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La video-vigilancia se define como el uso de cámaras de video fijas o móviles con o sin sonido, o de

sistemas cerrados de televisión que involucran la colocación de una o varias cámaras en espacios
privados o públicos, limitados a la supervisión o monitoreo de ese espacio y de las personas que
en él se encuentran.

Finalidad: mantener la seguridad a la población dentro del municipio, mediante la grabación de


imágenes captadas por las cámaras de video fijas instaladas en los lugares determinados para ello,
con el propósito de identificar conductas de riesgo, constitutivas de delito o que pongan en peligro
a la sociedad.

La video vigilancia resulta una tecnología particularmente poderosa porque


incrementa la capacidad de la mirada humana para distinguir y diferenciar
socialmente ciertos tipos sociales

Monitorista

Observan atentamente para detectar cosas como actividades delictivas, comportamientos


sospechosos o inusuales, accidentes e incidentes de tipo no delictivo.

Cuando detectan una de estas incidencias, dan parte a la policía, a otros agentes de
seguridad o a otro servicio (por ejemplo, el servicio de bomberos o el de ambulancia) lo
antes posible. Para ello, usan teléfonos y sistemas de radio internos. Los operadores de
cámaras de vigilancia deben dar descripciones claras y exactas de personas, vehículos,
incidentes, etc., de manera tranquila y profesional.

Pueden tener que ocuparse de más de una persona o incidente a la vez.

Puede ser que les pidan buscar en secuencias filmadas por una cámara en particular
entre ciertas fechas u horas para ver si la cámara ha captado un incidente.

Los operadores de cámaras de vigilancia llevan el registro detallado de observaciones e


incidencias. Algunos pueden estar escritos a mano y otros pueden introducirse en un
sistema informático. Graban y archivan de forma segura grabaciones de vídeo o digitales
e imágenes fijas, para su uso como pruebas o por si precisan revisarse después de un
incidente.

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