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Familias homoparentales
¿Qué se entiende por familia
homoparental?
Este término, de reciente uso, se utiliza para referir-
se a aquellas familias formadas por una pareja del
mismo sexo, criando hijos/as (ya sean biológicos o
adoptivos)
¿Cómo son las familias
homoparentales?
Muy diversas como cualquier tipo de familia. Habría
que decir que este uso del término, es un tanto es-
trecho, pues parece que excluye casos muy comu-
nes como aquellos donde las criaturas son criadas
por un solo progenitor, homosexual en este caso, o
cuando proceden de una pareja heterosexual divor-
ciada, porque el padre o la madre se dio cuenta de
su homosexualidad y se emparejó posteriormente
con otra persona del mismo sexo. Es decir, que den-
tro de las familias homoparentales, las hay nucleares,
las hay reconstituidas, monoparentales, adoptivas,
etc, como en las demás familias.
¿Por qué preocupa tanto el bienestar
de estas criaturas?
Porque se teme que éstos no sean hogares adecua-
dos para su desarrollo posterior. Existe la idea gene-
ralizada de que los niños y niñas necesitan modelos
de referencia paternos masculino y femenino y que
sin ellos les va a faltar algo fundamental. Este hecho,
la falta de un modelo paterno masculino o femenino
cercano, ha sido y es bastante común en la historia,
ya sea por viudedad, por abandono del hogar, por
falta de reconocimiento de la paternidad, o por si-
tuaciones como la emigración, la cárcel, la guerra,
etc. Sin embargo, en esos casos no preocupa tanto
esa falta de referentes.
Hay, además, un componente de temor hacia la po-
sible identidad sexual, identidad de género u orien-
tación sexual “desviadas” en estas criaturas, como
si de estas familias homoparentales fueran a salir
más hijos homosexuales o “raros” sexualmente. Sin
embargo no se dice que la mayoría de las personas
homosexuales han nacido y se han criado en hoga-
res heterosexuales.
¿Qué diferencias habría entre estas
familias y las heteroparentales?
Fundamentalmente la preocupación por si la orienta-
ción sexual homosexual del progenitor o los progeni-
tores puede causar problemas a las criaturas, por si
esa “diferencia” familiar puede provocar discrimina-
ción en los hijos/as y en cómo aprender a defenderse
de esas posibles situaciones negativas. También hay
un tema de afrontamiento del secreto que tienen que
abordar estas familias. La heterosexualidad no hace
falta visibilizarla porque se da por supuesta, pero la
homosexualidad hay que sacarla del armario para
que exista. Así pues, estas familias han de abordar
cuándo y cómo hablan a sus hijos de este tema, y
a su vez, en qué espacios les parece apropiado y
seguro que las criaturas hablen de su familia y en
cuáles es más seguro no decirlo.
Umeek gurasoengandik emakumezko eta
gizonezkoaren ereduak jaso behar dituzte-
lako ustea oso zabalduta dago, eta eredu
horiek barik funtsezko zerbait falta zaiela
ere bai. Emakumezko eta gizonezkoaren
gertuko eredurik ez izatea ohikoa da eta
izan da historian zehar arrazoi ezberdinen-
gatik: alarguntzea, emigrazioa, espetxea,
gerra… Hala ere, kasu horietan erreferen-
tziako eredurik ez izatea ez da hain kezka-
garria.
Gainera, umeen sexu- edo genero-identi-
tate eta sexu-joera “desbideratu”en beldu-
rra dago, guraso bakarreko familia horietan
seme-alaba homosexual gehiago egongo
balira bezala, edo “arraroak” sexuari dago-
kionez. Hala eta guztiz ere, ez da esaten
pertsona homosexual gehienak familia he-
terosexualetan jaio eta hazi direla.
Todas las familias y personas “diferentes” (con la
connotación social negativa que supone tantas ve-
ces considerar a alguien diferente) se preguntan si
esta diferencia puede generarles un problema de
discriminación a ellos o a sus hijos/as, ya sea por la
raza, el lugar de origen, la cultura, la religión, el bajo
nivel sociocultural o económico, o incluso otras cir-
cunstancias como vivir en una familia monoparental,
reconstituida, con hijos/as adoptivos de otras etnias
o razas, etc.
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¿Qué es importante en estas familias
para que se sientan seguras,
integradas y puedan dar a sus hijos/as
las mejores condiciones de vida?
Desde luego la homofobia no podemos olvidar que
existe, pero sería importante que estas familias dis-
tinguieran cuándo viven situaciones de homofobia
real o cuándo son producto de temores que no se
basan en la realidad. Ante un hecho tan estigmati-
zado como éste (no nos olvidemos de las macro-
manifestaciones a favor de “la familia”, de la familia
nuclear y heterosexual y en contra del matrimonio y
la adopción homosexual) a veces no es fácil distin-
guir la homofobia real y la figurada.
Otro elemento muy importante es que sientan que
son una familia, tan válida como las demás. Esa idea
persistente, transmitida sutilmente o de forma evi-
dente de que una verdadera familia es aquella forma-
da por un hombre, una mujer y sus hijos, hace mucho
daño a quienes no se ajustan a ella y les puede hacer
dudar de su condición de familia. Afortunadamente
los cambios legislativos han ayudado mucho a que el
reconocimiento legal que viene a través del registro
de parejas de hecho, del matrimonio, de la adopción
o la co-parentalidad legal, supongan un gran apoyo
moral, relacional y social a esas familias.
Otro aspecto crucial es el apoyo del entorno, ya sea
familiar, amistoso, laboral, de la comunidad, etc. Una
familia para sentirse tal, necesita el reconocimiento
de quienes tiene a su alrededor.
Y desde luego mucho diálogo para gestionar ade-
cuadamente esa visibilización de la homosexualidad
del progenitor o progenitores en la propia familia, en
el colegio de las criaturas, ante sus amigos/as, en
la adolescencia, etc. para evitar que el silencio o el
secreto dominen y enturbien las relaciones familiares
y sociales.
Begoña Pérez Sancho
Psicóloga, Sexóloga y Terapeuta Familiar