La consultoría es un trabajo desafiante y gratificante para un auditor interno, entendiendo que
la consultoría es un servicio de asesoría especializada en la que en un área se pretende
encontrar soluciones a uno o más problemas internos identificados, o bien a la necesidad empresarial, que se sustenta en la innovación de métodos, experiencia, conocimiento técnico y tecnológico, habilidades profesionales óptimas y herramientas necesarias para una intervención eficaz. Todos los auditores internos que prestan servicios de consultoría tienen grandes oportunidades de agregar valor a sus empresas, lo que representa la disposición de ofrecer las mejores oportunidades para alcanzar los objetivos de la organización, identificando mejoras operativas o reduciendo la exposición al riesgo a través de servicios de aseguramiento y consultoría capaces de resolver inconvenientes, mediante la adaptación y mitigación de los cambios que pueden afectar su funcionamiento interno. El creciente énfasis que se le ha dado a la auditoría ocasiona que se recurra con más frecuencia a los auditores internos para que capaciten a los gerentes en el diseño eficaz, la implementación y la operación de metodologías de gestión de riesgos, y las actividades de control interno, siendo esto muchas veces pedidos especiales para los que no se incluyó ninguna cláusula en el plan anual de auditoría interna y que, en esencia, son la base para desarrollar un trabajo de consultoría. En algunos casos, el Director Ejecutivo de la Auditoría (DEA) puede justificar el incremento del personal de auditoría basándose en la necesidad de ayudar a la organización en el mejoramiento de procesos de gestión de riesgos, control y gobierno y, al mismo tiempo, mantener el ritmo de los trabajos de aseguramiento requeridos. Todo esto, en síntesis, quiere expresar la idea de que el auditor interno tiene un amplio campo de trabajo en el cual la mayoría de las veces se ve limitado por la misma gerencia que infravalora esta área. Es por todo lo mencionado, que es incomprensible cómo un auditor interno puede considerar que los conceptos de consultoría y auditoría se encuentran enfrentados, ya que cree que la consultoría acerca demasiado al auditor y el cliente, comprometiendo potencialmente la independencia del auditor. Recurramos nuevamente a la definición de auditoría interna que es aquella actividad donde un profesional adecuado y con la capacidad suficiente es capaz de involucrarse en los procesos internos de una organización, con la finalidad de mejorar los procesos y comprobar los controles, siendo que estas funciones están estrechamente relacionadas con los servicios de aseguramiento y consultoría. Está claro que los auditores internos pueden agregar valor a las asignaciones de consultoría, proporcionando metodologías, habilidades, enfoques, conocimiento, tecnología, mejores prácticas e independencia, que ayuden a resolver los problemas de sus organizaciones, siendo que lo único que falta, es abrirle la puerta al auditor para hacer ver lo mejor de su área y su habilidad.