de las palabras sin leer la palabra escrita. Se trata de inhibir el impulso que tiene nuestro cerebro de la lectura que es el aprendizaje previo. Se puede hacer más interesante al poner un límite de tiempo en la realización de la actividad y el entrenamiento seria intentar mejorar la marca superando los aciertos conseguidos previamente. Este es un modelo, podéis adaptarlo poniendo menos palabras o poniendo más. Recomendamos plastificarlo para reutilizarlo tantas veces como se quiera. Esta actividad está recomendada a partir de los 7-8 años de edad, pues es necesario tener adquirida la lectoescritura.