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ESTADOS ANTIGUOS.
Tenemos en primer lugar al Estado egipcio y trataré de conceptuar a Egipto, como una primera formación
estatal. Más o menos hace más de 5 mil años, aparece la autoridad centralizada en el antiguo Egipto. Se carece
de los datos exactos para reconstruir aquél proceso de centralización, sin embargo sabemos que era necesaria
la presencia de un gobierno de esta índole. Tenían un Estado personalizado, en el sentido de que la concepción
de la autoridad se identifica plenamente con su depositario. La teoría del Estado egipcio se resumiría en que el
Estado es el faraón, afirmación que no solo es reconocida por el faraón mismo, si no por todos los subordinados
a este.
Después en Grecia empezaré por especificar que su unidad política básica fue la polis. Su geografía determina
el aislamiento territorial, tenían una tecnología poco desarrollada en lo agrario y una población en expansión.
Los griegos tenían costumbres organizacionales, en las cuales se permitía la participación en los asuntos
públicos por medio de asambleas y no presentan un alto sentido de centralización y personalización de la
autoridad. Su autoridad no estaba basada en una sola persona, sino que se dividía en varios jefes y aún se
reconocía el "consejo de ancianos". Los teóricos políticos de esa época consideraban al Estado por una parte
como la ciudad o el sitio donde debe desarrollarse la plenitud de la vida humana; por otro lado solo se referían
a las funciones públicas concedidas a cualquier ciudadano que pueda realizarlas mediante la renovación de los
cargos.
En Roma, el Estado aparece condicionado por las fuertes interacciones de distintos grupos humanos. Surge
por la necesidad de imponer la autoridad central al pueblo. La formación de Roma como Ciudad – Estado,
parece determinada por la existencia de un Estado anterior, el etrusco, cuyos orígenes se han perdido, pero
que es posible conjeturar como similar al desarrollo que se dio en Grecia.
Pueblo
Territorio
Poder
Ahora podemos decir que el Estado es una sociedad humana, asentada de manera permanente en el territorio
que le corresponde, sujeta a un poder soberano que crea, define y aplica un orden jurídico que estructura la
sociedad estatal para obtener el bien público temporal de sus componentes.
Muchos autores aseguran que el poder y el gobierno son sinónimos, sin embargo nos damos cuenta que no es
así, para muchos, el poder significa ser ley, ser total, y el gobierno no lo es así, el gobierno es regido por el
pueblo y para el pueblo, pero tomaremos al poder como un elemento del Estado.
Una cierta entidad territorial. Ésta se refiere al medio físico que es necesaria para la sustentación del
Estado y debe ser una magnitud tal que no convierta en demasiado pesadas las tareas que el Estado
debe afrontar.
Establecimiento de un poder central suficientemente fuerte. Se logra suprimir o reducir drásticamente
a los antiguos poderes feudales, entre ellos el propio poder de la iglesia, que se vincula a lo que
actualmente llamaríamos al proyecto de Estado Nacional.
Creación de una infraestructura administrativa, financiera, militar y diplomática. Se desarrolla una
burocracia administrativa que trabaja impersonalmente para el Estado. Burocracia y capacidad
financiera se retroalimentan. La obtención y administración de recursos exige personal dedicado por
completo a estas tareas. La diplomacia se convierte en un instrumento indispensable para las
relaciones con las demás entidades estatales que constituyen un sistema en su conjunto.
Consolidación de la unidad económica. El Estado debe ser capaz de regular y dirigir la economía en
su propio seno, y con respecto al exterior, implantar un sistema aduanal y normas precisas que
controlen la entrada y salida de bienes.
Una clasificación sobre los estados federales se podría resumir en los siguientes apartados:
Confederación de estados: en este grupo entrarían las experiencias de carácter internacional que
incluyen el principio federal de unificar pueblos con realidades sociales y culturales distintos. El poder
lo tienen los Estados y la Confederación tiene poderes muy concretos y limitados. La Unión Europea
tiene elementos de una confederación, aunque es una realidad más compleja.
Federalismo de creación conjunta: lo característico de este tipo de federalismo es que surge de la
necesidad de la población y de las comunidades políticas previamente existentes de unirse para
propósitos comunes, pero permaneciendo separados para preservar sus identidades.
Federalismo de sujeción: así como el federalismo de unión es propio de países uninacionales, el
federalismo de sujeción es propio de países plurinacionales. En esta tipología lo que se trata es de
crear un sistema federal para evitar la secesión de miembros de un Estado previamente unitario. Ello
implicará reconocer unas ciertas asimetrías en el sistema, unos hechos diferenciales que permitan a
las nacionalidades implicadas sentirse reconocidas en su diferencia sin que el marco estatal quede
superado. Canadá, Bélgica y España se acercaría a este modelo.
SAN MARTÍN Y LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
EL RENACER DE UN IDEAL
a. El ocaso de un gobernante
En sus últimos años de su reinado surgen dudas sobre a quién heredar la corona aragonesa, en una primera
instancia fue a su nieto Fernando, pero luego modificó su testamento convirtiendo en legatario a su nieto Carlos,
el futuro emperador Carlos V. Esto ocurrió porque Fernando sentía una predilección por su homónimo a causa
de que este había sido educado en la Península, a diferencia de Carlos, que a pesar de los deseos de Fernando
de tenerlo a su lado, su abuelo paterno Maximiliano I se empeña a retener a su nieto, y a no dejarlo salir de los
Países Bajos. Tal postura por parte de Maximiliano I se fundamenta en que este deseaba preparar a su nieto
para sucederlo en las funciones de emperador del Sacro Imperio.
Fernando atormentado con la idea de que la corona que ostentaba cayera en una dinastía externa, uso a todas
las esperanzas en su hijo con Germana, pero que como vimos falleció. Por causa de presiones externas, sobre
todo de Maximiliano, Fernando modificó su testamento a favor de Carlos. Al Rey de Aragón ya no le quedaban
excusas que pudieran evitar la llegada de una nueva dinastía a los reinos peninsulares, ya que mientras Juana
era la destinataria de la corona de Fernando se escudó en la ley Sálica, pero al ser su nieto mayor quien pide
el derecho sucesorio y no poseyendo ningún otro familiar cercano a quien elegir, el viejo monarca se quiebra
ante la presión del sacro Imperio Romano.
Al llegar 1515, Carlos quedó emancipado oficialmente en Bruselas y envía un embajador a España para que
se conozca allí su mayoría de edad. Un año luego de este acontecimiento Fernando emprende un viaje a
Andalucía, es en ese viaje en donde el 22 de enero de 1516 la muerte lo sorprende en los territorios de
Extremadura.
b. La concreción de un ideal
Tras la muerte de su abuelo materno, Carlos se proclama Rey de las Coronas de Castilla y Aragón, aunque con
prudencia ordenó que su nombre fuera antecedido por el de su madre en la corona de Castilla, esto fue producto
de que el concejo de Castilla consideraba que: “sería una falta al honor y respeto debidos a la reina tomar el
título de rey mientras ella viviera”. Carlos increíblemente favorecido por los avatares del destino se hallaba
coronado Rey de unas tierras que en su vida había visto. Pero la legitimación del poder legado por su abuelo
no fue fácil, ya que ambos testamentos el viejo monarca había intentado favorecer a su nieto Fernando, el
Habsburgo hispanizado.
Para Fernández Luzón, “la locura de su madre fue para el Emperador una mera ventaja política, que le permitió
hacerse con el poder sin cortapisas”.
Las Cortes estaban en contra de él ya que era un monarca extranjero que pretendía hacerse con el poder, con
los reinos, y su población, con el solo derecho de sangre. Para acallar las revueltas que comenzaban a
levantarse en la aristocracia su madre salió en defensa del título real de su hijo exigiendo: “que no la resolviese
nadie con su hijo, que todo lo que tenía era suyo”.
Una herramienta utilizada para la legitimación de sus derechos, fue el casamiento con su prima Isabel de
Portugal, la cual permitió “la consolidación de la dinastía extranjera, al tiempo que contribuía a la “hispanización”
del primer Habsburgo español”. Con el hijo de ambos, Felipe II, la ansiada unificación hispano – lusitana, se
vería concretada al fin.
El título de Emperador le llegaría con la muerte de su abuelo Maximiliano en 1519, aunque el Papá Clemente
VII lo coronaría como tal en 1530. Con estos títulos Carlos I de España o V del Sacro Imperio Romano
Germánico heredó una vasta porción de territorio Europeo, además de las tierras americanas anexadas a la
corona castellana.
De su padre, Felipe el Hermoso, Carlos recibió “los estados más prósperos y civilizados de Europa y de su
madre, Juana La Loca, la primera potencia mundial, pero preñada de conflictos”.
Pocos años antes de morir Carlos comenzó inició una serie de abdicaciones: aunque conservó el título imperial,
el 12 de septiembre de 1556 trasmitió sus funciones a su hermano Fernando I de Habsburgo, cedió a su hijo
Felipe II los Países Bajos (1555) y los reinos españoles (1556) y se retiró al monasterio de Yuste (en la localidad
cacereña de Cuacos de Yuste), donde el 21 de septiembre de 1558 falleció. Pocos meses antes había abdicado
formal y definitivamente como emperador en su hermano Fernando.