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Desde el punto de vista terapéutico el ayuno es una cura depurativa, que estimula la
eliminación de los deshechos de los tejidos, reduce el sobrepeso, aumenta las defensas
inmunitarias naturales, despierta la mente e influye positivamente en la vida interior.
Cómo ayunar
Mientras dure el ayuno hay que acostarse temprano, reposar mucho y no estresarse con
preocupaciones externas. Es recomendable que una semana antes se inicie una preparación
espiritual, física y mental. Durante la semana previa al ayuno cada día se puede adelantar 15
minutos la hora de levantarse, y aprovechar ese tiempo extra para hacer oraciones y leer textos
sagrados y acostumbrar al cuerpo a desayunar más temprano. Así mismo es conveniente
reducir progresiva y lentamente las raciones de la comida del mediodía y de la noche, evitar los
alimentos muy dulces y los que tienen mucha grasa -para ir acostumbrándose a una dieta más
ligera-, y a acostarse más temprano.
Menú tipo durante el ayuno
Antes de salir el sol
- Zumo de manzana, uva o naranja. Tomar un complemento multi-vitamínico-mineral en
comprimidos.
- 1 vaso de leche de vaca, o de soja, o de almendras.
- 1 bol de muesli, o de copos de avena, o de cereales para el desayuno, o 3 galletas, o 2 rodajas
de pan (mejor integral y tostado)
- 5 unidades de frutos secos (dátiles, almendras, higos secos, pistachos, orejones, nueces)
- 1 huevo duro, o 100 g de queso, o 50 g de jamón...
- 2 vasos de agua o caldo vegetal
Al ponerse el sol
El ayuno debe romperse de forma lenta y progresiva, tomando primero alimentos líquidos muy
lentamente y a pequeños sorbos.
Para romper el ayuno:
- 1 vaso de caldo vegetal (hecho con apio, cebolla, col) y el zumo de medio o un limón; o 1 té;
o 1 vaso de licuado de zanahorias y frutas con dos gotitas de aceite de oliva.
- Pasada media hora o más (si se está en casa este tiempo se puede dedicar a hacer oraciones)
se puede tomar la comida fuerte del día, de raciones moderadas y que debería comerse muy
lentamente, masticando bien los alimentos y en un ambiente de tranquilidad. Debería contener
los siguientes ingredientes:
- Sopa o puré
- Verduras hervidas y crudas
- Carne, pescado o huevos
- Cereal o legumbres secas: arroz, quinoa, pasta, lentejas...
- Fruta fresca o postre lácteo
Antes de acostarse:
- yogur, o 1 vaso de leche
- 1 infusión digestiva y sedante (azahar, melisa, María Luisa...)
La primera prueba de que el ayuno te sienta bien es la aparición de algunos síntomas molestos.
Cuando las toxinas pasan a la circulación, se pueden sentir los siguientes síntomas: cansancio,
irritabilidad, dolor de cabeza, náuseas, mareos, granitos en la piel, lengua sucia y pastosa, orina
oscura u olorosa, etcétera. También se pueden reavivar síntomas de procesos vividos
anteriormente y que fueron “cortados” con medicamentos. Todos estos síntomas en vez de
preocuparnos, deberían alegrarnos ya que son un signo inequívoco de que el proceso de
depuración está funcionando.
Preguntas y respuestas
- ¿Cuándo empieza el ayuno?
El día 2 de marzo, y termina el día de Naw-Rúz, es decir, el 20 de marzo.
- ¿Todo el mundo puede hacer ayuno?
Desde el punto de vista médico, todas las personas que tienen más de 15 años excepto las que
sufren graves y avanzados problemas de salud o las que tienen poca energía vital o un mínimo
peso pueden hacer ayuno.
El Kitáb-I-Aqdas dice: “Os hemos prescrito orar y ayunar a partir del comienzo de la
madurez; así os lo ordena Dios, vuestro Señor y Señor de vuestros antepasados. El ha eximido
de ello a los débiles por causa de enfermedad o edad, como un favor de Su presencia y El es el
Perdonador, el Generoso”.
Por tanto el ayuno es obligatorio para hombres y mujeres a partir de la mayoría de edad, es
decir, después de los 15 años.
¿Qué pasa si por equivocación bebo o como algo sin darme cuenta durante las horas en
que no está permitido?
Si ocurre esto no hay que darle la más mínima importancia ni por ello romper el ayuno. Al
darnos cuenta debemos dejar el alimento que estábamos tomando o bebiendo y continuar
haciendo el ayuno como si no hubiera pasado nada.