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LA PREPARACIÓN DE UN LÍDER
Introducción
- Impuestos (v.11a)
- Trabajo forzado (v.11b)
- Esclavitud (v.13-14)
- Asesinato de sus hijos (v.15-16, 23)
“Un líder no nace; se hace”. ¿Cómo ‘hace’ Dios a un líder? ¿Cómo lo hizo con
Moisés?
El Espíritu Santo les dio a entender que su hijo iba a ser parte de este cumplimiento – por
ende, “no temieron el decreto del rey” (Heb 11:23).
Lo colocaron en una canasta en el río Nilo – (confiando que Dios lo iba a proteger).
Los padres enviaron a su hija a ver qué iba a pasar con Moisés (Ojo: no era para cuidarlo,
sino para ver qué era lo que Dios iba a hacer).
Reflexión:
Todo líder debe ser consciente de que Dios lo ha formado para ello.
a. Dio las espaldas a una vida de placeres carnales que ofrecía la corte (Heb 11:25b).
d. Escogió identificarse con los judíos, aceptando “ser maltratado con el pueblo de
Dios” (Heb 11:25a).
¡Estaba actuando en la ‘carne’! Tuvo que aprender que la ‘carne’ para poco aprovecha
(Juan 6:63).
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Es un gran peligro en el líder – actuar en la ‘carne’. ¡Tiene que aprender que solo no
puede!
EL LLAMADO AL MINISTERIO I
TEXTO Éxodo 3
La Biblia describe varios ‘llamados’ (Ejemplo Abraham, Eliseo, Isaías, Jeremías, etc.).
Cada uno es diferente - ¡único!
NOTA: Moisés era un hombre demasiado ‘preparado’ (en la corte de Faraón), para el
trabajo simplemente de cuidar ovejas; pero estaba en la ‘escuela’ de Dios
Antes, Moisés trató de liberar a Israel, sin que Dios le enviara. ¡Fracasó!
Nunca debemos creernos ‘suficientes’ para la tarea que Dios nos da.
Quizá hay algo más aquí, que simplemente humildad ¡No había fe aquí!
Saber que Dios está con nosotros, y nos acompañará en el trabajo que nos da para
hacer!
(v.18b). Moisés tenía que hablar con autoridad, Era el enviado de Dios.
(v.21-22). Pero prometió que el trabajo tendría éxito al final Comparar 1 Corintios 15:58.
EL LLAMADO AL MINISTERIO II
TEXTO Éxodo 4
Introducción
En Ex 4 vemos como Moisés se resiste obedecer a Dios, y lo que Dios tiene que hacer
para desafiar a Moisés a cumplir el llamado al ministerio.
Moisés teme que la gente no le creerá (v.1). Por un lado, ¡tenía razón!
Cuando Moisés hizo estas señales ante el pueblo, ellos creyeron (v.30-31).
El segundo pretexto de Moisés tuvo que ver con su habilidad de hablar en público.
Argumentó, “nunca he sido hombre de fácil palabra…” (v.10)
R/ Esteban describió a Moisés como un hombre “poderoso en sus palabras” (Hch 7:22).
Siendo educado en la corte del faraón, parece difícil creer que tenía dificultades al
hablar.
(v.11) Dios le hace reflexionar sobre quién es el que creó la boca, etc.
(v.12) Ante el temor de Moisés, Dios reitera la promesa de ir con él, y darle las palabras
que debe hablar.
Cuando Dios llama, concede las herramientas necesarias para cumplir el encargo
cometido.
¿Por qué no quería ir? ¿Era temor a fracasar? ¿Era que no quería dejar una vida
cómoda y tranquila? ¿Es que perdió su pasión espiritual?
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Somos nosotros los que sufriremos las consecuencias de resistir el plan de Dios.
(v.18) Por fin, Moisés decide obedecer, y vuelve a Egipto. No revela todo a su suegro–
¡sabio!
A veces es mejor no contar a todos, lo que Dios ha puesto en nuestros corazones (ver Neh
2:16).
(v.27) Dios habla a Aarón, y le manda ir al desierto, para encontrarse con Moisés; indica
que Aarón era un hombre sensible a la voz de Dios.
(v.29) Juntos fueron a los ‘ancianos’ de Israel, y Aarón comenzó a actuar como el
portavoz de Moisés (v.30). El resultado fue que los ‘ancianos’ “se inclinaron y adoraron”
(v.31).
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EL DESALIENTO EN LA OBRA
Introducción
Habiendo respondido al llamado de Dios, Moisés y Aarón fueron ante Faraón para cumplir
el mandato de Dios (v1a).
Faraón, lejos de hacer caso, reclamó a Moisés y a Aarón por estar distrayendo al
pueblo de sus labores (v.4-5). Fue una acusación falsa. ¡Esto frecuentemente nos
desalienta!
El anuncio del mensaje de Dios provocó a Faraón a incrementar el trabajo (y por ende, el
sufrimiento) del pueblo de Dios (v.6-9). Vemos como el corazón de Faraón comienza a
endurecerse.
El pueblo de Dios, no solo no fue liberado, sino que tuvo que trabajar mucho más (v.10-
13), y los “capataces” de Israel sufrieron los azotes de los “cuadrilleros” egipcios (v.14).
ii. Se olvidaron de la Palabra de Dios. ¡Él les había advertido que esto iba a
pasar (Ex 3:19) Que Faraón iba a endurecer su corazón. ¡Parece que fueron sin
hacer señales!
iii. Se desanimaron, viendo el mayor sufrimiento del pueblo. Parecía que lejos
de ayudarles, habían hecho sus vidas más difíciles.
A veces Dios permite que la gente a quienes queremos ayudar nos critique,
para que aprendamos a no confiar en ellos, sino solamente en Dios.
LECCIÓNES:
(1) No debemos suponer que porque hay dificultades, Dios no está con nosotros.
(3) Tiene que ‘vaciarnos’ de nuestra auto-confianza, antes que pueda llenarnos de
confianza en Él.
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(4) Tiene que hacernos ‘morir’, antes que pueda hacernos producir fruto espiritual.
ii. Le hace recordar quien Él es (Ex 6:2), y Su compromiso de ayudarles (Ex 6:4).
Por ende, tendrá que haber un tremendo conflicto espiritual (Ex 7:3-5).