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Nuestros evangelizadores padecen en algunos casos cierta confusión y

desorientación acerca de su identidad, del significado mismo de la


Evangelización, de su contenido y de sus motivaciones profundas .
(Documento de Santo Domingo)

 Con respecto a la evangelización y el evangelizador:

Conduce al ingreso en la comunidad de los fieles que perseveran en la oración, en la


convivencia fraterna y celebran la fe y los sacramentos de la fe, cuya cumbre es la
Eucaristía.

El evangelizador participa de la fe y de la misión de la Iglesia que le envía. Necesita


criterios y signos que permitan discernir lo que efectivamente corresponde a la fe y
misión de la Iglesia, es decir, a la voluntad de su Señor.

 Algunas actitudes nos revelan la autenticidad de la Evangelización1:

378. Una vida de profunda comunión eclesial (Cfr. Gál. 2,2,).

379 La fidelidad a los signos de la presencia y de la acción del Espíritu en los


pueblos y en las culturas que sean expresión de las legítimas aspiraciones de los
hombres. Esto supone respeto, diálogo misionero, discernimiento, actitud caritativa y
operante.

380 La preocupación porque la Palabra de verdad llegue al corazón de los hombres


y se vuelva vida.

381 El aporte positivo a la edificación de la comunidad.

382 El amor preferencial y la solicitud por los pobres y necesitados (Cfr. Lc. 4,18;
EN 12).

383 La santidad del evangelizador (EN 76), cuyas notas características son el
sentido de la misericordia, la firmeza y la paciencia en las tribulaciones y persecuciones,
la alegría de saberse ministro del Evangelio (EN 80).

384 En conclusión, lo que se pide al servidor del Evangelio es que sea encontrado
fiel (Cfr. 1 Cor. 4,2). Su fidelidad crea comunión; "de ella emana una gran fuerza
apostólica" (PC 15) que enriquecerá con abundantes frutos del Espíritu a la Iglesia (Cfr.
Gál. 5,22; Juan Pablo II, Homilía Guadalupe, AAS LXXI, p. 164).

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Extraído del Documento de Puebla

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