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2 DE AGOSTO MASACRES DE LOS PATRIOTAS

La matanza del 2 de agosto de 1810 fue un


acontecimiento que marcó un hito en la historia
de nuestra república, durante la época colonial.
La sangre derramada por los patriotas
sublevados un año antes fueron los cimientos
del espíritu libertario que, posteriormente, se
verían reflejados en las batallas
independentistas.

Antecedentes: La revolución del 10 de Agosto


de 1809, conocida en nuestro país como el
‘Primer Grito de Independencia’ -aunque esta
haya sido precedida por los gritos libertarios en
Sucre (Bolivia), el 25 de mayo del 1809, y La Paz (Bolivia), el 16 de julio de ese mismo año- fue un
movimiento autonomista el cual proclamaba el retorno del rey Fernando VII, quien había sido
derrocado debido a la invasión de los franceses a España. Según varios historiadores ecuatorianos,
esta lealtad al rey depuesto solo era una cortina de humo,  por parte de los quiteños, para tomar el
mando de la Real Audiencia de Quito. Sin embargo, luego de derrocar al conde Ruiz de Castilla
(representante de la corona española en Quito) e instalar la Junta Soberana de Gobierno, bajo el
liderazgo de Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, los sublevados negociaron con las
autoridades españolas para devolver el mando al conde Ruiz de Castilla, quien prometió no tomar
represalias por lo sucedido. No obstante, instalado nuevamente en el poder, y a pesar de haber
garantizado no tomar represalias, Ruiz de Castilla traicionó su palabra y desató una persecución en
contra de quienes habían participado en la revolución del 10 de Agosto de 1809, capturando a un
gran número de ellos y encerrándolos en los calabozos del Cuartel Real de Lima, en Quito. Al
mismo tiempo hizo promulgar la advertencia de que se aplicaría la pena de muerte a todo aquel
que, conociendo el paradero de algún insurgente, no lo denunciara.A partir de entonces y durante
casi un año, los soldados realistas del coronel Manuel Arredondo -que a petición de Ruiz de Castilla
había llegado desde Lima para sofocar la revolución- impusieron orden, en algunos casos
violentamente. Los quiteñoss, cansados de sus abusos, formaron nuevos comités para la defensa de
los vecinos y prepararon un plan para liberar a los prisioneros.

Matanza del 2 de agosto de 1810: Aquel día, poco antes de las dos de la tarde, seis hombres
armados con cuchillos sometieron a la guardia de la prisión o Cuartel Real y penetraron en el
establecimiento, sembrando el desconcierto entre los soldados dispersos en los corredores y el
patio de la planta baja y se dirigieron a liberar a los prisioneros.En un comienzo, los soldados de la
guardia no ofrecieron resistencia, sin embargo, luego reaccionaron y dispararon contra los
asaltantes. La lucha se extendió hacia los calabozos donde estaban los revolucionarios y tomaron
represalias contra ellos. Es entonces cuando los soldados mataron a Francisco Javier Ascázubi,
Nicolás Aguilera, Juan Pablo Arenas, el teniente coronel Juan Salinas, el teniente coronel Antonio
Peña, el capitán José Vinueza, el joven teniente Juan Larrea, entre otros. Los soldados que
custodiaban la prisión siguieron combatiendo en los aledaños del recinto, desde donde extendieron
la represión a la ciudad de Quito. Al caer la tarde, las víctimas mortales sobrepasaban las 300 entre
los dos bandos.Con el asesinato de los patriotas quiteños llegó a su fin la revolución del 10 de
Agosto de 1809, que tuvo el mérito de dar una luz hacia el camino de la independencia,
rechazando los sistemas implantados, buscando uno método propio de autogestión y gobierno.

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