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1.- Introducción1.
El objetivo del Seminario es formar verdaderos pastores a ejemplo de Jesucristo
Maestro, Sacerdote y Pastor; esto requiere tener clara la identidad personal ¿Quién
soy?, la palabra identidad engloba unas preguntas: ¿Quién es el presbítero? ¿Para qué
sirve? ¿El origen de su ministerio es Cristo por la sucesión apostólica mediante la
imposición de manos y el Espíritu Santo (sacerdocio desde arriba) o bien ésta doctrina
debe ser completada por un sacerdocio desde la base que viene de la comunidad,
enriquecida por los dones del espíritu? ¿Cuál es el papel del Presbítero en la comunidad
cristiana?
2.- Perfiles de la Identidad del Presbítero. ¿En qué medida evidencian su
relación con Cristo?
El Sacerdote de hoy no puede ser igual que el del pasado, esta expresión es
verdad, pero ambigua. Es verdad porque la Iglesia y la sociedad ha cambiado, también
la teología del ministerio se ha ido clarificando; pero es ambigua porque el sacerdocio
sigue siendo el mismo. Lo esencial le viene de su fuente que es la Santísima Trinidad,
que se revela en Cristo por su Espíritu y constituye a la Iglesia como misterio de
comunión y misión. Varios perfiles:
-La perspectiva del Sacrificio: el presbítero es ministro del Altar y del culto,
como hombre de la Misa y perdón de los pecados (hombre sacramental). Esta concepción se
afirma en la predicación y reflexión teológica desde la escolástica hasta el CVII, y ha venido
favorecida por la fundamentación bíblica del AT sobre el sacerdocio levítico y el NT en la carta
a los Hebreos. Decir que el presbítero es el hombre del Altar y del culto es concentrar su
esencia en esta dimensión, olvidando otras. Evidencia la distinción entre presbítero y cristiano,
y subraya una teología y praxis del poder, y lo sitúa en superioridad. Tiene sombras negativas:
siendo idéntico el papel del presbítero y del obispo, se centra el sacerdocio en el presbítero y
se reduce el episcopado a una función autoritaria; al estar concebido el sacerdocio desde una
teología del poder consagrar y perdonar, el presbítero es visto no como servidor sino como
autoridad; el sacerdocio común queda relegado; queda en la sombra el poder de ser heraldo
de la palabra y guía de la comunidad. Reconoce la relación estrecha del presbítero con la
Eucaristía, pero olvida otras dimensiones como las de ser maestro, padre, pastor y guía.
1
Cfr. Optatam Totius, 4 y PDV, 57.
Sacramento del Orden y Ministerios
5
Cfr. Lumen Gentium, 1.
6
Cfr. SC, 33. LG, 10b y 28a. PO, 2c y 12ª.
7
Cfr. PO, 2c y 6a. LG, 28a.
Sacramento del Orden y Ministerios
ser cabeza y pastor en su lugar, pero por el don del Espíritu actualiza su presencia
salvífica; esto no significa que sustituya a Cristo ni que lo rebaje en su autoridad. La
relación del presbítero con Cristo no se puede reducir a una sola dimensión del
sacerdocio, sino que ha de presentarse en su totalidad porque el presbítero es el
hombre de la palabra, del culto y guía de la comunidad; podrá acentuar un aspecto y
otro, pero sin olvidar el resto.
5.- ¿Cómo debe vivir el Presbítero su relación con Cristo?
-Poniendo a Cristo como su referencia o modelo. Debe configurarse con Él, se
trata de una configuración ontológica que recibe por el sacramento del orden y ha de ser al
mismo tiempo existencial en su estilo de vida.
-Asumir la vida de Jesús. Amor a Dios y a los hombres 8. Desde una lógica del
desprendimiento para los hombres desde Dios.
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8
Cfr. Jn 15, 13. 10, 17.
9
Cita literal de Mons. José Vilaplana Blasco, Obispo Emérito de Huelva.