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Marvin David Lool Ordoñez

¿Cualidades del director y del dirigido?

La dirección Espiritual es el espacio en el proceso de conversión y santidad en el


que cada cristiano. El beneficio primordial de esta acción consiste en crecer en la fe y en
intimidad Dios. San Agustín afirma lo siguiente “Yo quiero conocerme para humillarme, y
quiero conocerte para amarte “. Entonces, en esta práctica espiritual, existen dos
conocimientos: quien somos nosotros y quien es Dios, y esto solo se puede dar desde
Dios en la dirección Espiritual. La congregación para el clero aporta ciertos elementos
esenciales que pueden ayudar para el desarrollo de un buen proceso de dirección
espiritual; donde describe a los actores con cualidades y aspectos necesarios para su
ejercicio de forma general, pero hemos de considerar algunos necesarios que destacan.

Cada uno como materia, deben de poseer ciertas cualidades indispensables para
lograr el objetivo, se exige cierto grado de disponibilidad y recta intención de dirigir y ser
dirigido. Solo de esta forma podría darse un buen proceso, debido a que las dos partes
salen beneficiadas, puesto que no a cualquiera puede ser director espiritual y no
cualquiera se interesa en la dirección como forma de sanación y santificación.

Al sacerdote como ministro, le corresponde por lo general, el ministerio pastoral


de la dirección espiritual, también puede ser aplicado por religiosos, religiosas, es decir
consagrados, como también laicos que muestren y vivan en testimonio de vida, en el que
manifiesten signos de rectitud. Pero vamos a profundizar en la labor de dirección que
ejercen los sacerdotes tomando como puntos de partida sus cualidades que deben de
inspirar al dirigido.

Sus cualidades son indispensables para llegar a ser un buen director espiritual,
para ello podemos destacar que debe de poseer un alto grado de conocimiento de la
ciencia que le permita poseer conocimiento espiritual, como conocimiento de la vida de
los santos, y sobre las distintas realidades del alma; para poder orientar a imitación de
muchos Santos y lograr hacer un buen proceso de discernimiento con el dirigido.

La Experiencia del Director es muy, pues con ella el director basándose en esa
experiencia es capaz de ver con mejor detalle la realidad en la que encuentra el dirigido,
de lo contrario es un poco riesgoso porque puede afectar más de lo que está ya afectado
quien es dirigido. San juan de la cruz en este tema expresa que: «algunos padres
espirituales, por no tener luz y experiencia de estos caminos, antes suelen impedir y
dañar a semejantes almas que ayudarlas al camino», y así «doblan el trabajo a la pobre
alma» 1 partiendo de esta premisa, el sacerdote debe de ser consciente que no es
gratificante el afectar a las almas más de lo que están.

El sacerdote, director debe de ser un hombre de profunda y constante oración, que


lleve consigo las preocupaciones de cada dirigido y las ponga ante la presencia de Dios,
como también pedir la gracia para ser su instrumento y saber guiar al que lo busca. Acción
que de alguna forma a de fortalecerse con las lecturas espirituales que acompañen en
cada espacio o momento del encuentro con Dios.

El Director, siendo hombre de Oración, podrá desarrollar la capacidad de


discernimiento, para poder guiar sabiamente a su dirigido, esto le permitirá saber
identificar con seguridad la realidad en la que se encuentra e implementar con la
experiencia ya adquirida los medio u procedimientos a seguir. Ha adquirido la capacidad
de identificar a los distintos pecados u obstáculos que afectan al ser humano, a los que
podemos llamar falsos espíritus (cf 1 Jn 4,1). Tendrá discernimiento suficiente para
ayudar a las personas que le confían su vida, sin llegar afectarlos como lo expresa San
Juan de la Cruz. Pues si tiene suficiente ciencia, experiencia, habito de oración, y en la
medida en que esté libre de apegos personales desordenados, que es una de las
características de un buen director, podrá ser capaz de ayudar.

Después de conocer, la capacidad de ciencia, experiencia, oración y


discernimiento, podríamos afirmar con gran certeza que su testimonio que es evidente y
tendrá la capacidad de dirigir con menos dificultad. Capaces de comunicar la propia vida,
asumiendo de forma equilibrada su ser paternal para poder guiar sin dificultades, esto le
facilitará en la guía y acciones que el dirigido debe de asumir para logar adquirir un buen
grado de santidad.

También es necesario ser prudente por parte del director él no ser insistente en lo
que el dirigido ha de comunicarle ni siquiera indagar, San Juan de la Cruz expresa que:

1
San Juan de la Cruz, Subida del monte Carmelo, 4
«Adviertan los que guían las almas y consideren que el principal agente y guía y
conmovedor de las almas en este negocio, no son ellos sino el espíritu Santo, que nunca
pierde cuidado de ellas y que ellos solo son instrumentos para enderezarlas en la
perfección por la fe y ley de Dios»2 la gracia se ha de manifestar cuando existe una recta
intención por dirigido y permitirá que este se abra para hacer lo que el Espíritu Santo pide.

El dirigido, también pose sus propias cualidades que le permitirán realizar una
buena dirección, que lo ha de encaminar a la perfección. Entre ello poseer un gran deseo
de santidad. Requisito indispensable para que se logra una buena dirección Espiritual,
que no solo le permita al dirigido ser beneficiado para sí mismo, sino también para el trato
con sus semejantes. Esta debe de ser recurrentemente y bien trabajada, porque sin la
plena disponibilidad y deseo de cambio; ni poseyendo a un santo frente de él podría llegar
a la Santidad.

El Dirigido, debe de poseer un alto grado de fe, y así poder ver en el sacerdote a
cristo, que le desea confortar y animar en su vida, para poder abrir su corazón desde la
sinceridad y la recta intención, el director ya basado en su experiencia buscará y pondrá
los medios para poder ayudarle, como también practicar la obediencia cuando el director
note algo que no esté bien y necesite ser corregido.

La dirección espiritual, es el medio por el cual todo cristiano busca la santidad, es


claro y preciso que el director debe de poseer ciertas cualidades que le permita guiar a
la luz del espíritu Santo. Sin descartar que el dirigido debe de poseer una recta intención
una profunda fe y un alto grado de conversión, de lo contrario no se podría realizar una
buena dirección espiritual.

Es claro que, sin el cumplimiento de cualidades, no puede darse una buena


dirección espiritual, quedando reducido a un acompañamiento y en el caso del dirigido,
debe de darse cese al proceso porque no hay una esperanza de conversión, cayendo en
como es obvio, pues «si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo» (Mt 15,14).
Es ahí que debe de notarse la urgente necesidad de llenar ciertos requisitos o cualidades.

2
San Juan de la Cruz, Llama de Amor viva, 3, 46

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