Está en la página 1de 1

Disfrazando la tristeza

Cuando somos niños, somos sinceros con nosotros mismos, si algo nos molesta, duele y
lastima; lloramos y gritamos, nos desahogamos hasta sentirnos en paz. Pero cuando
crecemos, nos obligan y obligamos a no ser tan sinceros, como si el mundo necesitara más
hipócritas emocionales.
El llanto me devuelve a los brazos de mi madre y las caricias de mi abuela, nos obliga a
necesitar consuelo. El llanto nos vuelve niños tristes y sinceros.
Crecemos maquillando ojeras, tragando nudos, y lo único que logramos es que el llanto
salga desbordado. No le tengo miedo a llorar, y no quiero usar la felicidad como maquillaje,
ella es más que eso, así que renuncio a este circo, no haré el show de poner una sonrisa
donde no la hay, no mentiré sobre lo que siento para no “incomodar”, lloraré lo que tenga
que llorar, y tal vez un día, dejemos de mentir(nos).

También podría gustarte

  • Erre
    Erre
    Documento5 páginas
    Erre
    carolina quintero
    Aún no hay calificaciones
  • Objeto Sonoro
    Objeto Sonoro
    Documento5 páginas
    Objeto Sonoro
    carolina quintero
    Aún no hay calificaciones
  • La Adrenalina
    La Adrenalina
    Documento2 páginas
    La Adrenalina
    carolina quintero
    Aún no hay calificaciones
  • Arte en La Edad Media
    Arte en La Edad Media
    Documento3 páginas
    Arte en La Edad Media
    carolina quintero
    Aún no hay calificaciones
  • GOLEM
    GOLEM
    Documento7 páginas
    GOLEM
    carolina quintero
    Aún no hay calificaciones