Un empaque como diferenciador de un producto: en el punto de venta
el consumidor está expuesto a distintos artículos de la misma categoría. Pero se distinguirán unos de los otros por el diseño y funcionalidad de éste.
Empaque pensado en la distribución y exposición: como parte del
marketing industrial, éste debe estar diseñado para ser transportado fácilmente y para ser expuesto. Por ejemplo, las latas de atún pueden ser apiladas unas sobre otras.
El empaque como un vendedor silencioso: éste sirve para que un
producto se distinga de otros de la misma categoría. También, en el punto de venta, si resulta llamativo y cautivador, puede ser el punto de inflexión para que un comprador se lleve dicho artículo.
Proteger al producto: un empaque bien diseñado no sólo sirve para su
transporte y exposición hasta que llegue a manos del consumidor, sino que también sirve para evitar pérdidas, ya que uno adecuado conserva por más tiempo las cualidades de un artículo.
Facilidad de reciclaje y reductor del daño al medio ambiente: Uno de
los temas más importantes en los empaques de hoy es la compatibilidad con el ambiente. Algunas compañías utilizan sus empaques para centrarse en segmentos del mercado preocupados por el ambiente