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Santiago Alcoba {coord.}, Ramén Sarmiento, José Manvel Pérez Tornero et al.; ed. Margarita Freixas, Maria J. Machuca y José Maria Perceval, Barcelona, 2009. Publicacién electrénica en hitp://mediamentor.org/es/ publications ISBN: 978 - 84 - 692 - 3369-6 PRONUNCIACION Y ESTANDAR EN LOS MEDIOS Lourdes Aguilar Universitat Autonoma de Barcelona ste capitulo trata de la norma orlolégica', en concreto, de las relacio- nes entre la pronunciacién y la lengua normativa {o estandar o lengua correcta o lengua de prestigio, ya nos referiremos a las distintas denomi- naciones}, abordadas desde dos enfoques: el de la descripcién lingufstica, y el de la aplicacién en la labor profesional de los comunicadores (radio, televi- sién}. Para ello, el primer paragrafo analiza cémo se integra la descripcién del sistema fénico de la lengua en la norma del espaiiol. Se enumeran a continua cién los hdbitos articulatorios que parecen haberse configurado como estanda- res, con especial referencia a los periodistas radiofénicos y los presentadores de TV en el tertitorio espafiol e hispanoamericano (§ 2} En el pardgrafo 3 (Modelos usados en libros de estilo), el texto aborda lo que, a nuestro juicio, es una tarea stil para el profesional de la comunicacién, cuya herramienta de trabajo, cabe recordar, es la lengua: la de analizar los materiales que puede consultar, desde el punto de vista del modelo de lengua la Real Academia Espariola (Diccionario de la lengua espatiola) ne distingue orfologia [eArie de pronunciar correctamente y, en senvido mas general, de heblar con propiedads|, de ortoog {sArte de pronunciar correctamente>|, a diferencia de otros autores (Julié-Munné, 2005), que se sirven de la distinci6n terminclégica para separar el conjunto de normas para la correcta pronun- ciacién de una lengua (ortoepia) del proceso de construccién de la monera correcta de exoresarse oralnente que s8 de durante la estandarizacién de una lengua 22 PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS que asumen. Como estrategia ilustrativa de la necesidad de contar con buenas obras de consulta, se repasan algunas de las alteraciones més llamativas de pronunciacién en que incurren de manera habitual los profesionales de los medios de comunicacién (§ 4. Problemas de pronunciacién en los medios) 1. Relacién entre la descripcidn del sistema fénico del espairol y las concepciones normativas 1. Concepciones de la norma: norma académica, norma lingiistica, norma sociolingjiistica, norma ejemplar Desde los primeros trabajos de F. Saussure, se establece la necesidad de dife- renciar entre el conocimiento gramatical comin que comparten los hablantes de una comunidad lingiistica, la lengua, y la manera en que se manifiesta tal conocimiento en cada hablante particular, el habla. E. Coseriu afiade a esta distincién dos términos mds: el de norma y el de tipo. Mientras que la entidad tipo hace referencia a la abstraccién que surge una vez comparadas diferen- tes lenguas y definidlo lo comin a esos sistemas lingiiisticos {a rode de ejem- plo, el tipo lingUistico indoeuropeo, que contrasta con el tipo lingUistico tUrcico), para definir una norma, se elige del conjunto de hablas individuales aquello en que coinciden, independientemente de si es esencial o no para caracterizar la lengua que se investiga. Por ejemplo, en el caso del esparil y tomando un ejemplo de Coseriu, pertenece ala norma decir oyente y no oidor para referise a aquellos que oyen la radio, pero eso no significa que la palabra oidor viole ningin principio de la lengua espafiola: por el contrario, es una palabra perfec: tamente posible en la lengua, pero no existente para ese contenido semantico No obstante, en este contexto, se esté adoplando como genérica la con- cepeién de norma lingiiistica nora como conjunto de los usos habituales que los hablantes de una lengua determinada reconocen como propios), cuando esla no es mas que una de las posibles acepciones del témino, como pone de manifiesto Alvar (1982). Al lado de la norma linguistica, de cardcter des- criptivo, que pretende reflelar, no regularizar, el uso, determinando lo que es normal o frecuente, hallamos la norma académica, como conjunto de reglas que delimitan el uso correcto de una lengua. En este segundo caso, la norma nace como una actividad de intervencién sobre la lengua que busca la unidad del idioma formulando criterios de correccién Asimismo, hay que convenir que todos los hablantes poseen un ideal de correccién, que les sirve de base comin cuando utilizan la lengua como miem- 23 LOURDES AGUILAR bros de una comunidad de habla. De estudiar este ideal se encarga la norma sociolingUistica, al establecer el conjunto de usos socialmente prestigiosos de una lengua. Muy relacionada con la norma sociolingiistica, todavia queda por def nir la considerada norma ejemplar, que, segtin palabras de Coseriu, coincide con «la lengua de mas alto nivel, la lengua que se considera como lengua, como modelo ideal para toda la lengua de la comunidad histérica». En otras pala bras, frente a las posibilidades de variacién en la realizacién de las lenguas, los hablantes suelen poseer el concepto de una norma que las engloba a todas. Una ver revisadas las diferentes concepciones de la norma [académica, lin- gifstica, sociolingitstica, ejemplar), cabe preguntarse donde queda la nocién, de origen anglosajén aunque cada vez mas usada en la lingiistica hispanica, de lengua estandar. Como cuestién previa, sin embargo, necesitamos detener- nos a observar cémo se ha tratado el aspecto de la variacién en la norma, dado que el concepto de estandar lo acoge de manera implicita, al neutralizar los aspectos que pueden resultar conflictivos para la comunicacién (especial mente, en el dmbito fonético y léxico} y mantener la diversidad que halla una motivacién en los cambios histéricos de la lengua {lo que atafie sobre todo a los componentes morfoldgico y sintéctico) 1.2. El tratamiento de la variacién en la norma Ulegados a este punto, nos interesa delimitar las relaciones entre la normai line giiistica y las variedades de una lengua, y para ello, nos basaremos en el and- lisis de Moreno Cabrera [1991]. Como sabemos, uno lengua esié compuesto por un conjunto de dialectos, que, en general, se han clasificado en los siguien- les grupos: a} variedades diatopicas, o dialectos geograficos: por ejemplo, el espaiiol de América, de Centroamérica 0 el espatiol de México: b) variedadles diastrdticas, dialectos sociales 0 sociolecios, como el habla de los programa dores informéticos o de los futbolistas; c} variedades diafdsicas, dialectos fun- cionales, estilos o registros: por ejemplo, el estilo solemne en un acto acadé- mico; y d} variedades individuales, 0 idiolectos: A este panorama de variacién se suma que los dialectos (sean geogrdfi- cos, sociales 0 funcionales} no se diferencian demasiado de las lenguas, yo que todos son sistemas absiractos: hablar del espafiol, del espafiol del Caribe, del espatiol de los campesinos de Cuba o del espafol culto hablado en la ciudad de la Habana, no deja de ser una jerarquia de abstracciones, porque ninguno de ellos se habla en ninguna parte: solo los idiolectos son de verdad realizo- bles, y por tanto, existentes. En cada actuacién lingliistica, cada hablante pone «a funcionar un estilo espectico de su sociolecto y de su diclecto geogrdifico PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS Desde el punto de vista de la descripcién, parece claro que las variedades diatdpicas tienen que ver con diversas normas lingUislicas. Dicho de otro modo, el espaiiol de Argentina, como objeto sistematico de range lingitstico, es decir, como gramatica, es diferente al espafiol de Espafa. Por su parte, los varieda- des diastraticas ocupan un lugar intermedio entre la norma y las hablas per: tenecientes a una norma, ya que determinadas jergas caracteristicas de cier tos colectivos pueden consliuir una norma en si mismas: este ha sido el caso durante el tiempo en que el espaiiol de los medios de comunicacién se tomaba como modelo de habla En cambio, las variedades diafasicas no suponen un cambio de norma, sino mds bien diversas realizaciones de una misma norma. Es decir, cuando se habla en un registro coloquial no se utiliza una norma esencialmente diferente a la que se usa cuando se habla en un registro formal: las principales diferencias tendran que ver con la eleccién de vocabulario y la simplicidad morfolégica y sintaéctica. Por Ultimo, las variedades individuales son hablas diversas. Pese a estas precisiones, como el sentido de norma mds extendido es el de norma académica, y sta, establecida a partir un ideal de correccién, tiende a considerar las lenguas como sistemas unitarios, suele tomarse como modelo el estilo mas formal del sociolecto alto de cada zona geogrdfica, que, una vez codificado, se convierte en la variedad manejada en la creacién literaria, la administracién, la educacién y en los medios de comunicacién Con todo, también la norma académica puede admitir varios modelos en coexistencia, propugnando la unidad dentro de la variedad. En el caso del espaol, desde que se creé en 1951 la Asociacién de Academias dela Lengua Espafiola, las decisiones que afectan a las normas generales de aceptacién y correccién le corresponden, y desde su punto de vista, la norma culta no puede ser nica, sino méltiple: si bien el ideal académico sigue siendo la unidad idio- matica, no se propone en detrimento de las identidades territoriales. Por el con- trario, se defiende un enfoque variacionista, segin el cual cada pais o zona geogréfica establecerd su propia norma. Asi queda explicade en las paginas de presentacién al Diccionario panhispdnico de dudas (2005) Por su caracter de lengua supranacional, hablada en més de veinte paises, el espaiiol constituye, en realidad, un conjunto de normas diversas, que comparten, no obstante, una amplia base comin: la que se manifiesta en la expresién culta de nivel formal extraordinariamente homogénea en todo el dmbito hispanico, con variaciones minimas enlre las diferentes zonas, casi siempre de lipo fénico y léxico. Es por ello la expresién culta formal la que constituye el espafiol esiéndar: la lengua que todos empleamos, o aspiramos a emplear, cuando sentimos la necesidad de expresarnos con correccién; la lengua que se ensefia en las escuelas; la que, con mayor o menor acierto, utiizamos al hablar en piblico o emplean los medios de comunicacién; la lengua de los enscr LOURDES AGUILAR yos y de los libros cientificos y ienicos. Es, en definitiva, la que configura la norma, el codigo compariide que hace posible que hispanohablantes de muy distintas proceder ias se entiendan sin dificukad y se reconozcan miembros de una misma comunidad lin- giiistica, (DPD: XN-XV] Concluye por tanto el camino que nos ha conducido desde las relacior nes entre norma y variacién, hasta la nocién preferida de lengua esténdar, pasando por el concepto de norma variacionista. En breve: la lengua estindar no refleja un patron de dominio de un dialecto sobre otro, sino que incorpora la variedad, neutralizando los aspectos mds parliculares o idiosincrasicos y acep- tando los rasgos dotados de orestigio en la comunidad, Como consecuencia, la lengua esténdar es una entidad lingijstica, social y politicamente helerogé- nea, ademas de ser un objeto susceptible de cambios que dependen mas de la voluntad de los usuarios que de las propiedades del sistema 2. Rasgos de pronunciacién configuradores del espatiol estandar 2.1. Eleccién del modelo Como se desprende de lo dicho en el apartado anterior, tanto la nocién de estan- dar como el concepto de norma, presuponen un modelo, y a la tarea de des- cubrir ese modelo, no siempre explicito, en las obras de consulta lingiistica para el espaol, se van a dedicar los siguientes pdrrafos. Dado que es nuestro objeto de interés el nivel fonico, se revisan agui las siguientes fuentes de refe- tencia: la informacién fénica en los diccionarios del espajiol, las indicaciones sobre pronunciacién en las graméticas, y el modelo descrito en los manuales di fonética y fonologia esparolas Son de especial utilidad, por cuanto relacionan de manera ditecta el com: ponente léxico y el fonico, aquellos diccionarios que incluyen en su microes tructura informacién sobre la pronunciacién de las palabras, por ejemplo el Diccionario para la ensefianza de la lengua espaiiola Vox y Universidad de Alcalé de Henates}, el Gran diccionario de fa lengua espafiola. Diccionario de uso (Sociedad General Espajiola de Libreria}, el Diccionario de uso del espaiiol actual {CLAVE}. Ahora bien, no es una practica habitual en lexicogratia espa- fiola (a partir de la 22.° ed. del Diccionario de la lengua espariola, la Real Aco- demia Espaiiola ha eliminado en sus entradas cualquier referencia a la pronun- ciacién de las palabras), y cuando se opta por incluir informacién fénica, no se siguen pautas sistemdticas ni en su inclusién {el Diccionario de uso del espa 26 PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS fiol actual, CLAVE, 1997 incluye la transcripcién fonética de la mayoria de las entradas, pero no de todas} ni en las convenciones de representacién (la infor- macién fénica asociada a la palabra suele consistir en una pronunciacién figu: rada, a veces reproducida con signos ortograficos} Dicho esto, y establecidas las limitaciones en cuanto al material de con- sulta para las dudas ortolégicas, se distinguen en los diccionarios citados dos modelos de habla. Es la norma «culta» la que se toma como modelo en el Diccionario para la ensefianza de la lengua espariola {Vox y Universidad de Alcalé de Henares) y el Gran diccionario de la lengua espariola. Diccionario de uso (SGE\}, a diferencia del diccionario CLAVE {1997}, que pretende des- cribir «una pronunciacién neutra, sin un acento particular, estandar, general y no marcada» Finalmente, el Diccionario panhispdnico de dudas incluye algunas notas sobre la pronunciacién de las palabras, especialmente cuando se trata de variantes dialectales alternativas, como sucede en la separacidn silébica de los grupos vocélicos en algunas de las entradas (guion}. A modo de ejemplo, en el caso de los nombres acabados en -sfera, el Diccionario panhispénico de dudas (2005) sefiala tendencias dispares en el espariol de América y el espa- fiol de Espara En el espatiol de América, por analogia con almdsfera, se prefiere la acentuacién esded- jula en todas las palabras que lo contienen: bidsfera, estratésfera, hidrésfera, etc. En el espaol de Esparia, por el contrario, todas las palabras formadas con este elemento composiivo, salvo aimésfera, son llanas: biosfera, estratosfera, hidvosfera, etc. (DPD) Olra fuente de documentacién la constituyen las descripciones de los sistemas fonético y fonolégico del espatiol que forman parte de algunas gramaticas?. En la gramatica académica, hasta la fecha, el Esbozo de una nueva gramdtica de la lengua espariola- se elige como modelo «el habla tenida por culta en la vasta extension del mundo hispanico y considerada como norma en la ensefianza o} cial y en las prescripciones de las Academias de lengua espafiola» (RAE, 1973 14). En la prdctica, se trata de la norma castellana, Cabe sefialar, no obstante, que la obra auspiciada por la Asociacién de Academias de la lengua, la Nueva Gramética de la lengua espaiiola, pretende cambiar este enfoque, por cuanto se presenta como «un proyecto panhispdnico que ofrece una completa descripcién de la unidad y de la variedad del espafiol en el dmbito de la gramética». En la misma linea variacionista, la Gramdtica de la lengua espafiola, de E. Alarcos 2 Cabe mencionar que la Gram editada por. Bosque yV. Demonte tica descriptiva de la lengua espario ica ni de fonologia LOURDES AGUILAR Ulorach (1994) ya presentabs las dos normas que el autor considerd «més comu- nes del sistema fonoldgico de hoy: la del sistema centronortefio peninsular y la del americano 0 atléntico», sefalando las variantes més acepiadas Desde un enfoque prescriptivo, la obra de |. Gémez Torrego (2002, 2006) nos informa del tratamiento normative de formas que pertenecen a dialectos, sociolectos y estlos: por ejemplo, las dificultades de articulacién relacionadas con los grupos vocdlicos y consonénticos, 0 la existencia de palabras con dos alternativas de pronunciacién También han de basarse en algin modelo las obras que loman como objeto de andlisis el sistema fénico del espafiol, ya que, como nos recuerda Moreno (2000), toda descripcién implica la opcién por alguno de los dialectos de una lengua. Entre los manuales mas difundidos y conocides, hallamos los de pro- nunciacién y de entonacién redactados por T. Navarro Tomas, que se centran en la «buena pronunciacién», entendida como aquella «que se usa corriente- mente en Castilla en la conversacién de las personas ilustradas, por ser la que mds se aproxima a la escritura> (1918, cito por la 23.2 ed., 1989: 84). Con- tinta Navarro Tomas: su uso, sin embargo, no se reduce a esta sola regién, sino que, recomendada por las personas doctas, difundida por las escuelas y culvada arsticamente en ka escena, en la tribuna y en ka catedra, se extiende mas o menos por las demés regiones de lengua espafola (Navarro Tomas, 1918) Diferente opcién ortolégica viene representada por el tratado de M. J Canellada y J. K. Madsen (1987}, donde la «buena pronunciacién» se asimila a una diccién comin, que neutraliza las principales diferencias dialectales e idiolectales: «No es un lenguaje que solo se habla en un determinado lugar de Castilla, sino que es un lenguaje neutral en el sentido de que, venga de donde venga el hablante de este lenguaje, no se le puede localizar por su pro- nunciacién de castellano» Otras monografias de fonélica descriptiva no hacen explicito el modelo de habla en que se basan, aunque puede deducirse de las unidades que eligen para describir el inventario y distribucién de sonidos del espafiol. As‘, A. Guilis, ademés de describir los fonemas del espafiol que él llama «generab y la dis: tribucion de sus aléfonos, estudia los fendmenos dialectales relacionados con cada clase de sonidos (vocales, consonantes oclusivas, nasales, fricativas, africa- das, liquidas}; de la misma forma, en lo que concierne a la prosodia, incluye entonaciones que el autor denomina «regionales» (cf. Quilis, 1993). Por su parte, los manuales de E. Martinez Celdran, que entroncan directa- mente con los procedimientos de la fonética experimental, no circunscriben sus 28 PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS descripciones a un modelo de esparol, sino que aportan los datos de investi: gaciones articulatorias, actsticas © perceptivas de que se dispone para distin- tas clases de sonidos, con independencia de su adscripcién dialectal. Por ejem- plo, en Martinez Celdrdn y Fernandez Planas {2007} se habla de la aspiracién des, la fricativa prepalatal sorda [f] 0 la [1] laminal 2.2. Codificacién de los rasgos de pronunciacién la principal dificulad a la hora de determinar las caracteristicas del espaol estandar en lo que toca a la pronunciacién es |o dilatado de su dominio geo- gréfico, ya que restringir el modelo a una zona (aunque no se admita explici tamente} supone imponer reglas ajenas a ottas variedades. Tradicionalmente, la codificacién realizada por la Real Academia Esparicla se ha basado en las opciones lingitsticas del espaol de Espaiia, y mas coneretamente de la norma castellana, de tal forma que fendmenos como el seseo 0 las aspiraciones, por mencionat dos procesos de amplia extension, han quedado relegados a los estudios dialectolagicos y sociolingjifsticos, a la vez que reailizaciones fonéti- cas de uso obligatorio en ciertas zonas, como [J] 0 [3] se han descartado de los inventarios fonolégicos del esparil. No obstante, como sefiala Demonte (2003), estas actitudes se correspon- den con una evisién tradicional arcaica que es a que abogaba, por ejem- plo, por que se ensefiase la distincién entre -s-y -z en las escuelas de la Amé fica hispénica y la que consideraba al castellano peninsular como el estindar de la lengua espafiola». En la actualidad, la preocupacién por evitar la impo- sicién de usos que son ajenos a las variedades geograficas del espaol con- vive con la tendencia a la unificacién idiomatica, sefialada por diversos auto- res con términos como espafiol neuiro, espafiol comin, espariol internacional (Avila, 1997, 2001; Millan, 1997], definidos como «espaiiol de ningin sitio y de todos al mismo tiempo» (Gémez Font, 2002). De manera general, Demonte (2003) hace referencia a Ia existencia de un supradialecto que elimina rasgos fonéticos y morfofonolagicos espectfices, y que acepta como comunes, y por tanto, como integradores del espaiiol esténdar, el seseo americano, andaluz y canario, la consideracién de Ia lateral palatal y la aproximante palatal como elementos del mismo rango, y algunos procesos de debilitamiento, como, entre otros, ciertas aspiraciones de la -s, algunas relajaciones de las consonantes en posicién final o de las dentales en la terminacién de los participios, etc. De hecho, la tarea de definir un estandar de pronunciacién del espafol, pasa por la identificacién de los rasgos que son privativos y no privativos del sistema. Parece haber consenso en algunos puntos, como los siguientes 29 LOURDES AGUILAR 2} No configuran el estindar: Jos rasgos que revelan claramente la procedencia del hablante, como el lla: mado rehilamiento de /j/, que solo se produce en el Ro de la Plata y Uruguay; os rasgos identficados como marcadamente regionales: por ejemplo, la asibi- lacién de /1/ 0 del grupo consonéintico -tr en el habla de México; Jos rasgos propios de variedades con escasa difusién: por ejemplo, lo atticula- cién de /j/ come [i], propia de zonas rurales de Espafia, Nicaragua y Gua- temala, b} Resulta conveniente evitar el ceceo, puesto que no goza de prestigio en la comunidad, o diferencia del seseo, que es la practica habitual en la mayo- rio del tertitorio ¢} No existe inconvenient en aspirar la /x/, siempre que no redunde en una pronunciacién poco cuidada, como sucederia en el caso de un contacto con -s: por ejemplo, las juntas. Como se desprende de lo dicho hasta el momento, los rasgos sonoros que se identifican como configuradores del esténdar oral pertenecen al nivel de los segmentos, relacionado con el inventario y la distribucién de los sonidos. Por asociarse generalmente con el componente expresivo, y por tanto, dificil de sis- fematizar, quedan fuera aquellas opciones prosédicas, que, sin embargo, no siempre son de libre opcién para los hablantes. Nos queda por conocer cudles son las decisiones adoptadas por la Asociacién de Academias de la lengua en los capitulos dedicades al nivel fonico en la Nueva Gramatica de la lengua espafiola. legados a este punto, podemos plantearnos la especificidad de la lengua oral de los medios de comunicacién. Si se toman como referencia los periods: tas radiofénicos y los presentadores de TV en los dos continentes, la tendencia a la unidad idiomdtica resulta més evidente en el terreno del léxico que en la pronunciacién, donde se mantienen aquellos rasgos de diccién y entonacién que no crean conflictos de s gnificado ni de identidad, En este sentido, Avila (1997, 2001} analiza los noticiaries de los principales canales de television del mundo hispanchablante con el resultado de que el némero de palabras no comunes, palabras que no todos los espectadores de los distintos paises pueden entender por igual, es minimo: sdlo el 1,2%. Es distinto, en cambio, al panorama en el dominio de la pronunciacién, donde Avila {2003} propone PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS describir tres modelos estandar o normas fonéticas, ordenados segin su fre~ cuencia de uso en los medios de comunicacién: a, 8 y y. Aunque Avila describe diferencias internas en cada una de las normas, en funcién de las variantes arficu- latorias de [x] y de los resultados fonéticos de las aspiraciones, los rasgos dife- renciadores de los tres modelos son los siguientes -a: ausencia de [6] y presencia de [5]; atticulacién predorsal dentoalveolar de [s] 8: ausencia de [6] y presencia de [s]; articulacién predorsal denloalveolar de [s]; aspiracién de [s] -y: presencia de [6] y presencia de [s]; articulacién apicoalveolar de la {s] Las transcripciones de los fragmentos en (1) ilustran las realizaciones fonél- cas identificadoras de estos modelos? (a) a) Modelo a La Academia sueca dio a conocer este viernes que el premio Nobel de la Paz 2007 fue compartido. [llaks'emja 'syeka diga kono'ser ‘este fli'ernes | kel 'peemjo ‘nol de la pas | dos ‘mil siete | fye Kompar'ti6o |] b) Modelo 8 La probabilidad de que Al Gore sea el préximo presidente de Estados Unidos habia subido alrededor del 10% al 13,5% [ | le profaBili'6a0 de kelal 'yorr | 'se.ael 'prosmo presildéute de | ch'tados wlnides | aBiasu'Bido. alrede'Oor Oe! di'eh por si. Gato | al ‘trese ‘koma 'sipko por ‘siento |] ©) Modelo y Los premios Nobel pues busca ua poco personajes selevantes y en ese seatide desde luego por parte de Greenpeace pues insistir en la satisfaccién [ Ios premio ao'feil | pues 'Puskaia um 'poko: pefco'nasce:s rele'Bantes ien ese sea'tido desde 'Iuego por parte de: yrim'pis pues insistir en In satisfak'jon | ] Dicho esto, el siguiente pardgrafo se dedica a analizar los libros de estilo que puede consular un profesional de los medios de comunicacién y el tipo de informacion fénica que en ellos encuentra "Los archives de voz fuente pueden consultarse en hito://kane.vab.es /cursos.lengua 3 LOURDES AGUILAR 3. Modelos usados en los libros de estilo Los libros de estilo editados por las empresas de comunicacién establecen las normas de estilo y de deontologia a que deben atenerse sus colaboradores, aunque también son manuales de consulta para el uso correcto de la lengua No hace falta, pues, decir, que debe ser (junto con determinados diccionarios y gramdticas) un insrumento habitual del periodista, una herramienta que per mila mejorar tanto sus escritos como la oralizacién de los mismos. Desde este punto de vista, los libros de estilo pueden concebirse como un diccionario de dudas {al modo del Diccionario de usos y dudas del espafiol de J. Marlinez de Sousa, el Diccionario de dudas de la lengua esparola, de M,. Seco, o el Diccionario panhispdnico de dudas, de la Asociacién de Aca- demias de la Lengua Espafla} en el que se recogen alfabéticamente aquellas palabras que, con frecuencia, plantean problemas en la construccién de texlos por ejemplo, verbos irregulares, extranjerismos, impropiedades léxicas— junto con reglas de ortografia y puntuacién, informaciones gramaticales o formacién de gentlicios, entre otros asuntos. Los més conocidos son el Manual de espa- fiol urgente (de la Agencia EFE} y el libro de estilo de El Pats, pero ambos se centran en prensa, con escasas referencias a radio y televisién. Para la lengua oral, disponemos de algunas obras para la televisién, de dmbito estatal, auto- némico o internacional: TVE (Mendieta, Manual de estilo de TVE, 1993}, Tele- madrid (Libro de estilo de Telemadrid, 1993}, Canal Sur (J. M. Allas y L. C Diaz, Libro de estilo Canal Sur Televisién y Canal 2 Andalucia, 2004), CNN (Manual de estilo y referencia. CNN en espaol, 2002). También para el medio radiofénico: Guia de estilo Onda Cero Radio, Libro de estilo de los Ser- vicios Informativos de RNE. En lo que toca al tratamiento de la pronunciacién en los medios, objeto de andlisis en los siguientes pardgrafos, los libros de estilo coinciden en selec: cionar aquellos fenémenos que suscitan dudas ortolégicas de manera recu- rrente (las oclusivas -b, -d, -g en posicién final, el ceceo y el seseo, el yeismo} y afiaden aspectos que a menudo quedan fuera de los estudios lingiisticos, como la correcta lectura de nombres extranjeros*. El enfoque, como no puede ser de ora manera, es prescriptive, puesto que las observaciones sobre los fenémenos fénicos se supeditan a un catélogo de recomendaciones. Por su inte- rs, nos detendremos con mas detalle en algunos de los libros de estilo para + Result interesante en alguno de los libros de estilo consultados la atencién que dedican a los aspectos prosédicos, si bien las recomendaciones en este sentido no quedan plasmadas en el articule, centrado en las cuestiones que atavien a los segmentos fonéticos 32 PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS television y radio, representativos de la lengua de su piblico objetivo: una agen- cia de prensa de dmbito general, una TV de dmbito local septentrional, una TV de dmbito local meridional, y una radio de dmbito estatal 3.1. Manval de espaol urgente, Efe A parlir de la edicién de 1994, el manual afade un capitulo sobre la lengua hablada en el que se advierte sobre la pronunciacién de las oclusivas, asi como sobre clertos fenémenos de alcance dialectal. En lo que se refiere a las conso- nantes oclusivas, se recuerda que y son grafias que corresponden a un Unico fonema, y se tecomienda pronunciar de manera plena las consonan- tes b, c, d, pen posicién de coda silébica o final de palabra (abstenerse, obs- truccién, bloc, cofiac}, En cuanto a los fenémenos dialectales, se rechaza el desprestigiado ceceo, a diferencia del seseo. Tampaco se admite la desafricacién de la consonante : citamos textualmente, «no es recomendable la pronunciacién de ch como si se fratara de la secuencia inglesa sh. Por ejemplo mushasho, en lugar de muchacho». Por tltimo, el manual hace referencia al yelsmo, que, «dada su gran difusién, no debe considerarse incorrecto», si bien «conviene contribuir al mantenimiento de la diferencia entre la Illy la y» 3.2. Manual de estilo de TVE, S. Mendieta El libro de estilo de TVE incluye un apéndice sobre Pronunciacién correcta, donde se exponen observaciones sobre algunas consonantes, a partir de su gratia |b, ¢, ch, d, h, entre otras), y se confecciona una relacién de palabras de «pronunciacién dudosa o viciada>. También se encuentran notas indica- tivas de la lectura de las palabras en los apartades dedicados a los Térmi nos geograficos: Topénimos y a los Términos y expresiones de otras lenguas espaiiolas. El apartado dedicado a las consonantes es extenso, si bien aqui, para no alargar la exposicién, mencionamos solo algunas de las recomen- daciones De la misma manera que la agencia Efe propugna para sus redactores, en TVE los locutores deben aproximarse a la norma culta cuando producen con- sonantes en posicién final de palabra o de silaba (cofiac, boj, septiembre, atlantico). Coinciden también ambos manuales en la aceptacién del yeismo, a diferencia del seseo, que, desde el punto de vista de S. Mendieta, «solo se con- sidera normal en Andalucia, Canarias y América». Probablemente para delimi- 33 LOURDES AGUILAR tar la norrna culta, el Manual de estilo de TVE presta especial atencién a los vuk garismos fénicos, como los que recogemos a continuacién: «CH, Se considera vulgar la pronunciacién andaliza que acerca esta consonante al sonido de sh en inglés» «Es vulgar la supresién de la den la terminacién de los participios pasives de la primera conjugacién: acabao, terminao, y més atin en los de la segunda y tercera: corrio, nacio» <5 muy vlgar la susttucién de la I por r cardo (por caldo), y también la supresién de la Ifinal, que se da en alguna tegién: capité [por capital» De manera interesante, se hacen algunas consideraciones sobre la relacién entre representacién orlogréfica y representacién fonética, o sobre lo que, en otra parte, |. Tubau llama ortogratismos. En particular, se recuerda que y se pronuncian [b], y que la no representa sonido alguno. No obstante, el propio manual incurre en un ortografismo al recomendar la distincidn en inicio de palabra entre la consonante y el grupo (hiedra, yegua], dado que estudios fonéticos han demostrado que la pronunciacién en ambos casos corresponde a la misma aproximante palatal (Aguilar, 1997; Rios, 1998} En el apartado titulado, de manera significativa, Relacién de palabras de pro- nunciacién dudosa o viciada, y redactado a modo de diccionario de dudas, se recogen problemas de acento (acrobacia, aerédromo, elite}, vulgarismos {adap- tar, asfixiar, veintiuno|, paronemasias [adiccién, adicién], dudas en la pronuncia- cién de consonantes finales {cine, argotl y de extranjer’smos (botte, bridge, jeep), ejemplos de ulracorrecciones (concrecién, contricién], y reglas generales de lec- tura de algunos nombres propios extranjeros (Pekin, Somalia, Tibel) Con respecto a esta ltima cuestin, la lectura de nombres propios proce- dentes de lenguas distintas a la castellana, se enuncian mas recomendacio- nes en los apartados dedicados a los Términos geograticos: Topénimos y a los Términos y expresiones de otras lenguas espafiolas. Por un lado, se rechaza la tendencia a usar los nombres geografices en versién exranjera, en lugar de la espafiola (New York por Nueva York, por ejemplo) y se ofrecen listas de pala- bras que sirven de orientacién. Por otro lado, para la lectura de los nombres en catalan y en gallego, el manual dicta algunas reglas ortolégicas: «Asi, se diré Jordi Pujol, Xabier Arzallus, Miquel Roca, ete. El locutor o el presentador deben pronunciarlos correctamente>. Para aclarar ese del nombre de origen vasco, Xavier 34 PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS 3.3. Libro de estilo de Telemadrid En lo que concieme a la norma de pronunciacién, el Libro de estilo de Telemadrid analiza lo que llama «Articulaciones viciosas de los sonidos», ademés de prestar especial atencién a cémo se producen los sonidos agrypades en stlabas, y a los fenémenos de sinalefas y contracciones. La lista de las «Ariiculaciones viciosas de los sonidos» es larga, por lo que solo recogemos aqut algunas* Reduccién de vocales en hiato: *albfalca (albahaca) Desplazamientos acentuales en la silaba: *[a]ora {ahora}, *['alun adn) -Llisién de consonantes en posicién final de silaba: *a[SJicar {abdicar| Uliracorrecciones: *discre{kJeién {discrecién} lisién de (61, [+] 0 [¥] intervacdlicas: *dao [dado], *pa (para), *auja {agujal -Consonanlizacién de u en el diptongo hue: *[gluésped (huésped) Pronunciacién de la -d en posicién final como [8] 0 elisién: *salu{O], *sall'v) [salud) Pronunciacién de [k] y [g] en posicién final de silaba como [8] y [x), respectiver menle: *aspe[8}io [aspecto}, *di[x]no (digno) El texto también sia fuera de la norma tanto el yelsmo («Las personas que hablan para el publico -profesores y locutores- deben distinguir entre las dos pronunciaciones y aplicarlas correctamente», p. 123) como el seseo y el ceceo («Ambos fenémenos constituyen una transgresién de las normas ortoldgicas de la Academia y, si suenan, es por incuria 0 incumplimiento», p. 124). En el apar tado correspondiente al Léxico de [a lengua oral, se define vulgarismo foné- fico {stoda codificacién anémale introducida por el vulgo en la pronunciacién de las palabras, que generalmente consiste en el cambio, adicién, supresin o traslacién de algin sonido», p. 138) y se confecciona una lista de vulgaris mos fonéticos frecuentes: *fustrar (frustrar), *abaniquear {abanicar], *amarillar (amarillear), *olinear {aliniar). 3.4. Libro de estilo Canal Sur Television Dado el dmbito de difusién de la cadena, el modelo que se sigue en el Libro de estilo Canal Sur Televisién corresponde a la variedad del espariol hablado 5 Adoptamos la convencién habitual en lingUistica de marcar con asterisco |*) las formas agr maticales 6 incorrectas, y seficlamos entre corcheles el segmento fénico implicado, transerito segin los convenciones del Afabe'o Fonélico Internacional. Enire parénles's anolamos la palabra con su forme ortogrdlice correcta 135 LOURDES AGUILAR en Andalucia en entomnos formales y urbanos, donde los rasgos més marcados 0 idiosincrasicos se neutralizan, de forma que se puede hablar de un estindar andaluz. Con el fin de delimitar dicho estandar andaluz, se condenan algunos rasgos de pronunciacién, a partir de lo descrito en Narbona y Morillo (1987) -aspiracién procedente de F inicial latina: *[xlambre (hambre); -confusi6n o trueque de ry /, en cualquiera de las posiciones implosivas o en el interior de grupos consonanticos: *o[rJca[c]de lalcalds}, *4flJoitro [érbitro), *reff]én (refrdn), *bieJanquear [blanquear) -ceceo; -pronunciacién fricativa relajada de la ch: *muffJalfo (muchacho}. Son ilustrativas algunas de las pautas que establecen para una locucién correcta (pp. 67-68) «En las hablas andalvzas exislen giros y expresiones muy hermosas, de uso extendido, que se pueden y se deben ullizar siempre que no sean localismos incomprensibles para el conjunto de la poblacién andaluza.» «£1 redactor no debe forzar su acento ni usar modismos muy singularizados. En Ander lucia existen multitud de acentos distintos y en Canal Sur deben estar todos presentes, dentro de los criterios comunes de inteligibilidad.» 3.5. Guia de estilo, Onda Cero Radio En lo que compete a las normas de pronunciacién y lectura, la Gua de estilo de Onda Cero Radio aconseja el uso de la norma castellana, por lo que reco- mienda evitar tanto los acentos regionales come las interferencias debidas al contacto con otras lenguas romances |en el caso del castellano hablado en Cotaluia, un ejemplo lo constituyen las variantes abiertas y cerradas de las vocales}. En su repaso al inventario de consonantes, se mencionan las dificulta- des asociadas con cuando aparecen en posicién final de palabra (a[Bjto por apto, palx}to por pacto}. Asimismo, por elegir el castellano nortefio como modelo de habla, se recomienda evilar tanto el seseo como el ceceo, ‘asi como mantener en la medida de lo posible la distincién Ity. 186 PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS 4. Problemas de pronunciacién en los medios Como se deduce de la seleccién de problemas, los libros de estilo inciden en algunos de los fenémenos més llamativos de pronunciacién y mas faciles de describir, a saber: las oclusivas, el ye'smo, y el seseo / ceceo, En general, los libros de estilo, y, por extensién, los profesionales de los medios identifican el desprestigio de las producciones ceceantes, diferente de la espontaneidad que puede llegar a transmitir la relajacién de la -o intervocdlica en los parlicipios acabados en -ado. Por el contrario, no prestan atencién a oltos fenémenos que, sin embargo, son claros indicadores de descuido en el habla. Para acabar el epigrafe con el andlisis de casos reales, veamos algunos enunciados extraidos de los medios de comunicacién orales que corroboran la necesidad de contar con un andlisis dedicado a la pronunciacién més extenso y pormenorizado. Enumeramos las inconveniencias més frecuentes en la dicciéné, acompariadas de los enunciadosuente recopilados por estudiantes de la asig- natura Lengua espafiola oral, de la Facultad de Ciencias de la Comunicacién de la UAB, durante los cursos académicos comprendidos entre el 2000 y el 2007, El dilatado periodo de tiempo que abarcan los fendmenos nos permiten certificar su presencia recurrente en el espaiiol de los medios de comunicacién. Se trata de una gran variedad de pronunciacién en las consonantes en posicién de coda silébica, de la frecuente confusién en los grupos vocdllicos que aparecen en inte- rior de palabra; y de la vacilacién enire la pronunciacién en sinéresis (monosilér bica) o separada {hidtica) de las vocales en contacto en el margen de palabra’ Presentaremos aqui las consideraciones descriptivas generales de concepto, clases y usos, sefialando las formas que suelen manifestar desvios del uso gene- ral, desde un enfoque que pueda justificar linglisticamente las alteraciones mas comunes, por las condiciones espectficas del espafol o de las lenguas natu- rales, en general. A continuacién, enumeramos algunos de los ejemplos mas sobresalientes hallados en el corpus ‘Aun a sabiendas de que los problemas de pronunciacién de palabras exkran- jeras y de nombres propios son quizé los més frecuentes en el espariol de los medios de comunicacién, no los hemos incluido aqui dado que nuestro interés se cenlra en explicar los motives lingUisticos de la alleracién sefalada, para adver- tir lo que supone de descuido o desconocimiento de las condiciones de uso por parte del usuario. * No incluimos aspectos de acentuacién ni de prosodia, por cuanto consttuyen el tema de inte- 16s de otro de los articulos del volumen Nos servimos de los simbolos fonéticos para anotar el segmento objeto de andlisis 37, LOURDES AGUILAR 4.1. Variacién en la pronunciacién de consonantes en posicién de coda silébica la obra bibliografica més conocida para aclarar el estatus normativo de las diversas pronunciaciones del espaiiol peninsular es la de L. Gomez Torrego, quien desde la publicacién del Manual de espariol correcto {1989) no ha dejado de aporlar nuevos datos sobre variantes fonéticas y las recomendacio- nes académicas al respecto (Cf. Gémez Torrego, 2006) En general, para las consonantes /p, 1, k, 6, d, g/ en posicién final de silaba se recomienda la pronunciacién de una aproximante, censurandose tanto los reforzamientos del punto de articulacién (por ejemplo, * ofpxjeto por o[fxJelo) como las elisiones. En cuanto a la sonoridad, depende de la conso- nante siguiente, por asimilacién. Debemos mencionar, no obstante, como caso particular, el de la consonante /d/, por cuanto esté muy extendida su elisién en los participios acabados en -ado y en posicién final de palabra (Madrid, usted}, incluso en casos de habla culta; por el contrario, se considera vulga- rismo fénico la elisin si las terminaciones -ado, -ada, -ador forman parte de un sustantivo en (abogado, burrada, administrador), o si el parficipio no pertenece al paradigma de la primera conjugacin Por lo que respecia a las consonantes en posicién de coda sildbica, la norma acepta la elisién de la primera consonanle sdlo en los casos de codas complejas. Dicho de otro modo, ortolgicamente es posible dejar de pronunciar /'/ en las grupos /bs/+consonante (absiracto, obstéculo}; pero no lo es en las combinaciones /b/+consonante (*o[xJefo, *ofsJervar). lo mismo sucede con los grupos /ks/+consonante y /k/-+consonante: en el fragmento reproducido en (2] se admite la elisién en expertos, extraterrestre, pero no en éxito, existe Una excepcién la constituyen los dobletes del tipo septiembre-setiembre. (2) También los amantes de lo paranormal se preparan estos dias para llevar a cabo una nueva misién. Tras haberlo intentado en varias ocasiones los e[s]pertos consi- guen incorporar a las nuevas naves estacionarias que partirain hacia Marte [...], se sores de movimiento y grabadores de psicofonias que permitan desvelar con *é(s]ito si *e[s]iste o no vida e[s}iraterrestre en algin punto del universo [...] (Informativos Tele- cinco, 2/1/07} Por el contrario, en el grupo /ns/+consonante se recomienda mantener la pronunciacién de cada una de las consonantes {* frasporte|. Esta norma se convierle a veces en causa de confusién con otras palabras que comienzan con 38 PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS tras (pot ejemplo, trastorno), en las que el hablante comete una uliracorteccién, insertando una -n- (*trafns}torno) A Ia luz de lo dicho, son errores las articulaciones de (3) identificadas en distintos medios de comunicacién: (3) al clufp] clufs] (TVE-1, 12/07/2000} b) ...la fiesta de la comunida[®] el pasado nueve de ofttjubre (Noticias Cuatro, 15/10/2007) ¢) También ha sido afeftijada por las lluvias (Noticias TVE2, 11/11/05} d] El ofxJetivo una vez mas [...] (La Linterna, COPE, 29/10/03} @} El ofpxjeto de la investigacién sobre los fondos reservados es averiguar dénde han ido a parer esos millones {Informativos Mediodia, Antena 3, 18/12/01} f{ El ras]bordador de la estacién espacial (Noticias IVE, 8/12/01) g} ...para que dentro de unos i[s}lantes le contemos cémo esta Espafia y el mundo (Noti- cias Cuatro, 15/10/2007} h} Ese era el tra[ns}fondo que habia (Noticias TVE, 8/11/05) 4.2. Confusién en los grupos vocalicos En espafol se ha deserito una tendencia antihidtica, observada desde anti- guo en lengua poética y en habla coloquial, que ha motivado algunos cam- bios diacrénicos: vaina, del antiguo vaina, 0 reina, de reina. la tendencia sigue presente en habla dialogada, como demuestran diversos estudios fonéti cos basades en el andlisis de corpus orales (cf. Aguilar, 1997], pero se consi- dera ortologicamente inapropiado si el segmento /i u/ es tonico, y por tanto, se necesita una traslacién acentual para formar diptongo: por ahi pronunciado * pof'rai]. También se etiqueta de vulgar la monoptongacién de diptongos: *hetero~ ge[niJdad |heterogeneidad), *[u]tanasia {eutanasia), *[ojtobts {autobus|. No obstante, pese a carecer de prestigio, en estilos de habla informales este fend- meno de reduccién se registra con frecuencia, los grupos mds afectados son los diplongos decrecientes, ademas de observarse un efecto léxico, por cuanto cier- 139 LOURDES AGUILAR tas palabras son mds propensas a la monoptongacién: es el caso de *[ben}te por veinle, y de todos los derivados de los verbos vocélicos (por ejemplo, * aprfelias por aprietas} sentido contrario a la tendencia antihidtica, verbos como adecuar, que en el uso culto se acenttian preferentemente como el paradigma de averiguar, han sufrido una traslacién acentual, derivando a una acentuacién del tipo actuar. Cabe mencionar que, en este asunto, las directrices de la Real Aca- demia han cambiado desde su publicacién del Diccionario de la lengua en 2001 al Diccionario panhispdnico de dudas. Hasta la aparicién del Dicciona- rio panhispénico de dudas en 2005, se consideraba error ortolagico cualquier pronunciacién en hiato del tipo *adec[‘v.o] para la forma verbal adecuo. Esta recomendacién respondia a la regla general que establece que los verbos aca- bados en -uar cuya consonante precedente es velar, tienen diptongos en todas sus formas, mientras que los verbos acabados en -var cuya consonante prece- dente no es velar, se pronuncian con hiato. Actualmente, el Diccionario panhis pdnico de dudas recoge en la entrada correspondiente a adecuar la extensién de la nueva acentuacién, y da validez a la misma Por ultimo, son ortolégicamente inadmisibles los reforzamientos articulato- tios de los grupos hue- en posicién inicial de palabra, con el resultado de una consonante oclusiva: hueso pronunciado *[g]ueso o *[blueso. No se da un acuerdo tan claro en torno a los grupos hie, puesto que para algunos auto- Tes se trata de una alternancia ortografica con el grupo ye, y que, por tanto, puede pronunciarse del mismo modo. Desde este punto de vista, las palabras hierro y yerro serian homéfonas. Los casos més frecuentes de confusién en los grupos vocdlices que aparecen en el interior de palabras tienen que ver con: la altemancia monoplongo-dip- tongo en los verbos vocilices (4a), cambios vocélicos (4b), hiatizacién de diptor- gos {4c}, elision en hiatos (4d). Enumeramos sequidamente ejemplos de nuestro corpus que ilustran algunas de las inconveniencias descritas (4) ) EUA despl[e]ga a sus marines por la zona (Telediario TVE, 3/12/01) b} se debe a la idfeolsincrasia del pueblo irlandés {la linterna, COPE, 9/11/06) ¢} caf'ulee (Informativos Tele5, 21/11/07) di de la inffalstuctura (Noticias, Antena 3, 13/11/01) PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS 4.3. Vacilacién en los contactos vocdlicos Desde un punto de vista ortolégico, la sinalefa se considera propia del esparol, y en ausencia de acento, preferible a la separacién sildbica. Por el contrario, la clisién se juzga inapropiada. A diferencia de otras lenguas, los manuales del espaiiol no incluyen como pronunciacién estindar la elisién si las vocales con- currentes son desiguales. Canellada y Madsen (1987) reconocen el proceso, pero Unicamente en el interior de determinadas frases hechas o si la velocidad de elocucién es rapida. El fenémeno de elision de una vocal por contacto con otra vocal perteneciente a una forma léxica diferente sdlo se menciona en las gramaticas como proceso histérico (de el > del) o relegado a registros vulga- res: me aburro pronunciado * [ma]burro Ahora bien, lo que es una tendencia muy sobresaliente en los datos proce- dentes de habla informal y relajada, muestra una direccién contraria en el espa- fiol de los medios de comunicacién, donde, como consecuencia del exceso de acentos enféticos situados a lo largo de la frase, desaparecen las sinalefas [incluso a veces en los articulos contractos). Algunos de los ejemplos son los transcritos en la serie (Sard). (5) | inform[e.official {Telediario TVE, 17/10/07) b} treinta y nuevfe.e}rides (Noticias Cuatro, 15/10/07} 4g) dle.ell Corte Inglés [Protagonistas, Punto Radio, 12/12/06) dj El primero critica [a.el] PSOE [Mediodia COPE, 3/12/2000} 5. Para acabar Como se desprende de todo lo anteriormente dicho, la tarea de definir un esléndar de pronunciacién del espaol es fundamental para su aplicacién en la labor profesional de los comunicadores en radio y TV. No obstante, dicha tarea solo se ha acometido desde la enumeracién de rasgos muy generales, tomando como crilerios de clasificacién principales el prestigio y la extensién del fendmeno, No disponemos ain de obras de conjunto sobre las variedades de la lengua que permitan hacer apreciaciones certeras sobre qué se entiende por esldndar y cudles son los rasgos que le definen en el ambito fénico LOURDES AGUILAR Sin ocuparnos de los dialectos llamados arcaicos, por proceder directer mente del latin, o de olras variedades con historias particulares, como el judeo- espaiiol, en la clasificacién de las variantes del espanol parece darse acuerdo en toro a la existencia de dos grandes normas lingiisticas: la castellana (del centronorte peninsular) y la meridional (del sur peninsular, Canarias e Hispano- américa}. En el plano fénico, la oes se funda principalmente en la existen- cia 0 ausencia de la oposicién [s] / [8], si bien pueden describirse otros fend- menos como: la realizacién aspirada de la consonante fricativa velar /x/, la aspiracién de la -s en posicién final de sflaba o la diferente divisién sildbica del grupo consonéntico -+th Ahora bien, la enorme extensién geogrdfica que ocupa la lengua espafiola en el territorio hispanoamericano deja insuficiente esta divisién. Para tener una delimitacién dialectal de todo el dmbito se requieren conacimientos detallados de sus isoglosas, que solo pueden obtenerse por estudios de geografia lingliis- fica, y aunque hay un gran volumen de trabajo dedicado a la confeccién di atlas lingufsticos (por ejemplo, los dirigidos por M. Alvar), todavia no se dis- pone de una visién general del plano fénico en el espafiol de América Tomar las fronteras nacionales como variable fundamental para establecer los limites dialectales no es la mejor opcién, ya que muchos de los fenémenos fénicos no tienen en cuenta esas fronteras. Por ello, Moreno Fernandez (2000) agrupa rasgos caracterizadores de cada una de las siguientes areas, ademas del espafiol castellano, espafiol de Andalucia y espariol de Canarias: espariol del Caribe, espaiiol de México y Centroamérica, espafiol de los Andes, espar fiol de la Plata y el Chaco, espafol de Chile. Ahora bien, pese a las limitacio- nes que puede comportar una separacién por fronteras nacionales, la exposi- cién en monografias como las de Canfield {1981}, Fontanella de Weinberg {1992}, Lipski [1994] y en casi todos los capitulos de la obra de Alvar (dir (1996), adquiere un valor descriptivo y de consulta que es el que, a menudo, necesitan los hablantes. Si convenimos, por tanto, en la dificultad de identificar las variedades dia- lectales, parece todavia mds dificil llegar a seleccionar de entre todos los fend- menos posibles, aquellos que podemos considerar integradores de un esténdar oral. Sin duda, se hace evidente la necesidad de continuar trabajando en una definicién, desde un dmbito integrador de la vertiente tedrica y la vertiente apli- cada de la lingtistica, que identifique los rasgos que son privativos y no privati- vos del sistema. De esta tarea se han de beneficiar no solo los profesionales de los medios de comunicacién, sino también otros mediadores lingUisticos, como los traductores. A titulo ilustrativo, cabe mencionar la ley argentina sobre usos lin- giilsticos, de 1986, que establece el uso obligatorio de castellano neutro en el doblaje y subtitulado de peliculas. Segin esa ley, «se entenderd por castellano 42 PRONUNCIACION Y CSTANDAR EN LOS MEDIOS neutto al hablar puro, fonética, sintéctica y serdnticamente, conocido y acep- tado por todo el piblico hispanchablante, libre de modismos y expresiones idio- mndticas de sectores». El fin de esta ley es meramente comercial, y pretende que las peliculas dobladas en Argentina sean lo més exportables posible Asimismo, el tipo de lengua que debe ensefiarse es una pregunta funda- mental en la ensefianza de la pronunciacién a los escolares y a los estudian- tes de espaol como lengua extranjera. la tendencia en los manuales de espajiol para extranjeros es llegar a un uso de la lengua basado en la norma académica. Ahora bien, esta opcidn limita la compelencia comunicativa del aprendiz puesto que, por un lado, hay usos considerados incorrectos, aunque de dmbito generalizado y aceptados como normales, y por otro lado, el uso normativo es raro en ciertas situaciones comunicativas de cercania o fami- liaridad. Cabe reflexionar, por tlimo, si el concepto de hablante-oyente ideal, intro- ducido por Noam Chomsky y coménmente aceptado desde entonces en la lin- guistica tedrica, tiene sus bases empiricas en el concepto de esténdar: nos refe- times al hablante que obtenemos al abstraer de cada habla particular todo quello que supone la impronta individual y quedarse solo con las caracteris: ticas que comparten todos los hablantes de la misma comunidad y que hacen posible la inteligibilidad de las hablas particulares No ha sido el propésito de este texto dar respuesta a estas cuestiones, pero si oftecer algunos elementos de reflexion que nos permitan seguir avan- zando en el proceso de creacién de un esiindar oral del espariol Bibliogratia Aguilar, L. (1997): De la vocal a la consonante, Santiago de Compostela: Ser- vicio de Publicaciones de la Universidad de Santiago de Compostela Allas, J. M. y L. C. Diaz (2004): Libro de estilo Canal Sur Televisién y Canal 2 Andalucia, Sevilla: RTVA Alvar, M. 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