No las celan mucho, ni ponen cuidado en guardarlas y menos en
serles leales. Aunque se les huya la mujer, no por eso la dejan de recibir cuando vuelve, aunque haya sido la ausencia larga, antes la suelen buscar con diligencia, encomendando á los amigos se la ayuden á buscar, y cuando parece, la reciben con muestras de alegría y celebran el haberla hallado, con borrachera. Porque mejor se vea lo que en esto suele pasar, me pareció contar aquí el caso siguiente: Huyesele á un indio su mujer, la cual volvió á cabo de mucho tiempo y pidió á un religioso conocido mío que la reconciliase con su marido; él venía ya en ello, mas reparó en que venía embarazada, y como respondiese a\ Padre, que cómo quería que la recibiese viniendo de aquella manera, el religioso convenció al marido con esta razón: - -Vén acá, hermano, ¿si tu perra se saliese de casa, la hablas de dejar de recibir si volviese preñada? Á lo cual respondió el indio: -Tienes razón. Padre. Y recibió á su mujer sin más darle en cara con lo que había hecho. (Cobo)