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UNIDAD I
La palabra liderazgo define a una influencia que se ejerce sobre las personas y que
permite incentivarlas para que trabajen en forma entusiasta por un objetivo comú n.
Quien ejerce el liderazgo se conoce como líder.
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Liderazgo
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1.2.3 Tanto los líderes como los seguidores necesitan recursos, conocimientos y
habilidades, pero en las relaciones de conducció n eficientes son má s
importantes los procesos intelectuales y emocionales de las estrategias
para lograr cambios substanciales; es este sentido, el “camino del cambio”
requiere, antes que nada, que las relaciones de conducció n creen y
sostengan condiciones ambientales que favorezcan el desencadenamiento y
la evolució n de esos procesos (confianza recíproca, percepció n del
beneficio, niveles de riesgo, control de la incertidumbre, contenció n ante el
fracaso, etc.).
1.2.4 La clave del “camino del cambio”, es que los cambios deseados no deben
reflejar solamente los deseos del líder sino también los deseos de los
seguidores. En las relaciones de conducció n organizacional, los cambios
deseados por líderes y seguidores reflejan sus propó sitos mutuos. De no ser
de esta manera, se instalan síndromes —a veces explicados como «lucha de
poderes» que desencadenan la degradació n de la estructura y la
funcionalidad de la organizació n y que culminan en su propia
autodestrucció n por la incapacidad de reaccionar ante los cambios que
realizan las organizaciones de su entorno.
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Liderazgo
Antes de saber có mo podemos ser mejores líderes, hemos de cuestionarnos si, de hecho,
lo somos. ¿Damos ejemplo con nuestro trabajo? ¿Sabemos delegar y confiar en el equipo
de profesionales con los que trabajamos? É stas y otras habilidades son indispensables
para ser, no só lo respetados, sino valorados.
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Liderazgo
Predicar con el ejemplo ha sido siempre una de las maneras má s efectivas de liderar un
grupo o una organizació n. No seremos buenos líderes si nuestros empleados o nuestro
grupo o circulo, perciben que no nos esforzamos, que trabajamos menos que ellos o que
aprovechamos cualquier ocasió n para asignar tareas ingratas que muy bien podríamos
resolver nosotros.
1.3.2 Entusiasmo
El líder ha de creer en el
proyecto común, y debe
transmitir su pasió n y entusiasmo
al resto del grupo. Un líder
desganado o desmotivado no es la
mejor imagen que puede
transmitir una empresa. El carisma
y la acció n son dos cualidades
esenciales de todo emprendedor
que aspire a ser un buen líder.
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Liderazgo
1.3.3 Organización
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1.3.5 Responsabilidad
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Liderazgo
Atentos pues:
Ser líder es ser dueñ o de nuestra vida. Esto, que parece sencillo, conlleva un largo
trabajo de desarrollo basado en la autoconciencia, como primer paso para
identificar las á reas de mejora que limitan nuestro crecimiento personal. Liderar a
otros supone asumir una enorme responsabilidad. Antes, tenemos que conocernos
a nosotros mismos y nuestras limitaciones, con el propó sito de dirigir nuestra
energía para estar preparados ante cualquier desafío o cambio. Ser dueñ o de
nuestra vida implica confianza en uno mismo, extender nuestra zona de
aprendizaje fuera de nuestro á mbito de comodidad, ser proactivo en las decisiones
y asumir riesgos. También implica ser interdependiente, apoyarse en los demá s
para alcanzar el éxito individual. Si los demá s triunfan, el líder también lo hace,
porque los logros de otros ayudan a alcanzar los propios. Si no te esfuerzas,
olvídate de tu visió n, ya que no es posible sin esfuerzo.
Hay personas que son carismá ticas por naturaleza. Desde una edad temprana tienen
un talento especial, una fortaleza interior que inspira a otros a seguir sus pasos. Los
líderes que nacen tienen claro qué quieren para sí mismos, a qué se quieren dedicar
y dó nde dirigir sus esfuerzos para conseguir aquello que se proponen. Involucran a
los demá s en sus proyectos, haciéndoles partícipes. Este hecho no es muy comú n, y
es cierto que el carisma no es determinante para ser un gran líder. Es el propio
liderazgo el que da carisma.
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Liderazgo
¿Qué nos aleja? Hay actitudes que nos distancian de los objetivos. Esto ocurre
cuando las personas se acomodan, el aprendizaje no es un estímulo para su
crecimiento, sus creencias y su poca tolerancia al cambio impiden que se
cuestionen si lo que hacen es lo má s efectivo. Ser proactivo no está entre sus
planes y encuentran un milló n de excusas para no serlo. ¿Por qué? No querer
traspasar sus miedos implica perder la oportunidad de enfrentarse a sus
limitaciones. Instalados en la comodidad, les impide crecer, buscar nuevas fuentes
de aprendizaje, nuevos horizontes y nuevas formas de pensamiento. Son personas
que está n lideradas por su entorno.
Nunca es tarde para elegir una nueva forma de dirigir su vida, elegir una actitud
proactiva que le motive a alcanzar objetivos. El primer paso es ser consciente de la
necesidad de cambio; después, querer hacerlo, y, por ú ltimo, volcar todos los
esfuerzos para que se produzca. El camino para alcanzar el éxito no es un viaje
sencillo, incluso para los que consideramos líderes. Elegir cambiar algú n aspecto
de nuestra vida implica renunciar a otros. La frustració n, el fracaso, la
incertidumbre y el riesgo son elementos que activan nuestro miedo, a unos los
paraliza, pero a otros hace poner en alerta todos sus sentidos. El miedo se
convierte así para algunos en una excelente herramienta que activa la pro
actividad y permite buscar recursos donde otros no hubieran imaginado que
pudiesen existir.
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Liderazgo
“JESUCRISTO”