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ISBN 978-3-7329-0183-8
ISSN 1862-6149
www.frank-timme.de
Rosalía de Castro
Este trabajo ha salido adelante gracias a la dotación económica derivada de algunas
becas y contrataciones. Siguiendo un orden cronológico, me gustaría nombrar en
primer lugar la beca concedida por la catedrática Gerda Haßler en 2010, durante un
periodo de ocho meses, en el marco de la École Doctorale Internationale que me
permitió realizar mis primeras incursiones en el mundo de la investigación en la
Université de Paris Ouest Nanterre La Défense. En segundo lugar, quiero
mencionar la contratación en el Romanisches Seminar de la Ruprecht-Karls-
Universität Heidelberg durante el periodo de 2011-2013 en la cátedra de Sybille
Große. En tercer y último lugar, aludo a la generosa contratación durante 2013-
2014 por parte del Departament de Traducció i Ciències del Llenguatge de la
Universitat Pompeu Fabra en el marco del grupo de investigación CEDIT y más
concretamente en el proyecto TRADIF (FFI2010-16783) dirigido por la catedrática
Jenny Brumme. Además, quiero acentuar la nueva contratación por parte del
mismo Departamento durante casi toda la totalidad del año académico 2014-2015.
Agradecimientos
Me gustaría dar las gracias a todas y cada una de las personas que me han
ayudado en el proceso de esta tesis doctoral. En primer lugar, querría agradecer a
Prof. Dr. Gerda Haßler y Prof. Dr. Jenny Brumme la aceptación de mi propuesta,
ya que sin este primer paso no habría sido posible iniciar el presente trabajo.
Igualmente, me veo en la obligación de expresar mi satisfacción en cuanto a la
dedicación y tutorización de ambas. No puedo obviar en este espacio la ayuda
brindada en 2010 por Prof. Dr. Gerda Haßler que me permitió ser beneficiario de
una beca y poder realizar de esta manera una estancia en la Université Nanterre X
de París. Fue durante este tiempo en el que inicié la lectura de artículos y
monografías sobre los marcadores que más tarde asentarían las bases principales de
mi investigación. Asimismo, doy las más expresivas gracias a Prof. Dr. Jenny
Brumme por haber propuesto mi perfil al Departament de Traducció i
Interpretació de la Universitat Pompeu Fabra. Sin este año de contratación (2013-
2014) habría sido imposible poner punto y final a este trabajo, que «llevaba
pidiendo a gritos un final feliz» desde hacía algún tiempo. Además, la biblioteca de
la Facultat de Traducció i Interpretació dispone de un buen número de obras
especializadas. Todas ellas han sido clave en la investigación y redacción de mi tesis.
Jenny Brumme dispuso también ciertas lecturas de indudable utilidad para
completar aquellos vacíos que merecían ser revisados. Le doy asimismo las gracias
por los comentarios y las enmiendas del resumen en alemán incluido en este
trabajo. Quiero agradecer a la profesora Pilar Estelrich de la Facultat de Traducció i
Interpretació su amabilidad y disponibilidad a la hora de recibirme en su despacho
para aclarar mis dudas. Sus consejos, propuestas y correcciones han constituido sin
duda una ayuda valiosísima que me permitieron en su momento centrar el análisis
de los marcadores llevado a cabo.
Tampoco puedo dejar de nombrar la Universidad de Heidelberg, donde pasé
dos largos años (2011-2013) como Akademischer Mitarbeiter y uno posterior (2013-
2014) como Lehrbeauftragter en el Departamento de Románicas, en la cátedra de
Prof. Dr. Sybille Große. Atesoro gratos recuerdos tanto de mi superior y mis
compañeros como de los alumnos, que me acogieron y facilitaron la adaptación al
A acto
CM contexto meta
CP contexto de partida
CUM cultura meta
DFM diálogo ficticio meta
DFP diálogo ficticio de partida
Ic intercambio comunicativo
IFM intervención ficticia meta
IFP intervención ficticia de partida
Ii intervención iniciativa
Ir intervención reactiva
Ir-i intervención reactiva iniciativa
LAT lugar apropiado para la transición
LE lector
LEM lector meta
LEP lector de partida
LM lengua meta
LP lengua de partida
SL sistema lingüístico
SLM sistema lingüístico meta
TB texto base
TM texto meta
TO texto original
TP texto de partida
UFLM unidad fraseológica lengua meta
UFLP unidad fraseológica lengua de partida
Lenguas de trabajo
CAT catalán
DE alemán
ES español
Nuestro corpus literario está basado en tres novelas del escritor alemán
Rudolf Ditzen (1893-1947), más bien conocido por el seudónimo Hans Fallada. Se
trata de Kleiner Mann – was nun? (1932), Ein Mann will nach oben (1942-3)1 y Jeder stirbt
für sich allein (1946). Ofreceremos en el primer epígrafe información sobre su vida y
un resumen sobre estas tres obras. Sin embargo, en el centro de nuestra
investigación se sitúan los marcadores pragmáticos ach was [y su respectiva variante],
na [y sus respectivas variantes], nanu, siehst du [y sus respectivas variantes], verstehst du
[y sus respectivas variantes] y was? [y su respectiva variante] (v. resultados en el
epígrafe 7 y el análisis detallado en el epígrafe 10). En primer lugar, se determinará la
función contextual que el marcador en cuestión desempeña en el fragmento
dialógico escogido. En segundo lugar, se observará cómo este se ha traducido al
español y al catalán, teniendo en cuenta en todo momento si se han respetado las
1 Ein Mann will nach oben fue publicado por primera vez con el título Die Frauen und der Träumer en
el Berliner Illustrirte Zeitung (fecha comprendida entre octubre de 1942 y febrero de 1943) y,
posteriormente, con el título Ein Mann will hinauf en la editorial Südverlag (Múnich, 1953). Sin
embargo, la edición en la que nos basamos procede del texto Ein Mann will nach oben, publicado
por la editorial Rowohlt (Reinbek, Hamburgo, 1970).
Las marcas diatópicas se mezclan con los rasgos coloquiales (v. epígrafe 3.2
sobre lengua coloquial) que tiñen el habla de todos los personajes. Ofrecemos en este
epígrafe una exposición extensa de lo que se entiende por lengua coloquial. El intento
de formular una definición esmerada parece haberse visto obstaculizado por la
confusión generada al relacionar el nivel de habla coloquial con un único tipo de
discurso [la conversación espontánea]. En este punto intentamos aclarar este
escollo. Si bien es verdad que la conversación natural e inmediata presenta una alta
carga de rasgos coloquiales y así lo reflejan los escritores en sus diálogos literarios,
existen no obstante otras formas lingüísticas –como las cartas a amigos [medio
gráfico]–, que recogen este nivel de habla. Cabe destacar que en el ámbito alemán,
lo coloquial –en su vertiente conversacional– o la Umgangssprache/Alltagssprache se
vio vinculado a las voces dialectales a finales del S.XIX (Wunderlich, 1894) y
principios del XX (Behaghel, 1900). Posteriormente, con el transcurso de las
décadas, lo coloquial se atribuirá al uso cotidiano de la lengua en situaciones relajadas
–sin tener en cuenta lo diatópico– tal y como rezan algunas de las definiciones, por
ejemplo la de Elise Riesel (1970) (v. epígrafe 3.2.2). En 3.2.3 y 3.2.4 se exponen los
rasgos coloquiales encontrados en los diálogos y en 3.2.5 se muestra cómo estos se
han vertido en las traducciones estudiadas. Con ello, pretendemos mostrar la
habilidad con la que Hans Fallada ha sabido actuar a la hora de reflejar lo coloquial en
las palabras de sus personajes a fin de facilitar la evocación de la realidad que llevan
a cabo los LE al leer la novela.
CAT DE ES
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(ampliada y revisada por el Dr.
Carlos Illig, 2012)
1. El autor y su obra
1.1. Apunte biográfico sobre Hans Fallada3
Hans Fallada es el seudónimo que Rudolf Ditzen utiliza para publicar sus
novelas. El escritor decide llamarse así por el nombre de dos personajes de los
cuentos de los hermanos Grimm: Hans, el protagonista de Hans im Glück (Hans está
de suerte /Juan el de la suerte) y Falada, el caballo blanco, que aparece en Die Gänsemagd
(La niña de los gansos) (Williams 2012: 8).4 Nacido en Greifswald en 1893 (Williams
2012: 21; Manthey 2013: 7) es uno de los escritores cuyo destino se cruza con los
acontecimientos económicos, políticos y sociales que ensombrecen Alemania
durante la primera mitad del siglo XX y que influyen decisivamente en la diversidad
temática de sus relatos. De familia acomodada y burguesa, Rudolf Ditzen tiene una
infancia feliz junto a sus padres y hermanos en diferentes puntos de la geografía
2 Reproducimos esta cita según la traducción de Mario Verdaguer ([1925], 1946: 35): «El hombre
no vive únicamente su vida personal como individuo, sino que también, consciente o
inconscientemente, participa de la de su época y de la de sus contemporáneos».
3 Los datos aquí expuestos han sido extraídos de Mehr Leben als eins ([2002], 2012), versión
alemana de More Lives than One. A Biography of Hans Fallada (1998) elaborada por Jenny Williams y
de la publicación de Jürgen Manthey, Hans Fallada ([1963], 2013). Ambas biografías nos ofrecen
un recorrido detallado y exhaustivo de la vida del escritor y de las situaciones que rodearon su
tumultuosa existencia llena de altibajos y excesos, pero también de momentos felices. Igualmente,
consideramos oportuno ayudarnos de la página web de la Hans-Fallada-Gesellschaft e.V.
[www.fallada.de].
4 El nombre del cuento en español difiere dependiendo de la editorial. En el caso de Hans im
Glück optamos por la traducción Hans está de suerte que se encuentra en Hermanos Grimm, Cuentos
de María Teresa Zurdo (1999) de la editorial Cátedra. El título de este cuento aparece igualmente
como Juan el de la suerte en Jacob y Wilhelm Grimm, Cuentos completos, traducción de María Antonia
Seijo Castroviejo (2009) en la editorial Alianza, edición en la que también encontramos el título:
La niña de los gansos, el equivalente de Die Gänsemagd.
Sin embargo, el paso por el colegio supone un duro golpe para Rudolf, pues
se encuentra de repente con un entorno hostil lejos de la protección del hogar. Las
constantes burlas de sus compañeros por sus pantalones raídos y llenos de
remiendos o su pelo largo lo convierten en un niño introvertido que se refugia en la
literatura de Flaubert, Zola, Dumas, Dickens y Dostojewski (Williams 2012: 29;
Manthey 2013: 15). Este retraimiento, que sufre en la primera etapa de su infancia,
acarreará una serie de problemas que no se harán esperar. El primero de ellos tiene
lugar a los doce años cuando, inspirado por las aventuras de Robinson Crusoe,
planea escaparse al mar con un amigo. Rudolf nunca llega a cumplir esos
propósitos, ya que sus progenitores los descubren la noche anterior y le prohíben
salir de casa. Este hecho constituye el primero de los muchos enfrentamientos que
tendrán lugar entre el joven y sus padres (Williams 2012: 29-30). Wilhelm Ditzen
decide entonces cambiar a su hijo de centro escolar, porque está convencido de que
parte de la culpa del comportamiento de Rudolf se debe al ambiente del instituto
Prinz-Heinrich-Gymnasium. El nuevo entorno en Wilmersdorf comporta una
mejora en el rendimiento académico de Rudolf, lo que corrobora las sospechas del
padre en cuanto a la eficacia metodológica y educativa del anterior colegio
(Williams 2012: 30).
El adolescente Rudolf no rompe del todo con sus contactos del antiguo
instituto, pues mantiene relación con su amigo Walter Simmichen. Este tendrá,
aunque de forma indirecta, un papel primordial en su vida, ya que será él quien le
presente a Hanns Dietrich von Necker (Williams 2012: 45-52). Este último morirá
víctima de un tiro de escopeta, infortunio que encarna los planes de suicidio de dos
jóvenes –él mismo y su amigo fallecido– que no encuentran lugar en la Alemania
guillermina de 1911 (Manthey 2013: 35-8). Tres años antes, la apacible vida que los
Ditzen llevaban en Berlín se ve truncada por un cambio repentino debido a un
nuevo ascenso en la carrera del padre. La ciudad de Leipzig se presenta en 1908
como la nueva residencia de la familia, algo que por un lado supone una alegría para
su madre Elisabeth, pero por otro, un nuevo golpe para Rudolf, puesto que tiene
que dejar una escuela donde se encuentra a gusto y en la que ha hecho amigos
(Williams 2012: 32). La nueva era en Leipzig no traerá nada más que problemas.
Tras pasar las vacaciones de verano junto con unos amigos en Holanda, el joven
Rudolf contrae el tifus (Williams 2012: 36). Ya de vuelta en Leipzig, su delicado
estado de salud y convalecencia son un motivo para alejarse de la familia y llevan a
Rudolf a refugiarse en la bebida y el tabaco. El mal estado de salud tanto físico
como mental consumen poco a poco al joven, quien acaba ingresando en una
clínica psiquiátrica en Berka, cerca de Weimar, en marzo de 1911 (Williams 2012:
41). Será esta la fecha en la que Rudolf Ditzen deje para siempre de vivir en el
El tedio vivido en Stettin toma cuerpo en algunas de sus obras como en Kleiner
Mann – was nun? (Williams 2012: 66) y Ein Mann will nach oben, donde Mia Pinneberg
y Rieke Busch, respectivamente, manifiestan una opinión negativa acerca de
Pomerania y de Priestitz, una pequeña localidad de Brandeburgo. Mia Pinneberg,
madre de Johannes, se muestra asombrada cuando conoce a su nuera Corderita, ya
que se la había imaginado completamente diferente. El motivo de su sorpresa es la
creencia en ciertos prejuicios, que conoce con toda certeza de oídas y que en el TP
se desprende del uso del verbo modal sollen y de la partícula átona ja: [...] ihr sollt ja
in Pommern noch Flanellunterwäsche tragen [...]« (v. 1.), [Se dice que en Pomerania todavía
lleváis ropa interior de franela (N1, ES, cap. 16, pág. 127)]. Rieke Busch se refiere a
Priestitz, un pueblo de Brandeburgo, como a in disset Kaff o in det Kaff que
traduciríamos como pueblo de mala muerte o bien poblacho, vocablo utilizado por Rosa
Pilar Blanco. La traductora habla en (2.1), sin embargo, de aldea, que no tiene una
connotación negativa en contraposición al alemán Kaff que sí la tiene [DWDS:
salopp, abwertend; armselige, kleine, gottverlassene Ortschaft, Nest].5
2) […] Warum halten wir denn noch immer in disset Kaff?! […]«
(N2, DE, cap. 4, pág. 21)
5 [población mísera, pequeña y dejada de la mano de Dios] [Traducción propia]
Posteriormente, Drossen –pequeña ciudad polaca que hasta el fin de la guerra será
una población alemana, en la que Rudolf trabajará durante unos meses entre 1923 y
1924 como contable en una empresa mediana que comercializa trigo y abono–
inspira al escritor a la hora de ambientar la primera trama en la localidad de
Ducherow (Pomerania Occidental) de Kleiner Mann – was nun?, escenario donde se
desarrolla la vida conyugal de los dos protagonistas Pinneberg y Corderita (Williams
2012: 97).
En 1919, cuando parece que las aguas han vuelto a su cauce, Rudolf intenta
quitarse la vida de nuevo. La razón principal es la frustración derivada de la
inseguridad acerca de su talento literario. Por otro lado, el hecho de tener que
romper la relación amorosa que mantiene con Anne Marie o Annia Seyerlen –una
mujer casada cuyo marido ha estado en el frente– y el hecho de haberle sustraído
una importante suma de dinero para satisfacer su adicción a la droga, lo llevan a un
intento de suicidio fallido (Williams 2012: 78). Unos tres meses después, su ansiado
sueño de convertirse en escritor empieza a cobrar forma con la conclusión de su
primer libro Der junge Goedeschal (publicado en 1920), cuyo contenido es altamente
autobiográfico (Williams 2012: 78). Después de ingresar durante un tiempo en una
clínica en Carlsfeld (Halle) para someterse a una terapia que lo ayudará a superar su
drogodependencia, el autor publica en 1923 otro éxito, Anton und Gerda, obra en la
que se observa una mayor madurez literaria gracias al desarrollo de técnicas
sofisticadas en la construcción dialógica, así como a la fluidez narrativa. Su paso por
la cárcel en 1924 y en 1926, al ser procesado por malversación de fondos y robo, lo
aprovecha para escribir (Williams 2012: 102). Después de cumplir dos largos años
de condena, decide empezar de cero y para ello se inscribe en una asociación de
abstinentes y se afilia al SPD (Partido Socialista Alemán) (Williams 2012: 119). En
esta época conoce a quien será su mujer y confidente, Anne Issel –a quien llamará
Suse–, y por quien se siente atraído desde el primer momento a causa de su
sencillez y fortaleza. Ella, por su parte, también se fija en él y valora su valentía para
afrontar el pasado y no esconderlo (Williams 2012: 121). En 1929 contraen
matrimonio y pese a vivir de forma austera y con pocos medios, son esos primeros
Rudolf Ditzen recibe en 1930 una carta de Ernst Rowohlt, reconocido editor
y buen amigo que a lo largo de su vida le avanzará importantes sumas de dinero en
épocas de dificultad. El escrito contiene una buena noticia: la contratación como
director del departamento de reseñas en su editorial (Williams 2012: 136). Este
hecho le supondrá más tiempo libre para escribir, ya que al principio solo tendrá
que trabajar hasta primeras horas de la tarde (Manthey 2013: 85). Durante esta
época, se dedicará a escribir Pinneberg und sein Murkel que posteriormente se
convertirá en el gran éxito Kleiner Mann – was nun? Es también en este año en el que
nace su hijo Ulrich o Uli, como lo llamarán habitualmente (Manthey 2013: 86). El
nombre es el de su hermano menor, caído en el frente en el verano de 1918. Un
año más tarde, en 1931, se publican Bauern, Bonzen und Bomben así como doce
historias basadas en sus experiencias en el trabajo agrícola, la cárcel y los problemas
sociales. En 1932, cuando solo uno de cada tres trabajadores alemanes está
contratado a tiempo completo, Kleiner Mann – was nun? sale a la venta (Williams
2012: 135).
A pesar de que Rudolf Ditzen no acaba de estar del todo contento con el
resultado de su libro, entre ciento cincuenta y doscientos ejemplares se siguen
vendiendo a diario (Williams 2012: 178). En 1933 se ceden los derechos a las
editoriales extranjeras y su traducción al inglés –Little man, what now?– no se hace
esperar (Williams 2012: 186). El régimen nazi no afecta a la distribución y venta de
las obras de Fallada hasta 1934, año en el que el Ministerio para la Ilustración
Pública y Propaganda recomienda la retirada de las librerías de Kleiner Mann – was
nun? Este hecho lleva al autor a abandonar la redacción de la nueva novela a la que
se está dedicando en cuerpo y alma en aquellos momentos y a considerar el encargo
que una editorial le ha hecho previamente para escribir cuentos infantiles. La guerra
trae malestar en todos los sentidos y la censura de ciertos tipos de libros es el pan
de cada día, algo que también acaba afectando a la venta tan exitosa de su obra
Kleiner Mann – was nun? en Gran Bretaña. De hecho, la pérdida de contacto con los
lectores británicos se prolongará durante casi siete décadas hasta que se vuelve a
publicar Alone in Berlin en 2009 (Williams 2012: 277).
En medio de esta frenética producción literaria tienen lugar otros hechos que
marcan la vida del escritor, como por ejemplo la muerte de su padre en 1937,
enfermo de cáncer. Este triste suceso trae consigo un viaje a Leipzig en compañía
de Suse, a la que los padres han conocido por primera vez tres años antes. Allí
vuelve a encontrarse con su amigo Rowohlt, con el que hace tiempo no tiene
contacto. Esa semana se hace eterna para Rudolf, ya que le toca ocuparse del
entierro y de su madre y a la vez tiene que mantener el equilibrio y la compostura,
lo que le costará una nueva recaída una vez en casa (Williams 2012: 249-50).
Su matrimonio con Suse, con quien tiene un tercer hijo, Achim, también acaba
haciendo aguas debido a las infidelidades por parte de Rudolf, como por ejemplo
6 El título de esta obra aparece en ocasiones como Ein Mann will hinauf. V. Hans-Fallada-
Gesellschaft e.V. [http://www.fallada.de/index.php/de/] y Jenny Williams ([2002], 2012). Con
todo, en el marco de este trabajo nos acogemos al título Ein Mann will nach oben, publicado por
primera vez en la editorial Rowohlt (Reinbek, Hamburgo, 1970), pues la edición de 2012 con la
que trabajamos se basa en esta (v. igualmente la nota a pie 1).
7 Los títulos en español y catalán se han extraído de <http://www.maeva.es>,
http://www.planetadelibros.com/editorial-seix-barral-9.html y <http://www.edicions1984.cat>.
Las fechas de publicación de los originales difieren en ocasiones según la fuente consultada. Con
todo, nos atenemos a lo expuesto en la Hans-Fallada-Gesellschaft e.V.
Kleiner Mann – was nun? se publica en 1932, año en el que el escritor todavía
pertenece a la plantilla de la editorial Rowohlt, en la que está empleado a media
jornada y se encarga de la redacción de recensiones por el módico sueldo de 250
marcos (Manthey 2013: 85). Esta novela nos acerca a la vida de Johannes y Emma,
una pareja joven y entusiasta que nada más recibir la noticia de que esperan un hijo
emplean todas sus energías en prosperar y salir adelante por sus propios medios.
Sin embargo, no les resultará nada fácil labrarse un futuro triunfante, pues la
historia está ambientada en los últimos años de la República de Weimar, más
Ein Mann will nach oben fue escrito en 1942 y 1943, aunque se publicó en
1953, es decir seis años después del fallecimiento del autor (Williams 2012: 379).
Este libro nos relata la historia de Karl Siebrecht, un joven que, tras quedarse
huérfano, decide abandonar su pueblo en 1919 para buscar un futuro mejor en la
capital. En el tren que lo lleva a Berlín conoce casualmente a Rieke Busch, una
adolescente con don de gentes y muy espabilada para su edad, que tiene a su cargo
a su hermana Tilda, la benjamina de la familia, y a su padre alcohólico. Ambos
congenian desde el primer momento y conversan de forma animada sobre las
aspiraciones y sueños por los que intentan luchar día a día en una ciudad que les
pondrá más de una traba. Rieke sueña con ser costurera, mientras que Karl tiene en
mente la conquista de Berlín, deseo que se va materializando poco a poco a lo largo
de la novela en la lucha continua para buscar un trabajo que satisfaga sus
expectativas y que le haga llegar lejos. El entramado de relaciones interpersonales se
va desarrollando a medida que avanza el relato, ya que se van sumando amigos
como Kalli, con el que fundará una empresa de transporte de equipajes después de
Jeder stirbt für sich allein fue la última novela del escritor, que además logró
escribir en un tiempo récord de veinticuatro días en 1946, concretamente, unos
meses antes de morir en febrero del año siguiente (Williams 2012: 345; Manthey
2013: 180). Este relato está inspirado en un hecho real que Fallada recoge de unas
actas de la Gestapo y narra las aventuras y desventuras de un matrimonio que se
opone al régimen nazi y se dedica a la distribución de postales por todo Berlín. El
hallazgo de estas tarjetas, cuyo contenido versa sobre el mal que está causando la
política de Hitler y su partido, será el detonante para que la policía emprenda una
acción de busca y captura contra los repartidores. Una noche desafortunada pone a
las fuerzas del orden sobre la pista de los Quangel, una pareja de obreros del barrio
de Prenzlauerberg, cuyo único objetivo es el de acabar con la persecución que está
sufriendo el pueblo judío y la guerra que ya tantas vidas se ha cobrado, incluso las
de jóvenes soldados alemanes –entre ellos, la de su hijo Otto– que no simpatizaban
con el régimen hitleriano. El registro policial, que tiene lugar en el piso del
matrimonio Quangel al cabo de dos años de haber estado repartiendo las papeletas
por los diferentes edificios de la ciudad, finaliza con los interrogatorios, la
detención, el paso por la cárcel y la posterior ejecución de Otto Quangel a manos
de un verdugo y con la muerte de Anna Quangel por la explosión de una bomba.
En medio de esta trama llena de acción y de intriga aparecen personajes
secundarios que cobran importancia en ciertas partes del relato, como por ejemplo
la cartera Eva Kluge, que se traslada a una zona rural para alejarse del fascismo
latente de la capital y que satisface su sueño de volver a formar una familia, después
9 Freunek (2007: 27) rechaza el uso del adjetivo fingiert [fingido] a la hora de describir fenómenos
orales en la literatura, ya que dicho vocablo puede llevar a asociaciones poco deseables como la
de «Vorspiegelung falscher Tatsachen» [simulación de hechos falsos] o incluso «Betrug» [engaño].
Sin embargo, tal y como dice Brumme (2012: 13) el Duden –y también el DWDS– incluye[n] la
acepción «erdichten/etwas frei erfinden», es decir [imaginarse/inventarse algo], que sería el
objetivo del escritor que utiliza ciertos elementos para evocar la oralidad en el texto escrito.
Freunek precisa además lo que entiende bajo fiktional [ficcional] y fiktiv [ficticio] en el marco de la
evocación de la oralidad. El primer concepto conlleva que algo sea «Teil einer nicht realen Welt»
[parte de un mundo irreal], mientras que el segundo supone que ese algo sea «erfunden, nicht
echt, künstlich erzeugt» [inventado, imitado, creación artificial]. A pesar de que fingiert y fiktiv son
próximos en algunas de sus acepciones, el primer término ha corrido peor suerte por poder
acarrear confusión debido a una cierta connotación negativa. Freunek acaba decantándose por el
término literarische Mündlichkeit (2007: 27-8) [oralidad literaria], puesto que su estudio se reduce al
análisis traductológico de obras de literatura alemana y rusa. Brumme (2012) opta por la voz
oralidad ficticia en su obra Traducir la voz ficticia, que comprendería también la representación del
habla fuera del ámbito literario, por ejemplo en el audiovisual. En el caso del análisis de los
diálogos de Hans Fallada podría hablarse tanto de fiktionale [ficcional], fiktive [ficticia] como también
de literarische Mündlichkeit [oralidad literaria]. Con todo, adoptamos en el marco de este trabajo el
término fiktive Mündlichkeit, o en su defecto oralidad ficticia, por ser este el más amplio y neutro.
10 En nuestro trabajo hablaremos de la presencia de marcas diatópicas y no de representación de un
dialecto, puesto que no tiene lugar ninguna reproducción sistemática, sino que simplemente se trata
de una selección de rasgos característicos que el escritor elige con fines específicos.
11 «La oralidad en los textos escritos nunca más vuelve a ser ella misma, sino que siempre será
fingida y, por consiguiente, un rasgo del estilo y a menudo también de la estrategia de expresión
desarrollada de forma consciente por el autor en cuestión. Esto quiere decir, por tanto, que no se
podrá ni describir ni evaluar la oralidad fingida sólo con los criterios que rigen las situaciones
comunicativas orales de la sociedad moderna o que sean válidos para una cultura puramente oral;
más bien se tendrá que tener en cuenta su relación con la escrituralidad y reconocer su
importancia como componente del texto escrito». [Traducción de Brumme 2012: 14]
12 La oralidad reflejada en las novelas de Hans Fallada es la de la primera mitad del siglo XX y
por ello debe tenerse en cuenta que ciertas formas lingüísticas han caído en desuso a día de hoy.
Con todo, hay una serie de factores que difícilmente podrán reflejarse a la
perfección en un texto oral ficticio en el medio gráfico: la pronunciación y
13 «la representación de una realidad objetiva, el tratamiento del entorno contemporáneo y su
situación socioeconómica; [los escritores] preferían una literatura orientada hacia la objetividad
[…]». [Traducción propia]
1) »Tag, Trudel«, sagt er und gibt ihr seine Hand, in die rasch und kräftig ihre warme,
mollige schlüpft.
»Tag, Vater«, antwortet sie. »Nun, was ist los bei euch zu Haus? Hat Muttchen mal
wieder Sehnsucht nach mir, oder hat Otto geschrieben? Ich will sehen, dass ich
möglichst bald mal bei euch reinschaue.«
(N3, DE, cap. 4, pág. 36)
2) Diese Zusammenkunft der beiden findet in einem langen, zugigen Gange statt, dessen
getünchte Wände ganz vollgepflastert mit Plakaten sind. Unwillkürlich fällt Quangels
Blick auf ein Plakat, das schräg hinter Trudel hängt. Er liest ein paar Worte, die
fettgedruckte Überschrift: »Im Namen des deutschen Volkes«, dann drei Namen und:
»wurden wegen Landes und Hochverrates zum Tode durch den Strang verurteilt. Die
Hinrichtung wurde heute morgen in der Strafanstalt Plötzensee vollzogen.«
Ganz unwillkürlich hat er mit beiden Händen die Trudel gefasst und sie so weit
zur Seite gezogen, dass sie nicht mehr vor dem Plakat steht. »Wieso?«, hat sie erst
überrascht gefragt, dann sind ihre Augen dem Blick der seinen gefolgt, und sie liest
auch das Plakat. Sie gibt einen Laut von sich, der alles bedeuten kann: Protest gegen
das Gelesene, Ablehnung von Quangels Tun, Gleichgültigkeit, aber jedenfalls kehrt sie
nicht an den alten Platz zurück. Sie sagt und steckt den Kalender wieder in die Tasche:
»Heute Abend geht’s unmöglich, Vater, aber morgen werde ich gegen acht bei euch sein.«
(N3, DE, cap. 4, pág. 36-7)
3) Stattdessen starrt er wieder auf das Mädchen, über dessen Kopf »Im Namen des
deutschen Volkes« zu lesen ist. Nicht grade gegen dieses Plakat gelehnt, sollte sie
weinen. Er kann der Versuchung nicht widerstehen, er dreht ihre Schulter von der
Wand fort und sagt, so sanft er kann: »Komm, Trudel, nicht gegen dieses Plakat…«
Einen Augenblick starrt sie die gedruckten Worte verständnislos an. Ihr Auge ist
schon wieder trocken, ihre Schultern beben nicht mehr. Dann kommt wieder Leben in
ihren Blick, nicht das alte, frohe Leuchten, mit dem sie diesen Gang betreten, sondern
etwas dunkel Glühendes. Sie legt ihre Hand fest und doch zärtlich an die Stelle, wo das
Wort »gehängt« steht. »Ich werd nie vergessen, Vater«, sagt sie, »dass ich grade vor so
einem Plakat wegen Otto geheult habe. Vielleicht –ich möcht’s nicht –, aber vielleicht
wird auch mal mein Name auf so einem Wisch stehen.«
Sie starrt ihn an. Er hat das Gefühl, sie weiß nicht genau, was sie spricht. »Mädel!«, ruft
er erschrocken. »Besinn dich! Wie sollst du und solch ein Plakat … Du bist jung, das
ganze Leben liegt vor dir. Du wirst wieder lachen, du wirst Kinder haben …«
Sie schüttelt trotzig den Kopf. »Ich krieg keine Kinder, solange ich nicht bestimmt
weiß, sie werden mir nicht totgeschossen. Solange irgend so ein General sagen kann:
Marschier und krepier! Vater«, fährt sie fort und fasst jetzt seine Hand fest in die
ihre, »Vater, kannst du denn wirklich wie bisher weiterleben, jetzt, wo sie dir deinen
Otto totgeschossen haben?«
Sie sieht ihn eindringlich an, und wieder wehrt er sich gegen das Fremde, das in ihn
eindringt. »Die Franzosen«, murmelt er.
»Die Franzosen!«, ruft sie empört. »Redest du dich auf so was raus? Wer hat denn die
Franzosen überfallen? Na wer, Vater? Sag doch!«
(N3, DE, cap. 4, pág. 38-9)
15 Hemos buscado Sprache: «historisch entstandenes und sich entwickelndes System verbaler Zei-
chen, das einer bestimmten Einheit, Gliederung der menschlichen Gesellschaft als Kommuni-
kationsmittel sowie als Instrument des begrifflichen Denkens dient und das die Fixierung und
Speicherung des erworbenen Wissens ermöglicht» (DWDS, 1).
Según esta primera acepción vemos que se trata de un sistema de signos en desarrollo que sirve
como medio de comunicación igualmente que como instrumento para la verbalización del
pensamiento abstracto y que a la vez permite la fijación y el almacenamiento del conocimiento
adquirido. [Paráfrasis propia]
16 «El concepto de ‘whole language’ [lo traducimos por lengua] es tan amplio y heterogéneo que
no es apropiado para abordar la mayor parte de los propósitos lingüísticos, descriptivos,
comparativos y pedagógicos. Se requiere, por lo tanto, un marco de categorías apto para la
clasificación de sublenguas o variedades dentro de una lengua». [Traducción propia]
Peter Koch y Wulf Oesterreicher ([1990], 2007: 23-4) recogen esta clasifica-
ción en tres niveles de manera más sintética y ordenada. El primero de todos, el
universal, que como ya se ha mencionado tiene que ver con la capacidad del habla,
incluiría operaciones lingüísticas como la referencialización (referirse lingüísticamente
a algún objeto), la predicación (decir algo sobre ese objeto), la orientación deíctica (situar
nuestros enunciados en el espacio y tiempo), la contextualización (insertar nuestros
enunciados en contextos) y la finalización (otorgar sentido a nuestros enunciados en
el marco de objetivos o fines pragmáticos). Por lo que respecta al segundo, nos
encontramos con el nivel histórico, que engloba dos aspectos: en primer lugar,
tenemos las lenguas individuales como técnicas históricas y sistemas de normas
junto con sus diferentes variedades y en segundo lugar, las tradiciones discursivas,
independientes de las lenguas históricas particulares, y que, en principio, pueden ser
puestas en práctica en diferentes comunidades lingüísticas. Entre estas se
encontrarían los géneros, las formas de interacción conversacional y los estilos, a
17 Coseriu hace una especificación en cuanto a la capacidad de hablar y puntualiza que «todos los
seres humanos adultos y normales hablan» (1981: 269). Nos parece esta una generalización,
puesto que también los niños y las personas deficientes son habitualmente capaces de
comunicarse. Por ello, omitimos ambos adjetivos en las líneas presentadas.
Ludwig Söll puso punto y final a las observaciones que profesaban una
dicotomía férrea entre la lengua hablada y la lengua escrita. Este romanista alemán
introduce, en 1974, dos conceptos de suma importancia –el de medio y el de
concepción– que acaban con las paradojas suscitadas por la observación de ciertas
expresiones cuya configuración lingüística no se ajusta a los patrones tradicionales
que la comunidad lingüística tiene en mente de la oralidad o de la escrituralidad. A
modo de ejemplo, se podría nombrar la carta informal o la oración fúnebre, que
citamos a partir de lo expuesto en Koch y Oesterreicher (2007: 20), porque se
puede ilustrar con muestras que aparecen en las novelas de Fallada. Por un lado, la
carta que Corderita escribe a Mia Pinneberg para darle la noticia de que ha
contraído matrimonio con su hijo presenta una serie de rasgos que nos hacen
pensar en el género de la carta, cuya concepción es hablada, y en la narración oral
que podría tener lugar entre dos personas allegadas. Prueba de ello son: el
encabezado de cercanía con la fórmula –Liebe X [Querida X]– y el énfasis puesto
en el saludo con el signo exclamativo [!], la revelación de un apodo que refleja
afecto –Lämmchen [Corderita]–, el uso de hipocorísticos –Hannes–, la información
redundante y repetición de palabras –glücklich und zufrieden, und würden ganz glücklich
sein [...] [felices y satisfechos, y nos encantaría que se alegrase]– y también la presencia de
enunciados que verbalizan sentimientos y opiniones –was uns nicht so gefällt [lo que
no nos entusiasma demasiado] (N1, DE, cap. 15, pág. 118)/(N1, ES, cap. 15, pág. 80)–
. Por otro, la fórmula fúnebre –Asche zu Asche! Erde zu Erde! Staub zu Staub! [¡La
ceniza a la ceniza! ¡La tierra a la tierra! ¡El polvo al polvo!] (N2, DE, cap. 1, pág.
9)/(N2, ES, cap. 1, pág. 11)– que el pastor pronuncia durante el entierro del padre
18 Utilizamos en el epígrafe 2.2.1 y en los posteriores la terminología de Lengua hablada en la
Romania: español, francés, italiano (López Serena 2007: 23-4, traducción española del libro Gesprochene
Sprache in der Romania: Französisch, Italienisch, Spanisch, Koch y Oesterreicher, 1990).
19 Indicamos algunos de estos pasajes bíblicos en alemán y la referencia tanto en esta lengua
como en español.
1) Im Schweiße deines Angesichts / sollst du dein Brot essen, / bis du zurückkehrst zum
Ackerboden; / von ihm bist du ja genommen. / Denn Staub bist du, zum Staub musst du
zurück (Genesis, Der Fall des Menschen 3, 19, Die Bibel, Verlag Herder [1980], 2013: 7) [Génesis,
La caída 3,19, Biblia de Jerusalén, Desclée de Brouwer [1975], 1976: 8].
2) Du lässt die Menschen zurückkehren zum Staub / und sprichst: „Kommt wieder, ihr
Menschen!“ (Psalm, Der ewige Gott – der vergängliche Mensch 90, 3, Die Bibel, Verlag Herder
[1980], 2013: 659) [Salmos 90, Fragilidad del hombre 90, 3, Biblia de Jerusalén, Desclée de
Brouwer [1975], 1976: 778].
3) Denn er weiß, was wir für Gebilde sind: / er denkt daran: Wir sind nur Staub (Psalm, Ein
Loblied auf den gütigen und verzeihenden Gott 103, 14, Die Bibel, Verlag Herder [1980], 2013: 664)
[Salmos 103, Dios es amor 103, 14, Biblia de Jerusalén, Desclée de Brouwer [1975], 1976: 788].
4) Beide gehen an ein und denselben Ort. Beide sind aus Staub entstanden, beide kehren zum
Staub zurück (Kohelet, Die Übel der Welt 3, 20, Die Bibel, Verlag Herder [1980], 2013: 719)
[Eclesiastés, La muerte 3, 20, Biblia de Jerusalén, Desclée de Brouwer [1975], 1976: 876].
Así pues, la combinación de medio y concepción ofrece según esta figura cuatro
posibilidades, a pesar de que como es lógico existen ciertas afinidades que son
indiscutibles: por un lado, entre hablado y fónico (conversación en un café) y por
otro, entre escrito y gráfico (tesis doctoral). Sin embargo, pueden darse igualmente
las combinaciones hablado y gráfico (reproducción de diálogos en una novela) y
escrito y fónico (guión de un monólogo de humor). Además, cabe aclarar que la
línea que separa el código gráfico y el código fónico representa una división estricta,
mientras que la línea discontinua encarna un continuo que se da entre lo hablado y
lo escrito, cuyos polos son la inmediatez comunicativa y la distancia comunicativa.
Tanto Coseriu como Koch y Oesterreicher parten del hecho de que el habla
se materializa en la forma de lenguas históricas –«lengua que se ha constituido
históricamente como unidad ideal e identificada como tal por sus propios hablantes
y por los hablantes de otras lenguas, comúnmente mediante un adjetivo “propio”:
D
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HVHQFLDO LQPHGLDWH] GLVWDQFLD
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E
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IXHUWH GLDWySLFDPHQWH GpELO
Die Sprache ist ein Spiegel einer Nation; wenn wir in diesen Spiegel schauen, so kommt ein großes, treffliches Bild
von uns selbst daraus entgegen.
Friedrich von Schiller23
Los diálogos que analizamos en las tres novelas tienen lugar principalmente
entre berlineses oriundos de varios distritos populares: Wedding, Prenzlauerberg y
Friedrichshain; así como entre habitantes de la población alemana de Ducherow,
situada en el estado federado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. El lingüista
Helmut Schönfeld ilustra en su trabajo Berlinisch heute: Kompetenz – Verwendung –
Bewertung (2001: 13-17) la situación social de la urbe en diferentes etapas, la primera
de las cuales comprende hasta 1945; precisamente, las tramas de nuestros tres
relatos se desarrollan en un espacio temporal que engloba gran parte de la primera
mitad del siglo XX.
23 «La lengua es el espejo de una nación; cuando miramos en este espejo, aparece una imagen
grande y perfecta de nosotros mismos». [Traducción propia]
24 Schönfeld (2001: 13). También Schulze ([2001], 2013: 155-165) dedica un capítulo de su libro
Breve historia de Alemania a presentar la época comprendida entre 1871 y 1890.
25 Escribimos “privilegiada” entre comillas, porque es únicamente la percepción de Rieke Busch
debido a que el patio de la señora Bromme es más espacioso y soleado. Con todo, no deja de
tratarse de un piso situado en la parte trasera del inmueble (al. Hinterhaus).
26 Este personaje se introduce con el nombre die Brommen (cap.7, pág. 49), aunque aparece en
ocasiones como die Bromme (cap.7, pág. 50, cap. 10, pág 72). Optamos por la segunda manera a la
hora de escribir el apellido de la mujer tal y como Rosa Pilar Blanco hace en su traducción.
1) Es ging über zwei, drei dunkle Höfe, einer schien immer enger, riechender,
trostloser als der andere. Karl schauderte. Dann ging es eine enge Treppe hoch, eine
so vertretene, beschmutzte Treppe mit so scheußlicher Luft, daß es unbegreiflich
schien, wie die offene, zungenförmige blaue Gasflamme in dieser Luft überhaupt
brennen konnte. Türen über Türen, Gänge über Gänge, Lärm, Sprechen, Poltern,
Töpfegeklapper. Frauen, die schweigend und, wie es Karl Siebrecht vorkam, mit
feindlichen Augen den Korb an sich vorbeiließen. Immer höher hinauf, immer höher.
Und die Luft wurde immer schlimmer.
(N2, DE, cap. 6, pág. 41)
2) Sie gingen über zwei Höfe zurück, dann in ein Quergebäude und fingen wieder an,
Stufen zu erklettern.
»De Brommen hat’s jut, die hat ’ne feine Wohnung«, sagte Rieke. »Ick dachte
schon, ick könnte mit Vata’n und Tilda bei ihr ziehen. Na, wieder mal nischt!«
»Aber es riecht hier genauso, und die Treppen sind genauso scheußlich wie bei
euch!«
»Aber der Hof, Karl! Haste nich uff’n Hof jeachtet?«
27 Traducimos los adjetivos negativos tal y como aparecen en el DRAE: oscuro, angosto, maloliente,
desolador, desgastado, sucio y viciado. Los cuatro primeros y el último coinciden con la traducción al
español de Rosa Pilar Blanco (cap. 6, pág. 41), pero no vertreten [desgastado] y beschmutzt [sucio] por
omisión en el TM.
3) [...] Er möchte doch nicht gerne, dass ihn jemand hier im Vorderhaus sähe, er selbst
wohnt im Hinterhaus, was sich Gartenhaus schimpft, im Souterrain, hat also zu gut
deutsch eine Kellerwohnung.30 Ihn selbst stört das nicht, nur wegen der Leute ist es
ihm manchmal peinlich.
(N3, DE, cap. 3, pág. 29)
28 Nos atenemos a la traducción de Rosa Pilar Blanco: chismoso, don nadie e inútil (N3, ES, cap. 3,
pág. 18).
29 En la traducción de Rosa Pilar Blanco: aunque a veces le resulta penoso por la gente (N3, ES, cap. 3,
pág. 21).
30 Recurrimos aquí también a la traducción al español: él vive en el edificio de atrás, en lo que se
denomina despectivamente la caseta, en el sótano, o sea, para decirlo sin rodeos, que vive en una cueva (N3, ES,
cap. 3, pág. 21).
4) »Ich soll um vier bei einem Herrn in der Kurfürstenstraße sein«, lenkte Karl Siebrecht ab.
»In der Kurfürstenstraße? Det is ja der feine Westen! Da würde ick nich hinjehen, det
ist doch nischt für unsereinen! Bleibe im Lande und nähre dich redlich!«31
(N2, DE, cap. 10, pág. 72)
5) Karl Siebrecht machte den Mund weit auf und schluckte mehrmals hintereinander
beträchtliche Mengen Luft, bekanntlich ein unfehlbares Mittel gegen solche Rebellion
des Magens. Aber der noch immer spürbare Enten-Gänsebraten-Geruch erwies sich als
stärker: der Magen knurrte fort. Er knurrte auch weiter, als die Tür aufging und ein
grünlivrierter Knabe den Besucher von oben bis unten musterte, dann ziemlich
unverschämt sagte: »Mitkommen!« und den Karl Siebrecht erst durch die duftende
Küche führte – das Knurren nahm bedrohliche Formen an –, dann durch einen langen
Gang, in dem Schritte und Knurren hohl widerhallten, dann durch ein strahlend
erhelltes Riesenzimmer – das Eßzimmer, das Berliner Zimmer –, in dem eine
Dame mit einem Riesenhut mit zwei Riesenpleureusen einsam am endlosen,
weißgedeckten Tisch saß und etwas Braungebratenes vom Teller aß – oh, dieses
Knurren! –, und ihn schließlich in ein wiederum großes, aber dämmriges Zimmer
brachte, in dem der Herr von Senden in einen Sessel gegossen lag, angestrahlt vom
rötlichen Gasfeuer im falschen Kamin, die Füße in braunen knöpfbaren Halbschuhen
auf dem Kamingitter.2132
(N2, DE, cap. 11, pág. 74)
31 –A las cuatro tengo que visitar a un caballero en Kurfürstenstrasse –informó Karl Siebrecht
desviando la conversación.
–¿En Kurfürstenstrasse? ¡Eso está en el oeste finolis! Yo que tú no iría, eso no es pa gente como
nosotros. Quéate en el campo y gánate el pan honradamente (N2, ES, cap. 10, pág. 68).
32 Las traducciones al español en el recuadro son de Rosa Pilar Blanco (N2, ES, cap. 11, pág. 69-
70).
35 «El escritor emplea elementos dialectales en el discurso directo para caracterizar a sus
personajes exclusivamente desde el punto de vista social». [Traducción propia]
36 Los orígenes de Rieke quedan claros desde el principio de la N2. En el cuarto capítulo ya se
hace alusión al dialecto de Rieke: [...] “Ja, daß du aus Berlin bist, habe ich auch schon gemerkt!”
lachte Karl Siebrecht vergnügt […]
–Jetzt lachte sie auch. »Ach, du meinst, von wejen meine Sprache? Na, laß man, wa können
nich alle uff dieselbe Tonart piepen! Det wäre zu langweilig! Übrijens, Friederike Busch is mein
Name! « (N2, DE, cap.4, pág. 22). Anteriormente a este fragmento, Rieke Busch explica a
Karl Siebrecht sus orígenes y dice que proviene de Wedding, de Pankstraße. A este
comentario, Karl le responde que ya había notado de dónde venía [sin necesidad de que se
lo hubiera dicho] y ríe. Ella contesta, riendo a su vez, que seguramente lo dice por su deje y que
no todos pueden hablar de la misma manera, ya que, de lo contrario, resultaría muy aburrido.
37 Con este término hacemos alusión a todas aquellas palabras que Fallada marca diatópicamente
para evocar el habla de la zona de Berlín y alrededores. La palabra no está registrada en el DRAE.
6) Das war aber auch die einzige seemännische Erinnerung bei Kalli Flau. Im übrigen war
er ein Teilchen der Stadt Berlin geworden. Er schaukelte nicht einmal mehr beim
Gehen. Mit Rieke berlinerte er sogar manchmal – aber nur, wenn Karl Siebrecht nicht
in der Nähe war. Der hörte das gar nicht gerne: Rieke sollte richtig deutsch sprechen,
Kalli nicht berlinern lernen.
(N2, DE, cap. 36, pág. 299)
7) [...] »Wieviel Jahre kennst du Rieke nun schon, Karl? Zehn Jahre, nicht wahr? Und was
hat sie von dir gelernt? Spricht sie richtig deutsch? [...]«
(N2, DE, cap. 65, pág. 445)
8) »[...] Und dich dann ihrer schämen, weil sie mir und mich verwechselt? [...]«
(N2, DE, cap. 65, pág. 446)
40 Baldur Persicke de dieciséis años manifiesta en algunas de sus intervenciones la concepción
que tiene de su padre: 1) »Wir wollen alle ein bisschen mehr werden als Vater, und wodurch
können wir es zu was bringen? [...]« (N3, DE, cap. 2, pág. 20) [–Todos queremos llegar un poco más alto
que papá, y ¿cómo lo conseguiremos? (…)] (N3, ES, cap. 2, pág. 14) o 2) »Un du bist mein Oller, den
ich ein bisschen zu ville besoffen gesehen habe, als dass du mir noch groß imponierst« (N3, DE,
cap. 2, pág. 20) [–Y tú eres mi viejo, te he visto borracho demasiadas veces como para que sigas infundiéndome
respeto (…)] (N3, ES, cap. 2, pág. 14).
41 Weeß ick doch! Weeß ick doch allet! Det steht ja an de Litfaßsäulen! Abendkurse für
fortgeschrittene Elektrotechniker« –plötzlich sprach er ein ganz fehlerfreies Deutsch–, »die
Grundlagen der Elektrotechnik.« (N3, DE, cap. 44, pág. 456). Hans Fallada indica mediante la
voz del narrador que Kuno habla un alemán correcto.
42 [...] Ein guter Kern steckt in dem Jungen; in einem halben Jahr wird er schon schamrot
werden, wenn er an das denkt, was er dir in den ersten Tagen alles gesagt hat. Er wird’s ablegen,
genauso wie sein Berlinisch. Hast du gemerkt, er kann ganz gut hochdeutsch reden, er will bloß
nicht.« (N3, DE, cap. 44, pág. 461).
Alemán, el Völkischer Beobachter vio la luz en Viena a partir de 1938. El hecho de que este se
divulgara en tantos lugares propició que la redacción tuviera en cuenta e incluyera la redacción de
muchos sucesos locales y regionales (Frei 1999: 96-107).
47 Las formas Aas y Meckerkopp se recogen en el Compact Minipräsent Dir Aas kenn ick! Berliner
Schimpfwörter, Compact Verlag München (2004). El uso de Schrippe lo hemos documentado en la
versión en línea del Duden, donde se especifica que se utiliza sobre todo en berlinés. En este
mismo diccionario, se recoge también el coloquialismo Olle, entrada en la que se apunta a un
uso regional sin precisar cuál. En nuestra opinión, el empleo de esta unidad se extiende a toda
Alemania.
1) Persicke achtet gar nicht auf ihre Frage. Er reißt die Zeitung auseinander. »Da steht’s ja:
Frankreich kapituliert. Mensch, Frollein, und det saren Se eenem so, als ob Se
Schrippen vakoofen! Det müssen Se zackig herausbringen! Det müssen Se jedem
saren, bei dem Se kommen, det überzeugt noch die letzten Meckerköppe! Der zweite
Blitzkrieg, hätten wa ooch geschafft, und nu ab Trumeau nach England! In ’nem
Vierteljahr sind die Tommys erledigt, und denn sollste ma sehen, wie unser Führer
uns leben lässt! Denn können die andern bluten, und wir sind die Herren der Welt!
Komm rin, Mächen, trink’ nen Schnaps mit! Amalie, Erna, August, Adolf, Baldur –alle
ran! Heute wird blaugemacht, heut wird keene Arbeet anjefasst! Heute begießen wir
uns mal die Neese, heute hat Frankreich kapituliert und heut Nachmittag gehen wa
valleicht bei de olle Jüdsche in de vierte Etage, und det Aas muss uns Kaffee und
Kuchen jeben! Ick sare euch, die Olle muss jetzt, wo Frankreich ooch am Boden
liegt, jetzt kenne ick keen Abarmen mehr! Jetzt sind wa die Herren der Welt, und alle
müssen kuschen vor uns! [...]«
(N3, DE, cap. 1, pág. 10)
3) »Warum denn nich?«, fragte er und lehnte sich zurück. Er blinzelte, jetzt völlig
gesättigt, behaglich auf seine Gastgeberin. »Warum denn nich! Wo se doch mal ’ne
Nutte is. Sie sagt’s doch selber. ›Wenn ick nich uff’n Strich ginge‹, hat se oft jesacht,
›müsstet ihr alle vahungern! ‹ Wa sind nemlich fümf Jeschwister, aba alle mit’n
andern Vata. Meiner soll’n Rittajut in Pommern habn. Ick wollt ’n eijentlich suchen
jehn un ihn ma bekieken. Muss ’ne ulkige Pflaume sein, Kuno-Dieter heißt a mit
Vornamen. Es kann nich ville mit so ’n dussligen Vornamen jebn, finden müsst ick
ihn eijentlich […]«
(N3, DE, cap. 44, pág. 454)
4) »Fünfzig Mark!« Es verschlug Barkhausen fast die Luft, als er diese unverschämte
Forderung hörte. »Ick wer dir saren, wat ick dir jebn werde. Ick wer dir fünf Mark jebn,
jenau die fünf Mark, die der Lulatsch da haben wollte, und darüber wirste dir jefälligst
noch freun! Ick bin nich so, aba …«
»Nee, Vata«, sagte Kuno-Dieter und sah aus seinen blauen Augen Barkhausen trotzig
an. »Du vadienst ’ne Stange Jold bei det Jeschäft, ick mach nich die janze Arbeet und
lasse mir mit fünf Mark abspeisen, so blau, denn sar ick dir eben jar nischt!«
»Wat willste mir den noch jroß erzähln!« lachte Barkhausen spöttisch. »Dass der
Kleene in dem Haus da drinsteckt, det weeß ick nu ooch so. Und det andre wer ick
schon alleene rauskriegen. Nee, jeh man jetzt nach Hause und lass dir von Mutter wat
zu essen jebn! Für janz dumm lässt sich dein Vata doch nich vakoofen! Ihr beiden
Helden! […]«
(N3, DE, cap. 31, pág. 343)
FIGURA 5: Opciones en la traducción de los dialectos (traducido al español de Marco 2002: 81)
50 Cabe la posibilidad de mimetizar un dialecto geográfico de manera artificial recurriendo a
rasgos de diferentes dialectos locales ya existentes dentro de una lengua con el fin de que el lector
no asocie la variedad que se le presenta con ninguna en concreto.
51 «traducir el dialecto [o marcas dialectales] de la LP recurriendo al estándar del TM tiene la
desventaja de perder de vista el cometido o finalidad fijados por el TP, mientras que la traducción
de dialecto [marcas dialectales] por dialecto [marcas dialectales] conlleva el riesgo de crear efectos
indeseados». [Traducción propia]
52 Como se puede observar y bien afirman ambas autoras del artículo, el traductor no opta por
un criterio homogéneo para aplicar a lo largo de la obra con el objetivo de abordar la traslación
del texto, sino que mezcla las tres técnicas. La lengua estándar supone una pérdida «[d]el
colorismo y [d]el tono popular de la prosa gaddiana» (1995: 255). El propio escritor hace una
apreciación sobre el dialecto que se recoge en el trabajo de Bayarri y Cardona «Il dialetto è, spesso
una felice scappatoia per la verità, per la vera opinione. Il dialetto è sostanza vitaminica, di fronte
alla avitaminosi dell’accademia... Il romanesco ci ha offerto quella vivezza pittorica, quei liberi
toni del parlato, quell’humour che arricchiscono di armoniche sapienti e profonde lo
schematismo cachettico delle idee seriose» (1995: 255). Puede verse pues, que el dialecto es una
variedad que la lengua estándar no consigue suplir, ya que los ámbitos de uso de una y otra
variedad son distintos. De la cita se desprende la vivacidad y el colorido del dialecto de Roma
frente a la neutralidad de la variedad estándar.
54 Una vez más hacemos hincapié en que la opción de traducir las marcas diatópicas por un
registro informal no es siempre satisfactoria, ya que los dialectos pueden darse en diferentes
registros tanto formales como informales. De ser así, cabría singularizar cada caso y decantarse
por la opción más real y natural.
55 «La mejor opción y la más segura sería reducir el uso de rasgos en la LM que se reconocen
como dialectales sin que se atribuyan estos a ninguna variedad en concreto. Por suerte, hay
muchos rasgos prosódicos, léxicos y gramáticos de la variedad no estándar que encuentran
representación en numerosos dialectos británicos». [Traducción propia]
Con el fin de arrojar algo más de luz sobre las explicaciones teóricas de las
que hemos dado cuenta en este epígrafe, consideramos oportuno, junto con
Brumme, aunar el esquema de Marco (2002: 81) y, en parte, las técnicas de Czennia
(2004a: 509-10) con la cadena variacional de Koch y Oesterreicher (1990, 2007: 39)
para dar ampliamente cuenta de los procedimientos que el traductor puede tener en
cuenta a la hora de proceder ante un TP marcado diatópicamente (v. FIGURA 6)
1) –Aquí lo dice: Francia ha capitulado. ¡Demonios, señorita, y usted me lo suelta como si
estuviera vendiendo panecillos! ¡Tiene que soltarlo con más brío! ¡Tiene que decírselo a
todos los que no tienen radio, eso convencerá a los últimos derrotistas! ¡También
GANAREMOS56 la segunda guerra relámpago, y en un santiamén nos plantaremos en
Inglaterra! ¡Los Tommys serán liquidados en tres meses, y entonces verán la vida que
nos depara nuestro Führer! ¡Entonces sangrarán los otros y nosotros seremos los amos
del mundo! ¡Pasa, muchacha, toma un aguardiente conmigo! ¡Amalie, Erna, August,
Adolf, Baldur, venid todos! ¡Hoy haremos fiesta, hoy no se trabaja! ¡Para empezar nos
remojaremos el gaznate, y esta tarde haremos una visita a la vieja judía del cuarto, y
esa cerda tendrá que darnos café y pastel! ¡Os digo que la vieja lo hará, ahora que
Francia ha mordido el polvo, ahora ya no tendré compasión! ¡Ahora somos los amos
del mundo y todos tienen que inclinarse ante nosotros!
(N3, ES, cap. 1, pág. 6)
Por su parte, Ramon Monton incluye expresiones coloquiales como no fotre brot que
significa «no hacer nada». La palabra fotre posee un carácter «comodín», pues cobra
un sentido u otro según el contexto (Payrató 1996: 117-8). En este caso recoge la
idea de «blaumachen», con lo que Persicke comunica a su familia que ese día no se
trabajará, pues se tiene que celebrar la rendición de las tropas francesas. El adjetivo
acabats equivale a liquidados y erledigt guardando su mismo carácter coloquial. El resto
del TM catalán resulta bastante neutro, a diferencia del español.
2) –Aquí ho té, ben clar: França ha capitulat. Caram, senyoreta, i m’ho diu com si vengués
panets, ho ha de proclamar ben fort i fer-ho saber a tots els qui no tinguin ràdio, això
convencerà els últims descontents! Hem guanyat la segona guerra llampec, i ara, cap a
Anglaterra! D’aquí a tres mesos, els anglesos estaran acabats, i llavors tothom veurà
que bé que viurem gràcies al nostre Führer! Perquè encara que els altres sagnin,
nosaltres serem els amos del món! Passa, noia, i beu una copa amb nosaltres! Amalie,
Erna, August, Adolf, Baldur, veniu! Avui no fotrem brot, avui ens emborratxarem!
56 Se da una imprecisión temporal. El enunciado tendría que rezar: «ganamos», puesto que el TP
«hätten geschafft» se refiere a un tiempo pasado y no futuro.
En el ejemplo 5, donde habla Kuno-Dieter, Rosa Pilar Blanco resuelve una vez más
la traducción de las marcas diatópicas con la imitación de un deje relajado en el que
en parte no se pronuncian ciertas sílabas como en el caso de to(do)s, pué(de) y tié(ne)
o con la reproducción de recreaciones un tanto artificiales como paice en lugar de
parece. El léxico, compuesto por palabras como puta y tío o bien ciertas expresiones
ligadas al mundo de la prostitución como hacer la calle, ayuda a clasificar en gran
parte esta intervención como extremadamente coloquial.
5) –¿Por qué no? –preguntó, recostándose. Parpadeó complacido, ahora completamente
saciado, mientras observaba a su anfitriona–. ¡Y por qué no! Si es una puta. Ella misma
lo dice. «Si no hiciera la calle, solía decir, os moriríais de hambre tos vosotros.»
Porque somos cinco hermanos, pero tos de padres distintos. Me paice que el mío tenía
muchas tierras en Pomerania. En realidad quería ir a buscarlo y echarle un vistazo. Tié
que ser un tío raro, se llama Kuno-Dieter. No pué haber muchos con ese nombre tan
ridículo, en realidad tendría que encontrarlo...
(N3, ES, cap. 44, pág. 355)
En cambio, Ramon Monton se sirve una vez más del estándar para verter el TP al
catalán y solo salva en el TM la palabra puta e idiota, con lo que no se consigue
transferir ese tono coloquial e incluso vulgar, que Rosa Pilar Blanco sí le da a su
texto. El TM catalán no cumple la función del TP, que no es otra que la de
mimetizar el habla de un adolescente rebelde. Este utiliza el habla marcada como
6) –I per què no? –va dir el noi, tirant-se cap enrere i mirant la seva amfitriona amb
expressió satisfeta–. Per què no, si és veritat que és una puta? Sempre ens diu que si no
ho fes ens moriríem tots de gana. A casa som cinc germans, tots de pares diferents. El
meu diuen que té terres a Pomerània. De fet, m’agradaria veure la fila que fa. Ha de ser
un individu ben estrafolari, perquè es diu Kuno-Dieter. No hi deu haver gaire gent amb
un nom tan idiota, o sigui que no serà gaire difícil trobar-lo...
(N3, CAT, cap. 44, pág. 435)
Rosa Pilar Blanco vuelve a emplear en (7) una serie de coloquialismos como
grandullón, pasta en vez de dinero, despachar para echar o alfeñique en lugar de enclenque al
igual que locuciones como sacar las castañas del fuego [ser resolutivo en cuanto a un
asunto en concreto]. Además, transfiere el alargamiento vocálico de la palabra
nee>nooo. El texto de Ramon Monton (8), en contraposición, vuelve a ser
demasiado neutro y apenas trasluce un ápice de coloquialidad, pues difícilmente se
encuentran palabras pertenecientes a este registro de habla: gànguil, homenet que
mediante el sufijo diminutivo refleja la debilidad de Enno Kluge y la expresión
aixecar la camisa [engañar a alguien] son los únicos rastros que presentarían una
divergencia del estándar.
7) –¡Cincuenta marcos! –Barkhausen casi se quedó sin aliento al escuchar esa exigencia
desvergonzada–. Yo te diré lo que te voy a dar. Te daré cinco marcos, justo los cinco
marcos que me pidió ese grandullón de ahí, ¡y alégrate de que te los dé! Yo no soy...
–Que no, padre –repuso Kuno-Dieter mirando con rebeldía a Barkhausen con sus ojos
azules–. Vas a ganar un montón de pasta con este negocio, yo no te voy a sacar las
castañas del fuego para que luego me despaches con cinco marcos, ni que fuera
tonto, para eso no te digo nada.
–¿Qué cosa tan importante pretendes contarme? –Barkhausen rio sarcástico–. ¿Que el
alfeñique está en ese edificio? Eso ya lo sé. Y el resto lo averiguaré solo. Nooo, vete a
casa y que tu madre te dé algo de comer. ¡No creas que tu padre es tan majadero! ¡Vaya
par de héroes!
(N3, ES, cap. 31, pág. 266)
Los TM en catalán son mucho más neutros que los españoles, pues Ramon
Monton ha optado, salvo en contadas ocasiones, por traducciones que reflejan casi
exclusivamente el estándar. Contrariamente, Rosa Pilar Blanco se desmarca de la
norma lingüística y decide trasladar el habla de ciertos personajes, que está marcada
diatópicamente en el TP, mediante el empleo de ciertas técnicas. Esta opta por
marcar su texto sin transgresiones, es decir no recurre a una imitación de la oralidad
sirviéndose de rasgos dialectales de la LM. Las marcas de oralidad encontradas en
sus textos consisten en la evocación de pronunciaciones relajadas, que consigue con
la eliminación de algunos sonidos, y también gracias al uso regular de locuciones,
expresiones y términos coloquiales. Su aportación consigue trasladar el mismo
efecto que el TP al lector del TM: mostrar la dejadez o incorrección con la que
hablan algunos personajes –que tiene diferentes fines según de quien se trate–. Las
traducciones al catalán se ven privadas en su mayoría de esa espontaneidad del TP
por su uso muy correcto de la lengua, que solamente se desvía a veces con la
inclusión de palabras de rango más coloquial como: mi-te’l (N2, CAT, cap. 5, pág.
30) en vez de mira’l [mira, ahí está], garjola (N2, CAT, cap. 6, pág. 41) en lugar de presó
[trullo/cárcel] o estar grillat (N2, CAT, cap. 7, pág. 52) para estar boig [estar pirado/estar
loco]. Ramon Monton podría haber optado por la misma técnica que Rosa Pilar
Blanco, pues es más que factible para el catalán. Ciertas elisiones en palabras de uso
común son recurrentes en la lengua oral diaria de los hablantes del catalán y con
1) »Aber warum sortierst du es? Das ist ja eine Riesenarbeit! […]« (N3, DE, cap. 27,
pág. 287)
–¿Y por qué lo seleccionas? ¡Es un trabajo tremendo! [...] (N3, ES, cap. 27, pág.
224)
–Però per què els tries? Això és una feinada de por! […] (N3, CAT, cap. 27, pág.
278)
2) »Das mach, das tu, Emil! Radio ist immer gut, zum Behalten und zum Verkaufen!
Immer ist Radio gut!« (N3, DE, cap. 7, pág. 74)
–¡Entonces no te lo pienses dos veces, Emil! Una radio siempre es buena, para
quedársela y para venderla. Una radio siempre es buena. (N3, ES, cap. 7, pág. 56)
–Fes-ho, Emil! Una ràdio sempre va bé; tant si te la vols guardar com si la vols
revendre, una ràdio sempre va bé! (N3, CAT, cap. 7, pág. 72)
60 «la Umgangssprache [constituye una de las formas] más fáciles de parafrasear, pero [a la vez] la
más difícil de describir». [Traducción propia]
61 «entre el dialecto y la lengua escrita» [Traducción propia]
62 «coger la lengua oral por los cuernos» [Traducción propia]
63 «todavía estamos [poco] duchos en lo que a su esencia respecta». [Traducción propia]
Wer die mundartliche Litteratur namentlich auf dem Gebiete der Prosa
überblickt, dem wird es nicht entgangen sein, wie nahe sich oft gerade in der
Satzfügung einzelne Mundarten berühren, die in ihrem Lautstande schroff von
einander abstehen. Und wer diese Einheitspunkte der Satzfügung verbindet,
wird finden, dass sie im Grunde nur dieselben Linien ergeben, die wir in der
Umgangsprache66 gegenüber der Schriftsprache gezogen finden; in allen diesen
verschiedenen Erscheinungsformen prägt sich eben immer wieder die
mündliche Mitteilung gegen die geschriebene aus, die Rede gegen die Schrift
(Wunderlich 1894: 6).67
64 «las observaciones generales hechas hasta el momento son en ocasiones contradictorias».
[Traducción propia]
65 «Die Mundarten zeigen in syntaktischer Hinsicht eine im wesentlichen gleiche Struktur wie die
Umgangssprache» (Wunderlich 1894: 6); «[Die Umgangssprache steht] in der Satzfügung meist
auf der Seite der Mundart» (Behaghel 1927: 12).
«Los dialectos muestran una sintaxis bastante similar a la de la lengua coloquial». [Traducción
propia]; «La lengua coloquial coincide con el dialecto en el nivel de la sintaxis». [Traducción
propia]
66 Escribimos Umgangsprache con una sola -s en las citas de Wunderlich, tal y como él mismo
propone. Se renuncia pues al Fugenmorphem -s al que solemos estar acostumbrados cuando nos
encontramos con este compuesto.
67 «Todo aquel que esté ducho en literatura de prosa que incluya pasajes dialectales se habrá
percatado cuan coincidentes pueden ser algunos dialectos en lo que respecta a la sintaxis, a pesar
Ulf Bichel (1973) ofrece una compilación que se podría calificar, a nuestro
modo de ver, de íntegra, por la aparición de cuantiosas y valiosas contribuciones
que parten de distintos preceptos. Este mismo nombra a algunos de los autores
hasta ahora citados y considera el trabajo de Werner (sic) Henzen (1954) como la
obra central de la que parten estudios posteriores. Además, utiliza esta monografía
para evidenciar la pobre evolución de la investigación concerniente a la Umgangss-
prache, pues contiene explicaciones muy similares a otras realizadas mucho antes –la
de Gustav Roethe en 1913–, donde se establece un paralelismo exacto al colocar
Umgangssprache entre dialecto y lengua estándar (Bichel 1973: 2). En la introducción
se confirma que la dificultad de llegar a un consenso radica no solo en el galimatías
terminológico que rodea al término, sino que también en lo que cabe entender por
umgangssprachlich [coloquial] (Bichel 1973: 3).
69 «Uso de la lengua en el trato diario entre personas: principalmente en la vida privada – en el
círculo de familiares y amistades, en la calle, en las tiendas, en los [transportes], etc., pero también
en el ámbito laboral cotidiano con los compañeros de trabajo, siempre y cuando la comunicación
no tome un carácter demasiado oficial». [Traducción propia ligeramente modificada]
Otra definición en la que nos podemos apoyar, y de hecho, se han inspirado otros
muchos para caracterizar este registro, es la de Emilio Lorenzo. Este destaca dos
constantes en el acto coloquial: por un lado, la presencia física de uno o más inter-
locutores «con cuya atención, iniciativa o reacción oral o no oral cuenta el hablante;
y [por otro,] un marco espacial y temporal que sirve de referencia a toda la comuni-
cación» (Lorenzo [1966], 1980: 39-40). A partir de estas, Lorenzo formula una defi-
nición que en palabras de Vigara Tauste es el intento más logrado hasta aquel mo-
mento –año 1990– de determinar y fijar los límites del español coloquial: «el
español coloquial es el conjunto de usos lingüísticos registrables entre dos o más
hispanohablantes, conscientes de la competencia de su interlocutor o interlocuto-
res, en una situación normal de la vida cotidiana, con utilización de los recursos
paralingüísticos y extralingüísticos aceptados y entendidos, pero no necesariamente
compartidos por la comunidad en que se producen» (definición de Lorenzo, 1980:
38; recogida también por Vigara Tauste 1990: 13). Junto con las constantes se dan
también variables como la experiencia común –modificable a tenor del grado de
convivencia de los hablantes y que propicia la aparición de ciertas formas lingüísti-
cas (presencia de pronombres/proverbos con función anafórica, perspectiva de
presente)–, el carácter deíctico, el egocentrismo de los participantes, entre otros
muchos aspectos (Lorenzo 1980: 39-48; Briz 1998: 38-9). Vigara Tauste apunta que
72 «la modalidad de la lengua catalana que utilizan los hablantes en el ámbito de uso coloquial o
cotidiano». [Traducción propia]
73 «[las] conversaciones en el café sobre las más importantes cuestiones nacionales al igual que las
disputas familiares sobre el repartimento de las tareas domésticas [o incluso la conversación de
ascensor]». [Traducción propia]
74 «que siempre hable alguien pero que nunca hable más de una persona a la vez». [Traducción
propia]
Una vez vistas algunas de las definiciones más punteras formuladas por estudio-
sos de las tres lenguas, nos gustaría indicar lo que entendemos en el presente traba-
jo por Umgangssprache/Alltagssprache, lengua coloquial y llengua col·loquial. Con este tér-
mino se denomina un registro de habla que tiene lugar normalmente en la
interacción cotidiana y se emplea en situaciones distendidas en las que se conversa
sobre temas variados que no requieren planificación ni preparación previa.
Con todo, este registro encuentra también su lugar en el medio escrito, pues el
afán por reflejar la lengua viva y espontánea lleva, por ejemplo, a escritores, guio-
nistas y pregoneros a emplear esta variedad en sus libros y textos en general. Ade-
más, dicha variedad es supraregional y suele ser inteligible en todo un territorio lin-
güístico, por lo que cualquier hablante que pertenece a este la domina y se sirve de
ella a diario con fines interactivos y expresivos.
Los diálogos de las novelas de Hans Fallada presentan una serie de rasgos
prototípicamente hablados en todos los niveles lingüísticos, que además pueden
observarse en muchas lenguas y no únicamente en alemán. Así pues, nos
encontramos, según la clasificación coseriana en el nivel universal de la lengua (1981:
269). Siguiendo, en parte, a Koch y Oesterreicher empezaremos describiendo el nivel
pragmático-textual donde se nombran los marcadores discursivos (2007: 72-85).
Estos pueden agruparse según sus funciones en distintas clases, aunque desempeñan,
en la mayoría de ocasiones, más de un papel discursivo. En la clasificación de Koch y
Oesterreicher aparece un primer grupo denominado «marcadores de la organización
discursiva», que incluiría toda unidad con un cometido estructurador de apertura,
continuación o cierre. En (1) puede observarse la interjección tja, que actúa como
marcador reactivo de apertura de turno de palabra y que muestra un matiz de
1) »Da, lesen Sie!«, sagte der Kommissar Escherich zu dem Assistenten Schröder und gab
ihm das Protokoll in die Hand.
»Tja«, antwortete Schröder und reichte die Bogen zurück. »Da hat er es also doch
gestanden und ist nun reif für den Volksgerichtshof und den Scharfrichter. Ich hätte es
nicht gedacht.« Er setzte nachdenklich hinzu: »Und so was läuft frei auf der Straße
rum!«
(N3, DE, cap. 25, pág. 262)
3) »Sehen Sie, Kluge«, sagte der Kommissar, »ich wusste doch, ich kann mich auf meinen
Ortssinn verlassen. Da haben wir schon den See!«
(N3, DE, cap. 33, pág. 363)
5) »Kenn ich nicht. Soll aber auch einen Bericht machen über das Ausreißen des Kluge.
Kurz, sachlich, kein Geschwafel, keine persönlichen Vorteile, verstanden, Herr
Schröder?«
(N3, DE, cap. 25, pág. 264)
6) »Was macht ihr denn hier, ihr beide?«, klingt eine scharfe Stimme von der Tür her.
(N3, DE, cap. 7, pág. 75)
7) »Und dann lebe ich ganz zurückgezogen, ich habe kaum noch Verbindung mit der
Welt. Aber Sie, Herr Persicke, Sie und Ihre Persicke, Sie und Ihre Familie, Sie sind es
doch, die die beiden Einbrecher überrascht haben […]«
(N3, DE, cap. 8, pág. 82)
8) »Herr Kommissar«, sagte der Assistent Schröder, »ich kann’s noch immer nicht ganz
glauben, dass der Kluge die Karte hingelegt hat. Ich hab’s doch gesehen, wie ich sie
ihm in die Hand gab, der hat noch nie was von der Karte gewusst! Das hat sich alles
bloß dieses hysterische Frauenzimmer, die Sprechstundenhilfe, ausgedacht.«
»Aber es steht doch im Protokoll, dass er sie hingelegt hat«, wandte der Kommissar
ein, doch ohne besonderen Nachdruck.
(N3, DE, cap. 25, pág. 263)
9) »Es muss schon heute Abend sein, Trudel«, sagte Otto Quangel. »Die Sache ist
nämlich die …«
(N3, DE, cap. 4, pág. 36)
10)Pinneberg geht auf die Frage mit der Gerechtigkeit nicht näher ein. »Und sonst?« fragt
er hartnäckig.
»Ja, sonst…« Herr Friedrichs zuckt die Achseln. »Sonst ist auch nischt […]«
(N1, DE, cap. 14, pág. 109)
11)Frau Mörschel steht wieder am Herd. Das Fett brutzelt, sie fragt: »Was sind Sie denn?
Können Sie denn überhaupt heiraten?«
»Ich bin Buchhalter. In einem Getreidegeschäft.«
»Also Angestellter?«
»Ja.«
(N1, DE, cap. 2, pág. 19)
13)»Aber da war doch die Geldentwertung«, macht Lämmchen einen neuen Versuch.
»Geraubt hat er es mir«, sagt die alte Frau kläglich, und die hellen Tränen fließen
mühelos aus ihren Augen. »Ich will Ihnen die Bücher zeigen, ich hab es jetzt gemerkt,
die Zahlen sind nachher ganz anders, so viele Nullen.«
(N1, DE, cap. 6, pág. 51)
14)»Aber was können wir denn tun?«, wehrt sich Otto Quangel verzweifelt gegen dieses
Drängen. »Wir sind nur ein paar, und all die Millionen sind für ihn, und jetzt nach
diesem Siege gegen Frankreich erst recht. Gar nichts können wir tun!«
»Viel können wir tun!«, flüstert sie eifrig. […]«
(N3, DE, cap. 4, pág. 39)
15)Sie fragte: »Warum machst du das nicht bei einer von deinen Freundinnen ab? Die sind
dir doch sonst gut genug für so was!«
16)Der tut nicht nur überlegen, der ist es wirklich. Baldur Persicke sagt fast bittend:
»Verstehen Sie, Herr Kammergerichtsrat, Vater ist, gradeheraus gesagt, völlig besoffen.
Die Kapitulation von Frankreich …«
»Ich verstehe, ich verstehe vollkommen«, sagt der alte Rat und macht eine
beschwichtigende Handbewegung.
(N3, DE, cap. 8, pág. 82)
17)»Aus dem Zimmer? Aus dem Schlafzimmer?« fragt der Verkäufer und versteht nur
sehr langsam.
(N1, DE, cap. 22, pág. 165)
18)»So, das war das Schönste. Und warum war es das Schönste?« fragt der Schauspieler
unersättlich weiter.
20)»Nein, nein, zum Donnerwetter, nein! Scheren Sie sich zum Henker!«
(N3, DE, cap. 59, pág. 571)
22)»Reden Sie bloß kein Blech, Pinneberg, reden Sie von Dingen, von denen Sie was
verstehen! […]«
(N1, DE, cap. 38, pág. 298)
»Ach, reden Sie keinen Stuß! Nicht mit Geld. Geld habe ich wie Mist. […]«
(N1, DE, cap. 38, pág. 299)
» […] Na ja, wa müssen alle mal abhauen, det is nicht anders! […]«
(N2, DE, cap. 4, pág. 21)
Ach was! hatte Karl Siebrecht gerade gedacht, und laut rief er: »Da haben wir den
Salat!« Da lag er schon auf dem Bürgersteig, halb begraben unter seinen Stoffpaketen.
(N2, DE, cap. 19, pág. 143)
Wir sollen nicht jedem auf die Semmel schmieren, wer wir sind und was wir vorhaben!
(N3, DE, cap. 2, pág. 19)
Vielleicht riechen andere den Braten auch, und vielleicht sind andere besser
angeschrieben als wir.
(N3, DE, cap. 2, pág. 21)
»Wer zum Kuckuck hat denn von dir verlangt, dass du was von der Sache verstehst?
(N3, DE, cap. 7, pág. 68)
23)»Gut, sehr gut!«, stimmte Barkhausen zu. »Und wenn du auf den Stettiner gehst, mach
ich auf den Anhalter. Weißte, das fällt weniger auf!«
»Auch nicht schlecht ausgedacht, Emil, hast auch ein helles Köpfchen!«
(N3, DE, cap. 7, pág. 74)
24)»Na, Vater, wie habe ich das Dings gedreht? Du mit deiner ewigen Angst! Siehst du …«
(N3, DE, cap. 8, pág. 78)
25)»Ach, lassen Sie doch die blöde Vorleserei! Sie sehen doch, ich bin besoffen, wie soll
ich denn da das Zeugs kapieren? […]«
(N3, DE, cap. 25, pág. 267)
26)»Eigentlich war das Kreuz gar nicht für Sie bestimmt, Escherich. Eigentlich sollte es Ihr
Kollege, der Rusch, kriegen, für eine ganz zackige Sache, die er mit einer ollen Jüdin
gedreht hat. Aber Sie kamen eben eher.«
(N3, DE, cap. 25, pág. 271)
Por último, aparecen acortamientos como como Alex (27) o Schupo (28) en vez de
Alexanderplatz y Schutzpolizei, que respaldan el principio de brevedad o reducción de
la lengua coloquial (Hoffmann 2007: 16).
28)»Und wenn Sie jetzt nicht sofort in der U-Bahn verschwinden, übergebe ich Sie da dem
Schupo! Der kann Sie gleich mal wegen Erpressung festnehmen.«
(N3, DE, cap. 33, pág. 360)
30)»Ich und mein Führer?«, murmelt er, ganz überwältigt von diesem Angriff. »Wieso ist er
denn plötzlich mein Führer? […]«
(N1, DE, cap. 1, pág. 15)
1) »Du bist der erste, der das sagt. Wenn wir mal zum Tanz gegangen sind, immer bin
ich sitzengeblieben. Und wenn dann Mutter zum Karl gesagt hat, er soll seine Freunde
2) »Ja«, sagt er. »An denen kann man ja nichts ändern. Steuern sechs Mark und
Arbeitslosenversicherung zwei Mark siebzig. Und Angestelltenversicherung vier Mark.
Und Krankenkasse fünf Mark vierzig. Und die Gewerkschaft vier Mark fünfzig …«
»Na, deine Gewerkschaft, das ist doch überflüssig …«
(N1, DE, cap. 3, pág. 29)
3) »Ach, lassen Sie doch diese blöde Vorleserei! Sie sehen doch, ich bin besoffen, wie soll
ich denn da das Zeugs kapieren? [ø=Sie] Wollen sich wohl mit Ihrem geistreichen
Protokoll dicketun, was? Andere Berichte folgen, sind nicht so wichtig wie der vom
großen Kriminalisten Escherich! Wenn ich schon so was höre! Kurz und Furz: Haben
Sie den Kartenschreiber geschnappt?«
(N3, DE, cap. 18, pág. 267)
4) »[ø=Wir] Haben nicht geheiratet, damit Mutter Spaß hat«, sagt er kurz angebunden.
(N1, DE, cap. 4, pág. 36)
5) Als Escherich, das Verdienstkreuz noch immer in der Hand, sein Büro betrat, saß da
sein Vertreter am Apparat und rief: »Was denn? Fall Klabautermann? Ist das kein
Irrtum? Hier liegt kein Fall Klabautermann vor!«
»Geben Sie her!«, sagte Escherich und fasste nach dem Hörer. »Und verdimensionie-
ren Sie sich schleunigst!«
Er rief in den Apparat: »Ja, hier Kommissar Escherich! Was ist mit Klabautermann?
Wollen [ø=Sie] wohl [ø=eine] Meldung erstatten?«
(N3, DE, cap. 25, pág. 271)
La Ausklammerung es otro rasgo típico del discurso oral (TGDS [1993], 2007: 83-5),
que se define como «la tendencia a colocar fuera del paréntesis o marco oracional
(parte de la frase situada entre la forma finita y la forma infinita del verbo) ciertos
componentes sintácticos que tendrían que estar dentro de este» (Brumme 2008: 33).
Existen varios tipos de Ausklammerung, aunque la más frecuente es la de los
adjuntos preposicionales en los diálogos escritos por Hans Fallada (6), sobre todo
las que incluyen enumeraciones [mit der Nichtstuerei und dem Kneipenlaufen und dem
Pferdewetten]. La gramática Duden considera Rechtsversetzung y Ausklammerung como el
mismo fenómeno, ya que el sintagma desplazado queda a mano derecha del
paréntesis oracional (2009: 886).
6) »Det mußte er doch, Karle! Laß dir det bloß erzählen: der Kiesow hatt ’n uff dem
Bahnsteig erwischt mit der roten Mütze und wollte ihn anzeigen wejen Betrug.
(N2, cap. 31, pág. 245)
Schließlich sagt Frau Gesch: »Na, nun habe ich Ihnen den Gefallen getan, Herr Kluge.
Aber ich sage Ihnen: einmal und nicht wieder. Und wenn Sie Ihr Versprechen nicht
halten und fangen das wieder an mit der Nichtstuerei und dem Kneipenlaufen
und dem Pferdewetten …«
(N3, DE, págs. 49-50)
»Kenn ich nicht. Soll aber auch einen Bericht machen über das Ausreißen des Kluge
[…]«
(N3, DE, cap. 25, pág. 264)
7) Keßler kostet es aus. »Sie werden befriedigt sein ... Na, und was sagt ihr nun?« Er
erklärt: »Er hat mir ausdrücklich bestätigt, daß er in der Spenerstraße wohnt, sonst
würde ich natürlich keinen Ton gesagt haben.«
»Das ist alles mögliche!« – »Da kann man sich ’ne Scheibe von abschneiden.«
(N1, DE, cap. 25, pág. 191)
8) »Na schön«, sagt sie. »Ich glaube, bei mir kommt das später wie bei andern, mir ist
wenigstens noch gar nicht so. Nun mach das dumme Buch zu.«
(N1, DE, cap. 28, pág. 215)
9) »Soll ihr Geld sparen. So ’ne Festfresserei, wo alle nur dreckige Witze reißen, ist mir
gräßlich.«
(N1, DE, cap. 4, pág. 36)
Plötzlich ruft die Alte klar und deutlich: »Vergessen Sie am Montag nicht die
Anmeldung bei der Polizei! Sonst habe ich Scherereien.«
(N1, DE, cap. 6, pág. 52)
Nee, das ganze Bild ist eine Schauspielerei, von der Aufnahme angefangen bis zum
Händeklatschen.
(N3, DE, cap. 2, pág. 19)
Du weißt doch, dass ich dich für so ’ne Meckerei ins KZ bringen kann?
(N3, DE, cap. 3, pág. 26)
»Weil dir alles gleichgültig ist bis auf deine Rennwetterei«, antwortete sie nun doch.
(N3, DE, cap. 5, pág. 44)
Schließlich sagt Frau Gesch: »Na, nun habe ich Ihnen den Gefallen getan, Herr Kluge.
Aber ich sage Ihnen: einmal und nicht wieder. Und wenn Sie Ihr Versprechen nicht
halten und fangen das wieder an mit der Nichtstuerei und dem Kneipenlaufen und
dem Pferdewetten…«
(N3, DE, cap. 5, págs. 49-50)
»Nun sitz bloß nicht so da, Eva, als wenn du so ’ne Marmorfigur wärst! Was ist denn
schon los? Du hast für ein paar Tage wieder ’nen Mann in der Wohnung, ich werd dir
schon keine Scherereien machen. Und was ich dir versprochen habe, das halte ich. […]«
(N3, DE, cap. 5, pág. 51)
11)»Es ist ein sehr belehrendes Buch«, sagt Jachmann vernehmlich. »Habe ich eine Masse
draus gelernt.«
(N1, DE, cap. 38, pág. 295)
5) –Lo ve, Kluge –dijo el comisario–, ya sabía yo que podía fiarme de mi sentido de la
orientación. Ahí está el lago.
(N3, ES, cap. 33, pág. 282)
7) –Precio máximo, veinticinco marcos, joven. Compréndalo. Uno de mis compañeros
de partida tiene uno de veinte, inglés genuino, de lana y con forro de punto.
¡Compréndalo!
(N1, ES, cap. 37, pág. 287)
8) –Màxim vint-i-cinc marcs, oi que m’entén, jove? Un dels meus companys de timba
n’ha trobat un per vint, anglès autèntic, llana i folre repuntat, oi que m’entén?
(N1, CAT, cap. 37, pág. 289)
9) –No lo conozco. Pero que redacte otro informe sobre la huida de Kluge. Breve,
conciso, nada de palabrería, y sin juicios personales, ¿entendido, señor Schröder?
(N3, ES, cap. 25, pág. 205)
10)–No el conec. Prepari també un informe sobre l’intent de fugida de Kluge. Breu i
objectiu, sense xerrameca inútil ni judicis personals, entesos, senyor Schröder?
(N3, CAT, cap. 25, pág. 255)
Las partículas modales alemanas suelen ser uno de los fenómenos lingüísticos cuya
traducción a otras lenguas, como al catalán y español, más problemas conlleva,
pues su presencia es escasa en estas. Por ello, el traductor opta muchas veces por
obviarlas y eliminarlas de su texto. Esto ocurre con los enunciados alemanes
presentados en el punto (3.2.3), aunque aparecen otros que contienen igualmente
partículas en el TP cuyo significado sí se ha recogido en el TM catalán. Con el
empleo de la partícula doch en (11), el hablante «expresa la esperanza de que su
interlocutor confirme lo dicho» (Duden, 3). Por otro lado, la partícula alemana denn
(11) puede «expresar el vivo interés del hablante por algo en enunciados
interrogativos», tal y como recoge el Duden en su primera acepción. La presencia
de esta unidad en la intervención del señor Kleinholz denota el deseo del hombre
por saber qué es lo que su empleado Johannes Pinneberg tiene planeado durante
su día de descanso. Ramon Monton recoge ambos matices al sustituir las partículas
alemanas por equivalentes funcionales en catalán (13). En primer lugar, decide
traducir doch por oi?, una interjección (DIEC 2.1.1; GCC, Cuenca 2002: 3225) que
11)»Herr Pinneberg, Sie werden doch nicht verlangen, daß ich morgen für Sie Dienst
mache, bloß weil Sie Launen haben. Was haben Sie denn morgen vor?«
(N1, DE, cap. 12, pág. 92)
12) –Señor Pinneberg, no pretenderá usted que yo haga mañana servicio, solo por
capricho. ¿Qué plan tiene para mañana?
(N1, ES, cap. 12, pág. 95)
13)–Senyor Pinneberg, suposo que no espera que jo faci la feina en el seu lloc només perquè
a vostè se li ha ficat al cap que no vol venir, oi? Es pot saber què ha de fer demà?
(N1, CAT, cap. 12, pág. 95)
En (14) la partícula modal ja sirve «para dar énfasis al enunciado en el que aparece»
(DWDS, II, 1b). Rosa Pilar Blanco ha dedicido emplear el conjunto de unidades
formado por pero y es que (15). Con la primera, un chófer introduce «una objeción a
las palabras de su interlocutor» (Porroche Ballesteros 2009: 114), un policía. Además,
este añade es que con lo que introduce una explicación (Porroche Ballesteros 2009:
180-1; GDLE, Martín Zorraquino y Portolés Lázaro 1999: 3972) de la razón por la
que no puede marcharse de la estación. Ramon Monton opta por utilizar igualmente
el marcador és que (16), que cumple la misma función que en español. Así pues,
observamos que la partícula modal se ha recogido en forma de marcador en los TM.
16) –Què passa aquí? –pregunta un policia–. No es pot quedar aquí, circuli, conductor!
–La senyora vol que m’esperi, senyor agent.
–Circuli, conductor!
–És que no em vol pagar!
(N1, CAT, cap. 16, pág. 123)
17)–Tiene que ser esta misma tarde, Trudel –precisa Otto Quangel–. La verdad es que...
(N3, ES, cap. 4, pág. 27)
18)–Haurà de ser aquest vespre mateix, Trudel –diu Otto Quangel–. La qüestió és que...
(N3, CAT, cap. 4, pág. 36)
25)–Porque... ay, sabe usted, me sentí, por favor, no se ría, fue igual que nosotros.
A nosotros, la gente corriente, ahora no nos va muy bien, ¿entiende?, y a veces es como
si la vida entera nos mirase con burla, ¿comprende?, y te vuelves tan insignificante...
(N1, ES, cap. 45, pág. 346)
26)–Perquè... miri, li diré el que vaig sentir en aquell moment, i no se’n rigui:
perquè era com nosaltres, ho entén? A nosaltres, la gent humil, les coses ara no ens
van gaire bé, i de vegades és com si tot es rigués de nosaltres, com si tota la vida se’n
burlés, ho entén?, i un es va encongint cada cop més...
(N1, CAT, cap. 45, pág. 350)
28)No és només que adopti un posat de superioritat, és que és realment superior a tots
els qui l’envolten, i Baldur li diu, en un to quasi suplicant:
–Faci-se’n el càrrec, senyor conseller del tribunal suprem, el meu pare està
completament borratxo, parlant clar. La capitulació de França…
–I tant, i tant, que me’n faig el càrrec –diu el vell conseller, i fa un gest
tranquil·litzador amb la mà–.
(N3, CAT, cap. 8, pág. 80)
Las dislocaciones aparecen también en los TM, aunque no siempre en los mismos
casos que en el TP. A modo de ejemplo, recuperamos la intervención de Enno
Kluge en la que deja claro a Eva que se han acabado sus líos amorosos con otras
mujeres. El enunciado de Enno Kluge contiene el objeto preposicional mit den
29)»Mit den Weibern bin ich durch, Evchen, mit denen befass ich mich nicht mehr,
mit denen hat’s mir gereicht. Wenn ich alles bedenke, du warst doch immer die Beste
von allen, Evchen. [...]«
(N3, DE, cap. 5, pág. 43)
30)–He terminado con las mujeres, Evita, no pienso dedicarme más a ellas, me he
hartado. Pensándolo bien, tú siempre has sido la mejor de todas, Evita. Pasamos unos
años buenos entonces, cuando los chicos eran pequeños...
(N3, ES, cap. 5, pág. 32)
31)–Això de les dones s’ha acabat per a mi, petita Eva, ja no m’hi relaciono, ja en tinc
prou. Com més hi penso, més m’adono que tu has estat la millor de totes, petita Eva.
Vam passar uns bons anys, llavors, quan els nens encara eren petits.
(N3, CAT, cap. 5, pág. 43)
Las unidades invariables lo que (33) y el que (34) son muy productivas tanto en
español como en catalán con el fin de poner de relieve cierta información en un
enunciado determinado (Porroche Ballesteros 2009: 298; GCC, Cuenca 2002:
1214). Además, la GCC hace hincapié en la presencia de esta unidad en oraciones
exclamativas (2002: 1214) y, por otro lado, cabe precisar que su posición es
exclusivamente inicial.
32)Der Baldur legt vor angestrengtem Nachdenken die Stirne in Falten. Nach einer Weile sagt
er: »Klauen wollste, du Aas, das ist dein Spaß mit der ollen Jüdschen. Na, geh voran!«
(N3, DE, cap. 3, pág. 31)
33)Baldur frunce el ceño mientras reflexiona con esfuerzo. Al cabo de un rato dice:
–Lo que querías es robar, cerdo, esa es tu diversión con la vieja judía. ¡Vamos, tú delante!
(N3, ES, cap. 3, pág. 23)
35)–Que ahorre su dinero. Esas comilonas donde todos se limitan a soltar chistes verdes
me parecen horripilantes.
(N1, ES, cap. 4, pág. 36)
36)–Val més que s’estalviï els diners. No suporto aquells xeflis inacabables en què
tothom no fa res més que explicar acudits obscens.
(N1, CAT, cap. 4, pág. 36)
37)Noo, la foto es una pantomima de principio a fin, empezando por la toma hasta las
palmadas.
(N3, ES, cap. 2, pág. 13)
40)I si no compleix la seva paraula i comença a fer el dropo un altre cop i a anar per les
tavernes i a apostar a les curses de cavalls...
(N3, CAT, cap. 5, pág. 49)
En otras ocasiones, la connotación negativa del sufijo -ei se recoge en otro lugar del
enunciado en el que la palabra está enclavada. En (41) Rennwetterei se traduce por el
sustantivo apuestas, que resulta demasiado neutro y no acaba de transmitir ese matiz
peyorativo del TP. Con todo, la presencia de la expresión importar un bledo consigue
contrarrestar esa falta de coloquialidad e índole peyorativa que apuesta no tiene en
contraposición a Rennwetterei. En catalán (42) se opta también por una solución
bastante neutra a la hora de traducir, pues el traductor se acoge a la palabra apostes.
42)–Perquè tot t’és igual, a banda de les teves apostes –va contestar ella–.
(N3, CAT, cap. 5, pág. 45)
El diminutivo -ito y su forma análoga catalana -et llaman la atención en los TM, pues
se repiten varias veces tanto con el valor de «aminoración» como con el de
«aprecio», o ambos a la vez (GDLE, Martín Zorraquino y Portolés Lázaro 1999:
4651). El sintagma alemán unser kleines Nest (N1, DE, cap. 30, pág. 227) se traduce
recurriendo a los sufijos -ito y -et. Las formas nidito (43) y niuet (44) contienen un
matiz afectivo y aluden asimismo al tamaño reducido de la vivienda berlinesa de los
Pinneberg.
43)–Sí –dice ella y se vuelve un momento para contemplar la habitación. Una sonrisa
extraña y absorta ilumina su rostro–. Ahora tendrás que fregar tú solo. Mantendrás bien
limpio nuestro nidito, ¿eh? Es un poco trabajoso, pero me gusta tanto pensar en esto...
(N1, ES, cap. 30, pág. 229)
45)–He pensado bajar muy despacio, pasito a pasito, hasta el Schlosspark –sugiere–.
Está tan bonito.
(N1, ES, cap. 30, pág. 228)
46)–He pensat –diu ell– que podríem baixar tot passejant fins al parc del palau,75 que ara
està preciós.
(N1, CAT, cap. 30, pág. 228)
75 El Schlosspark es un parque de estilo barroco situado en el barrio berlinés de Charlottenburg.
Con todo, Ramon Monton opta por traducir el topónimo por «parc del palau». Esto puede
generar cierta confusión en el lector y desorientarlo cuando intente situar la trama en su «mapa
mental de la metrópoli». Cabe destacar, por otra parte, que los nombres de algunas calles y otros
parques también se hallan traducidos.
Por otro lado, los dos TM presentan un amplio inventario por lo que a expresiones,
frases hechas y giros idiomáticos se refiere. En primer lugar, resulta interesante
mencionar el ejemplo del verbo abhauen (apartado 3.2.3, 22) por el sentido figurado
que cobra en la intervención de Rieke Busch. El significado de este es morir, aunque
tal y como proponen ambos traductores las soluciones coloquiales diñarla (51) y
tocar el dos (52) son mucho más propicias, porque se sitúan en el nivel coloquial de la
lengua. El catalán se sirve como el alemán del recurso de la metáfora, pues tocar el
dos significa simplemente marcharse (DIEC, 7.1) y solo se interpreta como llegar al
término de la vida por el contexto presentado. El TM español, sin embargo,
presenta como equivalente una palabra del campo semántico de la muerte diñarla,
que tendría el mismo significado y por ende también se entendería en otra
situación.
53)»[...] Vielleicht riechen andere den Braten auch, und vielleicht sind andere besser
angeschrieben als wir.«
(N3, DE, cap. 2, pág. 21)
54)A lo mejor también otros se huelen la tostada, y puede que gocen de más simpatías
que nosotros.
(N3, ES, cap. 2, pág. 14)
55)Potser n’hi ha d’altres que s’ho ensumen i estan més ben situats que nosaltres.
(N3, CAT, cap. 2, pág. 22)
56)Ach was! hatte Karl Siebrecht gerade gedacht, und laut rief er: »Da haben wir den
Salat!« Da lag er schon auf dem Bürgersteig, halb begraben unter seinen Stoffpaketen.
–»Da hast du den Salat!« antwortete ihm eine andere lachende Stimme, und jemand
machte sich daran, die Pakete von ihm abzuräumen.
(N2, DE, cap. 19, pág. 143)
58)[OMISIÓN DEL MENSAJE EN EL TM] –Ara sí que l’he feta bona! –va exclamar, estès a
la voravia i mig enterrat entre els paquets de teixits.
–Sí, ara sí que l’has feta bona! –va dir una altra veu, rient, i algú es va posar a apartar
els paquets.
(N2, CAT, cap. 19, pág. 145)
Las palabras das Dings, das Zeugs y die Sache se traducen igualmente por otras cuyo
significado es únicamente ostensible por contexto, pues fuera de un marco
determinado pueden referirse a un sinfín de realidades. El asunto, aquest assumpte, todo
eso, alguna cosa, un asunto, un tema (59) constituyen sintagmas imprecisos, que son
frecuentes en la conversación coloquial por la presencia inmediata de referentes.
59)¿Qué, padre, cómo he manejado el asunto? ¡Tú y tu eterno miedo! Ves cómo...
(N3, ES, cap. 8, pág. 60)
–Què, pare, et sembla bé com he organitzat aquest assumpte? Tu que sempre tens
por, i ja ho veus...
(N3, CAT, cap. 8, pág. 76)
–¡Bah, olvide esa estúpida lectura! Ya ve que estoy borracho, ¿cómo voy a entender
todo eso?
(N3, ES, cap. 25, pág. 208)
–Ja n’hi ha prou, pari de llegir-me ximpleries! Ja veu que estic borratxo, com vol que
entengui alguna cosa?
(N3, CAT, cap. 25, pág. 259)
–Lo cierto es que la cruz no iba destinada a usted, Escherich. En realidad debía
recibirla su colega, Rusch, por un asunto muy vidrioso con una vieja judía. Pero usted
ha llegado antes.
(N3, ES, cap. 25, pág. 211)
60)–... nas noches –gruñe y, haciendo caso omiso del invitado, se despoja de la chaqueta,
el chaleco y la camisa. Pinneberg lo contempla con creciente asombro.
(N1, ES, cap. 2, pág. 24)
La noble conversación es hija del discurso, madre del saber, desahogo del alma, comercio de los corazones,
vínculo de la amistad, pasto del contento y ocupación de personas.
Baltasar Gracián
76 «el arte del buen conversar» [Traducción propia]
77 Los turnos de palabra constituyen la unidad básica de la conversación, definiéndose estos
como «huecos estructurales rellenados con emisiones informativas que son reconocidas por los
interlocutores mediante su atención manifiesta y simultánea que hacen que la conversación
progrese dentro de un orden» (Briz 1998: 52, basándose en Sacks et al., 1974; Gallardo, 1993b y
1996; Fant 1996: 150).
De este registro de atributos se desprende que este tipo de discurso es por regla
general indefinible e imprevisible tanto por lo que respecta al contenido como al
tiempo, puesto que los interlocutores no saben a ciencia cierta el rumbo que puede
tomar una conversación determinada a priori. Habida cuenta de esto, se aprecia un
alto grado de improvisación por parte de los participantes (Calsamiglia y Tusón
2012: 21), que no impide que estos se pongan de acuerdo en los temas que van a
tratar así como en su posterior desarrollo conversacional en el que se irán
alternando los turnos que darán paso a la consolidación de un diálogo.
»[...] Der Arzt steht in der Ecke, er wäscht sich die Hände. Schräg schaut er hinüber zu
Pinneberg. Dann sagt er eilig: »Ein bißchen zu spät, Herr Pinneberg, mit der Verhütung.
Die Tür ist zu. Ich denke Anfang des zweiten Monats.«
Pinneberg ist ohne Atem. Das war wie ein Schlag. Dann sagt er hastig:
L1: »Herr Doktor, es ist doch unmöglich! Wir haben so aufgepaßt! Ganz unmöglich ist
das. Sag doch selbst, Lämmchen…«
L2: »Junge!« sagt sie. »Junge...«
L3: »Es ist so«, sagt der Arzt. »Irrtum ausgeschlossen. Und glauben Sie mir, Herr
Pinneberg, ein Kind ist für jede Ehe gut.«
L1: »Herr Doktor«, sagt Pinneberg, und seine Lippe zittert. »Herr Doktor, ich verdiene im
Monat hundertachtzig Mark! Ich bitte Sie, Herr Doktor!«
Doktor Sesam sieht schrecklich müde aus. Was jetzt kommt, das kennt er, das hört er an
jedem Tage dreißigmal.
L3: »Nein«, sagt er. »Nein. Bitten Sie mich erst gar nicht darum. Kommt überhaupt nicht
in Frage. Sie sind beide gesund. Und Ihr Einkommen ist gar nicht schlecht. Gar – nicht –
schlecht.«
(N1, DE, cap. 1, pág. 12)
78 Terminología original de Sacks et al. (1974), TRP (transition-relevance place).
Por otro lado, tanto las preguntas en general (4) como el empleo de ciertos
marcadores conversacionales con función apelativa o fática pueden constituir un
LAT. Estos suelen ocupar la última posición en el enunciado y el hablante busca
con ellos reafirmarse en sus palabras y en ocasiones también el acuerdo del
interlocutor tal y como atestiguan los ejemplos (5), (6) y (7).
4) Contexto: La joven pareja habla sobre qué tipo de anillos les gusta y conviene que
prefiere el mate al brillante. Posteriormente, Corderita pregunta a Pinneberg lo que
pueden costar y él dice que no lo sabe, aunque propone una cifra aproximada
“treinta marcos” en forma de pregunta, que deja traslucir duda. En ambas preguntas
tiene lugar un LAT, al propiciar ambas una reacción por parte del interlocutor.
»[...] Einen Augenblick ist Stille, beide sitzen sich brav gegenüber, die Hände liegen auf dem
Tischchen.
L1: »Ringe müssen wir uns auch kaufen«, sagt Pinneberg gedankenvoll.
L2: »O Gott, ja«, sagt Lämmchen rasch. »Sag schnell, welche magst du lieber, glänzend oder
matt?«
L1: »Matt!« sagt er.
L2: »Ich auch! Ich auch!« ruft sie. »Ich glaube, wir haben in allem den gleichen Geschmack,
das ist fein. – Was werden die kosten?«
L1: »Ich weiß auch nicht. Dreißig Mark?«
L2: »So viel?«
(N1, DE, cap. 2, pág. 20-1)
5) Contexto: En este caso, Johannes Pinneberg propone a Corderita casarse y cuanto
antes se dé el enlace mejor. Tras la afirmación, el futuro esposo añade was? para
reafirmarse en lo dicho. En la segunda situación se muestra una serie de enunciados
que se dan entre Rieke y un viajante con quien coincide en el vagón. La joven
»[...] Wie wenn alle Weihnachtsbäume ihres Lebens auf einmal in ihr brennten, dachte
Pinneberg und wurde ganz verlegen vor Rührung.
L1: »Also geht in Ordnung, Lämmchen«, sagte er. »Machen wir. Und möglichst bald, was?«
L2: »Junge, du brauchst es aber nicht. Ich komme auch so zurecht. Nur, da hast du recht,
besser ist es schon, wenn der Murkel einen Vater hat.«
(N1, DE, cap. 2, pág. 16)
»[...] L1: Det is achtbar! – Det is nich schlecht! – Zwölf Mark sechzig – det hat unsereener die
ganze Woche nur! – Na, aba die Bahnfahrt jeht ab! – Wat denn, die Bahn ist doch nich teuer!«
So ging es hin und her im Abteil.
L2: »Ick frage mir nur«, ließ sich Rieke Busch wieder vernehmen, »wenn Se uff Kundschaft
jehn, wollen Sie ja doch ’nen juten Eindruck machen, wat?«
L1: »Selbstredend!«
(N2, DE, cap. 5, pág. 33)
6) Contexto: Rieke decide que tiene que salir a la calle a buscar a su padre, que seguramente
se encuentre ebrio en alguna taberna de Berlín. Karl Siebrecht la acompaña después de
haber discutido largo y tendido sobre el asunto y nada más salir al patio y dirigirse a la
entrada del edificio, Rieke se tropieza con Ernst, el panadero, que está en compañía de
una muchacha que es planchadora. Ernst espeta enfadado a Rieke que mire antes de
llevarse a alguien por delante. Al poco rato, Rieke y Karl alcanzan la parada del tranvía y
una vez suben al vehículo, ven que Ernst Bremer también ha subido en el último vagón.
Rieke se dirige a él y le pregunta qué tal con Lotte. Él le responde que no conoce a
ninguna Lotte. Rieke, con ironía, le dice que obviamente estaba solo y Ernst asegura que
sí, añadiendo oder? al final de su intervención. Tal y como indica el Duden, esta unidad
forma parte de preguntas retóricas donde se espera aprobación por parte del interlocutor,
aunque puedan darse objecciones. En este caso la unidad favorece que se dé un LAT,
aunque la respuesta de Rieke es harto burlona.
»[...] Er ging zur Tür. Er sagte noch, über die Schulter weg:
L1: Ȇbrigens, wenn dieser Barkhausen hier wieder auftauchen sollte, es gibt keine
Stänkereien mit ihm. Ich mag so was nicht, verstanden?«
L2: »Jawohl, Herr Kommissar«, antwortete Baldur Persicke gehorsam, und damit trennten
sich die beiden Herren – nach einem so erfolgreich verbrachten Morgen.
(N3, DE, cap. 16, pág. 162)
79 Jörg Kilian habla de tres niveles por lo que se refiere a la estructura de la conversación: la
macroestructura, la mesoestructura y la microestructura (2005: 65).
1) »Tag, Trudel«, sagt er und gibt ihr seine Hand, in die rasch und kräftig ihre warme,
mollige schlüpft.
»Tag, Vater«, antwortet sie. […]«
(N3, DE, cap. 4, pág. 36)
3) »Na, du langer Laban!« schalt die helle Stimme unter einem kaputzenförmigen Hut
hervor. »Siehste nich, det ick mir mit die Reisekörbe eenen Bruch heben tue?! Kiek
nich und faß lieber an!«
Rasch griff Karl zu und zog den schweren Korb in den Wagen. »Entschuldigen Sie
nur«, sagte er eilig. »Ich dachte –«
(N2, DE, cap. 4, pág. 20)
4) »Nanu, Ernst!« rief Rieke. »Wat is denn mir dir los? Jehste den jetzt ooch noch noch
woanders uff de Tour?«
»Ich kann jehen, wo andere ooch jehen!« sagte der Bäcker mürrisch und warf einen
feindseligen Blick auf Karl Siebrecht.
(N2, DE, cap. 4, pág. 85)
Asimismo, se dan situaciones (5) en las que la rutina habitual permite que se
produzcan interacciones, sobre todo entre personas conocidas, en las que se
prescinde del saludo habitual y se apela a la atención del interlocutor con la
pronunciación de su nombre. Emma Mörschel entra con Pinneberg en casa y su
madre, que se encuentra en la cocina, la llama sin haberla visto. La señora Mörschel
supone que es ella, pues su hijo Karl está todavía trabajando. La muchacha
responde a la orden emitida por la madre con una petición –Einen Augenblick, Mutter
[Un momento, mamá]– y posteriormente una explicación –Ich zieh nur meine Schuh aus.
[Voy a quitarme los zapatos.] (N1, ES, cap. 2, pág. 17)–.
5) Lämmchen schloß die Tür auf: ein kleiner Vorplatz. Hinter einer angelehnten Tür
klang eine Stimme: »Emma, komm gleich mal her!«
»Einen Augenblick, Mutter«, rief Emma Mörschel. »Ich zieh nur meine Schuh aus.«
(N1, DE, cap. 2, pág. 17)
6) »[…] Die Erwähnung der Trudel brachte Anna Quangel sofort auf andere Gedanken.
Sie warf einen Blick auf den blitzenden Regulator an der Wand und fragte: »Wirst du’s
noch bis zu deiner Schicht schaffen?«
»Ich habe heute die Schicht von eins bis elf«, antwortete er. »Ich werd’s schaffen.«
»Gut«, sagte sie. »Dann geh, aber bestell sie nur hierher und sag ihr noch nichts von
Ottochen. Ich will’s ihr selber sagen. Dein Essen ist um zwölfe fertig.«
»Dann geh ich und sag ihr, sie soll heute Abend vorbeikommen«, sagte er, ging aber
noch nicht, sondern sah ihr ins gelblich weiße, kranke Gesicht.
(N3, DE, cap. 1, pág. 16)
7) »Junger Mann, det is aber nich det richtige Fenster!« sprach Riekes helle Stimme
neben ihm. Sie hatte schon eine Weile dagestanden, war seinem Blick gefolgt und hatte
seinen Seufzer gehört. »Und nun kommste und siehst meine Maschine an! Ick weeß,
Karl, ick bin zu spät dran, ick konnte nich anders. Se haben Vata’n jebracht, er is von
der Leiter jefallen, natürlich molum! Hat sich nich ville jetan, ’ne Brüsche an de Stirn
und de Hand verstaucht.«
»Das is aber schlimm, Rieke!«
»Wieso is det schlimm? Mit’s Mauern wär’s doch bei dem Frost jeden Tag alle jewesen,
und nu ha ick den Mann doch unter Aufsicht. Die Männa, wo ihn jebracht haben,
sagen ja, keena hat Vata’n zu Schnaps injeladen, nie nich. Aber det muß nich wahr
sind, jegen ’ne Frau halten die Männa bei so wat immer zusammen. Na, nu ha ick
Vata’n zu Haus, und nu wer ick ihn det Saufen schon wieder abjewöhnen. – Kiek, det
is meine Nähmaschine.« –Und sie zeigte auf eine ziemlich große schwere Maschine,
die kaum Schmuck aufwies, ein sehr sachliches Ding für so ein junges Mädchen,
dachte Karl Siebrecht.
»Die sieht aber viel zu schwer für dich aus, Rieke!« meinte er. »Willst du nicht lieber
eine leichtere nehmen? Die da links sieht doch viel hübscher aus.«
(N2, DE, cap. 16, pág. 117)
En (10) el marcador na denn indica también cierre discursivo, pues el señor Beese y
Karl Siebrecht dan por acabada la conversación sobre el boicoteo que el joven sufre
por parte de otros mozos que se encargan del transporte de equipajes. Se trata este
caso de un par adyacente. Esta unidad ocupa la última posición en la intervención
de Beese, mientras que Karl inicia su turno con ella y posteriormente pronuncia el
nombre del hombre.
Por último, cabe resaltar las formas prototípicas de finalización como gute Nacht
(11) [buenas noches, N2, ES, cap. 19, pág. 133] o auf Wiedersehen! (12) [adiós, N2, ES,
cap. 39, pág. 278], entre muchas otras como pueden ser Tschüss, bis bald, etc.
11)»Und paß gut auf, mit dem Licht und dem Feuer! Bist du auch wirklich satt? Na schön,
morgen früh bringe ich mehr, Kalli, auch eine Kanne Kaffee. Gute Nacht, Kalli!«
»Gute Nacht, Karl! Gott, werde ich schlafen!«
»Ich auch, Kalli! Gute Nacht!«
(N2, DE, cap. 19, pág. 150)
FIGURA 8: Adaptación del gráfico de Tusón Valls ([1997], 2003: 61) sobre los constituyentes
de la conversación
1. Secuencia
Er hat anscheinend auch gerade daran gedacht. »Deine Mutter sitzt nun längst wieder zu
Haus«, sagt er.
»Ja«, sagt sie. »Mutter ist böse, deswegen ist sie auch nicht mit zur Bahn gegangen. ’ne
Hundehochzeit ist das, hat sie gesagt, wie wir weggegangen sind vom Standesamt.«
»Soll ihr Geld sparen. So ’ne Festfresserei, wo alle nur dreckige Witze reißen, ist mir
gräßlich.«
»Natürlich«, sagt Lämmchen. »Mutter hätte es nur Spaß gemacht.«
»Haben nicht geheiratet, damit Mutter Spaß hat«, sagt er kurz angebunden.
Pause.
(N1, DE, cap. 4, pág. 36)
2. Secuencia
»Du«, fängt Lämmchen wieder an, »ich bin so schrecklich gespannt auf die Wohnung.«
»Na ja, hoffentlich gefällt sie dir. Viel Auswahl ist nicht in Ducherow.«
»Also, Hannes, beschreib sie mir noch mal.«
»Schön«, sagt er und erzählt, was er schon öfter erzählt hat. »Daß sie ganz draußen liegt,
hab ich schon gesagt. Ganz im Grünen.«
»Das finde ich grade so fein.«
»Aber es ist ein richtiger Mietskasten. Maurermeister Mothes hat ihn da draußen hingesetzt,
hat gedacht, da kommen noch mehr. Aber keiner kommt und baut da.«
3. Secuencia
»Also die Wohnung«, erinnert sie ihn.
»Ja, also, wir wohnen ganz oben, bei der Witwe Scharrenhöfer.«
(N1, DE, cap. 4, pág. 37)
Corderita recuerda a Johannes en su intervención que le hable del piso –Also die
Wohnung– (Ii, A1), ya que anteriormente solo ha puesto énfasis en la zona y no ha
entrado en detalle en la descripción del inmueble. Corderita emplea el marcador also
para retomar el tema que se ha eludido y pedirle otra vez por la vivienda. Johannes
le responde que vivirán arriba del todo, en casa de la viuda Scharrenhöfer –Ja, also,
wir wohnen ganz oben, bei der Witwe Scharrenhöfer– (Ir, A1) e introduce la explicación
igualmente mediante el marcador also.
Miguel de Cervantes
80 Lingüistas como Gil Gaya ([1943], 1998: 325-331) ya habían apuntado a la existencia de este
tipo de unidades mucho antes, aunque de forma más somera y sin llevar a cabo una
sistematización de rasgos y mucho menos un intento de clasificación.
81 «[Los marcadores] son elementos secuencialmente dependientes que marcan las fronteras
entre las unidades de habla». [Paráfrasis en base a lo expuesto por Marín Jordà 2005: 60-1]
82 «una mezcla típica de rasgos formales y funcionales». [Traducción propia]
1) Dort stürzte er sich auf Lauterbach und sagte atemlos: »Lauterbach, sofort zu
Kleinholz und kündigen! Denk an dein Ehrenwort! Er hat mir eben gekündigt.«
83 Portolés Lázaro alude a marcadores como en cambio, no obstante, por consiguiente y por el contrario
para indicar que estas piezas lingüísticas en concreto conservan su significado conceptual, que
coincide con el de procesamiento ([1998], 2007: 24-5).
2) »Gott, Herr Heilbutt«, sagt Lämmchen. »Was müssen Sie von mir denken? Aber es hat
natürlich gar keinen Zweck, daß ich Ihnen etwas vorkohle. Also, erstens habe ich
gedacht, Sie wollen zu meiner Schwiegermutter, die heißt nämlich auch Pinneberg …«
»Richtig«, sagt Heilbutt und lächelt vergnügt.
»Und zweitens hat mit der Junge gar nicht gesagt, daß er Sie heute einladen will.
Darum war ich so perplex.«
»Nicht sehr«, sagt Herr Heilbutt beruhigend.
»Und drittens verstehe ich nicht, wie er um vier dort weggehen kann – wieso denn
schon um vier? – und jetzt noch nicht hier ist.«
»Er wollte noch was besorgen.«
(N1, DE, cap. 23, pág. 171)
En la lengua hablada es frecuente utilizar el marcador und dann, que puede verse
reflejado en el medio gráfico como en (3, 4, 5) para dar continuidad al discurso e
introducir nuevos elementos en la conversación. En este caso, estaríamos ante un
conector aditivo, pues el cometido de este elemento es el de añadir información y
ayudar a la fluidez conversacional.
4) Pinneberg geht auf die Frage mit der Gerechtigkeit nicht näher ein. »Und sonst?« fragt
er hartnäckig.
»Ja, sonst …« Herr Friedrichs zuckt die Achseln. »Sonst ist auch nischt. Ein richtiger
ausgebildeter Buchhalter sind Sie ja nicht, Herr Pinneberg, wenn Sie auch ein bißchen
bei Kleinholz da reingerochen haben. Gott, Kleinholz, das ist auch so ein Betrieb …
Ist es denn wirklich wahr, daß er sich jede Nacht besäuft und dann Frauenzimmer
mit ins Haus bringt?«
(N1, DE, cap. 14, pág. 109)
5) Eine Zeitlang herrschte tiefstes Schweigen zwischen beiden. Dann sagte der kleine
Enno Kluge plötzlich zusammenschauernd: »Aber ins Wasser gehe ich nicht …«
»Nein, nein«, sagte der Komissar gütig zuredend. »Das sollen Sie auch nicht, Kluge.
Sehen Sie, ich habe Ihnen hier was anderes mitgebracht, sehen Sie nur, so ’ne hübsche
kleine Pistole. Die brauchen Sie nur gegen die Stirn zu drücken, haben Sie keine Angst,
ich werde Ihnen die Hand halten, dass sie nicht zittert, und dann machen Sie den
Finger nur ein klein bisschen krumm … Sie werden keinen Schmerz spüren, plötzlich
sind Sie weg von all diesen Quälereien und Verfolgungen und haben endlich mal Ruhe
und Frieden …«
(N3, DE, cap. 33, pág. 367-8)
6) Nach einem Stündchen wurde Escherich dann aber doch vorgelassen. Das Zimmer
mit den deutlichen Spuren eines Trinkgelages sah ziemlich wüst aus, und der Herr
Prall, dunkelrot von Armagnac glühend, sah auch ziemlich wüst aus. Aber er sagte
leutselig: »Da, Escherich! Schenken Sie sich doch auch ein Glas ein! Das sind die
Früchte unseres Sieges über Frankreich: echter Armagnac, zehnmal besser als Kognak.
Zehnmal? Hundertmal! Warum trinken Sie nicht?«
»Bitte um Verzeihung, Herr Obergruppenführer, ich habe heute noch ziemlich viel zu
tun, möchte einen klaren Kopf behalten. Übrigens bin ich das Trinken nicht mehr
gewohnt.«
(N3, DE, cap. 25, pág. 265)
7) »Aber du weißt doch alles ganz gut«, läßt sich Frau Pinneberg vernehmen. »Verkäufer
bei Mandel. Herrenkonfektion.«
»Bei Mandel? Mögen Sie denn das in so einer Knochenmühle?« fragt Jachmann und
kneift die Augen ein. »Außerdem glaub ich nicht, daß er da mehr als fünfhundert
monatlich kriegt.«
(N1, DE, cap. 17, pág. 134)
85 «El SEA también se opone [...] al cambio de personal poco cualificado de un ramo a otro»
(N1, ES, cap. 14, pág. 111).
9) »Ach, du bist Vollwaise? Det kann janz jut sind, vastehste, wir haben Vata’n noch,
aber manchmal denk ick, ohne Vata jings bessa. Er is Maurer, aber meistens macht er
blau! Sonst een tüchtjer Maurer, allens, wat recht is, ooch jutmütig, bloß, det der Mann
so wasserscheu is –. Na ja, wa haben alle unsre Fehler …«
(N2, DE, cap. 4, pág. 21)
10)»Du, Lämmchen«, sagt Pinneberg, tief ehrlich, »ich bin ein schrecklicher Idiot
gewesen.«
»Ja?« fragt sie und denkt ein Weilchen nach. Und dann sagt sie: »Was kostet denn die
Toilette? Aber du sollst nicht davon reden, wenn du nicht magst. Es ist schon alles
gut. Du hast mir eine Freude machen wollen.«
(N1, DE, cap. 24, pág. 179)
En (12) jedenfalls, que equivale a de todos modos o en cualquier caso, es un conector que
da un giro enunciativo hacia lo más relevante, que es lo presentado en el segundo
enunciado. En este intercambio comunicativo, las dos trabajadoras de la Asociación
de Mujeres no han convencido a Anna Quangel para que presente sus disculpas a la
señora Gerich. Una de ellas dice que no soporta el clima de tensión que se vive bajo
el régimen nacionalsocialista y la otra la advierte para que se cuide de volver a hacer
un comentario de ese estilo. Posteriormente, esta última introduce, mediante
jedenfalls, que han conseguido arreglar el revuelo ocasionado por Anna Quangel por
12)Die Mollige fährt fort: »Manchmal wünsche ich es mir direkt, nichts weiter zu sein als
eine einfache Arbeiterin, in der Masse zu verschwinden. Man wird so erledigt von
diesem ewigen Vorsichtigsein, dieser nie ablassenden Angst …«
Das Mutterkreuz schüttelt den Kopf. »Ich würde lieber nicht so reden«, sagt sie kurz.
Und sie setzt hinzu, als die andere gekränkt schweigt: »Jedenfalls haben wir die Sache
auch ohne die Quangel, so gut wie es ging, hingekriegt. Er hat ausdrücklich gesagt, der
Fall ist für ihn erledigt, und das melden wir nach oben weiter.«
(N3, DE, cap. 17, pág. 176)
La interjección Mensch! (13) pertenece al grupo de las expresivas (TGDS 2007: 859)
y muestra en la intervención la sorpresa de Rieke Busch cuando se percata de que
Karl Siebrecht no sabe que Die Palme es un albergue para los sin techo. Esta unidad
constituye un marcador conversacional cuya función es claramente interpersonal, ya
que la hablante muestra un sentimiento de asombro ante el desconocimiento de
esta entidad caritativa por parte de Karl.
13)»Acker? Ach, du meenst Feld, wo se Kartoffeln druff bauen? Det jibt’s hier nich. Det
war valleicht mal früha. Wir wohnen ja ooch Wiesenstraße, aba Wiese is nich, dafür
haben wa de Palme!«
»Die Palme? Was ist denn das? Ein botanischer Garten?«
»Mensch! De Palme, det weeßte nich? Det is de Herberje zur Heimat, die haben wir
jrade vis-à-vis! Wo die Penna und die Stroma schlafen, wenn se sonst keene Bleibe
haben! […]«
(N2, DE, cap. 6, pág. 36)
14)»Zahlen Sie bitte, meine Dame. Das geht hier nicht, auch andere Leute wollen
abreisen.«
»Will ich ja gar nicht. Ich komme gleich wieder zurück.«
»Mein Geld will ich, Sie olle angestrichene …«
»Ich schreib Sie auf, Chauffeur!«
Puede decirse que en la gran mayoría de ocasiones los marcadores entrañan ambos
valores, aunque uno prevalezca sobre el otro. Por otro lado, cabe tener en cuenta
las funciones específicas que se encuentran dentro de estos dos grandes grupos y
que es necesario identificar para llevar a cabo una buena traducción, tal y como se
mostrará en el análisis de los seis marcadores que se estudian en el marco de este
trabajo. La polifuncionalidad es una de las características que no pasa desapercibida
en todos y cada uno de los trabajos sobre marcadores, ya que una misma unidad
adquiere normalmente un papel conversacional o discursivo diferente a tenor del
contexto en el que se halle enclavada.
86 «[Discourse markers] are restricted to sentence-initial position» (1998: 3), característica (d).
Hay ciertas unidades que sí que ocupan exclusivamente una posición inicial,
mientras que otras muestran preferencia por la media o la final. Por otro lado,
muchos de estos elementos pueden ocupar varias posiciones en la conversación.
En el ejemplo (1) la unidad ach so muestra que el señor Jachmann ha comprendido
lo dicho por Pinneberg (v. Duden 2, d). Esta ocupa la posición inicial, ya que
remite inmediatamente a lo enunciado por el joven. En la misma intervención
vuelve a repetirse este mismo elemento en una autorespuesta a una pregunta, en la
que ach so vuelve a ocupar la primera posición. En este ejemplo, aparece la unidad
gramaticalizada sage ich Ihnen [o en su defecto sage ich dir], que tildamos de marcador
y muestra como el hablante se pone en la piel del interlocutor y corrobora que la
vida puede resultar complicada por las renuncias a las que uno debe de atenerse en
determinadas circunstancias. Este marcador ocupa una posición final indepen-
dientemente del contexto, pues el hablante da fuerza a lo afirmado anteriormente
por él mismo e intenta con su empleo un acercamiento al interlocutor.
1) »Alkohol ist doch ausgeschlossen, Herr Jachmann«, sagt Pinneberg vorwurfsvoll.
»Meine Frau nährt doch.«
»Ach so, sie nährt. Natürlich. Wieso eigentlich nährt sie? Ach so, den Jungen nährt
sie. Natürlich! Und dann ißt man keine Kognakkirschen? Hab ich auch noch nicht
gewußt. Dies Leben ist eins der schwersten, sage ich Ihnen!« Er hat sich wieder ins
Geschäft geredet.
(N1, DE, cap. 38, pág. 297-8)
Las unidades conocidas como Vergewisserungssignale (TGDS 2007: 833-4; Imo 2010:
12-7), Rückversicherungssignale (Schwitalla [1997], 2012: 159), äußerungsfinale
Diskursmarker (Auer y Günthner 2003: 14-6) o simplemente clasificadas en
ocasiones como interjecciones (GDS 1997: 384-6) del tipo oder?, ne?, nicht wahr? y
was? ocupan casi siempre una posición final en el enunciado (v. ejemplos 2 y 4).87
Con todo, en algunas ocasiones hay marcadores de esta clase que permiten la
posposición de algunos elementos con lo que se añade información nueva o bien se
87 Adoptamos en español el término «marcador de demanda de confirmación o de acuerdo»
(Calsamiglia y Tusón 2012: 239), que agrupa el mismo tipo de unidades que el alemán
Vergewisserungssignale o Rückversicherungssignale.
2) »Weißt du«, erklärt er verlegen, »es ist wegen der Leute. Wir haben doch keine Karten
verschickt, überhaupt nichts angezeigt. Und wenn sie uns so sehen, sie könnten doch
beleidigt sein, nicht wahr?«
»Das versteh ich nicht«, sagt Lämmchen verblüfft. »Das mußt du mir noch mal
erklären. Wieso können die Leute beleidigt sein, wenn wir verheiratet sind?«
(N1, DE, cap. 5, pág. 40)
3) »[…] Das wird auch wieder so ein persönliches Urteil, das können wir dem
Untersuchungsrichter überlassen, wie er die einzelnen Aussagen bewertet. Wir arbeiten
nur rein sachlich, nicht wahr, Schröder, ohne jedes Vorurteil.«
»Selbstverständlich, Herr Kommissar.«
(N3, DE, cap. 25, pág. 263)
4) Aber während der Kommissar so ganz friedlich vor sich hin schwätzte, ging sein Blick
zwischen dem Barkhausen und dem Baldur Persicke hin und her, hin und her. Dann
fuhr Rusch fort: »Na, ich denke, du wirst nichts dagegen haben, uns auf einem kleinen
Spaziergang zu begleiten? Oder?«
»Aber nein!«, versicherte Barkhausen, zitterte dabei, und sein Gesicht wurde noch
fahler. »Aber gerne komme ich mit! Mir liegt ja am meisten daran, dass alles richtig
aufgeklärt wird, Herr Kommissar!«
(N3, DE, cap. 16, pág. 159)
6) »Ich werd dem Richter schon Bescheid stoßen! Glaubst du denn das, Pinneberg, nun
sag mal ehrlich, zweimal hab ich mit ihr getanzt und dann hab ich gesagt: ›Gnädiges
Fräulein, es ist hier so rauchig, wollen wir mal rausgehen?‹ Na, und da gleich, einen
Tanz haben wir nur versäumt, verstehst du, und da soll ich der alleinige Vater sein? So
doof!«
(N1, DE, cap. 13, pág. 98)
Vistas las posiciones que pueden ocupar ciertos marcadores, sería contradictorio
incluir en nuestra nómina de características descriptivas de los marcadores que la
inicial fuera la única posible. Debería hablarse más bien de una posición enunciativa
periférica (Auer y Günthner 2003: 1)88 con autonomía suprasegmental (Brinton 1996:
33; Jucker y Ziv 1998: 3; GDLE, Martín Zorraquino y Portolés Lázaro 1999: 4064-
66; Auer y Günthner 2003: 1; Martín Zorraquino y Portolés Lázaro 2010: 189-90;
Aijmer y Simon-Vandenbergen 2011: 226), es decir los marcadores presentan una
pausa posterior que en el texto escrito suele representarse mediante el uso de comas
(7) o incluso de puntos (8). Con todo, pueden observarse casos, como en (9), en los
que no se incluyen cuando en la lengua hablada probablemente se realizaría una
pausa antes de dar paso al enunciado o secuencia enunciativa que sigue.
88 Esta es una de las características principales que diferencia a los marcadores de las partículas
modales (Auer y Günthner 2003: 1), pues estas últimas están integradas en la oración y ocupan
siempre el denominado Mittelfeld (Duden 2009: 591, 874), es decir siempre se encuentran en el
medio de una proposición.
8) »Sie wird ja nicht immer weinen. Und überhaupt, das ist ausgemacht, nicht wahr, wir
sind schrecklich reserviert! Wir wollen keinen Verkehr mit andern Leuten haben. Wir
sind für uns genug.«
»Natürlich. Aber wenn sie aufdringlich ist?«
(N1, DE, cap. 4, pág. 37)
9) Die Dame strahlt. »Aber natürlich [pausa corta] zahle ich. Wenn der Mann nicht
warten darf, ich will doch nichts Verbotenes. […]«
(N3, DE, cap. 24, pág. 256)
12)Però no et pensis que això serà una cassoleta de pipa. (enunciado original)
Això no serà una cassoleta de pipa, no t’ho pensis [pas]. (enunciado modificado)
(N3, CAT, cap. 18, pág. 173)
13)»So ist das also«, sagt Lämmchen. »Und das wolltest du mir nicht erzählen? Und
darum bist du ganz heimlich verheiratet mit geschlossenem Verdeck und der
Ringhand in der Hosentasche?«
»Darum, ja. Ach Gott, Lämmchen, wenn die rauskriegen, daß ich verheiratet bin, die
Weiber ekeln mich ja in einer Woche heraus. Und was dann?«
(N1, DE, cap. 7, pág. 61)
En (14) la unidad sehen Sie introduce la intervención del señor Mörschel a la vez que
se «busca la atención, participación y complicidad del interlocutor» (Porroche
Ballesteros 2009: 168). En esta ocasión, dicha unidad podría ocupar otra posición,
pero entonces se pondría el foco en otro acto o fragmento. Así pues, una vez se ha
conseguido que el joven Pinneberg haya puesto la atención y se haya involucrado
Las unidades ach was! (15) y na, und? (16) ocupan una posición inicial en la
intervención reactiva de los personajes, ya que encarnan sensaciones o sentimientos
producidos por lo apenas dicho por el interlocutor. La única posición que ambas
pueden ocupar es la primera o la de apertura conversacional, con lo que el hablante
expresa por un lado incredulidad con ach was y por otro desmarque de la opinión
del interlocutor con na, und –?
16)»Aber vielleicht habe ich es jetzt auch nötig. Ich fahre nach Berlin, für immer.«
»Na, und –?« Da haste doch sicher ’nen Onkel oder jehst uff ’ne bessere Schule?«
(N2, DE, cap. 4, pág. 26)
Por otro lado, optamos por incluir en nuestra definición de marcador la invariabilidad,
característica morfosintáctica que cumple un buen número de las unidades que
encuentran cobijo bajo el concepto que estudiamos. Con todo, no es una propiedad
que encarne la esencia de todos y cada uno de los marcadores. De hecho, algunos
lingüistas, como Prieto de los Mozos (2001: 199-201), critican la anexión o
17)»Hören Sie mal, junger Mann, das brauchen Sie mir nun nicht zu erzählen, daß mein
Skatbruder mich ansohlt. Der ist reell, verstehen Sie.« Und der Dicke regt sich weiter
auf.
»Das habe ich nicht nötig, verstehen Sie, mir von Ihnen meinen Skatbruder
schlechtmachen zu lassen.«
(N1, DE, cap. 37, pág. 286)
20)»Das Wetter ist jetzt immer herrlich, nicht wahr, Herr …?«
Und hätte sich beinahe mit dem Namen verplappert.
»Passen Sie bloß auf, Mensch«, flüstert Jachmann. Und vernehmlich: »Ja, wir haben
ein wirklich schönes Wetter.«
(N1, DE, cap. 38, pág. 295)
22)–Quin temps més fantàstic que fa, no troba, senyor... –i de poc no se li escapa
«Jachmann».
–Faci el favor d’anar més amb compte, home! –xiuxiueja Jachmann, i diu en veu alta–:
És veritat, tenim un temps realment fantàstic.
(N1, CAT, cap. 38, pág. 298)
Otro caso interesante de invariabilidad se da con el marcador sagen wir (23) con el
que el hablante introduce información que no debe de ser tomada al pie de la letra,
pues se trata de algo aproximado. En (23) puede observarse como el comisario
Escherich emplea la primera persona del plural, a pesar de tratarse de un único
sujeto, para decirle a Enno Kluge que si firma el informe, le concederá el privilegio
de faltar «un día por semana» a la fábrica, que debe entenderse en cualquier caso
como «de vez en cuando». Lo mismo es válido para las unidades digamos (24) y posem
per cas (25) en español y catalán, respectivamente.
23)»Wird heute noch erledigt, Herr Kluge. Heute noch! Lassen Sie sich da morgen mal ein
bisschen sehen, und unterlassen Sie überhaupt diese blöde Krankschreiberei! Mal
einen Tag blau, sagen wir einmal in der Woche, da wird niemand mehr ein Wort
sagen, wenn ich mit denen gesprochen habe. Soll es so recht sein, Herr Kluge?«
(N3, DE, cap. 24, pág. 257)
24)–Quedará resuelto hoy mismo, señor Kluge. ¡Hoy mismo! Mañana déjese caer por allí,
y olvídese de esas ridículas bajas médicas. Por no ir a trabajar de vez en cuando,
digamos una vez por semana, nadie volverá a decirle ni una palabra después de que
yo haya hablado con ellos. ¿Le parece bien, señor Kluge?
(N3, ES, cap. 24, pág. 200)
25)–Avui mateix quedarà tot enllestit, senyor Kluge. Avui mateix! I demà s’hi presenta i
deixi’s estar d’aquestes bajanades de demanar la baixa! Si no va a treballar posem per
cas un dia a la setmana, ningú no li dirà res, després de que jo hagi parlat amb els seus
superiors, li sembla bé, senyor Kluge?
(N3, CAT, cap. 24, pág. 249)
28)»Mit zwei Flammen«, ergänzt Lämmchen traurig. »Wie ich das machen soll, das ist mir
noch schleierhaft. Auf zwei Flammen kann doch kein Mensch ein Essen kochen.
Mutter hat vier Flammen.«
»Aber natürlich geht es mit zweien.«
(N1, DE, cap. 4, pág. 38)
89 «de indicar instrucciones que tienen que ver con la interpretación de la estructura discursiva».
[Traducción propia]
Por otro lado, resulta imposible relacionar el concepto de «conector» con una única
categoría gramatical, puesto que se trata de una clase funcional, que agrupa
elementos pertenecientes a distintas clases de palabras (GCC, Cuenca 2002: 3178).
Es decir, tanto las conjunciones, los adverbios, algunas estructuras oracionales con
verbos conjugados, así como ciertos sintagmas preposicionales e incluso las
interjecciones pueden desempeñar funciones de conexión o cohesión. Ciertos
autores como Cuenca (2002, 2006) han trabajado con profundidad el tema de los
conectores textuales. Según ella, los conectores parentéticos y las conjunciones son
los conectores básicos a nivel discursivo. Entre los primeros se encuentran formas
procedentes de categorías muy distintas como sintagmas preposicionales, estructuras
orales con verbos conjugados y adverbios. Además, estas unidades lingüísticas
evidencian, cada una a su modo, un carácter apositivo, la combinabilidad y la
mobilidad enunciativa (GCC, Cuenca 2002: 3180-3184). En (3) el sintagma
preposicional de fet es un conector parentético, con el que Kleinholz relaciona la mala
condición física de Lauterbach con el hecho de que no pueda llevar a buen término
sus obligaciones laborales. No obstante, esta unidad está clasificada como operador
por Catalina Fuentes (1994), ya que en su opinión presenta «un miembro del
discurso como un hecho como cierto y, consiguientemente, con más fuerza
argumentativa que otro argumento que se pudiera pensar como discutible o
meramente probable.» (según GDLE, Martín Zorraquino y Portolés Lázaro 1999:
4141). Esta misma lingüista aporta varios años más tarde dos entradas diferentes en
el DCODE: una en la que de hecho actúa como conector y otra como operador
(2009: 89-90). Así pues, existen ciertas divergencias en lo que respecta al alcance o
foco de algunas unidades que actúan como marcadores, y de ello que en ocasiones
se consideren conectores y no operadores y viceversa. En este caso, abogamos por
una función claramente conectiva, porque se introduce un argumento desfavorable
4) –És una veritable llàstima veure’l així, senyor Lauterbach. Un ull de vellut, el nas inflat
i un braç... En fi, així es pensa que podrà treballar com sempre? En canvi, suposo que
voldrà que li pagui com sempre, oi?
(N1, CAT, cap. 13 , pág. 103)
5) »Oh!« Der Kleine war so interessiert, dass er die Pistole rasch wieder absetzte. »Ist sie
hier in Berlin? Ich würde sie gern noch einmal sprechen.«
»Nein, sie ist nicht in Berlin«, antwortete der Kommissar und verfluchte sich, weil er
seinem Grundsatz, nie eine richtige Mitteilung zu geben, untreu geworden war. Gleich
hatte man die Folgen! »Sie ist immer noch im Ruppischen bei ihren Verwandten. Und
es ist schon besser, du sprichst nicht mit ihr, Kluge.«
(N3, DE, cap. 33, pág. 370)
6) ¡Oh! –El hombrecillo estaba tan interesado, que apartó la pistola en el acto–. ¿Está
aquí, en Berlín? Me gustaría volver a hablar con ella.
7) –Oh! –va exclamar, tan interessat que fins i tot va abaixar de seguida la pistola–. És
aquí, a Berlín? M’agradaria parlar amb ella.
–No, no és a Berlín –va contestar el comissari, i es va maleir perquè havia traït el seu
principi de no donar mai informació. Ara li hauria de dir la resta–. Encara és a Ruppin,
amb els seus parents. Però val més que no parlis amb ella, Kluge.
(N3, CAT, cap. 33, pág. 356)
Los conectores albergan también valores modales, pues tienen ciertos fines como
por ejemplo la enfatización o bien la atenuación, la introducción del punto de vista
del hablante relacionándolo con el fragmento anterior, por ejemplo, etc.
90 «[Las manos del bebé] están muy calientes» (N1, ES, cap. 42, pág. 323).
91 «Están calientes de gritar» (N1, ES, cap. 42, pág. 323).
9) –¡Sí que lo hiciste, Hans, no mientas! Como es lógico, a veces yo me tomaba una copa
de champán con los clientes conocidos…
–De aguardiente –tercia Pinneberg con expression sombría.
–De vez en cuando también me tomo un licor. Tu mujer también beberá, digo yo.
–Mi mujer no prueba el alcohol.
(N1, ES, cap. 16, pág. 130)
En (11) el operador modal en realidad se emplea con el fin de dar un giro al rumbo
de la conversación y además de enfatizar el enunciado introducido (DCODE,
Fuentes 2009: 139). Pinneberg puntualiza que su intención es buscar un empleo en
la sección de confección de caballero y que su anterior empleo fue únicamente una
medida para salir adelante y conseguir una forma de sustento. El TP alemán incluye
la unidad eigentlich –»Ich dachte auch … eigentlich Herrenkonfektion … das war nur zur
Aushilfe …« (N1, DE, cap. 27, pág. 142).
13)»Es ist keinerlei Gegenorder gekommen, wenn Sie das meinen, Herr Siebrecht. Soviel
uns bekannt ist, ist Herr Eich zur Zeit verreist.«
(N2, DE, cap. 102, pág. 638)
14)–No hem rebut cap mena de contraorde, si és això el que vol dir. Pel que sabem, ara
mateix el senyor Eich està de viatge.
(N2, CAT, cap. 102, pág. 633)
En esta misma línea se sitúa por lo visto, que según la GDLE «presenta el segmento
discursivo al que afecta como algo sobre cuya verdad no quiere comprometerse el
hablante, [es decir,] el que habla excluye todo tipo de responsabilidad sobre dicho
contenido; lo presenta como conocido a través de otros, dicho por otros u oído a
otros» (Martín Zorraquino y Portolés Lázaro 1999: 4159). A nuestro entender, esta
afirmación es demasiado restrictiva. En nuestra opinión, un hablante puede
introducir con dicha unidad ciertas deducciones hechas a partir de aquello que dice
o está diciendo el interlocutor. A modo de ejemplo, aportamos dos intervenciones
en las tres lenguas en las que los personajes realizan ciertas asociaciones. La primera
de ellas (15, 16 y 17) presenta una inferencia del señor von Senden, realizada a
partir del relato de los hechos en boca de Karl Siebrecht sobre su vida en pareja
con Hertha Eich. El hombre infiere que Karl Siebrecht no tiene la culpa de que
Hertha Eich se haya marchado días antes del enlace de ambos sin dar explicaciones
a una casa en los bosques de Turingia. En la segunda (18, 19 y 20), Ilse Gollmer
bromea sobre cómo Karl Siebrecht conoció a la que después se convertiría en su
mujer, Hertha Eich, pues fue a raíz de un bolso. De este mismo modo también se
conocieron Karl Siebrecht y ella en un parque. El marcador por lo visto introduce
este mensaje en tono jocoso y representa asimismo una suposición.
16)»Nun noch eine Zigarette, dann bin ich frisch«, sagte Herr von Senden. »Ich bitte dich
übrigens um Entschuldigung, mein Sohn Karl, soweit ich sehe, hast du keinen
entscheidenden Fehler gemacht. Erzähle weiter …«
(N2, DE, cap. 102, pág. 644)
17)–Un altre cigarret i quedaré com nou –va dir el senyor von Senden–. Per cert, et
demano disculpes, Karl, fill meu, pel que m’expliques, no sembla que hagis comès
cap error decisiu. Però continua explicant…
(N2, CAT, cap. 102, pág. 638)
19)»Es ist gar nicht ungewöhnlich«, antwortete Karl Siebrecht vergnügt. »Die Dame
Hertha hatte ihre Handtasche im Auto vergessen, ich brachte ihr am nächsten Tag, wir
kamen ins Gespräch und so weiter, und so weiter.«
»Mit Handtaschen scheinen Sie es zu haben!« lachte Ilse Gollmer.
(N2, DE, cap. 111, pág. 694-5)
20)–Però tampoc és cap història extraordinària –va respondre Karl Siebrecht, divertit–. La
senyoreta Hertha es va deixar la bossa al cotxe, jo l’hi vaig portar l’endemà, ens vam
posar a parlar, etcètera, etcètera.
–Sempre en treu molt de profit, de les bosses de les noies! –va dir Ilse Golmer, rient.
(N2, CAT, cap. 111, pág. 688)
Los adverbios en -mente tales como evidentemente aparecen raramente en los diálogos
de las novelas de Hans Fallada. Hemos localizado únicamente un contexto
dialógico en el que este adverbio muestra evidencialidad visual (v. también
evidemment en Haßler 2014: 168 ), y lo hace precisamente en dos ocasiones; en
ninguna de ellas se ponen de relieve nociones abstractas, puesto que estas quedan
22)»Mein kleiner Teddybär gefällt mir gar so sehr …« Und sie fing an zu tanzen …
»Schade!« sagte der Rittmeister wieder sehr nervös. »Gerade in diesem Tanz ist sie
nicht ganz so gut.«
»Sie sieht reizend aus, Onkel Bodo«, meinte Ilse Gollmer.
»Natürlich!« stimmte Karl Siebrecht etwas töricht zu.
»Sie ist reizend!«, sagte Herr von Senden, ein wenig verstimmt durch dieses törichte
Lob. »Und sie tanzt auch gut.«
»Selbstverständlich!« sagte Ilse Gollmer, nun nicht weniger töricht als ihr Begleiter.
(N2, DE, cap. 111, pág. 695-6)
24)–Y también te acostumbrarás a otra vivienda, y por último a la villa Grunewald. –Karl
miró a su alrededor–. No, Rieke, tenemos que salir de aquí, y cuanto antes mejor. Mira
qué aspecto tiene todo: el papel pintado, la tarima, las ventanas. ¡Esto ya no es una
casa, es una cueva! Verdaderamente, se nota que habido guerra.
(N2, ES, cap. 61, pág. 372)
25)»Und so wirst du dich eben an eine neue Wohnung gewöhnen und schließlich an die
Villa im Grunewald!« Er sah sich um. »Nein, Rieke, hier müssen wir raus, und je eher,
um so besser! Wie das alles aussieht: die Tapeten, die Diele, die Fenster! Das ist ja keine
Wohnung mehr, das ist eine Höhle! Man merkt wahrhaftig, daß Krieg gewesen ist!«
(N2, DE, cap. 61, pág. 427-8)
26)–I també t’acostumaries a viure en un altre pis i, finalment, en una vil·la a Grunewald!
–va dir ell i va mirar al seu voltant–. No, Rieke, hem de marxar d’aquí, al més aviat
possible! Mira quin aspecte que té, tot plegat: el paper de les parets, el parquet, les
finestres! Això ja no és un pis, és un forat! Es nota de seguida que hi ha hagut una
guerra!
(N2, CAT, cap. 61, pág. 423)
1) »[…] Wissen Sie, Schröder, es arbeiten jetzt viele Außenseiter in unserm Beruf, aber
wir halten doch stets zusammen, und davon haben wir ja denn auch manches Gute.
[…]«
Sin embargo, en (2) la misma unidad ha adquirido una función pragmática, pues
actúa en el nivel de la conversación y no en el proposicional. Aber se incluye en la
intervención reactiva de Pinneberg con el cometido de mostrar una protesta por
parte del joven, es decir una negativa relacionada con su disponibilidad laboral los
domingos. Este marcador pragmático que procede de una conjunción podría
elidirse y el enunciado en el que aparece continuaría teniendo sentido. Con todo,
ese efecto ilocutivo de queja se perdería indudablemente y con ello se resentiría
igualmente la cohesión que este elemento confiere al discurso.
2) Kleinholz ist entsetzt. »Der olle Kube?! Dem soll ich die Bodenschlüssel in die Hand
geben? Der Kube ist schon seit Vatern da, aber den Bodenschlüssel hat er noch nie in
die Hand bekommen. Nee, nee, Herr Pinneberg, Sie sehen’s ja jetzt ein. Sie sind der
Mann an der Spitze. Sie machen morgen Dienst.«
»Aber ich kann nicht, Herr Kleinholz!«
(N1, DE, cap. 12, pág. 92)
La unidad pero en (3) también tiene un valor pragmático con el que Corderita introduce
una opinión contraria a lo expresado por Pinneberg. Además, este punto de vista
divergente que se presenta en un enunciado exclamativo manifiesta seguramente el
estado de desesperación de la hablante por una situación que la sobrepasa.
4) –Si almenys ens ho pogués dir! Si almenys pogués assenyalar què li fa mal! Menudet,
digues a la mama on et fa pupa, digues, a on?
–Però que rucs que som! –diu Pinneberg, furiós–. No sabem res. Si sabéssim alguna
cosa, potser el podríem ajudar.
(N1, CAT, cap. 42 , pág. 327)
Se constata una posición inicial para aber, pero y però (que) cuando actúan en el
nivel conversacional o discursivo. En (2) y en (3) aber y pero constituyen el inicio
de una intervención reactiva en la que por una parte se manifiesta una negativa y
por otra se expresa una opinión contraria. Por otro lado, se ve claramente una
función de cohesión –intervención iniciativa > intervención reactiva–, que en (4)
no está tan clara. En este último intercambio, però que no es una reacción a lo
dicho por Corderita, sino que remite directamente a la globalidad de la situación.
La unidad léxica aber puede por tanto recorrer dos caminos: uno hacia la
gramática y otro hacia la pragmática. Aber opera a nivel oracional en (1), mientras
que en (2), (3) y (4) lo hace a nivel conversacional.
Lo mismo sucede con el adjetivo bueno que en su valor referencial puede describir
tanto a una persona que no conoce malicia como expresar la alta cualidad de un
objeto determinado o por ejemplo la validez de un sujeto en una materia. En (7)
este adjetivo presentado en su forma femenina singular y masculina plural –
variación de género y número– manifiesta por un lado un modo de actuación ético
o un patrón de comportamiento impoluto y por otro una época de bonanza
económica y prosperidad.
7) Qué razón tienes, Emil... hacemos una buena obra, para el pueblo alemán y para
nuestro Führer. Son los buenos tiempos que él nos prometió.
(N3, ES, cap. 7, pág. 57)
En cambio, bueno toma valores discursivos tanto en (8) como en (9): en la primera
muestra tiene un valor conclusivo, pues introduce un enunciado que apunta
directamente hacia un cierre en el intercambio; mientras que en la segunda, esta
misma unidad ayuda a la progresión conversacional y a dar paso a otras secuencias
enunciativas, que presentan información nueva. Bauhr (1994) registra tres
macrofunciones para bueno –metadiscursivas, expresivas y pragmáticas–94 y un buen
94 Las funciones que Bauhr atribuye a bueno son todas discursivas, por lo que podríamos decir
que todas albergan un valor pragmático. Así pues, la macrofunción pragmática puede resultar algo
genérica y por ello cabría sustituirla por funciones de conformidad o anuencia.
9) Como desee, señora Gesch. Prepárese, tengo abajo a dos agentes, puede venirse ahora
mismo. Y déjele a su marido... porque tiene marido, ¿verdad? ¡Claro que lo tiene!
Bueno, pues déjele a su marido una nota: «Estoy en la Gestapo. Regreso
indeterminado». Vamos señora Gesch, escriba la nota.
(N3, ES, cap. 25, pág. 213)
10)¡De eso ni hablar! Irá Corderita en persona. Qué se ha figurado él. Andar es muy sano
y, además, ¿cree que se va a quedar allí sentada temiendo que él compre el salmón
equivocado? Ella tiene que verlo con sus propios ojos, comprobar cómo la vendedora
lo corta, loncha a loncha. Así que irá ella cueste lo que cueste.
–De acuerdo. Vas tú.
–Y ¿cuánto?
–Mitad de cuarto. Bueno, mejor trae un cuarto. Permitámonos el lujo de ser
generosos por una vez.
(N1, ES, cap. 14, pág. 114)
11)–Voy a contarte to’ lo qu’ha pasao. Hace ya más de un año, mi llamado padre, me
tangó cincuenta pavos, y encima me zurró la badana. Así que me fui a buscar a unos
amigos, bueno, amigos, lo que se dice amigos, no eran, unos camorristas, ya sabes, y
entonces nos abalanzamos sobre mi viejo y lo atizamos.
(N3, ES, cap. 44, pág. 355)
14)–Tutti... una vieja amiga... –articuló con esfuerzo antes de echarse de nuevo a llorar.
–Válgame Dios, está usté hecho un guiñapo –dijo despectiva la señora Gesch. ¡Si yo
me derrumbase en cuanto me fueran mal las cosas...! Bueno, ¿cómo se llama de
verdad la tal Tutti y dónde vive?
(N3, ES, cap. 10, pág. 72)
15)–¡Tú y tus remilgos! ¿Acaso vamos a estafar a esa gente? No. Recibirán su dinero, y al
momento. Eso es solo por lo asquerosamente joven que soy. Vamos, Karl, no te
pongas de morros... ¿Sí o no?
–Vale, sí.
–Eres muy amable, Karl, m’alegro mucho. Eres un amigo de verdá, a las duras y a las
maduras, siempre había deseao tener algo así. ¡Cuánto me alegro, Karl! ¡Anda, ven,
echemos un baile! –Y dando vueltas, levantándose la falda con la punta de los dedos,
tarareó–: Ven, Karl, ven a bailar, ven a mi alegre... Ay, no, así no es. ¿Cómo sigue, Karl?
Pero bueno, ¿qué haces ahí plantao mirándome embobao? ¿Tengo monos en la cara?
(N2, ES, cap. 15, pág. 102)
16)–Yo ya habría sacado el nombre a la fuerza. Vigílalo... espero que no se les ocurra perderlo.
–Esos, no. Son los hombres más eficaces de la plaza Alexander.
–¡Bueno, bueno! –Prall volvía a animarse a ojos vistas–. Ya sabe que a mí no me
gustan esas arbitrariedades. Preferiría tener a ese tipo en mis manos.
(N3, ES, cap. 25, pág. 209-10)
Die Grammatikalisierung einer sprachlichen Einheit ist vor allem ihre Verfestigung,
d.h. ihre Unterwerfung unter Beschränkungen des Sprachsystems. Die fragliche
Einheit verliert an struktureller Autonomie. Das besagt für den Sprecher, dass er die
Freiheit, sie nach seinen kommunikativen Absichten zu manipulieren, verliert und ihm
stattdessen die Grammatik diktiert, wie er damit verfahren muss (Lehmann 2005: 2).97
95 «la atribución de carácter gramatical a una unidad léxica» [Traducción propia]
96 «la ampliación del alcance de un morfema, que avanza del nivel léxico al gramatical o, que bien
adquiere un estatus todavía más gramatical del que ya tiene». [Traducción propia]
97 «La gramaticalización de una unidad lingüística es ante todo su fijación, es decir su sometimiento a
las restricciones del sistema lingüístico. La unidad en cuestión pierde en autonomía estructural. Esto
98 V. el artículo Sobre el perfet perifràstic del català de Enric Vallduví incluido en las Actes del cinquè
col·loqui d’estudis catalans a Nord-amèrica (1989) en el que se recopilan las observaciones de varios
lingüistas acerca del origen de la perífrasis que conforma este tiempo verbal.
99 «no podemos tratar los marcadores discursivos como un caso de gramaticalización si la
interpretamos tal y como lo hace Lehmann, es decir como un proceso de pérdida de autonomía,
especialmente de reducción en forma y alcance, etc. identificado con el desarrollo de la
morfología». [Traducción propia]
100 la «gramaticalización no es únicamente un cambio sintáctico, sino uno de índole global, que
incluye –aparte de la sintaxis– procesos morfológicos, fonológicos, semánticos y también
discursivos». [Traducción propia]
101 «concepto vago» [Traducción propia]
102 «una expresión está pragmatizada cuando actúa en la pragmática». [Traducción propia]
103 En negrita se encuentran marcadas aquellas unidades que no son marcadores pragmáticos,
pero que satisfacen pragmática y comunicativamente las necesidades textuales y situacionales en
el fragmento conversacional ficticio en el que se hallan enclavadas.
104 Portolés Lázaro ([1998], 2007: 146) incluye los «digresores» bajo los «marcadores de
estructuración», aunque nosotros establecemos un grupo por separado al ser übrigens una unidad
tanto digresora como de adición.
Ser traductor significa ejercer el noble oficio de comunicar entre sí a hombres separados por barreras
lingüísticas, total o parcialmente, infranqueables para ellos.
105 «que dos textos [pueden recrear] una misma situación empleando medios estilísticos y
estructurales completamente diferentes». [Traducción propia]
106 Interpretamos medios estructurales como categorías gramaticales o bien ciertos sintagmas, por ello
optamos por forma cuando nos referimos al aspecto que adopta una estructura a tenor de la
lengua. La forma de las interjecciones suele variar de una lengua a otra y así es en el caso expuesto
más arriba en el que la expresión de dolor se verbaliza diversamente: aïe (francés), ouch (inglés),
aua (alemán), aunque la forma es idéntica en el binomio español-catalán ay/uy, ai/ui.
John Catford publica seis años más tarde, en 1965, un trabajo que supone la
llegada de un punto de vista contrapuesto al imperante hasta la fecha en el marco
de la noción de equivalencia: el textual. Este lingüista y traductólogo escocés
discierne entre correspondencia formal y equivalencia textual. La primera se define como
«cualquier categoría [LM] (unidad, clase, estructura, elemento de estructura, etc.), de
la cual se puede decir que ocupa tan aproximadamente como es posible, el
“mismo” lugar en la “economía” LM que el ocupado por la categoría LO en la
economía LO» (cit. en Hurtado Albir 2001: 215). En el lado contrario, se halla la
equivalencia textual que representa «cualquier forma (texto o porción de texto) LM
que resulte ser el equivalente de una forma dada (texto o porción de texto) LO», «la
porción de un texto LM que cambia sólo cuando una porción dada del texto LO
cambia» (cit. en Hurtado Albir 2001: 215). La equivalencia se encuentra
estrechamente ligada a los factores contextuales y cotextuales en este último caso.
107 «el problema principal de la lengua y la preocupación crucial de la lingüística» [Traducción
propia]
108 «traducir consiste en reproducir el equivalente natural más cercano a la LO en la LM: en
primer lugar en lo concerniente al significado y en segundo a lo referente al estilo». [Traducción
propia]
109 «traducir debe apuntar principalmente a la “reproducción del mensaje”». [Traducción propia]
110 «habrá fracasado en la consecución de su propósito». [Traducción propia]
Así pues, toda traducción se rige por su finalidad. En este caso, el objetivo de
Rosa Pilar Blanco y Ramon Monton es verter el mensaje general de Hans Fallada al
español y al catalán. Ya a nivel menos genérico, o sea en el plano de las secuencias
textuales, los traductores aspiran a reproducir los actos de habla que «está[n] más o
menos dirigido[s] a una finalidad (es intencional) y, como tal, es un instrumento
para alcanzar unos objetivos» (Stern 1974: 75, cit. en Reiss y Vermeer 1991: 96). La
función de estos actos no es otra que la de caracterizar a los personajes y los
enunciados que estos pronuncian con el fin de evocar un escenario lo más próximo
posible a la realidad descrita. En este caso el escopo del TP y el del TM son
coincidentes y por ello los traductores buscan equivalentes en el SLM, ateniéndose
siempre a las necesidades contextuales y estilísticas, para que el TM cause en el
LEM el mismo efecto que el TP causó en el LEP –describir la realidad de una etapa
de la historia alemana–.
De estos tres tipos diferenciados por Austin nos interesa sobre todo el acto
ilocutivo. Aparte de que se haya logrado traducir la esencia global de un texto, cabe
detenerse en las secuencias más pequeñas, que encarnan las intenciones del
hablante –o en este caso personaje– al pronunciar los enunciados (actos ilocutivos).
De ello hemos tenido cuenta a la hora de determinar la función de los marcadores a
lo largo de este trabajo, así como de ver cómo se traslada en los respectivos TM la
fuerza ilocutiva que dichas unidades entrañan en los respectivos TM. Es decir, se ha
observado qué marcadores introducen un reproche o una orden en alemán (por
ejemplo, el marcador na) y cuáles son los equivalentes plasmados en catalán y en
español que aportan esa fuerza al enunciado.
Cabe, con todo, tener en cuenta que el escopo o finalidad determinará en mayor o
menor medida la equivalencia textual y/o comunicativa. Como ya hemos
mencionado más arriba, las traducciones de estas novelas tienen la misma función
que el TP tanto en el nivel general como también en los fragmentos textuales y
dialógicos. Reiss y Vermeer manifiestan que la equivalencia que se da entre textos
no tiene por qué suponer una equivalencia entre elementos individuales
[entiéndanse intervenciones, actos, etc.] y viceversa (1991: 131). Así pues, en
palabras de estos dos traductólogos la equivalencia queda definida «como la
relación que existe entre elementos lingüísticos de una pareja de textos y como
relación entre textos completos», a pesar de que esta noción también «abarca [el
plano] cultural» (1991: 131).
1) »Na, erlauben Sie mal«, sagt Pinneberg wütend. »Wir sind kein gelber Verband! Wir
werden nicht von den Arbeitgebern finanziert. Wir zahlen unsern Bundesbeitrag
selber.«
2) –Perdoni un moment –diu Pinneberg, furiós–. No som un sindicat groc! No ens
finança pas la patronal. Nosaltres mateixos paguem les nostres quotes.
–Per als jerarques! Per als jerarques de la camarilla groga. Molt bé, Emma, et felicito,
has anat a buscar l’home més adequat. Un home de la SEA! Un gosset de la patronal!
(N1, DE, cap. 2, pág. 24)
5) Sí, ara en recordo l’argument –diu l’actor–. O sigui que li va agradar? Molt bé. I què és
el que més li va agradar?
En (6) puede observarse como el asistente Schröder expresa sus dudas acerca de la
culpabilidad de Enno Kluge en cuanto a la autoría de las postales. Escherich
empieza su turno de palabra con el marcador aber, que señala hacia una opinión
contrapuesta y por ende expresa desacuerdo con lo que el interlocutor ha dicho.
Además, esta unidad manifiesta igualmente que se pretende desautorizar a Schröder
y desvalorizar su opinión. Es decir, el comisario Escherich persigue que Schröder
se acomode a lo expuesto en el informe y que no dé más vueltas al caso de las
postales, puesto que lo importante es culpar a alguien sin importar de quien se trate.
En este caso, tanto la traducción al español (7) como al catalán (8) –pero y però–
ejecutan el mismo papel que el TP, es decir, son equivalentes en relación al TP y
adecuados en cuanto a la situación de la CUM.
6) »Herr Kommissar«, sagte der Assistent Schröder, »ich kann’s noch immer nicht ganz
glauben, dass der Kluge die Karte hingelegt hat. Ich hab’s doch gesehen, wie ich sie
ihm in die Hand gab, der hat noch nie was von der Karte gewusst! Das hat sich alles
bloß dieses hysterische Frauenzimmer, die Sprechstundenhilfe, ausgedacht.«
»Aber es steht doch im Protokoll, dass er sie hingelegt hat«, wandte der Kommissar
ein, doch ohne besonderen Nachdruck. »Im Übrigen möchte ich Ihnen raten, in Ihrem
Bericht nichts von hysterischem Frauenzimmer zu schreiben. […]«
(N3, DE, cap. 25, pág. 263)
7) –Señor comisario –repuso el ayudante Schröder–, todavía no acierto a creer del todo
que Kluge haya dejado la postal. ¡Cuando se la puse en la mano me di cuenta de que
no sabía nada de ella! Todo eso se lo ha inventado esa histérica, la auxiliar de la
consulta.
–Pero la declaración afirma que él la depositó –adujo el comisario como de pasada–.
Dicho sea de paso, le aconsejaría que no mencionase nada sobre una histérica en su
informe.
(N3, ES, cap. 25, pág. 205)
8) –Senyor comissari –va dir el comissari adjunt Schröder–, encara no em puc creure que
hagi estat aquest Kluge qui ha deixat la postal a l’entrada de la consulta del metge. He
vist de seguida, quan li he donat la postal, que no en sabia res de res! Tot plegat s’ho ha
inventat aquella histèrica de l’auxiliar de la consulta.
9) Dann hat ihn auch der Schnaps nicht mehr interessiert, und er ist den Barkhausen
suchen gegangen. Der hat noch immer in der großen Stube gestöbert, hat die Schränke
und die Koffer aufgemacht, und was drin verpackt war, auf die Erde geschmissen,
immer auf der Suche nach etwas noch Besserem.
»Junge, Junge, die haben wohl ihren ganzen Wäscheladen mitgenommen!«, hat Enno
ganz überwältigt gesagt.
»Red nicht, hilf lieber!« ist des Barkhausen Antwort gewesen. »Bestimmt ist hier noch
Schmuck versteckt und Geld – das sind doch reiche Leute gewesen, die Rosenthals,
Millionäre sind die gewesen –, und du hast von faulen Fischen geredet, Ochse, der du
bist!«
(N3, DE, cap. 7, pág. 72)
12)Der Junge aber stand da, leichenblaß, die Hände in den Taschen, und murmelte: »Wir
sind erschossen, Lämmchen. Morgen schmeißt er mich raus.«
»Wer denn? Wer?«
»Na, Kleinholz doch! Ach Gott, du weißt es ja noch gar nicht. Das waren
Kleinholzens!«
»Ach Gott!« sagte Lämmchen auch und tat einen ganz tiefen Atemzug. »Das nenne
ich nun freilich Malesche.«
(N1, DE, cap. 12, pág. 96)
13)El chico, pálido como un cadáver, las manos en los bolsillos, murmura:
–Estamos perdidos, Corderita. Mañana me despedirá.
–¿Quién?
–¿Quién va a ser? ¡Kleinholz, por supuesto! Dios mío, tú no lo sabes. Esos eran los
Kleinholz.
–Ay, Dios mío –musita ella con un profundo suspiro–. Eso es lo que yo llamo una
contrariedad.
(N1, ES, cap. 12, pág. 98)
14)El nen es va quedar allà palplantat, pàl·lid com un mort, amb les mans a les butxaques,
murmurant:
–Estem llestos, Xaieta. Demà mateix em farà fora.
–Però qui? Qui?
–Doncs Kleinholz, qui ha de ser! És clar, tu no ho saps. Aquests eren els Kleinholz.
–Mare de Déu! –diu la Xaieta, i respira profundament–. Això sí que es tenir mala
sort!
(N1, CAT, cap. 12, pág. 99)
Una vez vistos algunos de los ejemplos en los que se aprecia la equivalencia
comunicativa, ofrecemos un esquema en el que se observa dicha equivalencia tanto
a nivel global como a nivel microtextual, es decir en el nivel del diálogo o
intercambio mínimo. Es en este donde las unidades como los marcadores deben [o
deberían] satisfacer las mismas funciones en el TM que en el TP, una vez
TABLA DE RESULTADOS
N° TEXTO AL Función ESP CAT
001 Ach was! interrupción / retracción ¡Bah! En fi, és igual!
002 Ach was! actitud escéptica y de oposición ¡Qué va! Au va!
003 Ach was! distanciamiento de opinión (en cat. Déjate de Vinga, home
transmisión de un matiz de ánimo) bobadas
004 Ach was! distanciamiento de opinión ¡Pamplinas! Bestieses!
Ach was [...]! [...] bobadas! Au, va home, va
005 Ach wat! disconformidad, incredulidad ¡Bah! Ø
QUÈ DIUS [ARA]!;
VINGA HOME!
006 Ach wat! disconformidad, despreocupación, ¡Amos, anda! Sigui com sigui, ja
infundir ánimos està fet!
007 Ach was distanciamiento de opinión ¡Qué va! ¿I què?
008 Ach was queja, irritación Ø Vinga
¡QUÉ DIABLOS!
¡VENGA YA!
009 Ach was! sorpresa (matiz de irritación) ¡Pero qué dices! Caram!
010 Ach was! impotencia, enfado, menosprecio ¡Bah! ¡Se acabó! En fi!
011 Ach was sorpresa, incredulidad, ¿Que no [...]? Què diu ara?
contrariedad, indignación ¡Pamplinas!
012 Ach was! negación ¡Ni hablar! Vinga
FIGURA 13: Síntesis de los valores de ach was y sus variantes en los diálogos ficticios y
equivalencias
TABLA DE RESULTADOS
015 Na also Expresa que cede ante una petición y Bueno Molt bé
hace alusión al conocimiento
compartido.
016 Na, hör mal, Introduce un sentimiento de sorpresa Venga ya, [...] De debò? [...]
[...] en el sentido de incredulidad y de
desacuerdo.
017 Na, [...] Se apela al interlocutor, se introduce Oiga Ø Perdoni un
un enunciado que muestra enfado. moment
036 Na, [...] Introduce una conclusión y da Bueno, [...] , però [...]
continuidad al discurso.
037 Na ja, [...] Introduce una discrepancia. Bueno, [...] En fi, [...]
038 Na, [...] Introduce un turno que manifiesta las ¿Qué tal [...]? Què [...]?
enormes ganas de hablar del emisor.
039 Na ja Introduce un acuerdo, pero con cierto Sí, claro Sí, és clar
matiz de duda y preocupación.
040 Na ja, [...] Introduce un giro temático. Bueno, [...] En fi, [...]
041 Na also! Manifiesta la resolución de una duda. ¡Acabáramos! Molt bé!
042 Na, [...] Introduce una respuesta. Claro, claro És clar, [...]
044 Na, [...] Introduce una discrepancia. Bueno, [...] En fi, [...]
045 Na ja, [...] Introduce una resignación. Ø Doncs em sembla
LA VERDAD ES que [...]
QUE [...]
050 na ja, [...] Introduce un distanciamiento del en fin, [...] En fi, [...]
emisor hacia lo dicho por el
interlocutor y se concluye una
intervención.
051 Na, [...] Agrega nueva información, da Bueno, [...] En fi, [...]
continuidad al discurso y cierra la
intervención.
052 Na, [...] Elemento para apelar la atención de ¡Eh!, [...] Ø
alguien. EI!; EP!
053 Na, [...] Introduce la petición de una ¿Y [...]? ¿Es pot saber
explicación. [...]?
Na, [...] Se apela a la atención del interlocutor y A ver, [...] Digues, [...]
se formula una pregunta.
054 Na ja, [...] Manifiesta resignación. En fin, [...] En fi, [...]
055 Na ja, [...] Introduce una conclusión, que muestra En fin, [...] En fi, [...]
un matiz de resignación.
056 Na, [...] Ayuda a mantener el turno e introduce Ø Ø
una deducción hecha por el hablante. BUENO, BÉ,
057 Na, siehste! Expresa la satisfacción de opiniones ¡Mía tú que bien! Ves per on!
coincidentes y da paso a otras
secuencias enunciativas.
Na, [...] Acusa recibo e introduce una Sí, [...] Sí, [...]
puntualización contraria.
063 Na, [...] Introduce una réplica con la que el Oiga, [...] Ø
emisor se defiende por lo afirmado. ESCOLTI; MIRI;
PERDONI,
066 Na, [...]! Introduce un parecer común, muestra ¡Vale [...]! D’acord [...]!
el acuerdo de los interlocutores.
067 Na, [...] Introduce una reacción. Ø Ø
¡MENOS MAL! QUE BÉ!
Na, [...] Introduce una orden. Anda, [...] I ara val més [...]
068 Na, [...] Introduce una reacción. Pues [...] Ø
DONCS
069 Na ja, [...] Introduce una reacción de asombro ante ¿Es que [...]? Sí, ¿és que [...]?
el desconocimiento del interlocutor.
070 Na, [...] Introduce una respuesta a la propia Pues [...] Doncs [...]
pregunta.
071 Na, [...] Introduce una petición. Vamos Au va, [...]
072 Na, [...] Introduce una especificación. Ø Però [...]
PERO
079 Na, [...] Introduce una reacción favorable a las Bueno, hombre, D’acord, [...]
palabras y la actitud del interlocutor. [...]
080 Na schön, Introduce una actitud Vale, [...] En fi, [...]
[...] condescendiente.
081 Na also! El hablante muestra al interlocutor que ¡Pues a callar! Doncs no cal que
está en lo cierto y no admite discusión. en parlem més!
082 Na, [...] Introduce una exhortación. Bueno, [...] Doncs [...]
083 Na, [...]? Seguido de un sobrenombre muestra ¿Qué tal, [...]? ¿I doncs, [...]?
un tono de familiaridad.
084 Na schön, Muestra complacencia. Estupendo Molt bé
[...]
098 Na, [...] Introduce la respuesta a una pregunta. ¡Pues [...]! Doncs [...]
099 Na, [...] Introduce una orden con la que se Bueno, [...] Vinga, [...]
cierra la intervención.
100 Na schön! Manifiesta acuerdo. Está bien D’acord!
101 Na schön Manifiesta acuerdo. Vale, vale Ah, caram
(contiene también
un matiz de
sorpresa)
102 Na, [...] Introduce el fin de un fragmento Bueno En fi
conversacional.
103 Na, [...] Ejerce la función de dar continuidad. Ø En fi, [...]
ENTONCES; ASÍ
Na, [...] Manifiesta la complacencia del PUES, Ø
interlocutor. Ø I BÉ?
FIGURA 17: Síntesis de los valores de na denn en los diálogos ficticios y equivalencias
FIGURA 18: Síntesis de los valores de na schön en los diálogos ficticios y equivalencias
TABLA DE RESULTADOS
FIGURA 19: Síntesis de los valores de nanu en los diálogos ficticios y equivalencias
TABLA DE RESULTADOS
FIGURA 20: Síntesis de los valores de siehst du y sus variantes en los diálogos ficticios y
equivalencias
El marcador verstehst du, al igual que siehst du, aparece en la TGDS (2007: 833)
y aparte de ser una unidad de continuidad discursiva o conversacional lleva a cabo
una serie de funciones entre las que se encuentran la búsqueda de conformidad con
el interlocutor, la marca de contundencia de un mensaje específico, la muestra de
prevalencia de un punto de vista, la puesta de relieve de ciertas evidencias, la marca
de ciertas precisiones, etc. (v. FIGURA 21). Una vez más, esta unidad se ve
marcada diatópicamente en el TP en la forma vastehste, aunque no se traslada a
ninguno de los TM. Por otra parte, las soluciones de traducción son bastante
homogéneas (en español a partir de fórmulas creadas a partir de entender y comprender
y en catalán de entendre, en su mayoría). Su posición es intermedia y final en las
intervenciones.
FIGURA 21: Síntesis de los valores de verstehst du y sus variantes en los diálogos ficticios y
equivalencias
TABLA DE RESULTADOS
162 , wat? Se busca una respuesta afirmativa del ¿verdá? ¿oi que [...]?
, wat? interlocutor y se hace patente la compli- ¿eh? ¿oi?
cidad.
163 wat, [...]? Se busca verificar una aserción. ¿Verdá [...]? ¿Oi que [...]?
164 , wat? Se busca confirmar una aserción y las ¿eh? ¿no trobes?
, wat? unidades en cuestión ayudan a engarzar , ¿verdá? , ¿oi?
, wat? los enunciados de la intervención. , eh, , ¿oi, [...]?
165 , was? Se busca la conformidad del interlocutor. , ¿vale? , ¿d’acord?
166 , was? Se busca la aprobación del interlocutor. , ¿eh? ¿[...], oi?
, was? , ¿no crees? ¿oi?
, was? , ¿eh? , ¿oi?
167 , was? Se busca la conformidad del interlocutor. ¿ [...], no? , ¿oi?
168 , was? Se busca el asenso del interlocutor. , ¿eh?, , oi?
169 , was? Se busca la conformidad del interlocutor. , ¿verdad? És que [...]?
FIGURA 22: Síntesis de los valores de was? y sus variantes en los diálogos ficticios y equivalencias
La TGDS recoge unidades como weißt du, siehst du y verstehst du bajo las
Sprechersignale [señales del hablante] y más concretamente las Fortsetzungssignale [señales de
continuación] (2007: 832-3). La función principal que se les otorga es la de despertar
el interés del interlocutor y mantenerlo durante la conversación. En este mismo
punto se mencionan las formas coloquiales weißte, siehste y verstehste. Algunas de estas
y otras similares aparecen en los intercambios de nuestro corpus. En definitiva,
estos marcadores tienen un papel textual importante, pues guardan relación con la
distribución y continuidad discursiva.
El caso de siehst du [y sus variantes: sehen Sie, [na] siehste [!], [da] siehst du [es]] es
realmente interesante debido a las posiciones y funciones que puede llegar a asumir.
En la mayoría de las intervenciones, esta unidad ocupa una posición inicial en la
intervención reactiva y tiene el cometido de activar el interés del interlocutor en el
contenido conversacional transmitido. Además, se hace patente que el hablante
quiere hacer ver al oyente que estaba en lo cierto o bien que un suceso o acción
eran evidentes (v. TP. DE 127). En ocasiones incluso se descubre un cierto matiz
de reproche e irritación, como en el contexto apenas mencionado. Por otro lado,
este marcador aparece igualmente en la mitad de una intervención y ayuda a dar
continuidad al discurso en la medida en que se introduce una explicación (v. TP.
DE 143). Por último, este marcador muestra la complicidad que se da entre los
interlocutores (v. TP. 144). La traductora Rosa Pilar Blanco vuelve a reflejar el uso
que Fallada hace de las marcas diatópicas en el TP. Esta reproduce en dos
ocasiones la voz siehste por dos formas que recuerdan a un habla descuidada y
prototípica de las clases más desfavorecidas –¡mía tú qué bien! (v. Trad. ES 057) y
aquí ties (v. Trad ES 138)–. Ramon Monton, por su parte, opta por el utilizar una
única vez la forma mi-te’l (v. Trad CAT 133), clasificada esta última como coloquial
y marcadamente informal en el CCMM. El resto de traducciones parece mantenerse
dentro de la neutralidad, a pesar de estar también marcadas algunas formas del TP.
Por último el marcador was? [y su variante: wat] parece tener una única
función a nivel interpersonal, y es la de buscar en el interlocutor el asenso o la
confirmación de lo afirmado. Su posición es final en el enunciado y con ello cierra
las intervenciones en las que se halla. La función la recoge el diccionario Hermann
Paul (2002: 1148). Las traducciones al español y catalán no siguen a veces el orden
enunciativo del TP y por ello pueden encontrarse modificaciones en cuanto al orden
del marcador en la intervención, que responden al uso natural de la LM (v. Trad.
CAT 163, Trad. CAT 169). Rosa Pilar Blanco recoge las marcas diatópicas del TP
empleando ciertos procedimientos como la apócope ¿verdá[...]? (v. Trad. ES 164).
Capítulo DE: Pinneberg erfährt etwas Neues über Lämmchen und faßt einen großen Entschluß [cap. 1, págs. 7-15. Vorspiel,
die Sorglosen]
Traducción ES: Pinneberg se entera de algo nuevo sobre Corderita y toma una decisión transcendental [cap. 1, págs. 7-15. Prelu-
dio, los despreocupados]
Traducción CAT: Pinneberg s’assabenta d’una cosa que desconeixia sobre la Xaieta i pren una gran decisió [cap. 1, págs. 7-16.
Preludi, els inconscients]
Resumen
El apuesto Johannes Pinneberg espera a su novia Emma Mörschel –cuyo apodo es Corderita– delante del edificio
de la Rothenbaumstrasse n.° 24. La joven pareja tiene cita en la consulta del Dr. Sesam, un ginecólogo. El mucha-
cho duda en si debería encenderse o no un cigarro, ya que a pesar de que Corderita llega veinte minutos tarde, sabe
que está a punto de aparecer. Al encenderlo, la chica dobla la esquina y lo sorprende. Esta pregunta a Johannes si
está enfadado por el retraso y él responde que no, aunque seguramente tendrán que esperar un buen rato hasta ser
atendidos. Corderita intenta restarle importancia al asunto y recuerda a su atildado Johannes que han pedido la hora.
Suben las escaleras y la enfermera que está en el umbral de la puerta requiere los volantes con tono de pocos ami-
gos. Pinneberg responde que son pacientes privados, lo que hace cambiar la actitud de la practicante de manera
radical. Esta los hace pasar a un salón ante la mirada inquisitiva de la muchedumbre de pacientes que llena la sala de
espera. Las quejas llegan a los oídos de la joven pareja y de la enfermera, algo que los llega a incomodar. Entonces,
la enfermera tilda de ordinarios a los pacientes del seguro, que se quejan a voces al ver pasar a los “supuestos” pa-
cientes privados. Una vez sentados, Corderita parece agitada por las palabras negativas que ha pronunciado la ayu-
dante del médico, ya que considera que es una actitud despreciativa hacia la gente corriente que contribuye pagando
sus impuestos. Además, ellos tampoco tienen seguro privado, tal y como ha afirmado Pinneberg.
La enfermera les pide los datos personales mientras llega el Dr. Sesam. Una vez facilitada la información requerida y
antes de que el médico llegue, Corderita siente la necesidad imperiosa de acudir al cuarto de baño. Johannes malhu-
morado le dice que siempre le ocurre lo mismo y que debería haber ido antes. Se abre la puerta de la consulta y,
todavía discutiendo, el Dr. Sesam les pide que hagan el favor de pasar. El facultativo habla con Johannes y le comu-
nica que ha leído su escrito en el que solicita conocer una protección completamente segura. Seguidamente, le pide a
Corderita que se desvista para examinarla. Hace pasar a la chica a una habitación contigua donde la visita, mientras
Johannes aguarda nervioso al otro lado desde donde escucha un tono de voz procedente de Corderita que le resulta
totalmente desconocido.
El médico da la buena nueva a la pareja, con lo que coge a Pinneberg desprevenido y lo deja atónito. El futuro pa-
dre no da crédito a que Corderita esté embarazada. El Dr. Sesam pide a la pareja que acuda una vez haya nacido el
bebé para informarles sobre los métodos anticonceptivos. Una vez paga los quince euros en concepto de visita,
Pinneberg parece mustio y Corderita intenta animarlo. El joven sigue en sus trece y se muestra todavía incrédulo
ante la noticia.
Una vez más deben separarse. Corderita tiene que ir a cenar con su familia. Johannes se enoja ante la idea de volver
a separarse de nuevo en la Lütjenstrasse, calle donde vive Corderita con su familia. Contrariado y confuso, Johannes
Pinneberg corre detrás de Corderita escalera arriba y le pide matrimonio.
Resumen
Corderita se ha quedado sobrecogida por las palabras de Johannes. Ella le dice que no tiene por qué hacerlo, pero
seguidamente se rectifica en lo dicho y afirma que es obviamente preferible que el bebé tenga un padre. Esto parece
coger una vez más desprevenido a Johannes, que por un instante se había olvidado del embarazo de su novia y
simplemente pensaba en su propio interés –el de no esperar siempre un par de horas en la calle siempre un par de
horas hasta que Emma acabase de cenar–.
Johannes Pinneberg insiste en subir a casa de los Mörschel, pero Corderita le dice que quizá sería mejor preparar a
sus padres antes de pasar a las presentaciones. El joven comenta que en ciertas ocasiones es mejor hacer las cosas
cuanto antes, sin esperar. Por otro lado, quiere saber si sus futuros suegros se alegrarán de conocerle. Ella, pensati-
va, contesta que por lo que respecta a su madre, sí, pero que su padre es un hombre algo difícil y que en muchas
ocasiones le gusta bromear de manera sardónica.
Una vez en el piso, Emma entra en la cocina donde se halla su madre preparando la cena y esta, sin girarse, ordena a
su hija que baje al sótano a por leña. La muchacha le presenta de inmediato a Johannes, que está junto a ella, y le
transmite la intención que tienen de casarse. La señora Mörschel manda a su hija de nuevo que haga el favor de
bajar y esta obedece. El rostro enfurecido de la mujer hace presagiar que el joven Pinneberg va a recibir una buena
reprimenda y, en efecto, le reprocha de manera un tanto agresiva, haber deshonrado a su hija de tal manera. La
mujer alude obviamente a la preñez de Emma y empieza a insultarlo. Posteriormente, le pregunta por su situación
laboral y se queda tranquila al oír que su salario es tan solo de ciento ochenta marcos brutos. La señora Mörschel es
de la firme convicción de que su hija debe continuar siendo sencilla, ya que son de clase obrera.
Una vez Corderita sube del sótano con la leña, la madre los envía a la habitación, ya que quiere hablar con el padre
antes de que conozca a Johannes Pinneberg. Sentados a la mesa, el señor Mörschel examina a Pinneberg de arriba a
abajo y empieza a aturdir al joven con preguntas sobre su trabajo y se ensaña con él por su condición de empleado
en unas oficinas. Lo tacha de no luchar por sus derechos y de hacer horas extras sin remunerar, »Sie machen auch
manchmal Überstunden, nicht wahr?« »Ja«, sagt Pinneberg. »Aber ohne Bezahlung?« »Leider. Der Chef sagt...« Herrn Mörschel
interessiert nicht, was der Chef sagt. »Sehen Sie, darum wäre mir ein Arbeiter für meine Tochter lieber; wenn mein Karl Überstunden
macht, kriegt er sie bezahlt.« (pág. 22). Además, el viejo Mörschel echa en cara a Johannes Pinneberg que los empleados
normalmente se creen mejores que los obreros y que son unos esquiroles. La madre de Emma interviene e intenta
calmar los ánimos. Poco después llega Karl, el otro hijo de los Mörschel, y la discusión se acalora todavía más cuan-
do los dos hombres de la familia se exaltan y quedan así patentes sus ideales políticos durante sus insultos, »Ein
richtiger Bourgeois ist mir noch immer lieber als ihr Sozialfaschisten.« »Sozialfaschisten« antwortet der Alte böse. »Wer wohl Faschist
ist, du Sowjetjünger!« (pág. 25). Los miembros del KPD tildaban de fascistas a los socialistas, algo que se ve reflejado
en los diálogos de este capítulo [aprovechamos este momento para corregir una imprecisión en la traducción al
español donde Rosa Pilar Blanco traduce Sozialfaschisten por nacionalsocialistas, algo totalmente incorrecto, ya que se
confunden los miembros del SPD con los del NSDAP].
Resumen
La agitada cena ha acabado y la pareja de novios está sentada en la oscura cocina. El matrimonio Mörschel está
durmiendo en habitaciones separadas y el hermano de Corderita no se encuentra en la vivienda, ya que ha acudido a
una reunión del Partido Comunista. Johannes Pinneberg le hace saber a su novia que le gustaría vivir bien y la joven
se da por aludida al instante, puesto que los Mörschel no llevan una existencia demasiado cómoda .
Corderita comenta igualmente que en su casa no abundan las buenas formas y que, a pesar de trabajar tanto fuera
como en casa, su hermano Karl y su padre nunca tienen una buena palabra para ella, incluso la menosprecian siem-
pre que pueden, y la llaman “tonta”. Ella confiesa que los comentarios proferidos por algunos miembros de su
familia, como su hermano, le hacen sentirse poco inteligente o guapa. Johannes le dice que no le dé vueltas a esas
cosas porque para él ella es hermosa. Al decir eso, se da cuenta de que nunca hasta el momento había reparado en la
belleza de su futura mujer. Quizá ahora que lo decía, no la veía tan bonita como antes. A continuación, Corderita le
dice que no quiere agobiarlo con más lamentos.
Acto seguido, empiezan a hablar de la vida de casados que llevarán, del dinero que tienen ahorrado y de lo que
podrían gastar mensualmente en alquiler, comida y gastos adicionales como luz, agua, etc. Lo calculan varias veces,
pero desgraciadamente comprueban que con el sueldo de Pinneberg no podrán llevar una vida desahogada ni mu-
cho menos, teniendo en cuenta que tendrán un hijo y que querrán ahorrar una pequeña cantidad todos los meses.
Finalmente, Corderita saca todo su positivismo y ruega a Johannes que deje de hacer cálculos, y piensa que si otros
consiguen llegar a fin de mes, ellos también podrán.
La señora Mörschel se levanta y le pregunta a la joven pareja de novios si no van a dormir. Después les asegura que ese día
dormirá con su marido y así podrán tener su habitación para ellos solos. A Pinneberg no le apetece demasiado dormir en
casa de los padres de su futura esposa y esta, bromeando, le dice que eso le pasa por ser todo un burgués.
Capítulo DE: Erbsensuppe wird angesetzt und ein Brief geschrieben, aber das Wasser ist zu dünn [cap. 10, págs. 75-82. Erster
Teil, die kleine Stadt]
Traducción ES: Corderita prepara una sopa de guisantes, que queda demasiado aguada, y escribe una carta [cap. 10, págs. 78-
84. Primera parte, una ciudad pequeña]
Traducción CAT: Algú prepara una sopa de pèsols i algú altre escriu una carta, però la sopa surt massa clara [cap. 10, págs. 77-
84. Primera part, la petita ciutat]
Resumen
Corderita quiere cocinar una sopa de guisantes pero antes tiene que hacer la compra. Mientras camina por la ciudad
de Ducherow, va pensando en si sabrá preparar ese plato que con tanto ahínco se ha propuesto elaborar. Incluso le
asalta la idea de preguntar la receta a su madre, pero piensa que será mejor arreglárselas por sí misma. No tiene
demasiado tiempo, ya que además de tener la comida lista para las doce, tiene que escribir a Marie Pinneberg, la
madre de su marido, para comunicarle que se han casado.
Empieza a darle vueltas sobre cómo empezar la carta. Finalmente, sigue su instinto y escribe lo que le apetece. Pre-
viamente, Johannes había puesto sobre aviso a su mujer sobre cómo era su madre, destacando de ella su actitud
libertina desde haber enviudado veinte años atrás. Pinneberg llega puntual a comer y cuando Corderita saca la ca-
zuela con la sopa, le pregunta si no cree que está demasiado aguada. Él la tranquiliza diciéndole que seguramente
tendrá buen sabor. Finalmente, acaban constatando que a la sopa le faltan minutos de cocción.
Capítulo DE: Wie Pinneberg mit dem Engel und Mariechen Kleinholz ringt und wie es doch zu spät ist [cap. 13, págs. 96-108.
Erster Teil, die kleine Stadt]
Traducción ES: Pinneberg lucha con el ángel y con la pequeña Marie Kleinholz, y a pesar de todo es demasiado tarde [cap. 13,
págs. 99-110. Primera parte, una ciudad pequeña]
Traducción CAT: Com Pinneberg lluita amb l’àngel i amb Marieta Kleinholz, però ja és massa tard [cap. 13, págs. 99-110.
Primera part, la petita ciutat]
Resumen
Pinneberg llega temprano a la oficina y busca desesperadamente a Schulz y Lauterbach, sus dos compañeros de
trabajo. Ninguno de los dos ha llegado todavía y Pinneberg maldice a su jefe, al que se encontró por casualidad el
día anterior, domingo, subido en un coche con su familia. Este hecho no habría tenido importancia, si la semana
anterior Kleinholz no le hubiera encargado con apremio que ese mismo domingo se tendría que encargar del servi-
cio de caballerizas. Pinneberg se había negado, porque era su día de fiesta y además era una tarea que se le había
asignado a Lauterbach.
Johannes Pinneberg quiere hablar con Schulz y Lauterbach. Era el día de despido y habían pactado que en el caso
de que Kleinholz finalmente decidiera despedir a uno de ellos, los otros dos se solidarizarían y renunciarían a su
puesto. Schulz llega a las ocho y cuarto y empieza a contar sus miserias a Pinneberg sobre una muchacha de Hell-
dorf que dice haberse quedado embarazada de él. Un hecho harto improbable, según Schulz, ya que solo habían
estado bailando. Poco después llega Lauterbach, con claras muestras de haber sido agredido por habitantes de la
región por sus ideas políticas a favor del nacionalsocialismo.
A continuación, Emil Kleinholz entra sobrio en la oficina y empieza a increpar a sus trabajadores. A Schulz lo envía
a hacer un recado al molino, mientras que a Lauterbach también le hace ver que su trabajo en la empresa no tiene
importancia alguna, aunque con un tono más apaciguado que el que utilizó con Schulz. A pesar de todo, Lauterbach
se defiende ante las acusaciones de Kleinholz, aludiendo a su buen trabajo. A Pinneberg, le comunica que debe de
preparar la cuenta de la administración de la granja de Hönow.
El joven comprueba que el saldo de la empresa es negativo y teme lo peor, por lo que empieza a pensar en el pacto
con sus dos compañeros y en la posibilidad de no cumplir su palabra si alguien acaba siendo despedido. Al joven
esposo, le gustaría tener a Corderita cerca en esos momentos para poder consultarle qué haría ella en su lugar, ya
que confía a ciegas en su sentido de la moralidad y de hacer el bien. Cuando se asoma a la ventana de la oficina ve
pasar por delante a su mujer, que está yendo a hacer la compra. En ese preciso instante entra Marie Kleinholz, la
hija del dueño. Es habitual que las mujeres de la familia irrumpan en la oficina para tender la colada, aunque ese día,
Pinneberg percibe que la chica está malhumorada y que anda a la gresca. En una guerra verbal, Marie arremete con-
tra la esposa de Pinneberg y la tilda de ser “una cualquiera“ y dice haberla visto en un local de mala reputación –un
prostíbulo–. Pinneberg se defiende y le devuelve el insulto para ponerla en su lugar. Marie empieza a llorar y sale de
la oficina, al oír a su madre llamarla.
Capítulo DE: Herr Friedrichs, der Lachs und Herr Bergmann, aber alles ist umsonst: Es gibt nichts für Pinnebergs [cap. 14,
págs. 108-115. Erster Teil, die kleine Stadt]
Traducción ES: El señor Friedrichs, el salmón y el señor Bergmann, pero todo es inútil: no hay nada para Pinneberg [cap. 14,
págs. 110-118. Primera parte, una ciudad pequeña]
Traducción CAT: El senyor Friedrichs, el salmó i el senyor Bergmann. Tot és inútil: no hi ha res per als Pinneberg [cap. 14,
págs. 110-118. Primera part, la petita ciutat]
Resumen
Pinneberg acude a la oficina de su sindicato, donde quiere comprobar su situación tras el despido. El señor Frie-
drichs, el funcionario que le atiende, no puede hacer nada por Pinneberg, ni tan siquiera conseguirle trabajo en otra
localidad, ya que los locales tienen preferencia ante los forasteros, más aún en la coyuntura económica del momen-
to. Ante la insistencia del joven parado, el hombre apunta sus datos en un papel para ponerse en contacto con él si
saliera alguna cosa.
Johannes deambula por el parque y evita volver a la oficina de Kleinholz para no escuchar las burlas de sus compañe-
ros. Absorto en sus pensamientos, Pinneberg recuerda una noche en la que estaban cenando y a Corderita le repugnaba
todo cuanto veía. La muchacha empezó a hablar entonces del salmón que había visto ese día en un negocio de delicates-
sen y de lo mucho que le había apetecido, pero que finalmente no había comprado por su elevado precio.
Corderita, animada por su marido, vuelve a la ciudad y compra unos gramos de salmón. Horas más tarde, Pinneberg
la sorprende llorando en el vestíbulo y Corderita le explica que se ha ido comiendo la ración por el camino y se
disculpa por no haberle guardado nada. El muchacho la tranquiliza y le dice que no se haga reproches.
Pinneberg vuelve a la realidad y se encamina hacia el negocio del señor Bergmann, su primer empleador. Su cometi-
do es volver a conseguir el puesto que tenía antes de trabajar para el señor Emil Kleinholz. Bergmann, un judío bajo
y poco agraciado, ya entrado en años, pide a Johannes Pinneberg que mejor se olvide de que alguna vez ha trabajado
allí. De ninguna manera volvería a recuperar el empleo que en su día tuvo por la diferencia y malas palabras con la
señora Bergmann en su día – la señora Bergmann le había pedido a Pinneberg hacer un recado, pero este se negó
respondiéndole que ella no era nadie para mandarle.
Capítulo DE: Ein Brief kommt, und Lämmchen läuft in der Schürze durch die Stadt, um bei Kleinholz zu heulen [cap. 15, págs.
116-119. Erster Teil, die kleine Stadt]
Traducción ES: Llega una carta y Corderita corre en delantal por la ciudad para llorar ante Kleinholz [cap. 15, págs. 118-121.
Primera parte, una ciudad pequeña]
Traducción CAT: Arriba una carta i la Xaieta corre amb davantal per la ciutat per anar a plorar a l’oficina de Kleinholz [cap.
15, págs. 118-121. Primera part, la petita ciutat]
Resumen
Corderita recibe una carta procedente de Berlín cuyo remitente reza: «Mia Pinneberg, Berlín NW 40, Spenerstrasse
92II.». La joven tiene un buen presentimiento y decide abrirla sin la presencia de su marido. Loca de contenta, no
puede evitar una gran alegría. Con todo, no quiere agitarse demasiado, ya que, según el libro El divino milagro de la
maternidad, tal excitación podría afectar al niño.
Finalmente, se conoce la próxima ocupación del joven Pinneberg: primer vendedor en los almacenes Mandel de
Berlín. Así pues, dejarán la pequeña localidad de Ducherow y volverán a la capital. Lauterbach espeta con desdeño
que se trata de unos almacenes dirigidos por judíos, a lo que Kleinholz, su actual y por poco tiempo aún jefe, le
recomienda que se informe bien antes de entrar a trabajar en un sitio nuevo.
Capítulo DE: Der Junge muß sein Mittag haben und Frieda sich ein Beispiel nehmen. Wenn ich sie nun nie wiedersehe? [cap. 30,
págs. 224-233. Zweiter Teil, Berlin]
Traducción ES: El chico tiene que comer a mediodía y Frieda tomar ejemplo. ¿Y si ya no vuelvo a verla más? [cap. 30, págs.
226-235. Segunda parte, Berlín]
Traducción CAT: El nen té dret al seu dinar i Frieda n’ha de prendre exemple. I si no la torno a veure mai més? [cap. 30, págs.
226-235. Segona part, Berlín]
Resumen
El señor Kröpelin, jefe de la sección de confección de caballero de Mandel, deja que Pinneberg se marche a casa
antes de lo habitual, ya que el parto de Corderita es inminente. Pinneberg aprieta el paso para llegar cuanto antes a
casa y unirse a su mujer. Al atravesar la entrada del edificio y al llegar al patio, se encuentra con Puttbreese, el casero,
quien lo importuna con alguna que otra grosería sobre el estado de su mujer.
Pinneberg despacha rápido al hombre y se reúne con Corderita. Pinneberg quiere fumar y le pide a su mujer que
esperen un poco para comer. La comida es motivo de sorpresa para Johannes: chuletas, típica comida de domingo.
Cuando acaban de comer, se ponen a fregar y a Corderita parecen venirle contracciones.
Deciden ir al hospital y ya en la calle se sitúan delante del Kleiner Tiergarten, que se presenta como una extensión de
terreno inmensa. Intentan avanzar lo más deprisa que pueden, pero en vano. Se ven obligados a parar en un banco
en el que hay sentadas varias mujeres que empiezan a hablar sobre el estado de la muchacha. Una de ellas alega que
el embarazo es únicamente fastidioso para la mujer, ante lo que Pinneberg se molesta.
Una vez que Corderita se ha repuesto medianamente, continúan su camino hacia la entrada del hospital y se encuen-
tran con una enfermera que les informa de adónde tienen que ir para que los atiendan. Cuando llegan a la zona de
partos, Pinneberg y Corderita se tienen que separar. La enfermera jefe pide los datos a Johannes y le dice que podrá
volver a traer todas las cosas de Corderita cuando le den el alta en un plazo de ocho días. Corderita infunde ánimos
a su marido, a quien ve bajo de moral, y manifiesta que si otras pueden [o han podido], ella también. Una vez fuera,
a Pinneberg le asalta el peor de los temores: no volver a verla jamás.
Capítulo DE: Pinneberg wird verhaftet, und Jachmann sieht Gespenster. Rum ohne Tee [cap. 38, págs. 294-301. Zweiter Teil,
Berlin]
Traducción ES: Pinneberg es detenido y Jachmann ve fantasmas. Ron sin té [cap. 38, págs. 293-302. Segunda parte, Berlín]
Traducción CAT: Pinneberg és detingut i Jachmann veu fantasmes. Rom sense te [cap. 38, págs. 297-304. Segona part, Berlín]
Resumen
Pinneberg sale de los almacenes Mandel y de repente alguien le asalta por atrás. Se trata de Jachmann, el antiguo
amante de su madre Mia, quien empieza a adular al joven por su trabajo. A continuación, con su verborrea típica, le
pregunta por su mujer y al poco rato manifiesta un comportamiento un tanto extraño y peculiar.
Jachmann quiere dirigirse a casa de los Pinneberg con el fin de ver también a Corderita y al bebé que acaba de tener
el matrimonio. Al ver que su acompañante toma el camino incorrecto, Pinneberg le comunica que ahora residen en
Alt-Moabit. Antes de plantarse en su casa, el señor insiste en que debe de comprar bombones y flores para la joven
madre. Con este propósito, intenta averiguar sus gustos en cuanto al chocolate. Pinneberg, desconcertado por tal
comportamiento, advierte a Jachmann que deje de comprar cosas al bebé, que solo tiene tres meses. Además, Pin-
neberg tiene que advertir a Jachmann que en su casa no se bebe alcohol, como cuando quiere comprar bombones
con guindas al coñac o cuando pregunta si junto con el té para la cena también beben ron.
Capítulo DE: Der Murkel ist krank. Junger Vater, was ist denn? [cap. 42, págs. 319-327. Zweiter Teil, Berlin]
Traducción ES: El bebé está enfermo. Joven padre, ¿qué le pasa? [cap. 42, págs. 320-329. Segunda parte, Berlín]
Traducción CAT: El menut està malalt. Jove pare, què li passa? [cap. 42, págs. 322-331. Segona part, Berlín]
Resumen
Johannes y Corderita se desvelan por los gritos nocturnos del bebé. Son las tres y cinco de la mañana y la joven
madre quiere encender la luz para comprobar qué le pasa a su pequeño. Johannes se niega, pues habían acordado
que no se ocuparían de los llantos nocturnos. Con todo, la muchacha no se queda tranquila, ya que en esta ocasión
el llanto suena distinto. Corderita cree que quizá le duela la barriga así que le prepara un té de hinojo. Sin embargo,
acaban comprobando que el bebé está amoratado y empiezan a preocuparse. Pero, el padre cree que los gritos son
una llamada de atención para que lo cojan en brazos. Los llantos no cesan durante una hora y Pinneberg, que tiene
que trabajar al día siguiente, nervioso, empieza a maldecir todo; algo de lo que posteriormente se arrepiente.
Corderita vuelve a levantarse otra vez y ve que el bebé tiene las manos muy calientes. Ella y Johannes acaban acor-
dando que irán al hospital a las siete de la mañana. La intención de llamar a un médico a las cinco es un tanto absur-
da, pues nadie les atenderá a esas horas de la madrugada. Tan pronto como pueden, llegan al centro médico donde
una enfermera examina al pequeño y comprueba que el dolor y los lloros son del primer diente que le está saliendo.
Pinneberg, agradecido, se despide y se va a trabajar.
Capítulo DE: Autobesuch der Siedlung. Zwei warten in der Nacht. Lämmchen kommt wirklich nicht in Frage [cap. 50, págs.
381-388. Nachspiel, alles geht weiter]
Traducción ES: Visita en coche a la colonia. Dos esperan en la noche. Corderita realmente no viene al caso [cap. 50, págs. 383-
390. Epílogo, la vida sigue]
Traducción CAT: Visita en cotxe a la colònia. Dos que esperen enmig de la nit. No es poden tenir esperances amb la Xaieta [cap.
50, págs. 383-391. Epíleg, la vida continua]
Resumen
Jachmann y Corderita se ven después de mucho tiempo en la nueva casa de la pareja, situada a las afueras de Berlín.
El antiguo amante de la señora Mia Pinneberg se sorprende al no encontrar a Johannes Pinneberg en casa a esas
horas de la noche. Se acerca a la cuna donde yace el bebé y dice no entender cómo el joven padre puede estar fuera
con la criatura en casa. Corderita sale en defensa de su marido, y responde que están contentos de ser padres, pero
que no pueden consagrar su vida únicamente al niño. La muchacha habla igualmente de la situación que están atra-
vesando y confiesa a Jachmann que Pinneberg no puede continuar estando en casa sin trabajar. Corderita se lamenta
de que tal situación no se corresponde con la constelación de la mayoría de los hogares alemanes de la época. Ante
esas palabras, Jachmann se manifiesta algo contrariado. Durante la Primera Guerra Mundial, muchas mujeres traba-
jaban, mientras los hombres estaban en el frente, y a nadie parecía importarle.
La noche acaba convirtiéndose en el momento perfecto para las confesiones de dos personas que se tenían y tienen
simpatía. Jachmann revela haber estado un año en la cárcel, ya que Mia Pinneberg, su amante celosa, lo había de-
nunciado por sus presuntos negocios sucios cuando descubrió una infidelidad suya. A pesar de todo, el hombre
tiene la intención de volver junto a Mia, ya que es la mujer junto a la que quiere pasar el resto de sus días.
Corderita rechaza la ayuda que Jachmann le ofrece, a pesar de que este le confiesa que la madre de Pinneberg tiene
30 000 marcos alemanes en su cuenta y estaría en condiciones de echarles una mano. Corderita no quiere que las
vidas de Mia y Pinneberg vuelvan a cruzarse, ya que la relación entre madre e hijo siempre había sido bastante tor-
mentosa. Se despiden y Jachmann se lleva las maletas que la joven pareja le había guardado hace ya tiempo cuando
todavía vivía en Berlín.
Capítulo DE: Fahrt mit der Kleinbahn [cap. 4, págs. 19-28. Erstes Buch: der Jüngling, erster Teil: Rieke Busch]
Traducción ES: Viaje en el ferrocarril de vía estrecha [cap. 4, págs. 23-30. Libro primero: el joven, primera parte: Rieke
Busch]
Traducción CAT: Viatge amb el trenet [cap. 4, págs. 21-29. Llibre primer: el jove, primera part: Rieke Busch]
Resumen
Karl Siebrecht, un chico de dieciséis años, se acaba de despedir de Minna, la criada que lo ha cuidado desde peque-
ño como a un hijo. Sentado en el vagón no ha podido contener las lágrimas, que acaban bañando sus ojos. Así pues,
él mismo ha podido comprobar que la despedida de su tierra no le ha resultado tan fácil como había pensado en un
primer momento. Ya no visualiza la estación y todo lo que hasta ahora ha formado parte de su vida. Todo ha que-
dado atrás para dar paso a una nueva existencia. En busca de un pañuelo, da con la caja que Minna le ha entregado
antes de subir al convoy. En esta encuentra el reloj de oro de su padre fallecido y diez monedas grandes de oro que
suman la cantidad de doscientos marcos. El joven se pregunta cuánto tiempo habrá estado ahorrando la vieja criada
con el mísero sueldo que ha tenido siempre, sobre todo en los últimos tiempos. Se propone devolvérselo nada más
pisar Berlín, pero recapacita y finalmente cambia de idea y, para que no se ofenda, decide enviarle el dinero cuando
haya conseguido su primer empleo y ahorrado algo.
El tren para en la estación de Priestitz y de repente una voz lo increpa y le pide ayuda para subir las maletas y una
cesta al vagón. El muchacho no ve el rostro de la voz que se esconde detrás de esas ropas largas y cuando de repen-
te ambos individuos se miran, Karl Siebrecht repara que se trata de una niña con un bebé que no para de llorar. La
muchacha no para de hablar y durante la conversación descubren cosas el uno del otro. A ambos se les ha muerto la
madre, y a Karl también el padre. Por otro lado, Rieke Busch, así es como se llama la adolescente, revela con orgullo
que la han bautizado con agua del río Spree y que proviene del barrio de Wedding. Al oír estas palabras, Karl no
puede evitar que se le escape la risa y le comunica que ya se había dado cuenta de ello por su acento. Rieke también
ríe en respuesta y es precisamente en este momento cuando se presentan formalmente.
Rieke Busch explica con pelos y señales que ha ido a pasar unos días a la granja de su tía Bertha, quien, desde la
muerte de su madre, todos los años les mandaba parte de los productos de la matanza. Pero en vista de que un año
no mandó nada, decidió ir ella misma a partir de entonces a buscar los paquetes. Mientras Rieke habla animadamen-
te, el tren frena de forma brusca, y Rieke se enfurece, porque su hermanita Tilda se ha caído del asiento. El revisor
entra en el compartimento y culpa directamente a ambos de haber tirado del freno de emergencia, ya que ha encon-
Capítulo DE: Auf der Reise [cap. 5, págs. 28-34. Erstes Buch: der Jüngling, erster Teil: Rieke Busch]
Traducción ES: De viaje [cap. 5, págs. 30-35. Libro primero: el joven, primera parte: Rieke Busch]
Traducción CAT: Continuació del viatge [cap. 5, págs. 30-35. Llibre primer: el jove, primera part: Rieke Busch]
Resumen
Antes de llegar a Berlín, los viajeros tienen que hacer transbordo en Prenzlau, pero pierden el tren y por ello deben
de permanecer en la sala de espera de la estación de la localidad durante un buen rato. Allí los dos jóvenes conver-
san y Karl Siebrecht ayuda a Rieke a calmar a su hermanita Tilda, que no para de llorar. Ambos se cuentan sus pla-
nes para el futuro. Mientras Karl alberga grandes esperanzas y sueños, Rieke es más realista y lo único que desea es
convertirse en lavandera y dejar la escuela, aunque posteriormente, le gustaría comprarse una máquina de coser y
convertirse en costurera.
Rieke advierte a su nuevo amigo que no puede andarse con remilgos. Le comenta que en Berlín hay trabajo, pero
que es difícil empezar por altos cargos y por ello le aconseja buscar algo como obrero. Igualmente, le comenta que
debería vestir de otra manera para que lo acepten. El viaje prosigue hacia Berlín y el vagón en el que se encuentran
está repleto de berlineses que muestran su carácter jocoso conversando los unos con los otros. Rieke es el centro de
atención de ese vagón e imita al revisor con el que han tenido un percance hace un rato para entretener a los demás.
En ese mismo trayecto, varios pasajeros ofrecen ayuda a Karl y le comentan posibles trabajos donde podría encajar,
pero guiado por la experiencia indiscutible de Rieke, este decide hacer caso omiso a lo que escucha.
Capítulo DE: Rein in die Arbeit! Raus aus der Arbeit! [cap. 9, págs. 60-67. Erstes Buch: der Jüngling, erster Teil: Rieke
Busch]
Traducción ES: Principio y fin del trabajo [cap. 9, págs. 57-64. Libro primero: el joven, primera parte: Rieke Busch]
Traducción CAT: Principi i fi de la primera feina [cap. 9, págs. 61-69. Llibre primer: el jove, primera part: Rieke
Busch]
Resumen
Karl Siebrecht ha sido empleado en la obra donde trabaja el señor Busch, padre de Rieke. Contento de haber obte-
nido su primera ocupación en la gran urbe, el joven se esfuerza por adaptarse bien. Lo ponen junto a Edwin Raabe
para ayudarlo a cargar carbón. Este trabajador es un anciano con un aspecto cochambroso que importuna a Karl
con miles de preguntas sobre por qué está allí y qué es lo que busca. Edwin sospecha que el capataz de la obra ha
enviado a Karl para saber más sobre sus actividades y achaca su presencia a una falta de confianza del jefe de obra
hacia él. Llegados a un punto, Karl contesta de mala manera al anciano y le pide que no lo siga incomodando.
Justo al lado hay una pareja de secadores que se encargan de quitar la humedad a los pisos. Durante el descanso,
Karl Siebrecht pasa junto a ellos y les lleva un cubo de carbón y leña para que ambos puedan entrar en calor. Una
vez de vuelta, Karl Siebrecht sorprende a Edwin hurgando en sus cosas. El muchacho amenaza al anciano y le dice
que como lo vuelva a molestar, se lo comunicará al responsable.
A mediodía, el señor Kalubrigkeit, el mismísimo dueño, se presenta allí para inspeccionar cómo avanza todo. Es una
persona inconformista a la que no le gusta ser contrariada y muy crítica con todo el mundo. El hombre empieza a
hacer comentarios de desdén hacia Karl, ya que no ve cómo puede causar beneficio alguno su presencia en la obra.
Para empeorar la situación, Edwin Raabe le dice a Kalubrigkeit que el joven Karl ha ofrecido a los secadores carbón
y leña, lo que enfurece al jefe. La poca simpatía que Kalubrigkeit ha despertado en Karl se manifiesta cuando este
confirma las acusaciones de Raabe y dirigiéndose al capataz –cuñado de Kalubrigkeit de aspecto bondadoso– le
Capítulo DE: Der eifersüchtige Bäcker [cap. 12, págs. 83-88. Erstes Buch: der Jüngling, erster Teil: Rieke Busch]
Traducción ES: El panadero celoso [cap. 12, págs. 77-82. Libro primero: el joven, primera parte: Rieke Busch]
Traducción CAT: El gelós forner [cap. 12, págs. 85-90. Llibre primer: el jove, primera part: Rieke Busch]
Resumen
El viejo Busch no ha regresado a casa desde que lo despidieron esa misma mañana de la obra. Rieke empieza a estar
preocupada, y cree que, debido a su dependencia del alcohol, seguramente esté ahogando sus penas en la taberna
Grüner Baum. Karl se ofrece a ayudarla, pero Rieke lo rechaza, ya que no cree que pueda serle de mucha utilidad. El
chico se siente ofendido y culpable e insiste una y otra vez hasta que Rieke cede. Esta le ha dicho por activa y por
pasiva que lo que debería hacer es descansar y así estar fresco para la mañana siguiente, en la que empezará como
empleado en el estudio de delineación, donde el señor von Senden le había indicado ir.
Ambos salen del edificio y comprueban que está lloviendo. En la entrada Rieke se topa con Ernst Bremer, el pana-
dero, que está en actitud amorosa con una muchacha llamada Lotte. Ya en el tranvía Karl y Rieke se encuentran con
el otro muchacho, que intenta seducir a Rieke a la vez que observa a Karl con una mirada de desdén. Ernst quiere
echarles una mano para encontrar al viejo Busch, pero Rieke se niega, al ver que las intenciones de Ernst son conse-
guir de ella algo más que una amistad. El panadero se molesta, y no entiende por qué él no puede pero Karl sí. Rieke
le explica que Karl es un muchacho cabal, que no anda pensando en chicas y que además ya tiene una novia en su
pueblo, como bien corrobora Siebrecht.
Una vez Ernst baja del tranvía, Karl y Rieke se enfrascan en una conversación en la que la chica se interesa por esa
tal Erika Wedekind, hija del pastor de su localidad. Karl se siente un tanto incómodo e intenta obviar las preguntas
de Rieke con evasivas. Llegan a su destino y se apean.
Capítulo DE: Bruder und Schwester [cap. 15, págs. 109-115. Erstes Buch: der Jüngling, erster Teil: Rieke Busch]
Traducción ES: Hermano y hermana [cap. 15, págs. 99-104. Libro primero: el joven, primera parte: Rieke Busch]
Traducción CAT: Germà i germana [cap. 15, págs. 111-117. Llibre primer: el jove, primera part: Rieke Busch]
Resumen
Las cosas parecen ir sobre ruedas en casa de los Busch. Han entrado de pleno en el invierno, pero el frío todavía no
acucia tanto como de costumbre, por lo que el viejo Busch continúa yendo a trabajar sin problemas. Los albañiles
acuden a la obra siempre y cuando la temperatura sea superior a cuatro grados bajo cero. Rieke sirve aguardiente
por las noches a su padre, quien desde que murió su mujer había caído en la adicción a la bebida; sin embargo, pare-
cía estar recuperándose.
El dinero que Karl Siebrecht aporta por la comida también ayuda a la economía familiar. Toda la bonanza se nota
en que la carne ha dejado de ser exclusivamente plato de domingo y también en que Rieke ya ha comprado todas las
reservas para el invierno e incluso ha adquirido ropa para Tilda –su hermana menor, todavía bebé– y ella misma.
Una noche, Rieke confiesa a Karl su sueño desde que era niña: comprar una máquina de coser. La joven pide a Karl
que la acompañe para comprar la máquina a plazos, y eso solo es factible si alguien mayor como Karl se presenta en
el negocio con ella. Necesitan la firma de un mayor de edad y por ello deben de convencer al propietario de la tien-
da de que su madre está enferma.
Rieke pide a Karl que se vaya a la cama, ya que el altercado con su padre la ha desanimado. Ella se pondrá entretan-
to a hacer los deberes que le había prometido a Karl, para de esta forma no perjudicar sus labores escolares. A partir
de ese día, el viejo Busch recae en su vicio y esto pone sobre alerta a la familia.
Capítulo DE: Die Nähmaschine [cap. 16, págs. 115-121. Erstes Buch: der Jüngling, erster Teil: Rieke Busch]
Traducción ES: La máquina de coser [cap. 16, págs. 104-109. Libro primero: el joven, primera parte: Rieke Busch]
Traducción CAT: La màquina de cosir [cap. 16, págs. 117-123. Llibre primer: el jove, primera part: Rieke Busch]
Resumen
Karl Siebrecht espera a Rieke Busch delante de Hagedorn, el negocio donde van a comprar la máquina de coser que
la muchacha lleva tanto tiempo anhelando. Mientras espera, Karl mira las bicicletas que hay en el escaparate y piensa
en preguntar por los precios una vez estén dentro, ya que le gustaría hacerse con una de ellas para conocer más a
fondo Berlín.
Al poco rato Rieke llega y ambos entran en el negocio en el que los atiende inmediatamente el señor Hagedorn, que
los embauca con la típica verborrea que caracteriza a los vendedores. Les informa de que las máquinas de coser
inglesas son mucho mejores que las alemanas. Rieke, algo impaciente, le responde que ya lo sabe y le pregunta direc-
tamente el precio de la que le interesa. Hagedorn responde que la máquina inglesa cuesta noventa táleros y Rieke,
sorprendida, le hace saber que su “madre” había acudido a la tienda días atrás, y que a ella le había dicho que costa-
ba 250 marcos a plazos. El vendedor desconfía de ellos y no está dispuesto a vender la máquina sin que un adulto
firme el contrato.
Acto seguido, Mieze Hagedorn, la mujer del vendedor, intenta calmar los ánimos y les pone un contrato delante a
Karl y Rieke. Karl, asustado, cree que es mejor irse, porque comprar la máquina sin el consentimiento y firma de un
adulto podría acarrearles problemas en el futuro. Finalmente, Rieke convence a su “hermano Karl” y acaban fir-
mando el contrato. A pesar de que han conseguido su propósito, Karl tiene un mal presentimiento.
Capítulo DE: Ein Zwischenfall im Zeichenbüro [cap. 18, págs. 131-141. Erstes Buch: der Jüngling, erster Teil: Rieke Busch]
Traducción ES: Incidente en el estudio de delineación [cap. 18, págs. 117-126. Libro primero: el joven, primera parte:
Rieke Busch]
Traducción CAT: Un incident a la sala de dibuix [cap. 18, págs. 132-142. Llibre primer: el jove, primera part: Rieke Busch]
Resumen
Rieke Busch ha conseguido emplearse en el taller de costura de la señorita Zappow, en el que, con alguna que otra
dificultad, lleva aprendiendo el oficio durante dos días. La Zappow no es una mujer demasiado amable y a menudo
arremete contra el trabajo de Rieke objetando cualquier imperfección que haya podido cometer. Ya en casa, donde
Rieke cosía día tras día, ve la alegría que su amigo Karl manifiesta al ser pluriempleado, mientras que ella oculta todo
tipo de temores por la economía familiar.
Karl le pregunta a Rieke si no se agobia todo el día en casa, pero esta lo niega. El hecho de estar en casa se traduce
en no gastar dinero ni pasar frío. Karl, sin embargo, necesita airearse después de salir del estudio de delineación y
por ello está tan contento de trabajar en el almacén de Felten como repartidor.
Ante tal afirmación, Kalubrigkeit se enciende y vuelve a insultar a Karl. Nadie en el estudio hace nada por defender-
lo, ni tan siquiera los dos hombres que hace un momento estaban maravillados con su trabajo en el estudio. El
despido de Karl Siebrecht es inmediato y no se puede hacer nada por él, más que entregarle su documentación, el
finiquito y una carta de recomendación. Lo que parecía un empleo sólido ha acabado repentinamente.
Capítulo DE: Kalli Flau tritt auf [cap. 19, págs. 141-150. Erstes Buch: der Jüngling, erster Teil: Rieke Busch]
Traducción ES: Aparece Kalli Flau [cap. 19, págs. 126-133. Libro primero: el joven, primera parte: Rieke Busch]
Traducción CAT: Kalli Flau entra en escena [cap. 19, págs. 143-152. Llibre primer: el jove, primera part: Rieke Busch]
Resumen
Karl acaba de ser despedido del estudio de delineación. Al no tener otra cosa que hacer, decide llegar antes al taller
del señor Felten –quien vende sedas–. Allí le aguardan muchos paquetes que transportar por toda la ciudad de Ber-
lín. Nada más llegar, Felten manifiesta las quejas de los clientes, que reciben sus entregas a altas horas de la noche.
El joven Karl se ofrece a llegar durante unos días algo más temprano de lo habitual. Sus palabras levantan la sospe-
cha de Felten, quien intuye que en el estudio han prescindido de Karl, y así se lo hace saber. El chico lo niega y alega
que por el momento no hay demasiado volumen de trabajo.
Karl pide un aumento de sueldo y Felten se niega a ofrecerle más de veinte marcos por su trabajo de repartidor. Es
más, su intención es pagarle quince marcos, ya que los repartos empezarán a menguar dentro de poco. Más tarde, el
joven coge la bicicleta y se aventura por las calles de la gran ciudad. En su camino tropieza y cae del vehículo. Un
joven algo mayor que él, aunque más bajo, le echa una mano para levantarse y recoger los paquetes del suelo. El
joven se ofrece a acompañarle hasta la casa donde Karl debe efectuar la entrega.
Karl empieza a desconfiar de su nuevo conocido, pues parece querer no despegarse de él ni de tener ninguna prisa
en irse. Más tarde cuando Karl ya ha acabado su jornada, en las inmediaciones del negocio de Felten, vuelve a en-
contrarse con el joven, quien se presenta como Karl Flau. El muchacho había adoptado el diminutivo de Kalli du-
rante la época en que fue grumete en el Emma –un barco–, parece cansado y su tez morena parece haber adquirido
un tono grisáceo. El joven procedente de Bremen confiesa a Karl sus penurias y le explica que ha acabado en Berlín
porque busca empleo.
Siebrecht ofrece a Kalli Flau quedarse a pasar la noche en el taller de Felten, donde hay una estufa con la que no
pasará frío. Le da también los bocadillos que lleva consigo de casa y le comunica que volverá por la mañana con
café y más comida.
Resumen
Es la primavera de 1914. Han transcurrido cuatro años desde que Karl Siebrecht llegara a Berlín. La Compañía
Berlinesa de Transporte de Equipajes lleva en funcionamiento desde que Siebrecht se había juntado con Franz
Wagenseil, un hombre entrado ya en la cuarentena, que presenta cambios de humor, cuando las situaciones no le
resultan favorables.
Los Busch, Kalli Flau y Karl Siebrecht han dejado Wedding y habitan en la planta baja de un piso en la Wiesenstras-
se. Rieke Busch no está nada contenta de vivir en ese barrio, porque está repleto de locales de mala reputación y de
prostitutas y bailarinas que trabajan en ellos. En la misma vivienda está situada la oficina del negocio en el que tam-
bién está empleada la señora Palude, la antigua secretaria de Wagenseil. La mujer de gesto y carácter adusto ha ad-
quirido un aire más amable. Incluso está dispuesta a aprender cosas nuevas, como mecanografiar. A Franz Wagen-
seil no le entusiasma su presencia cuando acude a su oficina, ya que todavía existen resquemores entre ellos que el
paso del tiempo no ha podido borrar. Uno de ellos es el hecho de que una noche en la que este se disponía a salir de
tabernas, la Palude, que le odiaba por sus continuas vejaciones, le pasara adrede una llamada de Else –la esposa de
Wagenseil– con el fin de entorpecer sus planes.
A pesar de las quejas de Rieke, Karl hace ver a la joven que no hay en todo Berlín un local más propicio para llevar a
buen término su trabajo, pues la estación de Stettin se encuentra justo al lado. Kalli Flau es el mayor de los tres y
percibe doscientos cincuenta marcos, mientras que Karl gana cincuenta más. La decisión de que Karl cobre más
responde a la voluntad de Flau, ya que el primero asume todas las responsabilidades del negocio. Rieke sigue ejer-
ciendo como costurera y tiene bastante éxito, aunque tampoco puede elaborar tantas prendas como le gustaría debi-
do a que también tiene que cuidar de su hermana Tilda. El viejo Busch ha experimentado una leve mejoría y no es
necesario estar tan pendiente de él, tan solo padece de vez en cuando algún delirio que ahoga en vasos de alcohol de
la taberna. A raíz de la mejoría de su padre respecto al alcohol, Rieke le pregunta a Karl si se acuerda de la vez en
que este le robó ciento sesenta marcos de la libreta. Al oír esto, Karl piensa en Minna, la mujer que lo crió en el
pueblo del que proviene, en la región de Uckermark.
La situación es inmejorable para todos, ya que ambos amigos, Karl y Kalli, han pasado de ser tiburones –mozos de
equipaje no autorizados– a jefes de una empresa de transportes y se ocupan de llevar el equipaje pesado de los foras-
teros y viajantes que llegan a Berlín. Con todo, el que mayor provecho saca del negocio es Franz Wagenseil, que
vive exclusivamente de facilitar vehículos a la compañía.
Capítulo DE: Der Vater einer jungen Dame [cap. 48, págs. 362-377. Erstes Buch: der Jüngling, dritter Teil: Franz Wagenseil]
Traducción ES: El padre de una joven [cap. 48, págs. 315-327. Libro primero: el joven, tercera parte: Franz Wagenseil]
Traducción CAT: El pare d’una damisel·la [cap. 48, págs. 361-375. Llibre primer: el jove, tercera part: Franz Wagenseil]
Resumen
Karl Siebrecht, después de haber hablado con el consejero Kunze, se dirige a Unter den Linden, donde hay varios
negocios de venta de automóviles. Entra en uno de ellos y pretende hablar directamente con el jefe, algo harto im-
posible, ya que el jefe no se encuentra en el local del concesionario más que de muy de vez en cuando. Al salir de la
tienda, el joven empieza a cavilar y se le ocurre localizar la calle y número de Gollmer, el jefe del negocio, en la guía
telefónica. Para ello se dirige al café Bauer, enfrente del concesionario. Una vez que encuentra la dirección, coge
varios medios de transporte para llegar a la Königsallee 27 en el distrito de Grunewald.
Más tarde Ilse Gollmer sale fuera y en un intento de adular a Siebrecht, cumple la promesa de que su padre escuche
a aquel joven que tanto anhela hablar con él. El señor Gollmer lo atiende y ambos toman café, mientras Karl Sie-
brecht le expone su historia con pelos y señales. Posteriormente, el empresario se interesa y pregunta por todo tipo
de cuestiones que se le antojan relevantes cuando se trata de negocios: kilómetros recorridos, cantidad de equipaje
transportado, las ganancias que han tenido hasta el momento, salarios de los empleados, etc. Ante el convencimien-
to infundido por el joven, Gollmer accede a prestarle el dinero para que pueda empezar a poner en marcha lo que se
presenta como un negocio ideal.
Capítulo DE: Der Vormund [cap. 56, págs. 407-409. Erstes Buch: der Jüngling, Zwischenspiel: in der fremden Heimat]
Traducción ES: El tutor [cap. 56, págs. 353-355. Libro primero: el joven, interludio: en una tierra extraña]
Traducción CAT: El tutor [cap. 56, págs. 405-406. Llibre primer: el jove, interludi: a l’estranya terra nadiua]
Resumen
Karl Siebrecht está de visita en su antigua pequeña ciudad, en la que hasta el momento ha visto a Minna, su cuida-
dora tras la muerte de su madre. El joven pasa por el negocio de su tío Studier, y compra esos caramelos de limón
que tanto le gustaban de niño. De paso le pide a su tío unos minutos para hablar esa misma noche de un asunto
privado. El tío tiene pleno municipal y le resultará imposible, así que le pide que pase a la trastienda y hablen en ese
momento. Karl le hace saber que en dos días cumplirá la mayoría de edad y por ello le pide una liquidación de su
tutela. El tío dice haber renunciado a ser su tutor y afirma que no hay herencia alguna, algo que fácilmente le podrá
confirmar el alcalde de la localidad. Karl intuye una cierta aversión por parte del familiar y cae en la cuenta que
aparte de Minna, también el tío Studier ha sido víctima de las habladurías de la gente de aquellos lares que lo vieron
en Berlín hace tiempo transportando equipajes con una carretilla. Molesto, Karl Siebrecht dice no necesitar nada de
ellos y se despide.
Capítulo DE: Suche nach dem Vergangenen [cap. 63, págs. 434-439. Zweites Buch: Der Mann, vierter Teil: Friederike
Siebrecht]
Traducción ES: En busca del pasado [cap. 63, págs. 377-382. Libro segundo: el hombre, cuarta parte: Friederike
Siebrecht]
Traducción CAT: A la recerca del passat [cap. 63, págs. 429-435. Llibre segon: l’home, quarta part: Friederike Siebrecht]
Resumen
Son las últimas semanas del año 1919 y Karl Siebrecht alberga el deseo de restablecer lo que un día fue el negocio
más exitoso de transportes de todo Berlín –Compañía Berlinesa de Transporte de Equipajes Siebrecht & Flau–. La ciudad
próspera que dejó no se parece en nada a la que se le presenta ante los ojos: gris, vacía, sombría y devastada. En sus
visitas a las diferentes estaciones en las que cargaban los equipajes de los viajeros en sus automóviles, conocidos
como canarios por su color amarillo, es reconocido por algún que otro pasante, que le pregunta por su estado.
Posteriormente, Siebrecht se pasea por Unter den Linden, donde hay varios negocios de venta de automóviles y que,
como antes de la guerra, están expuestos tras los escaparates. La única diferencia de la que se percata el joven es que en
esta ocasión los nombres ya no son alemanes, sino franceses, ingleses y americanos. Incluso el nombre de la compañía
del señor Gollmer, quien en su momento dispuso los vehículos para la empresa de Siebrecht y Flau, ha sufrido una leve
modificación, ya que se ha añadido un “& Cía”. La tienda está llena de potenciales clientes pudientes a los que Karl
Siebrecht no soporta. Es precisamente en su visita a la tienda, tras la negativa recibida al preguntar por el paradero del
señor Gollmer, en la que se encuentra a uno de sus antiguos enemigos de la estación de Stettin, Franz Tischendorf. El
tiburón, mote con el que se denominaba a los mozos transportistas no autorizados, le explica lo que ha sido de su vida.
Karl no puede reprimir sus ganas de decirle que sigue siendo el mismo maleante de antaño. Por lo que puede deducir
de sus palabras, sigue envuelto en asuntos turbios relacionados con un supuesto negocio de coches usados en Wa-
llstrasse. Karl le pregunta a Tischendorf por el paradero del señor Gollmer, pero este tampoco lo sabe.
Finalmente, decide ir a Grunewald, donde vivía el señor Gollmer y su hija Ilse, aquella joven que tanto le había
llamado la atención en el pasado y por la que sentía una atracción a la que no dio rienda suelta en su momento. Una
vez allí comprueba que todo está cerrado y que no hay rastro de las dos personas a las que anda buscando.
Capítulo DE: Karl Siebrecht wird Aufkäufer [cap. 77, págs. 505-514. Zweites Buch: Der Mann, vierter Teil: Friederike
Siebrecht]
Traducción ES: Karl Siebrecht se convierte en comprador [cap. 77, págs. 437-445. Libro segundo: el hombre, cuarta parte:
Friederike Siebrecht]
Traducción CAT: Karl Siebrecht fa de comprador a l’engròs [cap. 77, págs. 501-511. Llibre segon: l’home, quarta part:
Friederike Siebrecht]
Resumen
Karl Siebrecht se siente liberado después de haber abandonado a su mujer Rieke Busch, con la que había contraído
matrimonio después de la guerra. Estaba sumido en una triste existencia en la que nada le satisfacía, ni su conviven-
cia con Rieke ni su nuevo trabajo de taxista. El muchacho, que ya es todo un hombre, acude a Emil Engelbrecht, un
tratante de ganado que conoce del pasado. Este último tiene el propósito de que el joven compre para él lo que sea,
pues quiere deshacerse de una cierta cantidad de dinero.
En su insistencia por deshacerse de ese dinero que apenas tiene valor, debido a la situación de posguerra, consigue
convencer al joven. Al final, Karl Siebrecht acaba cediendo y le dice todo lo que necesitaría, entre otras cosas un
trabajo permanente, una habitación y un anticipo. El tratante le facilita las cosas y posteriormente le pregunta enca-
recidamente si tendría un recadero que pudiera acudir a la Eichendorffstrasse a recoger sus pertenencias. Desafor-
tunadamente, Rieke Busch no permite que el enviado recoja las cosas de Karl y le comunica que en caso de que Karl
quiera recuperar sus cosas, tiene que ser él quien vaya a buscarlas.
Karl Siebrecht no quiere volver a pisar la vivienda en la que vivió algunos de los momentos más felices y exitosos de
su vida. Entretanto decide ir a Wallstrasse, a sabiendas del “supuesto” negocio del que Tischendorf le había habla-
Finalmente, Karl Siebrecht decide fiarse y le entrega el dinero a Tischendorf. No es hasta más tarde cuando tiene el
presentimiento de que este lo ha enredado y le ha mentido, tal y como se demostrará posteriormente.
Capítulo DE: Was Baldur Persicke zu sagen hatte [cap. 2, págs. 17-21. Erster Teil: Die Quangels]
Traducción ES: Lo que tenía que decir Baldur Persicke [cap. 2, págs. 11-15. Primera parte: Los Quangel]
Traducción CAT: El que havia de dir Baldur Persicke [cap. 2, págs. 18-22. Primera part: Els Quangel]
Resumen
Otto Quangel sale de su vivienda en la Jablonskistrasse después de haber recibido la desgraciada noticia de la caída
de su hijo en el frente. Este hombre de carácter frío y reservado pasa por delante del piso de los Persicke, sus veci-
nos de la planta de abajo, cuyos miembros tienen cargos en el Partido. El padre tiene varias funciones importantes
en el Partido, mientras que los dos hijos mayores prestan sus servicios a las SS. Es importante mostrar cautela en ese
ambiente de represión y de denuncia, en el que muchos están al acecho de sorprender a otros haciendo algo ilegal
para así acudir a la polícia a la más mínima y sacar provecho de ello. El campo de concentración de Sachsenhausen,
en las inmediaciones de la capital, está cada día más lleno y la guillotina de Plötzensee opera a diario. Quangel atra-
viesa el patio y sale a la calle, habiendo percibido parte de la conversación que mantenían los Persicke.
Más que de un intercambio se trataba de una disertación de Baldur Persicke, el más inteligente de los hijos, dirigida a
los demás miembros del clan. Esta hace referencia a una fotografía del Völkischer Beobachter donde aparecen el Füh-
rer y Göring alegrándose de la capitulación de Francia. El joven insiste en la imposibilidad de que el fotógrafo de
prensa estuviera presente en el preciso instante en que llegó la noticia y por ello habla de engaño por parte de Hitler
hacia el pueblo. Este hecho merece todo el respeto por parte del pueblo alemán y es algo de lo que se debe apren-
der, es decir, nadie debe de adivinar los planes del otro. Baldur hace alusión a lo que su padre ha dicho anteriormen-
te sobre la señora Rosenthal, una vecina judía, de la que el cabeza de familia dijo que tendría que convertirse en su
sierva y servirles café y tarta. El hijo compara la actitud de su padre con la del vecino Quangel, un hombre precavi-
do que no habla con nadie sobre sus ideales. El silencio reina en la vivienda de los Persicke y para saciar su ego,
Baldur se las idea para ganar la aprobación de todos sus hermanos diciendo que únicamente siguiendo los ideales del
Partido, conseguirán llegar más lejos que su padre.
Capítulo DE: Ein Mann namens Barkhausen [cap. 3, págs. 21-34. Erster Teil: Die Quangels]
Traducción ES: Un hombre llamado Barkhausen [cap. 3, págs. 15-25. Primera parte: Los Quangel]
Traducción CAT: Un home anomenat Barkhausen [cap. 3, págs. 23-35. Primera part: Els Quangel]
Resumen
El reproche de la esposa de Otto Quangel –Anna–, a raíz de la muerte de Ottochen, por el apoyo que había profe-
sado supuestamente al Führer, ocupa los pensamientos del marido durante buena parte del trayecto hacia la fábrica
donde trabaja. Otto cae en la cuenta de no haber querido a su hijo como cualquier padre. El hombre nunca se posi-
cionó a favor de las ideas de Hitler por lo que no entiende las palabras de Anna: «tú y tu Führer».
El recorrido hasta el trabajo lo hace acompañado de Barkhausen, un vecino que no tiene ninguna ocupación más que la
de importunar y entrometerse en los asuntos de los demás. El facineroso Barkhausen le pregunta a Quangel con curiosi-
Abstraído en sus cavilaciones, Quangel piensa en cómo el régimen de Hitler lo está desangrando con el dinero que
tiene que aportar en la Organización de Ayuda Invernal y en el Frente del Trabajo, donde tiene otro pequeño em-
pleo. Los miembros del Partido están mejor considerados que los que no pertenecen a él, y son inmunes a cualquier
contratiempo que se les pueda venir encima. Anna, por su lado, ingresó voluntariamente en la Organización de
Mujeres donde tiene a muchas otras por debajo de ella a las que puede mandar; sobre todo, disfruta enviando a
alguna fábrica a esas holgazanas, que no saben hacer otra cosa que pintarse las uñas. Esto es algo paradójico, ya que
siempre ha sido una persona sometida a órdenes tanto por sus trabajos anteriores como por su situación en casa, en
la que Otto lleva la voz cantante y todo se hace a su manera.
Barkhausen no se ha ido todavía. Le dice a Quangel que según ha oído, han recibido una carta del ejército y el remi-
tente no es precisamente su hijo. Entonces empieza a arremeter con la cartera y a tacharla de chismosa. Quangel
muestra su rabia y dice que ojalá Francia se hubiera rendido; de esta forma, su Otto seguiría con vida. Barkhausen le
responde que morir por la patria honra a las personas y que por una buena causa a él no le importaría que todos sus
hijos murieran a la vez por una bomba. Barkhausen apoya con fervor las ideas del Führer y dice que dentro de poco,
cuando hayan invadido más países, serán los reyes del mundo. Para Quangel todos esos muertos no valen la riqueza
y las conquistas que Alemania pueda conseguir.
Barkhausen aprovecha el haber sonsacado estas opiniones a Quangel para chantajearlo y pedirle diez marcos a cam-
bio de no irse de la lengua y denunciarlo a la policía. Los planes no le salen según lo previsto, ya que comprueba que
Quangel no se deja acoquinar fácilmente y se niega a prestarle ese dinero. Para sus adentros, piensa que quizá eso le
pueda funcionar con Anna Quangel que, debido a su sensibilidad por la reciente muerte de su hijo, estará más dis-
puesta a contarle cosas. Al separarse, Barkhausen cae en la cuenta de que puede conseguir algo de dinero yendo a
casa de la señora Rosenthal, la vieja judía, también vecina de los Quangel. Al encaminarse a cumplir su propósito, se
encuentra con Baldur Persicke, quien lo sorprende y lo obliga a entrar en su casa para ofrecerle aguardiente y disua-
dirlo así de sus ideas. Además, los Persicke le entregan veinte marcos con lo que no tendrá que enfrentarse a su
mujer Otti, quien a menudo lo reprende por no traer dinero a casa, ya que tiene cinco hijos a su cargo. Esta había
ejercido la prostitución en el barrio obrero de Prenzlauerberg, en la avenida Schönhauser y de ello se deduce que
algunos de los críos no sean hijos biológicos de Barkhausen. Con todo, la mujer le exige que aporte suficiente dine-
ro a la economía familiar.
Al llegar a su casa, Barkhausen encuentra a su mujer conversando con un hombre. Esto no le sorprende en absolu-
to, para él incluso es mejor; pues le evitará tener que entregar diez marcos a Otti. Al poco de haber entrado, aban-
dona la vivienda y empieza a pensar de nuevo en cómo puede conseguir dinero sin demasiado esfuerzo extorsio-
nando a alguien que le proporcione información. En seguida se le viene a la cabeza el nombre de Enno Kluge.
Capítulo DE: Enno Kluges Heimkehr [cap. 5, págs. 41-56. Erster Teil: Die Quangels]
Traducción ES: El astuto regreso de Enno [cap. 5, págs. 31-42. Primera parte: Los Quangel]
Traducción CAT: Enno Kluge torna a casa [cap. 5, págs. 41-55. Primera part: Els Quangel]
Resumen
Eva Kluge, la cartera, termina su reparto hacia las dos de la tarde y está francamente cansada. Hasta las cuatro se dedica
a finiquitar sus cheques y giros postales. Después, antes de ir a casa, para en la carnicería para hacer la compra con la
cartilla de racionamiento. A eso de las seis sube las escaleras de su vivienda, en el barrio de Friedrichshain.
Al llegar a su puerta ve a un hombre al que reconoce en seguida: se trata de Enno Kluge, su ex marido. Su presencia
la coge desprevenida, ya que su relación se había disuelto hacía mucho tiempo, concretamente desde que sus dos
Eva Kluge no está dispuesta a caer en sus redes una vez más. Ya le ha causado muchos problemas y le pide que se
vaya con alguna de sus amigas, y que se olvide de ella. Empecinado en su objetivo, le explica qué hará esta vez para
que le concedan la baja. De repente, al ver que sus ruegos no surten efecto, Enno comunica a Eva que se va. Es
realmente sorprendente que no haya insistido más. Eva entra en su piso y empieza a preparar la cena, mientras
aprovecha para zurcir unas cuantas medias que rompe con facilidad durante el día. Poco a poco se repone del can-
sancio y piensa en escribir a su hijo mayor Karl, su preferido.
De repente llaman al timbre y Eva se acerca a la mirilla. Es su vecina, la señora Gesch. Le abre la puerta con la cadena y
Gesch le pide si puede echarle un vistazo a un forúnculo que le ha salido en la espalda. Después de que la mujer entre
en la vivienda, un pie se interpone en la puerta y aparece Enno, quien aprovecha para meterse en el piso.
La señora Gesch dice que espera no haber causado ningún contratiempo y si la situación lo requiere ayudará a Eva
Kluge a despachar a Enno del habitáculo. Eva hace ademán de que no importa y la vecina se va. A continuación,
Eva se dispone a cenar mientras Enno la mira; los dos no intercambian palabra alguna. Acto seguido, ella se dispone
a escribir a su hijo Karl y Enno le pregunta a quién pretende enviar la carta. Al saberlo, le pregunta cómo es capaz
de mandarle unas líneas a un hijo que está implicado en las muertes y el maltrato de judíos y en cambio no ofrecerle
a él algo de comer. A Eva se le cae el mundo encima al escuchar que su ex marido había visto en una taberna una
fotografía en la que Karl aparece golpeando a un niño judío. Ella se culpabiliza por esas atrocidades, pero en el
fondo piensa que se lo tiene merecido por estar en el Partido y haber jurado por el Führer y todos sus actos. Algo
que tuvo que hacer para poder ser cartera.
Eva empieza a meter sus enseres y cosas de valor en su habitación, donde las guardará bajo llave. Ya no pretende
echar a ese hombre de su vivienda. No le quedan más fuerzas, que las necesarias para echarse a dormir e intentar
conciliar el sueño. Enno aprovecha la pesadumbre de Eva y se cuela en el cuarto para intentar robarle algo. Encuen-
tra una cartilla con una suma más que sustanciosa, 632 marcos. Al descubrirlo, Eva espeta furiosa: «¡Fuera! ¡Fuera!».
Enno sale del edificio y piensa en su taberna habitual. Ahí podrá pasar seguramente la noche.1 Una vez sola en casa,
Eva se dispone a escribir a la única persona que le queda, su hijo menor Max, y le pide que nunca pierda la decencia.
Capítulo DE: Nächtlicher Einbruch [cap. 7, págs. 67-76. Erster Teil: Die Quangels]
Traducción ES: Robo en la noche [cap. 7, págs. 51-58. Primera parte: Los Quangel]
Traducción CAT: Irrupció nocturna [cap. 7, págs. 66-74. Primera part: Els Quangel]
Resumen
Emil Barkhausen y Enno Kluge están en un restaurante llamado Ferner liefen bebiendo a lo grande, a pesar de que el
tabernero ya les ha dicho tres veces que es la hora de cerrar. Una vez en la calle ambos siguen hablando animosa-
mente y a Enno se le pasa de repente por la mente ir a ver a Tutti, una mujer con la que estuvo y que le podría dar
1 Constatamos un error importante de traducción. Rosa Pilar Blanco traduce der Budiker (DE,
pág. 55) por Budiker (ES, pág. 42), es decir confunde un sustantivo común de baja frecuencia con
un nombre propio empleado en su uso coloquial por la presencia del artículo determinado.
Budiker es menos frecuente que Kneipenwirt o Besitzer einer Kneipe. El traductor Ramon Monton lo
traduce correctamente por taverner (CAT, pág. 55).
Finalmente, Enno acaba cediendo, aunque más bien por el hambre que lo ciega que no por el botín que puedan
sacar de la casa de la Rosenthal. Barkhausen vuelve a justificarse y le dice a Enno que su presencia será crucial para
que los bienes que adquieran se repartan equitativamente y que las SS no les jueguen una mala pasada.
Una vez en el edificio encienden la luz y avanzan escaleras arriba sin los zapatos para causar el menor ruido posible
y no levantar sospechas. Después, ya en el inmueble se disponen a buscar a la señora Rosenthal para atarla y poder
robarle con tranquilidad. La mujer no se halla en el piso, lo que supone mayor tranquilidad para los saqueadores.
Enno Kluge corre a la despensa, pero allí solo hay cebollas y medio pan, que no duda en consumir para calmar su
hambre. También hay bebida en la casa, así que ambos acaban echando un trago.
Después, acuerdan no llevárselo todo para no levantar sospechas, y depositar el botín en las taquillas de las estacio-
nes de Stettin y Anhalt hasta que el asunto se calme y nadie pueda señalarlos con el dedo, ya que de lo contrario
sería muy peligroso. En medio de su propósito vislumbran una radio que gusta a Emil Barkhausen, pues su mujer
Otti es aficionada a escucharla. Pronto comprueban que no cabe en las maletas y en el tumulto visualizan la figura
de un muchacho, Baldur Persicke, que les pregunta qué están haciendo allí. Ahora empiezan los problemas, tal y
como Barkhausen hace saber a Kluge.
Capítulo DE: Siegestanz im Elysium [cap. 13, págs. 118-127. Erster Teil: Die Quangels]
Traducción ES: Baile de la victoria en el Elíseo [cap. 13, págs. 91-99. Primera parte: Los Quangel]
Traducción CAT: Ball de la victòria a l’Elysium [cap. 13, págs. 114-123. Primera part: Els Quangel]
Resumen
Con motivo de la caída de Francia, el Elíseo, un gran salón de baile situado en el norte de Berlín, muestra una estampa
en la que abundan los uniformes de diferentes instituciones del Partido. En medio de ese gentío, hay cuatro personas
sentadas a una mesa que desentonan con el resto de los presentes por no llevar ni uniformes ni tampoco insignias del
Partido. Se trata de una pareja y otros dos hombres que han llegado posteriormente y han pedido permiso para sentar-
se. Uno de los hombres de frente despejada, de unos treinta y pocos años, dice que el lugar elegido para la reunión es
inadecuado, puesto que cuatro civiles llaman la atención entre toda esa muchedumbre trajeada. El acompañante de la
chica le responde que eso no es para nada verdad, al contrario, más bien no despiertan ningún interés en los demás,
pues están ocupados con sus quehaceres y conversaciones a la vez que bailan y celebran la victoria sobre Francia.
Posteriormente, el cuarto componente, que atiende al nombre de Bebé, por sus rasgos aniñados, se dirige a la chica
y le pregunta qué es lo que con tanto apremio les quiere comunicar. Trudel Baumann, la novia del fallecido Otto-
chen, admite haber cometido un desliz. Poco conforme con la respuesta, Grigoleit, el hombre de frente alta, insta a
Trudel para que cuente con pelos y señales lo que lleva guardado y tiene miedo de contar. Las lágrimas bañan los
ojos de la joven y Grigoleit comprende que ha hablado más de la cuenta sobre la célula comunista a la que pertene-
cen los cuatro. Los tres hombres jóvenes miran inquisitivos a Trudel mientras explica que en efecto ha hablado con
su antiguo suegro sobre su grupo, pero reconoce no haber dado ningún nombre.
Trudel se compromete a no volver a hablar sobre el tema con nadie y a mantener la boca cerrada. Grigoleit y Bebé
especulan con la posibilidad de que la muchacha vuelva a hacerlo y ponen en duda sus palabras. El compañero de
Trudel dice que bastará con hacerse una idea de quién es Quangel. La pareja decide ponerse a bailar para calmar los
ánimos, pero el ambiente está tan caldeado que vuelven a la mesa por el sentimiento negativo que abruma a la cán-
dida muchacha. Karl Hergesell, que así se llama el muchacho moreno que está a su lado, le dice que tiene que vivir y
que no se deje intimidar por las palabras de los otros dos miembros de la célula. El joven se ofrece a acompañarla el
resto de la noche para evitar que la joven pueda caer en desgracia.
Capítulo DE: Das Ende der Frau Rosenthal [cap. 16, págs. 141-162. Erster Teil: Die Quangels]
Traducción ES: El final de la señora Rosenthal [cap. 16, págs. 110-127. Primera parte: Los Quangel]
Traducción CAT: La fi de la senyora Rosenthal [cap. 16, págs. 137-158. Primera part: Els Quangel]
Resumen
La señora Rosenthal está escondida en casa del juez jubilado Fromm. Los días y noches solitarias se le hacen cada
vez más difíciles de soportar. Necesita a alguien con quien intercambiar unas palabras y distraerse. Con este pro-
pósito, la mujer sale del espacio donde está apartada y se aventura por la casa para encontrar al señor Fromm,
quien parece no encontrarse en el inmueble. A quien se encuentra es a Liese, la criada, quien no le dirige la pala-
bra y la ahuyenta para que vuelva al espacio donde la están escondiendo, ya que es el lugar más seguro, en el que
nadie la podría ver desde fuera. La anciana vuelve a su escondrijo y presa de la desesperación ingiere una buena
cantidad de somníferos para intentar dormir y dejar atrás los fantasmas que la aturden y no la dejan tranquila. De
poco le sirven, ya que las pesadillas son cada vez más recurrentes. Al levantarse visualiza la carta que empezó
hace tres días y que iba dirigida a su marido Siegfried, que se encuentra en manos de la Gestapo. Oye unos pasos
en la escalera y en ese preciso momento tiene una alucinación y visualiza a su marido subiendo a casa. Ofuscada
sale de la vivienda de Fromm y sube las escaleras con la desdicha de toparse con Baldur Persicke, a quien la oca-
sión se le presenta más que favorable. El joven estudiante acude a casa, donde todos duermen, y se pone en con-
tacto con las oficinas de la Gestapo para que acudan a interrogar a la señora Rosenthal y sonsacarle de esta mane-
ra dónde guarda el dinero y las joyas.
Al poco rato el comisario Rusch y su ayudante Friedrich acuden a la Jablonskistrasse y ven a la anciana en su vivien-
da totalmente confundida y absorta en sus pensamientos. Le preguntan de buena manera en qué lugar está el dinero,
pero ella no lo recuerda. A continuación, por orden del comisario, el ayudante se encierra en la cocina con ella y
empieza a interrogarla por la fuerza con métodos inhumanos. Persicke y el comisario conversan entretanto en el
salón. De repente los gritos sorprenden a los dos sujetos y el comisario abre la puerta para encontrarse únicamente
con su ayudante. La señora Rosenthal acaba de precipitarse al vacío, aprovechando un despiste del joven. Los
Quangel han observado esa mañana de domingo tan apacible lo sucedido, pero cierran las ventanas y Otto le dice a
su mujer que tienen que hacer como si no hubiera pasado nada y actuar con total normalidad. Esa mañana Anna
quería reconciliarse con su marido y retirar el reproche que le había hecho cuatro días antes al recibir la noticia de la
muerte de su hijo.
Emil Barkhausen se halla por casualidad en el patio cuando la señora Rosenthal cae en él. Ve de inmediato la pulsera
que lleva en la mano, la coge y la guarda en el bolsillo. Minutos después, Rusch, Friedrich y Persicke se presentan en
el patio e intuyen que ese hombre de poca confianza ha podido sustraer a la fallecida la pulsera de zafiros. Barkhau-
sen lo niega e indica que la pulsera se encuentra unos metros más allá. A pesar de que la encuentran, arrestan a
Barkhausen por las sospechas y se lo llevan a comisaría.
Rusch y Baldur Persicke vuelven a subir a la vivienda y beben una copa. El primero inquiere al segundo que le ex-
plique toda la verdad sobre lo que andaba buscando junto con Barkhausen en el inmueble, ya que existían varios
Capítulo DE: Auch Anna Quangel macht sich frei [cap. 17, págs. 163-176. Erster Teil: Die Quangels]
Traducción ES: También Anna Quangel se libera [cap. 17, págs. 127-138. Primera parte: Los Quangel]
Traducción CAT: Anna Quangel també queda lliure [cap. 17, págs. 158-171. Primera part: Els Quangel]
Resumen
Esa mañana de domingo, después del triste suceso, los Quangel la pasan en casa. Otto Quangel tenía previsto expli-
carle a Anna lo que le rondaba por la cabeza, pero desiste al no encontrarse con ánimos. Sin embargo, Anna apro-
vecha para desahogarse todo lo que puede y llorar la muerte de su hijo. Jamás se había mostrado su marido tan
cariñoso como esa mañana soleada que daría paso al crudo y oscuro invierno en el que Otto volvería a mostrarse
parco en palabras e indiferente. Esa noche Otto pide a Anna que haga el favor de abandonar la Organización de
Mujeres, ya que también él ha conseguido librarse de su cargo en el Frente del Trabajo.
Así pues, Anna empieza a discurrir cuál sería la mejor opción para que la destituyesen de su cargo y cae en la cuenta
de que muchas mujeres alemanas, que no prestan sus servicios a las empresas de armamento, llevan vidas holgadas.
Estas eran tachadas de traidoras al Führer y al pueblo alemán. Anna sabe que en Friedrichshain vive una mujer que
le viene como agua de mayo para la consecución de su objetivo. La grandiosa e imponente villa de los Gerich hace
que un sentimiento de inseguridad se apodere de Anna en un primer momento, pero está decidida a dar ese paso
para poder quitarse ese peso de encima. Una vez tiene a la señora de la casa delante, la importuna con todo tipo de
preguntas y la llega a ofender cuando le pregunta si tiene hijos, ya que se deduce que el matrimonio no los puede
concebir. Anna Quangel llega a la conclusión de que esa mujer es una holgazana y no duda en mirarla y mostrarle
todo el desprecio que siente hacia ese tipo de personas.
La mujer de Gerich llama a toda prisa a su marido, que es Obersturmbannführer, y le hace saber la manera en la que
Quangel ha arremetido contra ella soltando todo tipo improperios. El teniente la calma y le dice que vayan esa no-
che a cenar y a la ópera y así puedan olvidarse de tan desagradable incidente. La mujer exige que su visitante le pre-
sente sus disculpas. Gerich llama a varios teléfonos y pone sobre aviso a todo Berlín. Al final, dos mujeres que tra-
bajan en la oficina de la organización reciben la orden de comunicarle a Anna Quangel la remoción de su cargo y
ellas mismas se encargan de presentar las disculpas a la señora Gerich. No podría haber tenido más suerte; el matri-
monio Quangel ya no tiene nada que ver con el Führer.
Capítulo DE: Kommissar Escherich bearbeitet die Sache Klabautermann [cap. 25, págs. 262-276. Zweiter Teil: Die Gestapo]
Traducción ES: El comisario Escherich trabaja en el caso duende [cap. 25, págs. 204-215. Segunda parte: La Gestapo]
Traducción CAT: El comissari Escherich treballa en el cas «Follet de mal averany» [cap. 25, págs. 254-267. Segona part: La
Gestapo]
Resumen
El comisario Escherich le entrega a su ayudante Schröder un expediente en el que Enno Kluge consta como el autor
de las postales en contra del régimen nazi y que desde hace tiempo se llevan distribuyendo en toda la ciudad de
Berlín. El comisario está seguro de que Kluge los conducirá hasta el verdadero autor de las postales, pero Schröder
no cree que el hombre tenga nada que ver con ese asunto que atenta contra el honor del Führer y del pueblo ale-
mán. Escherich se remite a la declaración y no lo pone en tela de juicio. Schröder acaba concordando con la opinión
de su superior.
Poco después Escherich se presenta en las oficinas de la Gestapo en la Prinz-Albrecht-Strasse y pide ser recibido de
inmediato por su superior inmediato, el señor Prall, quien está reunido con otros altos cargos de forma ociosa, por
Al volver a comisaría, Escherich se encuentra con la mala noticia de que sus hombres han perdido a Enno Kluge
entre el gentío de Alexanderplatz. Iracundo, comunica a sus agentes que ahora tendrá que poner a otras dos perso-
nas para relevarlos, ya que el hecho de que haya desaparecido significa que Kluge se ha percatado de que lo seguían.
Escherich se acerca a casa de los Kluge para saber más sobre ellos, pero allí solo consigue hablar con la señora
Gesch, quien accede a hablar después de la amenaza del comisario.
Capítulo DE: Escherich und Kluge gehen spazieren [cap. 33, págs. 357-372. Zweiter Teil: Die Gestapo]
Traducción ES: Escherich y Kluge salen de paseo [cap. 33, págs. 278-289. Segunda parte: La Gestapo]
Traducción CAT: Escherich i Kluge se’n van a fer un volt [cap. 33, págs. 345-358. Segona part: La Gestapo]
Resumen
Escherich lleva detenido a Enno Kluge por la calle, pero el agente todavía no ha nombrado el sitio al que se dirigen.
De repente, se encuentran con Emil Barkhausen merodeando por la vía pública y este, al verlos, intenta esconderse,
pero el comisario lo avista y lo aborda. Barkhausen saluda y hace ademán de querer estrechar la mano de Kluge,
pero este no le devuelve el saludo, ya que lo había metido en el lío del robo en el inmueble de la señora Rosenthal y
posteriormente también lo había traicionado revelando su paradero a la autoridad tras haber chantajeado a la señora
Häberle, su novia. Barkhausen esperaba igualmente recibir una recompensa de la policía, pero al final esta parecía
haberse quedado en agua de borrajas.
Acto seguido, el comisario Escherich y Enno Kluge entran en una tasca para disfrutar de un abundante festín sin
ningún tipo de privaciones. Mientras cenan, Escherich presume sin pudor alguno de que no es él quien va a pagar
esos manjares, sino que el dinero saldrá de la recompensa que debería haber entregado a Barkhausen. Así el comisa-
rio habla de justicia distributiva.
Posteriormente, el comisario habla de una reunión con un hombre que vive en las afueras de Schlachtensee y tiene
que encontrarse con él allí a las diez. Además, este menciona que seguramente su rostro le resultará familiar. Enno
Kluge se queda algo perplejo. Así, ambos viajan a Schlachtensee con el ferrocarril metropolitano, pero al llegar allí
no ven nada más que oscuridad, ya que con el objetivo de prevenir los ataques aéreos, no hay iluminación alguna.
Llegan a una zona lacustre y Enno Kluge confiesa su miedo al agua y por ello, en vista de que cree que el agente lo
va a arrojar al agua, empieza a gritar y a pedir socorro. Enno Kluge desconfía del comisario y lo tacha de traicionero.
Una vez se sientan y después de que Kluge se haya calmado, Escherich confiesa que la reunión era una mentira y que
es consciente de que él no tiene nada que ver con la autoría de las postales que llevan repartiéndose por Berlín durante
mucho tiempo. Reconoce que ha sido una mala idea inculparlo, pero ahora ya no hay vuelta atrás, ya que la Gestapo
desconfiará y lo torturará hasta que oigan lo que quieren oír: que es culpable. Escherich le da dos opciones: que él
mismo acabe con su vida con la pistola que tiene allí o que termine sus días encarcelado en las dependencias de la Ges-
tapo. Kluge parece convencerse de que la primera opción es la mejor, ya que así pondrá fin a su sufrimiento y a la mala
suerte que ha caído sobre él. Kluge solo le pide una cosa al agente: que una vez muerto no lo tire al agua.
Capítulo DE: Die erste Warnung [cap. 36, págs. 388-397. Dritter Teil: Das Spiel steht gegen die Quangels]
Traducción ES: El primer aviso [cap. 36, págs. 373-381. Tercera parte: La suerte le da la espalda a los Quangel]
Traducción CAT: El primer avís [cap. 36, págs. 345-358. Tercera part: Les coses es torcen per als Quangel]
Resumen
La ira que Otto Quangel siente hacia Hitler aumenta en 1942, cuando Alemania invade la Unión Soviética. El lacó-
nico trabajador ha seguido minuciosamente la génesis del ataque y ha concluido que tanto el Führer como los altos
dirigentes mienten al pueblo en su favor. Por ello, en una de las postales no dudó en escribir que en Rusia nadie
pensaba en guerra cuando los soldados alemanes penetraron en territorio soviético. Quangel se ha aficionado a
escuchar los comentarios ajenos sobre la guerra, aunque estos son cada vez menos frecuentes. El miedo a que al-
guien pueda delatar al otro es muy grande, sobre todo después de que once hombres de la fábrica desaparecieran de
la noche a la mañana. Con el fin de llenar las vacantes, aparecieron rostros nuevos de los que en ocasiones se sospe-
cha que puedan ser espías.
Ahora en vez de cajas para bombas fabrican ataúdes que transportarán seguramente cuerpos sin vida de soldados
caídos en el frente o bien los miles de muertos que yacen en los campos de concentración. Quangel suele pensar en
todo esto y por ello escribe cada vez con más diligencia sus postales por mucho que a veces le cueste más esfuerzo
acabarlas. La redacción de las postales no conlleva la preocupación de antaño, aunque lo hayan sorprendido en dos
ocasiones depositando un par de ellas en varios edificios de la ciudad. Trudel Hergesell, la novia de su hijo fallecido,
ahora casada con uno de los miembros de la ya disuelta célula comunista, fue una de las personas que lo vio. Otto
dudó mucho tiempo en si debía o no informar a Anna sobre su encuentro con Trudel y finalmente lo hizo. Anna
Quangel, preocupada, contesta que no puede continuar teniendo ese tipo de descuidos, ya que le pueden costar la
detención y el posterior paso por la guillotina. Anna dice que si fuera ella quien las distribuyese llamaría menos la
atención y hace gala de la agilidad de sus piernas. Otto se niega a que sea ella quien reparta las postales y finalmente
ella propone que lo hagan los dos.
Anna está empecinada en saber cómo se apellida Trudel y dónde vive, ya que esta cogió la postal que Otto había
depositado en la Kleine Alexanderstrasse y está intranquila por si alguien la pudo haberla visto. Eso conllevaría que
la detuviesen y, una vez en manos de la Gestapo, acabaría sin duda alguna confesando que los autores de las posta-
les eran los Quangel.
Los malos presentimientos se ciernen sobre Otto, quien le dice a su mujer que muchas veces piensa que no saldrán
exentos de la condena por actuar contra el Führer. Anna, por el contrario, aun con un sentimiento de desazón, no
cree que los descubran, ya que la suerte está de su parte.
Resumen
El pastor Friedrich Lorenz, enfermo de tuberculosis, desempeña su trabajo en la cárcel ayudando a los condenados
a muerte para que no pierdan su fe ni se sientan tan solos. Este se enfrenta al director de la prisión al haber fallecido
el séptimo encarcelado en dos semanas. Lo acusa de tener a un médico que comete negligencias continuamente,
pero el carcelero hace caso omiso y sigue a lo suyo.
El pastor le recuerda al director que él mismo no quedó satisfecho con la labor del médico una noche en la que
precisó de sus servicios para curar a su hijo al que le supuraba un oído y gritaba consecuentemente de dolor. Su hijo
se encontraba en peligro de muerte y fue otro médico el que tuvo que intervenir. El religioso le recuerda que Dios
no permite que se burlen de él a pesar de que no sea cristiano. Al final, el funcionario parece mostrarse más dócil y
propone ver lo que puede hacer para prescindir de ese médico que empina el codo en vez de hacer su trabajo.
El pastor tiene un cruce de palabras con el médico, que acaba de enviar a un grupo de presos a un campo de con-
centración, ya que según él, aun sin revisión previa, son aptos para trabajar. Enzarzados en una discusión, el clérigo
le hace algunos reproches y el sanitario le dice que es capaz de adivinar si alguien sirve o no para trabajar. Asimismo,
hace alusión al pésimo estado de salud de su interlocutor y según él no durará más de tres meses, ya que, debido a
los esputos que lleva expeliendo desde el mes de mayo, pronto empezará a vomitar sangre. El pastor le corrige y le
comunica que ya ha empezado con esos vómitos. El médico le dice que lo examinará y que posteriormente le con-
seguirá un permiso para viajar a Suiza.
El pastor sigue mostrando interés por los enfermos encarcelados pero el médico le hace saber que un alto porcenta-
je de ellos morirá en los campos de concentración, por lo que no tiene demasiada importancia si mueren antes o
después. El clérigo iracundo espeta que si esa es su actitud, debería cesar de su cargo. Posteriormente, el pastor le
dice al médico que pronto lo apartarán de su cargo por lo incauto que ha sido. El médico feliz responde que así
ascenderá de posición y no tendrá que trabajar más, por lo que le da sus más efusivas gracias. El pastor le dice que
una buena manera de agradecérselo, sería liberando a dos personas que se hallan adolecidas en aquella cárcel.
Rosa Pilar Blanco utiliza la unidad ¡bah! con la que se expresa igualmente una retracción en el propósito de contestar
a las palabras de Marie. En el María Moliner, encontramos que esta interjección que clasificamos como marcador
pragmático conversacional puede denotar «que no se da importancia a algo que se ve u oye». Por su parte, Ramon
Monton opta por en fi, és igual!, que nosotros entendemos como unidad empleada para quitar hierro a un asunto,
aunque en todas las fuentes consultadas –DIEC, GNV, Cuenca y el artículo de Carme Bach– donde aparece este
marcador no se incluye tal función. Se asocia en fi con valores de conclusión y reformulación. Sí que es cierto, que
Pinneberg cesa en su intento de contestar a la impertinencia de Marie, pero no es este el sentido que recogen las
fuentes arriba mencionadas, que otorgan a en fi una función de elemento recapitulativo. La GDLE clasifica la unidad
en fin como reformulador recapitulativo y uno de los valores que incluye es el de resignación por parte del hablante
(GDLE, Martín Zorraquino y Portolés Lázaro 1999: 4137), función que también correspondería al contexto actual.
A pesar de que la solución del traductor es adecuada, también se podría haber propuesto bah! o bah, és igual! como en
el caso del español. Este elemento entraña un valor de reticencia, que la GNV incluye en el apartado de interjeccions
expressives (2006: 329) y por ello satisfaría pragmáticamente las presentes circunstancias contextuales.
Este marcador aparece justo después de la intervención de Corderita, en la que afirma que al bebé le sucede algo, e
introduce la de Pinneberg. Se observa la aportación de un punto de vista diferente en el que se niega que lo comuni-
cado por la joven madre sea cierto y se alegan otras razones por las que el pequeño está dando voces. En la traduc-
ción al español, Rosa Pilar Blanco opta por ¡qué va!, propuesta óptima que recoge por un lado ese matiz de incredu-
lidad y negación y por otro el tono coloquial que cabe salvaguardar en el TM. Ramon Monton decide recurrir en
catalán a la expresión interjectiva au va! con la que también se muestra esa actitud escéptica y de oposición a lo
enunciado a la vez que se respeta el registro.
En las obras en las que nos apoyamos se recoge esta unidad. El DRAE clasifica qué va como locución interjectiva colo-
quial y remite a la voz sinónima quia. El DIEC, en cambio, no incluye en su inventario la combinación au va!, que, sin
embargo, sí aparece en la GNV. En esta última obra se cataloga este elemento como interjección conativa, cuya función
sería la de incidir sobre el comportamiento del interlocutor y más específicamente la de pedir un favor o dar una orden
(2006: 329). En este contexto, no creemos que au va! asuma un papel exhortativo, sino que desempeña uno expresivo en
el que se da a entender que el emisor manifiesta su incredulidad ante lo declarado anteriormente por su interlocutora.
Ante tal absurda aserción, la joven esposa replica con un enunciado que empieza con ach was!, que en la traducción
al español se recoge como déjate de bobadas y en catalán como vinga, home. La elección de Rosa Pilar Blanco satisface
las necesidades lingüísticas contextuales, a pesar de no recogerse en ninguna de las obras con las que trabajamos.
Romanços!, opción del DAC (2006: 433), sería el equivalente más próximo a la propuesta castellana. Ramon Monton
se inclina por vinga, home, que manifiesta ese distanciamiento de opinión y expresa por ende desacuerdo, y con lo que
además se trasluce un matiz de voluntad de infundir ánimo. Sin embargo, ese aspecto de intentar alentar al interlo-
cutor no se encuentra tan presente en la expresión déjate de bobadas.
En español, la traductora ha decidido traducir ach was! por una expresión conocida en la LM, que cumple cabalmen-
te la función expresada por dicha interjección. En catalán, contrariamente, se ha optado por dos unidades lingüísti-
cas que conjuntamente manifiestan ese sentimiento de desaprobación y de dar ánimo al mismo tiempo.
Siebrecht explora el terreno y empieza a echar una mano a una pareja que se ocupa de secar las viviendas y proteger-
las de los brotes de humedad así como también a Edwin, un viejo obrero. El jefe, Kalubrigkeit, llega allí y reprende
al capataz por haber vuelto a contratar a Busch, de quien anteriormente se había deshecho, a la vez que se queja por
haber empleado al joven Karl. El empresario empieza a arremeter con los allí presentes y espeta un ach was! cuando
von Senden, su cuñado, lo alerta de que en las paredes todavía hay manchas de humedad. Kalubrigkeit toma su
turno de palabra con esta unidad –ach was!– con el fin de oponerse a lo observado por von Senden y aseverar que las
paredes se están desempapando.
Así pues, gracias al marcador ach was! el locutor se desmarca de lo que le han comunicado e introduce una
afirmación contraria. La traducción al español es ¡pamplinas! y en catalán bestieses! Ambas propuestas prueban que el
empresario Kalubrigkeit toma por absurda la afirmación de que las paredes están todavía húmedas. El DRAE
apunta que esta unidad se utiliza para indicar algo con poco fundamento: «dicho o cosa de poca entidad,
fundamento o utilidad» (3), al igual que el DIEC, en el que se alude a la cualidad de necedad: «neciesa en el dir o en
el fer». Los diccionarios bilingües no recogen ninguno de estos dos elementos.
En otra de las intervenciones de Kalubrigkeit, que sigue a la que hemos apenas tratado, ach was! vuelve a introducir
un enunciado en el que queda patente su escepticismo hacia las palabras del capataz, cuando afirma que las vivien-
das solamente llevan calentándose un día. ¡Bobadas! y au, va home, va! se encargan en esta ocasión de transmitir en
ambas traducciones ese sentimiento de recelo e incredulidad que la unidad alemana manifiesta. En esta ocasión, en
catalán se ha optado por un conjunto de elementos y no por una sola palabra.
Rieke Busch, con su característica jovialidad, expresa su alegría por que Karl se encuentre con ellos, y atribuye a su
presencia la buena suerte que están teniendo en su familia. La joven no se cansa de repetirlo pero Karl Siebrecht
replica que no debería decir eso, pues tal y como esta viene, también se va. Entonces, Rieke responde con ach wat! –
marcado diatópicamente–, que indica disconformidad con lo asertado e introduce su opinión acerca de la fortuna y
la mala suerte. Rosa Pilar Blanco ha elegido la unidad ¡bah! para indicar que la hablante no acaba de tomarse en serio
lo que su interlocutor dice. Según el DRAE, esta interjección, que funciona como marcador conversacional, «denota
incredulidad y [o] desdén» (1), matices también secundados en el diccionario bilingüe Slabý Grossmann, donde la
primera propuesta de traducción para ach was! es ¡bah! (2012: 25).
Para el texto catalán, Ramon Monton no ha aportado ningún elemento que trasluzca a la vez esta expresividad y
divergencia que deriva del uso de ach was! Así, proponemos una traducción como, por ejemplo, apa!, que en la GNV
queda clasificada bajo las interjecciones expresivas que evidencian incredulidad (2006: 329), o què dius! o vinga home!,
tal y como propone el DAC (2006: 16). Observamos que la omisión de esta unidad provoca una pérdida de elo-
cuencia y priva al mensaje de vivacidad, situando el texto en un nivel más bien neutro y no tan coloquial.
Ya en la calle, Karl se arrepiente de esa negociación y tilda de “estupidez” lo que acaban de hacer. Rieke pronuncia
ach wat! que revela la procedencia berlinesa de la chica a la par que intenta infundir ánimos para que el joven no le dé
más vueltas. En ese momento, Rieke no cree que el haber cerrado un contrato pueda acarrear problemas en un
futuro, por lo que su punto de vista es antagónico al de Karl. ¡Amos, anda! y sigui com sigui, ja està fet! son dos opciones
que se presentan como satisfactorias, ya que de ambas se desprende la despreocupación con la que Rieke vive el
momento de adquisición de la máquina y se hace ostensible esa contraposición de opiniones. Rosa Pilar Blanco
emplea una elipsis –la caída de la -v en vamos–, fenómeno que está marcado como diastráticamente bajo. Pretende
reflejar así el habla de Rieke y contraponerla a la de Karl.
Por otra parte, es importante destacar que ni el DPDE ni el DRAE recogen la combinación ¡vamos, anda! tal y como
hace el María Moliner: «(inf.). Expresión de incredulidad o con que *se rechaza o *desecha cualquier cosa» (1998:
96). Así pues, este es el caso de Rieke Busch, quien muestra su estado de recelo y despreocupación de que la compra
de la inglesa les pueda traer problemas. Por su parte, Maria Josep Cuenca incluye la unidad sigui com sigui como conec-
tor parentético concesivo en la GCC (2002: 3197) en la que le otorga ese papel de contraste entre un segundo y
primer elemento.
Karl responde con ach was!, porque defiende una opinión contraria e introduce así el enunciado en el que afirma
necesitar airearse y que en el caso de que su ropa se dañase, podría comprarse otra, porque gana suficiente dinero.
En español, Rosa Pilar Blanco propone ¡qué va!, mientras que Ramon Monton convierte la afirmación de la joven
Busch en una pregunta que Karl responde con otra ¿i què? Esta última propuesta queda recogida en el DRAE, aun-
que no en el DIEC, y a través de dicha opción se exhibe el desinterés por parte del hablante hacia lo dicho por el
interlocutor.
En catalán, Ramon Monton ha elegido vinga, unidad con la que se requiere que la muchacha ponga fin a sus incesan-
tes críticas. Cuenca recoge este elemento como interjección impropia cuya función es pedir algo o dar una orden
(GCC 2002: 3222). En español se ha omitido este elemento, aunque podría haberse recuperado con unidades tales
como ¡qué diablos!, ¡venga ya!, que ayudarían a mostrar todavía más el estado de ánimo del joven –gereizt [irritado]– y
con las que se pediría a Rieke Busch que pusiera punto y final a sus quejas.
La entrada de caram! en el DIEC remite a carall!, es decir, Ramon Monton ha optado por una unidad eufemística y
dado que la situación se da entre personas de confianza, el tío podría haber utilizado, en nuestra opinión, carall! para
demostrar de forma más directa su asombro. Contrariamente a lo esperado, no hemos encontrado ¡pero qué dices! en
ninguna de las obras consultadas, quizá por su carácter de unidad compuesta. Este elemento cubre las mismas fun-
ciones que el catalán, pues muestra asombro de alguien que espera que su interlocutor le explique de inmediato un
asunto importante, sin entretenerse en nimiedades.
En el momento en que los allí sentados se enteran de la noticia, dicen que tendrán que vigilar al señor Quangel para
saber si es un hombre de confianza y evitar así que se vaya de la lengua. Además, el enfado de Grigoleit y Bebé no se
hace esperar y empiezan a arremeter contra Trudel, quien desconsolada, está dispuesta a acceder a las peticiones de los
otros dos miembros. Estos le preguntan si accedería a quitarse la vida para no continuar hablando y acabar destapando
la célula a la que pertenecen. Karl Hergesell habla con ella a solas mientras bailan y le ruega que no se tome en serio el
arrebato de Grigoleit y Bebé, y que sobre todo no cumpla sus deseos, pues ella no tiene la culpa de nada.
Finalmente, cuando Grigoleit y Bebé descubren que Karl Hergesell está de parte de Trudel Baumann, porque está
enamorado, ven que no hay nada más que hacer. El chico nunca permitirá que esta se suicide. Bebé, ante la
impotencia, espeta ach was! y se dirige a Grigoleit para comunicarle que no pueden perder más el tiempo y que la
célula está disuelta. Por ello, se marchan del Elíseo. Este elemento transmite el enfado del emisor y el menosprecio
que siente hacia Trudel y Karl por haber incumplido los preceptos de la unidad a la que pertenecían. Además,
apremia a su interlocutor para que salgan de allí lo antes posible.
Rosa Pilar Blanco consigue causar el mismo efecto en el TM que en el original gracias al uso de ¡bah! ¡se acabó! con el
que se muestra vilipendio hacia los interlocutores. Ramon Monton escoge en fi!, que ninguna obra de referencia en
catalán incluye en su inventario con esta función. Margarita Porroche comenta esta unidad en su gramática (2009:
178) y pone de relieve el matiz de resignación que concuerda con el enunciado que sigue: s’ha acabat!
Prall responde con ach was!, que en español se recoge mediante ¿que no...? y ¡pamplinas! y en catalán con què diu ara?
De esta manera, se transmite la sorpresa y la incredulidad que alberga el superior hacia su subordinado, pues no se
acaba de creer que no consuma alcohol. Además, ambas unidades permiten mantener el registro coloquial, que
Kluge acepta, atemorizado, pero pide no caer en el agua, pues siempre le ha tenido miedo. Accidentalmente la
pistola se dispara en manos de Kluge y eso hace enfurecer al comisario, quien fuera de sí, decide acabar él mismo
con la vida de Enno. Este implora al policía que no lo tire al agua, como le había prometido. Escherich espeta ach
was! y se niega a cumplir las peticiones del indefenso hombre. Rosa Pilar Blanco opta por ¡ni hablar! y Ramon
Monton por vinga. La traductora da a entender ese efecto de enfado e impaciencia del TP que tiene, como indica el
DRAE, el cometido de «rechazar [y] negar una propuesta». La solución catalana simplemente introduce una orden –
función conativa (GNV 2009: 329; GCC, Cuenca 2002: 3222)– sin que pueda llegar a traslucirse del todo ese
sentimiento de irritación, rechazo y negación. En este contexto, podría haberse usado una interjección fática de
negación (GNV 2009: 330), por ejemplo: d’això res o ni pensar-ho o también, en nuestra opinión, unidades como ni
parlar-ne o què t’empatolles?, incluso combinadas con vinga!
La traducción bueno, por la que opta Rosa Pilar Blanco, puede retardar la contestación del hablante, tal y como nos
dice Briz (1996: 210), que clasifica este elemento como una marca reguladora de inicio. Asimismo, bueno entraña ese
matiz de duda e indecisión que parece tener el médico. El Slabý Grossmann incluye en la entrada de na la acepción
[auffordernd: ordenar], bajo la cual se encuentran como equivalentes ¡ea! ¡vamos! (2012: 791), que podrían ser de
utilidad en otros contextos, pero, en ningún caso, en este. La relación médico-enfermera es formal y laboral y las
dos unidades mencionadas se situarían en contextos más bien informales, por ejemplo: Na, mach jetzt schnell [¡ea!,
rápido/rapidito].
En catalán, Ramon Monton ha omitido el marcador. La ausencia de este priva de naturalidad a lo enunciado, pues
en cualquier conversación espontánea un hablante no empezaría su turno de una manera tan abrupta después de
una pausa. Creemos que, en este contexto, podría haberse elegido un elemento como eh..., mmm... o bé... con los que
se refleja ese tiempo que el médico se toma para cavilar lo que les va a cobrar en concepto de visita. Los tres
elementos están recogidos como interjecciones metalingüísticas en la GNV (2006: 330) y funcionan como
marcadores conversacionales pragmáticos, ya que su alcance es extralingüístico. Por lo que concierne al registro, se
trata de elementos que se adecuarían a la situación comunicativa de manera óptima.
Marcador pragmático Na ja
conversacional
Identificador Lämmchen fragte bedenklich: »Gleich willst du mit? Ist es nicht besser, ich bereite
N1, cap. 2, pág. 17 Vater und Mutter vor, wo sie doch noch gar nichts von dir wissen...?«
TP. DE 014 »Was doch sein muß, tut man am besten gleich«, erklärte Pinneberg und wollte noch
immer nicht auf die Straße.
»Übrigens werden sie sich doch bestimmt freuen?«
»Na ja«, meinte Lämmchen nachdenklich. »Mutter sehr. Vater, weißt du, da darfst du
dich nicht dran stoßen. Vater flachst gerne, der meint das nicht so.«
Equivalencia Ø
Identificador Corderita pregunta, dubitativa:
N1, cap. 2, pág. 17 –¿Ahora mismo? ¿No será mejor que prepare a papá y mamá? Todavía no saben nada
Trad. ES 014 de ti ...
–Cuando hay que hacer algo, cuanto antes mejor –declara Pinneberg sin intentar diri-
girse a la calle–. Además, seguro que se alegrarán, ¿no?
–Ø Mamá, mucho –comenta Corderita meditabunda–. Papá, ya sabes, no te lo tomes
muy a pecho. A mi padre le gusta bromear, no habla en serio.
Equivalencia En fi
Identificador La Xaieta li va preguntar, amoïnada:
N1, cap. 2, pág. 17 –Vols dir ara mateix? No seria millor que preparés els meus pares, tenint en compte
Trad. CAT 014 que no saben res de tu?
–El que s’ha de fer, val més fer-ho de seguida –va sentenciar Pinneberg, que es negava
a tornar al carrer–. A més, segur que se n’alegraran, oi?
–En fi –va respondre la Xaieta, pensarosa–. La mare sí. El pare… val més que te l’agafis
amb calma. Se’n fum del mort i de qui el vetlla, però és millor no fer-li gaire cabal.
En este contexto, Corderita se muestra dudosa, porque la pregunta de Pinneberg sobre si sus padres se alegrarán de
conocerlo la ha dejado algo desconcertada. Se advierte de inmediato por el na ja la incertidumbre (TGDS 2007: 837;
WDP 2009: 584, v. 3.3.f. Gliederungspartikel) que la chica siente por la manera en que pueda reaccionar su padre,
posiblemente por su mal carácter. Por otra parte, este marcador atenúa el enunciado que introduce, ya que de lo
contrario resultaría muy brusco. Desde el momento en que se pronuncia esta partícula el oyente es conocedor de
En español se podría haber optado por hombre, que ayudaría a mitigar la respuesta. Cabría naturalmente tener en
cuenta aspectos suprasegmentales, tal y como apunta Porroche Ballesteros (2009: 209). En el diálogo escrito, la
aclaración –comenta Corderita meditabunda– ayuda a compensar la falta de la voz que determina el significado de la
intervención. Además, esta unidad también transmitiría el matiz de duda de na y en fi.
1 Ramon Monton ha traducido Kartoffelpuffer por truita de patates. En nuestra opinión, ambos platos
son diferentes: el Kartoffelpuffer se prepara a partir de patatas ralladas y presenta un borde muy
fino, mientras que la preparación de la tortilla de patatas, cuyo grosor es mayor que el del
Kartoffelpuffer, requiere, además de patatas, también huevo. Con la traducción de un elemento
típico de la cultura de partida por otro de la cultura meta se genera un cambio de referente a nivel
ideacional, que no acaba de encontrar su lugar en el contexto descrito. Además, debe tenerse en
cuenta el precio de los huevos durante los años 20 debido a la inflacción del momento y a la
situación más bien modesta de Corderita y Pinneberg. Fuente: http://www.planet-wissen.de/
politik_geschichte/deutsche_politik/weimarer_republik/hyperinflation.jsp.
La solución en español refleja perfectamente esta función que acabamos de comentar con el marcador venga ya, que
Porroche Ballesteros presenta en su manual (2009: 164). El traductor catalán opta por formular una pregunta
retórica de debò?, que expresa desacuerdo (GNV 2006: 330; GCC, Cuenca 2002: 3224) con lo que la muchacha ha
dicho.
Rosa Pilar Blanco opta en su traducción por un simple sí, que recoge la función del na ja alemán, aunque, en nuestra
opinión, podría haberse repetido este adverbio para intensificar su respuesta. En este caso, cabría encabezar el turno
de palabra con el adverbio repetido y posteriormente añadir el sustantivo –sí, sí, anticipo–. Ramon Monton utiliza esta
técnica de repetición y añade además home, que otorga al discurso naturalidad y fluidez. El DPDE cataloga la unidad
hombre en la segunda de sus entradas como intensificador reafirmador, que sería la función en el contexto que nos
ocupa. En las obras consultadas para el catalán se relaciona el uso de home como enfático y se señala además que
puede ir acompañado de palabras que indican afirmación y negación (Cuenca 2006: 174-7). El uso irónico, que en
determinados contextos puede adquirir esta combinación de sí y home, es válido en este contexto (Cuenca 2006:
176). Se trata pues de una reiteración de lo afirmado anteriormente, que va acompañada de una sonrisa, tal y como
se describe en el fragmento.
Esta expresión en español se ha traducido por vamos y aparece al final del enunciado, justo antes de retomar el turno
para decir que un obrero no es lo suficientemente bueno para ella. Esta unidad matiza la unidad antepuesta (DPDE)
y expresa sorpresa. En catalán, Ramon Monton empieza la intervención con caram, cuyo significado denota extrañe-
za e incluso enojo, algo que también sugiere el DIEC (carall 1.2.). Con i tot delante de un burgès se intensifica la cuali-
dad de ciudadano acomodado y con ello, según interpretamos por el contexto y situación comunicativa, el hablante
expresa mediante este añadido un desprecio todavía mayor hacia ese grupo social.
2 Los miembros del KPD tildaban de fascistas a los socialistas, algo que se ve reflejado en los
diálogos de este capítulo. En el texto español se da una una imprecisión, pues Rosa Pilar Blanco
traduce Sozialfaschisten por nacionalsocialistas. Esto es incorrecto porque se confunden los miembros
del SPD con los del NSDAP (Schulze [2001], 2013: 225).
Rosa Pilar Blanco emplea no sé, que transmite un punto de vista diferente al de Corderita, igual que el bé por el que
opta Ramon Monton. Este último elemento contradice la aseveración de la muchacha, tal y como recoge una de las
acepciones del DIEC y la GCC (Cuenca 2002: 3227). Cabe concluir diciendo que ambas soluciones dejan entrever
un matiz de duda, que se ve acrecentado por los puntos suspensivos.
Cuando Pinneberg le dice a Corderita que es una oveja, ella aprueba su afirmación con satisfacción mediante la uni-
dad na also, que la traductora al español recoge como ajajá. Esta forma aparece como ajá tanto en el DRAE como en
el María Moliner (1998: 103-4) y manifiesta complacencia. Ramon Monton ha renunciado al marcador conversacional
y preferido recurrir a la repetición del adjetivo beneit en su forma femenina, beneitona.
Marcador pragmático Na
conversacional
Identificador »Das kann ich doch nicht sagen, Herr Kleinholz«, erklärt er unruhig. »Ich kann doch
N1, cap. 9, pág. 75 nicht gegen meine Kollegen reden.«
TP. DE 025 Herr Kleinholz genießt den Fall.
»Sich würden Sie also nicht entlassen, wenn Sie ich wären?« fragt er.
»Wenn ich Sie ...? Mich selbst? Ich kann doch nicht ...«
»Na«, sagt Emil Kleinholz und steht auf. »Ich bin überzeugt, Sie überlegen sich die
Sache. Sie haben ja wohl monatliche Kündigung. Das wäre dann also am ersten Sep-
tember zum ersten Oktober, nicht wahr?«
Equivalencia Bueno
Identificador –No puedo contestarle, señor Kleinholz –declara, preso de la inquietud–. No puedo
N1, cap. 9, pág. 77 hablar contra mis colegas.
Trad. ES 025 El señor Kleinholz paladea la ocasión.
–¿Así que si usted fuera yo no se despediría? –inquiere.
–¿Si yo fuera...? ¿A mí mismo? Pero si no puedo…
–Bueno –replica Emil Kleinholz, levantándose–. Estoy convencido de que reflexiona-
rá sobre el asunto. Porque tiene usted un mes de preaviso, ¿verdad? Y eso sería el uno
de septiembre para el primero de octubre, ¿me equivoco?
Equivalencia Molt bé
Identificador –No li puc dir, senyor Kleinholz –declara, angoixat–: No puc parlar contra els meus
N1, cap. 9, pág. 77 companys de feina.
Trad. CAT 025 El senyor Kleinholz gaudeix de la situació.
–Si vostè fos jo, no s’acomiadaria pas a vostè mateix, oi?
–Si jo fos vostè? Jo? Però és que no puc...
–Molt bé –diu Kleinholz, mentre s’aixeca–, estic convençut que hi rumiarà. El seu
termini d’acomiadament és d’un mes, oi? O sigui que, si l’hagués d’acomiadar l’u
d’octubre, li ho hauria de comunicar l’u de setembre, no és veritat?
Kleinholz habla con Pinneberg, a quien contrató como contable para su empresa por un sueldo de 180 marcos. El
patrón quiere casar a su hija y su táctica es emplear únicamente a trabajadores solteros, motivo por el cual no puede
salir a la luz su matrimonio con Corderita. Johannes le cuenta a su mujer que Kleinholz anda detrás de él con el
objetivo de que acabe cediendo y se case con su hija. El superior llega a un punto en el que consigue atosigar al
joven de mala manera, amenazándolo incluso con el despido a través de falsos pretextos. En una conversación,
después de un episodio desagradable en el que Kleinholz ha soprendido a sus tres empleados cuchicheando sobre
su vida a sus espaldas, el jefe pregunta a Pinneberg si se lo ha pensado. Esta pregunta pone en un apuro al chico, ya
que sabe muy bien que el hombre quiere juntarlo con su hija Marie. Pinneberg le pregunta a qué se refiere y Klein-
holz, lleno de furia, responde que está hablando del despido. El hombre le pregunta al joven trabajador a quién
elegiría él en caso de despedir a alguien. El muchacho, desconcertado, dice que él no puede tomar ese tipo de deci-
siones, cosa que Kleinholz rebate con un na y aprovecha para introducir una conclusión con la que invita a Johannes
Pinneberg a reflexionar sobre ello en un tiempo máximo de un mes. En español se ha elegido un bueno y en catalán
un molt bé para solventar la traducción del marcador. En este contexto se adivina un matiz conciliador, pues Klein-
holz pretende que el joven Johannes acabe ajustándose a su voluntad (GDLE, Martín Zorraquino y Portolés Lázaro
1999: 4162; GCC, Cuenca 2002: 3224).
Rosa Pilar Blanco traduce na por bueno. Aparte de introducir una petición, función que no está recogida en ninguna
de nuestras obras de consulta, la unidad bueno está inserida en un fragmento que aparece como continuidad del
contexto más inmediato, tal y como indica el DPDE (1). El marcador conversacional por el que opta Ramon Mon-
ton, doncs vinga va, también ayuda a evidenciar la actitud impaciente de Johannes por comer y permite introducir la
petición a su mujer. Además, tal y como hemos comentado en el caso del español, también doncs permite manifestar
continuidad discursiva (Cuenca 2006: 178; GCC, Cuenca 2002: 3190). A nuestro parecer, el catalán transmite mucho
mejor la actitud de Johannes Pinneberg que el español, pues la presencia de vinga va ayuda a aumentar la visión de la
necesidad que el joven tiene de satisfacer su apetito cuando da prisa a Corderita para que vaya a buscar la cazuela.
Las unidades total y i llavors llevan también hacia un desenlace en el que se recoge un resumen de lo acontecido
(DRAE, 3; Cuenca 2002: 179). La conjunción i, que actúa en este contexto como un marcador, ayuda a la cohesión
discursiva y da más autenticidad a la evocación oral del diálogo, ya que cualquier hablante del catalán utilizaría esta
unidad para dar continuidad a su intervención.
Rosa Pilar Blanco ha solucionado la traducción con vaya, vaya, que a tenor del contexto puede significar una cosa u
otra. Algunas obras realzan el valor de sorpresa al igual que el de decepción o disgusto (Porroche Ballesteros 2009:
211-3), pero en este fragmento entendemos la repetición de vaya al inicio de la intervención de Kleinholz como la
introducción de un enunciado amenazante, sensación que se ve intensificada por dicha reiteración. El pronombre
interrogativo què?, sin su función sintáctica habitual, puede dar pie a numerosas interpretaciones, entre las cuales se
incluiría aquella de la que venimos hablando. Consideramos que no desempeña su papel gramatical porque no res-
ponde al modelo pregunta-respuesta del que suele formar parte, sino que tiene el cometido de comenzar un turno
de palabra para dirigirse a un grupo de sujetos y amonestarlos, pues parecen estar ocupados con otros menesteres
ajenos a su trabajo.
Marcador pragmático Na ja
conversacional
Identificador »Sachte, Herr Lauterbach, sachte. Wissen Sie, Politik ist ganz gut, und Nationalsozia-
N1, cap. 13, pág. 101 lismus ist vielleicht sehr gut, werden wir sehen nach den nächsten Wahlen und uns
TP. DE 030 danach richten, aber daß ausgerechnet ich die Kosten tragen soll...«
»Ich arbeit«, sagt Lauterbach.
»Na ja«, sagt Emil sanft. »Werden wir ja sehen. Glaub nicht, daß Sie heute arbeiten, die
Arbeit, die ich habe ... Sie sind ja ’n kranker Mann.«
Equivalencia Bien
Identificador –Calma señor Lauterbach, calma. La política está muy bien, ¿sabe usted?, y el nacional-
N1, cap. 13, pág. 103 socialismo quizá sea muy bueno, ya lo veremos después de las próximas elecciones y
Trad. ES 030 nos atendremos al resultado, pero que yo tenga que correr con los gastos...
–Yo trabajo –se defiende Lauterbach.
–Bien –contesta Emil con voz suave–. Ya lo veremos. No creo que hoy trabaje usted,
el trabajo que tengo... Usted es un enfermo.
Equivalencia Sí, sí, és clar
Identificador –A poc a poc, senyor Lauterbach, a poc a poc. Miri, la política està molt bé, i el nacio-
N1, cap. 13, pág. 103 nalsocialisme potser també, ja actuarem en funció de com vagin les properes eleccions,
Trad. CAT 030 però que hagi de ser jo qui pagui les despeses de tot això...
–Jo treballo –diu Lauterbach.
–Sí, sí, és clar –diu Emil, dolçament–. Ja ho veurem. De fet, avui no crec que pugui
fer tota la feina que tenia per a vostè... Vostè ara mateix està malalt!
Emil Kleinholz se encuentra con sus empleados en la oficina. El jefe se dirige envalentonado a cada uno de ellos
para decirles si los va a despedir o no y les echa en cara con desfachatez lo que piensa de cada uno de ellos. Cuando
llega el turno de hablar con Lauterbach, que no es muy listo, Kleinholz argumenta que el trabajo que desarrolla en la
empresa puede ser seguramente muy valioso, aunque posteriormente se acaba yendo por las ramas e introduce el
tema del nacionalsocialismo. En su opinión, esta ideología política puede que traiga prosperidad, pero cabrá esperar
a las próximas elecciones para verlo. Con todo, el jefe no cree que deba mantener a tres trabajadores en su empresa,
por mucha bonanza que pueda haber en un futuro. Lauterbach se defiende y responde a Kleinholz que él sí trabaja.
Este responde con cinismo con un na ja, mediante el que refleja duda (WDP 2009: 585, 3.3.f. [Skepsis= escepticis-
En la traducción al español, la intervención la introduce qué, unidad con la que se pondera una cualidad –
emperifollado– (DRAE) y en catalán, caram, con lo que se manifiesta igualmente sorpresa o admiración (DIEC, carall
1.2.). Así pues, vemos que el enunciado que en alemán transmite ese sentimiento de asombro mediante na y
posteriormente, la inclusión de la partícula ja en el enunciado se recoge con un único elemento en las traducciones.
En español, el uso de en fin muestra semánticamente a la perfección esta marca de cierre que hemos mencionado
(Porroche Ballesteros 2009: 178), y en catalán molt bé es asimismo una unidad de acuerdo (Matamala 2008: 255). Con
todo, opinamos que una unidad como vale funcionaría mejor en este contexto, pues mostraría por un lado acuerdo y
por otro también cierre (DPDE). Asimismo, molt bé lo encontramos únicamente como elemento iniciador, como es
el presente caso, pero no debemos olvidar en ningún momento que marca igualmente, tal y como vemos, un cierre
discursivo.
Rosa Pilar Blanco escoge la unidad bueno para reflejar esta continuidad y certitud, mientras que en la versión catalana
nos encontramos con que Ramon Monton ha omitido este fragmento. En nuestra opinión, na se podría haber tra-
ducido por una unidad como és clar que o és ben cert que.
Rosa Pilar Blanco usa bueno, mientras que Ramon Monton omite el marcador. Creemos que el traductor debería
haber añadido un elemento con el que igualmente se infundiera ánimo y recoger así la fuerza ilocutiva que presenta
el enunciado original, por ejemplo: vinga, home! [...]
El anciano le comenta a su antiguo empleado que las mujeres no dan su brazo a torcer y acto seguido manifiesta que
él todavía no es consciente debido a su joven edad. Este último enunciado se introduce mediante el marcador na,
que forma parte de este mensaje presentado como una conclusión de lo dicho anteriormente. Además, esta unidad
permite la continuidad y fluidez discursiva.
Rosa Pilar Blanco utiliza bueno en su traducción y Ramon Monton però. Ambos cumplen la misma función, es decir,
encabezan un enunciado en el que se colige que Pinneberg, por su juventud, todavía no conoce lo suficientemente
bien el modus operandi de las mujeres. Los dos elementos ayudan a dar asimismo cohesión discursiva y continuidad,
que desemboca en la pregunta de cuánto tiempo lleva casado.
Este marcador de apertura muestra la fuerte disposición del señor Puttbreese para conversar largo y tendido con el
joven Pinneberg. Con todo, observamos, por el contexto más inmediato, que Johannes no está por la labor de
quedarse a hablar con su casero, pues lo apremian las ganas de comer y la preocupación por el estado de su mujer.
Marcador pragmático Na ja
conversacional
Identificador »Du, Lämmchen«, sagt er und will ihr erklären, daß er findet, solche Quälerei ist eine
N1, cap. 30, pág. 231 viehische Gemeinheit. Aber er sagt es nicht. Statt dessen meint er: »Ach, ich wollte
TP. DE 039 dich ein bißchen unterhalten. Aber mir fällt gar nichts ein, Lämmchen. Ich muß
immerzu daran denken.«
»Du brauchst gar nichts zu sagen, Junge«, sagt sie. »Und Sorgen sollst du dir auch nicht
machen. Diesmal kann ich wirklich sagen, was andere können, kann ich auch.«
»Na ja«, sagt er. »Das schon – aber …«
Equivalencia Sí, claro
Identificador –Oye, Corderita –dice intentando explicarle que esa tortura le parece una brutalidad.
N1, cap. 30, pág. 233 Pero se calla. En lugar de eso, comenta–: Ay, me gustaría distraerte un poco, pero no
Trad. ES 039 se me ocurre nada. Solo puedo pensar en eso.
–No necesitas decir nada, chico –contesta–. Y tampoco tienes por qué preocuparte.
Esta vez puedo decir de verdad que si otras pueden, yo también.
–Sí, claro –reconoce él–. Eso sí... pero...
Equivalencia Sí, es clar
Identificador –Escolta, Xaieta –diu ell, i voldria confessar-li que no hi ha dret que hagi de passar per
N1, cap. 30, pág. 233 tota aquella tortura, però no ho fa, sinó que diu, simplement–: Et voldria distreure
Trad. CAT 039 d’alguna manera, però no se m’acut res, Xaieta. Hi hauré de continuar pensant.
–No cal que em diguis res, nen –diu ella–. I tampoc no cal que pateixis. Aquest cop et
puc dir realment que, si les altres poden, jo també podré.
–Sí, es clar –diu ell–, però...
Corderita y Johannes ya están en el hospital, pues las contracciones de la chica anunciaban el inminente parto del
bebé. Johannes querría infundir ánimos a su mujer, pero no se le ocurre nada. La joven le dice que esté tranquilo y
que todo irá bien, pues si otras han podido, ella también lo conseguirá.
Dicho esto, Johannes pronuncia un na ja que manifiesta acuerdo, aunque el enunciado que sigue contiene una «leicht
zweifelnde Nuance», es decir un matiz de duda por la presencia de aber [pero]. El DAC ofrece unidades como bé!, està
bé! y d’acord! (2006: 433) como elementos equivalentes de na ja. Estas muestran conformidad de opiniones, tal y como
refleja la solución de Ramon Monton: sí, és clar. Rosa Pilar Blanco propone una solución que coincide en la forma con
la traducción de Monton, sí, claro y con el sentido del que venimos hablando. En ambas versiones se halla presente la
unidad pero y però para mostrar ese ápice de vacilación e intranquilidad, que contiene el TP.
Posteriormente, Jachmann empieza a argumentar que no entiende como su madre, Mia Pinneberg, pudo tener un
hijo, pues se debió de tratar de un error del cielo y no solo de la fábrica de caucho. Dicho esto, se disculpa con un
enunciado que contiene na en primera posición. Este enunciado es conclusivo, pues se pretende dar un giro temáti-
co en la conversación, como se puede ver cuando Jachmann le pregunta a Pinneberg por los gustos de su mujer en
cuanto a flores y bombones. Esta vez las soluciones en las traducciones son bueno y en fi, respectivamente.
Rosa Pilar Blanco emplea la unidad bueno con la que se puede marcar desacuerdo (Calsamiglia y Tusón 2012: 239) y
Ramon Monton en fi, que refleja del mismo modo un parecer distinto, a pesar de que en las obras consultadas se
clasifique principalmente como elemento conclusivo.
Marcador pragmático Na ja
conversacional
Identificador Und nach einer Weile fragt er nachdenklich: »Wieviel muß er denn kriegen?«
N1, cap. 42, pág. 327 »Zwanzig«, sagt die Schwester.
TP. DE 047 »So viele! « sagt Pinneberg. »Und er brüllt immer so?«
»Das ist verschieden«, tröstet die Schwester. »Alle brüllen nicht bei allen Zähnen.«
»Na ja«, sagt Pinneberg. »Wenn man nur Bescheid weiß.«
Equivalencia En fin
Identificador Al cabo de un rato, pregunta meditabundo:
N1, cap. 42, pág. 328 –Y ¿cuántos tienen que salirle?
Trad. ES 047 –Veinte –contesta la enfermera.
–¿Tantos? –inquiere Pinneberg–. ¿Y siempre gritará igual?
–Depende. No todos lloran con todos los dientes.
–En fin. Al menos sabemos de qué se trata –se consuela Pinneberg.
Equivalencia D’acord
Identificador I, al cap d’una estona, pregunta, amoïnat:
N1, cap. 42, pág. 331 –I quantes n’hi han de sortir?
Trad. CAT 047 –Vint –diu la infermera.
–Tantes! –exclama Pinneberg–. I cada cop haurà de plorar així?
–Depèn –el consola la infermera–, no tots ploren cada cop que els surt una dent.
–D’acord –diu Pinneberg–, ara ja em quedo més tranquil.
Pinneberg consigue que una enfermera lo acompañe a casa y vea lo que le pasa a su hijo. Le toman la
temperatura y una vez la sanitaria constata que lo que le sucede al pequeño es que le ha salido su primer diente, el
joven matrimonio se tranquiliza y el padre, Johannes, manifiesta este sentimiento de sosiego a través de na ja. En la
versión española dicho estado de ánimo se transmite a través de en fin y en la catalana con d’acord.
Marcador pragmático Na
conversacional
Identificador »Wieso ist denn das unmöglich? Im Kriege haben ja auch die Frauen die Arbeit ge-
N1, cap. 50, pág. 383 macht, und die Männer haben einander totgeschlagen, und jeder hat’s in Ordnung
TP. DE 049 gefunden. Diese Regelung ist sogar besser.«
»Nicht jeder hat’s in Ordnung gefunden.«
»Na, fast jeder, junge Frau. Der Mensch ist so, er lernt nichts zu, er macht immer
wieder dieselben Dummheiten. Ich auch.« Jachmann macht eine Pause. »Ich zieh näm-
lich auch wieder zu Ihrer Schwiegermutter.«
Equivalencia Bueno
Identificador –¿Por qué va a ser imposible? En la guerra las mujeres también trabajaban mientras los
N1, cap. 50, pág. 385 hombres se mataban entre sí, y a todo el mundo le parecía bien. Esta regulación es
Trad. ES 049 incluso mejor.
–No le parecía bien a todo el mundo.
–Bueno, a casi todo, joven señora. El ser humano es así, no aprende, tropieza siempre
en la misma piedra. Yo también –Jachmann hace una pausa–. Porque me trasladaré de
nuevo a casa de su suegra.
Equivalencia Ø
Identificador –Per què ha de ser impossible? A la guerra, les dones també treballaven mentre els
N1, cap. 50, pág. 385 homes es mataven els uns als altres, i tothom ho trobava bé. Fins i tot els semblava
Trad. CAT 049 millor.
–No tothom ho trobava tan bé.
–Ø Quasi tothom, joveneta. L’ésser humà és així, no aprèn res, sempre comet les ma-
teixes bestieses. I jo també –Jachmann fa una pausa– Me’n torno a viure a casa de la
seva sogra.
Después de una dura jornada en Berlín, en la que Pinneberg ha cobrado el subsidio y poco después ha sido increpa-
do por un policía en plena calle por el mero hecho de pararse delante del aparador de un comercio de alimentos
selectos, vuelve a casa. Delante de su jardín adivina la presencia de dos hombres en el salón de su casa, en la que
también se encuentran su mujer y el pequeño. Se trata de Jachmann, el antiguo amante de su madre, que conversa
con su esposa Emma. Ella le explica al hombre su situación actual y manifiesta su descontento en cuanto al pano-
rama que se está viviendo en el país. Jachmann protesta y dice que durante la guerra muchas mujeres trabajaban
mientras los hombres estaban en el frente y que entonces nadie rechistaba. A este enunciado, Corderita responde
que no todo el mundo estaba de acuerdo con eso. El hombre la corrige diciendo que casi todos lo estaban y hace
esta apreciación a través de na, con lo que se muestra que esta unidad introduce una enmienda a lo apenas dicho por
la joven interlocutora. Es decir, Jachmann desaprueba lo dicho por Corderita. En español, la traductora recurre a
bueno (Calsamiglia y Tusón 2012: 239), con lo que se consigue el mismo efecto. Contrariamente, en catalán se omite
el marcador, y bien se podría haber agregado al inicio una unidad como què diu ara! (GNV, interjección fática de desa-
cuerdo, 2006: 330) o però què diu!
Más adelante, cuando Karl Siebrecht se disculpa por no haberla visto, la muchacha sigue la conversación y le vuelve a
pedir que le dé la mano para poder incorporarse al vagón. Esta vez, na funciona como marcador de continuidad a la
vez que encabeza una petición. Ambas traducciones han obviado en este caso el uso de marcadores. Podría haberse
recurrido a unidades tales como vamos o venga y au, au va/vinga, que cumplirían con la misma función de dar fluidez al
discurso así como de dar pie a una petición. Creemos que elementos como por favor o per favor resultarían demasiado
formales para una situación en la que los dos interlocutores son adolescentes y en la que además se intenta presentar a
una protagonista un tanto descarada y muy aguda para su edad.
Para na, wie alt bin ick? encontramos a ver, ¿cuántos años tengo? y digues, ¿quants anys tinc? Ambas unidades –a ver y digues–
funcionan como fórmulas iniciadoras del discurso y con ellas se llama la atención del interlocutor antes de formular
una pregunta o petición.
Las unidades que se utilizan en las traducciones son en fin y en fi, que transmiten igualmente esa sensación de
conformidad con las pautas que marca la naturaleza y ante las que poco se puede hacer. Para acabar de enfatizar esta
parte de la intervención, se podría añadir ¿qué le vamos a hacer? o què hi farem? y de esta forma expresar que no se
puede luchar contra el destino.
3 El TM catalán contiene un sentido diferente de lo especificado en el TP. Remitimos a la
traducción española de Rosa Pilar Blanco para entender cómo cabría haber abordado el
enunciado.
Esta forma –siehste– pertenece a la lengua coloquial (Umgangssprache), e incluso podríamos decir que se encuentra
marcada diatópicamente por su terminación (-te), puesto que es más común en el norte que en el sur de Alemania.
En la traducción al español, la expresión se marca diastráticamente, ya que se pone en boca de Rieke mía en vez de
mira; la caída de la -r intervocálica trasluce una falta de corrección lingüística que tiene como trasfondo un nivel
educativo bajo. En catalán, por el contrario, se recurre a una expresión del léxico común, aunque sin marcas tan
explícitas como las anteriores. Su uso no sorprendería ni mucho menos en una situación algo más formal, a pesar
del matiz afectivo o de sorpresa que entraña.
Un poco más adelante, Rieke explica a Karl la historia de tía Bertha y se añade un na con el cometido de dar
continuidad al discurso de manera fluida y natural, tal y como tendría lugar en la lengua hablada real, se añade un na.
A continuación se expresa la actitud que tomó el padre cuando su hija le comunicó que se marchaba al campo a ver
a su tía, que le daría los paquetes de comida que siempre enviaba. Rosa Pilar Blanco opta por bueno y en catalán se ha
optado por la unidad i, con lo que se observa ese avance en el discurso.
Posteriormente, en otra intervención la chica espeta un na und? después de que Karl le haya respondido que tendrá
que aprender a defenderse a partir de ahora. Esta unidad introduce una opinión contraria, es decir, un desacuerdo
con lo afirmado por Karl. Esto se refleja además en lo que Rieke dice después, ya que cree que no le hará falta
espabilarse, porque va a casa de algún familiar o a una escuela mejor. Las traducciones en las obras española y
catalana son ¿y qué? / ¿i què? La primera se incluye en el inventario del DRAE y se menciona su empleo en contextos
en los que se le resta importancia a lo dicho por otro.
Edwin concluye en que Karl no quiere desvelar si realmente le han encargado vigilarlo y así se lo hace saber.
Posteriormente, cesa en su insistencia e introduce una puntualización en su intervención en la que se defiende de
cualquier posible acusación que haya podido recaer sobre él. El fragmento en el que decide finalizar con su
interrogatorio y poner de relieve la información nueva empieza con el marcador na, unidad que Rosa Pilar Blanco
traduce por bueno y que Ramon Monton elimina en su texto y podría haber traducido por bé, no en parlem més.
A continuación, en la misma intervención, Rieke vuelve a utilizar na para dar una orden, que la hablante cree que será
difícil que su interlocutor lleve a cabo, pues parece empecinado en querer flirtear con ella. Esta función la satisface anda
(DRAE, 2) en español y ara val més en catalán. En nuestra opinión, la solución que propone Ramon Monton es
demasiado formal y convendría sustituirla por una expresión algo más informal: i ara/ apa, ara ves-te’n. Así, en catalán,
más que una petición, parece que se esté dando un consejo y este no es el sentido que transmite el TP.
Porroche Ballesteros dedica un epígrafe a la unidad es que (2009: 180-2) en el que expone una buena variedad de
ejemplos, que muestran una función de explicación-justificación. Este valor no es el que presenta la unidad aquí,
puesto que en este contexto se muestra el asombro de la hablante a la vez que se inquiere al interlocutor si no sabe
qué es aquello sobre lo que habla.
El segundo na que Rieke usa en su siguiente intervención introduce un enunciado que muestra claramente la
coincidencia de su opinión con la de Karl acerca de su relación. Así pues, con esta unidad la emisora reacciona y
asiente a lo dicho por Karl. Además, se trata de un enunciado exclamativo (3.1.d.). En ninguna de las traducciones
encontramos un equivalente para esta unidad. Podrían haberse recogido equivalentes del tipo bueno y bé.
5 En el TM catalán se halla un error de sentido en relación al TP. Constatamos que «de tolle
Hintenherum mag ich uff den Tod nich ausstehen!» se ha traducido por «I, per cert, no puc ni
veure aquell vell hipòcrita». Creemos que se debe a un error de lectura en el que se ha confundido
quizá «tolle» con «Olle».
Observamos una vez más la preferencia exclusiva por en fi de Ramon Monton. En nuestra opinión, se podría haber
optado por la unidad española vale, con lo que naturalmente se transgrederían las normas lingüísticas. Con todo, vale
aparece en las conversaciones coloquiales en catalán, puesto que es un marcador conversacional muy productivo que
los hablantes han adoptado debido a la convivencia de las dos lenguas. En la evocación de los diálogos, por lo tanto,
no sería erróneo reproducir la realidad y optar por esta unidad o en su defecto por val, que existe y se utiliza repetida-
mente en el habla coloquial, pero que el DIEC no recoge, porque no pertenece al repertorio de la lengua normativa.
Posteriormente, Karl hace a Engelbrecht conocedor de su situación y comenta que anda buscando un trabajo esta-
ble, así como que también necesita una habitación y un anticipo. Engelbrecht vuelve a decir na schön. Esta unidad
muestra una actitud condescendiente hacia el interlocutor, tal y como reflejan los elementos por los que han optado
ambos traductores: de acuerdo y d’acord.
Marcador pragmático Na ja
conversacional
Identificador Die andern nicken eifrig mit den Köpfen; endlich glauben sie erfasst zu haben, worauf
N3, cap. 2, pág. 19 der Baldur hinauswill. »Ja, ihr nickt«, sagt der Baldur ärgerlich, »aber ihr macht’s ganz
TP. DE 090 anders! Keine halbe Stunde ist es her, da habe ich Vatern erst vor der Briefträgerin
sagen hören, die olle Rosenthal oben soll uns Kaffee und Kuchen spendieren …«
»Och, die olle Judensau!«, sagt Vater Persicke, aber doch mit einem entschuldigenden
Ton in der Stimme.
»Na ja«, gibt der Sohn zu, »viel Aufhebens wird von der nicht gemacht, wenn ihr mal
was passiert. Aber wozu den Leuten so was erst erzählen? Sicher ist sicher […]«
Equivalencia Bueno, sí
Identificador –Los demás asienten con vehemencia con la cabeza; por fin creen haber comprendido
N3, cap. 2, pág. 13 adónde quiere llegar Baldur–. Sí, sí, vosotros asentís –continúa Baldur irritado–, pero
Trad. ES 090 os comportáis de manera completamente distinta. No hace ni media hora he oído decir
7 El enunciado «Na, geh voran! » se ha traducido en el TM catalán por «i ara fot el camp!». Se ha
dado pues un cambio de sentido en relación al TP, ya que en este último se le está diciendo a
Emil Barkhausen, que pase delante con el fin de que salga de casa y no que se esfume como nos
propone Ramon Monton.
Además, es frecuente el empleo reiterativo de esta partícula en un espacio de tiempo muy breve, como lo demuestra
el ejemplo alemán, respetado también en la traducción catalana, pero no en la española.
Rosa Pilar Blanco escoge la unidad bueno, una de cuyas funciones inventariadas en Las cosas del decir (Calsamiglia y
Tusón 2012: 239) es la de finalizar una intervención. Ramon Monton vuelve a optar una vez más por en fi, que se-
mánticamente señala hacia un desenlace.
Posteriormente, el comisario vuelve a iniciar su intervención con na y expresa su contento ante la disposición de
Barkhausen por solucionar el asunto del posible intento de hurto de la pulsera de la señora Rosenthal. En nuestra
opinión, en este contexto na se utiliza como sinónimo de na schön. Tanto en español como en catalán se recoge esta
complacencia –na, dann ist’s ja schön – a través de la expresión me alegro de veras y la repetición de la unidad molt bé.
Rosa Pilar Blanco utiliza en fin y Ramon Monton la veritat és que para reproducir na ja. La unidad que usa el traductor
catalán pertenece al inventario del DPDE y podría encontrar igualmente cobijo en los marcadores de manifestación
de certeza de los que se habla en Las cosas del decir (Calsamiglia y Tusón 2012: 237), pero no la hemos encontrado
registrada en la bibliografía catalana. Con esta se «destaca la veracidad de lo dicho, así como el compromiso sincero
del hablante al decirlo», así pues muestra una actitud sólida respecto a lo comentado. El segundo na tiene un matiz
continuativo y conclusivo que se reproduce mediante pero, en fin e i tu, mientras que la conformidad manifestada por
na schön cobra vida a través de ¡de acuerdo! y d’acord.
8 En el fragmento español identificamos un error de traducción, pues se ha traducido «die Post»
por «mi puesto» en vez de por «correspondencia» o «correo». La traductora ha confundido este
sustantivo con «der Posten».
Rosa Pilar Blanco opta por la unidad ¡quia! en su traducción. El DRAE clasifica este elemento como una interjección
coloquial usada «para denotar incredulidad o negación». En nuestra opinión, es la presencia de un punto de vista dife-
rente lo que nanu! o ¡quia! ponen de relieve en este caso, pues Jachmann no cree que la situación sea tan extraña. Ramon
Monton reproduce nanu! mediante per què? que enlaza con la pregunta no és impossible?, que Corderita formula en la
versión catalana. Con el empleo de este elemento, el hablante muestra tanto asombro como un parecer diferente.
9 El apellido del panadero es Bremer y no Bremmer como aparece en el TM catalán.
El hombre acaba viéndolo y muestra su asombro mediante nanu!, cuyas traducciones i ara y caramba transmiten el
mismo sentimiento de extrañeza. El contexto más inmediato pone incluso de relieve un matiz de desaprobación –
como indica el DIEC (2.2.)– ya que Kalubrigkeit nunca hubiera permitido la contratación de Karl Siebrecht.
Karl pide a Ilse que haga el favor de despertar a su padre de la siesta, porque necesita hablar con él lo antes posible.
Además, le ruega que no esté presente cuando le exponga su proyecto a Gollmer, pues se pondría nervioso y le costaría
mucho hablar. La joven responde que no lo ve nada retraído y no cree que se desenvuelva mal, aunque ella esté delan-
te. Ilse contesta con un enunciado encabezado por nanu!, que se ha traducido por i ara! y ¡caramba! Las tres unidades
muestran incredulidad ante lo manifestado por Karl Siebrecht, pues cree que el chico es bastante echado para adelante.
10 Apreciamos una imprecisión en el TM catalán, pues «Tag» es una fórmula de saludo general,
tal y como se recoge en el Duden. En el contexto que se nos presenta son las cuatro de la tarde,
por lo que traducir «Tag» por «Bon dia» no sería apropiado, ya que nos encontramos entre el
tiempo situado entre el mediodía y el anochecer. Una opción a tener en cuenta sería «Buenas
tardes» o simplemente «Hola» [como en español], que se adecuaría mucho más al contexto
situacional.
La traducción al español es ¿lo ves? y al catalán mi-te’l, el senyor. En catalán se nos presenta una forma reducida, pues la
normativa sería mira-te’l. La traducción propuesta por Ramon Monton pertenece al discurso coloquial altamente
informal, tal y como estipula el llibre d’estil de la CCMA. Esta recogería la marca diatópica (-te) que presenta el
marcador alemán. Cabe aclarar que el equivalente propuesto no muestra ningún signo de nivel diastrático bajo, sino
que se situaría en el ámbito diafásico, pues cualquier hablante del catalán lo utilizaría en una situación cotidiana
distendida. Lluís Payrató no incluye esta unidad en el apartado de estratègies i rutines conversacionals (8.3.1, 1996: 204),
donde sí se recoge la forma mira/-i bajo la etiqueta de verbos de percepción.
11 Puntualizamos que «klirren» (Duden, acepción a) no significa «trencar», sino «trontollar». Así
pues, en el TM catalán se da un cambio de sentido que cabría enmendar para transmitir lo mismo
que el TP.
12 En la misma intervención Rieke dice «kriegste noch eenen» que en catalán se ha traducido por
«te’n compraré una altra!». El sentido del enunciado es que la chica sirve otra copa a su padre,
pues en el cotexto le advierte de que tiene que beber despacio, porque no hay más. Así pues, se
ha confundido la acepción 1a «bekommen, erhalten; mit etwas bedacht, versehen werden» con la
2b «kaufen können, (gegen Geld) erhalten» (Duden).
13 La primera letra de la preposición Von, que forma parte del apellido von Senden, se encuentra
escrita en mayúscula en el TM español, mientras que en catalán se mantiene tal y como aparece
en el TP, es decir, en minúscula.
El primer wat? se ha traducido por ¿verdá? y por ¿oi que? La unidad propuesta por Rosa Pilar Blanco está marcada
diastráticamente, con lo que se refleja el habla de Rieke también en el TM español. Constatamos que Ramon Mon-
ton posiciona la unidad al principio del enunciado, a diferencia del TP y de la traducción española. El segundo wat?
resulta en ¿eh? y ¿oi?
Ausgehend von Söll (1974) und Koch und Oesterreicher (1985) steht, wie
bereits angedeutet, die Untersuchung der gesprochenen Konzeption im schrift-
lichen Medium – insbesondere die Nähesprache – im Mittelpunkt der Arbeit. Es
ging hauptsächlich darum, einen herausragenden Teil jener Sprachelemente zu er-
forschen, die im Romantext helfen, eine ungebundene Situation des Alltagslebens
widerzuspiegeln. Dazu wurde das Augenmerk auf die pragmatischen Marker und
ihre Äquivalenz gelegt. Die Verwobenheit von gesprochensprachlicher (diamesi-
Einige von Falladas Figuren äußern sich in dem ihrem Umfeld ent-
sprechenden Dialekt, der für den deutschsprachigen Leser eindeutig den Berliner
Raum evoziert. Im Rahmen der Romanhandlung verknüpft Fallada mit dem
Einsatz dialektaler Merkmale in der Figurenrede bestimmte Absichten: Zum einen
dienen die diatopisch markierten Aussagen zur Inszenierung der Handlungen
gebürtiger Berliner im Roman und zum anderen zur Schilderung von Figuren mit
geringerem Bildungsniveau oder aus niederen Gesellschaftsschichten. Die dia-
topische Markierung ist in diesem Sinne mit bestimmten Wirkungsabsichten
verbunden, nämlich Empathie oder Abneigung beim Leser auszulösen.
Auf der anderen Seite stehen die Figuren Rieke Busch und Kuno-Dieter, die
Empathie auslösen. Die mangelnde Bildung von Rieke Busch, die sich in ihrer
Redeweise widerspiegelt, ist ihrem familiären und sozialen Umfeld geschuldet. Das
halbwüchsige Mädchen wächst ohne Mutter und mit einem alkoholsüchtigen Vater
auf, der kaum den Unterhalt der Familie verdienen kann. Rieke vernachlässigt meist
In diesem Sinne ist die Wirkung auf den Leser zum einen negativ [Abnei-
gung] und zum anderen positiv [Empathie]. Darüber hinaus setzt Fallada ebenfalls
eine gewisse diatopische Markierung in den Beiträgen anderer Figuren ein wie etwa
bei Frau Bromme und Frau Zappow. In diesen Fällen zielt die Markierung darauf,
die Arbeiterrealität und das Urberlinische zu vermitteln.
Hatim und Mason treffen den Kern des Problems, wenn sie behaupten:
«rendering ST dialect by TL standard has the disadvantage of losing the special
effect intended in the ST, while rendering dialect by dialect runs the risk of creating
unintended effects» (1990: 41). Dem Zitat ist insbesondere zu entnehmen, dass
weder die eine noch die andere Lösung ein geeignetes und erfolgreiches Verfahren
darstellt. Es muss vielmehr ein anderer Weg gefunden werden. Der renommierte
Übersetzer Josep Julià spricht von einer interdialektalen Option und schlägt die
Wiedergabe leicht markierter dialektaler Rede durch in Register umgewandelte
Formen im Zieltext vor. Hervey, Higgins und Haywood sind ebenfalls dieser Mei-
nung, da der Übersetzer «[can] make relatively sparing use of TL features that are
recognizably dialectal without being clearly recognizable as belonging to a specific
dialect. Fortunately, there are many features of non-standard accent vocabulary and
grammar that are widespread in a number of British dialects. » (1995: 113).
Bei den Übersetzungen von Hans Fallada sind zwei verschiedene Vor-
gehensweisen festzustellen. Rosa Pilar Blanco, die Übersetzerin der Romane ins
Spanische, legt großen Wert auf die Übertragung markierter Sprache, um eine
ähnliche Wirkung auf den Leser in der Zielsprache zu erlangen. Entsprechend stellt
ihr Text einen Versuch dar, einen Ausgleich zwischen Ausgangstext und Zieltext zu
erreichen, indem sie sprachliche Mittel einsetzt, die ausschließlich der Umgangs-
sprache angehören. Hierzu zählen Phänomene wie: 1) das Weglassen bzw. Wieder-
holung mancher Grapheme – pué(de), tié(ne), to(do)s, nee –, die an eine nachlässige
Aussprache erinnern; 2) die Verwendung umgangssprachlicher Redewendungen
oder alltäglichen Wortschatzes liquidar [erledigen im Sinne von töten] anstelle von
matar [töten, umbringen], pasta [Stange Jold im Sinne von Kohle] anstelle von dinero [Geld],
u.a. Der katalanische Übersetzer Ramon Monton geht im Gegensatz zur spani-
schen Übersetzerin mit der Sprache sehr akkurat um. Die im spanischen Text auf-
gegriffenen Merkmale sind in den katalanischen Versionen nicht zu finden. Ramon
Monton verwendet ebenfalls nur selten informelle Ausdrücke: estar grillat [einen
Knall/Schuss haben] anstelle von estar boig [verrückt sein], garjola [Knast] anstelle von
Ein Konsens über eine gemeinsame Definition des vorliegenden Begriffs ist
im Laufe der Jahre noch nicht zustande gekommen. Wunderlich hob den
Angewandt auf die Romane von Hans Fallada lassen sich die vorgenannten
Merkmale der Umgangssprache gut nachvollziehen. In der Redeweise einiger
Figuren ist der Gebrauch von Hyperbeln zu beobachten, wie etwa bei Enno Kluge,
wenn er von Riesenarbeit spricht [übersetzt als trabajo tremendo/feinada de por]. Ebenso
wird das Mittel der Wiederholung eingesetzt, wenn Kluge z.B. relevante Aussagen
im Dialog hervorheben will: Radio ist immer gut/Immer ist Radio gut! (N3, DE, Kap. 7,
S. 74) [Una radio siempre es buena/Una radio siempre es buena (N3, ES, Kap. 7, S. 56);
Una ràdio sempre va bé/una ràdio sempre va bé! (N3, CAT, Kap. 7, S. 72)].
Der Arbeit von Walter Porzig (1950) folgt vier Jahre später die Feststellung
von Walter Henzen (1954), dass sich keiner bis zum damaligen Zeitpunkt richtig
um die Essenz dieser Sprachform gekümmert habe. Sein Fazit ist ernüchternd: 1)
«die bisherigen, allgemein gehaltenen Ausführungen über den Sachverhalt reden
aneinander vorbei» (1954: 21), 2) «wir sind immer noch über ihr Wesen wenig
unterrichtet» (1954: 22) und 3) «man muss die Umgangssprache an den Hörnern
fassen» (1954: 22). Aus diesem Befund leitet sich die Notwendigkeit ab, neue
Kriterien bzw. Merkmale zu bestimmen, um den Begriff der Umgangssprache
In den Romandialogen von Hans Fallada lässt sich eine ganze Reihe von
universellen und einzelsprachlichen Phänomenen (Koch und Oesterreicher 1990)
nachvollziehen, die an die natürliche und spontane Kommunikation im Alltag er-
innern. Anhand einiger Beispiele wurden die entsprechenden Merkmale festgestellt.
Es wurde deutlich, dass die Redemittel verschiedenen Sprachebenen angehören,
d.h. es sind Phänomene, die auf der Ebene der Syntax, Lexik und Semantik sowie
im Bereich der Pragmatik angesiedelt sind. Hier sind ebenfalls die untersuchten
pragmatischen Marker als universelles Phänomen anzutreffen. Sie bilden den
Mittelpunkt der Arbeit als textuelle bzw. diskursive und interpersonelle Einheiten,
die insbesondere die Funktionen im Alltagsgespräch bedienen wie etwa die
Eröffnung, die Steuerung des Ablaufs und die Beendigung des Gesprächs. Meist ist
die Rede von einer Doppelfunktion, die sich ebenfalls in einige bzw. mehrere
Mikrofunktionen aufgliedern lässt.
Ein letzter Aspekt bezieht sich auf die Wiedergabe des Gesprochenen im
geschriebenen Medium. Zur Dehnung von Phonemen durch den Sprecher werden
manche Grapheme wiederholt: »Neenee, Herr Pinneberg«, sagt Herr Friedrichs
etwas ärgerlich (N1, DE, Kap. 14, S. 109). Die im Gesprochenen betonten Silben
oder Laute (emphatischer Akzent) werden gelegentlich im schriftlichen Medium
durch die Schreibweise durch Kursive markiert: »Ich und mein Führer?«, murmelt
er, ganz überwältigt von diesem Angriff. »Wieso ist er denn plötzlich mein Führer?
[…]« (N1, DE, Kap. 1, S. 15).
Die Untersuchung ergab, dass sowohl die universellen als auch die einzel-
sprachlichen Phänomene der Nähesprache ins Spanische und Katalanische durch
ähnliche oder einzelsprachliche Elemente übersetzt wurden.
In der Analyse des Markers na und in den Schlussfolgerungen ist die Rede
von einer Fossilisierung bei einigen Kontexten, in denen die Wiedergabe ins
Katalanische stets en fi [19 von 100 Kontexten] ist. Auch wenn der kommunikative
Zweck meist erfüllt ist, hätte der Übersetzer andere Varianten miteinbeziehen
können, die zur Versprachlichung von Diskrepanzen, Distanzierung, Resignation,
Nachgiebigkeit und Beendigung dienen können.
Die anderen Elemente kommen seltener im Text vor, sind aber ebenfalls
von großer Bedeutung, da sie zur Gestaltung des illokutiven Akts beitragen. Der
Marker ach was erfüllt viele Funktionen im Bereich der Emotionen: Skepsis aus-
drücken, Misstrauen und Meinungsdiskrepanz äußern, Beschwerde einlegen,
Überraschung, Erstaunen und Aufregung mitteilen. Die Übersetzer übertragen den
Zwei weitere Marker, die untersucht wurden, sind siehst du und verstehst du
[mit ihren Varianten]. Beide werden als Sprechersignale klassifiziert und den
Fortsetzungssignalen zugeordnet (TGDS: 832-3). Die Hauptfunktion beider
Einheiten ist, das Interesse des Gesprächspartners zu wecken und dieses im
Gesprächsablauf aufrechtzuerhalten. Die Formen siehste und vastehste sind auch in
den Dialogen von Fallada vertreten, werden allerdings nicht immer im Zieltext
entsprechend markiert. Wiederum ist es die spanische Übersetzerin, die zwei
markierte, nicht standardsprachliche Optionen anbietet: ¡mía tú qué bien! (siehe Trad.
ES 57) und aquí ties (siehe Trad. ES 138). Beide Marker besitzen eine äußerst
wichtige textuelle Funktion, da sie für die Diskursgliederung und den allgemeinen
Gesprächsablauf sorgen.
Der letzte Marker – was? – am Ende eines Redebeitrags signalisiert die Suche
eines Konsens bzw. einer Bestätigung des Sprechers für eine bestimmte Aussage
(Paul 2002: 1148). Noch einmal sind markierte Abweichungen im Zieltext zu
finden, die im Ausgangstext diatopisch markierte Einheiten reproduzieren, etwa
durch eine Apokope ¿verdá[...]? (siehe Trad. ES 163-4). Dieser Marker kennzeichnet
das Ende einer Aussage; der Sprecher fordert damit seinen Gesprächspartner auf
den Beitrag fortzuführen.
Diese Arbeit sollte anhand der 169 analysierten Beispiele einen Anfang einer
noch künftigen Forschung im Bereich der pragmatischen Marker und deren
Übersetzung darstellen. Wie in den Schlussfolgerungen erwähnt, wäre es für die
Zukunft wünschenswert, die bereits behandelten Marker sowie andere Einheiten
im fiktiven Dialog ausführlicher zu beschreiben. Das Wörterbuch der deutschen Partikel
wäre dafür ein grundlegendes Werk, das eine hervorragende Basis für ein solches
Projekt bietet. Dazu könnten andere Schriftsteller herangezogen werden, aber auch
weitere Werke von Hans Fallada selbst und deren Übersetzungen. Die Tatsache,
dass Fallada noch recht unbekannt in Spanien ist, hat uns bewogen, nur die
neuesten Übersetzungen zu analysieren und nicht auf die einzig bekannte frühere
Version von Kleiner Mann – was nun? (¿Y ahora qué?, primera edición en castellano
por la Editorial Salesiana, Santiago de Chile, 1934) zurückzugreifen. Es wäre
sicherlich interessant zu sehen, welche Unterschiede es zwischen der älteren
Version und der Neuausgabe gibt. Wenngleich es richtig zu behaupten ist, dass es
so viele mögliche Übersetzungen gibt, wie es Übersetzer gibt, sind dem Gebrauch
der pragmatischen Marker auch Grenzen gesetzt, die nicht nur dem Kontext und
Zeitpunkt der Übersetzung geschuldet sind. Der Vergleich zwischen der
spanischen Übersetzung von 1943 und der von 2009 des Buches Kleiner Mann – was
nun? könnte aber durchaus auch Hinweise dazu liefern, wie sich die Marker im
Laufe der Zeit verändern – also wie sich die Marker in ihrer Diachronie verhalten –
bzw. wie das Verhältnis der Übersetzer zu diesen Markern variiert. Ein weiteres
Desideratum wäre herauszufinden, welche Marker in den Dialogen von
Angehörigen der Oberschicht in den drei untersuchten Romanen eingesetzt
werden, um die verwendeten Register untereinander zu kontrastieren.
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