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Las Vírgenes Negras, evolución de la fe o confusión con lo pagano

Casi dos mil años desde que San Lucas tallase la primera figura a la Madre de Dios, siguen siendo
objeto de adoración en todo el mundo

ALFONSO MASOLIVER

CREADA.26-08-2020 | 02:19 H/ ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN.26-08-2020 | 02:19 H

https://www.larazon.es/viajes/20200826/n537v25to5drlbug7yyqjy2mge.html 02/03/2021

Detalle de la Virgen de Montserrat.ALFONSO MASOLIVER

En determinados santuarios católicos, la mayoría diseminados a lo largo de la geografía


mediterránea y sudamericana, es posible descubrir figuras talladas de la Virgen María cuya piel
parece de color negro, cuando los ebanistas que las tallaron o sus países de origen los caracterizan
por norma general personas de piel blanca. Reciben el nombre de Vírgenes Negras (no confundir
este término con las representaciones africanas de la Virgen, que se limitan a imitar los rasgos
locales). Y son un delicioso misterio, apasionante de indagar en nuestro país.

El inicio del culto a la Virgen María

Las tallas de Vírgenes Negras vienen íntimamente ligadas a los comienzos de la adoración a la
madre de Jesucristo. Al contrario de lo que pueda pensarse, su situación actual por encima de los
santos en el panteón cristiano y justo por debajo de la figura de Dios no se generalizó hasta bien
entrada la Edad Media. Los primeros símbolos de adoración de la Virgen, algunos tan antiguos
como el siglo II, no son más que escasas representaciones que han llegado a duras penas hasta
nuestros días, la mayoría de ellas indicando la importancia de María como madre de Jesús en
exclusiva. Por otro lado, los Evangelios nunca indican que su figura deba ser adorada, idea en la
que se apoyaron los movimientos protestantes del siglo XVI.

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Mosaico con la Virgen María y los arcángeles Miguel y Gabriel. Las primeras imágenes de la Madre de Dios solían ir
acompañadas de su hijo, con la intención de recalcar su papel como progenitora. / Foto: Efe

Estas representaciones procuraban dar a entender a los primeros cristianos que Jesucristo había
sido engendrado a partir de una virgen, por intercesión divina y voluntad propia de la misma, sin
haber influido en su concepción San José de Nazaret, su esposo (imaginemos que, si esta idea se
discute hoy hasta la saciedad, tampoco fue fácil que los habitantes del mundo en el siglo I lo
comprendiesen). Es evidente que su santidad, así como su importancia en el cristianismo como
madre de Dios, eran motivo de culto por parte de los primeros creyentes, pero es curioso
descubrir que estos primeros años trataron de recalcar exhaustivamente la pureza de su figura.
San Justino y San Ignacio de Antioquía fueron los primeros sabios que dieron voz a esta
afirmación.

No sería hasta el siglo III cuando comenzó a utilizarse el título de Madre de Dios en el vocablo
cristiano, de la mano del teólogo alejandrino Orígenes. La idea de que Cristo nació de una mujer
virgen, de nombre María, arraigó definitivamente en el Concilio de Éfeso en el año 431, hasta el
punto de que el sobrenombre más conocido que recibe la Virgen María es el de Madre de Dios.

¿Y por qué tanta complicación, tantos dogmas y sabios dedicados a la virginidad de María? Su
importancia es crucial a la hora de determinar a Cristo como Hijo de Dios. De lo contrario,
supondría que había sido nacido de un hombre, dando la razón a otras religiones como la judía
que discutían (y discuten) la veracidad de esta afirmación. Pero partir de lo sucedido en Éfeso, la
figura de la Virgen fue sumando importancia en el culto cristiano. Por medio de las llamadas
prerrogativas marianas, se dispuso que la relación materno filial de María con Jesús, así como su
virginidad perpetua y su personalidad santa, otorgaban a la Madre de Dios una posición superior al
del resto de los santos.

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La Virgen de Lluc, patrona de Mallorca.FRANK VINCENTZ/CREATIVE COMMONS

Se rechaza toda imperfección posible en su persona y llegado el siglo VI, la adoración a la Virgen
se trata de un culto de hiperdulía, debido a esa unión tanto física como espiritual con respecto a
Jesús. Al contrario que el resto del santoral, que se señala como culto de dulía por no contar con la
gracia de Dios más allá del plano espiritual.

Las primeras Vírgenes Negras

Esta evolución en la adoración de María resulta muy importante a la hora de comprender el origen
de las Vírgenes Negras. Pese a que su importancia en la religión cristiana ya venía especificada
desde el siglo VI, no fue hasta el siglo XI cuando su influencia se extendió por Occidente. Podemos
decir que el “pelotazo” de la devoción mariana comenzó entonces, gracias a la intercesión de San
Bernardo de Claraval, monje francés conocido por su ayuda en la organización de la Orden del
Temple. Su amor hacia la Virgen, así como su gran poder en la Iglesia, reorganizaron la cultura
cristiana hasta colocar a María en el segundo escalón en importancia.

Fue necesario elegir nuevos templos para adorar a la Virgen María, sin arrebatar los que ya
poseían a otros santos o el propio Dios. Historias sobre pastores que habían descubierto tallas de
la Virgen en lugares donde antaño se seguían rituales paganos, es decir, lugares impregnados de
una espiritualidad centenaria, comenzaron a circular entre la población. Encontramos un claro
ejemplo en la Virgen de Ujué, también en sucesos similares con los pastorcitos de Fátima o
Garabandal. Se intercambió el significado espiritual de estos lugares para entregarlos a la Virgen.

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Decenas de miles de personas acompañan a «La Morenica» en la Romería desde la Catedral de Murcia hasta el
Santuario de Algezares

Algunos expertos aseguran que la necesidad de integrar la adoración de la Virgen en los habitantes
de zonas remotas obligó a buscar una simbología ya conocida para explicar su importancia con
mayor soltura. El color negro es considerado en numerosas culturas como símbolo de la sabiduría
de tipo iniciático, y siendo la Virgen el inicio de Dios hecho hombre, el color negro era la forma
más sencilla de representarla. Recordemos que los cruzados poseían un gran poder en el medievo,
y estas teorías se apoyan en que la palabra “sabio” y “negro” en árabe parten de la misma raíz.
Incluso los hay que afirman que tomándose figuras (y formas) paganas como Pachamama o
Yemayá, ambas diosas de la fertilidad en culturas sudamericanas y africanas, el culto a la María
conseguiría así afianzarse por esas tierras . Lo cual explicaría el alto número de Vírgenes Negras en
Sudamérica.

Otra rama de investigadores sugiere que el color de estas vírgenes se debe a diferentes
explicaciones relacionadas con el trato que se dio a la madera. Ya fuera por el barniz que les
aplicaron para guardarlas de la humedad y del paso del tiempo, posteriormente oscurecido con los
años; el uso de ébano, madera cara, oscura y resistente, para tallarlas; o simple y llanamente, el
oscurecimiento de la madera debido a su antigüedad. A estos se les suele discutir diciendo que, si
este fuera el caso, encontraríamos la misma proporción de santos de color negro entre las figuras
más antiguas del cristianismo. Lo cual habría que comprobarlo antes de afirmarlo.

Virgen de Candelaria, patrona de Tenerife.BERTHOLD WERNERDOMINIO PÚBLICO

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Las Vírgenes Negras en España

España es el país europeo que más devoción profesa a la Virgen María junto con Italia y, en
consecuencia, el lugar donde podemos encontrar un mayor número de estas extraordinarias tallas
negras. Cada una alberga su propia historia.

La Virgen de Ujué en Navarra, ya lo sabemos, se dice que fue encontrada por un pastor mientras
perseguía a una paloma. Nuestra Señora de las Virtudes, conocida como la Morenica, todavía
puede verse vestida de blanco durante las procesiones de Villena. La Virgen de Montserrat,
patrona de Cataluña, se trata de una de las figuras más misteriosas y antiguas de nuestro país,
encontrada por unos niños pastores a finales del siglo IX y la cual, dicen algunas voces, fue tallada
por el propio San Lucas. La Virgen de las Cruces se apareció a un joven que imploró su ayuda tras
romperse las vasijas de trigo que cargaba su mula, pidiéndole a cambio que levantasen un templo
en su honor en ese mismo lugar. Según especifica la leyenda de la Virgen de Lluch, en Mallorca,
esta se apareció a un niño llamado Lucas en torno al año 1250.

La Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña.JOSE LUIS FILPO CABANA/CREATIVE COMMONS

Los creyentes y no creyentes encuentran un punto de discusión en la coincidencia que supone que
prácticamente cada Virgen fuera descubierta por pastores o, en su defecto, por alguien muy joven.
Los primeros dirán que la Virgen elige almas limpias para aparecerse mientras los segundos
argumentan que se trata de simple propaganda cristiana. Aunque la realidad es que hay muchas
otras que se aparecieron a personajes de lo más diversos. Por ejemplo la Virgen Negra de la
Merced se apareció por separado a San Pedro Nolasco, Jaime I de Aragón y San Raimundo de
Peñafort, ninguno de ellos joven ni pastor. Tampoco ocurrió con la Virgen de Atocha, patrona de
la Casa Real.

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La Virgen de Guadalupe

Pero si hay una Virgen Negra que destaca por encima de las demás, esta sería, sin lugar a dudas, la
talla de la Virgen de Guadalupe. Su importancia pasa por ambos lados del Atlántico y la historia de
su figura es, si cabe, la más tempestuosa de todas.

La leyenda basa su origen en San Lucas, que se dice fue quién talló la figura y posteriormente fue
enterrado con ella tras su muerte en Acaya. Al trasladarse los restos del santo a Constantinopla a
principios del siglo IV, la talla le acompañó en el largo viaje, hasta que el Papa Gregorio Magno
ordenó trasladarla a Roma, en el año 590. Allí se sirvió de la Virgen de Guadalupe (que todavía no
era conocida con este nombre) para frenar una terrible epidemia que asolaba la ciudad santa. Se
dice que fue al realizar una procesión de la figura por sus calles cuando la enfermedad se retiró.

Talla de la Virgen de Guadalupe en Extremadura. La leyenda afirma que fue tallada por San Lucas.JOSÉ3/
LUISCREATIVE COMMONS

Tras confirmarse este milagro, el mismo Papa ordenó trasladar una vez más la figura, esta vez a la
ciudad de Sevilla. El encargado de llevarla fue San Isidoro, aunque el viaje resultó más convulso
de lo esperado. Una terrible tormenta amenazó con zozobrar su barco y, una vez más, por
mediación de la talla se resolvió milagrosamente el aprieto al amainar la tempestad. Desde
entonces y hasta el año 714, cuando religiosos sevillanos decidieron escapar de la ciudad con
diversos bienes sagrados, la talla permaneció en Sevilla. Pero en este último viaje en dirección al
norte peninsular, escapando de las fuerzas musulmanas, los fieles tuvieron que esconderla en una
caja junto al río Guadalupe, donde permaneció extraviada a lo largo de los cinco siglos siguientes.

Un pastor que posteriormente fue identificado como Gil Cordero encontró la figura tras
indicárselo la misma Virgen mediante una aparición. Al cavar un metro de tierra en el sitio que se
le había señalado, encontró la talla y la colocó sobre unas piedras antes de avisar a los clérigos de
su pueblo. Pero fue tachado de mentiroso. No fue hasta que el hijo del pastor resucitó, tras rezar
este a la Virgen, cuando los habitantes de la zona creyeron la historia Gil Cordero y acudieron a
adorar la figura, en una tradición que se ha transformado en una de las devociones marianas más
importantes de España.

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