Es un enfoque que principalmente busca la comprensión de las respuestas y
los comportamientos de todas las personas que vivieron hechos violentos. También establece procesos de acompañamiento personal, comunitario y familiar para esta forma iniciar un proceso de restablecimiento de derechos a la persona, familia o grupo. La política nacional de salud mental adopta el enfoque psicosocial como una herramienta de la atención en salud que permite reconocer la integralidad de las personas teniendo él cuenta el contexto en el que se han desenvuelto, los hechos que han vivido, el sufrimiento que han experimentado y las capacidades con las que cuentan las personas y comunidades para recuperarse y materializar sus proyectos de vida. Este enfoque se materializa en la humanización de la atención en salud mental, para la cual es indispensable la sensibilidad frente a las diferencias de edad, género, cultura e idioma.