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Son tres los factores clave del fracaso, en tres asaltos, que destina en este apartado.
La segunda parte se centra en los elementos especial de la que están hechos los
emprendedores. Una forma de ser en la que abrazan la incertidumbre.
Emprender es una forma de enfrentarse al mundo, es una manera de entender la vida con la
que no todo el mundo se siente a gusto. ¿Y cuál es esa forma de vida? Es aquella en la que
la persona disfruta con la incertidumbre y la inseguridad de qué pasará mañana. El
verdadero emprendedor es aquel a quien lo incierto le genera un especial placer.
En este capítulo Trías de Bes analiza si un emprendedor necesita realmente un socio para
arrancar con su proyecto propio. Y recomienda emprender solo.
Muchas personas se asocian con alguien por miedo, porque no se ven capaces solas. Pero si
tienes un socio piensa que las decisiones van a medias, que la otra persona va a tener tanta
voz como la tuya y que si no están en una sintonía perfecta se van a entorpecer, y después a
pelearse.
Mucho mejor llevar el rumbo tú solo, salvo que tengas clarísimo que te vas a entender con
esa persona, y aun así es para seguir pensándoselo.
Si realmente necesitas un socio, que sea capitalista. Es decir, que te aporte el dinero que
necesitas para ponerte en marcha. Claro que te va a exigir resultados, pero no va a estar
encima en el día a día y te va a ahorrar un montón de tiempo en discusiones.
Aconseja asociarse como última medida si el negocio no puede funcionar de otro modo.
Este sugerente título analiza cómo pactar con los socios. Y arranca por la necesidad de
definir cómo se producirá la separación, en caso de que tenga que suceder.
¿Por qué hacerlo antes incluso de empezar? Porque es mejor pactar cómo nos vamos a
pelear cuando aún somos amigos.
El modo más justo de separarse revela el modo más justo de asociarse. Propone no inventar
cosas raras a la hora de decidir qué porcentaje tendrá cada socio. Los activos y el dinero
entregados a la empresa han de valorarse por su precio justo y se convierten en acciones. El
trabajo se remunera con sueldo, a poder ser, de mercado. El resto de activos que se cedan a
la empresa por parte de algún socio y que no se valoren como acciones deben alquilarse o
dejarse a deber. Así de claro.
Cuando todo el mundo no aporta lo mismo, eso es una fuente de conflictos. Porque una de
las partes se va a sentir perjudicada, y va a terminar echándoselo en cara al otro. Antes de
asociarte con alguien párate a especificar qué va a aportar cada uno a la empresa. Que esté
todo muy claro para evitar futuros problemas. Y, especificar qué pasa si se separan. Es
como casarse pensando en el divorcio y no apetece, pero cuanto más esté todo hablado,
menos problemas tendrás en el futuro.
Esto pasa mucho. Tú tienes tu idea, le das vueltas, la pones bonita hasta que te convence…
y como te parece buenísima, ya estás convencido de que lo vas a hacer.
Pues… me temo que no va así la cosa. Una buena idea no sirve de nada si no la trabajas y la
llevas a la práctica en condiciones.
Los negocios exitosos que yo conozco son los que han creado una buena estructura de
trabajo, no los que han inventado la pólvora. No necesitas ser el más creativo y el más
revolucionario, sino centrarte y trabajar de forma inteligente.
Trías de Bes afirma tajantemente que la idea es lo de menos y que lo que realmente importa
es la forma de la idea.
Y es así. En realidad, todo el mundo tiene buenas ideas.
Es más, cuando un emprendedor cree que tiene una idea única, en realidad seguramente
alguien la habrá tenido antes. Pero, seguramente también, habrá fracasado en el intento.
¿Cuál es la clave entonces? Lo realmente importante es la forma que se le da a esa idea, qué
se hace con ella.
Intenta buscar sectores que estén en auge o incluso que estén de moda. Así te aseguras un
interés por parte del público y un cierto volumen de clientes.
Cambiamos de tema, vamos a hablar de tu situación familiar, de tu entorno y de todo lo que
rodea a tu empresa. Esto es básico, porque si tú no estás bien, tu negocio no va a estar bien
tampoco.
El décimo capítulo trata sobre la importancia de escoger sectores en auge o rentables.
Un sector de actividad atractivo es un generador de mayor liquidez, que el de un socio
capitalista o una entidad financiera. El buen emprendedor se rodea de circunstancias
favorables. El sector de actividad es la circunstancia más importante que rodea al
emprendedor. Por tanto, ha de ser atractivo.
Lo mejor es buscar sectores que crezcan, o en los que haya poca competencia, o que sean
rentables, o que requieran poca inversión inicial.
No se te ocurra arriesgar la economía familiar por tu emprendimiento, porque eso puede ser
catastrófico. Una cosa es que en casa hagas un esfuerzo para poner en marcha tu negocio, y
otra muy diferente es que te juegues la supervivencia de tu familia.
Y no solo hablamos de dinero, porque vas a necesitar también apoyo moral. Los primeros
años son complicados, vas dedicarle muchas horas al trabajo y deberías tener cuidado de
que tu vida familiar no se resienta demasiado. No estoy seguro de que exista una
estadística, pero yo diría que el número de divorcios en el mundo emprendedor es alto. Y es
una pena.
Como se intuye, Trías de Bes aborda en este capítulo la importancia de diversificar al
máximo los ingresos familiares durante los primeros años.
El negocio no puede comprometer la situación financiera de toda la familia. Y al comienzo
se deben diversificar los ingresos para no tener que depender del negocio.
Y, por supuesto, no se debe de vivir como un rico, por encima de las posibilidades. Nunca,
pero mucho menos al inicio.
La vida de emprendedor no es una vida que permita equilibrar vida personal y profesional.
El emprendedor es emprendedor todos los días del año y las 24 horas del día.
Muchas personas emprenden para poder conciliar su vida personal y profesional, pero
emprender es todo lo contrario. Supone inundar tu vida personal de los problemas de tu
vida profesional.
Emprender es un estilo de vida. Es un tópico, pero es así. Es muy duro, pero también muy
gratificante, sobre todo cuando empiezas a rodar y ves que realmente estás ayudando a
otras personas.
Emprender engancha, y es normal que nuestras prioridades y relaciones cambien por el
camino. Ten en cuenta que eso tiene un precio. No necesariamente malo, como lo del
divorcio que decía hace un momento, pero sí que va a haber cambios en tu vida que debes
estar preparado para asumir.
La última parte analiza las cuestiones que suelen surgir cuando el negocio ya está rodando
y en marcha, a partir del segundo año de actividad.
Y entra en un aspecto clave: cómo pasar de ser emprendedor a convertirse en empresario.
décimo tercer asalto: las ventas nos esclavizan y los beneficios nos realizan
El mejor negocio es el que genera beneficios muy rápido. Si en unos meses no tienes dinero
en el banco, igual está fallando algo.
Y una vez en marcha, ten siempre un ojo en el futuro. Los negocios buenos son los que
tienen posibilidad de crecimiento, los que te permiten escalar. Si no, vas a llegar a un tope
muy rápido.
Aquí es tajante Trías de Bes: un negocio que no genera dinero desde el principio, no lo hará
en el futuro. Recomienda no alargar una agonía y cerrar si se tienen pruebas de que el
negocio no marcha.
Y, por supuesto, subraya la importancia de contar con un plan de negocio.
Hacer planes sirve principalmente para detectar momentos en los que habrá que modificar
el modelo de negocio con el cual se arranca. El modelo de negocio es el marco empresarial
que acoge la idea. A cada idea le corresponden modelos inviables y modelos que la hacen
sostenible. El modelo de negocio más adecuado a la forma de su idea es el que da
beneficios más rápidamente y es sostenible a medio y largo plazo.
La sostenibilidad es más importante que el crecimiento.