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No.

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IMPUGNACIÓN DE RECURSO DE CASACIÓN EN UN


JUICIO DE QUIEBRA

CIUDADANOS
MINISTROS DE LA CORTE FEDERAL Y DE CASACIÓN
SALA DE CASACIÓN
SU DESPACHO

Yo , abogado en ejercicio, de este domicilio, inscrito en el Inpreabogado bajo


el No , en mi carácter de Mandatario del Sr. (Identificarlo), demandado por
quiebra por la firma , del comercio de esta plaza, impugnado el recurso de
casación formalizado por la parte actora y anunciado contra la sentencia dictada
en la aludida demanda por el Juzgado Superior con fecha de de 19 , en
los términos que siguen:

1
Alega la parte formalizante la infracción del último aparte del Artículo 1.064
del Código de Comercio porque el Juzgado Superior, por sentencia del de
de 19 revocó el fallo de Primera Instancia decretando el atraso solicitado
por el Demandado en contestación a la demanda y oyó la apelación interpuesta
por la parte actora contra esa sentencia en un solo efecto. Basada en esa
supuesta infracción solicita la recurrente, como punto previo, la reposición del
proceso “al estado de que se oiga por dicho Juzgado Superior en ambos efectos
la apelación interpuesta o de que se ordene a la Corte Suprema reponerlo al
referido estado” A pesar de que la parte recurrente, según se ven en párrafo
antes inserto de su escrito de formalización, copió bien el dispositivo de la
citada sentencia del Pre-nombrado Juzgado, la cual no es solamente revocatoria
de la que declaró en Primera Instancia la quiebra de mi representado, sino que
además de fulminar aquel estado de atraso; a pesar de tal circunstancia, repito la
parte recurrente se refiere al caso concreto como si la sentencia del mencionado
Juzgador Superior hubiese tan solo revocado lisa y llanamente un exclusivo
estado de quiebra declarado en la instancia anterior. Es de advertir que el propio
Juez de la Primera Instancia declaró la quiebra de mi representado; pero
después de haberle dado curso y negado la solicitud de atraso invocada por él en
la oportunidad legal; porque nuestra Ley mercantil, en tal emergencia supedita
el procedimiento de quiebra al del atraso (Artículo 939 del Código de
Comercio). Pues bien, esa falsa apreciación, del aludido dispositivo de la
sentencia del Juzgado Superior es la que ha ofuzcado a la parte recurrente para
impedirle percatarse de que en razón de lo decidido por dicho Juzgado y
mientras su sentencia estuviese vigente, por mandato del Artículo 939 del
Código de Comercio, el procedimiento que debía observarse era, como lo fue en
primer término en el Tribunal de origen no el de la quiebra sino el del atraso o
sea “el procedimiento indicado en los Artículos 903 y siguientes del Título
anterior” Entre los Artículos integrantes de este Título está el 908, que en su
último aparte dispone: “De este fallo (el declaratorio del atraso) no se admitirá
apelación sino en un solo efecto para el ante el Tribunal Superior 1.064 del
Código de Comercio, que no puede aplicarse en relación a la naturaleza de este
juicio y a los términos dispositivos de la sentencia dictada por él, se ajustó más
bien a lo preceptuado por los Artículos 939 y 903 del Código de Comercio que
le ordenan oir en un solo efecto la apelación referida. Por otra parte, es de
principio, contenido en textos expreso de nuestra Ley (Art. 422 del Código de
Procedimiento Civil que “no es admisible el recurso de casación respecto de
ninguna sentencia definitiva ni interlocutoria contra la cual sea procedente el
recurso de apelación o negado éste, el de hecha. El de casación sólo podrá
anunciarse contra la sentencia que confirme el fallo apelado o niegue el recurso
de hecho, de modo que la parte no tenga ningún otro medio ordinario que hacer
valer” En el caso de autos si la firma se encontró agraviada por haberle sido
oída en un solo efecto por el Juzgador Superior la apelación que
interpuso contra la sentencia dictada por dicho Tribunal, ha debido, de
conformidad con el Artículo 181 del Código citado, intentar el correspondinte
recurso de hecho encaminado a lograr que su dicha apelación fuese oída en la
forma en que la conceptuada procedente la firma apelante, o sea, en ambos
efectos. Y como no aparece en los autos que haya sido ejercido ese recurso no
agotó, por lo tanto, la recurrente los medios ordinarios que tenía a su
disposición, y mal puede ahora atacar la expresada decisión del Juzgado
Superior relativa a la apelación aludida, pretendiendo así, remover, por vía
extraordinaria, la cosa juzgada que se hizo definitivamente firme en las
instancias con la adquisencia de la propia parte reclamante. Por lo expuesto
resulta la improcedencia del primer punto previo planteado por la formalizante.

II
La parte recurrente solicita, también con carácter previo, se reponga el juicio al
estado de que se decrete la experticia solicitada por ella en el Juzgado Superior
, solicitud que hace bajo los siguientes razonamientos: “Para el caso que esta
Alta Corte no encuentre procedente la denuncia anterior, denuncio
subsidiariamente la infracción por el Juzgado Superior del Artículo 20 del
Código de Procedimiento Civil al no decretar o negar en la oportunidad
señalada por dicho artículo la experticia solicitada por el suscrito en diligencia
de de de 19 tendiente a valorar y comprobar en su realidad positiva el
valor actual (actual para la fecha del pedimento) de los Inmuebles propiedad del
demandado gravados con hipoteca”. La misma parte recurrente se encarga de
desvirtuar la existencia de la infracción que denuncia, cuando, a renglón
seguido de sus conceptos transcritos, continúa expresándose así: “En fecha muy
posterior el Juzgado Superior resolvió reservarse la decisión sobre este
pedimento urgente para mi representado y urgente para los acreedores en
general como punto previo en la sentencia”. Ahora bien, es incierto que esa
fecha a que se refiere la recurrente en la que recayó decisión sobre su expresada
solicitud, sea’ muy posterior a la diligencia que la contiene con efecto la citada
decisión es de fecha de de 19 , como consta al folio de estos autos.
Queda así pues, comprobado que el Juzgado Superior resolvió dentro del
término legal sobre la dicha solicitud de la parte actora. “Por lo cual pido,
agrega la formalización, que, en el caso que se declare improcedente el primero
anterior punto previo sometido, se reponga el juicio al estado de que se decrete
la experticia solicitada por la firma actora, la cual dará el valor exacto, positivo
y práctico del activo y del pasivo del demandado, requerido por el Artículo 903
del Código de Comercio. Como se ve, no se denuncia expresamente infracción
alguna al respecto. Pero si se tuviese como denuncia la del Artículo 903 citado,
veríase que la sentencia recurrida no puede incurrir, por ningún concepto, en la
infracción de esa disposición legal que le atribuye también la formalización en
esta parte de su escrito; porque el Juzgado Superior falló confirmando el
estado de atraso de mi mandante ya establecido por la sentencia definitiva del
Juzgado Superior Y en cuanto a las razones de mérito a que se atuvieron los
sentenciadores para, antes que violar, aplicar más bien rectamente el texto legal
que se denuncia como infringido, son cuestiones de fondo que escapan al
control de este Tribunal de Derecho.

III

La firma recurrente continúa su formalización, así “.... Denuncio formalmente la


infracción de regla legal expresa cometida por la Corte Suprema del Distrito
Federal en su sentencia confirmatoria de la de Segunda Instancia al valorar
como prueba definitiva favorable al atraso una carta privada no reconocida por
sus firmantes, quienes no concurrieron a reunión alguna en el juicio ni fueron
citados por el demandado a objeto de ratificarla corriente en auto...”. En primer
término se observa que si pudieron tomar en cuenta los sentenciadores la
aludida carta para la declaratoria del estado de atraso establecido por el fallo
recurrido, porque es de precepto (Art. 914 del Código de Comercio) que
“pueden hacerse valer para ilustrar el Tribunal de la solicitud de liquidación
amigable cualesquiera documentos o papeles que tengan condiciones de
seriedad y verosimilitud” pero aún cuando no hubiera existido el antes citado
Artículo cuyo texto queda transcrito, es fácil advertir, además, que la Corte
Suprema tampoco puede ocuparse de la formalización de la firma recurrente,
porque esta hace tal denuncia, como se ve, en una forma abstracta, sin indicar
cuál es, en su concepto, la regla de apreciación o la disposición legal que niega
el mérito a la prueba apreciada por los sentenciadores. Lo expuesto es suficiente
para demostrar que el Juzgado sentenciador procedió ajustada a la Ley en
cuanto al mérito que dio a las probanzas apreciadas en el caso concreto, exhi-
biéndose, en cambio, la formalización adscrita a una denuncia teórica, sobre la
cual, por consecuencia, no tiene nada que decidir esta respetable Corte. La
formalización, antes que denunciar la mencionada regla de apreciación
sedicente infringida se empeña en una cuestión del mérito hecho sólo de la
exclusiva apreciación del Tribunal de instancia. Y esta misma exposición, en
parte, sirve para explicar la supuesta infracción del Artículo 908 del Código de
Comercio, denunciada por la firma recurrente, puesto que ésta, supedita la
argumentación que hace en pro de la aludida infracción al error en que incurre
con respecto a la ordenación contenida en el citado Articulo 914 del Código de
Comercio; error que pone de manifiesto el propio fallo recurrido cuyo res-
pectivo pasaje dice así, textualmente: “En cuanto al fondo de la incidencia se
observa: el Artículo 908 del Código de Comercio establece que el Tribunal se
pronunciará sobre la petición de atraso, teniendo especialmente en cuenta el
voto emitido por la mayoría de los acreedores. Ahora bien, en el caso de autos,
en la reunión de que trata el Artículo 907 del Código de Comercio, emitieron
opinión favorable al estado de atraso el Síndico nombrado, quien es un
funcionario de buena fe y los comerciantes , miembro de la Comisión de
Acreedores y , acreedores todos dcl Demandado. No estuvieron de acuerdo
con la opinión del Síndico los acreedores y , quienes solicitaron una
experticia. Y en el acto dc informes a que se refiere el Artículo 908 del mismo
Código se adhirió a este pedimento el acreedor En ese mismo acto, el
acreedor se limitó a exponer: “Soy de opinión que el Sr siga investigando
el activo y pasivo en el verdadero valor de los bienes, raíces, mobiliario y de los
negocios”, pero no concretó, precisa y claramente, su opinión ni en favor ni en
contra del atraso; por lo cual esta Corte no toma en cuenta tal exposición. Queda
así, el Síndico y cuatro acreedores que se pronuncian por el estado de atraso y
por la negativa. Pero la Corte, conforme al Artículo 914 del Código de
Comercio, estima también la opinión contenida en la carta que corre al folio
del Expediente original (le este Juicio, Impugnación que suscribo en la ciudad
de dentro del término legal el día del mes del año
Firmas.

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