo.
―No sé qué me molesta más. El número de veces que hice dinero con las victorias de
Talyn, o las veces que perdí dinero apostándole a alguien que lo destriparía en el Ring.
―Ni siquiera me hables de eso, Fain. O te mataré donde estás. No tienes idea de
cuánto odiaba que peleara por un prestigio que debería haber sido suyo al nacer. Cuántas
veces paseé por la sala de espera, rezando porque sobreviviera a las heridas que había
sufrido porque no tenía futuro si no luchaba por él. E incluso entonces, nunca se le dio lo
que se merecía, porque nunca tuvo un verdadero linaje completo del que presumir.
―Apretó los dientes y le fulminó con la mirada―. Maldito seas por eso.
Fain se atragantó por el dolor en su corazón. Como un niño, había pensado en
negociar su propia vida y futuro para salvar los de Dancer. En su lugar, esa “noble” acción
le había costado a su hijo los suyos.
Supuestamente, los futuros de Galene y de Talyn no iban a ser parte del trato que
había hecho con Chrisen y Merrell Anatoles para mantener a Dancer y Keris a salvo. Nada
había salido de la forma que debería.
Y nunca se había odiado más a sí mismo.
―Me puedo imaginar lo que has pasado.
―No, Fain. No puedes. En realidad no. Siempre fuiste popular. Todo el mundo te
amaba y adoraba. Besaban la tierra que el poderoso War Hauk pisaba… Nuestro hijo nunca
ha conocido eso. Ningún Andarion decente que se respete se relacionaría con él. En
absoluto. A pesar de que era un oficial, no se le permitió compartir la ducha de los
cuarteles como cualquier soldado con una Dote. La única hembra que tendrá algo
que ver con él es una acompañante pagada que él ha establecido en su condominio,
al otro lado de la ciudad. Tuve que mandarle a la escuela con Hyshians porque no le
dejaron asistir a una escuela Andarion con un linaje roto. Cada puerta a la que 43
acudió fue brutalmente cerrada de golpe, no en su cara, sino en sus pequeñas manos.
Él se estremeció en respuesta, y bien que debería.
―A los niños Hyshian y humanos no se les permitió jugar con él porque era
Andarion. Y a los niños Andarion no se les permitió hablar con él porque era el bastardo de
un padre desheredado. ¿Sabes que estuvo incluso demasiado humillado para decirme que
finalmente se había roto y pagó por una amante? De no haber sido fríamente derribado por
su propio comandante; quien te odiaba, y casi morir, nunca me habría enterado que tenía
siquiera eso en su vida.
Ella sacudió la barbilla hacia sus premios y artículos.
―A pesar de que ha sido y es el luchador más famoso de la historia del Ring, su
agencia aún se negaba a permitir que Talyn tuviese un contrato completo con ella. Tuvo
que asumir más peleas para comprarlo o perderla por un macho de Dote completo. Y nunca
querrás saber lo que costó dicho contrato. Todavía perturba mi mente y me llena de furia.
Fain apretó los dientes. Cada acompañante Andarion y agencia de la que había oído
hablar alguna vez, o conocido, habría vendido su alma para tener un contrato de por vida
con un oficial militar. Especialmente uno que ocupaba el segundo rango más alto en su
armada, y no tenía ni cincuenta años. Por no mencionar el hecho de que, como Galene
había dicho, Talyn Batur era un campeón intergaláctico agasajado por cada mundo
conocido que seguía el deporte del Ring Andarion.
Le enfermaba pensar lo que su hijo había pasado por su culpa.
―Si hubiera tenido la menor idea, Stormy, habría destrozado el infierno de par en par
para mantenerlos a los dos.
Ella dejó escapar un suspiro de cansancio.
―No importa ahora, ¿verdad? No podemos volver atrás. Los dos tenemos la culpa
por arruinar la vida de nuestro hijo.
―No sé. ―Hizo un gesto hacia los trofeos y premios en los estantes y la pared―.
Parece que has hecho un trabajo increíble con él.
Galene miró hacia otro lado. Las lágrimas llenaron sus ojos mientras trataba de no
recordar el pasado.
―Todos los días me pregunto si podría haber hecho más. Si debería haber hecho más.
Fain le dio una mirada severa.
―Eres mucho mejor madre de la que yo jamás tuve. Al menos lo amaste. Lo
protegiste. No lo expulsaste de tu casa y le hiciste un paria que no se atrevía a dar un paso
en ningún territorio Andarion sin una sentencia de muerte pendiendo sobre su
cabeza.
Galene tragó saliva ante esas palabras. Es curioso, nunca había pensado en
Fain de esa manera. Durante todos estos años, había sido el blanco de su odio. Ella
nunca había considerado lo difícil que habría sido para él estar solo y sin linaje. 44
Sobre todo porque a ella no le había importado. Quería que viviera su vida en la
miseria total. Quería que pagara por haberla abandonado.
Por dejar a Talyn, y causarle daño a su bebé.
Ahora que sabía que lo hizo, no la hacía sentirse mejor como había pensado.
También, la entristeció.
―Habiendo criado a Talyn, nunca entenderé cómo mis padres me hicieron lo que
hicieron. O lo que los tuyo te hicieron. Es imposible que alguna vez le lastimara. No
intencionalmente.
―Como dije, eres mucho mejor que cualquier madre que conozco. Tuvo suerte de
tenerte. Lo único en lo que fue estafado fue en el departamento de padre, y por eso estoy
increíblemente arrepentido.
―¿Comandante?
Ambos se volvieron cuando Talyn se reunió con ellos.
Le entregó un enlace a su madre.
―Ha habido otro ataque.
Encogiéndose, ella tomó el enlace y salió de la habitación para contestar la llamada.
Un incómodo silencio llenó el aire entre ellos mientras Talyn lo perforaba con la
mirada.
¿Qué le decía alguien a un hijo crecido que nunca había sabido que tenía?
De repente, Fain tenía un nuevo respeto por Nykyrian, quien se había enfrentado a
esto cuando su ex había dejado caer a Thia sobre él inesperadamente.
Incómodo, se aclaró la garganta.
―¿Tu mamá dijo que tienes una hembra?
Talyn siguió mirándole fijamente, sin comentarios.
―¿Tiene un nombre?
―Sí.
Fain se estremeció al percatarse que Talyn no tenía ninguna intención de ponérselo
más fácil.
―¿Y es…?
Un completo y muy lento minuto pasó antes de que respondiera.
―Felicia.
―Es un hermoso nombre.
Y seguía fulminándole con la mirada. Maldición. Olvida las habilidades
marciales de Talyn. Solamente esa fría mirada podría hacer sangrar. 45

―¿Cuánto tiempo han…?


―No hablo sobre mi vida personal con extraños.
Lastimado y dolido, Fain asintió mientras recordaba haber leído eso en varios
artículos diferentes a lo largo de los años. Era algo con lo que los medios de comunicación
habían acribillado a Talyn. El Martillo de Hierro no mostraba su rostro en el Ring, o fuera
de él. Tampoco hablaba de nada, aparte de sus combates. Mantenía a todos a un brazo de
distancia. Lo más que los medios habían sacado de él era que le gustaba escalar y acampar
los fines de semana. Y eso era si alguna vez podían conseguir una entrevista con él en
absoluto.
―¿Hay algo que pueda decirte que termine por lo menos en términos amistosos entre
nosotros?
―Que te estás muriendo de una dolorosa enfermedad terminal y sólo tienes unas
pocas horas de vida podría funcionar.
Fain dejó escapar un cansado “je” a eso.
―¿No sientes al menos curiosidad por mí?
Talyn resopló.
―No realmente.
―¿No tienes ninguna pregunta en absoluto?
―Nunca ha preguntado algo sobre ti o tu familia ―dijo Galene cuando se reunió con
ellos―. Ni siquiera tu nombre.
Fain no supo por qué, pero eso le hirió más que nada.
―Ya veo. Entonces mantendremos esto estrictamente militar. Me quedaré fuera de
sus caminos, y podrán contactar conmigo cuando necesiten transmitir órdenes a los
Phrixians. Puedes tratar con Darling Cruel; el emperador Caronese, directamente. Él no
tiene ningún problema en recibir órdenes de una hembra, ya que Jayne le ha mangoneado
durante años, y lo adiestró cuando era joven. Si necesitas ponerte en contacto con uno de
sus comandantes, puedes mandarme un texto y reenviaré las órdenes. La mayoría de los
Tavali no deberían tener ningún problema contigo. Si te dan algún problema, presenta sus
nombres y yo te diré a quién responden. Puedes lidiar fácilmente con sus cuatro
comandantes principales, y si ayuda, Ryn Cruel; el hermano mayor de Darling, es hijo de
Hermione Dane. Ella es la líder del Wasternum, y se sienta a la cabeza del CUT.
Galene arqueó una ceja.
―¿CUT?
―Consejo Universal Tavali. Responde por Kirren y necesitarás ese nombre
para llegar a ella. Es su nombre en clave, reservado solamente para los más cercanos
a ella. Todo los Tavali operan de esa manera. Es cómo mantenemos a los forasteros
y espías de saber alguna cosa de nosotros.
Talyn estrechó su mirada en él. 46
―¿Qué nombre utilizas? ¿Desleal?
Fain dejar pasar el insulto.
―No tengo. Soy lo que se llama un Renegado.
―¿Y eso es?
Le devolvió la mirada de Talyn con una mirada igual de fría.
―Alguien sin familia o lealtad a una nación. Lo que los Andarions llaman
cariñosamente un paria, sólo que los Tavali no tratan de matarnos al vernos. Solamente nos
utilizan cuando necesitan carne de cañón o señuelos, y pagamos una cuota anual
directamente al CUT, en lugar de una tasa diezmada a un Presidium Nacional.
Galene desvió la mirada cuando captó el dolor que destelló en los ojos de Fain. No
debería importarle.
En absoluto. Y sin embargo, lo hacía.
Porque yo solía amarle.
Tal vez. Y tal vez era porque Talyn se parecía tanto a él que era el amor por su hijo lo
que la hacía más comprensiva con el hombre.
Sí, le bastaría con eso, por ahora.
Fain toqueteó su oreja.
―Hauk, adelante ―dijo a quien estaba llamando. Esperó unos segundos antes de
volver a hablar―. Estaremos justo allí. ―Se reunió con su mirada―. Tu guardia está a
bordo y esperando con mi tripulación. Si están listos, podemos ponernos en camino.
Cuando se dirigían a la puerta, Talyn se tocó la oreja.
―Sí, ¿pasa algo? ―Puso el dedo en el enlace y frunció el ceño mientras escuchaba
atentamente. Les adelantó en el pasillo―. ¿Necesitas que llame por ti?
Fain duplicó el ceño fruncido de Talyn de una manera inquietantemente similar.
―¿Está bien?
Galene asintió mientras se dirigían a los ascensores.
―Está hablando con Felicia.
―¿Cómo lo sabes?
―Por la cálida preocupación en su voz y la cantidad de concentración que le está
dando a la persona que llama. La dulzura de su tono. Sólo habla con ella de esa manera.
―Les condujo hasta el ascensor.
Talyn miró la hora.
Fain se sorprendió por la diferencia en el comportamiento de Talyn mientras
hablaba con su Felicia. Todo en Talyn era diferente ahora. Por primera vez, parecía
vulnerable.
47
―Cariño, escucha, si me necesitas, no me importa. Todavía tengo unos cuantos
minutos antes de que tengamos que estar en la bahía. ―Talyn ignoró por completo a todos
los demás mientras les seguía al elevador―. Sí, está bien. Pero si te dan algún problema en
absoluto, me lo dices y trataré con ellos. Lo digo en serio. Nadie te ignora de esa forma.
Jamás. Les voy a patear el culo si lo hacen.
Sus rasgos se suavizaron y cerró los ojos como si estuviera saboreando todo lo que ella
le decía.
―Sí, yo también. Lo comprobaré en cuanto pueda. Mantente a salvo. Te amo. ―Bajó
la mano y se volvió instantáneamente severo de nuevo.
―¿Está todo bien? ―preguntó Galene.
Él hizo un gesto brusco militar antes de explicarse.
―Los monitores de la piscina se apagaron y la compañía estaba acosando a Lish
porque su nombre no aparece en la cuenta. Ella quería asegurarse que estaba bien agregarse
a la misma. ―Un tic feroz comenzó a palpitar en su mandíbula.
Rígido y enojado, Talyn salió del ascensor y se lanzó hacia los transportes como si
quisiera cometer un asesinato.
Fain echó a un lado a Galene en el vestíbulo mientras los demás seguían a Talyn.
―¿Por qué está tan enfadado por una empresa de piscinas?
Ella le dirigió una mirada mordaz.
―¿Por qué crees, Fain? Legalmente no puede pedir en matrimonio a la hembra a la
que ama más que a su vida. Así que, él, quien es el segundo miembro de más alto rango del
ejército Andarion, esta forzado a regirse por el toque de queda y las restricciones de los
cuarteles que no les permiten vivir juntos. La única manera de mantenerse fuera de un
cuartel es si vive con el comandante al que sirve… su propia madre. Mientras tanto, la
amante con la que tiene un contrato se queda para atender su casa con las empresas que no
quieren lidiar con ninguno de ellos, ya que ninguno de ellos es un Dotado y su contrato no
es regulado por una agencia tradicional. ―Apenas susurró las siguientes palabras―. Más
bien es una que podría conseguir que les arresten a los dos si alguien alguna vez la
investiga plenamente.
―¿Entonces por qué no se sale de la milicia?
―¿Y hacer qué? Es el hijo bastardo de un War Hauk desheredado. ¿Quién le
contrataría o lidiaría con él en el sector privado? Es un carente de Dote, Fain. Las escuelas
de lucha ni siquiera permitirán que él, el Martillo de Hierro, entrene a otros combatientes.
¿Puedes imaginarte lo humillante que es eso?
―Entonces déjame adoptarlo. Sé que Cairistiona lo aprobaría para nosotros.
Como su padre, puedo darle completa protección de la casa real. Entonces sería un
eton Anatole y un Alado Batur, y nadie se atrevería a mirarle a los ojos, ni mucho
menos decirle algo poco amable.
48
―Con mucho gusto lo permitiré. Pero no me corresponde a mí, ¿verdad? Y eso no va
a deshacer toda la humillación que ha sufrido desde su nacimiento. Tú fuiste criado con dos
de las más prestigiosas líneas de sangre en toda Andaria fluyendo por tus venas. Los
Andarions gravitaban hacia ti en la escuela. Todo el mundo quería ser tu amigo.
Ella sacudió la barbilla hacia Talyn, quien les esperaba en la acera.
―Con el linaje de tu familia y la mía, él debería haber sido de una casta superior
incluso a la misma con la que creciste. En cambio, fue escupido y ridiculizado. Denegado y
degradado por aquellos que ni siquiera debían tener el derecho de hablar directamente con
él. No soy yo a quien necesitas conquistar, Fain. Es a él.
Fain apretó los dientes cuando Galene le dejó para unirse a su hijo. Tenía razón. Podía
ver la forma en que los otros Andarions miraban a Talyn. A pesar de que era un campeón
titulado y su comandante, todavía mostraban su desprecio hacia él. Algo que nunca se
habrían atrevido a hacerle a un War Hauk o a un Batur completamente Dotado.
Eso fue lo que hizo de Talyn tan severo y reservado alrededor de todo el mundo. El
porqué no mostraba emoción alguna.
―¿Estás bien?
Él asintió cuando Dancer se reunió con él. Luego sacudió la cabeza.
―No puedo creer que haya arruinado la vida de mi propio hijo.
―No lo sabías.
―Eso no cambia nada, ¿verdad?
Dancer suspiró.
―Lo siento, Fain.
Así como él.
―¿Puedes hacerme un favor?
―Lo que sea.
―Averigua quién es esta tal Felicia con quien tiene un contrato. ―Tal vez ella podría
darle cierta ventaja para acercarse a Talyn.
Lo único que había aprendido con los años era que la debilidad de cualquier macho es
siempre la hembra que amaba. Especialmente cuando ese macho era un War Hauk.
Talyn le podría odiar a él, pero su hijo escucharía a Felicia.
Si Fain pudiera conquistarla, podría ser capaz de empezar a construir una relación con
Talyn. Al menos valía la pena intentarlo.
―¿Tienes su nombre completo? ―preguntó Dancer.
―No. Está viviendo en el condominio de Talyn. Es todo lo que sé de ella.
―Oh, bueno, por supuesto, pónmelo fácil, ¿por qué no?
Le dio a su hermano una sonrisa irritada.
49
―Si supiera más de ella, no estaría pidiéndote información. La encontraría por
mí mismo.
Dancer le mostró los colmillos.
―Realmente apestas como hermano.
―Sí, bueno, deberías tener que tratar con el mío. Es un idiota estelar.
Rodando los ojos, Dancer subió detrás de Talyn, que estaba sentado al lado de su
madre.
Fain se sentó frente a ellos.
Mientras viajaban, notó la forma en que Talyn continuó comprobando su enlace,
reprimiendo una sonrisa mientras secretamente escribía mensajes de texto a su hembra.
Sí, su hijo la amaba. Muchísimo. Ella era la clave a su corazón.
Y, lamentablemente, tanto Galene como Talyn; los dos seres que más le odiaban, eran
las claves al suyo.
Aunque había lamentado mucho de su vida, no había nada que lamentara más que
haber tenido que alejarse de ellos. Pero no había tenido otra opción. Si se hubiera quedado,
Dancer, al igual que su hermano Keris, habrían sido asesinados sin piedad.
Su pequeño hermano todavía mostraba aquellas cicatrices que habían forzado la mano
de Fain.
Ahora…
Arreglaré las cosas. No tenía idea de cómo, pero encontraría una manera para salvarlos
a todos. Incluso si eso le mataba.

50
Fain vio como Galene y Talyn abordaban su nave. No tenían ni idea de que este había
sido su verdadero hogar durante más de la mitad de la vida de Talyn.
Y la suya, para el caso.
Una extraña sensación le atravesó al ver a su “familia” dirigiéndose a la cabina de
vuelo mientras el resto de los Andarions que habían abordado se reunieron en el área de
carga. Lo único que faltaba era la esposa embarazada de Dancer y dos niños, y todo lo que
Fain amaba estaría contenido en el interior de estas paredes de metal.
Todo.
Llevó a Dancer a un lado.
―¿Puedo pedirte un gran favor?
Dancer frunció el ceño.
―¿Cuál?
―Ya sabes a dónde vamos. Encuentra a la hembra de Talyn y tráela a la
estación Porturnum para que se quede con él. Creo que le gustará. 51
Los ojos de Dancer se suavizaron.
―¿Estás seguro?
Él asintió.
―Las familias no deben estar separadas. Y mientras estás en ello, ¿por qué no traes a
Sumi y a los niños también? Sé que tú tampoco quieres estar lejos de ellos.
Una extraña sombra apareció en los ojos rojos de Dancer.
―¿Quién eres tú y qué has hecho con mi hermano no-doy-una-mierda-por-nada-ni-
por-nadie?
Fain resopló ante su sarcasmo.
―Cierra la boca y haz lo que digo.
―Ahora ahí está el imbécil familiar al que conozco tan bien y al que quiero por
razones aún desconocidas.
Fain hizo un gesto obsceno antes de empujar a su hermano igual de descomunal por
la rampa. Se volvió para capturar a Talyn mirándole con una ceja arqueada.
―¿Qué? ―preguntó Fain irritado.
Antes de que pudiera responder, Chayden dejó escapar un desagradable:
―¡M-a-r-t-i-l-l-o! ¡Que me aspen si no es un honor trabajar contigo!
Talyn volvió su ceño fruncido al pirata Tavali Qillaq. Una luz de familiaridad
oscureció sus ojos.
―¿Chayden Aniwaya?
Chayden se detuvo en seco.
―Oh, mierda… ¿te debo dinero?
Talyn resopló por su reacción.
―Soy un viejo amigo de Morra y Qorach. Qory habla de ti todo el tiempo.
El reconocimiento iluminó toda la cara de Chayden y empezó a reír mientras
palmeaba a Talyn en la espalda, entonces se dio cuenta que probablemente no debería
hacérselo a alguien que podría hacerle atravesar las paredes de titanio con un estornudo.
Puso un poco más de distancia entre ellos mientras continuaba sonriéndole a Talyn.
―¡Así que tú eres el Bebé Sexy T! Debería haberlo imaginado. Aunque para ser
honesto, por como hablan de ti, supuse que tendrías unos tres años.
La expresión de Talyn se torció visiblemente.
―Morra juró que lo mantendría entre nosotros. Voy a matarla la próxima vez
que la vea.
Riendo con más fuerza, Chayden extendió el brazo hacia Talyn.
―Entonces es un doble honor conocerte. Cualquier amigo de Qory o Morra es
52
un hermano para mí. Y soy lo suficientemente inteligente como para no meterme con su
Bebé Sexy T.
Con un sonido de irritación que asustaría a cualquier persona con medio cerebro, lo
que implicó que Chayden lo ignorara por completo, Talyn le estrechó su mano.
Chayden dejó escapar un silbido por el agarre de Talyn. Su rostro, una máscara
cómica de asombro, manoseó los bíceps de Talyn con una intimidad amorosa que habría
hecho que la mayoría de los hombres cubrieran el suelo con sus dientes por un audaz
manoseo como ese. Incluso Fain dudaba que hubiera sido tan tolerante al ser manoseado así
por el Qill. Y para un Andarion, ese tipo de roces estaba estrictamente prohibido para todos
menos la familia o los amantes, y se reservaba para situaciones muy privadas.
―¡Vayas! Eres mucho más grande de lo que se veía en los monitores cada vez que te
vi luchando en el Ring. No puedo imaginar a nadie tan idiota como para pensar que alguna
vez podrían tumbarte y ganar. Malditas sea, chico. ¡Eres una bestia! ―Con más confianza
aún, dio una contracción más a los enormes bíceps de Talyn.
Fain se erizó a oír el tono impresionado de Chayden.
―Yo soy del mismo tamaño.
Chayden finalmente dejó de tocar los brazos de Talyn y resopló con desdén hacia
Fain.
―Sí, pero él es mucho más aterrador que tú, Hauk.
Talyn esbozó una sonrisa arrogante que en realidad no ayudó a mejorar el humor de
perros de Fain, igual que la risa de Galene.
Aunque Fain no apreciaba ser el receptor del humor chiflado de Chayden, lo aceptaría
para ver la forma en que sus ojos se iluminaban con humor. Maldita sea, era hermosa. Esa
mirada hizo que su estómago aleteara y toda la sangre huyera de su cerebro más rápido de
lo que podía respirar.
Y pensar, que podría haber sido suya todos estos años...
Un lamento amargo le desgarró mientras su mente retrocedía al pasado, al último
baile al que habían asistido juntos, la semana antes de la graduación. Sabiendo que su
tiempo era limitado, que tendría que dejarla ir y seguir adelante sin ella en su vida, lo había
atesorado con todo lo que tenía y entregó cada segundo de ello a su memoria. Todavía
podía oír los acordes de la lenta canción que había sonado mientras la sostenía entre sus
brazos. Vestida de azul Batur, le había mirado con ojos que irradiaban amor y aceptación.
Adoración.
Felicidad absoluta por estar con él.
Ese había sido el último recuerdo perfecto de su vida.
Vendería su alma sin valor si pudiera volver atrás y quedarse allí con ella para
siempre. Si pudiera congelar ese momento y abrazarla.
Cómo odiaba esos recuerdos que le torturaban y le hacían sufrir más que
cualquier otro. 53

Cuando Fain se dirigió a su silla de piloto, uno de los Andarions que habían traído
con ellos subió a la cubierta de vuelo para hablar en susurros a Talyn. Unos centímetros
más bajo que ellos, parecía de la edad de Talyn y tenía el porte de alguien criado en uno de
los linajes de más alta casta. Su inmaculado traje de batalla llevaba las insignias militares de
un mayor condecorado, pero no su nombre, lo que también decía que el rango era lo
suficientemente alto para tener que ser omitido por razones de seguridad.
Escuchando con atención al mayor, Talyn se acarició la barba con el pulgar.
―¿Qué quieres hacer tú? ―preguntó en Andarion.
El mayor resopló de una manera totalmente indisciplinada.
―¿Como si tuvieras que preguntar?
Fain arqueó una ceja al oír el tono irrespetuoso que Talyn tomó con calma.
Con un bufido similar, Talyn le palmeó la gran espalda como Fain solía hacer a
Dancer cuando eran niños y Dancer lo irritaba.
―Yo me encargaré de tu paka. Toma asiento.
El mayor se golpeó el corazón con el puño, y luego abrió la mano en un gesto de
hermandad y devoción antes de dirigirse a la parte posterior para sentarse con los demás.
Fain encontró su mirada curiosa con la de Galene.
―Es el ayudante de Talyn.
Eso solamente lo confundió más.
―¿Y ustedes le permiten hablarle a su CO de esa manera?
Ninguno respondió a su pregunta.
Bien. Lo que sea. La armada Andarion era infernalmente más flexible ahora de lo que
había sido cuando Fain estaba en ella. Su ex CO le habría llevado a una corte marcial por
algo así.
O estrellado contra la pared más cercana.
Intentando que eso no le molestara, se fue a su asiento.
Vestido con el traje de combate rojo y blanco que marcaba el Porturnum Tavali, el
capitán Kareem Venik se levantó de los controles. Saludó a Fain mientras él tomaba los
controles de la nave.
―Devolviendo la dama a su dueño, comandante Hauk. Prevuelo completo. La Storm
Dancer lista para su toque amoroso.
Fain se encogió cuando Kareem dijo el nombre de la nave fuera de la tradición
formal de los Tavali.
―Gracias, capitán Venik.
Inclinó la cabeza hacia Fain y se trasladó para tomar el asiento del artillero.
54
Galene frunció el ceño hacia Fain al oír esas palabras.
―¿Esta es tu nave?
Iniciando la sesión de los controles y encendiendo los motores, Fain asintió.
―¿Storm Dancer?
Mientras se preparaba a sí mismo, Fain dejó escapar un suspiro cansado por su tono.
Tecleó la secuencia de lanzamiento y se aseguró de haber iniciado la IA para el viaje.
―Mentiría si dijera que la nombré por mi hermano, pero ya deberías saberlo. ―Storm
Dancer y Stormy eran los apodos con los que había tomado el pelo a Galene cuando eran
niños. Por alguna razón, ella había amado correr bajo la lluvia, y reír y bailar mientras se
calaba hasta los huesos. Sus padres habían pensado que estaba loca.
Él siempre lo había encontrado fascinante y adorable. Y la había perseguido a menudo
a través de la lluvia hasta que estuvo tan empapado como ella. Había sido tal persecución
que la había llevado a quitarle la ropa en su cumpleaños...
Y a la concepción de Talyn.
Dioses, tener esa inocencia y alegría de nuevo. Aún podía sentir sus tímidas manos
sobre su piel desnuda mientras ella exploraba cada milímetro de su cuerpo desnudo con su
toque curioso. Escuchar su risa en sus oídos mientras la probaba y ella le susurraba lo
mucho que lo amaba.
Ese recuerdo golpeó como un puño de piedra.
Se negó a mirarla y ver el odio que estaba allí por él ahora, y se obligó a apartar el
pasado de sus pensamientos.
―Tan pronto como todo el mundo se abroche el cinturón, despegamos.
Galene se colocó el arnés en su lugar mientras estudiaba la nave, impresionada por la
calidad y la belleza de la bestia de metal que había nombrado por ella.
¿Pero por qué? No tenía sentido que lo hiciera después de haberla abandonado y a
todo lo demás que había conocido jamás. No podía entender qué le había poseído. Sí,
habían sido jóvenes.
Aun así…
A pesar de lo que le había dicho Jayne, Omira debía haber significado tanto para él
como Felicia para Talyn. Era lo único que tenía sentido. ¿Por qué si no había renunciado a
su vida y a su familia por ella? Fain había tirado literalmente por la borda todo su futuro
por Omira.
Nadie hacía algo así a la ligera. Ni siquiera cuando eran jóvenes y estúpidos.
―¿Desde cuándo eres dueño de esto? ―le preguntó en voz baja, tratando de
distraerse de lo atractivo que era tomando el control de la nave.
Fain comprobó dos veces los ajustes sin mirarla.
―Cerca de veinte años. 55

Qué curioso. Había conseguido la nave justo unos años después de haberle roto el
corazón. ¿Por qué lo había hecho cuando siempre había odiado estas cosas? Incluso en la
armada antes de que la abandonara, en realidad nunca le había gustado volar o pilotar.
Siempre había preferido asignaciones de palacio o infantería. Desde que podía recordar, le
había dicho que no quería tener nada que ver con los viajes espaciales.
Dame tierra firme bajo mis pies, y aire fresco para respirar. Quiero verdadero sol en mi piel, no
los falsos holos que lo imitan.
―¿Qué te hizo comprarla? ―le preguntó.
Un rubor cubrió sus apuestos rasgos, haciéndolo aún más sexy.
Antes de que Fain abriera la boca, el capitán Venik respondió.
―Mi padre liberó a la dama de su anterior e inmerecido dueño. Ya que Hauk era
parte de la toma de manifiesto original, mi padre se la ofreció a Hauk y una pequeña
tripulación para que la dirigiera hasta que reuniera el precio de la nave y su libertad.
¿Kareem acababa de decir lo que había creído entender?
―¿Manifiesto? ¿Como parte de la carga?
Ella no se perdió el dolor en los ojos de Fain mientras sus manos iban sobre los ajustes.
―Fui reclutado a la fuerza, por un tiempo.
Su estómago se contrajo con una simpatía que no quería sentir.
―¿Reclutado cómo?
¿Había sido un esclavo?
Finalmente, Fain se volvió hacia ella. Su dura y feroz mirada era tan similar a una que
Talyn utilizaba cada vez que estaba furioso por algo que hizo que un escalofrío le recorriera
la espalda.
―No hablo sobre mi pasado.
Padre e hijo.
Jayne tenía razón. Eran mucho más parecidos de lo que deberían, ya que nunca se
habían conocido el uno al otro.
Antes de que pudiera responder, Talyn manifestó una mueca feroz ante las marcas de
la nave, y en particular a la bandera Tavali individual de Fain, o Canting como los Tavali la
llamaban, que era única de él y su nave.
―¿Has hecho muchas incursiones en territorio Andarion, Hauk?
―Algunas a lo largo de los años.
Un tic familiar empezó a palpitar en la mandíbula de Talyn.
―¿Tienes un caza negro clase-Zi con el mismo serial y Canting?
―Sí, ¿por qué? 56
―Sólo por curiosidad. ―Talyn se reprimió en sí mismo.
Fain se dio la vuelta para mirarle cuando una muy, muy mala sensación de temor lo
recorrió. Solamente se le ocurría una razón por la que Talyn conocería el Canting de su
nave y el número de serie del caza sin pararse mucho a pensar.
Por favor, dime que no lo hice…
―¿Por qué lo preguntas?
Talyn siguió sin responder. Solamente lanzó una mirada hacia su madre con los ojos
entrecerrados. Una que advirtió a Fain de dejar el tema.
La bilis le subió a la garganta. Antes de que su sentido común pudiera intervenir, Fain
hizo la pregunta que más le molestaba.
―Por favor, dime que nunca he luchado con mi propio hijo.
La furia volvió a los ojos de Galene mientras su cabeza se giraba hacia Talyn.
Haciendo una mueca, Talyn le maldijo en voz baja mientras se acunaba la frente con la
mano.
―¿Es él la rata bastarda que te derribó en tu último combate aéreo? ―No se perdió el
odio y la furia en el tono de ella.
―No, mamá ―dijo rápidamente―. Lo juro por los dioses, él no es el que me hizo
caer. Aquella vez no fue una sola nave o caza. Fue un ataque masivo.
El ceño de Fain se profundizó por el intercambio. Había algo más en todo esto.
―¿De qué habla ella?
―Nada ―dijo Talyn firmemente.
Galene no estaba dispuesta a dejarlo ir.
―Respóndeme, comandante. ¿Alguna vez te enfrentaste a él en batalla?
Talyn envió una mirada afilada hacia Kareem y Chayden antes de encontrar la de su
madre.
―¿Tengo que traer a Vari aquí para verificar mi reporte, ya que mi palabra,
obviamente, no es lo suficientemente buena para Su Altísima Santidad? Créeme, él sabe de
la que nos libramos ese día. Y quién me derribó. No fue Hauk. ―Talyn lo inspeccionó con
una sonrisa burlona―. Confía en mí, él no es tan buen piloto.
Ofendido hasta la esencia de su ser, Fain tragó saliva cuando se reunió con la
expresión llena de odio de Galene.
―Nunca habría disparado contra mi hijo… si lo hubiera sabido.
Chayden aspiró bruscamente.
―Oye... oye... espera un minuto. ¿El Martillo de Hierro es tu hijo? ¿De verdad?
―Se volvió en su asiento para mirar a Talyn―. ¿Eres el hijo de Hauk? ¿En serio?
Talyn dio a Fain una mirada dura.
57
―Solamente en lo biológico.
Chayden dejó escapar un silbido cuando se hizo cargo de la navegación.
―¿Puede alguien decir incomodo? Podríamos cortar la tensión con un cuchillo, pero la
hostilidad es tan espesa aquí, que creo que es una mala idea para introducir objetos
punzantes.
Sabiamente permaneciendo en silencio, Kareem asintió en acuerdo.
Fain no habló mientras la culpa le roía. Como Galene, tenía el mal presentimiento de
que Talyn estaba reteniendo información vital. Aunque porqué el muchacho le protegería
cuando lo odiaba tanto sobrepasaba su comprensión.
Tratando de no pensar en algo que no podía cambiar, se colocó el micrófono en el oído
y se puso en marcha.
Una vez que dejaron la atmósfera Andarion, cometió el error de mirar a Galene. El
odio en sus ojos blancos le encogió los testículos y le hizo sentir mal físicamente. Mierda, a
este ritmo, prácticamente estaría gateando de nuevo sobre su estómago, y si no dejaba de
mirarle con flagrante odio pronto, sería una hembra para el almuerzo.
Ni una sola vez había considerado el hecho de que mientras había dirigido a los
Tavali de Venik contra su antiguo planeta, podría estar luchando contra su propio hijo.
O Galene. Se suponía que debía haber ido a la escuela de medicina, como sus padres.
No tenía idea de lo que la había enviado a la milicia en su lugar. Especialmente teniendo en
cuenta su historia familiar con la armada Andarion y la purga que la ex Tadara había hecho
contra todo el linaje Batur para liquidarlos brutalmente. ¿Por qué Galene se había
arriesgado a hacer el servicio militar cuando la ex reina había deseado exterminar a toda su
línea de sangre?
Algo debía haber ido muy mal para ponerla en ese curso. Algo que había pasado por
alto.
Kareem inclinó la cabeza hacia Talyn.
―¿Cuánto tiempo has llevado el uniforme, Batur?
―Catorce años.
Fain se encogió ante un número que sin duda los habría puesto cara a cara bajo el
reinado de la tadara Eriadne.
―¿Cuántos como piloto?
Contuvo el aliento, aterrado por escuchar la respuesta de su hijo.
―Casi siete, en total.
Kareem frunció el ceño.
―¿Los primeros o los últimos?
58
―Primeros.
Doble mierda.
Sí, eso fue justo en el meollo de cuando Fain habría estado haciendo sus ataques más
fuertes en territorio Andarion. Era imposible saber cuántas veces había involucrado a Talyn
en la batalla.
Probablemente Galene, también.
―¿Qué te hizo dejarlo?
Antes de que Talyn pudiera responder, su nariz y el oído le comenzaron a sangrar.
Maldiciendo, se inclinó hacia delante y sacó un trapo del bolsillo para sostenerlo en su
contra.
Galene jadeó.
―¿Talyn?
Él suspiró por el tono preocupado de su madre.
―Estoy bien, comandante. No es nada ―Miró a Kareem―. Para responder a tu
pregunta, me retiraron por razones médicas después de mi última experiencia cercana a la
muerte. Aunque todavía puedo volar, a los médicos no les gusta lo que los cambios
repentinos de presión y velocidad de huida le hacen a mi cuerpo. En el espacio, estoy bien.
Es lo de alcanzar el espacio lo que me hace sangrar. ―Estudió la sangre en sus manos―.
Literalmente.
Galene miró a Fain con un odio ardiente que marchitó sus entrañas.
Él le devolvió la mirada. Justo cuando Fain empezaba a defenderse, Talyn puso su
mano sobre la de ella.
―Déjalo, mamá. El pasado es el pasado. Déjalo descansar. ―Talyn regresó a su
conversación con Kareem―. ¿Qué pasa contigo? ¿Cuánto tiempo llevas siendo Tavali?
―Tomé mi Canting y el juramento a los dieciocho años. Pero Braxen Venik es mi
padre biológico. Líder de la Nación Porturnum. ―Hizo un gesto con la barbilla hacia
Fain―. Él es también el padre de Fain.
Talyn arqueó una ceja ante eso.
―Padre Tavali ―explicó Fain―. Uno tiene que ser adoptado para usar nuestro
uniforme. No puedes simplemente levantar la bandera y proclamarte a ti mismo Tavali.
Cualquiera que sea tan estúpido es expulsado de nuestro acervo genético de inmediato. A
diferencia de otras nacionalidades, el Tavali es una ciudadanía que viene con la obligación.
Es un privilegio que se gana y se mantiene, no es un derecho de nacimiento.
Galene resopló.
―Dios mío, Fain, ¿cuántas veces has sido adoptado en tu vida?
Fain apretó los dientes por su tono maleducado. 59
Kareem se puso rígido.
―Debe mostrarle un poco de respeto. No hay muchos esclavos que tomarían un
disparo por sus propietarios como Hauk hizo por mi padre. Confía en mí, se ganó de sobra
su sitio en nuestra familia.
La mandíbula de Galene se aflojó.
―Por lo tanto, ¿no fuiste reclutado? ¿De verdad fuiste esclavizado?
Fain se estremeció por algo en que no le gustaba pensar o recordar. Y seguro que no
quería hablar de ello, sobre todo, no delante del hijo de Venik cuando Venik había sido uno
de sus propietarios, y todavía lo tenía atascado en el buche.
―Fue hace mucho tiempo… Venik me adoptó después de que le salvara la vida, sólo
porque sentía que podía confiar en mí. Cairie, hace unas semanas, después de que ayudara
a rescatar a su nieta. Honestamente, sin embargo, su adopción no era más que un FU a mi
verdadera madre.
Talyn se limpió la sangre de la oreja.
―¿Cómo es eso?
Fain comenzó a contestar que venía de cuando su padre había roto su compromiso
con Cairistiona al dormir con la madre de Fain la noche antes de que fueran a unirse
legalmente. Pero el instinto de conservación le contuvo de derramar estúpidamente eso de
su boca. Talyn sería el primero en señalar la ironía y que los actos desleales de traición
debían correr en la sangre de todos los machos Hauks.
―Rencor personal de cuando eran niños.
Galene ladeó la cabeza.
―¿Así que eres tú el Tavali que salvó a Tizirah Thia?
―No hace falta que estés tan sorprendida. He sido reconocido en la batalla de vez en
cuando. Y no lo hice solo.
Ella se enfadó ante eso.
―Vas a tener que perdonarme si no asocio automáticamente actos de heroísmo y
altruismo con tu nombre… dado nuestro pasado.
Fain sacudió la cabeza ante el desprecio que escuchó en su voz. El desprecio que le
cortó más profundo que cualquier otra cosa. No había manera de que fuera a ser capaz de
redimirse alguna vez con la muy hembra por la que debería haber muerto por proteger.
¿Cómo puedo siquiera hacer lo correcto? Simplemente no era posible.
Kareem se volvió en su asiento para mirar a Galene y a Talyn mientras Fain les
llevaba hacia el espacio profundo.
―Mira, sé que hay un poco de mal historial aquí, pero Fain es mi hermano y
los Tavali no son nada excepto fieles a los nuestros. Así que se los advierto ahora, si
quieren mantenerse sanos y felices en su nueva asignación, se guardaran el desdén 60
por el comandante Hauk antes de que aterricemos. Cualquier mierda contra Hauk es una
mierda contra un Venik, y no quieren decir nada negativo de mi familia en nuestra sede.
No les irá nada bien.
Galene se burló.
―Los Tavali no me asustan. Nunca. Pero no te preocupes. Tu amado hermano está a
salvo de cualquier daño en lo que a mí respecta. Tengo la intención de evitarle como
cualquier criatura sensible evitaría una ETS contagiosa.
Excelente. Justo lo que siempre había querido ser. Una enfermedad de transmisión
sexual para la única mujer que alguna vez había poseído su corazón. Mamá y papá, estarían
tan orgullosos.
Pero había una cosa que tenía que dejar claro.
―Y yo tengo que advertirte, Kareem. Mientras ellos estén aquí, los Baturs están bajo
mi protección y deben ser dejados en paz. Cualquier Tavali que les joda conseguirá el peor
final de mí. Eso incluye a tu padre.

***
Tan pronto como se acoplaron a la estación Tavali, Fain vio a Braxen Venik esperando
para darles la bienvenida, con todo un escuadrón de soldados del Cuerpo Hadean como su
escolta. Los del Cuerpo Hadean eran las fuerzas especiales Tavali y su versión de unidad
de policía táctica altamente capacitada. Tenían que serlo ya que la Tavali era un grupo muy
duro y bien entrenado que vivía para luchar y jugar rudo.
Alto y feroz, Brax era mitad Andarion, pero se veía sobre todo humano con sus ojos
oscuros, igual que Kareem. Solamente sus colmillos alargados traicionaban su herencia
Andarion, y esa poca biología Andarion le había costado muy caro al macho, y dejado a
Brax un amargo resentimiento hacia toda la raza Andarion. Por eso Brax había odiado a
Fain la primera vez que se encontraron.
El porqué, a pesar de que Fain había sido un esclavo atado por los humanos, Venik lo
había sacado a rastras de la nave, la que entonces se llamaba Cerulean Escapades, por el
cabello, y le disparó a ambas rodillas, mientras había estado encadenado e incapaz de
protegerse a sí mismo.
Venik habría hecho más, pero el fuego y el veneno en Fain que se negaba a rogar o ser
dominado por nadie ni por nada habían detenido al Tavali.
La única respuesta de Fain al asalto había sido encontrar la mirada de Venik y
reír.
―El dolor puedo aceptarlo, viejo. Da tu mejor tiro, y más te vale asegurarte de
que muera. Porque si me suelto, voy a arrancarte las tripas y estrangularte con ellas. 61
Te lo prometo.
Esas gruñidas palabras hostiles se habían ganado al pirata y le hizo respetar el hecho
de que Fain era más guerrero de lo que Venik era.
Sin embargo, la expresión del rostro de Brax, decía hoy que algo malo se estaba
gestando. El macho estaba furioso y quería sangre.
Sintiendo curiosidad por lo que había causado su mal humor, Fain abandonó la nave
primero.
Tan pronto como Fain estuvo lo suficientemente cerca, Brax lo abrazó como a un
hermano antes de estrechar su mirada oscura hacia los veintidós Andarions que iban con
ellos.
―He oído que te dispararon a tu llegada. ¿Deberíamos devolverles el favor?
―¡No! ―dijo Fain rápidamente―. Dos de ellos son mi familia.
Brax arqueó una ceja.
―Por lo que recuerdo, tu familia te repudió. Dejándote para morir.
―No estos dos. Y es complicado. Solamente quiero que sean tratados con respeto.
Brax asintió lentamente.
―Haré que corra la voz. ―Se acercó a Galene―. ¿Comandante Batur?
Ella vaciló al ver un destello de sus colmillos.
―¿Eres parte Andarion?
―Mi padre. Mi madre era una guerrera Qill, igual que mi esposa. ―Frunció el ceño
cuando vio a Talyn acercarse a ellos. Una mirada de complicidad a Fain le hizo saber que
Brax ya había deducido su relación con Fain y por qué era complicada―. Otro comandante
Batur en la mezcla. ―Se tomó un momento para estudiar a Talyn―. No serás el Talyn
Batur, ¿verdad?
―Lo soy.
Él extendió la mano en señal de amistad.
―Encantado de conocerte, Martillo.
―Igualmente, capitán Venik. ―Hubo un frío quebradizo subyacente en la voz de
Talyn.
Su amabilidad evaporándose, Brax frunció los labios en cuanto vio a Chayden
desembarcar y dirigirse a ellos. Sin una palabra de saludo, giró y se alejó con sus hombres.
Chayden sonrió ampliamente al detenerse a su lado.
―Mírame, haciendo amigos donde quiera que voy. ―Levantando la nariz,
olfateó el aire―. Puedes oler la feliz bienvenida… oh espera, alguien necesita un
baño. ―Dio una palmada a Fain en la espalda―. Oh sí, ¡ese también soy yo!
Galene lanzó una mirada burlona hacia Fain. 62

―Chayden tiene gran trauma cerebral. Creo que su hermana debió haberle
abofeteado demasiado duro cuando era joven.
Riéndose con buen humor, Chayden le guiñó un ojo.
―Venik odia a mi padre Tavali, Gadgehe Hinto. Es una vieja enemistad a muerte
entre ellos. Lo que significa que puedo irritar al gran líder Porturnum con impunidad. Es
estupendo. ―Miró a Fain y sonrió antes de hablarle a Galene―. Y si quieres que yo sacuda
su jaula, simplemente grita hacia tu muchacho y lo haré. Vivo para hacer feliz a las hembras
hermosas.
Galene sonrió.
―Gracias, Chayden. Puede que te tome la palabra.
Mostrando sus hoyuelos, Chayden chasqueó los dientes.
―Por cierto, probablemente deberíamos decirte que Venik no es un capitán. Su rango
es técnicamente el de alto almirante y presidium Tavali.
Talyn le dirigió una mirada sin emociones.
―Lo sé. Lo hice para molestarle.
Chayden dejó escapar una baja risa insidiosa mientras palmeaba a Talyn en el brazo.
―Tú y yo, Martillo, vamos a ser buenos amigos. Puedo decirlo.
Desde el otro lado de la bahía, Brax indicó a Fain que se alejara para hablar con él,
mientras que un pequeño grupo de mujeres Tavali se adelantaron para mostrar a Galene,
Talyn, y sus soldados, sus aposentos.
Talyn llevó el equipaje de su madre a través de pasillos impresionantemente limpios y
modernos hacia sus habitaciones.
Después de lo que parecieron kilómetros de senderismo, las mujeres Tavali finalmente
les mostraron el corredor bunker donde sus habitaciones estaban alineadas como celdas de
la prisión.
Con una sonrisa, la mujer más baja abrió la puerta más cercana.
―Para usted, primer comandante.
Galene arrugó su rostro ante los cuartos pequeños y estrechos que habían reservado
para su grupo. Realmente parecían celdas de prisión. No era sólo el pasillo. Incluso tenían
ese peculiar olor institucional a antiséptico.
―¿No hay nada mejor que esto? ―le preguntó a la hembra Tavali más cercana a ella.
Esta se encogió de hombros.
―Es donde siempre ponemos a nuestros invitados especiales. Lamento que no
alce los altos estándares de su majestad.
Talyn atrapó a Galene cuando empezó a dirigirse hacia la mujer.
―Está bien, comandante. Me quedo con el más pequeño. ―Lanzó una mirada 63
feroz hacia la mujer que les había traído aquí―. Denles a nuestras hembras las habitaciones
más grandes. Si hay alguna.
La mujer dio un paso atrás para dejar que Talyn entrara en su “armario”.
Galene quería llorar los miserables aposentos. Sabía que los Tavali tenían alojamientos
mejores que esto, no había manera de que hicieran dormir a su tripulación en algo tan
horrible, pero la Tavali y Andaria tenían una larga y fea historia de guerras entre ellos.
Obviamente, este era su pequeña manera de vengarse de sus antiguos enemigos, a
pesar de que estaban aquí para ayudarles y ser aliados.
Algo que resultó ser más que evidente cuando entró en su sofocante habitación
caliente. Sin decir una palabra, dejó la lona en el pequeño catre. Por desgracia, era mejor
que la que Talyn había escogido. Por lo menos podía darse la vuelta sin chocar con nada.
Disgustada, recogió su enlace para llamarle.
―Hola, mi tana. ¿Quieres intercambiar habitaciones? La mía es un poco más grande y
tú eres mucho más grande que yo.
―Está bien, mamá. Tuve una cama más pequeña en las barracas generales. Por lo
menos tiene su propio baño. Puedo manejarlo.
Puedo manejarlo. Su corazón se rompió ante su frase más común con ella después de la
palabra “bien”.
―Siempre mi valiente soldado. Te quiero, Talyn.
―Igualmente.
Galene colgó y comenzó a desempacar, sólo para descubrir que no había ningún lugar
para almacenar sus cosas. Ni siquiera un armario o mesita de noche. Enfurecida, justó había
dejado caer su petate en la estrecha mesa cuando Fain envió un mensaje de un mapa de las
instalaciones e instrucciones sobre dónde se encontraba su centro de mando, así como su
oficina.
Disgustada con todos los Tavali en general y Fain en particular, ella se negó a
devolver el mensaje. Condenado bastardo. Probablemente él era la razón por la que estaban
siendo alojados allí.
Intentando no pensar en ello, fue al baño a refrescarse.

***

Fain frunció el ceño mientras esperaba y esperaba la respuesta de Galene.


Cuando ella no respondió, rastreó su ubicación.
No… eso tenía que ser un error.
Alguien está jodiendo conmigo.
64
Suponiendo que estaban siendo torturados y en realidad no establecidos en ese lado
de la base, terminó sus informes para Nyk y los registros de Brax antes de dirigirse a los
números de las habitaciones asignadas a Galene y su equipo.
Al momento en que abrió la puerta y vio el agujero del tamaño de un armario estrecho
que era su habitación, quiso sangre.
¡Era una absoluta mierda!
Dio un paso atrás al mismo tiempo que la puerta del baño se abrió.
No era Galene.
Vestido sólo con una toalla mientras se secaba el cabello con otra, Talyn salió y le
miró.
―¿Es que no sabes llamar a la puta puerta?
―Creía que era la habitación de tu madre.
Bajando la toalla en su mano, Talyn arqueó una ceja ante eso y le lanzó una mirada
fulminante.
―¿Estás intentando enojarme? ¿O se trata de un talento natural que posees?
―Al parecer, es una habilidad innata en lo que a ti concierne.
Su pobre intento de humor no resolvió nada de la tensión de la habitación. En todo
caso, la empeoró.
Fain suspiró ante su otro talento en bruto; convertir una mala situación en una
situación fatal. Nunca había sido bueno en lo de calmar las cosas. Sólo volarlas.
―Ya que te tengo a solas por un minuto, ¿puedo hacerte una pregunta?
―Sí. Eres un idiota. Hice una encuesta y todos están de acuerdo. ―Talyn no perdió el
ritmo o mostró el más mínimo rastro de una sonrisa. Su respuesta fue totalmente
inexpresiva.
Fain habría estado más enfadado si no hubiera sido algo que él le habría dicho a
alguien que odiaba, si alguna vez hubiese pensado en eso.
Talyn colgó la toalla alrededor de su cuello y la sostuvo con ambas manos mientras se
apoyaba en la puerta del baño para vigilarle.
―¿Vas a preguntar, o vas a quedarte ahí mirándome como un pervertido?
Maldita sea, el chico tenía demasiado de él en su ADN. Pobre Galene que tenía que
aguantarle.
―La forma en qué has mirado antes a Venik. ¿A qué ha venido?
―Era tan lindo y esponjoso, no pude evitarlo.
Fain puso los ojos en blanco. Maldita sea, ese nivel de mala actitud debía estar
cableado en todo el ADN Hauk.
―Los dos tienen un pasado. Ya que se supone que estamos trabajando juntos
y yo soy el idiota suertudo asignado a este desastre, no quiero que me sorprenda la 65
mala sangre. ¿Cuál es el trato entre los dos?
Talyn dejó escapar un largo suspiro molesto antes de responder.
―Simplemente me pareció divertido que el bastardo no recordara haberme visto hace
nueve años cuando me apuntó con un blaster a la cabeza y amenazó con apretar el gatillo.
Hace nueve años…
Los ojos de Fain se ampliaron al recordar la primera y única vez que los Andarions se
habían infiltrado en esta estación y enfurecido a Venik hasta el punto del asesinato. El
Tavali había estado refugiando Eriadne eton Anatole durante la guerra civil Andarion que
sólo había terminado cuando Cairistiona fue coronada y su madre depuesta.
―¿Fuiste parte de la fuerza de ataque Andarion que vino aquí para recuperar a la
antigua tadara?
―Yo era el comandante. ―Talyn se trasladó a la cama para vestirse.
―¿Por qué no se lo has dicho a tu madre?
Él fulminó a Fain con la mirada.
―¿Para qué? Ella necesita tener la cabeza clara para dirigir. Es mi carga para llevar.
No de ella. Ya tiene suficiente a qué hacer frente. No necesita saber que Venik casi me mató.
Sobre todo porque él ni siquiera lo recuerda.
Mientras Fain le observaba revolver en su bolsa de lona, se dio cuenta de algo más
peculiar sobre su hijo.
Sin decir palabra, tomó la mano de Talyn en la suya y frunció el ceño al ver la banda
de tatuaje que Talyn tenía alrededor de su dedo de unificación. Escrito en Andarion estaban
las palabras “Para siempre de Felicia”.
Debido a que Talyn no podía casarse legalmente o incluso comprar o usar un anillo de
boda, o portar el blasón de la familia de Felicia en ninguna forma, Talyn debía habérselo
hecho como una manera de honrar públicamente a su hembra. De mostrar al universo que
estaba comprometido con ella.
Que se jodan las leyes.
Siempre desafiante. Ese tatuaje en particular era un paso audaz en Andaria, donde
Talyn podría ser arrestado por eso si le atrapaba el funcionario equivocado, y que estuviese
de un particular humor de mierda.
Gruñéndole, Talyn apartó la mano de la suya.
Fain dio un paso atrás y su mirada cayó a la foto en la cama de una hermosa hembra
Andarion, sentada detrás de un escritorio blanco con la barbilla apoyada en una
mano mientras le sonreía dulcemente al fotógrafo.
―¿Felicia?
―No es asunto tuyo, viejo. ―Talyn guardó la foto en la bolsa, pero Fain no se 66
perdió el cuidado con el que lo hizo para protegerla de cualquier daño.
Al darse cuenta de que todo lo que decía o hacía solamente aumentaba el enfado de su
hijo, Fain abrió la puerta para salir. Pero mientras lo hacía, sintió la diferencia de veinte
grados entre el pasillo y la temperatura sofocante de la habitación de Talyn.
―¿Por qué hace tanto calor aquí?
―El aire acondicionado está roto.
―¿Lo has reportado?
Talyn le dio una mirada divertida.
―No. Vivo por el calor sofocante. En casa, tendría que pagar unos buenos créditos
por un sauna de este extremo.
Él ignoró el goteante sarcasmo.
―¿Qué dijeron?
―Que estoy en la lista. Vendrán cuando tengan tiempo. Ahora, si no te importa, ya te
he dado un espectáculo gratuito. Ese es mi límite y no hay suficiente espacio aquí para
vestirme contigo encima.
No, no lo había.
Furioso con sus compañeros Tavali, Fain salió y sacó su enlace. Llamó al Centro de
Soporte de la Estación y preguntó por los encantadores alojamientos Andarion, y fue
recibido con risas de orgulloso.
―Sí, hemos puesto a los bastardos en los bloques de escoria.
La visión de Fain se ensombreció.
―Quiero que se muden a otro lado ―gruñó―. Inmediatamente. Están aquí para
ayudarnos, no sufrir bromas.
―¿Hablas en serio, Hauk?
―Muy en serio. Les quiero fuera de aquí más rápido de lo que puedes decir, culo, y
los Baturs deben tener alojamientos de la familia, con todas las instalaciones funcionando. Si
no es así, voy a hacerles una visita personal y meter mi pie en cada uno de sus culos, y
ninguno va a salir caminando de ese cuarto esta noche. ¿Me has entendido?
―Sí, señor.
―Bien. Tienes veinte minutos. Corre, imbécil. Rápido. ―Fain colgó y casi chocó con
Galene mientras ella se dirigía a la habitación de Talyn.
Por el instante más mínimo, él vio la forma en que ella solía mirarlo… como si
fuera su héroe.
―No hacía falta que lo hicieras.
El cuerpo de Fain reaccionó al instante a su presencia. Maldita sea. Todo lo que 67
quería era abrazarla de nuevo. Besar esos labios perfectos…
Pero le atacaría brutalmente si lo intentaba. Ya podía sentir la bofetada.
Se aclaró la garganta, intentando ignorar cuánto la amaba todavía. Pero incluso era
más duro de lo que estaba su cuerpo.
―No les he traído aquí para ser abusados. Y no pienso dejar a Talyn en una sofocante
celda tan pequeña que no tiene suficiente espacio para cambiar de opinión.
Ella inclinó la cabeza hacia él.
―Gracias por cuidar de mi bebé.
Fain se atragantó con su dolor ante el hecho de que le negara el honor de reclamar a
Talyn como suyo. Pero por otra parte, ¿qué podía esperar realmente?
Talyn tenía razón. Lo único que había hecho era donar algo de ADN. No había estado
para ninguno de ellos ni una sola vez.
Y eso era lo que más dolía de todo.
―Si quieres, te puedo mostrar los nuevos cuarteles. ¿Ayudarte a llevar tus cosas?
―Hizo un gesto hacia la habitación de Talyn―. Se estaba vistiendo cuando le he dejado
hace un segundo.
Sacó su enlace y envió un mensaje a Talyn. Tras una breve pausa, un rubor tiñó sus
mejillas.
―Se está reportando con Felicia. Tienen tan poco tiempo juntos, que trato de no
entrometerme. ―Se mordió el labio, como lo hacía cuando era niña, guardó el enlace y se
dirigió hacia su habitación con la arrogancia militar más sexy que ningún soldado había
poseído jamás.
Ahora ese era el culo más dulce en el que había posado los ojos o las manos. Y prendió
fuego a cada parte de él. Pero por otra parte, Galene siempre le había hecho la boca agua.
Siempre le hizo apreciar el perfil de su cuerpo...
Sabiendo que no debía seguir con esos pensamientos, Fain tuvo que acelerar su paso
para alcanzarla. Su Stormy siempre se había movido hacia adelante, a toda velocidad. Con
propósito.
Buscó en su mente algo para distraerse de la erección que le estaba matando.
―Así que… ¿Apruebas a la hembra de Talyn?
Ella se detuvo y abrió la puerta de su habitación.
―¿Importaría si no lo hiciera?
Con la actitud desafiante de Talyn, en realidad no.
Fain maldijo al mirar más allá de ella y ver la celda insignificante que le habían
asignado. Aunque su habitación era un poco más grande que la de Talyn, todavía 68
era un agujero. Esto era ridículo y le daba ganas de sacarles la mierda a todos los que
habían tenido algo que ver. Esto en cuanto a la hospitalidad Tavali y no sirvió de nada que
le recordara a sus primeros días bajo sus órdenes cuando había sido un esclavo, o lo que los
Tavali se referían sarcásticamente como escoria, la clase más baja de su sociedad que era el
equivalente Tavali de un Andarion carente de Dote.
Sí, esos eran recuerdos que preferiría no tener. Los Tavali podían ser tan crueles y
desagradables como cualquier otro en el universo. Especialmente los Andarions.
―Lo siento mucho. ―Fain cogió la lona del pequeño escritorio―. ¿Esto es todo?
―Sí.
Él levantó su equipo.
―Entonces sígueme.
Galene hizo todo lo posible para no fijarse en lo increíblemente sexy que se movía
Fain cuando le obedeció de mala gana. Sinceramente, era enorme y devastador, y odiaba
cuán desesperadamente reaccionaba su cuerpo a su presencia. Cuánto aún sufría por él, a
pesar de lo que le había hecho.
Desearía odiarte.
No, tenía que odiarle. Pero él no se lo ponía fácil, sobre todo cuando estaba siendo
amable. Igual que cuando eran niños. Era como se había ganado su amor desde el
principio. A diferencia de su hermano mayor, Fain nunca se había jactado de su patrimonio
o lo había usado para menospreciar a los que lo rodeaban.
Siempre fue respetuoso con los demás, incluso una vez le había dado su chaqueta del
uniforme a un compañero de estudios que había desgarrado la única que sus padres habían
sido capaces de pagarle. Porque era un War Hauk y se esperaba más de él que de los otros,
Fain había sido severamente castigado por los funcionarios de la escuela por no tener la
chaqueta del uniforme. Lo había aceptado con calma y nunca soltó una palabra a nadie de
lo que había hecho ni por qué. Simplemente había dicho que se la había quitado y que no
podía recordar dónde estaba.
Ella se enteró solamente porque lo había presenciado desde lejos.
Y había soportado cosas mucho peores de su padre, quien había esperado que se
volviera un oficial militar feroz en su orgullosa tradición familiar. Su madre, que le había
regañado constantemente por cualquier acto de bondad o caridad.
¡Eres un War Hauk, Fain! Por el amor de los dioses, recuérdalo. ¡Sólo los Tahrs mismos se
destacan por encima de ti en casta!
Pero Fain nunca se había preocupado por eso. Su corazón había sido
honorable y decente. Y aunque había sido tan feroz como cualquier macho
Andarion que había conocido alguna vez, siempre fue respetuoso y dulce con ella.
Podría haber rasgado en pedazos a todos los demás, pero en el momento en que
posaba sus ojos en ella, se calmaba en una tranquilizadora paz. 69
Como una lorina de batalla domesticada.
Mientras caminaban y caminaban, aminoró el ritmo.
―¿Debo preocuparme? ¿A dónde me llevas exactamente?
Él esbozó una sonrisa encantadora.
―Al ala de la estación donde ponemos a las criaturas que nos gustan de verdad. A tu
guardia y a ti les asignaron los cuarteles de las escorias.
―¿Por órdenes de tu padre?
Su sonrisa se desvaneció, abrió una puerta y suspiró.
―Me gustaría decir que no, pero teniendo en cuenta lo que sé de Venik, no me
sorprendería. No es exactamente aficionado a los Andarions. La última vez que estuvieron
aquí, hicieron estallar la mitad de su estación.
―¿Y aun así te adoptó?
―¿Qué puedo decir? Soy irresistiblemente suave y esponjoso.
Ella resopló mientras pasaba a su lado, para congelarse ante la opulencia de la suite.
―¿Esto es… correcto?
Él asintió y dejó su bolsa en el suelo cerca de un sofá de cuero.
―De hecho lo es. Si no te gusta…
―No ―dijo rápidamente, temiendo que la devolviera al lado desagradable del que
acababan de venir―. Es muy bonita. Gracias.
Él inclinó la cabeza hacia ella.
―Voy a hacer que Talyn tenga la habitación adyacente a ésta. ―Hizo un gesto hacia
una puerta a su derecha―. Se puede abrir la puerta entre sus cuartos. Eso debería
mantenerlo en línea con su restricción de los cuarteles.
La tristeza la mordió con fuerza ante el recordatorio.
―Gracias. Lo último que quiero es que pierda el rango. Otra vez. Ya ha trabajado y
sufrido bastante.
Fain abrió la boca para hablar un instante antes de que sonara una alarma a todo
volumen.
Galene frunció el ceño al altísimo y muy desagradable ruido.
―¿Qué es eso?
―Estamos bajo ataque.
Todo el color desapareció de su rostro. Por un momento, Fain pensó que iba a
desmayarse cuando se apoyó en la pared para recuperar el equilibrio.
Preocupado por ella, cerró la distancia entre ellos.
―¿Stormy?
70
Ni siquiera reaccionó a su antiguo apodo. En cambio, agarró la parte delantera de su
traje de combate en dos puños desesperados. Las lágrimas nadaban en sus pálidos ojos
cuando le miró.
―No dejes que mi Talyn vuele. ¡Él se queda en tierra!
Él frunció el ceño por su comportamiento inusual.
―Lo intentaré.
―No. ―Se atragantó, sacudiendo la cabeza mientras se apretaba contra él. Su
respiración era dificultosa y asustada por algo que él no podía comprender. Nunca la había
visto así antes―. No puedes… y-y-yo no puedo… ¡Talyn tiene que quedarse aquí! En tierra.
¿Lo entiendes? En la estación. ¡Me oyes! ―Estaba histérica―. Él no puede volar a una
batalla. ¡No otra vez! ¡Nunca… nunca!
―Shh, Galene. Todo está bien. ―Fain la atrajo hacia él y la abrazó. Ella estaba
literalmente temblando como un niño―. No voy a dejar que le hagan daño a tu hijo. Lo
juro.
Y aún sollozaba histéricamente.
¿Qué demonios le había pasado a Talyn?
Su brazalete zumbó en advertencia, invitándola a tomar el mando de la batalla. Con la
respiración entrecortada, ella dio un paso atrás para silenciarlo.
―Me tengo que ir. ―Cuando lo miró a los ojos, vio el terror en las profundidades de
su alma―. Él es todo lo que tengo en este universo, Fain. Por favor, ¡no dejes que vuele en
un ataque de nuevo! ¡Por favor! Mantenlo en tierra. Haz lo que sea necesario.
¿Qué quería que hiciera? ¿Dispararle al chico? Tenía la sensación de que era la única
manera de detener a Talyn de hacer lo que quisiera, y teniendo en cuenta el tamaño y el
factor-rabia de su hijo, eso probablemente sólo le enfadaría más.
―Eres su comandante. Ordénale que se quede.
Ella resopló ante eso.
―Él es demasiado parecido a su padre. ―Le miró con odio.
Limpiándose los ojos, se recompuso y corrió a su puesto en el centro de mando.
Dividido entre su deber de proteger la estación, y la necesidad de asegurarse de que
ella estaba bien, él corrió hacia el hangar donde estaba atracado su caza.
Con la esperanza de acabar antes de meterse en problemas con su hijo, estaba a medio
camino de su caza cuando Talyn y diez de los guardias Andarion se reunieron con él.
Mierda. Fain cerró los ojos y apretó los dientes por el mal momento.
Por supuesto, Talyn se dirigió directamente hacia él. Porque, sí, ese era el tipo
de suerte que tenía.
―Si tienes naves, podemos ayudar.
71
Condenadamente impresionante. O enfurecía a su hijo o a la mujer que llevaba su
corazón en un puño implacable.
Estás tan jodido, Hauk.
Talyn se burló de su vacilación, malinterpretando la razón.
―Nosotros no vamos a ir por las gargantas de ustedes, viejo. Hemos venido a
defender esta estación. Somos aliados que entienden que una amenaza contra uno es una
amenaza para todos. Somos Andarion. No está en nosotros quedarnos sentados durante
una pelea. Ninguno de mis soldados derribará un caza Tavali.
―No es eso lo que estaba pensando. Simplemente estaba considerando el gran
número de partes del cuerpo que voy a tener que fortalecer contra disparos si tu madre te
atrapa en una cabina Tavali.
La más mínima diversión torció los labios de Talyn.
―Ella no te hará daño por esto. Si patea a alguien, será a mí.
Sí, claro. No después de lo que acababa de presenciar. Serían sus bolas las que querría
en una bandeja de titanio.
―¿Qué pasa con las órdenes del médico? ―Esa parecía la única excusa que Talyn se
podría tragar.
―No vamos a despegar de un planeta. La fuerza G de un tubo de lanzamiento no me
hará daño. No es nada como la velocidad de escape.
Cierto, pero…
Fain miró a los Andarions que rodeaban a Talyn, esperando órdenes. Si retenía a
Talyn y los dejaba ir a ellos, sería impugnar su autoridad sobre sus soldados. Le haría lucir
débil e ineficaz. En Andaria, esa era la peor clase de insulto a un comandante.
Ella me va a castrar.
Pero no se atrevía a hacerle daño a Talyn o a su reputación.
Sabiendo que estaba jodido, Fain señaló con la barbilla hacia su caza personal que era
más rápido y más maniobrable que la mayoría.
―Tiene el depósito lleno y está lista para despegar. Asignaré naves a los demás. ¿Cuál
es tu sigla de identificación?
―Marca de Víbora.
Horrorizado, Fain se quedó inmóvil ante el último nombre que había esperado oír. La
razón principal era que había pensado que Víbora llevaba mucho tiempo muerto.
Esa sensación de malestar familiar le revolvió las entrañas.
―¿Víbora-Ichi?
Una sonrisa sarcástica jugueteó en los bordes de la boca de Talyn antes de
72
responder.
―Sí… es bueno conocerte finalmente, Burbuja.
Minsid infierno. Su hijo era el archienemigo al que una vez le había puesto una
recompensa feroz con los Tavali. Se habían enfrentado muchas, muchas veces en batalla.
Hasta hace unos siete años, cuando el Porturnum, bajo la dirección de Fain y su
mando directo, habían emboscado a Víbora y le habían llevado a uno de los peores tiroteos
en los que Fain jamás había estado.
Ahora comprendía por qué Galene se había desmoronado en la forma en que lo hizo.
Ellos le habían disparado a la nave de Talyn con un arma que Darling había diseñado
específicamente para la trampa que ellos habían tendido. Cómo diablos Talyn había
sobrevivido, sólo los dioses lo sabían. Nada excepto fragmentos genéticos debieron haber
quedado de él.
Eso por sí solo indicaba el nivel superior de las habilidades como piloto de su hijo.
Talyn se inclinó para susurrarle al oído.
―No te preocupes, viejo. Nunca le he dicho quién me derribó. Soy Andarion. No
guardo rencores en la guerra. Somos soldados. Sabemos cuando nos ponemos el uniforme
lo que estamos arriesgando. ―Talyn dio un paso atrás y se volvió hacia el joven mayor que
se le había acercado en la Strom Dancer―. Segador, estás conmigo. Sin heroísmos.
Segador. El otro piloto al que Fain se había empeñado en enviar con su creador.
Y era solamente un chico ahora. Debió haber sido un niño en ese tiroteo.
El dolor le golpeó con fuerza cuando observó el paso irregular de Talyn mientras su
hijo se dirigía al caza que Fain había estado pilotando cuando había agredido brutalmente a
Talyn y sin duda provocado su cojera.
¿Lo peor? Él había querido matarlo ese día.
En ese momento, Fain deseó que Galene le hubiera disparado en la cabeza a su
llegada. Lo que fuera para salvarle de este dolor y el conocimiento.
¿Cómo pude haber hecho daño a mi propio hijo?
Disgustado consigo mismo, se dirigía hacia el caza de Dancer cuando oyó que alguien
dejó escapar un silbido estridente.
―¡Mira ese caminar, Bebé Sexy T!
Talyn se detuvo a medio paso.
Por primera vez, Fain vio al chico sonreír de verdad al oír la voz de Morrtalah
Deathblade.
―¡Morra!
Tan pronto como ella le alcanzó, Talyn le dio a la extremadamente pequeña
hembra un fuerte abrazo.
La Phrixian de piel verde era tan pequeña, que parecía una muñeca de juguete
73
entre los enormes brazos de Talyn. Ella hundió la mano en sus trenzas y le besó la mejilla
antes de liberarlos finalmente.
Con el ceño fruncido, Talyn miró alrededor de la bahía.
―¿Dónde está Qory?
―Aún de camino a la base. Llegará en unos pocos días más. ―Ella tiró del traje de
batalla Andarion de Talyn―. No te preocupes, precioso. Me aseguraré de mantener ese
lindo trasero tuyo intacto para Lish y tu mamá.
Fain observaba el modo fácil con que la Phrixian interactuaba con su hijo mientras
cruzaban la bahía hacia sus cazas. Incluso se aferró al meñique de Talyn y meció su brazo
mientras caminaban. Envidiaba esa amistad casual. La capacidad de hacer que los severos
rasgos de Talyn se suavizaran ligeramente mientras bromeaban. Era obvio que ella le
gustaba mucho a Talyn.
Suspirando con pesar, mostró a los Andarions las naves antes de subir al caza de
Dancer, que había sido entregado unos días antes cuando su hermano había accedido a
quedarse aquí y ayudarle a instalarse de nuevo.
Cuando Fain llamó para que despejaran la pista, se dio cuenta de que Galene había
tomado el control de la batalla. El sonido de su voz de fondo le hizo cosas extrañas a su
respiración. Su voz era más profunda que la de la mayoría de las hembras. Y siempre le
había gustado dar órdenes a todo el mundo. Había llevado a sus hermanos a la locura. Su
hermano mayor se enfurecía cuando estaba cerca. Keris no podía soportarlo y se había
quejado cada vez que Galene les había visitado.
Extrañamente, a Fain nunca le había importado. Siempre le había gustado que fuera
tan abierta y verbal sobre sus necesidades y deseos. No tenía que adivinar con ella. Sin
juegos.
Y como evidenciaba el agujero en su pecho, no se andaba con rodeos. Con ella,
siempre había sabido exactamente donde estaba. Tengo que ser un bastardo enfermo para
encontrar eso encantador. Sin embargo, lo hacía. Era una de sus mejores cualidades.
Como no quería pensar en eso, despegó con su escuadrón y realizó una búsqueda
rápida de la posición de Talyn. Su corazón se aceleró cuando se dio cuenta que su hijo ya
estaba en la parte más encarnizada del combate.
Por Dios, no era nada extraño que Galene hubiera sido tan insistente para que Talyn
permaneciera fuera de la batalla. ¿Se había lanzado a propósito al centro de ella? No había
otra explicación para la cantidad de golpes que el chico ya estaba llevando.
Sin pensarlo, Fain se dirigió directamente al lado de Talyn para intentar protegerle lo
mejor que podía. En este punto, los cazas de la Liga estaban por todas partes. Por
supuesto, era probable que la mayoría estuviera respondiendo al asalto que Venik
había hecho el día anterior a uno de sus puestos de avanzada. El líder Tavali estaba
utilizando esta guerra para su propio beneficio. Hasta ahora, a Fain no le había
importado. Pero al ver a su hijo escapando por un pelo de un disparo que le habría 74
matado si hubiera hecho contacto con su nave, le hizo sentir un resentimiento infernal por
ello. Especialmente cuando se dio cuenta de que ninguno de los hijos de Ven estaban en
esta lucha. Dos estaban escondidos en el centro de mando con Galene, y las hijas de Ven y
su tripulación estaban a salvo en el otro extremo de la galaxia. Ni siquiera Ven estaba aquí
afuera para pelear.
Eso era una mierda. Fain nunca había metido a nadie en una pelea en la que no
estuviera dispuesto a participar él mismo. Este era el movimiento de un político, y los War
Hauks eran todo lo contrario.
Algo que quedó demostrado más que la verdad al ver las habilidades de vuelo de
Talyn. Estaba al mismo tiempo orgulloso y horrorizado por lo rápido que su hijo
maniobraba en la batalla.
Solamente no salgas lastimado, chico. Galene definitivamente le cortaría las pelotas esta
vez.

***

Galene apretó los dientes mientras observaba las enormes explosiones en sus
pantallas de batalla. Había trescientos cazas Sentella-Tavali y once Andarions contra
quinientos pilotos de la Liga. Eso ya era lo suficientemente malo, pero esta era la primera
vez que Talyn estaba en una pelea directamente bajo su mando. Le estaba tomando todo lo
que tenía mantenerse atenta y enfocada. Y no gritar de terror cada vez que alguien se
acercaba a él.
¡Podría matarlo tanto a él como a Fain por esto!
Y esta era exactamente la razón por la que no había asistido ni una sola vez a un
combate del Ring en el que su hijo había participado. No podía soportarlo. No después de
ver las brutales peleas de las que Fain apenas había podido alejarse caminado cuando era
un niño. Incluso ahora, podía oír a su madre reprenderlo por mostrar misericordia por no
matar a todos los rivales a los que se había enfrentado en el Ring.
―Eres una vergüenza para tu linaje, Fain. Keris no habría permitido que un cobarde viviera
después de ese lamentable espectáculo.
Mirándola con absoluto desafío, Fain había escupido su ensangrentado protector de
colmillos. Su respuesta a sus condenas siempre había sido la misma.
―Y Keris no es un campeón del Ring, matarra. Yo lo soy.
Ahora, cuando Galene vio de nuevo a Fain pelear, fue consumida por el puro terror
mientras él maniobraba para tomar una explosión que estaba dirigida a Talyn. Un
disparo que dejó muerto el caza de Fain.
No quiero que me importe. Y no lo hacía.
Sin embargo… 75
Estaba tan asustada y nerviosa viendo a Fain como lo estaba por Talyn.
Por favor que esté bien. No quería verle morir. Pero la lucha era brutal. Mecánicamente
y de memoria, gritó órdenes y secuencias mientras intentaba contenerse de hacerlo
personal. Tanto Fain como Talyn eran guerreros extremadamente competentes,
dependiendo de que ella se mantuviera racional y fría. Tratarles de forma diferente sería un
insulto para las habilidades de ambos. Y podría conseguir que los mataran.
Pero cuando vio a un grupo de cazas caer sobre Fain, todo su cuerpo se congeló del
susto. ¿Lo peor? Talyn voló directamente al centro de la misma para ayudar a su padre.

***

Fain maldijo cuando sus controles tuvieron un cortocircuito por todos los disparos
que le habían alcanzado. Reinició el sistema de focalización, hacerlo durante una batalla no
era la idea más brillante, pero no tenía elección. Ya no funcionaba nada. Estaba dando
tumbos, su cabeza y su cuerpo rebotaban por toda la cabina. Aunque sus controles iban y
venían, sus escudos seguían aguantando. Sin embargo, no durarían mucho más sin que se
formara alguna grieta y lo dejara con el culo en las manos.
Justo cuando sus sistemas regresaban a la vida, una alarma sonó, haciéndole saber que
estaba a punto de recibir un disparo. Apuntó a su atacante, pero se detuvo cuando se dio
cuenta que era Talyn.
La revancha es una perra.
Durante un minuto entero, no pudo respirar mientras miraba a su hijo y esperaba a
que disparara y pusiera fin a su vida.
Un instante después, Talyn de verdad le disparó.

76
El estallido del disparo de Talyn iluminó la oscuridad. Fain se preparó para el
impacto. Pero en lugar de golpear su nave, casi rozándolo, fue directamente hacia el caza
de la Liga que ni siquiera sabía que estaba allí.
Fain jadeó cuando se dio cuenta que Talyn acababa de salvar su vida. Sin su
conocimiento, el piloto de la Liga lo había tenido completamente bien muerto.
Observó a Talyn irse volando tras otro caza.
―Gracias por la ayuda, Víbora.
Talyn no dijo ni una palabra. No hasta que la pelea terminó y ambos volvieron a la
plataforma.
Fain se acercó a él para estrecharle la mano y agradecerle personalmente.
Con una mirada asesina, Talyn lo rozó al pasar. Luego se detuvo y se volvió.
Empujó su casco protector en el pecho de Fain tan duro que sin duda dejaría
un moretón.
―Solamente para que lo sepas, viejo. Si voy a matarte, lo haré cara a cara. 77
Guerrero-a-guerrero. Soy un Andarion, no un cobarde que lanza un golpe bajo contra
alguien que no puede defenderse cuando está bajo fuego y herido. ―Y con eso, Talyn se
dirigió del pasillo a sus habitaciones.
Herido y avergonzado a pesar de que sabía que se merecía el asalto verbal de Talyn,
Fain suspiró pesadamente. Debería estar acostumbrado a que su familia lo rechazara. Con
la excepción de Dancer, era todo lo que alguna vez había conocido. Y era la razón de que
fuera tan ferozmente protector con su hermano menor. Por eso, solamente Dancer, tenía su
plena confianza.
De todos modos, le partía el alma profundamente que hubiera decepcionado a su hijo.
Otra vez.
Todo lo que había deseado alguna vez era lo que los demás daban por sentado.
Amigo o de sangre que no se volviesen contra él y le hicieran sentirse como toda una
mierda por estar cerca de ellos. ¿Por qué era tan difícil estar cerca de los demás?
Al salir del hangar, encontró a Galene en el pasillo. Maldiciendo silenciosamente en su
cabeza, no podía esperar a escuchar lo que él había hecho para enojarla, también. Cuánto la
había decepcionado.
―¿Estás bien?
La preocupación en su voz lo sorprendió.
―Um, sí.
―¿Seguro de que no quieres ver a un médico? Llevaste un poco de fuego intenso.
Aterrorizado de la preocupación que escuchó en su voz, se detuvo en seco.
―¿Qué tipo de cambiaformas eres? ¿Qué has hecho con la comandante Batur?
Ella se rió ante su pregunta.
―Bien, idiota. No es como si realmente me importa. ―Con zancadas furiosas, salió
disparada tras Talyn.
―Bueno, simplemente estás enojando a todo el mundo hoy, ¿verdad?
Hizo una mueca hacia la asesina Hyshian mientras se le acercaba por detrás.
―No empieces conmigo, Jayne. No estoy de humor.
Ella levantó las manos en señal de rendición.
―Lo siento. ―Ladeó la cabeza para mirarlo con una intensidad inquietante―.
Entonces, ¿qué salió mal con ustedes dos, de todos modos? ¿De verdad amas tanto a
Omira?
Fain sacó el pequeño anillo de su dedo meñique y se lo entregó a Jayne. Todos,
incluyendo Dancer, suponían que era el de Omira, y nunca los había corregido ni
una sola vez. Pero la verdad fue que cuando Omira se había dado cuenta de a quién
le perteneció originalmente, la había impulsado a los brazos de un humano. Hasta
el día de hoy, podía escucharla maldiciéndolo por conservarlo, a pesar de que ni
una sola vez había engañado a su esposa. 78

Por lo menos no físicamente. Y había hecho todo lo posible para mantener su corazón
leal a Omira, también. No era su culpa que se hubiese negado a abandonar las manos de
Galene.
Cuando había dejado a Omira después de que él la hubiese sorprendido en la cama
con su ex, ese pequeño anillo y la ropa en su espalda, fueron las únicas posesiones que se
había llevado con él.
Supo el momento en que Jayne descifró la escritura Andarion en la banda. Sus ojos se
abrieron como platos y dejó escapar un jadeo de conmoción.
Sacudiendo la cabeza, suspiró.
―De tal palo, tal astilla. ―Le devolvió el anillo―. Tienes que mostrarle eso a Lena.
Lo regresó a donde había descansado en su mano desde que tenía dieciocho años. Era
todo lo que poseía por lo que lucharía o moriría por conservar, y muchos seres inteligentes
habían aprendido esa lección de la manera difícil.
―¿Por qué? ¿Así puede terminar de rasgar mi corazón? No, gracias. Les he hecho
suficiente daño a los dos. Lo mejor que puedo hacer es simplemente permanecer fuera de
su camino y dejar que ellos vivan como si yo no lo hiciera.
Jayne agarró su brazo cuando él comenzó a pasarla. Frunciendo el ceño, ella retiró su
mano para verla cubierta de sangre.
―¿Estás herido?
―No es la primera vez. No será la última. ―Pero cuando fue a pasarla, el suelo se
inclinó. Lo siguiente que supo fue que, esa perra fétida conocida como la gravedad se
levantó y lo abofeteó con fuerza en la cara.

***

Fain escuchó los monitores una fracción de segundo antes de que abriera los ojos y los
viera. Eso esperaba. Lo que nunca pensó ver fue a Galene sosteniendo su mano.
Tengo que estar muerto.
Hizo una mueca cuando ella estiró el brazo para llamar al médico.
―No te muevas, Fain. Tienes una lesión considerable en la cabeza.
Tiene que ser malo. Incluso Talyn estaba parado en la entrada y tuvo que moverse a
un lado para que entraran los médicos que llegaban y lo comprobaran.
Pero sinceramente, por tenerlos allí, con él, se quedaría con la lesión. Por un
pequeñísimo momento, se permitió fingir que realmente tenía una familia que lo
amaba.
Tenía una especie de hermandad con los Tavali, pero no era lo mismo que una
79
verdadera familia de sangre y él lo sabía. Al final del día, no llorarían verlo partir. No le
darían a su muerte mucho más que un penoso pensamiento pasajero.
La última vez que había sentido como si realmente pertenecía a alguien había estado
en brazos de Galene cuando eran niños.
Nunca desde entonces.
Incluso ahora, todavía podía ver su joven y tímido rostro cuando presionaba su
mejilla contra la suya y apretaba su cuerpo desnudo al de ella.
―Te amo, Fain. Solamente vivo para el día de nuestra unión, cuando todo el mundo
sabrá exactamente cuánto significas para mí. Gritaré por las calles. ¡Fain Hauk es mi marido
y lo amo más que a nada!
Riendo, él se había girado y tirado de su cuerpo sobre el suyo.
―Y yo tatuaré tu linaje Batur por todo mi brazo para que todo el mundo sepa que tú
significas más para mí incluso que mi propia herencia familiar venerada. Puede que sea un
War Hauk, pero es una Alada Batur quien me posee. En mente, cuerpo y alma. Para
siempre.
Fain bajó la mirada de su brazo izquierdo a la mano que Galene sostenía. El calor
ardió en sus mejillas.
Galene pasó su mano por el extenso tatuaje de los Batur que se entrelazaba en torno a
sus marcas Tavali antes de retroceder para permitir que el médico lo tratase. Se movió para
hablar en un susurro con Talyn, quien asintió, y luego se fue.
Fain escuchó hablar al médico Andarion, pero no le prestó atención. No mientras
estaba viendo a la única hembra que había poseído alguna vez su corazón.
Galene presionó sus labios mientras trataba de evaluar las emociones conflictivas que
Fain revolvía. Especialmente aquellas que la habían desgarrado con dentadas garras en el
momento en que había entrado en su habitación del hospital y visto específicamente su
linaje Batur entintado en tonos azules y negros cubriendo por completo su brazo izquierdo.
Del hombro a la muñeca.
Nada la había sorprendido más alguna vez. Ni siquiera la vez en que Talyn había
pintado sus paredes con su lápiz labial favorito y extremadamente caro cuando era un
bebé.
Fain no había llevado ese tatuaje la última vez que lo había visto desnudo.
No, había sido hecho mucho tiempo después de que se hubieran separado. Y podría
decir por la forma en que el tatuaje se había desvanecido que él no lo había hecho
hace poco tampoco. Había estado llevando su linaje consigo durante años.
¿Pero por qué? ¿Por qué habría marcado eso en su carne después de
abandonarla? Nada de esto tenía sentido.
80
¿Cómo podía no solo abandonarla sino también honrar su linaje?
Talyn le puso la mano en el hombro.
―¿Estás bien?
―No estoy segura. ―Miró hacia Fain―. Dime honestamente. ¿Qué opinas de tu
padre?
―Tú has azotado mi culo físicamente o verbalmente cada vez que he respondido a esa
pregunta. Lo creas o no, puedo aprender.
Ella resopló.
―No lo habías conocido en ese entonces. Ahora… ―Ella hizo un gesto hacia el macho
que quería no solo besar sino también matar.
Talyn dejó escapar un suspiro cansado.
―¿Qué quieres que te diga, matarra? Al igual que tu, todavía estoy muy furioso con él
por lo que nos hizo. Pero realmente no lo conozco lo suficiente como para opinar sobre sus
motivos o su honradez. Es un completo desconocido para mí.
Pero no era un desconocido para ella. Al menos no lo había sido, y en el fondo de su
mente, vio al valioso chico que una vez había amado.
Maldecido con un hermano mayor odioso y acosador, quien había estado poseído por
un grave problema de drogas y alcohol, Fain había pasado la mayor parte de su juventud
tratando de cubrir a Keris. O peor aún, haciendo todo lo posible para proteger a su
hermano más joven de todos aquellos quienes pensaban que Dancer no valía nada, y
debería haber sido abandonado para morir cuando era un bebé. Solamente Fain había visto
alguna vez lo bueno en su hermano pequeño, y cada vez que Dancer había sido
amenazado, Fain se había lanzado a la línea de fuego para protegerlo.
Justo como había hecho hoy por Talyn.
¿Por qué tengo que amar a la mismísima criatura que más odio?
Las emociones no deben ser tan complicadas.
Talyn sacó su enlace para revisarlo.
―¿Felicia?
Hizo un gesto de negación.
―Estoy un poco preocupado. No he sabido nada de ella desde que dejé un mensaje
pidiéndole que llame, y ella no es así. Ni siquiera está respondiendo a mi insistencia. ¿No
crees que pasara algo, verdad?
―Estoy segura que está bien. ¿Contactaste a su hermano?
―Él dijo que habló con ella y que está bien. Simplemente muy ocupada con el
trabajo y los próximos días festivos.
―Entonces no te preocupes. Ella es feroz.
81
Eso finalmente le hizo sonreír.
―Es verdad. ―Volvió a meterse el enlace en su bolsillo―. Necesitan un informe de
batalla en el comando. Me haré cargo de eso por ti.
Ella presionó su mejilla con la suya.
―Gracias.
―Llama si me necesitas.
Galene observó mientras Talyn caminaba hacia el banco telesilla más cercano. Era
realmente la viva imagen de su padre. Algo la trajo de vuelta un segundo más tarde,
cuando el médico y las enfermeras salieron desperdigados de la habitación como insectos
que huyen de un exterminador.
―¡Nadie tomó tu maldito anillo! ―gruñó el médico antes de que ella y los demás lo
dejaran―. ¡Aumenta su dosis! ―El médico le tendió la carpeta de notas a la enfermera a su
derecha―. Y ponle un enema mientras estás en ello.
Suprimiendo una sonrisa ante algo que era demasiado similar a la actitud agria de
Talyn siempre que estaba confinado a una cama de hospital, se deslizó en la habitación
chasqueando la lengua en amonestación y utilizando una frase que Felicia normalmente le
decía a Talyn en situaciones similares.
―Debería ser más amable con los que te pinchan.
―No puedo soportar a un ladrón ―gruñó Fain.
―Interesantes palabras viniendo de la boca de un pirata Tavali.
Fain la miró con desagrado ante sus palabras.
―Una cosa es tomar de un gobierno ebrio de su propio poder. Robar a un
individuo… ―Sus palabras murieron cuando ella le devolvió el anillo.
―Si no mal recuerdo, es mi anillo, ¿no?
Un rubor tiñó su piel de caramelo mientras ella deslizaba el anillo de vuelta en su
dedo meñique para cubrir el tono más claro de piel que le decía que nunca se lo quitó de la
mano.
―¿Por qué lo agarraste? ―se quejó él.
―Nuevamente, era mío.
Con expresión irritable, él apretó el puño alrededor de su anillo.
―Que arrojaste en mi cara.
Él estaba en lo correcto. Había querido que se ahogara con él ese día en el
vestuario.
―Estaba un poco turbada en ese entonces. ―Levantó la mano izquierda de él
para girar el anillo en su dedo―. Un grabado intrigante ese que agregaste dentro de
la banda. ¿Debo preguntar por qué te sentiste tan obligado?
82
La angustia nadó en sus ojos.
―¿Qué quieres que te diga, Stormy? Por favor, por el amor de los dioses, dame las
palabras que harán que me perdones por cometer el peor error de mi vida.
La pena y el dolor la ahogaron mientras dejaba que su toque permaneciera en sus
ásperos callos, callos que le dijeron lo duro y difícil de la vida de guerrero que había
llevado en los últimos años.
―No hay palabras ―susurró mientras rozaba los dedos sobre el intrincado tatuaje
Batur que recorría toda la longitud de su brazo―. ¿Qué te hizo hacer esto?
―Te dije que lo haría.
―Una promesa de un muchacho hecho a una joven… hace mucho tiempo, en el calor
de la pasión. ―Sacudió la cabeza―. Esto no tiene ningún sentido para mí.
Él estiró el brazo para tomar su mano y deslizarla sobre su corazón para mantenerla
allí.
―Solamente fuiste tú para mí, Galene.
―Entonces, ¿por qué me dijiste que amabas a Omira?
―Nunca lo hice. Tú me acusaste de eso. Pero yo nunca la había tocado hasta después
de que rompieras nuestro compromiso. Ni siquiera la noté realmente en nuestra clase
mientras estábamos en la escuela. Fue una mentira dicha que creíste.
―¿Entonces por qué no decirme la verdad?
El dolor lo atormentó mientras lidiaba con un pasado que dejaba un nudo amargo en
su garganta y un agujero quemando hacia el interior de su corazón.
―Porque habrías llorado y suplicado que me quedara contigo. Y yo habría matado a
mi hermano para tenerte como mi esposa. Pensé que si me iba y me odiabas por ello te
casarías con Merrell y tendrías una buena vida. Eso era todo lo que siempre quise para ti.
Una lágrima se deslizó por su mejilla.
―Te odio, Fain Hauk.
―Y yo te amo, Galene Batur. En lugar de grabar “De Galene para siempre” en el
interior de tu anillo, debería haber puesto “La perra de Galene”. Eso es lo que realmente
soy.
Una lágrima se deslizó por su mejilla.
―Eres un bastardo.
Él se llevó su mano a los labios y le dio un beso en la palma, justo como había hecho
cuando eran niños.
―Sin valor desde mi primer aliento hasta el último.
Más lágrimas siguieron al ver las cicatrices que llevaba. Su cuerpo era un mapa
de ruta de los horrores que había pasado. Jayne tenía razón. Nada había sido fácil
para Fain. 83

―¿Por qué te casaste con Omira si me amabas?


―Dado nuestro último encuentro en el vestuario, sabía que habías terminado
conmigo. Que nunca me aceptarías de vuelta. Y ya conoces a mi madre. Una vez que
nuestro compromiso se rompió, mis padres me echaron. Los había avergonzado
públicamente. Y después Chrisen y Merrell propagaron sus mentiras, ninguna hembra
Andarion me tomaría. No es que yo quería alguna de ellas. Pero Merrell te deseaba a ti, lo
suficientemente fuerte para matar a Dancer y a Keris por ello. Eso fue lo que me dijo que
haría si no te dejaba para él. Sabía que si me quedaba en Andaria, me arrastraría de vuelta a
ti y enterraría a mis hermanos, independientemente de la culpa que me habría matado.
Aunque Omira no era mi primera opción, fue amable conmigo… por lo menos al principio.
Todo lo que yo realmente era para ella fue un escape del padre que odiaba. Una vez que la
novedad desapareció y se dio cuenta de la pesadilla de tener un marido alienígena, ella no
pudo soportarme tampoco
―¿Sin embargo, te quedaste?
―Nos casamos. Le había hecho un juramento a ella. Mejor o peor. Simplemente no me
di cuenta de todo lo que implicaba lo peor. Y una parte de mí creía que merecía cada cicatriz
que ella talló en mí por lastimarte como lo hice.
Galene pasó la mano a través de sus trenzas oscuras y blanqueadas, enderezándolas
sobre su pecho.
―Quiero arrancarte los ojos con las uñas y apuñalarte hasta que estés muerto a mis
pies. ―Él volvió la cabeza hacia otro lado. Le agarró la barbilla y lo obligó a mirarla―.
Siempre te he amado, Fain Hauk. Desde el primer momento en que te conocí y me ofreciste
una bebida de tu malta. Tú eras la única cosa en esta vida que siempre he querido alguna
vez. ¿Por qué nunca antes viniste a buscarme?
Él apretó su mano sobre la de ella.
―Ay, Stormy, no tienes ni idea de cuántas veces quise. Pero para cuando fui libre de
nuevo, tantos años habían pasado que no me atreví. Me imaginé que estabas casada, y con
hijos. Y sabía que verte con alguien más me destruiría. Así que me quedé tan lejos de ti
como pude. Pero siempre estuviste en mi corazón. Siempre.
Ella lo negaría, pero la tinta en su brazo confirmaba sus palabras con una honestidad,
tangible y audaz.
Y también lo hacía la atormentada sinceridad en sus ojos.
Galene arrastró su mano sobre su hombro tatuado y vio que se erizó su piel en
consecuencia de su contacto. Su Hauk siempre había sido el más esplendido de todos los
machos. Incluso ahora, él era todo para ella.
―¿A dónde vamos desde aquí, Fain?
―No lo sé. La última cosa que quiero es hacerte daño nunca más. O, dioses lo
prohíban, peor.
84
Antes de que pudiera detenerse, se inclinó y le dio un suave beso en los labios.
Fain cerró los ojos mientras disfrutaba la sensación y el sabor de su preciosa Galene.
Aspirando bruscamente, hundió la mano en sus trenzas y la sostuvo más cerca. Se perdió
en el gusto de ella, en la dulzura de su aliento mezclándose con el suyo.
―Quédate conmigo, Stormy. En toda la oscuridad de mi vida, eres la única luz que he
conocido jamás.
Ella interrumpió el beso con un sollozo.
―No sé si puedo. Quiero perdonarte. Lo hago. Pero no es tan fácil. No simplemente
rompiste mi corazón, Fain. Lo destrozaste. Nunca he sido capaz de confiar en ningún
macho cerca de mí después de lo que hiciste. Ninguno… solamente Talyn.
Fain tragó contra el amargo nudo que lo atragantó. Cómo odiaba el dolor que
escuchaba en su voz. Por encima de todo, se odiaba a sí mismo por haberlo causado.
―¿Me das una oportunidad más? Por favor. Te juro que nunca voy a abusar de ella. Y
no te arrepentirás.
Galene se mordió los labios al escuchar las últimas palabras que había esperado
alguna vez que él pronunciara. Quería darle una bofetada y largarse. Ser tan fría con él
como lo había sido él con ella ese día en que había ido a decirle que estaba embarazada.
Pero lo que vio fue al joven herido que había amado más que a su vida. El que solía
balancearla en sus brazos y hacerla sentir tan cálida y protegida. Tan atesorada. Con quien
había pensado que viviría el resto de su vida.
Ahora…
―Eres el macho más molesto que ha nacido.
―Totalmente despreciable.
Ella luchó fuertemente para reprimir su sonrisa ante la suya adorable.
―Sí, lo eres. ―Golpeteó sus uñas en él―. Entonces, ¿por qué sigo preocupándome
por ti?
―Te lo dije. Soy irresistiblemente esponjoso.
Más encantada de lo que quería estar, rodó los ojos hacia él.
―Creo que debo ser yo quien tiene una lesión en la cabeza.
Él arqueó esa sonrisa adorable hacia ella.
―Vamos, Stormy. Permíteme cortejarte. Si la jodo de nuevo, puedes hacer que
Talyn patee mi culo.
―Sabes que lo hará. Rompió cada simple registro que tú estableciste alguna
vez en el Ring.
Él se encogió visiblemente. 85
―La alegría en tu voz cuando dices eso me hiere profundamente.
―Bien.
Fain rozó sus nudillos contra sus colmillos.
―¿Una oportunidad? ¿Por favor?
Contra su mejor juicio, ella asintió.
―Pero ten cuidado, War Hauk. Si rompes mi confianza esta vez, yo terminaré contigo.
Dolorosamente, y con gusto. ―Sacudió la barbilla hacia la parte de su cuerpo que estaba
abultada debajo de la delgada manta―. Y ese se queda en tus pantalones hasta el momento
en que yo lo diga. ¿Me escuchas?
Él gimió ante su crueldad.
―Eres una mia sanguinaria. Pero está bien. Acepto tus términos.
Incluso cuando hizo ese trato, Fain no tenía ni idea a lo que acababa de abrirse. Algo
que se hizo muy claro en los próximos días cuando Galene lo hizo mantener su palabra.
Y algo más.
Una vez que fue dado de alta del hospital, lo obligó a soportar los estrictos rituales de
cortejo Andarion, precisamente los que habían pasado su juventud tratando de evadir.
Hasta tener a Talyn, como su pariente más cercano, de chaperón. Ella se negó a estar a solas
con él.
Incluso ahora, Fain tenía que pedirle permiso a su hijo para cenar con ella. Era tan
condenadamente irritante.
Más aún porque Talyn verdaderamente disfrutaba haciéndolo retorcerse. Irritado
hasta al borde del asesinato, Fain entró en el centro de mando, donde Talyn actualmente
estaba en servicio con su ayudante. El mayor se rió tan pronto como vio a Fain acercarse a
ellos.
Gavarian se aclaró la garganta.
―Comandante Hauk en cubierta, comandante.
Fain le echó una mirada fulminante al mayor Andarion por anunciarlo con tan feroz
regocijo.
Los ojos de Talyn brillaron cuando se volvió hacia él.
―¿Necesitas algo, Hauk?
También le irritó malditamente que su propio hijo le excediera en posición, y los dos
oficiales Andarion tomaban una gran cantidad de placer sádico en recordarle ese hecho en
cada oportunidad que tenían.
―¿Puedo tener unas palabras contigo en privado?
Talyn entregó su banda de control a su ayudante antes de seguir a Fain fuera
de la habitación y hacia pasillo. Cruzando los brazos sobre su pecho cuando la
puerta se cerró detrás de ellos, le frunció el ceño a Fain. 86
Negándose a dejarse intimidar, Fain gruñó desde lo profundo. Su hijo no estaba por
tener siquiera una pizca de piedad de él.
―Tú sabes lo que quiero.
―¿Has conseguido algo nuevo? ¿Añadido más honores a tu linaje?
―¿En las últimas diecinueve horas? ―Fain lo miró con desagrado―. No estás
realmente jugando a esta mierda conmigo, ¿verdad?
―Tienes que demostrar que eres digno de cortejarla. Mi madre es una Alada Batur y
la primera comandante de nuestra armada, después de todo. Una hembra Andarion del
más alto honor y linaje de sangre. ¿Qué aportas tú a esa relación?
―Eres un imbécil.
Hubo una mínima peculiaridad en la esquina de sus labios.
―Justo igual que mi padre, me dicen.
Antes de que Fain pudiese hacer comentarios, la puerta se abrió para mostrar a
Gavarian.
―¿Comandante? Hay otra transmisión.
Fain no se perdió la rabia en los ojos de Talyn cuando lo rozó al pasar a toda prisa por
delante de él al entrar en la habitación. Lo siguió y observó mientras Talyn intentaba
ejecutar un seguimiento y análisis rápido.
―¿Que está pasando?
Talyn echó un vistazo en torno a la habitación, y luego habló en una versión arcaica de
Andarion que era enseñada solamente a aquellos en los más altos puestos de mando.
―Sospechamos de un espía entre tu tripulación. Alguien está filtrando información
sobre movimientos confiables de la Sentella a La Liga.
Fain se echó a reír ante la ridícula sugerencia. Luego lo pensó mejor. Aunque se
suponía que los Tavali son leales el uno al otro más allá del reproche, no siempre lo eran.
Ellos eran, después de todo, piratas usureros.
―¿Estás seguro?
Talyn dio un breve asentimiento.
―Desafortunadamente, no podemos captar una transmisión el tiempo suficiente para
localizar el origen de ella. O identificar al traidor.
―¿Estás seguro que no es un Andarion con tu tripulación?
―No estoy seguro de nada. ―Talyn suspiró pesadamente mientras tomaba de
vuelta la banda de Gavarian. Se la puso de un chasquido en la muñeca, y luego miró
de reojo a su ayudante―. ¿Detectaste más detalles esta vez? 87
―Demasiado bien codificada, y nunca se conectan el tiempo suficiente para captar
más que el final de ella. Lo que conseguí, se lo envié a Morra.
Fain frunció el ceño.
―Entonces, ¿cómo sabes que es información de inteligencia?
Talyn le dio una mirada divertida.
―¿Cómo más podría saber que tu hermano dejó Andaria ayer con su esposa e hijos y
una escolta real Phrixian, y se dirigen hacia un puesto de avanzada de la Sentella antes de
reencontrarse aquí? ¿O que Darling Cruel y Caillen de Orczy se están reuniendo con
Nykyrian eton Anatole en el palacio Andarion?
Él estaba en lo correcto. Fain no había dicho una palabra a nadie sobre eso. Alguien
tenía que estar monitoreando sus transmisiones con Dancer.
―¿Estoy siendo intervenido?
―A menos que haya un Trisani en esta estación de quien necesitemos saber.
Fain maldijo.
―Ninguno que yo sepa. ¿Y estás seguro de que va a La Liga?
―No completamente. Pero está siendo transmitida hacia un área que ellos controlan,
por lo que estamos operando bajo la suposición de que así es.
Fain miró alrededor de la habitación. Aparte de ellos tres, sólo había otros dos
actualmente en el centro. Él era el único Tavali.
―¿Pueden entendernos?
Talyn negó con la cabeza.
―Solamente Gavarian. Ellos no están libres de esto. Además, están monitoreando
otras transmisiones y ni siquiera nos prestan atención a nosotros.
―¿Estás seguro?
Gavarian resopló.
―Desde que he estado revolcándome con la hermana y la madre del capitán por el
último año, bastante seguro de que están despistados.
Ningún Andarion, ambos de los cuales eran capitanes, levantó la mirada ante algo
que debería haber sido palabras de gran enfrentamiento al haberlas oído.
―¿Satisfecho? ―preguntó Talyn.
―¿De que no nos puedan entender? Sí. Eso creo. ¿De que tengamos un espía? Ni
siquiera un poco. ¿Lo sabe tu madre?
―No. Justo captamos esto temprano el día de hoy. Estaba a punto de
reportárselo cuando apareciste a molestarme.
Fain decidió ignorar la pulla.
88
―Entonces yo cubriré el centro de mandos mientras haces tu reporte.
Talyn inclinó la cabeza hacia Fain antes de entregarle la pulsera de comandos.
―Gracias. Volveré dentro de poco.
Cuando él se apartó, Fain lo detuvo.
―Por cierto… nunca respondiste a mi petición de la cena con tu mamá.
Una sonrisa maligna curvó sus labios.
―Hablaré con la comandante en tu nombre y veré lo que dice.
Fain apretó los dientes mientras Talyn salía y lo dejaba a cargo. No estaba seguro de a
cuál de ellos quería estrangular más.
A la madre o al hijo.
Pero cuando se volvió de nuevo hacia Gavarian, se dio cuenta de algo. Talyn adoraba
a este chico. Incluso cuando habían estado en la batalla, se había asegurado de cubrirlo y
mantenerlo a salvo. Como una gallina con su único polluelo.
O Fain con su hermano pequeño.
―Entonces… ¿cuánto tiempo has sido ayudante de Talyn?
Gavarian levantó la vista del informe que estaba escribiendo.
―Eso es clasificado.
Fain arqueó una ceja.
―¿Disculpa? ¿Sabes que soy su padre, no?
―Entonces debería preguntarle al comandante.
―¿Me estás tomando el pelo?
La expresión de Gavarian se volvió de piedra mientras continuaba leyendo su
informe.
―El comandante es un Andarion de alto honor y carácter moral ejemplar. Es para mí
un honor y un deber servirle con la máxima dedicación y discreción.
Horrorizado, Fain miró al chico.
―Solamente quiero saber más sobre mi hijo.
Sus rasgos se suavizaron.
―Le debo al comandante una deuda que puede que nunca sea saldada. Y sé cuán
celosamente guarda su privacidad. De todos. La última cosa que jamás haría es lastimarlo o
enojarlo… no por miedo, sino por respeto.
―¿Lo quieres?
Gavarian inclinó la cabeza hacia Fain.
―Es familia para mí. Y de donde yo vengo, ese término significa algo.
Familia… esa palabra tiró de la memoria de Fain mientras leía el nombre del 89
linaje formal en el uniforme de gala de Gavarian. Aunque los duros trajes de batalla
Andarion y los uniformes de campo tenían los nombres de los soldados de alta casta,
quienes podrían ser utilizados como rehenes políticos por parte de sus enemigos, lo
pegaban con parches de tiras que podrían quitarse siempre que entraban en acción, los
uniformes formales tenían sus nombres cosidos. Siendo la suposición de que los uniformes
oficiales fueron llevados solamente en áreas donde sus soldados no eran más propensos a
ser secuestrados.
―¿Ezul Terronova? ¿Estás relacionado con Lorens?
―Mi padre. ―Gavarian entrecerró los ojos suspicazmente―. ¿Lo conoce?
―Él era amigo de mi hermano mayor, Keris. Hace mucho tiempo. Buen macho.
¿Confío en que está bien?
Eso tuvo éxito en derretir algunas de las capas de hielo ártico en el mayor.
―Lo está, de hecho.
―¿Todavía en la armada?
Gavarian negó.
―Retirado hace siete años.
Esta noticia sorprendió a Fain y lo llenó de temor.
―¿Por qué tan joven? ¿No resultó herido, verdad?
―No señor. Mi abuelo se retiró como uno de los asesores de la Tadara, así que mi
padre entró en su lugar.
Eso tenía sentido. Como lo recordaba, el padre de Lorens había sido un poco mayor
que la mayoría de los varones Andarion cuando finalmente se había asentado y tenido a
sus hijos.
―Me alegra oírlo. Fuera de los machos con quien Keris se la pasaba, Lorens era el
único a quien yo respetaba. ―Pasó una mirada sobre Gavarian―. Debes haber salido a tu
madre.
Gavarian sonrió tímidamente.
―Eso es lo que me dicen.
Fain se rió al darse cuenta de cómo había sonado.
―Lo siento. No estaba tratando de insultarte. Me refería en apariencia, solamente.
―Está bien. Estoy acostumbrado a que se burlen y menosprecien. Tuve una dosis
constante de ello desde el nacimiento.
Impresionado por esas palabras de alguien cuyo linaje rivalizaría con el de la
reina, Fain se le quedó mirando. A menos que Andaria hubiese cambiado mucho
desde que se fue, nadie debería haberse atrevido a insultar a alguien con el rango y
la casta de Gavarian.
Gavarian se rió ante su confusión. 90
―Tengo un hermano menor. Tres hermanas mayores y más primos con los que nadie
debería ser maldecido jamás. Ninguno de los cuales se anda con miramientos conmigo ni
respetan mi orden de nacimiento.
―Ah. Ya lo tengo. Los hermanos y primos pueden ser su propio tipo especial de
infierno.
―Usted lo sabe. ―Gavarian frunció el ceño y se tocó la oreja―. Mayor Terronova
―dijo, dejando saber a Fain que estaba respondiendo a una llamada.
Fain dio un paso atrás para darle privacidad. Mientras esperaba, se fue sobre la
transmisión y vio rojo. Eso era enteramente demasiada información privada de las partes
equivocadas. No le gustaba la idea de que cualquiera supiese dónde estaba su familia, en
cualquier momento. Nada bueno podía salir de ello.
Esta era la guerra y La Liga estaba tras sus vidas. Todas las de ellos. Especialmente
cualquiera con vínculos con el Alto Mando de la Sentella, los cuales eran Dancer, Nykyrian,
y Jayne.
Su mirada fue hacia Gavarian. Apenas dos años más joven que Talyn, él estaba en la
cumbre de su juventud. Todos eran demasiado jóvenes para morir. Era la única cosa que
siempre había odiado más sobre la guerra. El joven pagaba el alto precio por el orgullo del
mayor.
Demasiados años de decirles adiós a sus amigos y familiares le habían agriado en todo
el negocio sangriento de la misma.
Gavarian volvió a su lado con una expresión extraña.
―¿Ocurre algo?
―Era mi hermano. Al parecer, ha sido asignado a la unidad que está escoltando a tu
hermano y cuñada hasta aquí.
Fain arqueó la ceja, inseguro de porqué eso provocó la ira en la voz del mayor.
―¿Por qué te molesta eso? ¿No te gusta tu hermano?
―Lo adoro. Es la otra carga a la que ha sido asignado que tengo que esconder del
comandante lo que me preocupa.
―¿Cómo es eso?
La mirada de Gavarian se volvió de acero.
―Debe ser advertido que al comandante no le gustan las sorpresas, en absoluto. Y si
no puede ponerse en contacto con su hembra en una forma diaria, entrará en pánico.
Probablemente usted debería decirle que ella está por llegar.
―Eso estropearía la sorpresa.
―Déjeme reiterar que al comandante no le gustan las sorpresas. Y dudo que
ésta le congracie con él. Usted dijo que quería conocer mejor a su hijo,
91
comandante… Puedo prometerle que ésta cantidad de estrés no es la mejor manera de
hacerlo. Él no se lo agradecerá. Debería decirle que Felicia está en camino. Les ahorrará
mucho dolor a los dos.
Antes de que Fain pudiera hacer comentarios, se abrió la puerta para admitir a Talyn
y a Galene. Ella se detuvo en seco en el momento que se dio cuenta de que él estaba en la
habitación.
Durante un minuto, Fain no pudo recuperar el aliento cuando la vio allí en su ropa
ajustada de entrenamiento y la piel brillante. Sus trenzas estaban retiradas, exponiendo una
gran parte del sexy cuello que nunca había dejado de volverlo loco de lujuria mientras se
moría por pasar los labios por toda la longitud de su garganta. Incluso cuando niños, él le
había dicho que el día de su unificación, quería que su cabello estuviese suelto, de lo
contrario no estaba seguro que lograría pasar por la ceremonia sin avergonzarlos a los dos.
Y en este momento, estaba bastante seguro que se estaba babeando por completo.
Galene se congeló cuando su mirada se encontró con la de Fain. Honestamente,
odiaba lo sexy y magnifico que estaba bajo la tenue luz. Cuánto su imponente presencia la
afectaba. Se estaba haciendo más y más difícil de recordar por qué no le gustaba él. Sobre
todo cuando tenía esa expresión adorablemente tímida que solamente tenía cuando ella
estaba por ahí. Él era tan arrogante y a cargo de todos los demás. Despiadado y poderoso.
Únicamente ella tenía la habilidad de bajarle los humos.
Y eso le hacía completamente adorable e irresistible.
Incapaz de encontrarse con su mirada, él tendió la banda de mando hacia ella. Un
cosquilleo subió por su brazo cuando sus dedos rozaron los suyos. Peor aún, la puso a
temblar. En ese momento, lo único que quería era probar esos labios y tenerlo abrazándola
como lo hizo hace tantos años.
Basta, Galene. No eres una niña. Ya deberías haber aprendido a no poner tu fe en historias
épicas sin esperanza de héroes y cuentos de hadas. Y especialmente en las manos de un macho quien
ya te ha traicionado.
La vida era brutal. Sabía eso mejor que nadie.
Y tenían serios asuntos que atender.
―Gracias, Fain. ―Descartando su sentimentalismo inútil, se puso con brusquedad la
banda alrededor de la muñeca y se trasladó a revisar las transmisiones que Talyn y
Gavarian habían interceptado. Mientras lo hacía, Gavarian hizo que los dos capitanes
salieran de la habitación para sus descansos y bloqueó cualquier señal no deseada o vídeo
que pudiera estar configurado para escuchar su conversación.
¿Estás segura que confías en el mayor?, gesticuló Fain hacia ella fuera del alcance de la
vista de este.
Galene sonrió ante su preocupación.
―Considero a Vari como otro hijo.
Gavarian tomó sus sospechas con calma mientras establecía el último de los 92
bloqueadores de señal.
―Está bien si Hauk duda de mí, comandante. Soy un extraño para él. No sabe nada
de nuestra historia juntos.
―¿Qué quieres decir? ―preguntó Fain.
Talyn le dio una sonrisa de complicidad a Gavarian.
―Si nos conocieras, entenderías la lealtad que tenemos el uno al otro. Fuera de
nosotros cuatro, tú eres el que está sin probar. ―Fain se puso totalmente rígido ante eso―.
No es una puñalada hacia ti ―dijo Talyn secamente―. Simplemente es la constatación de
un hecho. Ahora tenemos asuntos letales para abordar. La Liga esta tras la Sentella y parece
estar orientada hacia tus familiares directos para el asesinato.
Fain suspiró pesadamente.
―Sabíamos que estaba por venir.
―Sí, pero esto… ―Talyn le tendió un chip―. Es información detallada sobre dónde
se encuentren en la actualidad, y sus próximos horarios. Buen ejemplo de ello, yo ni
siquiera sabía que tu hermano estaba esperando un bebé o que Caillen de Orczy acaba de
tener un hijo hace unas semanas. Sin mencionar que su esposa, Desideria, reside
actualmente en el Palacio Andarion con la esposa de Darling, el hijo y el esposo de Maris
Sulle, junto con todos los hijos de Nykyrian y su actual esposa, así como el hijo de Syn y su
esposa. O que sus habitaciones fueron trasladadas esta mañana a una parte más segura del
palacio.
Honestamente, Fain no sabía todo eso.
―Eso es muy preocupante.
Gavarian asintió.
―También hay diagramas del Palacio de Invierno Caronese, de la base principal de la
Sentella, e información sobre la familia política de Syn, y los hermanos y la hermana de
Cruel. Incluso la abuela y la tía de Jayne se detallan aquí, así como las escuelas de sus hijas.
Parece que están planeando un solo bombardeo masivo en todo el mundo, todos a la vez.
―Así que si no consiguen a uno de ustedes, asesinarán a tantos de sus familias para
destriparlos a todos. Punto.
Fain se estremeció ante algo que definitivamente liquidaría al Alto Mando de la
Sentella. A pesar de que los comandantes no estaban relacionados por la sangre, estaban
unidos en una amistad más estrecha que cualquier vínculo familiar.
―Tenemos que hacerles saber lo que está pasando. Puedo volar en mi nave, la
cual es segura en las líneas a la Sentella, y transmitir. Dile a los Tavali que estoy
haciendo una patrulla. Nadie sospechará nada. Incluso si ellos recogen la
transmisión segura, van a asumir que estoy hablando con Dancer o Ryn. Nadie
pondrá en duda eso.
93
―¿Qué pasa si no puedes alcanzarlos a todos ellos? ―preguntó Galene.
―Seguiré hasta que lo haga. No voy a dejar que sean cegados por esto.
Gavarian cruzó los brazos sobre su pecho.
―Necesitarás un compañero contigo. De lo contrario, su traidor podría denunciarte a
ti por sus crímenes. Utilizarte para traicionarlos. En este punto, todo el mundo necesita
vigilar su culo y nadie tiene que hacer cualquier cosa sospechosa, sin una coartada y un
testigo.
Fain negó con la cabeza.
―Me arriesgaré. El único en que confío con mi vida es mi hermano, y él no está aquí.
No te ofendas, pero no revelo los códigos de llamadas de la Sentella a cualquiera.
―Yo iré contigo, entonces.
Todos se volvieron a mirar hacia Galene.
―Oh, infiernos, no ―gruñó Talyn.
Sonriendo, ella acarició la mejilla de su hijo.
―Está bien, keramon. Si se comporta de manera inapropiada, te lo haré saber.
Talyn frunció los labios con disgusto.
―Sigue sin gustarme. ―Él estrechó su mirada hacia Fain―. No te atrevas a esbozar
una sonrisa por esto.
―Ni lo soñaría. ―Pero por dentro, Fain tuvo que admitir que estaba sonriendo de
oreja a oreja ante la perspectiva de estar a solas con ella. Solamente deseaba que las
circunstancias fueran menos extremas. Eso fue lo único que le permitió moderar su alegría.
Un tic empezó a palpitar en la mandíbula de Talyn.
―Necesito volver al trabajo.
Fain inclinó la cabeza hacia él.
―Nos dirigiremos para detener a mi hermano y a tantos de los otros como nos sea
posible.
Talyn miró hacia Gavarian.
―Mayor, ve con la comandante y…
―No ―dijo Galene, cortando a Talyn―. Vari, quédate con el comandante y protege
su espalda.
Por la expresión pétrea en el rostro de Gavarian, quien de alguna manera se las
arregló para expresar la repentina aparición de su irritación, Fain podía decir que
esta no era la primera vez que había estado atrapado entre ellos.
El mayor les dejó discutir durante varios minutos antes de aclararse la
garganta. 94

―¿Puedo tomar un sándwich y un descanso al baño mientras ustedes dos discuten el


resto de mi turno?
Eso logró agrietar la severidad de los rasgos de Galene.
―Los dos son horribles. Cuida de tu mayor, Talyn. No te quiero solo en esta estación
hasta que sepamos quiénes son nuestros enemigos en realidad. Confío en Fain con mi
seguridad. Si tú no quieres pensar en mi cordura en la que estás preocupado, piensa en
Felicia. No me hagas avisarle de tu comportamiento imprudente. Sabes que lo haré. ―Agitó
un dedo de advertencia hacia él.
Gavarian se echó a reír, y rápidamente lo cubrió con una tos cuando Talyn fulminó a
su ayudante con la mirada.
―Lo siento, comandante.
―Bien… ―Talyn apretó los dientes mientras Gavarian tomaba su asiento al otro lado
de Talyn y comenzó a monitorear los escáneres.
Galene se limpió el sudor del cuello.
―¿Puedo tomar una ducha en tu nave?
Fain tuvo que esforzarse para no reaccionar ante la imagen de ella desnuda en su
habitación que esa pregunta evocó en su mente. Sí, ella era una Andarion cruel.
―Seguro.
Ella le pasó la banda de comandos a Talyn.
―Agarraré una muda de ropa y me encontraré contigo en el hangar en pocos
minutos.
Antes de que Fain pudiera recuperar suficiente actividad cerebral para hacer alguna
cosa más que escupir, ella se había ido y él estaba enfrentándose a la mirada furiosa de su
hijo.
―No te atrevas a hacerla llorar.
Ese chico nunca iba a ver nada en él excepto lo peor. Lamentablemente, tuvo un mal
presentimiento de que no había nada que pudiera hacer al respecto.
―No tengo ninguna intención de hacerlo.
Talyn suspiró con agravación mientras observaba a su padre salir. A solas con
Gavarian, estuvo dividido entre su obligación militar y la necesidad que tenía de
asegurarse que Hauk mantuviese una respetuosa distancia del corazón de su madre. Si
Hauk le decía o le hacía cualquier cosa… pintaría las paredes con la sangre de su
padre.
―Esto es extraño.
―¿Qué? ―Se volvió hacia Gavarian.
Él tendió el auricular hacia Talyn. 95

―Es sobre el comandante Hauk. ¿Sabías que alquilaba un espacio en la estación para
una mujer y su dependiente varón? Alguien llamada Vega Jaswinder.
Talyn se volvió frío ante esas palabras.
―¿Disculpa?
Gavarian asintió, sus rasgos severos.
―Está en la última transmisión a La Liga. De acuerdo con esto, Hauk tiene una
relación a largo plazo con la mujer, y hace visitas periódicas a sus habitaciones por
alrededor de una hora cada vez, dos veces a la semana, cada vez que está en residencia.
―Gavarian alzó su rostro―. No quiero chismear sobre alguien T, pero para mí, eso suena
muchísimo, al tiempo de receso Andarion.
Sí, lo hacía. Y cuando Talyn revisó la transmisión, maldijo en voz baja. Gavarian tenía
razón.
Si esto es correcto, Fain Hauk tenía una amante Tavali. Y Talyn iba a patear el culo del
macho todo el trayecto de vuelta a Andaria por ello.
Fain desaceleró mientras se acercaba a su nave y vio a las dos hembras piloto
Andarion llegando de la patrulla. Un grupo de seis hombres Tavali se arrastraban detrás de
ellas, llamándolas y acosándolas mientras las hembras hacían todo lo posible para ignorar
la atención no deseada.
―¿Qué? ¿Se creen demasiado buenas para nosotros? ―El hombre más grande les
cortó el paso.
Por la expresión de su cara, a ella no le hizo gracia. Fain esperó a que apartara al tipo.
Pero los Andarions estaban bajo órdenes estrictas de no iniciar ningún incidente mientras
estuvieran aquí. Y si hay algo sobre los militares Andarion…
Seguían las órdenes. Viniera el infierno, o se hundieran en el agua.
Incluso seres humanos estúpidos.
Entonces el hombre hizo lo peor que podía hacer, la agarró del brazo. Aunque
los humanos podían tocarse libremente entre sí sin invitación, eso no se hacía en la
cultura Andarion. Se consideraba una intromisión vil del espacio personal, y se
castigaba severamente en sus tribunales de justicia. 96
Si el sujeto vivía el tiempo suficiente para ser reportado, por supuesto. Y tan malo
como era tocar a un varón sin ser invitado, ningún hombre tocaba jamás a una hembra con
la que no estaba emparentado. Incluso los médicos y el personal sanitario tenían que pedir
permiso antes de tratar a pacientes del sexo opuesto.
―¡Oye! ―dijo bruscamente Fain mientras se acercaba rápidamente a ellos―. ¿Qué
está ocurriendo?
El Tavali se volvió hacia él con un gruñido enojado, pero se relajó al reconocerle.
―Hola, Hauk ―dijo, confundiendo las palabras de Fain por un saludo. Pero por lo
menos soltó el brazo de la hembra―. ¿Quieres unirte a nosotros para un poco de diversión?
Las dos hembras miraron a Fain con curiosidad estoica. Puesto que estaba
completamente vestido y sus cicatrices de Paria estaban cubiertas, no tenían forma de saber
que había sido expulsado de su familia o a qué linaje de sangre específico estaba atado, ya
que Hauk era un apellido bastante común en Andaria. Le trataban como a cualquier
Andarion de origen desconocido, con fría deferencia. Lo harían hasta que se estableciera el
orden familiar y linaje adecuado.
Sus nombres, rangos y castas estaban en sus cascos de batalla, lo que le daba a Fain
una clara ventaja sobre ellas. Si no hubiera sido desheredado, las habría superado tanto
social como militarmente. Pero dicho esto, ellas eran aristócratas de familias de alto linaje y
muy probablemente estaban comprometidas o casadas con machos de rangos superiores
que los suyos.
No es que importara. Nadie debería ser sometido a este tipo de novatadas. Hombre,
mujer, o no especificado.
―No están en un bar y ellas no son fulanas en busca de créditos. Muestren respeto a
las taras o les mostraré una de mis caras que no querrán conocer.
El hombre más alto se apartó de las pilotos Andarion e invadió bruscamente el
espacio personal de Fain. Un movimiento humano de intimidación. Sin embargo, fueron
sus ojos los que se ampliaron cuando se dio cuenta de que sólo alcanzaba el hombro de Fain
y que no era más alto por su elección del calzado.
Simplemente era malditamente enorme.
Con una mueca, miró a la manga de Fain, donde los Tavali llevaban sus banderas
nacionales de lealtad, Canting personal y rango.
Como Renegado, el uniforme de Fain llevaba la bandera del CUT, y su Canting Tavali
de un cráneo con colmillos, hoz, y la banda de comandante.
―Deberías recordar que no tienes una nación que te respalde, Renegado. Más
bien, deberías confiar en nuestra buena voluntad para mantenerte volando.
Sí, claro. Esa fue una gran simplificación de su condición en su mundo. Y muy
cierto. La Tavali tenía una gran cantidad de dinero invertido en sus Renegados que 97
no tenían en los demás. Mientras no estuviera obligado al CUT como los otros, eran todavía
muy valiosos para todos los de arriba. Y no se podían sustituir con la misma facilidad que el
resto de los pilotos Tavali.
Pero estos Cebos eran demasiado estúpidos para saberlo.
Fain resopló.
―No confío una mierda en nadie. Menos en pedazos de basura humana. Si quieres
intentar arrebatar mi Canting, ven por él. Me encantaría tenerte en un Calibrim. ―Un
Calibrim era una prueba de armas según la ley marcial Tavali, supervisado por sus
oficiales, y luchando hasta la muerte. Muy similar a la lucha del Ring Andarion en el que
Fain había cortado literalmente con sus colmillos. La única diferencia era que los piratas
humanos no eran tan feroces en la batalla.
Ellos le rodearon.
―¿Por qué esperar? ―incitó el humano más bajo.
Para sorpresa de Fain, las dos pilotos Andarion tomaron posición en su espalda para
que los seres humanos supieran que lucharían con Fain. Malditas órdenes.
―¿Qué está pasando aquí?
La mueca en el rostro del hombre se volvió lasciva cuando vio a Galene en su ropa de
entrenamiento.
Y eso puso en marcha el temperamento de Fain a un nivel peligroso. Agarró al
humano por su chaqueta y le golpeó con fuerza contra la nave más cercana a ellos. Él luchó
contra el agarre de hierro de Fain, solamente para enterarse de lo fuerte que era en realidad
un macho Andarion.
―Déjame educarte sobre la cultura Andarion ―le gruñó Fain en advertencia letal―.
La comandante Batur es la madre de sangre de un príncipe Andarion, escoria. Eso significa
que no la miras. Nunca. Es una sentencia de muerte hacerlo. En Andaria, las hembras son
veneradas y no hablas con una hasta que no eres considerado digno y hayas sido
correctamente presentado por uno de sus machos, o ella te hable primero. Además, es el
lugar de un macho garantizar la seguridad de una hembra Andarion, y le arrancamos la
garganta a cualquiera que no les muestre a nuestras hembras el debido respeto. Y si bien es
posible que no te guste, ellas están aquí en virtud de la tregua que Venik ha arreglado con
el CUT. Todas las naciones. Vas a respetarlas y acatar sus costumbres o que me ayuden los
dioses, les obligaré a comerse las tripas a cada uno. ¿Entendido?
Puesto que se estaba poniendo azul por el agarre que Fain tenía en su garganta, lo
único que pudo hacer fue asentir débilmente.
Satisfecho por haber hecho su punto, lo soltó y dio un paso atrás para ver a los
demás ser estrangulados de forma similar por las hembras.
Fain sonrió.
―Debería haber añadido que nuestras hembras son guerreras muy capaces 98
por derecho propio, y tengo la intención de rescindir sus órdenes de no contacto ofensivo
contra los Tavali. Si son asaltadas verbal o físicamente de nuevo, se les permitirá
defenderse por todos los medios que consideren necesarios.
Ellas liberaron a los hombres.
Galene se acercó lentamente cuando los humanos huyeron.
―Comandante Hauk, y tiziran Fain de los soberanos eton Anatole, le presento a las
coroneles eton Xu y ezul Yetur.
―Gracias por su ayuda, comandante ―dijo la coronel eton Xu con una respetuosa
reverencia a Fain―. No estábamos muy seguras de cómo manejar la situación.
―No hay problema. Por favor, díganles a las otras hembras de su equipo lo que he
dicho. Si alguien más les causa problemas, hagan lo que tengan que hacer y yo me
encargaré de las consecuencias. Prometí al tahrs Nykyrian que garantizaría personalmente
la seguridad de todos, y pienso hacerlo.
Yetur le saludó.
―Gracias, alteza.
Mientras se alejaban, Fain captó una extraña sonrisa adorable en la cara de Galene que
le inquietó.
―¿A qué viene eso?
Ella levantó la mano para apartar una de las trenzas de su mejilla.
―Solamente me recuerdas a un chico noble que conocí hace mucho tiempo.
Y ella le recordaba sueños largamente olvidados. Durante un minuto, no pudo
moverse al mirar esos ojos pálidos que le mantenían cautivo de una manera que nada más
había podido.
Galene pasó el dedo por el lugar de su manga donde el otro Tavali llevaba las marcas
tribales y de lealtad. Sus bíceps se estremecieron bajo su suave toque.
―¿Por qué eres Renegado?
La garganta de Fain se tensó al instante cuando la pena y el dolor lo abrumaron. Los
recuerdos se dispararon con una venganza que le dejó mareado. Por eso no quería pensar
en el pasado. El porqué hacía lo posible por no tener a nadie a su alrededor. Los seres
sensibles hacían demasiadas preguntas. Querían saber cosas como lo que había hecho y
dónde había estado.
Porqué no dirigía su propia tripulación.
Cosas que no quería recordar. Recuerdos que era mejor dejar cubiertos de
polvo.
―Deberíamos seguir. ―Dio un paso alrededor de ella y encabezó el camino
hacia su nave.
Galene frunció el ceño ante la manera cortante en que había ignorado su 99
pregunta. Por la profunda angustia que había visto en sus ojos cuando le preguntó al
respecto.
Pero Fain siempre había sido así. Nunca había hablado mucho sobre su familia o sus
sentimientos. Incluso cuando era un muchacho. Simplemente no había estado en su
naturaleza.
Por supuesto, cuando Keris había estado vivo, él se había burlado cruelmente y
criticado cada palabra que saliera de la boca de Fain. Hasta el punto que Fain había
respondido literalmente con gruñidos en presencia de su hermano. Y sus padres no habían
sido mucho mejores. Exigentes e impacientes, esperaban sólo lo mejor de sus hijos.
Decoro absoluto. Notas perfectas. Atletas estelares.
Como una niña, Galene había estado aterrorizada de Endine Hauk y su lengua
regañona. Y Ferral Hauk había lucido una mirada furiosa que podría congelar el núcleo de
un sol. Le había tomado años antes de sentirse incluso remotamente cómoda alrededor de
ellos.
A día de hoy, a ella aún le picaba la crueldad de Endine la primera y única vez que
había cometido el error de pedirle que adoptara a Talyn en la línea de sangre Hauk después
de que naciera.
―¿Por qué debería adoptar la semilla bastarda de una puta que me humilló públicamente
después de que yo cortara la línea de sangre de mi propio hijo al que amamanté? ¡Has hecho tu cama,
perra, duerme en ella! Ahora agarra a tu asqueroso bastardo y arrástrate de vuelta a la cuneta a la
que pertenecen.
Su único consuelo de ese horror fue que Talyn había sido demasiado joven para
entender los insultos que su propia abuela le había dicho.
Si tan solo ella hubiera sido tan afortunada.
Pero eso fue entonces, y gracias a Dios, Fain había nacido con el corazón de su abuela
y no el bulto de carbón negro sin alma que funcionaba en su madre.
Cuando Fain la llevó a bordo de su nave, se detuvo.
―¿Dónde están las duchas?
La llevó a la cubierta de la tripulación y a una pequeña ducha.
―No vas a tener agua hasta después de que despegue. Tomará unos cinco minutos
antes de que fluya. ―Él hizo un gesto con la barbilla a la pequeña habitación a través del
pasillo―. Puedes esperar en mi habitación hasta entonces. Hay un asiento de lanzamiento
en la pared.
―Bien. Gracias.
Abrió la puerta y luego la dejó sola. Tan pronto como se fue, ella se sintió
extrañamente incómoda al estar en sus aposentos íntimos sin él. Ni siquiera sabía
por qué, la verdad. Aparte de que era su casa cuando no estaba atracado en un
planeta o base. 100
Con nada más que hacer, estudió la pequeña habitación que contenía una cama de
tamaño mediano, monitor, nevera, fregadero, y una pequeña unidad de cocina personal.
Muy básico, útil, y limpio. Estéril incluso.
Era tan…
Frío.
Aunque lo intentó, no podía ver a Fain aquí. Tendría que ser agobiante para un
Andarion de su tamaño.
¿Qué hacía aquí? ¿Aparte de dormir o volverse loco del aburrimiento absoluto?
¿Cómo era que no comandaba una tripulación? Era raro para cualquiera que no
tuviera al menos un copiloto. Por razones de seguridad, al menos. El viaje espacial era una
amante áspera y solitaria, llena de peligros invisibles que surgían rápidos, furiosos y sin
misericordia. ¿Su supervivencia personal significaba tan poco para él?
―Cinturones. Despegaremos en tres.
Sorprendida por su profunda voz procedente del intercomunicador, sacó el asiento de
anclaje de emergencia de la pared y se preparó.
El monitor se encendió para mostrar la cara de Fain.
Galene arqueó la boca en una sonrisa divertida.
―¿Comprobándome?
El color tiñó sus mejillas.
―Quería asegurarme que la silla funcionaba. Nunca se ha utilizado antes. Al menos
no desde que me hice con la señora nave.
Empujó juguetonamente contra las correas.
―Estoy abrochada, paka. Puedes despegar.
Resoplando ante la palabra Andarion para papá, él obedeció. A su favor, la nave se
deslizó suavemente en el espacio con una habilidad magistral. Y cuando la pantalla se
oscureció y le dijo que era libre de usar la ducha, en realidad echó de menos ver su apuesto
rostro. Apenas se contuvo antes de que una invitación para que se uniera a ella se le
escapara.
Estoy tan fregada.
Pero no podía evitarlo. Todavía le amaba más de lo que quería admitir. Y ella no había
estado con nadie más. Ningún otro macho la había tocado nunca. Ni siquiera por un beso.
Sólo Fain.
A pesar de que podría haberse registrado fácilmente a una relación sancionada
con algún macho hace años, especialmente con su rango militar, se había abstenido.
Se había dicho a sí misma que no había querido hacer daño a Talyn o arriesgarse a
que un macho Andarion maltratara a su hijo, dada la baja casta de Talyn. Pero la 101
verdad era que no había querido correr el riesgo de que otro le hiciera tanto daño como
Fain. No quería volver a sentir el dolor de que le arrancaran y desgarraran el corazón.
¡Maldito seas, bastardo! Todavía podía sentir la angustia absoluta que nació ese día en
el vestuario cuando se había quedado allí, mirándola, sin negar nada de Omira. Aún podía
sentir la profunda traición al enterarse que se había casado con esa perra, y que estaban
viviendo juntos en la felicidad conyugal mientras ella estaba luchando en las calles, sola y
embarazada de su hijo. Ni siquiera había sido elegible para el servicio militar obligatorio o
que la albergaran en los cuarteles a causa del embarazo. Se había visto obligada a esperar
hasta que Talyn tuvo seis meses antes de que le permitieran empezar su formación en la
armada, y meter a su hijo en el programa de guardería militar.
Incluso entonces, se habían negado a dejar que Talyn se quedara con los otros niños
para que no les contaminara el estado Paria de su padre. Su triste salario había sido
recortado sustancialmente por las tarifas de marginalidad de él, y le habían dado la peor
vivienda de la base por el delito de Fain al difamar su prestigiosa línea de sangre. Durante
años, había soportado la humillación y la vergüenza. Había visto la forma en que otros
despreciaban y maltrataban a su hermoso hijo.
¡Agrrr! Era tan frustrante. Este ciclo interminable de querer besar a Fain y golpearle
hasta dejarlo inconsciente solamente hacía que lo odiara más.
Evitando pensar en ello, se duchó rápidamente. Pero no fue hasta que terminó que se
dio cuenta de que no podía abrir la puerta.
―Tienes que estar bromeando. ―Horrorizada, intentó cada forma que se le ocurrió.
Nada funcionó. Avergonzada y humillada, golpeó el intercomunicador.
―¿Puedo ayudarle?
Se quedó inmóvil al oír la inesperada voz femenina y sexy Andarion.
―¿Quién es?
―Storm. ¿Y usted es?
Encabronada, para acortar.
―Galene.
―¿En qué puedo ayudarle, Galene?
―Puede empezar por decirme quién es.
―Ya se lo he dicho. Soy Storm.
¿Estaba intentando iniciar una guerra a propósito?
―¿Y cuál es su posición en la nave del comandante Hauk?
―Yo soy la nave del comandante Hauk.
Soy tan idiota. Storm. Storm Dancer. Era la inteligencia artificial, el piloto
automático. Dah… Pero en su defensa, la mayoría de los sistemas de la nave no
tenían una voz que podía doblar a una actriz porno. Tampoco sonaban tan sensible.
102
Esta parecía tener una bochornosa personalidad sarcástica, algo que era muy avanzado
para el sistema de una nave.
―Oh. Estoy atrapada. ¿Puede abrirme la puerta de la ducha?
―Por supuesto, Galene. ―El sistema hidráulico silbó. Aun así la puerta permaneció
cerrada.
―¿Hay algún problema?
―Un momento por favor. Estoy investigando el diagnóstico. ―Sí, eso sonó algo
estirado.
Torpe y expuesta, Galene trató de ser paciente, pero no era fácil. Nadie quería ser
atrapada desnuda en una nave. En un cubículo pequeño.
Después de unos minutos muy largos, Storm reanudó la intercomunicación.
―¿Fain? Perdón por molestarte. Pero me temo que tenemos un problema con la
puerta de la ducha que requiere control manual. ¿Quieres que automatice mi cuerpo para
esto?
La mandíbula de Galene cayó ante la impresionante divulgación.
―¿Y cómo luce dicho cuerpo?
―Ya voy ―dijo Fain apresuradamente. De hecho, hizo un tiempo récord para llegar a
ella, lo que realmente hizo que sintiera curiosidad por aquello a lo que temía tanto.
Cruzando los brazos sobre su pecho desnudo, escuchó irritada que luchaba con los
controles del pasillo.
―¿Hay algún problema?
―¿Has empujado desde ahí para salir?
¿Cuán estúpida creía que era? Luchando por mantener la paciencia, apretó los dientes.
―Sí. No se abre.
―¿La palanca de la derecha?
―¿La amarilla?
―Sí.
―No funciona. ―Se congeló cuando tuvo un mal presentimiento―. ¿Lo has hecho a
propósito?
―¡Por supuesto que no! ―¿Se atrevió a sonar exasperado con ella? ¿De verdad?―.
¿Por qué haría algo intencionalmente que sé que te enfadaría?
Tenía un punto.
―¿Lo juras?
―Lo juro. ―Cuando por fin abrió la puerta, clavó los ojos en los suyos. Pero
ella vio la batalla en su interior para no bajarla. Con la respiración entrecortada, le
pasó una toalla como si fuera un tímido adolescente. 103
―¿Estás bien? ―se burló.
―En realidad no.
―¿Estoy torturándote?
―Sí.
―Bien.
Eso trajo una sonrisa a sus magníficos labios mientras descendía una ardiente mirada
por su cuerpo aún sin cubrir con la toalla.
―Eras una hembra muy, muy cruel, Galene Batur. ¿Seguro que tú no lo has hecho a
propósito para atraerme hasta aquí?
Su encanto le robó el enfado y la irritación. De hecho ahora se sentía culpable por
haberle acusado de lo mismo.
―No quiero ser cruel, Fain. Es sólo que no quiero que me vuelvan a hacer daño nunca
más.
―Y es por eso que estoy aquí, más duro que el infierno, sin tocarte, cuando todo lo
que quiero es hacer el amor contigo hasta que no podamos caminar derechos. ―Con esas
palabras, dio media vuelta y se dirigió hacia la cabina de vuelo.
Galene le agarró del brazo. El momento en que su mirada volvió a la suya y vio el
hambre cruda y la necesidad dentro de él, se paralizó. Había tantas cosas que quería decir.
Pero no sabía por dónde empezar. Nada tenía sentido para ella. Ninguno de sus
sentimientos era el correcto. El odio y el dolor, el amor y la necesidad. Tropezaban unos con
otros y la dejaban muy confundida.
Su mirada se suavizó y dejó caer su mano para pasar suavemente el dedo sobre las
antiguas estrías dejadas por su embarazo. Aunque Talyn había nacido prematuramente, la
cirugía aún le había dejado cicatrices. En más de un sentido. Las marcas físicas nunca le
habían molestado. Lo cerca que había estado de perder a Talyn nunca abandonó del todo
sus pensamientos. Un médico le había pedido en tres ocasiones diferentes que escogiera la
ropa funeraria para su hijo y le había aconsejado prepararse mentalmente para su muerte.
Esa había sido la primera vez.
Rezó a los dioses para que su hijo continuara desafiándolos a todos.
―Siento mucho no haber estado allí contigo, Stormy. ¿Cuándo nació?
―El primer día del año. Un poco después de la medianoche.
―¿Tuviste un parto duro?
Ella negó con la cabeza.
―Llegó nueve semanas antes de tiempo. Menos de diez minutos después de
que entrara a la sala de emergencias ya lo tenían en la incubadora.
Su mano tembló contra su cintura.
―¿Tus padres fueron a verte? 104
―Sólo tu yaya Hauk. Corinne me escondió en su casa de invitados las últimas
semanas de mi embarazo. Ella es la única razón por la que Talyn llegó a nacer. No sé qué
hubiera hecho sin su bondad.
Él frunció el ceño.
―¿Entonces por qué no lo adoptó?
―Tu grasparan se negó. Una vez que se enteró que estábamos allí, exigió que nos
fuéramos de inmediato.
Fain maldijo entre dientes.
―¿Qué edad tenía Talyn?
―Seis meses. Pero fue suficiente. Para entonces, tenía la edad suficiente para que yo
pudiera hacer el servicio militar obligatorio. Dado que ya no estaba bajo la protección
oficial de mi familia, perdí mi dispensa. Corinne nos mantuvo el tiempo suficiente para
sacarme de la calle hasta que pude entrar en la vivienda militar.
Él hizo una mueca.
―Así que por eso no fuiste a la escuela de medicina.
―En realidad, fui. Me tomó un tiempo, pero terminé. La tercera de mi clase.
―Entonces, ¿por qué no dejaste el ejército?
―Para cuando terminé, Talyn había comenzado su servicio y yo no quería
abandonarlo. Nunca se quejó. Aun así, sabía cómo trataban a los carentes de Dotados. Si me
hubiera salido, él no habría tenido a nadie de su parte en absoluto.
Fain la tomó en sus brazos y la abrazó como solía hacerlo cuando eran niños. Ahuecó
su cabeza con una mano y envolvió su brazo en su cintura. Era un escudo de protección.
Del tipo que ella había echado muchísimo de menos. A pesar de que sentía su erección
contra su cadera, mantuvo su palabra y no hizo movimiento hacia ella.
Un perfecto caballero Andarion. Como siempre había sido. Un honor para su linaje y
su familia.
Inclinando la cabeza hacia atrás, se quedó mirando sus ojos ardientes y el tormento
que derritió todo el odio que había alimentado por él a través de los años.
―¿Qué te ocurrió a ti?
Fain pasó la mano por sus trenzas húmedas como si se negara a recordar los amargos
años que había pasado lejos de su Storm Dancer. No importaban y no quería pensar en
ellos ahora mismo. Todo lo que quería era disfrutar de este precioso momento con ella. No
iba a dejar que nada lo contaminara.
―Sobreviví.
Ella arqueó una ceja.
―¿Eso es todo? 105
―¿Qué quieres que te diga? ¿Qué viví un infierno? Sí, lo hice. Pero el lema de la
familia War Hauk es… Indurari2. A través del dolor de la sangre conquistamos y resistimos.
Después de lo malo, viene lo bueno. Por nuestros desafíos, somos fortalecidos. Siempre
fuerte. Siempre hacia adelante. ―Sonrió ladeadamente―. Púdrete, destino.
Tiró de sus trenzas y puso los ojos en blanco.
―Eres tan molesto.
―Así es como me llama Dancer. ―Y, sin embargo ella lo enloquecía como nadie más.
Antes de que pudiera detenerse, bajó la cabeza lentamente, dándole tiempo para
rechazarlo. Cuando no lo hizo, la besó suavemente.
Cada parte de su cuerpo estalló cuando la inhaló y saboreó sus labios. Gruñendo,
profundizó el beso y se presionó más contra su cuerpo, soñando que ya estaba dentro de
ella. Mareado y sin aliento, pasó las manos sobre su piel aterciopelada, deseando poder
volver el tiempo atrás y rehacer su vida entera.
Si sólo fuera así de simple.
Pero los sueños eran para los tontos. Y los deseos eran para machos mejores que él.
Machos que no habían vendido su alma a otros…

2
Indurari: Latín, significa endurecido, fortalecido.
Echándose hacia atrás, sonrió y frotó la nariz contra la de ella.
―¿Cenarías conmigo?
―Claro.
―¿Tendrías sexo conmigo?
Ella resopló.
―Ahora te estás pasando.
―Tú eres la que está desnuda entre mis brazos.
―Eso es para castigarte.
―Está funcionando. ―Presionó su mano contra su pene―. A este ritmo, voy a morir
de envenenamiento por testosterona. ―Lo que era una realidad para los Andarions. Era
una preocupación real para los machos de su especie.
―¿Es por eso que la inteligencia artificial de la nave tiene la voz de una actriz porno?
Eso probablemente debería avergonzarle, pero en lugar de eso le hizo gracias.
―Un hombre tiene que tener algunos vicios. Era el mal menor. Además,
modelé su voz para que fuese como la tuya.
―Yo no sueno así.
―Sí, lo haces. Eres la hembra más sexy que ha existido nunca. Ninguna se
acerca a tu perfección. Solamente el tono sensual de tu voz diciendo mi nombre era 106
suficiente para excitarme cada vez, amor.
Ella abrió la boca para preguntarle si le decía en serio que se había masturbado en esta
nave con recuerdos de ella cuando la IA les interrumpió groseramente.
―¿Fain? Tengo al embajador Dane en espera. ¿Quieres continuar la comunicación? ¿O
debería dejarle un mensaje de tu parte?
Ella vio el amargo pesar que cruzó por su rostro.
―Mantenle en la línea. Dile que estoy yendo. Es imperativo que hable con él. No dejes
que cuelgue.
―Recibido.
―Ve. ―Le dio un empujón hacia la cubierta de vuelo.
Inclinando la cabeza, él salió a la carrera. Pero al llegar a la escalera, se detuvo para
mirarla. El primitivo calor en esos preciosos ojos Andarion la quemó y la dejó sin aliento.
Sin saber cómo sentirse, Galene regresó a su habitación y se vistió.
Cuando se reunió con él, estaba hablando con Ryn Dane, el embajador Tavali para el
CUT. Igual que su hermano menor, quien era el emperador Caronese, Ryn tenía el cabello
rojo y los ojos azul oscuro acero que traicionaban una inteligencia afilada. Aunque Darling
Cruel y él eran solamente hermanastros, emparentados a través de su padre, sus rasgos
eran sorprendentemente similares.
―¿Estás seguro de esto, Hauk?
―Mucho.
―Bueno, eso es totalmente decepcionante y muy preocupante. Pero lo más triste es
que no es inesperado y menos aún sorprendente. Sólo me molesta que un Tavali rompiera
el Código. Me encantaría ponerle las manos encima a ese bastardo y arrancarle
personalmente su Canting y su sangre. ―Ryn se detuvo cuando vio Galene por encima del
hombro de Fain―. Comandante Batur… es un honor conocerla formalmente. Puedo ver
que Talyn ha heredado su fiereza.
―¿Discúlpeme?
Fain se hizo a un lado y le dedicó una sonrisa.
―Ryn es el que ayudó a Talyn hace años a aprehender a Eriadne cuando Cairistiona
tomó el trono.
El calor picó sus mejillas por la ligereza con la que había tratado a alguien a quien
debía el universo. Ryn había salvado la vida de Talyn ese día, junto al equipo de ataque que
habían enviado para recuperar a la reina que había huido de la justicia Andarion. Un
equipo de ataque en el que habían estado Morra y Qorach.
Se lo debía todo a este hombre.
―Perdóname, señor embajador. No me di cuenta de que era usted. ―Era
extraño, no lo había recordado antes. Lo único que de verdad recordaba sobre ese 107
evento era el peligro al que Talyn se había enfrentado, sus heridas, y que cuando el polvo
finalmente se había asentado, Cairistiona había sido coronada Tadara y Eriadne había sido
sofocada con eficacia.
Ryn sonrió sin malicia y con buen espíritu.
―Fue hace un tiempo excepcionalmente largo. No se preocupe. Me alegro de haber
estado allí para ayudar entonces y ahora… Es un universo pequeño, de vez en cuando.
―Sí, lo es. Y había olvidado por completo que el capitán Tavali que les ayudó con su
misión estaba relacionado con el emperador Caronese.
Ryn le dio un guiño juguetón.
―Hay días que estoy seguro que a mi hermanito también le gustaría olvidarlo.
Ella soltó una carcajada. Buen mozo, refinado y suave, Ryn parecía ser un hombre
fácil de tratar. No era de extrañar que los Tavali lo hubieran escogido como su embajador
para tratar con las naciones y los gobiernos reconocidos. Aunque sabía que Ryn descendía
de una larga línea de criminales y pícaros Tavali, había algo innatamente confiable y
honesto en él. Un aire de serenidad jovial que era contagioso.
Ryn volvió su atención a Fain.
―Tengo una noticia impactante para ti, por cierto. Adivina a quién tengo a bordo
para unirse a la confabulación de tu Puerto StarStation…
―Ni idea.
―Trajen Thaumarturgus y su vicealmirante.
―¡Mientes!
―No, lo juro por el alma inmortal de mi padre. En realidad los tengo a él y a sus
asesores principales. Su tiempo estimado de llegada es de siete días.
Tragando, Fain sacudió la cabeza con incredulidad.
―¿Cómo?
Ryn se encogió de hombros.
―Sacrificando seis cabras y a una virgen.
―¿Eso es todo lo que hizo falta?
Galene deseó sinceramente saber de qué estaban hablando.
―¿Quién es Trajen Ta…?
―Tuh-mar-dar-gus ―dijeron lentamente y con una extraña sincronización, como si
estuvieran acostumbrados a hacerlo por los demás.
Por suerte, Fain se explayó un poco más.
―Él es un fantasma.
Galene arqueó una ceja.
108
―No, en serio. ―Fain levantó la mano en un signo Andarion de honor―. Es el líder
de la Nación de la Bandera de la Verdad Negra, el primero de los clanes Tavali. Nunca
aparecen por nada ni por nadie. Nunca. Completos fantasmas que operan bajo su propio
código de leyes. En el momento en que los ves, estás muerto. Más mito que realidad.
Sinceramente, no conozco a nadie que les haya visto nunca.
Vaya…
Como Fain, se quedó muy impresionada por la habilidad de Ryn para poder hacer
acudir a semejante personaje.
―¿Cómo lo has encontrado?
―Vino a mí. ―Ryn le sonrió a Fain―. Fue mi abuelo el que le introdujo en nuestra
nación y él desertó del Gorturnum hace mucho tiempo. Le conozco de toda la vida, pero
como has dicho, es solitario como el infierno. No le he visto lejos de su territorio en
décadas. Al parecer, su fiel mano derecha y almirante, Dagger, tiene un gran interés en esta
lucha, y consiguió convencerle para que se uniera.
―Maldita sea, Dane. Eres bueno.
―Mi madre está orgullosa. Hablando de eso, voy a transmitir tus noticias a los demás.
No temas, drey. Lo sabrán y nadie deseará que eso ocurra.
―Gracias.
Ryn golpeó su corazón dos veces en rápida sucesión con el puño cerrado antes de
abrirlo en un saludo Tavali.
Fain imitó el gesto y colgó.
―¿Te sientes mejor?
Él no contestó a su pregunta directa.
―¿Y tú?
―No estoy segura. ¿Confías en Dane?
―Más que en la mayoría.
―¿Por qué?
―No sé mucho sobre él, y eso dice mucho en esta comunidad, teniendo en cuenta su
alto perfil entre los Tavali. Ha mantenido sus escándalos a ninguno, y nadie sabe sobre sus
asuntos. Lo que sí sé, es que ha tenido varias oportunidades para hacerse con el trono de su
hermano y nunca lo ha hecho. Lo mismo con el puesto y rango Tavali de su madre. Es un
hombre extrañamente íntegro que entiende de verdad la lealtad.
―Está bien. Eso es algo raro. ―Galene frunció el ceño cuando una extraña
expresión cruzó el rostro de Fain. Aún más extraño, una luz pareció destellar detrás
de sus pupilas, iluminando el iris de sus ojos.
¿Pero qué…?
109
―Abróchate el cinturón.
A pesar de que la hembra se habría resistido a la orden gruñida de ese modo de un
macho civil, reconocía un mando militar cuando lo oía. Obedeció sin rechistar mientras
Fain se lanzaba al puesto de mando y se abrochaba a la silla del capitán.
―¿Qué ocurre?
Antes de que le pudiera responder, la alarma sonó. La nave respondió por él.
―Esta es la Storm Dancer. STA1-LY-8-GENC-NCOB-ORFC-Y.
Hubo una breve pausa.
―¿Serial y capitán?
Fain se hizo cargo.
―Tienes mi CCU3. No veo por qué necesitas eso, sobre todo porque aún no te has
identificado ni comunicado tu misión.
―Somos un crucero patrulla de la Liga en busca de rebeldes contra nuestras naciones.
Ahora identifíquese o será arrestado. Tiene tres segundos para responder.
―Capitán Chryton Doone. STA1-8LY-5831930-GENCX.

3
CCU: Código Comercial Universal.
―¿Compañía?
―Un copiloto orgánico. Una mecha.
―Necesitamos una confirmación visual.
El estómago de Galene dio un vuelco. Era imposible que no reconocieran el rostro de
ella. Había sido primera comandante del imperio Andarion durante casi una década. Había
tratado con la Liga más veces de las que podía contar.
Nos van a capturar.
Fain le dirigió una sonrisa maligna.
―¿Confía en mí?
―¿Tengo otra opción?
Resopló, después se liberó con un clic de su asiento. Fue echado hacia atrás y quedó
suspendido en medio de la sala de control dentro de una burbuja de plasma.
Galene se quedó sin aliento cuando se dio cuenta de lo que había visto antes en sus
ojos cuando el crucero de la Liga había llegado. Fain era la nave. Dioses Santos de Andaria.
Esta era una tecnología que cada nación había estado intentando perfeccionar
durante siglos.
Y Los Tavali la tenían.
Aturdida, vio como se hacía con el control absoluto de todas las partes de la
110
nave y cargaba contra el crucero y cazas de La Liga que los atacaban. A pesar de la
amortiguación de la burbuja, el impacto la golpeó con fuerza, pero permaneció en silencio
para no distraerlo.
Fain se encogió cuando uno de los disparos logró traspasar sus escudos y golpeó su
costado. Lo malo de estar conectado directamente a la nave era que sentía cada estallido
contra el casco como un golpe físico a su propio cuerpo. Y en el fondo de su mente sabía
que Galene estaba con él.
Ella estaba en peligro.
Él estaba violando su juramento al mostrarle esta tecnología. Ningún Renegado debía
exponer sus vinculaciones neuronales a un no-Tavali bajo ninguna circunstancia. Pero no
podía maniobrar una nave como ésta sin tripulación, y no iba a permitir que La Liga la
tomara.
A la mierda las leyes.
De esta no salía.
El Tavali podía tomar su Canting y su cabeza si así querían. No estaba dispuesto a
rendirse y que sus enemigos la atraparan por nada. Y honestamente, prefería luchar de esta
manera. Era mucho más personal. Como estar en el Ring Andarion. Puño-contra-puño.
Cuando se conectaba a la nave, él estaba en el espacio. Podía sentir la presión del vacío
presionando el metal. Lo asfixiaba. Y al mismo tiempo, se liberaba una parte de su alma.
Lo veía todo y nada. La oscuridad y la luz. Le daba una comprensión de la
inmensidad del universo y lo pequeño que era en comparación. Lo extremadamente
insignificante.
Por eso la mayoría de los pilotos no podían pasar las pruebas de Renegado. Porque se
rompían en unas pocas semanas o meses.
Menos del uno por ciento del uno por ciento podía dominar las tensiones físicas y
mentales que imponía sobre el cuerpo. No importaba el proceso de sincronización de unirse
a la nave. Le tomó un año completo que el mapa neuronal de sus circuitos cerebrales y los
de la nave se fundieran en un todo unificado. Un año antes de que un piloto pudiera
realmente dominar la nave como otra extremidad del cuerpo.
Las tasas de suicidio eran altas entre los Renegados, por lo general dentro de los
nueve meses después de la estabilización inicial del piloto y la nave; a pesar de que muchos
de ellos terminaban en “accidentes” fatales que se creían que se disfrazaban de suicidios y
no errores del operador presentados oficialmente en los libros de registro.
Las tasas de locura eventual eran aún mayores. Rara vez duraban una década antes de
que sus cerebros se deshilacharan más allá de la reparación, y la mayoría terminaba
en coma sin responder. Fain era uno de los pocos que se las había arreglado para
mantenerse unido durante tanto tiempo. Esa era la única razón por la Venik le había
permitido vivir.
Había arrojado a Fain en esto como una broma, esperando que acabara 111
muerto. Había pensado que sería histéricamente irónico fusionar a Fain a la nave en la que
había estado esclavizado. Una manera cruel de devolvérsela a un Andarion.
Sí…
No había funcionado tan bien como Venik había planeado. Nunca subestimes el
instinto de supervivencia de un Hauk, o la necesidad de ser el dolor en el culo de alguien
por hacerle daño a él o ella.
Había una razón por la que la familia de Fain era legendaria.
Fain volvió y disparó una ráfaga a los cazas de la Liga, cuando cerraban fila a su
alrededor. No tenían ni idea de a qué se estaban enfrentando. Pensaban que era una
tripulación dividida.
No un simple organismo viviente.
Se deslizó por delante de ellos y se dirigió de nuevo hacia el espacio controlado por
los Tavali. Pero no fue hasta que viró alrededor de la luna meridional de Nebyla III que se
dio cuenta de algo.
Allí no había refuerzos Tavali. Ni patrullas, y debería haber habido al menos una.
Estaba volando a oscuras.
Minsid infierno. ¡Había sido una trampa! El que había estado transmitiendo esos datos
de la Sentella había hecho esto para conseguir que Galene estuviera aquí para contactar con
ellos. Sabían que ella dejaría la estación para hacer un informe en solitario a la
comandancia, donde no habría ningún riesgo de ser oídos.
Y como un tonto, les había dirigido directamente a esta trampa.
Algo que quedó demostrado cuando aparecieron más fuerzas de la Liga. No deberían
haber sido capaces de llegar allí sin enfrentarse a un contraataque Tavali masivo. Todo este
sector debería haber estado asegurado y bloqueado por las tropas de Venik. Solamente un
superior en su nación podría haber hecho retroceder a las patrullas Tavali y despejado la
ruta a la Liga.
―Entrega tu nave, Hauk. No hay necesidad de morir hoy. ―El hecho de que supieran
su nombre confirmó sus sospechas.
Se rió ante la orden.
―¿No lo has oído? Los War Hauks no se rinden, giakon. Nos llevamos a nuestros
enemigos con nosotros a la tumba. ―Se zambulló bajo el crucero.
Y directamente a un enorme enjambre de cazas.
Fain reventó dos y embistió un tercero. Uno de sus motores explotó, haciendo
que su nariz sangrara y que su pierna se quedara entumecida por el impacto.
Haciendo caso omiso del daño, giró y esquivó a otro grupo que se acercaba por un
lado y por detrás.
Se volvió para disparar contra ellos, luego se detuvo. 112
Por un segundo completo, no pudo respirar cuando vio a Chayden, Morra, Qory y
Talyn liderando un equipo de rescate.
Galene por fin hizo un ruido para protestar al oír a Talyn gritando órdenes por su
comunicador.
―Oh, buen Dios, ¿ese es mi embrión?
Fain se rió por la forma en que había llamado a su gigantesco hijo.
―Sí, lo es.
―¡Voy a matarlo!
Fain retrocedió y dejó que los demás se hicieran cargo. Normalmente, habría
participado hasta el final, pero no se suponía que se dedicara a luchar en solitario con un
witherwin a bordo. Podría tener un montón de problemas por eso.
Incluso perder su nave y su Canting.
Y ya que había Tavali en la mezcla, lo mejor era dar marcha atrás y desconectarse de
la nave antes de que alguien se diera cuenta que estaba volando un Renegado.
Como si Chayden sospechara lo que estaba pasando, voló para darle cobertura
temporal y darle a Fain un momento para deshacerse de la conexión neuronal.
―Conejo Sicópata a Burbuja, ¿por qué no devuelves tu preciosa carga al campamento
y dejas que los chicos grandes terminemos de sacar la basura de casa por ti?
Galene arqueó una ceja.
―¿Conejo Sicópata?
Fain resopló.
―No tengo ni idea de porqué le llaman así. Me dijeron que mató el último humano
que se lo preguntó.
Las luces de la consola se encendieron y la alarma de comunicación por radio se
apagó.
Galene miró a su alrededor con nerviosismo.
―¿Qué es eso?
―Tu embrión solicitando permiso para aterrizar en mi nave. ―Fain configuró la
secuencia de Talyn y Gavarian para entrar en el hangar de Storm Dancer, luego, se liberó de
los psilinks para poder controlar manualmente su nave.
Para cuando su asiento se enderezó y la conexión se cortó, el dolor le partía la cabeza
en dos. La agonía le envió al suelo con una severa hemorragia nasal.
―¿Fain? ―Galene corrió a su lado para ver cómo estaba.
No pudo hablar mientras luchaba por respirar. Maldita sea, dolía. Dicho esto,
aceptaría cualquier dolor por sentir sus manos sobre su cuerpo mientras le frotaba
la espalda para consolarlo. Por ver la preocupación en sus ojos claros cuando
fruncía el ceño. 113

¿Qué tan enfermo era eso?


―Voy a estar bien, Stormy.
Le pasó la mano por la mejilla.
―No te ves bien. ¿Estás enfermo?
―He salido demasiado rápido. Sucede cada vez que corto el lazo sin la secuencia
correcta. ―Se puso de pie. Honestamente, estaba tembloroso y débil. Enfermo del
estómago. El sudor le caía de la frente, acababa de conseguir ubicarse cuando Talyn saltó
literalmente por la puerta de la cabina de vuelo, arrojó su casco al suelo, y se apoderó de su
madre en un fuerte abrazo.
Talyn la sostuvo con sus pies colgando muy por encima del suelo.
―¿Estás bien?
―Me estás aplastando.
―¿Estás bien? ―repitió Talyn.
―Estoy bien, pero el hecho es que no puedo respirar, tana.
Sólo entonces Talyn aflojó los brazos. Dio un paso hacia Fain.
Galene le sujetó.
―No lo hagas.
―Te ha puesto en peligro. Creo que eso requiere una pequeña cojera de su parte.
Ella negó con la cabeza.
―No quiero oírlo de alguien como tú, dado el número de años que me has quitado
más de una vez del susto. Ahora compórtate.
La hostilidad en los ojos de Talyn decía que hablarían más tarde.
Fain suspiró pesadamente. Talyn nunca le aceptaría como su padre.
Lo que fuera. Se había criado en medio del desprecio familiar. Nada nuevo allí.
Simplemente desearía que no le doliera tanto verlo en el rostro de Talyn.
Haciendo su mejor esfuerzo para ignorarlo, Fain tomó el control manual de la nave y
les dirigió de nuevo a la base mientras que los otros se quedaban para luchar contra sus
enemigos.
―¿Lograste pasar un mensaje antes de que fueras atacado? ―Gavarian preguntó
mientras se movió para pararse al lado de Fain.
Fain asintió.
―Apenas. ¿Por qué?
―No lo sé. Antes de irnos, oí algo raro del Tavali que no entiendo.
―¿El qué?
―Solamente otro final de una transmisión en la que decían que tenían que 114
arrancar y enterrar el Canting de Escoria-verruga. ¿Alguna idea de qué estaban hablando?
―Sí. Significa que quieren quitarme mi estandarte Tavali y dejarme sin ciudadanía.
Gavarian frunció el ceño.
―¿Tú eres Escoria-verruga?
Un tic le palpitó en la mandíbula cuando Fain asintió sutilmente. El término era uno
que lo lanzaba instantáneamente a un nivel de violencia que no solía alcanzar sin Dancer o
Darice cerca para enojarle. Si descubría quién lo había utilizado, le encantaría tener sus
gargantas en un puño.
―“Escoria” es el término Tavali para un miembro reclutado o esclavizado de una
tripulación atada.
O una puta.
―Entonces, ¿cómo sabes que se referían a ti?
Cómo desearía no saberlo. Por desgracia, no podía ser nadie más.
―Escoria-verruga es el nombre de mascota que Venik me puso, es decir, soy un grano
en su trasero.
Gavarian arqueó una ceja ante la amargura que Fain no pudo mantener fuera de su
tono.
―¿Entonces por qué vuelas para él?
Mordaces recuerdos se elevaron e intentó volver a enterrarlo en un lugar donde no le
dolían tanto. Una tarea imposible, en realidad, pero Fain no era nada sino un glotón para
los esfuerzos insensatos.
―No se me dio una elección. ―Se limpió la sangre que seguía manando de su
nariz―. Cuando me llevaron, Venik incrustó un interruptor en mi cerebro. Un empujón y
mi cabeza estallará como un melón. O hago lo que dice, o muero.
Lo cual, en efecto, le convertía en la puta de Venik.
Galene jadeó, horrorizada por sus palabras.
―¿Hablas en serio?
La seriedad mortal en sus pálidos ojos la dejó helada.
―Es lo último con lo que se me ocurriría bromear.
No podía creerse que usara ese tono displicente.
―¿Quién más lo sabe?
Dirigió su mirada alrededor de ellos tres.
―Ustedes tres, Venik, el cirujano que lo puso, y Syn, que una vez intentó
desactivarlo o sacarlo.
―¿Y no pudo?
Fain negó en respuesta. 115
―Si lo hubiera intentado a los pocos días de la implantación, podría haberlo sacado.
Pero ya se había convertido en parte de mi cerebro. Extraerlo o quemarlo ahora, me mataría
al instante.
Así que todavía estaba esclavizado a Venik, sin libertad real. Eso era lo que Jayne le
había insinuado cuando le dijo que la vida de Fain tampoco había sido un día de campo.
¿Qué más ocultaba?
―¿Por qué iba Venik a hacerte eso? ―preguntó Talyn.
Fain dejó escapar un suspiro de exasperación antes de responder.
―Cree que es divertido ser dueño de un miembro del famoso linaje War Hauk como
su mascota personal. ―Se encontró con la mirada de Galene y el tormento detrás de esa
expresión en blanco hizo que le doliera el estómago por él―. Parece que Keris tenía razón,
después de todo. Mi único propósito en la vida es servir como un perro de ataque.
Galene se estremeció por su tono seco cuando esas palabras la llevaron de vuelta al
pasado, cuando Fain había sido aceptado en la Academia Médica del Norte de Eris. Había
estado tan emocionado cuando su consejero le había dado la noticia en la escuela. Menos
del uno por ciento de los solicitantes eran aceptados en su prestigioso programa. Era la
escuela de medicina con el acceso más difícil de los Nueve Mundos. Y a diferencia de ella,
Fain lo había hecho sin un prestigioso entorno familiar médico respaldándolo.
Lo había hecho por su cuenta, sin ayuda de nadie. Igual que la Felicia de Talyn.
Eufórico porque su arduo trabajo y horas extras después de la escuela habían dado
sus frutos, Fain había corrido todo el trayecto a casa para contarles a sus padres la increíble
noticia.
Cuando Galene le había llamado más tarde, su felicidad había desaparecido por
completo. Había sido cuidadosamente reservado, su expresión idéntica a la que utilizaba en
presencia de sus padres, abuelos, y su hermano mayor.
―¿Qué ocurre?
―Nada.
Su brusquedad la había herido.
―¿Qué han dicho tus padres de tu carta de aceptación? Mi padre está encantado de
tener…
―No voy a la escuela de medicina contigo, Galene.
―¿Qué? ¿Por qué?
―Los War Hauks no son médicos. Era una idea estúpida.
Había fruncido el ceño por el enlace.
―No lo entiendo. Has trabajado muy duro para entrar. Tomaste todas esas
clases avanzadas… Es lo que querías hacer. Todo lo que siempre has querido ser.
116
La amarga risa de Keris había hecho eco en el fondo.
―No seas ridícula. Solamente lo han dejado entrar para que puedan presumir de
tener un War Hauk en su rol de asistencia. Fain es un idiota. Lo único que se le da bien es
ser un perro de ataque y que le pateen el culo. Lo último que cualquier Andarion quiere es
que algo tan tonto como él les trate cuando necesitan a un médico de verdad.
Los ojos de Fain habían estado tan muertos como los que la miraban ahora.
―Mi padre me ha inscrito en mi servicio obligatorio esta tarde. Entraré en el ejército
este otoño.
Galene vio a ese niño herido en el hombre feroz ante ella. Aún desafiante frente a los
que lo poseían y obligaban a una vida en la que nunca había tenido nada que decir
Cerrando la distancia entre ellos, ella apoyó la barbilla en su hombro y le puso la
mano en la cadera.
―No eres un perro, Fain.
Fain saboreó esas palabras tanto como su abrazo.
Como ella solía hacer.
Por un momento, no fue el animal cibernético en el que Venik y los demás lo habían
convertido. Se sintió Andarion de nuevo. Como si tuviera algún control de su futuro.
Era extraño que de todos los seres en su vida que habían pretendido poseerle y
controlarle, el único al que siempre había querido entregarse era a ella.
Y era la única que se había negado a controlarlo jamás.
Como no quería pensar en eso, voló de regreso a la estación, donde todo un pelotón
de soldados del cuerpo de Hadean esperaba su llegada. Desafortunadamente, para el
momento en que los vio, los contralores habían tomado posesión de su nave y todo fue
desactivado para arrastrarlo hacia la bahía.
Sangrienta minsid…
Fain apretó los dientes por lo que eso significaba para él.
Talyn se desabrochó y se trasladó para colocarse a su lado y estudiar a los agentes
armados.
―¿Qué es eso?
Mierda por venir.
―Son del cuerpo de Hadean. Las fuerzas Tavali.
―¿Sí? ―lo instó Talyn.
Fain no dijo nada más hasta que apagó los motores y abrió la escotilla.
―No te preocupes. No tiene nada que ver con tu madre o contigo.
Con el estómago encogido por la ira, bajó por la rampa. 117
Efectivamente, el capitán del cuerpo se adelantó.
―Comandante Hauk, estás siendo llevado en custodia, en espera de una investigación
y audiencia.
Galene jadeó. Corrió hacia ellos.
―¿Qué significa esto?
El capitán esposó las manos de Fain a su espalda.
―Es un asunto Tavali.
―¿Fain?
Él la miró a los ojos y le ofreció una sonrisa burlona.
―Solamente responde a sus preguntas con honestidad, keramia.
Galene se quedó aturdida cuando ellos arrastraron a Fain, y no protestó.
Kareem Venik se acercó a saludarla.
―¿Comandante? ¿Le importaría contestar a algunas preguntas?
Talyn se interpuso entre ellos.
―Ella no va a ninguna parte sin su escolta.
Kareem asintió.
―Lo suficientemente justo. Por favor sígame.
Galene siguió a Kareem mientras Gavarian y Talyn se convirtieron en su sombra. Con
cada paso que daban hacia el centro de la estación de arrestos, su temor por Fain se triplicó.
―¿Qué es todo esto? ¿Por qué han detenido al comandante Hauk?
―No estoy en libertad de discutir eso con witherwins.
―¿Witherwins?
―Un no Tavali. ―Kareem se detuvo en una oficina y abrió la puerta. Les permitió
entrar primero. Por su expresión, ella supo que él también estaba preocupado por lo que
estaba sucediendo.
Así que decidió intentar un enfoque más maternal.
―¿Kareem? Sé que consideras a Fain de la familia. Por favor… no quiero verle herido
o en problemas. ¿Qué puedo hacer para ayudar?
Él miró nerviosamente hacia una esquina. La mirada furtiva le hizo preguntarse si
estaban siendo observados o grabados.
―Si no le importa, comandante, yo haré las preguntas. ―Hizo un gesto para
que tomara asiento.
Se sentó mientras Talyn y Gavarian tomaban posiciones detrás de ella. Tuvo
que dar a Kareem el crédito de no salir huyendo ante sus serios guardias. Una
criatura menor habría perdido los nervios. O por lo menos, el control de su vejiga. 118
Sobre todo teniendo en cuenta la mueca de desprecio en el rostro de Talyn, que prometía
una paliza si la palabra equivocada se escapara de los labios del Tavali.
Con excepción de aclararse la garganta, Kareem no traicionó ninguna señal de
incomodidad.
―¿Comandante? Um… ¿puede describirme el ataque que ha sufrido? Tengo que
presentar un informe sobre qué es exactamente lo que ha sucedido durante la pelea. Sólo
necesito su reporte sobre lo que llevó al encuentro y qué acciones tomó el comandante
Hauk durante y después de la misma. Usted no está en problemas. Se trata de un informe
de rutina. Nada más.
Sí, claro. No era tonta. Su cuidadoso tono y maneras rígidas desmintieron esas
palabras.
―El comandante Hauk y yo salimos para contactar con su hermano cuando fuimos
atacados.
―¿Por qué estaban ahí? ¿Por qué no ponerse en contacto con su hermano desde la
base?
―Eso es asunto Sentella.
―Sí, pero usted no tendría que salir de la estación por eso.
Ella arqueó la ceja ante su tono.
―¿Me está acusando de algo?
―No, comandante. Solamente siento curiosidad sobre su salida, eso es todo. Parece
extraño.
―Y como comandante de la Alianza, no respondo ante usted. Si su padre tiene
preguntas, puede hacérmelas él mismo. ―Ella se levantó.
―Espere, comandante, por favor. No era mi intención ofenderla. Pero necesito
preguntarle algo más.
―¿Y eso es?
―¿Es usted una piloto entrenada y con licencia?

***

Fain cruzó los brazos sobre su pecho mientras miraba a través de las barras de plasma
hacia Venik. Completamente calmado e indiferente de la furia de su dueño, parpadeó
lentamente y metódicamente. Luego maldijo cuando su nariz comenzó a sangrar de
nuevo. Por experiencia, sabía que le estaría fastidiando así durante los días
venideros.
Como lo haría el dolor de cabeza actual que palpitaba infernalmente.
119
Él nunca había querido los implantes neurales. Ven le había forzado esta mierda en él.
Ahora quería ahorcarlo por eso.
Típico.
Fain limpió la sangre y desafió a Ven con su mirada a decir cualquier cosa al respecto.
Curvando el labio, Venik empezó a avanzar, luego recordó las barras que lo habrían
chamuscado si cometía el error de tocarlas.
―¿Tienes alguna idea de la tormenta de mierda que podrías hacer caer sobre nuestros
culos por esa artimaña que hiciste? ¡Me debes, Hauk! ¿O has olvidado cómo te encontré?
Fain rió amargamente ante el recuerdo del desconcierto en el rostro de Venik cada vez
que se enfrentaban.
―Sí, recuerdo ese día. Cómo podría olvidar alguna vez que me arrastraste fuera de mi
celda de confinamiento por el cabello, con las manos esposadas a la espalda, luego
disparándome en mis dos rodillas antes de retenerme en el suelo con tu pie en mi garganta,
y te jactaste con tu tripulación por lo fácil que fue someter a un poderoso niño War Hauk
quien ya estaba medio muerto de hambre y de meses de ser brutalmente golpeado por sus
esclavistas. Sí, Ven, fuiste un gran, increíble y rudo Tavali que derrotó mi gastado pellejo de
mierda. ―Aplaudió sarcásticamente―. Como siempre, estoy impresionado por tus
asombrosas habilidades de lucha.
Venik sacó el detonante del implante de Fain y lo levantó para que él lo viera.
―Debí haberte matado.
―Probablemente. ―Fain hizo un gesto hacia el pequeño detonador―. Todavía no es
demasiado tarde. Ni siquiera tendrías que ensuciarte las manos. ―Echó un vistazo hacia las
monótonas paredes grises―. El lugar podría necesitar un toque chispeante de color. Nada
mejor que materia cerebral en acero para poner el temor de los dioses en tus enemigos.
Adelante.
Durante un minuto, pensó que podría haber presionado finalmente a Venik
demasiado.
Pero justo cuando Venik comenzó a presionar la descarga para matarlo, gruñó y lo
devolvió a su bolsillo.
―No sé por qué te tolero.
―Yo soy el único que te dice la verdad. Sin miedo.
Un tic empezó a palpitar en la mandíbula de Venik mientras miraba fijamente a Fain
como si tratara de ver el interior de su alma.
Después de una larga espera, finalmente golpeó el desbloqueo de las barras.
―Sí, tu no ansiabas nada. Nunca lo hiciste. Todos los años que llevo
conociéndote, nunca me has pedido nada excepto tiempo fuera de servicio para
atender las necesidades de tu hermano. Nunca nada para ti mismo. Es por eso que
no creo las mentiras que alguien está echando contra tu honor. Pero la confianza no 120
es fácil para mí y sabes eso. Sabes por qué. Como has dicho, tienes un montón de razones
para odiarme. Más que la mayoría. Y entiendo eso, también. Te hice cosas de las que me
arrepiento en retrospectiva. Desgraciadamente, no puedo cambiar lo que te hice porque
odiaba a otros. Nosotros dos tenemos que vivir con mis errores, y por eso lo siento. Te
conocí en un mal momento de mi vida. Y tú pagaste por un odio que no era tuyo. ―Ven
dejó escapar un profundo suspiro―. Pero no me hagas tener que matarte, Hauk. Al final
del día, lo haré si tengo que hacerlo. Sabes que lo haré.
Fain resopló.
―Ahora solamente estás tratando de excitarme. No hagas promesas que no vayas a
mantener. Eso está mal, Ven.
Venik rodó los ojos.
―Eres un bastardo enfermo.
Sin comentar sobre algo que ambos sabían que era verdad, Fain tomó sus cosas de
Venik y ató los blasters a sus caderas mientras se dirigía de vuelta hacia el hangar.
Pero al salir de la zona de retención, casi chocó con Galene, quien lo esperaba en el
pasillo.
Se congeló ante la visión de ella. Y ante la tierna expresión en su rostro.
―¿Todo eso era cierto?
―¿Qué? ¿Que soy un idiota? Sí. Es lo que todo el mundo sigue diciéndome. Talyn dijo
que incluso hizo una encuesta y todos estuvieron de acuerdo por unanimidad en esa
realidad de la base de mi personalidad. ―Él esperó un duplicado de la expresión y los
sonidos de irritación de Venik, pero por una vez, ella lo decepcionó.
En cambio, extendió la mano para apartar las trenzas de su rostro y ahuecar su mejilla
en un gesto tierno de afecto. Delineó la línea de su ceja con el pulgar.
―Me sorprende cuán similares son tu hijo y tú al no haber tenido ningún contacto el
uno con el otro. Mis pequeños gemelos lorina.
Esas palabras lo ahogaron. Era la primera vez que realmente había llamado a Talyn de
él, sin que pretendiera hacerle daño.
―Así que los dos te irritamos el culo, ¿eh?
Ella suspiró con una leve sonrisa ante eso.
―A veces… Talyn, al igual que tú, empuja verbalmente a todos para protegerse. Si él
los incita a rechazarlo primero, entonces controla el rechazo. De esa manera, cuando le
insultan por las cosas que no puede evitar, no le molesta. Se siente como si se lo ganó y
puede aceptar su hostilidad y el juicio sin dolor. Justo como tú siempre lo hacías
cuando eras un niño.
Fain se quedó en silencio al darse cuenta de cuánta razón tenía. Como un War
Hauk en Andaria, él había sido juzgado por todos. Debido a la fama, el legado de su
familia, y los logros de Keris, tanto había sido esperado de él que había sido difícil 121
funcionar, especialmente cuando era un niño. Eso era parte de lo que había llevado la
adicción a las drogas de Keris. Todos ellos eran monstruos andantes de la naturaleza. Todo
el mundo se quedaba mirándolos. Queriéndolos conocer y tocar.
Queriendo derrotarlos y demostrar que él y sus hermanos no eran nada mejor que
nadie. Y no lo eran. Ellos nunca habían dicho que lo eran.
Sí, eran los descendientes directos de la familia célebre que había contenido a los
invasores extranjeros, y pagado por ello con sus vidas, pero en su mente, en la mente de su
familia, eso era lo que hacían los Andarions.
Todos los Andarions.
Eso no los hacía especiales. Solamente era de esperarse. Luchaban cuando se
enfrentaban. Sin importar el tamaño del enemigo. Desafortunadamente, el resto de la
Androkyn no sentía de esa manera. Se habían balanceado entre lo hostil y lo grosero, o la
adoración y lo espeluznante.
Keris había encontrado consuelo de la presión de esa condena y expectativa en las
drogas. Dancer había encontrado consuelo haciéndose amigo de su príncipe, quien incluso
era un monstruo más grande de lo que eran ellos. Y así la fama de Dancer había sido
desviada hacia Jullien, cuya notoriedad y vida bajo un microscopio mordaz eclipsaba la
suya.
Atrapados entre ellos en edad, Fain había sido dejado colgando. El único lugar de
comodidad que había conocido alguna vez estaba en los brazos de la hembra frente a él.
Galene nunca lo había juzgado por su familia o linaje. Ella, por sí sola, lo había visto por
quién y qué era realmente. Y después de que ella se había ido, él no había tenido a nadie en
absoluto.
Ahora el calor de su mano quemaba su piel. Y con ella llegó una oleada de miseria
prima que se apoderó de él mientras retrocedía un paso, fuera de su alcance.
―No lo hagas, Galene.
Ella frunció el ceño.
―¿Que no haga qué?
―No vuelvas a mostrarme la luz y luego condenarme de nuevo a la oscuridad. ―No
podría manejarlo mentalmente de nuevo. Le había llevado demasiado tiempo llegar a un
lugar donde pudiera funcionar sin ella.
Demasiado tiempo para encontrar la paz en un universo que le envidiaba una vida
que nunca había pedido.
Amargado y molesto, miró más allá de su hombro hacia donde Venik los
miraba con curiosidad. Brax solamente era una de las muchas razones por las que
no podía dejar que nadie se le acercara.
―No sé lo que estaba pensando. Fue un sueño estúpido. 122
Y él había sido un idiota por creer por un minuto que podría alguna vez tener una
vida normal otra vez. Ella era la primera comandante para la armada Andarion. Mejor
amiga de la reina Andarion.
Él era un Paria.
Sí, Cairistiona lo había adoptado, pero eso no era real. Ella lo había hecho solamente
para atacar a su madre, la perra que odiaba y había avergonzado a Cairistiona cuando eran
jóvenes.
He terminado siendo un peón. Era hora de quitarse del juego antes de que trajera más
vergüenza a su familia. Y se lastimara a sí mismo.
Con su corazón rompiéndose con una realidad que nunca podría cambiar, se fue y se
dirigió de vuelta hacia su nave.
Por unos segundos, pensó que estaba libre en casa. Hasta que escuchó a Galene
aproximándose a él por detrás.
Ella tiró de él hasta detenerlo. Su toque vacilante y el anhelo extrajeron más dolor de
él de lo que hubiera pensado soportable. Le tomó todo lo que tenía para no aplastarla
contra sí y correr con ella tan lejos de aquí como pudiera.
Pero Ven y los demás lo encontrarían. Lo arrastrarían de vuelta. No había escapatoria.
Nunca había sido libre.
Él nunca podría ser libre.
El aliento de Galene se trabó al ver la miseria absoluta en los ojos de Fain. El dolor
expuesto en su rostro.
―Chayden y Morra sacaron los registros en tu nave y los manipularon antes de que
los Tavali llegasen a ellos. Me dijeron lo que arriesgaste por mí. Y le dije a Kareem que te
ayudé en la batalla y con el vuelo. No sé por qué preguntó hasta que la entrevista había
terminado y Chayden se encontró conmigo fuera para decirme que no se suponía que me
mostraras lo que hiciste. ¿Por qué correrías el riesgo de una sentencia de muerte?
―Sabes por qué, Stormy.
―No, no lo hago. ―Frunció el ceño hacia él―. Me confundes tanto, y… ―Maldijo
cuando su auricular se activó. Dando un paso atrás irritada, le dio un toque―. Comandante
Batur.
Fain observó las emociones cubrir su hermoso rostro. Galene nunca había sido capaz
de ocultar bien sus sentimientos. Fue una de las cosas que más había amado de ella. Nunca
tuvo que adivinar. Ella dejaba que todo el mundo supiera exactamente lo que sentía por
todo.
―¿Hay algún problema?
―Otra transmisión. ―Mordiendo su labio, vaciló―. Quiero terminar esta
discusión.
123
Él resopló amargamente.
―No voy a ir a ninguna parte.
Para su sorpresa, ella tomó su mano entre las suyas y la llevó contra su suave mejilla.
Cerrando los ojos, acarició sus dedos y le dio un tierno beso a la palma que lo dejó duro y
dolorido.
―¿Qué quiso decir Venik cuando dijo que te hizo cosas que lamentaba?
―Él me convirtió en un cyborg.
Ella negó con la cabeza.
―No. Había más que eso.
Apartando la mirada, Fain dejó caer la mano cuando viejos recuerdos se dispararon.
―No quiero hablar de eso. No importa.
Ella ahuecó su mejilla y le obligó a mirarla a los ojos.
―Sí, lo hace. Puedes tratar de enterrarlo, pero siempre regresa para hacerte daño.
Nadie lo sabe mejor que yo.
Hizo una mueca ante sus palabras.
―Yo nunca tuve la intención de hacerte daño. Pensé que te olvidarías de mí y tendrías
una vida mejor. Juro por los dioses, que lo hice.
―Ahora lo sé. Y no fue tan malo. No realmente. Sin importar mis temores por Talyn,
tuvimos una buena vida en su mayor parte. Los mejores recuerdos de mi vida han sido
gracias a ti, Fain, y el hijo que me diste. Habrías estado tan orgulloso de él. Él ha sido un
honor para nosotros dos.
―Hablas como una verdadera madre Andarion.
Ella se rió.
―Ven conmigo. Aprende sobre el hijo que no has conocido. Los dos han sido extraños
el tiempo suficiente.
Él tragó saliva ante la sensación de su mano en la suya mientras sentía la vieja oleada
de proteccionismo golpeándolo. La ferocidad era abrumadora. Durante un minuto, no
podía respirar. Era un fuego en su sangre diferente a todo lo que había experimentado
alguna vez. Y solamente Galene le había hecho sentirlo alguna vez.
Maldita sea. Ese era el porqué siempre sería un estúpido por ella y solamente ella. Lo
poseía más de lo que Venik jamás podría.
Y ella no necesitaba un interruptor. Un gesto podía destriparlo. Una palabra dura era
como un cuchillo en su corazón.
Odiando cuánto control tenía ella sobre su vida, la siguió hasta el centro de
mando, donde Talyn y Gavarian estaban de nuevo en servicio. Sólo que esta vez,
tenían a los Tavali con ellos, por lo que fueron mucho más precavidos con sus
palabras. 124

Talyn pasó una mirada de advertencia hacia un Tavali para hacerles saber que él era
más sospechoso antes de que saludase a su madre.
―Comandante. ―Tendió su banda hacia ella―. La Liga parece estar en retirada, por
ahora.
―Gracias, comandante. ―Ella sonrió hacia su hijo y su decoro militar―. ¿Por qué no
toman su descanso el mayor y tú?
―Sí, ma’am. ―Cuando él se dirigió a la puerta, esta se desplazó abriéndose para
admitir a un pequeño macho humano.
Galene se sorprendió por la presencia del muchacho.
De nueve años de edad, era tímido y adorable. Con el cabello castaño y tristes ojos
azules, rápidamente escaneó al grupo y dio un paso atrás al ver a Gavarian y a Talyn,
quienes eran gigantes en comparación con su pequeño tamaño.
Talyn frunció el ceño, pero suavizó su tono al hablar.
―Los civiles no están permitidos aquí.
El Tavali más cercano al chico se rió.
―Todo está bien. Estoy seguro que lo único que quiere es a su padre.
Fain inhaló bruscamente mientras Talyn arqueó una ceja.
―¿Su padre? ―preguntó Talyn.
El Tavali señaló a Fain.
―Hauk.
Si las expresiones fueran letales, las tripas de Fain estarían manchando todo el panel
de instrumentos detrás de él. No estaba seguro de quién lo odiaba más en ese momento,
Galene, Talyn o Gavarian.
El único que no lo odiaba era Warwyk cuando el muchacho humano corrió hacia él y
saltó a sus brazos en busca de refugio.
Fain le acurrucó a su lado por costumbre. Temiendo sus suposiciones y la ira, se
enfrentó a los Andarions y se encogió.
―Puedo explicar.
Ese tic familiar empezó a palpitar en la mandíbula de Talyn.
―Perdóneme, comandante. Iba a decirte sobre esto luego. Parece que Hauk tiene una
amante en la estación. Yo sabía que tenía un niño que vivía con ella. Supuse que el chico
tenía otro padre. De lo contrario, te habría advertido.
La mirada de Galene se oscureció cuando los dos Tavali comenzaron a reírse.
―Cállense ―les dijo Fain bruscamente. Dejó escapar un cansado suspiro
cuando se enfrentó a Galene, Talyn y a Gavarian―. Los tres, síganme.
125
Galene negó con la cabeza.
―No pienso ir a conocer a tu amante, ¡bastardo!
Suspirando, Fain se encontró con los ojos como platos de War.
―War, dile a la señora con quién vives.
―M-m-mi hermana ―susurró―. ¿Por qué están tan enojados contigo, paka?
Fain trasladó al chico a su otra cadera.
―Es un malentendido. Bueno, ¿qué es lo que te tiene tan molesto?
Los labios de War se estremecieron mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Él
apretó sus puños en las trenzas de Fain para mayor comodidad.
―Es Vega… ella me lanzó afuera y cerró la puerta. Dijo que no quiere a ningún
hombre a su alrededor nunca más y que mientras yo tenga un pene, no puedo entrar nunca
más. Me gusta mi pene, paka, pero amo a mi hermana. ¿De verdad tengo que elegir entre
ellos? Quiero decir, creo que elegiré a mi hermana, pero me gustaría conservarlos a los dos
si pudiera.
Fain dejó escapar un largo sonido de frustración.
―Oh, queridos dioses.
Las manos de War se apretaron en el cabello de Fain.
―¿Puedo venir a vivir contigo paka, si ella no me deja volver a entrar?
―No te preocupes, mi tana. Haré que vuelvas a entrar con ella. ―Fain frotó la espalda
del chico mientras miraba a los tres Andarions que seguían ceñudos hacia él.
Haciendo caso omiso de Talyn y Gavarian, centró su atención en Galene.
―Yo que no sé nada sobre ser una niña adolecente, ¿te importaría ayudarme a
averiguar lo que está pasando con su hermana?
Eso quitó algo de la ira de su mirada.
―¿Disculpa?
―Su hermana acaba de cumplir quince años. Al parecer, algo debe haber sucedido en
la escuela hoy. Y ya que soy un varón, no creo que ella quiera verme, tampoco. Ni que
decir, contarme lo que la tiene tan molesta, ya que es probablemente algo que ver con ser
una hembra. Así que por favor, ¿puedes ayudarnos a entender lo que está pasando con ella
y por qué quiere convertir a su hermanito en una hermana?
Eso retiró la ira de ellos tres, mientras intercambiaron ceños curiosos.
―Está bien ―dijo Galene lentamente―. Déjame ver a esta Vega.
Con una mirada de suficiencia, Fain llevó cargado a War y condujo a los tres
hasta los cuartos de la familia Tavali.
Cuando llegaron a la cubierta de los niños, Galene disminuyó la velocidad.
―¿Esto es un orfanato?
126
―Sí.
Galene echó un vistazo hacia Talyn, quien parecía tan avergonzado como ella.
―Lo siento, Hauk ―dijo con sinceridad―. Cuando vi el informe de que estabas
pagando por su lugar para vivir… salté a una mala conclusión acerca de ti.
Fain puso a War de vuelta sobre sus pies y le tomó la mano.
―Está bien, pero la próxima vez, pregunta. ―Se arrodilló delante del niño―. War,
este es Talyn y Gavarian. Voy a tomar el mando y ver lo que puedo hacer para hablar con
Vega. Quédate con ellos y vamos a estar de vuelta en un par de minutos, ¿de acuerdo?
Sus ojos se abrieron antes de susurrar en voz alta:
―¿Ellos van a comerme?
Fain rió.
―No. Estarás a salvo. Lo prometo. ―Él extendió su meñique para el niño, quien
rápidamente enganchó el suyo y lo sacudió con él.
Condujo a Galene hacia la parte trasera del orfanato cerrado, al pequeño condominio
que Vega y War compartían.
―¿Son tuyos?
Fain le dirigió una mirada divertida.
―No, Galene. Talyn es el único hijo que tengo. Él es el único que voy a ser capaz de
tener jamás. Fui esterilizado antes de casarme con Omira porque ella no podía soportar la
idea de llevar a mi bebé. Vega y War eran la carga en una nave que tomé hace cinco años.
Sus padres habían sido sacrificados y ellos estaban siendo llevados a Ladoria para ser
vendidos como esclavos. Ya que no les quedaba ninguna otra familia para encargarse de
ellos, los traje aquí.
―¿Por qué no los has adoptado?
―¿Cómo? No tengo papeles. Soy un Paria y un esclavo, también. Mientras que
técnicamente vuelo bajo mi propio Canting, Venik todavía me posee. Él nunca presentó los
papeles para liberarme. Si alguien comprueba mi ADN, estoy poseído. Así que legalmente,
no puedo adoptar.
―¿Qué pasa con Cairistiona?
Él resopló.
―Ella no ha hecho un anuncio público. Incluso si lo hace, todavía soy legalmente la
perra de Venik en la mayoría de los planetas fuera del Imperio Andarion. No cambia nada.
―Se detuvo en una puerta y llamó.
―¡Vete, War!
Galene arqueó una ceja ante el histérico tono agudo.
―¿Vega? 127
―¡Aggrrr! ¡Voy a matar a ese pequeño puerco chismoso! ¡Hablo en serio, Hauk! ¡Vete!
¡No quiero hablar contigo o cualquier hombre! ¡Agarra tu pene y vete!
―¡Vega! Abre la puerta y habla conmigo.
―¡No! ¡Apestas! ¡Todos los hombres apestan!
―Yo no soy un hombre. Simplemente un macho.
―Tienes un pene también. ¡Apestas!
Suspiró profundamente.
―Está bien, no puedo discutir eso. ¿Hablarías con mi amiga Galene? Ella es hembra.
También piensa que apesto.
Galene sonrió ante sus palabras.
―Tiene razón, Vega. Él definitivamente es un completo macho idiota.
Hubo un ligero roce del otro lado. Después de unos segundos, la puerta se abrió para
mostrar la cara llena de lágrimas de una joven adolescente adorable. Con el cabello negro y
ojos azules, pasó una mirada hosca a Fain antes de dar un paso atrás para dejar entrar a
Galene.
Cuando Fain iba a entrar, le cerró la puerta en su cara.
―Solamente voy a quedarme aquí, entonces ―dijo en voz alta. Cuando ellas no
respondieron, suspiró pesadamente.
Al cabo de unos minutos sin respuesta, se volvió y fue a ver a War. Lo encontró a él, a
Talyn y a Gavarian jugando griball con varios otros niños.
Sonriendo, miró a sus dos hijos. Era la primera vez que había visto a Talyn dejar caer
su personaje militar incondicional. Aparte de ese vislumbre fugaz en el transporte cuando
se había estado escribiendo mensajes de texto con Felicia.
Talyn sonrió mientras levantaba a War para encestar la pelota. War levantó los brazos
en señal de triunfo, encantado, y se volvió a sentar en el hombro musculoso de Talyn. Y
cuando Gavarian recogió el balón y se unió, le recordó a Fain como solía jugar con sus
hermanos cuando eran niños.
Dioses, cómo extrañaba esos días antes de que Keris se hubiese mezclado con su
esposa y las drogas. Sí, su hermano mayor siempre había sido un pequeño idiota arrogante,
pero hubo un tiempo en el que había sido un buen compañero de juegos.
Y Dancer…
El verdadero primer recuerdo de Fain fue de asomarse sobre la cuna para ver a
Dancer el día que lo habían traído a casa. Había sido de bajo peso y tan pequeño.
Frágil. Fain había sostenido su mano y Dancer se había aferrado con un poderoso
agarre que no parecía posible para una criatura tan delicada. Sus miradas se habían
trabado y Dancer había chillado y pataleado las piernas como si quisiera decir: 128
"¡Oye, drey! Te tengo, y nunca voy a dejarte ir". Fue una promesa silenciosa que había hecho en
ese momento y que los dos nunca habían roto. Sin importar qué.
Y eso era lo que él deseó más de lo que había sido capaz de darle a Talyn. Un hermano
pequeño como Dancer. Era lo que todo el mundo merece.
Talyn le dio a War una voltereta desde su hombro y lo atrapó antes de que cayera al
suelo. Riendo, War recogió la pelota y la lanzó hacia Gavarian antes de envolver sus brazos
en torno al cuello de Talyn y lo abrazó.
La expresión en el rostro de Talyn dijo que el gesto le sorprendió, pero no era
desagradable. Cerrando los ojos, apretó a War y lo sacudió como un padre orgulloso.
No queriendo molestarlos, Fain comenzó a alejarse. Solamente había dado un paso
cuando la voz de War lo detuvo.
―¡Paka! No me dijiste que eras paka de Talyn, también.
Conmocionado de que Talyn lo hubiese reclamado, se encontró con la mirada de su
hijo.
―Ah… sí.
Talyn le pasó el balón.
―¿Sabes cómo jugar?
―Un poco.
―¿Quieres unirte a nosotros? ¿Dos a dos?
―Por supuesto. ¿Quién está en mi equipo?
War le dio una palmada en la pierna a Talyn.
―Tomaré a Talyn. Los hermanos tienen que quedarse juntos.
Talyn se rió.
―¿Escuchaste esto, Vari? Estás por tu cuenta.
Gavarian hizo un sonido de agravación extrema cuando los otros muchachos salieron
de la cancha.
―Típico. ―Hizo un gesto con la barbilla hacia Fain―. Muy bien. Vamos a dejarlos en
vergüenza Hauk. Hay que mostrarles de lo que estamos hechos.

* * *

Galene fijó la trenza contra la cabeza de Vega.


―Eres muy hermosa.
La chica le dio una sonrisa tenue por el espejo.
―¿Crees que Hauk está molesto conmigo por lo que dije?
129
―Nah. Le he dicho cosas mucho peores y él me ha perdonado.
Vega se echó a reír.
―Vamos, vamos a buscar a nuestros machos. ―Galene sacó a la chica de su
condominio. No tenía idea de dónde buscar, pero Vega pasó junto a ella y lideró el camino
a una pequeña zona de recreo donde varios niños estaban jugando. No fue hasta que
llegaron a la cancha de griball que vio a los chicos enzarzados en lo que parecía ser un
combate a muerte.
Vega hizo una pausa para fruncir el ceño hacia ellos.
―¿Qué están haciendo?
Galene suspiró ante la forma feroz en la que jugaban. Afortunadamente, Talyn era lo
suficientemente grande para ser capaz de mantener protegido a War de manera que Fain y
Gavarian no podían pisotear al humano mucho más pequeño. A pesar de que a veces
parecía que lo estaban tratando.
―En realidad creo que están jugando.
―Parece como si estuvieran tratando de matarse unos a otros.
Ella no podía discutir eso. Pero mientras los observaba, se dio cuenta exactamente de
lo que el destino les había privado a todos. Era la primera vez que había visto a Fain y a
Talyn interactuando como algo más que adversarios.
Atrás quedó cualquier hostilidad. Aparte de ese innato impulso competitivo
masculino que todos ellos tenían. Pero no era lo mismo que lo que normalmente tenían
cuando se enfrentaban. Esto era lo que debería haber sido.
Juguetón y de buen carácter.
También le mostró cuánto del atletismo natural de su padre había heredado Talyn.
Y a pesar de que no estaba en la personalidad de Fain perder, lo vio echarse atrás para
que Talyn, con War en sus brazos, pudieran rodearle y permitir que War anotara el punto
final.
―¡Yajuuu! ―gritó War―. ¡Ganamos! ―Él se aferró al cuello de Talyn y rebotó en sus
brazos.
Riendo, Gavarian se limpió el sudor del rostro.
―No es justo. La próxima vez, voy con Talyn.
Los ojos de War se abrieron al ver a su hermana. Saltó de Talyn para correr hacia ella.
―¡Vega! ¡¿Has visto mi anotación?! ―Luego se detuvo en seco y se cubrió sus
partes―. Oh espera. Todavía tengo mi pene. ―Mordiéndose el labio, miró a su
alrededor con nerviosismo.
Vega gimió y se cubrió la cara de vergüenza.
―Está bien, Warwyk. ¡Shhh!
130
Su entusiasmo regresó.
―¿Has visto mi anotación?
―Lo vi. Lo hiciste increíble.
Corrió de vuelta para conseguir la pelota mientras ella se acercaba tímidamente a
Fain.
―¿Te sientes mejor? ―preguntó él en un tono preocupado.
Ella asintió.
―Lamento mucho la forma en que me comporté.
Abrazándola, pasó una mirada nerviosa hacia Galene.
―Sin problema. ―Entonces él le presentó a Talyn y a Gavarian.
Sus ojos se desorbitaron cuando volvieron a ponerse sus chaquetas del uniforme sobre
sus pechos desnudos y las sujetaron. Murmuró una broma antes de tomar la mano de War
y casi lo arrastró hacia su condominio.
Fain frunció el ceño ante sus acciones.
Galene se rió.
―Se está convirtiendo en una joven mujer.
―Sí, lo sé. Me preocupo por ella aquí sola. Trato de bajar un par de veces a la semana
a visitarlos. Asegurarme que todo está bien y que nadie los moleste.
―Ella me lo contó. También dijo que le has metido miedo a un par de chicos de los
que esta encaprichada.
Fain sonrió con orgullo.
―Hago lo que puedo.
Galene negó con la cabeza hacia él.
―Bueno, eso era lo que la tenía molesta. Uno de ellos le pidió un baile y ella no tenía
un vestido. Trató de ganar créditos para el vestido y le fueron robados por un chico mayor.
El humor se desvaneció de sus ojos.
―¿Quien?
―Está bien. Estoy ocupándome de eso.
―¿Quién le quitó sus créditos?
Ella puso su mano en el brazo de Fain.
―Me estoy encargando de eso, Fain. Sólo respira. ―Besando su mejilla, ella le
ofreció una sonrisa―. Tengo que volver al centro de mando. Trata de no matar a
nuestro hijo.
Talyn resopló ante su humor. 131
Mientras ella se alejaba, Fain la detuvo.
―Nunca me contestaste sobre la cena.
―Mañana por la noche. Mi casa. Nos vemos a las seis.
Esas palabras le emocionaron, hasta que captó la mirada furiosa en el rostro de su hijo.
―¿Supongo que estarás allí?
―No me lo perdería por nada.
Fain gimió silenciosamente mientras Gavarian dejó escapar una risa malévola ante la
sombría sonrisa prometedora de Talyn. Maravilloso.
―Espero con ansias nuestro tiempo en familia juntos.
Eso pareció relajar la severidad en el rostro de Talyn.
―¿Por qué no agarras a los niños y vamos a conseguir algo para comer ahora? Puedes
llevarle algo a mamá, mientras Vari y yo los alimentamos.
―¿Confías en mí?
―Más que en los Tavali en el centro de mando.
―Entonces, ¿soy el mal menor?
―Por el momento. ―Talyn le ofreció un trago de su agua―. Trae a los niños. La cena
va por mi cuenta por ser un total imbécil.
* * *

Cuando Fain reunió a Vega y a War, se dio cuenta que cuando no estaban de servicio,
Gavarian y Talyn parecían más familia que amigos o compañeros de trabajo. De hecho
discutían como dos hermanos.
―¿Tengo que separarlos a los dos? ―preguntó Fain cuando casi llegaron a las manos
por el último pedazo de pastel en el restaurante de estilo cafetería.
―Nah. ―Gavarian tomó un trozo de tarta―. Que el culo grasiento se lo quede. Él
tiene una hembra. Si a Felicia no le importa ser aplastada por su descomunal peso, ¿quién
soy yo para privarlo?
―Por lo menos tengo una hembra.
Arrugando su rostro, Gavarian remedó silenciosamente sus palabras como un
adolescente enojado con su padre.
―¿Por qué no te casaste? ―Fain siguió a Gavarian hacia una mesa. Teniendo
en cuenta su posición social y el rango, era inusual para un Andarion de la edad de
Gavarian estar soltero.
La tristeza ensombreció su mirada.
―Mi esposa murió en batalla contra los Tavali hace dos años. Mi madre sigue 132
agobiándome para que me vuelva a casar. Pero no estoy listo.
―Lo siento.
Se encogió de hombros mientras encontraba una mesa vacía para ellos y ponía la
bandeja.
―No lo sabías.
Una sensación horrible atravesó a Fain mientras miraba a la pierna de Talyn.
―No fue…
―No. Pelea diferente. Yo estaba anclado en tierra en ese entonces. Traté de que se
quedara en tierra conmigo, pero ella no quería una posición de mando. Vivía para volar.
―Ahora pasa su tiempo con las hembras más baratas que puede encontrar. Por eso le
hago la vida imposible. ―Talyn dejó la bandeja junto a Gavarian antes de ir a ayudar a
Vega y a War con su comida.
Gavarian asintió hacia Fain.
―Sí, prefiero sin compromisos. Esas hembras no quieren lazos emocionales más que
yo. Compartimos incluso un intercambio de bienes… si sabes a lo que me refiero.
Mientras los niños regresaban con sus bandejas, Talyn le entregó a Fain una caja y
bebidas para llevar.
―Me aseguraré de que ambos vuelvan a su condominio y de que estén encerrados.
―Gracias. ―Fain le alborotó el cabello a War―. ¿Ustedes dos necesitan algo antes de
irme?
―Estamos bien, paka.
Echó un vistazo hacia Vega y arqueó una ceja.
Ella se levantó para abrazarlo.
―Siento lo de antes.
―No hay problema. ―Fain se inclinó para abrazarla. Ella lo besó en la mejilla antes
de apartarse.
―Buenas noches, paka.
―Buenas noches. Sean amables con Talyn y Gavarian. No los vuelvan locos.
Fain los dejó, pero se detuvo ante la salida para mirar hacia atrás y observarlos
mientras bromeaban y comían juntos. Una extraña calidez se extendió a través de él ante la
vista. Dioses, cómo odiaba los años que se había perdido con Talyn y Galene como una
familia.
Enfermo del estómago por eso, se dirigió de vuelta al centro de mando, donde
Galene estaba tomando un informe sobre la situación del comandante principal
Andarion de turno. Ella era impresionante en su papel de gobernante militar de
élite. A diferencia de su madre, Galene no era condescendiente o menospreciaba con 133
su liderazgo. Ella contenía una calma interior que le permitía escuchar y hacerse cargo con
una confianza audaz que era contagiosa. Era absolutamente inspiradora. Cómo le
envidiaba esa habilidad.
Personalmente, él era un imbécil. Molestaba a todo el mundo y se deleitaba con esa
capacidad la mayor parte del tiempo.
Cuando terminó su llamada, se volvió hacia él con una ceja arqueada.
―¿Ocurre algo?
Él sonrió.
―Simplemente asombrado de tus habilidades militares. Me recuerdas muchísimo a
Hermione Dane.
―¿La madre de Ryn?
Asintiendo, Fain estrechó la distancia entre ellos.
―Y sí, es un gran elogio viniendo de mí. ―Él sostuvo la caja hacia ella―. Te he traído
algo de cenar.
―¡Oh! ―Ella contuvo el aliento y se mordió el labio en el movimiento más sexy que
había visto jamás―. ¡Gracias! En realidad estoy muerta de hambre.
Al igual que él, y no precisamente de comida. Maldita sea, le molestaba cómo podía
reducirlo, llevándolo de vuelta a los días de insegura estupidez adolescente con nada más
que una simple mirada tímida. No era justo que ella tuviera tanto poder sobre él y él no
parecía tener ningún efecto en ella en absoluto.
Ella llevó su comida para comer en el pequeño escritorio donde podía vigilar la
estación y las comunicaciones.
―¿Te importa si me uno a ti?
Regresando a su asiento, Galene frunció el ceño ante su pregunta mientras
desempaquetaba su comida.
―Supuse que lo harías.
Él se sentó a su lado y hurgó en su propia caja.
Una iluminada y adorable sonrisa tocó los bordes de sus labios.
―¿Qué? ―preguntó él, temiendo su significado.
―Talyn debe haber elegido esto.
―¿Cómo lo sabes?
―Es asquerosamente sana. Él todavía come como si estuviese entrenando para
el Ring. Incluso Felicia se queja de que él ha dañado permanentemente sus papilas
gustativas por eso.
134
Riendo, Fain tendió su comida hacia ella.
―¿Quieres cambiar?
Ella miró con suspicacia al principio, luego asintió con entusiasmo.
―Me olvidé del gastrónomo que eras. ¿Todavía cocinas?
―No tanto como lo hacía. Es difícil conseguir y mantener las especias en el espacio. Y
puedes olvidarte de hornear en un transporte de carga.
Ella compartió un bocado de su comida con él.
―Lo siento.
―¿Por qué?
―Que no puedas hacer algo que sé que te da placer. ―Ella giró su tenedor en los
fideos y tomó un bocado.
Fain se sentó en silencio cuando las dolorosas emociones lo ahogaron. Nunca nadie lo
había conocido mejor que Galene.
Ni siquiera Dancer.
Debido a que ella nunca se había burlado o juzgado sus sueños, había compartido
cosas con ella que él hubiera muerto antes de contárselas a alguien más. Y le hizo recordar
las cosas que ella solía hacer cuando era joven. La forma en que vivía tan vorazmente, como
tratando de succionar la médula misma de los huesos de la vida.
―¿Aún hablas con tus hermanas?
La tristeza oscureció sus ojos.
―No. Mi familia cortó todos los lazos conmigo cuando me fui de casa.
Él hizo un gesto de dolor.
Ella cubrió su mano con la suya.
―No lo hagas. Hice esa elección. Podría haber abandonado a Talyn y ellos habrían
seguido adelante con otro contrato.
―¿Por qué no lo hiciste?
Galene debatió sobre la manera de responder a su pregunta. Al final, decidió la
honesta verdad.
―Era tu hijo. Y mío. Sí, mi vida habría sido más fácil. Pero no hay vida sin penurias y
tragedias. Si yo tenía que tener tanta miseria en la mía, había preferido tenerla con mi bebé
a mi lado que haberlo dejado preguntándome dónde estaba. Cómo le iba. Si alguna vez lo
vería de nuevo. Y sí, él tiene cada mal hábito de los tuyos. Lo juro por los dioses. Es como si
te clonaran cuando nació.
―Debió haberte enloquecido, entonces. Todo lo que mi madre hizo alguna vez
fue quejarse de la carga que yo era para ella y su cordura.
Galene se quedó en silencio cuando captó el dolor por debajo de sus palabras
burlonas y recordó algunas de las críticas más duras de su madre. 135

―En realidad, son algunas de mis partes favoritas de tu hijo. Él es muy atento y
amable. Dulce incluso. ―Inclinó la cabeza hacia su comida―. Observa lo bien equilibrada
que es su asquerosa comida.
Él se rió.
―Lo es, de hecho.
Ella le dio de comer otro bocado de su mucho más sabroso plato de fideos picantes.
Luego chasqueó la lengua mientras hacía un lío de eso y se vio obligada a limpiarle la
barbilla con la servilleta. Pero su sonrisa se desvaneció cuando vio una de las cicatrices en
el nacimiento de su cabello por la cirugía cerebral donde Venik había implantado ya sea un
interruptor para matarlo o las vinculaciones neuronales para su nave.
―¿Estás bien?
Galene asintió.
―Solamente admirando lo bien parecido que eres.
―Cuidado, podría empezar a pensar que te gusto.
―Ah, bueno, no podemos tener nada de eso ―bromeó.
Fain se quedó en silencio mientras los recuerdos se levantaban para estrangularlo tan
ferozmente que fue difícil para él tragar la comida. Dioses, cómo había extrañado a esta
hembra. Estar con ella ahora lo hacía mucho peor. Esto solamente le hacía ver con una
claridad certera cuánto de su vida había jodido.
Ella lamió sus dedos mientras corría por los informes.
―Por cierto, ¿eres consciente de cuánto te adora Vega?
―¿Disculpa?
Alzando su mirada, ella escribió e hizo otras tres cosas, todo mientras mantenía una
conversación con él. Maldición, se había olvidado lo bien que hacía varias cosas a la vez.
―Me contó de cómo los salvaste. Que desafiaste las órdenes de Venik y así poder
mantenerlos aquí como tu familia, incluso cuando amenazó con matarte si no te deshacías
de ellos.
Sin pensamiento consciente, Fain alzó la mano para tocar la vieja cicatriz que corría a
través de su lóbulo parietal donde habían incrustado el chip que algún día podría acabar
con su vida.
O convertirlo en un vegetal.
Venik había estado más caliente que el núcleo de un sol cuando Fain había
regresado de esa misión, transportando dos niños humanos con la carga por la que
había sido enviado.
―¿En qué demonios estás pensando, Escoria-verruga? ―Venik le había
agarrado por el cuello y empujado contra la pared―. No estamos dirigiendo una 136
guardería. Tenemos suficientes huérfanos de buenos Tavali que han caído. No traemos
perros callejeros.
Fain apretó los dientes para no hablar. En ese estado de ánimo, Ven no estaba
dispuesto a escuchar nada, de todos modos. Pero siendo él mismo un esclavo, Fain se había
negado a ser parte de un sistema que arruinaba a otra serie de vidas.
―Voy a pagar por su alojamiento y comida.
―¿Con qué? Ya me perteneces.
―Puedo hacer viajes extras.
Una cruel sonrisa torció sus labios.
―¿De verdad quieres conservarlos? Puedes hacer tiempo extra en la arena. ―Él
palmeó la mejilla de Fain dos veces―. ¿Qué tal eso? ¿Sigues queriéndolos ahora?
Fain siempre le daría crédito a Venik. Sabía cómo golpear el nervio más crudo para
exprimir al máximo el dolor de cualquiera.
―Sí. Todavía quiero conservarlos.
Ven lo había empujado hacia atrás.
―Bien. Puedes reportarte para el servicio esta noche. Me aseguraré de que te
agreguen al menú.
Enfermo del estómago, Fain se había dirigido de vuelta a donde los chicos estaban
esperando a bordo de su nave. Con solamente diez años, Stellavega Jaswinder apenas le
había llegado hasta la rodilla. Pero esa mirada de vulnerable coraje mientras sostenía la
mano de su hermano y lo reconfortaba, le había recordado cuánto de Galene había perdido.
Sonriendo, había tendió la mano hacia ella.
―Todo está bien. Voy a llevarte a un lugar donde hay otros niños y niñas, y una
agradable señora que cuidará de ti. Si tienes cualquier problema, siempre puedes llamarme
y me encargaré de ello y de ti.
Esa fue una de las pocas promesas en su vida que había sido capaz de mantener. Y
estaba agradecido a los dioses por ello.
Suspirando, se encogió de hombros mientras se encontraba con la mirada curiosa de
Galene.
―Son buenos chicos. Y sabía que Ven no iba a matarme. Podría hacerme desear que lo
hiciera, pero tiene demasiado derecho adquirido en mí como piloto y Tavali como para
ponerme fin por algo además de traición personal.
―¿Estás seguro de eso?
―Sí… lo he empujado lo suficiente para saber eso de manera concluyente.
Galene no volvió a hablar hasta que el Tavali en el centro de comunicaciones
se fue y estuvieron solos. Entonces, lo clavó con una mirada que le hizo
incomodarse instantáneamente. 137

―¿De verdad te hiciste una vasectomía?


―¿Qué te hizo ir allí?
―Ha estado en mi mente desde que lo mencionaste.
―¿Por qué?
―Solamente me lo preguntaba. No es algo que un Andarion hace a la ligera.
Ya que estaba en contra de toda religión organizada en su planeta y toda su
enseñanzas culturales, sí. A los Andarions se les enseñaba a proteger y extender sus líneas
de sangre con la mayor cantidad de niños posible.
―Lo sé.
―¿Entonces por qué lo hiciste?
Él se encogió de hombros.
―Omira no quería un bebé híbrido. Tenía miedo de lo que eso podría hacer con ella al
llevarlo. No me importó lo suficiente para discutir. Teniendo en cuenta cómo los humanos
y los Andarions tratan a los niños de herencia mixta, pensé que sería lo mejor, de todos
modos. El niño lo habría pasado muy mal sin una madre que no podía soportarlo, encima
de todos los demás.
―Si te sentías así, ¿por qué te casaste con ella?
―Yo estaba solo, Stormy. Desterrado de mi raza y mi familia. Ella estaba en una mala
situación en su casa, y estaba desesperada por escapar de su abusivo padre. Aunque yo
sabía que no la amaba, sabía que nunca le haría daño. Al principio, era agradable conmigo,
así que fue fácil fingir que no era tan malo.
―¿Y luego qué pasó?
Él levantó la mano.
―Mientras estaba en el trabajo, encontró una fotografía tuya donde la tenía escondida
y se dio cuenta que era tu anillo el que tenía. Para cuando llegué a casa, estaba
completamente desquiciada y queriendo mi culo. Ya que estaba grabado en Andarion,
logró traducirlo y vino por mis testículos. Ella confesó que no me quería tampoco, que
solamente me había utilizado para escapar de su padre.
―Oh, Fain… lo siento mucho.
Él suspiró.
―Eso no fue lo peor. Me dijo que estaba embarazada y me echó de la casa.
Tristemente, no lo creí. Pensé que estaba mintiendo para lastimarme. Tres días más tarde,
volví a casa para buscar un par de cosas y la encontré en la cama con su antiguo
novio… y vi la prueba que confirmó su embarazo. Supe entonces que había estado
engañándome por un tiempo.
Poniéndose en pie, ella atrajo su cabeza contra su estómago y lo abrazó.
138
―Odio que pasaras por eso. No te lo merecías.
―Por abandonarte, lo hice, sobre todo por la forma en que lo hice. Nunca debería
haber permitido que Merrell y Chrisen me amenazaran y me apartaran de ti.
―Tú eras solamente un muchacho. En realidad. ¿Qué podrías haber hecho?
―No lo sé… Pero creo que es por eso que soy tan suicida con Ven. Habiendo
renunciado a mi vida por ellos, no me importa una mierda lo que Ven me hace ahora.
Ella se echó hacia atrás para mirar hacia él.
―Deberías. A mí me importa. ―Y con eso le dio un beso tan dulce que lo dejó
tambaleándose.
Cerrando sus ojos, la inhaló mientras incitaba su lengua y lo saboreaba plenamente. A
ahuecó su rostro con las manos y saboreó cada último escalofrío que su beso le provocó. En
ese momento, se olvidó de dónde estaban. Olvidó todos los años que habían estado
separados.
Lo único que recordaba era que la necesitaba para vivir.
Su sangre corrió por sus venas con tanta intensidad que dejó su respiración
entrecortada y su cuerpo tan duro que físicamente dolía no estar dentro de ella.
De repente, Galene se retiró con un jadeo.
Como no le quedaba sangre en su cerebro, le llevó un segundo ponérsele a la par
mientras ella regresaba al panel y comenzaba a presionar la pantalla.
―¿Qué es?
―¿Escuchaste eso?
¿Honestamente? El único sonido que podía escuchar era su corazón latiendo en sus
oídos. Pero mientras se esforzaba, captó una voz masculina hablando en Andarion a
alguien.
Una mujer.
Había algo familiar en ambas voces. Sin embargo, él no podía ubicarlas.
―Espera… esa es…
―Eriadne ―terminó por él―. La han liberado de su confinamiento.
―¿Esa es ella hablando?
Ella negó con la cabeza.
―No. Créeme, conozco la voz de esa perra.
Frunció el ceño mientras continuaban hablando.
―¿Quién es Nyran?
―El hermano menor de Merrell.
139
―Pensé que estaba muerto.
―Yo también.
El aliento de Fain quedó atrapado cuando la transmisión se cortó como si el remitente
se hubiera dado cuenta de que estaban escuchando. Volviéndose a sentar, la cabeza le daba
vueltas. Hubo un tiempo en que Ven había estado en la cama con Eriadne, literal y
figurativamente, cometiendo perfidia contra la raza Andarion. ¿Era posible que él pudiera
estar haciéndolo otra vez?
―Esto es malo, Storm.
Descansando el mentón contra las manos cruzadas, ella asintió.
―No tienes ni idea.
Su tono de completo pavor hizo erizar la parte posterior de su cuello.
―¿Qué?
―Talyn mató a Chrisen y a Merrell. Él los desgarró en un combate del Ring después
de que fueran juzgados y declarados culpables de intento de asesinato contra Felicia, y
conspirar contra Cairistiona. Él también es el que trajo a Eriadne, sin ayuda de nadie.
Quiero decir, Morra y Qory y Ryn le ayudaron, pero él era el único Andarion en la redada.
Él es quien personalmente la arrestó y fue aquí en esta estación cuando la madre de Nyran,
Parisa, fue asesinada. Nyran juró verlo en su tumba por sus muertes. Y Eriadne… si alguna
vez le pone las manos encima, lo destripará.
Fain vaciló antes de contarle algo de lo que nunca había dicho ni pio. A nadie.
Jamás.
―¿Sabes que ella es la causa de que mi padre perdiera sus piernas?
―¿Disculpa? ―susurro.
Fain tragó saliva y se tomó un momento antes de revelar el secreto mejor guardado de
todos los tiempos de la familia Hauk. Algo que ni siquiera Dancer sabía. Solamente se lo
habían contado a causa de lo que había pasado con él y Galene. Había sido el golpe final de
su padre para el ego de Fain y era lo que había causado que su padre lo odiara tan
increíblemente.
―¿Por estos hijos de puta sin valor de mierda perdí mis piernas? ¡Debí dejar que Eriadne los
matara y conservar mi cuerpo intacto!
Fain hizo una mueca mientras forzaba ese recuerdo a un lado y se lo explicó a Galene.
―Debido a que mi padre avergonzó a la familia de Eriadne durmiendo con mi madre
mientras él estaba comprometido con Cairistiona, Eriadne le ofreció una opción; él podría
renunciar a la vida de cualquier hijo suyo con mi madre o las piernas en las que se
paraba tan orgullosamente. Ya que era un War Hauk, Eriadne no podía demandar
legalmente su vida o encarcelarlo sin la más grande tormenta de mierda, pero esa
fue su oferta para él. Es por eso que odia tanto a mi madre. El porqué está tan
amargado y es tan vil con todo el mundo a su alrededor.
140
―Pensé que las perdió en batalla.
―Esa es la mentira que Eriadne nos obligó a decir. Tuvo que firmar un acuerdo de
confidencialidad y acordar decir que las perdió en una batalla con los Tavali. Y es por eso
que los Anatoles le han tenido tantas ganas a mi generación. Por eso hicieron que Dariana
se casara con Keris, y luego matarlo, y por eso se fueron tras Dancer. En parte es por eso
que no peleé con más fuerza para quedarme contigo. No dejaba de pensar que si me
quedaba, un día ellos sostendría a nuestro hijo sobre mi cabeza, y estaría igual que mi paka,
odiando a mis hijos por lo que me costaron.
―Tú nunca podrías ser como tu padre.
Tal vez, pero había veces que escuchaba las palabras de su padre en su boca, y
pensamientos en su cabeza. Momentos en los que sentía ese mismo nivel de amargura hacia
el universo. Parecía que cuánto más duro trataba de huir de ello, más rápido regresaba a las
puertas donde comenzó.
―Simplemente quería que se detuviera la pelea entre mi familia y los eton Anatoles.
―Él apretó más su mano contra su mejilla y saboreó el cálido confort―. Dioses, es tan
injusto que tuviéramos que tomar las decisiones más difíciles cuando éramos tan jóvenes. Y
luego pasar el resto de nuestros años viviendo con las consecuencias de ellas.
Ella soltó una carcajada amarga.
―¿Crees que tomarías mejores decisiones siendo mayor? No sé tú, pero yo aún meto
la pata de forma rutinaria.
Él se echó a reír, y luego le dio un ligero beso.
Hasta que su realidad regresó.
―Ellos van a venir tras nosotros.
―No me preocupo por eso ―le aseguró Fain―. Pueden venir tras de mí. Pero tienes
razón. Eriadne no descansará hasta que tenga la cabeza de Talyn en sus manos.
Saltando como sorprendida, Galene bajo la mirada a su enlace. Una pequeña sonrisa
iluminó su rostro antes de levantarlo hacia él. Era una imagen de Talyn, Gavarian, Vega, y
War en el dormitorio de los niños en su condominio. Presionó el botón de mensaje.
―¡Buenas noches, paka! ―dijeron War y Vega al mismo tiempo―. Nuestros hermanos
nos pusieron en la cama y nos encerraron. ¡Te veremos mañana!
Vega le lanzó un beso, y luego se dio la vuelta para acurrucarse con su hermano
pequeño.
Talyn se levantó e inclinó el enlace hacia sí mismo.
―Solamente les hacía saber que están bien alimentados, en la cama, y seguros,
y nos dirigimos a nuestras habitaciones. Bueno, yo me dirijo a la mía. Vari
probablemente va a pescar fulanas…
―Muérdetela, petulante imbécil gigante ―dijo con brusquedad Gavarian 141
desde fuera de la cámara.
Talyn esbozó una sonrisa infantil que expuso sus colmillos.
―Buenas noches, ma. Buenas noches, Hauk. ―La transmisión terminó con él
amenazando y provocando a Gavarian cuando salían del condominio de los niños.
―¿Siempre son así?
Ella asintió.
―Es bueno, no obstante. Vari es el primero de la edad de Talyn que alguna vez lo ha
tratado como a un amigo o hermano. Hasta que Vari comenzó a pasar el rato con él,
siempre fue tan serio y severo. Como tú siempre que estabas sin Dancer. Es bueno para él
que le provoquen y se ría como un joven macho normal.
Tenía sentido. La mayoría de los compañeros de vuelo compartían ese estrecho
vínculo, ya que eran los responsables de la vida del otro en la batalla.
Tristemente, Fain nunca había conocido eso. Como un soldado Andarion, su apellido
y linaje lo habían mantenido al margen de sus compañeros. Nadie quería ser un miembro
del equipo con un Hauk.
Solamente querían hacerse notar.
Y hablando de…
―Quiero comprobar algo en esa transmisión. Volveré en un rato.
―Ten cuidado.
Él atesoró esas palabras cuando salía del centro de mandos y se dirigió hacia la zona
de viviendas. Mientras caminaba, viejos recuerdos quemaron en carne viva. Vio a sus
padres peleando mientras él se había agachado y cubierto por su salvaje hostilidad en el
cuarto de Keris. Las cosas siempre se habían vuelto nucleares en los cumpleaños de Keris.
Pero nada comparado con esa pelea.
―¡Todo esto es culpa tuya! Trajiste tus genes inferiores y corrompiste mi sangre con
ellos y mira, ¡mira lo que has hecho!
―¿Yo? ¡No te atrevas a culpar de esto a mi familia! ¡No cuando fue tu inútil
antepasado quien simplemente entregó el trono de Andaria! ¿Quién hace eso? ¡Un tonto!
Los Hauks han sido idiotas desde el comienzo de nuestra historia ¿y ahora es que ves en lo
que te ha metido?
―¡Sí, lo hago! ¡A una perra por esposa y tres cobardes por hijos!
En su habitación, lejos de sus padres peleando, Keris se había vuelto contra
Fain en ese momento y lo agarró tan rápido, que ni siquiera había tenido tiempo de
defenderse antes de que su hermano le hubiera golpeado con tanta fuerza, que lo
había aturdido.
―¡Todo esto es culpa tuya! ¡Ellos van a odiarme aún más porque tuviste que ir 142
a revolcarte con una puta humana! ¡Te odio! ―Furioso, su hermano hizo llover golpes más
rápido de lo que él pudo defenderse.
Dancer había corrido para protegerlo, pero Keris había levantado a su hermano de sus
pies y estrellado su cuerpo contra la pared.
Luego, había arrastrado a Fain fuera de la habitación por el cabello. Todo después de
eso había pasado en rápida sucesión. El griterío y los chillidos.
Al final, Fain solamente recordaba a Keris sosteniéndolo hacia abajo mientras su
madre lo marcaba como un Paria, y luego siendo empujado medio desnudo y sangrando
por la puerta, diciéndole que no les molestara de nuevo.
Dancer había logrado colarse a través de la ventana de la habitación con una mochila
para ellos dos.
―Voy contigo.
Aturdido y dolorido, se había quedado mirando a su hermano quien aún se
recuperaba de sus propias heridas que habían sido causadas por la traición de Chrisen y
ahora el abuso de Keris, y se ahogó con sus lágrimas. Dancer había parecido más un niño
pequeño que un macho Andarion a medio crecer.
―No puedes, Dancer. Tienes que quedarte.
―No con ellos. Todos están locos. Tú eres el único que tengo en quien puedo confiar.
Lo sabes.
Por desgracia, lo hacía.
Asustado por su pequeño hermano, había arrastrado a Dancer en sus brazos, lo
abrazó, y luego besó su cabeza.
―Vamos. Te llevaré con Yaya Hauk. Pero no puedes venir conmigo. No tengo ningún
sitio donde quedarme. Y tú todavía necesitas atención médica.
―No quiero estar aquí sin ti, Fain. No voy a sobrevivir por mi cuenta.
―Eso es una mentira de Keris, D. Tú eres infernalmente mucho más fuerte de lo que
ellos saben. Te pondría a mi espalda una y mil veces más rápido de lo que jamás pondría a
Keris. Roba sus insignias militares y honores. Tú eres más War Hauk que nadie en nuestra
familia. Nunca les dejes que te digan lo contrario. Y no te preocupes. Nunca estaré lejos de
ti. Si tú me necesita, yo siempre vendré.
Cómo deseó haber hecho esa promesa a Galene y a Talyn. Y cuán fácil había parecido
entonces.
La realidad…
―Hola, Fain.
Hizo una pausa cuando casi chocó con Morra. Maldición, ella era la cosita más
pequeña que jamás había conocido.
―Oye, lo siento. No te vi allí.
Ella mostró una sonrisa adorable. 143

―Sí, lo sé. Es la cosa de rana. Nos adaptamos para mezclarnos con nuestro medio
ambiente.
―Pensé que esos eran los camaleones.
―Nah, yo soy más original. Y más difícil de ver. ―Ella le guiñó un ojo.
Riendo, él negó con la cabeza cuando Jayne se unió a ellos y le entregó algo a Morra.
―¿Qué hacen las dos despiertas? ―les preguntó.
―En camino para ver a Galene. ―Jayne inclinó la cabeza mientras frunció el ceño
hacia él―. ¿Estás bien? Tienes esa expresión que los Hauk siempre tienen cuando están
preocupados por algo, pero no quieren que nadie lo sepa.
Jayne había vivido con su marido Trisani durante demasiado tiempo. Estaba
empezando captar las mismas habilidades psíquicas de Hadrian.
―Estoy bien.
Morra pasó una mirada divertida hacia Jayne.
―Él no está bien.
―Sí. ―Ella se encontró con la mirada de Fain―. No te preocupes. Sabemos lo que está
pasando. Yo estaba de camino para decirle a Lena que Hadrian y los niños están
asegurados. No puedo alcanzar a Nyk en este momento, mientras él y una tripulación de
mis compatriotas se encuentren en un sector donde no se atreven a transmitir. Traté de
llegar hasta el palacio, pero lo único que conseguí fue el personal de Cairie. Por una razón
obvia, no me atreví a dejar un mensaje.
Maldijo por lo bajo.
―¿Tienes alguna idea de dónde se fue Jullien?
Ella negó con la cabeza.
―Se fue a la clandestinidad hace años y años, después de que La Liga aprobara una
sentencia de muerte sobre él, emisor desconocido. Hasta el punto en que, algunos dicen que
está muerto y enterrado en un agujero de algún remanso de un puesto de avanzada en una
tumba sin nombre. Y seamos sinceros, él no era un guerrero o alguien preparado para
sobrevivir, por ningún medio. No creo que alguna vez atara sus propios zapatos o
abrochado sus pantalones. Cairie tuvo una tarjeta de cumpleaños de él ese primer año, pero
nada después. No ha tocado sus cuentas o enviado cualquier tipo de mensaje en una
década. Básicamente, ha sido poco más que un fantasma desde que entregó a Kiara a los
enemigos de Nyk, y Nyk prometió pintar las paredes con su materia cerebral en caso de
que alguna vez invadiera el espacio personal de Nyk de nuevo.
―¿Crees que se refugió con Eriadne?
―¿Quién sabe con esos dos? Al igual que ella, Jullien siempre fue un pequeño
bastardo baboso. He oído que ella lo culpa por la muerte de sus primos. Tanto es así
que ella es quien hizo el contrato por su vida con La Liga. Otros informes afirman 144
que han sido vistos juntos durante años. Personalmente, no sé qué creer. Si está vivo, tiene
que estar conviviendo con la familia. Los dioses saben que ninguna hembra lo querría. No
sin sus títulos y la herencia.
Fain se quedó boquiabierto.
―Espera… ¿sus padres no podrían retirar la orden de muerte de La Liga?
―Ellos trataron de bloquearla, pero no pudieron. Cuando todo estuvo dicho y hecho,
Jullien fue la causa directa del secuestro y casi asesinato de Kiara, quien en ese momento
era la princesa Gourish, y actualmente es la futura reina de Andaria y Triosa. A pesar de la
actual monarquía Andarion de Cairie, La Liga intervino y dejó que la orden de ejecución de
Jullien continuara vigente. Ya que él no es más el heredero en ningún imperio, sus padres
no podían decir una mierda para detenerlo. Tendrían que reintegrarlo, y no lo van a hacer
por miedo a que vaya tras Nyk de nuevo para conseguir el trono. Así que si cualquier
cazador de recompensas o asesino de la Liga se topa con Jullien, está muerto. Y si Nyk
alguna vez pone los ojos en él de nuevo… él ni siquiera va a ser un buen recuerdo.
Fain hizo una mueca.
―¿Qué nivel de orden es?
―Asesinato-excitante.
Su mueca se convirtió en una de dolor. El asesinato-excitante significaba que el emisor
quería que Jullien fuera violentamente torturado antes de la muerte, con la prueba de ello
antes del pago, y sus restos profanados. Si bien no era un fan de Jullien, una orden de
asesinato-excitante contra un príncipe que era incapaz de protegerse a sí mismo era duro. Y
el hecho de que ninguno de sus padres lo restituirían para protegerlo de ello era aún más
duro.
Viva Andaria.
Y por eso fue que Fain había dejado su imperio cuando lo hizo. Ellos eran una raza
feroz, y los Anatoles eran los peores de ellos. Fue esa misma crueldad que le había hecho
dejar a Galene con el fin de protegerla de tales atrocidades.
Morra frunció el ceño.
―¿Por qué estás tan interesado en Jullien, de todos modos?
―Una transmisión extraña llegó. Solamente trato de darle sentido a las cosas que no
acaban de encajar. Y voy a respirar mucho mejor cuando Dancer esté aquí y pueda poner
los ojos en él.
Jayne asintió.
―Sí. Solamente ahora empiezo a respirar de nuevo después de que escuchara
noticias de Hadrian. No hay nada más aterrador que saber que tienes a tu familia en
peligro y no ser capaz de llegar a ellos.
Fain captó la extraña expresión en el rostro de Morra.
―¿Dónde está tu familia? 145
―Qory está con Chayden. Nyk se dirige aquí. Talyn ya se fue a dormir, estoy aquí con
Jayne y de camino para ver Galene.
Ahora fue su turno de fruncir el ceño.
―¿Perdón?
―Mi padre fue asesinado cuando era una niña. Mi madre murió cuando yo era una
adolescente. Toda la familia que tengo es la Sentella.
Fain se sintió mal por la Phrixian.
―Lo siento.
Ella le ofreció una sonrisa amable.
―No lo sabías, guapo. Todo está bien. La verdad nunca me ofende. Siempre me
quedo con la verdad más amarga que una mentira endulzada cualquier día.
―La mujer tras mi propio corazón. Y hablando de eso, no las retendré de ir con
Galene. Hay algo que necesito comprobar.
Jayne vaciló.
―No te preocupes, Fain. La Sentella te cubre la espalda.
―Gracias. Lo aprecio. ―Vio como se alejaban. Aunque creía en Jayne sin dudas, el
problema era que no sabía quién iba a cubrirles sus espaldas en esta lucha.
Por la forma en que se veía, La Tavali estaba a punto de dejarlos a todos colgando.
Incluso a él. Y no había nada que pudiera hacer para salvar a los mismos que más
amaba.

146
Fain estaba mucho más nervioso de lo que debería estar por algo tan ridículamente
simple. Cambió las flores en su mano, preguntándose por enésima vez si eran demasiado.
¿O muy poco?
¿Si su cabello estaba en su lugar? ¿Sus ropas eran aceptables? ¿Se había afeitado lo
suficiente? Había oído a Galene quejarse durante días acerca del candado de Talyn, por lo
que se había quitado el suyo esa mañana.
¿Había utilizado suficiente desodorante? ¿O demasiado? Tal vez debería haber
comprado algo de colonia para después de afeitarse...
Galene solía odiar eso en un macho, pero Talyn la usaba. Tal vez los gustos de ella
habían cambiado con los años.
Maldita sea. No había tenido una cita desde antes de que naciera Talyn. No
recordaba realmente cómo hacer esto.
Es sólo una cena, idiota. Relájate. Comiste con ella anoche.
Síp, pero esto era diferente.
147
Ellos habían hecho planes para esto. Lo prepararon.
Con su estómago hecho nudos, llamó a la puerta de la habitación de Galene, y esperó.
Nadie respondió.
Frunciendo el ceño, miró la hora. Estaba un par de minutos antes.
Bueno, casi media hora, pero no era tan temprano. El turno de ella había terminado
hace horas. Ya debería haber vuelto y relajado con sus programas. No es que él fuera un
acosador, de por sí. Daba la casualidad que conocía el horario de ella.
Y rutinas.
Un poco mejor que las suyas propias.
Oh, mierda, soy un acosador.
Tratando de no pensar en eso, volvió a llamar y escuchó.
Esta vez oyó un grito ahogado y algo que sonaba como si hubiera sido tirado. El terror
lo consumió. Abriendo la puerta, tomó su arma y comenzó a llamar cuando oyó la voz
airada de Talyn en el dormitorio, gruñendo en Andarion.
―¡Maldita sea, me estás haciendo daño! ¡Deja de embestir el agujero! ¡No estás en la
posición correcta! ¡Tienes que estar en tus rodillas cuando lo deslices!
Para su mayor sorpresa, Gavarian respondió en un tono igualmente irritado.
―Oh muérdelo y deja de ser un maldito llorón. Sólo cambia un poco. Va a entrar si
simplemente te relajas y respiras, y dejas de tensarte tan fuerte que podrías hacer un
diamante por la presión. Respira lento y tranquilo, y va a deslizarse justo en el agujero. Ya
lo verás. Sólo necesitamos más lubricante. Ahora deja de ser tan hostil y déjame hacer esto o
voy a dejar que lo enganches por ti mismo.
Talyn siseó.
―¡Déjame metértelo en tu trasero, y vamos a ver lo relajado y hostil que tú eres!
―¡Grrr! Eres un idiota. ¿Cómo hace Felicia esto contigo?
―Para empezar, ella es mucho más suave y sus manos son más pequeñas.
―No veo cómo eso ayudaría.
Con su boca abierta, Fain comenzó a retirarse cuando vio a Gavarian en el dormitorio,
de rodillas delante de Talyn.
Bueno, ellos no estaban teniendo sexo, pero para ser honesto, él lo prefería en vez de
enfrentar la realidad de lo que ellos estaban haciendo exactamente allí.
Durante un minuto, no pudo respirar mientras miraba la pierna derecha de
Talyn apoyada en el suelo al lado de Gavarian mientras el chico ingresaba datos en
una pequeña tablet en sus manos.
Él quitó el enlace de la pierna y comenzó a volver a conectarlo en Talyn.
Talyn siseó de dolor. 148

―Todavía no está bien. Estás errando el agujero. ¡Retíralo! ―Él tomó sus muletas,
luego se congeló cuando vio a Fain en la puerta―. ¿No sabes jodidamente tocar la puerta,
viejo?
Fain cerró su mandíbula abierta.
―Lo hice. No debes haberme oído. ―Comprender dolor el su hijo le sacudió
totalmente. No es de extrañar que Talyn cojeara y favoreciera esa pierna de ese modo. El
recuerdo de todas las cicatrices en el cuerpo de su hijo pasó por su mente y se maldijo por
no estar allí para ellos cuando más lo habían necesitado.
Pero estaba aquí para ellos ahora.
Acomodando las flores sobre una mesa auxiliar, dio un paso hacia adelante, dentro de
la habitación.
―Si quieres, puedo hacer eso. Solía ayudar a mi padre con sus integraciones cuando
vivía en casa.
Talyn se limpió el sudor de su frente antes de asentir.
―Bien. Sólo mételo correctamente, ya que Gavarian parece que no puede manejarlo.
Gavarian le gruñó.
―No me grites. Yo no soy el que lo retorció. Te dije que no jugaras a la pelota anoche.
¿Pero escuchaste? ¡No! Nunca escuchas porque siempre lo sabes todo.
Talyn se burló de él de la misma manera en la que se había burlado la noche anterior.
Sin hacerle caso, Gavarian se levantó y dio un paso atrás para que Fain pudiera tomar
el relevo. Revisó los datos de la tablet y verificó los diagnósticos. Luego hizo una doble
comprobación de los acoplamientos y los limpió con desinfectante antes de añadir más gel
a los conectores. El truco consistía en deslizarlos de manera uniforme y rápida antes de que
él o Talyn se movieran siquiera un milímetro. Algo que él y sus hermanos habían
aprendido a hacer rápido, ya que su padre era propenso a golpearlos mucho si le hacían
que sintiera dolor en el proceso de volver a colocar sus extremidades.
Apoyando el pie cibernético en contra de su propio muslo, Fain sujetó la rodilla real
de Talyn y la prótesis del músculo de la pantorrilla.
―¿Listo?
Talyn inclinó la cabeza hacia él y se aferró a los brazos de la silla.
Fain deslizó la pierna en su lugar.
Durante un minuto, Talyn no se movió ni respiro mientras, sin duda, esperaba
que lo golpeara el dolor.
―¿Ya está?
―Debería. ¿Puedes mover algo? 149
Talyn movió los dedos de sus pies y finalmente dejó escapar un suspiro de alivio
mientras se dejaba caer en la silla.
―Gracias a los dioses ―dijo con una nota feliz subyaciendo en su tono de voz
rasposa. Lentamente movió su pierna hacia atrás y hacia adelante para asegurarse que no
estaba funcionando mal.
Fain tenía que darles crédito a los cirujanos. Cuando se conectaba, la prótesis parecía
completamente natural. A menos que estuvieras justo sobre ella, no había manera de
detectar la tenue línea que marcaba en donde la pierna natural de Talyn se detenía y
comenzaba el reemplazo cibernético. Incluso parecía real al tacto.
―¿Qué sucedió para que pasara esto?
Con rasgos hoscos, Gavarian recogió la almohadilla y el enlace.
―Deberías saberlo, Hauk. Tú estabas ahí.
―Vari ―reprendió Talyn―, no lo hagas.
Pero era demasiado tarde. Una y otra vez, Fain repitió en su mente esa pelea contra
Víbora y Segador. Había sido una pelea brutal. No es de extrañar que Galene se hubiera
desmoronado a la perspectiva de poner a Talyn de nuevo en una cabina de mando. El dolor
lo golpeó duro en la boca del estómago por lo que sin saberlo le había costado a su hijo.
Y a Galene.
―Lo siento mucho, Talyn. Nunca te habría dañado si lo hubiera sabido.
Talyn se encogió de hombros con una indiferencia que Fain nunca comprendería.
―Está bien. De verdad. ―Miró a Gavarian―. Mi pierna por la vida de Vari fue un
intercambio justo en lo que a mí respecta. Y podría haber sido peor. Podría haber sido mi
cabeza la que hubiese perdido, o alguna otra cosa que no vuelve a unirse con tanta
facilidad.
Gavarian resopló.
―No decías eso hace diez minutos cuando amenazabas con matarme. ―Llevó la
almohadilla y el cable hacia el salón.
Cuando Fain empezó a alejarse, Talyn se levantó y lo tomó del brazo.
―En serio, Hauk. Déjalo ir.
―¿Cómo puedes soportar mirarme?
Talyn respondió en un tono sincero.
―Luché en el Ring por más de una década. En la Liga Abierta y la Dotada. Con
Espadas de Guerra y sin ellas. ¿Honestamente? Nunca pensé que viviría para esta
edad. Cada vez que entré en un combate o volé por un tubo de lanzamiento hacia la
batalla, esperaba completamente perder mi vida o una extremidad en la batalla.
Hice las paces con ambas posibilidades hace mucho tiempo. Somos guerreros y
somos Andarions. Es lo que hacemos. 150
Aun así, Fain no podía imaginar cómo su hijo podía soportar estar en una habitación
con él y no matarlo por lo que había tomado de él. No tenía sentido.
―Tienes todo el derecho a odiarme.
―Te odio, viejo. Pero no por esto. Todos cometemos errores. Los dioses lo saben, no
soy perfecto. Así que no voy a sostener lo que sucedió en la batalla en contra tuya cuando
no tenías ni idea de a quién te estabas enfrentando. Hacemos lo que tenemos que hacer,
sobrevivir a la guerra. Y yo no lucho por mí mismo. Nunca lo hago. Lucho por lo que
quiero.
―Tu madre.
Talyn asintió.
―Por tu bien y el de ella, ni se te ocurra hacerle saber que tuviste algo que ver con el
asunto de la perdida de mi pierna. Ni siquiera le hagas saber que estuviste allí ese día. Ella
no te perdonará.
―Todavía no entiendo cómo tú puedes. Y si no me odias por la pierna, ¿por qué
demonios más podrías posiblemente odiarme?
Talyn sacó su enlace y lo encendió. Le mostró a Fain la foto del salvapantallas de él
con sus brazos alrededor de Felicia. Parecían estar en un viaje de camping y dentro de una
carpa de color amarillo brillante. Cuando Talyn desbloqueó la pantalla, Felicia se volvió y
dijo en la voz de contralto más dulce:
―¡Amo a mi bebé sexy! ―Entonces ella le dio un beso audible.
Tragando saliva, Talyn volvió a oscurecer la pantalla y deslizó el enlace en su bolsillo.
―Todos los días me despierto y la tengo a ella en mi vida, no tengo problemas reales
con nada ni con nadie. Estoy contento de estar aquí. No sé por qué mi madre te ama de esa
manera, pero lo hace. Cada vez que estás alrededor, esa tristeza en el interior de ella se
desvanece y se ilumina de una manera que nunca lo ha hecho antes. Mientras yo no pueda
hacerlo, no me interpondré entre ustedes. Mientras la trates como ella se merece, voy a
hacer todo lo que pueda para ayudarte. Mis sentimientos personales no importan.
En ese momento, Fain se sintió aún más como la mierda al no haberle dicho a Talyn
que Felicia estaba en camino hacia allí. Él debería. Pero quería ver la cara de Talyn cuando
su hijo la viera inesperadamente.
―Lo que yo te recrimino, Hauk, son todos los años que vi a mi madre sufrir porque
no estabas allí para ella. Te odio por cada lágrima solitaria que ella ha derramado en tu
nombre.
La puerta principal se abrió.
―¿Talyn?
―Aquí, mamá. 151
El sonido de su voz llenó a Fain tanto de pánico como de alegría. Maldita sea, esa
hembra tenía demasiado poder sobre él. Ponía en ridículo al detonador de Ven en su
cerebro.
Siguió a Talyn fuera de la habitación para encontrar a Galene con Morra y Qory. Cada
uno de ellos estaban cargando con dos grandes bandejas cubiertas de alimentos. Y Vega y
War entraron tras el grupo con pequeñas bolsas de patatas fritas en sus manos.
Después de besar a Talyn en la mejilla, Galene le dedicó una sonrisa deslumbrante a
Fain.
De repente, él se sintió fuera de lugar.
―¿Malinterpreté nuestros planes?
Galene rió.
―De ningún manera. Estás un poco temprano. Pero es noche de pelea y nosotros
siempre cenamos juntos mientras miramos.
Desconcertado, Fain miró de Talyn a Gavarian, a Qory y a Morra, y de vuelta a
Galene.
―Pensé que odiabas la lucha.
Ella arqueó la ceja.
―Soy Andarion. Me encanta el Ring. No cuando mi hijo o un no iniciado son los
únicos sangrando sobre la lona, pero por el resto…
―A ella le encanta. ―Talyn retiró una tapa y tomó trocitos crujientes de una de las
fuentes―. Incluso más de lo que yo lo hago. ―Él tomó otro trozo y se la entregó a War,
quien sonrió antes de comérselo.
Morra se acercó a él.
―No estés tan decepcionado, Fain. Ésta es una tradición familiar a la que ella te ha
invitado.
Él trabó miradas con Galene.
―¿De verdad?
Galene asintió.
―Solamente Felicia se las pierde. Talyn y yo hemos estado haciendo esto desde que él
estaba en pañales. Incluso cuando no podía estar con él, veíamos juntos a través de los
enlaces siempre que podíamos.
Y esto era algo que ella había empezado a hacer con Fain, y él con sus
hermanos y su padre y sus tíos cuando ellos eran niños. Como médicos, la familia
de ella nunca se había preocupado mucho por el deporte. Pero cada fin de semana,
se reunían para la gran pelea. La madre de él y sus tías preparaban comida y todo el
mundo se apretujaba donde podían encontrar un espacio en la gran casa de sus 152
abuelos paternos. Dado que el evento estaba vastamente escoltado, el padre de Galene la
había dejado asistir, y ellos se sentaban en el suelo delante de la pantalla junto a Dancer y el
primo de ellos, Dimie.
Qué raro que Galene mantenía una tradición familiar Hauk sin él cuando él había
básicamente abandonado eso después de que su madre lo había repudiado.
Galene armó platos de comida para los niños y les ayudó a sentarse delante de la
pantalla antes de que ella volviera a prepararse un plato para sí misma.
Morra le pasó una cerveza a Qory y botellas de agua a Talyn y Gavarian. Como eran
militares Andarion, a ellos no se les permitía beber. Ella arqueó una ceja hacia Fain.
―¿Abundante o aburrido?
―Las cosas buenas tienen que hacerse sentir.
Ella abrió la tapa y le entregó la botella. Galene le dio un plato a él antes de agarrar
una botella de agua para sí misma y se dirigió hacia la sala de estar con los demás.
―¿Quién está luchando? ―Fain comenzó a sentarse al lado de Qory, pero Galene lo
agarró del cinturón y lo atrajo a su lado.
Demasiado aturdido para discutir, él equilibró su plato en sus piernas y dejó su
bebida en la mesa al lado del sofá.
Talyn lamió la salsa de sus dedos.
―Torrid y Gallows.
―¿Por quién apostaste?
Talyn negó con la cabeza.
―Sólo apuesto con mi vida, Hauk. Nunca mi dinero.
Galene arrojó una almohada a su hijo.
―No es mi cosa favorita de él, tampoco.
Sentado en el suelo, al lado de los niños, Gavarian recogió su enlace para hacer su
apuesta.
―Entonces, ¿quién va a ganar? ―preguntó a Talyn.
―Gallows. En seis rounds.
―Gracias.
Fain frunció el ceño.
―Suenas como un profeta.
―Él nunca se equivoca ―dijeron Galene, Gavarian y Morra simultáneamente
mientras Qory asentía.
―Entonces, ¿por qué no apuestas?
Talyn se frotó la pierna.
153
―Lealtad. Sólo pongo créditos en un combate cuando sé que una parte va a los
combatientes, o si Erix es el entrenador.
―¿Erix? ¿Él todavía está entrenando luchadores?
Talyn sonrió.
―Sí, ¿verdad? La forma en que se quejaba de mí absorbiendo su vida, me sorprendió
que no se retirara conmigo.
Fain rió.
―Hizo lo mismo conmigo. Todo el tiempo. ―Él profundizó su voz para imitar a su
antiguo entrenador―. Lo juro, Hauk, estás absorbiendo los últimos buenos años de mi vida.
Talyn rió.
―Lo imitas bien.
Con el ceño fruncido, Morra miró hacia atrás y hacia adelante entre ellos.
―¿Él no sabía que ustedes dos estaban relacionados? Quiero decir… vamos. Son el
vivo retrato uno del otro, y sin comentarios sarcásticos sobre cómo los Andarions se ven
iguales para todos los extranjeros, porque ya lo sé.
Talyn resopló.
―En realidad, él nunca dijo nada. Pero sí, creo que lo sabía. Siempre sospeché que ese
fue el porqué me tomó como un carente de Dote.
―¿Qué quieres decir? ―preguntó Fain.
―Solamente que él no era conocido por tener piedad por mocosos de baja calidad. Y
de vez en cuando, yo le oía murmurar algo que sonaba sospechosamente similar a “igual
que su inútil paka”. Supongo que se refería a ti.
Fain se rió de su impresión certera del tono brusco de Erix.
―Él nunca me llamó inútil.
―Es cierto, pero me gusta embellecerlo. ―Talyn comió otro bocado de sus costillas.
Fain negó con la cabeza mientras consideraba las palabras de su hijo.
―Pero haces apuestas, sin embargo.
Talyn se encogió de hombros.
―No es una opción cuando se trata de una cosa segura.
Cuanto Fain más aprendía acerca de su hijo, más lo respetaba y lamentaba lo poco que
había intervenido en la crianza de semejante macho Andarion. Por otra parte, tal vez era
una buena cosa. Si hubiera estado alrededor, Talyn no podría haber crecido hasta
convertirse en un ser tan excepcional.
Los dioses sabían que Talyn era definitivamente un mejor macho de lo que
Fain había sido nunca.
Warwyk alzó su cabeza.
154
―¿Comandante Galene? ¿Puedo tener alguna pieza de la torta?
Ella entrecerró los ojos hacia el plato de él.
―¿Cuánto comiste?
Él lo sostuvo en alto para que ella vea.
―Todo.
―¡Vaya! ¡Inhalaste eso! Por supuesto, cariño. Ve a tomar lo que quieras.
Con un grito feliz, él corrió a la cocina para conseguir otro plato lleno de dulces y
papas fritas.
Riendo, ella se apoyó en el hombro de Fain e hizo que el corazón de él se aceleraba.
―Olvidé lo mucho que los chicos de esa edad comen. Apenas podía mantener a Talyn
en las tiendas de comestibles.
―Todavía apenas puedes contenerme en las tiendas de comestibles. ―Él se limpió las
manos en la servilleta―. Oye, ¿War? ¿Puedes agarrar otro plato para mí también?
―¡Claro, Gran T!
Cuando empezó la pelea, Talyn comprobó su enlace y frunció el ceño.
Qory hizo señas hacia él para preguntarle qué le pasaba.
Talyn dejó escapar un profundo suspiro.
―Todavía no he oído nada de Felicia. Estoy realmente preocupado por ella. Sabe lo
idiota psicótico que me vuelvo entonces ella normalmente no me estresa.
Qory rió silenciosamente.
Desde su asiento en el suelo, Gavarian le dio una mueca de malicia encubierta a Fain.
Dado que estaban viajando por el espacio controlado por la Liga, no había forma de
ponerse en contacto con seguridad con ellos en ese momento. Sobre todo no con un espía
desconocido suelto.
―Estoy seguro de que ella está bien. Solo ocupada.
Galene apartó el cabello de la cara de Talyn.
―No te preocupes, bebé. Haré que el hermano de ella la compruebe. Sabes que Aaron
y los otros nunca dejarían que nada le suceda a tu Felicia.
―Síp. Simplemente no me gusta estar fuera de contacto. No puedo soportar no hablar
con ella. Tengo que saber que está bien.
Galene le dio un abrazo y un ligero beso antes de apoyarse en Fain como si el tiempo
no hubiera pasado nunca. Como si ella lo hubiera perdonado por completo…
Sacudido por la familiaridad y las emociones que ni siquiera podía empezar a
definir, Fain bebió su cerveza mientras los demás bromeaban y se reprendían entre
sí de la forma en que él solía hacerlo con su familia y amigos en su día. Observó en
silencio que War y Vega se burlaban y jugaban con Gavarian y entre ellos. Era tan 155
surrealista y como un sueño.
Entonces, de repente, sin motivo alguno se sintió como un extraño.
No pertenezco a este lugar. Con ellos.
Peor aún, era un peligro para ellos. Si Ven o alguien pulsaba el botón, él arrasaría con
cada persona en esta sala...
Soy una bomba andante. Una bomba que sus enemigos podrían explotar…
El pánico surgió con garras de hierro que lo arañaban. Todo era tan dolorosamente
obvio ahora. Mientras que había conocido a Morra y Qory durante años, siempre había
estado a una distancia. Ellos eran amigos de su hermano y Jayne.
Debido a los años que había pasado como un esclavo y el hecho de que estaba
vinculado a su nave y tenía un interruptor de muerte que podría ser detonado en cualquier
momento y destruir a cualquiera de pie cerca de él, nunca se había molestado en hacer
amigos propios. La única excepción había sido Bastien Cabarro, e incluso él había
desaparecido un día sin ninguna explicación. Fain sabía ahora que Bastien había sido
traicionado y encarcelado por La Liga en una situación tan mala como la suya, pero solo
recientemente había conocido el destino de su amigo.
Y ellos solamente se habían convertido en amigos porque Bastien no aceptó un no por
respuesta. Como una mala araña Gondarion, él se había aferrado a Fain y no lo soltó.
Pero Bastien fue la rara excepción que había cruzado las defensas cuidadosamente
custodiadas de Fain que mantenían a todos en el universo a una distancia segura. Sobre
todo porque Fain no había querido pasar por el dolor de ser abandonado de nuevo. No
después de que todo el mundo lo había rechazado por las mentiras de Merrell, y la infiel
traición de Omira. Una vez en la vida era suficiente para él.
Ahora…
¿Qué estoy haciendo?
Ya no pertenecía a una familia. Ni siquiera sabía cómo estar en una. Había pasado
demasiado tiempo. La vida había seguido. Él era un operador solitario. Un Renegado.
Y cuando la pelea terminó tal como Talyn había predicho que lo haría, las paredes
parecieron acercarse a él mientras ellos se volvían aún más joviales y "normales".
De repente, Fain no podía respirar. Se sintió sofocado y abrumado. Esto no estaba
bien. No era lo que conocía o estaba acostumbrado.
Tengo que salir de aquí.
Galene se congeló al ver la mirada de pánico en los ojos de Fain. Le recordaba
a un animal salvaje atrapado.
―¿Fain? ―Se acercó a él.
Él se disparó fuera del sofá y estuvo al otro lado de la habitación, más rápido
de lo que ella pudo parpadear. 156
―Tengo que irme. Tengo algo de lo que tengo que encargarme. Um… ―Frunciendo
el ceño, miró a su alrededor a los demás mientras palpaba sus bolsillos como si buscara
algo―. Gracias. ―Se había ido tan rápido, que ella apenas se dio cuenta de que él había
tocado la puerta.
―Eso fue muy extraño ―dijo Morra mientras recogía los platos y los tiraba a la
basura―. Incluso para Hauk.
Galene reunió los platos de los niños.
―¿Qué quieres decir?
―Ya sabes, él es siempre solitario. Nunca lo he visto alrededor de nadie excepto su
hermano.
Qory gesticuló hacia ellas.
―Sí. ―Morra tradujo por él―. Él ni siquiera tiene su propia tripulación. Viaja
completamente solo.
―A paka no le gusta la gente ―dijo Warwyk mientras tiraba a la basura las tazas
usadas―. Dice que alteran sus nervios. Excepto por nosotros. ―Hizo un gesto hacia él y su
hermana―. Porque somos gente pequeña y aunque Vega y yo le superamos en número,
todavía somos lo suficientemente pequeños como para que él nos pueda echar por encima
de su hombro y hacernos cosquillas para que nos rindamos.
Vega rodó sus ojos ante la sencilla explicación de él.
―Eso no es a lo que él se refiere, Warwyk. Él nos ama así que no alteramos sus
nervios. Pero no confía en nadie más a su espalda. Ni siquiera a un Tavali.
Galene en realidad no le había dado ningún pensamiento a eso antes.
Ahora…
―¿Me disculpan? ―Ella los dejó para seguir a Fain. Suponiendo que él regresó a sus
aposentos Tavali, intentó primero allí.
Llamó a la puerta y esperó.
Nadie respondió. Dado que ella era la CO de la instalación, Fain le había dado una
llave maestra para la vivienda Andarion. No estaba segura de si su tarjeta fuera a funcionar
en la habitación de él o no, pero valía la pena intentarlo.
Galene deslizó la llave en la cerradura y la apretó. La puerta se abrió a un grande, piso
oscuro.
―¿Fain? ¿Estás en casa?
Encendiendo las luces, entró y se quedó inmóvil. El suelo estaba cubierto con
volantes que constantemente estaban siendo empujados debajo de sus puertas. Por
la cantidad, era obvio que Fain no pasaba mucho, ni nada, de tiempo aquí. Mientras
que todo el lugar estaba amueblado, no había nada personal en su interior. Era
misterioso y tranquilo. Como un museo o biblioteca. Una que incluía una pesada 157
capa de polvo sobre los muebles y los mostradores.
Síp, no vivía aquí.
¿Dónde más podría alojarse?
Con el ceño fruncido, repasó las palabras de Vega. Ahora que lo pensaba, nunca lo
había visto con nadie. Sólo hablaba con Venik cuando tenía que hacerlo.
Comía solo. Se ejercitaba solo.
Sólo había otro lugar en que se le ocurrió tratar…

* * *

Galene vaciló mientras apretaba los controles de la nave de Fain. Parecía una idea
estúpida, pero, ¿dónde más podría haber ido?
Al igual que su piso, la nave estaba a oscuras, a excepción de la iluminación de
seguridad. Comenzó a salir hasta que oyó el débil sonido de música reproduciéndose.
Con el ceño fruncido, la siguió hasta la cabina del capitán. La puerta estaba abierta, y
allí, en la cama pequeña, se sentaba Fain con sus manos apoyadas en sus rodillas dobladas,
mientras reproducía su enlace.
Solo.
La chaqueta que había llevado antes estaba colgada en su armario abierto con el resto
de su ropa, haciéndole saber que este realmente era donde él hacía su hogar. No en los
cuartos de la estación que le habían asignado.
Sin embargo, era casi tan estéril aquí como en el piso que había estado. El encanto de
sus padres y las estrictas, reglas militares con las que él se había sido criado. La madre de
Fain nunca le había permitido cualquier tipo de libertad en casa. Endine Hauk había
dirigido su casa como un cuartel.
Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Mantén sólo lo que puedes llevar.
Los machos no necesitaban ningún tipo de exceso de juguetes o artículos, a excepción de
armas. Ni siquiera se le había permitido poner carteles en sus paredes para decorar. Ni
siquiera una foto enmarcada.
Obviamente, Fain seguía viviendo de esa manera. Aquí estaba junto a los artículos no
personales. Sólo con el enlace entre las manos, el blaster en su cadera, y el anillo de ella en
el dedo. Justo lo que podía llevar.
―¿Qué estás haciendo?
Él saltó con una maldición que habría sido cómica si el corazón de ella no
estuviera sufriendo por él.
―¿Qué estás haciendo tú aquí?
158
―Vine a buscarte.
―¿Por qué?
―Estaba preocupada por ti.
Él frunció el ceño como si no pudiera concebir eso.
―Estoy bien.
Pero no lo estaba. Había una profunda, y oscura tristeza en sus ojos. Una que a ella le
hacía sufrir por él.
―¿Por qué te fuiste tan de repente?
―La pelea había terminado. ―Su tono fue plano y sin emociones―. Supongo que
debería haber ayudado a limpiar. Lo siento.
Pero ella no lo creyó ni por un segundo. Galene cruzó la habitación para pararse junto
a la cama.
―Fain. Mírame.
Él vaciló antes de hacerlo.
―Quiero la verdad. ¿Por qué te fuiste?
―Me sentía… ―Él bajó la mirada al suelo―. Como un intruso.
Sentándose en la cama, ella tomó su rostro en su mano y lo obligó a mirarla.
―Esa no era mi intención. Quería que te sintieras incluido.
Él cubrió la mano de ella con la suya y cerró los ojos.
―No sé cómo, Stormy. ―Tiró de la mano de ella para mirar sus dedos como si fueran
objetos extraños para él―. Me preguntaste por qué me puse tu linaje en mi brazo. Porque
quería recordar lo que era tener algo hermoso a lo que aferrarse. Pero me di cuenta que esta
noche eso se ha ido y que nada puede traerlo de vuelta. Les fallé a todos ustedes. En las
peores maneras imaginables. Nunca estuve allí cuando tú y Talyn me necesitaban, y no sé
cómo hacerlo mejor. La última cosa que quiero hacer es causarte daño. Así que es mejor si
me quedo lejos.
Las lágrimas la cegaron mientras sus recuerdos se disparaban. Fain no tenía ninguna
comprensión real de la familia.
Sólo rígida obligación.
Los padres de él nunca habían sido amorosos. Ellos dieron porque era lo que "tenían"
que hacer. Recordó cuando eran niños y Fain se enfermaba. Su madre lo criticaba por
apartarla del trabajo, y tan pronto como llevaba a Fain a casa, lo dejaba para que su
hermano mayor lo atendiera. Algo que Keris había resentido y se había asegurado
de que Fain supiera lo mucho que odiaba cuidar de él. Así Fain había aprendido a
"no molestar" a su familia cada vez que estaba enfermo.
Ni siquiera por huesos rotos.
Toda su vida, Fain había sido el encargado de cuidar de los demás. Pero ni una 159
sola vez nadie había cuidado de él.
Ya era hora de que eso cambiara.
―Vuelve conmigo, Fain.
El ceño de él se profundizó.
―¿Por qué?
―Porque te quiero allí.
Las cejas de él de dispararon hacia arriba.
―¿Para?
Ella tuvo que hacer un esfuerzo para no poner los ojos en blanco. Era tan parecido a
Talyn que era delictivo. Riéndose de él, le tomó la mano y tiró de él.
―No por lo que estás pensando. Necesitas a alguien para que cuide de ti.
Él resopló ante eso.
―Soy más que capaz de cuidar de mí mismo.
―Esto no se trata de ser capaz o necesitar. Quiero cuidarte. Ahora ponte de pie, Pirata,
y sígame.
Fain empezó a discutir, pero el tono de voz de ella le dijo que sería muy estúpido
hacerlo. Además, no quería pelear con ella.
En el fondo de una parte de su corazón que no quería admitir que existía, él quería lo
que había visto esta noche. Ese tipo de camaradería. Parentesco.
Familia. Sólo una vez en su vida, quería pertenecer a alguien.
Deslizando su enlace en su bolsillo, se levantó y se puso las botas, entonces se colocó
la chaqueta y bloqueado su nave.
―¿Por qué no estás usando tus cuartos Tavali?
Él se encogió de hombros con indiferencia.
―No es casa.
―¿Y dónde es?
―Mi nave.
Esta vez, ella rodó sus ojos.
―Lo digo en serio, Fain.
―Síp. Yo también.
Ella hizo una pausa para mirarlo.
―¿Realmente vives en tu nave?
160
Él asintió.
―Dancer me deja caer en su casa de huéspedes a veces, pero no paso mucho tiempo
en Andaria.
Debido a que hasta hace poco, habría significado su vida si hubiera sido atrapado allí.
Como un Paria, él habría sido encarcelado por ley si alguien lo hubiese reconocido e
informado a las autoridades. Decía mucho que él se hubiese arriesgado para visitar a su
hermano, especialmente teniendo en cuenta el odio de su madre hacia él.
―Me sorprende que tu madre nunca te entregó.
―Ella trató una vez. Nyk puso el temor de los dioses en ella. Y ahora que he sido
devuelto a la casta, gracias a Cairie, es un poco más fácil de visitar, pero todavía no paso
mucho tiempo allí. Demasiados recuerdos malos.
―¿Pero tienes direcciones en diferentes planetas? ―Ella las había visto en su archivo.
―Solamente eran buzones de correo, en los últimos años. Siempre viví en los puertos,
a menos que estuviera bajo órdenes Tavali y haciendo actividades ilícitas para Ven o
Eriadne.
―¿Nunca echaste raíces?
Él sacudió su cabeza.
―Nunca he tenido una razón para hacerlo. Dancer es la única familia que tengo y él
siempre se ha estado moviendo con La Sentella. Tendía a mantenerme dentro del alcance
de un par de días de cualquiera que sea la dirección que él tuviera.
En caso de que su hermano lo necesitara. Él no lo dijo, pero Galene sabía el motivo.
Dancer siempre había venido primero que él.
―¿Hablas mucho con él?
―En realidad no. Sólo hacemos un tipo de gruñido el uno al otro de pasada.
Riendo, ella abrió la puerta de su apartamento y lo dejó entrar primero. Todo el
mundo ya se había ido, y Talyn estaba limpiando los últimos restos de la cena y aperitivos
cuando entraron.
Él frunció el ceño hacia Fain mientras cerraba la nevera.
Fain se detuvo en seco al ver a su hijo, que llevaba nada más que pantalones de
pijama. Pero la elección de vestuario no era lo que lo sorprendió. Eran los ojos rojo sangre
de Talyn que él había mantenido cubierto con lentes de contactos hasta ahora.
Stralen.
Mierda.
De tal palo tal astilla. Mientras que para Talyn debía de ser permanente, el de
Fain había desaparecido un par de horas después de la concepción de Talyn. Si él
alguna vez hubiese dormido con Galene de nuevo, podría haberse convertido en 161
permanente. Pero no había forma de saberlo ahora.
―¿Vas a decir algo? ―lo desafió Talyn con esa profunda, voz enojada.
―¿Y tú?
―¡Chicos! ―Galene advirtió―. Sean amables.
Talyn hizo un gesto con la barbilla hacia Fain.
―¿Por qué volvió?
―Yo se lo pedí.
Agarrando su botella de agua, Talyn resopló y se dirigió a su habitación.
―Pensé que te crié mejor. ―Galene sacudió su cabeza y suspiró―. Juro que es tu clon.
―En realidad no.
―¿No lo crees?
―No. Yo me hubiera pateado mi trasero.
Suspirando pesadamente hacia él, ella le tomó la mano y lo llevó hasta el sofá.
―Vamos, Fain. Te voy a enseñar a tu hijo.
Él no tenía idea a lo que se refería hasta que conectó su enlace con el monitor y pasó
las siguientes horas mostrándole innumerables fotos y videos de Talyn desde su nacimiento
hasta la edad adulta.
Y él no se perdió el hecho de que su hijo era tan solitario de naturaleza como él. Sólo
que donde él había elegido ese camino, Talyn no.
Hablando de la bestia, Talyn asomó su cabeza por la puerta.
―Me voy a la cama. ¿Necesitas algo antes de que me vaya?
Galene detuvo las fotos.
―Nah. Estoy bien. Estás en el primer turno, ¿verdad?
―Síp.
Ella se levantó y besó su mejilla.
―Buenas noches, querido. Duerme bien.
―Tú también. ―La abrazó, y luego se retiró para clavarle a Fain una mueca severa―.
No la mantengas hasta muy tarde. Yo sé todo acerca de cómo los dos se quedaban
despiertos toda la noche hablando cuando eran niños. Y ella tiene un largo día mañana. No
me hagas volver aquí y separarlos. Lo digo en serio.
Fain resopló mientras Talyn regresaba a su habitación y cerraba la puerta.
―Se lo dijiste, ¿verdad?
―Le conté un montón de historias sobre su padre.
―¿Pero no mi nombre?
―Él lo sabía. Solamente nunca preguntó. ―Ella alisó el ceño fruncido del 162
rostro de él mientras volvía a sentarse a su lado―. No lo hagas, Fain. No fui completamente
honesta contigo sobre el pasado. Estaba tratando de hacerte daño.
―Tuviste éxito.
―Lo sé y lo siento. ―Con expresión contrita, se sentó sobre sus rodillas al lado de él y
jugó con su mano.
Fain trató de no dejar que eso significara tanto para él como lo hacía. Así como trató
de no notar lo cálida y dulce que olía. Cuán invitadora era su piel.
―Entonces, ¿por qué mantuviste la tradición de las Noches de Peleas Hauk?
―preguntó él, tratando de distraerse de la necesidad que tenía de recogerla y llevarla a la
habitación que estaba a centímetros de distancia.
Ella se mordió su labio de una manera muy adorable.
―Quería que Talyn tuviera algo tuyo. Algo que sabía que tú lo habrías compartido
con él si hubieses sabido que tenías un hijo.
―¿Él sabe?
―Él sabe.
Galene trazó la línea de las cejas de él mientras se maravillaba de tenerlo con ella de
nuevo. Pasó la mano a través de sus trenzas que estaban atadas con hilos blancos donde
había secciones decoloradas.
―¿Qué te hizo hacer esto en tu cabello?
Él le dirigió una mirada divertida.
―Me cansé de ser confundido con Dancer.
Ella se echó a reír, y luego se puso seria.
―Te he extrañado mucho.
Fain contuvo su respiración mientras ella lentamente se inclinaba para darle un beso.
Su corazón latió con fuerza ante el dulce sabor de ella. Ante el aroma de su perfume
llenando su cabeza. Hundió su mano en sus trenzas y la abrazó mientras ella se deslizaba
completamente en su regazo.
Gruñó con satisfacción y ahuecó su trasero bien formado.
La mano de ella estaba a punto de llegar a un buen lugar cuando las luces se
encendieron y Talyn airadamente aclaró su garganta.
Ceñudo, se paró sobre ellos como un padre furioso.
―¿Discúlpenme? Sin unificación... sin unificación. Ustedes dos tienen que retroceder
y dejar espacio para la imaginación.
Galene se echó a reír ante los viejos dichos Andarion que los padres utilizaban
con sus hijos adolescentes.
―Vete a la cama antes de que te dé nalgadas.
163
―De acuerdo. Pero ustedes dos tienen que mantenerlo silencioso o llevarlo a tu
habitación. Me están dando asco. Realmente no quiero o necesito una vista de primera fila
de mi concepción. Si ustedes van a seguir con algo más fuerte, por favor háganmelo saber
para que pueda ir a refugiarme con Vari o algo así. ¡Caray! ¿Sabes que estoy justo del otro
lado de esa pared, verdad?
Galene le dirigió una mirada mordaz.
―Nos vamos a la cama.
Talyn arqueó una ceja.
―Tu padre estará durmiendo en el sofá.
Talyn movió su dedo entre ellos.
―Está bien, voy a confiar en que los dos van a comportarse.
Riendo, Galene apoyó su cabeza sobre el pecho de Fain. Tan pronto como Talyn había
cerrado su puerta, mordió la barbilla de Fain.
―Trae viejos recuerdos, ¿eh?
―En realidad no. Talyn es mucho más grande que cualquiera de tus hermanos o
padre. Más aterrador, también.
―Eso es porque él se parece a su padre. ―Besando sus labios, se separó de él―. Te
traeré una manta y una almohada.
Fain puso mala cara, pero no dijo nada mientras admiraba la vista de su trasero bien
formado mientras se alejaba de él. Probablemente debería protestar, pero sinceramente,
había soñado con esto muchas veces para quejarse por el hecho de que lo dejó con la peor
erección de su vida.
Si bien esto no era perfecto, era mejor de lo que merecía.

* * *

Fain se despertó con el olor de café caliente y algo dulce. Le tomó un minuto recordar
dónde estaba.
En los cuartos de Galene, en su sofá.
La escuchó hablar con Talyn en el más suave de los susurros. Sólo el sonido de ese
brillante susurro envió un escalofrío por su cuerpo.
―No te olvides de ser amable con los Tavali.
Talyn resopló.
―No tengo tres años, mamá. ―Tomó una bolsa de lo que debía ser el
almuerzo que Galene había hecho para él y miró en su interior. Luego, con una voz
muy infantil que estaba destinada a ser una burla evidente de las palabras que
acababa de pronunciar, preguntó―: ¿Te acordaste de empacar algunas de esas 164
tortas dulces que me gustan tanto?
Ella rió.
―Por supuesto que sí, y puse un extra allí para Gavarian, también, así no va a ponerte
pucheros otra vez.
―Gracias. ―Talyn terminó su café y dejó la taza en el fregadero. Miró hacia el sofá.
Fain se aseguró de fingir que dormía.
―¿Te molesta que lo dejé pasar la noche?
Talyn vaciló antes de contestar su queda pregunta.
―¿Sabes lo que más recuerdo de ser un niño?
―¿Mi insistencia para que te mantengas limpio?
Él se echó a reír, y luego se puso serio.
―Cuántas veces dijiste “deseo que tu padre estuviera aquí para verte hacer eso”.
Nunca, ni una vez me permitiste decir una palabra en contra de él. Por nada. Si alguna vez
trataba de echarle la culpa de haberse ido, te aseguraste que entendiera que tú eras la única
razón por la que no él no estaba por ahí… que habías tomado la decisión de permanecer en
silencio y que si él hubiera sabido de mí, nunca nos hubiera dejado. Aparte de Felicia, que
tolera mi lamentable, trasero hosco, eres la hembra más fuerte que he conocido. Me
imagino que Hauk tiene que ser un hombre increíble para ganar tu lealtad y sobre todo tu
corazón. Todo lo que quiero es que seas feliz, mamá. Así que, no, no me molesta verlo en el
sofá, si eso es donde él quiere estar. O en cualquier otro lugar que deseas ponerlo. Soy un
Andarion crecido. No tienes que preocuparte acerca de mis sentimientos, o andar con
cuidado alrededor de ellos. Sólo preocúpate por el tuyo y sabes que si él te hace daño, voy a
matarlo por ti y arrojar su cuerpo en el espacio.
Ella se rió y lo besó en la mejilla.
―Te amo.
―Yo también te quiero. ―Le dio un abrazo suave y se fue.
Galene desconectó todo y se dirigió a la sala.
Curioso acerca de sus intenciones, Fain continuó fingiendo que dormía.
Se acercó a él y le apartó el cabello de la cara antes de darle un beso rápido en la
mejilla y subirle la manta hasta la barbilla. Luego, regresó a su habitación y volvió a la
cama.
Durante varios minutos, Fain no se movió mientras algo caliente y dulce se
extendía por él. No se había sentido así desde el día en que ella había concebido a
Talyn. Desde que habían yacido en el refugio de la cueva donde él una vez había
jugado con Dancer y escuchaban la lluvia torrencial del exterior
Cálido. Deseado. 165
Amado.
No seas estúpido. Eres el padre de su hijo. Eso es todo lo que eres para ella.
Pero se sentía como más. ¿Lo peor? Quería que fuera más con una desesperación que
lo dejó tan vulnerable que lo aterrorizó.
El dolor lo atragantó al mirar hacia abajo, al tatuaje en su brazo desnudo. Durante
años, había sido su único consuelo. Los recuerdos de Galene y la esperanza de que había
hecho lo correcto dejándola, había sido la única cosa que lo había ayudado a atravesar el
absoluto infierno.
Ahora sabía la verdad. La había jodido muchísimo.
Cuando empezó a levantarse e ir hacia ella, su enlace sonó. Lo dejó caer, y luego lo
atrapó antes de que cayera al suelo y eso le avisara a ella que estaba despierto.
Tenía que ser Dancer. Su hermano era el único que alguna vez lo llamaba,
especialmente a esta hora intempestiva.
Desbloqueó la pantalla para ver un mensaje cifrado muy corto.
TEL4 9 horas.

4
TEL: Tiempo Estimado de Llegada
Síp, era su hermano, y eso lo hizo sonreír. No podía esperar para conocer a esta
misteriosa Felicia y ver a su hijo por fin sonreír.
Además se sentiría mucho más relajado una vez Dancer estuviera seguro y tuviera a
la única persona en esta estación a la que podía confiar las vidas de Galene y Talyn.
Y las de Vega y War.
Porque en lo profundo de sus entrañas, sabía que algo malo estaba gestándose y
estaba a punto de llegar. No importaba lo mucho que lo intentara, no podía sacudirse la
sensación. Y aunque había estado en la guerra antes, nunca había tenido mucho que perder.
Eso era lo que hacía que todo esto fuera aún más aterrador.

166
―¿Fain?
Fain hizo una pausa ante el sonido de la voz de Ven. Se volvió y esperó a que el Tavali
lo alcanzara en la pasarela suspendida que conectaba su zona comercial a la comandancia y
las secciones empresariales de la estación.
―¿Qué necesitas?
―Tenemos un problema. ―Brax le entregó un pequeño chip―. Eso es una
transmisión que recogimos. Uno de los Andarions está trabajando con la Liga.
Fain lo puso en su oreja y escuchó. Era la misma transmisión que Talyn había
interceptado antes.
―Los Andarions afirman que es un Tavalian.
―¿Y tú crees eso?
¿Por qué no lo haría?
―Hay muchos más Tavali aquí que Andarions.
Ven lo empujó hacia atrás y lo agarró en un puño enorme. 167
―Es necesario recordar cuál uniforme llevas, Escoria-verruga.
¿Cómo podría olvidarlo?
―Sé exactamente dónde poner mi lealtad.
Ven apretó su puño antes de dejarlo en libertad.
―Más te vale.
Fain no se movió mientras Ven y su comitiva se alejaban.
Disgustado, se dirigió al centro de mandos para encontrar a Galene y advertirle sobre
su discusión. Pero ella no estaba allí. Solamente dos Tavali, uno de la Sentella que no
conocía muy bien, Talyn y Gavarian.
―Comandante Hauk en la cubierta ―anunció Gavarian.
Fain le dio una mirada divertida.
―No tienes que hacer eso, muchacho.
―¿Te molesta?
―Sí, lo hace.
Gavarian sonrió.
―Entonces tengo que hacerlo. Lo considero mi deber y placer.
Talyn resopló, pero no dijo nada mientras continuaba examinando los informes de sus
aliados.
Fain acortó la distancia entre ellos.
―¿Dónde está Galene?
―La comandante Batur está en una conferencia con la tadara Cairistiona y el
emperador Cruel. ―Maldita sea, cada vez que Talyn entraba en su modo de oficial militar
era realmente impresionante. El chico era imperturbable.
Con nada más que hacer mientras esperaba a que Galene terminara, Fain escuchó las
fuentes de noticias con Talyn. Las cosas se estaban calentando en todas partes. La Liga
estaba en la búsqueda de su sangre en la peor de las formas.
Habían atacado otro puesto de avanzada Andarion y secuestrado a un carguero
Caronese que había estado llevando suministros médicos para socorrer a los huérfanos en
los combates. En mejores noticias, la Sentella había arrasado dos de los principales
depósitos de armas de la Liga y liberó a varios presos políticos que habían sido llevados
injustamente.
Pero las cosas se iban a poner peor antes de mejorar. Siempre y cuando no
consiguieran que los mataran a todos por traición.
De repente, la puerta se abrió para admitir a Dancer, Sumi, y una hembra
encapuchada que era muy pequeña para un adulto Andarion, pero eso significaba
que era un poco más alta que Sumi. Y de acuerdo con la moda noble Andarion cada 168
vez que la alta casta viajaba fuera del mundo, ninguna parte de su cuerpo se mostraba en
absoluto.
Por una vez, Gavarian no dijo una palabra para anunciar la presencia de ellos. Pero el
alivio en su rostro fue tangible. De hecho, parecía una mujer embarazada que acababa de
dar a luz después de una labor de tres días.
Siempre el comandante militar severo, Talyn se enderezó desde el panel de control
para fruncir el ceño ferozmente hacia ellos.
―Los civiles no están permitidos aquí ―gruñó hacia Dancer―. Tienen que irse.
Dancer no traicionó una sola emoción mientras se mantuvo firme.
―Bien, comandante. Denos la tarjeta de acceso a su habitación y nos iremos.
El gruñido de Talyn se profundizó.
―¿Disculpa?
Dos manos gráciles, pintadas de vivos colores de acuerdo a la temporada de
vacaciones Andarion, emergieron de los pliegues de la capa azul oscuro para bajar la
capucha y exponer una masa de largo cabello castaño rizado hasta la cintura. Fain nunca
había visto tal abundancia de rizos en su vida. Ellos saltaron para enmarcar el
impresionante rostro de un duende alegre. Tímida y dulce, ella se quedó mirando hacia
Talyn con amor brillando en sus ojos de color blanco plateado.
―¡Licia! ―susurró Talyn antes de atravesar corriendo la habitación para levantarla en
sus brazos y besarla como si su vida dependiera de ello. Sosteniendo su cabeza con su
mano, presionó su mejilla a la de ella y la sostuvo con los pies suspendidos muy por encima
del suelo―. ¿Qué estás haciendo aquí?
Con una radiante risa musical que traicionó su felicidad, mantuvo sus brazos
alrededor de sus hombros mientras saboreaba su toque y jugaba con sus trenzas.
―Tu tía y tu tío se presentaron en el condominio y dijeron que tu padre los envió para
preguntar si quería venir a quedarme contigo mientras estaban estacionados aquí. ¿Espero
que esté bien?
―¡Claro que sí! ―Mordiéndose el labio, Talyn finalmente la volvió a poner sobre sus
pies. Apasionadamente, ahuecó su mejilla y deslizó su mirada sobre ella como si todavía no
pudiera creer que fuera real―. ¿Dónde están tus cosas?
Ella se dio la vuelta para mostrarle su pequeña mochila debajo de su capa.
―Me conoces. Viajo ligero. Además, no quería perder un solo segundo para llegar a
ti. ―Arrugando la nariz y riendo de la manera más adorable, se giró danzando para
mirarlo de nuevo. Y Talyn estaba como atolondrado. Él no podía dejar de sonreírle
mientras le apartaba el cabello del rostro.
Su evidente amor y adoración del uno por el otro apretó la garganta de Fain.
Le recordaba a como Galene solía mirarlo cuando eran chicos.
Cuánto ella todavía iluminaba su corazón cada vez que se le acercaba. 169

Y estaba agradecido más allá de la retribución a su hermano por hacerle este favor.
Fain se aclaró la garganta para llamar la atención de Talyn de su hembra, pero fue
difícil y tomó varios segundos antes de que su hijo arrastrara su mirada.
―Ve y asegúrate de que Felicia se instale. Yo cubriré el resto de tu turno.
Talyn vaciló.
―¿Estás seguro?
Asintiendo, Fain sacó su tarjeta llave.
―Y cambia las llaves conmigo. Hice cambiar las habitaciones temprano. Después de
anoche, pensé que te gustaría más espacio y privacidad mientras Felicia estuviera aquí. La
mía debe estar recién limpiada y abastecida para ustedes. Si no es así, házmelo saber y haré
que le hagan el debido mantenimiento.
Como un niño a quien le acababan de entregar el regalo que nunca pensó tener, Talyn
se colgó la mochila de Felicia sobre su hombro y obedeció. Su mano vaciló en la de Fain.
―Gracias, Hauk. De verdad.
Fain le dio una palmada en el hombro.
―El placer es mío, muchacho.
Talyn regresó al lado de Felicia y la tomó de la mano para llevarla afuera.
Felicia se mordió el labio de la manera más preciosa cuando miró sobre su hombro
hacia Fain.
―Um, ¿Talyn? ¿Cuándo conseguiste un padre?
Talyn hizo una pausa para volver la mirada hacia él también. Fue la primera vez que
Fain vio algo más que el desprecio o el odio en los ojos de su hijo mientras lo miraba.
―En el momento en que atravesaste caminando por la puerta. ―Él le besó la mano y
salió de la habitación.
Fain probablemente debería ofenderse del hecho de que Talyn no los había
presentado, pero teniendo en cuenta el entusiasmo de su hijo por estar a solas con su
hembra, lo había dejado pasar. Él habría sido igual a esa edad.
Las presentaciones y modales siempre tomaron un papel secundario para las
hormonas y emociones del stralen.
Dancer y Sumi estrecharon la distancia entre ellos.
―Hola, Sumi. ―Fain la besó en la mejilla.
Ella le dio un abrazo ligero.
―Eso fue muy dulce. Buen trabajo.
Avergonzado, se sacudió sus elogios con un encogimiento de hombros.
―¿Donde están los niños?
170
―Kalea vio una tienda de dulces en la zona del centro comercial, así que Darice tuvo
la amabilidad de llevarla a buscar algunos mientras traíamos a Felicia aquí. ―Sumi dio un
paso atrás y acarició levemente su hinchado estómago―. Voy a revisarlos y asegurarme
que Kalea no lo ha impulsado a asesinarla con sus mil y dos millones de preguntas acerca
de todo.
Dancer resopló ante eso.
―Sí, claro. Tráeme algunos de lo que consigas para ti misma.
Ella arrugó la nariz juguetonamente hacia él.
―Lo haré.
Tan pronto como ella se fue, Dancer arqueó una ceja hacia Fain.
―¿Qué? ―preguntó con irritación.
―Nada. ―Dancer sacó un sobre grande―. Recogí esos papeles que pediste. Todo está
en orden.
―Gracias. Te lo debo.
―Nah. Sólo lamento haber tardado tanto. La Liga tiene la mayor parte de este sector
fuertemente bloqueado. Tuvimos que hacer una pequeña navegación creativa para llegar
hasta aquí sin una batalla o una confrontación, y no quería correr ningún riesgo, dada mi
carga.
Por lo que lo entendía muy bien y lo agradeció.
―Me alegro que lo lograras.
―Sí. Yo también.
Fain colocó los papeles a un lado.
―Entonces, ¿qué piensas de Felicia?
―No era lo que esperaba.
―¿Significado?
―Ella es dulce, Fain. Tranquila y tímida. Muy, muy reservada. Por alguna razón, yo
había asumido que la hembra del Martillo de Hierro sería mucho más descarada y dura.
Provocativa.
―¿Como Sumi?
―Sí. Pero creo que una fuerte brisa podría golpear a Felicia y asustarla. Nunca he
conocido a nadie más tímida, especialmente no una hembra Andarion.
Dancer tenía razón en eso. La mayoría de las hembras Andarion eran más
rudas que la mayoría de los varones humanos. Y se dio cuenta que Gavarian estaba
ahogándose mientras ellos hablaban como si supiera algo que ellos no.
Sin hacerle caso, él continuó hablando con su hermano.
―¿Qué averiguaste de ella? 171
―Saren ezul Terronova es su padre y su madre Marna eton Nykyrian.
Los ojos de Fain se ampliaron ante ese linaje noble. Esos eran dos de los linajes reales
originales que sólo eran superados por el de la reina actual de Andaria. De hecho,
Cairistiona era una ezul Nykyrian; a través de su padre, quien era descendiente de la hija
del primer Nykyrian que había asumido un título real. Un eton Nykyrian significaba que la
madre de Felicia era descendiente del príncipe original… maldición. La madre de Felicia
era más noble de lo que había sido el padre de la actual Tadara.
Por su lado el linaje Terronova…
Era superado solamente por los linajes eton Nykyrian y eton Anatole.
―¿Me estás dando mierda? ―Él echó un vistazo hacia Gavarian, quien le sonrió.
―¿Oh? ¿Deje de mencionar que Felicia es mi tía?
Tomó todo lo que tenía no dispararle al chico justo donde estaba sentado con aire de
suficiencia.
―Sí. Dejaste esa pieza fuera.
―Ah… por cierto, Hauk, Felicia mi tía.
No es de extrañar que Gavarian fuese tan cercano a Talyn, y que confiara en él por
completo. La pequeña mierda era de la familia. Todo estaba empezando a caer en su lugar
ahora.
Dancer frunció el ceño.
―¿Lorens ezul Terronova es tu padre?
Gavarian asintió.
―Toda mi vida… desde que nací.
Él volvió a mirar hacia Fain.
―Lorens es su hermano mayor, quien la adora.
Fain dejó escapar un silbido.
―Le doy crédito a Talyn por elegir tan bien. ―Pero por qué una hembra con un linaje
tan impresionante sería una compañera pagada aturdía su mente. Aun siendo bastarda,
Felicia podría haber negociado el matrimonio con cualquier macho que quisiera.
Demonios, podría haber probablemente mandado a un príncipe.
―Ella realmente lo ama. Me gustaría que pudieras haber visto su cara cuando fuimos
a recogerla. Al principio, pensé que iba echarnos a seguridad encima. Pero una vez que le
probé que realmente era su tío, empacó tan rápido, que dejó una estela de vapor.
Fain se rió ante eso.
Hasta que la puerta se abrió y mostró a Galene entrando en la habitación. Ella
caminó hacia él como una lorina salvaje en busca de sangre.
Si no hubiese estado de pie con una pared a su espalda, se habría escapado por 172
la mirada acerada en su rostro. ¿Qué demonios hice ahora?
Un poco de miedo lo congeló en el lugar. Hasta que se detuvo frente a él, estiró los
brazos, y empujó sus labios a los de ella. Fain se relajó mientras ella lo besó con una pasión
que no había probado desde que eran niños. Lo dejó sin aliento y excitado, y con una
erección que debería ser declarada ilegal. Y, sin duda, fue obvia para todos.
Echándose hacia atrás, ella le sonrió.
―Gracias.
―¿Por qué?
―Por hacer tan feliz a Talyn. ―Lo abrazó como solía hacer. Su respiración incitó su
oreja, enviando escalofríos por todo el cuerpo―. Pasé junto a él con Felicia en el pasillo.
Estaba prácticamente bailando.
Fain saboreó la sensación de su cuerpo presionado contra el suyo. La única manera de
hacer esto mejor sería tenerla desnuda en sus brazos.
―Cualquier cosa por hacer que me sonrías.
Ella rodó los ojos hacia él hasta que notó a Dancer.
―Y gracias. Felicia dijo que fuiste un amor con ella todo el tiempo, y que tú y tu
esposa e hijos la trataron como de la familia.
―No tienes que darme las gracias. No veo cómo alguien podría ser cruel con ella.
Sería como darle patadas a un gatito sin dientes.
Galene dejó escapar una risa baja ante eso.
―Sí, sigue pensando eso.
―¿Significado?
―Felicia no es tan mansa como parece. Amenaza a Talyn y sacarás eso realmente
rápido. Incluso Qory tiene miedo de hacerla enojar.
Dancer se burló.
―Tendría que verlo para creerlo.
La puerta se abrió.
Galene se volvió para mirar más allá de Dancer. En el momento en que su mirada se
centró en los recién llegados, todo su mundo se hizo añicos en una ola cegadora de dolor.
Era su peor pesadilla.
La ex esposa de Fain.
¿Lo peor? La perra humana embarazada estaba allí parada con una niña de
cabello oscuro en sus brazos, y un chico Andarion a su lado que era casi idéntico en
apariencia a Fain.
¡Vasectomía, mi culo! 173
Durante todo un minuto, Galene no pudo respirar mientras estaba cara a cara con la
última persona que había esperado jamás volver a ver.
Omira Hauk. La esposa humana de Fain.
―Stormy ―dijo Fain en voz baja―. No es lo que estás pensando.
Ella pasó una mirada hostil sobre él cuando su furia estalló.
―¡Bastardo infiel! ―Sin poder lidiar con eso, ella salió de la habitación con las
mentiras de él zumbando en sus oídos.
Fain la siguió por el pasillo.
―¡Galene, por favor!
―¡Vuelve con tu humana! ¡O de lo contrario te mataré!
―¡Ella es la esposa de Dancer!
Galene tropezó ante lo último que jamás había esperado escuchar.
¿La esposa de Dancer? ¿Qué demonios?
174
¿Qué tan enfermos eran?
Sosteniéndose contra la pared, ella se volvió hacia Fain, aturdida más allá de la
imaginación.
―¿Qué?
―Esa no es Omira. ¡Lo juro! Es su hermana Sumi, y ella es la esposa de Dancer. No
mía.
Galene frunció el ceño mientras trataba de digerir su explicación. ¿Podría ser verdad?
Dancer y la alta, y esbelta mujer rubia que aún sostenía a la niña en sus brazos se
acercaron lentamente. El muchacho se quedó atrás como si tuviera miedo de que ella
pudiera hacerle daño.
―No soy Omira ―dijo la mujer lentamente―. Sé que me parezco mucho a mi
hermana, pero soy unos pocos años más joven.
Ella también era más alta, ahora que Galene la veía con menos furia en su corazón. Y
mucho más bonita.
Completamente atónita, se volvió de nuevo hacia Fain para más explicación.
La niña frunció el ceño hacia Dancer.
―¿Paka? ¿Por qué está la hermosa dama tan enojada con todo el mundo? ¿Qué le
hemos hecho a ella?
Él la tomó de su madre.
―Nadie está enfadado, Lee-lee. Sólo un pequeño malentendido.
Galene negó mientras finalmente aceptaba una dura verdad.
―Esto debe ser incómodo en las reuniones familiares.
La tristeza ensombreció los ojos de la mujer.
―En realidad no. Mi hermana murió hace mucho tiempo. La única familia que tengo
ahora está de pie enfrente de ti. ―Hizo un gesto al chico con ellos―. Este es nuestro hijo,
Darice.
Galene sintió una afinidad inmediata con la mujer que no tenía otra familia.
―Lo siento… ―Ella vaciló, tratando de recordar el nombre de la mujer.
―Sumi.
―Sumi, sé lo que se siente estar sola. No quise reaccionar de forma exagerada.
Fain dejó escapar un suspiro reservado.
―Debería haberte advertido, Galene. Pero, sinceramente, ni siquiera pienso en
ellas siendo hermanas. Simplemente no viene a mi mente en absoluto.
Eso más que nada le decía a ella que él estaba diciendo la verdad acerca de sus
sentimientos hacia Omira. Si realmente la hubiese amado, él no sería capaz de
soportar estar alrededor de Sumi. Ver su embarazo con los hijos de su hermano. El 175
dolor de eso sería insoportable.
En cambio, a él realmente no le importaba.
Ella sonrió ante el estómago de Sumi.
―¿Cuándo das a luz?
―El próximo año.
―Felicidades.
Frotando su vientre, ella sonrió cálidamente.
―Gracias.
Fain tomó a la niña de su hermano y la llevó de nuevo hacia ella.
―Kalea, conoce a tu tía, Galene.
Con su dedo en la boca, Kalea frunció el ceño.
―¿Es una tía niña o una tía niño?
―¿Perdón?
Sumi, Dancer, Darice y Fain se rieron.
Calmándose, Fain se lo explicó a ella.
―Ella conoce a Maris Sulle como la tía Mari.
―Oh. ―Galene se unió a sus risas. Maris era el embajador Andarion de Caron. Él
también era ostentosamente gay―. Sería una tía niña.
Kalea se lanzó de los brazos de Fain a los de Galene.
―Encantada de conocerte, tía Galene.
Cerrando los ojos, Galene saboreó la sensación de abrazar a un niño pequeño otra vez.
No había sostenido a uno de esta edad desde que Talyn había sido un niño pequeño. Y
Kalea pesaba mucho menos de lo que él lo había hecho a su edad. Era tan increíblemente
pequeña y delicada.
―Es un placer conocerte, también, Kalea.
Ella sacó un puñado de caramelos de su bolsillo y lo sostuvo ante el rostro de Galene.
―¿Quieres un poco? Mi hermano se quedó la mayor parte porque dijo que me gusta
comer demasiado y conseguiría un dolor de estómago, pero creo que él va a comérselos
porque siempre lo hace. Darry es así de malo.
Riendo de nuevo, Galene negó con la cabeza.
―No, gracias. Puedes quedártelos.
―Está bien. ―Kalea pataleó sus piernas para señalar que estaba lista para ser
bajada al suelo.
Galene la puso sobre sus pies y la observó mientras corría hacia Dancer.
176
―¿Paka? Lee-lee necesita un baño. ¡Rápido!
Él le lanzó una sonrisa irritada a Sumi.
―¿Por qué ella siempre viene a mí con esto?
Con una risa malvada, Sumi tendió la mano a Kalea.
―Ven, cariño. Mamá necesita uno, también.
Dancer suspiró.
―Ahora que no temo por la vida de Fain, voy a ver que ellos se establezcan. Ustedes
dos… compórtense. ―Él tiró de Darice del hombro y lo llevó en la dirección que Sumi y
Kalea habían tomado.
―¿Estoy perdonado? ―preguntó Fain tan pronto como estuvieron solos de nuevo.
―¿Realmente no te molesta que ella se parezca tanto a Omira?
Él sacudió su cabeza.
―Al igual que a ti, me sorprendió la primera vez que nos conocimos. Pero tan pronto
como me di cuenta que Sumi era más madura, no tuve ningún problema con ello en
absoluto. Ella es una compañera perfecta para Dancer… y es ahora mi hermana real, ya que
Cairistiona nos adoptó a ambos.
Galene se quedó boquiabierta.
―¿Esa es tizirah Sumi?
―¿No lo sabías?
―Supuse que ella era Andarion. No humana.
Él dejó escapar una brillante risa sarcástica.
―La Tadara es una persona interesante y muy poco convencional.
―Dímelo a mí. Pasé años como su principal protectora.
―¿De verdad?
Galene asintió. Luego estrechó su mirada sobre él.
―¿Hay más sorpresas de las que necesite prepararme?
―Esto es probablemente lo único. Espero. Como he dicho, ni siquiera pensé en ello. O
te hubiera dicho algo.
Ella se quedó en silencio mientras repasaba todo lo que había aprendido de él. Y
especulando sobre qué más él podría haberse olvidado mencionar.
―No tienes ningún otro niño del que necesito preocuparme por conocer de forma
inesperada, ¿verdad?
Dolor oscureció los ojos de él.
―No. Como ya he dicho, tuve una vasectomía justo después de que te dejé, y
has conocido a los únicos dos hijos que cuido. Tú eres la única que me dio un hijo
increíble. Sería agradable si él pudiera soportar estar en una habitación conmigo, 177
pero es mejor que nada, supongo.
―Al igual que su padre, él no es tan testarudo como parece. Talyn es muy
misericordioso.
Fain se echó a reír.
―Claro que lo es. ¿Has conocido a tu hijo?
Galene reprimió una sonrisa mientras sacaba su enlace y ponía a Gavarian a cargo del
turno de Fain. Ella miró más allá de Fain, hacia el centro de comunicaciones.
―¿Puedo tener un minuto?
Él arqueó una ceja ante su elección de palabras.
Ella puso los ojos en blanco.
―Ponlo en tus pantalones, Pirata. Te quiero para otra cosa.
Haciendo pucheros, él asomó la cabeza de vuelta al centro para decirles que estaba
tomando un descanso antes de agarrar el papeleo que Dancer había traído y se reunió con
ella.
―¿Es demasiado esperar que estuvieras mintiendo y que vayamos a tener un poco de
tiempo de diversión para adultos, después de todo?
―Sí. Así es, pero… ―Ella tomó su mano y lo llevó hacia la zona del centro comercial
de la estación.
Cuando se acercaron a un pequeño bistró5, ella se detuvo para echar un vistazo
alrededor de la esquina de una pared.
―Mira hacia allá.
Fain lo hizo y quedó sin aliento.
Él se había equivocado. Talyn no había llevado a Felicia directamente a la cama. Más
bien, la había llevado directo por comida. Y su gigante hijo se sentaba junto a Felicia, quien
le daba de comer trozos de su sándwich mientras reían y se lanzaban pequeños pedazos en
broma como dos adolescentes. Había desaparecido cualquier atisbo del poderoso Martillo
de Hierro, o el comandante militar acérrimo que miraba ferozmente a todos a su alrededor.
Sólo el uniforme seguía siendo el mismo.
Por primera vez, Talyn actuaba como un joven Andarion normal. Incluso estaba más
relajado con ella de lo que había estado durante la noche de pelea o mientras había jugado a
la pelota con Gavarian y los niños.
Aturdido, Fain dio un paso atrás para enfrentarse a Galene, quien le dio una sonrisa
satisfecha.
―Sé amable con Felicia y no hay nada que Talyn no vaya a hacer por ti. Ella es
su corazón y su alma. Nunca ha sido así con nadie más.
Fain ladeó la cabeza mientras miraba hacia abajo a su propio corazón.
―Lo entiendo, completamente. ―Deslizó el dorso de sus dedos a lo largo de 178
la línea de la mandíbula de ella―. Echo de menos reírme contigo de esa manera.
Galene lamió sus labios cuando sintió su voluntad debilitándose. Pero este no era el
mismo chico tímido que una vez la había sostenido, y ella lo sabía. Fain era un feroz pirata
ahora. Cómodo en su piel y su papel en un mundo extremadamente violento. Vio cómo
cada vez más y más él se ocupaba de sus hermanos Tavali.
Aun así, lo quería. Y cuando él bajó la cabeza para besarla, enterró sus manos en las
trenzas de él y lo sostuvo cerca. Su aroma llenó su cabeza y la mareó. La lengua de él se
deslizó contra sus colmillos e hizo que escalofríos la recorrieran. Ningún hombre la había
tocado desde el día en que había concebido a Talyn. Ninguno le había atraído alguna vez
realmente.
Sólo Fain.
Él era dueño de su corazón. Siempre lo había sido.
Y cuando él se retiró, tomó todo lo que ella tenía para no arrastrarlo a su cuarto y
desnudarlo.
Él le mordisqueó la barbilla juguetonamente antes de que la dejara y se dirigió hacia
Talyn y Felicia.
Talyn se puso serio ante su aproximación, pero no fue tan hostil hacia él como lo había

5 Un bistró (del francés bistrot o bistro) son pequeños restaurantes de comidas a precios económicos.
sido en el pasado. Se limpió los labios y las manos antes de inclinar la cabeza hacia Fain.
―Felicia, conoce a mi padre. Fain Hauk.
Ella arqueó una ceja curiosa.
―¿De cuál linaje Hauk?
―Mi hermano que te trajo aquí es Dancer del Clan de la Sangre Guerrera de Hauk.
Nuestra madre biológica es descendiente de los Soberanos Anoles.
―Espera… ―Ella estrechó su mirada hacia Talyn, que se veía repentinamente
avergonzado―. ¿Como familia segunda de la Tadara?
Fain asintió.
―Fue nuestro abuelo. Nuestra madre es prima tercera o cuarta. Siempre me
confundo, muy a su pesar y degradaciones chillonas constantes por mis fracasos por ello.
Con su mandíbula todavía colgando, ella fulminó con la mirada a Talyn.
―¿Eres descendiente de la casa real y tu padre es de los originales trece War Hauks, y
nunca me lo dijiste? ―Golpeó el hombro de él―. ¡Eres una bestia! ¿Cómo no me dijiste algo
así después de todas las veces que te lo he preguntado?
―Soy un idiota. Pero soy tu idiota ―bromeó con una diabólica sonrisa
ladeada.
Ella se rió mientras él le tomaba la mano y le besaba los nudillos.
179
―¡No puedo creerte!
Fain coloco la carpeta sellada en su mano sobre la mesa cerca de Talyn y la empujó
hacia él.
―También hice que Dancer recogiera esto para ti en Andaria.
Ceñudo, Talyn la abrió. Luego se quedó sin aliento cuando sacó el papeleo.
―¿Esto es real?
Fain asintió.
―Ha cambiado todo. Todo en el ejército y tus registros personales ahora te muestran
como un Tiziran totalmente Dotado, con ambos linajes, el de tu madre y el mío.
Con su respiración entrecortada, Talyn colocó la palma de Felicia contra su mejilla. Se
deslizó de la silla y cayó sobre una rodilla al lado de ella. La alegría en los ojos de él hizo
llorar a Fain.
―¿Honrarías mi linaje con los tuyos, Felicia?
―¡Por supuesto que lo haré! ―Las lágrimas corrían por las mejillas de ella mientras
asentía sin dudarlo. Se arrojó a los brazos de él y lo abrazó. Sollozando, ella extendió la
mano hacia Fain―. ¡Gracias!
Con su garganta demasiado apretada para hablar, Fain tomó la mano de ella en la
suya mientras Galene envolvía sus brazos alrededor de la cintura de él y se apoyaba contra
su espalda.
―Gracias, Fain.
Él saboreó el toque de Galene mucho más que su gratitud mientras soltaba la mano de
Felicia.
―Era lo menos que podía hacer. Sólo desearía poder haberlo hecho antes.
Ella lo apretó fuerte antes de alejarse para mirar las nuevas identificaciones y
documentos de Talyn.
―Voy a llamar a Marna tan pronto como sea de mañana en Eris. Podemos empezar a
planificar la ceremonia de unificación para el próximo año.
Felicia se secó los ojos mientras besaba a Talyn y volvía a su silla.
―Prefiero que lo hagamos tan pronto como nos sea posible.
Galene frunció el ceño.
―¿Por qué? Has esperado tanto tiempo…
―Prefiero que no haya una sola duda del linaje de nuestro bebé.
Fain no estaba seguro de quién estuvo más sorprendido por las palabras de
Felicia. Él. Galene. O Talyn, quien se quedó mirándola con ojos saltones.
Con mano temblorosa, Talyn la colocó contra el estómago de ella.
―¿Estás embarazada? 180

Ella asintió.
―Iba a decírtelo más tarde esta noche.
Con sus facciones pálidas, la respiración de Talyn se volvió entrecortada.
―¿Hace cuánto tiempo lo sabes?
Felicia se encogió.
―Poco más de un mes. Estaba planeando quedarme con Jayne y Hadrian, una vez
que empezara a notarse para que nadie lo supiera.
Debido a que Talyn, como un bastardo sin Dote, habría sido encarcelado por
embarazarla. Especialmente, teniendo en cuenta el noble linaje de ella. El alto tribunal
Andarion muy probablemente lo habría castrado por ello.
―¿Se lo dijiste a Jayne antes que a mí? ―preguntó herido Talyn con incredulidad.
Ella tomó la cara de él entre sus manos y le ofreció una triste, sonrisa burlona.
―Estaba aterrorizada cuando me enteré del resultado de la prueba, Talyn. No supe en
quién más confiar. Si se lo hubiera dicho a tu madre, ella te lo habría dicho inmediatamente.
Mi hermano y mi padre te habrían estrangulado. Mi madre me habría gritado por ser
descuidada y ponerte en peligro, y habrías insistido en que recibiera atención médica
inmediatamente, y te habrían detenido tan pronto como ellos confirmaran el embarazo. No
podía dejar que te hicieran eso. ―Tocó la marca de prisión en su cuello―. No después de la
última vez. No estaba a punto de darles una oportunidad con tu vida o tu carrera. No
cuando sé exactamente cuán testarudo eres.
Cubriendo su mano con la suya, Talyn negó con la cabeza.
―Está bien, Licia. Me salvaste de mi propia estupidez. No es como si no lo hayas
hecho un par de veces antes. ―La besó en los labios―. No quiero que nada de esto te
manche, nena. Sabes cuánto te amo, y no podría estar más feliz. Cárcel o no cárcel. Y en
realidad me quedo con la opción sin la cárcel. ―Miró a su madre―. Vas a ser una yaya,
después de todo.
Galene caminó entre sus brazos y lo abrazó.
―Felicidades, Talyn. ¡No puedo esperar! ―dijo sin aliento―. Sé que el bebé será un
honor para todos nosotros.
Sintiéndose como un extraño de nuevo, Fain se dispuso a retirarse, pero Galene
extendió su mano y lo retuvo.
―¿Adónde vas?
―Pensé que te gustaría estar con tu familia para hacer planes.
Talyn se puso de pie lentamente. Con expresión seria, le tendió la mano a Fain.
―Eres de la familia, Hauk.
Aturdido, Fain le tomó la mano y permitió que Talyn lo tirara en un abrazo. Se
aferró a su hijo, sin poder creer que ese momento fuera real. 181

―Siento mucho no haber estado allí para ti, Talyn. Pero te juro por todos los dioses de
Andaria que mientras tenga aliento en mi cuerpo, estaré aquí para ti a partir de ahora.
Asintiendo, Talyn lo soltó y volvió al lado de Felicia.
―Entonces, ¿qué estás planeando decirle a tus padres?
Ella tragó un bocado del helado de Talyn.
―Que fui secuestrada por extraterrestres y me lo implantaron quirúrgicamente.
Talyn rió.
―Ahora que lo pienso, debería guardar mi esperma antes de que se los digas. Es
probable que Lorens me mate o castre.
―No te preocupes, bebé. Yo te protegeré.
―Bien. Porque él le tiene miedo a su hermana pequeña. Yo no lo intimido en
absoluto.
Felicia se burló.
―Eso es lo que él quiere que pienses. Confía en mí. Lo último que Lory alguna vez
quisiera es entrar en un Ring y enfrentarte.
Galene recogió los papeles y las divisas, y las retornó al sobre.
―No pierdas esto.
―Si lo hace, todo está en el registro oficial ahora. Sólo tú o los tribunales o la Tadara
podría alguna vez retirarle la condición de Dotado. Él es y siempre será un eton Anatole
legal. ―Fain se reunió con la mirada agradecida de Talyn―. Y tanto mi hermano como
Sumi han acordado adoptarte si deseas ser conocido como un War Hauk. Después de todo,
ese debería haber sido tu derecho de nacimiento, y han prometido honrarlo, si lo deseas.
Ahora tienes tres linajes de gran prestigio para elegir, además del de Felicia.
―Mmmm, no sé qué decir a eso. Gracias, Hauk. En serio. ―Talyn le lanzó una sonrisa
tímida a su madre―. Pero si está bien, creo que me quedaría con Batur para mí. Ha estado
bien para mí. Y dejaré que Felicia y matarra decidan en cuanto a cuál es el mejor para que el
bebé use.
Galene acarició la mejilla de él.
―Siempre mi courani. ―Entonces tiró juguetonamente de su barba de candado―.
¿Felicia? ¿Podrías hacer que este desastre en su hermoso rostro desaparezca? Realmente lo
odio. Se ve como un animal de granja.
Felicia se rió.
―Pero creo… ―La voz de ella se desvaneció cuando Galene le arqueó una
ceja―. Estoy pensando que debería ser afeitada.
Talyn resopló.
―Me veo como un niño sin ella.
182
Galene alborotó las trenzas de él.
―Siempre te verás como un niño para mí. Sólo espera hasta que tu bebé esté aquí.
Entonces finalmente entenderás por qué todavía quiero cortar tus carnes.
―Que sea un niño. Si es una niña, la encierro en su habitación hasta que yo esté
muerto y enterrado. ―Lanzó una mirada de suficiencia hacia Felicia―. O ella prometa
ingresar al ministerio religioso.
―No tendrás ningún control a lo que ella se comprometa. Eso depende de mí y
nuestras madres.
―Síp, pero yo tengo el control total sobre cual sea o no el macho al que la prometas es
anatómicamente correcto para ella en su día de unificación.
Fain se echó a reír.
―¿Cómo te las arreglas para ofrecer líneas como esas en un seco, tono grave?
―Su hosquedad es sexy. Yo diría que es lo que me enamoró, pero fue su atractiva
timidez lo que me conquistó.
―Siempre pensé que fue mi gran... condominio lo que codiciabas.
Felicia dejó escapar un sonido de gran molestia.
―¡Oh Dios mío, Talyn! ¡Tu madre está justo aquí! ¡Cuidado con lo que dices delante
de ella!
Pero no había ninguna disculpa en su expresión en absoluto, mientras tomaba un
bocado de la comida de Felicia.
―Y con esa advertencia, vamos a dejarlos a ustedes dos solos. Buenas noches, chicos.
―Galene besó la mejilla de Talyn, luego la de Felicia.
Inclinando la cabeza hacia ellos, Fain dio un paso atrás para dejar espacio para ella.
Talyn frotó su barbuda barbilla contra los dedos de Felicia.
―Buenas noches, Hauk.
―Buenas noches, hijo. Felicia.
―Buenas noches, mamá. Buenos noches, paka ―dijo él con dulzura antes de que ella
alimentara a Talyn con más de su postre.
Para sorpresa y deleite de Fain, Galene tomó su mano entre las suyas y lo condujo
hacia su puesto.
―¿A qué hora es tu turno de nuevo?
Él miró su cronómetro.
―Otra hora.
―El mío terminó antes de que tomara mi llamada con Cairie, así que dejaré la
puerta de mi lado del condominio abierta… si te sientes a la altura, ¿por qué no
vienes por un poco de té?
183
―¿Qué? ¿Sin Talyn frunciéndome el ceño como un padre enojado?
Ella le dio una sonrisa que lo golpeó como un puñetazo en las tripas.
―Ningún Talyn con el ceño fruncido. Finalmente encontraste una manera de
deshacerte de él, por lo que parece. Y fue un ardid inteligente mover tu habitación más
cercana a la mía.
―Ah, ese fue el motivo ulterior por el que cambiaste los cuartos con él, ¿verdad? Y yo
que pensaba que estabas siendo muy astuta.
Ella se puso seria antes de darle un beso en la mejilla.
―Te veré más tarde... tal vez.
La sensación de los labios de ella sobre su piel permaneció como una hormigueante
caricia mientras la veía alejarse con esa descarada, fanfarronería sexy que era única en ella.
Cada parte de él quería correr tras ella, pero no podía abandonar su puesto. No cuando
estaba cubriendo a Talyn. Lo último que quería hacer era meter a su hijo en problemas. Y él
todavía estaba enojado con lo que había visto escrito en el archivo militar de su hijo.
Medidas adoptadas contra Talyn a causa de la estupidez juvenil de Fain.
Honestamente, se sorprendía que Talyn pudiera soportar estar en la misma habitación con
él. Eso decía mucho sobre el carácter de Galene y de Talyn que lo pudieran tolerar en
absoluto.
Tratando de no pensar en ello, volvió al centro de comunicaciones, donde Gavarian le
devolvió el brazalete de comando y le presentó la escolta de Felicia, el capitán Andarion
que definitivamente se parecía a Lorens. El muchacho era prácticamente un clon del que
una vez fue el amigo de Keris.
―Este es mi hermano Brach. Brach, te presento a Fain Hauk.
Fain inclinó su cabeza hacia él.
―Así que, ¿me estás advirtiendo esta vez quién es tu familia?
Gavarian sonrió.
―Te lo dije, no cedo detalles privados del comandante. No sin la autorización de él
primero.
Brach resopló.
―A él no le importa quién reciba un tiro. Mi trasero no es sagrado para él.
Gavarian asintió irritado.
―Y además está aquello.
―¿Comandante?
Fain miró a la Tavali a su derecha que había hablado.
―¿Síp?
―Hay algo extraño que se está trasmitiendo. Pero no conozco este idioma. 184
―Le entregó el auricular.
Fain lo apretó contra su oreja y escuchó.
―¿Lo estás grabando?
Ella asintió.
―¿Sabe lo qué es?
―Creo que es Phrixian. Llama a Morra y tráela hasta aquí.
―Sí, señor.
Fain atrapó palabras al azar gracias a los años que había pasado escuchando los
intercambios de Darling y Maris dentro y fuera de las lenguas y dialectos cuando estaban
borrachos, o enojados y luchando entre sí, pero no pudo entender realmente lo que se decía.
Morra entró, poniéndose una chaqueta.
―¿Síp, jefe?
Le entregó el auricular a ella.
―¿Phrixian?
Ella se lo insertó y asintió.
―Bastardos Naglfari… espero que todos sus penes se pudran.
Fain y la mitad de su personal en servicio se ahogaron ante ese comentario
inesperado.
―Suena como un informe para Kyr. Una especie de acuerdo… no, pacto es más
preciso. ¿Hermandad de sangre? ―Le entregó el auricular de nuevo a él―. Simplemente se
cortó como si se dieran cuenta que estaban siendo escuchados. ¿Alguien consiguió
rastrearlo?
El oficial de comunicaciones negó.
―En algún lugar de esta estación. Nada más preciso que eso.
Cruzando los brazos sobre su pecho, Morra frunció el ceño.
―No hay ninguna Naglfari aquí, ¿verdad?
―No que nosotros sepamos. Tú eres la única que sabía que podía incluso identificar el
idioma.
Morra maldijo.
―Definitivamente tienen que ser Naglfari para que tú no conozcas su raza. Seamos
sinceros. Los Schvardan sobresalen. Es difícil ocultarte en una muchedumbre
cuando eres verde lima y brillas con luz tenue.
Definitivamente tenía un punto. Fain sacó el archivo.
―Aquí está todo el asunto.
185
Ella volvió a colocarlo en su lugar para escuchar. Por su expresión oscureciéndose,
Fain supo que tenía que ser malo.
―¿Qué es?
―No estoy muy segura. Están hablando en código y usando términos que no tienen
sentido.
―¿Por ejemplo?
―El pepinillo está en el frasco y la tapa está abierta. ―Ella profundizó su ceño
fruncido―. Y si soy yo a quien están llamando pepinillo, voy a tener los pepinillos de ellos
para el almuerzo6.
Él ignoró su amenaza venenosa.
―¿Qué se supone que significa eso?
―Te lo dije, es sobre todo frases al azar de ese estilo. El premio está en la parte
superior del armario. No te olvides de apagar las luces y cepillarte los dientes. ¿Qué
demonios? Creo que están drogados.
Fain gruñó con frustración.
―¿Se hizo el trabajo de recuperación de voz?

6 Morra es una Schvardande Phrixus, y su piel es de color verde neón.


Su oficial de comunicaciones negó con la cabeza.
―No puedo romper el cifrado.
Fain sacó su enlace y llamó a Dancer.
―Oye, tengo un archivo aquí en el que necesito que trabajes tu magia. Necesitamos la
identificación de la voz real en ella.
―En camino.
Fain colgó y suspiró mientras trataba de resolver esto.
Qué estás haciendo, Kyr… Él hizo todo lo posible para entender la mentalidad del
primer comandante de La Liga. Sólo había una persona que sabía que podría ser capaz de
adivinarlo.
Miró de nuevo a la oficial de comunicaciones.
―Tráeme una copia del archivo para enviar.
Mientras trabajaban en ello, él salió de la habitación por privacidad y llamó a Maris
Sulle, el hermano menor de Kyr y el mejor amigo de Darling Cruel. También era miembro
de la Sentella y uno de los criminales más buscados de la Liga. Hizo un gesto hacia
Morra para que lo siguiera a la oficina de Galene.
En el momento en que Fain llegó al escritorio de ella y se sentó, Maris
respondió a la llamada con un bostezo atontado.
186
Fain se encogió cuando se dio cuenta que debía ser la mitad de la noche donde Maris
estaba.
―Lo siento, Mari. No comprobé la hora o tu ubicación.
―Mmmm, no pasa nada, sexy. ¿Ocurre algo? Además de tú y yo charlando a esta
hora impía. ―Él volvió a bostezar de forma audible―. Por otra parte, puede que no sea
terrible donde quiera que estés, pero espero que lo sea. Creo de todo corazón en compartir
mi miseria.
Fain trató de no reírse por ese comentario.
―Acabo de escuchar una interesante llamada que interceptamos de Kyr. Pero está
hablado en código y en Phrixian. Eres el único que conozco que podría ser capaz de
traducirla.
―O Saf. ―Maris bostezó de nuevo―. Él sabría mejor que yo, sobre todo si se trata de
códigos de la Liga. ¿Puedes por favor enviarle una copia y despertarlo? Además, él puede
manejar despertar de un sueño profundo mejor que yo. Soy el que tiene un marido y un
niño, y él es el que coquetea con las mujeres baratas y no tiene responsabilidades en estos
días mientras que todos estamos todavía estropeándolo a él terriblemente.
―Síp, lo siento por despertarte.
―No hay problema. ―Un bebé comenzó a llorar en el fondo.
―Lo tengo ―dijo Ture cerca del enlace.
―Gracias ―Maris respondió antes de regresar a la llamada―. El archivo está aquí.
Voy a ponerme en esto con Saf y ver si podemos entenderlo. ―Bostezó una vez más,
haciendo que Fain se sintiera terrible por despertarlos.
―Te debo una.
―En cualquier momento, mejillas dulces. Voy a llamarte tan pronto como tenga algo.
Cuando Fain colgó, se dio cuenta que Morra le estaba mandando mensajes a alguien.
―¿Qué estás haciendo?
―Notificándole a Ryn, dado que Nykyrian está en camino con Syn. Él me está
haciendo saber que sus familias están siendo preparadas y encerradas bajo llave. ―Ella le
mostró el texto―. Yo soy personalmente responsable de Sumi y los niños hasta que lleguen,
y soy la alta oficial de la Sentella por debajo de Hauk y Jayne. ―Puso el enlace en su
bolsillo―. No dejaré fuera de mi vista a la familia de Hauk ni por tres segundos.
―¿Qué fue eso? ―Dancer frunció el ceño mientras entraba a la oficina en la última
parte de la conversación.
Fain se rió ante la idea de Morra como niñera de Sumi y Dancer en el
dormitorio de ellos.
―Suena como un plan.
Morra tiró de Dancer en un abrazo.
―Siempre alrededor para arruinar nuestra diversión, ¿eh, muchachote? 187

Dancer negó.
―Sólo golpea primero antes de entrar. Si Sumi se despierta con un extraño en la
habitación, va a abrir fuego contra ti.
―He escuchado eso acerca de tu dama. Y que Kyr aún sigue tratando de curar su caja
torácica de su último encuentro con ella.
―Ese es él. Mi Ger Tarra es feroz.
―En ese caso, voy a despertar a la mole que es Q y lo enviaré primero. ―Ella le guiñó
un ojo y le chasqueó la lengua―. Los veré más tarde respiradores de aire.
Dancer se rió mientras se volvía hacia Fain.
―Ella realmente odia a los Nagls, ¿verdad?
―Con una pasión ardiente. Y ahora que estás aquí, te entrego el timón una vez más y
voy a actualizar a Galene sobre esto. Llama si rompes el cifrado o me necesitas.
―Lo haré.

* * *

Galene sonrió mientras miraba la documentación que había terminado de rellenar.


―¿Hay algo más que tengo que hacer? ―preguntó a la hembra Tavali.
―No, comandante. Es mucho más estándar desde aquí. Todo está correcto. Si bien
esto no es el procedimiento normal, no veo una razón por la que esto no debería publicarse
inmediatamente. Nuestro objetivo es establecerlo lo más rápido posible, así que estamos
encantados de facilitar todas las averiguaciones.
―¿Cuándo voy a tener una respuesta?
―Deberíamos tener el papeleo oficial autorizado a las pocas horas. Una vez que la
hayamos notificado, puede tomar posesión de inmediato.
La alegría se precipitó a través de ella ante eso. No podía esperar para sorprender a
Fain con la noticia.
―Gracias. No puedo esperar.
―No, gracias a usted. Agradecemos su interés y esperamos tener esto finalizado a
más tardar por la mañana.
―¡Maravilloso! ―Galene colgó. Sí, esto era un gran compromiso y un cambio, pero
era uno que ella quería.
Para Fain.
No, para todos ellos. Observando a Felicia con Talyn había recordado gran
parte de su juventud, cuando ella había hecho esos planes con Fain. A ellos les había
sido robada la posibilidad de compartir la infancia de Talyn juntos. Pero se lo 188
compensaría a Fain.
Comenzando ahora.
Su enlace sonó. Lo recogió y se mordió el labio cuando vio el mensaje de Venik. Este
era el más importante de todos. Por favor, por favor que sea un sí...
Con un profundo suspiro, abrió su texto con anticipación sin aliento.

Comandante,

Usted me insulta con esta solicitud. La Tavali no permite dejar ir a nuestros


pilotos Renegados. Hauk me debe diezmo a mí y no voy a renunciar a un bien tan
valioso. No pierda mi tiempo de nuevo con alguna ridícula pregunta más concerniente
a él.

H. A. B. V., señor del Porturnum

Las lágrimas la cegaron mientras leía las frías, y crueles palabras y sintió que sus
sueños y esperanzas colisionaban y se quemaban como uno. Y allí quedo lo de la liberación
de Fain del servicio de Venik.
Él estaba en lo cierto. Brax nunca lo dejaría ir.

* * *

Saliendo del centro, Fain caminó por los pasillos de metal con un profundo
sentimiento de inquietud seria. Todo el mundo a su paso, lo hacía preguntarse si eran el
traidor. ¿Quién sería tan estúpido? La Tavali no era como las demás naciones. Eran un
personal altamente capacitado, una feroz cultura guerrera que se suponía sostenían el
honor sagrado por encima de todo. Mientras ellos no dudaban en fastidiar a los no Tavali,
tú nunca, jamás se supone que hicieras daño a los que volaban bajo el Código Tavalian y
Canting.
Era una sentencia de muerte automática. La única razón por la que Ven se había
librado por lo que le había hecho a Fain fue porque lo había hecho antes de que Fain
hubiera ganado su propia bandera. Y fue por eso que Ven no le había volado la cabeza
desde entonces. Porque él podría amenazar, pero siempre se retractaba del hecho de
apretar el interruptor.
En este punto, habría una investigación y Ven tendría que responder por la
muerte de Fain. Tendría que justificarlo al CUT o perder su propio Canting y status.
189
Y Fain sabía lo que Ven haría.
No valía la pena. Así que, por ahora, estaba relativamente a salvo de las amenazas de
Ven. Siempre y cuando no empujara a su propietario demasiado lejos. Había un punto en el
que Ven no le importaría, y reaccionaría sin razón. Por suerte, Fain no había encontrado ese
punto de no retorno todavía.
―Oye, Hauk.
Inclinó la cabeza hacia el hermano mayor de Kareem, Stanis, que se parecía más a su
madre Qill que a su padre medio-Andarion. Él era uno de los pocos Tavalian que era casi
igual en altura y complexión a Fain.
―Hola, Stain. No me di cuenta que habías regresado a la estación.
―Síp, acabo de atracar. Me dirigía a saludar a mi padre. ¿Qué pasa contigo?
―Saliendo de mi turno y de camino a mi tiempo de descanso.
Stain asintió.
―Parece que podría servirte algo de eso.
―Síp, no hemos dormido mucho. Ha habido algunas rarezas.
―Eso es lo que dijo Kareem. Escuché que tuviste un encuentro con la Liga en medio
de nuestro territorio.
―Lo hice, de hecho. Fue un movimiento valiente de parte de ellos.
Stain rió.
―Seguro. Me alegro que los hicieras huir.
―No tan contento como yo.
―Lo oí, lo oí, hermano. ―Stain cambió el paquete en su mano al otro brazo―. Bueno,
me voy a presentar mis respetos. Ya nos veremos.
Él inclinó su cabeza mientras observaba al macho más bajo alejarse. Mientras Fain
nunca había envidiado a Ven por su posición o dinero, siempre le había envidiado a su
familia. Cuatro hijos y cuatro hijas, todos combatientes brillantes y pilotos.
Y Malys Venik era no menos activa por sí misma. Una increíble guerrera Qillaq, era
completamente devota a su esposo e hijos. Pero no era la más cariñosa de las mujeres.
Debido a que provenía de una cultura guerrera aún más severa que la de los Andarions,
dejaba ver un poco menos fría y aún menos maternal a su propia madre. Fain a menudo
había sospechado que eso era lo que llevaba a Ven a encontrar ocasionalmente confort con
otras cuando su esposa estaba ausente durante largos períodos de tiempo.
O eso, o un deseo de muerte de parte de Ven. Si Malys alguna vez se enteraba de sus
devaneos, no había forma de saber lo que haría a su marido. Para empezar, era un
hecho conocido acerca de todas las hembras Qillaq.
Sus machos solamente engañaban una vez.
Por qué Ven se arriesgaría así, Fain no podía imaginarlo. Él habría dado 190
cualquier cosa por tener tanta suerte. Y con ese pensamiento en su mente, entró primero en
su lado del condominio para no asustar a su nueva compañera de cuarto.
La puerta que unía sus cuartos a los de Galene estaba entreabierta.
Una sensación horrible pasó por él. Eso no era propio de ella. Mientras que ella había
dicho que iba a dejarla abierta, eso sólo quería decir que no la cerraría con llave y
bloquearía la puerta. No es que en realidad la dejaría abierta así. A Galene no le gustaban
las puertas abiertas. Ella nunca lo hacía.
Esto no puede ser bueno.
Por favor, por favor, que esté bien.
Sacando su arma, se agachó y abrió la puerta con el pie.
Con su corazón martilleando, se quedó paralizado ante lo que encontró allí.
Galene levantó la vista con un jadeo para encontrar a Fain apuntándola con su blaster.
Levantó las manos, temerosa de la intención de él. Más rápido de lo que ella pudo
reaccionar, él dejó caer su arma directamente al piso y se apresuró a recogerla en sus
brazos.
―Estás bien ―susurro él entrecortadamente al oído de ella mientras la sostenía con
brazos temblorosos. Apoyó la cabeza en su hombro y la abrazó con tanta fuerza que ella
apenas podía respirar.
―Fain, me haces daño.
Él aflojó su agarre, pero aun así no la soltó.
―Pensé que te habían atacado… Yo-yo no sabía lo que me iba a encontrar.
Derretida ante su evidente temor, apretó su mejilla contra la cabeza de él y
hundió la mano en sus trenzas.
―No, keramon. Estoy bien. Solamente esperando por ti.
Fain se retiró ante eso para ver la habitación poco iluminada donde ella había
191
establecido un servicio completo para ellos, junto con aperitivos y toallas calientes.
Y una baja, canción lenta de su juventud. Fue sólo entonces cuando se dio cuenta de que
ella estaba vestida con un largo vestido de color rojo vino; rojo Hauk, y una túnica que
dejaba muy poco de su exuberante cuerpo a la imaginación. Instantáneamente duro, él le
sonrió.
―¿Me estás seduciendo?
―¿Lo estoy? ―bromeó ella.
Cerrando los ojos, él la besó y dejó que el sabor de los labios de ella calmara sus
nervios irregulares. El calor, el aroma a rosa de su loción para el cuerpo le llenó la cabeza.
Él comenzó a relajarse cuando finalmente oyó las palabras de la canción. Era la misma que
había estado sonando la noche de su baile cuando Galene le había dicho la última vez que
lo amaba.
Sin poder creer que eso era real, se retiró para mirar hacia ella.
―¿Esta es una nueva tortura en la que estás a punto de echarme y enviarme a mi
habitación?
Ahuecando su mejilla en su cálida palma, ella frotó su nariz contra la de él.
―Sé que no debo burlarme de un macho Andarion así. No te haría eso a ti.
Él frunció el ceño.
―No entiendo.
Ella se rió con amargura.
―Yo tampoco. Todavía quiero arañar tus ojos y dejarte sangrando en el suelo.
―Mmm, me encanta cuando me dices cosas dulces como esas.
Riendo, ella mordió su barbilla, y luego le abrió la camisa y lentamente la retiró de su
cuerpo. Los dedos de ella se demoraron sobre la cicatriz en el hombro que Keris le había
hecho durante su Resistencia cuando su hermano lo había pateado con botas con púas en
su ascensión mientras Fain había estado colocando las sujeciones de seguridad en el lado de
la montaña que estaban escalando. Esa acción "divertida" casi había enviado a Fain a una
caída en picado al suelo. Galene había estado tan enojada cuando se enteró de ello, que
Fain en realidad se había visto obligado a desarmarla y evitar que se cruzara con Keris
durante semanas.
Después de su negativa a permitir que ella dañara físicamente a su hermano mayor,
ella había finalmente "envenenado" a Keris en represalia con un brebaje que había dejado
su hermano enfermo y maldiciéndola durante toda una semana. Pero ella había sido
completamente impenitente.
―Le haces daño alguna vez o pones en peligro a Fain de nuevo, y la próxima vez, ¡va a
ser de ambos extremos y de tu nariz por las que estará saliendo!
Nadie se había ocupado de él de la forma en que Galene lo hacía. Dioses, cómo
amaba a esta hembra.
Ella besó la cicatriz descolorida. 192

―¿Alguna vez piensas en Keris cariñosamente?


―A veces. Entonces recuerdo lo celoso, idiota amargo que era y con qué frecuencia
utilizaba a Dancer para prácticas de tiro.
―Sé que él era duro contigo, pero te quería.
―Estoy enfáticamente en desacuerdo.
Ella tocó su cicatriz con el ceño fruncido.
―Y yo me senté con él en las gradas durante tus peleas. Cada vez que caías al suelo, él
se levantaba de un salto y agarraba su rosario, susurrando una oración en voz baja hasta
que estabas nuevamente levantado. Entonces tomaba mi mano y pretendía ser duro. Pero
podía sentirlo temblar de miedo por ti.
―¿De verdad?
Ella asintió.
―Sé que nunca te lo dijo, pero estaba tan orgulloso de ti. Cada vez que ganabas, él
saltaba y gritaba tan fuerte como yo lo hacía.
―Y luego criticaba mis habilidades tan pronto como llegaba cerca de mí.
―Sólo porque quería complacer a tu madre.
Fain recorrió el dorso de sus dedos a lo largo de la línea mandíbula de ella.
―Tú eras la única que alguna vez me hizo sentir fuerte y capaz. Deseado. Lloro por
cada segundo de mi vida que he vivido sin ti a mi lado.
Una bella sonrisa se detuvo en los labios de ella mientras le desabrochaba los
pantalones. Él contuvo el aliento, rezando para que no se detuviera. Si lo hacía, él bien
podría morir en el acto. Ella sostuvo su mirada mientras lentamente deslizaba su mano
hacia abajo para acunarlo.
Fain gimió en voz alta ante la sensación de ella acariciando su pene. Las lágrimas lo
ahogaron mientras la ternura y la culpa lo abrumaban. De todos los seres en el universo,
esta era a la que él nunca debería haberle causado daño. Sin embargo, le había hecho daño a
ella más que a su peor enemigo. Sólo por eso, quería patearse su propio trasero.
Galene se mordió el labio cuando vio las tiernas emociones jugando en el rostro de él.
Se inclinó para besar las cicatrices que marcaban casi cada centímetro de su pecho. Algunas
eran de garras, cuchillos o disparos, y otras eran de heridas que sólo podía adivinar.
Tanto dolor y sufrimiento.
Y siempre solo. Su pobre Fain nunca había tenido a nadie para amarlo y velar por él a
través de sus tragedias.
Cuando levantó la vista, vio que los ojos se le habían vuelto de un rojo
vibrante. Al principio, pensó que podría ser de su conexión neuronal con la nave.
Pero a medida que los estudiaba más de cerca…
―¿Fain? 193

Él tocó su mejilla.
―Siempre me puse stralen por tu tacto, Stormy. Al igual que Talyn, lo escondí cuando
era niño por miedo. Fue por eso que me fui tan de repente después de que hicimos el amor
esa tarde lluviosa. Estaba aterrorizado de eso por si tus padres se enteraban que habíamos
estado juntos antes de nuestra unificación, que te castigaran por ello.
Ella hundió la mano en sus trenzas y tiró de ellas.
―Me has mentido tantas veces. Mantuviste tantos secretos.
―Lo sé, y lo siento. Pero estaba tan asustado de que te hirieran y no sabía qué hacer ni
a dónde acudir. No tenía a nadie en quien podía confiar, que no sea yo, y ambos sabemos lo
mal Andarion que soy. Keris me trataba como una mierda y nunca escuchaba nada de lo
que tenía que decir. Mis padres siempre estaban decepcionados de mí, y me decían que
resolviera todo por mí mismo. Y Dancer no tenía a nadie más para protegerlo. Dado que
Chrisen y Merrell no podían tocar a Keris hasta que Dariana tuvo sus garras clavadas en su
corazón, ellos vinieron por mí desde el momento en que empecé la escuela hasta nuestra
graduación. No tuve piedad de cualquiera de ellos y sus odiosas intrigas.
Él cerró los ojos.
―Luego, cuando Chrisen estrelló y atrapó a Dancer dentro de su cápsula para
probarme la facilidad con la que podrían matarlo y salirse con la suya, a menos que yo
estuviera de acuerdo en romper contigo… Me sentí tan impotente y perdido. No sabía qué
hacer. Chrisen dijo que si se lo decía a alguien, Jullien me encarcelaría y Dancer sería
asesinado al instante. Sabía que lo decían en serio y que les gustaría llevar a cabo esas
amenazas sin reservas ni vacilaciones.
Galene apretó su mejilla en la suya cuando los viejos recuerdos surgieron. Fain había
faltado a la escuela el día del accidente para estar con ella. Habían logrado colarse en la casa
de la piscina de los padres de ella para estar solos y habían pasado toda la mañana
planificando la ceremonia de unificación y dónde vivirían mientras ella iba a la escuela y él
hacía su servicio militar. Habían practicado sus votos y soñado con un futuro que nunca
sería de ellos.
Fain acababa de salir del cuarto de baño cuando su enlace sonó. Incluso desde el otro
lado de la habitación, ella había sido capaz de oír a su madre gritándole. Colgando, él había
agarrado su mochila frenéticamente.
―¿Qué sucede?
―Dancer. ―Fue todo lo que pudo decir ahogadamente.
Galene había ido con él al hospital. Sus padres lo habían mirado como si fuera
la criatura viva más repugnante viva. Pero había sido Keris quien lo había agarrado
por la garganta y lo empujó contra la pared.
―¿Dónde estabas?
Fain había retirado de un golpe la mano y roto el agarre de Keris. 194

―¿Qué pasó?
Su madre había registrado su presencia con una sonrisa burlona.
―Dancer fue quemado y será deforme por el resto de su vida. Lo cual, si los dioses
tienen algún tipo de misericordia, no será por mucho más tiempo.
Horrorizado por su insensibilidad, Fain había frunció el ceño hacia ellos.
―¿Cómo fue que se quemó?
―Estrelló la cápsula que estaba volando ―gruñó su padre―. Casi mata al tahrs Jullien
y al tiziran Chrisen Anatole. ¡Tendremos suerte si la Tadara no exige mi vida y la de Dancer
por ello! ¡Se suponía que tú debías estar en la cápsula, bastardo inútil! ¿Dónde estabas?
Keris lo había golpeado tan duro, que Fain se había tambaleado hacia atrás.
―Espero que estés feliz, hermano. Tu pequeña aventura de hoy le costó a Dancer su
vida y su futuro entero. Buen trabajo, idiota egoísta.
Incapaz de escuchar más, Galene había dado un paso hacia delante y tiró de Fain
hacia atrás.
―No fue culpa de Fain. Él estaba conmigo porque yo lo necesitaba.
Sólo entonces ellos habían dado marcha atrás.
Endine había sacudido su cabeza.
―Espero por el bien de tu hermano, por nuestras dignidades, que no sobreviva a la
cirugía. ―Luego se había marchado.
Su padre había cojeado hacia Fain.
―Ese híbrido bastardo es el que lo sacó de los escombros y arruinó su futuro. Si eres
el guerrero que deberías ser, mataras a ese repugnante bastardo mañana y salvarás el poco
honor de la familia que todavía tenemos. ―Entonces su padre se había retirado detrás de
su madre.
Keris había escupido a Fain antes de seguir a sus padres y dejó a Fain solo en la sala
de espera con su culpa y dolor.
Horrorizada por las acciones de ellos y dolorida por él, ella le frotó la espalda,
tratando de ofrecerle un consuelo que sabía no podía darle.
―Lo siento mucho, Fain.
La agonía en bruto en sus ojos había sido insoportable.
―Todo es mi culpa. Le hice esto a Dancer.
―Tú no lo hiciste. Si hubieras estado allí, te habrías estrellado, también, y
estarías marcado con una cicatriz.
Él la había mirado como si ella le repugnara. Esa expresión era la que la haría
creer por el resto de su vida que eso lo había enviado a los brazos de Omira.
―Debería haber estado allí. ¡Yo debería ser el que está en estado de coma, no 195
Dancer!
Galene había dado un paso adelante para retenerlo.
Siseándole, él había corrido por el pasillo, al cuarto de baño. Había corrido detrás de
él e hizo una pausa, sabiendo que no podía entrar.
A través de la puerta, había oído su ira y temperamento mientras él destrozaba las
instalaciones. Un acto de agonía desolada que había causado que llamaran a seguridad. Los
padres de ella, que habían sido médicos del hospital, habían respondido a la llamada de
inmediato, y su madre la había obligado a volver a casa, mientras que su padre había ido al
baño a hablar con Fain.
Durante la siguiente semana, Fain se había quedado al lado de su hermano, dejándolo
sólo el tiempo suficiente para tomar sus exámenes finales y asistir a las funciones de
graduación obligatorias. Abandonado por sus padres y Keris, quienes habían renunciado a
Dancer, Fain se había negado a hablar con nadie.
Incluso con ella.
Se había sentido completamente indefensa en la situación posterior. Sin embargo, el
día de su graduación, Chrisen le había dicho que Fain había querido verla. Que él tenía algo
importante que quería hablarle del futuro de ellos.
Sabiendo que ella ya estaba embarazada, y con ganas de compartir su propia noticia,
se había apresurado al vestuario donde Fain la había hecho callar y dejado a un lado para
poder ducharse y vestirse para la ceremonia, “sin más estrés sobre mi espalda”. Eso fue lo
que le había dicho con frialdad a ella.
Desde el accidente de Dancer, él había estado evitando su casa permaneciendo en el
hospital, y había decidido vestirse en la escuela en lugar de en la casa de su madre donde
habría sido sometido a insultos y diatribas constantes. Si no abuso físico real.
Herida por sus crueles palabras, Galene lo había dejado. Pero cuando salió del
vestuario, se había encontrado con Merrell acechando junto a la puerta. Mientras trataba de
pasar junto a él, la había agarrado del brazo.
―Fain no te quiere, Galene. Queridos dioses, ¿cuán ciega eres?
―¿Qué quieres decir?
―Ha estado revolcándose con Omira Antaxas desde hace semanas. Desde el
accidente, ella ha estado con él en el hospital y todo.
Retirando su brazo de su agarre, ella se burló del príncipe petulante y de esa absoluta
estupidez. Fain nunca haría nada de eso.
―¡Estás mintiendo!
―Yo los vi juntos. Al igual que Jullien. Sólo pregúntale, si no me crees. Todos
los Hauks son retorcidos. ¿No lo sabías? Todo su linaje está cromosómicamente
dañado. Keris es un adicto a las drogas. Dancer es deforme, y Fain es un amante de 196
los humanos. Antes de tu unificación, es posible que desees comprobar su ADN. He oído a
su propio padre decir que sabe que Fain no es suyo. Es por eso que su tono de piel es
mucho más claro que el de sus hermanos. Y ellos dudan de la paternidad de Dancer,
también.
Galene había querido negarlo, pero había escuchado esos rumores. Y había oído a
Keris decirlo en voz alta en varias ocasiones, a pesar de que estaba estrictamente prohibido,
y podría significar su vida si era atrapado.
Empujando a Chrisen lejos, había ido a Fain, sólo para que él le rompiera el corazón al
no negar nada…
―¿Galene?
Ella parpadeó cuando la melódica voz profunda de Fain la apartó del pasado, al
presente.
Él le tomó la cara con suavidad.
―¿A dónde fuiste?
―Al chico que entregó todo lo que tenía para salvar la vida de su hermano.
―Lágrimas se reunieron en su garganta mientras coloca su dedo sobre los labios de él para
que no hablara―. Shh, Fain. Conozco la sucia política que Chrisen y Merrell practicaban.
Las mentiras que contaban y los crímenes que cometieron. No me puedo imaginar tener
que hacer la elección que hiciste. Sobre todo solo, a esa edad.
―Debería haberlos matado.
―No. Si hubieras hecho eso, Talyn habría sido el hijo bastardo de un delincuente. Un
traidor que asesinó a hijos de la realeza. Hubiera sido aún peor para él. Pero tendrías que
habérmelo dicho en ese entonces, habría huido contigo, y nunca mirado atrás.
―Y ellos habrían matado a Dancer… justo como mataron a Keris. Lo único que salvó
la vida de Dancer fue mi partida. Eso obligó a mis padres a mantenerlo, a pesar de que
estaba lleno de cicatrices.
Debido a que habría sido para ellos la más alta de las deshonras repudiar a sus dos
hijos. Un niño era una pérdida aceptable. Eso significaba que algo había estado equivocado
con ese niño. Desheredar a dos significaba que los padres habían fracasado en sus roles. Y
puesto que Keris había muerto, eso habría puesto fin a la dinastía Hauk en Andaria. Algo
que el orgulloso de su padre nunca habría permitido que suceda.
Por Dancer, Fain había renunciado a todo lo que apreciaba.
Con mano temblorosa, apartó las trenzas de su rostro.
―Mi noble guerrero.
Fain negó con la cabeza.
―No hay nada noble en mí. Sólo soy un Androkyn.
―No, nunca fuiste tan sólo una simple criatura, Fain Hauk.
Sonriendo, él la levantó para susurrar contra sus labios. 197

―Mi preciosa Storm Dancer. ―La deslizó por su cuerpo por lo que el vestido de ella
quedó atrapado en sus pantalones y la expuso a sus inquisitivas manos.
Ella contuvo el aliento bruscamente mientras la exploraba audazmente y la dejaba sin
aliento.
―Ningún hombre me ha tocado nunca, excepto tú.
―Bien. Mataría a cualquiera que se hubiera atrevido a poner una mano en ti, Stormy.
Nunca he sido de los que comparten lo que amo con alguien. ―Le quitó su vestido por su
cabeza y lo dejó caer al suelo.
Galene se estremeció cuando el aire frío levantó escalofríos en su piel. Sólo el calor de
su cuerpo la calentaba ahora. Le mordisqueó la barba en su mandíbula, deleitándose en la
forma en que atormentaban su lengua y sus labios.
Fain cerró los ojos y saboreó la sensación del aliento de ella en su piel, de sus manos
moviéndose sobre su espalda y tirando de sus pantalones hacia abajo. Él besó un camino
por su cuerpo hasta que estuvo de rodillas entre las piernas de ella. Mirando hacia arriba, le
apartó las rodillas para poder poner un dedo en ella y luego probar la parte de su cuerpo
que había estado anhelando desde el momento en que la vio esperando en la bahía de
aterrizaje Andarion.
Él sabía que sus ojos brillaban de un color rojo intenso en la penumbra. Podía sentir la
prisa creciente de emoción posesiva. La necesidad de proteger y cuidar.
Todo por ella.
Cuando era niño, había sido destrozado por los desconocidos impulsos del stralen.
Como adulto, entendía completamente lo que significaban.
―¿Stormy? Si hacemos esto…
Ella pasó la mano por sus labios para cortar sus palabras.
―Lo sé. Es hora de que vuelvas a casa, Fain. Vamos a olvidar el pasado y empezar el
futuro que deberíamos haber tenido.
Esas suaves palabras arrancaron un gruñido de él mientras la levantaba para capturar
sus labios. Incapaz de detener el torrente de adrenalina y la posesividad que se despertó en
su interior, la penetró.
Galene gritó ante la sensación familiar de un macho llenando su cuerpo.
Sosteniendo su peso, él se quedó paralizado.
―¿Estás bien?
Ella enterró la cara contra sus trenzas y asintió.
―Me olvidé de lo grande que eres.
Más suave de lo que podía imaginar, él ahuecó un pecho mientras pasaba su
lengua alrededor de su oreja. 198
―No voy a moverme hasta que estés lista.
Sonriéndole, ella poco a poco comenzó a empujar sus caderas contra las suyas.
Fain gruñó de nuevo cuando el stralen dentro de él se precipitó hacia adelante. Había
pasado tanto tiempo desde que se sintió así que se había olvidado de la intensidad de las
hormonas y la adrenalina. La necesidad feroz de proteger todo lo que amaba.
―Te amo, Galene ―susurró. Fue una confesión estúpida, pero no era como si ella no
lo supiera. No era como si ella no pudiera mirarlo a los ojos rojos y ver la verdad.
No había manera de ocultarlo ahora. No es que él lo quisiera.
Ella había estado en lo cierto. Él le había escondido demasiado. Nunca más volvería a
ser tan estúpido.
Cerrando los ojos, él se mordió los labios y saboreó el calor de estar sosteniéndola. De
finalmente sentir que estaba donde los dioses lo habían dirigido a estar.
Esto realmente era estar en casa.
―Kimi asyado.
Te amo muchísimo.
Galene no pudo respirar cuando escuchó las palabras por las que había permanecido
despierta en la noche echándolas de menos. Al sentir los fuertes brazos de Fain a su
alrededor otra vez mientras él lentamente empujaba contra sus caderas. Ella apretó su
mejilla a la suya, la expresión más profunda de afecto Andarion.
―Te amo, Fain Hauk. Bastardo sin valor.
Él se rió de eso.
―Pero soy tu bastardo sin valor.
Ella se unió a su risa hasta que él tomó el control de las penetraciones. Su risa murió a
un bajo gruñido feroz ante lo bien que lo sentía en su interior.
Gritando, ella se vino en una ola cegadora de placer.
Fain saboreó el sonido de su ronroneo, literalmente, en su oído mientras ella se
aferraba a él y arqueaba la espalda contra la pared. Él cerró los ojos y se entregó a su propia
liberación. Débil y jadeando, él apoyó su frente contra la pared y la sostuvo en su contra
mientras todo su cuerpo se sacudía.
Galene acarició su cuello, levantando escalofríos en toda la longitud de su cuerpo.
Cuando él se retiró, vio el mismo arrepentimiento dentro de los ojos de ella que él
sentía por todos los años juntos que habían perdido.
―Nunca debí dejarte ir.
―No tenías otra opción.
―Esa es la mentira que siempre me he dicho a mí mismo.
―No es una mentira, Fain. Simplemente no estaba destinado a ser para 199
nosotros.
La forma en que ella lo dijo, hizo que su aliento quedara atrapado.
―¿Qué estás diciendo?
―Que los dioses mismos conspiraron contra nosotros. Tal vez había una razón para
ello.
―Síp, Merrell era un imbécil. ―La tomó en sus brazos y la llevó hasta el dormitorio.
―¿Qué estás haciendo?
Él le dedicó una sonrisa ladeada.
―Recuperar el tiempo perdido.

* * *

Horas más tarde, Galene tragó saliva mientras lentamente trazaba la gran cantidad de
cicatrices que estropeaban la espalda desnuda de Fain mientras él dormía a su lado.
Honestamente, no estaba segura de cuáles la enojaban más. Las profundas marcas viciosas
de un látigo que tenían que ser de sus días como un esclavo, o las cicatrices de la cirugía de
cuando Venik había fusionado la médula espinal de Fain con su nave.
Lágrimas nublaron su visión mientras trataba de imaginar el horror que había sufrido.
Cuánta rehabilitación le debía haber tomado luego de ser fusionado con los sistemas de su
nave. Sabía por las lesiones de Talyn, cuán largas y arduas eran tales recuperaciones. No
sólo físicamente, sino mentalmente agotadoras.
Y Fain lo había hecho sin que nadie estuviera allí para ayudarle a través de ellas.
Nadie al despertar.
Eso le rompió el corazón.
Sabía por sus breves conversaciones con Dancer que él no tenía idea de lo que Fain
había pasado. Él estúpidamente pensaba que su hermano se había unido a los Tavali por
elección. Dancer no tenía conocimiento de que Fain seguía esclavizado a Venik o que lo
habían obligado a estar con un cruel amo humano por un tiempo. Aquel que lo había
utilizado como nada más que un luchador preparado en el peor tipo de deporte sangriento.
Uno que hacía que las peleas en el Ring Abierto Andarion parecieran juegos para niños.
Fain había sido despojado de su nombre, su herencia.
Todo.
Cuando Venik había tomado la custodia de Fain, había sido nada más que un
pedazo de propiedad salvaje. Marcado y etiquetado, y se le dio un valor al igual que
a otras piezas de la carga robada.
Cómo deseaba nunca haber ido a husmear en los archivos de servicios Tavali
de Fain. 200
Pero ella había sabido que Fain nunca le habría dicho nada sobre su pasado. Su macho
era demasiado bueno en mantener sus secretos.
Con el sonido de su suave ronquido calentándola, apretó sus labios en su hombro y
trazó las líneas de su tatuaje. Justo cuando empezó a pasar los dedos contra los pequeños
vellos alrededor del ombligo, él se despertó con una hermosa sonrisa con colmillos.
Se movió un poco para darle más acceso a su cuerpo.
―¿Seguramente no estás todavía hambrienta por mí?
Riendo, ella mordisqueó su hombro mientras lo ahuecaba suavemente y lo acariciaba.
―Quizás.
Él la besó mientras rodaba para ponerse a horcajadas sobre sus caderas. Pero antes de
que pudiera hacer mucho más, el enlace de ella sonó con el tono de llamada de Talyn.
Preocupada de que algo podría haber ocurrido, ella lo agarró y contestó.
―Hola, bebé. ¿Está todo bien?
―Síp. Lo siento, no quise preocuparte. Lish y yo tenemos algo que estamos haciendo
y del tipo que necesitamos que estés aquí. ¿Tienes algo de tiempo?
―¿Para ti? Siempre. Pero voy a necesitar un par de minutos antes de dirigirme hacia
allá.
―No hay problema. ¿Y sabes cómo llegar a Hauk? Lo intenté, pero no está
contestando su enlace.
Ella delineó el perfil de la nariz de Fain.
―Um, síp, podría saber dónde está tu padre. ¿Por qué?
―¿Podrías traerlo contigo?
Ahora esa era una petición extraña.
―Por supuesto. ¿Necesitas que lleve algo más?
―No. Eso es todo lo que necesitamos.
―Bien. Estaré allí en breve. ―Ella colgó.
―¿Algo está mal?
Galene vaciló.
―No estoy del todo segura. Talyn no sonaba bien.
―¿Debido a que preguntó por mí?
Ella le rodó los ojos.
―No, tonto. Su tono de voz era extraño. ―Deslizándose hacia él, ella le hizo
un mohín―. Lo lamento.
―No te disculpes. Podría morir feliz en este momento.
201
Extrañamente débil y aún emocionada por sus palabras, ella delineó el arco de su
frente.
―Ven a tomar una ducha rápida conmigo.
Fain obedeció, y la siguió. Pero cuando Galene pasó el jabón por su cuerpo, se
encontró con un nuevo nivel de cielo e infierno.
―¿Cómo puedes hacerme poner duro de nuevo? Krikkin ey, es como ser un
adolescente de nuevo. Molesta como el infierno.
Ella retiró la mano.
―¿Quieres que me detenga?
Capturándola de la muñeca ligeramente, él presionó su palma abierta contra su
entrepierna y se frotó suavemente a sí mismo contra la piel suave de ella.
―No. Pero, desafortunadamente, no quiero molestar a Talyn. Él ya me odia lo
suficiente. ―Con un profundo suspiro, él terminó su ducha y se vistió, mientras trataba de
no centrarse en lo increíble que el cuerpo de ella se veía tanto dentro como fuera de su
uniforme.
Mientras abrochaba la camisa, ella lo detuvo.
―¿Qué vamos a hacer con tus ojos?
Fain se estremeció al darse cuenta de que aún eran rojos vibrantes.
―Tengo un mal presentimiento de que es permanente en esta ocasión.
―¿Tienes lentes de contacto?
Él sacudió la cabeza.
―Nunca me he molestado con ellos, ya que eras la única mujer que alguna vez lo
despertó en mí. Y ya que nunca pensé que alguna vez me tocarías de nuevo…
Ella se mordió el labio.
―¿Qué vamos a hacer?
Él se encogió de hombros con indiferencia.
―Que se jodan todos. Necesitan saber que si los tocan a ti o a Talyn, tendrán que
lidiar conmigo. Será mejor que me tengan miedo. ―Él tomó la mano de ella y la apretó
contra su mejilla―. No más secretos.
―Mejor que no te hagan daño. Confía en mí, lo único peor que un War Hauk con
stralen es una Alada Batur encabronada en el alboroto. Podemos ir a lugares a los que los
Hauks sólo pueden soñar.
Riendo, él le besó la mano y le permitió que lo condujera al nuevo
apartamento de Talyn.
No estaban seguros de qué esperar.
Y cuando entraron, ambos hicieron una parada brusca ante lo que
202
encontraron.
Vestida de azul Batur, Felicia llevaba un vestido de boda Andarion pasado de moda.
Del tipo que era de por lo menos cien años de antigüedad y muy delicado y hermoso.
Ya no luciendo el bigote o la barba de candado, Talyn estaba en su vestimenta de
uniforme militar, y estaban rodeados por Gavarian, Brach, Jayne, Morra, Dancer, Sumi,
Darice, Kalea, Qorach, Vega, War, y Chayden.
Aún más sorprendente, los padres de Felicia estaban en un monitor de pantalla
dividida, junto con su hermano Lorens.
Talyn arqueó una ceja inquisitiva ante la visión de los ojos de Fain, pero no dijo nada
al respecto.
―¡Paka! ¡Paka! ¡Paka! ―gritó War cuando se lanzó a los brazos de Fain y lo abrazó con
fuerza.
―¿Qué está pasando? ―preguntó Galene vacilante mientras se acercaba al monitor.
La madre de Felicia, que se parecía mucho a su hija, dejó escapar un gruñido feroz.
―Ellos no escuchan y están siendo imposibles. Les dije que pueden hacer esto, pero
que no les exime de una unificación formal cuando regresen a casa. Ella es mi única hija y él
es tu único hijo, por los dioses. No me están quitando la oportunidad de tener una
gigantesca, y gloriosa ceremonia donde pueda empujar la unión de mi hija por la garganta
de cada miembro de cada familia presumida que tengo. ¡Especialmente a un príncipe y un
War Hauk! ―Hizo una pausa en su diatriba para fruncirle el ceño hacia Fain―. Soy Marna
eton Nykyrian, por cierto. Usted debe ser Fain eton Anatole. Es un honor conocerle, Tiziran.
Él inclinó la cabeza hacia ella con respeto.
―Y a ti, tarra eton Nykyrian.
Galene sonrió cálidamente.
―¿Y creo que Fain está familiarizado con Saren y Lorens?
―Lo estamos ―dijeron al unísono.
Felicia se aclaró la garganta.
―Ahora, si mi madre puede dejar de gritarme por los próximos minutos… como
pueden ver, Talyn y yo hemos decidido tener una sencilla boda Andarion.
―Una boda sencilla ―murmuró Marna.
―Es legal ―dijo Felicia en un suave tono paciente―. Es incluso cómo el mismo Tahrs
se casó con la tizirah Kiara.
―Y tuvieron una ceremonia formal más tarde, ¿verdad?
Poniendo los ojos en blanco a su madre, Felicia dejó escapar un suspiro de
exasperación.
―Sí, mamá. Y no te preocupes. Talyn y yo estamos más que dispuestos a
tomar nuestros votos cien mil veces, una vez que estemos en casa. Tendrás tu gran 203
ceremonia de unificación con todo su esplendor y pompa. Nosotros lo prometemos. No
vamos a quitarte nada.
Talyn entrelazó sus dedos con los de Felicia.
―Por favor, no te enojes con Felicia, mu tara. Todo esto fue idea mía. Después de
haber sido criado como un bastardo y con nosotros en guerra, no quería correr el riesgo de
que algo salga mal. Quiero asegurarme que tanto ella como el bebé sean reconocidos.
Ahora que legalmente le puedo dar un linaje del qué estar orgulloso, no quiero esperar un
minuto más. Ella y el bebé necesitan la protección de mi linaje con el de ella. No merece la
pena la oportunidad de esperar a llegar a casa para hacer una ceremonia formal.
Eso finalmente logró calmar a Marna.
―Galene, lo he dicho antes y lo diré de nuevo. Gracias por criar a un hijo tan
maravilloso. Es un honor para ti, y es por eso que lo quiero como si fuera mi propio hijo.
―Eso, eso ―Saren estuvo de acuerdo―. Y debo mencionar que liberé las cuentas de
doncellez de Felicia en cuanto ella me dio la noticia. Las puse a ella, a Marna y ti, Galene, en
ellas. Gasta todo lo que quiera tu corazón. Hay suficiente allí para gastar en la ceremonia de
unificación del siglo. Una tan grande, que incluso la Tadara estará celosa… Y ya que ella
esperó tanto tiempo para casarse, el interés realmente se ha acumulado. El dinero debe
cubrir adecuadamente todo y hacer todo un nido para ella y Talyn. No es que Talyn lo
necesite. Todavía estipulo que él vale más de lo que yo lo hago.
Lorens rió.
―Teniendo en cuenta el tamaño de su casa y los juguetes, creo que vale más que
nosotros dos juntos.
Haciendo caso omiso de ellos, Talyn se volvió hacia Felicia y levantó el velo azul puro
de su rostro. Con sus brillantes ojos rojos, él la miró con una ternura que ahogó a Fain. Él
sabía exactamente cómo se sentía su hijo.
Con una sonrisa tierna, Talyn tomó las manos de ella entre las suyas.
―Doctora Felicia Orfanos, nacida de las casas de ezul Terronova y eton Nykyrian…
mi único corazón, mi única y verdadera alma y mi estrella guía, aquí ante estos testigos,
orgulloso te proclamo como mi Ger Tarra Batur, ahora y para siempre. ―Le besó los
nudillos.
Con sus labios temblorosos, Felicia le sonrió.
―Teniente comandante Talyn eton Anatole, Tiziran de Andaria, el famoso y poderoso
Martillo de Hierro que ha hecho que Andarions adultos lloraran aterrorizados, nacido del
Clan de la Sangre Guerrera de Hauk y del Clan de la Sangre Alada Batur, tú eres mi feroz
fuerza brillante y único corazón. Como tal, con orgullo te proclamo ahora y para
siempre como mi Ger Tana, mi courani. ―Le besó las manos, luego levantó sus labios
para besarlo.
Con lágrimas en los ojos, Galene tomó la mano de Fain y le dio una sonrisa
tenue, orgullosa y amorosa. Él la atrajo hacia sí y la abrazó mientras veían a su hijo 204
aceptar a su nueva esposa.
War y Vega lanzaron brillantina sobre ellos y gritaron de felicidad.
Marna sorbió sus propias lágrimas mientras ella y Saren los felicitaban. Lorens
intervino, también. Felicia les dio las gracias y les lanzó un beso antes de apagar sus
monitores mientras Morra, Chayden y Qory felicitaban a Talyn.
Jayne sorbió sus lágrimas mientras se acercaba a Galene y a Fain.
―¿No es hermoso el vestido de mi abuela? ¡No puedo creer que encajara tan
perfectamente! Justo en el adecuado azul Batur para ellos.
Galene frunció el ceño.
―¿Cómo hiciste para traerlo aquí?
Sonriendo, Jayne les guiñó un ojo.
―Mi marido es un Trisani. Me dijo que lo pusiera en la maleta antes de salir de casa.
Dijo que podría necesitarlo. ―Miró a Felicia, quien estaba riendo y abrazando a
Gavarian―. Aprendí hace mucho tiempo a no discutir o cuestionar los dictados extraños de
Hadrian. ―Se acercó y juguetonamente tiró de las trenzas de Fain―. Lindos ojos, Hauk.
―Sí, lo son ―Dancer estuvo de acuerdo cuando se acercó por detrás de ella―.
¿Espero que esto signifique que tengo que comprar dos regalos de unificación?
Fain miró hacia Galene.
―No hemos hablado de ello. Todavía hay mucho que considerar. Seamos sinceros.
Todos sabemos lo idiota que soy.
Dancer resopló mientras Sumi se acercaba a abrazar a Galene.
―Felicidades por el nieto. ―Ella le dio una mirada significativa a Fain―. Y por otras
cosas.
Galene sintió que sus mejillas se calentaban, ya que se convirtieron en el foco de
atención de todos.
―Este es el momento de Talyn y Felicia. No vamos a quitarles el protagonismo. ―Y
con eso, se trasladó a abrazar a Felicia y besarla en la mejilla―. Te he amado desde el
primer momento en que te vi en el hospital y me dijiste que eras la hembra de Talyn. No te
puedo decir lo mucho que esto significa para mí tenerte oficialmente como mi hija.
Felicia se sonrojó.
―Gracias, comandante.
―Matarra ―le recordó.
Sonriendo, Felicia se mordió el labio.
―Yaya, quieres decir.
Galene la abrazó de nuevo.
205
―Te quiero tanto, mia.
―Yo también te quiero.
Se volvió hacia su hijo.
―Y tú… ―Ella le apretó la finalmente afeitada barbilla―. Estás mucho más guapo de
esta manera.
Él hizo una mueca.
―Todavía lo odio. Pero Felicia ha hecho que valiera la pena.
―¡Talyn! ―Felicia se quedó sin aliento.
―¿Qué? ―Él parpadeó inocentemente mientras miraba hacia ella―. ¿Qué dije?
Felicia se quejó en voz alta mientras Jayne ponía su brazo alrededor de los hombros
de ella y sonreía.
―No estés tan horrorizada, Lish. Enfréntalo. Si tiene un motor o testículos, está
obligado a dar problemas.
Fain dejó escapar un suspiro nervioso mientras se acercaba a su hijo.
―Estoy pensando que deberíamos hacer una salida rápida. Están empezando a
volverse contra nosotros. Esto no puede ser bueno.
Talyn asintió.
―Por una vez, estamos de acuerdo. ―Entonces, señaló los ojos de Fain con un
movimiento de su barbilla―. Lo siento si los interrumpí a los dos. Ahora sé por qué no
estabas respondiendo tu enlace cuando llamé.
Fain se encogió ante las palabras de Talyn.
―No es lo que piensas.
―Síp, lo es. Pero está bien. Al menos finalmente lo sé.
Fain frunció el ceño.
―¿Sabes qué?
Talyn se giró de modo que le daba la espalda al resto de la habitación antes de bajar
su voz a un susurro tenue para que únicamente Fain pudiera oírlo.
―Por qué la dejaste. No lo hiciste porque eras el idiota que pensé que eras. Lo hiciste
para protegerla.
―¿Cómo lo sabes?
Se señaló sus propios ojos.
―La maldición de tener el stralen. Nos hace hacer mierdas incorrectas
increíblemente estúpidas por todas las razones correctas para proteger a los que
amamos.
Fain soltó una breve carcajada ante eso.
206
―¿No es la verdad?
Asintiendo, Talyn le tendió la mano.
―¿Borrón y cuenta nueva, Hauk?
―Borrón y cuenta nueva. ―Tomó la mano de Talyn y tiró de él en un abrazo cálido
que saboreó.
Galene se detuvo cuando vio a Fain y Talyn abrazándose. Pero lo que trajo lágrimas a
sus ojos fue la expresión en el rostro de Fain. El amor y el orgullo que sentía por Talyn. Ella
había esperado toda la vida por este momento y era mucho más dulce de lo que nunca
hubiera imaginado.
El calor se precipitó a través de su cuerpo porque ambos estaban finalmente haciendo
un esfuerzo para poner el pasado detrás de ellos y empezar de nuevo. Un calor que
extrañamente se engrosó cuando Darice y Dancer se reunieron con ellos, y vio a las dos
generaciones de War Hauks de pie juntos por primera vez en décadas. Entonces, miró a
Felicia, que sostenía a Kalea y le hacía cosquillas en su vientre mientras ella reía con Vega,
Morra, y Gavarian. Qory, Brach y Chayden estaban bromeando silenciosamente en el
lenguaje Qillaq de señas.
Eran una familia extraña, eso era seguro. Pero era toda suya y los amaba a cada uno
de ellos.
―¿Estás bien?
Ella miró por encima del hombro a Jayne.
―Bien. Solo pensando.
Jayne envolvió sus brazos alrededor de su cuello y la abrazó como solía hacer cuando
Talyn era pequeño y Galene se había sentido tan sola y perdida.
―Nunca he visto a Fain tan relajado y feliz… o a ti, para el caso.
Cerrando los ojos, Galene permitió a su prima arrullarla.
―Y eso es lo que me asusta, Jaynie. Nunca he tenido mucho que perder antes.
Tampoco tanto para que traten de arrebatármelo.

* * *

Horas más tarde, Galene se despertó ante la dulce, preciosa calidez del cuerpo
desnudo de Fain presionado contra el suyo. Su muslo estaba encajado entre los de ella con
el brazo cubierto de tatuajes sobre su cadera mientras él tenía el rostro enterrado
profundamente en sus trenzas. Se aferraba a ella como si tuviera miedo de dejarla ir,
incluso para descansar. Cómo lograba dormir, ni mucho menos realmente respirar
así, no podía imaginarlo. Pero no parecía molestarle en absoluto.
Después de la pequeña recepción en el departamento de Talyn, ellos habían
llevado a Vega y a War a casa, luego regresaron al apartamento de ella, donde 207
habían pasado el resto de la noche haciéndolo por todos los años que habían estado
separados. Había hecho el amor con él a fondo y había probado cada vasto centímetro de
su exuberante cuerpo musculoso hasta que él le había suplicado clemencia.
Y una siesta.
Ella nunca quería salir de esta cama o de sus brazos. Una sonrisa curvó sus labios
mientras una ola de serenidad completa la envolvió.
Hasta que oyó un ruido en la habitación de Fain. Fue un raspado ligero, pero lo
suficiente para que su audición Andarion aumentada la recogiera con claridad. El sonido se
trasladó por la sala, acercándose a su dormitorio.
―¿Fain? ―susurró ella, sacudiéndolo ligeramente.
Él despertó muchísimo más lento.
Ella rodó hacia su blaster en la mesita de noche un instante antes de que la puerta del
dormitorio volara en pedazos.
Maldiciendo, ella abrió fuego contra sus atacantes.
Fain se deslizó de la cama para buscar su arma de reserva en el enredo de su ropa. Lo
oyó maldiciéndose por su descuido.
Mientras tanto, sus silenciosos atacantes hablaban entre ellos en un idioma que ella no
conocía.
De repente, su blaster se atascó. Su corazón se detuvo cuando se dio cuenta de que la
tenían en sus puntos de mira. Agarró la lámpara para golpearlos, pero antes de que pudiera
parpadear, Fain se lanzó con un gruñido hacia el que la tenía de objetivo a ella. Golpeó al
asesino contra la pared y, literalmente le arrancó la garganta antes de arrebatarle el blaster
de la mano al asesino y le disparara al más cercano. Él pateó al asesino caído hacia un
tercero, luego, se lanzó sobre sus cuerpos para tomar al cuarto y le rompía el cuello antes de
que él se diera la vuelta y le disparó al tercero de ellos.
Él se volvió y fue a asegurarse de que no había nadie más en la sala de estar.
Un segundo después, estaba de vuelta enfrente de ella cuando una alarma sonó desde
el pasillo.
―¿Estás bien?
Aturdida y un poco asustada de él, ella asintió. Honestamente, se había olvidado cuán
brutal eran los War Hauks en batalla; cuán despiadados, y más aún cuando estaban
protegiendo a su familia. Dado que nunca había visto a Talyn en una pelea en el Ring, era
una parte de su hijo que no conocía. Sobre todo porque nunca había querido saber todo de
lo que su hijo era capaz de hacer a otro ser sintiente.
Era por eso que todos en Andaria vivían temerosos con la línea de sangre War
Hauk. Porqué sus nombres y familias eran tan célebres.
Fain puso su mejilla en la de ella.
―Llama a Talyn y adviértele en caso de que hayan más ―le susurró. Se apartó 208
para ponerse sus pantalones, y luego se retiró para comprobar a su hijo, aún descalzo y sin
camisa.
Galene no dudó en obedecer. Como Fain, quería asegurarse de que su hijo estaba
seguro.
Talyn respondió un momento después en un tono atontado.
―He sido atacada, bebé. Fain me dijo que te avise. Pueden estar dirigiéndose hacia ti
y Felicia.
Eso le aclaró la neblina al instante.
―Estoy en ello. ¿Tú estás bien?
―Síp. ―Ella escuchó el sonido de disparos de blaster fuera de la habitación de Talyn.
Un instante después, la voz de Dancer se escuchó de fondo, comprobando a Felicia y
Talyn.
―Estoy en camino hacia ti. ―Ella colgó y se vistió antes de cambiar su cartucho de
carga por uno nuevo, y recogía unos cuantos más. Por si acaso.
En el pasillo, vio el rastro sangriento que Fain había dejado. Su garganta se cerró en
un nudo al ver la carnicería. Por favor, no dejes que la sangre sea suya.
Era horrible y le revolvió el estómago.
Pero en honor a la verdad, estaba impresionada. Había cuerpos por todas partes. Fain
los había desgarrado mientras se dirigió a asegurar a Talyn y a Felicia. Sólo rogaba que él lo
hubiera logrado.
En el momento en que llegó a la sala de Talyn y Felicia, sus temores casi la
paralizaban. Sin embargo, en el momento en que vio a Felicia con Morra, Jayne, Qorach,
Sumi, Kalea y Darice, se calmó. Tenían a Felicia rodeaba como una atesorada joya de la
corona.
―¿Dónde están Talyn y Fain? ―preguntó Galene.
Jayne la abrazó.
―Salieron con Dancer, Vari y Brach para perseguir a los malos. ¿Estás bien?
―Nerviosa. Golpearon la antigua habitación de Talyn primero. ―Las lágrimas
ahogaban su visión mientras miraba a Felicia―. Si su padre no hubiese cambiado
habitaciones con él, probablemente lo habrían matado mientras dormía.
Felicia se puso en pie con un gruñido. Ella agarró el blaster de la cadera de Morra y se
dirigió a la puerta con un salvaje paso determinado.
Qorach la atrapó y sacudió la cabeza.
―¡Q, fuera de mi camino! Nadie va tras la espalda de Talyn. ¡Nadie! ¡Por
todos los dioses de Andaria, voy a encontrarlos y desollarlos vivos mientras gritan!
Lo único que mantuvo a Felicia de atacar a la montañosa figura de Qill en un 209
esfuerzo para conseguir pasar más allá de él fue que su enlace sonó con el tono de llamada
de Talyn. Lo sacó del bolsillo de su bata.
―¿Bebé? ―susurró ella.
―Oye, Lish. Estamos bien. Eran asesinos de la Liga. Los acorralamos y se suicidaron
antes de poder capturarlos. ¿Estás bien?
―Bien. ¿Dónde estás?
La puerta de su habitación se abrió para mostrar a Talyn y a Fain, con Dancer, Vari y
Brach en la retaguardia. Talyn deslizó su enlace en el bolsillo antes de desarmar a Felicia y
tomarla en sus brazos.
Fain vaciló frente a Galene.
Aliviada de que aún respiraba, rápidamente examinó la sangre en su cuerpo para
asegurarse que no era suya.
―¿Te hirieron?
―No, sólo gracias a tus rápidos reflejos. Yo ni siquiera sabía que estaban allí. Habrían
tenido mi trasero, si no les hubieras disparado mientras buscaba a tientas mi blaster. ―Fain
la beso antes de volver su atención a Talyn―. Fueron por ti primero. Gracias a los dioses
que ustedes no estaban en tu habitación. ―Él frunció el ceño mientras miraba alrededor―.
¿Ellos fueron tras alguien más?
―No. ―Morra sacudió la barbilla hacia Galene―. Sólo fueron tras Galene y Talyn.
Furiosa, rabia sin paliativos rasgó a través de él por eso. Acababa de dirigirse hacia la
puerta cuando esta se abrió para dejar entrar a Venik, que tenía una expresión similar
enfurecida.
La mirada del líder Tavali pasó por la habitación mientras tomaba inventario de los
ocupantes y sus distintos grados de desnudez. Su mirada se estrechó en Fain cuando pasó
su mirada desde la cabeza hasta los pies descalzos.
―¿Estás bien, Hauk?
Fain limpió la sangre de su rostro.
―Más enojado de lo que nunca he estado en toda mi vida. Quiero la garganta del
bastardo Porturnum que nos vendió a la Liga.
Una extraña oscuridad descendió sobre las facciones de Venik.
―Nadie ataca a mi base. ―Su ceño se profundizó cuando notó los ojos de Fain―.
¿Stralen? ¿De verdad?
Fain le dedicó una sonrisa sarcástica.
―Te dije que era complicado.
―Todo contigo siempre lo es. Debería haberte matado cuando te arrastré fuera
de la nave. Enséñame a mostrar piedad. ―Él suspiró pesadamente―. Estamos
buscando más asesinos de la Liga. Todo el mundo está siendo escaneado por sus 210
identificaciones, impresiones, y ADN. Todos ustedes tienen que presentarse, también. No
quiero a nadie que tenga ningún vínculo, pasado o presente, con esos hijos de puta. Tengo
la intención de darme un festín con sus entrañas.
―Voy a saltar en el registro como positivo en relaciones con la Liga. ―Sumi dio un
paso adelante―. Pero les puedo asegurar, no tengo ningún amor por ellos, y yo no hice
esto. Fui relevada de mi puesto, y tienen un precio asombroso por mi cabeza como
resultado. Puedes consultar los informes. La última vez que estuve con Kyr, casi tuve éxito
en poner fin a esta guerra. Si estoy cerca de él otra vez, tengo la intención de acabar con él.
―Así que tú eres la mujer que casi lo destripó. Buen trabajo. Una vergüenza que el
bastardo baboso escapara.
―Sí, lo es.
Fain llamó la atención de su hermano.
―¿Sabes si consiguieron llegar a algún lado con esa grabación que envié de regreso?
―No. La maldita cosa se borró.
Miró a su hermano.
―¿Se borró?
Dancer asintió con tristeza.
―Iba a decírtelo más tarde. ―Pasó una mirada significativa hacia Galene―. No
quería arruinar tu noche.
Fain apretó los dientes.
―Bueno, quienquiera que sea el maldito, está a punto de aprender lo que tres War
Hauks con stralen son capaces de hacer. Lo encontraré… o a ella, si tengo que tirar abajo
toda esta estación, remache por remache.
Venik abrió la boca para hablar, pero la expresión letal en el rostro de Fain lo hizo
retroceder al instante.
Fain se alejó de Galene para comprobar los niveles de carga de sus armas.
―Tenemos que dividir nuestras familias para evitar que se conviertan en un blanco
más grande.
Dancer asintió.
―Nyk se encamina con refuerzos.
Los enlaces de Galene y de Talyn comenzaron a zumbar con un tono de alerta.
Fain frunció el ceño mientras ellos comprobaban el mensaje.
―¿Qué es?
Jadeando, Galene palideció.
―La Liga y sus aliados acaban de bombardear el palacio Andarion. El golpe 211
más fuerte se hizo contra el ala de la familia real.
―¿Dónde está la familia de Nyk?
Dancer parecía estar a un paso de arrojar una serie de insultos.
―Vinieron para nuestra boda y han sido alojados en el palacio con Cairistiona
incluso… incluso el padre de Nyk.
Con lágrimas en los ojos, Galene entregó a Fain el enlace.
Fain maldijo antes de entregárselo a Dancer para que pudiera ver la foto que había
sido enviada a Galene.
―Ellos no solo atacaron el palacio, drey. Lo arrasaron. No hay sobrevivientes.
A pesar de que Galene había tenido el máximo respeto de Fain antes, él realmente vio
la profundidad de su valía cuando ella mantuvo su entereza después de esa noticia. La
columna vertebral de ella se tensó y su barbilla se elevó, desafiante. Ella encontró la mirada
de Talyn.
―Los tiempos difíciles nunca duran.
―Pero los Andarions duros lo hacen. ―Talyn terminó por ella como si fuera algo que
ella había dicho tantas veces que él lo conocía de memoria.
Ella inclinó la cabeza hacia él.
―Aseguremos a nuestra familia aquí. Y sigamos adelante con un ataque de represalia.
Kyr tiene que tener algo que le importa. Quiero que esa debilidad sea encontrada y
destruida. ―Encontró la mirada de Dancer―. ¿Se ha informado al Tahrs de esto?
―No. Están volando fuera del radar para poder llegar a nosotros sin que la
Liga los intercepte.
―Entonces déjame saber cuando él aterrice así se lo puedo informar.
212
Dancer se señaló a sí mismo y a Jayne.
―Ese es nuestro trabajo. Somos su familia y él nos necesitará. Se lo tengo que decir
personalmente.
Galene se ahogó en un sollozo.
―Y Cairie y Tylie eran mi familia.
Talyn comenzó a avanzar hacia ella, entonces hizo una pausa cuando Fain la tomó en
sus brazos.
Galene le dio una palmada en la espalda antes de alejarse y tomó la mano de él y la
de Talyn.
―Estoy bien. Hasta que los cuerpos sean encontrados, vamos a mantener la sagrada
esperanza en nuestros corazones y orar para que lograran llegar hasta el refugio. Es posible
que tuvieran una advertencia y evacuaran.
Una pequeña posibilidad. Pero era una que le permitía avanzar y funcionar.
Ella entrecerró los ojos hacia Fain.
―¿Cuántos Tavali puedes reunir?
―¿Cuantos necesitas?
―Cien mil.
Los ojos de él se abrieron ante el número.
―Puedo reunirlos. Pero me va a tomar algo de tiempo. Quizás como mucho una
semana para conseguir movilizarlos a un solo lugar.
―Cítalos en Qaris y quiero saber tan pronto como estén todos allí. Un grupo tan
grande llamará la atención, por lo que ellos necesitan arribar cada hora un grupo del otro.
Una vez reunidos, quiero que formen una fuerza de choque desde el norte y nosotros lo
haremos desde el sur. Cada miembro de la Liga en esta galaxia está a punto de saborear la
venganza de la Alianza.
Venik dejó escapar una risa malvada.
―Me gusta tu hembra, Hauk. ―Saludó a Galene―. Me gustaría ser el primero en
reclamar lo que quede de eso.
―Si hay algo que quede de sus naves, es tuyo para saquearlo. ―Ella dio un paso
atrás―. Ahora, si me disculpan, tengo una investigación que hacer, y una batalla que
planear.
Fain comenzó a avanzar detrás de ella sólo para encontrar a Talyn en su camino. La
expresión de su rostro decía que él estaba a un suspiro de arruinar el resto de la vida de
Fain.
O ponerle fin.
―¿Hay algún problema?
―No la dejes sola, Hauk. No es tan fuerte como pretende ser. Ella tenía un 213
parentesco muy cercano y fuerte con la Tadara. Cuando no hubo nadie más para ser amable
con ella, Cairie lo fue. Han sido mejores amigas desde hace treinta años. Por favor, ayuda a
mamá. Ella tiene que estar muriendo en su interior por esto.
Ahuecando la cabeza de Talyn, Fain acercó su mejilla contra la de su hijo.
―Los amo a los dos ―susurró en el oído de Talyn―. Y no voy a dejarla sola.
―Gracias. Y para que conste, me alegro que no estuvieras en mi cama anoche cuando
ellos atacaron. Es para mí un honor luchar a tu lado.
Fain apretó su mano en las trenzas de Talyn cuando esas palabras trajeron lágrimas a
sus ojos. Incapaz de hablar más allá de la feroz ola de amor que surgió dentro de él, se
apartó de su hijo y fue tras Galene.
La encontró en su oficina fuera del centro de mando. Fiel a las palabras de Talyn, las
manos de ella temblaban mientras tomaba notas y datos investigados.
―¿Stormy?
Las lágrimas brillaban en sus ojos cuando lo miró.
―Yo sólo tenía tres años la primera vez que la conocí. ¿Sabías eso?
Él cerró la puerta y cruzó la habitación para estar al lado de ella.
―No.
Ella sorbió sus lágrimas.
―Es el primer recuerdo claro y real de mi vida. Yo estaba en el palacio con mi paka,
que había ido a hacerle un examen físico para asegurarse de que ella todavía era apta para
el servicio militar durante el embarazo. Yo estaba sentada en el suelo, jugando fuera de su
habitación, cuando oí el chasquido de tacones de botas afiladas contra el suelo de mármol.
Miré hacia arriba y vi a la más hermosa mujer que jamás había visto en mi vida. Alta.
Fuerte. Orgullosa. Con su cabeza en alto, ella llevaba el traje de combate de color rojo como
la diosa mítica Kadora. Se detuvo a mi lado y me sonrió.
Galene secó sus ojos.
―Yo bajé mi mirada hacia a su blaster. Nunca había estado tan cerca de uno. “¿Tienes
miedo de mí, pequeña?”, me preguntó. Yo negué. Y ella sonrió tan hermosamente y me
preguntó si quería tocar su arma. Cuando le dije que sí, la sacó, expulsó el cartucho de
carga, y me la entregó. Fui seducida. Mi padre horrorizado. Él empezó a quejarse conmigo
por hacerle perder el tiempo a la Tizirah. Pero Cairie lo hizo callar y me dijo que me quería
en su armada cuando creciera. Que ella respetaba mi valor y mi fuego.
Tapándose la cara con sus manos, lloró como si su corazón estuviera roto.
Fain se arrodilló en el suelo a su lado para sostenerla en sus brazos.
―La quería mucho, Fain. Simplemente no sabes cuánto.
―Lo siento mucho, Storm. Pero tú misma lo dijiste. Es posible que ella no
estuviera allí.
Galene se aferró a él y a esas palabras. Dejó que su fuerza se fundiera en ella y 214
estaba agradecida de tenerlo aquí. Era la primera vez desde la infancia que había tenido a
alguien en quien pudiera apoyarse. Mientras Talyn había hecho todo lo posible para
cumplir esa función, ella siempre había sido muy consciente del hecho de que ella era el
padre y que se suponía que debía ser fuerte para él. Algo que había sido tan increíblemente
difícil a veces.
Pero con Fain…
Ella podría ser débil y necesitada. No tenía que fingir que esto no lastimaba la esencia
de su alma. Y cuando ese pensamiento pasó por su mente, recordó que Fain también había
sido lo suficientemente cercano de la Tadara para que ella lo adoptara. Que él era un amigo
de toda la vida de otras personas que habían perecido.
Ellos eran su familia.
―¿Cómo estás? ―susurró ella.
Él miró hacia otro lado, pero no antes de que viera la angustia que estaba conteniendo
en su interior.
―No dejo de pensar en los niños. Cairie ha vivido una larga, plena y buena vida, y
soy Andarion suficiente para apreciar eso y estar en paz con ello. Pero los niños... Zarina es
de sólo unos pocos meses de edad, y Thia acaba de entrar en la plenitud de su condición de
mujer. Ella se ve mayor, pero es sólo un bebé. Tan llena de vida y maravillosa… como sus
hermanos. Los gemelos son un equipo de demolición de desastre. Jayce y Adron harían al
Santo Sarn un ateo maldiciendo, y aun así me encanta pasar tiempo con todas sus
preguntas molestas. Y Kiara… ella es el alma más amable que he conocido. ―Negó con la
cabeza―. Me niego a creer que están muertos. ―Habló con los dientes apretados―. No voy
a aceptar eso.
Galene mordió su labio mientras sorbía delicadamente.
―Thia es de la misma edad que tenías tú cuando Keris murió.
Eso logró que escurriera una sola lágrima de él. Enojado, se la limpió.
―¿Sabías que las últimas palabras de Keris a mí fueron “titanatu, giakon”?
Ella se encogió ante las palabras que básicamente eran vete a la mierda, castrado cobarde.
―¿Por qué iba a decirte eso?
Sus ojos rojos brillaron con agonía desconsolada.
―Yo acababa de encontrar a Omira en la cama con un hombre y traté de ir a casa. Mis
padres me cerraron la puerta en la cara y amenazaron con enviar a los ejecutores sobre mí si
no me iba, así que fui con Keris. Sólo quería cinco minutos de refugio. En cambio, me dio
un puñetazo, me insultó y me dejó bajo la lluvia en su puerta.
―Lo siento mucho, Fain. ¿Nunca intentaste hablar con él de nuevo?
Sacudiendo su cabeza, suspiró con cansancio.
―Tomé el poco dinero que tenía esa noche y soborné a un Tavali por un paseo
215
a Rook, con la esperanza de que allí podría encontrar un trabajo en la tripulación de
alguien. Dado que era un Paria, no tenía papeles. Ningún Andarion podría contratarme, y
nadie podría incluso tocarme sin documentos legales y un registro de nacimiento. Así que
me quedé raspando para cualquier tripulación ilegal que estaba dispuesta a pagarme por
debajo de la mesa y sin hacer preguntas sobre mis antecedentes. Una semana más tarde,
entré en un bar por un empleo, y terminé siendo drogado y esclavizado. Ven me liberó
justo antes de que Keris llevara a Dancer a su Resistencia. Yo estaba planeando hablar con
Keris para enmendar las cosas una vez que él estuviera de regreso… nunca tuve la
oportunidad. Nunca fui capaz de decirle que lo sentía, por todo.
Él parpadeó para contener sus lágrimas.
―Fui el único que estaba allí cuando ellos lo incineraron. Todo lo que pude pensar fue
que yo debería haber estado allí para Dancer cuando él se cayó durante su ascenso, y para
los años después de eso cuando todo el mundo lo culpó por la muerte de Keris. Que él
estaba solo en esa casa con el odio de nuestros padres, y con ningún hermano allí para
ayudarlo a través de eso.
―Siempre estuviste ahí para él.
―No. Yo estuve allí sólo para ayudar a juntar las cosas de nuevo después de que todo
se vino abajo. Pero nunca estuve allí cuando él realmente me necesitaba. Más de lo que yo
estuve aquí para ti o Talyn.
Ella puso su dedo sobre sus labios.
―Déjalo ir, Fain. La vida es dura. Para todo el mundo. Somos todos guerreros que nos
abrimos paso luchando. Como siempre le he dicho a Talyn, los tiempos difíciles nunca
duran. Pero los Andarions duros lo hacen. Eso lo aprendí de ti viéndote cuando eras un
niño. Tus padres, abuelos y Keris te trataban como mierda y aun así, ni una sola vez
hablaste en contra de ellos. Sólo levantabas la barbilla y seguías adelante. “Los perros
ladrando no me molestan” solías decir. “Tarde o temprano, ellos llegan al final de su jardín
y golpean una valla. Yo voy a seguir caminando, y no los oiré más”.
―Era joven y estúpido.
―Joven, sí. ¿Estúpido? Nunca.
Él puso su mano en la mejilla de ella y saboreó el calor de su contacto en su piel.
―Lloro por cada nanosegundo de mi vida que he vivido lejos de ti.
Abrumada por su sinceridad, Galene lo besó. Al igual que Fain, ella se entristecía por
todo el tiempo que habían perdido. Todos los años que habían sido robados de ellos.
―¿Comandante?
Irritada por la intrusión, se apartó de Fain para ver al oficial de más alto rango
Andarion después de Talyn y Gavarian, que había quedado de guardia.
―¿Sí, Gheris?
―Siento entrometerme, ma’am, pero realmente tiene que ver esto. ―Él se
trasladó al monitor en la pared de su oficina mientras Fain se ponía de pie. 216
Sintonizó la fuente de noticias Andarion.
Galene quedó sin aliento cuando vio a la madre de Cairistiona, Eriadne, en la pantalla.
Siempre regia y severa, y con una belleza fría, estaba vestida con el uniforme completo de
batalla de la realeza Andarion mientras se dirigía a los medios de comunicación.
―Es con gran tristeza en mi corazón que me presento ante mis compañeros
Androkyns una vez más. Como todos ustedes saben, mi hija me obligó a exiliarme en
contra de mi voluntad. Con los años, he tratado desesperadamente de resarcirme. Y ella no
quiso saber nada de ello. Cuando ella empezó esta guerra contra la propia Liga, que fue
fundada por nuestros honrados War Hauks para protegernos de invasiones, le rogué
repensar su necedad. Siempre rebelde como lo fue su padre antes que ella, Cairistiona se
negó.
La reina madre hizo un gesto a las fotos del palacio Andarion arrasado.
―Acabo de recibir la noticia de que no hay sobrevivientes del ataque al palacio. Los
equipos de rescate están trabajando diligentemente para extraer cuerpos para el entierro de
estado, pero como pueden ver, es muy poco lo que queda, y tendremos suerte si
encontramos algunos restos en absoluto.
Eriadne sorbió sus lágrimas.
―Yo, como todos ustedes, estoy devastada por una pérdida tan trágica de vidas que
han sido arrebatadas demasiado pronto. Pero como el lema War Hauk dice, indurari. A
través del dolor de la sangre, nosotros conquistamos y resistimos. Andaria continuará como
siempre lo ha hecho. Y para asegurarme de que ninguna otra familia Andarion tenga que
pararse ante las tumbas de sus hijos por una causa tan innecesaria, he recuperado de nuevo
el trono que me fue tan violentamente arrebatado, y entré en conversaciones con el primer
comandante de la Liga. El comandante Zemin está más que dispuesto a perdonar nuestros
pecados, siempre y cuando entregamos al traidor Nykyrian Quiakides a él para su
ejecución. Con gran pesar, he aceptado sus términos de sacrificar a mi nieto por el bien de
nuestro imperio. Por el bien de las familias no quiero ver a otros perder a un ser querido en
una guerra inútil que sólo puede terminar en nuestras inevitables muertes, y el final de
nuestro amado imperio y honradas familias.
Levantando su barbilla, ella tomó una respiración entrecortada.
―Les recuerdo a todos los soldados Andarion que abandonen sus puestos fuera del
mundo y rompan lazos con la Alianza, con efecto inmediato. Si fallan en volver a casa, y
todo el que permanezca con esta llamada Alianza contra la Liga, dará lugar a que sean
declarados traidores al imperio. Esto incluye a la primera comandante Batur, que
actualmente está supervisando fuerzas de la Alianza en una base enemiga. Si ella me
contacta inmediatamente y regresa, ella y su personal serán perdonados por sus
acciones en contra de nuestra raza y de su traición a la Liga. Pero antes tienen que ir
ante la Liga y hacer contrición7, purificación y reeducación por sus acciones. Una
vez repatriados, vamos a darles la bienvenida a casa.
Galene apretó los dientes ante esas palabras. Contrición, sí claro. Iba a asesinar 217
a esa perra primero.
―A partir de esta transmisión en adelante, Andaria es de nuevo parte de Los Sistemas
Unidos y está bajo la protección de la Liga y se compromete a respetar las leyes del
Supervisor. ―Ella inclinó la cabeza a sus soldados, quienes comenzaron a quemar la
bandera de la Alianza hecha jirones que habían tomado del ataque, e izaron una bandera de
Los Sistemas Unidos sobre los restos del palacio.
Eriadne saludó a los medios de comunicación.
―Salve Andaria. Siempre estamos unidos en propósito y vamos a golpear con una
mano precisa. ―La perra reina terminó con el lema nacional Andarion―. Siempre hacia
adelante. Nunca atrás. ―Y con eso, dejó el podio.
Los medios de comunicación gritaron preguntas cuando Gheris apagó el monitor. Su
mirada fue de ella a Fain y viceversa.
―Voy a respaldarla con cualquier decisión que tome, comandante. Pero sé que mi
hermana fue capturada y violada durante el régimen de la ex Tadara, por uno de sus
sobrinos. Ella no hizo nada para castigar a los responsables, a pesar de que sabíamos
quiénes eran y podíamos probarlo. En cambio, mi hermana fue encarcelada y ejecutada por
traición por haberse atrevido a impugnar las reputaciones de miembros de la realeza. La

7Contrición: Arrepentimiento por haber obrado en desacuerdo con la voluntad de Dios y propósito de no
volver a actuar mal en adelante. O, arrepentimiento por haber obrado mal.
tadara Cairistiona y el tahrs Nykyrian han restaurado el honor y la ley a nuestro imperio.
Independientemente de lo que decida, no voy a ser parte de entregar al tahrs Nykyrian a la
Liga para su ejecución.
―Quédese tranquilo, coronel. Mis lealtades están con el Tahrs. Él es el verdadero
heredero al trono, no la ex Tadara. Yo tengo mis propios problemas y rencillas con esa
perra. Pero no voy a obligarlos a cualquiera de ustedes a seguir mi camino. Diles a los otros
que puedan quedarse o irse sin temor a represalias por mi parte. En esto, no voy a ser la
conciencia de ellos. Entiendo que todos ustedes tienen familias en casa. Que ellos se vayan
en paz o que se queden y luchen. ―Le ofreció una sonrisa gentil―. Si quieren irse,
escóltalos fuera de inmediato, y notifica a nuestras tropas de casa que esperan por ellos.
Él la saludó.
―Voy a decirles, pero sé que sus corazones son leales a usted. Es por eso que el
comandante Batur nos seleccionó para esta tarea. Todos tenemos problemas con la ex
Tadara y la Liga. ―Él se dio la vuelta y los dejó.
Galene se puso de pie para enfrentar a Fain.
―Esa puta los mató.
Fain dejó escapar un profundo suspiro.
―Por mucho que me gustaría decir que ninguna madre podría hacer una cosa
así, estoy de acuerdo. Ella mató a la mayor parte de su familia para tomar el trono la
primera vez. Es lógico pensar que mataría al resto de ellos para recuperarlo. 218

Galene revisó el material del discurso de Eriadne sin el sonido.


―¿Dónde está el tiziran Jullien?
Fain se movió para estar a su lado.
―Ella no lo mencionó, ¿verdad?
―No. ―Ella hizo una pausa para señalar a un viejo enemigo en el fondo―. Nyran
está allí. ―Ella lo señaló―. Pero no hay ninguna señal de Jullien, en ninguna parte.
―¿Crees que estaba en el palacio cuando explotó?
Ella negó.
―Fue exiliado cuando su abuela fue expulsada. Que yo sepa, no ha estado cerca de
Eris desde entonces. Pero, ¿por qué ella no lo habría mencionado como dando un paso
adelante con ella? Es raro. Con los demás muertos, ¿no sería él su único heredero?
El enlace de ella sonó con el tono de llamada para Talyn.
Ella la encendió.
―¿Sí, bebé?
―Oye, ¿has visto las noticias Andarion?
―Que Eriadne se ha proclamado a sí misma la Tadara de nuevo. Sí.
―Sé que esto es retórico, pero, ¿nos estamos quedando o yendo?
―No confío en esa perra tanto como yo puedo escupir… y yo no escupo. El noveno
sol se congelará antes de volver a una Andaria gobernada por ella. ¿Qué pasa contigo?
―Sabes exactamente lo que siento por ella. Y sé por experiencia cuánta fe se puede
poner en sus mentiras. Pero a pesar de mi repugnancia personal, estaré con mi madre en
todas las guerras. Dicho esto, el hermano de Felicia llamó para hacernos saber que su padre
ha sido detenido y está en custodia, en espera de juicio por traición. Están planeando
ejecutarlo, y a todos los asesores leales de Cairie. WAR está intentando restablecerse, pero
ha sido un tiempo desde que hemos tenido algún contacto entre sí. Después de que Cairie
tomó el trono, nos disolvimos armoniosamente, asumiendo que los Andarions ya no tenían
que temer a la tiranía Anatole.
―¿Lorens está a salvo?
―Síp. Él está huyendo con su familia y la madre de Felicia. Él quería que nos
aseguráramos que Vari y Brach no regresen a casa hasta que esto se resuelva. Le prometí
que me sentaría sobre ambos como una mamá gallina.
―¿Cómo lo está llevando Felicia?
Él se aclaró la garganta y esperó unos segundos, como si quisiera poner
distancia entre él y ella antes de hablar en un tono susurrante.
―Ella está actuando valiente. Pero ya sabes lo mucho que amaba a Kiara y a
los niños. Estaba llevándolo mal antes de que Lorens llamara. Ahora… si ella 219
pudiera volar, estaría de camino a casa para matar a Eriadne por sí misma. Gracias a los
dioses que nunca fui capaz de enseñarle a pilotar un caza.
Galene resopló.
―Todavía tenemos un traidor aquí. Estoy asumiendo que la nueva Tadara nos quiere
a todos muertos. Así que quédate con Felicia y mantenla a salvo.
―¿Qué de ti?
―Tengo a tu madre ―dijo Fain antes de que ella pudiera responder―. No voy a dejar
que nada le pase. Lo juro por mi vida.
Galene ángulo el enlace para que Talyn pudiera ver a Fain.
―Mis dos protectores feroces.
Talyn saludó a Fain.
―Quiero saber si alguno de ustedes necesita cualquier cosa.
Colgó un instante antes de que el enlace de Fain sonara.
Galene dio un paso más cerca de él para ver de quién se trataba. Reconoció el sello del
embajador.
―¿Ryn?
―Síp. ―Él contestó.
―¿Tu hermano está contigo, Fain? ―preguntó Ryn sin preámbulos.
―No por el momento, pero él está aquí en la estación. ¿Por qué?
Lágrimas silenciosas comenzaron a correr por el rostro de Ryn.
―Darling estaba en el palacio Andarion cuando fue alcanzado… con Zarya y Cezar.
―Apenas logró decir las palabras.
Fain luchó por respirar cuando esas palabras lo golpearon en el estómago. Zarya era
la esposa de Darling, y Cezar su pequeño hijo. Con un solo golpe, Eriadne había acabado
con el emperador Caronese y su heredero.
―Oh dioses, Ryn. Lo siento mucho. Pensé que él estaba con Nyk.
Ryn pasó su mano temblorosa a través de su cabello rojo.
―No se lo hemos dicho a Annalise todavía. No pudimos… Era demasiado cercana a
su hermano… Ella piensa que Darling se dirigía hacia ti… ―Hizo una pausa para tragar y
frotar su mano por su cara. Era obvio que no estaba manejándolo bien, tampoco. Al igual
que su media hermana Annalise, Ryn adoraba a su medio hermano Darling―. A pesar de
que es menor de edad, Drake ha asumido el trono Caronese con los ADC8
respaldándolo. Maris acababa de salir del palacio Andarion para dirigirse hacia ti.
Menos de dos horas antes de que el palacio fuera golpeado. Él no sabe sobre el
golpe, tampoco, pero su hijo y su marido también estaban allí. Así como lo estaban
Desideria, Vashe, Lil. Shahara, Kasen, y Devyn. ―Ryn rompió a llorar―. Se
llevaron a nuestras familias, Fain. A todos ellos. 220

―Pensé que Ture estaba en Caron.


―No. Estaban planeando ir, pero aún no se habían ido. Querían asegurarse que sus
maridos estaban a salvo primero. Y estar juntos para que pudieran reunir un equipo de
rescate si algo pasaba. ―La furia ardió profundamente en los ojos de Ryn―. Dile a la
comandante Batur que estoy movilizando a cada jodido miembro del Wasturnum para que
ella los comande y ya estamos en camino para la batalla. Como lo están los Caronese y
Exeterians. Vamos a machacar nuestra venganza en todos y en cada soldado tan tonto
como para ponerse un uniforme de la Liga. ―Colgó sin preámbulos.
Con su propia mano temblorosa, Fain deslizó su enlace en su bolsillo mientras se
esforzaba por comprender la tragedia del día. Era tan abrumador, que lo dejó en un extraño
estado de adormecimiento. Como si el dolor se hubiera ido tan profundamente en su alma
que atravesó todos sus nervios.
Tristemente, sin embargo, sabía que eso no iba a durar. Tarde o temprano, ese
entumecimiento pasaría y con él llegaría la verdadera agonía y la realidad del hecho de que
en un día había perdido a la mayor parte de todos los que les importaba. Todo el mundo al
que él llamaba familia.

8
ADC: Asamblea de Delegados Caronese
Horrorizado, se quedó mirando a Galene.
―¿Cómo lograron pasar sus fuerzas?
Galene negó.
―Fuimos traicionados. Alguien tuvo que darles nuestros códigos. No hay otra
manera en la que podrían haberse infiltrado en la red. Ilkin o alguien más con mayor
autorización... Yo-yo debería haber permanecido en Andaria.
―No. Te habrían tenido a ti, también. Todo el bloque donde estaba tu condominio, así
como el centro de mando de la armada Andarion, está arrasado. Si te hubieras quedado tú
o Talyn, estarías muerta con los demás.
Galene limpió sus lágrimas con la palma de su mano mientras luchaba por mantener
la cordura en medio de esta locura absoluta, y la necesidad cegadora que tenía en su
interior de rasgar en partes a Eriadne.
―Esto no es sobre la guerra. Ésta fue Eriadne usándola como excusa para castigarnos
a todos nosotros, por nuestra parte en destronarla. Ella nos dijo que si tenía que esperar
cien años lo haría, se posaría sobre nuestras tumbas, con la corona en su cabeza, y riendo su
venganza contra nosotros.
Fain quería negar eso, pero dado lo que sabía de la Tadara y su afán de
venganza sanguinaria, no pudo.
―¿Fuiste parte de eso? 221
Galene asintió.
―Talyn y yo.
―¿Cómo es eso?
―Chrisen comenzó la pelea por venir en pos de mí y Felicia, y amenazarnos. Talyn lo
terminó en el Ring. Él tomó la vida de Chrisen y Eriadne eliminó los contratos sobre él. En
aquel entonces, WAR estaba en su mejor momento.
―¿WAR?
―Guerreros contra la realeza9. Un grupo radical dedicado a derrocar a Eriadne.
Nosotros no quisimos ser parte de WAR en un principio. No hasta que Talyn fue
encarcelado por Chrisen y Merrell, por la única razón de ser tu hijo. ―Más lágrimas
brillaron en los ojos de ella―. Cuando lo trajimos de vuelta, él estaba roto, Fain. Nunca lo
había visto así, y ruego a los dioses nunca hacerlo de nuevo. Él estaba tan enojado y
amargado por lo que ellos le habían hecho.
―¿Qué pasó?
Ella tomó una respiración entrecortada.

9 WAR: Siglas de Warriors Against Royalty (Guerreros contra la realeza), pero la palabra en sí, significa
“Guerra”.
―Nykyrian había retornado para un encuentro casual con su madre y su tía. Yo
ayudé a recuperar la sobriedad de Cairistiona, y fuimos tras esa perra por cada mal que
alguna vez nos había hecho. Cuando eso terminó, le dije a Cairie que la matara. Que
siempre y cuando Eriadne viviera, ella estaría tramando todas nuestras muertes. Pero ella
es la madre de Cairie, por lo que Cairie se negó. Al igual que ella no se atrevió a lastimar a
Jullien. Así que, los exilió. Ahora… ―Hizo un gesto hacia las fotos del palacio
humeando―. ¿Qué tipo de Andarion mata a toda su familia por poder? Eso es un
movimiento humano.
Él la apretó contra su pecho.
―Lo sé.
La alarma para advertir que aviones se acercaban sonó en el pasillo.
Galene se aferró a él.
―Ese debe ser el Tahrs.
Las tripas de Fain se apretaron con pavor. Esta era la última cosa que él alguna vez
quiso hacer. Pero no estaba a punto de dejar que Dancer lo hiciera solo.
Tomados de la mano, fueron a decirle a Nykyrian y a los demás que sus
familias estaban muertas. Muertos a manos de su propia abuela despiadada.

222
Con su estómago encogido por dolor, miedo y rabia apenas contenida por la injusticia
de todo, Fain se quedó con Jayne, Dancer, Chayden, Sumi y Galene mientras esperaba que
Nyk y su grupo desembarcaran. Él realmente, realmente no quería hacer esto. Pero sabía
que los otros no disfrutaban de la tarea más de lo que él lo hacía. Nadie quería decirle a
Nyk, Syn, Maris, o a Caillen que sus familias se habían ido.
Maldita sea…
Galene extendió el brazo y tomó su mano en la suya. Fain no la miró, pero la
comodidad de ese simple toque fue casi suficiente para mandarlo a sus rodillas. Cerrando
los ojos, egoístamente saboreó el hecho de que ella estaba con él en esto. Que su familia
inmediata estaba a salvo.
Solamente deseó que hubiese sido capaz de ahorrarles el dolor a sus amigos.
Completamente inconscientes de lo que había sucedido, Maris, Caillen y Syn
se unieron a Nykyrian antes de dirigirse hacia ellos como un solo grupo. Estaban
bromeando entre sí como siempre lo hacían. Algo que hacía que todo esto fuera aún
más difícil y doloroso de hacer.
223
El resto de las tropas que habían traído con ellos seguían desembarcando y siendo
detenidos por oficiales Tavali y de la Sentella, quienes iban a informarles de lo que había
sucedido.
Nykyrian frunció el ceño en cuanto los vio y se dio cuenta de que eran un grupo
mucho más sombrío de lo normal. Se detuvo en seco, como si tuviera un mal
presentimiento.
―¿Qué ha pasado? ―Su tono acentuado se volvió frágil y grueso.
Fain y Galene intercambiaron miradas afligidas antes de que Dancer diera un paso
adelante aclarándose la garganta.
Sumi puso su mano en el hombro de Dancer para mantenerlo en equilibrio y
consolarlo. Él cubrió su mano con la suya y bloqueó miradas con Nykyrian para responder
la pregunta.
―La Liga… consiguieron atravesar las defensas Andarion y arrasaron con el palacio y
todo a su alrededor.
Fain vio a Nyk recibir esas palabras con un estoicismo helado que sólo un asesino
veterano podía manejar. Ni siquiera parpadeó. Caillen, sin embargo, se tambaleó hacia
atrás hasta que Syn atrapó a su cuñado y lo sujetó para que no cayera.
Maris se atragantó y resopló. Todo el color desapareció de su rostro, dejando su barba
oscura contrastando marcadamente con su piel.
―¿Sobrevivientes? ―susurró, con voz quebrada.
Dancer negó mientras lágrimas llenaban sus ojos.
De la nada, Safir, el hermano de cabello oscuro más joven de Maris, apareció para tirar
a Maris contra él y sostenerlo apretado contra su pecho mientras Maris gritaba en agonía. El
sonido se hizo eco a través de la bahía, causando que todos hicieran muecas de simpatía.
Nyk siguió sin moverse. Él había tenido seis hijos en ese palacio, en edades de cuatro
meses hasta el mayor quien recién acababa de entrar en su edad adulta. Su esposa había
estado allí. Su madre y su padre. Su tía y la pareja de ella. Por no hablar de sus amigos que
eran tan cercanos a él como cualquier hermano podría serlo, y sus hijos y cónyuges.
Era tan injusto.
Y todavía el sollozo desgarrador de almas de Maris se hacía eco a través de la bahía
mientras Safir lo sostenía.
Caillen giró y se dirigió a una nave, pero Syn lo atrapó de nuevo.
―¿Qué estás haciendo?
―¡Voy matarlos a todos, maldita sea!
―¿A quién, Cai? ¿Aparte de a ti mismo?
Las lágrimas cayeron rápida y furiosamente por sus mejillas.
―¡Kasen estaba con ellos! ¡Mi hijo y mi hija! ¡Shay y Dev estaban allí! ¡Maldito
224
seas, Syn, eres un pedazo de mierda sin corazón! ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ¿No te
importa?
Con sus ojos oscuros llenos de rabia, Syn fue por la garganta de Caillen.
Fain atrapó el golpe que habría dejado a Caillen en el suelo buscando sus dientes, si se
hubiera puesto en contacto con él.
―¡Oye! ―Él puso espacio entre ellos mientras Chayden se movía para tomar el
control de Caillen―. Necesitas calmarte y recordar que todo el mundo se lamenta de
manera diferente. No quiere decir que no les importa. ¡No juzgues a la gente en su dolor, y
malditamente seguro no arremetas contra ellos cuando han perdido lo que Syn tenía! No
hay ni uno de nosotros aquí que no ha sido eviscerado hoy. Ahora contrólate, Caillen, y
respira. Este no es el momento para que nos volvamos los unos contra los otros. Tenemos
que estar juntos ahora más que nunca.
Caillen limpió sus ojos mientras Chayden lo tomaba en sus brazos para consolarlo.
Honestamente, Fain se sorprendió de lo bien que Chayden soportaba todo teniendo en
cuenta lo mucho que adoraba a su hermana y a su sobrina y sobrino a quienes había
perdido.
―No te preocupes, hermano ―susurró él contra la cabeza de Caillen―. Vamos a
romperlos en pedazos. Por Vashe y Lil y Des. ―Finalmente se rompió en un sollozo cuando
dijo el nombre de su hermana.
Fain se volvió hacia Syn, que permanecía tan estoico como Nykyrian. Claro que ellos
no tenían otra opción. La muerte siempre había sido una parte brutal en sus vidas, y
especialmente para Syn.
―¿Estás bien?
Syn le dio un lento y sutil movimiento de su cabeza oscura.
―Me acaban de arrancar el corazón y me dolió. Por supuesto que no estoy bien. ―Él
echó un vistazo a Nykyrian que si Fain no los conociera mejor, juraría que ellos dos eran
Trisani hablando telepáticamente.
Por otra parte, habían sido amigos durante tanto tiempo, que los dos bien podrían
leerse la mente el uno al otro. Y en esto, ellos estaban unidos en malicia.
Justicia era todo sobre hacer dos cuerpos en el que sólo uno había estado. Matarlos a
todos y dejar que los dioses lo resolvieran.
Con un gruñido que helaba la sangre, Nykyrian miró a Galene.
―¿Jullien es responsable del ataque?
―No. Nada ha sido mencionado por él. Tu abuela ha reasumido el trono y
retornó la lealtad Andarion a la Liga. El embajador Dane nos notificó que Drakari, el
hermano del emperador Cruel, ha sido votado en la ADC, y él está preparando un
ataque de represalia tan pronto pueda reunir un equipo.
Jayne frotó el brazo de Nykyrian para consolarlo cuando Morra y Qory se 225
unieron al grupo.
―Eriadne y Kyr están exigiendo que te entregues a ellos de inmediato para una
ejecución pública.
Nykyrian de hecho dejó escapar una risa escalofriante.
―Eriadne debería saber a estas alturas cuán dispuesto estoy a matar. La perra no tiene
un ejército tan grande. ―Sin decir una palabra, se dirigió de nuevo hacia el hangar―.
Rellenen de combustible mi nave ―le gritó a uno de los trabajadores―. Quiero ponerme en
marcha de inmediato.
Dancer corrió tras él.
―¿Nykyrian? ¿Qué estás planeando?
Nykyrian se volvió hacia él con un gruñido.
―Nykyrian está muerto. Esto se trata de Némesis alzándose para derribar al hijo de
puta que se atrevió a tomar lo que amaba. Y voy a arrancarle su garganta justo antes de
hacerle tragar todas nuestras miserias.
―¡Espera! ―gritó Safir mientras soltaba a Maris para salir detrás de Nykyrian―. Kyr
no lo hizo.
Nykyrian se volvió hacia él con una ceja arqueada.
―Explica.
―No me malinterpreten. Mi hermano es culpable de un montón de malicia y
crueldad. ―Hizo un gesto hacia su rostro magullado y maltrecho que todavía estaba
recuperándose de la ronda de tortura que había sufrido a manos de Kyr. Incluso su
hermano había cortado el largo cabello negro de Saf; un acto de vergüenza para un asesino,
y hecho para ningún otro propósito que para avergonzar a Safir, que había sido uno de los
mejores asesinos de la Liga. Y todo porque Saf se había negado a matar a Maris, y había
ayudado a su hermano a escapar de las tropas de Kyr permitiendo que Maris le utilizara
como escudo humano en lugar de asesinar a Maris a sangre fría―. Pero sé que él no es
responsable de atacar el palacio.
―Síp, claro. ―Syn estrechó su mirada―. ¿Qué te hace estar tan seguro de eso?
―Los niños. ―Safir miró a Maris, quien finalmente estaba empezando a calmarse―.
Siempre has querido saber lo que lo hizo cambiar aquel verano cuando tenía diecisiete
años… Su esposa y su hija fueron asesinadas brutalmente.
Maris se limpió sus ojos.
―Él nunca se casó.
―Sí, lo hizo. Puedes preguntarle a Zander si no me crees. Él fue quien me
contó la historia hace unos meses. Es por eso que Kyr asaltó con tanta vehemencia
tu boda con Tams. En su mente, tú despiadadamente ibas a lanzar lejos lo que a él
se le había sido denegado.
Maris frunció el ceño. 226
―No entiendo.
―Ella no era de noble cuna o Naglfari. Una extranjera común que Kyr conoció y se
enamoró. Él la adoraba, pero debido a que Kyr era el heredero, padre se negó a permitirle
que se casara con ella y comprometió a Kyr a otra hembra. Una de las nuestras. Kyr se
resistió y se unió a la Liga para alejarse de los dictados Phrixus y los de padre. Padre estaba
furioso, y para castigarlo, trasladó a Kyr a la armada de la Liga así quedó enlistado para
formarse como asesino, como un castigo por lo que Kyr no sería capaz de casarse con nadie
en absoluto. Lo que padre no sabía era que Kyr ya se había casado con la mujer, y que ella
estaba embarazada de su hija. Un año más tarde, Huwin Quiakides se enteró del
matrimonio y ordenó las muertes de la mujer y la hija de él, por dictado de la Liga. Kyr
estaba hablando con ella a través de su enlace, tratando de llegar a ella para salvarla,
cuando murió. Escuchó todo. Y eso lo destruyó.
Nykyrian maldijo entre dientes.
―Es por eso que se volvió psicótico cuando tomé la orden sobre mi padre y lo maté.
Saf asintió.
―Quería quitarle la vida él mismo. Es también por eso que ni una sola vez, como
primer comandante, ordenó la muerte de cualquier niño. Piensa en ello. ―Miró a Maris―.
Es por eso que Terek no fue asesinado cuando su madre sí lo fue. Por qué si no los asesinos
de la Liga dejaron a tu hijo en su cuna, sano y salvo. Kyr dejó en claro que si alguno de
nosotros tocaba a un niño, él nos asesinaría donde estuviéramos parados. ―Se volvió hacia
Nykyrian―. Él te entrenó. Ya sabes lo que piensa. Cuáles son sus políticas. Mejor que
nadie.
Sumi dejó escapar una risa nerviosa.
―Es por eso que nunca le hizo daño a Kalea. Él amenazó con hacerlo, pero yo tuve la
mejor atención hasta que la di a luz. Mi formación no comenzó hasta después de que Kyr se
había asegurado que estaba completamente curada y físicamente capaz de soportar la
práctica.
Nykyrian apartó la mirada mientras un tic empezaba a palpitar en su mandíbula.
―Síp, diría que es pura mierda, pero esto en realidad explica algunas de las cosas más
extrañas que lo he visto hacer cuando estaba en la Liga con él. Aun así, no cambia nada.
―Cerrando sus ojos, visiblemente se esforzó para mantener a raya su ira y culpa.
Jayne trató de abrazarlo.
Suavemente, él se apartó de su lado.
―No quiero consuelo, Jayne. No hay nada dentro de mí en este momento,
salvo la necesidad de hacer que la perra que dio a luz a mi madre, y cualquier
persona que haya participado en esto, sangren por cada orificio.
Caillen limpió sus lágrimas con el dorso de su mano.
―¿Están seguros que no hay sobrevivientes? Desi es dura. Shahara aún más. 227
Tenían a VIK con ellos. Ellos podrían haberse…
―Eriadne no habría dejado un sobreviviente. Ella cruelmente les sirvió veneno a su
propio hermano e hijos, y los vio consumirlo y morir enfrente de ella. Mantuvo a mi madre
en un estado de estupor drogado por casi la mitad de su vida y me entregó a mí a los
humanos para que me torturaran y mataran cuando yo era apenas un niño. Esa perra no
tiene indicio de tener un alma… Maldita sea, nunca debería haberme ido. ―Echando la
cabeza hacia atrás, Nyk gritó de rabia.
Con lágrimas en sus ojos, Syn gruñó bajo.
―Les doy crédito. Encontraron una manera de asegurarse de que ninguno de
nosotros tenga la cabeza clara para la batalla.
Nykyrian se burló.
―Lo que ella subestimó fue nuestra determinación combinada. No estaremos
quemando a la reina en la efigie. A ella es a la que vamos a prender fuego en el césped de
los jardines del palacio. ―Con sus rasgos aún más sombríos de lo normal, se encaminó
hacia el centro de mando.
―¿Tahrs?
Todos ellos vacilaron ante la sensual voz femenina desconocida.
Fain frunció el ceño al ver lo último que esperaba. Una contingencia Gorturnum.
Y no cualquier grupo.
Reconoció a la hembra por su Canting, que era el de la mano derecha de Trajen. La
vicealmirante Ushara Altaan. Una hembra cuyo lema personal era no ir a la cama enojada,
sino mantener la rabia y tramar venganza. Aunque nadie tenía idea cómo realmente se veía
debajo de su máscara Tavali y su pesado maquillaje de pintura de guerra, todos conocían
qué pasaba con los que se cruzaban con ella.
Un funeral con el ataúd cerrado, siempre que tus seres queridos tuvieron la suerte de
encontrar algunos fragmentos de hueso o células de piel para pasarlos a través de un
escáner de ADN para identificar tus restos.
Vestida con la vestimenta típica Tavali, llevaba un traje de combate de cuero ajustado
totalmente negro que abrazaba un cuerpo extremadamente embarazado. Uno que se veía
de cuatro, tal vez de cinco meses antes de dar a luz; lo cual era doblemente chocante dado
que el último marido conocido de ella había sido sacrificado brutalmente hace años, y
ningún hombre había sido lo suficientemente valiente como para acercársele desde
entonces.
El rostro de ella estaba pintado de blanco marcado con gruesas rayas audaces
que comenzaban por debajo de sus ojos y la nariz en ángulos agudos geométricos;
dorado, azul eléctrico, púrpura metálico, y luego tres delgadas líneas rojas en un
distintivo patrón de un antiguo linaje Andarion el cual Fain no reconocía. Eso, junto
con sus ojos de color blanco plateado, altura, y el toque de colmillos cuando
228
hablaba, traicionaba su herencia Andarion, pero al igual que Nykyrian y en contradicción
total de su especie, tenía el cabello blanco como la nieve.
Nykyrian tomó una respiración entrecortada.
―Almirante, este es un muy mal momento.
―Lo sé, alteza, pero en realidad, usted y sus amigos querrán hablar conmigo.
Inmediatamente y en privado. Me temo que tengo que insistir.
Cuando Nykyrian se dirigió para el centro de comunicaciones, ella temerariamente lo
detuvo.
―Una vez más, Tahrs, insisto, y prefiero que hablemos a bordo de mi nave donde sé
que no podemos ser escuchados por un espía.
Intercambiaron desconcertados ceños fruncidos antes de que Nykyrian finalmente
accediera. Curiosos, ellos la siguieron hacia su embarcación.
Fain miró a su alrededor a medida que más Gorturnum aterrizaban en la estación.
Venik estaba consiguiendo una casa llena. Algo que lo haría ponerse de muy mal humor. A
pesar de que él había accedido a ello, nunca jugaba bien con los demás. Y realmente odiaba
cuando las otras naciones se aventuraban en su territorio.
Él también notó lo nerviosa que Galene estaba con la llegada de Ushara.
―¿Dijiste que en realidad no la conocías? ―le susurró ella a él.
―Síp. No tengo idea de qué se trata esto.
Ella se mordió su labio.
―¿Crees que es una trampa?
―No es una trampa, comandante ―dijo Ushara con una sonrisa mientras se frotaba
su vientre hinchado―. Seamos realistas, no estoy exactamente en mi mejor velocidad para
luchar en este momento. Estoy bastante segura que me podrías ganar en esta condición. No
es que yo arriesgaría a mi hijo en una pelea.
Galene rió.
―Lo siento, almirante. No quise insultarte.
―No me sentí insultada. No te culpo por ser desconfiada. Estos son tiempos difíciles.
Una vez que estuvieron todos a bordo, Ushara cerró la rampa y los llevó hacia una
sala de conferencias. Ya que ellos no sabían qué pensar, nadie habló. Simplemente
esperaron y permanecieron alertas por cualquier tipo de truco.
Después que tomaron sus asientos, Ushara encendió su monitor.
Galene y Nykyrian se quedaron sin aliento cuando una grabación de Jullien
eton Anatole apareció. Sólo que él se veía muy diferente a la última vez que alguno
de ellos lo había visto. Ya no era el príncipe corpulento y altivo que todos
despreciaban, él vestía un enorme equipo Tavali Gorturnum y había perdido unos
noventa kilos. O mejor dicho, había convertido ese peso en sólidos, músculos 229
esbeltos.
Con una cruda masculinidad que nunca antes había tenido, retiró de su cabeza el
casco decorado con una calavera para exponer su grueso cabello negro y su rostro con
bigote antes de hablar desde donde lo que parecía ser un refugio subterráneo de algún tipo.
―Saludos, hermano. Sé que soy la última criatura que quieres ver en este momento,
pero tenía que hacerte saber que todo el mundo está a salvo, y que lamento no poder
advertirte sobre el ataque de La Liga al palacio. En el momento en que me enteré de lo que
habían planeado Nyran y Eriadne, no tuve suficiente tiempo para llamarte o a matarra, y no
estaba seguro que cualquiera de ustedes incluso me creería. No sabía en quién más confiar.
Así que hice lo único que sabía hacer. Vine yo mismo para asegurarlos.
Jullien giró la cámara y enfocó los alrededores del lugar para mostrarles a sus familias.
Cairistiona y Aros de pie juntos, al lado de Tylie y su pareja Kelsei. Ellos estaban un poco
desaliñados en sus pijamas y batas, pero eso no importaba.
Estaban felizmente vivos y no retenidos prisioneros.
Cairie sonrió a la cámara.
―Mi tana, respirara tranquilo. Jullien literalmente nos sacó minutos antes de que todo
se incendiara. Le debemos nuestras vidas. Te amo. No temas por nosotros.
Aros inclinó la cabeza.
―Ella tiene razón. Estamos todos bien. ―Él dio un paso atrás para mostrar a los
niños, quienes se quejaron de los juguetes que habían quedado atrás, y Thia quien se quejó
de una uña rota y de no tener un cepillo para el cabello.
Shahara y Zarya estaban durmiendo en el suelo, con sus hijos recostados junto a ellas
mientras que Ture estaba cambiando a Terek mientras el bebé mordisqueaba su puño.
Él sonrió y saludó.
―Estoy bien, osito-Mare. T, también. Sólo queremos que estés a salvo. ―Sostuvo a
Terek en alto para saludar con la mano―. Te amamos.
Darling, quien estaba trabajando en re-cablear al guardaespaldas mecánico de Syn,
VIK, para el hijo de Syn, fue el siguiente en hablar.
―Síp, Nyk, no me fío de tu hermano, tampoco. Él es un maldito bastardo traidor. Lo
sabemos. Pero… nos ha dado un infierno de ventaja táctica. La Liga cree que estamos
muertos y que ustedes se pondrán nerviosos y reaccionarios. Mientras ellos piensen que
estamos muertos, no estarán viniendo detrás de nosotros, y ustedes pueden centrarse en
patear traseros con la cabeza despejada y enfocada en un solo objetivo. Utiliza esto de la
mejor manera posible y no dejes que ninguno de mis hermanos haga nada estúpido
mientras estoy fuera. Sé que estoy pidiendo mucho, pero me gustaría tener todavía
un imperio cuando salga de aquí. ―Luego Darling deslizó su mirada hacia
Jullien―. Y si tu hermano se pone retozón, no te preocupes. Voy a acabar con él.
Shahara me ayudará. Ella ya disparó dos tiros en él. 230
Jullien llevaba una mueca irritada cuando giró la cámara de nuevo a sí mismo.
―De todos modos, Nykyrian, sé que tú no tienes absolutamente ninguna razón para
confiar en mí. Y sé que estás luchando con una mano atada a la espalda, siempre y cuando
estés preocupado acerca de si voy o no a traicionarte cuando menos te lo esperes. Así que
como un acto de buena fe, para hacerte saber que entiendo que tengo en mis manos todo tu
tesoro en este universo, he puesto en tus manos mi corazón y alma. Todos los medios con
los cuales puedes destruirme. Y contigo siendo un ex asesino de la Liga, sé que no dudarás
en hacerlo si fastidio esto… Tengo a tu esposa y a tu familia bajo mi custodia. Así que he
enviado a mi esposa, hijas e hijos. Por favor, protégelos… No puedo vivir sin ellos,
hermano. Son todo lo que tengo en este mundo. Todo lo que significa algo para mí. Eres el
único al que le podría confiar sus vidas.
Lágrimas llenaron los ojos color verde avellana de Jullien cuando tragó saliva.
―Shara, te amo, munatara a la frah. Estaré en casa tan pronto como pueda. No te
atrevas a tener a Vidarri sin mí. Y no dejes que Vasili luche sin mi hermano volando con él.
Te juro que voy a aflojar la soga sobre él pronto, pero no es un luchador tan hábil como él
piensa que es, y no quiero enterrar a nuestro hijo. Él justo ahora no está listo para luchar en
esta guerra. Besa a las niñas por mí, y dile a Mira que sea valiente por su paka. ―La pantalla
quedó en negro.
Nykyrian no se movió durante un minuto entero.
Sinceramente, ninguno de ellos lo hizo. Ellos quedaron demasiado aturdidos por el
macho que acababan de ver. Ese no era el Príncipe sin alma pedazo-de-mierda que alguna
vez había hecho la vida de ellos un infierno. No sólo parecía afectuoso, él incluso parecía
humilde. Amable.
¿Qué demonios?
Fain apenas podía comprender en su cabeza la impresionante transformación.
Nadie tenía un cambio de corazón así de dramático sin algún grave trauma altera-
vida detrás de él.
¿Quién había sacado el palo del trasero de Jullien y golpeado con él?
―¿Mamá? ―Una adorable niña de cabeza oscura empujó la puerta para mirar entre
ellos―. ¿Estás aquí?
―¡Maldita sea! ¡Viv! ¡Deja a mamá tranquila! ¡Qué te dije!
Ushara hizo un tiempo récord en su condición corriendo hacia la puerta.
―¡Vasili! ¿Qué te he dicho sobre tu lenguaje? ¡Y delante de tus hermanas, nada
menos!
―Lo siento, matarra. Ella se bajó de la cadena mientras yo estaba tratando de
evitar que Mira se subiera a las paredes. Literalmente. Juro por los dioses que tiene
que tener algún tipo de ADN de araña. Y yo nunca estaré teniendo hijos si son
como los tuyos. 231
Como para demostrar el punto de su hermano mayor, la niña se disparó entre las
piernas de su madre y corrió a toda velocidad hacia Nykyrian. Ella se detuvo en seco a su
lado y lo miró, con los ojos desorbitados y la boca abierta. Luego miró a Fain, Dancer,
Galene y Talyn a su vez.
―¿Vas a matarme? ―le susurró a Galene.
―No ―dijo jadeante Galene mientras se arrodillaba delante de la pequeña―. ¿Por
qué lo preguntas?
―Porque… porque eso es lo que todos los Andarions hacen a los Fyrebloods. Ustedes
nos matan porque no les agradamos y por lo que nosotros podemos hacer, y… y paka dice
que tenemos que tener mucho cuidado porque los Andarions malos lo odian aún más de lo
que nos odian a nosotros. ¿Ustedes no son los Andarions malos que van a matar a mi paka?
Con una sonrisa indulgente, Ushara volvió al lado de su hija para rozar su mano por
el cabello oscuro de ella.
―No, Viv. Son Andarions buenos. Esta es la primera comandante Batur. ―Ella tomó
la mano de su hija y la llevó hacia Nykyrian―. Y este es tu tío de quien tu paka ha hablado
tantas veces.
Viv le frunció el ceño.
―Pero no te ves como el gemelo de mi paka. Te ves más como un Fyreblood. ¿Eres
uno de nosotros?
Nykyrian frunció el ceño, luego se contuvo, cuando debió haberse dado cuenta de lo
amenazadora que la expresión sería para una niña pequeña.
―No, no soy un Fyreblood. ―Ellos, como los clanes voladores alados del que Galene
era descendiente, eran muy raros, de piel pálida, una raza rubia Andarion que realmente
podían respirar fuego. Hubo un tiempo en que habían sido venerados como dioses en
Andaria. Y como tal, Eriadne los había visto como una amenaza para su poder y había
ordenado a todos los miembros de su raza ser perseguidos y ejecutados; al igual que había
hecho con los clanes alados. Había sido un momento brutal en la historia Andarion
conocido como los Años de Purga. Otra razón por la que nadie quería volver a ver en el
trono a Eriadne.
Dejándose caer de rodillas, Nykyrian sostuvo la mano de su sobrina y la sacudió a
modo de saludo.
―Soy el gemelo fraterno de tu paka. No idéntico. ―Él se encontró con la mirada de
Ushara―. ¿Realmente te casaste con mi hermano? ¿De buena voluntad?
Riéndose de su tono seco, ella asintió mientras conducía suavemente a su hija
fuera de la habitación y se la daba a su hermano.
Vasili se parecía mucho más a su madre. Alto y rubio, con ojos blancos y
colmillos. Pero era más mayor de lo que Nykyrian habría esperado. Probablemente, 232
de alrededor de dieciocho años.
Él recogió a Viv en sus brazos y los dejó.
Al cerrar la puerta, Ushara enfrentó a Nykyrian.
―Jullien no es el mismo chico que conociste. Y estoy muy apenada por lo que te hizo
a ti y tu esposa. Créanme cuando digo que Jullien está marcado por ello, también. Más de lo
que nunca sabrás.
―No es justo lo que le hizo a Kiara ―dijo Dancer amargamente mientras cruzaba sus
brazos sobre su pecho y la miraba.
Galene asintió.
―Estoy de acuerdo con eso. No estoy muy segura de que no le vaya a disparar a la
cabeza si nuestros caminos se vuelvan a cruzar alguna vez.
Ushara suspiró con tristeza.
―Lo sé. No hay secretos entre nosotros. Mi marido tiene mucho por lo que redimirse.
Pero les recuerdo a todos que no hay nadie aquí sin un pasado sórdido, y enemigos en
abundancia quienes contarían historias horribles sobre ustedes también. ―Se volvió hacia
Nykyrian―. Especialmente de ti, Tahrs. Eras un asesino de la Liga entrenado. El mejor que
ha vivido nunca. ¿Cuántas almas inocentes manchan tus manos?
―Lo que hice, lo hice para sobrevivir.
―Síp ―intervino Dancer―. Y eso va para el resto de nosotros. No crecimos en
palacios, rodeados de guardias que estaban dispuestos a dar sus vidas para nuestra
protección. Que atendían todas nuestras necesidades.
Ella se rió con amargura.
―¿No? ¿Qué pasa con Darling Cruel? ¿Él no es un príncipe? ―Entonces miró a Saf y
Maris―. ¿Así como el embajador y su hermano?
Ellos intercambiaron miradas avergonzados ante eso. Todos ellos sabían los horrores
que habían venido con el linaje noble de Darling. Tan malo como sus pasados eran,
palidecían en comparación con el infierno que él había pasado.
Y el de Maris no había sido mejor.
Ushara se acercó a Nykyrian lentamente.
―Tu abuela le dijo a Jullien que te había matado, y que si él no hacía lo que ella
quería, te seguirá a la tumba, y que nadie lloraría la muerte de él. Nadie. Sólo tenía seis años
en ese momento. Cuando tu madre se enteró de tu muerte, y Jullien fue a consolarla, ¿sabes
lo que ella le dijo? “Mi precioso Nykyrian está muerto; él era toda mi esperanza para este
imperio. ¿Por qué no pudiste haber sido tú quien murió?”
Nykyrian hizo una mueca.
Ushara apretó sus dientes mientras pasaba una mirada sobre todos ellos.
―Desde el momento en que tu madre se arrastró dentro de su dolor por 233
perderte a ti, Jullien fue un huérfano abandonado a su suerte para encontrar su propio
camino, sin nadie allí para él. Tu padre estaba tan ocupado tratando de salvar a tu madre
de las drogas con las que tu abuela la estaba alimentando que durante años ignoró por
completo a Jullien. Así que Jullien se quedó solo para hacer frente a una abuela despiadada
que había asesinado fríamente a toda su familia, incluyendo a su esposo, hijos, hermanos e
hijos de ellos, así como a cualquier otra persona que veía como una amenaza a su poder.
»Y mientras Tylie siempre te adoró a ti y a tu madre, amargamente despreciaba y
menospreciaba a Jullien. ¿Por qué? Porque sucede que él físicamente se parece a su
hermano que intentó asesinarla… como si él pudiera evitarlo. Desde el momento de su
nacimiento, todos a su alrededor planearon su asesinato. Para cuando tenía doce años,
nueve intentos se habían hecho contra su vida. Tres de ellos por su primo Merrell. Pero
nadie le creería, y no podía demostrarlo. Cuando Jullien tenía diez años y cansado de ser
amenazado y vivir en un estado constante de miedo a que su familia fuera a matarlo, le
rogó a su padre que le permitiera vivir en Triosa con él, y ¿sabes lo que dijo tu padre?
Nykyrian palideció.
No puedo imaginarlo.
―“No tengo tiempo para luchar con tu abuela por tu custodia. No vale la pena la
batalla o la molestia. Además, no serías más bienvenido en Triosa de lo que eres en
Andaria. Como sabes, mis padres no te quieren aquí y sería difícil para ti poder vivir con
nosotros a tiempo completo. Estás mucho mejor en Andaria donde los de tu tipo se mezclan
con la población”. ―Ushara dejó escapar una risa amarga―. Es probable que no recuerdes
a tus abuelos paternos, ya que murieron antes de que tú volvieras a Triosa. Cuentas con
mucha suerte en ese sentido. Cómo me gustaría que Jullien se hubiese librado de la amarga
crueldad de ellos.
Los ojos de ella brillaron de rabia mientras pasaba su mirada alrededor de la
habitación.
―Todos ustedes se burlaron de él por su obesidad, pero el único consuelo que había
tenido era de una vieja cocinera Andarion que él iba a ver a escondidas, y aunque ella no
era amable con él, no era hostil tampoco. En palabras de él... me toleraba con un semblante
de compasión. Y cuando su abuela se enteró de esas visitas, ejecutó a la cocinera por hacer a
Jullien débil y poco atractivo.
Dancer gruñó.
―Eso todavía no justifica lo que hizo con nosotros en la escuela.
Ella se volvió hacia él.
―Jullien no estrelló tu cápsula, Dancer. Chrisen lo hizo. Cuando Jullien comenzó a
entrar para salvarte, Chrisen lo agarró y lo sostuvo con tanta fuerza que aún lleva
las cicatrices por ello. Es por lo que ellos más discutían. Y a pesar que ese accidente
te dañó, salvó tu vida. Merrell y Chrisen habían planeado matarte cuando te uniste
a la armada, tal como lo habían hecho con tu hermano Keris. Fue por eso que Jullien
hackeó los archivos de la Liga y te descalificó para el servicio militar. Eso no fue 234
sólo hecho por tu cuñada.
»Y él se metía contigo cuando ellos estaban cerca porque realmente quería ser tu
amigo, War Hauk, ellos podrían haberte asesinado al instante… como lo hicieron con cada
amigo que él intentó hacer, y con las hembras con las que había estado prometido.
Queridos dioses, en el momento en que fue exiliado de Andaria, tuvo miedo de incluso
dormir con una hembra por temor a lo que ellos podrían hacer con ella. Y no creo ni por un
minuto, que él se librara de la crueldad de ellos. Al igual que tu madre, él estaba drogado la
mayor parte del tiempo que vivió en el palacio. Todos ustedes asumieron que él eligió ese
estilo de vida, pero no lo hizo.
Se volvió hacia Nykyrian.
―En cuanto al incidente del anillo robado cuando estaban en la escuela juntos, él
estaba tratando de salvar la vida de ambos. Si tu abuela hubiese descubierto que estabas
vivo entonces, los habría ejecutado a los dos. Merrell y Chrisen ya estaban tramando cómo
asesinarlos a ti y a él antes de que alguien te reconociera. Él pensó que la cárcel te tendría
fuera de vista y le impediría a ellos alcanzarte. Podría haber sido desacertado, pero él era
un niño y cada movimiento que hacía era altamente supervisado y siempre informado. Y
permítanme reiterar que ellos lo mantuvieron drogado la mayor parte del tiempo.
Nykyrian cruzó sus brazos sobre su pecho mientras la miraba.
―¿Y entregar a mi esposa a mis enemigos?
―¿A tu hermano adoptivo, quieres decir? ¿El hombre que era el padrastro de tu hija y
un viejo amigo de Jullien? Aksel se acercó a él y le prometió a Jullien que no iba a
perjudicar a Kiara. Él había jurado que sólo iba a usarla para sacarte del camino y que ella
iba a ser liberada ilesa. Jullien nunca supuso que ella sería herida. Y sí, Jullien te quería
muerto; tal como tú lo querías muerto a él. No está orgulloso de eso, pero cuando
regresaste y tu madre y padre lo hicieron a un lado por ti, sintió como si hubiera perdido lo
poco que tenía. Necesito recordarte, era tu imagen, solamente, lo que tu madre llevaba en
su corazón. No la de Jullien. Tu madre, tu tía, y tu padre se volvieron contra él cuando
volviste, como si él fuera la persona que te había enviado lejos. Y tu abuela le dejó bien
claro que si no se deshacía de ti, ella los mataría a los dos.
―¿Y agredir a Talyn?
Fain arqueó una ceja a Galene mientras rabia instantánea rasgaba a través de él.
―¿Qué fue eso?
Galene asintió lentamente mientras ella gesticulaba hacia la marca en el cuello de su
hijo.
―Cuando Talyn fue asignado a su guardia personal, Jullien lo acusó de
traidor, le dejó con cicatrices como un Paria, y lo metió en la cárcel. Rompieron sus
dos piernas y lo dejaron por muerto en Onoria. ―Lágrimas de enfado brillaban en
sus ojos―. Mi bebé tenía apenas veinte años de edad y nunca le había hecho nada a
Jullien. 235
Ushara tragó saliva.
―Lo sé, comandante. Lo sé. Merrell y Chrisen jugaron con las inseguridades y celos
de Jullien cuando su madre estaba involucrada. Ella te adoraba a ti y a Talyn, excluyendo a
su propio hijo. Y eso lastimó a Jullien profundamente hasta su corazón. Lamentablemente,
todo el horrible acontecimiento comenzó como una broma estúpida de Jullien que le
propuso a Merrell, que de alguna forma se le escapó de las manos y rápidamente escaló a
un nivel extremadamente lamentable. Merrell fue quien lastimó y marcó a Talyn, no Jullien.
Y sí, ya sé que eso no es excusa. Jullien sabe que no puede ser perdonado por eso. Es por
eso que está intencionalmente quedándose lejos de todos ustedes desde hace años. Él
entiende que su presencia no es más que un amargo recordatorio de un pasado que todos
ustedes están mejor no recordándolo.
»Y que ustedes se merecen vivir sin él alrededor para robarles incluso la más pequeña
parte de felicidad de sus vidas. No espera que lo perdonen o incluso que lo toleren.
Nosotros aceptamos el hecho de que nunca vamos a ser parte de la familia, que por sus
propias acciones, él se perdió ese derecho hace mucho tiempo. Pero por ahora, ustedes lo
necesitan para mantenerlos a salvo de modo que puedan hacer lo que tengan que hacer,
para que todos aseguren sus futuros. Lo único que quiere es que ustedes entiendan que se
puede confiar en él. Que moriría antes de permitir que cualquier daño se les haga a sus
familias. No habríamos confiado a nuestros hijos a ustedes, ni le habríamos hablado a
Trajen de unirse a la Alianza en esta guerra si no estuviéramos detrás de ustedes y de la
causa en un ciento diez por ciento.
De repente, hubo golpes en la puerta, seguido de un grito agudo.
―¡No! ¡Déjame ir! ¡Ellos podrían hacerle daño! ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Ma-má!
Ushara corrió hacia la puerta para abrirla y detener los gritos histéricos. Una copia
idéntica de Viv cayó en sus brazos.
―Estoy bien, Bobkin. Nadie me está haciendo daño.
La pequeña niña se aferró a su madre mientras pasaba una mirada beligerante en el
resto de ellos.
―¡No lastimen a mi mami! ¡Lo digo en serio!
Nykyrian cerró la distancia entre ellos y le tendió su mano a la niña.
―Aquí nadie alguna vez te lastimaría a ti o tu familia.
―Eso no cuanta para su paka ―dijo Caillen en voz baja―. Su garganta, vamos a
cortarla.
Chayden le dio una palmada en el estómago con tanta fuerza que Caillen hizo
un gruñido en respuesta.
Nykyrian lanzó una mirada hacia él antes de volverse hacia la niña.
―Soy tu tío, Nykyrian. ¿Tú tienes, qué? ¿Cinco años? 236
―Casi.
Él sacó su enlace y lo encendió, y luego de desplazarse a través de él lo sostuvo hacia
ella.
―Tengo dos hijos gemelos que son de tu edad. ¿Te gustaría ver a tus primos?
Olvidando su miedo, ella dejó los brazos de su madre para ver las fotos.
―Se parecen a nosotros.
―Lo hacen ―dijo él suavemente―. Sus nombres son Tiernan y Taryn.
Ella sonrió.
―¡Mi muñeca preferida es Taryn! Mi nombre es Mira y… y el de mi hermana es Vivi.
Y… y… tengo un medio hermano llamado Visi.
Con la mueca que era la versión de una sonrisa de Nykyrian, él empujó a la niña en
sus brazos y le dio un abrazo.
―Encantado de conocerte, Mira.
Ushara le tomó la mano a la pequeña.
―¿Ahora vas a ir a jugar mientras yo me ocupo de algunas cosas?
―Está bien. Lo siento, mamá.
―Está bien, mi corazón. Pero mamá tiene algunas cosas importantes que hacer.
―Besó la mejilla de Mira antes de conducirla suavemente fuera de la habitación.
Nykyrian se puso en pie y se volvió hacia Galene.
―Muy bien, comandante. Te ponemos a cargo por una razón. Mi hermano nos ha
dado una oportunidad única.
Ella asintió.
―Vamos a tomar plena ventaja táctica de ello.

* * *

Al salir de la nave de Ushara, Scythian Nights, se reunieron con Ryn y su madre, que
estaban llevando a un pequeño grupo real de Wasturnum hacia ellos.
Fain no pudo evitar sonreír al notar cuán marcadamente diferente era el grupo de Ryn
frente al grupo Porturnum de Venik, e incluso al grupo Gorturnum que acababan de dejar.
Claro que cada nación Tavali tendía a distinguirse por ciertos niveles de
particularidades. Y todo, desde su estilo de nave a sus Cantings, nombres, marcas,
trajes de vuelos y trajes de batallas tendían a reflejar esas diversas personalidades.
Los Septurnum, como Chayden, eran en-tu-cara, molestas ratas de alcantarilla;
muchos casi psicóticos que buscaban los puestos de trabajo más cuestionables que 237
otros evitaban. Si había peligro para ser hecho, ellos eran los jinetes suicidas que se
abrazarían a ello con ambos brazos, y su pene afuera. Ellos eran los Tavali alborotadores
que carecían de toda apariencia de auto-preservación. Y si un Tavali huía en conflicto con
alguna de las leyes, y en particular las de la Liga, podías apostar que se lo debían a
Gadgehe Hinto.
Los Porturnum de Venik eran mucho más cautelosos, por regla general, y muy
paranoicos debido a los enemigos con los que alegremente jugaban. Tendían a ser falsos,
estafadores y firmes habladores. Siempre tramando algo y listos para hacerse una rápida
credibilidad. Tenías que cuidar tu espalda con ellos, y nunca confiarte mucho dónde
estabas parado. Si jugabas con un Porturnum, será mejor que cuentes todos tus dedos
cuando dejes la mesa, porque es probable que estuvieras perdiendo uno.
Tal vez dos.
Al lado estaban los Gorturnum; la nación original de la que todo Tavali había
evolucionado. Y como tal, ellos sostenían una cierta reverencia según las otras naciones
piratas. Pero dicho esto, sus miembros eran misteriosos y extremadamente antisociales.
Tanto es así que su lema afirmaba que jugaban duro para llevarse bien con ellos. Como
míticos fantasmas, se movían rápido y silenciosamente a través de las galaxias. Dentro y
fuera, más rápido de lo que alguien podía parpadear. Si necesitabas algo hecho rápido y sin
dejar testigos con vida, contactabas con ellos. Mientras que otros buscaban fama, los
Gorturnum se resguardaban a un nivel casi psicótico.
Fuera de todo Tavali, ellos eran los más leales y reservados a su orden.
Y luego estaban los regios de sangre azul… los Wasturnum. Dignos. Honorables.
Vivían del Código Tavalian y el Consejo, y no admitían vagos. Sus miembros sangraban
decoro y refinamiento, y aun así, también tenían un trasfondo bárbaro que decía que
podrían y cortarían tu garganta mientras sonreían en tu rostro. Esa dicotomía era en
realidad muy inquietante. Al igual que sentarse a cenar con un león, y tú nunca estarías
completamente seguro si vas a comer con él o convertirte en parte de su cena si por
casualidad dices algo equivocado.
O utilizar la pieza equivocada de cubiertos.
Aun así, Fain tenía un gran respeto por los Wasturnum. Como regla general, ellos
operaban sobre todo lo legal y no tenías que soportar constantemente estar con tu espalda
contra la pared, por temor a un golpe bajo.
Y ellos eran dirigidos por la infame Hermione Dane. La gobernante de las Naciones
Unidas Tavali.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que Fain la había visto, sin embargo,
extrañamente, ella nunca parecía envejecer un solo día. Todavía era joven y
seductora. Letalmente grácil y elegante. Como la suprema almirante del Consejo
Universal Tavali, ella era la versión para ellos de una reina. Pero no era una
posición que había heredado. Todas las posiciones Tavali en el poder eran ganadas
por escritura, combate, servicio, y honor, y eran sostenidas al mantenerse en ellas, y 238
podrían ser quitadas en cualquier momento.
Por un error o un desafío.
La ciudadanía, los nombres, y los Canting eran honores que todos los miembros de
sus naciones mantienen con sagrada responsabilidad. No violabas el Código Tavali. No si
querías vivir.
Fain golpeó su saludo Tavali e inclinó su cabeza con respeto a uno de los pocos líderes
políticos que realmente veneraba.
―Mi señora gran emperatriz y suprema almirante.
Los dorados ojos de ella estaban enrojecidos por las lágrimas que visiblemente
luchaba por contener. Para rendir mayor tributo a lo ocurrido a Darling Cruel y su familia,
las rayas blancas de sus armaduras Wasturnum de cuero negro habían sido
electrónicamente apagadas a un tenue gris; una costumbre Wasturnum de luto, junto con la
cinta roja que estaba atada alrededor la funda de su Canting.
Para ella y Ryn, las cintas sostenían un recuerdo de Darling que era especial para
ellos. La de Hermione era un mechón de cabello rojo que debía haber conservado desde el
primer corte de cabello de Darling; otra tradición Wasturnum. La cinta de Ryn sostenía el
anillo de un artefacto explosivo marcado con la insignia de la Sentella de Darling. La firma
de Darling, la JO que él siempre había dejado para el primer comandante de la Liga, para
hacer que Kyr se volviera loco.
Fain se divirtió con la elección de Ryn, y reconoció eso por lo que era. No sólo un
recuerdo del amado hermano de Ryn, sino una promesa de venganza contra Kyr por
atreverse a tomar la vida de Darling. Mientras Ryn y Darling no siempre se habían llevado
bien, y aunque sólo estaban unidos en sangre por el linaje de su padre, eran hermanos para
siempre.
E iban a matar o morir el uno por el otro, sin dudarlo.
Del mismo modo, Hermione no podía haber estado más molesta de lo que había
estado con la madre biológica de Darling. Siempre elegante y majestuosa, con su capa
colgando casualmente sobre un hombro, era ferozmente desafiante y una criatura de un
poder absoluto. Su cabello largo, de color rojo oscuro estaba trenzado bajando por su
espalda y mantenía una mano casualmente cubierta sobre el blaster en su cadera izquierda.
―Comandante Hauk. ―Ella inclinó la cabeza en señal de saludo―. Es un placer verte
de nuevo. ―Le dio un beso en la mejilla a Fain. Luego agarró a Nykyrian en un abrazo
maternal y se ahogó en un sollozo―. Siento mucho tu pérdida y la nuestra. No puedo creer
que Darling se haya ido.
Ryn dio un paso adelante en caso de que ella lo necesitara.
Nyk la abrazó y le susurró al oído.
Mientras Nyk hacía eso, Fain empujó a Ryn detrás de ellos.
Cuando él empezó a protestar, Fain ahuecó la mandíbula de Ryn y se inclinó
para poder susurrarle íntimamente al embajador Tavali sin que nadie más lo oyera. 239

―Lo que Nyk le está diciendo a tu madre es algo a lo que no puedes reaccionar.
Prepárate y coloca expresiones que no muestren ninguna emoción en absoluto… Darling
está vivo y bien. Como lo están su esposa e hijo. Todo el mundo se retiró antes de que la
Liga bombardeara el palacio. Ahora actúa molesto. ―Fain dio un paso atrás.
Al igual que un actor premiado, Ryn se ahogó en un sollozo y palmeó a Fain en el
brazo.
―Gracias, hermano. Te agradezco tu comprensión en mi hora más oscura de
necesidad. No lo olvidaré.
Fain inclinó la cabeza, pero vio el alivio en los ojos de Ryn, así como el fuego que
había regresado a los de Hermione. Ahora esa era la reina Tavali que conocía y amaba.
Hermione se aferró a la mano de Nykyrian.
―Desde el momento en que consiguió su primer aliento en esta vida, Darling ha sido
siempre un hijo para mí. Solo por su padre, yo habría renunciado a mi Canting y nombre, y
renuncié a la ciudadanía Tavali. ―Echó una mirada furiosa por la bahía―. Que los dioses
se apiaden del alma de quienesquiera que sean los Tavali que se atrevieron a hacerle daño a
Darling y a su casa, porque yo no lo haré. Más bien, como una vez lo hizo mi estimada
antepasada Hestia Waring-Dane, haré llover ira del infierno sobre ellos y tomaré no sólo
sus Canting y nombres, voy tomar sus gargantas. Dile a Brax que más le vale que me
entregue sus cabezas a mí o de lo contrario tendré la suya en mi pared, y sus bolas como
mis pendientes.
Ryn sonrió a Fain.
―Esa es mi mamá. Ahora sabes por qué todavía estoy soltero.
Hermione le dio una mirada irritada a su hijo.
Él le dio un guiño encantador.
―Al igual que tú, mamá. Independientemente de la pertenencia y el manejo.
Chayden se rió.
―Oye, es mejor que lo mío. No puedo decir si todavía estoy soltero porque nadie me
quiere, o porque no me gusta nadie.
Caillen resopló ante eso.
―Eso es fácil. Sin duda, lo primero es más seguro que lo segundo.
Chayden dirigió una mirada amenazante hacia él, la que Caillen debía haber
capturado, junto con un recuerdo repentino del hecho de que antes que Caillen se
hubiera casado con la hermana de Chayden, él había dormido con la prometida de
Chayden, y esa era la única razón de que ellos se hubieran separado.
Y el porqué Chayden permanecía soltero hasta estos días.
Caillen puso rápidamente a Fain entre ellos por protección. 240
Haciendo caso omiso de ellos, Hermione soltó a Nykyrian y se encontró con la mirada
de Galene.
―Estoy a tu disposición, comandante. Haznos saber cuándo y dónde atacar. Mis
fuerzas están a tu disposición.
Mientras Hermione se dirigía por la rampa para saludar a Ushara, Ryn se quedó atrás.
―¿Estás seguro sobre Darling? ―preguntó a Fain en un tono apenas audible.
―Absolutamente. Él quería que nos aseguráramos que no hicieras nada estúpido;
palabras suyas, mientras estaba en la clandestinidad, y le costaras su imperio.
Ryn esbozó una media sonrisa.
―Ese es mi hermanito, el idiota. Y no es como si yo pudiera meter la pata peor que él.
No soy el idiota que declaró la guerra a La Liga al decirle a su primer comandante que iba a
asaltar y a saquear el pueblo y quemar; y cito, “al hijo de puta hasta los cimientos y no hay
nada que puedan hacer al respecto perras”, fin de la cita.
Dancer rió.
―Síp, no fue uno de sus mejores días. Pero sin duda uno de sus discursos más
entretenidos.
Ryn resopló.
―Síp, claro. Vamos a escucharlo del estándar de la diplomacia de la familia Cruel.
―Hermano, te he oído. No hay ningún problema tan grande que no puede ser
resuelto por un suministro adecuado de explosivos ―Chayden terminó por él―. Ese ha
sido siempre una de mis cosas favoritas sobre Darling.
Fain negó con la cabeza.
―Sep, tú le habrías gustado, Conejito Sicópata.
―Y tú… ―Ryn giró hacia Talyn, quien se acercó a él con una ceja arqueada―. He
oído que tenemos un nuevo hijo para darle la bienvenida a nuestro grupo familiar. Es un
honor volver a verte, muchacho.
Talyn extendió su brazo.
―Es bueno verte, también, embajador.
Tomando su mano, Ryn tiró de él en un abrazo. Uno que Talyn aceptó sin queja.
―La familia no se da la mano. Nos atacamos como los dioses lo designaron… y estoy
muy contento de haber evitado que Ven te disparara hace tantos años.
Talyn le dio una palmada en la espalda.
―Yo también. Hubiera fastidiado realmente mis planes para el futuro.
Riendo, Ryn dio un paso atrás, y luego recordó que se suponía que estaba de
luto. Se aclaró la garganta y se puso serio al instante.
―Felicidades por la unificación.
241
―Gracias.
Cuando Fain se volvió hacia Galene, una súbita explosión retumbó y luego se sacudió
a través de la estación. Las alarmas sonaron y las luces se apagaron. Sus comunicadores
sonaron con avisos y citaciones.
Fain palideció mientras leía su enlace y todo su mundo se inclinaba fuera de control.
No…
―Son los terrenos del orfanato… donde se alojan War y Vega. ―Sin esperar a nadie,
Fain despegó en una carrera de muerte. Su corazón latía con fuerza por el terror mientras
trataba de comunicarse con ellos.
Nadie respondía.
Una y otra vez se dijo que estaban bien mientras seguía tratando de ponerse en
contacto con ellos. Que las líneas estaban caídas o sobrecargadas por otros tratando de
ponerse en contacto con sus seres queridos.
Sin embargo, cuando llegó a la sección en la que vivían y vio la zona acordonada que
había sido cubierta y sellada para que los equipos de rescate pudieran ayudar a los pocos
supervivientes, lo supo.
Nadie en el edificio de ellos quedaba con vida.
Nadie.
Fain cayó de rodillas mientras el dolor lo atormentaba más fuerte que cualquier golpe
que había sentido desde ese día en el vestuario cuando Galene había destrozado su corazón
y lo dejó vacío y solo. No podía respirar por esto. Todo lo que podía ver eran las caras de
los niños cuando los había encontrado por primera vez, hambrientos y aterrorizados.
Está bien. Los tengo. Nadie va a hacerles daño de nuevo. Lo prometo.
¿Cómo pudo defraudarlos a ellos, también?
―¿Fain?
Él parpadeó ante la voz de Galene, pero no pudo hablar más allá de la agonía que lo
ahogaba.
Ella pasó su mano a través de las trenzas de él mientras los trabajadores auxiliares y
los soldados del Cuerpo Hadean corrían alrededor de ellos para apagar los
incendios y ayudar a los sobrevivientes.
―Ven conmigo.
―Tengo que buscarlos. Tal vez están atrapados. Tal vez…
242
―Ven conmigo ―repitió en un tono que no admitía discusión o resistencia.
Él miró más allá de ella para ver a Talyn observarlos con una expresión peculiar que
no podía leer.
―Querrás escucharla, Hauk. Confía en mí.
Entumecido, asintió y les permitió llevarlo de vuelta hacia el apartamento de Talyn.
En el momento en que llegaron al lugar, lágrimas silenciosas lo cegaron mientras la
culpa lo desollaba por haber dejado a los niños por su cuenta. Maldito Venik y sus leyes.
Debería haber mantenido a los niños con él y a la mierda con la ley y la costumbre Tavalian.
Todo esto era culpa suya. Y nunca se lo perdonaría. Nunca superaría la pérdida de dos
vidas que dependían exclusivamente de él. Dos vidas que había jurado proteger y cuidar.
Él era todo lo que ellos habían tenido.
Y les había fallado. Nunca se lo perdonaría.
Talyn abrió la puerta de su apartamento.
―¡Paka! ¡Paka! ¡Paka! ―War llegó corriendo para casi taclear a Fain con un abrazo
inesperado.
El aliento de Fain escapó con un silbido fuerte cuando el pequeño cuerpo de War
chocó con el suyo y llenó sus brazos con sus extremidades delgadas retorciéndose.
―¡Ves! Te dije que él no estaba atrapado allí. ―Vega frunció el ceño cuando se acercó
y vio las lágrimas de Fain―. ¿Estás bien, paka? ¿Alguien fue herido?
Incapaz de hablar, Fain agarró a ambos en sus brazos y se echó a llorar mientras caía
de rodillas y los sostenía en un abrazo aplastante. Alivio y amor explotó a través de él
mientras los sacudía, a sabiendas de que estaban a salvo y vivos. Por un milagro inesperado
ellos habían sido perdonados del horror del día, y las consecuencias de la estupidez de él.
¡Gracias, dioses, gracias! Nunca se perdería una misa en el templo de nuevo después de
esto. Le debía a Ornul y a Eri luces de oración por el resto de su vida dado que ellos, en su
misericordia divina, habían salvado a sus hijos.
No fue sino hasta que había pensado que estaban muertos que se dio cuenta de lo
mucho que los amaba. Cuánto de su corazón había permitido que los dos reclamaran.
Desde el día en que había perdido a Galene, y sus padres cruelmente lo habían repudiado,
había hecho lo imposible por vivir el resto de su vida sin ningún tipo de enredo emocional.
Para mantener a todos, incluso a Omira, a cierta distancia.
Sólo Dancer y el recuerdo de Galene habían quedado con él.
Hasta el día en que War y Vega habían meneado sus pequeñas formas
adorables a través de sus escudos.
―Paka... No. Puedo. Respirar ―dejó War salir ahogadamente, como si
estuviera en la miseria absoluta.
Resoplando una risa irritada, Fain finalmente los soltó. 243

―Creo que paka se volvió loco ―susurró War en voz alta a su hermana.
Con ojos saltones, ella asintió.
Galene se rió de ellos antes de acariciarle la mejilla a Fain con una suave, caricia
comprensiva.
―No. Paka tuvo un mal susto. Pensó que ambos habían muerto en la explosión. Sé por
todos los años de tener a su hermano Talyn en situaciones similares que la única manera de
respirar de nuevo después de un susto tan horrible es tener a tus bebés en tus brazos y
sentir con una prueba tangible que están sanos y a salvo.
Sólo entonces Fain los dejo ir y tomo la mano de Galene.
―Gracias. Pero, ¿cómo llegaron aquí?
Ella sacudió la barbilla hacia Gavarian, que lo observaba como si estuviera tan loco
como War le había proclamado ser.
―Talyn envió a Vari y a su hermano para asegurarlos después del ataque contra
nosotros.
Fain finalmente vio que Felicia había estado sentada a la mesa, haciendo tareas
escolares con ellos, a su llegada.
―Gracias, Vari. Y gracias, Felicia, por velar por ellos.
Antes de que ellos pudieran responder, Vega tocó las lágrimas en la mejilla de él.
Fain encontró su mirada angustiada. Su pequeña mano temblaba mientras limpiaba
las lágrimas de él.
―Siento que te asustaras, paka. ―Entonces Vega hizo algo que no había hecho desde
que había llegado a la pubertad, se dejó caer en el regazo de él y apoyó su cabeza en su
pecho para abrazarse contra él como una niña pequeña.
Cerrando sus ojos, Fain la abrazó y pasó su mano por el cabello oscuro.
―Me alegro que estés bien. Y si quieres tener una cita, te prometo que no voy a
destripar al pequeño… macho.
Ella se rió de eso.
―Puedo esperar hasta que estés listo. No quiero que te encarcelen por ello.
Fain sonrió.
―Muy bien. Me han dicho que los noventa años son la edad de las primeras citas para
una hembra humana.
―¡Paka! ―Ella soltó un bufido.
Gavarian se movió para pararse frente a ellos.
―Bueno, ya que estás aquí… si me das la nueva tarjeta llave de tu mitad de los
condominios, voy a conseguir que los niños se muden con ustedes.
244
Fain frunció el ceño cuando finalmente se dio cuenta que todos los artículos
personales de Vega y War estaban embalados en bolsas y se alineaban contra la pared. Miró
confundido a Galene.
Los rasgos de ella se suavizaron a una forma de sonrisa que nunca había pensado
recibir de ella de nuevo. Ella sacó su enlace y se desplazó a través de él por un minuto antes
de entregárselo a él.
―Pasé por allí más temprano. Iba a decirte al respecto, pero luego todo el infierno se
desató.
Aturdido, él sintió que su mandíbula se aflojaba.
―¿Los adoptaste legalmente?
Ella asintió.
―Y nombrado a ti como tutor paternal de ellos. Encontré el vacío legal que te permite
ser legalmente su padre, y no hay nada que alguien pueda hacer para detenerlo. Era lo
menos que podía hacer por ti, después de lo que tú hiciste por Talyn y Felicia.
Otra lágrima se deslizó de su control al ver su nombre en la lista como el padre de los
niños. No podía creerlo.
Una familia propia… lo único que siempre había querido en toda su vida. Un sueño
que se había visto obligado a renunciar hace tanto tiempo que se había negado a pensar en
ello. El dolor siempre había sido demasiado crudo y penetrante.
Ahora…
Poniéndose de pie, empujó a Galene en sus brazos y la besó.
―Gracias, Stormy.
Ella le sonrió.
―No me des las gracias tan pronto, War Hauk. La paternidad es una parte igual de
asombro y ah, mierda.
―Gracias, mamá ―dijo Talyn secamente―. Que forma de alimentar ese ego saludable
en tu hijo.
Ella se rió de él.
―¡Oh, por favor! Como si necesitaras cualquier ayuda en ese sentido. Tu ego es de
granito. He visto tu forma de vestirte cuando no estás en uniforme.
Talyn se tambaleó hacia atrás y se cubrió el corazón como si ella le hubiera
disparado.
―Ah, ahora eso es justo dolorosamente malvado. ―Se volvió hacia Felicia―.
Y tú eres la que realmente debe estar ofendida ya que compras la mayor parte de mi
ropa. 245

Felicia dejó escapar el resoplido más femenino y extrañamente dulce que Fain había
oído nunca.
―Es cierto, pero rara vez usas lo que compro para ti. Más bien vives poniéndote esas
cosas viejas que has tenido desde el día que me mudé. Cada vez que trato de tirarlas, tú las
encuentras de nuevo y las regresas al armario.
Gavarian y Brach estallaron en carcajadas.
Hasta que Talyn los fulminó con la mirada. Eso los puso serios al instante.
―¿Ustedes hienas, no tienen que mover el equipaje?
Gavarian le dio una sonrisa irritada a su hermano.
―Sí, señor. ―Pero en cuanto se acercó al equipaje un exigente golpe sonó en la
puerta, al mismo tiempo que el enlace de Fain sonaba con el tono de alerta para Venik.
―Qué nuevo problema es esto ―dijo Talyn en voz baja.
Asumiendo que era sobre el ataque, Fain comenzó a responder a su enlace mientras
Galene abría la puerta. En el momento en que ella lo hizo, un escuadrón completo del
Cuerpo Hadean irrumpió en el interior, con sus armas preparadas para disparar.
Jadeando, Felicia se puso de pie. Vega y War gritaron y corrieron a ponerse a cubierto
detrás de Fain. Ellos se aferraron a sus piernas mientras Talyn se trasladaba para cubrir a
Felicia.
―¿Qué es esto? ―exigió Galene.
Fain trató de calmar a los niños. Algo mucho más fácil decirlo que hacerlo, ya que War
estaba tratando de escalarlo como una escalera. El muchacho tenía las manos que podrían
ser réplicas de ventosas. Y el agarre de muerte de Vega en su muslo no era mucho mejor.
Estaba empezando a perder la circulación en la pierna.
El capitán se acercó a Gavarian y apuntó su blaster hacia él.
―Mayor Terronova, está bajo arresto. De rodillas. Las manos detrás de la cabeza.
Tobillos cruzados. ¡Ahora!
Boquiabierto, Gavarian extendió sus manos para que nadie confundiera su
movimiento y le dispararan por ello.
―Oye… ¿Qué? ¿Habla en serio?
Cuando el capitán fue a agarrar al chico, Fain le entregó los niños a Galene y
empujó al capitán hacia atrás.
―Retírate, Hauk ―advirtió él.
Fain se negó.
―¡Esto es pura mierda! 246

Venik entró pasando a través de la brigada para unirse a la refriega.


Antes que Fain se diera cuenta de lo que pretendía Venik, sintió una corriente fría en
su cuello. Un instante después, un choque feroz estaba atravesando su sistema nervioso. Si
él hubiese sido humano, eso lo habría llevado a la inconsciencia o de espaldas al piso.
Como un Andarion, eso solo lo molestó en serio. Queriendo sangre, Fain gruñó al
bastardo pirata que lo había esposado.
―Es hora de que recuerdes tu lugar, Escoria-verrugosa. Acabo de perder a trescientas
personas, y la mitad de ellos eran niños. Tú trajiste a los Andarions aquí. Jodes conmigo y te
cuelgo con ellos. Tenemos imágenes de ese pequeño cretino caminando en la zona donde la
bomba fue colocada a menos de una hora antes de que detonara. Y él no tenía ningún
asunto en absoluto en esas cubiertas. Él es el único que estaba fuera de lugar allí.
Fain miró a Venik.
―Él estaba poniendo a salvo a mis hijos, después de que alguien trató de asesinar a
mi hijo mientras dormía.
Venik lo empujó contra la pared.
―Que esto entre a través de tu grueso, estúpido cráneo Andarion, tú no tienes un hijo.
Tú no tienes hijos. Yo. Te. Poseo. A. Ti. ―Agarró a Fain por la garganta.
Un instante después, Venik salió volando a un lado.
―¡Quítale las manos de encima! ―Talyn se plantó entre ellos―. Mi padre es un War
Hauk, hijo de puta. ¡No hables con él de esa manera! ¡Y nunca pongas tus manos en él!
La expresión en el rostro de Ven hizo que la sangre de Fain se congelara,
especialmente cuando cada guardia allí armado apuntaron sus blasters a su hijo. Galene
empezó a avanzar, para entrar en la lucha, pero Fain la hizo retroceder y Felicia la mantuvo
en su lugar.
Mientras que esto para él significaba todo en el universo que Talyn lo hubiera
defendido, si no arreglaba esto rápidamente estaba a punto de entrar en la devastación
nuclear total. Nadie amenazaba a Venik en su estación.
Nadie.
―Retírate, Talyn. El almirante Venik tiene razón. No soy un War Hauk. No he sido
uno desde el día en que mi madre cortó mi linaje.
Ven enderezó su ropa con un gesto arrogante.
―¿Y quién es tu dueño?
Fain siempre había odiado que Ven jugara con ese poder de mierda con él. Le
tomó todo lo que tenía no empujar al bastardo a través de la pared. Pero mientras él
tuviera un detonador en su cerebro, tenía que guardar su intimidación o su cerebro
se convertirían en parte del paisaje. Y mientras que eso podría no haber sido tan
importante para él en el pasado, ahora tenía una habitación llena de razones para
tragarse su orgullo y dejar que Ven sintiera que tenía el control de él, cuando en 247
realidad, los dos sabían la verdad.
Si Fain quería su libertad, Ven se vería obligado a matarlo. Porque esa sería la única
manera para que Ven lo mantuviera controlado. Nadie acorralaba a un War Hauk sin su
permiso expreso y cooperación.
―Usted lo hace, mi señor.
―¿Quién paga el diezmo por tu Canting?
Fain sintió el inicio de un tic familiar en su mejilla.
―Usted… mi señor.
Venik asintió.
―Eso es correcto. A mí es al que tienes que responder, por cualquier cosa. Y esta
pequeña fantasía de mierda en la que hayas estado viviendo termina hoy. Recoge tus cosas
y repórtate a los cuartos de escoria. ¡Ahora!
Galene quiso llorar cuando vio la amarga resignación en los ojos stralen de Fain. Esto
lo estaba matando y no había nada que ella pudiera hacer. Maldito sea Venik por ello.
Era como ver a Fain con su familia, una vez más. Cada vez que él trató de sentirse
orgulloso por algo o sentirse bien consigo mismo, o bien Keris, su padre o su madre se
apresuraban a humillarlo públicamente.
Y tú hiciste lo mismo con él en su día de graduación.
Galene se atragantó al darse cuenta de eso. Todos estos años, había estado enfocada
en su propio dolor. Nunca, ni una vez había considerado lo que había tomado de él.
Su última oportunidad de un recuerdo no contaminada. ¿Cómo podía haber sido tan
egoísta?
Mientras que los padres de ella habían sido amables y dedicados hasta ese momento
en el tiempo, los de él no. Fain nunca había tenido nada en su vida sino que había sangrado
por ello. Ni una.
¿Qué debo hacer?
Venik enfrentó al capitán del Cuerpo Hadean.
―¿Qué estás esperando? ¿Un compromiso, o aplausos? ¿Qué tal si te pego una patada
en el trasero? Ahora arresta al mayor antes de que me den ganas de hacer eso último.
Fain gritó indignado.
―¡No! Le acabo de decir lo que él estuvo haciendo allí. No tiene razón para detenerlo.
―Y aun así no lo libera de la situación. En todo caso, hace que se vea peor, y te
implica a ti.
Él abrió su boca con incredulidad.
―¿En verdad crees eso?
248
―¿Honestamente? No sé qué pensar. Tal vez debería arrestarlos a los dos hasta que
resolvamos esto.
¿Él hablaba en serio? Aturdido por su lógica irracional, Galene negó con la cabeza.
―No puedo permanecer en silencio por más tiempo. Esto es una locura y lo sabe. Fain
nunca haría nada contra usted.
Venik se volvió hacia ella.
―Sin ánimo de ofender, comandante, esto no le concierne. Burbuja es propiedad
Tavali. Y hasta que usted pueda encontrar otra persona que tome esos cargos, yo estoy
reteniendo al principal responsable. Ahora hágase a un lado, o los arrestaré a todos ustedes
por interferir con la justicia Tavali. Esa es mi prerrogativa.
―No le puedes hacer esto, Ven ―dijo Fain con los dientes apretados―. Vamos. No es
más que un muchacho. Sabes lo que harán con él en el calabozo.
―Él es mayor de lo que tú eras.
Ella vio la involuntaria inmutación que esas palabras hicieron en él y la hacía
preguntarse qué había sido de Fain la primera vez que lo habían encarcelado. Tuvo que ser
algo más allá de sus peores imaginaciones horribles para hacer que un poderoso War Hauk
de su nivel reaccionara de esa manera después de tantos años.
Y eso la hizo descomponerse.
Fain miró hacia Gavarian, luego a Talyn, antes de volver su mirada furiosa a Venik.
―No significa que sea correcto. Tomaré el riesgo. Solo déjalo a él en paz.
La mirada de Ven pasó de Fain a Gavarian mientras debatía la oferta.
―Él tiene un motivo. Su mujer embarazada murió en un combate aéreo con nosotros.
¿Sabías tú eso?
―Él me lo contó.
―¿Y todavía crees que es inocente?
―Creo que él no es el tipo de macho que busca venganza, sí.
―Entonces eres un tonto, y él va a ir al calabozo. Demonios, incluso lo podría enviar
de regreso a Eriadne, con mis saludos.
Fain se encogió cuando pesadillas muy amargas lo desgarraron atravesándolo. Una
parte suya estaba tentada a mantener la boca cerrada. Gavarian era un macho adulto. Un
oficial capacitado, con experiencia de batalla. No el inexperto inocente que él había sido en
su día.
Pero cuando encontró la acerada mirada del chico, que decía que Gavarian
estaba más que listo para desafiarlos a todos, él supo la verdad.
A pesar de todo ese fuego, Gavarian era demasiado joven para estar solo en un
calabozo Tavali con los tipos de animales que estarían esperando por él.
Delincuentes que no dudarían en sacar cada pedacito de su ira contra lo que 249
percibirían como una injusticia social sobre el hijo de un aristócrata extranjero. Ese tipo de
furia desatada…
Nadie se la merecía.
Y no iba a esperar y ver que cayera sobre un niño inocente.
―Yo sé que él no lo hizo. Si quería venganza, la habría tomado contra mí
personalmente.
―Hauk ―gruñó Talyn en señal de advertencia―. ¡No!
Fain tragó saliva mientras miraba a Galene y se preparaba para lo que estaba por
venir.
Venik frunció el ceño.
―Explica.
―Hauk ―subrayó Talyn una vez más.
Fain lo ignoró e hizo lo correcto, a pesar de las consecuencias que sabía que lo
morderían fuerte en su trasero.
―Tanto el mayor como Talyn me salvaron la vida. Dos veces. Y los dos saben que yo
dirigí el asalto Tavali contra ellos que fue el motivo que los llevó a ambos fuera de servicio
de la armada Andarion.
Galene aspiró su aliento bruscamente mientras Talyn maldecía a Fain por su
estupidez.
―Y el mayor sabe que yo fui el que lideró el mismo asalto en el que su esposa estaba
volando cuando ella murió. Si él quería venganza, me habría matado a mí, o me habría
dejado morir. No habría ido tras civiles. Malditamente seguro que no habría protegido a
War y a Vega por mí.
Venik estrechó su mirada en Talyn y luego en Gavarian.
―¿Es esto cierto? ¿Sabían ustedes eso?
Talyn suspiró pesadamente.
―Por supuesto que lo hacíamos. No es exactamente algo que se olvida.
Con mirada apesadumbrada, Gavarian asintió sutil.
―El nombre clave Burbuja tiende a sobresalir.
―Muy bien… ―Venik acortó la distancia entre él y Fain―. Tienes treinta minutos
para reportarte en tus nuevos cuartos. Te podré requerir en cualquier momento en el que
no estés en servicio. No tienes permitido ningún momento libre sin que yo no te lo
dé. ¿Entendido?
Fain lo fulminó con la mirada.
―¿Lo entiendes?
250
Él entendía. Solamente no quería comprometerse verbalmente a algo que no tenía
intención de seguir.
Venik gruñó bajo.
―No me hagas matarte, Hauk. Lo haré si tengo que hacerlo.
―Haz lo que sea que te permita dormir por la noche.
Las fosas nasales de Venik llamearon.
―Capitán. Quédese aquí y asegúrese que Hauk se reporta a los cuartos. Si no lo hace,
quiero que lo arreste. Dispare si se resiste.
―Sí, señor.
Y con eso, Venik y todos ―menos cuatro de los soldados del Cuerpo― se fueron.
Fain se volvió hacia Galene. El frío repentino en la sala le dijo que era hora de irse. Ya
no era bienvenido aquí. Talyn había tenido razón. Ella nunca lo perdonaría por lo que había
hecho. Y no la culpaba en absoluto.
―¿Por qué no me lo dijiste? ―Su voz era apenas más que un susurro angustiado.
―Yo le dije que no lo hiciera.
Ella se giró hacia Talyn con una mirada furiosa.
―¿Tú lo supiste todo este tiempo?
Talyn asintió.
―Desde el momento en que vi su nave y su serie.
―¿Y aun así no dijiste nada?
―No quería hacerte daño.
Fain dio un paso hacia ella.
―Stormy…
―¡No! ―dijo ella bruscamente, dando un paso fuera de su alcance. Sus ojos brillaron
con histeria―. Tú… tú no estabas allí. No viste lo que le hiciste a mi bebé. ―Con su
respiración entrecortada, luchó para hablar mientras las lágrimas brotaban de sus ojos―.
Lo que quedó de él después de que reventaste su nave en fragmentos retorcidos. ¡Me
dijeron que recogiera la ropa para enterrarlo! Que nunca volvería a despertar, o entonces
caminar. No estabas allí mientras lo vimos luchar todos los días, en el angustioso dolor,
para que pudiera volver a aprender a comunicarse, a charlar y a caminar. A realizar las
tareas más básicas por sí mismo… ¡por tu culpa!
Esas palabras lo hirieron dos veces más fuerte de lo que había sentido cuando
escuchó la explosión antes. A pesar de que amaba a Vega y War, no los había
llevado en su cuerpo. Sólo podía imaginar lo que ella debió haber sentido cuando le
trajeron a Talyn de la batalla y recibió esa llamada.
Fain tragó saliva. 251
―Nunca le habría hecho daño. O a ti.
―Pero lo hiciste. Queridos dioses, ¡cómo lo heriste! Y a mí. Tantas veces.
―Limpiándose sus lágrimas de enojo, hizo un gesto hacia Gavarian―. Y Vari… que apenas
sobrevivió a la muerte de Lettice. Robaste una parte de su joven alma cuando la enviaste a
la tumba.
―Lo sé. Lo siento.
―Y hay algunas cosas que un lo siento nunca arreglarán. ―Lo miró con el mismo odio
visceral que le había dado ese día en el gimnasio―. Solo vete.
Fain pasó una mirada a War y Vega, que estaban de pie en silencio junto a Felicia.
Esperaba ver condena en sus caras, también, pero sólo vio tristeza en sus ojos pálidos.
Y simpatía.
Sin decir una palabra, se dirigió al Cuerpo Hadean que permanecía fuera de su
apartamento y se dirigió a sus nuevos cuartos. No había necesidad de recoger sus cosas. Él
no tenía ninguna.

* * *

Talyn se trasladó a consolar a su madre, pero ella se apartó de su abrazo.


―Estoy tan enojada contigo en este momento, podría golpearte yo misma.
Él parpadeó atónito.
―¿A mí?
―¡A ti! Tú lo dejaste regresar de nuevo en nuestras vidas, sabiendo cómo me sentiría
si alguna vez me enteraba de que él es el que tomó tu pierna. ¿Cómo pudiste? En realidad,
¿cómo puedes soportar incluso verlo, sabiendo lo que te robó? ¡Lo que él te ha costado!
Talyn se quedó boquiabierto.
―¿De verdad, mamá? Sabes, fue mi pierna la que yo perdí. No la tuya. ¿Pero sabes
qué? Mira alrededor de esta sala. ―Hizo un gesto hacia Brach y Gavarian―. Durante casi
una década, he tenido a dos de los mejores hermanos que cualquier hombre tiene la
suficiente suerte de reclamar. Sí, son un dolor en el culo a veces, pero cuando los necesito,
vienen, maldiciendo a cada paso del camino. Debido a Hauk, tengo la madre más devota
que cualquier niño podría haber pedido. Sí, ha habido muchas veces en mi vida que he
dudado seriamente de tu cordura pero nunca, ni una vez, he dudado de tu amor por mí.
―Se movió y pasó su mano sobre las cabezas de Vega y War―. Ahora, tengo unos
adorables nuevos hermano y hermana para amar. Un hermano y una hermana que
nunca hubiera conocido si Hauk no hubiese vuelto a nuestras vidas.
Luego empujó a Felicia contra él y presionó su mejilla a la de ella. Cerrando los
ojos, él envolvió suavemente sus brazos alrededor de su cintura y la abrazó.
―Y gracias a lo que Hauk hizo por mí, ahora soy un Dotado por completo, y 252
tengo a la más increíble y hermosa esposa a mi lado, con mi propio bebé en camino. Soy el
segundo oficial de más alto rango en la armada Andarion, y el luchador del Ring más
célebre de mi generación. Si todo lo que tuve que pagar por esto fue la mitad de una pierna,
entonces maldita sea, mamá, me salió fácil. Y esto vale la pena en mi libro. Diablos, les
habría dado toda mi pierna y un brazo. Además, no fue como si él me quitara un testículo.
Eso, no podría habérselo perdonado.
―¡Talyn! ―se quejó Felicia―. ¡Los niños!
Los ojos de Vega estaban tan redondos como platos mientras War corrió a esconderse
detrás de Gavarian, riendo.
Haciendo caso omiso de ellos, Talyn continuó.
―Así que para responder a tu pregunta, no tengo ningún problema en mirar a mi
padre. Estoy demasiado condenadamente agradecido de todavía estar aquí con todos
ustedes como para preocuparme por algo tan trivial como una pierna. Si él no me hubiese
derribado, Lorens no se habría retirado temprano, y yo no habría sido capaz de asumir su
posición de ayudante. Desde mi punto de vista, le debo todo.
Galene odiaba cada vez que Talyn tomaba el terreno noble. Realmente la hacía anhelar
los días en que él era lo suficientemente pequeño como para que ella lo pudiera poner en
una esquina.
Poco dispuesta a ceder ese punto, se volvió hacia Gavarian.
―¿Cómo te sientes al respecto?
Gavarian dejó escapar un suspiro cansado.
―Sería muy fácil odiar a Hauk por lo sucedido. Sinceramente, hay veces cuando
quiero hacerlo. Desafortunadamente, él es un hijo de puta decente que es realmente difícil
odiarlo. Además, la verdad es que no tengo problemas en vivir con él, ni por su rol en mi
pasado. Por mucho que amaba y adoraba a Lettice, ella no me amaba. No de esa manera.
Ella me tenía cariño, pero prefería la vida de una piloto de combate por sobre la de una
noble o de Ger Tarra de un oficial. Nada le hacía más feliz que luchar por la gloria, y
siempre dijo que quería irse en medio de un combate aéreo, en un estallido de llamas,
durante su apogeo. Que no quería envejecer y marchitarse en la vejez. Consiguió lo que
quería. Así que, como Talyn, no puedo poner eso a los pies de Hauk. Somos guerreros.
Cuando vamos a la batalla, sabemos a lo que nos arriesgamos. Culpar a otro soldado por
luchar por su vida no tiene sentido. Y ahora que estamos en el mismo lado, Hauk ha
demostrado ser digno de su linaje. Él es el padre de tu hijo. Me siento honrado de pelear
con él.
Habló como un verdadero Andarion.
Cómo odiaba ella a ese pequeño bastardo por eso.
Pero Gavarian hizo puntos válidos que sólo hacía que lo odiara más.
Felicia se apartó de Talyn para acercarse a ella. Con una sonrisa amable, ella
frotó el brazo de Galene con amabilidad. 253
―Si te hace sentir mejor, comandante, quiero sacarle los ojos por herir a Talyn,
también. Al igual que usted, no he olvidado lo que pasó Talyn para volver a levantarse.
Entre nosotras dos, podríamos ser capaces de hacer que Fain cojee.
Galene rió y la atrajo en un abrazo.
―Te quiero, Felicia.
―Yo también te quiero. ―Ella la apretó, y luego la dejó ir―. Y por eso, quiero
recordarte algo que me dijiste una vez. Sólo has amado a dos hombres en toda tu vida. A
Talyn y al que te lo dio. Me dijiste que si alguna vez conocía al padre de él, yo lo sabría al
instante, ya que serían tan similares que serían virtualmente indistinguibles uno del otro.
―Limpió las lágrimas de la cara de Galene―. Tienes razón. Los dos son machos muy
irritantes. Tan buen mozos que parece mentira. Orgullosos y fuertes. Andarion, de cabo a
rabo. Y como mi madre me dijo cuando por primera vez le dije que estaba enamorada de
Talyn, “Hay momentos en los que lo mirarás y querrás matarlo. Y el resto del tiempo,
desearás comértelo. Pero recuerda que en aquellos momentos en los que estás
contemplando su asesinato que pasará la irritación y otra vez desearás comértelo y usarlo
como una manta. Así que no lo mates sin darme una justa advertencia para ahorrar el
dinero de la fianza”.
Galene rió de nuevo.
―Gracias. ―Ella echó un vistazo hacia todos ellos―. Gracias a todos por mantenerme
enfocada. Y tienen razón. Permanecer enojada con el pasado sólo me costará mi futuro. Es
hora de que finalmente lo perdone y deje el pasado atrás. No sirve de nada mirar atrás y
sostener mi enojo contra él. No podemos cambiar lo que pasó. Y no voy a hacerlos pagar a
todos ustedes por ello. A pesar de todo, lo amo. Incluso cuando quiero matarlo. He vivido
mi vida sin él y honestamente, me gusta más tenerlo en ella.
Pero incluso mientras decía las palabras, ella sabía que no era tan fácil. Todavía había
un enemigo que quería inculparlos y matarlos. Y Fain no tenía la libertad que ellos tenían.
Era propiedad Tavali. No es que ella entendiera exactamente lo que eso significaba.
Decidida a averiguarlo, los dejó y se fue a buscar a Ryn Dane, o Ryn Cruel, como era
conocido cuando no estaba entre sus hermanos Tavali.
Tomó algún tiempo, pero finalmente encontró a Ryn en la enfermería, prestando
ayuda a los que habían sido heridos en el atentado. Cuando trató de ayudar, rápidamente
se enteró que “su especie” no era bienvenida allí.
―No estamos seguros si su grupo no colocó esta bomba. Ahora hágase a un lado,
comandante.
Aturdida, quedó asombrada con el médico grosero, que pasó junto a ella para
atender a otro paciente.
Ryn se detuvo a su lado y le ofreció una botella de agua.
254
―Lo siento. Todo el mundo está en el borde después del atentado. Todos quieren
culpar a alguien que no está en un uniforme Tavali. Es más fácil de esa manera. La idea de
que uno de los nuestros podría haber hecho esto… sí.
―Tú no crees que nosotros tuvimos algo que ver con esto, ¿verdad?
―No. Pero yo no soy un idiota. No juzgo a los demás por su cultura o uniforme. Los
juzgo por sus propios actos y palabras. Una cosa que aprendí temprano en la vida, por mis
dos padres, era que lo podrido se filtra en todos los barriles, y que la injusticia no
discrimina. Golpea a todos por igual y sin reservas ni vacilaciones. ―Tomó un trago de su
agua―. Entonces, ¿qué la trae por aquí, comandante?
―La ley Tavali.
Él se atragantó con el agua.
―Está bien. ¿Qué pasa con ella?
―¿Cómo puede alguien comprar a un esclavo Tavali?
Él se limpió la boca con el dorso de su mano.
―Haces una oferta a su propietario. Como en cualquier otro lugar.
Ya había intentado lo de la oferta y Venik la había rechazado con frialdad diciéndole
que eso era en contra del Código.
―¿Incluso si ellos son un piloto Renegado?
Él frunció el ceño.
―Los Renegados no son escorias.
―¿Escoria?
Él sacudió su cabeza.
―Lo siento, es el término que utilizamos para los miembros conscriptos, esclavizados,
o con su Canting roto.
Ahora estaba realmente confundida. Fain era ambas cosas, y ella lo sabía. Venik le
había dicho sobre eso y se negó a venderle su contrato.
―Pero Venik posee a Fain.
El ceño de Ryn se profundizó.
―Él no puede. Fain lleva un Canting de un Renegado… ¿no? ―Dio un paso atrás
para llamar a un Tavali que pasaba―. ¿Oye, Pettrew? Hauk es de la actual/corriente RA10,
¿verdad? No estoy loco, ¿no?
―Sí, Dane, estás malditamente loco, pero Hauk es RA. Creo que a tiene al menos un
año más antes de que votemos de nuevo. ¿Por qué?
―Sólo comprobando el cerebro. Ya sabes, recibo un montón de golpes en la
cabeza. Quería asegurarme que nada ha sido eliminado o esté suelto. Gracias.
―Tomó otro trago de agua―. Sí, es un Renegado. Ven no lo puede poseer. Parte de
ser un Renegado es que vuelas independiente de la Nación y no le debes lealtad a 255
nadie.
―Eso no es cierto en su caso.
―¿Tienes pruebas de eso?
―Sí.
Él tapó su botella de agua.
―¿Dónde está Fain?
―Venik lo hizo reportase en algún cuarto… ¿Creo que él podría haberlos llamado
cuartos de escoria?
Ryn estrechó su mirada ante eso.
―¿Con el rango de un comandante?
―Sí.
―Eso es pura mentira. ―Ryn se adelantó para hacerle señas a Dancer desde donde
estaba haciendo un triaje para que se uniera a ellos antes de que los llevara lejos de la
enfermería.
―¿Qué está pasando? ―preguntó Dancer.

10
response action; risk analysis; risk assessment acción de respuesta; Análisis de riesgo; evaluación del riesgo.
―No estoy seguro, pero quiero un poco de respaldo no-Tavali por si tengo que hacer
algo radicalmente estúpido para ayudar a tu hermano.
―Ah… Bueno, si quieres eso, deberíamos llamar a Caillen. Radicalmente estúpido es
su especialidad.
Mientras cruzaban el distrito de las viviendas, Talyn y Gavarian se unieron a ellos.
Por la expresión en el rostro de Talyn, sabía que algo más había sucedido.
―¿Qué es?
―Morra captó otra transmisión. Ella, Saf, y Maris están tratando de romperla. Pero
quería hacértelo saber y no deseaba transmitirla. Tenemos a Brach y a Qory vigilando a
Licia y los niños. Tengo un mal presentimiento de que hay más sorpresas divertidas
plantadas para nosotros.
El estómago de Galene se anudó aún más.
―¿Crees que es otro ataque?
―Esa es mi suposición. ―Talyn hizo un gesto con la barbilla hacia Dancer―. ¿Dónde
está tu familia?
―Encerrados con Jayne hasta que Nero pueda llegar hasta allí. Sumi es una
asesina muy capaz, pero está embarazada en este momento. No quiero correr
ningún riesgo con ella o el bebé.
―Créeme, lo entiendo. 256
Galene frenó al ver la hacinada área de cuarteles a la que Ryn los había llevado. A
pesar de que estaba limpio, le recordaba a una zona de espera de una prisión. Las paredes
estaban completamente despejadas para que los guardias pudieran ver el interior de la gran
sala donde las filas de literas estaban alineadas de un extremo al otro.
Probablemente cien hombres ocupaban el espacio y descansaban en los alrededores,
ya sea en las camas o en el suelo. Se veían positivamente aburridos. ¿Y por qué no habrían
de hacerlo? No parecía como si se les permitiera cualquier forma de entretenimiento o de
privacidad. O incluso objetos personales en esa celda. Lo único que tenían era la ropa que
llevaban puesta, y los mismos collares de plata alrededor del cuello que Venik había
colocado en Fain.
Y aquí ella pensaba que sus propios alojamientos originales habían sido miserables.
―¿Qué es este lugar? ―le preguntó a Ryn.
―En parte una prisión ―suspiró él―, para todo tipo de infierno. Está diseñada para
ser incómoda para castigar al Tavali cuyo rango fue arruinado, y han sido puestos aquí
hasta que puedan ganar su ciudadanía de nuevo. O, para motivar a los demás a ganar su
rango de salida. Nadie que tenga rango o Canting se supone que nunca debe ser alojado
aquí.
Ryn se detuvo en el mostrador para hablar con un guardia.
―¿Dónde está el comandante Hauk?
El guardia no se molestó en levantar la vista de su monitor.
―Nadie lo ve sin órdenes del almirante Venik.
Ryn desconectó el cable de la pared.
Siseando, el guardia se puso de pie para atacar, luego palideció al darse cuenta de
quién estaba allí.
―Embajador Dane… mis disculpas, señor. Yo-yo-yo no me di cuenta que era usted.
―Obviamente. Ahora, ¿dónde está Hauk?
Antes de que pudiera responder, un cuerpo golpeó tan duro contra la pared, que la
misma se rajó por ello. El caos estalló dentro de la celda, mientras humanos y otras especies
exclamaron, gritaron, y corrieron a esconderse. Un grito de guerra Andarion que helaba la
sangre resonó.
Era el grito de un War Hauk en total modo de rabia para la batalla. El tipo de grito
que los había hecho temidos por todos los seres de los otros mundos. Y dado el origen a las
leyendas terroríficas de su raza.
Tres cuerpos más siguieron al primero.
Dancer y Talyn se dirigieron a la refriega con Galene en la retaguardia. Pero
cuando entraron en la habitación y vieron a Fain, los tres se detuvieron en seco.
Santos Dioses…
257
A pesar de que había visto a Fain tirar algunos movimientos estelares cuando era un
muchacho en sus encuentros en el Ring, eso no era nada comparado con el poder y la gracia
War Hauk en toda regla haciendo una batalla de vida o muerte que hubiera visto antes de
ahora. Él envolvió sus piernas alrededor de la cintura del Tavali frente a él, lo retorció, y se
fueron al suelo, golpeándolo y lanzándolo con tanta fuerza, que Fain tuvo a su oponente
neutralizado antes de que el Tavali tuviera la oportunidad de reaccionar. Parándose
rápidamente sin usar las manos, Fain se acercó a tomar a su siguiente rival.
Un guardia entró y Fain se volvió para atrapar su mano y desarmarlo.
Más guardias se apresuraron al interior de la habitación.
Recordando las órdenes de Venik para ellos de dispararle si él se les resistía, Galene
entró en pánico. Antes de que pudiera detenerse o repensarlo, corrió hacia adelante.
―¿Fain?
Él se dio la vuelta con un golpe dirigido a su garganta. Ella se movió para bloquearlo.
Pero a menos de un milímetro de entrar en contacto, él se congeló cuando se dio cuenta de
que ella no era su enemigo.
Con su respiración entrecortada, se quedó mirando hacia ella. El tiempo se congeló
cuando el absoluto poder y su belleza la golpearon tan fuerte como ese golpe habría sido si
él no lo hubiese detenido.
Y fue casi tan debilitante.
Él parpadeó dos veces antes de darle el beso más ardiente que jamás había probado.
Con brazos temblorosos, la levantó de sus pies y la sostuvo contra su pecho.
Luego la llevó hacia Talyn y la dejó en el suelo.
―Vigila a tu madre. Mantenla a tu lado.
Ella frunció el ceño cuando él bajó su cabeza como un feroz depredador y acechó
hacia el primer Tavali que había estrellado contra la pared. Agarró al macho por la camisa y
lo arrastró para ponerlo de pie.
―¿Dónde está? ―le exigió Fain en un feroz, gruñido mortal.
El macho jadeó y tosió.
―Respóndeme o que los dioses me ayuden, voy a tirar de tus entrañas a través de tus
fosas nasales y asfixiarte con ellas.
Con una calma que era asombrosa, Ryn se acercó a Fain.
―Um, ¿comandante? Odio entrometerme en esta paliza privada que está teniendo
con su amigo aquí, pero antes de que el Cuerpo Hadean le dispare para matarlo por esto,
¿puedo preguntar por el origen de esta sesión de rabia violenta que está teniendo?
―Claro ―dijo Fain en el mismo tono burlón de terapeuta mientras sostenía al
hombre contra la pared con un agarre de muerte―. Encontré a la rata bastarda que
colocó la carga explosiva. Y hay dos más arregladas para explotar que plantó.
El color desapareció del rostro de Ryn. 258

―¿Dónde? ¿Cuándo?
―Es lo que estoy tratando de averiguar. ¿Quieres ayudarme a darle una paliza ahora?
Ryn sacó su blaster y lo sostuvo bajo la garganta del Tavali.
―Joder sí, quiero. ¿Dónde está?
―Sobre tu trasero. ―Riendo, el hombre mordió con fuerza.
Ryn maldijo y bajó su blaster, entonces forzó la mandíbula del Tavali para abrirla y
trató de deslizar algo fuera de su boca.
―¡Cápsula suicida!
El Tavali comenzó a convulsionar.
Galene dio un paso hacia adelante con Talyn.
―Necesito agua. Rápido. Hazte a un lado.
Ryn frunció el ceño.
―Ella es doctora ―explicó Fain.
Ryn deslizó al Tavali hacia ella y gritó órdenes a los demás para que pudieran
ayudarla.
Fain dio un paso atrás y observó que Galene con calma sacaba los suplementos
médicos de la unidad de la pared de la celda, y se puso a trabajar en el humano con la
ayuda de Talyn. Dado que los Andarions y los humanos tenían una historia de guerra de
toda la vida entre ellos, parte de la formación médica Andarion era de la anatomía humana.
Cómo sanarlos.
Cómo matarlos.
Ni él ni Ryn hablaron mientras veían a Galene y a Talyn hacer todo lo posible para
purgar suficiente veneno del humano para mantenerlo con vida.
Una unidad médica Tavali apareció unos minutos más tarde.
Fain les impidió sustituir a Galene y a Talyn.
Ryn le frunció el ceño.
―¿Qué estás haciendo?
―No sabemos quién está trabajando con él. No estoy a punto de ponerlo en las manos
de un cómplice Tavali que podría matarlo antes de que obtengamos lo que necesitamos de
él. ¿Tú sí?
Ryn se volvió hacia el grupo médico.
―Salgan de aquí. Dejen la camilla y el equipo.
―¿Hablas en serio? ―La paramédico los miró anonadada.
259
―¡Váyanse! Los necesitan en la enfermería para ayudar a los heridos allí. Estamos
bien aquí.
Gruñendo en voz baja, obedecieron.
Fain llevó el equipo a Galene.
Después de unos minutos, Galene se sentó sobre sus talones y suspiró.
―Lo tengo estabilizado, pero dudo que vaya a durar mucho tiempo. Fue keratol lo
que ingirió.
Fain maldijo de nuevo por el veneno de acción rápida que apagaba los órganos y
llevaba rápidamente a la muerte.
―¿Seremos capaces de interrogarlo?
―No. Pero si podemos mantenerlo con vida hasta que Nero llegue, él podría ser
capaz de utilizar sus poderes para conseguir lo que necesitamos. Es lo mejor que podemos
esperar.
Ryn sacó su blaster y apuntó a la cabeza del Tavali.
―¡Oye, oye! ―Fain le tomó la mano antes de que él apretara el gatillo―. ¿Qué estás
haciendo?
―Hacerme sentir mejor. No es productivo, lo sé. Pero un poco de violencia sangrienta
contribuye en gran medida a consolar mi alma.
―Sabes, no creo que sea tu madre la que te mantiene soltero, amigo. Pero esto ―Fain
tomó el blaster de su mano y lo sostuvo frente a él―, podría ser la razón real.
El color desapareció de su rostro.
―Mi madre…
―¿Qué?
―Ahí es donde está una de las bombas. ¡Lo sé!
―¿Qué? ―repitió Fain.
Ryn miró a Talyn, que todavía estaba en el suelo junto al Tavali.
―Matamos a Parisa… Talyn y yo. Nyran quiere vengarse de nosotros. Quiere matar a
mi hermano y madre.
―Él tiene razón. Eso tendría total sentido. Ella es la señora Tavali. El símbolo de sus
naciones y la cabeza de todos ellos. Sería como derribar a toda la familia War Hauk en
Andaria. Sería dividir los clanes Tavali para llevarlos a la guerra los unos contra los otros, y
devastar personalmente a Ryn.
Sacando su enlace, Ryn llamó a su madre.
Ella no respondió.
Ryn se mordió el labio.
―Ella nunca deja pasar mis llamadas… Algo le ha pasado. Algo malo. ―Con 260
su respiración entrecortada, partió en una carrera de muerte.
Fain estaba apenas un paso por detrás de Ryn mientras rastreaba la ubicación de su
madre a través del enlace de ella para ubicarla en la estación. De acuerdo con la
información, debía estar en su apartamento.
Para cuando llegaron a sus aposentos, los dos estaban sudando. Ryn abrió la puerta y
se congeló tan rápido que Fain casi se estrelló contra él.
Galene realmente chocó contra la espalda de Fain. Luego jadeó cuando vio lo que les
había llevado a una parada abrupta.
Hermione Dane estaba parada en el lado opuesto de la habitación, inmóvil. Brax
Venik se sentaba en una silla cercana y estaba en una misma pose incómoda como ella lo
estaba.
―No se muevan ―Hermione susurró lentamente y sin mover la mandíbula―.
Hay una bomba. ―Ella dirigió sus ojos hacia el dispositivo que estaba conectado
por debajo de la mesa entre ellos―. La activamos y no estamos seguros qué la
detona. Pero no ha estallado todavía.
Fain le dio un empujón a Galene para que retrocediera. 261
―Llama a Syn y que venga aquí enseguida. Dile a Talyn que se quede con nuestro
traidor. No lo quiero cerca de esto.
―De acuerdo. ―Ella se movió lentamente y con cuidado de nuevo hacia el pasillo
para hacer las llamadas.
Fain puso las manos sobre los hombros de Ryn para que no hiciera algo estúpido para
salvar a su madre.
―¿Puedes llamar a Kere? ―Fain utilizó el nombre clave en la Sentella de Darling en
caso de que alguien estuviera escuchando, esperando que sí lo estuvieran, no sabrían que
Kere y Darling Cruel eran la misma persona. Dado que el hermano pequeño de Ryn,
Darling, era el ingeniero de explosivos más experto en los Nueve Mundos, él era su mejor
apuesta en salvar la vida de Hermione.
―Ya se lo notifiqué. Estoy esperando por él… Oye, Kere. Tengo una situación aquí.
―Ryn presionó lentamente su oído para poner en conferencia la llamada con el enlace de
Fain, también―. Fain y yo estamos de pie delante de un AEI 11 que está a punto de mandar
a volar a mi mamá hasta los dioses. Necesitamos tu ayuda.
Darling, maldijo en sus oídos.

11 AEI: Artefacto Explosivo Improvisado.


―Necesito verlo.
―Sí, no estamos seguros… espera. Mamá, ¡qué demonios estás haciendo!
Hermione se había hundido hasta las rodillas y fue poco a poco y con mucho cuidado
yendo hacia el dispositivo con su propio enlace.
―Él necesitará visualización. Yo las estoy haciendo por ustedes. Vincula mi enlace
con su llamada.
―¡Oh Dios mío, mamá! ¡Deja de moverte! No sabemos con lo que estamos tratando
todavía. ¡Si te matas, voy a estrangularte!
―Y si tú no te pones detrás de un escudo anti explosivo y en un traje protector, voy a
degradar tu Canting hasta el de escoria.
―¡Muy bien, todo el mundo! Vamos a calmarnos y reagruparnos. ―Fain respiró
hondo mientras luchaba con su propio pánico por la escala de la situación―. ¿Qué tal si
todos discutimos cualquier otra cosa que queremos hacer antes de hacerlo? ¿Eh? Este es el
momento de trabajar juntos, no para tener libertad para todo lo que podría conseguir que
todos muriéramos.
Hermione asintió.
―Bien. Mi enlace está encendido. Ponme en conferencia y me arrastraré de
vuelta a esperar. No voy a hacer nada más. Lo prometo.
Ryn se mostró de acuerdo. 262
Darling se tomó un segundo para mirar el dispositivo.
―Correcto. Son malas noticias, y unas serias noticias del tipo, succiona la alegría de tu
vida. ¿Dónde está Hauk?
―Aquí estoy.
―Tú no, Fain. Mi copiloto.
―Está en el pasillo. Ya sabes cómo es él acerca de los explosivos.
―Sí, lo sé, por eso es que pregunté por él. Envíale a un encargo largo y sin sentido al
otro lado de la estación. No lo queremos como una abuela vuelta loca sobre nosotros.
Ahora, ¿dónde está Mari?
―Con Nyk, creo. O con Saf. No estoy muy seguro, pero él no está aquí.
―Bueno, eso apesta. ―Darling, dejó escapar un suspiro cansado―. Muy bien, Fain.
¿Compartes la aversión de Dancer por los explosivos?
―Sólo si explotan en mi cara.
―Eso es lo que estamos tratando de evitar. ―Darling se detuvo unos segundos antes
de volver a hablar―. Te necesito en un traje protector, con una caja de explosión 12. Dile a

12Caja de Explosión: Recipiente de contención donde se colocan los dispositivos explosivos luego de ser
desarmados, por si tiene un detonante secundario.
Syn que establezca los amortiguadores en el sitio para que la habitación esté a la secuencia
que estoy enviando a tu enlace en este momento. Necesitarás un kit de desactivación para
él y él tendrá que estar en el centro de mando trabajando en conjunto contigo para
desarmar la bomba. Si ustedes dos no pueden trabajar como una sola unidad y en el orden
correcto, todos vamos a tener un mal día.
―¿Qué puedo hacer yo? ―preguntó Ryn.
―Quedarte fuera de esto. Y no discutas. Sé que eres el mejor en una pelea, pero no
cuando se trata de tu madre. Necesito una cabeza clara y no un idiota en el camino. La
quieres fuera de allí. Quédate atrás y déjanos hacer nuestro trabajo.
―¿Estoy tomando consejos sobre esto de ti?
―Exactamente. Estoy hablando por experiencia, porque fui yo el imbécil que
consiguió meternos a todos nosotros en una guerra porque fui a salvar a mi esposa y no
pude mantener la boca cerrada. Si hubiera dejado a todos ustedes hacer su trabajo y
quedado en casa, tú no estarías tramando mi muerte justo ahora. Así que, por favor, Ryn.
Amo a mamá Dane, también. Ella es la única verdadera madre que he conocido alguna vez.
Así que permíteme salvarla. Estoy tan disgustado por esto como lo estás tú, y
colgando de un hilo. Sólo podemos darnos el lujo de que uno de nosotros sea el
histérico ahora mismo y estoy reclamando ese derecho.
Lágrimas brillaron en los ojos de Ryn cuando miró a su madre, quien le dio
una sonrisa triste. 263
―Los Danes no se inmutan, bebé. Permanecemos de pie y luchamos. Ellos no van a
llevarme. Hoy no. No te preocupes.
Él asintió.
―Te quiero, mamá.
―Yo también te quiero, Trey-vey.
Syn se unió a ellos y le entregó a Fain un traje protector.
―Oye, recibí el mensaje de Kere que decía que estabas necesitando esto. ―Él miró
más allá de él para ver a Hermione y a Venik en el interior―. ¿Cómo lo está haciendo allí,
lady Tavali?
―Estoy enojada y con ganas de probar la sangre de mis enemigos que se atrevieron a
atacarme aquí en mi propio hogar.
―Estamos trabajando para entregárselos. Venik, ¿qué hay de ti?
―Sácame de aquí para que pueda darle a ella la cabeza y la garganta de quien hizo
esto.
―Por lo que he oído, Fain te ganó en eso. Es por eso que está aquí. ―Syn dejó la caja
de explosión a los pies de Fain, junto con el kit de desactivación―. ¿Sabes cómo utilizar
algo de esto?
―No tan bien como tú o Kere, pero he tenido un par de cursos de formación.
―¿Pasaste alguno?
―Un par.
Syn se volvió extremadamente verde.
―Oh, qué bien. Ryn, es posible que quieras dar un paso atrás… unos cuantos.
Estamos a punto de tener una Hora de Explosivos Amateur. Mi forma favorita de
entretenimiento… cuando estoy viéndolo desde lejos, muy lejos.
Después de hacerle un gesto obsceno al Ritadarion, Fain se dio la vuelta para darle a
Syn su espalda para que él pudiera sujetar los acoplamientos de la armadura anti
explosión.
Fain miró a su hermano mientras Syn lo adecuaba para la tarea.
―Dancer, escúchame. Quiero que tú y Galene reúnan a tu esposa e hijos, a Talyn y
Felicia, y a Vega y War. Y agarren a Gavarian y Brach, también. Lleva a todos a mi nave y
asegúralos allí hasta que esto termine. Ya no estoy jugando esta mierda. Podrás estar
seguro allí y nadie podrá tocarte.
―Eso va contra el Código Tavali ―gruñó Venik.
―Besa mi culo peludo, Ven. ―Fain mantuvo su mirada fija en Dancer―. Ya
tienes acceso y autorización para embarcar. Dile a Storm que siga los protocolos
Nivel Dos. Ella te guiará a través de cómo escanear todo para autorizar. Hay un
montón de cuartos de la tripulación para todo el mundo. Y provisiones. 264
―No voy a dejar que enfrentes esto solo.
―Eres prácticamente un inútil con explosivos, y lo sabes.
―Tienes el mismo trauma que yo tengo… por las mismas razones.
Fain se estremeció mientras trataba de no pensar en cualquier cosa de sus infancias.
―Sep, pero yo no soy el que se cayó de la ladera de una montaña después de que una
carga detonara en mi cara. ―Él hizo un gesto con la barbilla hacia el final del pasillo―.
Vete, Dance. Ya has visto un hermano morir frente a ti. Yo no quiero ser tu próxima
pesadilla. Tienes un bebé en camino. Niños a quienes proteger. Te necesito para
mantenerlos a ellos y a mi familia a salvo. Por mí, hermanito.
En lugar de irse, Dancer se adelantó y tiró de él en un fuerte abrazo.
―Te me mueres y te voy a seguir al infierno para patear tu trasero. ¿Me escuchaste?
―Te escucho.
Dancer desordenó su cabello antes de soltarlo y dio un paso atrás.
―Lo digo en serio, Fain. No me hagas tener que cometer un pecado mortal para
condenarme a mí mismo para ir tras de ti.
―Vete. ―Fain juguetonamente lo apartó―. Me estás molestando. Consigue a los
demás.
Dancer dio tres pasos antes de volverse para mirar hacia atrás. Lágrimas brillaban en
sus ojos.
También te quiero, hermano. Ninguno de ellos tenía que decirlo en voz alta.
Syn le dio una palmada en el brazo.
―Bien. Estás listo para entrar. ―Le entregó a Fain el casco―. Comprueba el
micrófono.
Fain se lo puso y se selló a sí mismo, entonces comprobó todo para asegurarse que el
audio y la visualización estaban transmitiendo.
―¿Comprobando?
―¿Estás ahí, Kere?
―Estoy aquí. Estamos listos tan pronto como tú estés en el centro de mando.
Syn inclinó la cabeza hacia Fain.
―Buena suerte. Estoy arrastrando a Ryn conmigo para que pueda tener su crisis
nerviosa en una zona de menos distracción.
Cuando Fain tomó la caja y el kit, se dio cuenta que Galene había desaparecido
mientras él había estado colocándose el traje. Que ni siquiera se había tomado la
molestia de decirle adiós.
O buena suerte.
265
Hirió mucho más profundo de lo que debería que lo hubiese abandonado tan
rápidamente. Por lo que sabía, él podía estar muerto en los próximos minutos. En realidad,
era una buena apuesta. Y ni siquiera se había preocupado lo suficiente como para desearle
suerte.
No pienses en ello.
Eso era más fácil decirlo que hacerlo.
―¿Fain? ¿Estás conmigo?
―Sep, lo siento. Estaba distraído.
―Um, de acuerdo, amigo. ¿Un consejo? No tienes que distraerte mientras manejas
algo diseñado para estallar. Quieres mantenerte enfocado. Confía en mí, tus probabilidades
de supervivencia aumentan de forma exponencial de esa manera.
―Titana tu, giakon.
―Sí, mantenlo en tus pantalones, Andarion. No eres lo suficientemente bonito para
mi gusto. Ahora ve al dispositivo y trata de no golpearlo o a la mesa. Quiero que te deslices
debajo de ella, lento y tranquilo, con el menor movimiento posible.
Fain estaba apenas debajo de la mesa cuando la voz de Syn regresó a su oído.
―Estoy interviniendo en el sistema, Kere. Te he dado acceso completo.
―Perfecto. Fain, congélate.
Él oyó a Darling tipiando frenéticamente.
―Syn, enciende los escudos cruzados con sus routers13 interiores para mí.
―Hecho.
―Las luces se atenuarán a mi señal. Nadie se asuste, pero Fain, dile a mamá Dane y a
Venik que corran hacia la puerta cuando lo hagan.
―Lady Tavali. Ven. Las luces están a punto atenuarse. Cuando lo hagan, necesitan
salir rápido de la habitación. ―Entonces, él hizo la cuenta regresiva con Darling―. Tres.
Dos. Uno. ¡Ahora!
Las luces se opacaron.
Ambos corrieron pasando junto a él, hacia el pasillo.
―¿Están a salvo? ―preguntó de Darling.
―Eso creo.
―Muy bien, ¿estás listo para esto?
―Sep, guíame a través de esto.
Darling devolvió las luces.
―Tira suavemente de la cubierta y expón el vientre de la bestia.
Fain hizo lo que le dijo e hizo una mueca ante la masa de alambres retorcidos
que se envolvían en torno del mineral de arcilla explosiva. Aunque la arcilla era 266
más grande que su puño, era suficiente para llevarse a toda esa ala de la estación.
―Oye, ¿Syn? Tienes que decirle a Venik que evacue todo el cuadrante sur.
―En eso.
Darling calmadamente le siguió hablando a Fain a través de la secuencia de desarme.
―Muy bien, Fain. Lo que necesito que hagas ahora es que cuentes el tercer cable
naranja brillante desde la izquierda y lo aísles.
Fain vaciló.
―¿El más brillante?
―Sí. ¿Lo ves?
Él parpadeó mientras miraba a todos los alambres en su mano. Naranja…
―Es este, keramon.
Fain se quedó helado al oír el sonido de la voz más dulce de los Nueve Mundos
mientras un cuerpo cálido se deslizaba a su lado.
―¿Qué estás haciendo aquí?

13Router: también conocido como enrutador o encaminador de paquetes, y españolizado como rúter, es un
dispositivo que proporciona conectividad a nivel de red. Su función principal consiste en enviar o encaminar
paquetes de datos de una red a otra.
―Tenía la sensación de que no les dijiste que la razón por la que nunca aprobaste esas
clases de desactivación fue porque eras parcialmente daltónico.
Darling maldijo en su oído.
―¿Ella habla en serio? ¿Hablas en serio? ¿No puedes ver una amplia gama de colores
y estás manejando un maldito cableado explosivo? ¿Hauk? ¿Estás fuera de tu Andarion
mente?
―Sí. Cuando era un niño, se metió en una pelea con Keris y su hermano lesionó su
retina e hizo una cantidad significativa de daños que dejó a Fain con dicromatismo. ―Ella
le cubrió la mano con la suya y la movió a uno de los cables―. Este es el tercero más
brillante de color naranja.
Agradecido por su ayuda, Fain lo cortó mientras ignoraba los insultos de Darling para
él y su linaje que continuó sin interrupción a través de su enlace.
―Tienes que ir a mi nave con Dancer donde es seguro.
―Estoy justo donde debo estar. Necesitas a alguien aquí con manos más pequeñas,
que es utilizada para el manejo de instrumentos delicados. Soy una cirujana entrenada, con
una gama completa de visión de colores. Tengo esto.
―Stormy…
―Solo fuerte. Juntos más fuertes. ―Ella tomó su mano entre las suyas y le
quitó el guante. Su mirada lo paralizó cuando ella tomó el anillo de su dedo. Luego 267
ella se quitó el guante y se colocó el anillo en donde una vez había descansado en su
mano―. Te he amado desde el momento en que te conocí cuando niño. Tú eres mi vida,
Fain Batur. Si mueres hoy aquí, entonces me estás llevando contigo. No quiero vivir otro
momento de esta vida sin ti.
El amor por ella lo atragantó mientras Darling finalmente se callaba. Por nombrarlo a
él de ese modo, Galene estaba reclamándolo como su marido, ante testigos. De acuerdo con
la ley Andarion, eso legalmente los ataría realmente tanto como una ceremonia de
unificación.
Él tocó con su mano desnuda la de ella.
―Y tú eres el aire que respiro, Galene Hauk. Nunca permitiré que te hagan daño.
Darling dejó escapar un suspiro irritado.
―Ayyy, eso es todo dulce y conmovedor, ¿pero podríamos por favor centrarnos en la
bomba que está a punto de detonar en sus rostros?
―Sí, estoy esperando que nos digas qué hacer, Kere. ¿Qué te está tomando tanto
tiempo?
Él prorrumpió en una ronda de Caronese que Fain se alegraba de no poder entender,
de lo contrario, podría haber terminado con el linaje del emperador.
―Galene, dirige la luz y sigue esta secuencia. Azul oscuro, azul claro, verde, amarillo,
naranja claro, rojo, rojo, púrpura.
Rápidamente ella los cortó en el orden designado mientras Fain sostenía la luz para
ella.
―Hecho.
―¿Pasó algo?
Fain arqueó una ceja ante la pregunta ansiosa de Darling.
―¿Se suponía que algo debía suceder?
―No. No necesariamente, pero…
―¿Pero qué?
―Es posible que desees retirar el dispositivo de la mesa y sellarlo en la caja
rápidamente… Sólo en caso de que el diseñador plantara una falla de seguridad en el
mismo.
Fain obedeció, y cerró los sellos fuertemente.
―Sí, bien. ¿Ahora qué?
―Eso debería ser todo. Deberíamos…
La bomba detonó a sus pies. Fain agarró a Galene y la cubrió con su cuerpo. Él
la sostuvo contra la pared con tanta fuerza que ella no podía respirar.
―¿Querido? Creo que estamos a salvo. ¿No es el propósito de la caja de
explosión? 268
―Ella está en lo cierto, muchachote. La estás aplastando sin razón.
Pero en lugar de dejarla ir, Fain se sacó el casco y lo dejó caer al suelo. Luego hizo lo
mismo con el de ella.
Galene no estaba completamente preparada para la ferocidad de su beso. Fue
exigente, excitante, y la dejó jadeante.
―Muy bien, Andarions. Voy a… uh… ―Darling se aclaró la garganta―. Darles la
habitación y dejarlos en esto. Esto es un poco incómodo para el resto de nosotros.
Fain se apartó de ella con una descarada sonrisa adorable.
―Si alguna vez arriesgas tu vida así de nuevo y luego me ayudas…
―Todo lo que tienes que hacer es no arriesgar la tuya. ―Señaló el parche de rango en
su traje protector―. Recuerda, tengo un mayor rango, soldado.
Sonriendo, él restregó su rostro contra las trenzas de ella.
―¿Por qué has vuelto?
―Porque te amo. Siempre te he amado.
Esas palabras hicieron que su corazón cantara. ¿Podía tener la esperanza que quisiera
decirle lo que él pensaba que dijo?
―¿Estoy finalmente perdonado?
Ahuecando la cabeza de él en su hombro, ella no solo quiso golpearlo sino también
sostenerlo para la eternidad. ¿Por qué él no podría ser fácil de amar?
Claro que eso era parte de su encanto.
―Sí. Estas perdonado.
Fain cerró los ojos mientras saboreaba las palabras que había esperado toda una vida
por escuchar. Si moría en ese momento, estaría contento.
Y todo lo que quería era llevarla de nuevo a su nave y hacer el amor con ella por el
resto del mes.
Si tan sólo pudiera.
Suspirando pesadamente, odió a la responsabilidad. Maldita edad adulta. Quería
devolverla para un reembolso completo.
―Todavía tenemos que localizar un dispositivo más.
Ella asintió.
―Lo sé.
Fain tocó su enlace para activar el sonido del mismo.
―Oye, Kere. ¿Ha habido suerte en la búsqueda de la tercera carga?
―Trabajando en ello.
Fain tomó la caja y la transportó mientras Galene lideraba el camino hacia el 269
pasillo. Hermione y Ven esperaban al final del mismo. Cuando él se acercó a ellos, Fain le
entregó la caja y el dispositivo que llevó a un oficial del Cuerpo Hadean.
Hermione se puso de puntillas para besar a Fain en la mejilla.
―Te debo una. Gracias por lo que hiciste.
―No hay problema. Me alegro de haber oído a la escoria fanfarronear acerca de la
colocación del explosivo, y que llegué aquí antes de que se disparara. ¿Qué ha pasado, de
todos modos? ¿Cómo lo encontraste?
Hermione suspiró.
―Estábamos hablando. Me levanté para tomar una copa y oí el resorte de liberación.
Ya que no sabíamos con lo que tropecé, no nos atrevimos a movernos por miedo a que eso
estallara.
Hermione apenas había terminado de hablar antes de que Ryn se presentara y la
agarrara en un abrazo feroz.
―Estoy bien, Ryn.
―Lo sé. No estoy listo para ser un huérfano todavía.
Fain se burló.
―¿No estás un poco viejo para ser un huérfano?
Él miró a Fain sobre el hombro de su madre antes de colocarla de nuevo sobre sus
pies.
―¿Teniendo en cuenta el hecho de que mi madre me alimentó con biberón hasta que
cumplí los treinta? No.
Fain se rió de algo que era prácticamente cierto. Hermione tendía a adorar y
sobreproteger a su único hijo como si fuera la criatura más sagrada en el universo conocido.
Hermione rodó los ojos hacia Galene.
―Las mentiras que nuestros hijos dicen sobre nosotras.
―Si no lo supiera. Mi hijo me horroriza diariamente.
Ryn se puso serio cuando se enfrentó a Venik.
―Tuvimos mucha suerte con Fain descubriendo este explosivo. Pero no vamos a tener
suerte con el siguiente. Tienes que entender que ellos irán o tras la defensa o la familia.
¿Dónde se encuentran tus hijos?
―La mayoría de ellos están en sus propias naves. Sólo Kareem se encuentra
actualmente en el puerto. Incluso mi esposa está fuera en la nave de mis hijas.
―Eso no es cierto ―dijo Fain―. Vi a Stain arribar más temprano.
Venik frunció el ceño.
―No. Está fuera con su equipo.
270
―No, él arribó. Comprueba los registros. Me dijo que estaba de camino a verte a ti y a
Kareem cuando lo encontré.
Ven sacó su enlace para comprobar.
Mientras lo hacía, Galene tocó el ojo de Fain.
―¿Te duele?
―¿Qué?
Ella suspiró profundamente.
―Tienes un desagradable ojo negro.
Él lo tocó, luego siseó cuando se dio cuenta que era delicado.
―Auuu, maldición. No lo sentí hasta ahora. Calculo que el idiota consiguió darme un
golpe, después de todo. Debe haber sido cuando rompió la silla sobre mí.
―¡Oh, Dios mío, Fain! ¿Él te golpeó con una silla?
―Sí. Con algunas otras cosas, también. Incluso arrojó a uno de los humanos más
pequeños sobre mí.
Galene cubrió su cara y gimió.
―Deseo pensar que estás bromeando y consagrándote con esto. Por desgracia, ya lo
he aprendido. Dioses, eres el padre de tu hijo. ¿Qué he hecho para merecerlos a ustedes
dos? ―Sacudiendo su cabeza, se encontró con la mirada de Hermione―. ¿Es más fácil con
hijos humanos o machos?
―No realmente. Nunca sé lo que me horroriza más; las historias que Ryn me cuenta, o
las que sé que él no me cuenta por respeto a mi sensibilidad maternal, o por miedo a lo que
voy a hacer con él si alguna vez escucho la verdadera naturaleza de su imprudencia innata
y estupidez desvergonzada.
―Para que conste, es sin duda la última. ―Ryn dio un paso atrás para escuchar el
micrófono en su oído―. Sí, aquí Dane. Adelante.
Aproximadamente un minuto más tarde, mientras Galene y Hermione todavía
estaban comparando historias de guerra sobre la crianza de sus hijos tercos como madres
solteras, Fain frunció el ceño cuando observó a Ryn tropezar y descender sobre una rodilla.
No estando seguro de lo que había sucedido, se trasladó para arrodillarse al lado de Ryn
para ver si podía ayudar.
―¿Hubo sobrevivientes? ―La voz de Ryn era apenas un susurro. Su respiración se
volvió irregular y llena de dolor.
Con el ceño fruncido, Hermione se unió a ellos. Ella frotó la espalda de su hijo.
Ryn tendió su mano al enlace mientras asentía.
―Mantenme informado. ―Y colgó.
El ceño de Hermione imitó al de Fain y al de Galene. 271
―¿Bebé? ¿Qué pasa?
Ryn miraba al frente como si estuviera en trance.
―La Liga golpeó la flota occidental de Hinto mientras estaban en camino a
encontrarse con nosotros.
Hermione maldijo en voz baja.
―¿A cuántos de ellos perdimos?
―Todavía están tratando de determinar los números. ―Sus labios temblaron―. La
Merry Crimson cayó en la lucha.
Ella hizo una mueca.
―Qué horror… ¿Acaso la comandante Hinto pudo salir?
Una lágrima se deslizó por la mejilla de él.
―Le dije que no viniera. Le dije que se quedara en la base de su padre. ―Él cerró los
puños y los apretó contra su frente mientras se rompía en un sollozo―. ¡Maldita sea, Mack!
¡Maldita sea! ¡Por qué no pudiste escucharme por una vez en tu vida!
El ceño de Hermione se profundizó.
―¿Ryn?
Él se limpió con enojo sus lágrimas.
―Me casé con Mack Hinto, mamá. Hace cinco años, en una ceremonia tranquila en
Paraf Run. No le dijimos a nadie porque sabíamos lo que iba a hacer el CUT, y cómo tú y el
padre de ella iban a reaccionar por ello. ―Él tiró de su enlace y envió un mensaje.
Fain se estremeció tan pronto como escuchó el familiar acento cadencioso de la única
hija del gran almirante Hinto. Al igual que Ryn, no había muchos Tavali que no conocían la
feroz reputación de Mack Hinto. Pero, donde Ryn era conocido por su decoro sensato y
carisma suave, Mack era un demonio escupe fuego más propensa a bombardear su camino
de salida en una situación que tratar de resolverla. Mientras que pocos querían tratar con
ella, menos aún querían conducirla en la batalla.
Eso nunca terminaba bien para sus adversarios.
Pero en la única cosa en que todos estaban de acuerdo; ella era la mejor piloto y
estratega que la Tavali nunca había entrenado.
―Oye, mi querido bebé Wassy, lo siento, te he echado de menos. Y no quiero que te
molestes cuando escuches esto. Sé que me dijiste que me mantuviera a salvo y fuera de la
refriega, pero sabes que esa no es nuestra costumbre. Sobre todo después de lo que esos
bastardos han hecho a tu hermano y a su familia. Y a la de Chayden. Eres un Dane.
Soy una Hinto. Hay que considerar que no vamos a permitir que esto quede sin
respuesta. Además, tú me necesitas, amor. Sé lo mucho que significa para ti Darling.
No voy a dejarte solo mientras estás de duelo por él. Sé lo fuerte que eres, pero
incluso la espada más fuerte necesita una mano firme en la batalla. Juré estar a tu
272
lado, a través de los desafíos de toda la vida, y lo decía en serio. No me importa lo que mi
padre, o cualquier otra persona, piensa. Siempre estaré ahí para ti cuando me necesites. Te
amo, Trevelyan. Por todo lo que vales y hasta lo que no eres. Hasta pronto, mi amor. Estoy
contando los segundos hasta que ponga mis ojos y mis manos sobre ti de nuevo. ―Terminó
el mensaje con un sonido de besos.
Ryn enrolló su enlace en su pecho y sollozó.
Hermione le echó los brazos al cuello y lo sostuvo mientras él lloraba. Fain sufrió por
el dolor que vio en los ojos de él. Por la agonía de la derrota de Ryn. Él conocía esa miseria
personal y apestaba en un nivel inimaginable.
No había manera de encontrar consuelo.
Venik le indicó que se alejara de los Danes. Poniéndose de pie, Fain se acercó a él.
―Tenías razón. Stain arribó. Él ha estado tratando de encontrar al traidor por sí
mismo.
―¿Eso es lo que él dijo?
Venik arqueó una ceja enojado.
―¿Dudas de mi hijo?
Fain miró hacia Ryn. ¿Honestamente? En este punto, dudaba de todo el mundo, a
excepción de un puñado de personas. Pero él no era tan estúpido como para decirle eso al
padre del muchacho.
―¿Qué más te dijo?
―Encontraron el tercer artefacto explosivo. Fue plantado en mis aposentos. Stanis y
Kareem tienen un equipo actualmente allí, desactivándolo.
―Bien. ―Fain vaciló cuando finalmente vio una grieta en la fachada de hierro de
Ven―. ¿Qué pasa?
―La realidad me pegó. Ya sabes lo que siento por Hinto.
―Lo odias con el fuego ardiente de un millón de estrellas.
―Sí, pero nadie merece perder a un hijo. Así no. Podría haber sido mi Circe o Berra o
Maryl o Lyss. ―Su respiración se volvió entrecortada―. Mis niñas vuelan como un equipo
unido, Hauk. Una batalla, y podría perderlas a todas. Y a Payne. Él vuela con ellas.
―Llámalas para que regresen.
―Ya lo hice. Y a mis hijos―. Su mirada quemó a Fain―. ¿Realmente puedo confiar en
ti, Hauk?
―Solo tú puedes responder eso. Nunca he traicionado tu confianza. Incluso cuando
debería haberlo hecho. No hay nada más que pueda hacer para demostrarlo.
―Sí, y es por eso que no confío en ti. No te entiendo, chico. Nunca lo he hecho.
Todo el mundo quiere algo. Pero tú no. Tomaste todo lo que te hice y simplemente
seguiste adelante. No te quejas. No calumnias. Sólo lo soportas. Y no sé por qué.
Fain rió amargamente mientras miraba hacia donde Galene estaba sentada con 273
Ryn y Hermione, ofreciéndoles su consuelo.
―No tenía a donde ir, Ven. Nadie me quería. No tenía papeles. Ningún país o lealtad.
Mi única familia era mi hermano. Todo lo que estoy capacitado para hacer es hacer la
guerra y pelear. Luchar en un Ring y tomar tantas vidas como pueda. Keris lo dijo en
mejores años; no soy más que un perro guardián adiestrado. Cuidar de los demás es todo lo
que siempre he sabido hacer. Al final del día, los perros no quieren nada más que una cama
y una comida.
La tristeza ensombreció los ojos de Ven.
―Y así es como yo te he tratado todos estos años. Lo siento por eso, Hauk. ―Él hizo
un gesto con la barbilla hacia el moretón en la mejilla de Fain―. Y lo siento por enviarte a la
escoria. Estaba enojado y arremetí. Quería a alguien a quien culpar y tú eras un blanco fácil
y al alcance.
―Está todo bien. Encontré al traidor allí…
―Y salvaste mi trasero una vez más. ―Venik dejó escapar un suspiro cansado―.
¿Para qué estamos luchando, Hauk? ¿De verdad?
―Tú siempre luchas con fines de lucro.
Ven rió de eso.
―Es cierto, ¿pero qué bueno es eso si entierras a tus hijos?
―No lo es. Nuestros hijos y su futuro son lo único por lo que vale la pena luchar. Esa
es la forma Andarion. No miramos al pasado, ni a nosotros mismos. No es nuestra forma de
vida la que preservamos. Es el futuro de ellos, sus derechos, su libertad la que aseguramos
con nuestra sangre. Luchamos y damos la vida para que ellos no tengan que hacerlo.
―Sin embargo, ellos son los que luchan nuestras guerras y mueren en ellas. ―Ven
tragó saliva―. Tenemos que poner fin a esto con la Liga. Más temprano que tarde.
―Eso es lo que estamos tratando de hacer. Pero no podemos negociar con tiranos que
no nos respetan, o valoran las vidas que ellos se encargan de asegurar.
―Una vida ilumina a miles.
Fain asintió ante el viejo dicho Andarion que significaba que un ser, no importa lo
insignificante que pueda parecer él o ella, tocaba a miles de otros, y que todos ellos se
unirían como un todo indivisible. Nunca tomes a nadie por sentado.
Hermione y Galene ayudaron a Ryn a ponerse de pie.
Cuando Galene se dirigió hacia ellos, Venik giró para darle la espalda a ella. Se
enfrentó a Fain para que nadie más pudiera verlo o escucharlo.
―Has sido un amigo para mí cuando yo no lo merecía. Leal cuando deberías
haber arremetido contra mí. Quiero saber por qué.
―¿Qué quieres que te diga, Ven? Eres un idiota. Los dos lo sabemos. No soy la
alegría tampoco. Pero… me salvaste de Tyrth cuando no tenías que hacerlo. Y, no 274
me mataste cuando podrías haberlo hecho.
―Te disparé en ambas rodillas.
―No me mataste ―repitió Fain―. Ciertamente no eres el primero que me dispara.
Diablos, mi hermano mayor lo hizo dos veces, mientras crecíamos. Dancer me electrocutó
una vez en un lado.
―Por accidente.
―Sin embargo, un tiro es un tiro. ―Fain sonrió mientras miraba a Galene―. Y mi
esposa lo hizo hace unos días, con toda intención. A quemarropa. Cuando me quejé de ello
al comando, Nyk fue el primero en señalar que todo el mundo quiere dispararme en algún
momento. Tú y Storm sólo han tenido el gusto de hacerlo.
Ven resopló.
―Eso puede ser, pero todavía no has respondido a mi pregunta.
Fain se quedó en silencio mientras revisaba sus complicadas emociones cuando se
trataba de Venik. Había una parte de él que odiaba al bastardo por las cosas que había
hecho. Pero debajo de ese odio y resentimiento estaba la verdad que no podía negar. Era lo
que siempre lo trajo de regreso y lo que detenía su mano de arremeter contra el Tavali no
importaba cuánto podría querer hacerlo.
―Cuando yo era nada y había quedado abandonado y olvidado por amigos y mi
propia sangre por igual, tú me diste la oportunidad de recuperar mi dignidad. Sí, me hiciste
ganarla, con sangre y sudor, pero al final, me permitiste tener una nave propia y volar sin
restricciones.
Ven bajó la voz a un susurro apenas audible.
―Te cableé brutalmente a esa nave sin tu consentimiento. A pasar un verdadero
infierno donde abusaron de ti cada minuto que te mantuvieron enjaulado como un animal.
―¿Estás tratando de hacer que te golpeé?
―No. Quiero entender por qué has salvado mi vida, sobre todo después de lo que te
hice antes. Te he humillado delante de tu familia.
Fain se encogió de hombros.
―He pasado por situaciones peores. Confía en mí. Tu pequeño berrinche ni siquiera
se registra en mi escala de degradaciones. Como he dicho, te debo más bien que mal.
―¿Todavía te sientes de esa manera, incluso después de haberte hecho comerciar tu
libertad por el Jaswinders?
Fain resopló amargamente ante el recordatorio.
―Sí, está bien. Aquello es difícil de tragar un poco. Especialmente en los
últimos días contigo pavoneándote por aquí y vanagloriándote de eso sobre mí.
Tengo que decir que el impulso de golpear tu cabeza contra algo duro ha pasado
por mi mente… unos pocos miles de veces por hora.
Ven rió. 275

―Siempre brutalmente honesto. Es lo que más valoro en ti. ―Sacó su enlace y se


desplazó a través de él―. Creo que te lo debo por este espectáculo.
Fain frunció el ceño ante el mensaje cifrado que tenía el mando de credencialización
de Galene en él. No estaba seguro de qué esperar, pero no le importó la idea de su hembra
conversando con otro macho.
Hasta que él leyó el mensaje.

Mi lord Porturnum:

Sé que esto es un poco atrevido de mí parte, y por eso pido indulgencia extrema.
He estado haciendo algunas investigaciones en las costumbres y de los contratos
Tavalian mientras he estado aquí, y hay un solo asunto acerca del que me gustaría
preguntarle. A pesar de que una gran cantidad de información no está fácilmente
disponible, es de mi conocimiento que cada escuela de almirante tiene un diezmo o
contrato con los pilotos que vuelan por debajo de ellos que se une a la nación de ese
piloto. El diezmo es por lo general por el valor de la nave, y en el caso de un esclavo, por
el valor de la persona también, y algún entrenamiento especial o de otro tipo de gastos
indebidos en el que ellos han incurrido. Sé que el comandante Fain Hauk le debe un
diezmo a usted y quiero pagarlo en su nombre y comprar la libertad de él o el diezmo de
usted. ¿Sería esto posible?
Gracias por tu tiempo. Espero su pronta respuesta al respecto.

Galene del Clan de Sangre Alada Batur


Teniente comandante, Mando de la Alianza

Fain miró con asombro estupefacto esas palabras. ¿Galene había tratado de comprar
su libertad? No podía creerlo.
Venik tomó el enlace de su mano.
―Fui un poco grosero con su Ger Tarra en respuesta a su petición, y pido disculpas a
ambos. Tienes razón. Soy un imbécil. Soy egoísta. Reaccionario. Hago lo que tengo que
hacer, para hacer el trabajo. Como regla general, no me importa quién o qué tengo que
pisar para conseguir mi camino. Pero, tú has sido un buen amigo para mí. Un
sirviente fiel incluso cuando yo no lo merecía.
Fain no estaba muy seguro de a dónde Brax tenía la intención de ir con esta
línea de conversación.
276
―Sé que voy a lamentar esto… ―Ven hizo un gesto para que Galene se uniera a
ellos―. Bastantes familias han sido destruidas hoy. Es hora de empezar a construirlas.
Como un regalo de unificación para ustedes dos, estoy liberando el diezmo de Fain.
Bendita unión a los dos. Que los dioses los iluminen siempre. ―Besó la mejilla de Galene,
luego la de Fain―. Ahora me voy a asegurar a mi familia y mi cordura lo mejor que pueda.
Galene miró boquiabierta mientras Ven los dejaba.
―¿Eso fue real? ¿Él realmente acaba de liberarte? ¿Gratuitamente?
Sacudiendo su cabeza, Fain farfulló.
―Ven siempre ha sido caprichoso y bipolar… ¿De verdad le preguntaste acerca de la
compra de mi diezmo?
El más hermoso rubor tiñó sus mejillas.
―¿Él te dijo eso?
―Me lo mostró.
Ella se encogió visiblemente.
―¿Estás enfadado que lo hiciera sin preguntarte?
―¿Enfadado? ―Fain tomó la cara de ella entre sus dos manos―. ¿Cómo pudo estar
enojado por lo más amable que alguien ha hecho por mí? ―Entonces la besó hasta que ella
estuvo jadeante y él estaba tan duro que apenas podía pensar con claridad. Lo único que
quería era estar dentro de ella. Abrazarla y nunca más dejar que nada ni nadie se
interponga entre ellos.
Dando un paso atrás, él frotó su mejilla contra la suya y respiró profundo de su
cabello para que el preciado aroma de su piel se fijara en su sangre en llamas aún más.
―Vamos, te voy a llevar de regreso y hacerte el amor hasta que los dos estemos
cojeando.
Ella resopló.
―Cielos, Fain. Ese es justo el tipo de oferta romántica que hace que el corazón de una
hembra se aceleré con anticipación.
Él compuso lo que esperaba fuera una sonrisa encantadora.
―Sí, bueno, nunca estuve totalmente domesticado. Sabías eso cuando te unificaste
conmigo.
Galene habría protestado más, pero entonces él tomó su mano y besó su anillo con un
gesto tan tierno que la hizo olvidar cuán bestia poco refinada podía ser. Sobre todo cuando
la condujo hacia las cámaras de Hermione para comprobar a Ryn, un gesto amable
que era una parte muy importante de su carácter y por el que ella siempre lo había
amado. No importa qué tan ingobernable o áspero podía ser, era siempre
considerado con los demás.
―¿Cómo lo está llevando? ―preguntó él a Hermione cuando ella abrió la 277
puerta.
Hermione dio un paso atrás para mostrar a Ryn en el sofá con los brazos apoyados en
las rodillas y la cabeza apoyada en sus manos. La miseria se dibujaba en su rostro y parecía
perdido y desconcertado. Completamente privado y devastado.
―Nunca lo he visto así. ¿Cómo podía haber amado tanto y ser yo tan despistada al
respecto?
Fain negó.
―Ninguno de nosotros sabía. Incluso he estado en misiones con ellos y no tenía idea.
Lo escondieron bien. En realidad pensé que se odiaban entre sí, por la forma en que
actuaban cada vez que estaban juntos.
―Él me dijo… que era una artimaña para evitar que alguien sospechara. ―Hermione
se atragantó con sus lágrimas―. No puedo soportar ver a mi bebé con tanto dolor.
Galene le tomó la mano y se la apretó con simpatía.
―Lo sé ―susurró―. Es mucho más fácil tomarlo nosotros mismos que verlos sufrir.
Lo siento.
―Gracias. El resto de la flota estará llegando con dificultad hacia nosotros y deberían
estar aquí en un par de horas, con Júpiter Hinto dirigiéndolos. Tienen que hacer extensas
reparaciones por la batalla. Gadghe los conduce de vuelta a su base principal. Por lo que
entendí, el hijo ha tomado el mando de su padre, ya que él está demasiado alterado para
manejar las cosas en este momento.
Fain bajó la voz para que Ryn no lo escuchara.
―¿Fue recuperado el cuerpo de Mack?
―Nadie lo sabe. Ellos enviaron a decir a través de la última transmisión que su nave
cayó, y nada desde entonces.
―Entonces voy a averiguar discretamente cuando Júpiter toque tierra y asegurarme
de transmitírtelo.
Hermione le frotó el brazo.
―Una vez más, gracias. Ahora ve y asegura a tu familia. Luego vamos a planear
nuestra venganza.
Galene miró a Ryn antes de hablar.
―Ya tengo un plan. Sólo necesito unos minutos con el tahrs Nykyrian antes de mover
las tropas.
―Quiero saber al minuto en que Júpiter pida autorización para aterrizar.
Los tres se congelaron ante el sonido de la voz profunda e inexpresiva de Ryn.
Con su rostro pálido, Hermione se volvió hacia él.
―Ryn… 278
―No soy un niño, mamá. Jory no estará de ninguna forma mejor de lo que estoy yo.
Él es el único que estuvo en nuestra boda, y adoraba el suelo que su hermana pisaba. No es
justo poner todo esto en él y dejarlo que se las arregle solo. ―Se unió a ellos en la puerta―.
Hazme saber cuando estés lista para atacar, comandante. Estaré allí. Todo lo que puedo
decir es que más le vale a la perra de Kyr que se prepare. Voy por su garganta con todo lo
que tengo.
Fain sostuvo su mano hacia Ryn. Cuando Ryn la tomó, tiró de él en un abrazo.
―Unidos en propósito.
―Unidos por compromiso. ―Ryn le dio una palmada en la espalda―. Siempre
Tavali.
―Siempre Tavali. ―Y con eso, Fain puso su brazo alrededor de Galene y se la llevó de
ellos―. Un infierno de día, ¿eh?
―Ciertamente. Me hace tener miedo del mañana.
Mientras se dirigían a la nave de Fain, el enlace sonó con el sonido de llamada de Nyk.
Él lo contestó.
―¿Sí?
―Ponme en conferencia con Galene.
Fain golpeó el enlace para que ella pudiera escuchar la llamada, también.
―Está listo. Adelante.
―¿Preguntaste por la debilidad de Kyr?
Galene se encontró la mirada de Fain mientras se detenían a escuchar.
―Sí, ¿alteza?
―No hay ninguna.
Galene miró boquiabierta a Fain.
―¿Qué?
Nykyrian suspiró en sus oídos.
―Hemos pasado por encima de todo. Y me refiero a todos los detalles que podríamos
tamizar.
―Él tiene razón ―dijo Safa través del altavoz en el extremo de Nykyrian―. He
hablado con todos los miembros de mi familia. Tras la muerte de su esposa, Kyr se encerró
por completo. Mental y emocionalmente, se cerró. Por lo que todo el mundo dice, yo era el
único que le importaba. Y vieron lo que conseguí por ello. Prácticamente me mató, y ahora
él cree que soy su enemigo. Sé por estar en la Liga con él que no tiene a nadie en
quien confía. En absoluto.
―No tenemos ojos en él. ―Maris se unió―. Ni un espía de la Sentella o agente
ha estado cerca de él. Tras el ataque de Sumi, él se ha sellado a sí mismo.
279
Fain suspiró pesadamente.
―¿Cómo lo detenemos?
―Tenemos que matarlo.
Galene se estremeció al oír las palabras frías de Nykyrian.
―¿Safir?
Él vaciló antes de estar de acuerdo con la declaración de Nykyrian.
―Sé que él es mi hermano. Pero el hermano que conocí murió hace mucho tiempo. Mi
padre ha aceptado eso como una acción necesaria por el bien del Universo Ichidian y los
Sistemas Unidos, y está dispuesto a sancionarlo. Los Phrixians no tomarán represalias. Ellos
aprueban las medidas que sean necesarias para lograr la abdicación de Kyr del poder de la
Liga.
Eso era bueno, pero ella sabía que no podía ser una decisión fácil para un padre,
aunque sea Phrixian, hacer frente a su propio hijo.
―Y una vez que lo hemos eliminado, ¿a quién deberíamos confiarle la posición de él?
No podemos desmantelar la Liga por completo. Si bien se ha corrompido, ha permanecido
durante siglos como una noble causa que protege a todos los sistemas de tiranos como
Eriadne y Justinian Cruel. Nos guste o no, los Nueve Mundos han llegado a depender de
ella como una parte necesaria de nuestros gobiernos.
―Estoy de acuerdo. Lo que propongo es una reestructuración de cómo se ejecuta, y
quién controla su poder. En lugar de un primer comandante cuya autoridad es absoluta,
tendremos que restablecer el Consulado de los Supervisores para tomar el mando de las
fuerzas de la Liga, así un individuo nunca volverá a ser la única autoridad. Más bien, el
primer comandante de la Liga ahora respondería y recibiría órdenes desde el Consulado de
la misma manera que cualquier líder militar respondería al órgano de gobierno de su
mundo. Y en cuanto a la sustitución de Kyr, tengo la intención de proponer a Lorens ezul
Terronova para el puesto.
―¿Has oído hablar de él? ―Galene no pudo reprimir la nota de esperanza en su voz.
Nykyrian asintió.
―Él está con un enclave de WAR. Han rescatado a su padre, y a varios miembros del
consejo de mi madre. Lorens está solicitando la reactivación de su rango en la armada, y
quiere que Ilkin dimita para que él pueda tomar el relevo. Planean hacer un ataque contra
Eriadne con las primeras luces… pero sólo con tu consentimiento expreso.
―Confío en él implícitamente. Y con mucho gusto cedo el control total de las tropas
Andarion a él. Son suyas para comandar. Por favor, restablece su rango y
juramento, y yo lo promuevo a primer comandante interino de nuestra armada en
mi ausencia. Si él tiene un blanco seguro en Eriadne y Nyran, que lo aproveche con
mi autoridad en prejuicio extremo y yo tomaré todas las consecuencias de sus
acciones… ¿Los Caronese todavía no están apoyándolo?
280
―Casi.
―Bien. Voy a dejarle saber al gobernador interino Drakari que entonces coordine con
el comandante Terronova sus golpes. Y, ¿alteza?
―¿Sí?
―¿Podemos requisar algo más del señor Drakari?
―¿Qué te gustaría?
―Dos docenas de los Cuerpos Kimmerian mejor entrenados que él pueda reunir.
Nykyrian se atragantó ante su petición.
―¿Y se puede saber por qué queremos contratar a los asesinos de una organización
rival que apenas yo puedo soportar?
Ella se rió ante su tono ofendido.
―La Sentella es lo mejor de lo mejor. No hay duda. Desafortunadamente, la Liga
conoce sus uniformes demasiado bien. Así como todos sus trucos y tácticas.
―Pero no los de los Kimmerians ―dijo Nyk especulativamente―. Tienes razón. Eso
me gusta. Ellos nunca se han cruzado con la Liga antes. Es definitivamente algo que Kyr no
verá venir.
―¿Crees que los Kimmerians se unirán?
―Podemos tratar, y puedo sumar algo mejor para la causa.
―¿Cómo qué?
―Un ex oficial de la fuerza Gyron que anhela hacerle pagar a la Liga. Mi primo está
salivando por una oportunidad de llegar a Kyr. Con lo que estás planeando para los
Kimmerians, digo que pongamos a Bas a cargo de ellos.
Fain dejó escapar una risa malvada.
―Sí. Entrené con Cabarro. Él está bien loco. Juro que ese Kirovarian tiene algo de
Andarion en él en alguna parte. Es el humano más fuerte que he conocido. Rápido. E
impredecible como el infierno en una pelea. Nunca se sabe lo que te va a tirar.
A Galene le gustó lo que escuchó. Eso era exactamente lo que necesitaban. La mejor
ventaja cuando se trata de cualquier enemigo era lo impredecible.
―Entonces vamos a hacerlo.
―Voy a empezar. ―Nyk colgó.
Cuando entraron en la bahía donde estaba atracada su nave, Fain retiró a Galene a un
lado para poder admirar el milagro de ella estando con él.
―¿Ocurre algo?
―Eres la hembra más hermosa que he conocido. ―Él tomó su cara y le dio un
tierno beso en los labios.
281
Galene no estaba segura sobre el estado de ánimo de Fain. Había una solemnidad
extraña en él. Uno que honestamente le daba miedo.
―¿En qué estás pensando?
Él se retiró con el ceño fruncido.
―No sé… algo sigue tirando de la parte trasera de mi mente. Un detalle que me perdí.
―¿Qué quieres decir?
Fain vaciló antes de contestar.
―No estoy exactamente seguro. Solamente… supongo que estoy siendo estúpido.
―Pero mientras abordaban su nave, él se dio la vuelta lentamente para explorar la bahía.
No pudo reprimir el escalofrío repentino en su cuerpo.
Y no fue porque había otros a bordo. Esto no era su sistema nervioso reaccionando a
las firmas de calor adicionales en su nave.
Esto era un asunto completamente distinto.
Una premonición de algo fuera de lugar. Su subconsciente recogiendo un detalle que
no estaba en su lugar. Si tan sólo tuviera idea de lo que su conciencia estaba al tanto.
No es que importara. Él planeaba estar en alerta máxima de todos modos. Porque lo
único que había permanecido por siempre exacto en su vida era que cada vez que las cosas
iban bien…
Todo se descarriaba al infierno.
Sep, una tormenta de mierda estaba por llegar a él. El diluvio siempre lo hacía.
Solamente esperaba que esta vez, fuera el único que estuviera bajo ella y se ahogara. Porque
la última vez que se había sentido así, su hermano mayor había sido asesinado, Dancer casi
había seguido a Keris a la tumba, y Fain había perdido todo lo que le importaba en su vida.

282
Nykyrian se quedó mirando hacia la pequeña niña acurrucada en sus brazos, en
absoluto asombro de ello. Su despeinado cabello oscuro, sus mejillas estaban teñidas de un
radiante rosa mientras dormía en una maravillosa ignorancia de la guerra que impedía al
resto de ellos encontrar paz alguna. Para ella, el mundo aún era fresco y nuevo, un lugar de
seguridad y amor. No sabía nada de los horrores reales que él y sus amigos habían
sobrevivido. La crueldad absoluta de la que su amado padre era capaz.
O él, para el caso.
Y rezó a los dioses que nunca lo hiciera.
Inocente y dulce, ella había trepado al regazo de un bastardo sin corazón que había
sido entrenado para tomar sin piedad y metódicamente las vidas sin sentir nada por ellos,
mientras morían por sus frías manos firmes. Todo al mando de una organización que había
vendido sus servicios al mejor postor.
Cada vida tiene un precio. Ese era el lema de la Liga que había sido inculcado en
él hasta que había reemplazado hasta la última pizca de su alma, y ahogado su
conciencia y humanidad. Como un asesino, su vida no había significado nada para
283
ellos ni para alguien más. Ni siquiera él. O matar o morir. El fracaso no era una opción.
Y en las horas más oscuras de una noche muy similar a esta, en un abrir y cerrar de
ojos, una simple niña inocente y su madre habían cambiado todo eso. Cuando él había
vivido en un lugar de adormecimiento tan profundo que pensó que nunca nada le podría
alcanzar de nuevo, los motivos inesperados de una madre por la vida de su inocente hija lo
habían hecho.
―Mátame. Pero por favor… por favor, no le hagas daño a mi hija. Ella es inocente. Demasiado
joven para morir sin razón. No me importa lo que me hagas a mí, solamente no la lastimes. ¡Te lo
ruego!
Había sido la primera vez en su vida que había visto el amor de una madre por su
hijo. Como un concepto extraño para él en ese entonces a como lo era la guerra para esta
niña en sus brazos ahora. Y ese único, e inesperado motivo, mientras la sangre del padre de
la niña había goteado de sus dedos, había cambiado su vida para siempre. En ese cuarto
oscuro, en esa fatídica noche, había dado la espalda a la Liga.
Un trabajo aparentemente insignificante. Una típica asignación sin sentido.
Luego, en un solo inesperado latido de corazón, todo había cambiado. Esa madre no
solamente había salvado a su hija. Ella le había devuelto su alma y le abrió los ojos a lo que
la Liga era en realidad. En lo que se había convertido.
Una herramienta brutal.
Un animal despiadado.
Jurando nunca más permitirle a nadie más tener ese tipo de control sobre él, a no
llevar la correa de nadie más, se había alejado y fundado la Sentella para salvar tantas vidas
inocentes de la Liga como pudiera. Y esa pequeña niña cuya vida había salvado esa noche
se había convertido en una guerrera feroz por sí misma, una que ahora llevaba un uniforme
de la Sentella y luchaba por su causa con la misma pasión ferviente que su madre le había
dado. Nykyrian aún velaba por ella y se aseguraba de que ningún daño la alcanzara.
Él siempre lo haría.
Afortunadamente, ella no tenía recuerdos de su papel en su pasado. Nykyrian rezó
porque nunca lo hiciera.
Pero por mucho que se preocupaba por ella, había sido otra dama quien le había
regresado el latido a su corazón. Otra víctima inocente de la Liga quien le había dado a su
vacía existencia un verdadero significado y propósito. Quien le había mostrado el amor y le
hizo entenderlo por primera vez en su vida sin valor.
Sin Kiara, él no era nada.
Mira murmuró y sonrió en su sueño antes de frotarse contra su pecho y
aferrarse a su camisa, justo como sus propios hijos lo hacían siempre que los
consolaba de cualquier estremecimiento nocturno que tuvieran.
Distraído de sus pensamientos dispersos, Nykyrian ahuecó su pequeña cabeza
con su mano enguantada. ¿Cómo puede algo tan precioso provenir de una 284
traicionera serpiente como su hermano? Mientras que él ciertamente no estaba sin sus
propios pecados, Jullien era enteramente otra bestia. Nunca se habría imaginado a su
hermano en la búsqueda de una conciencia de ningún tipo.
No con las dos manos, un mapa de las estrellas, y un guía experto liderando el
camino.
Simplemente no podía entender el concepto de Jullien amando cualquier cosa.
Excepto su propio reflejo repugnante.
Pero por otra parte, mientras estaba sentado aquí, había empezado a recordar las
cosas en las que no había pensado en mucho, mucho tiempo. Los recuerdos de estar en el
palacio con Jullien antes de que Nyk hubiera sido enviado a morir.
De Jullien extendiendo sus brazos y siendo rechazado. Por todo el mundo. Ignorado
hasta que Jullien actuó y fue castigado por ello.
En la escuela, había sido de la misma manera. Sus maestros habían tomado una gran
cantidad de placer en señalar las deficiencias de Jullien y hacerlo ir a la parte delantera de la
sala más que nadie. Y porque había sido tan obeso y Andarion, los otros estudiantes habían
sido implacables con él. Constantemente estaba metiéndose en problemas por algo.
En ese momento, Nykyrian había pensado que era justificado y se deleitaba en ver a
Jullien castigado y ridiculizado. Con un poco de perspectiva y distancia, ya no estaba
seguro de ello.
Sí, Jullien había sido un imbécil. No hay duda sobre eso. Pero también había sido
aislado por sus iguales. A pesar de su linaje y posición política, Jullien había sido evitado y
rechazado por las mujeres.
Sin embargo, nada de esto tenía sentido para él. ¿Cómo había terminado su arrogante
hermano con una pirata Tavali?
Nykyrian escuchó un ligero jadeo molesto cuando Ushara entró en la habitación y vio
a su hija dormida en su regazo.
―¿Cómo en los Nueve Mundos llegó ella aquí? ¡La he buscado por todas partes!
La esquina de sus labios se torció en diversión al ver su sombra allí parada, con las
manos en las caderas.
―Se escabulló hace un rato. Dijo que no podía dormir. Que su padre siempre le
contaba un cuento a la hora de dormir y que necesitaba oír su voz, para no tener pesadillas.
Puesto que él no estaba aquí, pensó que mi voz podría funcionar en mantenerlas
alejadas, ya que tenemos el mismo acento.
Gruñendo, Ushara rodó los ojos.
―Juro que Jules le ha arruinado. Es como una niña de paka. No puedo hacer 285
nada con ella cuando él no está. ―Se movió para agarrar a su hija de él―. Siento que te
molestara.
Nykyrian frunció el ceño al darse cuenta que Ushara se había quitado todo su
maquillaje. No se parecía en nada a lo que había imaginado. Mientras que la mayoría de
Andarions tenían piel oscura, la de ella era absoluta porcelana; como una frágil muñeca
perfecta. Especialmente teniendo en cuenta la blancura de su cabello y la palidez de sus
ojos. Era un fuerte contraste con sus pestañas negras y labios rojos. No es extraño que los
clanes Andarion una vez hubieran creído que los Fyrebloods eran divinos. Parecía etérea y
divina. Exótica y de otro mundo.
Parpadeando cuando se dio cuenta que estaba mirándola de mala manera, se aclaró la
garganta.
―No fue una molestia en absoluto. De hecho, me gustó la distracción. Nos tranquilizó
un poco a los dos.
―¿Echas de menos a tus hijos?
Como a un órgano vital que ha sido salvajemente arrancado de mi cuerpo.
Pero los asesinos no admitían tales cosas en voz alta. Nykyrian apretó los dientes
contra el dolor que su inocente pregunta provocó.
―Al igual que con tu Mira, al menos uno de ellos exige que lo meza para dormir a la
hora de acostarse. Kiara lo llama estancamiento, pero no me importa. Más bien, temo el día
cuando sean demasiado grandes para este tipo de cosas.
Ushara pasó la mano por el cabello oscuro de Mira.
―Nunca he estado lejos de los míos. No hasta que Vasili comenzó su entrenamiento
para el Canting. Incluso entonces fue raro hasta hace un año cuando Jullien lo puso de
aprendiz a tiempo completo como parte de su tripulación.
―¿No lo podías entrenar tú misma?
―No podía. Mi rango es demasiado alto como para mantener una simple tripulación,
y Trajen confía en mí, yo soy una de las muy pocas personas en quien confía a su lado. Si
Jullien no hubiese tomado una reducción de rango para que pudiera patrocinarlo por mí,
no sé lo que habría hecho… aparte de volverme loca de los nervios hechos jirones y el
estrés. ―Le sonrió, exponiendo un poco de sus colmillos―. Es una de las muchas razones
por las que amo a tu hermano. Él sabe cuánto me preocupo. Aun así, odio cuando salen
juntos. Sé que tengo que dejar crecer a Vas, pero es tan difícil cuando todavía tengo la
urgencia de hacerlo eructar después de que come.
Nykyrian resopló.
―Sé exactamente a que te refieres. Yo siento lo mismo con mi hija mayor y se
molesta conmigo por ello. Piensa que soy la bestia más sobreprotectora que haya
nacido. Pero he visto demasiados destrozos por la crueldad para arriesgarla, y sé de 286
lo que soy capaz de hacer si algún daño la alcanza alguna vez. No dudaría en hacer lo peor
a cualquiera que la haga derramar una sola lágrima.
Ella comenzó a levantar a Mira de su regazo.
Nykyrian la detuvo.
―No deberías estar cargándola en tu condición. Soy muy consciente por mi propia
esposa que cuando las hembras están cerca de sus fechas, sus espaldas están estresadas y
doloridas. Muéstrame dónde duerme y la llevaré por ti.
―Gracias. ―Ushara le dedicó una sonrisa de agradecimiento.
Con Mira en sus brazos, Nykyrian la siguió desde la sala del consejo de su nave por el
estrecho pasillo a los cuartos de la tripulación que estaban decorados para mostrar dónde
dormían sus hijos. Se detuvo divertido en la puerta que llevaba el logotipo del Gorturnum
de la calavera fantasmal gritando contra un fondo negro sólido con las palabras Vasili el
Valiente y Terrible rodeándolo. Sin embargo, era obvio por el guión y el diseño que la
imagen era un vestigio de los días de juventud de su hijo, y hecho por su madre para
divertirlo. Así como la puerta de sus hermanas tenía una versión más femenina de la
bandera Gorturnum con sus nombres tan estilizados en rosa.
Nykyrian inclinó la cabeza hacia la puerta de Vasili. Mientras que las chicas eran,
obviamente, de una edad para ser de Jullien, y las dos tenían el cabello oscuro de su padre,
la tez y los ojos verdosos del hijo de Ushara era otra cosa. Él era tan rubio como su madre.
―Vasili… ¿me imagino que estabas casada antes de Jullien?
―Sí. No es que importe para Jules o Vas. Ellos han estado completamente unido el
uno al otro desde el principio. Sin embargo, aun así, Jullien siempre ha tenido cuidado de
no tratar de reemplazar a su padre en sus afectos. ―Ella tragó saliva―. Chaz era un buen
macho. Fuerte y orgulloso. Justo igual que su hijo.
La tristeza oscureció sus ojos mientras abría la puerta de la habitación de las chicas.
―Desafortunadamente Chaz murió mucho antes de que pudiera ver el maravilloso
hijo que me dio. ―Tocó el collar de alas en forma de corazón, marcándolo como
significativo para ella, antes de hablar de nuevo―. Nunca pensé que iba a encontrar a otro
macho que se ganara mi lealtad o mi corazón. ―Soltando el medallón, le dio una sonrisa
divertida a Nykyrian―. Y nunca uno de tu calaña.
―¿Significado?
Ella lo llevó a una cama donde Viveka estaba durmiendo y apartó la manta para él.
Nykyrian colocado cuidadosamente a Mira en la cama y la arropó. Ella
inmediatamente se acurrucó hacia su hermana, quien inconscientemente se volvió y
envolvió sus brazos alrededor de ella como si supiera que era su hermana gemela,
y, aun en sueños, trató de protegerla de cualquier daño.
―Un eton Anatole. ―Ushara escupió el nombre como si fuera veneno en su
lengua―. Tu puta abuela brutalmente sacrificó a toda mi familia y al resto de los
Fyrebloods hasta al borde de la extinción. Nos persiguió hasta los confines del 287
universo y nos ha dejado a todos torturados y llenos de cicatrices. Aterrorizados de ser
encontrados de nuevo. Honestamente, hay una parte de mí que todavía se siente como si
hubiera traicionado sus recuerdos al estar con tu hermano.
―¿Entonces por qué lo hiciste?
Ella levantó la barbilla.
―¿Por qué te casaste con tu esposa?
Nykyrian vaciló antes de decir la honesta verdad. No había necesidad de retener algo
que todos ya sabían de él.
―No puedo vivir sin ella.
―Ni yo sin mi Jullien. Como ya he dicho, no es el mismo muchacho que exiliaste, y
pagó un alto precio por todo lo que fue hecho en su pasado. Fue sólo por la pérdida de todo
que tenía que ganarse su alma.
Nykyrian miró a los niños y asintió.
―Lamentablemente, ese parece ser el caso más veces que las no. Para todos nosotros.
Al salir de la habitación, se detuvo para mirar a Ushara, quien se veía no solo inocente
sino también cansada del mundo.
―Y tenías razón hace rato. No importa cuánto nos mentimos a nosotros mismos sobre
la buena persona que somos en el interior, tarde o temprano, todos somos la pesadilla de
alguien más. Esperemos, por el bien de todos, que la historia nos juzgue con etiquetas
mucho más amable que las que hemos utilizado para juzgarnos los unos a los otros.

* * *

Fain no podía dormir. No mientras tenía el cuerpo desnudo de Galene acurrucado en


sus brazos. Estaba demasiado aterrado de cerrar los ojos y despertar para encontrar que
todo esto era un sueño cruel. Incluso ahora, en las horas de silencio, no podía creer que
justo a unos cuantos centímetros de distancia, dentro de estas paredes de metal que habían
sido su infierno más amargo, en cuartos de tripulación que estaban normalmente vacías,
dormía una familia que le pertenecía. Una familia que realmente lo reclamó como miembro.
Aún mejor, una familia que había estado esperando por ellos a su regreso, para
celebrar su unificación.
Cerrando los ojos, saboreó el recuerdo de su fiesta sorpresa improvisada.
Talyn había sido el primero en tirar de él en un abrazo.
―Darling llamó y nos contó de su interesante unión en medio de desarmar un
artefacto explosivo. No creas que estás libre de una ceremonia real. Ninguno de
ustedes. Si tengo que sufrir una, Hauk, tú también. ―Él había liberado a Fain para 288
besar a su madre―. Soy un firme creyente en propagar la miseria.
―¡Talyn! ―lo había reprendido Felicia―. ¡Eres tan horrible! Lo que él quiere decir es
que compartimos nuestra alegría.
―Sí. ―El sarcasmo había goteado del tono de Talyn―. Eso es exactamente lo que quise
decir. Tanto es así que incluso estoy dispuesto a pagar por todo el evento. Lo que mi madre
quiera, lo consigue.
Galene había besado la mejilla de Talyn.
―Gracias, pero tu padre ya ha prometido lo mismo. Incluso me dijo que se iba a
pintar él mismo de rosa y llevar plumas siempre y cuando yo en verdad aparezca en esta
ocasión. ¿Verdad Keramon?
―Sí, bueno, qué demonios. Ya me dejaste parado desnudo en un auditorio lleno de
extraños. La poca dignidad que me queda es toda tuya para abusar.
Riendo, Talyn le había pasado una botella de cerveza y luego brindado mientras que
Vega y War habían espolvoreado a Galene con brillantina de "buena suerte" que aún se
aferraba a su piel y las sábanas.
Fain siguió sonriendo al recordar la primera cena familiar que había tenido desde que
sus padres lo habían echado. Había sido increíble.
Y le aterrorizaba. Tenía mucho que perder ahora, y esa realidad le apretó el estómago.
La ansiedad se hacía peor por el hecho de que Talyn, Gavarian y Brach habían salido más
tarde con Chayden y Qory para ayudar a confortar a sus amigos de sus pérdidas por la
muerte de sus hermanos del Septurnum. Aunque Chayden era un Renegado, tanto él como
Qory habían sido acogidos por la Nación Septurnum y habían sido adoptados por Gadgehe
como jóvenes adolescentes criados en el propio hogar del señor pirata Tavali, como parte
de su familia inmediata.
Y a diferencia de Ven con Fain, Gadgehe los había tratado como a sus propios hijos de
sangre. Jory y Mack pensaban en ellos como hermanos, y Chayden y Qory sintieron la
pérdida de Mack como si hubiera sido su verdadera hermana.
La guerra, la miseria y la muerte no escatimaban alma y no se apiadaban de ninguna
familia. Hoy habían venido por Ryn.
Mañana…
―¿Fain?
Él besó el hombro de Galene.
―Estoy justo aquí, Storm.
―¿No puedes dormir?
―En realidad no.
Rodando, ella le acunó con su cuerpo. 289
―Podría haber jurado que te desgasté.
Él sonrió ante el recuerdo de cuán concienzudamente había hecho el amor con él.
Ningún milímetro de su cuerpo había quedado sin explorar o sin dar placer. Pero aun así,
el mero olor de su piel, o el sonido de su voz fue suficiente para endurecerlo por completo
otra vez.
Besándola, tomó su mano y la guió a su pene.
―Obviamente, estoy dañado. Porque no va a bajar por más que unos pocos minutos a
la vez.
Con una risa dulce, ella mordió su barbilla.
―Al parecer. Dios mío, Akama… ¿Sin embargo sobreviviste sin mí?
―Nunca bien. Siempre en la miseria abismal.
―Mmmm. ―Bajando la cabeza, besó la piel debajo de su collar de esclavo―. ¿Alguna
vez Venik te va a quitar esta cosa?
―Haré que lo quite mañana. Espero que se le haya olvidado, y que no lo reconsidere.
Se quedó paralizada.
―No se atrevería. ¿Verdad?
Pasando la mano por las trenzas de ella, tragó en seco cuando la duda lo apuñaló.
―No sería la primera vez que ha cambiado de opinión sobre algo que prometió hacer.
Especialmente cuando a mí respecta.
―¡Lo mataré!
Fain alisó su ceño fruncido con el pulgar.
―Por lo menos le haces firmar mis papeles de liberación primero. Confía en mí, no
queremos hacer frente a su esposa. Ella es aún más irrazonable y trastornada que él. No se
sabe lo que Malys podría hacer. Ella está siempre fuera de control. Y en formas
extremadamente impredecibles.
El fuego chispeó dentro de los ojos de Galene mientras miraba hacia él en la
penumbra.
―Nadie va a hacerte daño otra vez, Fain. Por mi honor. Mataré por ti. A cualquiera.
Donde sea. En cualquier momento.
Saboreando cada sílaba, la besó y se deslizó en el interior de su cuerpo. Allí era donde
pertenecía. Solamente aquí se sentía protegido y bienvenido. Ella era su fortaleza de fuerza.
Su único refugio. Y cuando ella le dio la vuelta para quedar a horcajadas sobre sus caderas,
él realmente quería morir antes de que algo se acercara y le robara esto, y lo dejara
solo de nuevo. No sería capaz de soportar otro día de vida sin ella.
Con los ojos entornados, la vio cabalgarlo y dejar que el calor de su cuerpo
limpiara los recuerdos amargos y los reemplazara con la promesa de un futuro
mejor. Había pasado tanto tiempo desde que tuvo algo que había esperado con 290
ansias que ni siquiera estaba seguro de cómo hacerle frente.
Estaba pisando un terreno nuevo y desconocido ahora y le aterrorizaba.
Galene observó las emociones cruzar el rostro de Fain cuando tomó suavemente sus
pechos y arqueó su espalda para conducirse más profundo en su interior. Incluso con
cicatrices, seguía siendo el macho más delicioso que jamás había visto. No había nada mejor
que envolverse en torno a su cuerpo duro y musculoso, sentirlo flexionándose contra el
suyo, y bajo sus manos. Ningún hombre jamás había sido hecho más perfecto.
Él despertaba un hambre en ella que ni siquiera sabía que poseía. Si no supiera que es
así, pensaría que ella misma tenía stralen por él como él por ella. Pícaramente, se estiró para
delinear sus labios que contenían algo de la brillantina que los niños habían lanzado sobre
ella antes. Él probablemente moriría al saber cuánto de ella estaba en su piel y en su cabello,
también. Pero se veía bien en él.
Fain mordisqueó la punta del dedo con sus colmillos. Luego le tomó la mano y la
acercó a sus labios para que pudiera incitar su palma con su lengua. Escalofríos corrieron
por su brazo ante la sensación de su aliento en su piel. Sus ojos se volvieron extrañamente
rojo intenso en la oscuridad antes de que él se levantara para besarla.
Con una profunda risa gutural, se dio la vuelta y la atrapó debajo de él. Tenía esa
intensa mirada depredadora que ahora ella reconoció. Significaba que el tiempo de juego
había terminado.
Levantándose, se deslizó dentro de ella. Esta vez, sus golpes eran profundos y largos.
Desesperados. Él la abrazó como aterrado de soltarla.
―No voy a ninguna parte, Fain.
Él entrelazó los dedos con los de ella y apoyó la mejilla contra la suya.
―Si lo haces, juro que me dispararas entre los ojos antes de irte.
Ella contuvo el aliento bruscamente.
―¿Qué?
Se levantó en un brazo musculoso mirando hacia abajo con una sinceridad que fue
escalofriante. Luego puso la mano de ella sobre su corazón latiendo salvajemente.
―Lo digo en serio, Galene. Siempre has estado conmigo, pero ahora que te tengo de
vuelta… preferiría que sacaras a tu perro de su miseria a que lo dejaras enjaulado en el
infierno que llamaba hogar todos estos años.
―¡Tú no eres un perro, Fain!
Con una sonrisa arrogante, la besó.
―Claro que lo soy. Pero estoy más que feliz de ser tu perro. Tú eres la única
que con mucho gusto dejaría que me mandaras, y cuya mano nunca mordería.
Ella gimió ante su humor.
―Agrrr, eres tan terrible. Odio la forma en que te ves a ti mismo. Desearía que 291
pudieras verte a ti mismo como lo hago yo. Solamente una vez.
Ahuecando su barbilla, la besó entonces y aceleró sus embates hasta que ella estuvo
jadeante por ello. Luego, en una oleada cegadora, ella gritó cuando se vino.
Sus ojos se encendieron aún más un instante antes de que él se le uniera. Se enterró
profundamente en su interior y la sostuvo más cerca mientras mordisqueaba y provocaba
su oreja. Sus bigotes excitaban su carne.
Se sentía tan bien tenerlo en su cama. Tenerlo con ella. Punto.
Galene lo mantuvo apretado en sus brazos.
―Felicia estaba en lo cierto. Solamente quiero usarte como una manta. ―Ella tiró de
su brazo musculoso sobre sus pechos.
Él arqueó una ceja.
―¿Debería preguntar por qué estabas discutiendo eso con nuestra hija?
Ella rió.
―No estábamos hablando de esto. Más bien de cuán molestos son los machos en
general.
―No estoy seguro que sea una mejor respuesta. De cualquier manera, me parece que
salgo perdedor.
―¿Estás tratando de comenzar una pelea?
Él le besó el hombro.
―Nunca escogería una pelea contigo mientras estás desnuda. Si digo algo estúpido,
tienes que recordar que drenaste toda la sangre de mi cerebro hace horas, y me dejaste sin
capacidad de pensar con claridad.
―Oh, encantadoramente ingenioso. Te has vuelto mucho más galante en los últimos
años. ―Su mirada se posó en el collar y sintió otra vez una oleada de tristeza ante lo que él
había pasado.
Solo.
Y todo porque ella no se había quedado y luchado por él… la única persona que
debería haber luchado más fuerte por conservar.
Pero nunca más. Esa fue una promesa que no rompería. Jamás. No volvería a permitir
que nadie los separara jamás.
El aliento de Fain se le atascó al ver la expresión torturada en su rostro. Cada vez que
miraba el símbolo de su esclavitud, le robaba la alegría. No podía soportarlo.
Se merecía todo lo mejor. Y toda la felicidad.
Besándola ligeramente, rodó de la cama.
―¿Adónde vas?
Agarró sus pantalones.
292
―A conseguir que saquen este collar de minsid. No seré más la causa de tu tristeza. Te
he hecho derramar suficientes lágrimas. Nunca derramaras otra por algo que he hecho. Te
lo prometo.
Galene se ahogó en un sollozo cuando él entró en el cuarto de baño para lavarse. No
de tristeza, sino por la alegría que sentía. Sin embargo, al escuchar los sonidos suyos al
vestirse, un miedo horrible la consumió. Ella había dicho en serio lo que dijo.
Los dioses habían conspirado contra ellos desde el principio, y robado demasiados
años que deberían haber sido suyos. Y aunque no quería creerlo, una parte de ella no pudo
evitar preguntarse si no estaban malditos. Si no estaban destinados a ser separados.
Su enlace zumbó.
Con el ceño fruncido, lo sacó para ver que era la notificación que había establecido
para la llegada de Jory Hinto.
Ella se estremeció involuntariamente antes de devolverlo a la mesa y fue a reunirse
con Fain en el pequeño cuarto de baño. Él estaba saliendo de la ducha cuando ella entraba.
―¿Pasa algo? ―Bajó la toalla con un gesto de preocupación.
Cuanto atesoraba esa nota de preocupación en su voz. El conocimiento de que por fin
había alguien en quien apoyarse. Mientras que ella era fuerte y podía valerse por sí misma,
era bueno tener a alguien a su espalda. Saber que Fain podría atraparla si alguna vez
tropezaba.
―Jory acaba de pedir los códigos de autorización.
Fain maldijo.
―¿Está llegando a esta plataforma?
―Es lo que les dije que hicieran. Tenemos unos cuantos minutos antes de que
aterricen. ―Ella avanzó para pasarlo.
Fain la agarró de la mano.
―¿Te he dicho cuán orgulloso estoy de la comandante que eres? Claro, siempre fuiste
mandona…
Ella se rió.
―Y tú, Fain Hauk, honras a tu ancestros y homónimo. En tus ojos y forma, veo a ese
valiente soldado quien se paró tan valientemente y luchó con su familia para detener a un
ejército invasor para salvar a nuestra raza. No tienes nada que envidiarle.
Fain no podía respirar cuando dijo esas palabras. Era la cosa más amable que alguien
le había dicho jamás.
―Te amo, Stormy.
―Y yo a ti. Hasta el fin de los tiempos.
Él escuchó un golpe en su puerta.
―¿Fain? 293
De mala gana, se puso los pantalones y la dejó para abrirla, y saludar a su hermano
que estaba en el pasillo fuera de la habitación de Fain.
―¿Qué necesitas?
―El Septurnum está llegando. Pensé que te gustaría unirte a mí en la plataforma.
―Solamente estoy esperando a Galene.
Ella salió de la habitación, arreglando las mancuernas de su traje formal.
Fain sacó la chaqueta de su armario y se la puso en un encogimiento de hombros,
luego siguió a Galene, Sumi y Dancer fuera de su nave hacia la plataforma. Hermione y
Ryn ya estaban allí, esperando con Nykyrian, Jayne, Syn, Maris, Saf y Caillen, así como
Venik, Ushara, y un sombrío pequeño grupo Tavali de bienvenida. Los ojos de Ryn estaban
rojos e hinchados, pero eran lo único que revelaba su corazón roto. El resto de su
compostura era esa mezcla extraña de aristócrata rígido y guerrero letal que era únicamente
suya.
A excepción de su mano izquierda, donde finalmente llevaba un anillo de bodas negro
que él distraídamente acariciaba con el pulgar.
Fain se detuvo junto a Ven y Ushara. Ven hizo una mueca al ver el collar en el cuello
de Fain. Pasó una mirada furtiva hacia Hermione y Ryn antes de ponerse rápidamente
entre ellos para bloquear su vista y se lo quitó. Si ellos lo hubieran visto, Ven habría tenido
algunas preguntas interesantes que responder del CUT, ya que el contrato que había hecho
con Fain por los niños era técnicamente ilegal y en total contradicción con la ley Tavali. Él
tenía suerte de que Fain no era del tipo de delatarlo. Pero después de haber hecho el pacto
con pleno conocimiento de lo que le esperaba, era suficiente Andarion para cumplir con los
términos, por muy terrible que eran.
―Gracias. ―Fain se frotó el cuello, donde la piel se había irritado y magullado debido
al mismo.
Sin responder, Ven deslizó rápidamente el collar en su bolsillo antes de que los Danes
lo vieran. Sí, deberías haber pensado en eso antes de ponerlo en mi garganta, ¿eh, genio? Eso era lo
malo de Ven, él no siempre pensaba las cosas por completo. Tenía una mala tendencia a
reaccionar primero y luego vivir para lamentar su impulsividad.
Dancer fue hacia Ryn.
―¿Cómo estas, amigo?
―Destruido. ―Su tono era sin emociones y hueco. Sus ojos, sin embargo, traicionaban
una angustia que corría profundamente hasta su alma.
Fain odiaba ver a cualquiera en ese tipo de dolor.
Dancer puso su mano sobre el hombro de Ryn. Aunque Fain había conocido a
Ryn desde hace años, no era nada comparado a cuánto y cuán bien Dancer, Jayne,
Syn, y Nykyrian le habían conocido. Ya que Dancer era uno de los amigos más
cercanos de Darling y su compañero de vuelo, ellos compartían un vínculo especial. 294
Y dado que ellos cuatro habían estado protegiendo y entrenando al hermano pequeño de
Ryn, Darling, desde que era un adolescente, Ryn se sentía en deuda con ellos y los
consideraba una extensión de su familia.
Y la familia se mantenía unida. Siempre. Sangre con sangre. Especialmente en
momentos de dolor y necesidad.
Cuando la nave de Jory entró y fue acoplada, Ryn cerró los ojos. Jayne tomó su mano
y frotó su brazo para consolarlo. Fiel a su porte principesco y resistente patrimonio Dane,
Ryn no mostró ninguna emoción mientras esperaba en sombrío silencio. La única pista de
su dolor era su respiración rápida y los puños apretados que mantenía en sus costados.
Odiando que Ryn tuviera que pasar por esto, Fain tomó la mano de Galene en la suya
cuando la rampa bajó y un pequeño grupo empezó a bajar por ella. De inmediato reconoció
al Tavali alto, rubio y musculoso vestido con los colores rojo y negro de la Nación Tavali
del Septurnum en la parte trasera del grupo.
El vicealmirante Jory Woods Hinto, o Júpiter como era más conocido. El nombre en
clave, traducido literalmente como "padrino", le había sido dado a él porque cuando se
trataba de hacer lo imposible, Jory era casi un Trisani con habilidades. Su padre era nada
menos que Gadgehe Hinto, Jory probablemente tendría que haber sido Gorturnum en lugar
de operar bajo la Bandera Roja de la Nación Verdadera.
Sí, él era tan bueno.
Al igual que con los perversos pilotos del Gorturnum, Jory volaba como una bestia
fantasma a través de las zonas más peligrosas, sin ser detectados y nunca capturado.
Dentro y fuera con una velocidad que dejaba a todos preguntándose qué tipo de motor
alimentaba su nave. Era inhumano las cosas que podía hacer, y sus habilidades eran
legendarias. Muchos especulaban que su madre tenía que ser Trisani o alguna otra especie
psiónica similar. Nadie podía simplemente desarrollar el talento que tenía por pura
habilidad o experiencia.
Pero en este momento sus movimientos eran lentos y metódicos cuando salió de su
nave, acunando el cuerpo inerte de su hermana contra su pecho.
Fain se estremeció al mismo tiempo que la fachada de Ryn resbaló y se tambaleó hacia
atrás, luego se contuvo y se enderezó.
Júpiter maldijo en voz alta.
―¿Cómo pesas condenadamente tanto cuando eres tan krikken chiquita? ¿Qué es lo
que comes? ¿Perdigones de plomo? Lo juro por Dios, Mack, he llevado blindaje de titanio
que pesaban menos que su gordo culo.
Mack levantó la bolsa de hielo de su cabello rojo brillante y abrió los ojos para
mirarlo.
―Deja de quejarte, pequeño mocoso, y bájame. Te dije que no me llevaras.
Pero noooo, querías mostrar tus enormes músculos de hombre a cualquier mujer
que pudiera estar presente. Ahora te sientes como un cobarde y yo me siento como 295
una bola de grasa. Gracias. Como si no me sintiera lo suficientemente mal. Fastídiame y
vomitaré sobre ti, y eso te enseñará bastante rápido, ¿o no?
―¡Mack! ―Ryn se disparó a través de la distancia que los separaba y la levantó en sus
brazos antes de que Jory tuviera la oportunidad de bajarla. Riendo y temblando, la
mantuvo acunada en sus brazos como un bebé mientras daba círculos con ella―. ¡No lo
puedo creer! ¡Estás viva! ¡Estás aquí!
Con los ojos cerrados, ella envolvió sus brazos en torno a su cuello y lo abrazó con
fuerza.
―Siento mucho que no pudiéramos decirte, amor. El bobalicón quemó sus
transmisores subespaciales y para cuando fueron reparadas, estábamos en territorio de la
Liga y no nos atrevimos a transmitir.
―¡Oye vamos! El bobalicón salvó tu vida. Podrías mostrar un poco de aprecio,
¿sabes?
―Lo hago. Es por eso que no te voy a llamar idiota. ―Ella le guiñó un ojo
juguetonamente a Jory, quien se rió mientras tomaba sus insultos con calma. Era algo que
los dos se hacían siempre de buena manera. Como hermanos sarcásticos, vivían para
intercambiar insultos. No era su intención decirlos y ambos sabían que morirían antes de
que permitieran que el otro sufriera o permitir que alguien más los insultara.
Jory negó con la cabeza.
―Yo me ofendería, pero estoy muy agradecido de que todavía estés viva después de
ese ataque… ella puede llamarme cualquier cosa en este momento y no me importaría.
Mack tiene un pase libre hacia mí por lo menos una buena década o más.
Llegando a una parada repentina, Ryn sostuvo a Mack con un brazo y tiró de Jory a su
pecho con la otra y lo besó en la mejilla.
―Gracias, hermanito. Te debo más de lo que puedo pagar.
―En realidad, te lo debemos a ti y a Darling. Si ustedes no le hubiesen hecho esas
moderaciones a su nave… la tenían firmemente crucificada, Ryn. Y ellos la golpearon con
todo lo que tenían. Fue una de las peores batallas en la que he estado. ―Jory hundió su
mano en el cabello rojo intenso de Mack mientras las lágrimas brotaban de sus ojos―.
Cualquier cosa que tu o Darling necesiten alguna vez. Sin dudas. Mi vida. Mi nave. Es tuya.
Él le dio una palmada a Ryn en su brazo, luego se limpió la nariz y sorbió.
―De todos modos, pa está realmente triste de que tuvo que dar marcha atrás. La Liga
golpeó nuestra flota norte e hizo un poco de daño serio a la estación Pharester. Como su
vicealmirante, él me autorizó para actuar en su lugar para esta misión. Cualquier cosa que
necesites que hagamos… nómbralo. Soy tu perro número uno con un blaster.
Ryn frotó su nariz contra la de Mack mientras sonreía y la besaba.
―No sé cómo voy a pelear ahora, ya que no tengo planes de dejarte ir nunca
más.
296
Ella apoyó la cabeza en su hombro y luego sonrió a su hermano.
―Fíjate que Trevelyan no ha tenido absolutamente ningún problema en llevar mi
peso.
―Sí, él es un monstruo. Todos lo sabemos.
Ven rodó los ojos ante sus travesuras mientras se enfrentaba a Fain.
―Bueno, ya que no me necesitan y no hay tragedia familiar, me pierdo. Hazme saber
si surge algo y necesita mi atención.
La mirada de Fain se fue sobre el hombro de Ven para ver la verdadera razón de que
Ven se largaba; el alto almirante y presídium Trajen Dane Thaumarturgus, estaba
aterrizando con su grupo del Gorturnum, y si Ven se quedaba por aquí, tendría que darle la
bienvenida también. Había una especie de resentimiento entre ellos dos, pero nadie sabía
lo que era.
Y Fain sabía que no debía preguntar por tales cosas.
Él inclinó la cabeza hacia Ven.
―Lo haré.
Y con eso, Ven y su pequeña contingencia se alejaron.
Ajeno a ellos, Hermione se aclaró la garganta y arqueó la ceja hacia su hijo, que
todavía sostenía a su mujer acunada en sus brazos.
―¿Te has olvidado de algo?
―Um… sí. Mack, te presento a mi madre. Mamá, conoce a MacAdough Hinto Dane,
alta comandante de la Merry Crimson.
―Bueno… era. Más bien estoy en la búsqueda para comprar una nueva nave
actualmente, ya que la vieja se encuentra ahora en pedazos esparcidos por la galaxia.
¿Sabes de alguien interesado en lograr un trato?
Ryn arrugó su rostro pensativo.
―Ahora que lo mencionas, la tripulación del Cruel Victory podría necesitar un co-
capitán. Me han dicho que el embajador Dane es un aprovechado para trabajar y puede ser
extremadamente irracional y exigente, pero algo me dice que podrías ser capaz de meterlo
en tu bolsillo y doblegarlo a tus caprichos cualquier momento que lo desees. Su tripulación
probablemente apreciará tu presencia en esos días en los que es particularmente irritable y
desagradable.
Riendo, Mack lo besó en la mejilla, luego se volvió en sus brazos hacia Hermione.
―Es un placer conocerla formalmente, lady Tavali. Siento mucho que le hayamos
ocultado nuestro matrimonio, pero no quería poner en peligro la posición de
Trevelyan, en las Naciones Tavali o con los Caronese. Soy muy consciente de lo que
todo el mundo piensa de nosotros los del Septurnum y de la enemistad de toda la
vida entre nuestros clanes. Y cómo mi padre se sentiría acerca de todo. La última
cosa que haría jamás es dañar a su hijo en cualquier manera. ―Ella hundió su mano 297
en el cabello rojo de Ryn y jugueteó con él donde cayó a lo largo de su cuello―. Trevelyan
es todo para mí.
Hermione le dio un beso en la mejilla.
―Llámame mamá. Y el honor es mío. Lo que sucedió entre el Septurnum y
Wasturnum fue hace siglos. Es hora de curar a nuestra nación y reconciliar de nuevo a
nuestra gente. ―Ella los abrazó a ambos―. Ahora vayan y descansen, los dos. Ryn no ha
comido ni dormido desde que supo del ataque. Mi hijo te quiere mucho y eso te hace
querida para mí.
Cuando se fueron, Hermione se acercó a Jory y lo llevó hacia Galene para
presentarlos.
―Sé que estás muy familiarizado con Fain. Su esposa, Galene, comandante…
―Hauk ―dijo Galene, para sorpresa de Fain―. Soy quien lidera a la Alianza.
Jory la saludó.
―Encantado de conocerla, comandante. Tengo algunas cosas que resolver en mi nave
para devolverla a su velocidad, pero estaré de nuevo en servicio en unas pocas horas.
―Tomate tu tiempo. Estaremos enviando varias oleadas contra la Liga. Si no la haces
salir en la siguiente ronda, podemos colocarte en una de las subsiguientes.
Jory inclinó la cabeza.
―Estoy deseando pelear con usted, comandante Hauk.
Mientras se alejaba, Hermione miró de nuevo hacia donde Ryn había desaparecido
con Mack.
―Él la deja que lo llame Trevelyan. No puedo superar eso. Él no ha permitido que
nadie utilice su nombre de pila desde que tenía seis años, y salió de la ducha, con el trasero
desnudo, y me dijo que nunca le llamara así de nuevo, bajo ninguna circunstancias.
―Sí… muy bien ―dijo Fain con una risa―. Ni siquiera sabía cuál era su nombre.
Hermione asintió.
―Oh, gracias a los dioses el día de hoy terminó mucho mejor de lo que esperaba.
Algunas victorias más como estas y yo podría ser capaz de dormir otra vez.
―Hablando de… ―Fain sacó su enlace para llamar a Chayden―. Les avisaré a los
demás que Mack está viva. Será toda una carga menos para ellos. ―Se alejó mientras ellas
continuaron hablando de estrategias de guerra.
Desafortunadamente, nadie en su grupo respondió a su llamada.
Regresó con Galene y Hermione.
―Debe de haber mucho ruido para que escuchen. Iré a decirles en persona.
―Yo iré ―se ofreció Jayne.
Galene la detuvo.
298
―Antes de irte, tenía la intención de decirte que Nero y Hadrian están por llegada en
una hora.
El color desapareció de las mejillas de Jayne.
―¿Hadrian? ¿Por qué?
―Vienen para encontrar a nuestro espía para nosotros.
Fain estaba contento de escuchar eso. Dos rastreadores Trisani lo harían. Nadie podía
esconderse de eso por mucho tiempo.
Pero Jayne no parecía tan feliz por eso como él.
―¡Lo mataré! ―gruñó Jayne―. ¡Le dije que se quedara fuera de esto!
Galene intercambió el ceño fruncido con Fain.
―¿Por qué estás tan enojada?
Jayne bajó el tono a un susurro furioso.
―Tú no entiendes la recompensa por su cabeza. Si alguien alguna vez se entera que
está vivo… ―Se interrumpió en un balbuceo―. Se supone que no sale de casa. ¡Jamás!
―Ella gruñó otra vez, desde lo profundo de su garganta―. Lo juro, no va a ser feliz hasta
que lo mate por su estupidez. ¡O alguien más lo haga por mí! ―Y con eso, se fue hecha una
furia.
Dancer vaciló mientras la veían irse.
―¿Quieres que vaya contigo o me quedo con Galene?
―Quédate con Stormy. No quiero que se quede sola. Y en el humor de Jayne, podría
recortar algo a lo que estés apegado, sólo en principio. Si bien creo que estoy a salvo, tú…
ella podría utilizarte para víctima propiciatoria.
Dancer se echó a reír.
―Lo tienes.
Nykyrian y Syn se acercaron a él mientras Galene, Sumi y Dancer se dirigieron hacia
la nave de Fain.
―¿Conoces a Thaumarturgus? ―Nykyrian hizo un gesto con la barbilla en la
dirección que Ushara había desaparecido.
Fain se volvió para verla bajando por la rampa del Stygian Nightmare junto a los más
misterioso Tavalian jamás creados. Vestido de negro sobre negro, no había ni un centímetro
del cuerpo de Trajen dejado al descubierto. Ancho de hombros, alto, y con un aura tan letal
como cualquier asesino llevaba un uniforme de la Liga, Trajen se conducía con las grandes
zancadas de un depredador.
No llevaba blaster, pero las empuñaduras de suficientes espadas eran visibles
para decir que no necesitaba una para matar a sus enemigos. Y en cierto modo, eso
era incluso un mejor testimonio de sus siniestras habilidades y la voluntad de tomar
una vida con sus desnudas, y ensangrentadas manos. Sin mencionar, que tenía una
Espada de Guerra Andarion atada a la espalda. La única manera para que él tenga 299
tal arma sería haberla tomado en la batalla de las manos de un guerrero Andarion
asesinado.
Ningún Andarion habría dado eso sin un baño de sangre brutal. Los Andarions
consideraban una Espada de Guerra de la familia como parte de una herencia sagrada, y
eran tratadas con reverencia extrema. Tú simplemente no ibas a una tienda y comprabas
una de esas. Ellas eran pasadas de padres a hijos, o tomadas como trofeos de guerra.
El caso en cuestión, la que Fain poseía había venido del primer Andarion que había
muerto en batalla. La de Dancer era la misma espada que una vez perteneció al fundador
de su linaje siglos atrás que su abuela le había concedido a Sumi justo antes de su
unificación. La de Talyn había sido ganada en el Ring de la División de Dotados.
Mientras que un puñado podrían ser encargadas al forjador de espadas, esos números
eran estrictamente limitados y tenían que ser aprobadas por la propia Tadara, y nadie de
otro mundo se le permitía ordenar una, bajo ninguna circunstancia.
Fain tuvo que dar crédito donde era debido. Trajen parecía ser todo lo que había oído,
y algo más.
Él echó una ojeada hacia Nyk.
―Sé lo estrictamente por su reputación. Ryn y Ushara son los únicos que he
escuchado que lo conocen personalmente. Y, por supuesto Ven y Hermione… pero sólo por
el CUT. Incluso entonces, no creo que ellos se hayan encontrado cara a cara más que un
puñado de veces.
Nyk se volvió hacia Syn, quien negó.
―Él es un fantasma. No hay registro de ningún tipo y en ninguna parte. No conseguí
nada cuando hice el rastreo. Estoy pensando que o fue borrado o que él es algo de lo que no
sabemos.
Nyk se frotó la mandíbula.
―Si él fue borrado, Syn, tendría un registro.
―No, si fue lo suficientemente bueno. ―Syn suspiró―. En cualquier caso, es un OD.
Fain frunció el ceño.
―¿OD?
―Origen Desconocido ―dijeron al mismo tiempo.
―Y no nos gusta eso ―dijo Syn. Él guiñó hacia Fain―. Es aterrador.
Nyk lo empujó.
―Vete a dormir algo.
―Prefiero conseguir un trago, pero no quiero que mi esposa me destripe por
ello. Nos vemos. ―Syn se dirigió a sus aposentos.
―¿Te vas a dormir? ―le preguntó Fain a Nykyrian. 300

―No. Creo que voy a tratar de descubrir algunas cosas sobre nuestro recién llegado.
―Nykyrian vaciló―. ¿No significa “Thaumarturgus” hechicero?
Fain se encogió de hombros.
―No en ninguno de los idiomas que conozco. Pero no soy tan fluido en todos como
tú. Dicho esto, Hechicero es su nombre en clave.
―Interesante ―murmuró, yéndose tras Ushara y Trajen.
Cuando Fain se dirigía a la salida, se dio cuenta de que muchas más naves estaban
aterrizando. Tanto aquí como en otras áreas de la estación. Y cuando vio que uno de los
ultra-ligeros que estaba siendo atendido y guardado pertenecía a las hijas de Ven, envió un
texto rápido a Ven para advertirle de que su esposa estaba en casa, por si acaso Ven se
había perdido a algún lugar que no debería.
Después de todo, ellos habían tenido suficientes emociones por un día. Él estaba listo
para un poco aburrimiento.
Sin embargo, mientras se dirigía a las plataformas de entretenimiento, tuvo la
sensación de que las cosas estaban a punto de animarse de nuevo. Especialmente si
Chayden estaba acabando sus copas con Caillen cerca.

* * *
―Hola, Sexy Bebé T ―susurró Chayden en una invitación mientras se apoyaba a
través de Qory para hablar con Talyn―. El Fuego Tondarion que bebí quiere contarte un
secreto.
Talyn se rió hacia su amigo.
―Estás borracho, Chayden.
―No, no lo estoy. ―Golpeó la mesa con su palma―. Todavía tienes solamente una
cabeza. Así que todavía estoy sobrio… más o menos. ―Eructó, luego ordenó más bebidas.
Qory hizo señas hacia ellos, pero Talyn no podía entenderlo ya que Qory no estaba
sobrio tampoco, y por lo tanto sus señales eran mal articuladas.
Chayden comenzó a masticar un popote.
―Él dice que deberías tomar una copa. ¿Ves?, no estoy tan borracho como para no
poder entender a Qory.
Talyn se rascó la mejilla.
―No podemos beber.
―Ah, sí, eres un Andarions en uniforme. ¡Apesta ser tú! ―Chayden sacó una
copa de la bandeja de un camarero que pasaba; un forastero iba a decir algo, luego
echó un vistazo al enorme tamaño de Qory, Gavarian y Talyn, luego cambió de
opinión al respecto―. Sí ―dijo Chayden en tono hosco―. Eso es correcto. Tengo 301
una pandilla de luchadores del Ring Andarion y un Qill, y yo soy un Tavali nacido Qill, ¡y
tú no! ¡Ja! ―Entonces se dio cuenta que Brach estaba con ellos―. Oh mira, ¡tengo otro
Andarion, también! ―Frunció el ceño hacia Talyn―. ¿Cuántos Andarions es eso? Ah, sí…
tres. Tres Andarions y dos Qills y una botella de Fuego Tondarion. Muy bueno Mira,
puedo… hacer matemáticas. No ebrio.
Gavarian frunció el ceño hacia Talyn.
―Los Qillaqs son interesantes cuando beben, ¿no es así?
―Son algo.
―Tú eres algo. Y yo soy un idiota discutidor. Imbécil. ―Chayden engulló la bebida―.
¡Oye! ―Se apoyó en Brach―. ¿Sabes cuál fue mi mayor logro de hoy?
Talyn tomó un sorbo de agua.
―No puedo imaginarlo.
―Mantuve… mi boca cerrada.
Talyn lanzó una mueca divertida hacia Brach.
―¿Qué significa eso? ―preguntó Chayden.
―Nada.
―Claro que sí, pero te digo, para mí… eso es un gran logro. Y me merezco otra bebida
por ello.
Riendo, Talyn estiró el brazo para agarrar los aperitivos, luego hizo una pausa cuando
captó las miradas desorbitadas de Gavarian y Brach. Curioso, siguió su línea de visión para
ver a tres hembras con muy poca ropa, muy atractivas, que se deslizan a través de la
multitud.
Sí, está bien. Eso sin duda era notable. Sobre todo porque una de ellas tenía un traje
que realmente no dejan mucho a la imaginación. Bien podría estar desnuda en la
habitación.
―¡Oye, oye, oye! ―dijo Chayden bruscamente, apartando la barbilla de Talyn del
pequeño grupo cuando se sentaron frente a ellos―. Pon esos ojos en el suelo y trata de
sacar la sangre de las partes sobresalientes de tu cuerpo. Rápido. Eso de allí es la
tripulación de la Viuda negra… y dime, Chay ―se dijo a sí mismo en un falsete―, ¿por qué
su nave es llamada la Viuda Negra?
Talyn le dirigió una mirada mordaz.
―¿Por qué es llamada la Viuda Negra?
―Porque su padre es Braxen Venik… ya sabes, jefe del Tavali Porturnum, y
uno de los piratas más crueles, y sanguinarios que haya vivido alguna vez.
Cualquier macho que mire a una de ellas y decida que quiere dar un paseo, recibe
una visita de papi y sale de la habitación en pequeños trozos ensangrentados. 302
―Hizo un gesto con la barbilla a los dos grandes, y musculosos machos que llegaron detrás
de las hembras y desalojaron a la gente de la mesa más cercana a ellas. A diferencia de sus
hermanas, ellas tenían más rasgos Andarion que humanos―. Y aquellos, mi lindo
Andarion, son los hijos de Braxen. Payne y Stain, lo cual es exactamente en lo que estarás
rápidamente y te convertirás en caso de que te atrapen mirando a sus hermanas 14.
Talyn rió.
―Como has dicho, soy Andarion. Algunas muertes, amigo mío, sin duda valen la
pena. Pero tan hermosa como son, palidecen en comparación con mi más adorada Felicia.
No hay nada allí que me atraiga, en ninguna manera.
Gavarian resopló.
―Sí, pero yo veo todo tipo de felicidad esperando por mí. ―Se levantó―. ¿Y tú qué,
drey? ―le preguntó a Brach.
―Ah, demonios, claro que sí. Si tengo que irme, quiero que sea con una gran
explosión.
―¡No! ―Chayden los agarró a cada uno por el brazo―. No lo hagan. Sálvense
ustedes mismos.

14 Payne es una variación de, Pain “dolor”, y Stain significa “mancha”, por eso Chay les dice que si los
atrapan viendo a las hermanas de estos estarán doloridos y se convertirán en una mancha.
―¿Qué en los Nueve Mundos está pasando aquí? ―preguntó Jayne cuando se les
unió.
Talyn suspiró mientras empujaba a Chayden lejos de Gavarian.
―Nuestro pequeño Qillaq ha bebido una gran cantidad de Fuego Tondarion.
Honestamente, no sabía que los humanos pudieran beber esta cantidad y no morir por ello.
Creo que él pasó a la borrachera hace una hora.
Chayden no le hizo caso.
―¡Jaynie! Dile a Vari que no se revuelque con las viudas. Rápido, mientras él sigue
siendo un macho.
―Um… sí. Borracho como está, chico, tiene razón. No querrás un pedazo de las hijas
de Ven. Y no es a Ven de quien tienes que temer. Son medio Qillaq. Tienes que ganar los
derechos marciales a sus camas, y se llevan a dos amantes a la vez.
Gavarian esbozó una sonrisa diabólica.
―Soy muy bueno con eso.
―Dos machos.
Su sonrisa se desvaneció al instante.
―Oh… no tan bueno con eso. No comparto muy bien.
Ella se rió.
303
―No lo creo. Pero tengo una buena noticia.
Talyn arqueó la ceja.
―¿Sí?
Antes de que ella pudiera hablar, Payne Venik se acercó a su mesa y pasó una mueca
de desprecio sobre Gavarian, Brach, y luego Talyn. Su mirada se estrechó en el nombre y
rango en la insignia de Talyn. Al principio, Talyn asumió que era por su fama en el Ring. La
mayoría lo conocían por los años que había luchado como el Martillo de Hierro. A pesar de
que había estado retirado durante casi una década, aún tenía más títulos y récords que
cualquier otro peleador en la historia del Ring Andarion.
Pero esa no era la causa de su notoriedad con el Tavali.
―Batur… ―Payne lo empujó. Duro. Un movimiento de un matón en busca de
pelea―. No tienes el derecho de ver a mis hermanas.
Talyn apenas contuvo su temperamento antes de que pusiera al idiota en su fría
tumba. Talyn no solamente le sacaba una cabeza en altura, también sobrepasaba al Tavali
por unos buenos treinta kilos. O más. Él sabía, por sus años de lucha, que podía matar al
híbrido de un solo golpe.
Tentador. Muy tentador.
Y por eso era que se les prohibía beber. Especialmente mientras llevaban los
uniformes que representaban su nación y raza.
―No estaba mirando a tus hermanas. ―Talyn trató de alejarse.
Stain le cortó el paso.
―¿Qué? ¿Crees que eres demasiado bueno para mirarlas? ¿Crees que porque son
híbridas, están por debajo de ti?
Ellos estaban tratando de arrastrarlo a una pelea. Como el hijo bastardo de un Paria,
Talyn estaba bien familiarizado con mierda como esta, ya que cada lame culos Andarion se
había sentido obligado por su honor a provocarlo y burlarse de él, desde la hora en que
había tomado su primer aliento. Eso era lo que le había hecho un luchador despiadado del
Ring.
Él arqueó una ceja hacia los hermanos Venik.
―Espera… creí que todo tu problema conmigo era tu miedo a que yo estuviera
pensando mucho en ellas, y que ya me las estuviese imaginando debajo de mí. Sin ofender,
pero realmente necesitas trabajar en tus habilidades de comunicación. Estás enviando todo
tipo de señales mixtas aquí.
Payne empezó a avanzar, pero Chayden lo atrapó.
―Oye, bueno… ¿qué pasa con toda esta… hostilidad negativa, eh? Todos
somos amigos. No seas tan repugnante. 304
Stain frunció los labios.
―No te metas en esto, moglidyte.
Talyn no tenía idea de lo que significaba esa palabra, pero por la cantidad de ira que
despertó tanto en Qory normalmente tranquilo como en Chayden, tenía que ser el
equivalente Tavalian de giakon.
O peor.
Con un gruñido salvaje, Chayden se lanzó sobre la mesa hacia la garganta de Stain.
Talyn lo atrapó en medio del aire y le dio un giro completo antes de hacer contacto y
comenzara otra guerra entre los clanes Tavali.
―Tranquilo, Chay.
Chayden no lo estaba consiguiendo. En una mezcla de Qillaq Universal y Tavalian,
lanzó su odio y obscenidades a todos ellos mientras hacía su mejor esfuerzo para pasar a
Talyn.
Maldita sea, él era como un pequeño mono araña. O un niño de rápido movimiento.
Talyn literalmente lo levantó y lo sentó en un taburete.
―¡Sienta tu culo! ¡Quédate allí! Chúpate el pulgar, si es necesario. Pero si saltas de allí
una vez más, te haré cojear. ¡Hablo en serio!
Chayden comenzó a ponerse de pie.
Talyn gruñó y abrió los ojos. Exponiendo sus colmillos.
Retirándose a su asiento antes de que Talyn cumpliera esa amenaza, Chayden lo
fulminó con la mirada, pero se quedó allí prudentemente.
―¡Comandante! ¡Ayuda!
Se dio la vuelta para ver a Brach y a Vari luchando por mantener a Qory atrapado con
la mesa, y lejos de los Veniks. Tan grande y fuerte como era, apenas eran capaces de
contener a la montaña Qill.
Y mientras Qory gesticulaba furiosamente contra ellos, nadie necesitaba que Talyn o
Chayden tradujera los gestos físicos por las palabras que Chayden continuaba vomitando
hacia ellos.
Jayne se hizo cargo haciendo de niñera de Chayden mientras Talyn obligaba a Qory a
retirarse. A pesar de que Talyn no era tan grande como el Qill, seguía siendo uno del
puñado de seres que Qory rehuía de poner de cabeza a través de una pared, por lo que le
dio un grado de influencia cuando se trataba de la montaña iracunda que otros, como Vari
y Brach, no tenían.
Después de que Talyn lograra sentarlo y alejarlo de los valientes sobrinos de
Felicia, dio un paso atrás.
Payne estaba en su cara otra vez. 305
Soltando un suspiro cansado, Talyn se quedó mirando al macho Tavali mientras Vari
y Brach tomaron posiciones para respaldarlo en lo que, obviamente, iba a ser una pelea.
―¿En serio? ¿Tengo que patearte el culo? ¿Es así como honestamente deseas que
termine esta noche? ¿No tienes una mujer con quien acurrucarte? ¿Novio? ¿Mascota?
Demonios, cualquier cosa sería mejor que cuidar de las costillas y la mandíbula rota que te
daré. Y preferiría mucho más estar acurrucado con mi hembra en dichosa paz que limpiar
tu sangre de debajo de mis garras, mientras ella se queja por no contener mi temperamento.
Payne frunció los labios.
―Tú no eres el tipo rudo que te crees que eres, Batur.
Brach dejó escapar una risa histérica.
―¿Me estás tirando mierda? Oh, Dios mío, debería doler ser tan estúpido. ¿Sabes a
quién estás insultando, verdad?
Talyn deslizó su mirada más allá de Payne hacia el chico.
―No te metas en esto, Brach.
Jayne se adelantó.
―Payne, ¿por qué estás haciendo esto?
Él pasó una mirada fría y acerada hacia Jayne.
―Porque si yo no termino esto, ella lo hará. ―Él chasqueó los dedos―. ¿Cuerpo
Hadean? Arresten al teniente comandante Batur por traición, y a cualquier otro que
interfiera.

306
―¿Comandante Hauk?
Fain se detuvo al oír el llamado de Morra. Esperó a que ella le alcanzara y reprimió
una sonrisa ante lo difícil que le resultaba dado el tamaño de sus piernas mucho más cortas.
Era tan extraño para él cómo un ser tan pequeño podría tener tal presencia. Era tan alegre y
animada que era fácil olvidar el hecho de que podría simplemente cargarla y llevarla en su
bolsillo.
―¿Ocurre algo?
―Finalmente rompimos el código. ―Jadeando un poco por su carrera frenética,
sostuvo un enlace hacia él―. No reconozco la voz, pero tú podrías. Y tengo una mejor
traducción para ello. Todavía no tiene sentido. Tal vez lo tenga para ti. ―Respiró hondo
varias veces cuando él giró el enlace para leer la transcripción.
Fain frunció el ceño ante el enigma.
Sí, bueno, si sorprendo a ese pepinillo en otro frasco, no voy a marchitarlo. Voy a
cortarlo de raíz, junto con las bayas y cualquier otra cosa a lo que esté conectado. Mamá no
juega y no comparte sus comidas. El fuego quema, pero me consume, y no voy a descansar 307
hasta que lo vea todo reducido a cenizas. No habrá refugio de la marea que se eleva. Deja que la lluvia
inunde todo.
Muéstrame la vaca y la traeré al molino. El gallo será una gallina y lamentará el día que dejó el
gallinero para jugar.
Un escalofrío le recorrió la espalda al reconocer esa sintaxis y la cadencia. Incluso sin
una voz para confirmar sus sospechas, sabía quién hablaba así.
Y por qué.
Algo que fue confirmado un segundo más tarde, cuando pulsó el enlace y lo
reprodujo en el exterior, la voz ronca de una hembra guerrera Qill muy molesta y
traicionada.
Una hembra Qill que conocía a ciencia cierta que hablaba un Phrixian impecable
porque pensó que era un lenguaje pintoresco de aprender...
Mierda.
―Malys.
―Sí. Yo diría que sí. Tienen que sentir un montón de malicia15 por nosotros para…
―No, Morra. Malicia no, Malys Venik. Esa voz pertenece a la esposa de Ven.

15 Malicia suena similar a Malys en inglés.


Enderezándose, se volvió de un verde más oscuro.
―¿Qué?
La cabeza de Fain se sacudió mientras se debatía qué hacer. La mejor manera de
manejar una situación muy mortal.
Uno no iba y enfrentaba a lady Porturnum. Mientras que Ven podría sumergir su
pepinillo en otros frascos, siempre regresaba a la persona que tenía su corazón. Y esa era
Malys. Con todos sus defectos y los de él, Ven destriparía a cualquier persona que la
desafiara.
Y haría explotar el cráneo de Fain por toda la pared más cercana si soplaba una
palabra de esto a Nyk o a la Sentella y la ponía en peligro.
Morra estiró el brazo para tomar su enlace.
―¿Que vas a hacer?
―Voy a informar esto.
Él apartó el enlace de su mano.
―No. Mala idea.
―¡Fain!
―Lo digo en serio, Morra. No puedes reportar esto. Aún no. Permíteme tratar
con ello primero. ―La expresión de su rostro decía que ella preferiría que no lo
308
hiciera. Honestamente, él tampoco deseaba hacerlo―. No tienes ni idea de lo explosiva que
es. No puedes llevar un grupo allí para enfrentarte a ella. Derribará media estación antes de
caer.
Morra finalmente cedió.
―Supongo que hay una razón por la que su nombre no es Temperance16.
―Exactamente.
―Está bien, guapo. Te voy a dar una hora. Pero tengo que informar a los demás.
―Está bien. Una hora. ―Fain le entregó el enlace de vuelta. Iba a decirles a los demás
acerca de Mack, pero decidió no hacerlo. Eso podría esperar.
Malys no podía. Tenía que ser neutralizada de inmediato, antes de que hiciera algo
que no pudieran deshacer fácilmente. Cerrando los ojos, se puso en contacto con su nave
para asegurarse que todo y todo el mundo estaba bien allí.
Luego utilizó el sistema de su nave para introducirse en la línea de la estación así
podría rastrear a Malys y señalar su ubicación. No era algo que hacía a menudo. Sobre todo
porque no le importaba rastrear a otros.

16 Templanza en español.
Era extraño, sin embargo, Malys estaba en el centro de mando. No era donde pasaba
la mayor parte de su tiempo. Especialmente cuando Ven no estaba allí. Operar logística
Tavali y dar órdenes simplemente no era lo que le interesaba.
Sí, esto no podía ser bueno.
Curioso, y honestamente un poco asustado, se dirigió hacia ella lo más rápido que
pudo intentando permanecer indiferente y de no alertar a nadie más del hecho de que se
estaba poniendo cada vez más aterrorizado por instantes debido a lo que Malys podría
estar tramando.
Cuando llegó a la central de mando principal, la encontró con Kareem, sus
guardaespaldas y otros dos Tavali. Kareem parecía un poco estresado y molesto. No el hijo
feliz de ver a su madre de regreso a él después de una larga ausencia.
Sí, mamá estaba en casa.
Y estaba enojada.
Ah, queridos dioses, ¿qué nueva diversión infernal era esto?
―¿Sucede algo? ―preguntó Fain, tratando de no traicionar sus
preocupaciones antes de tiempo.
Alta, fornida y letal, Malys estaba vestida con cuero rojo ceñido, con adornos
blancos; los colores de la Nación Porturnum. Los colores realzaban el tono caramelo
de su piel y acentuaban su cabello oscuro y los ojos bien pintados. La señora era 309
sorprendente y podría fácilmente hacerse pasar por la edad de sus hijas.
Pero ella palidecía en comparación con Galene. No sólo en apariencia. Más bien, en
todas las formas imaginables.
Aun así, era la señora de su nación y se suponía que debía respetarla como tal.
Malys se volvió hacia él con una mirada penetrante.
―Esto no es asunto tuyo, escoria. Te sugiero que te vayas.
Bueno, y ahí quedó el respeto. Ella podía besar su culo con ese tono. Fain se tensó ante
el insulto. En realidad no estaba de humor para ello. Señalando a su manga Canting, se
aclaró la garganta.
―Renegado. Comandante. Señor, si nada más. Y puesto que la Alianza se encuentra
actualmente a cargo de esto y soy el oficial de servicio, aquí es donde se supone que debo
estar. ―Una pequeña mentira, ya que no era actualmente el oficial de guardia, pero por
alguna razón, el oficial de servicio no se encontraba allí. Lo qué le hacía preguntarse a
dónde había huido el cobarde Tavali.
Que infernal momento para tomarse un descanso.
Los ojos de Kareem se ampliaron hasta el punto que era increíble que no se cayeran de
su cráneo. Tragando saliva audiblemente debido a la audacia de Fain, dio un paso atrás así
no estaría entre ellos.
Sí, nadie le había respondido a la reina de la Nación Porturnum. Era bastante
estúpido.
Y en ese punto, Fain rivalizaba con Caillen Dagan. Pero no estaba en sus genes
retroceder ante nadie.
Jamás.
Sus ojos brillaron con candente veneno mientras pasaba su mirada de él hacia Morra
cuando ella entró detrás de Fain, y luego se estrecharon con ira contra su hijo.
―¿Fuiste tú o la escoria que advirtió a tu padre que estaba en casa? ¿Es por eso que ni
él ni su puta estaban en sus habitaciones cuando fui tras ellos?
Fain cruzó los brazos sobre su pecho.
―Mi lady Porturnum, tiene problemas mucho más grandes ahora que detener a un
marido errante. Me temo que estoy aquí para tomarla en custodia.
―¿Discúlpame?
Fain dejó escapar un suspiro cansado.
―Prefiero que venga pacíficamente, pero si tengo que hacerlo, voy a
arrastrarla a través de la estación, esposada.
Ella resopló con desdén.
―Tú no eres un macho ni estás lo suficientemente calificado para eso.
310
―Créeme cuando digo que no quieres poner a prueba esa teoría.
Ella se movió para colocarse frente a su rostro. Un acto valiente de intimidación que
no funcionó en absoluto, ya que apenas le llegaba a mitad del pecho. Pero le dio crédito
cuando se puso de puntillas y miró hacia él como si pudiera derribarlo.
Sólo Galene tenía esos poderes.
―¿Tiene alguna idea de lo que voy a hacerte por esto? ―Malys paso una mirada
furiosa sobre su cuerpo―. Puedes retrasar mi venganza mientras proteges a Braxen y a su
puta Andarion, pero no has detenido mi jugada. Cuando acabe contigo, Hauk, ¡vas a desear
a los dioses haber estado todavía en ese agujero del que Braxen te arrastró!
Fain duplicó su ceño fruncido.
―¿De qué diablos estás hablando?
―No te atrevas a hacerte el estúpido conmigo, ¡bastardo sin valor! ¿Crees que no sé lo
que estás haciendo?
―Sí, no hacerme el estúpido. Al parecer, me bañé en eso por completo, porque no
tengo ni idea de lo que estás hablando.
Ella trató de empujarlo hacia atrás, sólo para enterarse de que él no se movería a
menos que lo quisiera.
―¡Esa puta Andarion cree que puede tener a mi macho! ¡No voy a permitirlo! ¡Voy a
verlos muertos a todos primero!
Kareem finalmente encontró su voz de nuevo.
―Eso es lo que he estado tratando de decirle, Hauk. Ella piensa que Galene está
durmiendo con mi padre.
Fain quedó asombrado con esa inesperada bomba.
―No creo nada ―gruñó Malys―. ¡Lo sé con certeza! ¡Del mismo modo que sé que
has estado cubriéndolos a ellos todos estos años! ―Se apartó de los guardias con ella para
dar un paso adelante―. ¡Arréstenlo! ―Hizo un gesto hacia Fain.
Fain movió la cabeza en señal de advertencia.
―No lo hagan. El primer hombre que me toque me dejará un muñón sangriento.
―Fulminó a Malys con la mirada―. Y, ¿estás loca? Galene no está durmiendo con Brax.
Créeme. Si la tocara, yo lo mataría. ―Alzó la mano hasta su cara para mostrarle el tatuaje
que tenía que lo marcaba, al igual que su hijo estaba marcado con el nombre de Felicia. Y se
levantó la manga de nuevo para mostrar el resto de sus marcas―. La comandante Batur es
mi esposa. El único hombre que se acuesta con ella soy yo.
Con su mandíbula caída, Malys tocó sus tatuajes.
―No... no lo entiendo. ¿Te casaste con ella después de que tuvo al hijo de
Braxen? ¿Por qué? ¿Él te obligó a hacerlo? 311
Él frunció los labios con disgusto.
―¡Diablos no! Talyn es mi hijo. Estaba comprometido con Galene cuando éramos
niños. Y nosotros lo concebimos antes de que nos graduáramos de la escuela. ―Sacando su
enlace, se desplazó hasta una foto de la noche anterior, donde se encontraba con Talyn,
Galene y Dancer―. Velo por ti misma. Te aseguro que esos ojos no mienten. Sabes tan bien
como yo que los de Ven no tienen stralen y hay solo tres líneas de sangre que llevan esos
genes. Venik no es de uno de los linajes.
Ella frunció el ceño de nuevo.
―¿Entonces por qué Braxen anuló mis órdenes y movió sus aposentos desde donde
originalmente los asigné?
Fain le gruñó.
―¿Esa fuiste tú? ―Él todavía estaba enojado por la forma en que habían sido
recibidos.
―Sí. Quería ver cómo iba a tratarla. Ver si era cierto que ella era su mascota.
Fain puso los ojos en blanco ante los celos mezquinos y sus suposiciones.
―Sí, bueno, Ven no hizo eso. Yo lo hice. No iba a poner a mi hijo y su madre en celdas
de escoria solitarias. ¿Qué en los Nueve Mundos se te metió en la cabeza que te hizo pensar
que Galene dormía con Ven?
―Eriadne. Ella tropezó con nosotros en Paraf Run y dijo que era la razón de porqué
Braxen no mató a Batur años atrás cuando lideró un equipo de ataque en nuestra base para
capturarla.
Morra se burló.
―Brax no nos asesinó entonces porque Ryn estaba con nosotros y amenazó con hacer
llover el infierno del Wasturnum si le hacía daño.
Malys rió amargamente.
―Estás mintiendo. Ningún Dane correría el riesgo de tener una guerra de clanes por
algún Andarion añadido. Nosotros no jugamos esa política.
―Lo haces cuando ese Andarion es familia. ―Fain pasó las fotos hasta Jayne y Galene
para que pudiera ver lo mucho que se parecían―. Jayne Erixour es prima de Galene. Ella es
de la línea de Sangre Alada Batur y por Jayne y Talyn, Ryn te reventaría a ti y a Ven.
El color desapareció de la cara de Malys.
―Oh queridos dioses…
―Sí. Eriadne te engañó. Es en lo que ella es mejor. Yo puedo prometer que
Galene nunca ha tocado a Ven.
Malys le devolvió su enlace.
―¿Por qué permitió a la Alianza entrar aquí?
312
―Para salvar las naves que tomamos. Fue el trato que hizo. Además él está más
fortificado que cualquier otra base y por lo tanto es más seguro. Por lo menos hasta que los
bombardeos comenzaron.
Malys se tambaleó hacia atrás para apoyarse en la consola.
―Oh, Fain. Lo siento.
Él dejó escapar un suspiro de alivio.
―Está todo bien. Tú…
―No, no entiendes ―susurró―. Hice detener a tu hijo, pensando que era el bastardo
de Braxen. Los asesinos de la Liga están esperando con una trampa para él y la comandante
Batur.
Por un instante, Fain no pudo moverse cuando esas palabras lo golpearon como un
golpe en sus huesos. Fue seguido por una necesidad de rasgar su corazón y alimentarla con
él.
Pero no tenía tiempo para eso.
―¿Dónde lo están llevando?
―El puente.
Dándose la vuelta, salió del centro y corrió tan rápido como pudo. Ajeno a todo y a
todos, sacó su enlace y llamó a Talyn.
Nadie respondió.
Aterrorizado, oró y se disparó a través de la estación, haciendo caso omiso de todos
los seres que lo maldijeron por su impaciencia frenética. Por favor, que esté bien. ¡Por favor,
dioses, no hagan esto!
Llamó a Dancer.
―Hauk, adelante.
―Hola, drey. ―Fain trató de mantener el pánico fuera su voz, pero ya que estaba
corriendo, no había ninguna manera de que fuera a sonar tan indiferente como quería―.
¿Estás en mi nave?
―Sí. ¿Estás bien?
Jadeante, Fain rodeó un grupo de Tavali, que gritaron maldiciones en su dirección por
casi chocar contra ellos, y se dirigió por el último pasillo hacia el puente.
―Sí. ―No se atrevió a decirle a su hermano lo que estaba pasando. Aún no―. ¿Está
Galene allí?
―Sí. ¿Por qué?
―Nada. Sólo asegúrate de que no salga de la nave por un rato. ¿De acuerdo?
―Me estás asustando, Fain. ¿Que está pasando?
―Nada ―repitió cuando entró en la oficina principal dirigiéndose al Cuerpo
313
Hadean. Olvidándose de su llamada, se lanzó a la mesa donde su oficial de divisiones
estaba metiendo datos―. ¿Dónde está Talyn Batur?
El guardia pasó una mirada aburrida hacia él.
―Vas a tener que tomar una…
―¡No me jodas, pequeño mogfart! ¡Voy a arrancar tu maldita columna vertebral y
golpearte con ella! ―Levantó al humano con una mano para mostrarle lo fácil que sería
hacerlo―. ¡¿Dónde está mi hijo?!
―L-l-l-lo están procesando. Está en la sala uno.
Fain lo dejó caer directamente al suelo. Con su corazón latiendo, corrió hacia la puerta
y la abrió, aterrorizado de lo que iba a encontrar allí.
Los guardias apuntaron los blasters hacia él. Pero no le importó mientras revisaba el
área visualmente para detectar cualquier señal de un asesino.
Por una vez, disfrutó la expresión de horror en el rostro de Talyn cuando lo vio.
Demasiado agradecido de encontrar a su hijo vivo y en una sola pieza como para
preocuparse por cualquier otra cosa, Fain lo agarró en un abrazo.
Talyn no le devolvió el gesto. Se puso rígido e incómodo.
―Has perdido la cabeza, ¿no es así, Hauk?
Riendo, Fain hundió la mano en las trenzas de Talyn y lo abrazó.
―No, gracias a los dioses. No he perdido ni una maldita cosa. ―Apretó a Talyn y
besó su mejilla antes de liberarlo. Entonces se dio cuenta de que el Cuerpo Hadean seguía
apuntando a su cabeza. Fain esbozó una sonrisa ante ellos―. Ha habido un pequeño
malentendido.
Talyn inclinó la cabeza.
―¿Escuchan eso?
Fain captó la luz parpadear un segundo después.
―Cortocircuito. ―Su único pensamiento fue proteger a su hijo, agarró a Talyn y
envolvió su cuerpo alrededor de él mientras intentaba llevarlo hacia los pasillos interiores
reforzados que estaban más protegidos.
Lo siguiente que supo, fue que todo estalló en llamas y humo.

314
Fain se despertó, tosiendo sangre. Cada parte de su cuerpo estaba dolorido y tan
lastimado que no podía ni respirar. No podía moverse. Ni una parte de su cuerpo. Estaba
atrapado debajo de un peso demoledor.
Por favor, que no sea el cuerpo de mi hijo
A su alrededor escuchaba gritos y gemidos. Sonidos de metal explotando y ardiendo.
Las alarmas resonando con estrépito.
Pero no oía lo que más quería oír.
―¿Talyn? ―Bizqueando, quería limpiar la sangre de sus ojos para despejarlos―.
¿Talyn? ―Lo intentó de nuevo, más desesperado que antes.
―Estoy aquí ―Su voz era débil y con un deje de dolor. Pero estaba ahí. Justo a la
izquierda de Fain.
―¿Puedes moverte?
Talyn tosió y gimió.
―No. ¿Y tú? 315
Gruñendo, Fain empujó con cada gramo de fuerza. Pero todo lo que hizo fue hacerse
más daño.
―No
Las luces se apagaron, bañándolos en completa oscuridad
Por pura fuerza de voluntad, Fain removió con la mano los escombros hasta que
encontró el brazo de Talyn.
―Estoy contigo, mi tana. Voy a sacarte de esta.
Talyn resopló.
―Buena suerte, viejo. Pero no creo en milagros. ―Aun así apretó la mano de Fain y
entrelazó los dedos con los suyos―. ¿Puedes alcanzar tu enlace?
―No. Lo perdí durante la explosión. ¿Tú?
―No. ―Talyn maldijo en voz baja―. Si no lo logro…
―No digas eso. Vas a estar bien. Solamente piensa en Felicia y en que el bebé necesita
un paka. Tienes una promesa que mantener.
―¿Qué promesa?
―Desgarrar el cuerpo de todo macho que se acerque a ella para la unificación
Talyn rió, y dejó salir un fuerte gemido de agonía.
Fain intensificó el agarre sobre la mano de Talyn.
―Aprieta tan fuerte como necesites. Estoy aquí para ti.
Su respiración era desigual y su agarre se debilitó.
Eso envió una oleada de terror en Fain que hizo que su dolor disminuyera.
―¡Quédate conmigo, muchacho! No te atrevas a romper el corazón de tu madre. ¿Me
oyes? Ese es mi trabajo. No el tuyo.
―¿Intentas enojarme, Hauk?
―Estoy intentado que luches.
Talyn dejó escapar un angustiado rugido de rabia.
―Créeme, estoy luchando. Quiero el culo de todos los que han tomado parte en esto.
―Detuvo sus movimientos―. Tú lo sabías, ¿verdad? Por eso venías corriendo como lo
hacías.
―No sabía que era otro artefacto explosivo. Sólo sabía que habías sido arrestado y que
eras blanco de asesinos.
―Y viniste corriendo. ―repitió Talyn
―Es lo que tenía que haber estado haciendo toda tu vida de haber sabido que
te tenía. Yo… yo siento haberte fallado de nuevo.
Talyn tosió y jadeó durante varios minutos. 316
Durante un instante estuvieron callados mientras intentaban comprenderse, hasta que
Talyn finalmente habló.
―¿Puedo decirte un secreto que no le he contado a nadie? ¿Ni siquiera a Licia?
―Claro.
Jadeando, Talyn echó hacia atrás su cabeza para descansar.
―Solamente estuve de acuerdo en firmar con Erix Yetur como mi entrenador del Ring
porque había sido el tuyo cuando luchabas. Eso me hizo sentirme más cerca de ti, entrenar
en el mismo gimnasio donde habías entrenado tú. A veces solía imaginarme, cuando era un
chico, que él eras tú, y que eras el que me enseñaba.
Las lágrimas picaron en los ojos de Fain ante aquella confesión. Era algo que nunca
habría adivinado, considerando la reacción inicial de Talyn y le dolió.
―Desde luego ―siguió Talyn―, no lo supe hasta que me llevó a su oficina para
mostrarme los premios de sus peleas y los trofeos de los que habían trabajado con él.
Quería impresionarme con sus habilidades y sus récords. Pero no fue ningunos de ellos los
que me persuadieron. En aquel muro de cristal había un par de guantes rojos de garras que
había guardado de su primer luchador premiado. En la primera lucha su protegido había
ganado en un tiempo récord contra un contrario mucho mayor y más grande. Erix siguió
hablando, tratando de convencerme de dejarle asumir mi entrenamiento, pero no oí una
palabra de ello. Solamente seguí mirando fijamente el nombre sobre aquellas cubiertas y el
cuadro del joven luchador que colgaba a su lado
―Venym Sting17. ―Fain no había pensado en aquella lucha durante años. Con apenas
trece años, había entrado en el Ring tan asustado, todavía estaba sorprendido de no haberse
mojado a sí mismo. Nunca deberían haberle permitido participar en el combate por el título
de Dotados a aquella edad. Había sido criminal enfrentarlo al poseedor del título, aún en la
clase de Peso Pinna. Él nunca le habría hecho eso a su hijo.
Pero su madre le obligó.
Erix lo había pospuesto todo lo que pudo. Al final, lo habían forzado a hacerlo o
perdería a Fain como cliente. Y ya que era el primer luchador de Erix, él había necesitado el
crédito demasiado como para detenerlo.
Incluso hoy, Fain podría ver la resignación en los ojos de Erix cuando el antiguo
campeón del Ring había golpeado su hombro.
―Tengo la fe en ti, muchacho. Eres rápido… Eres más resistente de lo que yo alguna
vez imaginé. Solamente no te pongas a su alcance. Recuerda, no tienes que ganar.
Solamente tienes que sobrevivir. No hay ninguna deshonra en perder la primera
lucha.
Su madre se había burlado.
―Si pierdes esta pelea mejor no vengas a casa.
317
Desde luego lo sacaron del Ring en pedazos, Fain se había sentido como una mierda
total cuando dejó el vestidor. Hasta que se acercó a lo que estuvo seguro sería su muerte.
Galene, quien le había dicho que no estaría allí para verlo sangrar, le estaba
esperando. Con ojos llenos de amor, le había sonreído.
―Patéale el culo, Fain. Muéstrales a todos el poderoso War Hauk que eres. No hay
nadie mejor que tú. Y con el tiempo lo sabrán. ―Ella había presionado su mejilla contra la
de él―. Y por favor no te hagas daño. Cada vez que te golpean, yo lo siento dos veces más.
Estas palabras lo habían empujado a la victoria. Habían alimentado su necesidad de
acabar la pelea y asegurarse de que ella no sufriera un segundo más del necesario. Con un
golpe ciego, envió al bastardo a la lona, ganando el nombre de Venym Sting por ello.
Y su hijo, el hijo que Galene le había dado, había pulverizado ese récord la primera
vez que Talyn había pisado el Ring de Dotados, burlándose de las habilidades de Fain.
Demonios, lo amó más de lo que podía haber imaginado.
―Estoy orgulloso de ti, Talyn ―susurró.
Talyn tragó y apretó de nuevo el agarre sobre la mano de Fain.

17
Venym Sting: latin, significa, Picadura Venenosa.
―Y ese es el secreto que no le he contado nunca a nadie. Es por lo que peleaba como
lo hacía… por lo que elegía el rojo, el dorado y el blanco como mis colores en el Ring.
Los mismos colores que Venym Sting.
―Todo lo que quise en la vida fue ser merecedor de ser el hijo de mi padre. Hacer
honor a ti y tu linaje y no avergonzarlos a mi madre y a ti.
Una lagrima se deslizo por la mejilla de Fain.
―Te quiero Talyn
―Te quiero paka.
Fain volvió a sollozar cuando su hijo le llamo papá y no padre.
Papá
―¡Fain! ¡Talyn!
Su corazón se aceleró cuando oyó la frenética voz de Galene cortando a través del
humo negro
―¡Estamos aquí!
―¡Mamá!
―Están por ahí. ¿Los oyes?
A través de la oscuridad y las ruinas, la luz bailaba desde arriba. Aun así para
Fain no era lo mejor, lo que mostraba lo mal que estaban ambos en realidad. Talyn 318
estaba clavado a la mitad de una pared, y el debilitante dolor en su costado provenía de un
pedazo de viga enterrada en él. Pero las buenas noticias eran que no parecía que iba a llevar
demasiado desenterrar a Talyn.
Él, por otra parte, iba a estar aquí por un tiempo.
―¿Fain?
―Está junto a mí, mamá. ―Talyn hizo una mueca cuando intentó levantarse
Algo revoloteó a la derecha de Fain, rozando su brazo. Su respiración se paró un
momento hasta que descubrió lo que era.
―¿Eres un alado?
Talyn le lanzó una sonrisa ensangrentada.
―Síp, es lo que sale cuando una pared me golpea. Supongo que mamá no te mostro
las suyas nunca, ¿no?
―No, es la clase de cosas que ella omitiría. Oye, ¡Storm! Tienes que darme unas
cuantas explicaciones sobre nuestro muchacho y un pequeño secreto que me has ocultado.

* * *
Mientras los trabajadores e ingenieros ayudaban a los sobrevivientes, Galene buscaba
entre la maraña de rescoldos ardientes con el corazón en la garganta. Lo único que la
mantenía en calma era que oía las voces de Talyn y Fain, y que Fain mantenía el sentido del
humor que ella le conocía.
Cuando Dancer le había dicho lo que había pasado durante la llamada con su
hermano, casi se había desmayado del miedo. Había parecido una eternidad antes de que
llegara al sitio donde el calabozo había estado y viera los daños causados. Temiendo lo
peor, había entrado temerariamente antes de que los equipos de rescate y bomberos
aparecieran.
No podía tener cuidado. No mientras su hijo y su marido estuvieran atrapados.
Y cuando los iluminaron en la viga y vio que estaban atrapados en un retorcido lío,
tuvo la sensación de que la cabeza se le iba otra vez. El terror hizo que la bilis le subiera a la
garganta.
¿Cómo podía Fain hablar?
Ahogando un sollozo, cayó de rodillas y trató de separar un poco de la construcción
de ellos.
Fain gritó
Dancer la separó.
―Dale a los ingenieros unos pocos minutos para taladrarlo. No podemos 319
empezar a mover las cosas así. De la forma en la que están… podemos causar más daños y
que les caiga todo encima
Galene se mordió los labios y dejó que el equipo trabajara. Él estaba en lo cierto y lo
odiaba. Extraerlos sería un complicado juego de pesos y equilibrios.
―¿Fain? ¿Talyn? Háblenme. Díganme que está todo bien.
―No estoy seguro de poder clasificar esto como bien. Realmente apesta estar aquí.
―La voz de Fain se escuchó suave. Luego volvió a gritar―. ¡Talyn! ¡Abre los ojos,
muchacho! Quédate conmigo.
―¡Talyn! ―gritó Galene―. ¿Qué estás haciendo?
―Ha entrado en shock. ―gritó Fain mientras luchaba por empujar la viga en la que
estaba clavado―. ¡Dancer! Saca a mi hijo de aquí. ¡Ahora!
Dancer se agachó a su lado.
―Lo estamos intentado
―Envíame un elevador. Puedo acercarme a él y ponerlo a su alrededor.
El ingeniero más cercano a Dancer sacudió la cabeza.
―Aplastará a Fain si lo hacemos
Dancer tragó.
―No puedo hacerlo, Fain
―Sí. Tú puedes. No me vengas con eso. Estamos en el conducto de ventilación de la
atmosfera. Puedo sentirlo. Necesitamos aislar esta sección y vamos a tener que tomar una
difícil decisión pronto, de todas maneras.
Galene sacudió la cabeza.
―¡No! No voy a dejarte allá abajo sin ventilación.
―¡Sí! ―Fain levanto la vista y atrapó su mirada―. Stormy, ambos sabemos que yo no
soy nada, salvo un trozo de mierda. No he hecho nunca nada bien en mi vida. Por favor, no
arriesgues a Talyn por mí. Tenemos que sacarlo de aquí.
―Él tiene razón. ―Se entrometió otro ingeniero―. Estamos en el conducto
atmosférico de ventilación.
―Entonces trabajen rápido ―gruñó ella―. ¡Sáquenlos de ahí!
―No sabemos dónde está la rotura. Podríamos empeorarlo. Podríamos perderlos a los
dos
Galene se rompió con esas palabras.
―¡No! ―Se agachó e intentó encontrarlos en la oscuridad―. Fain… por favor,
no hagas esto.
―Está bien, Storm. Siempre estaré contigo. Lo sabes. Aunque muera siempre
te cuidaré. 320

Dancer cruzó la mirada con Galene con ojos atormentados.


―¿Qué hago?
―No lo sé. No puedo tomar esa decisión. No quiero… no puedo perder a ninguno. Y
no puedo ver a otro hermano morir.
Otra replica agitó la estación, golpeando a los ingenieros desde los pies. Dancer
maldijo mientras patinaba hacia el borde.
Galene se sostuvo a sí misma antes de caer rodando por el borde, sobre Fain y Talyn
Fain dejó salir un rugido de dolor mientras más escombros caían sobre él y Talyn
―¿Bebé? ―gritó ella―. ¿Qué está pasando?
―Fue más profundo… Estoy sangrando más. Tienes que moverte rápido. No estoy
seguro de cuánto tiempo más voy a poder ayudar a Talyn. Envíame el elevador.
―¡No! ―gruño Talyn―. No te dejaré. Caímos en esto juntos. Lograremos salir juntos.
Fain sonrió hacia el hijo que no se lo merecía.
―Tú vives. Yo vivo
Talyn se deslizó y tomó la mano de Fain con las suyas.
―Hay una sola cosa en esta vida que quiero, paka. ―Tragó fuerte―. Darte a mi hijo
para su nombramiento. Para que él lleve tu nombre a la siguiente generación
Cerrando los ojos, Fain saboreó esas palabras. Era el más alto honor que un hijo
Andarion podía conceder a su padre. Mientras las madres escogían los nombres de sus
hijas los padres elegían los nombres de sus hijos. Para un macho pedirle a su padre que
nombre a su hijo en su representación…
Rara vez se hacía
Normalmente, en el nacimiento el padre elegía nombres de familiares a los que quería
honrar o impresionar. Amigos que significaban algo especial para él. Fain solo tenía a
Dancer, pero no le quitaría el honor de que Dancer pudiera nombrar a su hijo como él
mismo.
Además, Dancer siempre había odiado su nombre. Solo había otro Andarion al que
Fain admiraba realmente.
Fain parpadeó para apartar las lágrimas.
―Entonces si es un hijo con el que Felicia nos honra, pediría que se llamara Talyn
Aubrien del Clan de Sangre Alada Batur.
―¿Aubrien?
Sonrió tristemente a su hijo.
―El nombre que te habría dado después de War Hauk, quien dio su vida por
salvar a sus hermanas. Y Talyn por el más grande atleta que Andaria ha producido.
Talyn se rió y después gimió. Sus ojos rojos quemando al interior de Fain. 321
―Te quiero, paka.
―Y yo a ti. Por siempre y para siempre. Con todo lo que soy, y lo que espero ser.
El elevador cayó al lado de Fain, golpeándole tan fuerte que por un momento pensó
que iba a perder la consciencia. Únicamente la pura fuerza de voluntad y negarse a ver a su
hijo perecer lo mantuvo lo bastante alerta como para hacer palanca con ello entre los
escombros y engancharlo en Talyn. Con lo último de sus fuerzas, levanto la viga que
presionaba las piernas de Talyn.
―¡Suban!
Lo hicieron, en el momento en que Talyn empezó a levantarse, removió el peso de la
viga que atravesaba a Fain y arrastrándolo con más fuerza. Fain se mordió los labios e
intentó mantenerse en silencio mientras el dolor lo rasgaba por dentro. Pero no pudo
mantenerse. Gritando, esperó que la muerte detuviera esa agonía
Súbitamente el dolor se detuvo
Sin entender la causa, levantó la vista para ver a Nero y a Hadrian atravesar las
grietas en los escombros. Con los brazos ampliamente extendidos estaban usando su poder
Trisani para alejar los escombros de él mientras los ingenieros subían a Talyn
Galene presionaba sus manos contra su boca y rezaba junto con Jayne, mientras Talyn
era liberado de las ruinas. Llorando en silencio corrió hacia él. Los médicos lo bajaron al
suelo para poder evaluar su condición. Por una vez no peleó contra ellos cuando le
pusieron la máscara y le cortaron el uniforme.
Eso, más que cualquier otra cosa, le dijo a ella lo malo que era su estado. La única vez
que él no peleó contra los médicos fue cuando tuvo el accidente en su última batalla.
Queriendo confortarle y sabiendo que no podía estorbar entre los médicos, le apretó la
mano dejándole saber que estaba ahí y se encontró con su mirada.
Ella tenía medio corazón a salvo.
La otra mitad…
Galene miró por encima de Nero y Hadrian. Ambos estaban sudando debido al
esfuerzo de sujetar tanto peso. Siendo honestos, Nero parecía mucho peor. Hadrian siempre
había sido el más fuerte de los hermanos Trisani. Y eso era lo malo de sus brillantes poderes
mentales. Demasiado y podrían producirse ellos mismos daños cerebrales.
O en el peor caso, coma y muerte.
Jayne estaba a su lado preocupada.
―Hadrian no puede seguir haciendo esto mucho más.
Galene corrió hacia allí para ver si había alguna forma de llegar a Fain.
¡Maldición! ¿Que tenía de bueno tener alas si no podía bajar volando hasta él?
―¿Fain?
322
―Estoy aquí, amor. Sé que tienen que dejarlo. Diles a Nero y Hadrian que está bien.
No hay necesidad de que arriesguen a Jayne bajando al infierno para matarnos a todos por
intentar hacer una buena acción
Hadrian resoplo ante su inapropiado sentido del humor.
―No nos rendiremos todavía, Hauk. Además tú ya sabes lo mucho que me gusta
vivir peligrosamente. ¿Por qué sino elegiría compartir casa con Jayne? Arriesgarme a su ira
es lo que hago para divertirme.
―Necesitas encontrar nuevas aficiones, amigo mío.
―¿Qué tal si te sacamos del agujero y puedes enseñarme alguna?
Fain tosió y su vista se atenuó. Tristemente, eso no iba a suceder. Aunque estaba
contento de no estar solo. Si tenía que morir, quería que fuese con el sonido de la dulce voz
de Galene sonando en sus oídos.
―Estamos perdiendo oxígeno. Tenemos que sellar el área antes de poner en mayor
riesgo la estación.
Galene gruñó al ingeniero.
―¡No hasta que consigamos sacar al comandante Hauk!
Nero flaqueó y cayó sobre una rodilla.
En el momento en que lo hizo, la nariz de Hadrian comenzó a sangrar.
―No puedo sujetarlo yo solo. Es demasiado pesado.
Su respiración era desigual. Nero intentó levantarse.
―Yo no… no puedo. ―La angustia oscurecía sus ojos azul plateados mientras unía su
mirada a la de Galene―. Lo siento tanto, Galene
Hadrian lo intentó, pero un minuto después dejó escapar un fiero grito de agonía
antes de caer.
Y cuando lo hizo, ella supo que era el final. Solo el silencio sonaba en sus oídos.
Frío. Oscuro.
Terrorífico.
Fain estaba muerto. Por un latido completo de su corazón, no pudo respirar mientras
la realidad caía sobre ella con el peso de las ruinas que habían matado al único marido que
podría tener.
Y fuera de la amargura, de la dolorosa oscuridad, oyó un extraño sonido chirriante. Al
principio, pensó que era el sonido de su alma ante la agonía que sentía.
Pero después de un minuto, notó que era el sonido del metal siendo doblado y
empujado lejos.
Estupefacta, miró de Hadrian a Nero, quienes tenían unas expresiones de
sorpresa iguales a la de ella.
323
Hadrian se disparó a sus pies.
―Hay otro Trisani aquí
Jayne desenvainó su blaster.
―¿Dónde? ―Apuntó hacia las sombras
Él bajó la mirada a su esposa y sonrió con suficiencia.
―Dada la cantidad de poder que estoy sintiendo, eso, lo o la enojara.
Repentinamente, Galene vio de dónde venía la ayuda. A su derecha, Dancer, que se
había deslizado a un lado mientras ella había estado preocupada por los cuidados médicos
de Talyn, se aproximaban con Syn, Caille, Ushara y Nykyrian. Ellos flanqueaban a una alta
y oculta figura, que era el desconocido Trisani. Por la altura y la anchura de sus hombros,
obviamente era un macho.
Sin una palabra, se movió hacia ella, con la gracia fluida de un cazador de bestias
salvajes.
Cuando se acercó a ella, se detuvo a su lado sin mostrar su rostro todavía. El diseño
de sus ropas mantenía cada parte de sus formas ocultas a la vista. Sólo su acento daba una
pista de su origen esotérico. Su cadencia y profundidad, era tan misterioso, áspero y
majestuoso como lo era él.
―Le prometí a mi hermano por juramento de sangre que mantendría a su familia
segura en su ausencia. Y mientras sé que consideras a Jullien eton Anatole tu mayor
enemigo, para que sepas, solamente lo hago por él. Nunca me expondría por nadie más.
Con esas palabras, extendió una mano y levantó sin esfuerzo a Fain desde la
profundidad de los escombros. Más que eso, bañó los cuerpos de Fain y Talyn con un
extraño resplandor naranja.
Desconcertada, Galene buscó la mirada conmocionada y sorprendida de Jayne.
―¿Los está sanando?
Ella asintió sin palabras.
Sin poder creer lo que estaba sucediendo, Galene estaba indecisa entre correr hacia su
hijo o su marido. Como sintiendo eso, el místico Tavali elevó el cuerpo de Fain con sus
pensamientos y lo situó junto a Talyn.
Él le dio una severa mirada roja.
―Así. Ahora tú puedes alcanzarlos a los dos, comandante.
―Gracias ―murmuró antes de correr hacia ellos y asegurarse que estaban
bien.
Para cuando llegó hasta ellos, ambos estaban sentados y mirándose fijamente
el uno al otro y a ella, cada uno tan asombrado como ella. Riendo y llorando, abrazó
a Talyn y luego a Fain cubriéndolos de besos. 324
―Juro que los dos hacen su mejor intento por acortar mi vida
Fain no podía hablar mientras abrazaba a Galene contra él y miraba fijamente con
asombro el estar junto a su hijo de nuevo. Indemne y entero.
―¿Estás bien, Talyn?
―Síp. Eso creo, ¿y tú?
―Aparte de tu madre asfixiándome hasta la muerte… sí.
Galene mordisqueó su mejilla antes de alejarlo.
―Te me mueres otra vez, Fain Hauk, y te mato.
―Bueno, está bien entonces. Mantendré esa posible y cuerda amenaza en mente
―¿Comandante? ―El ingeniero se acercó a ellos diciendo con insistencia―. Debemos
despejar la zona. ¡Todavía estamos en el conducto de ventilación atmosférica!
―De acuerdo. Despejen y séllenlo.
Mientras salían, se fijó en las caras de Hadrian y Nero que miraban asombrados al
nuevo Trisani.
―¿Jayne? ―susurró―. ¿Qué está pasando?
―Creo que lo conocen. ―Jayne despacio esperó a su marido
Galene se quedó con ella.
Pero no fue hasta que se alejaron que Nero agarró al misterioso Tavali y lo golpeó
fuerte contra la pared, Galene estaba sorprendida de que no la abollara.
Cuando iba a golpearle de nuevo, Hadrian lo agarró y lo detuvo.
―¡Para!
―¿Parar? ¿Estás de broma? ¡Ni siquiera he empezado a patearle el culo como he
planeado! ―Miró fijamente al Tavali recién llegado―. ¿Cómo pudiste?
La capucha desapareció para mostrar una de las más rudas y atractivas caras
humanas que Galene había visto alguna vez. Aunque Nero tenía el cabello rubio oscuro y
Hadrian marrón, eran bellos y angelicales en apariencia y sus rasgos; eran similares en
formas a los de Ushara.
Pero Trajen era de una oscura belleza como un Andarion, con su cabello y sus ojos
oscuros. No se parecía a ningún Trisani del que Galene hubiera oído hablar.
―¡No te atrevas a juzgarme, hermano! Tienes suerte de que no te haya matado todavía.
Tócame otra vez y prometo que no me controlaré.
La mandíbula de Hadrian cayó.
―¿De verdad es pariente nuestro?
Con la respiración irregular, Nero asintió.
―Sí. Siempre me has preguntado cómo era nuestro hermano. Hadrian te
presento a Trajen. ―Los ojos azul plateado de Nero brillaban―. ¿Cómo pudiste 325
dejarme pensar que habías muerto todos estos años? He pasado toda mi vida intentando
encontrar algún rastro de lo que les paso a ti y a Julia. Queriendo encontrarlos. ¡Maldito
seas!
La amargura curvó los labios de Trajen.
―Y yo he pasado mi vida intentando endemoniadamente olvidar cada momento de
ella. Maldito seas tú. ―Con estas frías palabras se giró y los dejó.
Cuando Nero intentó seguirle, Ushara lo detuvo.
―Dale un poco de espacio. Por favor.
Abrió la boca para hablar, pero ella agitó la cabeza.
―Escúchame, Nero. Lo conozco mejor que nadie. No te devolvió el golpe. Eso es una
buena señal. Sobre todo porque tú le atacaste a él. Créeme. Nadie le golpea y sale indemne.
Nadie.
Las lágrimas brillaban en los ojos de Nero.
―¿Qué le sucedió?
Ushara vaciló antes de responder.
―Cuando Trisa cayó, su tío los vendió a él y a tu hermana como esclavos.
―¡Se suponía que tenía que protegerlos!
―Sí. Alégrate de que ustedes no estuvieran en el último vuelo de escape. Tu madre
fue brutalmente asesinada delante de ellos, mientras ella rogaba que salvaran sus vidas.
Hadrien se dobló por el dolor.
―Thaumarturgus ―susurro Nero―. Debería haberlo sabido la primera vez que oí su
nombre.
Galene frunció el ceño ante la palabra.
―Es el nombre que usa. ¿Tiene algún significado especial?
Hadrian asintió.
―Eran una secta de sacerdotes Trisani que voluntariamente abandonaban el mundo.
Se decía que eran capaces de controlar sus poderes y hacer cosas con ellos que dejarían en
ridículo al resto de nosotros. ―Miró de Fain a Talyn―. Por lo que se ve, no es un mito.
Nero sacudió la cabeza.
―Y aquí estoy yo pensando que tomó nuestro término porque pensaba que era rudo.
Hadrien resopló con amargura.
―Bueno, un montón de gente lo utilizaría por esa razón. ¿Quién lo sabría?
Suspirando, Nero volvió su atención a Ushara.
―¿Julia forma parte de vuestro pueblo?
La simpatía oscureció sus ojos. 326

―No, lo siento. Murió hace mucho tiempo debido a la crueldad de ellos. Eso dejó a
Trajen frágil y destrozado. Completamente desconfiado y apartado del mundo. Solamente
sean pacientes con él. Es duro pero es un buen hombre.
Dancer resopló.
―Hermanos, ¿eh? Un dolor de minsid en el culo es lo que son.
Fain apretó su brazo sobre Galene y se rió.
―Dímelo a mí. Tú eras el mío
Hadrian lanzó una sonrisa a Talyn.
―¿Te sientes excluido, amiguito?
―Sep, no voy a añadir nada a esto. No hay posibilidad de parentesco.
Jayne rió.
―Tú y Sway. Mis dos únicos solitarios.
―Ah, está bien, no me preocupa.
Hadrien inhalo bruscamente.
―Ooooh. T. Ten cuidado con esa palabra. Me da escalofríos
Talyn frunció el ceño.
―¿Qué palabra?
―“Bien”. La odio.
―¿En serio?
―Ah, sep. ¿Estás loco? Vivo con Jayne y dos hijas. El mayor terror que puede decir
una mujer en mi casa es la palabra de cuatro letras que empieza por b, “bien”. Juro que
cada vez que la oigo me encojo de miedo.
Nero se rió.
―¿Jayne? ¿Qué le haces a mi hermano?
Besando su mejilla, Hadrien lanzó una tensa sonrisa.
―Déjame decirlo de este modo… Dios no quiera que alguna vez le pase algo, pero si
sucede tengo órdenes de encadenar y mantener su ataúd cerrado durante el entierro
solamente para asustar a todo el mundo.
Todos se rieron
Hasta que los ingenieros sellaron los daños y despejaron el calabozo.
―¿Cuantos hemos perdido? ―preguntó Galene.
El jefe de ingenieros se sacó la máscara.
―Nadie esta vez, comandante. El alto almirante Thaumarturgus salvó a todos
los que estaban atrapados. Hemos sido extremadamente afortunados que estuviera 327
aquí.
―Sí, lo fuimos ―concordó ella. Le dio a Fain una dura mirada―. Tenemos que
arrestar a Malys.
―Lo sé. Créeme, la podría matar yo mismo ahora. ―Fain hundió la mano en las
trenzas de Talyn―. Nadie amenaza lo que amo.
Esta vez Talyn no protestó cuando le abrazó. Incluso le devolvió el abrazo.
Galene se limpió las lágrimas mientras miraba a Talyn y Fain abrazados.
Jayne puso los brazos alrededor de sus hombros y la abrazó.
―Es tan dulce que podría vomitar.
Galene se echó a reír.
―Eres terrible.
―Lo sé. ―Ella besó la cabeza de Galene―. Ahora, vamos a patear algún culo Tavali
Juntos, se encaminaron al cuartel de Venik.
Para entonces les estaban esperando. Ven estaba con su hija mayor, Circe.
Fain vaciló al entrar por la puerta.
―¿Dónde está Malys?
Ven pasó una mirada por el grupo.
―Sabes que no puedo dejar que la arrestes.
Fain le chasqueó la lengua en desaprobación.
―Ven, puso una bomba en tu estación. Casi mata a Hermione pensando que tenía una
aventura contigo. Se alió con Eriadne. Tú tampoco quieres que esto te salpique.
―Ya estamos deportándola. Stain y Payne se la llevaran de la estación a donde no
pueda causar más problemas
Galene lo miro fijamente.
―¿Lo dices en serio?
―Es mi esposa. No puedo dejar que la lastimen. Lo siento. ―Lanzó una engreída
mirada a Fain―. Sé que tú me entiendes.
Fain le dio un puñetazo.
Circe se adelantó, pero Galene le cortó el paso
―Cielo, no eres lo suficientemente grande ni alta. Para llegar a él tienes que pasar
sobre de mí
La Tavali levantó las manos y sabiamente dio un paso atrás.
Galene suspiró.
―Bien… dado que las cosas se han revelado, creo que entenderás mi curso de
acción. ―Le dio un golpecito a su enlace con estado de alerta total―. Atención a 328
todas las tropas y comandantes, aquí la primera comandante Galene Batur-Hauk. Con
efecto inmediato, abandonamos la estación Porturnum. Quiero que toda la maquinaria sea
empacada y que todas las naves capaces de volar sean lanzadas dentro de una hora.
Transmitiré las coordenadas de la nueva base por un canal seguro en veintitrés minutos.
Primer comandante, fuera.
Ven hizo un ruido que se sintió doloroso.
―¡No puedes hacer eso!
―Oh, sí puedo. No estamos seguros aquí. No podemos confiar en ti. Además, quiero
el interruptor que tienes para matar a Fain, o que Dios me ayude, te dispararé yo misma.
―¿El qué de quién? ―jadeó Dancer, mientras el resto estallaba en exclamaciones
parecidas.
Fain se encogió cuando ella reveló su secreto.
―Preciosa, se suponía que no íbamos a hablar de eso.
―No voy a dejarte a su merced ni un segundo. ―Se enfrentó a Venik con una acerada
determinación―. Entrégalo o tu esposa no tendrá que preocuparse más de que tu pepinillo
encuentre un nuevo tarro. Yo me ocuparé de eso por ella. Permanentemente.
Ven la miró fijamente.
―Bien. ―Él sacó el interruptor y lo levantó para que ella pudiera verlo―. Llévatelo.
Pero antes hay algo que debes saber.
―¿Qué?
Él lo apretó.
―¡No!
Fain se encogió y espero morir con un estallido de dolor.
Pero no sucedió nada.
Nada
―¿Qué diablos, hombre? ―Fue su turno para mirar a Ven.
Ven lanzó la pieza a Fain, quien la atrapó con una mano.
―Cuando te volviste un Renegado, se desactivó
Fain miró fijamente el interruptor. Ahora tenía sentido que un neuromapeo pudiera
saltarse la programación y desactivar el dispositivo, pero…
―¿Lo sabías y no me dijiste nada?
―Por supuesto que no, no soy estúpido. Me habrías matado sin vacilar.
Fain digirió eso lentamente
―Entonces, solamente por curiosidad, ¿cómo sabía que ya no estaba
329
funcionando?
Ven se giró avergonzado.
―En realidad preferiría no responder.
La rabia explotó en Fain. Eso solamente podría significar que el bastardo había
intentado usarlo para freír su cerebro. Furioso lo agarró por la camisa.
―¡Todavía podría matarte!
―No puedes, aún me debes el diezmo
―Tú cancelaste mi diezmo
―¿Lo hice?
Fain estrechó su mirada.
―Ven…
Él esbozó una arrogante sonrisa.
―Sólo te estoy sacudiendo un poco. No tienes sentido del humor. ―Rompió el agarre
de Fain―. Vamos. Te di la libertad. Ahora, ¿preferirías arriesgarte por atacarme o harás
algo mejor? ―Él llevó su mirada hacia Galene.
¿Honestamente? Fain quería sacarle la mierda a golpes hasta que se le pasara la furia.
Pero…
Ven estaba en lo cierto. Preferiría dejarlo ir y agradecer que estuviera vivo y tuviera a
su familia con él.
―Eres afortunado de que tenga que ayudar a mi esposa a empacar la maquinaria y
movilizar al ejército. De otro modo, estaría resbalando en tus intestinos ahora mismo.
Y con eso, dejaron a Ven para que atendiera sus asuntos. No había nada más que
pudieran hacer allí. Era el momento para que Fain dejara todo atrás, de una vez por todas.
―Bien ―dijo Caillen con una entretenida sonrisa―, hemos destruido la mitad de la
base de Venik. Creo que nuestro trabajo aquí está hecho. Chayden se sentirá realmente
reivindicado cuando se despeje. ¿Alguien sabe cómo volar su nave?
Fain pasó su divertida mirada hacia Galene.
―Qory.
Talyn sacudió la cabeza.
―Nop, esa no es una buena idea. Estaba bastante borracho cuando lo dejamos. Hasta
tal punto, que no podría ni asegurarse de hacerle algún gesto ofensivo a Venik.
Morra dejó salir una cansada carcajada.
―Los traeré. Puedo enganchar la nave de Chay a la mía con el rayo tractor.
Siempre que alguien me cubra.
Nykyrian inclinó la cabeza en su dirección.
330
―Estaremos a tu espalda, hermanita. Siempre.
―Gracias, jefe. Así que, ¿quién quiere una hernia por ayudar a Qory a caminar?
Riendo Talyn levanto las manos.
―Lo haré. Ya me ha caído encima un objeto enorme hoy, ¿qué más da otro?
―Síp, deberías tener cuidado ―le advirtió Nero―. No podremos hacer otra ronda
para levantarlo de encima de ti. Vamos a tener un buen día en la enfermería para curar
nuestras heridas y dudo que Ushara pueda pedirle a Tray otro hecho heroico. ―Levantó
una cuestionadora ceja a la Fyreblood, que estaba extrañamente silenciosa mientras
caminaban.
―Síp, no es la apuesta más segura. Jullien tiene mucha más suerte que yo en mover el
inamovible objeto conocido como Trajen. ―Ella torció el gesto mientras volvía a fruncir el
ceño―. No estoy segura de cómo lo consiguió
Nykyrian de hecho tartamudeó ante eso.
―¿De verdad?
Ushara asintió.
―Tu hermano puede ser bastante diplomático cuando quiere.
Nyk pasó un ceño fruncido hacia Dancer.
―Algún día espero conocer a este Jullian que tú describes
Dancer resopló.
―Espero que no estés decepcionado con el pequeño bastardo cuando lo hagas.
Jayne le golpeó en el estómago.
―Juega limpio.
Haciendo un mohín, Dancer se frotó el estómago y se quejó.
―Lo hacía. Esa era la versión editada para todo público de lo que pasaba por mi
mente.
Riendo, Jayne rodó los ojos.
Cuando llegaron a la zona de embarque, Galene detuvo a Nykyrian, Syn, Dancer y
Jayne. Ushara se paró junto a ellos.
―Así que, ¿dónde vamos a instalarnos ahora, alteza? ―preguntó Galene
Nykyrian pasó la mirada por la bulliciosa tripulación que estaba acelerando los
preparativos para lanzar las naves.
―Mi abuela aún resiste en Andaria. No podemos ir allí.
―Lorens ha vuelto a tomar Xera V. Por ahora mantienen el puesto de
avanzada. Tengo refuerzos en camino hacia allí.
Nykyrian golpeó su mejilla pensando.
―Hasta que esto termine, quiero a nuestras familias seguras y lejos de salir 331
heridos.
Ushara se frotó el estómago, como si no pudiera estar más de acuerdo.
―Conozco un sitio, pero no te gustará. Y necesitaré garantías de tu madre y tuya de
que mi gente será perdonada por tu ejército y tus leyes.
―No somos mi abuela. Ni mi madre ni yo mantenemos ningún rencor contra los
Fyrebloods.
―Entonces puedo ofrecerte refugio en nuestra tierra. Nadie los encontrará ahí.
Nero intercambió un amargo gesto con Hadrian.
―¿No protestará Trajen?
―Probablemente. Pero necesita a sus hermanos. Más pronto que tarde su caparazón
caerá y los dejará entrar. ―Se detuvo―. O los matará.
―Oh, ¡por Dios! ―dijo Hadrian en un tono de falsete―. ¡No puedo esperar! Jayne
¿Podemos ir a ser masacrados por un hermano que nunca supe que tenía? ¿Podemos, por
favor?
Ella bufó hacia su marido.
―Sep, está mal de la cabeza. Está a punto de conseguir otra.
Nero le ignoró.
―¿Trajen está casado? ―le preguntó a Ushara―. ¿Tiene hijos?
Ushara sacudió la cabeza.
―Es completamente célibe. Él asegura que es el modo de mantener sus poderes
mágicos. Pero yo digo que no deja acercarse a nadie. Nunca.
Nero se burló.
―Es Thaumarturgus. De la vieja escuela.
Mientras caían en el silencio, Saf bajó hasta ellos para hablar con Nykyrian.
―Oye. Tengo a Maris empacando y almacenando en la nave de Fain. Controlaré el
punto. ¿Me imagino que llevara a Felicia, Galene y Sumi?
Fain inclinó la cabeza hacia él.
―Ya lo sabes, drey. No podríamos confiar en nadie más… Quizá Talyn. Pero
solamente tiene un caza.
Saf le saludó.
―De acuerdo. Me quedo a la espera
Ushara estrechó la mirada sobre él mientras Saf salía.
Fain arqueó una ceja ante la extraña luz de sus ojos.
―¿Qué pasa?
332
―¿Estás seguro de que podemos confiar en él?
―Sí, ¿por qué?
―Una extraña sensación.
Syn miró hacia donde había estado Saf.
―Es hermano de Kyr, pero no hay manera de que nos venda por Kyr. Su lealtad ha
sido puesta a prueba y comprobada.
―Y aun así alguien de dentro está pasando información a nuestros enemigos
―La atrapamos. ― Fain le recordó a la vicealmirante Tavali
Ushara arqueó su ceja.
―¿Estás seguro?
―Bueno, ahora no. Gracias.
Ushara rió.
―Solamente hago mi trabajo. Comandante. ―Ella miró hacia Galene―. Enviaré las
especificaciones de nuestra base tan pronto como consigas embarcar. ―Y con eso se
encaminó a preparar su propia nave y su tripulación.
Exasperado, Fain se volvió hacia Nykyrian y Dancer.
―Odio cuando me plantan una sospecha. Aquí estaba yo tan feliz y ahora…
Nykyrian le golpeó en la espalda.
―Bienvenido a mi mundo. No confío en nadie.
Talyn asintió en acuerdo.
―Voy a empacar nuestra maquinaria mientras preparan el resto de las cosas.
―Ten cuidado. ―Galene le besó la mejilla.
Fain vio como se separaban para hacer sus arreglos. A solas con su esposa, le tomó la
mano y la besó.
―Vaya día, ¿eh?
Galene entró en sus brazos y saboreó la calidez de su gran y musculoso cuerpo, vivo y
curado. Su ropa todavía estaba rota y ensangrentada de su caída. No podía creer lo cerca
que había estado de perderlos a él y a Talyn en tan corto espacio de tiempo. Le aterrorizaba.
―Estoy contenta de que estés aquí y entero.
―Yo también, Storm. Yo también.
―No te me mueras otra vez, Fain Hauk. He vivido demasiado tiempo sin ti en
mi vida. Me debes los últimos sesenta años.
―No sé de qué estás hablando, Stormy. Planeo ser inmortal. Aunque lejos,
estoy en ello.
333
* * *

Nero vaciló mientras entraba en los oscuros dominios de su hermano. El brillante y


veloz crucero intergaláctico era tan negro como el poder que Trajen dominaba. Había algo
en la nave que parecía vivo.
Como si las paredes por sí mismas fueran una criatura viva y respirando.
―¿Por qué estás aquí?
La incorpórea voz podía haber asustado a un no-Tri, pero Nero todavía recordaba
cómo era vivir en un mundo donde eso era normal.
―Quería hablar contigo a solas.
―No hay nada de qué hablar. Elegiste al hermano que querías salvar.
―Eso no es justo, Tray. No elegí a Rian sobre ti. Tenía siete meses. Apenas y podía
andar.
―Bien entonces. Lamentas haberme dejado atrás. Bla, bla, bla. Disculpas aceptadas.
Por favor, vete. ―Su tono era plano y sin emociones.
―¿Y ya está?
―Ya está. No soy una criatura sociable. Anhelo la soledad por encima de todas las
cosas. Especialmente la así llamada reunión familiar.
―Entonces, te dejo. Pero quiero que sepas que aunque nuestra familia de sangre esté
rota, estamos aquí para ti. Rian, Jayne. Yo. Darling. Drake y Annalise. Somos todo lo que
queda de los Scaleras. ―Nero vaciló, pero cuando se hizo obvio que Trajen se había
retirado, permitió que la amargura de su hermano flotara entre ellos mientras recorría el
camino hacia la salida de la nave de Trajen.
Pero en cuanto dejo la nave, se dio cuenta de algo. Trajen había sido acogido entre los
Tavali bajo el abuelo de Ryn…
En ese momento, quería sangre.
Furioso fue al cuartel general de Ryn y golpeó fuerte la puerta.
Ryn respondió a los pocos segundos, completamente desaliñado y en un estado que
decía que no había estado empacando. Mejor dicho, había estado apreciando el hecho de
que tenía a su esposa con él. Agarró la camisa para cubrir los arañazos y las marcas de
dientes que ella le había dejado en la espalda…
Y en otros lugares.
―¿Cuál es tu problema? ―le exigió Ryn.
―¿En este momento? Tú.
Sus ojos se abrieron. 334
―¿Qué he hecho?
―¿Sabías que Trajen era mi hermano?
La expresión de asombro en su cara en ese momento le salvó la vida.
―No. De verdad. Nunca lo pensé. Imagino de debería haber sabido que lo era, pero
nunca pasé mucho tiempo a su alrededor. Él se convirtió en un Tavali cuando yo era un
bebé y trabajó en la tripulación de mi abuelo. ―Se pasó las manos por el cabello―. No te
ofendas, ustedes chicos son viejos. No envejecen como nosotros. De hecho, ni siquiera sé
cuántos años tienes ahora. Tienes, ¿qué?, ¿nueve mil o algo así?
Nero le abofeteó alegremente.
―No soy tan viejo, idiota. Apenas tres años más viejo que tu padre. Que no era tan
mayor cuando te tuvo a ti. Y soy más joven que tu madre.
―Ahora solamente estás siendo malvado.
―Por supuesto ―dijo Nero, intentando arrastrarle de vuelta al tema―. Estoy
contento que no intentaras mantener esto en secreto de mí.
―No te preocupes. ―Ryn se rascó el vello de la mejilla―. ¿De verdad es tu hermano?
―Sep. No tenía ni idea que todavía estaba vivo. ―Nero maldijo cuando su nariz
empezó a sangrar de nuevo. Necesitaba descansar. Su cabeza estaba matándole desde lo
que habían hecho para salvar a Fain y Talyn. Después de usar esa clase de poder, estaría
débil durante días. Rian podría sanar más rápido, pero Nero nunca había sido tan fuerte
como sus hermanos―. De todas formas, ¿cómo consiguió Trajen llegar hasta tu padre?
―Era la carga de una nave que mi tío saqueó. Fue uno de los primeros robos de Varys
y Varys fue el único sobreviviente. Cuando volvió a casa trajo a Trajen a remolque. Es todo
lo que sabemos. Ninguno de ellos habló al respecto. Y lo único que mi madre dijo fue que
Trajen era como un animal rabioso en esos días. Nunca habló con nadie hasta que ganó su
Canting. Sólo entonces emitía órdenes. Trabajó para mi abuelo bastante tiempo para ganar
su diezmo, entonces lanzó el reto por el mando del Gorturnum y se volvió un ermitaño.
Nero se encogió ante lo que se había convertido su hermano. Había sobrevivido a sus
propias rondas en el infierno, sólo podía imaginar cuán peor podía haber sido para Trajen,
que era mucho más joven. En el fondo de su mente vio la horrible noche con claridad
cristalina.
―¿Dónde está el bebé? ―Su madre había estado frenética mientras Nero embarcaba
en la lanzadera con Trajen.
Miró a su bella hermana que estaba sollozando silenciosamente, pero intentando lo
mejor para mantenerlos juntos. Más joven que Nero, pero tres años mayor que
Trajen, tomó la mano de Trajen para confortarle.
―Pensé que lo tenías tú
―¡Te dije que lo agarraras! ¡Estaba con Tray!
―No. La guardería estaba vacía. ―Frenético, Nero se encogió mientras 335
sonaban más explosiones de la batalla.
―Fue a Augustan a quien se lo dijiste, madre ―dijo Julia―. No a Nero.
―¿Dónde está Augustan? ―Ella empezó a bajar por la rampa.
Nero la atrapó. Con su traje ceremonial y sus tacones no estaba vestida para la
búsqueda y no podría huir del escuadrón de asesinos que estaban buscando a los miembros
de la familia real para sacrificarlos.
―Déjame ir por ellos. Volveré enseguida.
―¡No! ―gritó Trajen, corriendo para aferrarse a la pierna de Nero―. ¡Prometiste
quedarte conmigo!
Nero se deshizo del agarre de su hermano y lo devolvió a los brazos de Julia.
―Lo sé, retoño. Pero volveré pronto. Voy a asegurarme que Auggie y Rian estén bien,
también.
Las lágrimas caían de los ojos de Trajen.
―No me dejes, tengo miedo.
―Todos tenemos miedo, pero no voy a dejar que te pase nada. Lo prometo.
Sollozando, Trajen le había mirado fijamente.
―Prometiste protegerme, hermano. No vayas.
―No tengo elección. ―Nero había bajado la rampa hacia un futuro que aún le
torturaba.
Quizá Trajen tenía razón. Quizá había elegido un hermano sobre otro. Pero si no
hubiera vuelto, Hadrian habría sido sacrificado.
Como Augustan. Los asesinos habían estado encima de su hermano, y en el proceso
de su asesinato cuando su hermano mayor había usado lo último de su poder para
teletransportar a Hadrian con él.
¡Huye!
Y Nero lo hizo. Con todo lo que tenía lo hizo. Solamente Hadrian había escapado del
horror de la caída de su raza intacto. Demasiado joven para recordar nada, lo había
ocultado lejos y sin saber nada de ello.
Mientras que él y Trajen no podían olvidar.
Nero había visto la muerte de su padre y su hermano mayor. Trajen la muerte de su
madre y Julia.
―¿Estás bien? ―preguntó Ryn
―Síp. ―Pero era una mentira y lo sabía. No estaba bien desde la noche en que
su familia fue brutalmente ejecutada.
Trajen había tenido cinco años. Él once.
Y ambos habían estado perdidos desde entonces. 336

Nada ni nadie podía traerlos a casa.

* * *

―Eres duro con tus hermanos, ¿no crees?


Trajen se detuvo cuando oyó a Ushara entrar en la cabina de vuelo, mientras
finalizaba las comprobaciones de seguridad.
―¿Estás cuestionándome?
―Siempre
―Descarada, chiquilla. ¿Cuándo te volviste suicida?
―Error tuyo no matarme cuando tuviste la oportunidad.
Él no discutió sobre eso. Fue uno de los pocos actos de piedad que le había mostrado a
alguien en su vida, y aún no entendía por qué ella provocaba esa peculiar emoción en él
cuando nadie más lo hacía.
―¿No deberías prepararte para el lanzamiento?
―Mi tripulación está en ello. Venía a decirte dónde vamos a dirigirnos
―Ya lo sé. ―Se giró en la silla con su mirada echando chispas sobre ella―. Otro acto
suicida de rebeldía de tu parte.
Ella se aproximó a él lentamente.
―Lo que es el motivo por el que he venido en persona. Sabía que te enfadarías.
―Aún no has sentido mi ira
―Ni está en mí hacerlo
Una esquina de su boca se estiró con amarga diversión.
―No, no lo está. ―Era descaradamente estúpida en su valor. Y eso era lo que más
admiraba de ella.
Ella hizo una pausa al inclinar la cabeza.
―Estas ocultándome algo. ¿Qué es?
Y eso era lo que más odiaba. Solo ella, podía leer sus pensamientos mejor que
cualquier otro Trisani. No tenía ni idea de cómo pero su poder era innegable.
―Lo descubrirás bastante pronto. Por ahora, necesitas concentrarte en la
evacuación.
Ushara le frunció el ceño. Abrió la boca para hablar justo cuando la seguridad
de la nave fue violada.
Normalmente él habría vaporizado a los infractores, pero en el momento en 337
que empezó a atacarlos, abrió las puertas dándoles acceso libre a la cabina de vuelo.
En lugar de enemigos, dos adorables chiquillas vinieron corriendo y saltaron sobre él
con risitas y abrazos, mientras escalaban su cuerpo como monos salvajes.
―¡Tío Tray! ¡Tío Tray! ¡Vasi nos dijo que estabas aquí!
―¿Puedo volar tu nave?
―¡No! ¡Yo quiero volarla!
―¡Déjame!
―¡Déjame!
Sonriendo lanzó a las gemelas a su regazo y las abrazó.
―Lo juro, creo que han crecido treinta centímetros desde que salieron de casa. ¿Qué
les está dando de comer su madre? ¿Fertilizante?
Viv se inclinó hacia su pecho y se apretó contra él.
Presionando la mejilla contra su cabello, Trajen ahuecó su cabeza con las manos y la
sostuvo cerca.
Ushara sintió la garganta constreñida ante la vista del oscuro y letal señor Tavali
abrazando a sus niñas con tanto afecto. Solamente ellas tenían permitido acercarse a él.
Nadie más.
Trajen odiaba el contacto físico. De cualquier tipo. Normalmente mantenía un invisible
campo de fuerza alrededor de su cuerpo para que nadie pudiera acercarse a él. Incluso
desde el primer momento en que las chicas habían intentado tocarle siendo bebés, él les
había permitido hacerlo.
Lo que le daba a ella la esperanza de que no estuviera tan perdido como pretendía.
Que en el interior de su amarga y oscura alma hubiera una oportunidad de que pudiese
encontrar la forma de devolverle su humanidad y ser parte del mundo de nuevo.
―¿Se han portado bien las dos con su madre?
―Lo intentamos. ―Mira suspiró―. ¿Eso nos da puntos?
Trajen usaba puntos como recompensa para que ellas pudieran agarrar cosas de su
habitación “del tesoro”. Había cosas que compraba para las chicas y se las daba a Ushara. Él
las mimaba demasiado, así que ella se había visto forzada a ponerle freno por temor a que
las arruinaran. Entre él y Jullien, las chicas estaban completamente malcriadas.
Él les sonrió.
―Lo hace, desde luego. Ahora, si no les importa, necesitamos salir y llevarlas a casa.
Jadeando, abrieron los ojos.
―¡Vamos a casa! ―Viv se giró hacia su madre―. ¿Podemos viajar con el tío
Tray? ¿Por favor? ―Dobló sus manos bajo el mentón y le suplicó de la manera más
linda imaginable. 338
Maldición, era duro decir que no a esa cara.
Sí, de acuerdo, ella también era responsable de arruinar a sus hijas mientras estaban
ahí.
Pero no podía ceder en esto. Trajen tenía una asquerosa tendencia a meterse en peleas,
y no quería que sus hijas estuvieran a bordo de una nave que estuviera en medio de una
sangrienta batalla de camino a casa.
Ushara las calló.
―Probablemente sea mejor que vengan conmigo, preciosas. Yo echaría de menos a
mis chicas.
Ellas hicieron pucheros a la vez.
―Además, si se quedan conmigo, haría que se fueran a la cama. ―Trajen arrugó su
nariz juguetonamente.
―¡No! ―Mira saltó de su regazo―. ¡Te quiero, tío Tray! ―Corrió hacia la puerta.
Viv permaneció mirándole fijamente
―¿Por qué estás tan triste, tío Tray? Parece que tienes una herida en tu corazón.
Él retiró el cabello de su mejilla.
―Estoy bien, mina yahee. Nunca te preocupes por mí. Ahora ve y agarra a tu hermana.
Les daré puntos extra a las dos por viajar a casa con su madre. ―Él le besó la cabeza.
Ella saltó rápidamente de su regazo y corrió tras Mira.
Ushara se detuvo y notó la forma en que Trajen las miraba después.
―¿Por qué, de verdad, expusiste tus poderes para salvar a Fain y a Talyn?
Mientras su mirada se unía a la de ella, el profundo y doloroso tormento que vio ahí la
abrasó.
―Porque nadie debería tener que agarrar la mano de un ser querido y ver como
muere a causa de la crueldad de otros.

* * *

Galene se detuvo mientras veía la expresión en la cara de Fain mientras miraba por la
ventana la estación Porturnum que estaban dejando. No podía leerlo bien, pero estaba
dejando una parte de su vida detrás. Aunque Venik no hubiera sido lo mejor para
él, había sido lo más cercano a una familia que Fain había tenido durante décadas.
―¿Estás bien?
Fain se sorprendió ante su voz.
339
―Sep. Solamente… pensaba.
―¿Sobre?
―Lo contento que estoy de que Nyk sea un imbécil.
Ella frunció el ceño ante el inesperado comentario.
―¿Perdón?
Sonriendo, él la giro y la metió en sus brazos para así poder darle un ardiente beso
que la dejó con la sangre en llamas.
―Si Nyk no hubiese sido un imbécil irrazonablemente, yo no habría tomado esta
asignación. ―Él ahuecó su rostro entre sus manos―. No te tendría ahora, o a Talyn. Así
que se lo debo todo a mi amigo. El imbécil.
―Entonces, tal vez no deberías llamarle así. ―Ella bajó la mano por sus duros
bíceps―. Y técnicamente, ¿no es tu hermano?
―Sí, imagino que sí
De repente una grave maldición sonó fuera. Fain la empujó detrás, esperando el
anuncio de algún tipo de ataque. Agarró su blaster y fue a comprobar a Talyn en el pasillo.
Con expresión horrorizada, su hijo estaba parado ante el armario del equipamiento,
con Gavarian y Branch. Pero no había signos de amenaza.
―¿Qué sucede?
Talyn cerró la puerta de un portazo.
―Hummm… nada. Nada de nada.
Los tres parecían nerviosos
Frunciendo el ceño, Fain intercambió una mirada preocupada con Galene.
―¿Qué pasa?
―¿Talyn? ―Galene avanzó hacia él―. ¿Debería preocuparme?
Él lanzó una mirada de ella a Fain, entonces se encogió
―Hummm… posiblemente.
―¿Qué quieres decir?
Avergonzado, Talyn abrió el armario y dio un paso atrás.
―No estoy seguro que quieras ver esto, mamá. Pero creo que paka es un bastardo
enfermo.
Ella miró el interior a la vez que Fain se daba cuenta de lo que Talyn había visto. Oh,
sí. Eso era malo.
Presionando las palmas de las manos sobre sus ojos, él gimió al mismo tiempo
que ella miraba en el interior.
―Puedo explicarlo
340
Ella no dijo nada.
Aterrorizado y temeroso de su reacción, bajo lentamente las manos para enfrentarse a
su pícara mirada. Ella tenía los brazos cruzados sobre el pecho mientras esperaba. Era una
pose que Talyn replicaba con irritante impaciencia.
Con un suspiro, Fain se dio cuenta que no había forma de salir de esto, excepto
confesar la verdad.
―No me miren así. No es como si fuera anatómicamente correcto o algo así. Ella es
solo la unidad meca de la nave. Eso es todo. ¿Storm? Actívate.
Un perfecto duplicado que se parecía a Galene en la escuela, la meca parpadeó y salió
del armario.
―¿Puedo ser de ayuda, Fain?
Talyn giró su cara hacia arriba.
―Oh, queridos dioses, incluso suena como mamá
―Yo no sueno como una actriz porno.
Talyn pareció realmente incómodo mientras Gavarian y Branch estallaban en
carcajadas. Los miró fijamente.
―Ustedes, hienas, más les vale que detengan eso.
Ellos se pusieron serios al instante.
Fain les gruñó a todos. Entonces con amabilidad en la voz dijo a su nave.
―Storm. Desactívate.
La unidad se volvió al armario y dejó de funcionar.
Intentando no alimentar su reacción, Fain cerró la puerta. Buscó en su mente alguna
explicación, cuando, finalmente decidió decirle a ella la verdad.
―Siempre has sido la única para mí Galene. Y aunque no era tú, no podía imaginar
mi casa sin ti en ella. Así que allí tienes. El porqué ella está aquí. No puedo vivir sin ti,
nunca podré.
Galene se sorbió las lágrimas.
Talyn agarró a Brach y a Gavarian y los sacó a rastras para darles privacidad.
Con una llorosa expresión en su cara, Galene se volvió hacia Fain y lo atrajo más
cerca.
―Y pueda que los dioses te concedan que nunca tengas que vivir sin mí otra vez.
Porque sé que yo tampoco puedo vivir sin ti. Todo lo que puedo hacer es existir.

341
Galene siguió a Fain fuera de su nave con Sumi, Vega, War, y Felicia a su lado. Ushara
y los demás habían aterrizado pocos minutos antes que ellos. Pero algo no estaba bien. La
plataforma estaba demasiado concurrida y todo el mundo parecía estar en un manojo de
nervios de algún tipo. Y había un humor extraño en el aire. Un profundo sentimiento de
aprensión.
Confundido, se dirigió a Nykyrian.
―¿Que está pasando?
―No estoy seguro.
―¡Papi!
―¡Mamá!
―¡Papá!
De repente, todo el lugar verdaderamente explotó con actividad cuando las
familias de Nykyrian, Caillen, Darling, Syn, y Maris salieron corriendo a su
encuentro. Galene estaba completamente abrumada por el gran número de
342
personas.
Sumi se rió en su oído.
―Sé lo que estás sintiendo. Da miedo. Pero aunque no lo creas, te acostumbras a ella.
Kalea corrió desde los brazos de Dancer para abrazar a un pequeño muchacho rubio
llamado Jayce mientras Darice saludó a la hija mayor de Nykyrian, Thia. Luego se llevó a
War y a Vega e hizo las presentaciones entre ellos y todos los niños. En poco tiempo, se
estaban mezclando como viejos amigos.
Galene tragó en seco.
―¿Cómo los mantienes a todos ellos en orden? ―le preguntó a Fain.
―No es tan difícil como piensas.
Aliviada al ver a la familia conocida de Jayne, se dirigió hacia ellos.
Pero su alegría duró poco al darse cuenta de que Ushara no estaba compartiendo su
felicidad. De hecho, se volvió más preocupada a cada segundo pasaba.
―¿Dónde está Jullien? ―le preguntó a Darling.
Eso puso serio a su grupo al instante.
Vasili se acercó hasta situarse a la espalda de su madre mientras Trajen recogió a Mira
y sostuvo la mano de Viv. La expresión de su rostro cuando se paró detrás de Ushara decía
que ya sabía la respuesta.
Cairistiona fue quien se acercó a Ushara.
―Es un honor conocerte, hija. Eres tan hermosa como Jullien dijo que eras.
Ushara tragó saliva.
―¿Dónde está? ―gruñó.
La Tadara se mordió el labio mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.
―Él está aquí… ¿verdad? ―Ushara miró más allá de ellos―. ¡Jullien! ¡Esto no es
divertido! ―gruñó―. ¡Muéstrate! ¡Lo digo en serio!
Acercándose lentamente, Aros se aclaró la garganta. Trató de hablar, pero no pudo.
Fue la bella esposa de Nykyrian, Kiara, quien tomó la mano de Ushara.
―Él distrajo a nuestros perseguidores para que pudiéramos lograr alejarnos a salvo.
Dijo que te dijéramos que no te preocupes. Que él no rompería tu corazón.
Aros finalmente encontró su voz.
―Salvó las vidas de Kiara y Zarina, Nykyrian. Y la mía. Ninguno de nosotros
estaríamos aquí si no fuera por él.
Nykyrian besó la mano de Kiara. Luego dio un paso atrás.
―¡Prepara mi caza! ―anunció al miembro de la tripulación de tierra más
cercano.
Kiara se encogió visiblemente ante esas palabras, pero no trató de detenerlo. 343

Sumi dejó escapar un suspiro de cansancio cuando se volvió hacia Dancer.


―Lo sé… ―Ella lo besó―. No vayas a salir herido. Si lo hace, voy a nombrar a tu hijo
algo espantoso en tu ausencia.
Él rió.
Shahara le entregó su hijo dormido a Ture y lo besó en la mejilla.
―Estaremos de vuelta.
Syn besó la cabeza de su hijo antes de que tomar la mano de Shahara y se fueron tras
Nykyrian y Dancer.
Maris vaciló ante la atormentada expresión en el rostro de Ture.
―Lo siento bebé.
Ture asintió.
―Lo sé. Ten cuidado con lo que deseas. Yo quería un soldado. Debería haber dicho
que quería un artista. Sólo recuerda, es muy difícil lograr sacar la sangre de tu uniforme.
Maris lo besó, luego a Devyn y a Terek.
―Estaré en casa pronto. Lo prometo.
―Sé que lo harás. De lo contrario, enviaré a Zarya tras de ti y no te va a gustar eso.
Zarya besó la mejilla de Maris antes de que él se fuera, también. Ella sostuvo la mano
de Darling cuando él empezó a irse, manteniéndolo allí por un momento más.
―Odio que pelees sin mí.
―Lo sé. Tú eres la mejor disparando, pero no te han autorizado para la batalla
todavía. Y aún estás dando de mamar. Si pudiera alimentar a Cezar en tu lugar, te dejaría
ir, pero creo que nuestro hijo estaría seriamente enojado con nosotros dos si trato de darle
pecho.
―No eres gracioso.
Con un último beso, Darling los dejó para unirse a sus hermanos.
Desideria les gruñó en igual frustración a su hermano y marido.
―¡No es justo!
Caillen la besó y luego a su hija e hijo.
―No te preocupes. Shahara me dará la lata hasta la muerte incluso antes de que yo
salga herido. Ella todavía piensa que tengo cinco años.
Chayden le dio a Desideria un abrazo ligero.
―Lo sé, hermanita. Proteger a tu bomboncito de cualquier daño. No te
preocupes. Si alguien mata a Caillen, quiero los honores.
Qory gesticuló hacia ella de que él cuidaría de los dos.
344
―¡Los amo a todos! ―gritó Desideria detrás de ellos―. ¡Vuelvan pronto!
Hadrian comenzó protestar como un campeón, pero Jayne le obligó a quedarse con
los niños para que ella pudiera irse con los demás.
―No te preocupes. ―Nero abrazó a su hermano―. Cuidaré su espalda por ti. Nada
va a lograr pasar sobre mí.
Sólo entonces Hadrian cedió. Recogiendo a su hijo, él sostuvo a Sway y observó
mientras Nero y Jayne se marchaban y lo dejaban con sus hijas e hijo.
Fain comenzó a irse tras ellos, pero Galene lo detuvo.
―No sin mí, Hauk.
Miró a los otros que estaban a su alrededor.
―Tú tienes una base que establecer, comandante. Te necesitan aquí.
Ella se volvió hacia Talyn.
―¿Comandante Batur? Toma el campamento y asegúrate que todos estén a salvo y
reportados. Eres el oficial a cargo hasta mi regreso.
El desafío ardió en sus ojos, pero su hijo siempre era un oficial militar en el corazón.
―Sí, ma’am.
Saf le dio una palmada en el hombro.
―No te preocupes, Talyn. Los mantendré a salvo. Además, tu padre no está dispuesto
a dejar que nadie se acerque a ella. ―Abrazó a Ture y besó a su sobrino Terek, antes de
guiar a Fain y Galene hacia los demás para montar un rescate por Jullien.
Talyn se sintió enfermo mientras lo observaba despegar. Todos ellos necesitan dormir
antes de que hicieran algo tan peligroso. Pero al final del día, eran soldados.
La guerra era lo que conocían mejor.
Felicia tomó su mano entre las suyas mientras Vega, War, y el resto de los niños
jugaban en su feliz ignorancia de lo que estaba pasando a su alrededor.
Saboreando su toque, Talyn dejó que se asentara para que pudiera concentrarse en lo
que había que hacer. Se volvió para dar las órdenes, pero se detuvo cuando vio a Ushara y
sus hijas. Por primera vez, la Almirante parecía desconcertada, y honestamente, perdida. La
agonía en sus blancos ojos era abrasadora e hizo que su garganta se apretara.
Tylie y Cairistiona trataron de consolarla.
―¿Almirante?
Ushara parpadeó antes de reunirse con su mirada.
―¿Sí?
―Somos invitados en su casa. Y…
―No ―dijo ella, interrumpiéndolo. Tragando en seco, miró a su alrededor a
los que habían quedado atrás. Y en particular a los niños―. No son invitados. Son 345
nuestra familia. ―Ella tomó las manos de sus hijas de Trajen y las llevó con los hijos
gemelos de Nykyrian para poder presentarlos.
El conjunto de gemelos que eran de la misma edad se sorprendieron los unos por los
otros, pero a los pocos segundos eran viejos amigos.
Y cuando Ushara los internó más en la base Gorturnum y Sway llegó corriendo para
llevar a Talyn, Talyn se dio cuenta de que esta base era muy diferente a la de Venik. Los
Tavali aquí, a pesar de ser en su mayoría Fyrebloods, eran mucho más abiertos y amistosos.
Todo en ella estaba orientado a la familia.
Este lugar se sentía como un hogar, un refugio, y no una base militar estéril diseñada
para robar y saquear.
Mientras caminaban hacia sus nuevos aposentos, Thia, la hija mayor de Nykyrian,
vino corriendo hasta ellos. Alta y rubia, era una belleza.
―Así que tú eres mi nuevo primo. ¡Oh Dios mío! Felicia. Yo sabía que te adoraba por
una razón. ―Thia había sido una estudiante frecuente en el estudio de danza de Kiara
donde Felicia había enseñado a tiempo parcial, e incluso había asistido como ayudante en
algunas de las clases de Felicia―. Y tú, T… Bienvenido a la familia.
Thia entrelazó sus brazos con ellos.
―¿Sabes que Hauk y Fain siempre se han contado entre mis favoritos, no? ―Ella miró
de soslayo a Talyn―. Ahora que lo pienso, debería de haberme dado cuenta de cuánto te
pareces a ellos. ¿Por qué no me fijé en eso antes?
―Ni idea.
Felicia le guiñó un ojo.
―¿Probablemente porque tenías miedo de que te hiciera daño por comerte con los
ojos a mi macho?
Thia se rió hacia Felicia.
―Ahí lo tienes. Y felicitaciones. Me enteré de su unificación. ―Luego desaceleró
cuando vio a Gavarian, y sus ojos se abrieron en apreciación de su apuesta forma.
Felicia le dio una sonrisa de complicidad a Talyn.
―¿Tizirah? ¿Has conocido a mi sobrino?
A Thia le tomó un momento recuperar su voz.
―Mmm… no. No, no lo he hecho.
―Gavarian ezul Terronova, ¿puedo presentarte a Thia del Clan de la Sangre
del Soberano eton Anatole?
Él hizo una elegante reverencia perfecta.
―Tizirah. Es para mí un honor y un privilegio. 346
―¿Está casado? ―le susurró a Felicia.
―Viudo ―le susurró ella de vuelta.
Thia los soltó para acercarse furtivamente hasta Gavarian, le agarró el brazo y lo
apretó.
―Siento mucho su pérdida, mayor. ¿Espero que no fuera demasiado reciente?
―No. Fue hace un par de años.
―Aun así, debe doler. ―Thia se lo llevó.
Kiara gimió.
―Gracias a los dioses que su padre no está aquí. Talyn, deberías advertirle antes de
que Nykyrian vuelva, que él no tiene sentido del humor sobre machos cortejando a su hija.
Talyn dejó escapar una risa malvada.
―¿Por qué debería? Espero con ansias el entretenimiento. Estoy pensando que
debería apostar al favorito.
Felicia rodó los ojos.
―Eres horrible… No se preocupes, alteza, yo le advertiré.
Con eso, Talyn dejó a Gavarian y a Brach encargados de asegurar al personal y los
civiles en los cuartos y alojamientos mientras él iba a monitorear a los demás que habían
ido a la batalla. Fue algo que Ushara había dejado hace poco tiempo para hacerlo ella
misma.
Cuando encontró el centro de mando Gorturnum y entró en la habitación, Ushara
apartó la mirada de sus cartas estelares y monitores con el ceño fruncido. A diferencia de
centro de Venik, éste estaba abierto y aireado. Se sentía como si estuvieras realmente
flotaras libre en el espacio. La vista aquí era impresionante y de gran alcance.
Dos seres extranjeros, Vasili y otro Fyreblood, se volvieron para mirarlo con
curiosidad. La hembra Fyreblood con una buena dosis de sospecha.
―Relájese, capitana. El comandante Batur y los otros aquí están en paz con nosotros.
Sólo entonces la capitana se retiró a su silla.
Ushara regresó a su supervisión.
―¿Qué le trae por aquí, comandante?
―Lo mismo que a usted. Quería escuchar de ellos y asegurarme que usted no se
quedara sola. Después de todo, como ha dicho, usted es mi familia.
Con una sonrisa de agradecimiento, Ushara indicó la silla a su lado.
―No hay realmente nada que escuchar en este momento. Están volando por el
espacio oscuro de la Liga.
Él se sentó a su lado.
347
―Entonces va a ser una larga noche. ―Estirando el brazo, Talyn le tomó la mano―.
Pero pasaremos por esto juntos.
No bien había dicho esas palabras la Tadara, Sumi, Felicia, y Aros entraron por la
puerta para montar vigilia con ellos.
Al cabo de una hora, la habitación estaba llena en su total capacidad.
Incluso Trajen llegó y se sentó en un rincón, sin decir nada, observándolos a todos
ellos mientras esperaban noticias.

***

―Jullien fue tomado por las fuerzas de la Tadara.


Fain se sintió tan enfermo como Nykyrian mientras el mayor les daba el informe en el
campamento base de la Alianza donde habían estado esperando reunirse con Jullien y sus
tropas restantes.
Horrorizado, Nykyrian miró a la mujer.
―¿Y nadie pensó ayudarlo?
La mayor se encogió de hombros.
―Era el tiziran Jullien.
Así que, básicamente, sus fuerzas aliadas se habían negado a luchar con él y habían
permitido que los hombres de Eriadne se lo llevaran sin respaldo alguno.
Fain maldijo ante lo que le había sido hecho a Jullien. Después de arriesgar su vida
para salvar a los suyos, a todos ellos, el príncipe había enviado a sus propias tropas Tavali
de regreso con sus familias para protegerlos y escoltarlos a través del espacio controlado
del Gorturnum, pensando que la guardia real de su madre le ayudaría mientras cubría su
huida. En lugar de eso, las fuerzas de mayor confianza de su madre literalmente habían
levantado las manos y lo dejaron que se pudriera.
No, peor.
Habían esposado a un herido y sangrante Jullien, y lo entregaron a sus enemigos,
envuelto de regalo, para que ellos pudieran alejarse caminando ilesos y "probar" su lealtad
a Eriadne el tiempo suficiente para comprar su propia libertad.
Dancer negó con la cabeza.
―Nunca pensé que sentiría lástima por tu hermano, pero maldita sea, eso fue frío.
Darling, suspiró.
―¿Qué hacemos?
Nykyrian presionó su mano enguantada en el puente de la nariz e hizo una
mueca.
―No lo sé. No tenemos información para trabajar. Ni idea de dónde está. Si 348
está aún con vida en este momento.
―Nyran lo odia ―dijo Galene―. Apasionadamente. Desde la infancia. No se sabe lo
que va a hacer con él. Y la Liga tiene una orden de Asesinato-excitante emitida para Jullien.
Lo que significaba que Jullien podría ser brutalmente torturado y asesinado con
inmunidad judicial.
Nykyrian dejó escapar un suspiro largo y lento.
―Esta no es la noticia que quería llevar a su esposa. No después de todo lo que han
hecho por nosotros.
Syn se burló.
―Ninguna buena acción queda sin castigo.
Shahara le golpeó en el brazo.
―Es la verdad ―dijo él a la defensiva.
Dancer palmeó a Nykyrian en la espalda.
―No hay nada que podamos hacer aquí. No podemos montar un rescate cuando no
sabemos dónde golpear. Si todavía está vivo, lo encontraremos.
Nykyrian se volvió hacia Darling.
―Por favor, dime que todavía es un nauseabundo perro bastardo que merece ser
destripado.
―Es un bastardo. Pero él tomó dos disparos por tu esposa e hija, y otra ronda en la
espalda para salvar a tu padre. Eso es algo que tu padre no quería decir delante de la
esposa de Jullien. Cuando lo dejamos, estaba sangrando considerablemente. ―Darling
negó con la cabeza―. Él no es el mismo imbécil con el que fuiste a la escuela. Tanto como
me gustaría odiarlo, tengo que decir que se ganó mi respeto con lo que hizo por nosotros y
la forma en que se manejó.
Shahara asintió.
―Hubo destellos del antiguo Jullien, pero nada como lo que solía ser. ―Ella frunció el
ceño―. ¿Sabías que por dos años completos después de que fueras reportado muerto
ninguno de tus padres realmente le habló?
―¿Qué? ―preguntó Nykyrian sorprendido.
―Sí ―estuvo de acuerdo Darling―. Escuché a tu mamá disculparse con él por eso
mientras estábamos escondiéndonos. Aparentemente, estaban tan atrapados en su propio
dolor que se olvidaron que todavía tenían otro hijo. Siempre que trataba de ver a su
madre, su secretaria le dijo que estaba indispuesta, y cuando llamó el palacio
Triosan, se negaron a pasarlo, ya que no querían arriesgarse a molestar a su padre
durante su período de duelo. Y tu tía se disculpó por arrojarle a la cara que sus
padres no tenían tiempo para él. 349
―¿Quién lo atendía, entonces?
―El personal… tu abuela.
Nykyrian miró a Galene.
―Me prohibieron en el palacio en ese entonces, también. Pero tienen razón. Cuando
regresé al deber, a Jullien no se le permitió verla. Esas fueron mis órdenes. Siempre la
molestaba demasiado. Siempre que él venía a su alrededor, ella solamente le preguntaba
por ti. La mayor parte del tiempo, ella lo atacaba por alejarte de ella. Culpándolo por tu
muerte.
Nykyrian maldijo entre dientes.
Fain suspiró pesadamente.
―Ahora que lo dices, yo no recuerdo que sus padres alguna vez llegaron a los eventos
escolares para él. Tal vez una o dos veces, pero en raras ocasiones. Siempre tenía una razón
por la que ellos no podían estar allí.
―Sí ―dijo Dancer―. Fue raro. Recuerdo que Merrell y Chrisen se burlaban de él por
el hecho de que su padre prometía visitarlo y luego se echaba para atrás en el último
momento con alguna excusa. Lo frecuente que todos lo miraron como si fuera mierda. Por
supuesto, yo pensé que era una mierda, también, y se lo merecía. Pero era sólo un niño,
rodeado de idiotas egoístas que no daban un infierno de minsid por él. Es el porqué estaba
enojado todo el tiempo. El porqué atacaba.
Las facciones de Nykyrian se volvieron de acero cuando se enfrentó al guardia
Andarion.
―Quiero esto una prioridad. Encuentren a mi hermano.
―¿Y tu abuela?
―Maten a la perra.
Galene lo saludó.
―Sí, señor. ―Se volvió y fue a llevar a cabo sus nuevas órdenes. Y aunque ella
disfrutaba ir tras Eriadne, no podía creer lo mal que se sentía por lo que le habían hecho a
Jullien. Un macho que había querido suicidarse hace poco tiempo.
Pero cuanto más se acordaba de cómo había sido tratado cuando eran niños, y lo que
habían hecho con él mientras ella había estado estacionada en el palacio, más se daba
cuenta que había estado tratando de sobrevivir al cruel reinado de su abuela, también.
Las políticas reales eran un infierno.
Mientras habían recuperado a las familias de la Sentella, sacado a la luz al traidor
Porturnum, y establecieron una nueva base de la Alianza, todavía había una guerra
que librar.
Habían ganado parte de ella. Pero perdido Andaria.
―¿Qué estás pensando?
350
Se detuvo ante la pregunta de Fain.
―Estaba pensando en lo que hemos perdido esta semana. ¿Y tú?
Él la atrajo hacia él.
―Que gané lo que nunca pensé que tendría. A ti a mi lado. Y los hermosos hijos e
hijas que me has dado.
Cerrando los ojos, ella recibió su beso y dejó que esas palabras la embargaran. Él
estaba en lo correcto. Habían ganado mucho más de lo que habían perdido.
Y no estaba realmente perdido. Sólo perdido temporalmente.
El mañana llegaría y ellos desalojarían a la perra y tomarían Andaria de vuelta. No
tenía ninguna duda de eso. Y si Jullien aún vivía, lo salvarían también.
Después de todo, eran la Sentella. Los milagros imposibles eran su especialidad.
Fain frunció el ceño mientras besaba la mano de Galene. Suavemente, él rozó sus
dedos sobre sus nudillos magullados y desgastados.
―¿Qué pasó?
―Nada.
Encendió la luz y vio que tenía más rasguños y moretones. Furioso, gruñó.
―¿Quién te lastimó?
―Nadie. Más bien, yo lastimé a alguien más.
―¿Disculpa?
Un atractivo rubor tiñó su cuerpo desnudo mientras ella se mordió el labio de una
manera que nunca dejaba de ponerlo duro.
―En realidad no fui de compras hoy.
Obviamente. A menos que hubiera habido alguna enorme venta con descuento
en zapatos femeninos custodiada por una manada de lorinas rabiosas.
351
―¿A dónde fuiste?
―A visitar a un viejo amigo.
Estaba siendo deliberadamente vaga y a él no le gustaba.
―Stormy…
Galene dejó escapar un largo suspiro.
―Fui a ver a Malys Venik.
Fain jadeó.
―¿Qué?
Alzando la mano, delineó la línea de su mandíbula con sus dedos.
―Realmente no creíste que la dejaría que se librara por lastimarte a ti y a Talyn,
¿verdad? Simplemente fui a explicarle algunas cosas.
―¿Con tus puños?
Ella le dio una sonrisa ladeada.
―Soy Andarion, ¿sabes? Tú y Talyn no tiene participación en ese mercado. Nadie
pone en peligro lo que amo. Te lo prometo, ella no va a estar de vuelta otra vez en nuestras
vidas. Y tampoco Venik. ―Le entregó su enlace―. Tengo tus papeles. Él los firmó.
La incredulidad lo invadió al revisarlos.
―No entiendo.
―Él estaba con ella cuando estuve allí.
Impactado, Fain abrió la boca aún más.
―¿Te peleaste con Ven también?
―No. Él, me disparó.
―¡Stormy! ¿Hablas en serio?
―Fue sólo una herida superficial. Yo ya había saldado esa posibilidad por Hermione.
Fain no podía creer lo que estaba escuchando.
―¿Y ella estuvo bien con eso?
―¿Teniendo en cuenta que Malys casi mata a su nuera con sus traiciones y acciones?
Sí. Mack está embarazada, por cierto. Así que Malys casi mata a la nuera y nieto de
Hermione. Yo podría haberlos destripado prácticamente a los dos y Hermione habría
estado bien con eso.
Con una risa nerviosa, apartó las trenzas de su hermoso rostro.
―Estás loca, Galene Batur.
―Galene Hauk.
―Ger Tarra Hauk ―se corrigió con una sonrisa.
352
Mordiéndose el labio seductoramente, ella movió sus caderas y pasó los pies
por sus piernas.
―Me gusta ese aún más.
Con su corazón palpitado, Fain se le quedó mirando mientras se deslizaba lentamente
a sí mismo en el interior de su cálido cuerpo.
―¿Y esto?
―Mmm. Definitivamente me gusta esto. ―Con la expresión más tierna, ella pasó la
mano por el tatuaje en su brazo.
Fain saboreó esa mirada y la sensación de ella sosteniéndolo. De tenerla en su vida.
Por siempre.
―Gracias.
―¿Por qué?
―Por traerme a casa después de haber perdido mi camino y olvidarme dónde estaba.
―No tienes que darme las gracias, Fain. Yo estaba abandonada en el frío, también.
Cada parte tan perdida en la oscuridad. Y, por desgracia, ni siquiera lo sabía. Pensé que
estaba bien sola. Que era feliz y bien. Pero la verdad es que cada nave necesita un hangar. Y
cada corazón necesita un refugio. Tú eres esa luz que me salva de la oscuridad, y no quiero
vivir allí nunca más.
Ahuecando su mejilla, él colocó un suave beso en sus labios.
―Mi juramento para ti, Galene Hauk, nunca lo harás. A donde quiera que vayas,
siempre te seguiré. Al infierno y de vuelta. Para siempre y más allá.

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Nacido de la Leyenda
(La Liga: Nemesis Rising # 11)

Es en las horas más oscuras del pasado de un universo que sus leyendas nacen
y sus héroes se levantan…
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Nadie sabe exactamente cuánto amor tiene hasta que su valor es puesto en
riesgo y alcanzan el punto más bajo del infierno. Allí, tienen sólo dos opciones. Acostarse y
morir. O, encuentran la fuerza para levantarse y resistir con todo que tienen.
Dagger es el alias utilizado por el esposo de Ushara y el padre de las gemelas, quien
está en una carrera por su vida. Esta es su historia y muestra cómo se convirtió en miembro
de la Tavali y lo que les sucede después de Nacido de la Traición.

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