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Oswaldo Zabala Espitia

Curso: Teoría y Métodos de las Ciencias Sociales

ANÁLISIS PALACIO DE JUSTICIA.

El 6 de noviembre de 1985 inició la toma del Palacio de Justicia, duró aproximadamente 28


horas. Este hecho tuvo lugar en Bogotá, específicamente en la Plaza de Bolívar, donde
mencionado recinto se ubica en el costado norte de dicho espacio. Este acontecimiento es
conocido también con el nombre de: “Operación Antonio Nariño por los Derechos del
Hombre” acuñado de esta manera por uno de los actores importantes en este hecho, el M-19
-Fue un movimiento insurgente colombiano nacido a raíz de un supuesto fraude electoral en
las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970 que dieron como ganador a Misael
Pastrana Borrero, nace como rebeldía y movimiento político y luego se vuelve un
movimiento armado.- Este grupo armado pretendía con este hecho enjuiciar al entonces
Presidente de la República Belisario Betancur Cuartas por los “incumplimientos de paz y
acuerdos suscritos” en tiempos pasados con dicho grupo armado.

De esta forma, aparecen otros actores importantes en este acontecimiento, La acción


conjunta - La Policía y el Ejército Nacional, en la cual se aplican diferentes tipos de
técnicas de guerras conocidas (movilización aérea de tropas, manejo de tanques de guerra,
manejo de explosivos y armas de gran poder, entre otras).

Además, encontramos otros actores significativos. En medio del cual se encontraban los
funcionarios de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado que habían ingresado
en horas de la mañana a desempeñar sus funciones, dejando un saldo de cerca de 100
muertos, entre los que se cuentan 12 magistrados de las Altas Cortes.

Por otra parte encontramos las instituciones formales (Altas Cortes) las cuales percibieron
este acontecimiento atendiendo siempre de manera jurisprudencial ante el asunto, dentro
del documental podemos analizar que el Presidente de la CSDJ afirma en medio del
holocausto: “Por favor, que nos ayuden, que cese el fuego. La situación es dramática”
(Echandía, 1985).

Este tipo de afirmaciones atienden a un considerado y construido “Estado Social de


Derecho” en el cual se presupone una preservación de la vida y todo lo acarrea poseerla,
por encima de cualquier circunstancia, incluso de esta. -Recordemos que esta afirmación es
una réplica de las múltiples injerencias de la acción conjunta -Policía/Ejército- frente al
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hecho, expresado con fuego hacia instalaciones afectadas y rehenes en el lugar de los
hechos.

En medio de la contextualización se señala que “previo a la toma del Palacio de Justicia,


era ampliamente conocido por parte de las Fuerzas Militares y los organismos de seguridad
del Estado la posible toma del Palacio de Justicia, su fecha aproximada, así como su
objetivo principal. Del mismo modo, desde mediados de 1985, magistrados de la Corte
Suprema de Justicia venían recibiendo amenazas relacionadas con la declaratoria de
inexequibilidad del tratado de extradición entre Colombia y los Estados Unidos de
América, y los consejeros de Estado habían sido amenazados en relación con decisiones en
materia de violaciones a derechos humanos. No obstante lo anterior, el 6 de noviembre de
1985 no se encontraba presente en el edificio del Palacio de Justicia la seguridad reforzada
que se había dispuesto en el edificio en virtud de dichas amenazas. Ese día el Palacio de
Justicia sólo contaba con una mínima vigilancia privada, conformada por no más de seis
personas”.

Por lo tanto, concluye que el Estado “no cumplió con su deber de prevenir y proteger
adecuadamente a las 15 víctimas del presente caso que laboraban o se encontraban
visitando el Palacio de Justicia, al momento de la toma por parte del M-19, a través de la
adopción de medidas oportunas y necesarias de protección”.

Todo el asunto anteriormente expuesto es corroborado con el señalamiento que hace la hija
del magistrado Carlos Horacio Urán donde afirma que su padre se encontraba estudiando
caso de militares en materia de violación hacia los derechos humanos.

De esta forma, encontramos los argumentos del Director de Medicina Legal Carlos Valdés
el cual afirma que esta institución formal fue atentando por parte del Ejército donde muchos
de sus integrantes portaban “batas blancas” (las cuales identifican al instituto de Medicina
Legal). “Con el fin de ocultar la verdad” es lo que afirma uno de los afectados
indirectamente por este hecho en el cual que muere su hermano.

Dentro de lo ocurrido teniendo en cuenta la fuente utilizada para la reconstrucción personal


de los hechos puedo identificar 4 aspectos importantes que merecen ser traídos a colación.
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1. Voz desdibujada del Presidente Belisario Betancur: Dentro de este aspecto hay un
ente que debió tener un voto fundamental para la construcción de este hecho, el Jefe
de Estado. Todo lo contrario ocurre, porque según la foto que utilizamos como
apoyo principal este afirma “Cese al fuego”, lo que no es tomado en cuenta por la
acción colectiva Policía/Ejército y este opta por decidir independientemente a las
decisiones tomas por el Presidente de la República lo que demuestra además una
intención de esta decisión independiente por suceso que querían borrarse de la
memoria histórica, política y judicial de la población. Esto es bastante significativo
porque dentro de un “Estado Jurisprudencial” debe existir un orden afín de
decisiones en lo que respecta a las dos instituciones formales anteriormente
mencionadas.
2. “La censura tuvo como efecto la muerte de la Corte. (…) “Los medios de
comunicación eran en ese momento los ojos abiertos y les colocaron una venda.
Eran la única luz de información que tenía el gobierno, cuando vino la censura, no
sabían qué estaba pasando”, concluyó Yamid Amat. (Corte IDH, La Colegiación
Obligatoria de Periodistas., 2007). La anterior afirmación es consecuente con lo
postulado por la Ministra de Comunicaciones en el momento. “Prudencia a Radio y
TV” (Sanín, 1985). Establece juicios de valor que simpatizan el talante ético y
moral que “se debe tener”, es un tipo de ley universal, incluso más que una
constitución, se trata de la ley de Dios y todo lo que implica la moral dentro de este
aspecto, que lógicamente es bien recibido por parte de la población por ser de tal
rasgo normativo/universal sobre el “Deber Ser”.
3. Dentro de la institución formal (Ejército) se puede identificar un aspecto importante
y es la capacidad lucrativa que financiaba y aprobaba el Estado con el fin de tener
estándares bastante rigurosos en lo que concierne a los programas de entrenamiento
para oficiales en los años 80 en Colombia, incluso cuando el fenómeno del conflicto
estaba en su clímax.
4. Ausencia de legitimidad (M-19). Aunque el Movimiento 19 de Abril se concebía a
sí mismo como un movimiento legitimado y apoyado por el pueblo colombiano, que
integraba las opiniones y los deseos de los ciudadanos, legalmente, no era un actor
que contara con autorización, ni justificación para emplear las armas en pro de un
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objetivo. Lo anterior se reafirma con el hecho de que en el ordenamiento jurídico


colombiano no existe, ni existía para la fecha de la toma, ninguna norma que
autorizara el uso de las armas por parte de grupos armados ajenos a la fuerza
pública. Por el hecho de ser ilegal e ir en contra de los fines del Estado, el uso de la
violencia por parte del grupo guerrillero fue claramente ilegítimo, y constituye un
desbordamiento del poder que ostentaba. Con lo anterior, no se pretende decir que
el M-19 no debía existir, o que su constitución carecía de fundamentos, porque es
claro que los ciudadanos tienen derecho a asociarse con el fin de lograr un objetivo
común, que bien puede ser protestar en contra de las actuaciones del gobierno; lo
que se quiere aclarar es el hecho de que el movimiento no contaba con la
legitimidad necesaria para emplear las armas en pro de dicho objetivo, y que es
posible hablar de un desbordamiento del poder, no sólo por el hecho de haber sido
ejercido sin pertenecerle al grupo subversivo, sino por haber tomado rehenes y
amenazado la vida de civiles.

Asimismo, con el tercer punto descrito, se desmienten afirmaciones sobre “las


manzanas podridas” que se deben rechazar en medio de la institución del Ejército, esto
expuesto por parte de organismos de la misma visión (Defender y preservar). El caso
del magistrado Urán desmiente esta situación cuando se piensa e instaura una forma de
dar información estadística sobre los fallecidos durante el holocausto. Tras ese hallazgo
hecho por la fiscal Ángela María Buitrago, que recibió el caso en 2005, supieron que
tras salir vivo y presumiblemente trasladado al Museo Casa del Florero, adonde eran
llevados todos los evacuados para identificar a posibles guerrilleros, el jurista fue
conducido de nuevo a la sede de la justicia y asesinado. Son muchos los casos vistos
por esta índole tan así que la Corte Interamericana de Derechos Humanos se pronuncia
luego de un estudio previo, este ente declaró responsable al Estado colombiano por
“ciertas violaciones de derechos humanos” (CIDDH, 2014), ocurridas el trágico 6 de
noviembre de 1985.
Según el tribunal, se demostró “que existió un modus operandi tendiente a la
desaparición forzada de personas consideradas sospechosas de participar en la toma del
Palacio de Justicia o colaborar con el M-19”.
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“En particular, la Corte IDH encontró que el Estado era responsable por: las
desapariciones forzadas de siete empleados de la cafetería del Palacio de Justicia:
Carlos Augusto Rodríguez Vera, Cristina del Pilar Guarín Cortés, David Suspes Celis,
Bernardo Beltrán Hernández, Héctor Jaime Beltrán Fuentes, Gloria Stella Lizarazo
Figueroa, Luz Mary Portela León; así como de dos visitantes del Palacio: Lucy Amparo
Oviedo Bonilla y Gloria Anzola de Lanao, y de una guerrillera del M-19, Irma Franco
Pineda.” (Semana, 2014)

El tribunal también determinó, la responsabilidad del Estado en cuanto a la falta de


esclarecimiento judicial de los hechos y la violación del derecho a la integridad
personal de los familiares de las víctimas, y el incumplimiento de su deber de
prevención frente al riesgo en que se encontraban los ocupantes del Palacio de Justicia y
que era conocido por el Estado.

Todo estos planteamientos expuestos generar una variedad de disensos desde distintas
voces donde se señala en el documental “mártires” a quienes murieron por defender
principios jurisprudenciales y “cobardes” a quienes forzaron por medio del fuego un
sinfín de víctimas que viven con este episodio en sus memorias. Además, la memoria
como fuente célebre de este acontecimiento, posterior a un estudio previo, la posibilidad
de utilizar este mecanismo para “reparar” de alguna manera el sinfín de víctimas que
este generó e incluso para permitir junto a la historia un estudio riguroso de este hecho
que permita conocer realmente los suceso, que no solo “marque la historia del país”
porque la historia es mucho más que eso, permite identificar los distintos procesos en
los que fue sometido este suceso, la evolución que tiene a medida que corre el tiempo,
además, permite proceso evolucionarios al considerarse este dinámico en cuanto a los
resultados que arrojaría alejándose de lo predecible, encuentra soluciones creativas a
problemas de acción colectiva, la voluntad y capacidad que tienen los actores de
cambiar los sucesos dando cabida a nuevas ideas de estudiar en este caso el holocausto
del Palacio de Justicia, de esta forma, configura las decisiones que puedan tomarse en el
ámbito jurídico e incluso político porque posibilita cambios constitucionales (“Falsos
Positivos”, en este caso, que cambiaron este discurso gracias a la historia y su poder
investigativo, demostrando que existía realmente una VIOLACIÓN DE DERECHOS
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HUMANOS) que deben pensarse también por el rasgo que tiene el derecho de no
atender a todos los fenómenos o problemas que se presenten en la sociedad. Este suceso
atiende a otras formas de analizar a las víctimas.

BIBLIOGRAFÍA.

Semana, (2014). Semana. Corte IDH condena al Estado por desaparecidos en el Palacio de
Justicia. https://www.semana.com/nacion/articulo/palacio-de-justicia-colombia-condenada-
por-corte-interamericana/411777-3/

Bohorquez, P. (2020). Palacio de Justicia, Primera Parte. Youtube.


https://www.youtube.com/watch?v=l26ogNu9eZ4
Jimeno, R. (2015). Toma del Palacio de Justicia: noviembre 6 de 1985.

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