Está en la página 1de 1

Esta semana he podido integrar una idea totalmente enriquecedora.

La imaginación es una capacidad inherente al ser humano, no es un don o


talento especial que se le es dado solo a un grupo privilegiado de personas,
todos nacemos con ella. No es solo parte de una etapa de nuestra vida, nos
acompaña cada día de nuestras vidas.

Imaginamos todos los días durante todo el día, desde que despertamos
imaginamos lo que podría pasar durante nuestro día, lo que podríamos
desayunar, lo que podríamos vestir, qué actividades tendremos en nuestros
trabajos o centros de estudios o quehaceres del hogar. Podemos imaginar que
tenemos una conversación productiva, así como el resultado de alguna
actividad puntual que tenemos que realizar. Imaginamos cosas positivas o
cosas “negativas”, pero en ambos casos, somos NOSOTROS mismos los que
elegimos como imaginar. Imaginamos así como pensamos, solo que no
siempre somos conscientes de ello, muchas veces imaginamos
restringidamente de acuerdo a nuestra “realidad”, es por eso que pensamos
que no poseemos imaginación, la tenemos, pero está limitada, dormida o
reprimida.

¿Qué opinas Invierno?

Que muchas veces no nos permitimos imaginar, no nos permitimos soñar. En


mis viajes he conocido a muchas personas que han tenido a bien darle libertad
a su imaginación, han dejado que tenga vida propia y han cambiado esa
“realidad” que mencionas, han creído en una realidad diferente, y por arte de
magia han creado otra realidad. Y con “magia” me refiero a la acción inspirada.
Lo que crees, lo creas, debemos permitir a nuestra imaginación que vaya a
donde tenga que ir, que se aleje lo más que pueda o lo más que quiera. No hay
límites, no hay miedos, no hay fracaso, no hay error.

También podría gustarte