Está en la página 1de 1

Alter christus

El sacerdote es un ministro escogido por Dios, para que sea administrador de la


Sangra y el Cuerpo de Cristo. Es decir, el sacerdote es una creatura privilegiada en
la cual Cristo se hace presente y es glorificado por medio del ministro. El sacerdote
está íntimamente unido a Cristo y cumple el papel de Dios: dar a conocer al Padre
y salvar muchas almas.
Cristo coloca ante el sacerdote toda su misión salvadora, y entre ellas el sacramento
de la Eucaristía, pues Ésta nos llena de vida y de amor al mismo tiempo. Recibir la
Eucaristía, es recibir a Cristo, es por eso que cuando queremos recibir a Cristo de
forma indigna, es decir, en pecado, la Eucaristía no hace efecto, no porque no sea
Cristo, si no, porque Cristo no se da en alguien que no está dispuesto han recibirlo.
El que recibe la Eucaristía con la disposición del alma, cristo habita en nosotros, y
nosotros en él. Es por eso que la figura del sacerdote está puesta en gran dignidad
por Dios, pues estos son dispensadores de tan grandes dones. Si el sacerdote
conociera esta dignidad, evitaría el pecado, y permanecería en gracia.
Es sacerdote siendo figura de Cristo, debe imitarlo en todo, es decir, debe ser ese
mismo Cristo que el Padre ha enviado para que lo conociéramos a Él. El sacerdote
es el amor de Cristo, pues su comportamiento debe ser el de Jesús.
Sin embargo la realidad, es que muchos sacerdotes andan como ciegos,
ocupándose de cosas que están al margen de su propio ministerio. El sacerdote
debe estar atento al acontecimiento salvífico, de lo contrario, como pastor va a tener
muchas falencias, y será negligente al llamado que Dios le ha hecho.
El ministro que no cumple con la obra de salvación, ofende a Dios, no es feliz, y en
su vida no le encontrará sentido a nada. El sacerdote es aplaudido, no por sus
méritos, sino porque es Cristo quien habita en él.
Por último, el sacerdote es luz y guía para todos aquellos que no conocen a Dios;
no puede ser tinieblas, porque Cristo es la luz perfecta, y el ministro debe imitarlo.
El sacerdote es ayuda en medio de las dificultades que el pueblo de Dios
experimenta en las adversidades de la existencia. El ministro ordenado es amor que
se da sin medida a todos por igual.
Dios ama a sus sacerdotes, por eso los escoge y les encomienda esta labor tan
compleja de anunciarlo. En conclusión pues, el sacerdote es otro Cristo (Alter
Christus) al servicio de los demásn en el cual Cristo se manifiesta para entregarse
a cada uno de nosotros, y hacer actual la Cena, que es sacramento de vida y
salvación.

También podría gustarte