debe recibir al niño ya educado en estas normas .La
responsabilidad de los padres es previa a la de la enseñanza escolar descubrir y guiar el alma de una criatura no es tarea fácil cuando la tenemos a mano, nuestra madurez está muy lejos de las apreciaciones personales se infantiles que nosotros mismos nos formuláramos .Pensamos con experiencia, pero tal vez esta misma experiencia ponga una distancia demasiado grande entre la ingenuidad de un espíritu nuevo y limpio y nuestra actual realidad, gastada impaciente y a veces pesimista. Enseñar extraña un constante aprendizaje. Cuanto más simples, más llanas, más naturales, sean las palabras de los padres para con los hijos, más pronto recibirán la respuesta adecuada a su intento. Justamente esto es lo difícil de conseguir, descender de nuestra experiencia para ponernos a la altura de los ojos, de los oídos, de la cara del niño, es comprender que sólo este nivel equidistante (aunque imaginario), puede tener un puente de absoluta comprensión por donde pasaran las enseñanzas de base eficaz.
En esta consideración y por cuanto acabo de expresar, he de encarecer, pues,
a todos ustedes, para que mi labor docente sea fructífera, se sirvan prestarme la más decidida colaboración y en especial a los padres de los niños que han de asistir a esta escuela que envíen a los niños puntualmente y esmeradamente aseados, cosa que pueda lograr mi cometido, cual es la de concluir con todo regocijo el año escolar tras de un aprendizaje plenamente fructífera.