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Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.

CITA BÍBLICA
“llevaron a Jesús al Gólgota, le brindaron vino con mirra, pero él no quiso
recibirles”, siguieron con su crucifixión entonces y sin mediar palabra se
repartieron sus ropas entre ellos, echándolas a la suerte y de esta manera definir
que le correspondía a cada uno. Junto a su cruz a cada lado tenía a dos ladrones,
quienes fueron crucificados también. Cumpliéndose lo que se lee en las
Escrituras: “Y lo consideraron como un malhechor” (Mt, 15, 22-28).

REFLEXIÓN
Pensemos el amor tan infinito y grande que nos tiene Dios, como para sacrificar la
vida de su hijo único, de su predilecto, del rey de reyes, por nuestra salvación, ese
amor que no ofende, engaña, ni traiciona. El amor que solo en un corazón como el
de Nuestro Padre se puede albergar por su rebaño.

Privilegiados somos de su infinito amor, un amor que en esta décima estación


del vía crucis, podemos presenciar de una manera magistral y única.

ORACIÓN
Maestro Jesús, amigo fiel e incondicional,

Te amo y te adoro,

Agacho mi cabeza en vergüenza de tanto dolor que padeciste,

Hoy cuando en el mundo me encuentro,

Y soy testigo de tanta blasfemia y pecado,

Cuando yo mismo me he dejado arrastrar por las pasiones mundanas,

Olvidando tu sufrimiento,

Te suplico me perdones,
Perdones también a mis hermanos,

Y nos ayudes a cambiar el rumbo de nuestras vidas,

Hacia un camino sin pecados ni tropiezos,

Donde tu mi Señor, puedas sentirte orgulloso de mi proceder,

Ten piedad de todos nosotros.

Amén.

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